Herbolario

El camino que conducía de la entrada de los distritos bajos y el umbral de la ciudad era fácil de seguir, ya que las señalizaciones eran bastante claras cada una…el truco no era llegar a la parte más amplia y tal vez la más importante de la ciudad, sino el saber moverse a través de ella sin llegar a ser víctima del vandalismo o la inseguridad de las calles…y eso sin llegar a contar otras “cosas” de suma importancia. Como fuera, al conocer la ciudad de cabo a rabo y haber vivido en ellas durante un tiempo suficiente, se podía llegar a conocer las mejores rutas para recorrerla y así, saber la ubicación de las tiendas más útiles o serviles…y ahí entraba en juego el conocimiento del ex-senador del distrito menos transitado del mercado, más específicamente del que se refería a antiguos conjuros y artes arcanas olvidadas ya hace tiempo y desestimadas como supersticiones inútiles que solo se mantenían para placar a la plebe…era una opinión que Aspros compartía, pero incluso entre el aquel “lodo” podían hallarse buenas noticias….y había un sitio especial que le había sido de utilidad hacía al menos unos cinco años atrás, durante su entrenamiento con la espada en los campamentos de una de las legiones más salvajes del imperio.

Justo cuando llegó al pórtico de un viejo edificio ubicado en un callejón oscuro y que por sentido común todos evitaban, una voz recibió con cordialidad al peliazul. Una voz que era como el siseo de una serpiente, bajo e intimidante, pero cargado con cierto aprecio. Oh...que tenemos aquí? Mi mejor cliente, sin duda.

Saludos, Arael. Espero que no te incomode una visita inesperada. saludó Aspros con calma mientras esbozaba una sonrisa confiada y empleaba un tono de voz seguro y firme…con aquel viejo tramposo no se podía ser demasiado cuidadoso.

Siempre y cuando tengas una forma de retribuirme, no hay problema. Mira que desde hace meses el negocio va en picada. explicó Arael con el tono cargado de ira contenida y decepción un tanto obvia.

Bien...no puedo darte oro, ya te habrás enterado de que Cambre se quemó. empezó Aspros, con la cara todavía mostrando aquella autoconfianza que mostraba que no dudaba que podría llegar a un buen acuerdo con el anciano. Pero puedo darte un mejor trabajo en otro lugar. O mejor dicho, darte otro emplazamiento haciendo esto mismo por mi.

No suena mal. contestó el viejo, sonriendo a su vez. Bien, que puedo hacer por ti en este sombrío día?

Mi acompañante está sumergida en una fiebre muy fuerte…necesito lo mejor que tengas para aliviarla y de paso, medicina para unas heridas que ella te describirá…hay otro paciente esperando por nosotros. dijo el geminiano, soltando a Seiren para acostarla en un viejo catre con sumo cuidado. Es una petición algo insulsa para el precio que he de pagar, pero es de suma urgencia. Aceptas, Arael?

Me insulta, señor de Cambre. fue la única respuesta del anciano, quien mostró sus dientes amarillentos para retirarse a la parte interna del dispensario y empezar a trabajar en la orden de su más fiel cliente.

Tranquila. le dijo Aspros a Seiren con voz calmada y amigable, mientras estrechaba la mano que la mujer había usado para intentar mantenerlo a su lado…aunque era algo superfluo, llegado a ese punto el geminiano lo que menos haría sería separarse de ella, ya le había confirmado que la escoltaría en todo el viaje y eso incluía una cláusula tácita de no separarse de ella. Además, el peliazul tan solo quería mantener la vista fija en lo que se encontraba haciendo su particular conocido en el dispensario de hierbas…quien no tardó demasiado en volver con una bolsa de cuero curtido cargada en la mano izquierda en la cual se encontraban varios medicamentos que no pesaban demasiado junto a un paquete de reducido tamaño mientras que en la derecha había un pañito embadurnado con una sustancia pastosa de color verde. Levantando una ceja, Aspros parecía pedir una explicación o mejor dicho, quería saber que era lo que había llevado Arael.

