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Los toques finales
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Los toques finales
Llegando a la entrada del lugar, a paso lento y seguro se podían observar a dos hombres de dicha ciudad. Knoll mayormente conocido por todos, pues gracias a su idea y objetivo todo es lo que es gracias a la ayuda de sus más fieles compañeros. Como de igual forma se le podía ver acompañado de Seisyll, en silencio ambos caminaban adentrándose a la ciudad a la cual le faltaban los más mínimos detalles para ser reconstruida totalmente. En eso Knoll se detuvo y observo hacia su derecha, se encontró como dos pequeños niños jugaban a las luchas con espadas de madera fabricadas por su padre, el hombre de cabellos grises sonrió levemente en ver como aquellos muchachos disfrutaban una leve diversión y no les importaba en lo más mínimo los problemas de allá afuera.
-Sabes, cuando niño hacia lo mismo que aquellos dos de allá. Era un juego tan divertido… Pero que hoy en día, cuando ya tienes la edad necesaria de ser un simple juego pasa a la realidad lo cual te permitirá seguir viviendo si sucede algo. Es relajante el ver como dos pequeños se divierten mientras los adultos trabajan, ellos saben que están seguros… Lo cual quiero mantener por siempre…
En eso Knoll guardo silencio y miro hacia el frente… Comenzó a caminar nuevamente acercándose a una mujer a la cual pasó aquella capa negra que le cubría por completo, la mujer le sonrió y se retiro. El líder de Asgard, apretó sus manos una contra la otra y miro el cielo azulado…
-Bien, es hora de continuar…
-Sabes, cuando niño hacia lo mismo que aquellos dos de allá. Era un juego tan divertido… Pero que hoy en día, cuando ya tienes la edad necesaria de ser un simple juego pasa a la realidad lo cual te permitirá seguir viviendo si sucede algo. Es relajante el ver como dos pequeños se divierten mientras los adultos trabajan, ellos saben que están seguros… Lo cual quiero mantener por siempre…
En eso Knoll guardo silencio y miro hacia el frente… Comenzó a caminar nuevamente acercándose a una mujer a la cual pasó aquella capa negra que le cubría por completo, la mujer le sonrió y se retiro. El líder de Asgard, apretó sus manos una contra la otra y miro el cielo azulado…
-Bien, es hora de continuar…
Knoll- Cantidad de envíos : 11
Re: Los toques finales
Imponente era el hombre de Asgard que llegaba con Seisyll. El de cabellos turquesas, sin duda alguna estaba en silencio, se sentía lleno de vida al tener de amigo al gran líder de Asgard, observaba ver jugar a los chicos, pues como comentaba Knoll, era real… se sentían seguros ahí. Seisyll recordaba jugar a las luchas con sus ahora compañeros, aunque cuando observaba que el juego pasaba a mas, porque siempre había alguien que se enojaba por que le golpeaban fuerte, Seisyll intentaba calmar las aguas y pararlos.
¡Señor Seisyll! – Musitaron un par de jóvenes, mientras se le subían encima al Asgardiano, que con una sonrisa zamarreaba los cabellos de los chicos que le rodeaban. Pues Seisyll, a pesar de ser callado, cuando descansaba en el trabajo… les contaba historias inventadas por él acerca de Odín, no sabía si eran reales… pero ver a los niños con sus ojos encendidos y dilatados, todos atentos a cada palabra que salía de su boca por el simple hecho de algún día conocer la grandeza de Odín, sin duda alguna era algo que alimentaba el corazón del nórdico.
Lo siento, niños. Pero ahora comenzaré a trabajar, luego les prometo que les contaré una historia sobre el malvado Loki… ¡Y como Odín le derrotó con su sabiduría! – Dijo Seisyll cuando bajaba a un pequeño que tenía en sus brazos y lo colocaba con cuidado en el suelo de pie. Los chicos comenzaron a saltar alegres y desesperados por esperar a que el guerrero tomara su descanso y le contara la historia. – Ahora vayan a jugar…
Dijo Seisyll mientras les daba una palmada suave en la espalda a los chicos a la pasada y caminaba hacia Knoll. Los chicos sonreían y saltaron en su lugar, para luego correr hacia otro lado, alejándose a gran velocidad todos al mismo tiempo, se ve que hacían caso a las ‘ordenes’ de jugar, porque ya habían comenzado. Seisyll les miró con una sonrisa, después de todo eran el futuro de Asgard. Giró su cabeza y observó a Knoll que ya estaba trabajando, el nórdico sin pensarlo dos veces se quitó su espada y se la dio a una mujer con cuidado y envainada, para que esta la guardara en un lugar seguro. – Gracias.
Musitó hacia la señorita que se sonrojó un momento y se marchó a guardar su espada. Observó el imponente palacio y suspiró, era enorme y ya parecía que iban a terminar. Tomó una piedra, de las mas pesadas y comenzó a llevarla hacia el castillo, ya estaba moldeada, solo bastaba colocarla en su lugar y afirmar la estructura para que no cayera, sin duda alguna faltaba muy poco para finalizar la ciudadela.
¡Señor Seisyll! – Musitaron un par de jóvenes, mientras se le subían encima al Asgardiano, que con una sonrisa zamarreaba los cabellos de los chicos que le rodeaban. Pues Seisyll, a pesar de ser callado, cuando descansaba en el trabajo… les contaba historias inventadas por él acerca de Odín, no sabía si eran reales… pero ver a los niños con sus ojos encendidos y dilatados, todos atentos a cada palabra que salía de su boca por el simple hecho de algún día conocer la grandeza de Odín, sin duda alguna era algo que alimentaba el corazón del nórdico.
Lo siento, niños. Pero ahora comenzaré a trabajar, luego les prometo que les contaré una historia sobre el malvado Loki… ¡Y como Odín le derrotó con su sabiduría! – Dijo Seisyll cuando bajaba a un pequeño que tenía en sus brazos y lo colocaba con cuidado en el suelo de pie. Los chicos comenzaron a saltar alegres y desesperados por esperar a que el guerrero tomara su descanso y le contara la historia. – Ahora vayan a jugar…
Dijo Seisyll mientras les daba una palmada suave en la espalda a los chicos a la pasada y caminaba hacia Knoll. Los chicos sonreían y saltaron en su lugar, para luego correr hacia otro lado, alejándose a gran velocidad todos al mismo tiempo, se ve que hacían caso a las ‘ordenes’ de jugar, porque ya habían comenzado. Seisyll les miró con una sonrisa, después de todo eran el futuro de Asgard. Giró su cabeza y observó a Knoll que ya estaba trabajando, el nórdico sin pensarlo dos veces se quitó su espada y se la dio a una mujer con cuidado y envainada, para que esta la guardara en un lugar seguro. – Gracias.
Musitó hacia la señorita que se sonrojó un momento y se marchó a guardar su espada. Observó el imponente palacio y suspiró, era enorme y ya parecía que iban a terminar. Tomó una piedra, de las mas pesadas y comenzó a llevarla hacia el castillo, ya estaba moldeada, solo bastaba colocarla en su lugar y afirmar la estructura para que no cayera, sin duda alguna faltaba muy poco para finalizar la ciudadela.
Seisyll- Cantidad de envíos : 16
Re: Los toques finales
No podia alcanzar a esa sombra de Knoll, parecian el mismo kraken que se movia por los oceanos cubiertos por la gruesa capa de hielo, mientras que al parecer el y otra sombra vaga estaban ya en el pueblo, yo apenas estaba en las faldas de la montaña, el hielo me impedia en absoluto poder desplazarme con facilidad, aun asi estaba dispuesto a saludar a Knoll y de paso a seguir trabajando, mi lira la habia amarrado con un pequeño liston, pegado a mi espalda y colgada a mi cuello, con el movimiento de mi caminar, comenzaba a moverse de un lado hacia a otro, pero aun asi no se rompia, las cuerdas era resistentes, regalo de mi madre, cuerdas de plata, que no se romperian con facilidad, ni los mismos vientos feroces de asgard lo harian.
Estaba llegando ya, gente por doquier se concentraban cerca del nuevo castillo, comenzando a cargar de poco en poco las piedras ya labradas, unas jovenes hermosas, llevaban un poco de comida hacia los trabajadores, los niños corrian de un lado para otro, y yo solo estaba llegando a la planta baja del lugar de trabajo, uno de los niños jugueteando comenzo a acercarse por la espalda, y trato de tocar mi lira, senti su presencia, y antes de que lo rasgara me detube, no queria asustarlo, pero ese era mi preciado tesoro, y solo le lanze una mirada... y atine a decir.
No puedo dejar que toques esta lira, es mi mas preciado tesoro, pero si alguna vez, logras hacerte un guerrero fuerte, con gusto te lo regalare, dije mientras le despeinaba la cabeza.
Con el aliento entre cortado, mire a Knoll trabajando junto con otro, ahi estaban, tenia un coraje por no esperarme, tenia casi congelado los labios y manos por correr demasiado.
Hey Knoll, porque no me has esperado, trataba de hablar contigo. Decia mientras empezaba a cargar una piedra.
Estaba llegando ya, gente por doquier se concentraban cerca del nuevo castillo, comenzando a cargar de poco en poco las piedras ya labradas, unas jovenes hermosas, llevaban un poco de comida hacia los trabajadores, los niños corrian de un lado para otro, y yo solo estaba llegando a la planta baja del lugar de trabajo, uno de los niños jugueteando comenzo a acercarse por la espalda, y trato de tocar mi lira, senti su presencia, y antes de que lo rasgara me detube, no queria asustarlo, pero ese era mi preciado tesoro, y solo le lanze una mirada... y atine a decir.
No puedo dejar que toques esta lira, es mi mas preciado tesoro, pero si alguna vez, logras hacerte un guerrero fuerte, con gusto te lo regalare, dije mientras le despeinaba la cabeza.
Con el aliento entre cortado, mire a Knoll trabajando junto con otro, ahi estaban, tenia un coraje por no esperarme, tenia casi congelado los labios y manos por correr demasiado.
Hey Knoll, porque no me has esperado, trataba de hablar contigo. Decia mientras empezaba a cargar una piedra.
Jabranth- Status : MUERTO
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Azrael, marioneta sonora
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Re: Los toques finales
Era así como luego de un pequeño descanso tanto en estar en aquella colina como el de hablar sobre las pequeñas jugarretas de los niños nórdicos, es como Knoll empezó a trabajar junto a Seisyll, la gente los observaba como eran capaces de levantar rocas y rocas, encontrarse agotados pero su fuerza de voluntad los enviaba a terminar con el trabajo. En eso apareció otro joven, el chico del arpa que alegraba con su música en los momentos de descanso que de igual forma se esforzaba por trabajar por el pueblo de Asgard, Jabranth… Unas pequeñas palabras fueron dichas por este luego de haber hablado con un pequeño niño, en eso Knoll se detuvo con una gran piedra en sus brazos y le observo directamente a los ojos con una calma muy reconocida por todos…
-¿En verdad?... Lo siento si no he escuchado en la naturaleza que estabas cerca de mi y de Seisyll. Pero nunca es tarde Jabranth… Mientras me ayudas con algunas Rocas para la muralla del lado Oeste, podría decirme las palabras que te interesan intercambiar conmigo si ya no es demasiado tarde…
En eso guardo silencio esperando respuesta del joven antes de comenzar la continuación del trabaja en el pueblo y en el palacio de Valhalla…
-¿En verdad?... Lo siento si no he escuchado en la naturaleza que estabas cerca de mi y de Seisyll. Pero nunca es tarde Jabranth… Mientras me ayudas con algunas Rocas para la muralla del lado Oeste, podría decirme las palabras que te interesan intercambiar conmigo si ya no es demasiado tarde…
En eso guardo silencio esperando respuesta del joven antes de comenzar la continuación del trabaja en el pueblo y en el palacio de Valhalla…
Knoll- Cantidad de envíos : 11
Re: Los toques finales
Piedra tras piedra llegaba hacia la muralla haciéndola crecer de a poco, afirmándola y volviéndola una hermosa estructura que rodeaba el pueblo nórdico. Algunos aldeanos ya no podían mas, mas Seisyll, cuando los veía flaquear les tocaba la espalda y les daba aliento para que continuaran. Faltaba muy poquito, tan solo un par de piedras y podían vivir una vida en paz, descansar como se debía y olvidar aquella vida de trabajo.
