Apodyterium ( vestidores)

Ioros había cabalgado veloz con su caballo, primero a la villa donde los sirvientes le informaron que los señores ya se habían ido, luego había intentado atajarlos por el camino pero igualmente sin ningun exito, pero Ioros contaba con la ventaja que sabían donde se dirigian, así que al llegar a Roma se encamino al Coliseo lugar de la celebración del triumfo, las calles estaban atascadas de gente, se hacía casi imposible avanzar, pero finalmente llegó a la entrada, allí vio el carruaje de la familia de Sophia, por lo tanto no habían recibido ningun percance, en el Coliseo había guardias por todos las entradas, allí su trabajo era innecesario pues el al no pertenecer a la alta nobleza no estaba invitado, así que Ioros decidio ir a relajarse un poco a unos baños que cayan cerca y que conocía del pasado.

EL joven paso por la entrada, donde se encontraba una mujer, probablemente una de las encargadas del local, este la saludo amablemente y siguió hacia dentro hacia el Apodyterium allí había varias taquillas de marmol donde los usurios podian dejar sus objetos personales mientras se tomaban un baño, Ioros se despojo de su armadura y sus dos españdas y las dejo dentro de la taquilla, luego quitandose la túnica y quedando desnudo se dirigio a una mesilla al centro del vestidor donde había toallas limpias, cogiendo una se la ató alrededor de la cintura, bueno ahora ya lo tenía todo para dirigirse a los baños solo quedaba la decisión de que agua le apetecia mas: caliente. tibia o fria.

Ioros meditó y tras hacer varias conjeturas en su cabeza se decantó por la fría, ya que era un espacio grande y con sitio por si quería ejercitar sus brazos, había quitado de su cabeza las otras opciones porque hacía un dia caluroso y no le gustaba la sensación que dejaba la agua a alta temperatura.

Argol habia empezado a transpirar cuando vio la entrada del baño. Aun conservaba su viejo nombre y el romano ya lo conocia de sobra. Su larga caminata fue exhausta. El sol ya habia empezado a afectarle y varias gotas caian desde su cuello hacia sus pectorales. La muda de ropa que tenia empezaba a pegarsele en el cuerpo y era realmente incomodo. Argol recordo porque era que odiaba el verano...

Acercandose a donde una muchacha que esperaba paciente en la puerta, busco entre sus pensamientos alguna acotacion inteligente para decir porque no busco su caballo en los establos. Ciertamente queria volver a ver los hermosos paisajes de Roma y sus grandes e imponentes edificios. Pero el viaje de vuelta seria mas agotador que el de ida.

Saludo a la muchacha y entro a los vestidores. Alli estaba realmente fresco pero humedo. Fue a una de las tantas taquillas y sacandose su atuendo (que no era mas que una simple tunica de soldado fuera de servicio) quedo desnudo. Observo su anillo que tenia en su dedo anular de su mano izquierdo y sonrio. Recordo su gran campaña exitosa junto al imperio Romano contra los Germanos. Avanzo un poco hacia la derecha y tomo una toalla que se la coloco lentamente alrededor de su cintura, dejando visible solo su perfecto cuerpo que fue trabajado desde que era muy chico.

No dudo en entrar al baño de agua fria. El calor ya lo estaba poniendo fastidioso...

Otra vez de nuevo allí en esa sala fría completamente de mármol peró esta vez de regreso,Ioros fue hacía su taquilla y abriendola sacó la túnica roja típica de la Legión y sacandose la toalla mojada se visitó con ella, luego se ató el cinturón y por último sacando la armadura del lugar, se dispuso a armarsela.

Con todo el peso de la armadura, Ioros se sentó en un banco, y con tranquilidad se dispuso a atarse las sandalias alrededor de su piernas y encima de estas las negras grebas, mientras se cambiaba esperaba a Argol, Ioros pensaba que seguramente se había quedado babeando viendo a esa chica pues se estaba demorando.

