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Las calles del mercado
Recuerdo del primer mensaje :
Cubría mi rostro con la capucha para disimular un poco la mascara, simplemente no me acostumbraba a no usarla, tan solo en privado o frente a algunas personas no la utilizaba. Pero bueno tampoco era la idea llamar la atención, así que nada que unos harapos no hicieran pasar desapercibido.
-Tsk…hmhmhm – Contenía la risa, ya que la mascara haría ecos un poco extraños. Pero ver la reacción de la gente a nuestro alrededor cada vez que el estomago de Enya rugía de hambre era en verdad gracioso. Aunque mejor eran esas caras que ponía de ruego por llegar a las tiendas del mercado.
No fue mucho lo que habíamos caminado cuando comenzamos a ver algunos de los puestos ambulantes en el horizonte. Pero el calor y el sol hacían el camino mas extenuante, nos habíamos alejado un poco de la brisa que traía el río. Cada vez había más puestos, más grandes, con más variedades. Por instantes me detenía observando lo que exponían en alguno que otro pero suponía que el hambre de mi amiga ya la estaría hostigando mucho. – ¿Viste algo que le apetezca al ruidoso?- inquirí volteándome, pero me encontré hablando a la nada ya que Enya no estaba allí. Dirigí mi mirada unos metros mas adelante encontrando a mi compañera ya en un puesto. –Haha que impaciente.- musité mientras me acercaba a ella a ver que había encontrado.
-Tsk…hmhmhm – Contenía la risa, ya que la mascara haría ecos un poco extraños. Pero ver la reacción de la gente a nuestro alrededor cada vez que el estomago de Enya rugía de hambre era en verdad gracioso. Aunque mejor eran esas caras que ponía de ruego por llegar a las tiendas del mercado.
No fue mucho lo que habíamos caminado cuando comenzamos a ver algunos de los puestos ambulantes en el horizonte. Pero el calor y el sol hacían el camino mas extenuante, nos habíamos alejado un poco de la brisa que traía el río. Cada vez había más puestos, más grandes, con más variedades. Por instantes me detenía observando lo que exponían en alguno que otro pero suponía que el hambre de mi amiga ya la estaría hostigando mucho. – ¿Viste algo que le apetezca al ruidoso?- inquirí volteándome, pero me encontré hablando a la nada ya que Enya no estaba allí. Dirigí mi mirada unos metros mas adelante encontrando a mi compañera ya en un puesto. –Haha que impaciente.- musité mientras me acercaba a ella a ver que había encontrado.
Luna- Cantidad de envíos : 8
Re: Las calles del mercado
Esto...umm...el agua normalmente n tiene olor asi que esto es.... ¡Seras cabrooon! esta te la guardo maldito asqueroso anormaal
Cogi la jarra y le golpee en la cara fuertemente de tal forma que esta se rompio en varios trozos.
Aaagggh puto asco, que mierda como te atreves ha hacerlo joder esto... Aagghh diooos que puto ascoooo encima escuece en las heridas sera cabrooon.
Despues del jarrazo se dedico a tirarle todo. Me lave con el agua rapidamente, y le empeze a tirar incluso personas
¡¡¡Waaaahhh!!! destruire la taberna si hace falta, pero esta no te la pasoooo....ostias carne - mientras se la come- termino el muslito y te sigo tirando quedate quieto unos segunditos mas...ostias mas bueno pues entonces...
Empezo a comer bruscamente todo a gran velocidad. Corria peligro de atragantarse pero le daba igual su hambre pocas veces paraba. Todo se llenaba de huesos, y en el bar solo quedaban Kainan y Ace los demas escaparon por la pelea que se monto y paro en pocos minutos. No se sabia como se llego a esta situacion, pero las reservas de alcohol y comida se agotaron en pocos segundos. Ace aprobecho, cogio el dinero y salio corriendo rapidamente
¡Kainan maldito correeee! tengo el dinerooo muahahaha
Le dio uno de sus ataques de locura extraños y salio corriendo riendose por todos lados. Tenia el dinero y se disponia a gastarlo en cualquier cosa que le interesara total...el dinero no era suyo Muahahah
Cogi la jarra y le golpee en la cara fuertemente de tal forma que esta se rompio en varios trozos.
Aaagggh puto asco, que mierda como te atreves ha hacerlo joder esto... Aagghh diooos que puto ascoooo encima escuece en las heridas sera cabrooon.
Despues del jarrazo se dedico a tirarle todo. Me lave con el agua rapidamente, y le empeze a tirar incluso personas
¡¡¡Waaaahhh!!! destruire la taberna si hace falta, pero esta no te la pasoooo....ostias carne - mientras se la come- termino el muslito y te sigo tirando quedate quieto unos segunditos mas...ostias mas bueno pues entonces...
Empezo a comer bruscamente todo a gran velocidad. Corria peligro de atragantarse pero le daba igual su hambre pocas veces paraba. Todo se llenaba de huesos, y en el bar solo quedaban Kainan y Ace los demas escaparon por la pelea que se monto y paro en pocos minutos. No se sabia como se llego a esta situacion, pero las reservas de alcohol y comida se agotaron en pocos segundos. Ace aprobecho, cogio el dinero y salio corriendo rapidamente
¡Kainan maldito correeee! tengo el dinerooo muahahaha
Le dio uno de sus ataques de locura extraños y salio corriendo riendose por todos lados. Tenia el dinero y se disponia a gastarlo en cualquier cosa que le interesara total...el dinero no era suyo Muahahah
Ace- Cantidad de envíos : 10
Re: Las calles del mercado
Y tras un golpe en la cabeza aquella dama de la pereza despertaba toda aturdida tras la imprecación, se levanto como puso y desenfundo si tizona, miro por doquier con un aire de locura, para que tan solo los ciudadano que divagaban entre aquellas calles, se detuvieran para mirarle extrañados, comenzaban así a cuchichiar. No tardando Alessa se sonrojo por la vergüenza que mutaba el aire, relamió sus labios y bajo su mirada, para tan solo denotar que una esfera de cuero hubiese sido la causante de su mal rato, aquella levanto dicho objeto curvilínea y le miro, de la nada un infante se acercaba temeroso a la escena, pidiendo con amabilidad dicho juguetillo.
Alessa le miro con tranquilidad, se puso en cuclillas y con una sonrisa fingida le devolvió su distracción, aquel jovencito agradeció y corriendo se alejo, nuevamente los espectadores tomaban su andancia y asimismo se alejaban, pereza suspiro y se levanto, ya era demasiado tarde para que dicha mujer anduviera perdiendo el tiempo durmiendo, su cuerpo por fin estaba descansado por todo esfuerzo anterior de caminar por días, entrenar cosmos y seguir caminando.
Dio media vuelta y estampo su mirada en aquella fuente, pues le recordaba momentos felices, humillantes, encuentro y tal vez un amorío, que para ella se había extinguido, pues nunca conseguía limpiar las imágenes de su cabeza. Cerro su ojo derecho, enfundo su objeto bélico y camino hacia las afueras de aquel mercado Romano, ¿Hacia donde?… Alessa seguía sin saberlo, tal parecía que siempre deambularía sin rumbo entre el mundo mortal, y por desgracia para la estrella infernal, sola… solamente sola.
Alessa le miro con tranquilidad, se puso en cuclillas y con una sonrisa fingida le devolvió su distracción, aquel jovencito agradeció y corriendo se alejo, nuevamente los espectadores tomaban su andancia y asimismo se alejaban, pereza suspiro y se levanto, ya era demasiado tarde para que dicha mujer anduviera perdiendo el tiempo durmiendo, su cuerpo por fin estaba descansado por todo esfuerzo anterior de caminar por días, entrenar cosmos y seguir caminando.
Dio media vuelta y estampo su mirada en aquella fuente, pues le recordaba momentos felices, humillantes, encuentro y tal vez un amorío, que para ella se había extinguido, pues nunca conseguía limpiar las imágenes de su cabeza. Cerro su ojo derecho, enfundo su objeto bélico y camino hacia las afueras de aquel mercado Romano, ¿Hacia donde?… Alessa seguía sin saberlo, tal parecía que siempre deambularía sin rumbo entre el mundo mortal, y por desgracia para la estrella infernal, sola… solamente sola.
Alessa0- Dama del Pecado
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Re: Las calles del mercado
Habian pasado algunas horas desde que sali de palacio, en las cuales estuve caminando por los alrededores de la ciudad comprando algunas cosas que necesitaria ya que el viaje que hacia era para poder encontrarle algo de coherencia a ese poder que estaba en mi interior cosa que aun no encontraba, mas aun mientras caminaba podia sentir las presencias y auras de todas las personas a mi alrededor cosa que no me agradaba puesto que podia sentir cuan inferiores eran a la mia viendo como todas esas personas me veian con miedo al parecer por el hecho de que mi mirada era fria y calculadora y jamas mostraba una leve expresion de alegria, no eso jamas lo haria debido a que era una clara muestra de debilidad y no deseaba el mostrarme debil ante nadie mucho menos ante la presencia de la emperatriz o de cualquier estupido senador que se atreviera a molestarme. Cree esa mascara de frialdad momentos antes de que mi padre muriera y no me la sacaria por nada del mundo ya que sabia que sino la tenia lo unico que haria seria sufrir del mismo modo que mi estupida melliza quien aun se lamentaba por la muerte de nuestro padre y de su hermano mayor, si supiera que yo fui quien quito a ese tonto de su vida seguro se largaria a llorar de nuevo cosa que solo me haria sonreir porque disfrutaba concientemente del mal ajeno. Con estos pensamientos llegue a las calles del mercado pero al pasar por al lado de una chica un poco mas baja que yo me detuve puesto que su aura era casi igual o mas poderosa que la mia y eso de verdad me interesaba.