Algunos ya no podían mas, por mas que se les diera aliento sus cuerpos estaban fatigados, habían trabajado por años y algunos en las ultimas semanas no habían dormido bien por querer apresurarse a terminarlo. Seisyll tan solo sonreía a los que no podían más y les daba una palmada en la cabeza, para que se fueran a casa y descansaran como debían, mientras que el de cabellos turquesas cargaba sus piedras. No se iba a rendir tan fácil, la voluntad de Odín y de Knoll lo alentaban a seguir.
Cuando Seisyll venía de colocar una piedra en la muralla oeste, se encontró con Knoll y Jabranth. Algo que sin duda le alegró algo, Jabranth, aquel músico de gran fuerza. Sin duda jamás hubiese pensado mal de él, al igual que Onoki y un par más. Aunque en estos momentos, veía mal que alguien tan fuerte como Onoki, no estuviese trabajando y lo tuvieran que hacer los demás Asgardianos. No se sabía donde estaba, pero sin duda alguna… estaba algo mal. Saludó a Jabranth con su mano y una sonrisa algo pequeña, mientras seguía caminando hasta otra piedra para colocarla en la muralla. Notó que no había más piedras, de hecho la que tomó y tenía en sus manos era la última. Hasta que escuchó la voz de un Asgardiano que venía corriendo y gritando. – ¡A la muralla solo le falta tres piedras para ser terminada por completo, Señor!
En efecto, las ultimas tres piedras que faltaban eran la que tenía Knoll en la mano, la de Jabranth y la de Seisyll, que corrió hacia ellos con gran velocidad y felicidad, a pesar de que estaba cansado, lo valía, después de todo… se iba a tomar un descanso bastante largo luego de terminar la ciudadela. Se colocó al lado de Knoll y Jabranth, musitándole a los guerreros un par de palabras. – Nuestras ultimas tres piedras… creo que al fin Asgard descansará en paz por un buen rato, luego de años de trabajo interminable.
Los tres caminaban hacia la Muralla a punto de ser terminada. Montones de personas, que habían sido advertidas por aquel que gritaba acerca de las ultimas tres piedras, seguían a Knoll y sus compañeros, Seisyll y Jabranth. Fue Seisyll quien se detuvo delante de la muralla y observó a todo su pueblo detrás, con una sonrisa colocó la piedra en su lugar para empujarla con gran fuerza y esta encajara en el lugar correcto. Había dos lugares mas… a lo que el chico de cabellos turquesas miró a sus compañeros. – Espero que no sea tomado a mal… pero creo que quien inició esta ciudadela y le dio vida a los vikingos nuevamente, sea el que ponga la última piedra.
Dijo esperando que sea Knoll quien finalizara todo esto. El que seguiría sería Jabranth, para que ubicara la piedra en su lugar, ya luego de todo esto no faltaría absolutamente nada mas… luego irían todos a la taberna a beber como desenfrenados alegremente. La nieve chocaba en sus mejillas, realmente hacía frío, pero no se podía sentir por el calor que sus corazones sentían al terminar el trabajo de sus vidas. Mujeres, niños, hombres… todos reunidos en el mismo lugar, esperando que sea Knoll quien terminara lo que alguna vez empezó hacía ya un buen tiempo atrás.
Algunos ya no podían mas, por mas que se les diera aliento sus cuerpos estaban fatigados, habían trabajado por años y algunos en las ultimas semanas no habían dormido bien por querer apresurarse a terminarlo. Seisyll tan solo sonreía a los que no podían más y les daba una palmada en la cabeza, para que se fueran a casa y descansaran como debían, mientras que el de cabellos turquesas cargaba sus piedras. No se iba a rendir tan fácil, la voluntad de Odín y de Knoll lo alentaban a seguir.
Cuando Seisyll venía de colocar una piedra en la muralla oeste, se encontró con Knoll y Jabranth. Algo que sin duda le alegró algo, Jabranth, aquel músico de gran fuerza. Sin duda jamás hubiese pensado mal de él, al igual que Onoki y un par más. Aunque en estos momentos, veía mal que alguien tan fuerte como Onoki, no estuviese trabajando y lo tuvieran que hacer los demás Asgardianos. No se sabía donde estaba, pero sin duda alguna… estaba algo mal. Saludó a Jabranth con su mano y una sonrisa algo pequeña, mientras seguía caminando hasta otra piedra para colocarla en la muralla. Notó que no había más piedras, de hecho la que tomó y tenía en sus manos era la última. Hasta que escuchó la voz de un Asgardiano que venía corriendo y gritando. – ¡A la muralla solo le falta tres piedras para ser terminada por completo, Señor!
En efecto, las ultimas tres piedras que faltaban eran la que tenía Knoll en la mano, la de Jabranth y la de Seisyll, que corrió hacia ellos con gran velocidad y felicidad, a pesar de que estaba cansado, lo valía, después de todo… se iba a tomar un descanso bastante largo luego de terminar la ciudadela. Se colocó al lado de Knoll y Jabranth, musitándole a los guerreros un par de palabras. – Nuestras ultimas tres piedras… creo que al fin Asgard descansará en paz por un buen rato, luego de años de trabajo interminable.
Los tres caminaban hacia la Muralla a punto de ser terminada. Montones de personas, que habían sido advertidas por aquel que gritaba acerca de las ultimas tres piedras, seguían a Knoll y sus compañeros, Seisyll y Jabranth. Fue Seisyll quien se detuvo delante de la muralla y observó a todo su pueblo detrás, con una sonrisa colocó la piedra en su lugar para empujarla con gran fuerza y esta encajara en el lugar correcto. Había dos lugares mas… a lo que el chico de cabellos turquesas miró a sus compañeros. – Espero que no sea tomado a mal… pero creo que quien inició esta ciudadela y le dio vida a los vikingos nuevamente, sea el que ponga la última piedra.
Dijo esperando que sea Knoll quien finalizara todo esto. El que seguiría sería Jabranth, para que ubicara la piedra en su lugar, ya luego de todo esto no faltaría absolutamente nada mas… luego irían todos a la taberna a beber como desenfrenados alegremente. La nieve chocaba en sus mejillas, realmente hacía frío, pero no se podía sentir por el calor que sus corazones sentían al terminar el trabajo de sus vidas. Mujeres, niños, hombres… todos reunidos en el mismo lugar, esperando que sea Knoll quien terminara lo que alguna vez empezó hacía ya un buen tiempo atrás.
Seisyll- Cantidad de envíos : 16
Re: Los toques finales
El Seisyll se me habia adelantado antes de que pudise llegar a poner mi piedra dentro de la gran estructura que habiamos alzado con sudor, sangre y muertes, el grito de uno de los trabajadores daban el visto bueno de que solo faltaban tres piedras para que todo terminara, y que la muralla se volviera nuestro escudo contra posibles hostilidades de nuestros vecinos, labrada con nuestras propias manos, hacia referencia clara a nuestros principios.
Seisyll, maldito no podias esperar a que yo pusiera la primera piedra- dije mietras hiba colocando despacio mi piedra, dejando una abertura para que Knoll pusiera la suya, acople despacio, para poner los ultimos detalles, y cuando estuvo completa mi tarea, comenze a secarme de poco a poco el sudor de mi frente con mi mano derecha, aunque no era mucho, la transpiracion era evidente con ese trabajo pesado.
Valla, Knoll, ahora solo falta que pongas tu piedra, para poder ir a descanzar como se merece, despues de trabajar inmensas horas, por fin el pueblo de asgard se alzara como lo que es, una verdadera ciudad de dioses.
Me disponia a observar como el lider, que habia empezado a crear todo esto, pondria fin a esto, para renacer de nueva cuenta, todos los aldeanos lo estaban observando, y yo, un poco cansado, atinaba a afinar las cuerdas de mi lira.
Seisyll, maldito no podias esperar a que yo pusiera la primera piedra- dije mietras hiba colocando despacio mi piedra, dejando una abertura para que Knoll pusiera la suya, acople despacio, para poner los ultimos detalles, y cuando estuvo completa mi tarea, comenze a secarme de poco a poco el sudor de mi frente con mi mano derecha, aunque no era mucho, la transpiracion era evidente con ese trabajo pesado.
Valla, Knoll, ahora solo falta que pongas tu piedra, para poder ir a descanzar como se merece, despues de trabajar inmensas horas, por fin el pueblo de asgard se alzara como lo que es, una verdadera ciudad de dioses.
Me disponia a observar como el lider, que habia empezado a crear todo esto, pondria fin a esto, para renacer de nueva cuenta, todos los aldeanos lo estaban observando, y yo, un poco cansado, atinaba a afinar las cuerdas de mi lira.
Jabranth- Status : MUERTO
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Re: Los toques finales
Realmente… ¿Era posible?, el final de aquella gran reconstrucción estaba al paso de ser finalizada por solo una piedra más la cual portaba el iniciador de todo… Alegría se podía sentir en el lugar, en donde se encontraban todos los pueblerinos del nuevo Asgard, un trabajo que con tanto esfuerza estaba llegando a su fin… La paz y tranquilidad estaba tan solo en una acción más, agregar otra piedra… La piedra final a aquella muralla, la cual daría gran protección al pueblo en sí. Knoll, en silencio observaba todo, luego de que Seisyll y Jabranth hicieran lo suyo, fue cuando un sentimiento de logro llego y recorrió todo su espíritu optimista en un sentido, algo que en ese momento le lleno de orgullo y quizás algo de alegría, lo cual no demostraba mucho puesto a su personalidad…
Lentamente se acerco, y acomodo aquella roca en aquel lugar… Con su manos dio fin a lo que el había comenzado solo por un juramente que hizo a su pequeña y corta edad. Ahora ya mas maduro con unos años encima comprendiendo totalmente el mundo en que vivía, realmente se podía decir que su satisfacción de haber cumplido uno de sus mayores objetivos estaba finalizada… Una leve sonrisa algo muy raro en aquel hombre, apareció… dando media vuelta y observando a todos… Mirándolos a los ojos en general y luego alzando su vista a la estatua del gran dios Odín…
-Gracias… Gracias a todos ustedes por ayudarme en crear y reconstruir este nuevo pueblo, gracias a Odín quien nos dio las fuerzas necesarias para seguir día y noche sin desfallecer en dicho acto. Conmemorando a nuestros antepasados de alguna forma… Todo esto que vemos aquí, no es gracias a mí… si no es gracias a ustedes quienes creyeron en mí y apoyaron esta causa…
Guardo silencio luego de aquellas palabras y alzo su puño cerrado, dirigió su vista al cielo que cubría todo el continente helado. Habia dicho solo pocas palabras pero eran directas… Las cuales daban a entender los sentimientos pocos demostrados por Knoll, luego de un segundo solo se escucho de aquel hombre un gran grito que movio multitudes para festejar…
-¡¡¡VIVA ASGARD!!! ¡¡¡VIVA ODÍN!!!
