¿Entrenamiento?

Algunos soldados de las tropas romanas se encontraban entrenado mutuamente en parejas luchando con sus escudos y espadas, tal vez lanzas o inclusive algunos utilizaban hachas la cuales cogieron en las tierras barbarás. Se lograban escuchar en medio de todo los sonidos de la espaldas chocar contra los escudos, espadas con espadas, caídas al suelo gritos de batalla… Mientras el resto se dedicaba a comer y/o a descansar. En aquel lugar del bosque había muy pocos árboles cuales protegían del sol a la gente, pero por otro lado les brindaba un gran espacio para entrenamiento a los soldados y guerreros de las legiones romanas. Algunos en su descanso se disponían a ver como los otros entrenan demostrando grandes cualidades físicas y bélicas, especialmente un sujeto… Un hombre de cabellos largos y claros que luchaba con gran fervor utilizando una gran espada. Aquel hombre de gran corpulencia había salido victorioso de su entrenamiento… Al terminar su batalla este comenzó a retirarse del lugar cuando de un momento a otro, un hombre joven de cabellos oscuros se levanto de su asiento. Aquel hombre era conocido como Kagaho la mano derecha de Vergilius, como a su vez uno de los soldados mas temidos en el campo de batalla debido a su forma de luchar. Aquel hombre aplaudía de forma sarcástica la “simple” victoria de aquel hombre.

-Hmmmm… ¿Te sientes victorioso por ganar un entrenamiento?... O solo demuestras al resto que eres solamente fuerza física con aquella espada de gran tamaño y no me sirves más allá que solo para entrenar a mis hombres. Eres alguien nuevo en las tropas, te has ganado fama… Pero no me convences, quizás hayas derrotado a varios en los entrenamientos pero déjame decirte que ellos progresan más que tú…

Kagaho al parecer lanzaba palabras directas aquel hombre, quien se dio media vuelta y le miro con una forma desafiante y de ira sin saber con quien trataba. Los otros soldados vieron la situación y se alejaron al ver como Kagaho pedía la espalda de uno de sus soldados y un escudo… Luego dirigió su mirada a aquel sujeto y le dijo…

-No acostumbro a luchar con un escudo… Tal vez es algo que he descuidado pero veamos si contigo lo se utilizar. Demuestra que en verdad eres alguien que vale la pena en las tropas de Vergilius, si no abstente que te mataré.

Dijo desafiando a aquel hombre de gran tamaño quien tomo su espada y se lanzo en contra de Kagaho, un gran golpe fue lanzado contra su persona el cual en un simplemente movimiento esquivo dejando que su oponente pasase de largo por detrás de él. Rápidamente cuando aquel hombre de gran tamaño se dio vuelta, Kagaho le había lanzada su escudo el cual le impacto directo en el abdomen, haciendo que el grandote flectará sus rodillas, mientras apoyaba su espalda en el suelo… Rápidamente Kagaho se acerco y le lanzo un feroz corte en el pecho provocándole una herida superficial pero que hizo que aquel hombre cayera. Apuntándole con la punta de su espada… Le dijo…

-Entrena más por que la próxima vez que vea una sonrisa tuya sin ganar con esfuerzo, piensa que… No contarás a nadie más sobre tus estúpidas victorias en los entrenamientos. ¿Ahora?... ¿Les parece un cinco contra uno?... Necesito a cinco soldados de una vez que el entrenamiento real ahora comienza.

Dijo Kagaho alejándose de aquel hombre de gran tamaño quien quedo impresionado… Mientras que los demás escuchaban aquellas palabras del teniente.

