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Desfile Tradicional de Bienvenida
Finalmente el día que tanto tenía a Roma agitada y emocionada había llegado: El regreso de todos los hombres, padres, hijos y hermanos de Roma a su tierra, a su hogar.
Era un hermoso día, con el sol brillante, una dulce y fresca brisa se levantaba en el aire romano, el cielo azul con unas cuantas nubes que se podían contar con los dedos de la mano, aún persistía aquella tonalidad naranja en algunas partes del cielo, recalcando que Roma recibiría algo más que los hombres de Vergilius.
Las calles de la ciudad se encontraban atiborradas de gente, los bullicios, las prisas, Roma entera se encontraba eufórica por dicho evento.
Las cosas marchaban perfectamente, tal como se había planeado, las calles estaban limpias, y ya estaban ubicados a lado y lado de éstas todos los adornos y demáses accesorios idóneos para el recibimiento.
Las doncellas en sus posiciones, los soldados trompetistas de igual modo, todo estaba listo cuando asomara la primera figura de un soldado de Vergilius para desencadenar así el desfile.
Un buen rato había pasado, el sol había cambiado su posición en el cielo, cuando la primera trompeta se escuchó y como efecto domino una a una las trompetas de los soldados que estaba encargados de esta labor comenzaron a sonar, indicando que finalmente los hombres de Roma estaban haciendo presencia en su pueblo.
Un emisario gritaba por la calle principal de Roma: - Nuestros Heroes han llegado!!...... Nuestros hermanos ya están en Roma!!!!!
El joven gritaba anunciando la gran noticia, los que no habían salido a las calles asomanron sus cuerpos por los balcones mientras divisaban el avance de aquellas tropas, a su paso les lanzaban pétalos de flores blancas, rojas y amarillas, otros lanzaban hojas de laurel y hojas de olivo, todo un hermoso espectaculo que vanagloriaban a nuestros hombres.
Las chiquillas que cargaban hermosos ramos de flores avanzaban adelante de las tropas sonriendo, lanzando ellas también un pupurri de pétalos
Los hombres marchaban con orgullo, con la mirada en alto, mientras pétalos y hojas caían en sus rostros y se filtraban en sus armaduras, pasos sincronizados, a paso firme e imponente un hermoso sonido que se extendía varios metros a la redonda.
La caravana mostraba a nuestros hermanos heridos que eran sostenido por un hermano guerrero, camillas que traían los cuerpos sin vida de otros hermanos nuestros. Aún así se les recibía como heroes por que eso eran: Heroes ya que dieron sus vidas por Roma.
Varios soldados emocionados se acercaban a los hombres para darles la mano, querian tocar y tener aquella fortaleza y buena fortuna que caracterizaba a los guerreros romanos.
El desfile avanzaba maravillosamente, aplausos, llantos, gritos y alguno que otro desmayo, al emoción embargaba a toda roma, la felicidad poseía a todo un imperio.
El soldado que anunciaba con su pasar la llegada del ejército, dejaba su corazón en cada palabra que salía dentro de él: - Roma Roma!!!! sus hijos han llegado sanos y salvos!!!!!!
Cada ciudadano se ponía al tanto, saliendo a las calles y lanzando flores dandole la bienvenida a los hijos de Roma.
El desfile se llevaba sin contratiempos, el avance se hacía en buen tiempo hasta que las doncellas romanas fueron las primeras en mostrarse entrando al Coliseo. En el se encontraba la sociedad entera, las familias más respetables de Roma, la Familia del Emperador.
Era un hermoso día, con el sol brillante, una dulce y fresca brisa se levantaba en el aire romano, el cielo azul con unas cuantas nubes que se podían contar con los dedos de la mano, aún persistía aquella tonalidad naranja en algunas partes del cielo, recalcando que Roma recibiría algo más que los hombres de Vergilius.
Las calles de la ciudad se encontraban atiborradas de gente, los bullicios, las prisas, Roma entera se encontraba eufórica por dicho evento.
Las cosas marchaban perfectamente, tal como se había planeado, las calles estaban limpias, y ya estaban ubicados a lado y lado de éstas todos los adornos y demáses accesorios idóneos para el recibimiento.
Las doncellas en sus posiciones, los soldados trompetistas de igual modo, todo estaba listo cuando asomara la primera figura de un soldado de Vergilius para desencadenar así el desfile.
Un buen rato había pasado, el sol había cambiado su posición en el cielo, cuando la primera trompeta se escuchó y como efecto domino una a una las trompetas de los soldados que estaba encargados de esta labor comenzaron a sonar, indicando que finalmente los hombres de Roma estaban haciendo presencia en su pueblo.
Un emisario gritaba por la calle principal de Roma: - Nuestros Heroes han llegado!!...... Nuestros hermanos ya están en Roma!!!!!
El joven gritaba anunciando la gran noticia, los que no habían salido a las calles asomanron sus cuerpos por los balcones mientras divisaban el avance de aquellas tropas, a su paso les lanzaban pétalos de flores blancas, rojas y amarillas, otros lanzaban hojas de laurel y hojas de olivo, todo un hermoso espectaculo que vanagloriaban a nuestros hombres.
Las chiquillas que cargaban hermosos ramos de flores avanzaban adelante de las tropas sonriendo, lanzando ellas también un pupurri de pétalos
Los hombres marchaban con orgullo, con la mirada en alto, mientras pétalos y hojas caían en sus rostros y se filtraban en sus armaduras, pasos sincronizados, a paso firme e imponente un hermoso sonido que se extendía varios metros a la redonda.
La caravana mostraba a nuestros hermanos heridos que eran sostenido por un hermano guerrero, camillas que traían los cuerpos sin vida de otros hermanos nuestros. Aún así se les recibía como heroes por que eso eran: Heroes ya que dieron sus vidas por Roma.
Varios soldados emocionados se acercaban a los hombres para darles la mano, querian tocar y tener aquella fortaleza y buena fortuna que caracterizaba a los guerreros romanos.
El desfile avanzaba maravillosamente, aplausos, llantos, gritos y alguno que otro desmayo, al emoción embargaba a toda roma, la felicidad poseía a todo un imperio.
El soldado que anunciaba con su pasar la llegada del ejército, dejaba su corazón en cada palabra que salía dentro de él: - Roma Roma!!!! sus hijos han llegado sanos y salvos!!!!!!
Cada ciudadano se ponía al tanto, saliendo a las calles y lanzando flores dandole la bienvenida a los hijos de Roma.
El desfile se llevaba sin contratiempos, el avance se hacía en buen tiempo hasta que las doncellas romanas fueron las primeras en mostrarse entrando al Coliseo. En el se encontraba la sociedad entera, las familias más respetables de Roma, la Familia del Emperador.
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Diva- Berseker de Ares
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
Y por fin luego de tanta espera, se pudo ver entrar por el arco del triunfo un caballo blanco y otro café, ambos seguidos de una imponente legión de muchísimos hombres armados a gran escala y perfectamente organizados. Sus pasos retumbaban en el ambiente mientras que los caballos avanzaban con la vista fija al frente…
No sólo el gran general Vergilius había vuelto, sino que se venía acompañado para sorpresa de todos, de su querido hermano Octavius, sucesor del trono del emperador y máxima leyenda del imperio romano. Era notoria la impresión que había dado en todos los seres allí presentes el ver entrar a los dos mejores guerreros de toda la nación juntos, triunfantes montando sus nobles corceles.
El menor de ellos pudo darse cuenta de ello al instante, pero hizo caso omiso a todo como lo había hecho desde el principio. Como él mismo sabía, aquella celebración tan sólo era algo banal y sin causa verdadera ni razones honestas. Probablemente Diva era la que había preparado todo junto a los senadores, y era precisamente a ellos a quienes menos deseaba ver en ese momento. Si dependiera de él, estaría con Breda, Noah, Edward o cualquier romano que aún se encontrara en territorio hostil. No podía soportar la idea de ser tan aclamado por gente falsa, sabiendo además que sus fieles camaradas podían estar en peligro. Ellos eran quienes merecían todos los honores, pero del pueblo, no de los acomodados señores de roma. Pero que se le iba a hacer, lo que menos deseaba era romper la ilusión de la gente que se encontraba feliz por su nación; ni tampoco arruinar el regreso a casa de su amado hermano siendo descortés y marchándose hacía el Palacio real.