En su cabeza paso un pensamiento: Esos soldados tanto tiempo fuera de Roma olvidan las bellezas que aquí viven.

Finalmente el joven entró, para tener que entregar una noticía el chico se lo tomaba con calma, aún tenía suerte que hubiese encontrado a Ioros tan rápido, se podía haber pasado dias buscando por Roma y quizá no hubiese tenido éxito, pero en fin el haría que hablara.

-Me vas a dar la notícia ahora? sinó tendré que pensar que no tiene mucha relevancia o importancia.

Diciendo eso se levanto, volvio hacía las taquillas y sacando las dos espadas se las colgó de la espalda como era su costrumbre.

Argol entraba lentamente a los vestidores. Recibio el golpe de la humedad mientras se acercaba a su taquilla con una mediana sonrisa en su rostro. Abio la taquilla y dentro se retiro la toalla de la cintura y se preocupo por secarse sus piernas.

-Ya olvidaba como era el cuerpo de una mujer-

Dijo seguido de una risa amigable mientras se reincorporaba y dejaba la toalla humeda a un costado de la taquilla. Se agacho y tomo su tunica. Salio de la taquilla mientras se colocaba el atuendo. Era una tunica normal de dos franjas azules que contrastaban con el grisaceo que poseia el resto de la tela. Una tunica comun para los combatientes que aun no entraban en servicio activo y estaban "descansando".
Luego tomo sus chancletas y empezo a colocarselas mientras miraba a Ioros.

-Sabe, tengo suerte de haberlo encontrado... no tenia idea de como era. Imaginese... con tanta gente aqui en Roma-

Admitio mientras terminaba de calzarse. Se reincorporo y ya estaba cambiado. Lo largo de su tunica le llegaba hasta arriba de las rodillas, dejando ver las dos musculosas piernas que poseia.

-El General Virgilius me mando directo aqui para buscarle. Tenemos que levantar un campamento en el bosque para tener preparada a la Legion en caso de Emergencias. Desconosco la mision que tenga aqui, pero supongo que sera relevado para esta que tiene ahora en el bosque-

Se cruzo de brazos mientras veia la figura de su superior. Argol parecia mas grande que el, lo que hizo que el romano levantara una ceja.

-Vaya así que vuelve a empezar la vida militar-dijo suspirando Ioros.

Luego dirigiendose a Argol, se dispuso a darle unas órdenes previas, pues el tenía que acabar de arreglar unos asuntos antes de poder ir al bosque junto al resto de su legión, así que le dijo tomando un aspecto serio y concorde a la situación, una posición que hacía mucho que no había de tomar y que proximamente tendria que volver a acostumbrarse:

-Muy bien soldado, has cumplido tu misión ahora puedes ir avanzandote hacía tu destino, yo quiero ir a agradecer a cierta persona todo lo que a hecho por mi estos años, recogeré mis objetos personales y tambien me dirigiré al campamento. Puedes retirarte.Aunque si prefieres siempre puedes ir a dar una vuelta mientras no te pille ningun superior

Luego despidiendose del soldado se dispuso a salir del vestuario y del establecimiento, Ioros tenía claro sus siguientes pasos, buscaría a Sophia y a Vergilius, tenía de hablar con los dos, por lo menos quería despedirse de la chica pues se había portado muy bien con él sin ninguna necesidad, luego con Vergilius quería informarle del correcto recibimiento de sus órdenes y a la vez darle la bienvenida si es que tenía la oportunidad peró todo lo relacionado con este ultimo personaje ya era todo más complicado.

Ioros se encamino hacía el Coliseo pues era el lugar de celebración y todos los invitados y heroes debían estar allí pero quizá antes se daría una vuelta por el mercado, aprovecharía a tomar el aire y ha echar un vistazo a las nuevas y exoticas mercancias que allí se encontraban ,siempre había novedades pues a cada dia que pasaba llegaban mercaderes de más lejos, de las lejanas tierras que habían sido conquistadas o simplemente que habían conseguido tratados comerciales con la capital de Roma.

