[Starhill] - Base

3er Post AM – Especialización

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Starhill…el lugar en el cual los Patriarcas del Santuario elegidos por Athena se ocupaban de predecir el futuro siguiendo los movimientos de las estrellas en el cielo. Según las diferentes leyendas (contadas por la voluntad del antiguo Santo de Géminis que había vivido doscientos años atrás para el ex-senador y gemelo de Cambre, Aspros) se decía que quien lograra llegar a la cima de la enorme montaña sería un candidato propicio para convertirse en el regente de todo el recinto sagrado de Athena. Pero otro detalle contado por la misma sombra era que lograrlo no era nada fácil, las dificultades y la imposibilidad de sobrellevar las condiciones ambientales existentes en tan escarpada y difícil subida totalmente vertical probaban ser una prueba de cuidado para cualquiera que se atreviera a intentarlo…curioso, porque para Aspros aquel no era un intento, no…lo que sucedería era que escalaría aquella montaña y llegaría a su cima sin dudarlo, su mayor fortaleza era entonces su convicción de acero. Sabiendo que igual no estaba completamente solo, recordó que debía dejar una guía para que Capricornio no se perdiera totalmente en aquel paraje tan desolado. Haciendo crujir sus dedos, el Geminiano tan solo elevó un poco la temperatura para chasquear el pulgar con el índice derechos, creando una llama que extendió por unos tres o cuatro metros convirtiéndose por fin en un enorme anillo cuyo destello atravesaba la niebla creando así la señal que le indicaría a Night su posición. Tales flamas especialmente creadas en tan particular forma se posaron sobre la enorme pared que ascendía y ascendía para perderse en las nubes más arriba de la niebla que dominaba la base de la colina y el valle donde se encontraba el peliazul.

Separándose unos tres metros de la roca, observó que en definitiva si pensaba subir, tendría que usar algo más que tan solo el cerebro…simplemente le tocaba usar sus músculos y la mayor fuerza que pudiera reunir tan solo para poder quedarse colgando sin caerse. Era una perspectiva que al romano no le agradaba en lo más mínimo, era realmente…desalentador. Exhalando con fuerza y sabiendo que no podía retrasar más aquel momento, Aspros dio varios pasos más hacia atrás para después tomar carrerilla y dar un potente salto, concentrando parte de su cosmos en los pies y elevarse con una rapidez desmedida. Ese intento había dado frutos: había sobrepasado la altura de la niebla y ahora podía ver el color marrón de la ladera de Starhill, que seguía siendo una perfecta escalada en posición vertical de 90º. Sintiendo como la fuerza de gravedad ya empezaba a ejercer su efecto, Aspros reaccionó con rapidez, centrando su energía en el puño derecho y golpeando en la roca, hundiendo su brazo en esta y quedando clavado con ambos pies apoyados en la polvorienta superficie. Ahora, debía buscar la mejor forma de ascender sin caer y tener que iniciar todo de nuevo.

Caminaba en medio de la espesa bruma, procurando no caerse puesto que le era difícil ver por dónde iba, además de preocuparle encontrarse con alguna sorpresa irritante, como animales o alimañas parecidas. Se le hizo más fácil saltar por los tejados en Rodorio que seguir el paso de Aspros en medio de ese desolado lugar. Estaba harto de tener que caminar, así que volvería a pedirles ayuda a los chicos emplumados para que le sirvieran de transporte una vez más. Se detuvo y a su alrededor se dibujó un circulo con tres óvalos entrecruzados de los cuales emergieron dos muchachos con hermosas alas de plumas oscuras. Con una mirada les ordenó que cada uno tomar uno de sus brazos y lo elevaran hacia arriba para no correr el peligro de tropezar y caerse.

Abandonó el suelo y ahora estaba planeando por encima de todo, tratando de localizar a Aspros, al que le había perdido el rastro desde el encuentro con el Santo de Aries al cual le dirigió menos de dos palabras. Forzaba la vista para penetrar através de la niebla y ubicar a Aspros. Vio algo insólito; unas llamas vibrantes que parecían estar indicado la posición de su compañero. Las criaturas de abundante plumaje que iban abrazadas de Night no tardaron en seguir esa cálida luz. El Santo estaba bien sujeto a sus dos criaturas para que no lo dejaran caer. Sería una caída inevitable si se soltaba a esa altura. Sin contar lo mucho que detestaba escalar. Cuanto quedó más cerca de Aspros les pidió a los seres alados que descendieran para quedar él suspendido en el aire, con sus pies sin tocar la montaña, pues alcanzó a ver cómo Géminis usaba su fuerza sobrehumana para asegurarse y no pensaba seguir el ejemplo. Procuraba mantener distancia para que las alas de sus sirvientes no se chamuscaran por el anillo de llamas. Aunque estaba lejos todavía podía sentir un calor abrasivo bajo la armadura. No le tenía miedo a quemarse él, temía que las alas se incinerarán y luego él se hundiera sin remedio en la inmensidad.