Tan sólo continúo avanzando con la vista al frente, cabalgando despacio sin detenerse por algún motivo en específico. De todas formas disfrutaba estar en roma, entre su gente, entre las paredes que lo vieron nacer y le habían hecho el hombre que era. Más allá de que el desfile no le importara absolutamente nada, si le producía felicidad el estar en su hogar una vez más.
Estaba en eso cuando vio que unos niños se acercaban al frente de su caballo. Al instante le vinieron los recuerdos de su infancia, cuando junto a Sophia jugaba en los campos abiertos y la escuchaba reír por largas horas; o también esos días en los cuáles Octavius le entrenaba y terminaba todo apaleado. Eran hermosos recuerdos, que de un día para otro se habían acabado producto de la guerra y la expansión romana. Gracias a las conquistas, había perdido la mitad de su vida con su hermano, a Sophia, tiempo con su madre y a una infinidad de amigos. Se sentía mal de haberlos dejado solos, de no haber estado para ellos si es que lo necesitaron; pero la nación y todos sus habitantes eran más importantes que lo que pudiera sentir el corazón de Vergilius. Lo habían educado como un militar desde pequeño y con la supuesta muerte de Octavius, sin quererlo era la única esperanza que le quedaba a Roma, al ser el último hijo varón de su padre. Por ello, había jurado que sus propios deseos y beneficios nunca jamás se interpondrían con la estabilidad de su pueblo y mucho menos, serían la causante de que el sueño romano no se concretara.
Luego de despertar de aquel recuerdo, aproximó su caballo a los pequeños y se bajo, saco una flor de campo que le habían ofrecido y se las dio, ignorando por completo a las demás personas. No dijo nada, puesto que no era su estilo, pero si podía darles un pequeño incentivo a aquellos infantes y seguir el ejemplo que le había dado Octavius, no lo dudaría ni un instante. Aunque tan sólo deseaba que fueran felices, y nunca tuvieran que separarse producto de una guerra, ni mucho menos. Si Vergilius luchaba, era para poder asegurarle un futuro prospero a sus compatriotas y que pudieran ser felices con total libertad.
Después de ello dio media vuelta, tomo la rienda de su caballo y comenzó a caminar hacía adelante, contemplando todo el cariño que le podía ofrecer la gente de Roma.
No sólo el gran general Vergilius había vuelto, sino que se venía acompañado para sorpresa de todos, de su querido hermano Octavius, sucesor del trono del emperador y máxima leyenda del imperio romano. Era notoria la impresión que había dado en todos los seres allí presentes el ver entrar a los dos mejores guerreros de toda la nación juntos, triunfantes montando sus nobles corceles.
El menor de ellos pudo darse cuenta de ello al instante, pero hizo caso omiso a todo como lo había hecho desde el principio. Como él mismo sabía, aquella celebración tan sólo era algo banal y sin causa verdadera ni razones honestas. Probablemente Diva era la que había preparado todo junto a los senadores, y era precisamente a ellos a quienes menos deseaba ver en ese momento. Si dependiera de él, estaría con Breda, Noah, Edward o cualquier romano que aún se encontrara en territorio hostil. No podía soportar la idea de ser tan aclamado por gente falsa, sabiendo además que sus fieles camaradas podían estar en peligro. Ellos eran quienes merecían todos los honores, pero del pueblo, no de los acomodados señores de roma. Pero que se le iba a hacer, lo que menos deseaba era romper la ilusión de la gente que se encontraba feliz por su nación; ni tampoco arruinar el regreso a casa de su amado hermano siendo descortés y marchándose hacía el Palacio real.
Tan sólo continúo avanzando con la vista al frente, cabalgando despacio sin detenerse por algún motivo en específico. De todas formas disfrutaba estar en roma, entre su gente, entre las paredes que lo vieron nacer y le habían hecho el hombre que era. Más allá de que el desfile no le importara absolutamente nada, si le producía felicidad el estar en su hogar una vez más.
Estaba en eso cuando vio que unos niños se acercaban al frente de su caballo. Al instante le vinieron los recuerdos de su infancia, cuando junto a Sophia jugaba en los campos abiertos y la escuchaba reír por largas horas; o también esos días en los cuáles Octavius le entrenaba y terminaba todo apaleado. Eran hermosos recuerdos, que de un día para otro se habían acabado producto de la guerra y la expansión romana. Gracias a las conquistas, había perdido la mitad de su vida con su hermano, a Sophia, tiempo con su madre y a una infinidad de amigos. Se sentía mal de haberlos dejado solos, de no haber estado para ellos si es que lo necesitaron; pero la nación y todos sus habitantes eran más importantes que lo que pudiera sentir el corazón de Vergilius. Lo habían educado como un militar desde pequeño y con la supuesta muerte de Octavius, sin quererlo era la única esperanza que le quedaba a Roma, al ser el último hijo varón de su padre. Por ello, había jurado que sus propios deseos y beneficios nunca jamás se interpondrían con la estabilidad de su pueblo y mucho menos, serían la causante de que el sueño romano no se concretara.
Luego de despertar de aquel recuerdo, aproximó su caballo a los pequeños y se bajo, saco una flor de campo que le habían ofrecido y se las dio, ignorando por completo a las demás personas. No dijo nada, puesto que no era su estilo, pero si podía darles un pequeño incentivo a aquellos infantes y seguir el ejemplo que le había dado Octavius, no lo dudaría ni un instante. Aunque tan sólo deseaba que fueran felices, y nunca tuvieran que separarse producto de una guerra, ni mucho menos. Si Vergilius luchaba, era para poder asegurarle un futuro prospero a sus compatriotas y que pudieran ser felices con total libertad.
Después de ello dio media vuelta, tomo la rienda de su caballo y comenzó a caminar hacía adelante, contemplando todo el cariño que le podía ofrecer la gente de Roma.
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
Je...cuanto tiempo sin pisar esta sagrada tierra… dijo Octavius, imitando a su hermano menor y bajándose del caballo en que había llegado, después de todo había llegado el momento de recorrer el tramo que quedaba a pie, como los hombres victoriosos al regresar a su patria después de una lucha incansable y ardua. Los niños se arremolinaban frente a ellos, más que todo del lado de Vergilius, pues claro lo conocían a él mientras que Octavius era básicamente un extraño. Pensando todo aquello, el mayor no pudo sino sonreír con algo de melancolía y añoranza, después de 13 años de ausencia, regresaba a su patria y era tratado como un completo extraño entre la gente que representaba el futuro de su nación. Ju.
La caminata se antojaba corta para lo que el tenía pensado: después de pasar por el arco del triunfo, sus pasos fueron dirigidos por la multitud que se formaba como escolta a sus flancos, indicándoles el camino que debían de seguir hasta la inmensa estructura que se divisaba ya relativamente cerca: El Coliseo, una de las joyas del Imperio debido a su antigüedad y valor cultural…a pesar de las innumerables atrocidades cometidas en su arena, tal como la lucha humana contra bestias traídas de todas partes del globo, las peleas de los gladiadores hasta morir o bien fiestas banales y desenfrenadas… si, de nuevo, Octavius empezaba a sentirse de nuevo en casa.
En ese instante, una chiquilla menuda y con una canastilla de flores pasó corriendo frente a él, deteniéndose levemente para mirarlo a los ojos y asustarse un poco debido a la cruda expresión que mostraba su rostro, que fue suavizada al instante por un gesto más amable que la incitaba a acercarse.
