En busca de una melliza perdida

Hacía ya varios dias que Kainan cabalgaba sin tregua siguiendo el rastro de su melliza gracias a la colaboración voluntaria o forzosa de algunas personas que había encontrado durante ese largo camino,algunos eran gente honrada que no querían involucrarse en los problemas militares y comprendiendo su situación lo ayudaban sin ningun rencor, cosa que el joven agradecia, peró sin embargo otros, gente rastrera que se alegraba de las desgracias de otros había tenido que usar algunas técnicas no tan pacificas para soltarles la lengua.

Finalmente había llegado a los Alpes, esos escarposos montes helados, que Hanníbal tiempo atrás había travesado con su ejercito de elefantes, una gran empresa que despúes de tiempo termino en fracaso por falta de recursos, peró sin embargo atrevida pues nadie nunca había osado invadir la tierra natal de los romanos.A patir de allí tendría que ser muy cuidadoso pues había campamentos romanos apostados cada pocos kilometros,se había acabado comportarse como un bárbaro y usar su idioma natal, tendía que hacer uso del latín que Octavius le había conseguido no sin mucho esfuerzo en sus tiempos con ellos.

Kainan desabrochó la espada de su cinturón y la escondió bien en la manta que llevaba enrollada atrás de la silla de montar, a partir de ahora si le preguntaban respondería que era un simple bardo acompañado de su violín que intentaba ver mundo y si había la posibilidad conocer otros resitadores o músicos de distintas zonas.