Argol hizo un saludo bastante desganado cuando Ioros ya no se encontraba en los frios vestidores. Le parecia ironico que siendo un rango superior al suyo no sea quien tomaba la iniciativa para empezar a reagrupar las fuerzas. Que va, casi todos eran asi.

El romano recorrio con sus ojos la solitaria habitacion y se acerco a su taquilla haber si no se habia olvidado nada. Hacia tan poco que habia llegado que aun no queria volver al frio de una carpa en medio de la nada.

Cerro la taquilla y empezo a caminar hacia la salida. De pronto la puerta se abrio e ingreso la muchacha que estaba fuera del establecimiento esperando a los clientes.
El fornido pecho de Argol casi tumba a la chica, pero gracias a la velocidad que tenia el hombre, pudo tomarla antes que cayera al suelo.

-Lo siento-

Le dedico una gran sonrisa mientras cerraba un poco sus ojos para verla mejor. No lo habia notado, pero realmente era bella. Tenia dos preciosos ojos verdes; envidiables como cualquier zafiro. Sus cabellos eran dorados y caian en muchos rulos a sus hombros. Ella se sonrojo y se reincorporo lentamente.

-Es mi culpa, pense que ya no habia nadie...-

-Ya me iba de todos modos. Volvere si el calor sigue igual que hoy...-

Luego de un guiño de ojo el caballero empezo a dirigirse a la salida para volver a Miseria asi se armaba.

Despues de tanto viaje, volvia de las calles del mercado, cansada y con ganas de tomar un refrescante baño, antes de comenzar la busqueda que me habia ordenado mi ama. Caminaba muy tanquila por las calles de roma, mientras entrecerraba los ojos debido a que los rayos del sol golpeaban fuerte en ellos, sin dejarme ver muy bien adelante. Pero notaba que habia mucha gente vagando por la ciudad, algunos lentos y otros apresurados, pero eso no me importo demaciado ya que solo pretendia ir a refrescarme un poco para quitarme el calor y el cansancio.

Al llegar, el lugar percia estar bastante lleno, y decidi ir al fondo, donde casi nadie iba. Caminando por los pasillos comence a escuchar una leve canto que parecia angelical, me agrado bastante, parecia la voz de una mujer, aunque no entendia muy bien lo que decia. Me intrigó el saber quien era la de aquella voz afinada, y segui mi camino hasta el fondo. Y entre a aquel lugar onde estaban las aguas frescas, y vi a una mujer sumergida en ella, era una jovencita que cantaba.

-Buenos dias, señorita, disculpe por entrar de esa manera es que no pude evitar deleitarme con ese canto... tiene muy linda voz, joven mujer...

Me quite las ropas y me meti en el agua, en el otro extremo, para asi relajarme por un momento y poder socializar con una nueva joven, ya que no tenia amigos en mi posicion en que estaba y todos los seres con quenes podia hablar estaban ocupados en lo suyo.

-Espero que no le moleste mi presencia, mujer. Mi nombre es Flori, he de venir de las calles del mercado, muy cansada y necesitaba un refrescante baño... ¿Cual es su nombre señorita?

Me quede en el lugar, disfrutando de las aguas frescas mientras esperaba una respuesta d ela chica.

La ciudad le parecía un tanto extraña. Todos parecían honrar la guerra o al menos jugar como si esta fuera algo de costumbre…Era notorio que aquellas personas jamás habían empañado una espada en nombre de Roma. No todo era muy bello cuando se trataba de defender con la vida algo que luego no te daría más que heridas o dolor de cabeza, aunque Steven era la excepción, debido a que su gran técnica había logrado algo que para muchos parecía imposible. Él era el único soldado que había estado tres años en guerra y jamás había recibido daño alguno. Su cuerpo estaba tal y como había ingresado, solo que sus músculos mas desarrollados y su cuerpo bañado en sangre. La lluvia del bosque había limpiado aquella sangre, pero también había ensuciado su cuerpo con barro, él cual no se pudo quitar aun. Siguió avanzando por el pueblo hasta que vio el cartel de “Baños Públicos”.