Hey, que tenemos aqui? dijo, agachándose y revolviéndole un poco el pelo, que curiosamente era rojizo, tal cual el de su prima Sophia… Te pareces bastante a alguien que conozco…mmm…porque no andas a jugar con tus amigos? Aprovecha mientras puedas y de paso no te olvides de poner esas flores en un lugar seguro…vamos, anda finalizó el mayor con una palmadita en la espalda de la chiquilla, quien asintió y se perdió entre la multitud…si, ahora el sentimiento de familiaridad regresaba con más intensidad que antes, de hecho en aquel momento lo que más deseaba era ver que tal era la vida de su prima…si bien Vergilius le había comentado algunas cosas, verlo de primera mano sería el segundo mejor regalo que tendría hasta ese momento
Y así llegaron al Coliseo, pasando por el enorme portón y finalmente quedando en medio de la enorme arena, ambos hermanos mirando directamente al palco principal, donde se destacaban varias figuras de entre las más “comunes”…y en especial, una que era la más llamativa… en ese mismo instante, una potente brisa levantó humaredas de polvo y agitaron las capas de los legionarios, al igual que los cabellos negros de una mujer que se había adelantado por sobre el resto, mirándolos directamente…aquella mujer, era Diva
Aqui llega el heredero al trono del Emperador…bruja comentó Octavius para sí mismo con un mirada directa y retadora que de seguro la fémina no habría de pasar por alto, así como una sonrisa confiada que decía entre líneas: “ven a buscarme”…el juego había comenzado.
La caminata se antojaba corta para lo que el tenía pensado: después de pasar por el arco del triunfo, sus pasos fueron dirigidos por la multitud que se formaba como escolta a sus flancos, indicándoles el camino que debían de seguir hasta la inmensa estructura que se divisaba ya relativamente cerca: El Coliseo, una de las joyas del Imperio debido a su antigüedad y valor cultural…a pesar de las innumerables atrocidades cometidas en su arena, tal como la lucha humana contra bestias traídas de todas partes del globo, las peleas de los gladiadores hasta morir o bien fiestas banales y desenfrenadas… si, de nuevo, Octavius empezaba a sentirse de nuevo en casa.
En ese instante, una chiquilla menuda y con una canastilla de flores pasó corriendo frente a él, deteniéndose levemente para mirarlo a los ojos y asustarse un poco debido a la cruda expresión que mostraba su rostro, que fue suavizada al instante por un gesto más amable que la incitaba a acercarse.
Hey, que tenemos aqui? dijo, agachándose y revolviéndole un poco el pelo, que curiosamente era rojizo, tal cual el de su prima Sophia… Te pareces bastante a alguien que conozco…mmm…porque no andas a jugar con tus amigos? Aprovecha mientras puedas y de paso no te olvides de poner esas flores en un lugar seguro…vamos, anda finalizó el mayor con una palmadita en la espalda de la chiquilla, quien asintió y se perdió entre la multitud…si, ahora el sentimiento de familiaridad regresaba con más intensidad que antes, de hecho en aquel momento lo que más deseaba era ver que tal era la vida de su prima…si bien Vergilius le había comentado algunas cosas, verlo de primera mano sería el segundo mejor regalo que tendría hasta ese momento
Y así llegaron al Coliseo, pasando por el enorme portón y finalmente quedando en medio de la enorme arena, ambos hermanos mirando directamente al palco principal, donde se destacaban varias figuras de entre las más “comunes”…y en especial, una que era la más llamativa… en ese mismo instante, una potente brisa levantó humaredas de polvo y agitaron las capas de los legionarios, al igual que los cabellos negros de una mujer que se había adelantado por sobre el resto, mirándolos directamente…aquella mujer, era Diva
Aqui llega el heredero al trono del Emperador…bruja comentó Octavius para sí mismo con un mirada directa y retadora que de seguro la fémina no habría de pasar por alto, así como una sonrisa confiada que decía entre líneas: “ven a buscarme”…el juego había comenzado.
Octavius- Dios/a
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
Una a una las trompetas se escucharon y el eco de sus notas viajaban en el viento, trayendo el mensaje de que aquellos hombres, los heroes de Roma finalmente se encontraban allí.
Cierta emoción sentía, volver a ver el hijo del Emperador: Vergilius, aunque nuestra relación se limitaba a lo más básico y cortez, me daba cierta nostalgía ver en él el hombre que pudo ser su padre cuando joven, curiosamente no se parecían mucho, Vergilius había sacado al igual que Lydia todos los rasgos y facciones de su ya desaparecida madre.
No se hicieron esperar, los trompetistas que estaban en el gran portón del Coliseo hicieron sonar sus instrumentos indicando que Vergilius y sus hombres estaban en el lugar cumbre de aquel acontecimiento, fui la primera en ponerme de pie y comencé a aplaudir haciendo que los demás presentes me acompañasen e imitaran mis acciones, este era el verdadero momento de darle la bienvenida a Roma, era el momento de decir: - Están en casa.
Mis labios se entreabrieron a punto de esbozar aquellas palabras, cuando de pronto una gran nube de polvo de levantó, distorcionando la visión y no dejando claro que era lo que pasaba a través de aquel manto de polvo, por un instante solo se veían dos figuras, que caminaban a través de aquel muro de fina arena acercándose mas, adentrándose en el Coliseo para quedar justo frente a mi, frente a nosotros los que estabamos ubicados en el Palco Principal.
La humarada se dispersaba poco a poco, los aplausos desaparecían lentamente, el Coliseo se quedó de un momento a otro en silencio, atónitos, algo estaba pasando y yo no tenia ni la más mínima idea de que era. Murmullos y susurros que viajaban con el viento se acercaban más y más a mis oídos: - Octavius!! ...... Octavius!!!! ... Octavius!!!! ...... el hijo mayor!!! ...... el hijo del Emperador!!!!
Finalmente el polvo había desaparecido, nada ni nadie se interponía entre nosotros, Vergilius General de Generales venía acompañado de otro hombre. La gente seguía murmurando pero ya lo hacia en un tono más alto, en mis tres años como Emperatriz y en el tiempo que estuve como concubina del Emperador solo un par de veces había escuchado ese nombre...... Acaso no estaba ........ ¿Muerto?
Mis cabellos negros se agitaron simultáneamente que sus capas se ondeaban, mis ojos se encontraron con los suyos, mientras lentamente iniciaba de nuevo los aplausos, la muchedumbre acompasada seguía mis acciones, aumentando la velocidad de los mismos y fuertes se hicieron, mis ojos seguían clavados en los de aquel sujeto, ahodaba en aquella mirada retadora, acaso sabía quien era yo, no dejaba de mirarlo era dificil descifrarlo le dediqué una sonrisa de placer mostrando un poco mis dientes, dije:
- Bienvenidos a Casa ..... Heroes e Hijos de Roma!!!!
El público ovacionó, deliró por completo ante mis palabras, gritos, aplausos, todos absolutamente todos se habían puesto de pie, dejé de aplaudir y haciendo un ademán "de mi para ti" con ambos brazos, expresé:
- De Roma para Roma!!!
Terminando de aplaudir con más fuerza, despegar mis ojos de los suyos me resultaba dificil, le sonreí con malicia, la curiosidad estaba despierta en esta mortal, y este ser humano terminaría por saciarla completamente.... y más temprano que tarde
Cierta emoción sentía, volver a ver el hijo del Emperador: Vergilius, aunque nuestra relación se limitaba a lo más básico y cortez, me daba cierta nostalgía ver en él el hombre que pudo ser su padre cuando joven, curiosamente no se parecían mucho, Vergilius había sacado al igual que Lydia todos los rasgos y facciones de su ya desaparecida madre.
No se hicieron esperar, los trompetistas que estaban en el gran portón del Coliseo hicieron sonar sus instrumentos indicando que Vergilius y sus hombres estaban en el lugar cumbre de aquel acontecimiento, fui la primera en ponerme de pie y comencé a aplaudir haciendo que los demás presentes me acompañasen e imitaran mis acciones, este era el verdadero momento de darle la bienvenida a Roma, era el momento de decir: - Están en casa.
