[1º Fecha] Alizé vs Ada

Ada Berseker Madareth vs Alizé Dios Phantasos


ESCENARIO - CAMINOS ENTRE LOS CORALES





MODERADOR





Datos de Ada




Def. 5

HP - 5000

Defensa - Ejercito de Esparta
(Cuando utilices con efectividad la defensa, podrás agregar +4 de cosmo para el contra ataque.)

AD - Lanzas de guerra (1000)
(Quien reciba este ataque deberá disminuir -100 de HP hasta el final del combate por las heridas.)

AM - Supresión (1500)
(El que reciba esta tecnica deberá disminuir en -15 su defensa al proximo turno de ataque.)

AF - Nemesis (2000)
(El que reciba esta tecnica deberá disminuir -300 de HP hasta el final del combate.)

Datos de Alizé




Def. 5

HP - 5000

Defensa - Corraza femenina
(Si utilizas esta tecnica efectivamente puedes agregar +2 de cosmo en tu contra ataque.)

AD - Rapsodia de hombres lobo (1000)
(Quien reciba este ataque deberá disminuir -100 de HP hasta finalizar el combate por las heridas.)

AM - Quebrador (1500)
(Quien reciba este ataque deberá disminuir en -200 el HP hasta el final del combate por las heridas en su craneo.)

AF - Sueño eterno (2000)
(Quien reciba esta técnica por el intenso sueño deberá descontarse -10 de defensa hasta el final del combate.)

Perdido en un reino al que no pertenecía, una adorable joven arropada por una bella kamei de colores oscuros rondaba cerca de las grandes rocas, buscando a su oponente. No se había declarado una batalla formalmente pero el cosmos de un berseker, el cual era inconfundible e imposible de imitar por un guerrero de otro ejército, circundaba el territorio que la deidad estaba explorando. Se encontraba usando su disfraz, un cuerpo de fémina que iba más acorde con su personalidad y movimientos.


Una chica de abundante cabello rosa y un hermoso cuerpo digno de una Diosa, ese era el aspecto que Alizé se había elegido para combatir. Solamente algunos conocían su verdadera forma, por lo que era imposible descubrir que había un chico escondido bajo esa apariencia femenina. La joven se encontró con la berseker que había estado buscando entre las rocas de tamaños variados, que serian el escenario de su batalla. El cielo que era el mar, en el que habitaban todo tipo de animales marinos, que había tenido tiempo para apreciar cuando entró en las profundidades del océano, se veían en lo más alto, como los pájaros que volaban en la superficie.

Vio a la pelirroja recargada en una de las rocas pronunciadas que formaban parte del ambiente. La chica se acercó a la dama de la guerra con pequeños saltos; su cuerpo parecía no pesar nada, casi como si estuviera flotando. -Hola Señora Berseker, cómo le va?- preguntó una voz tierna, algo más aguda de la que tenia en su versión masculina. La chica saludó a Madareth mientras apoyaba su cuerpo en la misma roca, muy cerca de ella.

El piso se ennegreció mientras un centenar de cadenas surgían del piso hacia la joven de cabellos rosas. Las cadenas, que tenían unas decoraciones afiladas y parecían estar cubiertas de un líquido rojizo parecido a la sangre, estaban decididas a hacer daño a la imagen de la chica. Las cadenas azotaron contra el Dios, atrapándolo, aunque él no estaba oponiendo mucha resistencia frente a la técnica empleada por la mujer de rojo. La chica no parecía querer liberarse, muy al contrario de lo que su opositora podría pensar.

Pues ya sabía a que riesgos se estaba enfrentando, pero temer a los mortales no era algo muy común en un Dios. Alizé le sonrió, con gran ternura y unos, mientras visualizaba la frente la de Señora de la guerra. Phantasos concentró su poder en ese punto para crear una pequeña corona de tonalidades plateadas que rápidamente se adhirió a la cabeza hueca de Madareth.

-Interesante.- pronunció dulcemente mientras la magia del ataque comenzaba a liberar sus efectos sobre la berseker. Siempre había sentido lastima por los seres inferiores que se atrevían a compara su poder con el de los Dioses. Quería ver la cara de sufrimiento que tendría la Señora de la guerra por la opresión que iba a sentir en su cabeza, no podía existir un mejor escarmiento que ese.

La chica se quedó ahí, colgada de las cadenas y conservando un semblante adorable. No parecía sentirse asustada al estar atrapada por la trampa de Madareth. Pero antes de poder hacerlo el anillo se disperso, de forma inesperada para la deidad.

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La chica miró a la Berseker de Ares con placidez mientras una luz le rodeaba después de haber salido ilesa de las explosiones. ¿Qué era eso? No era otra cosa que el cosmos de la deidad manifestándose fuera de su cuerpo, liberándose de aquellas cadenas. Madareth no había visto que su cuerpo no había sido dañado por su técnica con cadenas; Phantasos estuvo bajo su piel femenina todo el tiempo, el ataque de la berseker sólo lo desconcertó al ser tomado por sorpresa. Incluso la sangre de la deidad, que la misma Madareth había visto salir a chorros del cuerpo femenino de Phantasos. El segundo ataque hecho por la pelirroja tampoco le afecto.

-Mi nombre es... Bueno, no tiene importancia. Pero me conocen como el Dios de la irrealidad.-

Farfulló mientras retiraba las cadenas y las heridas de la piel en la corraza femenina se desvanecían con el avance de la deidad. La chica de cabellos rosas se acercó a Madareth, trizando las cadenas y abrazándose el cuello de la mujer; había una diferencia de altura considerable entre ambas, siendo la dama de la guerra la más alta y fornida. Phantasos miró el rostro de su opositora y luego rió alegremente.

Dio un salto hacia atrás para quedar a distancia de la Señora de la guerra; la batalla no le interesaba mucho, pero quería ver si los bersekers tenían más trucos escondidos bajo la manga. -Bueno Señora Berseker, usted está lista para matarme?- dijo sonriendo afablemente, como en broma.

Phantasos giró sobre sus talones para quedar mirando hacia otro lugar: había tenido muy poco tiempo para apreciar claramente todas las cosas hermosas que el lugar del enfrentamiento ofrecía para admirar. Esos cielos tan azules, como el que se podía ver sacando la cabeza de las aguas. Apenas podía creer que hubiera un reino bajo el agua, y que él pudiera verlo.

La joven apartó la vista de la superficie acuosa y volvió a Madareth, lista para terminar lo que comenzó pero que fue interrumpido por las cadenas de la guerrera consagrada al Dios de la guerra violenta. Subió su mano a la altura de la cabeza, y luego apuntó con su dedo corazón a la mujer, mientras sus ojos azulados, repletos de dulzura e inocencia contemplaban a la berseker.

-Creo que algo se qeudó pendiente. Quebrador.- canturreó alegremente mientras una sonrisa de oreja a oreja se dibujaba en su infantil rostro de niña. La doncella de rosados cabellos esperaba a ver cómo sentiría la presión de aquel aro brillante que ahora se encontraba sobre la cabeza de Madareth. El mismo anillo que había desaparecido, pero al verse ahora libre podría hacerlo aparecer con más consistencia para que hiciera el daño que había estimado.