- Como es posible...asi que existen mas personas con la misma aura que yo poseo eh? -murmura al aire viendo la espalda de la chica con seriedad absoluta-
- Como es posible...asi que existen mas personas con la misma aura que yo poseo eh? -murmura al aire viendo la espalda de la chica con seriedad absoluta-
Nia- Dama del Pecado
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Re: Las calles del mercado
El paso era lento por parte de la pereza errante, el camino estaba intestado de demasiada gentuza que para ella era simple juguetillos para su diversión de cercene, mas no podía aun emplear sus poderes, pues ya había muchos como ella en aquel mundo de mierda, y muy sabia que podía condenar los planes de su reino, aquel que ni le interesaba en absoluto, pues era una alma libre, según su lógica, pero era mejor pasar por desapercibida en aquel transitable lugar mundano, mas sin embargo su áurea era desaviado exagerada, por lo cual se derrochaba por su alrededor, no paso mucho cuando esta se detuvo, pues un cosmos peculiar le incito en voltear, y ahí estaba una jovenzuela un poco mas alta que ella, pasaba de lado tranquilamente, rubia que llevaba en su fas el perfecto extracto del incierto, Alessa relamió sus labios, pues aquel cosmos era de aquellos que le encantaba percibir, en su mente no tardo en maquilar una opción perfecta y esta era: Detenerla bruscamente y confrontarla, pues su mas enorme añoranza era ocupar por fin su armadura, pero su mente de lógica le detenía, por lo que tan solo le siguió a paso lento sin ni siquiera parpadear su ojo derecho, su vista estaba estampada en la silueta de aquella extraña, Los segundos pasaron generando una leve irritación e aquella estrella infernal, pues sus ansias le consumían demasiado el espíritu, pero resistió, era inteligente, por lo que tan solo alzo levemente su cosmos holocausto que poseía, para así mostrar su presencia para con la joven.
Alessa0- Dama del Pecado
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Re: Las calles del mercado
Mientras me mantenia caminando por el mercado fui comprando algunas cosas que necesitaba entre ellas algunas frutas y ropajes que serian buenos para poder entrenar puesto que en si detestaba la ropa muy femenina pero me habian obligado a usarla desde niña cuando aun la adoraba. Fui comprando algunos ropajes ligeros y algunas armas cualquiera que encontre en algunas tiendas las cuales me parecian interesantes y podrian serme utiles a la hora de defenderme, pero aun asi tuve cuidado con el gasto de dinero puesto que de lo contrario me quedaria sin nada para lo que restaba del viaje que haria para poder descubrir mas sobre esa energia. Camine y camine sin detenerme mas mientras lo hacia senti la misma presencia de aquella chica que vi anteriormente la cual me seguia a paso pausado cosa que me extrañaba en cierto modo pero no le tome mucha importancia puesto que si me seguia era para alguna cosa y la verdad no me interesaba demasiado, los unicos intereses que tenia en ese momento eran liberar y obtener tecnicas mas poderosas con aquella energia que guardaba y entrenarme para volverme mas fuerte de lo que ya de por si era, sino no hubiera podido asesinar a tantos esclavos sin compasion de no tener algo de fuerza fisica con la cual someterlos pero igual no es que se hubieran resistido demasiado. Llego un punto en que la presencia de esa chica se hizo notar mucho mas asi que dando un suspiro voltee a verla para al fin hablarle.
- ¿Se puede saber porque me sigues? si es por el aura que me rodea y no solo a mi sino tambien a ti entonces puedes seguirme pero si es por otra cosa lamento decirte que tu presencia comenzara a serme molesta -viendola friamente a cada palabra que decia sin importale si llegaba a lastimar las emociones de esa chica-
- ¿Se puede saber porque me sigues? si es por el aura que me rodea y no solo a mi sino tambien a ti entonces puedes seguirme pero si es por otra cosa lamento decirte que tu presencia comenzara a serme molesta -viendola friamente a cada palabra que decia sin importale si llegaba a lastimar las emociones de esa chica-
Nia- Dama del Pecado
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Re: Las calles del mercado
Alessa caminaba tranquilamente siguiendo la sombra de aquella chica, a cada segundo, a cada paso, esta elevaba mas sus cosmos para hacerse presente en los pensamientos dela extraña. La andancia fue larga y aburrida, pues aquella jovencilla compraba y compraba, Alessa suspiraba y simplemente seguía su paso, relamiendo sus labios en varias ocasiones y en otras distrayendo su mirada para posarla en el firmamento.
Pero todo cambio cuando dicha mujer se detenía, Alessa también lo hizo y fijo su mirada en al de aquella incierta mujer. Tal extraña hablo y cuestiono, generando que la vacua cara de Alessa tomase la ironía como interprete d sus sentires. Alessa acero su ojo derecho y continuo caminando hasta estar frente a frente de la damisela, le tomo con fuerza el mentón,. Ella no podía hacer nada sus manso estaban ocupadas, la estrella infernal de la pereza se acerco mas, oliendo su fragancia, sintiendo su cosmos , dijo en vos baja para que tan solo ella escuchara:
-¿A si?… ¿y que harás con respecto a esto?… ¿parecido el cosmos que levamos ambas? … no lo creo, el tuyo es débil, patético, ja,ja y si te molesto… no me importa nada, pero tu fragancia esta combinada a otra muy deliciosa, una que me dice que es una hermana mía, así que diem tu mujer de donde diablos eres…
Alessa le miro fijamente mientras apretaba mas y mas su mentón, acercándola a su cuerpo, sintiendo su cosmos, pero mas que eso midiendo sus actitudes, pues aquel aroma que no era suyo le llamaba enloquecedoramente, se parecía mucho al aroma de su hermana Astrid, por lo que espero impaciente a que tal mujer hablara.
Pero todo cambio cuando dicha mujer se detenía, Alessa también lo hizo y fijo su mirada en al de aquella incierta mujer. Tal extraña hablo y cuestiono, generando que la vacua cara de Alessa tomase la ironía como interprete d sus sentires. Alessa acero su ojo derecho y continuo caminando hasta estar frente a frente de la damisela, le tomo con fuerza el mentón,. Ella no podía hacer nada sus manso estaban ocupadas, la estrella infernal de la pereza se acerco mas, oliendo su fragancia, sintiendo su cosmos , dijo en vos baja para que tan solo ella escuchara:
-¿A si?… ¿y que harás con respecto a esto?… ¿parecido el cosmos que levamos ambas? … no lo creo, el tuyo es débil, patético, ja,ja y si te molesto… no me importa nada, pero tu fragancia esta combinada a otra muy deliciosa, una que me dice que es una hermana mía, así que diem tu mujer de donde diablos eres…
Alessa le miro fijamente mientras apretaba mas y mas su mentón, acercándola a su cuerpo, sintiendo su cosmos, pero mas que eso midiendo sus actitudes, pues aquel aroma que no era suyo le llamaba enloquecedoramente, se parecía mucho al aroma de su hermana Astrid, por lo que espero impaciente a que tal mujer hablara.
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Re: Las calles del mercado
Pero todo silencio les envolvió, Alessa simplemente le miraba esperando la respuesta de dicha jovenzuela, la cual tenía aprisionada con su diestra prestando fuertemente su mentón con la mera intención de asustarle, pero nardo era lo que obtenía de l forastera, esta ladeo su boca como signo de impaciencia y molestia, mas sin embargo no dijo nada, se quedo cayada analizando la situación con inteligencia.
Pero el tiempo pasaba, esta le soltó y sonrió sarcásticamente, relamió sus labios con sensualidad, soltó un suspiro tendido y dijo sin mirar a la de cabellos rubios:
Como sea… me largo que pierdo mi valioso tiempo contigo… débil mujer, ya abra un día en el que me reencontrare y te matare… porque simplemente tu mirada me incita a hacerlo.
Surco mas su sonrisa irónica y se carcajeo sin igual, mientras se paso de lado dejando a al joven mujer errante, si no antes pasando a despeinar su cabeza, lentamente desapareció de los andenes del mercado, para así poder buscar un sendero por donde guiarse hasta encontrar nuevamente a su hermana Astrid.
Y la tarde se comenzaba a ver entre el firmamento, quela dirección que era inevitable de mirar en la andancia de su sedero su rumbo fio, su ánimo estaba un poco desbastado, pero eso no le implicaba sonreír por ratos, recordando su tormento eterno, pues del dolor nacía su ilusión.
Pero el tiempo pasaba, esta le soltó y sonrió sarcásticamente, relamió sus labios con sensualidad, soltó un suspiro tendido y dijo sin mirar a la de cabellos rubios:
Como sea… me largo que pierdo mi valioso tiempo contigo… débil mujer, ya abra un día en el que me reencontrare y te matare… porque simplemente tu mirada me incita a hacerlo.