4to Post AM – Especialización

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Uff... susurró Aspros, sintiendo como la brisa nocturna revolvía sus cabellos con una fuerza abrumadora que de paso empezaba a moverlo de su lugar, aún teniendo su antebrazo totalmente clavado en la roca. Realmente, Starhill empezaba a mostrar el porqué era considerado un lugar de tanto cuidado incluso para los afamados Santos Dorados. Sabiendo que la situación no habría de mejorar en ninguna forma, el romano tan solo exhaló con fuerza e intentó pensar en la mejor forma de salir de tal predicamento…justo antes de que la fuerza del viento volviera a golpearlo con la potencia suficiente como para hacer que resbalara y su agarre en la montaña, se perdiera por completo. Ugh...! Aspros sentía sus azulados cabellos agitarse con violencia al mismo tiempo que sus brazos parecían ser las extremidades de un muñeco de paja dejado a la deriva de un acantilado. La fuerza de gravedad hizo de las suyas al instante, atrayendo el cuerpo del gemelo de Cambre directamente hacia el suelo para generarle un daño inconmensurable…eso era algo que el mismísimo Santo de Géminis no iba a permitir, ya que trabajar tanto como para quedarse tirado en el suelo por quien sabía cuanto tiempo era una idea muy poco atractiva. Pensando en un plan casi al instante, Aspros tan solo se dejó llevar por la gravedad y al notar que ya la niebla lo volvía a envolver con su impenetrable espesura, abrió los ojos para centrar gran parte de su cosmoenergía en su puño, voltearse y dar un golpe que eventualmente chocó en el suelo con un estruendo increíble: la tierra se cuarteaba con una facilidad y las rocas se partían como si fueran arena mojada, los chasquidos de los guijarros que saltaban y chocaban contra la Armadura Dorada de Géminis eran realmente curiosos, ya que era como si el sujeto en lugar de ser un humano común y corriente que había sido lanzado al vacío por una ráfaga traicionera, hubiera sido un meteoro que había descendido del cielo para destruir todo a su paso. Con su cosmos todavía exaltado y saltando por todos lados, Aspros finalmente se levantó con la respiración agitada mientras se quedaba observando su puño derecho, considerando las implicaciones de lo que había sido tal fracaso…era imposible escalar la tan afamada montaña y descubrir los secretos que esta guardaba? Posiblemente…parecía que la predicción de la voz de la sombra anclada en la Cloth había errado en cuanto a su preparación…no es que el gemelo de Cambre careciera del potencial como para subir la montaña, sino que realmente no era el momento…algo dentro de sí se lo decía, no la sombra sino más bien su instinto. Pues bien…si ese era el caso, era el momento de dejar que las cosas marcharan a su propio ritmo.

Night! gritó el Geminiano, esperando que Capricornio bajara del cielo, donde por poco sí había notado que estaba. Ya que no era el momento de ascender la montaña, pues irían a buscar más soldados con los cuales jugar…o mejor dicho, irían a reclutar más compañeros por si acaso se presentaba una eventualidad y el mismo peliazul se veía en la necesidad de proteger a Rodorio. Night, ven.

Mientras sus invocaciones comenzaban a volar bajo, el chico vio que Aspros consolidaba cosmos en uno de sus puños para luego impactar un puñetazo cual meteoro, que generó un enérgico estruendo, con rocas sólidas que se desintegraban y que después elevó un cúmulo de tierra y rocas diminutas. La energía de aquel hombre se sentía tan poderosa, atemorizante, de no tener cuidado pudo haber sido afectado por el golpe demoledor el cual produjo un gran cráter en el lugar sobre el que estaba el caballero dorado de Géminis. Cuando el peligro pasó, el joven les dio la orden a los emplumados para que terminaran de disminuir la altitud; se habían vuelto a elevar cuando sintieron el cosmos aterrador pero retomaron la petición original al haber terminado de caer rocas del cielo. Estaba impresionado; el punto sobre el que estaba estacionado el geminiano estaba cuarteado, como si en verdad un objeto de gran tamaño hubiera golpeado ese lugar. Con cuidado se paró sobre un pico de roca e hizo desaparecer a sus criaturas abriendo el portal hacia su dimensión; un círculo dorado era el que conectaba hacia aquel lugar misterioso del que provenían. Nunca se había preguntado cómo era del otro lado de la puerta dimensional que conectaba su mundo con el de los seres espirituales. Estaba seguro de que las aves venían del mismo lugar que los ejércitos de almas que podía llamar en cualquier momento y lugar. Resultaba tenebroso descubrirlo y más pensarlo. Uno de los dos emitió un grito antes de desaparecer, como si se estuviera despidiendo de Night antes de regresar por donde llegó. Unas plumas cayeron alrededor de Night, las cuales se iba quitando mientras se dirigía hacia Aspros. Y le sonrió de “amor” cuando su compañero de armas desitió de escalar la montaña. ¿Habían llegado tan lejos sólo para irse así? Ya no tenía para qué lamentarse, sólo siguió al hombre de cabellera azul el cual parecía ya no querer continuar al haberse detenido.

