Tribu celta

por Fergal Dom Oct 24, 2010 4:03 pm

Spoiler:

El sol ya hacia unas horas que habia salido por aquella linea que parecia terminar el mundo, aquella linea que muchos llaman como horizonte, que va mas alla de toda imaginacion. Aun poseidos por la duda y el miedo, no tuvieron otra accion mas que empezar a usar los barcos para ir mas alla de aquella linea imaginaria. Tenian que hacerlo, si querian que el plan funcione correctamente.

La villa se extenia un kilometro mas por el sur, terminando en la linea en donde comenzaban los arboles de los bosques. Mas alla era territorio neutro, aunque nunca hubo conflicto luego del asentamiento en Roma en la isla de los celtas. Fergal odiaba a los romanos, aquellos que expanden su imperio a costa de las vidas del resto. Era algo que ningun celta podia aceptar y pensar que muchos se unieron a los romanos para no morir en batalla. Eso era un insulto al coraje de los nativos, aquellos guerreros que son bien conocidos por su heroismo y arrogancia. Pero nada podian hacer, seria un suicidio sacrificar lo que tanto empezaron a construir luego de la ocupacion romana.

Fergal caminaba tranquilamente por la villa, tenia sobre su cuerpo un abrigo bastante pesado que le exigia fuerza y agilidad al momento de luchar. Era de tela gris con los bordes de las mangas y cuello de un color blanco. Llevaba la espada mistica enganchada de un costado de su cintura. Tenia en sus labios una pipa e iba fumando placidamente, ignorando que muchos niños le seguian de cerca. Eran apenas pequeños jovencitos, no mas de 7 o 6 años. Y para la mentalidad de los niños era algo extraño ver hombres tan grandes. Los celtas eran conocidos por su gran robustes, mas anchos que cualquier otro combatiente. Eran similares a grandes roperos andantes.

El actual lider siguio caminando por el pequeño sendero de tierra que recorria toda la villa. Observaba las chozas de paja, de piedra y de barro. Asentia a los saludos de sus guerreros y los de las mujeres. Fergal, ademas de ser el actual lider, era de por mas respetado por su padre, aquel guerrero que se creia invencible.

A unos metros de el distinguio a un hombre. Estaba en cuero y unos pantalones de cuero cubria de su cintura hasta abajo. El guerrero se golpeo el pecho y coloco una mano en el hombro de Fergal a modo de saludo. Este hizo exactamente lo mismo, sonriendo a lo ultimo.

-Wolluf, viejo amigo. ¿Que noticias tienes para darme?-

-Hemos recibido noticias de Roma, Colmillo Negro. Tal parece que unas cuantas tropas parten hacia Egipto-

Fergal dejo salir una bocanada de humo de su boca, siempre mostrando ese templo serio e indiferente que poseia desde la muerte de su padre y madre.

-No es tiempo para echarse atras. Pero no podemos ser confiados, nuestro plan tardara mas de lo que pense-

-Colmillo Negro, ansio por vengarme de esos perros... ¡Matan nuestro ganado y violan nuestas mujeres! ¿Que gloria tiene ese imperio? ¡Esta destinado a caer!-

-Wolluf, paciencia. Tu solo ten paciencia. Sigue manteniendome con noticias del extranjero-

Fergal siguio su camino, chupando la pipa. Aun recordaba cuando su padre hacia circulos de humo para entretenerlo a el. Se mordio los labios mientras continuaba caminando.

-Paciencia, Wolluf. Paciencia...-

por Fergal Mar Oct 26, 2010 6:47 pm

Las chancletas trituraban las pequeñas roquillas de tierra que estaban en el camino. Su robusto cuerpo, sus ojos rojos y su apariencia llamaban demasiado la atencion entre sus compañeros de raza. Las mujeres lo encontraban bastante llamativo e interesante. No todos los hombres eran tan serios e indiferentes, eso le daba un toque especial. Los hombres en cambio, muchos le temian, otros lo admiraban y finalmente un tercio sentian envidia hacia el. Nunca tuvieron un lider como el y menos en epocas como estas, donde la guerra era un eslabon importante en el tablon de ajedrez. Fergal sabia que toda su tribu eran simples piezas de un juego donde el destino y la suerte les daria final. Pero los celtas tenian algo que otros no. Fortaleza, coraje, lealtad y estupides... muchos eran heroes valientes suicidas que se lanzaban al enemigo sin miedo a nada. Ese era el punto, no tenian miedo a la muerte.

El sol del mediodia ya estaba cayendo por el horizonte, dandole al cielo un color anaranjado, propio del atardecer. Fergal estaba bastante pensativo mientras seguia su recorrido. Observo como la mayoria de los hombres volvian de su dia de caza, algunos con liebres, otros con venados. No importaba, esa noche se daria un gran festin en honor a él.

Sus pasos lo alejaron de la aldea, casi llego al bosque cuando se desvio hacia un pequeño altar que se elevaba bajo un gran roble. Habia dos antorchas iluminando la entrada. Suspiro e ingreso lentamente.

por Fergal Vie Oct 29, 2010 2:43 pm

La fiesta daba a comienzo en medio de la aldea. Habian preparado varias fogatas que superaban los dos metros de alto y las mujeres, niños y hombres bailaban alrededor con la musica que unos pocos generaban con tambores y gritos de alegria. Se podia respirar un ambiente muy familiar ahi. Todos eran felices en ese momento y las fiestas parecian hacerles olvidar absolutamente todo lo que les rodeaban a excepcion de sus congeneres. Mas a lo lejos estaban cocinando deliciosa carne de jabali, algun que otra liebre y algunos venados. Todos gritaban euforicamente y aplaudian entusiasmados a los que bailaban con bastante agilidad alrededor del fuego.

