Callejón de artículos variados

Al fin…llegamos… dije en voz normal, por fin llegando a la capital del enorme imperio en el cual había nacido: Roma, considerada la cuna de la civilización actual, un epicentro de avances en todos los campos: políticos, religiosos, sociales y toda esa clase de mierda que en verdad, me importaba un rábano…siempre y cuando pudiera vivir tranquilamente y de vez en cuando satisfacer las necesidades propias que asolaban a cualquier hombre común y corriente me mantendría enteramente feliz con la vida que me había tocado hasta ahora: la de ser un simple guardián de los límites de una Villa a las afueras de una ciudad ajetreada y llena de porquerías como ninguna otra. En ese mismo instante, me encontraba caminando por un amplio callejón que mostraba una amplia selección de cuchillos: ceremoniales, seccionadores, rebanadores y especiales para empalar…toda una gama de donde escoger, aunque por los únicos dos puestos que había inspeccionado, no tenían lo que yo requería en esos instantes

A ver, ese puede durar mas que un solo mes sin tener que sacarle el filo? Y mas importante, podría yo afilarlo sin temer a que se rompa??? inquirí con una ceja levantada al dependiente de la tienda, quien por lo visto no tenía ni la más mínima idea de que era lo que le pedía…Sabe que? Olvídelo… finalicé, apartándome del puesto para dar unos cuantos pasos y fijarme en otra muestra de cuchillos, estos con aspecto más frágil aunque más cuidados…Es que ahora tan bajo hemos caído que ni siquiera pueden hacer unos buenos cuchillos? Comenté con un resoplido indignado para posar mis manos sobre mi cintura y estirarme lo más que pude……esto es una mierda total…tal vez debería ir a buscar por los platos y tal vez algo para almacenar agua de beber… Sin más, me dirigí al otro lado del callejón, esperando encontrar al menos una clase de artículos del hogar que necesitaba...aunque fuera tan solo un mísero plato hondo…

Despues de llegar a Roma fuimos directos al mercado, justo lo que queria, ahora deberia preguntar sobre Ameri a la gente de allí...aunque no sabia muy bien que decir, no sé que es de su vida, y fisicamente habrá cambiado muchisimo,me acabé dando cuenta de que lo unico que sabia de ella era su nombre...de hecho me preguntaba si seria capaz de reconocerla al verla...y en el mercado habia muchisima mas gente de la que esperaba, sabia que habria mucha gente, y por eso fui...pero jamas imaginaria nada así, aquello era un auntentico mar de personas. Pasaba con cuidado entre la gente , cada vez que alguien me pisaba se oia un ''mira por donde vas'' y cada vez que yo pisaba a alguien se oia un ''lo siento'' seguido de una amenza....la verdad esque era laprimera vez que estaba en ese ambiente y me daba bastante miedo, si no fuera por que iba con Darius jamas habria entrado al mercado...y probablemente tampoco a Roma, el no esquivaba a la gente, simplemente iba en linea recta , cuando pisaba a alguien tan solo se oia un ''me ha roto el pie, oh por los Dioses,que alguien me ayude!'' Buff...Darius era realmente grande, pero eso me alegraba, en medio de toda esa multitud era facil seguirle, aunque me distanciara un poco de él, con un vistazo rapido localizaba su enorme espalda.

Entremos en varias tiendas, yo me quedaba en la puerta mientras el efectuaba sus compras, auqnue salia siempre protestando, como por ejemplo en la tienda de cuchillos, el tendero quedó algo sorprendido por las palabras de Darius...yo me disculpé en su lugar e hice una pequeña reverencia al tendero, luego de salir de esa tienda seguimos caminando por el mercado, esta vez Darius buscaba utensilios para comer por lo que le oí decir...aunque estaba absortó en mis pensamientos...no pensaba mas que en Ameri...me desanimé un poco...peor no perderia la esperanza , tenia un presentimiento...lo tenia desde que oí a Darius decir que iria al mercado...asi que decidí seguir mi presentimiento, y lo seguiria haciendo, total no habia nada que perder al fin y al cabo, y ya que iba a estar buscandola, mejor buscarla animado.