5to Post AM – Especialización

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No pasó demasiado tiempo para que Night, el Santo Dorado de Capricornio, se acercara a Aspros como parte de su petición…y era algo obvio, la ligera modificación que había hecho su lado más codicioso en el cerebro del pelinegro era un pequeño truco que le había enseñado la sombra que estaba anclada en la Armadura Dorada de Géminis desde hacía más de doscientos años…incluso aunque a Night no le gustaran las órdenes que recibiera del peliazul, no tenía más opción que cumplirlas si el mismo Geminiano seguía una pequeña serie de normas que estaban incluidas como parte del uso de aquella técnica. Exhalando una cantidad de oxígeno con lentitud, el ex-senador tan solo se quedó evaluando sus posibilidades…su lado codicioso los había conducido a la base de una montaña que parecía infranqueable y su primer intento por escalarla y llegar a la cima había fracasado, no precisamente por no tener la capacidad de poder hacerlo sino que más bien, era como si el destino les dijera que no era el momento para eso…sí, mientras que su lado oscuro se encontraba ocupado siguiendo las órdenes de un espíritu sin buenas intenciones, la parte más amable del gemelo de Cambre simplemente se encontraba ocupado divagando en sí mismo, usando la conexión con el viejo santo de Géminis a la inversa: en lugar de dejarse llevar por esta y escuchar sus consejos, el mismo simplemente se adentraba en él para recolectar información y poder reconocer el flujo de energías que se movían en el mundo y algo le decía que todo estaba siendo corrompido. Sí…algo inherente en el aura del mismo planeta no le gustaba y si seguía sus instintos (que hasta ahora, no le habían fallado) el momento de actuar en pos de la protección de todo aquello que le interesaba mantener entero, había llegado. La prueba? Simple: había retomado la posesión del cuerpo que compartía con la enorme codicia que lo embargaba, aprovechando un ínfimo instante en que esta se había quedado pensando el porque se le había tornado imposible el escalar Starhill. Dando un paso hacia delante con el puño levantado mientras una brisa leve hacía mecer sus cabellos, Aspros se volteó para mirar a Night.

Parece que hay asuntos más importantes que atender, además de escalar la montaña que lleva al reino de los dioses. dijo el peliazul, mientras cerraba los ojos para percibir todas las energías posibles… cerca de la posición de ambos, estaban varios Santos, simples soldados que estaban sin dirección alguna. Más lejos, habían guerreros de otro tipo, seguramente servidores de otros dioses (Espectros…dioses guerreros…fantasmas…basuras, todos basuras inútiles… susurró la sombra anclada en la Cloth de Géminis) y más allá…mucho más allá, había un cosmos apenas perceptible, solo un rastro dejaba constancia de su presencia y eso era lo más importante de todo…aquel cosmos era de…Athena Athena Athena dijeron las tres facetas del Geminiano, tanto las dos actuales como la de su antepasado…aunque fuera por un solo instante, había podido sentir el cosmos de la deidad que supuestamente, era la encargada de proteger al mundo y por ende, a las personas que lo habitaban. De cierta forma, que tan importante mujer no se encontrara allí para auxiliar a los habitantes del Santuario, le molestaba a Aspros…no a su codicia ni a la sombra, sino a su lado más amable…que podía ser tan importante como para abandonar su territorio principal sin un líder competente? Las dos facetas dominantes de Géminis no lo sabían, y no le importaban…pero algo estaba más que seguro, mientras una se aprovecharía de la falta de un líder para autonombrarse como Patriarca, la otra actuaría a la sombra de los intereses de su codicia para proteger a aquellos quienes eran importantes para sí mismo. Sabiendo eso, el Aspros actual simplemente abrió una puerta interdimensional. Hora de movernos, parece que algo más importante está en marcha…y no podemos quedarnos atrás. Es la hora de reunir a los Santos…vamos, Night. finalizó el peliazul, mirando su puño derecho mientras ambos Caballeros Dorados, desaparecían de la base de Starhill.