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Patios Traseros
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Patios Traseros
por Verenice Vie Ago 20, 2010 4:37 pm
Me introduje en aquellos jardínes, caminé y caminé, los jardínes internos del Palacio no parecían precisos para dormir, no quería levantar sospechas, y menos ahora que nadie sabía de mi presencia y de quién me trataba, y lo más lógico en el momento en que me descubrieran era alertar a los soldados y sobre todo a Diva, eso sería darle la oportunidad perfecta de eliminarme, por ahora debía mantener mi bajo perfil al fin y al cabo yo era una simple e insignificante esclava y ella era nada más ni nada menos que la Señora de Roma.
Seguí en mi busqueda adentrándome más por los pequeños caminos que conectaban los jardínes y los patios, finalmente llegué a un pequeño espacio de rocas lisas y entramadas, unas escaleras que comunicaban aquel pequeño patio a un almacen parecía que era de utencilios para las caballerisas, unas plateas que descargaban agua, un lugar bastante humilde y sencillo, no se comparaba con los extensos y excelentes jardínes imperiales. Ya me encontraba demasiado cansada, mi cuerpo me reclamaba me exigía tiempo para descansar, ya no podía dar un paso más, ya estaba muy oscuro y no quería que los soldados que hacían sus rondas nocturnas al escucharme por ahí me detuviesen y exponerme tontamente, además ese lugar era perfecto, no estaría a las primeras horas del día por lo que nadie sabría que estuve allí. Caminé hacia el centro, ubicando y recostando mi cuerpo en la pared de roca entramada, la luz de la luna se filtraba dejando descargar su pureza y belleza sobre las calmadas aguas que reposaban en aquellas plateas, no tardé mucho en conciliar el sueño y caer rendida bajo los dominios de Morpheo.
Abrí mis ojos, no sabía cuanto tiempo había pasado, estiré mis piernas al igual que mi brazos, el cielo aún se encontraba oscuro por lo que podía sospechar que faltaba un tanto para el amanecer, mis piernas aún me dolían, me senté contemplando en medio de aquella oscuridad la peculiar plaza, podía escuchar el rebuzno de algunos caballos, el agite de los arbustos y de las flores; masajeen la planta de mis pies, hoy empezaría a ejecutar el encargo de Octavius, me levanté terminando de estirar y sacarme la pereza que pudiera tener en mis articulaciones y músculos, golpeé suavemente mi rostro sacándolo del estado somnoliento, me acerqué a la fuentecilla improvisada y sacando agua con mis manos me mojé y lavé el rostro, sujeté bien mi cabello en una cola de caballo y me acerqué al almacén para ver que podía tomar de ahí que me sirviera para mi viaje. Una bolsa un tanto desgastada, la tomé me serviría para guardar el par de cuchillos que ahora portaba, al salir mi pie derecho chocó con una botella, la levanté, la abrí y pude notar que era una vieja botella de alcohol supuse que se trabaja de alguna botella abandonada de vino, de inmediato pensé que me serviría para quemar los desperdicios del baño anterior. Salí del almacén y depositando todo el líquido de la botella en aquel monticulo, busqué dos piedras, no era la primera vez que usaría aquel método para producir fuego, - Chaz Chaz eran los sonidos que generaban aquellas piedras cuando de pronto un par de chispas cayeron sobre aquel envoltorio y se prendió, observé con detenimiento como todo aquello se reducía a cenizas, el tiempo pasaba mientras veía como el fuego se llevaba todo pensaba en mis acciones del día, sabía que el trayecto hacia las villas sería largo y no podía disponer de un caballo o un carruaje por lo que tocaría de la única forma: Caminar. Esto me llevaría medio dia trayecto para ir y otro medio día para regresar, ya con eso tenía un día de viaje por lo que tenía solo dos para poner obtener información.
Me levanté cuando el fuego aquella basura consumió, con mi pie esparcí las cenizas, ya no había de que preocuparme, amarré la bolsa a mi cinto por la parte delantera y salí de aquel patiecillo. Retomé el mismo camino que había hecho la noche anterior, saliendo a los jardínes, volviendo a los senderos y saliendo por la pequeña puertecilla que daba a los exteriores del Palacio.
Seguí en mi busqueda adentrándome más por los pequeños caminos que conectaban los jardínes y los patios, finalmente llegué a un pequeño espacio de rocas lisas y entramadas, unas escaleras que comunicaban aquel pequeño patio a un almacen parecía que era de utencilios para las caballerisas, unas plateas que descargaban agua, un lugar bastante humilde y sencillo, no se comparaba con los extensos y excelentes jardínes imperiales. Ya me encontraba demasiado cansada, mi cuerpo me reclamaba me exigía tiempo para descansar, ya no podía dar un paso más, ya estaba muy oscuro y no quería que los soldados que hacían sus rondas nocturnas al escucharme por ahí me detuviesen y exponerme tontamente, además ese lugar era perfecto, no estaría a las primeras horas del día por lo que nadie sabría que estuve allí. Caminé hacia el centro, ubicando y recostando mi cuerpo en la pared de roca entramada, la luz de la luna se filtraba dejando descargar su pureza y belleza sobre las calmadas aguas que reposaban en aquellas plateas, no tardé mucho en conciliar el sueño y caer rendida bajo los dominios de Morpheo.