Surco mas su sonrisa irónica y se carcajeo sin igual, mientras se paso de lado dejando a al joven mujer errante, si no antes pasando a despeinar su cabeza, lentamente desapareció de los andenes del mercado, para así poder buscar un sendero por donde guiarse hasta encontrar nuevamente a su hermana Astrid.
Y la tarde se comenzaba a ver entre el firmamento, quela dirección que era inevitable de mirar en la andancia de su sedero su rumbo fio, su ánimo estaba un poco desbastado, pero eso no le implicaba sonreír por ratos, recordando su tormento eterno, pues del dolor nacía su ilusión.
Alessa0- Dama del Pecado
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Re: Las calles del mercado
Como Kainan esperaba Ace no se tomó muy bien su despertar,quizá por el propio sueño se despisto lo justo como para que la jarra de madera le diera en toda la mejilla, por suerte no era muy resistente y se rompió tras el impacto, el germano le siguió lanzando de todo taburetes, platos de madera en general todo lo que se le pusiera en mano, incluso personas que pillaba desprevenidas,Kainan lo iba esquivando todo como si de un juego se tratase, y cuando le llegaba una persona simplemente la golpeaba o la usaba como escudo.
Los objetos dejaron de volar solo porque ese tragón tenia más hambre y iba barriendo la comida de las mesas,Kainan se reía en voz alta sujetandose el estomago pues veía como su amigo no había cambiado en absoluto.Ese germano era un pillo y aprovechando todo el alboroto se lanzó detrás de la barra donde había el dinero y de un zarpazo agarro todo lo que puedo corriendo hacia la salida, Kainan escucho su voz pero su instinto de guerrero le hizo darse cuenta a la vez como el amo del establecimiento no se iba a dejar robar tan fácilmente y lanzaba un puñal hacia Ace,con la carrerilla de la huida cargó sobre el hombro de Ace y lo desvió al menos lo suficiente para que el cuchillo no diera en ningún sitio vital, el chico se quejó y trastavilleo un poco pero con la ayuda de Kainan siguieron en su huida.
Ahora ya sabía Kainan para que iba a servir el dinero robado, para ir directos aun médico pues el no era entendido en esas materias y podia ser grave.
Los objetos dejaron de volar solo porque ese tragón tenia más hambre y iba barriendo la comida de las mesas,Kainan se reía en voz alta sujetandose el estomago pues veía como su amigo no había cambiado en absoluto.Ese germano era un pillo y aprovechando todo el alboroto se lanzó detrás de la barra donde había el dinero y de un zarpazo agarro todo lo que puedo corriendo hacia la salida, Kainan escucho su voz pero su instinto de guerrero le hizo darse cuenta a la vez como el amo del establecimiento no se iba a dejar robar tan fácilmente y lanzaba un puñal hacia Ace,con la carrerilla de la huida cargó sobre el hombro de Ace y lo desvió al menos lo suficiente para que el cuchillo no diera en ningún sitio vital, el chico se quejó y trastavilleo un poco pero con la ayuda de Kainan siguieron en su huida.
Ahora ya sabía Kainan para que iba a servir el dinero robado, para ir directos aun médico pues el no era entendido en esas materias y podia ser grave.
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Re: Las calles del mercado
No le respondi nada a esa chiquilla quedandome pensativa ante la pregunta que ella me habia hecho por esa razon solo me quede parada mirandola antes de fijarme que esta volvia a comenzar a irse diciendome algunas palabras que mas que enfurecerme me hicieron soltar una leve carcajada que ella por supuesto no habia oido porque ya se estaba retirando del lugar cosa que yo pensaba hacer en esos momentos ya que no tenia mucho mas que hacer en los mercados habia comprado proviciones para el viaje que haria y tambien las ropas y cosas suficientes para poder defenderme puesto que sabia que fuera de palacio y alrededor de toda Roma habia varios peligros mas que nadie conocia solo por estar siempre encerrados en sus mundos de lujo y paz cosa que enrealidad no era lo mio yo preferia ver el sufrimiento ajeno y ser tambien la encargada de hacerlo aparecer, sentia mas placer siendo la que causaba desgracias que ser solo la espectadora silenciosa de las penurias que hacian las personas a mi alrededor. Con esos pensamientos comence a caminar nuevamente alejandome de los mercados para poder ir a una zona mas tranquila en la cual pudiera entrenar ese poder que tenia mas no queria irme sin responderle a esa chica a lo cual solo me di la vuelta aun caminando con tranquilidad.
- Espero ansiosa el dia en que vengas nuevamente a verme y ya veremos si para entonces soy tan debil como tu dices que soy muchacha -dice sonriendo macabramente mientras volvia a ver hacia el frente caminando tranquilamente-
- Espero ansiosa el dia en que vengas nuevamente a verme y ya veremos si para entonces soy tan debil como tu dices que soy muchacha -dice sonriendo macabramente mientras volvia a ver hacia el frente caminando tranquilamente-
Nia- Dama del Pecado
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Re: Las calles del mercado
Estar por uera del coliseo le habia hecho un cierto bien a Ada, como si se hubiese quitado un peso de encima, Agaros aquel hombre que le habia ofrecido volver a su patria a pesar de haber conocido hace poco a Ada se mostraba muy cordial hacia ella, tal vez por lo que provenian de la misma tierra o por que la joven le recordaria una hija o una nieta, los dos caminaban por las calles del mercado, si iban a emprender un viaje tan largo necesitarian provisiones, era algo extraño para la chica tratar bien a una persona pero Agaros, el anciano le agradaba, tal vez por la nueva oportunidad que le brindaba, viajar por la bastedad del imperio romano le parecia algo interesante.
- Anciano cuantas cosas mas necesitaremos? - pregunto la joven con los brazos tras la nuca mientras miraba todas las tiendas.
- Lo suficiente para sobrevivir unos dias, y quiza algo de mas por si tenemos compañia en nuestro viaje o quiza alguien que necesite nuestra ayuda - respondio el viejo mientras pasaba de tienda en tienda preguntando por cosas y averiguando precios
- realmente es muy precavido - rspondio la chica mientras tomaba rapidamente una manzana y se la iba comiendo claro sin pagarla pero el vendedor no se dio cuenta
- Bueno... en la vida los planes que se tienen pueden cambiar, ya sea para bien o para mal, asi que es mejor tener esas variables en cuenta - sonreia el anciano a la peliroja
Lo dos seguian caminando por el mercado sin el mayor afan comprando todas las cosas para el viaje
- Anciano cuantas cosas mas necesitaremos? - pregunto la joven con los brazos tras la nuca mientras miraba todas las tiendas.
- Lo suficiente para sobrevivir unos dias, y quiza algo de mas por si tenemos compañia en nuestro viaje o quiza alguien que necesite nuestra ayuda - respondio el viejo mientras pasaba de tienda en tienda preguntando por cosas y averiguando precios
- realmente es muy precavido - rspondio la chica mientras tomaba rapidamente una manzana y se la iba comiendo claro sin pagarla pero el vendedor no se dio cuenta
- Bueno... en la vida los planes que se tienen pueden cambiar, ya sea para bien o para mal, asi que es mejor tener esas variables en cuenta - sonreia el anciano a la peliroja
Lo dos seguian caminando por el mercado sin el mayor afan comprando todas las cosas para el viaje
Ada- Berseker de Ares
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Re: Las calles del mercado
En un abrir y cerrar de ojos, el tiempo de entrar y salir de la casa, el mercado estaba en plena actividad, los mercaderes iban y venían cargados con sus mercancías abriendo sus chabolas alistandolas para pasar el dia.Kainan iba pasando entre toda esa gente y los visitantes mirando hacía todos lados confirmando que nadie fuera sospechoso o lo seguía, Ace le había contado que habían muchos carteles de búsqueda de guerreros germanos, el dibujo en esa época no era muy bueno pero lo malo es que él estaba lleno de tatuajes y incluso para el más ignorante que viera un mal dibujo lo pudiera reconocer.
Habían pasado ya muchos dias desde el iniciode su viaje y apenas tenía algunos rumores que seguir, no tenía ni rastro de su hermana Sarahissa, no sabía ni por donde buscarla de seguro había decenas de mercados de esclavos o incluso peor a lo mejor ya había sido vendida.Otra idea sería ir directamente en busca de Octavius de seguro que él lo ayudaría peró también era una idea más que disparatada, tenía que seguir su camino buscandose la vida. Mientras paseaba por las calles, no puedo dejar de fijarse en una chica acompañada de un viejo, andaba de una forma despeocupada y algo que no pudo sosportar Kainan fue que cogiera una manzada de una tienda sin pagar, no podía soportar los ladrones y menos los ladrones que robaban a esa gente ya pobre de por si.Así que se acercó a ella por su espalda y le dijo:
-Te parece bien.... robar a esta gente?¿.... mujer?