Mis labios se entreabrieron a punto de esbozar aquellas palabras, cuando de pronto una gran nube de polvo de levantó, distorcionando la visión y no dejando claro que era lo que pasaba a través de aquel manto de polvo, por un instante solo se veían dos figuras, que caminaban a través de aquel muro de fina arena acercándose mas, adentrándose en el Coliseo para quedar justo frente a mi, frente a nosotros los que estabamos ubicados en el Palco Principal.
La humarada se dispersaba poco a poco, los aplausos desaparecían lentamente, el Coliseo se quedó de un momento a otro en silencio, atónitos, algo estaba pasando y yo no tenia ni la más mínima idea de que era. Murmullos y susurros que viajaban con el viento se acercaban más y más a mis oídos: - Octavius!! ...... Octavius!!!! ... Octavius!!!! ...... el hijo mayor!!! ...... el hijo del Emperador!!!!
Finalmente el polvo había desaparecido, nada ni nadie se interponía entre nosotros, Vergilius General de Generales venía acompañado de otro hombre. La gente seguía murmurando pero ya lo hacia en un tono más alto, en mis tres años como Emperatriz y en el tiempo que estuve como concubina del Emperador solo un par de veces había escuchado ese nombre...... Acaso no estaba ........ ¿Muerto?
Mis cabellos negros se agitaron simultáneamente que sus capas se ondeaban, mis ojos se encontraron con los suyos, mientras lentamente iniciaba de nuevo los aplausos, la muchedumbre acompasada seguía mis acciones, aumentando la velocidad de los mismos y fuertes se hicieron, mis ojos seguían clavados en los de aquel sujeto, ahodaba en aquella mirada retadora, acaso sabía quien era yo, no dejaba de mirarlo era dificil descifrarlo le dediqué una sonrisa de placer mostrando un poco mis dientes, dije:
- Bienvenidos a Casa ..... Heroes e Hijos de Roma!!!!
El público ovacionó, deliró por completo ante mis palabras, gritos, aplausos, todos absolutamente todos se habían puesto de pie, dejé de aplaudir y haciendo un ademán "de mi para ti" con ambos brazos, expresé:
- De Roma para Roma!!!
Terminando de aplaudir con más fuerza, despegar mis ojos de los suyos me resultaba dificil, le sonreí con malicia, la curiosidad estaba despierta en esta mortal, y este ser humano terminaría por saciarla completamente.... y más temprano que tarde
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
El tiempo apremia...
Solomon llegaba por fin a Roma a la delantera del carruaje donde yacia su hermana e invitada, rapidamente dieron vuelta por un obelisco ingresando a la avenida principal de la ciudad, a cual daba directamente al coliseo, él sobre aquel bello corcel blanco de la más fina estirpe, por todos lados se podia distinguir el festejo y la celebración.
A pesar de todo...parecer ser que los dioses nos han sonreido.
El viento que surcaba su rostro parecia enaltecer su semblante dibujandole una sonrisa apaciguada, por fin se hallaba frente al monumental coliseo, su corazón se tranquilizaba al estar frente a aquel recinto, era un dia caluroso en verdad,, a pesar de esto el joven lucia fresco y con mucha energía, cosa tipica de su juventud. De inmediato dio vuelta para ver a la demás caballeria detenerse a pocos centimetros de él, su corcel yacia tranquilo pese al alboroto de los demás caballos, habia sido muy bien entrenado en la villa.
Solomon bajo de su corcel sujetandole de las amarras para acercarse al coche. Abriendo nuevamente la puertecilla izquierda como todo un caballero se dispuso a ayudar a las jovenes doncellas a bajar del carruaje.
Bienvenidas a Roma...
Dijo a con entusiasmo el joven. Roma por si sola era una joya, y Solomon siempre se habia enorgullecido de ello, la sangre de su familia se hallaba en aquella ciudad y si tuviera que morir lo haria en ella. El sonido de las trompetas le alarmo, al parecer Virgilius habia llegado antes de lo que habia previsto en el puerto. Solomon sonrio tenuamente mientras su aguda mirada apuntaba directo a lo que habia más alla del gran portico de coliseo romano.
Richard... sera mejor llevar a las señoritas a sus asientos, deben estar cansadas... el show ha comenzado. Hermano y hermana...vamos.
Ambos varones tomaron del brazo a las damas adentrandose por una de las varias entradas, subieron a paso lento las escalinatas que lo llevarian por fin a sus respectivos asientos proximos a donde debia estar el emperador y su reina.
De izquierda a derecha: Samantha, Richard, Solomon, Lin, Clover y Elizabeth. Asi fueron las ubicaciones. Aun existian dos o tres espacios más para invitados que por a prisa sucedida en la mañana no llegaron a recibir sus invitaciones. Solomon se hallaba entretenido con la princesa.
La gente ovacionaba con algarabia a sus recien ingresados heroes. Solomon se hallaba tranquilo, era obvio q Vergilius llegaria triunfante, como de costumbre alejaba los problemas familiares de los militares, como tenia que ser. Acerco su rostro para ver mejor lo que sucedia en el plano bajo del recinto.
Por un lado estaba Diva, aquella mujer que por suerte de dios no habia notado su presencia, ella era alguien del cual habia tratado de no toparse, al menos durante el dia. Parecia que ella estaba muy entretenida en los dos hombres frente suyo.
Uno de ellos era Vergilius, quien no habia cambiado mucho, su frialdad tipica no era ni siquiera menguada por los niños que le comenzaban a rodear. Solomon intentaba explicarle detalladamente a Lin lo que sucedia y de quienes se trataba, hasta que puso atención en el caballero a la izquierda de su primo que en un primer momento habia tomado como un general cualquiera de sus tropas...ese rostro...esa mirada tan peculiar...
Pero acaso ese es...?!
Las orbitas del joven de cabellera rubia parecian desencajarse, no salia de su asombro ante el regreso inesperado de su primo desaparecido. Octavius habia vuelto del mismisimo inframundo. Aunque lucia distinto por el paosd e los años, sin duda...era él.
Solomon retrajo su cuerpo tratando de concebir la idea de ver a quien pensaba bajo tierra, la princesa lo noto preguntandole si algo le sucedia a o que el joven sacudiendose le respondio...
No..no es nada.
Solomon llegaba por fin a Roma a la delantera del carruaje donde yacia su hermana e invitada, rapidamente dieron vuelta por un obelisco ingresando a la avenida principal de la ciudad, a cual daba directamente al coliseo, él sobre aquel bello corcel blanco de la más fina estirpe, por todos lados se podia distinguir el festejo y la celebración.
A pesar de todo...parecer ser que los dioses nos han sonreido.
El viento que surcaba su rostro parecia enaltecer su semblante dibujandole una sonrisa apaciguada, por fin se hallaba frente al monumental coliseo, su corazón se tranquilizaba al estar frente a aquel recinto, era un dia caluroso en verdad,, a pesar de esto el joven lucia fresco y con mucha energía, cosa tipica de su juventud. De inmediato dio vuelta para ver a la demás caballeria detenerse a pocos centimetros de él, su corcel yacia tranquilo pese al alboroto de los demás caballos, habia sido muy bien entrenado en la villa.
Solomon bajo de su corcel sujetandole de las amarras para acercarse al coche. Abriendo nuevamente la puertecilla izquierda como todo un caballero se dispuso a ayudar a las jovenes doncellas a bajar del carruaje.
Bienvenidas a Roma...
Dijo a con entusiasmo el joven. Roma por si sola era una joya, y Solomon siempre se habia enorgullecido de ello, la sangre de su familia se hallaba en aquella ciudad y si tuviera que morir lo haria en ella. El sonido de las trompetas le alarmo, al parecer Virgilius habia llegado antes de lo que habia previsto en el puerto. Solomon sonrio tenuamente mientras su aguda mirada apuntaba directo a lo que habia más alla del gran portico de coliseo romano.
Richard... sera mejor llevar a las señoritas a sus asientos, deben estar cansadas... el show ha comenzado. Hermano y hermana...vamos.
Ambos varones tomaron del brazo a las damas adentrandose por una de las varias entradas, subieron a paso lento las escalinatas que lo llevarian por fin a sus respectivos asientos proximos a donde debia estar el emperador y su reina.