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Abrí mis ojos, no sabía cuanto tiempo había pasado, estiré mis piernas al igual que mi brazos, el cielo aún se encontraba oscuro por lo que podía sospechar que faltaba un tanto para el amanecer, mis piernas aún me dolían, me senté contemplando en medio de aquella oscuridad la peculiar plaza, podía escuchar el rebuzno de algunos caballos, el agite de los arbustos y de las flores; masajeen la planta de mis pies, hoy empezaría a ejecutar el encargo de Octavius, me levanté terminando de estirar y sacarme la pereza que pudiera tener en mis articulaciones y músculos, golpeé suavemente mi rostro sacándolo del estado somnoliento, me acerqué a la fuentecilla improvisada y sacando agua con mis manos me mojé y lavé el rostro, sujeté bien mi cabello en una cola de caballo y me acerqué al almacén para ver que podía tomar de ahí que me sirviera para mi viaje. Una bolsa un tanto desgastada, la tomé me serviría para guardar el par de cuchillos que ahora portaba, al salir mi pie derecho chocó con una botella, la levanté, la abrí y pude notar que era una vieja botella de alcohol supuse que se trabaja de alguna botella abandonada de vino, de inmediato pensé que me serviría para quemar los desperdicios del baño anterior. Salí del almacén y depositando todo el líquido de la botella en aquel monticulo, busqué dos piedras, no era la primera vez que usaría aquel método para producir fuego, - Chaz Chaz eran los sonidos que generaban aquellas piedras cuando de pronto un par de chispas cayeron sobre aquel envoltorio y se prendió, observé con detenimiento como todo aquello se reducía a cenizas, el tiempo pasaba mientras veía como el fuego se llevaba todo pensaba en mis acciones del día, sabía que el trayecto hacia las villas sería largo y no podía disponer de un caballo o un carruaje por lo que tocaría de la única forma: Caminar. Esto me llevaría medio dia trayecto para ir y otro medio día para regresar, ya con eso tenía un día de viaje por lo que tenía solo dos para poner obtener información.
Me levanté cuando el fuego aquella basura consumió, con mi pie esparcí las cenizas, ya no había de que preocuparme, amarré la bolsa a mi cinto por la parte delantera y salí de aquel patiecillo. Retomé el mismo camino que había hecho la noche anterior, saliendo a los jardínes, volviendo a los senderos y saliendo por la pequeña puertecilla que daba a los exteriores del Palacio.
Verenice- Cantidad de envíos : 19
Re: Patios Traseros
por Ambrose Dom Sep 11, 2011 2:02 pm
No se cuánto tiempo llevaba caminando ni cuanto había recorrido, ni en que zona del Palacio del César me encontraba, sólo sabía una cosa: - Me regreso a Casale, está mejor que los aposentos del Emperador y compañía.
Por todo el camino venía chasqueando mis dedos, mientras mordía la uña del dedo pulgar, ya me encontraba verdaderamente hastiada del lugar y si en la mierda me iba a quedar, prefería la mierda conocida y familiar: la propia!.
Finalmente había llegado a alguna parte, levanté una de mis cejas y suspiré, ésto estaba igual o peor que los otros lugares antes visitados pero al menos las ramas conservaban cierta línea ordenada y no se mostraban en un caótico follaje como en los jardines pasados.
Un patiecito bastante normal, un pozo de agua y unas piedras allí y allá acomodadas con cierta delicadeza, nada más allá de las habilidades que un simple sirviente pudiera hacer. Rápidamente me dirigí a un montoncito bien apilado y me senté, parecía que últimamente tenía una necesidad incontrolable de andar sentada, suspiré y reí un poco al cabo de decir: - La vejez no viene sola... lo que me falta ahora es tener que andar orinando de árbol en árbol como un perro por no poder controlar mi cuerpo ..... baaaaaaaah!!