Lentamente se acerco, y acomodo aquella roca en aquel lugar… Con su manos dio fin a lo que el había comenzado solo por un juramente que hizo a su pequeña y corta edad. Ahora ya mas maduro con unos años encima comprendiendo totalmente el mundo en que vivía, realmente se podía decir que su satisfacción de haber cumplido uno de sus mayores objetivos estaba finalizada… Una leve sonrisa algo muy raro en aquel hombre, apareció… dando media vuelta y observando a todos… Mirándolos a los ojos en general y luego alzando su vista a la estatua del gran dios Odín…
-Gracias… Gracias a todos ustedes por ayudarme en crear y reconstruir este nuevo pueblo, gracias a Odín quien nos dio las fuerzas necesarias para seguir día y noche sin desfallecer en dicho acto. Conmemorando a nuestros antepasados de alguna forma… Todo esto que vemos aquí, no es gracias a mí… si no es gracias a ustedes quienes creyeron en mí y apoyaron esta causa…
Guardo silencio luego de aquellas palabras y alzo su puño cerrado, dirigió su vista al cielo que cubría todo el continente helado. Habia dicho solo pocas palabras pero eran directas… Las cuales daban a entender los sentimientos pocos demostrados por Knoll, luego de un segundo solo se escucho de aquel hombre un gran grito que movio multitudes para festejar…
-¡¡¡VIVA ASGARD!!! ¡¡¡VIVA ODÍN!!!
Knoll- Cantidad de envíos : 11
Re: Los toques finales
El pueblo de Asgard estaba unificado en uno solo, no estaban todos, algunos estaban descansando por tan ardua labor, pero los que estaban ahí esperaban las palabras de Knoll y que esa piedra fuera puesta en su lugar. Y así fue… la piedra era colocada en su lugar, para que el líder de Asgard dijera unas palabras, efímeras pero eran las indicadas para conmemorar los años de esfuerzo que se vivieron para llegar a construir por completo la ciudadela. Los ojos de Seisyll se dilataron, por primera vez estaba emocionado de un acto tan fuerte como el que estaba viviendo. Parecía que la nieve no existiese y tampoco los vientos soplasen cuando el líder de Asgard calló. Levantaba su mano, la cual se fundía con el cielo blanquecino de fondo… no llegaba el sol para Asgard, pero parecía envuelto en una luz de gloria el hombre, cuando inmortalizó aquellas palabras dirigidas hacia Odín y su pueblo a los pies del Valhalla.
Por un momento hubo un pequeño silencio, antes de que todos los nórdicos gritaran al unísono por Asgard, desaforados. La sonrisa de Seisyll se hizo presente, comprensiva entre todos aquellos nórdicos que se abrazaban, familias se habían formado ahí viendo crecer esa ciudadela… hijos habían crecido al compás de Asgard. Seisyll fue uno de ellos y pensar que ahora podría vivir en paz y ser lo que quería, dejando atrás esos trabajos forzados, lo hacía sonreír. Un hombre gritó a lo lejos. – ¡POR ASGARD!
Y montones se le unieron, mientras saltaban en la nieve, dejando sus huellas. Huellas que en realidad eran del destino, porque habían marcado un antes y un después para los vikingos. Un hombre enorme, un vikingo de al menos unos dos metros de alto, tomó a Knoll y lo subió a su hombro, a pesar de que Knoll era enorme. Paseándolo de mano en mano, llevándolo al pueblo… iban a festejarlo a lo grande, con licores y demás. Seisyll seguía la multitud, en silencio… después de todo quería ver que pasaba, mientras la mujer que anteriormente guardaba su espada se la devolvía. – Gracias otra vez…
Agradeció el de cabellos turquesas, mientras le daba su capa a la mujer, que de seguro sentiría frío. La mujer sonrió y caminó junto con él, siguiendo a la multitud que llevaba en lo más alto a su líder, sin duda Knoll se merecía esa fiesta… y se merecía un gran descanso. Suspiró y observó hacia el cielo, mientras caminaba dejando atrás la muralla recién construida, Asgard desde ahora en adelante no sería la misma… y Seisyll tampoco, después de llegar a construirla… quizás tenía otros planes, como encontrar a su hermano aunque eso significara abandonar Asgard.
Por un momento hubo un pequeño silencio, antes de que todos los nórdicos gritaran al unísono por Asgard, desaforados. La sonrisa de Seisyll se hizo presente, comprensiva entre todos aquellos nórdicos que se abrazaban, familias se habían formado ahí viendo crecer esa ciudadela… hijos habían crecido al compás de Asgard. Seisyll fue uno de ellos y pensar que ahora podría vivir en paz y ser lo que quería, dejando atrás esos trabajos forzados, lo hacía sonreír. Un hombre gritó a lo lejos. – ¡POR ASGARD!
Y montones se le unieron, mientras saltaban en la nieve, dejando sus huellas. Huellas que en realidad eran del destino, porque habían marcado un antes y un después para los vikingos. Un hombre enorme, un vikingo de al menos unos dos metros de alto, tomó a Knoll y lo subió a su hombro, a pesar de que Knoll era enorme. Paseándolo de mano en mano, llevándolo al pueblo… iban a festejarlo a lo grande, con licores y demás. Seisyll seguía la multitud, en silencio… después de todo quería ver que pasaba, mientras la mujer que anteriormente guardaba su espada se la devolvía. – Gracias otra vez…
Agradeció el de cabellos turquesas, mientras le daba su capa a la mujer, que de seguro sentiría frío. La mujer sonrió y caminó junto con él, siguiendo a la multitud que llevaba en lo más alto a su líder, sin duda Knoll se merecía esa fiesta… y se merecía un gran descanso. Suspiró y observó hacia el cielo, mientras caminaba dejando atrás la muralla recién construida, Asgard desde ahora en adelante no sería la misma… y Seisyll tampoco, después de llegar a construirla… quizás tenía otros planes, como encontrar a su hermano aunque eso significara abandonar Asgard.
Seisyll- Cantidad de envíos : 16
Re: Los toques finales
De poco a poco, se habia podidi acabar lo que alguna vez empezo como sueños, y ahora se hacian realidad, todo el puebl ofestejaba, con risas, llantos, y con abrazos hacia casi todo las personas que estaban ahi presentes, los que descanzaban en sus chozas despues de un arduo trabajo, comenzaban a despertar por la buena nueva, todos en suma felicidad.
El gigante estaba cargando a Knoll, parecia como si no pesase nada, pero aun asi, todos los demas lo fuimos siguiendo, no sabia que pasaria apartir de ahi, todos estabamos estallando en jubilo, hiban dirigiendo hacia los adentros de asgard, la defensa de la muralla, no podria caer ni con las catapultas y arietes del enemigo, ahora estariamos protegidos, y poco a poco, la vida aqui se podria hacer mas en paz.
miraba como Seisyll, se hiba encaminando junto con las demas personas, pero habia cambiado un poco de rumbo, se habia dirigido hacia una bella mujer, que le regreso la espada, y le dio su capa.
Ese Seisyll, jajaja quien lo viera, ser todo un Don Juan, no pareciera que estuviera en un lugar tan helado como este.
Me fui acercando al pillo que estaba conquistando, y con una pequeña simulacion de tos, me hice el desentendido, y lo señale.
Hey Seisyll, Knoll esta delante, creo que debemos apresurarnos, para estar a su lado, en este momento podria ser lo mas conveniente.
Dije, y segui mi camino, detras de todo el tumulto....
Mis acciones:
hablo, roleo, pienso.
El gigante estaba cargando a Knoll, parecia como si no pesase nada, pero aun asi, todos los demas lo fuimos siguiendo, no sabia que pasaria apartir de ahi, todos estabamos estallando en jubilo, hiban dirigiendo hacia los adentros de asgard, la defensa de la muralla, no podria caer ni con las catapultas y arietes del enemigo, ahora estariamos protegidos, y poco a poco, la vida aqui se podria hacer mas en paz.
miraba como Seisyll, se hiba encaminando junto con las demas personas, pero habia cambiado un poco de rumbo, se habia dirigido hacia una bella mujer, que le regreso la espada, y le dio su capa.
Ese Seisyll, jajaja quien lo viera, ser todo un Don Juan, no pareciera que estuviera en un lugar tan helado como este.
Me fui acercando al pillo que estaba conquistando, y con una pequeña simulacion de tos, me hice el desentendido, y lo señale.
Hey Seisyll, Knoll esta delante, creo que debemos apresurarnos, para estar a su lado, en este momento podria ser lo mas conveniente.
Dije, y segui mi camino, detras de todo el tumulto....
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Jabranth- Status : MUERTO
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Re: Los toques finales
Todo era regocijo, todo comenzaba bien luego de aquel final. Se lograba presagiar una fiesta nórdica para este momento, en la cual adultos y niños compartirían este momento de ardua alegría para Asgard. Knoll, era bajado por aquel grandulón y puesto en un lugar donde los pueblerinos le miraban. Aquel hombre que cumplió un sueño y logro un objetivo, era admirado por la mayoría de las personas… Era el momento de iniciar un festejo, se encontraban en un campo abierto del pueblo… Donde se prendería una fogata… mejor dicho un fogón, los más fuertes traían barriles de un trago solo para los adultos… Aquellos llenaban copas o jarrones en ese momento con aquel trago y los pasaban a todos, uno de ellos fue a parar a manos de Knoll el cual en silencio observaba la estatua de Odín… Fue un minuto en que aquel hombre dirigió otras palabras antes de comenzar lo que se pronosticaba.
-Ya lo he dicho. He dado las verdaderas gracias a Odín por darnos la fuerza y el espíritu que nos ayudo a terminar esto. Como también el daros las gracias a todos ustedes por creer en un sueño… un sueño de un hombre el cual solo quería ver a los suyos reunidos como en los viejos tiempos, jurar protección a los débiles e inculcar las verdaderas enseñanzas de la vida a nuestros niños. Como me hubiese gustado ver que mi familia estuviese aquí para ver dicho momento…
Guardo silencio luego de terminar aquella frase… Nadie hablaba… Y en unos instantes se escucho decir…
-¿De que hablo?... Mi familia esta presente… Ustedes son mi familia…. El pueblo de Asgard es grande… Tenemos espíritus de guerreros y el filo de nuestras espadas saben actuar en el momento indicado… Ahora alcemos nuestras copas… Alcémoslas y brindemos… ¡¡¡BRINDEMOS POR NUESTROS LOGROS, BRINDEMOS POR ASGARD… BRINDEMOS POR ODÍN…!!! Especialmente brindemos… por ustedes… ¡¡¡QUE COMIENZE LA CELEBRACIÓN!!!
-Ya lo he dicho. He dado las verdaderas gracias a Odín por darnos la fuerza y el espíritu que nos ayudo a terminar esto. Como también el daros las gracias a todos ustedes por creer en un sueño… un sueño de un hombre el cual solo quería ver a los suyos reunidos como en los viejos tiempos, jurar protección a los débiles e inculcar las verdaderas enseñanzas de la vida a nuestros niños. Como me hubiese gustado ver que mi familia estuviese aquí para ver dicho momento…
Guardo silencio luego de terminar aquella frase… Nadie hablaba… Y en unos instantes se escucho decir…
-¿De que hablo?... Mi familia esta presente… Ustedes son mi familia…. El pueblo de Asgard es grande… Tenemos espíritus de guerreros y el filo de nuestras espadas saben actuar en el momento indicado… Ahora alcemos nuestras copas… Alcémoslas y brindemos… ¡¡¡BRINDEMOS POR NUESTROS LOGROS, BRINDEMOS POR ASGARD… BRINDEMOS POR ODÍN…!!! Especialmente brindemos… por ustedes… ¡¡¡QUE COMIENZE LA CELEBRACIÓN!!!
Knoll- Cantidad de envíos : 11
Re: Los toques finales
- Palabras elocuentes y acertadas hacia un pueblo que en los últimos años ha emprendido la noble labor de reconstruir una devastada nación...