Mmm...me rindo, en este sitio no voy a encontrar un carajo de lo que estoy buscando…tan solo estoy perdiendo mi tiempo inútilmente…bah… dije sin más, hartándome de estar en aquel preciso callejón de la Capital del Imperio Romano sin encontrar más que instrumentos inútiles, de verdad que los vendedores comunes y corrientes no eran muy capaces de proveer armas e instrumentos de calidad que no se rompieran al primer o segundo uso…lo que me llevaba a una simple y sencilla conclusión: tendría que ir a buscar los cuchillos, platos y demás cosas por la puerta trasera que siempre existía en toda economía desarrollada que se preciara en el mundo…hora de empezar a mover el culo y salir de ahí cuanto antes, ya no había nada que rescatar en medio de todas aquellas exhibiciones de metales inútiles. Señorita Gelum! Si está todavía viva es hora de salir de esta mierda, a mover el culo florido y vayámonos de aquí! En marcha! Grité con fuerza, mientras empezaba el trayecto en dirección a un callejón que descendía en directamente hacia los distritos más bajos y peligrosos de toda Roma…si habría de buscar algo de calidad que no estuviera arruinado de buenas a primeras, ahí era el mugar propicio para encontrarlo…

…Y había algo que me molestaba un tanto y eso era…la compañía del chiquillo Gelum, quien en realidad no demostraba ser más que un enano sin ninguna habilidad…en que diablos estarían pensando los dioses o quien fuera el encargado de repartir cerebros/agallas/culos/lo que fuera al darle una actitud tan mimada y estúpida? Por mi parte no podía decir que no fuera el tipo más listo que alguna vez había caminado por las calles de la ciudad, pero al menos tenía presencia y de cierta forma sabía moverme entre la gente con naturalidad, así como tenía plena consciencia de que pasara lo que pasara, podría salvarme el culo con dar uno que otro golpe o bien saltar a tiempo…pero que tenía el enano de Gelum? Nada…era como si hubiera sido criado para perder el tiempo y ser una mera molestia en la espalda de los demás…incluso de su pequeña hermana pelirroja…

Ugh, mejor hubiera venido solo, me hubiera saltado mucho, MUCHO trabajo…a ver si me encuentro con una niñera y le dejo a la mocosita… comenté sin disimulo dado que otra cosa de la que estaba consciente era de que…yo no servía como cuidador de niños pequeños, y menos para un niño mimado y odioso como aquel……está viva o ya se la comieron las lagartijas???

(OST para el momento)

Salimos de aquel lugar siempre transitado para ir a los sub urbios de Roma, calles estrechas, edificios en ruina, perros con miles de pulgas rascandose como locos, hombres con miradas sombrias en cada una de las esquinas, con afiladas dagas, algunos parecian ser traficantes de esas extrañas especias alucinogenas, otros vendian otro tipo de articulos, seguramente robados, yo caminaba con miedo, mirando al suelo, y esos hombres, al igual que sus asquerosos perros parecian poder oler mi miedo, me miraban con cierto menusprecio, se fijaban en mis ropajes y al pasar por al lado de algunos estos reian''jeeejejeeee'' Yo aparté la mirada rapido y me acerqué a Darius.-Darius...no creo que haya sido buena idea entrar aqui...- Dije mirando con recelo a mi alrededor, no me gustaba NADA la idea de estar en medio de aquel barrio dejado de la mano de los dioses, ademas, si fui a Roma, desobedeciendo a mi hermano, fue para bsucar a mi antigua a miga, y solo podria hacerlo en el mercado propiamente dicho, no en ese agujero infame, ahí solo podiras encontrar a delincuentes y fracasados que desaprobechan sus vidas tirados en las calles bebiendo agua de un charco o mascando cualquier tipo de hierba , poniendo en juego su salud, solo querian olvidarse de si mismos y lo harian mediante el alcohol o incluso setas extrañas, inlcuso si estas eran venenosas, no les importaba mientras les ofreciese un solo segundo de olvido. Caminando un hombre pasó cerca de nosotros, chocando conmigo, luego tiró al suelo a posta una vasija que llevaba en las manos, y por la pinta que tenia debia de ser algo cara, robada seguro, pues un hombre vestido con arapos no iria por ahí con una vasija de detalles tan hermosos como aquellos, era una auntentica obra de arte, que echo a perder el pobre diablo...pero todo lo tenia planeado, fue a posta.-Enano de mierda!, deberia cortarte el cuello ahora mismo, sabes lo que me costó esa vasija?! Inutil! Como lo vas a pagar?!Porque esto me lo pagas!! El hombre empezó a gritarme como un loco, otros de alrededor se acercaron, preguntando que ocurria, al final acabamos rodeados por 5 hombres, todos mirandonos como lobos.-P-pero yo...no he echo nada, lo has tirado a posta! No me cabe la menor duda, y dudo mucho que hayas adquirido algo así de caro honradamente...-Como?! Me acusas de haber...insolente! Vas a pagarlo sí o sí, o tu o el mono este!-No pienso pagarte nadaDije temblando, con la voz debil, asustado.El hombre sacó una daga de su pantalon, y me miro con asco.-Ya veo...entonces pagaras con tu sangre. Me pegue a Darius esperando algo de protección, y desenfunde mi claymore, este temblaba, al igual que mis manos y todo mi cuerpo, incluso podia sentir que me temblaba el alma...-Woow, tiene cojones el chavalin jajajaja, pero si su arma es mas grande que el!JajajajRieron los hombres que se habian acercado, que al parecer, estaban compinchados con el hombre que tiró la vasija, pues pude ver como se lanzaban miradas complices en varias ocasiones.-Chaval...pretendes que me crea...que TU, una ratita asustadiza tiene valor para tomar la vida de un hombre? Jajaja, esta si que es buena. si es asi...Se puso cerca mia, y rompio la camiseta a la altura del pecho, lo colocó delante mia, riendose.-...te invito a que me saques el corazon con ese juguetito tuyo ahora mismo jejejej...vamos...¿de que tienes miedo?...¿de que te sirve ese arma si no tienes huevos para usarla? VENGA!! ENANO DE MIERDA! TIENES LA BOCA MUY GRANDE PARA LO PEQUEÑOS QUE SON TUS COJONES!! MATAME SI ERES UN HOMBRE!! COBARDE!!Me quedé mirandolo, temblando, y luego mire a Darius, con mucho miedo, ese hombre tenia razón, no seria capaz de matarle ni muchisimo menos...seguia temblando, al lado de Darius, con el asqueroso pecho de ese hombre delante de mis narices...pero por mi cabeza ni siquiera pasó la idea de matarlo, yo no era como el.