Cerré mis ojos, llevé mis brazos hacia atrás y levanté mi rostro dándole la cara al sol, respiraba lento, podía sentir como mi pecho subía y bajaba, y por momentos escuchar mi corazón latir, perdí conexión total con el exterior, respirar de aquel modo me daba cierta paz a mi inquieta alma, de pronto un sonido me sacó de mi calma y me hizo caer de aquel montículo de piedras, era el relinchar de un caballo, al percatarme grité: - Malnacido caba..... no terminé de decirlo dado que me comenzó a dar un ataque de risa, levantándome, limpiándome y acomodando mi vestido esbocé: - HAHAHAHAHAHAHAHAHAHA y tu te haces llamar caballo!!! HAHAHAHAHHAAHAHAHAA Por los dioses!!! este lugar es un verdadero circo!!!!
Me acerqué al animal, a pesar de las condiciones en las que se encontraba el Palacio mismo, la bestia no se veía tan mal algo flacucho, parecía ser que aquel follaje le había alimentado durante todo este tiempo. Al lado del animal comencé a acariciarlo, el caballo no mostraba signos de que le resultará una amenaza por lo que seguía comiendo tranquilo y por momentos relinchaba sin alteración, acerqué y apoyé mi cabeza en uno de sus costados, sin dejar de acariciar la cabeza del animal mientras pensaba: - Este caballo es lo único valioso en este sitio .... me puede servir para .... Seguí acariciándolo mientras me ponía frente a él, apoyé mi frente sobre la suya y murmuré: - Tú serás mi nuevo mejor amigo y tú .... me llevarás a Casale!
Me alejé de él buscando algún cambuche o compartimiento donde pudiera buscar las cosas para ensillarlo, no muy lejos de ahí había un pequeño almacén, sin demoras fui allí y lo inspeccioné, había una acumulación de polvo y telarañas de dimensiones olímpicas, con mucho esfuerzo y con mucho asco retiré lo que obstaculizaba mi camino. Abajo en los estantes se encontraba una vieja silla con las amarras, la tomé y una nube de polvo se levantó desatando una infernal ola de mugre y suciedad en el pequeño cuarto, tosiendo sin parar, caminando hacia atrás buscando la salida expresé: - Qué mierdero es este!!!
Finalmente afuera, limpiando con mis manos aquella silla de montar, se la puse al caballo acomodándola lo mejor posible porque se notaba que no era para él, sin prestarle mucha atención al asunto, tomé las amarras y me dirigí a la salida de aquel mugriento Palacio.
Por todo el camino venía chasqueando mis dedos, mientras mordía la uña del dedo pulgar, ya me encontraba verdaderamente hastiada del lugar y si en la mierda me iba a quedar, prefería la mierda conocida y familiar: la propia!.
Finalmente había llegado a alguna parte, levanté una de mis cejas y suspiré, ésto estaba igual o peor que los otros lugares antes visitados pero al menos las ramas conservaban cierta línea ordenada y no se mostraban en un caótico follaje como en los jardines pasados.
Un patiecito bastante normal, un pozo de agua y unas piedras allí y allá acomodadas con cierta delicadeza, nada más allá de las habilidades que un simple sirviente pudiera hacer. Rápidamente me dirigí a un montoncito bien apilado y me senté, parecía que últimamente tenía una necesidad incontrolable de andar sentada, suspiré y reí un poco al cabo de decir: - La vejez no viene sola... lo que me falta ahora es tener que andar orinando de árbol en árbol como un perro por no poder controlar mi cuerpo ..... baaaaaaaah!!
Cerré mis ojos, llevé mis brazos hacia atrás y levanté mi rostro dándole la cara al sol, respiraba lento, podía sentir como mi pecho subía y bajaba, y por momentos escuchar mi corazón latir, perdí conexión total con el exterior, respirar de aquel modo me daba cierta paz a mi inquieta alma, de pronto un sonido me sacó de mi calma y me hizo caer de aquel montículo de piedras, era el relinchar de un caballo, al percatarme grité: - Malnacido caba..... no terminé de decirlo dado que me comenzó a dar un ataque de risa, levantándome, limpiándome y acomodando mi vestido esbocé: - HAHAHAHAHAHAHAHAHAHA y tu te haces llamar caballo!!! HAHAHAHAHHAAHAHAHAA Por los dioses!!! este lugar es un verdadero circo!!!!
Me acerqué al animal, a pesar de las condiciones en las que se encontraba el Palacio mismo, la bestia no se veía tan mal algo flacucho, parecía ser que aquel follaje le había alimentado durante todo este tiempo. Al lado del animal comencé a acariciarlo, el caballo no mostraba signos de que le resultará una amenaza por lo que seguía comiendo tranquilo y por momentos relinchaba sin alteración, acerqué y apoyé mi cabeza en uno de sus costados, sin dejar de acariciar la cabeza del animal mientras pensaba: - Este caballo es lo único valioso en este sitio .... me puede servir para .... Seguí acariciándolo mientras me ponía frente a él, apoyé mi frente sobre la suya y murmuré: - Tú serás mi nuevo mejor amigo y tú .... me llevarás a Casale!