Era la voz sosegada y con un ligero tono de adulación por parte de un recién llegado a la emotiva celebración. Los que se encontraban alrededor del que había secundado las palabras de Knoll se apartaron dejando en solitario la delgada figura de un sujeto extraño, de cabellos rojos con un lunar blanco en el frente. Su aspecto era enclenque en comparación con el resto de sus contemporáneos.
Algunas miradas recayeron en él atestiguando el rostro cansado de Drayden. Y es que en las últimas semanas él mismo se había dado a la tarea de transcribir pergaminos y manuscritos que contaban la historia de una Asgard sometida por fuerzas invasoras de las cuales el pequeño pueblo nunca tuvo oportunidad alguna para aquellos momentos.
- ... y nada mejor que una festividad en honor a los hijos de los hielos eternos que ven con beneplácito el fruto de sus esfuerzos.
Una sonrisa leve surcaba el rostro pálido y demacrado por los constantes desvelos. Pero eso no lo impedía darse un pequeño respiro y acudir al gozo popular que obraba y reunía a la población asgardiana. Haberse perdido aquella ocasión le hubiera generado quizá algún tipo de recelo de los mas fieros guerreros, que lo consideraban un sujeto misterioso como peligroso, muchos de ellos no confiaban en una persona que mostraba reticencia para las cosas importantes del reino.
Pero en los últimos años sus aportes y consejos le otorgaban cierto privilegio y la tolerancia de los que ostentaban el liderazgo de un pueblo vikingo que si bien era uno de los más prósperos y de los cuales las legiones romanas aún no se aventuraban a confrontarlos, mostraban ahora los cimientos para el fortalecimiento y la grandeza de un pueblo enfocado a erradicar los vicios y errores de su pasado.
- Y retomando las palabras de Knoll, que den inicio estas alegres celebraciones.
Su voz se modulaba al momento que avanzaba en dirección de una joven de tez blanca y cabello rubio el cual estaba sujeto por dos hermosas y cuidadosas trenzas que realzaban los rasgos finos de su rostro, y por la cual Drayden daba a entender que sus intenciones serían desvelarse de nuevo acabada la celebración en otro ámbito que le era también sumamente placentero.
Era la voz sosegada y con un ligero tono de adulación por parte de un recién llegado a la emotiva celebración. Los que se encontraban alrededor del que había secundado las palabras de Knoll se apartaron dejando en solitario la delgada figura de un sujeto extraño, de cabellos rojos con un lunar blanco en el frente. Su aspecto era enclenque en comparación con el resto de sus contemporáneos.
Algunas miradas recayeron en él atestiguando el rostro cansado de Drayden. Y es que en las últimas semanas él mismo se había dado a la tarea de transcribir pergaminos y manuscritos que contaban la historia de una Asgard sometida por fuerzas invasoras de las cuales el pequeño pueblo nunca tuvo oportunidad alguna para aquellos momentos.
- ... y nada mejor que una festividad en honor a los hijos de los hielos eternos que ven con beneplácito el fruto de sus esfuerzos.
Una sonrisa leve surcaba el rostro pálido y demacrado por los constantes desvelos. Pero eso no lo impedía darse un pequeño respiro y acudir al gozo popular que obraba y reunía a la población asgardiana. Haberse perdido aquella ocasión le hubiera generado quizá algún tipo de recelo de los mas fieros guerreros, que lo consideraban un sujeto misterioso como peligroso, muchos de ellos no confiaban en una persona que mostraba reticencia para las cosas importantes del reino.
Pero en los últimos años sus aportes y consejos le otorgaban cierto privilegio y la tolerancia de los que ostentaban el liderazgo de un pueblo vikingo que si bien era uno de los más prósperos y de los cuales las legiones romanas aún no se aventuraban a confrontarlos, mostraban ahora los cimientos para el fortalecimiento y la grandeza de un pueblo enfocado a erradicar los vicios y errores de su pasado.
- Y retomando las palabras de Knoll, que den inicio estas alegres celebraciones.
Su voz se modulaba al momento que avanzaba en dirección de una joven de tez blanca y cabello rubio el cual estaba sujeto por dos hermosas y cuidadosas trenzas que realzaban los rasgos finos de su rostro, y por la cual Drayden daba a entender que sus intenciones serían desvelarse de nuevo acabada la celebración en otro ámbito que le era también sumamente placentero.
Drayden- Cantidad de envíos : 15
Re: Los toques finales
- Y ahora que terminamos Asgard, ¿Qué harás?
Musitó Seisyll a su amiga, que le acompañaba. Su capa cubría por completo el cuerpo de ella, mientras el de cabellos turquesas observaba a la multitud que tenía a Knoll en lo más alto. Cuando fue bajado, éste musitó un par de palabras bastantes alegres. Habría fiesta en Asgard, se celebraría al fin algo luego de tanto tiempo de trabajo duro.
Cuando el gemelo se disponía a hablarle a la muchacha, sintió la tos de uno de sus compañeros interrumpir, era Jabranth. Su voz interrumpió, señalando a Seisyll, sin duda alguna pensaba que estaba coqueteando y quería interrumpir. Jamás perdería a Knoll de vista, aunque estuviese hablando con otras personas, pero al parecer éste no lo sabía.
- La fidelidad a Knoll, es algo que nunca perdería por más que hable con una señorita, Jabranth… en un rato estaré con él, no creo que sea un gran inconveniente, ya que está todo el pueblo de fiesta y cuidándolo.
Sonrió con gracia, mientras su compañero se retiraba. La dama le sonrió a Seisyll y éste le devolvió la gracia, haciendo una reverencia y observando al frente nuevamente. Suspiró por lo bajo, mientras veía que la gente traía el licor. Tomó a su compañera por la mano y la introdujo en la multitud, con sumo cuidado.
- Quizás quieras un trago… ¡Yo sí! Mucho trabajo, me hizo dar sed.
Dijo mientras corría hacia los Vikingos que tenían las botellas y le pedía una muy amablemente. Tomó el botellón y lo destapó con velocidad, mientras lo agarraba con una mano y lo alzaba hacia el cielo, en señal de gloria hacia Odín, que miraba a todos de cerca, de seguro. Gran Dios era Odín, al permitir darles un momento de libertad a los que lo veneraban y ayudarles a nunca descansar para terminar la ciudadela.
- ¡Salud!
Dijo para darle un trago a la botella, bebiendo con gloria con sumo cuidado de no derramar ni una gota. Dejó de beber y le convidó a su compañera, que como algunas vikingas de ley ahí, bebió con más voracidad que él, derramando hilos de licor desde su boca y luego de terminar limpió con su antebrazo lo que sobraba en sus labios.
- ¿Larga vida a Knoll?
Musitó algo mareada la joven que no estaba muy acostumbrada al alcohol y beberlo de una vez casi todo lo que quedaba en la botella, le había dado un fuerte resultado. Seisyll se le quedó mirando y sonrió un poco, mientras la joven se sonrojaba un poco. Sus mejillas encendidas, eran indicio de que estaba casi ebria por haberle dado un trago.
- ¡Y a Odín!
Dijo Seisyll, para luego ambos sonrieran y ella cayera hacia atrás, debido a que perdía el equilibrio, aun en la nieve seguía sonriendo y el de cabellos turquesas le ayudó a ponerse en pie nuevamente, quizás alguien podría pisarla en la nieve. Su cabello rojizo y enrulado se entrelazaba en los dedos del Asgardiano, que sonrió y le dijo.
- Creo que debes ir a descansar un poco… después de todo tu también has trabajado ayudando a los que levantaban las piedras, amiga.
Dijo Seisyll, a su compañera. Después de todo, la conocía bastante, desde pequeños puesto que se habían criado juntos. La pelirroja sonrió y se reincorporó rápidamente, haciendo caso y caminando hasta su casa. Sin duda necesitaba un descanso, le saludó amablemente al de cabellos turquesas y se retiró. Seisyll ahora observaba a Knoll, pero corrió un poco su mirada y la posó en Drayden, que había llegado hace poco.
- Veo que hasta los más altos hombres de Asgard se unen con el pueblo para festejar, esto me agrada un poco. Demuestra que no son tan distintos a nosotros.
Dijo Seisyll encaminándose hacia su líder. Su mirada era pacifica, su temple serio, cuando de repente sintió un gran peso en su espalda. Su compañera y amiga pelirroja, saltó hacia su espalda con fuerza, abrazándolo por detrás y colgándose de su cuello, con una sonrisa en su rostro le musitó un par de palabras a su amigo.
- ¿No pensabas que me iba a perder la fiesta o sí?
Seisyll sonrió asintiendo y la tomó por las piernas para que no cayera. Y siguió caminando hacia Knoll, después de todo, era lo que tenía que hacer. Su amiga le miraba algo intrigada, Seisyll estaba serio, mas serio de la cuenta a pesar de estar en una fiesta. Giró un momento su rostro observando a la pelirroja que tenía colgada en la espalda.
- Tú ya no tienes remedio…
La voz de Seisyll sonaba algo bromista a pesar de ser alguien serio. No la bajó de su espalda, después de todo estaba algo ebria su amiga y de bajarla quizás terminaría enterrada en la nieve. Así que decidió quedarse con ella, aun así estando cerca de Knoll, por las dudas que algo se presentara, como algún peligro. Nunca sabía que podría pasar en estas tierras de paz, quizás la guerra llegaría en el momento menos esperado.
Musitó Seisyll a su amiga, que le acompañaba. Su capa cubría por completo el cuerpo de ella, mientras el de cabellos turquesas observaba a la multitud que tenía a Knoll en lo más alto. Cuando fue bajado, éste musitó un par de palabras bastantes alegres. Habría fiesta en Asgard, se celebraría al fin algo luego de tanto tiempo de trabajo duro.
Cuando el gemelo se disponía a hablarle a la muchacha, sintió la tos de uno de sus compañeros interrumpir, era Jabranth. Su voz interrumpió, señalando a Seisyll, sin duda alguna pensaba que estaba coqueteando y quería interrumpir. Jamás perdería a Knoll de vista, aunque estuviese hablando con otras personas, pero al parecer éste no lo sabía.
- La fidelidad a Knoll, es algo que nunca perdería por más que hable con una señorita, Jabranth… en un rato estaré con él, no creo que sea un gran inconveniente, ya que está todo el pueblo de fiesta y cuidándolo.
Sonrió con gracia, mientras su compañero se retiraba. La dama le sonrió a Seisyll y éste le devolvió la gracia, haciendo una reverencia y observando al frente nuevamente. Suspiró por lo bajo, mientras veía que la gente traía el licor. Tomó a su compañera por la mano y la introdujo en la multitud, con sumo cuidado.
- Quizás quieras un trago… ¡Yo sí! Mucho trabajo, me hizo dar sed.
Dijo mientras corría hacia los Vikingos que tenían las botellas y le pedía una muy amablemente. Tomó el botellón y lo destapó con velocidad, mientras lo agarraba con una mano y lo alzaba hacia el cielo, en señal de gloria hacia Odín, que miraba a todos de cerca, de seguro. Gran Dios era Odín, al permitir darles un momento de libertad a los que lo veneraban y ayudarles a nunca descansar para terminar la ciudadela.
- ¡Salud!
Dijo para darle un trago a la botella, bebiendo con gloria con sumo cuidado de no derramar ni una gota. Dejó de beber y le convidó a su compañera, que como algunas vikingas de ley ahí, bebió con más voracidad que él, derramando hilos de licor desde su boca y luego de terminar limpió con su antebrazo lo que sobraba en sus labios.
- ¿Larga vida a Knoll?
Musitó algo mareada la joven que no estaba muy acostumbrada al alcohol y beberlo de una vez casi todo lo que quedaba en la botella, le había dado un fuerte resultado. Seisyll se le quedó mirando y sonrió un poco, mientras la joven se sonrojaba un poco. Sus mejillas encendidas, eran indicio de que estaba casi ebria por haberle dado un trago.
