El nacimiento del demonio blanco,Gintoki!

Un dia de lo mas triste, llovia y llovia sin cesar desde haica un buen rato, y eso que por la mañana haba muchisimo Sol, era algo muy extraño, el tiempo se habia vuelto loco...un chico estaba subido a la copa de un arbol, su pelo era plateado y sus ojos eran propios de un pez.

-Gintoki no jodas!! Llevas hospedandote en una posada de la ciudad varias semanas y aún no lo has pagado, muchos taberneros de la zona se quejan de lo mismo, comes , bebes y te largas sin pagar, seremos benevolentes contigo, no te pediremos que pagues, pero no te queremos volver a ver en Roma, vuelve con tu padre a las montañas.

-Esooo! Ademas el mar esta cerca de la montaña en la que vivias ¿no? Podrias irte a vivir con los peces, ellos no se meteran con tus ojos, Jajajaj!

Varios soldados del imperio romano le estaban persiguiendo, a los pies del arbol le suplicaban que se bajara y volviese a vivir a las montañas con su padre adoptivo, puesto que debia mucho dinero en Roma y ya estaban todos hartos de él allí.

(Ost , empieza a sonar justo en este momento)

Un rayo cayó en un arbol , destrozandolo por completo, Gintoki abrió sus pequeños ojos y su cara mostro una mueca de miedo, si los dioses hubiesen querido, ahora seria un monton de ceniza, el arbol con el que impactó el trueno quedó en llamas, y luego , dando unos pequeños crujidos, acabó por desplomarse, provocando un sonido monstruoso. Gintoki miró hacia abajo, a los soldados y dio un suspiro.

-Que remedio...será mejor que me baje o acabaré como ese arbol... Dijo en voz baja, casi murmurando, Luego miró a los soldados y les gritó:

-¡¡Bastardos!! Mis ojos estan bien porque brillan... Gintoki se soltó del arbol y se dejó caer, con los brazos cruzados y con las piernas rectas, mirando a los soldados.-...cuando los necesito!!! En ese momento sus botas chocaron violentamente contra el rostro de los soldados, callendo estos hacia atras, y sus cabezas medio incrustadas en el suelo del bosque, Gintoki les miraba a los ojos, enfadado, y aun de brazos cruzados.-Escuchad, capullines! Sabeis que pasará si vuelvo al monte con mi padre?! No!! En ese momento dió un pisoton con su pierna derecha, enterrando por completo la cara del soldado en el suelo del bosque. Su compañero observó como el craneo de su camarada se hundia bajo la bota de Gintoki.

-Gintoki so-solo cumplimos con nuestro de-AAAAGH!

Gintoki apretaba con su pierna la cara del soldado, para que este se callara.

-A callar! No sabeis nada de la vida de un herrero, no quiero quedarme empujando a una burra el resto de mi vida, la muy jodida apenas tenia fuerza para caminar cuando me vine, ya esta vieja, y ahora mi padre tiene que contratar a un ayudante para que lleve el carro con las espadas...si...el muy maldito viejo se queda en la montaña haciendo espadas 3 largos y aburridos meses, luego las carga en un carro y las lleva por ahí, para venderlas...antes...era una delicia...cuando la burra tenia fuerzas...durante los dos ultimos años que estuve con el...yo me encargué de cargar con el maldito carro...compadezco al ayudante que quiera que tenga ahora...porque mi padre...crea en 3 meses....atento al dato! trescientas malditas espadas!!! Gintoki pisó esta vez la cara del otro soldado, hundiendola tambien en el suelo del bosque, salpicando barro. -No volveré a cargar con ese carro jamas! NUNCA NUNCA NUNCA NUNCA!! Gintoki comenzó a dar saltitos sobre los soldados, hasta que estos dejaron de emitir gemidos con cada saltito, pues sus caras estaban demasiado hondas en la tierra, pero movian los brazos y las piernas, algo agobiados. -Escuchad esto capullines, volveré cuando me deis un buen caballo, de pura raza, volveré...cuando no sean las personas las que hagan el trabajo de las bestias...si me quereis con mi padre...ya sabeis lo que teneis que hacer! Gintoki se apartó de ellos, luego uno de ellos alzó la cara, algo agobiado y tras respirar y apoyarse junto al arbol dijo:-Gintoki...acabas de agredir a varios soldados del ejercito imperial...esto te va a salir caro...no necesitaras ese caballo...pues tu vida acabará pronto...ya me encargaré yo...hijode-OUGH! Gintoki dio una fuerte patada ne la boca al soldado y este quedó inconsciente , sangrando en el suelo. -Oi oi...un respeto El otro soldado tambien se levantó , algo aturdido y s epuso de pie, tambaleandose.-Esto no quedará así... Parecia estar a punto de desenvainar la espada, pero en ese momento Gintoki se llevó la mano a la empuñadura de la suya, el soldado salió corriendo de allí gritando despues de que Gintoki le dedicase una sonrisa burlona.-No me extraña que te considerasen un demonio en donde vienes!! Dijo mientras desaparecia a lo lejos, Gintoki miraba con indiferencia, luego se dio la vuelta y se fue en la otra dirección. La imagen de aquel hombre, con su cabello plateado en medio de la lluvia...era sin duda alguna ...similar a la de un demonio...aunque su corazon...fuese mas como el de un niño. La figura de Gintoki desapareció de la zona, alejandose de los altos y viejos arboles del bosque...para dirigirse...a Roma.