Me alejé de él buscando algún cambuche o compartimiento donde pudiera buscar las cosas para ensillarlo, no muy lejos de ahí había un pequeño almacén, sin demoras fui allí y lo inspeccioné, había una acumulación de polvo y telarañas de dimensiones olímpicas, con mucho esfuerzo y con mucho asco retiré lo que obstaculizaba mi camino. Abajo en los estantes se encontraba una vieja silla con las amarras, la tomé y una nube de polvo se levantó desatando una infernal ola de mugre y suciedad en el pequeño cuarto, tosiendo sin parar, caminando hacia atrás buscando la salida expresé: - Qué mierdero es este!!!
Finalmente afuera, limpiando con mis manos aquella silla de montar, se la puse al caballo acomodándola lo mejor posible porque se notaba que no era para él, sin prestarle mucha atención al asunto, tomé las amarras y me dirigí a la salida de aquel mugriento Palacio.
Ambrose- Dios/a
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Ataques :
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Re: Patios Traseros
por Night Dom Sep 25, 2011 3:18 pm
2do post Defensa Especial - Especialización 
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Había salido de la habitación en la que tomó un descanso para llegar a los jardines traseros por uno de los tantos pasajes que conectaban a ese punto. Ahí todo parecía estar normal. La vegetación era abundante pero no se ponía a parlotear como lo habían hecho las que encontró en el pasillo. Lo que Night no esperaba era que esa paz y armonía que se disfrutaban en el exterior no le iban a durar. Hubo algo diferente, ya que en esa ocasión no escuchó ninguna voz, sólo que algo se movía entre los arbustos. Miró sus pies, asombrándose de lo que estaba trepando por una de sus piernas. Era un tipo de enredadera que subía en espiral por su extremidad inferior, como si quisiera apresarlo. El joven dio una patada hacia arriba, arrancando la planta de raíz y liberándose.
Se dirigió hacia un arbusto que se estaba moviendo, creyendo que ahí encontraría al responsable. No obstante, cuando estaba por abalanzarse sobre él escuchó que otros arbustos se bamboleaban, del mismo modo que las ramas de los árboles. Era como si alguien le estuviera jugando una mala broma. Night no estaba de humor para soportar esas tonterías así que, en un intento para hacer salir al intruso que no podía ver, emitió múltiples descargas de energía, como disparos que destruyeron cada uno de los lugares en los que había visto algún movimiento sospechoso. No encontró nada.
Lo que sea que estuviera jugando a las escondidillas era demasiado veloz. Lo que Night no había percibido por estar tan concentrado en eliminar todo lo que se moviera, no se percató de que en la oscuridad zarzas espinosas trepaban por los muros, arropando las paredes denudas y comenzando a cubrir el palacio de forma sigilosa y progresiva. El joven caminó, ya que se estaba poniendo en peligro al quedarse parado como si nada. El depredador estaba oculto, esperando a que el bajara la guardia y lo único que sabía de él es que atacaba usando la vegetación disponible. Aunque por su cerebro también transitó la idea de que él podía estar causando eso, ya que había tenido experiencias similares en el pasado. El poder del General era tan grande que a veces se le salía de control, y parecía que ese era el caso, no era una conclusión tan descabellada después de todo. Si lo que pensaba era correcto lo mejor sería dirigirse a los patios principales para “entrenar”.
Se dirigió hacia un arbusto que se estaba moviendo, creyendo que ahí encontraría al responsable. No obstante, cuando estaba por abalanzarse sobre él escuchó que otros arbustos se bamboleaban, del mismo modo que las ramas de los árboles. Era como si alguien le estuviera jugando una mala broma. Night no estaba de humor para soportar esas tonterías así que, en un intento para hacer salir al intruso que no podía ver, emitió múltiples descargas de energía, como disparos que destruyeron cada uno de los lugares en los que había visto algún movimiento sospechoso. No encontró nada.
Lo que sea que estuviera jugando a las escondidillas era demasiado veloz. Lo que Night no había percibido por estar tan concentrado en eliminar todo lo que se moviera, no se percató de que en la oscuridad zarzas espinosas trepaban por los muros, arropando las paredes denudas y comenzando a cubrir el palacio de forma sigilosa y progresiva. El joven caminó, ya que se estaba poniendo en peligro al quedarse parado como si nada. El depredador estaba oculto, esperando a que el bajara la guardia y lo único que sabía de él es que atacaba usando la vegetación disponible. Aunque por su cerebro también transitó la idea de que él podía estar causando eso, ya que había tenido experiencias similares en el pasado. El poder del General era tan grande que a veces se le salía de control, y parecía que ese era el caso, no era una conclusión tan descabellada después de todo. Si lo que pensaba era correcto lo mejor sería dirigirse a los patios principales para “entrenar”.
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