Habían pasado ya muchos dias desde el iniciode su viaje y apenas tenía algunos rumores que seguir, no tenía ni rastro de su hermana Sarahissa, no sabía ni por donde buscarla de seguro había decenas de mercados de esclavos o incluso peor a lo mejor ya había sido vendida.Otra idea sería ir directamente en busca de Octavius de seguro que él lo ayudaría peró también era una idea más que disparatada, tenía que seguir su camino buscandose la vida. Mientras paseaba por las calles, no puedo dejar de fijarse en una chica acompañada de un viejo, andaba de una forma despeocupada y algo que no pudo sosportar Kainan fue que cogiera una manzada de una tienda sin pagar, no podía soportar los ladrones y menos los ladrones que robaban a esa gente ya pobre de por si.Así que se acercó a ella por su espalda y le dijo:
-Te parece bien.... robar a esta gente?¿.... mujer?
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Re: Las calles del mercado
Ada iba caminando tranquila por el mercado cuando escucho que alguien le reclamaba por la manzana que iba comiendo, se volteo a ver quien era y vio a un joven de cabellos rojos y con una mirada de total desaprobacion ante la accion que habia tomado aquella mujer, el anciano ni se inmuto y sigio de largo haciendo las compras para el viaje.
Los profundos ojos color miel se posaron sobre el extraño, Ada pego un mordisco a la manzana, lo miro de arriba a abajo y cruzandose de brazos en un tono de ironia y reto le contesto - Y a usted que le importa... acaso es la guardia de la ciudad? - la chica esperaba la respuesta de aquel muchacho, pero de repente una vision de el paso por su cabeza... le veia a el y un monton de sombras mas que se ergian en medio de una ciudad destruida, la vision hizo que la chica botara la manzana al piso y colocara una de sus rodillas en tierra, coloco su mano derecha en su cabeza mientras veia aun ams partes de esa vision... estaba el muchacho con otra chica usando la misma extraña armadura... ahora la vision se habia convertido en un intenso dolor en su cabeza hasta que pronuncio una palabra que venia a su cabeza - Gol...gor...dan -
Los profundos ojos color miel se posaron sobre el extraño, Ada pego un mordisco a la manzana, lo miro de arriba a abajo y cruzandose de brazos en un tono de ironia y reto le contesto - Y a usted que le importa... acaso es la guardia de la ciudad? - la chica esperaba la respuesta de aquel muchacho, pero de repente una vision de el paso por su cabeza... le veia a el y un monton de sombras mas que se ergian en medio de una ciudad destruida, la vision hizo que la chica botara la manzana al piso y colocara una de sus rodillas en tierra, coloco su mano derecha en su cabeza mientras veia aun ams partes de esa vision... estaba el muchacho con otra chica usando la misma extraña armadura... ahora la vision se habia convertido en un intenso dolor en su cabeza hasta que pronuncio una palabra que venia a su cabeza - Gol...gor...dan -
Ada- Berseker de Ares
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Re: Las calles del mercado
-Guardia de la ciudad? acaso lo parezco?.... y me importa porque he vivido lo que es el hambre y la dura subsistencia de la gente pobre...
Kainan iba a darle una reprimenda a esa jovencita que se creía algo importante,pero de repente pareció encontrarse mal y cayó arrodillada al polvoriento suelo, empezando a agitarse.El chico se preocupo al instante aunque no creía que hubiese sido tan duro pues apenas le había hablado dos frases.
-Oye.. te encuentras bien¿? que te pasa? - le hablaba el germano arrodillandose también enfrente suyo y cogiendole el brazo.La chica estaba absorta como si no viese a través de sus ojos, de pronto entre cortado pronuncio un nombre que no parecía para nada romano n por el estilo... Golgordan.
-Golgordan?¿... quien es?¿ - entonces Kainan cayó en la persona que andaba cercana a ella mientras andaba tranquilamente - acaso es el hombre ese que te acompañaba?¿
Parecía que no iba a soltar más palabras, Kainan veía como poco a poco la gente se iba acumulando a su alrededor para ver que le pasaba a la chica, una muerte siempre era un gra espectaculo por más penoso que fuera, Kainan decidió alejarse cargando a la muchacha maldiciendo su mala suerte y avanzando para encontrar al otro hombre del cual no conocía nada, los dos ahora avanzaban deprisa pues la chica pesaba bastante poco a pesar de que parecía entrenada físicamente pues sus musculos parecían tensos pero aún así el hombre o había doblado alguna esquina o simplemente andaba mucho más rápido sin haberse dado cuenta de la ausencia de su compañera.
Kainan iba a darle una reprimenda a esa jovencita que se creía algo importante,pero de repente pareció encontrarse mal y cayó arrodillada al polvoriento suelo, empezando a agitarse.El chico se preocupo al instante aunque no creía que hubiese sido tan duro pues apenas le había hablado dos frases.
-Oye.. te encuentras bien¿? que te pasa? - le hablaba el germano arrodillandose también enfrente suyo y cogiendole el brazo.La chica estaba absorta como si no viese a través de sus ojos, de pronto entre cortado pronuncio un nombre que no parecía para nada romano n por el estilo... Golgordan.
-Golgordan?¿... quien es?¿ - entonces Kainan cayó en la persona que andaba cercana a ella mientras andaba tranquilamente - acaso es el hombre ese que te acompañaba?¿
Parecía que no iba a soltar más palabras, Kainan veía como poco a poco la gente se iba acumulando a su alrededor para ver que le pasaba a la chica, una muerte siempre era un gra espectaculo por más penoso que fuera, Kainan decidió alejarse cargando a la muchacha maldiciendo su mala suerte y avanzando para encontrar al otro hombre del cual no conocía nada, los dos ahora avanzaban deprisa pues la chica pesaba bastante poco a pesar de que parecía entrenada físicamente pues sus musculos parecían tensos pero aún así el hombre o había doblado alguna esquina o simplemente andaba mucho más rápido sin haberse dado cuenta de la ausencia de su compañera.
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Re: Las calles del mercado
Ada no recordaba lo que habia pasado tan solo que hablo un poco con aquel muchacho y empezo a sentir un dolor demensial en su cabeza, la chica abrio lentamente los ojos y se dio cuenta que alguien le estaba cargando, era aquel muchacho...
- eh?.. porque' tu?- Ada empezaba a ver a su alrededor, al parecer seguia en el mercado y el chico le estaba cuidando, se sentia un poco cansada por la sensacion en la cabeza pero ya se estada recuperando otra vez esa maldita sencasion como la de la otra noche, habia sentido ese mismo dolor y su mundo daba vueltas tras una serie de extrañas imagenes que se presentaban distorsionadas en su mente
- Ya puedes soltarme - pidio cansada pero con severidad
Agaros habia estado buscando por un largo rato a la chica, penso que se habia perdido en medio de los tumultos y todas esas personas que transitaban por el mercado hasta cuando vio a Ada siendo cargada por un muchacho, Agaros se les acerco y vio que la chica parecia que despertaba de un sueño, el anciano miro al pelirrojo y pregunto con preocupacion - Esta bien?, Ada que te paso? - para el joven aquel sujeto podria ser su padre o su abuelo, sus ropas eran humildes, llevaba la barba y el pelo largo y canoso y no se mostraba como una mala persona
- eh?.. porque' tu?- Ada empezaba a ver a su alrededor, al parecer seguia en el mercado y el chico le estaba cuidando, se sentia un poco cansada por la sensacion en la cabeza pero ya se estada recuperando otra vez esa maldita sencasion como la de la otra noche, habia sentido ese mismo dolor y su mundo daba vueltas tras una serie de extrañas imagenes que se presentaban distorsionadas en su mente
- Ya puedes soltarme - pidio cansada pero con severidad
Agaros habia estado buscando por un largo rato a la chica, penso que se habia perdido en medio de los tumultos y todas esas personas que transitaban por el mercado hasta cuando vio a Ada siendo cargada por un muchacho, Agaros se les acerco y vio que la chica parecia que despertaba de un sueño, el anciano miro al pelirrojo y pregunto con preocupacion - Esta bien?, Ada que te paso? - para el joven aquel sujeto podria ser su padre o su abuelo, sus ropas eran humildes, llevaba la barba y el pelo largo y canoso y no se mostraba como una mala persona
Ada- Berseker de Ares
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Re: Las calles del mercado
- No me ocurre nada - contesto la chica un poco fastidiada mientras se alejaba del pelirrojo, se tomo la cabeza brevemente pero aquel profundo dolor ya habia pasado y que desde hace unos dias le aquejaba y le traia una serie de extrañas visiones - Y bien ya todo esta listo? - pregunto la chica mientras se acercaba al anciano
- SI, ya realize todas las compras, debemos ir al puesto por ellas - respondio amablemente Agaros, mientras señalaba un puesto hacia el sur, Ada emprendio la marcha dejando atras a aquel joven, no sabia por que habia reaccionado asi ante el y sobretodo, el porque se escuchaba a si misma pronunciar un extraño nombre que olvido debido al dolor de cabeza, el anciano no siguio preguntando sobre que habia pasado sino que le seguio hacia el puesto donde habia comprado los viveres, estos se encontraban en una pequeña carreta y eran unos tres cajas las cuales parecian pesadas.