Ingreso en los baños, pero le parecía raro ver a tanta gente en un solo baño, por lo que decidió preguntar al encargado acerca de un baño mas privado. El encargado lo guío hasta un vestidor que daba directamente a un baño que según él, no era muy frecuentado por la gente, aunque no sabia el motivo de esto. Steven agradeció la ayuda y comenzó a desvestirse para limpiar su cuerpo en el baño, sin embargo, olvido comprobar que aquel baño estuviera vacío como decía el encargado.

Al terminar de desvestirse, dejo su ropa en un costado de los vestuarios y comenzó a caminar hacia el baño, levantando su pelo con las manos para poder descubrir un poco mas su rostro, pero al terminar de pasar la mano por su cara y abrir los ojos pudo ver la silueta de dos muchachas desnudas en el agua, lo cual lo sorprendió, pues pensó que estaría vacío…Pero sin embargo, no estaba tan lleno como el otro y a decir verdad, no era tan desagradable…

-Hem Creo que he llegado en mal momento –Dijo mientras observaba como las muchachas estaban en el agua con total naturaleza. Era algo que jamás terminaría de entender de los romanos- Espero que mi presencia no las moleste…

Dijo Steven mientras que ingreso en el agua y se mantuvo alejado de las muchachas, para que ellas no se sintieran incomodas. El agua estaba perfecta para relajarse, de hecho, hacia tiempo que Steven no se relajaba de la manera en la que lo estaba haciendo.

Las aguas eran tan relajantes al punto en que me daba un poco de sueño permanecer alli. Solo estabamos ella y yo alli, relajadas provando las bellas aguas frías de aquel baño que para algunos era un secreto, que casi nadie pasaba por esos lado, aunque nunca supe el por qué de eso. Mientra miraba fijo a la jovencita, ella me contestó, parecía algo sorprendida con mi llegada, aunque nunca habia visto a esa chica en mi vida, probablemente no vivia cerca del lugar en que yo vivo. Entonces me sonreí y cerre los ojos por un momento en gesto de amistad, cuando escuche sus palabras, y solo me dispuse a decir:

-Saphire, bonito nombre, yo soy Flori...-

Pero antes de que pudiese agregar alguna palabra vi a un muchacho entrando al baño. Me sorprendi al igual que la jovencita, pues no era comun ver a un hombre desnudo para mi. Aunque no le di mucha importancia ya que enseguida se metio al agua, aun poco alejado de nosotras para no molestar. e pronto dijo unas palabras a las que iba a contestar y de paso preguntarle su nombre pero Saphire se adelanto y hablo antes que yo, a lo que solo pude agregar.

-A mi tampoco me molesta tu presencia, joven muchacho.-

A lo que pronto mostre una sonriza.

-Yo soy Flori, nosotras a penas nos concemos, recien he de llegar a este lugar, hace no muchos minutos...-

Dije en cortas palabras y calle para esperar la respesta del chico que recien llegaba.

A penas entró el otro muchacho de nombre Steven al agua, la chica que se encontraba antes se retiraba con total tranquilidad, sin decir muchas palabras. Al parecer ella no estaba acostumbrada a socializar con más gente. Entonces al escuchar sus palabras de retirada mi rostro mostró una amable sonrisa y cerré los ojos por a penas unos segundos en un gesto de amistad, pero sin decir nada al respecto. Luego de que aquella joven se marchó, volví a mirar al muchacho que se encontraba en frente de mí, aunque un poco alejado, mientras escuchaba sus palabras, parecía ser un chico amable y muy sociable, eso era lo que pasaba por mi mente al escuchar su tono de voz al dirigir sus palabras hacia mí. Él me dijo su nombre, era un guerrero de Roma, y me llamó la atención aquello que dijo, que su cuerpo no mostraba cicatrices, era algo extraño. Pero aún no dije nada, dejé que acabe y pronuncia unas palabras.