Simple, solo tendrá que aplicarle esto a la chica en la frente- empezó el anciano, levantando la mano zurda para pasarle el pañito a Aspros, quien lo miró con algo de curiosidad algo escéptica bien marcada en sus ojos. -durante un rato, eso hará que su fiebre baje. No es algo muy común, ya que hay mejores métodos (como el descanso en una buena cama y muchas horas de sueño) pero creo que aquí no lo podemos aplicar si me dices que están apresurados…y por lo visto, tampoco está en condiciones de darnos detalles de las “heridas” que aquejan a su acompañante…así que por eso he preparado esta bolsa con todo lo necesario para un trabajo básico. Tu ya sabes como funciona esto, Aspros. Las verdes alargadas para heridas superficiales mientras que-

Una pasta de las rojas con las verdes recalentada a fuego lento para las heridas de mayor gravedad, lo se Arael. Gracias por tu servicios. completó Aspros, para acercarse a la egipcia y así posar el pañito sobre su frente húmeda…de seguro que para ella se sentiría algo extraño e incluso un tanto desagradable tener una pasta como esa en contacto con la piel, pero con la temperatura de su cuerpo y el sudor juntos, eso haría que la fiebre disminuyera. El gemelo de Cambre lo recordaba, hacía unos años atrás había sucedido algo parecido con Defteros y aquel había sido el método más rápido que habían encontrado ya que después de todo, no todos los días regresaba una caravana de la legiones…y gracias a aquello, los gemelos habían podido presenciar aquel evento juntos...en los lejanos años en que una ridícula enemistad no los separaba. Pero eso ya había pasado y ni siquiera era el momento adecuado para rememorar eventos acontecidos hacía ya tiempo atrás, por los instantes, la prioridad de Aspros era Seiren.

No hay problema…siempre y cuando cumplas tu parte del trato, gemelo de Cambre. repuso el anciano con su usual voz de serpiente vieja.

Tranquilo…una vez que salga de este asunto, cumpliré. No te preocupes por eso. ahí fue cuando Aspros resopló con calma y de forma delicada, volvió a tomar a Seiren sobre sus hombros. Entonces aquí parto, Arael. Si no me equivoco en mis estimaciones, el otro no soportará más tiempo solo. dijo el peliazul, tomando el paquete y la bolsa de cuero de la mano del boticario para voltearse con la egipcia a cuestas y dirigirse a la salida de la tienda. Hablaremos pronto, Arael. Salve.

Salve. se despidió el aludido mientras entornaba los ojos y se peinaba su afilado bigote, observando como el ex-senador salía de su tienda y así, volvía a caminar por las calles del mercado de Roma.

Las calles seguían pareciendo totalmente abandonadas de vida, si bien había personas de todo tipo caminando de un lado a otro, lo que por naturaleza debía caracterizarlos estaba muerto. No despedían aquel aire de vitalidad que otros poblados alrededor del mundo tenían, era como si el corazón del Imperio poco a poco fuera muriendo y con el, todo se vendría debajo de forma eventual. Menuda manera de que acabara una de las naciones más prósperas de la época…si Aspros tuviera que aventurar algo, sería que para poder revivir todo se debía instaurar un nuevo gobierno, uno de que fuera lo suficientemente “limpio” como para evitar el mismo final que ahora parecía estar gestándose en lo poco de Roma que se mantenía en pie. Aunque ahí fue que el gemelo de Cambre se dio cuenta de que no era el momento propicio para estar pensando en política o asuntos similares, de hecho, lo que tenía por delante era terminar de escoltar a Seiren hasta el punto en que se encontraba su acompañante.