- Creo que debo buscar un caballo o alguien que nos ayude - exclamo Agaros mientras miraba la carga y pensaba que haria para llevarla donde estaban los caballos
- No se preocupe anciano, yo me encargare - Ada tomo la carreta por los dos brazos y sin el mayor esfuerzo empezo a jalarla, aunque fuese pesada la chica no mostraba la mayor dificultad para encargarse de aquella carga
- Realmente las apariencias engañan, parecer una bella flor delicada pero en realidad eres como un frondoso y enorme arbol - exclamo el anciano sorprendido mientras salian del mercado, los hombres y las mujeres romanos que transitaban por el lugar miraban raro a la chica, sin lugar a dudas era una mujer fuerte que es capaz de hacer las cosas por si misma, que la mirasen no le intimidaba antes ella se fijaba en los que estaban a su alrededor, sus ojos infundian miedo y de repente se iban de donde estaban y dejaban de parlotear sobre ella, Agaros era el unico que se mostraba con total tranquilidad a su lado.
Siguieron caminando por el mercado hasta llegar a la carreta jalada por caballos de Agaros la cual seria el vehiculo para su largo viaje, con todo listo empezaron a dejar Roma, Ada no sentia ninguna nostalgia por dejar aquella ciudad al fin y al cabo solo estuvo algo mas de una semana en cambio sentia unos crecientes deseos por volver a esparta sin importar lo que le pasara, Agaros tenia muchas preguntas para la joven pero lo dejaria para el camino
- SI, ya realize todas las compras, debemos ir al puesto por ellas - respondio amablemente Agaros, mientras señalaba un puesto hacia el sur, Ada emprendio la marcha dejando atras a aquel joven, no sabia por que habia reaccionado asi ante el y sobretodo, el porque se escuchaba a si misma pronunciar un extraño nombre que olvido debido al dolor de cabeza, el anciano no siguio preguntando sobre que habia pasado sino que le seguio hacia el puesto donde habia comprado los viveres, estos se encontraban en una pequeña carreta y eran unos tres cajas las cuales parecian pesadas.
- Creo que debo buscar un caballo o alguien que nos ayude - exclamo Agaros mientras miraba la carga y pensaba que haria para llevarla donde estaban los caballos
- No se preocupe anciano, yo me encargare - Ada tomo la carreta por los dos brazos y sin el mayor esfuerzo empezo a jalarla, aunque fuese pesada la chica no mostraba la mayor dificultad para encargarse de aquella carga
- Realmente las apariencias engañan, parecer una bella flor delicada pero en realidad eres como un frondoso y enorme arbol - exclamo el anciano sorprendido mientras salian del mercado, los hombres y las mujeres romanos que transitaban por el lugar miraban raro a la chica, sin lugar a dudas era una mujer fuerte que es capaz de hacer las cosas por si misma, que la mirasen no le intimidaba antes ella se fijaba en los que estaban a su alrededor, sus ojos infundian miedo y de repente se iban de donde estaban y dejaban de parlotear sobre ella, Agaros era el unico que se mostraba con total tranquilidad a su lado.
Siguieron caminando por el mercado hasta llegar a la carreta jalada por caballos de Agaros la cual seria el vehiculo para su largo viaje, con todo listo empezaron a dejar Roma, Ada no sentia ninguna nostalgia por dejar aquella ciudad al fin y al cabo solo estuvo algo mas de una semana en cambio sentia unos crecientes deseos por volver a esparta sin importar lo que le pasara, Agaros tenia muchas preguntas para la joven pero lo dejaria para el camino
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Re: Las calles del mercado
Sus paso eran débiles, marcando entre el sendero su cansancio ya. Alessa, estrella infernal dela pereza, regresaba una ves mas al mercado, pues un presentimiento algo extraño le decía que tenia que estar en aquel lugar para encontrarse con alguien… pero ¿con quien? Duda embriagadora que causaba su alterar de nervios.
Sus ojos aun estaban acuosos por ver aquella perdida humana, ¡Si! Humana… esa viejecita parecía tener valor y para Alessa le dolía de todo corazón. Cabizbaja caminaba entre la tribuna mundana, notando como regresaba aquel aroma asqueroso humano que se expedía por toda las cuadras del mercado.
Sus paso culminaron en una bifurcación, al la derecha un prado enorme con grandiosos puestos egipcios y persas y a la izquierda, templos que daban absceso al publico para venerar al gran Zeus. Aquella errante se rasco la cabeza y arqueo su ceja derecha, relamió y humecto sus resecos labios, suspiro y destenso su cuerpo, para así proceder con su andancia hacia el frente.
Alessa no sabia a donde ir, sentía que tan solo daba vueltas, sentía que era el juguete de terceros y que daba un espectáculo patético, al demostrar su total soledad… Astrid no estaba y no la sentía por ningún eje, tampoco sentía la presencia de otra estrella celeste, ni la de algún guerrero de las trincheras de Hades… y aun más ridículo ni al propio Hades le sentía.
Llego a una esquina, ya cansada, por lo que tan solo sonto el escudo de su espalda, el cual caía resonando entre al banqueta de mármol, al igual bajo aquella caja de metal oscuro donde albergaba su armadura, dio media vuelta y se sentó cruzada de piernas, recargando su cuerpo y mirando el cielo, esperando que hacer o quien ver…
Sus ojos aun estaban acuosos por ver aquella perdida humana, ¡Si! Humana… esa viejecita parecía tener valor y para Alessa le dolía de todo corazón. Cabizbaja caminaba entre la tribuna mundana, notando como regresaba aquel aroma asqueroso humano que se expedía por toda las cuadras del mercado.
Sus paso culminaron en una bifurcación, al la derecha un prado enorme con grandiosos puestos egipcios y persas y a la izquierda, templos que daban absceso al publico para venerar al gran Zeus. Aquella errante se rasco la cabeza y arqueo su ceja derecha, relamió y humecto sus resecos labios, suspiro y destenso su cuerpo, para así proceder con su andancia hacia el frente.
Alessa no sabia a donde ir, sentía que tan solo daba vueltas, sentía que era el juguete de terceros y que daba un espectáculo patético, al demostrar su total soledad… Astrid no estaba y no la sentía por ningún eje, tampoco sentía la presencia de otra estrella celeste, ni la de algún guerrero de las trincheras de Hades… y aun más ridículo ni al propio Hades le sentía.
Llego a una esquina, ya cansada, por lo que tan solo sonto el escudo de su espalda, el cual caía resonando entre al banqueta de mármol, al igual bajo aquella caja de metal oscuro donde albergaba su armadura, dio media vuelta y se sentó cruzada de piernas, recargando su cuerpo y mirando el cielo, esperando que hacer o quien ver…
OFF: Ando dando vueltas a lo pendejo… quien no tenga con quien rolear… denle aquí ando… *.*
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Re: Las calles del mercado
Un chico de cabellos rojo fuego era el principal foco de atención para los ojos de las personas que circulaban por las calles del mercado. El extraño pelirrojo, cuyos ojos eran todavía más curiosos que su color de cabello, interpretaba una hermosa melodía con su guitarra. Aunque para él era posible acompañar la tonada con su voz no lo hacia, no quería cansarse tan temprano. El día apenas estaba comenzando para el joven músico que no esperaba mayores sorpresas que algunas monedas para comprar el almuerzo.
Algunas personas pasaban cerca de él y le recompensaban con monedas que arrojaban a una pequeña caja abierta en el suelo en la que Khrys recolectaba sus ganancias. Los ojos color ámbar del muchacho relucían al ver todo el dinero que había obtenido en tan poco tiempo, había alcanzado una buena racha ese día.
No quitaba los ojos de su caja: temía que algún ladrón aprovechado pudiera salir y arrebatarle el fruto de su trabajo. Ya había perdido la confianza en los habitantes de Roma desde la muerte de su abuelo a manos de asaltantes. Desde una esquina cerca de una fuente el chico alegraba cada rincón del lugar con su armoniosa canción.
Algunas personas pasaban cerca de él y le recompensaban con monedas que arrojaban a una pequeña caja abierta en el suelo en la que Khrys recolectaba sus ganancias. Los ojos color ámbar del muchacho relucían al ver todo el dinero que había obtenido en tan poco tiempo, había alcanzado una buena racha ese día.
No quitaba los ojos de su caja: temía que algún ladrón aprovechado pudiera salir y arrebatarle el fruto de su trabajo. Ya había perdido la confianza en los habitantes de Roma desde la muerte de su abuelo a manos de asaltantes. Desde una esquina cerca de una fuente el chico alegraba cada rincón del lugar con su armoniosa canción.
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Re: Las calles del mercado
-Hey despierta, ya es tarde para dormir- exclamaba una joven de pelo castaño que estaba despertando a un dormilón, que estaba durmiendo profundamente sobre una cama con tonos grises y negros.
Abre sus ojos y ve a la muchacha que con una sonrisa le da un beso en su boca y le sonríe nuevamente – ¿Que hora es?- manifestó el muchacho que perezosamente estaba acostado en la cama con sus ojos entrecerrados.
-No lo se, pero es bastante tarde, despiértate- le da la mano a la chica y este se para de la nada, quedando en pie medio tambaleando, acto seguido, comienza a cambiarse la roma mientras que observaba a la muchacha y se le ruborizaba los cachetes.