- ¡Y a Odín!
Dijo Seisyll, para luego ambos sonrieran y ella cayera hacia atrás, debido a que perdía el equilibrio, aun en la nieve seguía sonriendo y el de cabellos turquesas le ayudó a ponerse en pie nuevamente, quizás alguien podría pisarla en la nieve. Su cabello rojizo y enrulado se entrelazaba en los dedos del Asgardiano, que sonrió y le dijo.
- Creo que debes ir a descansar un poco… después de todo tu también has trabajado ayudando a los que levantaban las piedras, amiga.
Dijo Seisyll, a su compañera. Después de todo, la conocía bastante, desde pequeños puesto que se habían criado juntos. La pelirroja sonrió y se reincorporó rápidamente, haciendo caso y caminando hasta su casa. Sin duda necesitaba un descanso, le saludó amablemente al de cabellos turquesas y se retiró. Seisyll ahora observaba a Knoll, pero corrió un poco su mirada y la posó en Drayden, que había llegado hace poco.
- Veo que hasta los más altos hombres de Asgard se unen con el pueblo para festejar, esto me agrada un poco. Demuestra que no son tan distintos a nosotros.
Dijo Seisyll encaminándose hacia su líder. Su mirada era pacifica, su temple serio, cuando de repente sintió un gran peso en su espalda. Su compañera y amiga pelirroja, saltó hacia su espalda con fuerza, abrazándolo por detrás y colgándose de su cuello, con una sonrisa en su rostro le musitó un par de palabras a su amigo.
- ¿No pensabas que me iba a perder la fiesta o sí?
Seisyll sonrió asintiendo y la tomó por las piernas para que no cayera. Y siguió caminando hacia Knoll, después de todo, era lo que tenía que hacer. Su amiga le miraba algo intrigada, Seisyll estaba serio, mas serio de la cuenta a pesar de estar en una fiesta. Giró un momento su rostro observando a la pelirroja que tenía colgada en la espalda.
- Tú ya no tienes remedio…
La voz de Seisyll sonaba algo bromista a pesar de ser alguien serio. No la bajó de su espalda, después de todo estaba algo ebria su amiga y de bajarla quizás terminaría enterrada en la nieve. Así que decidió quedarse con ella, aun así estando cerca de Knoll, por las dudas que algo se presentara, como algún peligro. Nunca sabía que podría pasar en estas tierras de paz, quizás la guerra llegaría en el momento menos esperado.
Seisyll- Cantidad de envíos : 16
Re: Los toques finales
Los tarros del vino comenzaron a estar en constante movimiento, todos estaban bebiendo, incluso las muejres estaban con el ferviente sabor en la comisura de sus labios, y pequeños hilos dorados hiban recorriendo sus cuellos, hasta llegar a sus pechos, y se perdian entre sus cuerpos, y sus ropas, los hombres con sus barbas largas, llevaban tambien a provar a estas el dulce sabor del vino, mientras casi se bañaban en este.
La celebracion comenzaba en el lugar, todos estaban felices, y no era por demas, todo el trabajo de varios años, estaban haciendo explotar de jubilo a los habitantes de Asgard, Koll habia dado sus palabras emotivas que habia echo que diera inicio todo esto, y sin duda, yo tambien fui por mi tarro, lleno de cerveza, haciendo que la espuma llegara hasta la cima, y un poco de ella, se fue por la borda, y cayo al nieve, la cual se perdio entre el color blanco brillante, la tome por la oreja, y me la lleve a la boca, la suave textura de la cerveza comenzaba a recorrer en mi garganta, con el frio comenzaba a raspar un poco, pero poco a poco, fui cayendo a mi estomago, e hizo que empezara a entrar en calor, poco a poco segui bebiendo, hasta que la ultima gota llego a apaciguar mis ganas de festejar.
Me dirigi hacia donde se encontraban los barriles, que hiban acabandose de poco en poco, hombres arraposos con pieles, se abalanzaban hacia ellas, mientras que otros solo quedaban mirando, sin poder porbar niguna gota, esos hombres eran grandes, pero envidiosos, se sentian dueños de todo, habia sido buenos trabajadores, pero como personas eran malos, sus bocas solo podian decir groserias, no podia soportar tanta humillacion hacia mis propios compañeros y hermanos de sangre, me dirigi hacia ellos, y a uno tome su hombro con mi mano derecha y solo atine a decir.
¡HEY! por que creen que solo ustedes pueden tomar de este vino y cerveza, ahi demasiadas personas aqui que tambien quieren festejar...
Calla idiota, este es nuestro pago despues de haber trabajado muchos años como esclavos, sin nada de diversion, y tan solo el pago de vientos frios y muerte, es mejor que te retires maldito, si no quieres que esta nieve sea tu tumba.
No creas que tu y tu manada de canallas, hallan terminado con todo esto, tan solo porque eres fuerte te has creido mejores que todos ellos,- dije mientras señalaba a las mujeres y hombres que estaban, casi formando un circulo alrededor mio y de los vividores.- como pago a sus esfuerzos se a tenido esta fiesta, asi que llevemosla en paz.
Otro grandulon se me acerco, y dio un golpe, cuando estaba desprevenido, impactando luego luego contra mi mejilla, y un poco de sangre broto, y ensucio la nieve, quede tirado unos segundos, pero poco a poco me fui reincorporando, y con mi furia encendida, me avalance hacia ellos, eran grandes y fuertes pero eran lentos, yo, en cambio era agil, me escabullia entre ellos, eran minimo cuatro, todos se avalanzaron hacia mi con golpes y patadas, los cuales pude esquivar, y contraataque con un juego de golpes y patadas, todos dirigidos hacia sus cabezas, no queria dañarlos, solo dejarlos inconsientes por un rato, hasta que todo se lograra calmar.
Cayeron, levantando poco a poco la nieve, mi cuerpo, estaba desprotegido de la cintura para arriba, uno de esos rufianes, logró hacerme daño, mientras golpeaba a otro, pequeñas lesiones marcadas en mi piel, hicieron que todos me vieran, la sangre recorria, un poco mi cabeza, producto de mi nariz y boca, estaba cansado, mi tarron estaba a escasos centimetros, camine hacia el, me agache y lo tome con la mano derecha, dirigi mi vista hacia las peronas, que con admiracion me vieron.
Bien, compañeros aqui no ha pasado nada,.- acerque el barril a mi tarro y la llene,.- sigamos disfrutando este dia, vamos no tengan miedo, y no se preocupen por ellos, solo estaran durmiendo unas horas.- Termine y todos volvieron a sonreir, y con apuro llenaban felicies tus tazas, vasos o lo que fuera posible, mientras yo me llebaba de nueva cuenta la bebida a mi boca, trago tras trago, hasta que deje a la mitad, el frio golpeaba mi piel, que estaba ya acostumbrada al clima, y con la cerveza, estaba un poco encalorado.
Mi vista se perdio entre la multitud, mientras hiba caminando a un tronco para ver desde a Knoll, que todo estuviera correcto, deduje que no habia problema, y justo cuando hiba a volver a tomar mi cerveza, mire a Seisyll, muy bien acompañado y me dije para mi mismo.
Que suerte tiene ese Seisyll, no que yo, no tengo a una mujer que caliente mi cama en estas noches frias.
Pense y segui bebiendo.
Acciones.
Hablo, Pienso, roleo, pg inventado
La celebracion comenzaba en el lugar, todos estaban felices, y no era por demas, todo el trabajo de varios años, estaban haciendo explotar de jubilo a los habitantes de Asgard, Koll habia dado sus palabras emotivas que habia echo que diera inicio todo esto, y sin duda, yo tambien fui por mi tarro, lleno de cerveza, haciendo que la espuma llegara hasta la cima, y un poco de ella, se fue por la borda, y cayo al nieve, la cual se perdio entre el color blanco brillante, la tome por la oreja, y me la lleve a la boca, la suave textura de la cerveza comenzaba a recorrer en mi garganta, con el frio comenzaba a raspar un poco, pero poco a poco, fui cayendo a mi estomago, e hizo que empezara a entrar en calor, poco a poco segui bebiendo, hasta que la ultima gota llego a apaciguar mis ganas de festejar.
Me dirigi hacia donde se encontraban los barriles, que hiban acabandose de poco en poco, hombres arraposos con pieles, se abalanzaban hacia ellas, mientras que otros solo quedaban mirando, sin poder porbar niguna gota, esos hombres eran grandes, pero envidiosos, se sentian dueños de todo, habia sido buenos trabajadores, pero como personas eran malos, sus bocas solo podian decir groserias, no podia soportar tanta humillacion hacia mis propios compañeros y hermanos de sangre, me dirigi hacia ellos, y a uno tome su hombro con mi mano derecha y solo atine a decir.
¡HEY! por que creen que solo ustedes pueden tomar de este vino y cerveza, ahi demasiadas personas aqui que tambien quieren festejar...
Calla idiota, este es nuestro pago despues de haber trabajado muchos años como esclavos, sin nada de diversion, y tan solo el pago de vientos frios y muerte, es mejor que te retires maldito, si no quieres que esta nieve sea tu tumba.
No creas que tu y tu manada de canallas, hallan terminado con todo esto, tan solo porque eres fuerte te has creido mejores que todos ellos,- dije mientras señalaba a las mujeres y hombres que estaban, casi formando un circulo alrededor mio y de los vividores.- como pago a sus esfuerzos se a tenido esta fiesta, asi que llevemosla en paz.
Otro grandulon se me acerco, y dio un golpe, cuando estaba desprevenido, impactando luego luego contra mi mejilla, y un poco de sangre broto, y ensucio la nieve, quede tirado unos segundos, pero poco a poco me fui reincorporando, y con mi furia encendida, me avalance hacia ellos, eran grandes y fuertes pero eran lentos, yo, en cambio era agil, me escabullia entre ellos, eran minimo cuatro, todos se avalanzaron hacia mi con golpes y patadas, los cuales pude esquivar, y contraataque con un juego de golpes y patadas, todos dirigidos hacia sus cabezas, no queria dañarlos, solo dejarlos inconsientes por un rato, hasta que todo se lograra calmar.
Cayeron, levantando poco a poco la nieve, mi cuerpo, estaba desprotegido de la cintura para arriba, uno de esos rufianes, logró hacerme daño, mientras golpeaba a otro, pequeñas lesiones marcadas en mi piel, hicieron que todos me vieran, la sangre recorria, un poco mi cabeza, producto de mi nariz y boca, estaba cansado, mi tarron estaba a escasos centimetros, camine hacia el, me agache y lo tome con la mano derecha, dirigi mi vista hacia las peronas, que con admiracion me vieron.
Bien, compañeros aqui no ha pasado nada,.- acerque el barril a mi tarro y la llene,.- sigamos disfrutando este dia, vamos no tengan miedo, y no se preocupen por ellos, solo estaran durmiendo unas horas.- Termine y todos volvieron a sonreir, y con apuro llenaban felicies tus tazas, vasos o lo que fuera posible, mientras yo me llebaba de nueva cuenta la bebida a mi boca, trago tras trago, hasta que deje a la mitad, el frio golpeaba mi piel, que estaba ya acostumbrada al clima, y con la cerveza, estaba un poco encalorado.
Mi vista se perdio entre la multitud, mientras hiba caminando a un tronco para ver desde a Knoll, que todo estuviera correcto, deduje que no habia problema, y justo cuando hiba a volver a tomar mi cerveza, mire a Seisyll, muy bien acompañado y me dije para mi mismo.
Que suerte tiene ese Seisyll, no que yo, no tengo a una mujer que caliente mi cama en estas noches frias.