...sigh...

Y lo que faltaba, que el pequeño y prácticamente amanerado señor Gelum cayera en una trampa básica para asaltar incautos, que si bien no era algo reprochable dada su nula experiencia en el mundo real, no dejaba de ser molesto para mi dado que en aquellas instancias se suponía que me encargaba de protegerlo para que no lo volvieran picadillo… de nuevo, me dije que de verdad había tenido que dejarlo solo en su Villa para que se quedara jugando con sus charcos de barros o mascando florecillas…la vida de una persona simplemente le quedaba demasiado grande a un enano como él.

En instantes, ya nos habían rodeado 5 tipos dispuestos a robarnos todo lo que teníamos, o al menos, dispuestos a robarle a Gelum dada la apariencia de niñato ricachón. Aún cuando había sacado su espada para mostrar temeridad o algo de hombría, simplemente…era patético verlo con las piernas temblando y sin atreverse a atacar a tan solo una de aquellas ratas con decisión, con la suficiente determinación como para matar.

...como sea… comenté finalmente, mientras me movía con una rapidez que de verdad, no parecía característica para alguien de mi tamaño en pos del tipo que había desafiado a Gelum. Al instante, un chorro de sangre empezaba a salir de un costado de su cuello, en el punto mismo donde uno de los clavos de mi maza lo había perforado así como en el punto contrario donde sobresalía la punta. Sin tardarme mucho, tan solo retiré el arma de la carne del pobre diablo para lanzar un golpe con la palma de mi mano en dirección a su pecho, tirándolo al otro lado del callejón. Bien bien...ya se vienen los demas o son una nenazas habladoras? pregunté mientras balanceaba ligeramente el arma con una sola mano…al instante escuché como uno de los tipos que se encontraban detrás de mi se lanzaba sobre mi, por lo cual tan solo giré 180 grados con el brazo erguido para golpear con el revés del puño en la mandíbula del ladrón, haciendo que chocara con el otro que intentaba acercarse por el lado derecho. Sin más, me volví a erguir justo a tiempo para ver como se acercaban los otros dos, muy cercanos el uno del otro…un error que les costaría caro: tan solo esperé al momento indicado en que lanzaran sus golpes y me agaché, tomando la parte mas delgada de mi arma con los dientes para lanzar dos sendos puñetazos directamente al estómago de aquellos dos, sacándoles el aire. Inmediatamente después volví a girar a tiempo para ver al tipo que quedaba en pie acercarse luego deshacerse del que tenía la mandíbula rota saltando con un cuchillo en mano……ugh… fue lo que suspiré, mientras daba un fuerte embate lateral con la maza y le rompía más de dos costillas sin esfuerzo, además de perforarle un pulmón con los clavos que sobresalían peligrosamente de mi instrumento de “protección”… en resumen, había hecho todo el trabajo.

Présteme un momento… dije, tomando la claymore de Gelum y empuñándola con una sola mano empecé a empalar a los tipos que se encontraban en el suelo en puntos clave, finiquitándolos al instante. Gracias...mmm...espere...no quiero lloriqueos de parte de una nenita como usted después… comenté, limpiando la hoja del arma con un pedazo de mi ropa para luego devolverla a su dueño. ...continuemos, sino se hará de noche y será aún más peligroso…aaaaaaagh… finalicé, con un bostezo algo aburrido.