La chica abre la puerta y con una sonrisa le dice al hombre…-Me iré, luego vuelvo-
-Te esperare, hermosa- contesto el hombre mientras agarraba con sus dos manos agua y se la pasaba por su cara para despertarse, y refrescarse la cara.
La muchacha se había ido, y el joven decidió ir a la calle a recorrer las calles, ya que el día estaba en perfecto estado para recorrer las calles y hacer compras. Abre la puerta y se va hacia la zona céntrica para recorrer y ver la gente.
Caminando sobre estas puede ver como un joven tocaba una guitarra, llamaba realmente la atención, su pelo pelirrojo casi encandilaba, además de ser un virtuoso guitarrista que hacia grandes punteadas y que agarraba dinero del lugar.
El hombre sorprendido por el guitarrista, se acerca y lo comienza a observar y a escuchar. Agarra unas monedas de oro y se las deposita en un tarro que poseía con gran cuidado reposando sobre el piso. Podía observar como el muchacho miraba sus alrededores como con desconfianza hacia todos los lados.
Para de tocar la guitarra y después de llevarse unos aplausos el joven sorprendido por la virtuosidad de aquel muchacho le dice.
-Eres realmente muy bueno con esa guitarra,¿de donde eres?- dijo el joven con una voz baja y tranquila para el pelirrojo estaba sentado.
Abre sus ojos y ve a la muchacha que con una sonrisa le da un beso en su boca y le sonríe nuevamente – ¿Que hora es?- manifestó el muchacho que perezosamente estaba acostado en la cama con sus ojos entrecerrados.
-No lo se, pero es bastante tarde, despiértate- le da la mano a la chica y este se para de la nada, quedando en pie medio tambaleando, acto seguido, comienza a cambiarse la roma mientras que observaba a la muchacha y se le ruborizaba los cachetes.
La chica abre la puerta y con una sonrisa le dice al hombre…-Me iré, luego vuelvo-
-Te esperare, hermosa- contesto el hombre mientras agarraba con sus dos manos agua y se la pasaba por su cara para despertarse, y refrescarse la cara.
La muchacha se había ido, y el joven decidió ir a la calle a recorrer las calles, ya que el día estaba en perfecto estado para recorrer las calles y hacer compras. Abre la puerta y se va hacia la zona céntrica para recorrer y ver la gente.
Caminando sobre estas puede ver como un joven tocaba una guitarra, llamaba realmente la atención, su pelo pelirrojo casi encandilaba, además de ser un virtuoso guitarrista que hacia grandes punteadas y que agarraba dinero del lugar.
El hombre sorprendido por el guitarrista, se acerca y lo comienza a observar y a escuchar. Agarra unas monedas de oro y se las deposita en un tarro que poseía con gran cuidado reposando sobre el piso. Podía observar como el muchacho miraba sus alrededores como con desconfianza hacia todos los lados.
Para de tocar la guitarra y después de llevarse unos aplausos el joven sorprendido por la virtuosidad de aquel muchacho le dice.
-Eres realmente muy bueno con esa guitarra,¿de donde eres?- dijo el joven con una voz baja y tranquila para el pelirrojo estaba sentado.
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Re: Las calles del mercado
Alessa escribió:
OFF: Ando dando vueltas a lo pendejo… quien no tenga con quien rolear… denle aquí ando… *.*
Off: te gustaria rolear conmigo, Alessa?.
...Llorando se fue...
Alizé atravesaba el mercado a toda prisa, con los ojos llenos de lágrimas y emitiendo llanto que intentaba acallar mientras se introducía más y más entre las personas para no molestarlas con sus quejidos. No era para nada placentero lo que le había hecho Talos, la persona a la que más quería en el mundo, la persona a la que más admiraba, por la que estaba dispuesto a dar la vida de ser necesario, lo había despreciado de la forma más fría. Aún podía sentir la mirada del general sobre su cuerpo, como si le estuviera reprochando algo.
Ya no quería saber nada más, sólo estaba interesado en recolectar información para Talos y ver si así podría obtener el perdón del hombre por cualquier error que él hubiera cometido para que se irritara así. Se había librado de su caballo al salir de la zona de las montañas, para Alizé era más cómodo moverse de aquí para allá con sus piernas que ir montado sobre un corcel a todas partes así que vio innecesario, por no decir inútil, llevar al caballo consigo.
Se suponía tenia que estar al pendiente de cualquier eventualidad relacionada con el tema de la muerte del emperador, pero no se encontraba en condiciones para hacer su trabajo. No se estaba encaminando hacia ningún sitio en especifico, sólo caminaba para tratar de mitigar el dolor del que su corazón de niño era victima.
Talos... No podía dejar de repetir ese nombre mientras trataba de hacer que no se notara tanto que estaba llorando. No parecía haber remedio para la situación, nunca pensó que el general pudiera ser una persona tan despiadada e indiferente.
Se sentó en una banqueta de mármol en la que una joven ya se encontraba descansando, pero él estaba tan metido en sus lamentaciones que un león podría pasar a su lado y él ni cuenta se daría.
Ya no quería saber nada más, sólo estaba interesado en recolectar información para Talos y ver si así podría obtener el perdón del hombre por cualquier error que él hubiera cometido para que se irritara así. Se había librado de su caballo al salir de la zona de las montañas, para Alizé era más cómodo moverse de aquí para allá con sus piernas que ir montado sobre un corcel a todas partes así que vio innecesario, por no decir inútil, llevar al caballo consigo.
Se suponía tenia que estar al pendiente de cualquier eventualidad relacionada con el tema de la muerte del emperador, pero no se encontraba en condiciones para hacer su trabajo. No se estaba encaminando hacia ningún sitio en especifico, sólo caminaba para tratar de mitigar el dolor del que su corazón de niño era victima.
Talos... No podía dejar de repetir ese nombre mientras trataba de hacer que no se notara tanto que estaba llorando. No parecía haber remedio para la situación, nunca pensó que el general pudiera ser una persona tan despiadada e indiferente.
Se sentó en una banqueta de mármol en la que una joven ya se encontraba descansando, pero él estaba tan metido en sus lamentaciones que un león podría pasar a su lado y él ni cuenta se daría.
Alize- Cantidad de envíos : 83
Re: Las calles del mercado
El joven estaba tan concentrado en su melodía y en su oro que el resto del mundo para él dejaba de existir, desde niño se impuso no distraerse al hacer una presentación en público.
"Aunque ellos no noten cualquier falla eso no es motivo para dejarlo pasar, tengo que ser mucho mejor o nunca podré llegar a obtener el reconocimiento que tanto ansío."
Se decía en la privacidad de su mente mientras seguía poniéndole música al ambiente. Un hombre con una barba de varios días y de un aspecto desgarbado se acerco a él. Por sus ojos le daba la impresión de que estaba cansado pues estos permanecían entreabiertos.
-¿Le importa? Pero de todas formas gracias por el halago.- contestó con tono agresivo y paró la melodía, no le agradaban mucho los hombres como ese: pues le recordaban demasiado a Endimión, los tipos que se ven amables generalmente son seres despreciables, al menos en Roma. Una vez confío en un tipo de esos y término mal, no pensaba tener el mismo tropiezo.
Pero al ver que el hombre depositaba algunas monedas quiso pagarle la amabilidad contestando a su pregunta. -Yo soy de ahí y de allá... de todos lados menos de aquí.- le dijo, era una respuesta no muy clara y realmente no aclaraba el lugar de origen del joven. ¿Qué podía decirle? Ni el mismo Khrys conocía su lugar de procedencia. - Pero la versión oficial dice que provengo de una islita cuyo nombre ya se me olvido.- expresó riendo, pues seguramente el extraño se iba a enfadar porque no podía brindarle la información que solicitaba.
-Podría decirse que soy un viajero, no tengo residencia, el mundo es mi hogar y la música es mi vida. No hay otra cosa que le pueda decir.- el chico esperaba que después de decir eso el hombre de aspecto cansado se fuera.
"Aunque ellos no noten cualquier falla eso no es motivo para dejarlo pasar, tengo que ser mucho mejor o nunca podré llegar a obtener el reconocimiento que tanto ansío."
Se decía en la privacidad de su mente mientras seguía poniéndole música al ambiente. Un hombre con una barba de varios días y de un aspecto desgarbado se acerco a él. Por sus ojos le daba la impresión de que estaba cansado pues estos permanecían entreabiertos.
-¿Le importa? Pero de todas formas gracias por el halago.- contestó con tono agresivo y paró la melodía, no le agradaban mucho los hombres como ese: pues le recordaban demasiado a Endimión, los tipos que se ven amables generalmente son seres despreciables, al menos en Roma. Una vez confío en un tipo de esos y término mal, no pensaba tener el mismo tropiezo.
Pero al ver que el hombre depositaba algunas monedas quiso pagarle la amabilidad contestando a su pregunta. -Yo soy de ahí y de allá... de todos lados menos de aquí.- le dijo, era una respuesta no muy clara y realmente no aclaraba el lugar de origen del joven. ¿Qué podía decirle? Ni el mismo Khrys conocía su lugar de procedencia. - Pero la versión oficial dice que provengo de una islita cuyo nombre ya se me olvido.- expresó riendo, pues seguramente el extraño se iba a enfadar porque no podía brindarle la información que solicitaba.