De izquierda a derecha: Samantha, Richard, Solomon, Lin, Clover y Elizabeth. Asi fueron las ubicaciones. Aun existian dos o tres espacios más para invitados que por a prisa sucedida en la mañana no llegaron a recibir sus invitaciones. Solomon se hallaba entretenido con la princesa.
La gente ovacionaba con algarabia a sus recien ingresados heroes. Solomon se hallaba tranquilo, era obvio q Vergilius llegaria triunfante, como de costumbre alejaba los problemas familiares de los militares, como tenia que ser. Acerco su rostro para ver mejor lo que sucedia en el plano bajo del recinto.
Por un lado estaba Diva, aquella mujer que por suerte de dios no habia notado su presencia, ella era alguien del cual habia tratado de no toparse, al menos durante el dia. Parecia que ella estaba muy entretenida en los dos hombres frente suyo.
Uno de ellos era Vergilius, quien no habia cambiado mucho, su frialdad tipica no era ni siquiera menguada por los niños que le comenzaban a rodear. Solomon intentaba explicarle detalladamente a Lin lo que sucedia y de quienes se trataba, hasta que puso atención en el caballero a la izquierda de su primo que en un primer momento habia tomado como un general cualquiera de sus tropas...ese rostro...esa mirada tan peculiar...
Pero acaso ese es...?!
Las orbitas del joven de cabellera rubia parecian desencajarse, no salia de su asombro ante el regreso inesperado de su primo desaparecido. Octavius habia vuelto del mismisimo inframundo. Aunque lucia distinto por el paosd e los años, sin duda...era él.
Solomon retrajo su cuerpo tratando de concebir la idea de ver a quien pensaba bajo tierra, la princesa lo noto preguntandole si algo le sucedia a o que el joven sacudiendose le respondio...
No..no es nada.
Solomon- Dios/a
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
El lugar del desfile era siempre en las cercanias del coliseo para asi poder homenajear perfectamente a nuestros guerreros. Habia ido a la bienvenida de los guerreros debido a que sabia que ni el sonso ni la decerebrada irian lo cual significaba un pequeño peso bajando por mis hombros, llegue como si nada posicionandome cerca de Diva mientras los trompetistas comenzaban a tocar para asi darle la bienvenida a los guerreros quienes fueron llegando al sitio con el orgullo siempre en alto. Una a una las trompetas sonaron dando la bienvenida mientras toda roma se levantaba gritando para asi darle la mejor de las bienvenidas a sus guerreros, vi al hijo del emperador obviamente el tal Vergilius pasando con los soldados con la frente en alto mas habia otro hombre el cual parecio sorprender a muchos debido que se trataba del hermano de este ultimo Octavius a quien se habia dado por muerto en batalla. Obviamente esto se volvio no solo una sorpresa para todos los presentes sino una alegria para muchos quienes pensaban que en verdad estaba muerto, mas pude ver que el Senador Solomon parecia inquietarse por la presencia de el mas no dije nada como casi todo el tiempo en el cual iban pasando todos los guerreros suspirando aburrida mientras veia el desfile.
- veremos si esto da para bien o para mal...pero sinceramente espero que sea para mal... -murmura viendo a todos los soldados entrando con expresion fria manteniendose de brazos cruzados cerca de Diva contemplando el desfile sintiendo la mirada pervertida de varios hombres sobre si debido a que sabia que mas de alguno deseaba tenerla mas nadie podria porque ella nunca los elegiria-
- veremos si esto da para bien o para mal...pero sinceramente espero que sea para mal... -murmura viendo a todos los soldados entrando con expresion fria manteniendose de brazos cruzados cerca de Diva contemplando el desfile sintiendo la mirada pervertida de varios hombres sobre si debido a que sabia que mas de alguno deseaba tenerla mas nadie podria porque ella nunca los elegiria-
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
Era un día muy caluroso, el sol se exponia de manera increíble, no podía casi verse hacia el cielo del brillo intenso de los rayos solares. Habia acabado de ordenar mis tareas en la casa de los patrones y decidi venir hacia el desfile de bienvenida, ya que nunca había presenciado uno. Estaba parada en la entrada del gran coliseo romano, donde se haría el evento. No podía verse que ocurria allí adentro, pero podían oirse el sonido de las trompetas y los gritos y aplausos de la gente allí dentro. Había oido que iba a asistir mucha gente importante, entre ellos mis patrones, que era obvio que no podían faltar al grandioso evento. Luego de unos segundos me decidi a entrar, era tanta la multitud que casi no podía verse nada. Pase por entre la gente, a golpes y empujones, pero logre pasar, al menos por un tanto mediano de gente. Comencé a espiar y pararme en puntillas de pies a ver si conocía a alguien de los que allí se encontraban. De pronto noté a una fila de sillas en las cuales me parecío ver gente concida. Eran por supuesto Samantha, Richard, Lin, Clover y Elizabeth.... y por supuesto Solomon, aquella persona que alguna vez me causo una desilusion, quien hace mucho tiempo me habia roto el corazon, aunque sea sin saberlo. Cada vez que lo veía a los ojos recordaba aquella ocasion, y es que aun lo seguia admirando mucho. Me adelante unos metros y me paré en frente de ellos.
-Mis amos... acabe mi trabajo en vuestra Villa... decidi venir a este bello evento que no se hace todos los días....y los encontré aqui.... estoy para su servicio.... y... lamento las molestias...
Retrocedí varios pasos y me pare al lado de esas sillas, de mis patrones, observando cada detalle con atencion. Habia algunas personas a las que no conocía, much ode ellos eran figuras nuevas para mi, aunque hace un tiempo habia oido cosas sobre ellos, aunque no muchas, pero definitivamente me llamaban mucho la atencion, a todos ellos los recivian como heroes, entonces me puse a pensar muchas cosas, me hubiera gustado ser aclamada de esa manera, ser alguien importante, no una simple sirvienta. Pero es lo que nos toca a cada uno, ellos son gente importante, yo, por otro lado, no lo soy. Pero desde ese momento traté de disfrutar al maximo de aquel evento maravilloso.
-Que extraño.... ¿Quienes son todos ellos? ¿Me parecen familiares, aunque creo qe nunca los he visto... estoy confundida....
-Mis amos... acabe mi trabajo en vuestra Villa... decidi venir a este bello evento que no se hace todos los días....y los encontré aqui.... estoy para su servicio.... y... lamento las molestias...
Retrocedí varios pasos y me pare al lado de esas sillas, de mis patrones, observando cada detalle con atencion. Habia algunas personas a las que no conocía, much ode ellos eran figuras nuevas para mi, aunque hace un tiempo habia oido cosas sobre ellos, aunque no muchas, pero definitivamente me llamaban mucho la atencion, a todos ellos los recivian como heroes, entonces me puse a pensar muchas cosas, me hubiera gustado ser aclamada de esa manera, ser alguien importante, no una simple sirvienta. Pero es lo que nos toca a cada uno, ellos son gente importante, yo, por otro lado, no lo soy. Pero desde ese momento traté de disfrutar al maximo de aquel evento maravilloso.
-Que extraño.... ¿Quienes son todos ellos? ¿Me parecen familiares, aunque creo qe nunca los he visto... estoy confundida....
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
Desde la entrada al Senado hasta donde era el desfile en el Coliseo, el viaje mas aburrido junto a Verenice, la esclava africana que habia obtenido comprandosela al general Noah. La pelirroja estaba sentada directamente frente a mi, no sabia si mirandome o haciendo otra cosa, yo simplemente la obviaba mirando por la ventana hacia afuera durante todo el viaje.
Estabamos ya en el Coliseo, todos victoriando por los hijos del Emperador, las trompetas ensordeciendo hasta los pensamientos, la multitud asquerosamente pegada y empujandose entre ellos para poder verlos arrivar. Hice detener el carruaje y golpee la puerta para que la abrieran, pude salir del transporte.
