[Jerusalen] Isla

A unos metros de la orilla del mar, Usui amarraba una enorme red de metal (para cazar ballenas) en su hombro. La red era exageradamente pesada, pero Usui no parecia demostrarlo. Por su espalda venia un hombre de barba recortada.

-Señor Usui, Kimba ira con usted.

-Como el quiera, no me importa. Si se pierde es asunto suyo. No vine a hacer de niñera, vine a buscar el trofeo.

-Si, señor

El marinero se retiro chapoteando por la orilla hasta el barco. Todos aquellos hombres, penso Usui, eran indispensables por ahora, ya que eran los unicos que sabian como manejar el barco y como guiarse a traves del mar encrespado. Pero a la vez, luego de aquel trabajillo eran meramente reemplazables.

-¡Ashrael! ¡Nos vamos!

Grito, terminando de sujetarse aquella red sobre sus hombros, enganchandola en su pecho para un equilibro mas tranquilo de llevar. Giro su rostro hacia todas partes, tratando de escuchar los pasos de aquel joven muchacho. Eran pasos mas suaves y armonicos, no como los marineros. Sus pisadas apenas hacian rechinar la madera del barco y parecia tener un ligero tintineo ritmico de sus cabellos... al menos Usui asi lo oia.

Usui le hizo una seña con su mano: todo andaba bien por ahora. Se acomodo mas la red sobre sus hombros y se adentro en la oscuridad de la selva por el paso de los animales. Bordeando el camino habia helechos y palmeras de gran tamaño entre la vegetacion. Usui apreto el paso, quitando de en medio humedas hojas de palmera mas altas que él. Empezo a percibir un olor caracteristico, penetrante y agridulce. Sentia como el olor se hacia mas intenso conforme avanzaba.

Con el corazon martilleandole en el pecho por la emocion, Usui aparto la ultima hoja y se detuvo de repente. El sendero por el que habian llegado seguia a traves del follaje hasta un claro. Era un sendero ancho y lodoso, abierto por enorme animales. En el barro habia huellas grandes y profundas.

Usui se descolgo la red de sus hombros y las mantuvo con sus manos. Se agacho, arranco un puñado de hierba y lo solto en el aire. La hierba volvio hacia sus piernas: el viento soplaba de cara. Se deslizo entre la vegetacion.
Se encontraba rodeado de grandes helechos y espeso follaje, pero a unos metros sentia el resplandor del sol en un claro. Por fin, muy lentamente, aparto una hoja de helecho... si no tuviera la venda sobre sus inutilizados ojos podria ver a la majestuosa piton enrollada en si misma bajando de un arbol.

-Chico, toca la flauta... quiero ver su reaccion-

Dijo en un pequeño murmuro, casi inentendible, pero audible.

Caminando con cautela, permaneciendo entre las sombras; resguardado por el reconfortante sonido magistral que Ashrael tocaba con solo soplar por un objeto, y tocar unos agujeritos con sus dedos, de tal manera que el sonido sea aun mas exquisito para el oido. Usui empezo a rodear a la anaconda, que sentia que estaba sumamente hipnotizada a causa de la musica del "Angel".

Siguio rodeando el perimetro, guiandose a la perfeccion por el tacto. Era como si conociera ese lugar como a las serpientes: de punta a punta. Era raro para Kimba, que lo seguia de atras, ver algo asi. Supuestamente el "maestro" de las serpientes era ciego, pero con tanta habilidad... parecia que no era cierto.

Siguieron avanzando, rodeando la circunferencia en donde estaba la anaconda, ahora, sumamente expuesta del todo. Usui hizo una seña y se desengancho la enorme red de sus hombros. Kimba sujeto un extremo.

-Y...ahora?

-Shhh...

El hombre-serpiente sabia que por mas que no tenian la atencion de la anaconda en ellos, debian ser cautelosos, mucho mas cuando la piton podria reaccionar muy agresivamente, por el estado de emocion y lujuria que en estos momentos debia sentir. Usui hizo finalmente una seña con sus manos...

-¡Ahora!

Saltaron ambos del mismo costado. Usui de inmediato se impulso con sus piernas sobre la tierra y salto por encima de la serpiente. La voltereta duro unos segundos en el aire, y como gato, cayo parado y ya con la red extendida del todo. Kimba, por su parte, se movia torpemente pero finalmente por el salto de Usui lograron atraparla. La enorme serpiente ayo rendida por el peso de la red de ballenas, y finalmente cayo al piso.

-Enrollala.

Ordeno Usui, que limpiandose las manos de polvo, se quedo muy cerca de Kimba, analizando la situacion. Oia solo los bruscos movimientos del hombre para terminar de "asegurarla" con la red.

-Despacio, idiota.

Con una sonrisa en su rostro, de satisfaccion, enfilo su cabeza hacia donde se encontraba Ashrael y le hizo una seña. Aquel chico si que era una maravilla y podria servirle en sus asuntos, de eso estaba seguro. Es mas, gracias a el no tuvo que lastimar a la serpiente con su lanza que colgaba en su retaguardia.

Pero... algo ocurrio. Aquel hombre, Kimba, tal vez un presunto amigo del ya fallecido Israel, dio media vuelta y empezo a correr en direccion hacia unas palmeras, perdiendose en el follaje de la selva. Usui se rasco la cabeza, oyendo los ultimos ruidos de sus pisadas quebrando ramas y destrozando hojas caidas.

-Uh...?

El joven Ashrael se quedo estático por unos momentos mientras que observaba el como las semillas y el polen de flores que parecían estar cercanas, bailaban ante el soplo del tenue viento y mismo que en esos momentos pasaba por la aberturas de su flauta causando un sonido algo extraño pero armonioso, esa mezcla de luz, sonido, y junto con el baile de las semillas y polen tenían prácticamente hipnotizado al joven ya que, lo que el esta presenciando en esos momentos no se podía apreciar muy a menudo, si darse cuenta el comenzó a caminar en dirección de aquel espectáculo, el mismo que se encontraba en un claro que se encontraba iluminado por la luz del sol, sus pasos era lentos y armónicos, mientras que sus ropas se arrastraban tenuemente entre toda esa vegetación, entre esos pasos suaves ya cortos que el daba su ropa, el cascabel que le dio Usui e incluso sus cabellos estaba produciendo un sonido que resonaba con los demás de la naturaleza de una forma bella y armoniosa.

En esos momentos e joven se olvido por completo de lo que pasaba a su alrededor, era como si el se encontrara en su propio mundo en el cual nadie mas e septo las plantas y animales podían entrar, era extraño lo que estaba viviendo el joven pero aun asi se encontraba fascinado de todo en su alrededor.