El principio del fin

por Ashrael Lun Ago 08, 2011 10:50 pm

El rostro del joven albino no mostraba ninguna expresión ni sentimiento, pero en su interior se sentía bastante ansioso. En poco tiempo se encontraría cara a cara con aquel hombre que había deshonrado el nombre de Asgard. Se encontraban a las afueras de aquella ciudad nevada, varios de sus habitantes se encontraban a fuera de sus hogares al parecer para poder dirigirse justo en donde se encontraba la gran estatua del dios Odín. Por lo que podía escuchar el joven rezaban con gran fervor para que el sufrimiento causado por Deleore terminara, sus rezos entristecían al joven ya que se sentía responsable de aquel sufrimiento, en sus ojos se podía notar la tristeza que estaba sintiendo.-Con que…ha estado infundiendo el sufrimiento en mis tan queridos hijos...-Eran los hijos de Asgard, por esa misma razón los quería como si fueran de su propia sangre sin importarle que fuesen simple mortales. Era un poco extraño pero al dios le agradaban los humanos por la forma en que disfrutaban de su vida tan efímera, por eso mismo él deseaba hacer todo lo que se encontrara a su alcance para hacer más placentera sus frágiles vidas.

¿Tus..hijos?.-Sigfrid se sentía un tanto extraño después de escuchar a él joven peli plateado decir que los habitantes de Asgard eran sus hijo, aunque era verdad…pero aún no se acostumbraba a ver como el padre de todos a un joven que era mucho menor que el.-Eso te incluye a ti…y también a Deleore, ambos son mis hijos.-Decía con tristeza. Todos aquellos que le dieron la espalda son sus hijos sin importar lo que piensen pero hay cosas que ni siquiera un padre podía pasar por alto.-También sus seguidores son mis hijos…pero hay veces en que un padre debe reprender a sus hijos para que entiendan lo que han hecho mal.-El dios intentaba suavizar sus palabras, y aunque el decía reprimenda, lo que estaba pensando era un castigo…un castigo como la muerte, y aun no sería suficiente para que todos aquellos que lo retaron pagaran por sus pecados. Era una completa contradicción, los amaba pero a la vez los odiaba…

Pero…no puedo perdonar a aquellos que se atreven a desafiar mi nombre, y también que abusan de mi pueblo.-El tono que estaba utilizando el dios era serio y frio a la vez.-Eso significa que...-La voz del guerrero vikingo se cortó, ya que sabía de antemano lo que significaba aquel tono en la voz de su dios. Se encontraba dispuesto a acabar con la vida de aquellos que siguieran a Deleore sin importarle que fueran los hijos de Asgard.-Voy a acabar con ellos, pero los are que se arrepientan de sus acciones…-El miedo que podía influir un dios en el corazón de los mortales era mayor de lo que pensaba cualquier persona, por eso mismo quería verlos temblar de miedo cuando descubrirán la verdadera identidad de aquel joven a quien nombraron como Ashrael. Algunos de los habitantes que se encontraban rondando por las calles se percataron de la presencia del joven alvino, cosa que los dejo un tanto pasmados porque lo pudieron reconocer a causa de su cabellera plateada.-Ese es…ese es nuestro príncipe.-Decían mientras caminaba a la mitad de la calle a lado de Sigfrid. Las mujeres cubrían su boca a causa de la conmoción mientras que los hombres simplemente bajaban su rostro en signo de vergüenza o de tristeza, no lo podía distinguir Ashrael.

Con cada paso que daban se comenzaban a acercar al camino que los guiaría hasta el castillo.-Sigfrid, pregúntale a alguien que es lo que está haciendo en estos momentos Deleore.-Aquel vikingo asintió y se dirigió corriendo al grupo de personas más cercano. El dios caminaba lentamente mientras seguía a guerrero con su mirada. Sus cabellos se movían al son del viento gélido que surcaba aquella ciudad. Algunos pequeños se le acercaban al joven albino con curiosidad, así que simplemente les dedicaba una tierna sonrisa, esto hacia que las pequeñas se sonrojaran y que los niños se vieran un tanto avergonzados. Para que estos pequeños sean felices…se dijo a si mismo mientras comenzaba a caminar más rápido.-Se supone que en estos momentos está haciendo una fiesta en el castillo.-Le informaba Sigfrid al momento en que su incorporo a su lado. El joven peli plateado se sentía feliz ya que la celebración que se estaba llevando acabo en el castillo seria también la perdición de Deleore y de sus seguidores.

por Ashrael Dom Ago 28, 2011 11:26 pm

Caminaron durante unos cuantos minutos a través de la ciudad, la deidad de Asgard sentía el viento gélido que golpeaba so rostro levantando con ello los cabellos que caían sobre su frente. Después de unos minutos se encontraron frente a unas escaleras que los llevarían primero a los pies de la gran estatua en su, después pasarían por un templo que seguramente se encontraba en ruinas a causa del paso de los años para al final del recorrido llegar al palacio. El camino fue bastante silencioso ya que ninguno de los dos hablaba, el dios de Asgard caminaba varios pasos delante de Sigfrid mientras mantenía sus brazos cruzados sobre su pecho, caminar a esa velocidad por aquellas escaleras cubiertas por una capa de hielo, era algo bastante peligroso para un ser humano ya que en cualquier momento se podría dar un paso en falso y con ello caer a su inevitable muerte, pero para el dios Odín eso no representaba ningún problema ya que si cosmos derretía momentáneamente la capa de hielo que cubría los escalones.