-Sal de alli adentro, Verenice... vienes conmigo
Se sentia todo el ambiente viciado por la muchedumbre. Esquivando sin tocar a la gentuza de clase baja que estaba alli, gritando desaforadamente llegue a donde estaba la emperatriz y los demas, esperando tranquilamente para dar el saludo a los hijos de Roma. Habia que continuar con la mentira, con generar la ilusion de estar contento de verlos y victoriar junto a los demas.
-Diva, nos volvemos a ver... espero que el asciento de la Emperatriz te sienta comodo
Tomando del cabello a mi hermana Nia y revolviendoselo, sin que sea eso un cariño ni una caricia.
No me habia dado cuenta, alli estaban mis hermanas Nia y Nicole, el esclavo de Diva, Dimitri. Con total naturalidad presentaba a Verenice ante los que alli estaban.
-Ella es Verenice, mi sirvienta.... Verenice, la Emperatriz de Roma, Diva, aunque creo que ya se conocen y se que tanto saludaras... Por otra parte los demas son Dimitri, el sirviente de Diva y a mis hermanas no te las presento puesto que las conoces asi que seria solo una perdida de tiempo.
El ambiente del palco era bastante dificil de tragar, se cortaba con una daga la atmosfera que se respiraba. Entre la emperatriz y uno de los hijos de Roma se sacaban chispas, el hombre? Octavius, el hijo mayor del emperador.
Estabamos ya en el Coliseo, todos victoriando por los hijos del Emperador, las trompetas ensordeciendo hasta los pensamientos, la multitud asquerosamente pegada y empujandose entre ellos para poder verlos arrivar. Hice detener el carruaje y golpee la puerta para que la abrieran, pude salir del transporte.
-Sal de alli adentro, Verenice... vienes conmigo
Se sentia todo el ambiente viciado por la muchedumbre. Esquivando sin tocar a la gentuza de clase baja que estaba alli, gritando desaforadamente llegue a donde estaba la emperatriz y los demas, esperando tranquilamente para dar el saludo a los hijos de Roma. Habia que continuar con la mentira, con generar la ilusion de estar contento de verlos y victoriar junto a los demas.
-Diva, nos volvemos a ver... espero que el asciento de la Emperatriz te sienta comodo
Tomando del cabello a mi hermana Nia y revolviendoselo, sin que sea eso un cariño ni una caricia.
No me habia dado cuenta, alli estaban mis hermanas Nia y Nicole, el esclavo de Diva, Dimitri. Con total naturalidad presentaba a Verenice ante los que alli estaban.
-Ella es Verenice, mi sirvienta.... Verenice, la Emperatriz de Roma, Diva, aunque creo que ya se conocen y se que tanto saludaras... Por otra parte los demas son Dimitri, el sirviente de Diva y a mis hermanas no te las presento puesto que las conoces asi que seria solo una perdida de tiempo.
El ambiente del palco era bastante dificil de tragar, se cortaba con una daga la atmosfera que se respiraba. Entre la emperatriz y uno de los hijos de Roma se sacaban chispas, el hombre? Octavius, el hijo mayor del emperador.
Maximo- Cantidad de envíos : 5
Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
Todo estaba tan rutinario y monótono como de costumbre en la Villa del Casale, este día era feriado, algo pasaba en Roma, entendí en medio de mi precario conocimiento del latín que alguien llegaba o regresaba.
Mis planes como eran pocos debido a mi condición de esclava eran estar en mi pequeña choza, hasta que fueran requeridos mis servicios por parte de mis captores.
Mi paz no duró mucho abrieron la puerta y sin previo aviso era el mismo dueño de la casa que invadía a mi espacio y me sacó de ahí, montándome a su caballo para llegar a la casa lanzándome un vestido blanco, diciendome: - Cambiate!.
...........
El trayecto había sido bastante molesto, no sabía que planes tenía "este" conmigo, capaz que ahora me convertiría en el entretenimiento de alguno "gran" Señor Romano, era toda una "experiencia" estar con una negra.
Por momentos lo miraba y éste estaba retraído observando el paisaje, esta podría ser una buena oportunidad de escapar, posé mis ojos en mis manos, se mostraban aún las marcas recientes de las cadenas con las que siempre me mantenían en esa Villa.
Parece que las cosas que había escuchado en la casa grande era ciertas, alguien al parecer importante para Roma estaba en la ciudad la gente en las calles, hacinamiento por todas partes, de pronto el carruaje se detuvo y Maximo golpeando la puerta para que se la abrieran, me quede inmóvil lo que menos quería era bajarme y prestarme a los "jueguitos" del "Senador".
-Sal de alli adentro, Verenice... vienes conmigo
Sin decir nada, simplemente acaté la orden y me bajé, el comenzó a avanzar entre la muchedumbre yo siguiéndolo, finalmente pudimos ingresar subimos unas escalinatas y llegamos a un lugar donde gente poderosa se encontraba. Las hermanas de Maximo se encontraban ahi, ya sospechaba de mi presencia en ese lugar, acaso me venderían a un "mejor dueño", un chiquillo de cabellos del sol y una gran dama.
Maximo hablo con los presentes y cuando dijo Diva levanté mi vista, por todo el trayecto me la pasé mirando el suel;, ese nombre que tantas veces había escuchado en Africa, y que había sido la perdición de Egipto, sonreí al ver que era la misma, reina en ambas orillas del mar meditérraneo, Maximo "educadamente" me presentaba con ella, simplemente dije:
- Nou is jy 'n Romeinse hond, maar nooit ophou om' n teef Egiptiese ..... As my hande af op hierdie oomblik sou jou keel afgesny en jou bloed is die aanbod aan die gode. (Ahora eres un perra Romana, aunque nunca dejarás de ser una zorra Egipcia ..... Si por mis manos fuera en este momento tu cuello estaría cortado y tu sangre se la ofrecería a los dioses.)
Tomé una pausa agaché mi cabeza y dije en la lengua que Diva bien conocía
- (Un gusto ver y estar frente a la decadencia de Egipto y pronto .... la decadencia de Roma) ويسعدني أن أرى ويمكن مقارنة هذا الانخفاض في حجم مصر وقريبا.... تراجع روما
Sabía que podía costarme la cabeza pero la muerte era mejor que seguir siendo esclava de aquellos repugnantes seres que se hacian llamar mis "amos".
Permanecí inmóvil, con la cabeza en alto esperando posiblemente mi castigo. Diva parecía que estaba perdída en sus cosas y pensamientos, su vista estaba posada en la arena de aquel Coliseo, giré mi cabeza hacia esa dirección, y un espasmo, un choque interno sentí al ver al hombre de rasgos bruscos, cabellos y ojos negros que miraba hacia el lugar donde nos encontrabamos todos.
Mis planes como eran pocos debido a mi condición de esclava eran estar en mi pequeña choza, hasta que fueran requeridos mis servicios por parte de mis captores.
Mi paz no duró mucho abrieron la puerta y sin previo aviso era el mismo dueño de la casa que invadía a mi espacio y me sacó de ahí, montándome a su caballo para llegar a la casa lanzándome un vestido blanco, diciendome: - Cambiate!.
...........
El trayecto había sido bastante molesto, no sabía que planes tenía "este" conmigo, capaz que ahora me convertiría en el entretenimiento de alguno "gran" Señor Romano, era toda una "experiencia" estar con una negra.
Por momentos lo miraba y éste estaba retraído observando el paisaje, esta podría ser una buena oportunidad de escapar, posé mis ojos en mis manos, se mostraban aún las marcas recientes de las cadenas con las que siempre me mantenían en esa Villa.
Parece que las cosas que había escuchado en la casa grande era ciertas, alguien al parecer importante para Roma estaba en la ciudad la gente en las calles, hacinamiento por todas partes, de pronto el carruaje se detuvo y Maximo golpeando la puerta para que se la abrieran, me quede inmóvil lo que menos quería era bajarme y prestarme a los "jueguitos" del "Senador".