La situacion era de lo mas tensa, pero en unos instantes, vi como aquel pecho que tenia en frente se teñia de rojo, luego callo al suelo con un gran golpe, Darius comenzó a luchar contra todos esos hombres, luego una vez derribados, me pidio la claymore para rematarlos...yo no podia creerlo, oir sus ultimos gemidos de dolor...como gritaban antes de morir, atravesados por mi propia arma...mis ojos se abrieron por la impresion, me quede inmovil y Darius como si nada, luego se limpio el claymore en la camisa me lo devolvio...sigiuo avanzando como si nada hubiera pasado, yo me quede en meido dle callejon parado...los demas hombres de por alli salieron huyendo...quedando nosotros solos.-No puede ser...no puede ser...Dije mientras una lagrima caia en el acero de mi claymore, veia mis ojos tristes reflejados en la hoja, luego alcé la mirada hacia mi alrededor contemplando los cadaveres, con los ojos abiertos y ensangrentados...-Oye...señor DARIUS!!! Dije con rabia, gritandole a Darius que estaba como 6 metros delante mia, como si nada hubiese ocurrido-Al menos...podrias mostrar algo de respeto,no te echaré en cara que los hayas matado, pues solo me defendias...pero...dejarlos ahi tirados como si nada, como si hubieses matado a un par de perros callejeros...o puede que incluso con menos respeto...la vida d euna persona no es algo que deba tomarse tan a la ligera, me ha decepcionado usted, si ser un hombre significa ser así de insensible...no quiero serlo jamas. Dije con la misma rabia, indignado, luego guarde mi arma en su funda y camine enfadado, colocandome a la altura de Darius, sin mirarle a la cara, con el ceño fruncido. Aun tenia que hacer un gran esfuerzo para no derramar sus lagrimas, aun emblaba, cinco hombres habian muerto por el...¿era eso justo? ¿tenia el mas derecho a vivir que ellos? Todas estas preguntas le asaltaban la cabeza con cada paso, atormentandole.

Señorita Gelum, sabe siquiera donde esta parado? Recuerde que se encuentra en el sector mas peligroso de todo la Capital Romana, el solo hecho de encontrarse aquí por voluntad propia indica que está preparado para matar o bien para morir…ya ve porque no quería traerlo? Es usted una nena llorona, debería quedarse en su Villa a chupar flores en lugar de incordiar a los demás…sabe que, haga lo que quiera…si va a estar reclamando estupideces cuando ni siquiera conoce las reglas que rigen a este mundo, será mejor que se regrese…aunque, tampoco puede hacer eso, se me olvidaba que no soportaría ni caminar 5 pasos de frente…

…la verdad no se como espera mantener una familia con semejante actitud. finalicé, siguiendo mi camino como si nada mientras me crujía los nudillos con paciencia, continuando con un dedo a la vez. En realidad, no le molestaba tanto que la señorita Gelum fuera tan llorón, sino que se creía la quinta maravilla del mundo cuando en realidad tenía cero noción del mundo al que pertenecía…era casi como salir a un pantano lleno de ladrones estando con los ojos vendados…simplemente patético.

...sigh... fue lo único que pude comentar posteriormente, tan solo continuando el camino que llevaba hacia la parte más baja de toda la ciudad, el centro mismo donde se traficaban todo tipo de artículos y demás cosas…por lo cual, tan solo tendría que ir viendo cada una de las selecciones, tan solo para perder un poco el tiempo y dejar pasar el rato hasta que el enano se calmara…después de todo, el sitio al que íbamos era un antro mucho peor de lo que pudiera imaginar…y si formaba un lío allí, ya quedaría bajo su jurisdicción, dado que no me ocuparía de salvarle el culo