-Asique Steven ¿he? Bonito nombre, me agrada... además creo que va con tu personalidad...- Dije para agregar algo agradable a las palabras del joven. Pero justo cuando acabé él volvió a agregar unas frases, a las que contesté con una sonrisa en el rostro.

-Cierto, tampoco pude hablar mucho con ella.- Hice una pequeña pausa para contestar a su pregunta. -Yo vivo en la villa Adriana, soy sirvienta de la familia... aunque pude tomar bastante confianza con Samantha, y me convertí en su sirvienta de confianza.- Dejé de hablar por unos segundos, en lo que se hizo un pequeño silencio, mientras jugueteaba con mis manos en el agua para luego mirar a Steven y continuar. -No se si la conoces, es una mujer muy importante, su hermano mayor es un senador de roma... aunque ahora mismo ella me dejó libre para que pueda ir en busca de mi hermanastro perdido...- Al acabar hice una pequeña sonrisa, no le contaba a cualquiera una parte de mi vida como es lo que acababa de expresar ante aquel chico, pero él me parecía bastante bondadoso para tener algo de confianza.

Solté mi cabeza hacia atrás para mojar mis cabellos largos, y con mis manos mojé un poco mi rostro. Para luego expresar una pregunta a lo que él había dicho anteriormente, algo que me intrigaba mucho.

-Hay algo que me intriga de ti, Steven. Dime, ¿como es que eres un guerrero y no posees cicatrices o heridas? ¿Que acaso en las batallas que has tenido nunca nadie te ha lastimado? De verdad es algo que me llama mucho la atención...- Dije con un tono alegre mostrando amabilidad hacia aquel muchacho.

Antes de que el chico me conteste vi a una muchacha saliendo del agua, y tapando los ojos de Steven, cuando sequé mis ojos para ver mejor, note que era Maka, mi mejor amiga, que gran coincidencia que haya entrado al mismo lugar que yo, pero era algo bueno, ya que podía aprovechar la oportunidad de estar junto a mi y su hermano, para hablar un rato. Luego me saludó con mucha alegría, mientras soltaba a su hermano y se acercaba más a mi lado. Entonces solté una alegre exclamación al verla, mientras la abrazaba suavemente

-¡Maka! Que bueno que pases por estos lugares... ya comenzaba a extrañarte mujer... pensaba que ibas a estar hasta más tarde en la villa.- Solté a la jovencita y volví a mi lugar. Pero sin dejar de mirarla volví a soltar unas palabras -Oye Maka, necesito hablar algo contigo.... es acerca de mi hermano, ¿recuerdas que te he hablado de él antes? Tengo que contarte algo que he estado planeando....-

Me levanté del agua, recogiendo y secando un poco mis cabellos. Junté mi ropa que estaba a un lado y me la coloqué lentamente. Aunque me senté un momento en el borde, sumergiendo mis pies en el agua, mientras miraba a Maka.

-Maka, ¿Que tal si vamos a la villa? A esos hermosos jardines, allí podremos hablar tranquilas...- Dije con total tranquilidad en mi voz, y me quedé esperando una respuesta de mi amiga.

Maka estaba disfrutando del baño mientras escuchaba las palabras de su gran amiga flori, mostró cierto interés cuando le hablo sobre su hermano y rápidamente acepto la propuesta de su amiga de hablar en un lugar a solas. El baño de maka estaba por terminar y eso que acababa de empezar pero eso no importaba, ya que más importante era su amiga.