Era el momento que aquellos hombres quienes escucharon el desafío planteado por el teniente Kagaho aparecieran de una vez luego de ver la derrota de aquel hombre grande y fuerte en tan solo unos simples movimientos. Nadie quería enfrentarse en un entrenamiento con aquel joven de alto rango en las tropas legionarias de Roma, pero sin duda muchos sabían que el no asentir la orden dada de que cinco se presentarán a entrenar contra el solo, sería lo que les traería un gran castigo… Pero en poco tiempo cinco hombres armados de lanzas, espadas y escudos se unieron para caminar hacia donde se encontraba el muchacho de los cabellos oscuros. El día seguía pasando de forma normal, mientras aquellos hombres se estaban alistando para empezar aquel supuesto entrenamiento de cinco contra uno.
Por otra parte, el joven de 18 años llamado Kagaho se encontraba observándoles a unos pequeños metros de distancia poseyendo una mirada fría la cual era algo que lo destacaba. Quizás aquel hombre no era muy social, no hablaba mucho con sus soldados pero las ordenes que el daba se debían cumplir tal y cual sin ningún tipo de falla en su progreso.

Kagaho les observaba mientras empuñaba la espada que había pedido anteriormente, otro soldado se le acerco para hacerle entrega del escudo pero esto lo rechazo decidiendo luchar solamente con una espada contra todos aquellos hombres que se encontraba frente de él. Sonrió levemente como si de una batalla real se tratara, pero aquella sonrisa que duro tan solo unos segundos no era amistosa, si no más bien pertenecía a un guerrero sádico capaz de acabar con su oponente en tan solo unos cuantos pasos. Moviendo un centímetro su pie derecho se lanzo a gran velocidad contra uno de los cinco tipos golpeándole con el mango de la espalda directo en el rostro y dejándolo fuera de combate, sus oponente en tan solo un paso se habían reducido ya que habían sido agarrados de forma desprevenida, las palabras no eran necesarias para dar a entender que el entrenamiento ya había comenzado y simplemente ahora no se encontraban cinco luchando, el combate había cambiado a cuatro contra uno…

Soldados que observaban la situación sacaron del medio rápidamente al soldado caído cuando uno de los solados que se enfrentaban al teniente, tomo su lanza y lanzo tres golpes al muchacho de cabellos oscuros quien esquivo como si nada aquellos golpes, pero eso no era todo. Otro de los soldados lanzo un golpe con su escudo directo al cuerpo de Kagaho quien solo puso su antebrazo izquierdo para disminuir un poco el impacto del golpe, pero no el daño recibido… Dando un giro esquivo el ataque de la espada de otro y observo como uno de los cuatro guerreros no hacia nada, o más bien no sabía como actuar en ese momento lo cual aprovecho apareciendo por un costado de este y dejándolo fuera de combate tomándolo por un brazo para rematarle con fuerza y velocidad en contra del suelo donde se encontraban luchando. Los movimientos de Kagaho eran muy rápidos pues ya había dejado a dos solados fuera de combates solo quedando tres los cuales eran los únicos que al parecer se habían tomado el entrenamiento en serio, pues los que ya estaban fuera se les había tomado por desprevenidos al no reaccionar.

El viento se alzo provocando un silbido de tono medio el cual desapareció al ser escuchado como dos espadas chocaban rápida y constantemente. Kagaho se encontraba en plena lucha de espadas con uno de aquellos tres soldados. Ofensiva y defensiva se podría apreciar en aquel muchacho de cabellos oscuros y mirada fría… Su maestría en las armas era algo de admirar a pesar de su juventud superaba a mucho de los soldados presentes aunque estos fueran algo mayores que él. Fue el momento de un contraataque, Kagaho se lanzo de embestida contra quien se encontraba luchando haciéndole caer al suelo mientras que con el filo de su espada se encontraba presionando el cuello de este quien en pocos segundos admitió rendirse, dejando al teniente de aquel campamento de guerreros luchando contra dos solamente, quienes parecían ser los más hábiles. Uno empuñando una lanza, el segundo una espada y un escudo… Observaban fijamente a Kagaho quien dio media vuelta luego de que escuchara a aquel que apuntaba con espada, rendirse. Su mirada se clavo en ambos soldados quienes se lanzaron a atacarle. Una combinación de estocadas con la lanza, golpes de escudo y cortes de espada era lanzada en contra del teniente quien intentaba esquivar y defenderse a la vez utilizando su único instrumento en mano, la espada que le habían prestado.