Esas palabras me insultan, Seiren. dijo el peliazul, contestando a los susurros de su compañera con calma y hasta un tono irrisorio en su voz. Por lo visto, se lo había tomado como una broma. No te preocupes, que el pago que le haré será un beneficio para ambos, tanto para el viejo como para mi…supongo que en un tiempo te darás cuenta de que es a lo que me refiero. explicó el geminiano mientras miraba al frente y se detenía momentáneamente. El cosmos de Night se movía a la distancia y por lo visto, ya estaba en la búsqueda de los demás soldados que se manifestaban con energías hostiles. Por otro lado, había algo que lo inquietaba en dirección a las Villas…había cierto “detalle” que lo tenía inquieto. Era como si ya hubiera sentido algo parecido, pero por lo lejos o “borroso” de ello no lo dejaba percibirlo por completo. Mmm...creo que aparte de regresar a hacer el pago para Arael tendré que hacer una visita a las Villas. dijo de pronto Aspros con los ojos entornados y expresión mucho más seria. Algo no le gustaba…pero de nuevo, no era el momento de pensar en eso, debía dejarse de distracciones para así continuar y llevar a la egipcia a donde los esperaba el sujeto quien por lo visto se había encontrado con Athena. Por cierto...que tan dispuestos estarían tu y tu acompañante de viajar hacia el este del continente? inquirió de pronto el Santo, sabiendo que para ese momento, ya la mujer estarían en condiciones de seguir el ritmo de la conversación aún si fuera de forma pausada. Si de algo estaba plenamente seguro, era que la medicina aplicada sobre la frente de Seiren actuaba rápido.

Seiren...con tu potencial, es bastante posible que nos veamos muchas veces más. Dudo que esta sea la única vez que nuestros caminos se cruzaran, eso tenlo por seguro. respondió Aspros con calma, mientras se disponía a caminar con ligereza y sintiendo como la temperatura de la egipcia bajaba poco a poco. Si no se equivocaba, no faltaría mucho como para que esta se recuperara por completo y así pudiera mantenerse sobre sus pies, lo que facilitaría el regreso de ambos al bosque ya que el geminiano desconocía en que posición se encontraba el otro sujeto y por lógica, sería la misma Seiren quien tendría que guiarlo hasta allá. Ahí fue que el peliazul escuchó algo que le llamó la atención y que por lo visto, se le había pasado a la otra en su delirio por la fiebre. Misma energía de la vez anterior? preguntó el gemelo de Cambre con tono inquisitivo, queriendo saber si se refería a los cosmos agresivos pero mesurables o a cierta energía que parecía poder contener a todo el universo. Era una pregunta algo capciosa, pero no le quedaba de otra que efectuarla…después de todo, ahora que se encontraba completamente en sus cabales seguramente podría responder todas sus inquisiciones sin demasiada dificultad. Si no es demasiado, podrías decirme a que te refieres? pidió el Santo, para escuchar ahora la respuesta de la mujer sobre si ella y su acompañante estuvieran dispuestos a hacer un viaje relativamente corto. Pues...te lo diré francamente, si van al lugar que les señalizaré podrá encontrarse con Athena ya que con el tiempo, ella terminará acudiendo allá…es su recinto y su tierra natal, después de todo. Pero eso me hace preguntar algo a nivel algo más personal…y que no puedo evitar el tocar ahora que te veo más consciente pero aún así algo…vulnerable. Qué es lo que verdad quieres tu misma, para tu futuro y vida? preguntó Aspros con tono algo conclusivo, sabiendo que de seguro tocaría un punto delicado pero…no podía evitarlo.

Incluso para el mismo, era una pregunta todavía sin una respuesta enteramente definida. Tal vez escuchar la contestación de Seiren lo ayudaría a despejar un poco sus dudas personales.