De acuerdo, vallamos a pasear o ... maka puso su mirada en el cielo , estaba recordando lugares para ver si recordaba alguno al cual le gustaría ir , entonces tras un breve lapso de unos segundos volvió su mirada hacia flori y le respondió - o al mercado, así de paso miro un delantal que vendían por allí precioso , siempre y cuando te venga bien y no te importe

maka esbozaba una sonrisa y agarraba de la mano a su amiga - o podemos ir a tu casa o a la mía , como tu gustes - se veía a maka muy enérgica , mas de lo normal, con mucha ilusión.

Maka ya estaba levantada y cogiendo su toalla, secándose el cuerpo con esta y lista para salir a hablar mientras se despedía de su hermano, se acerco a este y le dijo

Chao oni-san , luego nos vemos en casa , no llegues tarde a cenar – le decía mientras terminaba de enrollarse con la toalla

Al parecer Maka no quería ir a la villa, sino al mercado, también me dio otras buenas opciones a donde podíamos ir a pasear mientras hablábamos, entonces me paré nuevamente, me coloqué mi calzado en mis pies y le mostré una amable sonrisa a la joven. Me parecía muy buena idea ir a pasear por esos sitios, aunque hace unos momentos había regresado de allí, aunque sospechaba que Samantha y los demás ya no se encuentren en las calles del mercado, por lo que igualmente acepté la propuesta de Maka.

-De acuerdo Maka, vayamos al mercado... pero apresurémonos, no quiero que se haga demasiado tarde...- Dije mientras tomaba mi toalla y tomaba de la mano a Maka, para marcharnos de allí, pero antes volteé mi rostro para mirar a Steven, e ice una leve reverencia como de saludo.

-Ha sido un gusto conocerte, Steven, espero que nos veamos en otra ocasión...- Dije tranquilamente para luego dar media vuelta y tomar nuavamente la mano de mi amiga y conducirla hasta afuera de los baños públicos, para así tomar el camino que lleva al mercado.

Off: Bueno Maka, ahora debes postear en las calles del mercado, donde edito yo. :)

Todo estaba tranquilo, la muchacha hablaba con Steven mientras que él se relajaba en el agua. Era cierto lo que la joven decia...Era sospechoso que luego de tantos años de batalla su cuerpo no mostrara un solo rastro de la misma...Ningun daño en su cuerpo. Steven sonrio ante la observacion de la joven y noto la atencion que tenia sobre esto, asi que contesto.

-Es cierto, En todos estos años de batalla ningun hombre a podido rozarme siquiera con el filo de una espada...-Dijo con un tono muy egocentrico, pero luego sonrio para disimular.- Es por eso que mi general me dio el apodo de "el invencible"...

Siguio refrescandose y no se dio cuenta del paso del tiempo, hasta que algo lo distrajo. Unas manos taparon su vista y el joven se alarmo, pero al ver que la voz de aquella persona era la de una mujer...se relajo. No reconocia a la chica y tampoco sabia porque se habia tomado la confianza de jugar de esa manera con él. Steven siguio tratando de ver quien era...pero le era dificil. Aún cuando Flori dijo su nombre, el nombre Maka, Steven no podia reconocer quien era...Fue hasta cuando se fue, que lo llamo por hermano...Fue alli cuando Steven recordo que tenia una hermana...

Era normal que no recordara a su hermana, ya que los años de guerra habian hecho que se olvidara de sus padres y de su familia entera. Ademas de que la niña de antes ahora era toda una señorita. Steven se puso feliz al ver que la vida parecia tratar bien a su hermana y se propuso ir a buscarla y ofrecerle ayuda...Segun lo que dijo la chica de la casa, no sabia que Steven habia dejado a sus padres atras, asi que debia notificarselo. Steven escucho que iban para el mercado, por lo que prefirio esperar un momento mas oportuno para hablar con Maka. El muchacho se vistió y salio del lugar, mientras que una bella muchacha pasaba hacia el baño publico donde él estaba y se lamentaba por eso.