Repentinamente un golpe de escudo le dio en su cabeza, haciéndole caer de rostro al suelo, mientras que la espada fue clavada en el suelo a centímetros de su rostro provocando un pequeño corte. La punta de la lanza hizo una herida en uno de sus brazos… Al parecer aquellos dos guerreros se habían proclamado vencedores del entrenamiento… ¿Todo había terminado?... Para Kagaho no… De un golpe se levanto tomando la lanza de aquel soldado que hirió su brazo y golpe al que poseía la espada junto con el escudo, para esto utilizo la parte de hierro de la lanza sin punta lo que hizo que aquel soldado se alzara en los aires y cayera de cabeza al suelo quedando inconsciente al instante. Arrojando la lanza a un lado solamente quedo con sus puños cerrados mirando al último de pie, quien estaba desarmado, además de no decir palabra alguna…

-Ya me canse de las armas ¿Cómo eres luchando a puño limpio?...

Pregunto Kagaho mientras limpiaba la herida su rostro con su mano izquierda… Dándose impulso corrió hacia el último soldado y lanzo una combinación de golpes la cual era esquivada y bloqueada como también era respondida siendo evitada por Kagaho. Fue entonces que el muchacho teniente del campamento de soldado lanzo un gancho directo al mentón de aquel guerrero… Aquel golpe fue con fuerza y furia, haciendo que un ruido se provocase al momento del impacto… Algo que impresiono a la mayoría fue la violencia y la magnitud del golpe dejando fuera de combate a aquel soldado al cual parece se le había fracturado la mandíbula a causa del golpe recibido. Dando media vuelta el hombre de cabellos negros miro a los soldados y les dedico las siguientes palabras…

-Entrenen más, ya que el próximo entrenamiento no me suavizare como hoy… Si creen que esto es daño están equivocados, pues en el próximo encuentro quizás se me pase la mano o quien sabe… Hmmmm… Si no son buenos guerreros de aquí a unos días no me vengan llorando si los mandan al coliseo romano por falta de esclavos para la diversión… Por cierto atiendan a los heridos y piensen que podrían haber sido ustedes… Hmmmm…

Guardo silencio y se acerco a uno de los soldados de alto rango para intercambiar unas palabras con él, dejándole al parecer a cargo del campamento por unos minutos mientras se dedicaba a dar una pequeña vuelta. Kagaho se comenzó a retirar del campamento sin curar sus heridas ya que para él eran simple laceraciones sin ninguna importancia. Camino unos pasos para pasar cerca de un árbol deteniéndose unos breves segundos, sin mirarlo…

-¿Te diviertes observando a los solados entrenar?... Deberías marcharte por donde viniste seas quien seas. Hmmmm…

Kagaho comenzó a alejarse de aquel árbol para llegar a la cercanía de un pequeño río en el cual reflejo su rostro, se agacho tomo un poco de agua entre sus manos y lavo su rostro limpiando su herida, para luego hacer lo mismo con la del brazo. Poniéndose de pies quedo pensativo por unos momentos.

Kagaho en ese momento sintió como aquel hombre se le acercaba a decirle unas palabras como también entendía el tono que este utilizaba al presentarse ya que anteriormente el trato del joven legionario no fue muy educado hacia aquel desconocido. En silencio escuchaba cada una de sus palabras sin mirarle, los ojos del muchacho de cabellos oscuros se encontraban fijamente en su reflejo en el rio el cual poseía una corriente moderada y a su vez emitía un ruido por el choque del agua en las piedras del lugar. El sol seguía resplandeciente en ese entonces mientras que un leve viento acaricio el rostro del solado romano quien termino de oír toda palabra de aquel sujeto. Dando media vuelta observo como este le había tendido la mano para saludarle lo cual miro con indiferencia mientras lentamente subió su mirada para observar los ojos de aquel hombre y comenzar a marcharse… Fue entonces que escucho aquella palabra “muerte” lo cual hizo que detuviese su andar para dar nuevamente la vuelta y observar a aquel ser extraño del lugar.