La respuesta de Seiren, además de sorpresiva y detallada había hecho que el cerebro de Aspros se pusiera a trabajar a toda marcha. La descripción de la mujer que la había atacado antes concordaba a la perfección con la de la fémina que lo había intentado asesinar antes en el umbral del Coliseo, justo después de que Octavius se transformara en aquella deidad que despedía una intensa aura de destrucción y ansias asesinas. Podría ser que esa misma lunática fuera uno de los soldados pertenecientes a las filas de un dios todavía desconocido? Probablemente, las pruebas hablaban por sí mismas…y cuando la egipcia citó textualmente las palabras que había escuchado en su encuentro con la pelirroja, otra luz se encendió en el cráneo de Géminis al tiempo que la sombra de la Armadura Dorada susurraba de forma un tanto alterada en su oído.

Madareth?...si no estoy mal, ese era uno de los nombres de los tantos demonios que fueron reclutados por el dios griego de la guerra y el baño de sangre, el opuesto directo de Athena en cuanto a conflictos bélicos se trata…aunque no despertaron hacer doscientos años. Si lo hacen ahora…

No nos apresuremos...todavía debemos esperar el reporte de Night. lo cortó la parte noble de Aspros, mientras su semblante mostraba una seriedad que hasta ahora, no parecía característica de sí mismo.

Después de la descripción del incidente, el geminiano escuchó las razones de la egipcia para seguir tan ciegamente a un sujeto que representaba una parte difícil de su historia…después de hacerlo Aspros tan solo sonrió y empezó a caminar, tomando la delantera para así esperar a que Seiren lo siguiera de cerca ya que parecía haber recuperado la plena movilidad de sus extremidades.

Buena respuesta, Seiren. De seguro que te gustaría conocer a una chica que me hizo darme cuenta de eso mismo hace relativamente poco tiempo; de hecho, si sigues caminando el trayecto que has decidido seguir hasta ahora con tu potencial, te aseguro que te encontrarás también con ella. dijo simplemente el gemelo de Cambre, refiriéndose a la pequeña Sylvanas y preguntándose que resultaría de un encuentro entre ambas mujeres con semejantes personalidades. Sería algo que quedaría por verse, más nada. Y una pregunta más para dejar de molestarte con tantas interrogantes…que es lo que sabes de esa energía que habita en tu interior?

Creo que debería darte una pequeña introducción, Seiren. Créeme, yo estaba tan confundido como tú hace un tiempo atrás, pero eventualmente descubrí la naturaleza de las cosas. Si quieres explotar tu potencial, acompáñame. dijo Aspros con calma mientras empezaba a caminar en dirección del final de callejón, haciéndole una seña con la mano a la egipcia para que lo siguiera de cerca…después de todo, aquella mujer tenía un gran potencial escondido dentro de ella, el geminiano había podido constatarlo al haber estado en contacto con ella durante aquel rato. Si podía encaminarla para que pudiera desencadenar aquel poder oculto y así enfocarlo de manera correcta, Géminis habría cumplido su función como guía primordial…lo que venía después ya quedaría a cuenta de Seiren, quien vería la mejor forma de avanzar por su cuenta, creando su futuro como viera adecuado hacerlo. Supongo que así avanzaremos al mañana, verdad? murmuró Aspros más para sí mismo que para su acompañante, dando varios pasos y finalmente llegando a una calle que se extendía y descendía hacia las puertas de la ciudad desde las cuales se podían ver a unos pocos entrando con lentitud y a casi la misma cantidad abandonando la Capital.

Deteniéndose de improviso el Santo Dorado notó como el cosmos de Night avanzaba más y más, al menos podía apreciar que el súbito cambio de edad no lo había afectado, lo cual era bueno. Aspros solo esperaba que la inmadurez que pudo percibir por meros instantes no terminara por hacerlo fracasar…pero no, no debía considerar aquello, por la misma efectividad de Capricornio era que lo había dejado solo, Géminis estaba consciente de que Night podría recolectar la información y regresar en una sola pieza, a lo sumo con unos raspones en sus brazos reducidos. Suspirando con calma, el peliazul notó como Seiren lo seguía para finalmente ponerse en marcha, dirigiéndose al enorme portón que separaba a Roma de la campiña italiana.