Caminaba oyendo las arrogantes palabras de Darius, por una calle cuesta abajo, muy estrecha, las ventanas de las casas de al lado tenian barrotes destrozados y algunas ni siquiera los tenian, habia gente de lo mas sospechosa asomandose por ellas, la peor era una vieja de lo mas tenebrosa, parecia maldecir con su mirada, no pude evitar asustarme a pesar de haberle mantenido la mirada hasta torcer en la siguiente esquina. Darius seguia hablando idioteces, deberia callarse, o al menos dejar de hablar de los demas de esa forma ya que caminaba con la camisa llena de sangre, cualquiera que lo viese pensaria que es un asqueroso asesino...ah...es cierto...lo era. Cometio 5 homicidios ni mas ni menos.-Darius hasta ahora le respetaba, pero despues de haber visto tu comportamiento no voy a tolerar ni una sola palabra mas, no digo que hayas echo mal defendiendome, peor algunos de esos hombres podrian estar vivos ahora si no les hubieras rematado, y sobre todo deberias tomar como una derrota cada gota de sangre que derrames, los hombres violentos tienen un final violento, no lo olvides. Dijo Gelum con mucha frialdad y mirandolo ocn cierto desprecio.-Incluso cuando no tengas mas remedio que recurrir a la violencia debes tomarte cada acto violento como una derrota , un hombre realmente fuerte es aquel que soluciona las cosas sin tener que derramar la sangre de nadie, el echo de que hayas tenido que recurrir a la violencia te hace debil. y no te preocupes , no te volveré a causar ningun problema...y deberias dar los detalles acerca de lo peligrosos que son los lugares antes de meter a nadie dentro, no una vez hayamos sufrido una emboscada... Seguia caminando triste, mirando al suelo...-Lo peor es que yo también desenvainé mi arma...soy...debil. Siguió caminando al lado de Darius hasta que la pendiente de la calle se volvio mas suave, pero seguia en descenso, al parecer , a medida que avanzaban, el peligro era cada vez mayor, y no se habia visto a ningun oficial romano desde que entraron a ese distrito, aquel lugar estaba practicamente olvidado por la ley. Allí solo mandaba la ley del mas fuerte, sin duda alguna, un mal lugar para alguien como Gelum.

Tomaba con firmeza las riendas para seguir cabalgando, andaba demasiado inquieta y podía transmitir ese sentimiento de inseguridad al corcel que por fin mostraba su carácter, apretaba mas las piernas clavando mis tobillos a su costado para que se controlara pero parecía no resultar. Respire profundamente deteniéndonos de golpe, la actitud del equino era de casi rebeldía y sabía que era mi culpa con dulzura acariciaba su largo cuello constantemente para tranquilizarlo mientras le hablaba con cariño…

Perdóname… por mi culpa te hago pasar un mal rato pero es que no puedo dejar de pensar en aquellos dos como se encuentran… si no hubiera dormido tal vez…

Mi vista se fijaba perdida en un pequeño sendero, me reincorporaba a mi posición indicándole el camino que debía llevar, sin tardar encontrábamos los límites al imperio Romano. La frialdad recorrió mi espalda casi en un choque eléctrico que llego a mi cabeza descontrolándome pues la sola idea de pensar que me encontraba demasiado cerca me enloquecía como para zurcar a toda velocidad el valle que se extendía ante mí. La gente entraba y salía con facilidad exportando sus productos e incluso con la llegada de los miles de visitantes que recibían solo para presenciar el esplendor del imperio ante sus ojos.

Podría decirse que mi voluntad llegaba a gobernar las inexistentes fuerzas sobre mi cuerpo pero todo llegaba a un límite además que tenía que ser más prudente si no quería que notaran que me había convertido en una refugiada dentro de una guerra que ellos mismos comenzaron. Bajaba del corcel apoyándome bruscamente sobre la montura, sacudí mi cabeza tomando la cantimplora y bebiendo algo de agua, avanzaba delante vertiendo sobre mi mano a manera de que también bebiera el caballo, este tomaba con algo de desesperación lamiendo mi mano constantemente sin objetar dejaba que se terminara lo que quedaba, me limpiaba la mano contra la ropa hasta que me detuve recordando que era la túnica de Ekaitz, sentía cierta nostalgia al recordar su actitud tan despreocupada y esa sonrisa tan sarcástica dejando ver parte de su rebeldía a pesar de lo que vivió en carne propia durante el combate contra los legionarios logrando entre sus proezas el de salvar mi vida. Sujetaba las riendas jalando al caballo para que me siguiera, caminaba de pie dejándolo descansar nuevamente y no se viera forzado a seguir con mi carga al fin que ya faltaba poco para llegar a las puertas de la ciudad, no poseía nada de valor y tenía que cambiar mi aspecto urgentemente para no generar sospechas, miraba por todos lados tratando de hallar algo pero solo era mi impotencia de no saber en realidad que hacer ya que no encontraría absolutamente nada ni aunque me cayera del cielo, me puse a contar las cosas que tenía a la mano y era una vieja daga y el caballo.. Fue entonces que pude darme cuenta que mi salida era esa…

No puedo pensar si quiera en esa opción…-Me remordía la idea de que vilmente me deshiciera del precioso corcel así como si nada, me repetía mil veces que Ekaitz me lo había confiado pero si eso era verdad entonces estaría de acuerdo que lo más sensato era dejarlo ir con alguien que si se responsabilizara para que lo cuidara pero como saber quien haría eso. -Cuantas molestias por un simple caballo- no dejaba de pensar pero basta de dudas, tenía que actuar.

