Bien chamuscado

Hey chicos...parece que hemos llegado. dije con lentitud, dando unos pasos bien medidos hacia delante y observando la vegetación que crecía irregularmente alrededor de un perímetro algo más “vacío”, y por vacío me refería a totalmente destrozado. Si no recordaba mal, hacía algún tiempo atrás había existido una fortaleza en medio de aquella pradera en específico, un castillo pensado para poder aguantar cualquier tipo de invasión o asedio por parte de cualquier enemigo que se hubiera planteado el conquistar aquella zona…por lo visto, había fracasado en grande. Nos perdimos la fiesta.

Eso parece jefe, ni siquiera dejaron en pie el castillo. comentó uno de los tantos tipos delgaduchos que conformaban el equipo de reconocimiento que había enviado en primer lugar hacía al menos unos veinte minutos atrás. No eran los tipos más listos del mundo, pero al menos podía contar con que cumplieran con su trabajo al pie de la letra justo cuando se les ordenaba…si les decía que atacaran, lo hacían…si les decía que me cubrieran las espaldas mientras yo me encargaba de robar algo, lo hacían…incluso si les pedía que se lanzaran por un barranco mientras yo me comía una manzana, lo harían sin dudarlo ni un solo instante. Tontos pero leales, en aquellos tiempos en que las mayoría de las cosas no eran seguras tener un grupo como aquel era un alivio entre tantos problemas. Sin embargo…

En serio? No pude darme cuenta en medio de los escombros negros que esconden la fortaleza. Como sea, que tal en los alrededores? pregunté después de levantar ambas cejas, al tiempo que otro de los exploradores se acercaba rascándose la cabeza con extrañeza.

Nada…no hay nadie por aquí. afirmó para finalmente encogerse de hombros. Debe ser que los mataron a todos.

Incluso a los que vivían a las afueras, mmm…el Imperio Romano, eh? Seguramente lograron sacar mucho de por acá, en esta fortaleza había mucho…oro, plata, ornamentos…no se que dirán ustedes chicos, pero yo voto por ir a donde se encuentren estos tipos y “liberemos” algo de lo que saquearon por aquí, que opinan? propuse con ligereza, sin darle mucho pensamiento a aquello. Después de todo...no tenemos nada que hacer por aquí, y no podemos quedarnos estáticos…entonces, le robamos una parte del botín al Imperio?

Si! respondieron ellos, levantando los brazos en una ovación que apenas si se escuchó por encima del rumor del viento.

Bien...con destino a Roma, pero antes…deberíamos comer un poco, están desanimados y eso no nos conviene. concluí, iniciando la marcha en dirección a los bosques para comer y posteriormente ponernos en camino a la península donde se ubicaba Roma.

Menuda elección como campamento…bueno, supongo que funcionará para el tiempo que pasaremos aquí. comenté con ligereza al tiempo que me sentaba en uno de los asientos más cercanos y posados en el centro de la fogata principal que servía como fuente de calor y manera de cocinar. Encima del fuego había una pequeña maraña de varas de metal entrelazadas para poder sostener un caldero de tamaño considerable donde se cocía una sopa con pedazos de carne (de jabalí, según me informó el encargado de la comida del día) con vegetales flotando libremente por el potaje. Incluso si llegaba a llover o algo por le estilo, estaríamos bien debido a que habían colocado vigas de repuesto y totalmente removibles para mantener parte del techo firme y en su sitio. Simplemente el lugar servía a su propósito por los momentos…aún así no nos podíamos confiar y en cuanto pudiéramos iniciaríamos la marcha por el bosque hacia nuestro siguiente objetivo…o al menos, yo iniciaría la travesía ya que planeaba viajar solo. En parte porque el instinto me decía que debía ir solo y por otro lado…prefería no arriesgar a lo que quedaba del grupo en una búsqueda que seguramente la mayoría consideraría como algo meramente inútil. No se tomaban las leyendas como algo real y ni siquiera yo lo hacía…era un tiro a la suerte.

Unos veinte minutos después de comida, charla y de afinar detalles sobre la rápida experiencia con los Romanos, finalmente estaba listo para hablar de mis siguientes planes y por ende, dejar al grupo preparado en los bosques más allá de Germania, su terreno natural y en donde se sentirían más en casa que en ningún otro lado. Por otro lado me dediqué a explicar que yo me ausentaría e iría en busca de un particular objeto que requería de una fuerza reducida (y sinceramente, mucho más inteligente) para poder recobrarlo. A pesar de creer que se lo tomarían a mal, sinceramente fueron bastante comprensivos…una vez hecho eso, tan solo continuamos hablando de cosas menos serias y así pasó lo que quedaba del día. En la mañana siguiente simplemente partimos cada una de las partes de la fuerza por su lado…la primera compuesta por mi mismo en dirección a las montañas ubicadas al noreste de nuestra posición actual mientras que ellos irían a los lejanos límites de Germania…estábamos cubiertos. De nuevo, empezaba una larga caminata.