-Podría decirse que soy un viajero, no tengo residencia, el mundo es mi hogar y la música es mi vida. No hay otra cosa que le pueda decir.- el chico esperaba que después de decir eso el hombre de aspecto cansado se fuera.
Khrysis- Cantidad de envíos : 75
Re: Las calles del mercado
Al ver como el pelirrojo le contestó sin ninguna explicación concreta, no le importo y decidió irse a seguir recorriendo las calles del lugar. Sin embargo el joven de pelo castaño pudo ver, ahora más despierto que antes, como una persona de mal aura miraba fijamente el pequeño deposito de monedas del el muchacho. El joven pudo notar que el guitarrista no estaba al tanto de ese sujeto, por eso, se dio media vuelta sonrío eh hizo un gesto con su cabeza y se alejo del lugar.
El clima era hermoso, el sol radiaba totalmente, la temperatura no pasaba los 25° grados, a lo lejos, todavía de donde el joven estaba se podía escuchar aquellos solos que el joven hacia, realmente derrochaba talento, era muy difícil ver en esos días un guitarrista tan joven y con tanta habilidad para ejecutar notas.
Sin embargo aquella armonía paro, cuando unos gritos comenzaron a crujir desde atrás de el joven, se da media vuelta y puede ver lo que ya estaba predestinado, el hombre que había visto sospechoso, había robado el limosnero que tenia el joven guitarrista y se lo estaba llevando corriendo.
Con la cara de cansancio el joven que pertenecía a las filas romanas se quedo parado para encarar al matón que se había llevado las limosnas del muchacho que estaba tocando la guitarra en la calle. Al fin lo encara y Luego de tirarle una patada que fue hacia el mentón del matón pudo derribarlo sencillamente y dejarlo tirado para que los guardias que había en el lugar se lo llevasen. Realmente fue muy fácil ya que el castaño poseía instrucción de pelea de alto rango. Dejo perplejo a unos hombres que estaban en el lugar.
Agarro el limosnero y se acerco nuevamente hacia el guitarrista para darle el dinero que tenía bien merecido. – Aquí cuando ven a gente nueva que hacen algo bien y hace dinero, van como perros en busca de agua- Dijo el muchacho mientras le entregaba el dinero- Toma- Dijo mientras se sentaba en otro banco que estaba por allí apartado del joven , seguramente se quedaría allí a cerrar sus ojos y a oír como el joven tocaba su guitarra.. mientras todos los ánimos se calmaban y los dos jóvenes se sentaba el soldado dijo….-Como te llamas-
El clima era hermoso, el sol radiaba totalmente, la temperatura no pasaba los 25° grados, a lo lejos, todavía de donde el joven estaba se podía escuchar aquellos solos que el joven hacia, realmente derrochaba talento, era muy difícil ver en esos días un guitarrista tan joven y con tanta habilidad para ejecutar notas.
Sin embargo aquella armonía paro, cuando unos gritos comenzaron a crujir desde atrás de el joven, se da media vuelta y puede ver lo que ya estaba predestinado, el hombre que había visto sospechoso, había robado el limosnero que tenia el joven guitarrista y se lo estaba llevando corriendo.
Con la cara de cansancio el joven que pertenecía a las filas romanas se quedo parado para encarar al matón que se había llevado las limosnas del muchacho que estaba tocando la guitarra en la calle. Al fin lo encara y Luego de tirarle una patada que fue hacia el mentón del matón pudo derribarlo sencillamente y dejarlo tirado para que los guardias que había en el lugar se lo llevasen. Realmente fue muy fácil ya que el castaño poseía instrucción de pelea de alto rango. Dejo perplejo a unos hombres que estaban en el lugar.
Agarro el limosnero y se acerco nuevamente hacia el guitarrista para darle el dinero que tenía bien merecido. – Aquí cuando ven a gente nueva que hacen algo bien y hace dinero, van como perros en busca de agua- Dijo el muchacho mientras le entregaba el dinero- Toma- Dijo mientras se sentaba en otro banco que estaba por allí apartado del joven , seguramente se quedaría allí a cerrar sus ojos y a oír como el joven tocaba su guitarra.. mientras todos los ánimos se calmaban y los dos jóvenes se sentaba el soldado dijo….-Como te llamas-
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Re: Las calles del mercado
El pelirrojo no pudo advertir la intromisión de un nuevo personaje en el fondo de la escena, un granuja que con toda intención trato de robarle su sustento. La verdad era que Khrys estaba atento de pocas cosas a su alrededor, su percepción se veía dañada cada vez que se concentraba más en su trabajo: odiaba cuando una pequeña distracción le impedía seguir con su música, por eso retiro los ojos del tipo que se le había acercado para hacer conversación y volvió a tocar su instrumento.
Las platicas de las personas, los sonidos diurnos, entre otros muchos factores que podían hacer que Khrys se equivocara no eran algo de lo que el chico debiera preocuparse. Pero estaba tan relajado que por sus descuidos un matón se aprovechó de la situación para hurtar sus monedas con todo y la urna en la que las propinas eran depositadas por los peatones.
No hubo necesidad de perseguir al malhechor, el hombre de ojos cansados le había hecho el favor de detenerlo y frustrar su robo. El chico estaba más que agradecido por la amabilidad de aquel sujeto y, quizá, había sido demasiado rápido al juzgarlo sin conocerle bien. Fue una equivocación.
Khrys levantó la vista al ver que el hombre se aproximaba nuevamente, extendió su mano para recoger sus monedas y le dijo: - Te lo agradezco mucho.- una sonrisa que revelaba el estado de ánimo de Khrys se formó en sus labios, en realidad estaba alegre de que el truhán no se hubiera escapado con el recipiente.
-Mi nombre es Khristopher. Pero nadie me llama así, me conocen como Khrysis.- le respondió. Ese sujeto resultaba ser uno de los pocos que conocía su nombre real. Khrys no sabia que fue lo que lo llevo a ser tan honesto con ese tipo, pues sólo dos o tres personas sabían que Khrysis no era su nombre de nacimiento.
Las platicas de las personas, los sonidos diurnos, entre otros muchos factores que podían hacer que Khrys se equivocara no eran algo de lo que el chico debiera preocuparse. Pero estaba tan relajado que por sus descuidos un matón se aprovechó de la situación para hurtar sus monedas con todo y la urna en la que las propinas eran depositadas por los peatones.
No hubo necesidad de perseguir al malhechor, el hombre de ojos cansados le había hecho el favor de detenerlo y frustrar su robo. El chico estaba más que agradecido por la amabilidad de aquel sujeto y, quizá, había sido demasiado rápido al juzgarlo sin conocerle bien. Fue una equivocación.
Khrys levantó la vista al ver que el hombre se aproximaba nuevamente, extendió su mano para recoger sus monedas y le dijo: - Te lo agradezco mucho.- una sonrisa que revelaba el estado de ánimo de Khrys se formó en sus labios, en realidad estaba alegre de que el truhán no se hubiera escapado con el recipiente.
-Mi nombre es Khristopher. Pero nadie me llama así, me conocen como Khrysis.- le respondió. Ese sujeto resultaba ser uno de los pocos que conocía su nombre real. Khrys no sabia que fue lo que lo llevo a ser tan honesto con ese tipo, pues sólo dos o tres personas sabían que Khrysis no era su nombre de nacimiento.
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Re: Las calles del mercado
El muchacho al parecer se llamaba Khristopher, luego de un silencio, comenzó a tocar nuevamente su guitarra sin importarle si alguien volvía…el muchacho seguía en lo suyo, mientras que el de pelo castaño se había apoyado sobre una madera enorme y había cerrados sus ojos para escuchar con atención la forma de tocar del muchacho de pelo rojizo. -En verdad yo te tendría que agradecer…en este lugar nadie hace nada, casi nunca viene una persona que toca la guitarra tan bien y me cambia ese sonido de punteo por el sonido de gente estresada y loca que no sabe para que lado ir…este lugar algunas veces me parecer de veras deprimente-
La gente pasaba, el flujo de estas era interminable, era obvio ya que Roma era un imperio enorme, la gente de este lugar salía por todas partes, el comercio era casi infinito, todos comprando cosas, y muchos dejando unas pocas monedas sobre el tarro en el cual el muchacho tenia unas cuantas monedas para subsistir
El silencio hacia que los ojos del muchacho se cerraran y que este comenzara a dormirse lentamente –Me llamo Burzum, un gusto- Musito el joven con vos baja, no se quería dormir en público por eso abrió sus ojos, se los froto con sus manos, se despabilo y siguió escuchando a el pelirrojo…
De pronto Burzum pudo divisar como en frente de el, unos guardias de hermosa armadura y gran aspecto se lo llevaban con unas cadenas al matón que quería robarse el dinero de Khristopher, el malhechor comenzó a insultar al joven de pelo castaño y a amenazarlo por lo que había hecho. Burzum no le dio importancia, miro para otro lado y no le dio atención, sabia que de aquel muchacho se encargarían los guardias romanos y que no la pasara muy mal dentro de un calabozo…
La gente pasaba, el flujo de estas era interminable, era obvio ya que Roma era un imperio enorme, la gente de este lugar salía por todas partes, el comercio era casi infinito, todos comprando cosas, y muchos dejando unas pocas monedas sobre el tarro en el cual el muchacho tenia unas cuantas monedas para subsistir
El silencio hacia que los ojos del muchacho se cerraran y que este comenzara a dormirse lentamente –Me llamo Burzum, un gusto- Musito el joven con vos baja, no se quería dormir en público por eso abrió sus ojos, se los froto con sus manos, se despabilo y siguió escuchando a el pelirrojo…
De pronto Burzum pudo divisar como en frente de el, unos guardias de hermosa armadura y gran aspecto se lo llevaban con unas cadenas al matón que quería robarse el dinero de Khristopher, el malhechor comenzó a insultar al joven de pelo castaño y a amenazarlo por lo que había hecho. Burzum no le dio importancia, miro para otro lado y no le dio atención, sabia que de aquel muchacho se encargarían los guardias romanos y que no la pasara muy mal dentro de un calabozo…
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Re: Las calles del mercado
Y él no paraba de llorar. Las personas que estaban cerca lo miraban extrañados, ver a una chica llorar no era tan extraño pero ver a un chico explotar en llanto de esa forma no se daba con mucha frecuencia. Cubría su rostro con las manos y se frotaba para desaparecer la humedad sobre su rostro, pero simplemente era imposible, no podía contener sus lagrimas.