Me pare en seco deteniéndonos, me di la vuelta para acariciar su frente y peinando su crin a manera de despedida, hecho eso pase mis dedos por mis labios depositando un pequeño beso en señal de afecto entre la mirada del equino, apenas una sonrisa se marcaba sobre mi boca dando un largo suspiro. El aspecto que llevaba era para desconfiar fácilmente de mí pero no por ello me daría por vencida si quería intentar algo en particular. Entremezclándome con la gente me acercaba precisamente ante un mercader, aproveche la ocasión cuando descargaba algunas de sus cosas, dando una imagen de admiración me acercaba para simular que “curioseaba” entre exóticos objetos y ropa, el hombre me miro de arriba abajo desconfiado y determinante se paró a lado mío para vigilarme de cerca y que no robara nada.

Hay algo que le interese jovencita…

Solo eso necesitaba, que me diera la oportunidad de entablar una conversación, amablemente giré mi rostro dedicándole una amplia y tierna sonrisa..- Miraba que tiene cosas demasiado hermosas… solo dignas de un rey.

No eres de por acá cierto?- abría los ojos como confundida de esa pregunta, cerré los ojos sin dejar aquella sonrisa mientras negaba con la cabeza- Hmmm y que es lo que te trajo a Roma?

Busco a mi hermana, se que se encuentra aquí y quería sorprenderla pero como vera..-mis ojos se volvieron más melancólicos y suavizando el tono de mi voz casi temeroso..-no poseo muchas cosas ya que.. ya que… al venir hacia acá..-apoye el dorso de mi mano sobre mi boca como si contuviera el llanto, mis ojos apenas se llenaron de unas lágrimas que parecían querer brotar- unos hombres se llevaron lo poco de valor que traíamos mi padre y yo…

El hombre frunció el ceño escuchando toda la historia que podía ofrecerle.-Al menos si deben agradecer a los dioses de que siguen con vida.. supongo que debes regresar con tu viejo o se preocupara por ti..- el mercader dio la vuelta dando por terminada la conversación pero no me movía de ahí hasta que mi voz irrumpió nuevamente entrecortada por contener el llanto.

La única persona que podría esperarme es cruzando las puertas hacia la ciudad de Roma…- congelado me miro como con facilidad lloraba ante él, abrazaba el hocico del caballo para tratar de consolarme, asustado el hombre se acerco apoyando su mano en mi hombro…

Tranquila… tranquila… sigues con vida y eso es lo que importa ahora o no?..-gentilmente limpiaba mi mejilla derecha para calmarme.. además que ahuyentaba a los clientes con semejante escenita- Mira lo único que te puedo ofrecer es algo de vestimenta y comida pero como hombre de negocios todo tiene un costo…-mi flequillo cubría la expresión de mi rostro que se encontraba ahora serio por semejante propuesta.

Es muy gentil al brindarle ayuda a una completa extraña…- El hombre se abrió en plena carcajada, al terminar se acerco demasiado para susurrarme con claridad- Yo también fui un refugiado ante los ojos de Roma- separándose empujaba mi espalda forzándome a entrar dentro de su tienda- bueno ya que ahora parecemos entendernos con más claridad que es lo que busca con certeza señorita?

Jah!! Pensaba que para hombres que aman el dinero les sería más fácil disponer de los demás vendiéndolos como simples esclavos

Al contrario de usted yo tengo mis intereses fijados en otro tipo de ayuda ya que podremos obtener lo que queramos pero al trascender en la próxima vida es donde serán juzgadas nuestras acciones jovencita.

Vaya en realidad no creí encontrar a un hombre que cree en la reencarnación… debe de ser mi día de suerte…-respondía con sarcasmo viendo uno de los vestidos colgados sobre la carpa.

En eso se equivoca ya que para haber llegado tan lejos es que su destino le tiene deparado algo muy importante para usted.

No quise invertir mi tiempo discutiendo algo en lo que no podía siquiera creer, descolgaba el vestido blanco con libertad para pasar a probármelo inmediatamente, tras una cortina me cambie hasta que salía totalmente diferente.- Por el porte que posee debo creer que pertenece a la realeza.. HAHAHAHAHA..

El precio de todo esto..-respondía amenazante ya que no soportaría ningún chantaje de su parte, la expresión jocosa del sujeto cambió a una mucho más serena, se acerco a la salida inspeccionando al equino que se encontraba atado fuera de la carreta.- Es un magnifico animal… creo que será suficiente para todo lo que te llevas..- sujeto una túnica arrojándomela al rostro, la atrapaba con la mano antes de que me golpeara.- si no quieres llamar la atención necesitaras eso…-dispuesto se sentó a seguir tomando una copa de vino esperando que me fuera.- No soy tonta el corcel vale mucho más y lo sabe..