Con cada paso que daban en aquellas escaleras se alejaban cada vez más del suelo. Sigfrid miraba de vez en cuando hacia su costado izquierdo el cual miraba a un inmenso vacío, era un camino peligroso en que se tenía que recorrer para poder llegar hasta la estatua de Odín, pero de igual manera era recorrido por todos aquellos que tenían una gran devoción por el dios nórdico. A lo lejos y entre la densa cortina de nieve se podía apreciar la figura de la estatua dedicada al dios.-¿Qué es lo que pretende?.-Se preguntaba el joven dios mientras miraba unas estatus de figuras que le eran completamente desconocidas. Sin decir nada mas.-Sigfrid ya no me eres necesario así que vuelve a la ciudad...-Antes de que pudiera responder algo el caballero vikingo un gran manto de nieve cubrió a la reencarnación del dios Odín, la misma que se elevó hasta el altar que le dedicaron.

Ahora me doy cuenta de que tu ego no tiene límites.-A los pies de la gran estatua del dios nórdico se encontraban esparcidas una gran cantidad de pequeñas estatuas del actual rey Deleore. Ashrael se veía sereno o por lo menos eso se observaba en su pacifico rostro pero, su aura en cambio decía todo lo contrario. Su cosmos comenzó a congelar todo lo que se encontraba a su alrededor, el suelo se comenzó a convertir en un espejo de hielo mientras que las estatuas del presuntuoso rey se comenzaban a resquebrajar ante el poder del dios.-Quería jugar un rato contigo…para hacerte reflexionar pero veo que eso será inútil.-Su aura blanquecina comenzó a esparcirse por todo el altar hasta que toco la última de las estatuas de Deleore. Levanto su brazo derecho mientras mantenía su mano abierta.-Me asegurare que acabes de la misma forma que tus estatuas.-Cerro su mano con brusquedad, al hacer esto todas las estatuas se convirtieron en polvo de cristal…

por Ashrael Lun Sep 05, 2011 9:45 pm

Una gran tormenta de nieve comenzó a azotar el camino que llevaba a las estatua de Odín, el mismo camino que llegaba directamente hacia el castillo Valhala en donde el dios nórdico esperaba encontrar a todos los seguidores se Deleore. Un aura plateada comenzó a rodear el cuerpo del dios, mientras avanzaba una gran capa de hielo se iba formando de tras de él, era una forma preventiva de asegurarse de que nadie de la ciudad saldría envuelto en su furia hacia Deleore, pero también era una forma de evitar el escape de sus súbditos hacia la ciudad.-Por lo general soy un dios benevolente, pero incluso yo tengo mis limites…no voy a permitir que un insecto como tú se atreva a ponerse enfrente mío mientras intenta ser más que un dios. La idea de que un humano se crea más que su creador es algo que al principio me parecía un tanto gracioso pero ahora me doy cuenta de que es una idea estúpida de los humanos. Incluso se podría decir que es una especie de capricho. Intentando probar a los demás que no es un súbdito más al servicio de los dioses. Aun cuando su aliento fue un regalo del Valhala…uno les da una mano para que se superen a ellos mismos y esto intentan subirse a tu corona para poder arrebatártela….que idea más estúpida incluso para ellos…

Los ojos de Odín estaban encendidos tanto por su cosmos divino y por la cólera que sentía en esos momentos. Sus ojos dorados se veían resplandecientes entre la oscuridad que generaba aquella ventisca. La energía divina que rodeaba a la reencarnación del dios Odín comenzaba se comenzaba a expandir por el lugar cosa que estaba provocando aún más el descenso de la temperatura. Los pasos que daba el dios eran lentos y cortos ya que quería que todo se encontrase perfecto para su reaparición en la ciudad de Asgard.-Les mostrare…o más bien les recordare la razón por la cual nos temen y veneran a los dioses.- Con forme fue ascendiendo a través de los peldaños se fue encontrando con una pequeña cantidad de soldados los cuales custodiaban la entrada al castillo.-¿Quién es usted…que acaso no sabe que el dios y nuevo rey de Asgard tiene una fiesta en el castillo?.-Esas palabras hicieron enfurecer al joven dios de cabellera plateada.-Esas fueron tus últimas palabras humano…-Su orgullo como dios era mayor que el cariño que tenía por los humanos. Levanto un poco su cosmos y esto causa que la temperatura bajara aún más y con mayor rapidez, enseguida los guardias que se encontraban a su alrededor terminaron congelados, con expresiones de terror en sus rostros.

Serían unos estupendos adornos pero…-Poso su mano derecha sobre el guardia congelado y con aplicar un poco de fuerza este se resquebrajo, convirtiéndose en una gran cantidad de pedazos de hielo color rojizo.-Me molestan todos aquellos que traicionaron mi confianza.-Siguió caminando como si nada a través de las escaleras. Al pasar a lado de las guardias estos se comenzaron a resquebrajar y se pulverizaron ante la presión que ejercía la presencia del dios Nórdico.

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