Pero debía intentar, o por lo menos aparentar, ser más fuerte de lo que era para poder soportar. Alzó su cuerpo y se fue del lugar cerca de la banqueta, de pronto se encontraba caminando otra vez. Algunos bajaban la vista para mirarle el rostro, pero al percibir alguna mirada él giraba hacia otro lado. Un esfuerzo inútil, como tratar de tapar el sol con un dedo.
Al tener la vista desviada no pudo prevenir la pared con la que estaba apunto de estrellarse. Colocó los brazos al frente para detener el contacto al percatarse de la presencia del muro. Con las manos apoyadas sobre el muro el joven se dejo caer en la pared, resbalando hasta tocar el suelo con sus rodillas.
Algo de tierra se había alojado en sus mejillas y sus cabellos rosados. Quería levantarse pero no veía una razón para hacerlo, quería quedarse ahí, como el día en el que conoció a Talos. Aún podía recordar el día en el que el general entro en su vida, cuando él estaba tirado en una calle y el mayor lo cuidó y protegió.
Una canción familiar, que lo hacia evocar la época en la que Endimión era su dueño y no Talos, era audible para el muchacho. Poco a poco elevó su cuerpo hacia arriba. Otra vez volvía a sentirse como un juguete viejo, una muñeca a la que habían desechado y con la que nadie quería volver a jugar, hasta que un posible dueño lo recogiera en una calle.
La bella música se detuvo por causa desconocida, Alizé no demoro en ir a investigar quién era el intérprete de dicha tonada. Apareció, a tiempo para ver como un hombre de pelo castaño detenía un crimen y le devolvía unas monedas a un muchacho pelirrojo.
Permaneció observando desde lejos a los dos, ya que uno de ellos, su cara y su cabello eran bastante conocidos para él, además de la canción, que resultaba ser la misma que había escuchado hace tantos años. Pero no podía ubicar al muchacho, sabia que lo conocía de alguna parte pero no lograba detectarlo. Tenia su nombre en la punta de la lengua.
Pero debía intentar, o por lo menos aparentar, ser más fuerte de lo que era para poder soportar. Alzó su cuerpo y se fue del lugar cerca de la banqueta, de pronto se encontraba caminando otra vez. Algunos bajaban la vista para mirarle el rostro, pero al percibir alguna mirada él giraba hacia otro lado. Un esfuerzo inútil, como tratar de tapar el sol con un dedo.
Al tener la vista desviada no pudo prevenir la pared con la que estaba apunto de estrellarse. Colocó los brazos al frente para detener el contacto al percatarse de la presencia del muro. Con las manos apoyadas sobre el muro el joven se dejo caer en la pared, resbalando hasta tocar el suelo con sus rodillas.
Algo de tierra se había alojado en sus mejillas y sus cabellos rosados. Quería levantarse pero no veía una razón para hacerlo, quería quedarse ahí, como el día en el que conoció a Talos. Aún podía recordar el día en el que el general entro en su vida, cuando él estaba tirado en una calle y el mayor lo cuidó y protegió.
Una canción familiar, que lo hacia evocar la época en la que Endimión era su dueño y no Talos, era audible para el muchacho. Poco a poco elevó su cuerpo hacia arriba. Otra vez volvía a sentirse como un juguete viejo, una muñeca a la que habían desechado y con la que nadie quería volver a jugar, hasta que un posible dueño lo recogiera en una calle.
La bella música se detuvo por causa desconocida, Alizé no demoro en ir a investigar quién era el intérprete de dicha tonada. Apareció, a tiempo para ver como un hombre de pelo castaño detenía un crimen y le devolvía unas monedas a un muchacho pelirrojo.
Permaneció observando desde lejos a los dos, ya que uno de ellos, su cara y su cabello eran bastante conocidos para él, además de la canción, que resultaba ser la misma que había escuchado hace tantos años. Pero no podía ubicar al muchacho, sabia que lo conocía de alguna parte pero no lograba detectarlo. Tenia su nombre en la punta de la lengua.
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Re: Las calles del mercado
El pelirrojo escuchaba al de cabello castaño, era lo menos que podía hacer después de que lo había ayudado tanto y sin esperar mayor recompensa que escucharlo tocar su instrumento. También porque en Roma las personas sólo parecían estar preocupadas por sus propios asuntos: ninguno de los individuos que caminaban por las atestadas calles en el momento en el que el malhechor intentaba extraer las monedas quiso encargarse de él, dejándole las vías libres para que se escapara con una sonrisa burlona en el rostro. Por eso le costaba tanto adquirir confianza en los habitantes de ese lugar, no parecían interesados en dar la mano a alguien necesitado.
Siguió tocando la canción, retomándola en el mismo punto en el que la había dejado la última vez. Una melodía rápida y brillante que atenuaba un poco el barullo matutino de los caminantes. El chico comenzó a hablar, pero no por eso dejaba de lado a su guitarra, podía cumplir con ambas tareas al mismo tiempo. -¿En serio?, siendo sincero no tengo mucho tiempo en Roma. Mi pueblo natal es más calido y vivo que este lugar, desde que llegue recibo un trato frío por parte de las personas. Pero no dejo que me afecte, sencillamente los ignoro y no dejo que me perjudiquen el día.- le dijo en tono animado.
-Mucho gusto, Burzum. Sí desde que llegue aquí me siento como un ser extraño... Cuando era pequeño y vine a vivir aquí con mi abuelo todo se veía tan grande y espectacular, por eso regrese. Pero ahora que lo veo bien vivir en Roma no es tan magnifico como lo pintaba.- el chico dejo su mirada barriendo el piso al decir lo ultimo, le daba un poco de pena confesarse así con un extraño, pero Khrys siempre había sido así, podía hablar de cualquier cosa, incluso de su vida privada con tal de matar el tiempo.
El chico cerró los ojos, pues desde que había comenzado a hablar no apartaba la vista del castaño. Notaba que el otro joven lucía cansado, esperaba no estarlo aburriendo con la plática. - Pero ya hablamos mucho de mí. Tú a qué te dedicas?- le preguntó. Ese día Khrys estaba muy lento; no pudo ver al ladrón y tampoco se percataba de la existencia de un chico que no le quitaba los ojos de encima.
Siguió tocando la canción, retomándola en el mismo punto en el que la había dejado la última vez. Una melodía rápida y brillante que atenuaba un poco el barullo matutino de los caminantes. El chico comenzó a hablar, pero no por eso dejaba de lado a su guitarra, podía cumplir con ambas tareas al mismo tiempo. -¿En serio?, siendo sincero no tengo mucho tiempo en Roma. Mi pueblo natal es más calido y vivo que este lugar, desde que llegue recibo un trato frío por parte de las personas. Pero no dejo que me afecte, sencillamente los ignoro y no dejo que me perjudiquen el día.- le dijo en tono animado.
-Mucho gusto, Burzum. Sí desde que llegue aquí me siento como un ser extraño... Cuando era pequeño y vine a vivir aquí con mi abuelo todo se veía tan grande y espectacular, por eso regrese. Pero ahora que lo veo bien vivir en Roma no es tan magnifico como lo pintaba.- el chico dejo su mirada barriendo el piso al decir lo ultimo, le daba un poco de pena confesarse así con un extraño, pero Khrys siempre había sido así, podía hablar de cualquier cosa, incluso de su vida privada con tal de matar el tiempo.
El chico cerró los ojos, pues desde que había comenzado a hablar no apartaba la vista del castaño. Notaba que el otro joven lucía cansado, esperaba no estarlo aburriendo con la plática. - Pero ya hablamos mucho de mí. Tú a qué te dedicas?- le preguntó. Ese día Khrys estaba muy lento; no pudo ver al ladrón y tampoco se percataba de la existencia de un chico que no le quitaba los ojos de encima.
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