Indignado alzaba su ceja denotando la inconformidad sobre sus ojos, ladeo la cabeza lanzándome una bolsa llena de monedas para volver a recostarse tranquilamente y beber, agitaba las monedas sintiendo su peso, conforme con el resultado la amarraba a mi cintura y tras esto me colocaba la capucha ocultando mis vestiduras, antes de marcharme lo vi por última vez..- Aún no puedo creer en los dioses pero si ellos en verdad existen tal vez y de verdad lo compensaran en la siguiente vida…

Largo!! Ahuyentas a mis clientes mujer…

Cubrí mi rostro sin mirar atrás, al menos tuve la seguridad de que el caballo andaría en buenas manos. No conocía nada aun así me aventuraba a buscar señales de la legión que había atacado Germania, animales exóticos, joyas, esclavos eran ofrecidos como simples baratijas, si no me apresuraba a preguntar a alguien sería demasiado tarde pero no era ese el problema ya que pude darme cuenta que al salir de la tienda unos hombres me habían estado siguiendo con anticipación, ofuscada por semejante tontería caminaba sin parar y entre más lo hacía me adentraba llegando a lo más profundo y peligroso de la ciudad, la navaja se encontraba atada por mi pierna por si me sucediera algo. Era tal mi pensamiento de perderlos que no me di cuenta que otro poco y tropezaba contra unos cadáveres que yacían tendidos sobre la calle, los rodee sin darles verdadera importancia incluso pasando a un hombre que armaba escándalo al dirigirse a un hombre y un chiquillo de cabellos plateados.

De repente mi brazo era sujetado con tremenda fuerza, lanzándome contra la pared y lastimándome por la dislocación que tuve recientemente en mi hombro. Todos observaron aquella situación pero optaron por marcharse dejándome a mi suerte, sin temor alguno lo encaraba tratando con cuidado alcanzar la navaja que se encontraba en mi pierna, el otro entretenido de tal reacción sujeto mi cuello acariciándolo hasta que inesperadamente apretaba lentamente…

Grita…-se relamía los labios esperando que pidiera ayuda pero se equivocaba por quién era yo, rápidamente sujetaba su brazo apartándolo.

En realidad te metiste con la persona equivocada…-el valor duro muy poco ya que un calambre atacaba mi hombro forzándome a caer de espaldas contra el muro debido al dolor que me provocaba.

No, mi hermano no...esto iba a traerme muchos problemas, aunque en este momento me alegró verlo a decir verdad, ya que me estaba empezando a dar verdadero miedo Darius con sus formas de tratar a las personas, para el nadie tenia valor , simplemente veia a los demas como una mina de la que explotar algun material, pero si no le interesaba lo trataba como escoria, y si tenia que matar a alguien, se mostraba orgulloso. Sin duda alguna una actitud despreciable. Pero mi hermano ya empezó a sermonearme por haber salido de la villa.-Hermano veras, yo solo queria comprar unas pinturas....como sabes soy aficionado a pintar y me faltaban algunos colores y entonces...yo... Comencé a hablar muy fuerte pero poco a poco mi voz fue bajando de tono, hasta apagarse por completo, ya que me di cuenta de que mi excusas eran de lo mas tontas, si queria algo no tenia mas que pedirlo a los sirvientes y ellos lo traerian tan rapido como fuese posible, y ademas, ¿que hacia comprando pinturas en el mercado negro?. Sin duda alguna habia metido la pata esta vez, no habia mas que mirarle la cara a Fye para comprender que no habria excusas para reprimirle, estaba muy muy enfadado, pero se centró mas que nada en Darius, que tenia la camisa llena de sangre, por lo visto mi hermano habia visto los cadaveres de los 5 hombres que mató antes Darius.-Hermano...fui...fui yo quien decidió acompañarle , no es su culpa...y solo ha tratado de defenderme de esos hombres no se lo tengas en cuenta por favor. Pero de nuevo, tras mirarle la cara a Fye comprendí que lo mejor era callarse.

Situada contra la pared sostenía mi hombro tratando de que se pasara el dolor de mi brazo, apretaba los labios agachando la cabeza esperando la oportunidad de atacarlos para que se alejaran de mí por completo, lentamente pasaba el mismo joven que armaba casi un escándalo justo delante de mí, no me extrañaba que retomara su camino y pasara de largo como si no le importara nada y fue entonces que dando un grácil giro desenvaino su espada apartando a esos tipos…

Mis ojos lo miraban casi congelados al no creer lo que había hecho, los sujetos ofendidos se apretaban sus manos contra sus cuerpos conteniendo la hemorragia, sin decir nada más se retiraba dándoles la espalda pero no rendidos tomaron sus cuchillos arremetiendo una carrera para sorprenderlo tomando su venganza con su muerte.