Pense y segui bebiendo.
Acciones.
Hablo, Pienso, roleo, pg inventado
Jabranth- Status : MUERTO
Ataques :
AD - Cuerdas de fuego (1800)
AD - Death Note (1900)
Defensa :
Azrael, marioneta sonora
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Re: Los toques finales
Todo era paz, mientras Knoll brindaba con los demás. La chica pelirroja, seguía colgada de Seisyll, abrazada a él, con su cabeza apoyada en su espalda, casi dormida. Mientras el de cabellos turquesas, sentía que había tumultos, quizás por un poco de bebida, si, pues al parecer era eso, pensó unos instantes mientras se iba a fijar porque estaban gritando un par de nórdicos. Tenía bien agarrada a Tanya, así que no se caería.
Se sorprendió bastante al saber que quien estaba haciendo tremendo barullo era nada más y nada menos que Jabranth. Pues estaba combatiendo por un poco de alcohol, algo que podría resentir en un pueblo tan unido, sobre todo porque la violencia física comenzaba. Un enorme hombre golpeaba al pequeño y con eso, la gente enardeció, despertando a la pequeña Tanya que reposaba en la espalda de Seisyll.
El chico de cabellos turquesas por un momento pensó en meterse, mas cuando lo iba a hacer, sintió que alguien le agarraba su antebrazo, sujetándolo con las dos manos. Los vikingos se abalanzaron sobre el pequeño cuando éste recién se reincorporaba, eran ahora mas de uno los que intentaban golpearlo, más no podía por la clara agilidad del de pelo plateado. Cuando Seisyll, observó quien era que lo retenía, era nada más y nada menos que Tanya. La pelirroja, estaba con una enorme cara de preocupación, casi sollozando, Seisyll alzó su ceja y ésta le dijo.
- No, no quiero que te metas, te podrían dañar. No quiero que te hagan daño.
Seisyll cedió su fuerza, pues al parecer cuando giró su cabeza para observar como le iba a Jabranth, éste ya los había desmayado. Seisyll observó a la pelirroja que se había aferrado mas a su brazo, abrazándolo rápidamente. La sangre del cuerpo en Jabranth comenzaba a caer, algo que hizo que Seisyll comenzara a ver sus visiones de su hermano que tenía en los sueños. La sangre era algo que le hacía recordar eso. Por eso le gustaba la paz, no quería que nadie se pelease delante de él, pero Jabranth era pendenciero, algo que no podía cambiar por nada y Seisyll aunque no le gustaba eso, lo tenía como compañero, puesto que Asgard creció gracias a él también.
En ese momento, actuó por instinto, pero tenía que irse de ese lugar, la fiesta para él había acabado. Se sentía muy mal, y fue así que comenzó a correr, dejando a Knoll y los demás detrás, desprendiéndose de Tanya. Seisyll ya no sentía para donde corría, solo lo hacía en dirección al Valhalla, Tanya se quedó quieta en un momento, desconcertada de todo, pues el de cabellos turquesas prácticamente había escapado de sus manos y desaparecía entre la densa nieve, que no dejaba ver mas allá que un par de metros.
- ¡Seisyll!
Dijo la chica, siendo escuchada por todos los que le rodeaban, incluso Knoll. Corrió detrás de él, aunque era imposible el estado físico del joven vikingo era mayor que el de ella, debido a que corría como un tigre a una gran velocidad. Pero su destino de seguro era el Valhalla, tenía que hacerlo, tenía que alcanzarlo porque algo podría pasarle.
Se sorprendió bastante al saber que quien estaba haciendo tremendo barullo era nada más y nada menos que Jabranth. Pues estaba combatiendo por un poco de alcohol, algo que podría resentir en un pueblo tan unido, sobre todo porque la violencia física comenzaba. Un enorme hombre golpeaba al pequeño y con eso, la gente enardeció, despertando a la pequeña Tanya que reposaba en la espalda de Seisyll.
El chico de cabellos turquesas por un momento pensó en meterse, mas cuando lo iba a hacer, sintió que alguien le agarraba su antebrazo, sujetándolo con las dos manos. Los vikingos se abalanzaron sobre el pequeño cuando éste recién se reincorporaba, eran ahora mas de uno los que intentaban golpearlo, más no podía por la clara agilidad del de pelo plateado. Cuando Seisyll, observó quien era que lo retenía, era nada más y nada menos que Tanya. La pelirroja, estaba con una enorme cara de preocupación, casi sollozando, Seisyll alzó su ceja y ésta le dijo.
- No, no quiero que te metas, te podrían dañar. No quiero que te hagan daño.
Seisyll cedió su fuerza, pues al parecer cuando giró su cabeza para observar como le iba a Jabranth, éste ya los había desmayado. Seisyll observó a la pelirroja que se había aferrado mas a su brazo, abrazándolo rápidamente. La sangre del cuerpo en Jabranth comenzaba a caer, algo que hizo que Seisyll comenzara a ver sus visiones de su hermano que tenía en los sueños. La sangre era algo que le hacía recordar eso. Por eso le gustaba la paz, no quería que nadie se pelease delante de él, pero Jabranth era pendenciero, algo que no podía cambiar por nada y Seisyll aunque no le gustaba eso, lo tenía como compañero, puesto que Asgard creció gracias a él también.
En ese momento, actuó por instinto, pero tenía que irse de ese lugar, la fiesta para él había acabado. Se sentía muy mal, y fue así que comenzó a correr, dejando a Knoll y los demás detrás, desprendiéndose de Tanya. Seisyll ya no sentía para donde corría, solo lo hacía en dirección al Valhalla, Tanya se quedó quieta en un momento, desconcertada de todo, pues el de cabellos turquesas prácticamente había escapado de sus manos y desaparecía entre la densa nieve, que no dejaba ver mas allá que un par de metros.
- ¡Seisyll!
Dijo la chica, siendo escuchada por todos los que le rodeaban, incluso Knoll. Corrió detrás de él, aunque era imposible el estado físico del joven vikingo era mayor que el de ella, debido a que corría como un tigre a una gran velocidad. Pero su destino de seguro era el Valhalla, tenía que hacerlo, tenía que alcanzarlo porque algo podría pasarle.
Seisyll- Cantidad de envíos : 16
Re: Los toques finales
Comenze a dar los ultimos tragos a mi tarro, perdiendo la vista en el cielo de asgard, por la nieve blanca no se podia ver lo claro que este era, tan solo se via en algunos dias de primevera salia el sol, pero esta vez no, mis ojos esta vez se comenzaron en situar de regreso a donde hace rato habia visto a Seisyll acompñado, pero ahora no se encontraba tan solo estaba la mujer tirada ahi, casi besando la nieve, no podia creer lo que estaba viendo, acaso habia huido mi compañero, o tan solo estaba en uno de sus peores dias.
No se de como, pero tome una capa de hecha de pieles, que algun compañero habra dejado por ahi mientras se seguia divirtiendo, solo ha hiba a pedir prestada por unos momentos, o dias, no sabia aun, me la puse, y con unos tirantes rodee mi cuello, para que no se cayera, cubria casi todo mi cuerpo, y de poco en poco comenzaba a brindarme un poco de proteccion a las inclemencias.
Me fui acercando de poco en poco, pasos cortos, hacia donde estaba la joven que habia acompañado a Seisyll por ese pequeño lapso, la notaba llorosa, sus lagrimas se perdian entre la nieve, y de sus ojos, pequeños hilos recorrian sus mejillas, habian roto su corazon por este pequeño tiempo, lleve mi mano derecha sobre su hombro, solo para reconfortarla un poco, ella ladeo la cara, pero no quiso verme, no se si porque me odiaba, o porque no queria que nadie la viese con otro hombre que no fuera Seisyll, comprendi el mensaje, me aleje de ella, sin antes decirle.
Seisyll es muy afortunado de tenerte como amiga y compañera, espero que sepa apreciarte bien...
No solo porque tuve que decir eso, yo una persona que no habia tenido esperencia en el amor, tan solo palabras huecas que un tonto solo podria pronunciar, eso era yo, fui cediendo el espacio para ella, que aun lloraba, camine, hasta una pequeña loma, viendo los horizontes, aver si podia notar entre tanta blancura de la nieve, algun indisio de donde se dirigia el compañero y amigo, tarde unos minutos buscando, pero lo blanco no me dejaba percebir nada, solo me di por vencido ante la inmensidad del lugar.
Maldito Seisyll, espero que no se valla a ir de Asgard....
rol,hablo,pienso
No se de como, pero tome una capa de hecha de pieles, que algun compañero habra dejado por ahi mientras se seguia divirtiendo, solo ha hiba a pedir prestada por unos momentos, o dias, no sabia aun, me la puse, y con unos tirantes rodee mi cuello, para que no se cayera, cubria casi todo mi cuerpo, y de poco en poco comenzaba a brindarme un poco de proteccion a las inclemencias.
Me fui acercando de poco en poco, pasos cortos, hacia donde estaba la joven que habia acompañado a Seisyll por ese pequeño lapso, la notaba llorosa, sus lagrimas se perdian entre la nieve, y de sus ojos, pequeños hilos recorrian sus mejillas, habian roto su corazon por este pequeño tiempo, lleve mi mano derecha sobre su hombro, solo para reconfortarla un poco, ella ladeo la cara, pero no quiso verme, no se si porque me odiaba, o porque no queria que nadie la viese con otro hombre que no fuera Seisyll, comprendi el mensaje, me aleje de ella, sin antes decirle.
Seisyll es muy afortunado de tenerte como amiga y compañera, espero que sepa apreciarte bien...
No solo porque tuve que decir eso, yo una persona que no habia tenido esperencia en el amor, tan solo palabras huecas que un tonto solo podria pronunciar, eso era yo, fui cediendo el espacio para ella, que aun lloraba, camine, hasta una pequeña loma, viendo los horizontes, aver si podia notar entre tanta blancura de la nieve, algun indisio de donde se dirigia el compañero y amigo, tarde unos minutos buscando, pero lo blanco no me dejaba percebir nada, solo me di por vencido ante la inmensidad del lugar.
Maldito Seisyll, espero que no se valla a ir de Asgard....
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Jabranth- Status : MUERTO
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Re: Los toques finales
No comprendo la decisión de celebrar algo como la reconstrucción de un pueblo expuestos a la intemperie en lugar de hacerlo más apropiado en el interior del palacio. - Pensaba Drayden al observar a sus alrededores como las personas desbordaban sus júbilos en las recientes festividades. Si bien Asgard siempre mostraba un clima cruento todos los habitantes ya se habían habituado al mismo y una exposición a los helados vientos de la región no eran nada comparados a la devastación borrada tras el arduo trabajo de todos ellos.
Ah cierto, pero como puedo olvidarme de los "plebeyos". - Sus ojos se fijaron en la exuberante rubia que abrazada de Drayden comenzaba a desinhibirse por la cerveza helada que la mayoría andaba tomando. No podrían entrar todos a un sitio destinado para los más allegados a Knoll. - Su mano, blanca y delgada pasaba rozando los pómulos sonrosados de la chica. Drayden le sostuvo la mirada para bajarla hacia los carnosos y delineados labios de Darla.
- Pienso que una hermosa dama no debería abusar tanto de la bebida. Nos rebaja si no se tiene control exponiendo la mayoría de nuestros defectos. - Con total naturalidad, Drayden destilaba en sus palabras el vehemente deseo de cortejarla, al menos para esa noche y después olvidarse de ella. Su atención fue enfocada al tumulto y el desorden que protagonizaban unos sujetos en contra de un solo guerrero.
- Ves a lo que me refiero, unas copas de más y se vuelven unos seres irracionales que sólo buscan cualquier motivo para comenzar un pleito. - La chica sin entender un poco lo que sucedía, acariciaba el desaliñado cabello largo del pelirrojo embustero. Y también con eso corroboro que una celebración en el castillo no es para cualquier campesino. Hmmm...