-Sal de alli adentro, Verenice... vienes conmigo
Sin decir nada, simplemente acaté la orden y me bajé, el comenzó a avanzar entre la muchedumbre yo siguiéndolo, finalmente pudimos ingresar subimos unas escalinatas y llegamos a un lugar donde gente poderosa se encontraba. Las hermanas de Maximo se encontraban ahi, ya sospechaba de mi presencia en ese lugar, acaso me venderían a un "mejor dueño", un chiquillo de cabellos del sol y una gran dama.
Maximo hablo con los presentes y cuando dijo Diva levanté mi vista, por todo el trayecto me la pasé mirando el suel;, ese nombre que tantas veces había escuchado en Africa, y que había sido la perdición de Egipto, sonreí al ver que era la misma, reina en ambas orillas del mar meditérraneo, Maximo "educadamente" me presentaba con ella, simplemente dije:
- Nou is jy 'n Romeinse hond, maar nooit ophou om' n teef Egiptiese ..... As my hande af op hierdie oomblik sou jou keel afgesny en jou bloed is die aanbod aan die gode. (Ahora eres un perra Romana, aunque nunca dejarás de ser una zorra Egipcia ..... Si por mis manos fuera en este momento tu cuello estaría cortado y tu sangre se la ofrecería a los dioses.)
Tomé una pausa agaché mi cabeza y dije en la lengua que Diva bien conocía
- (Un gusto ver y estar frente a la decadencia de Egipto y pronto .... la decadencia de Roma) ويسعدني أن أرى ويمكن مقارنة هذا الانخفاض في حجم مصر وقريبا.... تراجع روما
Sabía que podía costarme la cabeza pero la muerte era mejor que seguir siendo esclava de aquellos repugnantes seres que se hacian llamar mis "amos".
Permanecí inmóvil, con la cabeza en alto esperando posiblemente mi castigo. Diva parecía que estaba perdída en sus cosas y pensamientos, su vista estaba posada en la arena de aquel Coliseo, giré mi cabeza hacia esa dirección, y un espasmo, un choque interno sentí al ver al hombre de rasgos bruscos, cabellos y ojos negros que miraba hacia el lugar donde nos encontrabamos todos.
Verenice- Cantidad de envíos : 19
Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
La princesa al fin podía divisar el Coliseo que era enorme por cierto, al mismo tiempo que se escuchaban miles de voces que resonaban hasta la avenida principal por la cual el carruaje venia con La princesa Lin, Samantha y sus dos doncella de Lin, Clover y Elizabeth que hasta el momento había permanecido un tanto tímidas, cosa que le extrañaba a Lin pues Clover era más abierta que ella y Elizabeth igual, sin embargo pronto ellas le dirían por qué.
Parecía que el clima había mejorado pues se sentía cálido pero a la vez fresco, ahora el corazón de la princesa de Britania se emocionaba pues como toda adolescente que había escuchado del Coliseo seria emocionante entrar al, el clima realmente era más caluroso de lo que pensaba la princesa pues a pesar de traer pocas ligeras sentía como el calor era un tanto abrasador pues en las islas era más fría por estar tan cerca del polo, y más aun por el mar rodeándolas. Pero eso no fue impedimento para la joven para sentirse a gusto.
La princesa veía como el Senador Solomon bajaba de su caballo sujetándose de las amarras para acercarse al carruaje en donde ella venia abordo, el abrió la puerta izquierda para ayudarles a las tripulantes a bajar dándoles la bienvenida a roma con entusiasmo por lo que Lin sonrió y se quedo admirada de todas las edificaciones de la cuidad y aun mas de coliseo ya que mientras más acerca se veía era más impresionante.
El sonido de las trompetas llamo su atención ya que al parecer ya habían llegado los tan esperados héroes de roma, mientras tanto Solomon le decía a Richard que nos llevaran a los asientos , para que ambos las tomaran del brazo adentrándose por una de las muchas entradas que tenía el recinto, subiendo lentamente por las escalinatas que llevarían a los asientos más próximos al emperador y su reina.
Cuando subían una chica se acerca a ellos dirigiéndoles unas palabras, a lo que la princesa le sonríe para seguir con su camino rumbo a los asientos.
Se sentaron de izquierda a derecha, primero samantha, luego el joven richard, después el senador Solomon alado de la princesa Lin, siguiéndoles Clover y Elizabeth, pero aun quedaban 2 o tres lugares más, destinados para otros invitados, o al menos eso suponía la princesa.
Mientras tanto Solomon charlaba entretenidamente con Lin a la par que la gente ovacionaba a sus recién ingresados héroes, Lin observaba a todos los militares que se encontraban abajo, y trataba de ver quien podría Vergilius , uno de los héroes ya que no lo conocía en persona sin embargo algo había escuchado de él.
Al notar eso el senador Solomon intentaba explicarle detalladamente lo que sucedía y de quienes se trataba, Lin noto como la mirada de Solomon cambiaba a una de asombro, retrajo su cuerpo después de haber pronunciado unas palabras , por lo que le pregunta
Senador le sucede algo?
este le respondió que no era nada, pero aun tenia la duda la joven princesa…..
Se acerca a Clover y le pregunta susurrándole en su oido.
ya notaste al senador Solomon….. se puso algo raro, como si asombrado estuviera, que crees que tenga?
la dama espera a que le responda su fiel amiga mientras observaba el palco del emperador y su reina Diva, que a pesar de nunca haberla visto se le hacía extrañamente familiar.
Lin- Angel de Afrodita
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
Roma estaría alegre de recibir a sus hijos, aun más alegre estaba yo, por recibir a los grandes héroes. Me había puesto mi mejor ropa y estaba montado a mi mejor corcel, cuando estaba en las calles que daban hacia la puerta trasera del Coliseo. Como había esperado, no había nadie, puesto que todos estaban agolpados delante esperando el desfile. Solo una joven estaba ahí, corriendo hacia las calles mientras iba con mi corcel a paso lento y aburrido, la joven gritaba alocada y desesperada, por ver a Vergilius.
Sonreí, estaba de buen humor. Después de todo, si bien yo era un maldito hijo de puta, lo que estaba haciendo era por mi bien… y mi bien representaba al bien de Roma. Con mirada fría observé la entrada al Coliseo Romano y me bajé de mi corcel, siendo que un asistente rápido lo tomó de las riendas y lo llevó con él para esperar mi regreso. El Sol brillaba ardiente en el cielo, provocando un calor enorme… de seguro el pueblo se estaría muriendo de calor bajo el sol, pero para ellos todo eso valía la pena.
Rápidamente me introduje al Coliseo, limpiando un poco el polvo de mis ropajes. Caminé por el interior del edificio, hasta dar con el palco que nos tenía preparada la ‘gran emperatriz’ Diva. Montones de Senadores habían ahí, y cuando corrí la cortina de la puerta que daba hacia fuera, observé al pueblo que estaba sentado en el Coliseo. Eufórico, debido a que estaban entrando Vergilius y Octavius. Aplaudí, como se debía hacer, fuerte y bien en alto… incitando a que los demás viejos aplaudieran.
Que bien que me caía esa mirada que le ponía Octavius a la ‘Emperatriz’, tanto que una risa se asomaba en mi rostro, mientras aplaudía. Lentamente dejaba de aplaudir, para que aun las voces del pueblo romano siguieran gritando sin parar hasta que sus gargantas dijeran basta. Me senté en la silla que tenían preparada para mí, debido a que una asistente de muy buen trasero me indicaba que era esa. – Gracias…
Musité mientras tomaba asiento sin dejar de quitar la mirada de su cuerpo. Las sirvientas eran bastante apetitosas algunas y otras unas malditas gordas feas. En fin, dirigí nuevamente mi mirada a los sucesores al trono, de seguro ahora tenían algo de que hablar, no se iban a quedar en silencio cuando toda Roma estaba esperando a por ellos. ¿O quizás sería la Emperatriz la que hablara? Hmmm, no lo sabía, solo debía esperar mientras los viejos del senado, mascullaban por lo bajo, contándome de lo que me había perdido, debido a que había llegado un poco tarde.