-¿Muerte?... He visto tantos tipos de muerte en esta vida que ya se pueden diferenciar ante mis ojos. Dime una cosa… ¿Cómo has llegado a este lugar?... Tus ropajes te delatan tu no eres alguien que como si nada se daría un paseo por estos lugares para observar los entrenamientos de otras personas.

Dijo en un tono frio esperando respuesta alguna por parte de Vladimir. Observándole sin quitarle la vista de encima espero unos segundos antes de darle la espalda nuevamente, y no espero que contestase de forma inmediata pues les dirigió nuevamente unas palabras.

-¿Sabes manejar una espada?... Si es así ven conmigo o del caso contario vete antes que los bandidos del lugar jueguen con tu rostro de señorito educado.

Kagaho se comenzó a encaminar hacia el campamento aun sin presentarse, al parecer había invitado de forma indirecta al sujeto de pelo negro, Vladimir; al campamento dándole una pequeña advertencia indirecta. Tal vez pronto daría conocer su nombre ante ese sujeto. Camino y camino hasta llegar al campamento donde algunos soldados nuevamente se encontraban entrenando luego de las palabras que anteriormente Kagaho les había dicho… Otros se encontraban atendiendo sus heridas o limpiando sus armas y armaduras. Un guerrero de élite observo a Kagaho y le hizo un gesto de respeto dando a notar que aquel muchacho de cabellos oscuros poseía un rango alto en el lugar.

El teniente de los legionarios detuvo su andar cerca de un lugar donde había fruta y carne para comer, además de agua y vino para refrescar al resto. Tomando una manzana con su mano derecha se la llevo a la boca y le dio un mordisco.

-Se nota que no has comido así que puedes comer algo…

Dijo en tono frio de pocos amigos a aquel hombre que quizás se encontraba cerca de el, y de alguna u otra forma a un esperaba respuesta por parte de Vladimir.

El silencio se hacia presente, por otro lado a Kagaho le dio igual si aquel hombre le respondía o más bien le hubiese seguido hasta aquel lugar. Terminando de comer su manzana boto las sobras de estas y observo el cielo. Una sensación le hizo caminar hasta donde se encontraba su espada la cual estaba enfundada y la amarro alrededor de su cintura para tenerla a mano en caso de que algo sucediese; el teniente de la se acerco a uno de los soldados que tenia bajo su mando dejándolo a cargo del campamento mientras supuestamente se ausentaba y es más, lo dejo al cuidado de aquel extraño extranjero por si este deseaba quedarse un tiempo más en aquel lugar… Caminando hacia las afueras del campamente, el muchachos de los cabellos negros se comenzó a adentrar al bosque desapareciendo de la vistas de los demás como si fuese buscar algo o más bien a alguien.

Caminaba en silencio a través de los arboles mientras algunos animales pasaban corriendo por frente de él, no cambiaba su mirada fría y seria por nada del mundo solo se centraba en caminar mientras que los segundos pasaban. Cada vez se alejaba más y más de aquel campamento solo por el hecho de ir en busca de una persona Vergilius…

-… Tengo la sensación de que se encuentra cerca, algo me dice que debo ir a su encuentro. Espero que no este sucediendo algo o simplemente tendré que acabar con alguien con el filo de mi espada… Vergilius espero que no tengas problemas, aunque preocuparme por ti es en vano con lo buen guerrero que eres…

El muchacho de cabellos oscuros desapareció por completo entre el bosque…