El brazo de Drayden rodeaba la cintura delgada de la joven Darla, la estrechaba hacia él para posar sus labios en los de ella. Los dos comenzaban a desatar un poco sus instintos por la cercanía de sus cuerpos pero Drayden mientras la besaba no perdía detalle de la inesperada escena que protagonizaba aquel guerrero que todos conocían por el nombre de Jabranth. Ligeramente parecido a su estilo, Jabranth compensaba la desventaja de verse superado en número con la estrategia y la habilidad.
Será interesante seguir el desempeño de ese guerrero. - Sus labios se rozaban y humedecian en aquel beso, parecía que aquella pareja estaba ajena a lo que pasaba en esos momentos. Y fue entonces que de reojo miró la figura presurosa de otro guerrero. Dejaba la escena y salía sin que Drayden hiciera alguna conjetura posible, las caricias que la chica le daba por ahora le mantenían distraído y sabía que en poco tiempo él también desaparecería a un lugar mucho más solitario y apropiado para pasar la noche con su temporal compañía y olvidarse un momento del resto de sus compañeros...
Ah cierto, pero como puedo olvidarme de los "plebeyos". - Sus ojos se fijaron en la exuberante rubia que abrazada de Drayden comenzaba a desinhibirse por la cerveza helada que la mayoría andaba tomando. No podrían entrar todos a un sitio destinado para los más allegados a Knoll. - Su mano, blanca y delgada pasaba rozando los pómulos sonrosados de la chica. Drayden le sostuvo la mirada para bajarla hacia los carnosos y delineados labios de Darla.
- Pienso que una hermosa dama no debería abusar tanto de la bebida. Nos rebaja si no se tiene control exponiendo la mayoría de nuestros defectos. - Con total naturalidad, Drayden destilaba en sus palabras el vehemente deseo de cortejarla, al menos para esa noche y después olvidarse de ella. Su atención fue enfocada al tumulto y el desorden que protagonizaban unos sujetos en contra de un solo guerrero.
- Ves a lo que me refiero, unas copas de más y se vuelven unos seres irracionales que sólo buscan cualquier motivo para comenzar un pleito. - La chica sin entender un poco lo que sucedía, acariciaba el desaliñado cabello largo del pelirrojo embustero. Y también con eso corroboro que una celebración en el castillo no es para cualquier campesino. Hmmm...
El brazo de Drayden rodeaba la cintura delgada de la joven Darla, la estrechaba hacia él para posar sus labios en los de ella. Los dos comenzaban a desatar un poco sus instintos por la cercanía de sus cuerpos pero Drayden mientras la besaba no perdía detalle de la inesperada escena que protagonizaba aquel guerrero que todos conocían por el nombre de Jabranth. Ligeramente parecido a su estilo, Jabranth compensaba la desventaja de verse superado en número con la estrategia y la habilidad.
Será interesante seguir el desempeño de ese guerrero. - Sus labios se rozaban y humedecian en aquel beso, parecía que aquella pareja estaba ajena a lo que pasaba en esos momentos. Y fue entonces que de reojo miró la figura presurosa de otro guerrero. Dejaba la escena y salía sin que Drayden hiciera alguna conjetura posible, las caricias que la chica le daba por ahora le mantenían distraído y sabía que en poco tiempo él también desaparecería a un lugar mucho más solitario y apropiado para pasar la noche con su temporal compañía y olvidarse un momento del resto de sus compañeros...
Drayden- Cantidad de envíos : 15
Re: Los toques finales
La fiesta había comenzado, celebración por parte de los pobladores nórdicos los cuales esbozaban en ver alegría luego de haber finalizada su más anhelado sueño. No importaba la hora ni el frío… Pues el calor humano, el calor de la celebración y el de aquel fogón hacían agradable la estadía en aquel lugar. Hacia su aparición, el joven al cual denominaban el cerebro de Asgard, debido a su característica mas sobresaliente, obviamente era su inteligencia; su aporte físico era mínimo pero su mente maestra daba grandes ideas…. Las cuales ayudaron a terminar con la reconstrucción del pueblo vikingo. Por otra lado, se lograba observar como a la lejanía… Una pequeña revuelta entre Asgardiano era echa, solo por bebida, en la cual estaba envuelto Jabranth el cual en muy poco tiempo acabo con la revuelta. Knoll había visto ese evento de reojo, lo cual le molesto de momento pero al ver que todo se calmo dirigió su vista a la gente de su pueblo la cual celebraba con redundante alegría. Tomando un poco del trago que se encontraba posado en su mano y mirando al cielo… Las estrellas, la Osa mayor…
-Todo está bien hecho… Pero aun faltan muchas cosas por hacer. Dejare a la gente celebrar, pues se lo merecen, necesitan algo de relajo después de todo. Pero mi pregunta es… ¿Por qué ciento esta sensación de opresión…? Hay algo que me molesta, me perturba… Pero no debo transmitirlo a la gente de este lugar… Pues ellos buscan la paz, la seguridad y yo los debo alejar de los problemas protegiéndoles con mi espada… Es hora de marchar al Valhalla… En donde podre centrar mejor mis ideas…
Knoll avanzo unos pasos y dio su trago a otro sujeto en el lugar. Dio una señal de que continuaran la fiesta y el solo se retiraría del lugar hacia el palacio…
-Prosigan celebrando. Yo iré a terminar unos quehaceres al palacio de Valhalla, pero es un asunto en singular. Ustedes disfruten como es debido, se lo merecen…
Comenzó a avanzar entre la gente… Pasando por el frente de Drayden, y luego por el lado de Jabranth… Se dio cuenta que Seisyll se había marchado… No se encontraba por ningún lugar, algo que le llamo la atención momentáneamente. Siguió su paso al gran palacio de Valhalla…
-Todo está bien hecho… Pero aun faltan muchas cosas por hacer. Dejare a la gente celebrar, pues se lo merecen, necesitan algo de relajo después de todo. Pero mi pregunta es… ¿Por qué ciento esta sensación de opresión…? Hay algo que me molesta, me perturba… Pero no debo transmitirlo a la gente de este lugar… Pues ellos buscan la paz, la seguridad y yo los debo alejar de los problemas protegiéndoles con mi espada… Es hora de marchar al Valhalla… En donde podre centrar mejor mis ideas…
Knoll avanzo unos pasos y dio su trago a otro sujeto en el lugar. Dio una señal de que continuaran la fiesta y el solo se retiraría del lugar hacia el palacio…
-Prosigan celebrando. Yo iré a terminar unos quehaceres al palacio de Valhalla, pero es un asunto en singular. Ustedes disfruten como es debido, se lo merecen…
Comenzó a avanzar entre la gente… Pasando por el frente de Drayden, y luego por el lado de Jabranth… Se dio cuenta que Seisyll se había marchado… No se encontraba por ningún lugar, algo que le llamo la atención momentáneamente. Siguió su paso al gran palacio de Valhalla…
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- Spoiler:
- Off: Prosigan con el tema de la fiesta si así lo desean
Knoll- Cantidad de envíos : 11
Re: Los toques finales
Y por unos instantes, a la distancia la mirada de Drayden era acaparada por el soberano de la región. Sin dejar aquel pequeño juego de caricias con Darla, el joven asgardiano atestiguaba los gestos en la persona de Knoll. Daba la impresión de que algo traía entre manos, unos asuntos que por el momento no trataría de dilucidar, era el momento para darse un pequeño respiro, cada habitante de la región habían hecho sus esfuerzos por devolver la soberanía de un Asgard azotado por las fuerzas invasoras de un reino poderoso.
No se había escatimado esfuerzos y recursos para la reconstrucción de las zonas mas devastadas y en eso Drayden había hecho aportes significativos que fueron rápidamente aceptadas por Knoll. Este último daba el consentimiento para que las celebraciones siguieran su curso, poco a poco los más altos cargos del reino salían para ejercer sus funciones o simplemente planear las nuevas decisiones a tomar para que Asgard pudiera prosperar y por eso Drayden también encontraba que salir de la celebración a un lugar más solitario no se podía retrasar, después de todo aún había mucho que investigar y plasmar en los archivos del palacio.
- Pienso hermosa dama que no nos echarán de menos si desaparecemos de este sitio. - Sonrió con ligera malicia a los ojos azules de la hermosa chica. - Y en parte puedo enseñarte los interiores del castillo...
Aquella propuesta resultaba para ella tentadora, una aldeana que pasaba la mayor parte de su vida en las casas austeras y pequeñas, el conocer por dentro el palacio al que muy pocos tenían acceso le causaba cierto furor. Con una mirada intensa y unas palabras susurradas al oído de Drayden le indicaban que después de todo esta noche sería intensa.
Ofreciendo una simulada y teatral reverencia hacia ella explayaba sus intenciones al agregar. - ... entonces estaré encantado de mostrarte el camino hacia el palacio y algunos lugares interesantes... - Ambos salían de la fiesta con destino al palacio, no había de momento algo que hubiera de interés en aquella eufórica verbena, lo que le interesaba de momento era pasar la noche con esa chica ingenua...
No se había escatimado esfuerzos y recursos para la reconstrucción de las zonas mas devastadas y en eso Drayden había hecho aportes significativos que fueron rápidamente aceptadas por Knoll. Este último daba el consentimiento para que las celebraciones siguieran su curso, poco a poco los más altos cargos del reino salían para ejercer sus funciones o simplemente planear las nuevas decisiones a tomar para que Asgard pudiera prosperar y por eso Drayden también encontraba que salir de la celebración a un lugar más solitario no se podía retrasar, después de todo aún había mucho que investigar y plasmar en los archivos del palacio.
- Pienso hermosa dama que no nos echarán de menos si desaparecemos de este sitio. - Sonrió con ligera malicia a los ojos azules de la hermosa chica. - Y en parte puedo enseñarte los interiores del castillo...
Aquella propuesta resultaba para ella tentadora, una aldeana que pasaba la mayor parte de su vida en las casas austeras y pequeñas, el conocer por dentro el palacio al que muy pocos tenían acceso le causaba cierto furor. Con una mirada intensa y unas palabras susurradas al oído de Drayden le indicaban que después de todo esta noche sería intensa.
Ofreciendo una simulada y teatral reverencia hacia ella explayaba sus intenciones al agregar. - ... entonces estaré encantado de mostrarte el camino hacia el palacio y algunos lugares interesantes... - Ambos salían de la fiesta con destino al palacio, no había de momento algo que hubiera de interés en aquella eufórica verbena, lo que le interesaba de momento era pasar la noche con esa chica ingenua...
Drayden- Cantidad de envíos : 15
Re: Los toques finales
De poco en poco las personalidades mas improtantes que habian apoyado a terminar la fortaleza se fueron despidiendo del lugar, lo ultimo que habia visto fue a Seisyll caminando por las afueras, la nieve lo cubrio casi por completo y las huellas que habia dejado sobre esta, se habian borrado por la demas nieve que hiba cayendo en pequeñas tormentas que azotaban el lugar, yo en cambio estaba con mi nueva capa cerca de la fiesta, voltee de poco a poco para notar que ahora Knoll era el que se alejaba del lugar, el unico que veia por ahi, era un desconocido para mi, un tal Drayden, se hacia presente, pero con una compañia, que para mi, era alguien sencilla, y veia con malos ojos las posibles malas pretenciones que pudiera haber despues de eso.