En un costado de los grandes fogones se encontraba Tristan con Wolluf. Tristan era un hombre que habia crecido, al igual que Wolluf, con Fergal. Tenia un tatuaje celta en su mejilla izquierda y los cabellos bastante desaliñados a comparacion del resto. Wolluf en cambio tenia sus cabellos cortos y un pendiente de oro en su oreja derecha que le robo a los romanos. En su mano tenia una copa de oro proveniente de alguna caravana romana que habian atrapado hace mucho. Ambos estaban animados por la fiesta pero con sus cabezas altas en busca de la figura de su lider.

Hasta que finalmente aparecio el aludido entre la multitud. Nadie parecia prestarle la atencion que le habian dado hace unas cuantas horas. Despues de todo cuando la fiesta estaba en su curso no importaban titulos ni nombres, eran todos por igual.

Wolluf y Tristan sorprendieron a Fergal quien aun tenia una mirada bastante distante y perdida. Wolluf le dio un pequeño golpe en el hombro y le acerco la copa de oro con un liquido dentro. El aroma era bastante fuerte de seguro era ron o algo parecido.

-¿Donde estuviste, Colmillo Negro? Te buscamos por todas partes desde antes que la fiesta comenzara-

Pregunto Tristan mientras ahora observaba animado y con una sonrisa que se escapaba entre su barba negra, a la multitud divirtiendose. Fergal no lo observo, solo contesto con su mirada perdida en algun punto del horizonte.

-Queria despejar mi cabeza de dudas y tormentos. Nada mas que eso-

-Podrias haberte quedado aqui. Siempre que tengo malos dias las fiestas me animan por completo. Vamos a dar un paseo-

Los tres hombres caminaron entre la multitud, empujando si era necesario para poder pasar entre las personas. Mientras avanzaban, observaban como el hombre en el baile tomaba la iniciativa, demostrando unos pequeños pasos a su pareja para que la mujer lo acepte como compañero de baile. Hasta los niños se divertian imitando a los mayores pero bailando mucho mas rapido que los grandes aunque mas descordinados.

Los rostros del trio se habian oscurecido por la sombra del fuego. Se quedaron detras del tumulto de gente, platicando.

-El barco llegara mañana a la mañana-

-¿Entonces mañana por fin partiremos?-

-Mañana por fin iremos a Roma...-

Los hombres se mostraban bastante decididos. Sus ojos brillaban mostrando la masacre en su pueblo por culpa de los romanos. Los niños gritando, las mujeres peleando tan valientemente como cualquier hombre. Muchos tomados prisioneros y ahora sin rastro alguno de ellos... era hora de la venganza.

Wolluf con un gran aire de grandeza y con un fuerte grito que hizo temblar a la isla entera todos de pronto se callaron. El vozarron del celta era mitico, casi leyenda. Decian que su voz hacia lastimar hasta los oidos de los dioses. Tristan se acerco a su derecha mientras que Fergal se mantenia al margen de sus dos amigos que ahora eran el centro de atencion.

-Quiero proponer una cancion. Una cancion para Fergal y nuestro viaje de mañana. ¡Brendaaaaaaa!-

Habia avistado a su mujer y la llamo sin titubeos. Ella solo se acerco con una sonrisa en su rostro y con un bebe en sus brazos. Era cierto, Wolluf no hacia mucho que habia sido padre.

-Brenda, canta...canta-

La mujer se negaba repetidamente por verguenza. Pero de pronto un coro entero le decia que cante. Por fin se coloco al lado de la fogata y meciendo a su niño comenzo a cantar mientras que todos escuchaban atentamente.

Solo se escuchaba el corroer del fuego en las ramas de las fogatas. Los niños dejaron de aplaudir porque de verdad esa cancion era cantada por todas las mujeres de los guerreros antes de entrar en guerra. Ya nadie reia, ya nadie sonreia. Todos estaban atrapados en sus propios pensamientos. Tristan bajo su cabeza y empezo a jugar con su cuchillo, recordando. Recordando esos perros lo que le habian arrebatado. Wolluf por su parte cantaba en silencio mientras que su esposa seguia entonando tan dulcemente. En su mente se manifestaba la escena perfecta: volviendo heroicos de Roma trayendo la noticia de que finalmente habian expulsado a los romanos. Fergal en cambio, aun algo alejado, podia escuchar la cancion como si estuviera al lado de la mujer. Sabia que no volveria, era algo que el Druida le habia dicho. Extrañaria su pueblo, sus habitantes, sus amigos... pero sobretodo extrañaria su tierra. Aquella tierra que era sagrada para todos ellos y que el se aventuraba en mas alla del horizonte para ponerle fin a los tiranos.

Fergal se acerco a Wolluf y Tristan y les susurro en el oido, no era necesario que el resto de la gente se entere.

-Haganle el amor a sus esposas y beban y coman hasta saciarse. Nos veremos en la mañana-

Y asi el lider se perdio en la penumbra. Alcanzo a escuchar los aplausos ya que la cancion habia terminado justo cuando se habia ido.

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