Oye voltea!!

Decía furiosa por esa actitud tan indiferente que mostraba aunque sin necesidad de avisarle interpuso su espada haciendo caer al hombre y propinarle un golpe dejándolo inconsciente, el sujeto que lo acompañaba miraba aterrado tal acción por parte de ese joven. Confundida miraba a ambos creyendo que lo asesinaría pero sin pensárselo dos veces le ordenó con una voz casi siniestra que se marchara, el otro grito huyendo despavorido abandonando a su amigo a la suerte de ese extraño que les había dado pelea. Para esto olvidaba el dolor que había sentido en mi hombro debido a lo que sucedió, sacudí mis ropajes del resto de polvo que prendía en mi túnica, este volvió a caminar aconsejándome ir a otro sitio pero en realidad no conocía siquiera donde me encontraba, lo alcanzaba como pude colocándome frente a él y forzándolo para que se detuviera.

Espera… yo… -tartamudee ligeramente ya que no quería que se diera cuenta que era una extranjera pero al estar precisamente en ese sitio era más que obvio- esos hombres me venían siguiendo desde hace mucho… además que no sé donde me encuentro ahora… perdí el grupo que me acompañaba…-gran mentira aunque lo decía con tal convicción para que creyera cada una de mis palabras, mi verdadera intención era salir y buscar información pero dado el aspecto de él podía darme cuenta que pertenecía a alguien de la nobleza- me preguntaba si podría acompañarlo hasta reconocer en donde me encuentro.

Cualquiera se habría dado cuenta quien era realmente y sobre todo por ese parche que cubría su ojo izquierdo, debido a que era la primera vez que pisaba Roma no estaba consciente que era uno de la misma familia del César.- Mi nombre es Astrid… y usted es?...

Parecía hundirme cada vez más en mi propia mentira, la facilidad de que sospechara de mí era más que evidente pero sabía ante todo como debía comportarme para no representar ante nadie un gran peligro ya que así había sido educada desde mi infancia.

''En marcha''. Esas fueron las palabras de Fye, asi que sin rechistar lo mas minimo me fui detras suyo, miré por ultima vez a Darius con pena, pero al mismo tiempo con el mismo enfado de antes ya que habia echo algo horrible, por mucho que quisiera protegerme lo menos que podia hacer era haber dejado vivos a los que simplemente habian resultado heridos, y mostrar mas respeto por aquellos que habian muerto.

Caminaba detras de Fye tratando de despegarme lo menos posible de él, pues caminaba a paso ligero, mis pasos, eran mas bien zancadas, pues quedaria atras teniendo en cuenta la velocidad que llebava Fye, mas que caminar, corria. Me preguntaba a que se podia deber esto, aunque no me atreví a preguntarle, quizá solo caminaba asi de rapido debido al enfado que tenia, pero de todas formas respondio a mi pregunta, a pesar de no habersela formulado: Nuestra hermana Sophia tambien se habia perdido. Pobre Fye...debia llevar un dia de locos, escogí un mal dia para salir por mi cuenta de la villa.

Tanto el como yo estabamos muy preocupados por nuestra hermana, yo ya habia comprobado por mi mismo la clase de peligros que hay en la ciudad, así qu eno podia evitar preocuparme por ella. Pero por si fuese poco, ahora nos topamos con unos bribones que estaban acosando a una joven. Fye ayudó a la chica enfrentandose a aquellos hombres, no me preocupé al ver a Fye pelear puesto que sabia que era todo un caballero y no mataria a la ligera, y no me equivocaba, uno de esos hombres salió corriendo de allí, asustado tras comprobar la fuerza de Fye, el otro quedó inconsciente, como era de esperar, no me preocupó lo mas minimo que aquellos hombres hicieran el mas minimo daño a Fye, pues en todo el basto imperio eran conocidad sus hazañas y nadie dudaba lo bueno que era luchando. La chica parecia perdida, a pesar de que esta lepregunto el nombre a Fye y pidiese acompañarnos Fye actuo como si no la escuchase, pasando de largo.-Fye...se que no estoy ahora mismo no me encuentro en posicion para pedir nada, pero creo que deberiamos dejar que esta chica nos acompañase...aunque solo sea hasta que supiese donde se encuentra como ella a explicado...no podemos dejarla aqui sola... Al decir esto ultimo miré a la chica con cierta sospecha, pues me sorprendió bastante que no reconociese a mi hermano.