Fui regresando a la bola de gente que aun estaba celebrando con muchas ganas, sin dejar de mirar a la nueva conquista de Drayden, que era uno de los estrategas del lugar, el punto de apoyo de Knoll en distintos puntos de acuerdo a las peticiones del pueblo, su compañera, era una joven hermosa, sencilla, con ropajes clasicos del lugar, en contraste del acompañante, camine un poco mas, hasta que los pase de largo, no tenia intensiones de que el me platicara de su nueva conquista y lo que haria, como las demas que habia tenido, se adelanto a llevarla a los adentros del palacio, y yo, tambien, me fui retirando del lugar, camine a la redonda por un rato, hasta llegar a una pequeña loma, aun ahi se oian la muchedumbre, con sus canticos de alegria y alabanza.
Valla, la festividad a estado buena, pero creo que ha sido suficiente para mi, no me he dado la oportunidad de seguir disfrutando de mi arte.
Mi arpa aun colgada sobre mi espalda, estaba cubierta por fina escarcha, que con el movimiento de mi mano, se fue esparciendo hacia los bordes, dando su fina presencia, una lira tallada, con mucha delicadesa, era de cedro, con fines tallados sobre esta, simbolizando la influencia de la musica en mi, el regalo de mi madre aun vivia conmigo, las cuerdas de plata, resplandecian en el lugar, en contraste con la densa nieve, comenze a afinar las cuerdas, una por una, pero de pronto, unos aullidos de lobos, hicieron que cayase...
Esos lobos, espero que no bajen a las faldas de estas montañas si no habra problemas
Segui afinando las cuerdas, hasta que estubo perfecta.
Fui regresando a la bola de gente que aun estaba celebrando con muchas ganas, sin dejar de mirar a la nueva conquista de Drayden, que era uno de los estrategas del lugar, el punto de apoyo de Knoll en distintos puntos de acuerdo a las peticiones del pueblo, su compañera, era una joven hermosa, sencilla, con ropajes clasicos del lugar, en contraste del acompañante, camine un poco mas, hasta que los pase de largo, no tenia intensiones de que el me platicara de su nueva conquista y lo que haria, como las demas que habia tenido, se adelanto a llevarla a los adentros del palacio, y yo, tambien, me fui retirando del lugar, camine a la redonda por un rato, hasta llegar a una pequeña loma, aun ahi se oian la muchedumbre, con sus canticos de alegria y alabanza.
Valla, la festividad a estado buena, pero creo que ha sido suficiente para mi, no me he dado la oportunidad de seguir disfrutando de mi arte.
Mi arpa aun colgada sobre mi espalda, estaba cubierta por fina escarcha, que con el movimiento de mi mano, se fue esparciendo hacia los bordes, dando su fina presencia, una lira tallada, con mucha delicadesa, era de cedro, con fines tallados sobre esta, simbolizando la influencia de la musica en mi, el regalo de mi madre aun vivia conmigo, las cuerdas de plata, resplandecian en el lugar, en contraste con la densa nieve, comenze a afinar las cuerdas, una por una, pero de pronto, unos aullidos de lobos, hicieron que cayase...
Esos lobos, espero que no bajen a las faldas de estas montañas si no habra problemas
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Re: Los toques finales
La expectación de todos crecía a cada momento que pasaba. Las celebraciones habían cesado luego de que el cuerno de guerra retumbara en los interiores del palacio. Los asgardianos que anteriormente festejaban los recién terminados trabajos de reconstrucción se reunían para recabar información de tan inesperada alerta. Había especulaciones de que alguien había ultimado la vida del líder de la nación. Soldados que iban y venían en busca de posibles traidores dejaban al aire pequeñas pistas de lo ocurrido pero hasta ahora sólo eran eso... rumores.
- ¿Serán cierto los rumores acerca de un atentado contra Knoll? - Un joven de alrededor de veintidós años cuestionaba a su amigo. Éste por su parte gesticulaba que no entendía bien lo que pasaba. - No lo sé Warrick pero una cosa es segura, algo muy grave debe de haber ocurrido. - Apenas logró pronunciar cuando la expectación pasó a un asombro popular en conjunto cuando todos miraban la figura de Drayden saliendo del palacio seguido de cerca de unos soldados que llevaban a rastras el cuerpo sin vida de Squalo.
El silencio gobernó en esos momentos, ahora comprendían todos que las cosas estaban terriblemente mal para esos instantes. Lo que había sido una fiesta llena de júbilo se transformaba en indudablemente noticias funestas. Todas las miradas estaban fijas en el sujeto pelirrojo que con una dolencia marcada en el rostro caminaba hacia una pequeña explanada. Todo parecía indicar que Drayden había tenido una lucha en la cual había resultado herido.
Aquel que se le consideraba como el cerebro de Asgard permanecía impávido tomándose un poco de tiempo antes de hablar en público. Normalmente él no solía ser un orador, esos menesteres recaían más que nada en Squalo. Pensar en el nombre del primer consejero de Knoll provocó que Drayden ladeara un poco su rostro, lo suficiente como para mirarlo ahí tendido ensangrentando la blanca nieve que cubría el suelo de Asgard. Su cuerpo presentaba múltiples estocadas, por un momento se lamentó no haber podido presenciar la trágica muerte de Squalo, despejó aquellos pensamientos y con un carraspeo aclaró su voz.
- ¡Pueblo de Asgard...! - Pronunció claro y alto, lo suficiente como para que todos pudieran escucharle. - Amigos compañeros y hermanos. Me presento ante ustedes siendo portador de noticias tan lamentables. - El rostro de todos los presentes pareció ensombrecerse. - De que lo que hoy fuera un día de celebración se transformara en un día de duelo por hechos que nadie siquiera había contemplado. Pero con una gran consternación cobijando mi corazón, es mi deber informarles a todos ustedes, que nuestro gran líder Knoll ha sido ejecutado en el interior del palacio.
El clamor popular no se hizo esperar, los presentes alzaban sus voces reflejando la indignación por las revelaciones que ahora salían a flote. Los rumores ahora eran corroborados. Drayden levantaba su mano y con un ademán de la misma pedía calma mientras que con la otra sujetaba la herida de su costado. - Ha sido una víctima desafortunada de las ambiciones desmedidas de unos cuantos. Pues aquí ante ustedes, les traigo al que fuera el autor intelectual de tales hechos.
Moviéndose un poco, señalaba el cuerpo abatido de Squalo, aquellos que alguna vez le alabaron ahora se mostraban altamente indignados. - Comprendo muy bien la ira que se forja en el interior de sus corazones, pero hemos de encontrar en este momento de crisis una templaza de la mente. Porque éste que aquí yace muerto no actuó solo. Conspiró con los demás consejeros de Knoll y antes de que pudieran eliminarle él mismo último a uno de ellos. - Su voz demostraba cierta pasión en su relato.
- Otros sin embargo han escapado, pero les prometo que este hecho no pasara ni quedará sin justicia alguna. Pero por ahora amado pueblo de Asgard, estoy en la disposición de continuar con los ideales de nuestro finado soberano. - Hizo una pequeña pausa dejando que los asistentes asimilaran los hechos. Luego continuó. - Pero si alguien de entre los presentes prefiere elegir a su representante puede hacerlo, puesto que somos una nación que ha de establecer los parámetros de la democracia misma.
Unos a otros se miraban confundidos, pocos entendían a lo que Drayden se refería. - ¿Quién mejor que Drayden como para asumir el control? - Una voz se alzó y los ojos de Drayden emitieron un brillo fugaz, una media sonrisa aparecía en su rostro pero controlando su furor reanudó aquel falso discurso. - Me honran con tan inesperada acción, pero juro, ante la constelación que cuida el pueblo de Asgard, que haría todo lo posible por llevar a buen termino la visión y sueño de Knoll. - Y en ese momento las voces se alzaron clamando por la aceptación de que Drayden asumiera ahora el control.
- ¿Serán cierto los rumores acerca de un atentado contra Knoll? - Un joven de alrededor de veintidós años cuestionaba a su amigo. Éste por su parte gesticulaba que no entendía bien lo que pasaba. - No lo sé Warrick pero una cosa es segura, algo muy grave debe de haber ocurrido. - Apenas logró pronunciar cuando la expectación pasó a un asombro popular en conjunto cuando todos miraban la figura de Drayden saliendo del palacio seguido de cerca de unos soldados que llevaban a rastras el cuerpo sin vida de Squalo.
El silencio gobernó en esos momentos, ahora comprendían todos que las cosas estaban terriblemente mal para esos instantes. Lo que había sido una fiesta llena de júbilo se transformaba en indudablemente noticias funestas. Todas las miradas estaban fijas en el sujeto pelirrojo que con una dolencia marcada en el rostro caminaba hacia una pequeña explanada. Todo parecía indicar que Drayden había tenido una lucha en la cual había resultado herido.
Aquel que se le consideraba como el cerebro de Asgard permanecía impávido tomándose un poco de tiempo antes de hablar en público. Normalmente él no solía ser un orador, esos menesteres recaían más que nada en Squalo. Pensar en el nombre del primer consejero de Knoll provocó que Drayden ladeara un poco su rostro, lo suficiente como para mirarlo ahí tendido ensangrentando la blanca nieve que cubría el suelo de Asgard. Su cuerpo presentaba múltiples estocadas, por un momento se lamentó no haber podido presenciar la trágica muerte de Squalo, despejó aquellos pensamientos y con un carraspeo aclaró su voz.
- ¡Pueblo de Asgard...! - Pronunció claro y alto, lo suficiente como para que todos pudieran escucharle. - Amigos compañeros y hermanos. Me presento ante ustedes siendo portador de noticias tan lamentables. - El rostro de todos los presentes pareció ensombrecerse. - De que lo que hoy fuera un día de celebración se transformara en un día de duelo por hechos que nadie siquiera había contemplado. Pero con una gran consternación cobijando mi corazón, es mi deber informarles a todos ustedes, que nuestro gran líder Knoll ha sido ejecutado en el interior del palacio.
El clamor popular no se hizo esperar, los presentes alzaban sus voces reflejando la indignación por las revelaciones que ahora salían a flote. Los rumores ahora eran corroborados. Drayden levantaba su mano y con un ademán de la misma pedía calma mientras que con la otra sujetaba la herida de su costado. - Ha sido una víctima desafortunada de las ambiciones desmedidas de unos cuantos. Pues aquí ante ustedes, les traigo al que fuera el autor intelectual de tales hechos.
Moviéndose un poco, señalaba el cuerpo abatido de Squalo, aquellos que alguna vez le alabaron ahora se mostraban altamente indignados. - Comprendo muy bien la ira que se forja en el interior de sus corazones, pero hemos de encontrar en este momento de crisis una templaza de la mente. Porque éste que aquí yace muerto no actuó solo. Conspiró con los demás consejeros de Knoll y antes de que pudieran eliminarle él mismo último a uno de ellos. - Su voz demostraba cierta pasión en su relato.
- Otros sin embargo han escapado, pero les prometo que este hecho no pasara ni quedará sin justicia alguna. Pero por ahora amado pueblo de Asgard, estoy en la disposición de continuar con los ideales de nuestro finado soberano. - Hizo una pequeña pausa dejando que los asistentes asimilaran los hechos. Luego continuó. - Pero si alguien de entre los presentes prefiere elegir a su representante puede hacerlo, puesto que somos una nación que ha de establecer los parámetros de la democracia misma.
Unos a otros se miraban confundidos, pocos entendían a lo que Drayden se refería. - ¿Quién mejor que Drayden como para asumir el control? - Una voz se alzó y los ojos de Drayden emitieron un brillo fugaz, una media sonrisa aparecía en su rostro pero controlando su furor reanudó aquel falso discurso. - Me honran con tan inesperada acción, pero juro, ante la constelación que cuida el pueblo de Asgard, que haría todo lo posible por llevar a buen termino la visión y sueño de Knoll. - Y en ese momento las voces se alzaron clamando por la aceptación de que Drayden asumiera ahora el control.
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