Sonreí, estaba de buen humor. Después de todo, si bien yo era un maldito hijo de puta, lo que estaba haciendo era por mi bien… y mi bien representaba al bien de Roma. Con mirada fría observé la entrada al Coliseo Romano y me bajé de mi corcel, siendo que un asistente rápido lo tomó de las riendas y lo llevó con él para esperar mi regreso. El Sol brillaba ardiente en el cielo, provocando un calor enorme… de seguro el pueblo se estaría muriendo de calor bajo el sol, pero para ellos todo eso valía la pena.
Rápidamente me introduje al Coliseo, limpiando un poco el polvo de mis ropajes. Caminé por el interior del edificio, hasta dar con el palco que nos tenía preparada la ‘gran emperatriz’ Diva. Montones de Senadores habían ahí, y cuando corrí la cortina de la puerta que daba hacia fuera, observé al pueblo que estaba sentado en el Coliseo. Eufórico, debido a que estaban entrando Vergilius y Octavius. Aplaudí, como se debía hacer, fuerte y bien en alto… incitando a que los demás viejos aplaudieran.
Que bien que me caía esa mirada que le ponía Octavius a la ‘Emperatriz’, tanto que una risa se asomaba en mi rostro, mientras aplaudía. Lentamente dejaba de aplaudir, para que aun las voces del pueblo romano siguieran gritando sin parar hasta que sus gargantas dijeran basta. Me senté en la silla que tenían preparada para mí, debido a que una asistente de muy buen trasero me indicaba que era esa. – Gracias…
Musité mientras tomaba asiento sin dejar de quitar la mirada de su cuerpo. Las sirvientas eran bastante apetitosas algunas y otras unas malditas gordas feas. En fin, dirigí nuevamente mi mirada a los sucesores al trono, de seguro ahora tenían algo de que hablar, no se iban a quedar en silencio cuando toda Roma estaba esperando a por ellos. ¿O quizás sería la Emperatriz la que hablara? Hmmm, no lo sabía, solo debía esperar mientras los viejos del senado, mascullaban por lo bajo, contándome de lo que me había perdido, debido a que había llegado un poco tarde.
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
Habíamos llegado por fin a aquella ceremonia en la cual el pueblo romano y la "familia real" honrábamos y celebraban el regreso del heredero al trono, Vergilius. yo ya había bajado de mi corcel y me situé al frente de la puerta del carruaje de las damas y espere a que saliesen, las palabras de solomo volvían a ser in necesarias, como si no supiera lo que debo hacer, extendí mi mano para guiar a la princesa Lin y las demás jóvenes hasta sus asientos, entre gritos de las multitudes, ovaciones y aplausos nos encontrábamos, era un despliegue de alegría del pueblo e hipocresía de la “Familia” del Emperador. Nosotros estábamos cerca de la emperatriz como era de suponerse.
luego de que la princesa, las demás damas y mi hermano se sentaron en voz baja sin distraer a nadie solo dije, buenas mi lady, espero que se divierta y se alegre como todos con esta celebración igual que todos nosotros o como se aparenta, aquellas palabras parecían susurros que solo ella y yo escuchábamos, luego de unos instantes tome asiento a lado de Samantha y diagonal a mi ser estaba Diva, todo hasta aquel momento no podía empeorar para mi, hasta que al lado de Vergilius otra persona hizo aparición, Octavius, ¿Octavius? ¿Como es posible? debía estar, muerto después de tantos años y como todos pensábamos, otro obstáculo regresa a roma, mis pensamientos eran retorcidos pero como siempre mis facciones no cambiaban y mi mirada estaba completamente fija en mis primos que llegaban, que bueno que ya están aquí le dije a Samantha y a Solomon sabiendo que este ultimo se había impactado bastante, lo note por como su cara había cambiado y era lógico que yo, su hermano lo conociera aunque no lo deseaba así.
Entre asombros y ovaciones eran recibidos los hijos de roma, los grandes príncipes y guerreros de nuestra nación, todos dejaron de proclamar solo el nombre de Vergilius para fritar a gran voz los nombres de ambos Príncipes romanos, deslice mi cuerpo hacia a tras lentamente y sin que persona alguna se diese cuenta y dirigí unas nuevas palabras a la emperatriz, creo que mi hermano tendrá que esperar o ¿no?, emperatriz, dije susurrante nuevamente a la emperatriz, pero no es el lugar ni el momento, luego calle y continúe en absoluto silencio y concentración.
luego de que la princesa, las demás damas y mi hermano se sentaron en voz baja sin distraer a nadie solo dije, buenas mi lady, espero que se divierta y se alegre como todos con esta celebración igual que todos nosotros o como se aparenta, aquellas palabras parecían susurros que solo ella y yo escuchábamos, luego de unos instantes tome asiento a lado de Samantha y diagonal a mi ser estaba Diva, todo hasta aquel momento no podía empeorar para mi, hasta que al lado de Vergilius otra persona hizo aparición, Octavius, ¿Octavius? ¿Como es posible? debía estar, muerto después de tantos años y como todos pensábamos, otro obstáculo regresa a roma, mis pensamientos eran retorcidos pero como siempre mis facciones no cambiaban y mi mirada estaba completamente fija en mis primos que llegaban, que bueno que ya están aquí le dije a Samantha y a Solomon sabiendo que este ultimo se había impactado bastante, lo note por como su cara había cambiado y era lógico que yo, su hermano lo conociera aunque no lo deseaba así.
Entre asombros y ovaciones eran recibidos los hijos de roma, los grandes príncipes y guerreros de nuestra nación, todos dejaron de proclamar solo el nombre de Vergilius para fritar a gran voz los nombres de ambos Príncipes romanos, deslice mi cuerpo hacia a tras lentamente y sin que persona alguna se diese cuenta y dirigí unas nuevas palabras a la emperatriz, creo que mi hermano tendrá que esperar o ¿no?, emperatriz, dije susurrante nuevamente a la emperatriz, pero no es el lugar ni el momento, luego calle y continúe en absoluto silencio y concentración.
Richard- Status : Muerto y Sellado
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
Uno a uno fueron llegando los prominentes y ricos hombres y mujeres de la exquisita Sociedad Romana.
Mis ojos seguían clavados en los de aquel hombre, en el momento en que dejé de aplaudir, Maximo se ubicó a mi costado derecho, hablando cualquier estupidez, por ahora no me importaba ni me interesaba lo que me decía, mis ojos seguían clavados en el hombre que estaba al lado de Vergilius, de pronto una frase, unas palabras que hacía tanto tiempo no escuchaba llamaron mi atención, haciendo que mi objetivo no fuese los hombres en la arena sino la "invitada" del Senador Maximo:
- ويسعدني أن أرى ويمكن مقارنة هذا الانخفاض في حجم مصر وقريبا.... تراجع روما
Me giré enfurecida, con el fuego del odio y muerte en mis ojos, abrí mi capa, sacando mi brazo que traía consigo mi pequeño látigo, aquel mujer negra se atrevía a insultar a la Soberana de Roma, la miré fijamente y solo esbocé:
- Verenice: الإرهاب الأفريقية..... الخبث بالأمس فقط ، واليوم وإلى الأبد
Ella era la única que podía entender, dirigí la vista a Maximo y con el mayor odio dije:
- A esto fue a lo que viniste ...... a indisponerme con esta ...... Mirando ahora a Verenice, de arriba abajo, de abajo arriba, con el mayor desprecio y asco en mis acciones, - .....Escoria.... africana!
No esperé a que me respondiera, volví a mis anteriores acciones y mi sorpresa fue tal que aquel hombre ahora su mirada se la dedicaba a esa osada esclava.
Sin pensarlo dos veces, tomé aquella mujer por uno de sus brazos y ambas, sin percatarme si alguien nos seguía, la arrastré con paso apresurado, la apretaba con fuerza, el odio que sentía en esos momentos por ella por todo, recordar eventos pasados de mi vida en Egipto, me hacían hervir la sangre, quería quebrarle el brazo.
Terminamos de bajar las escaleras, saliendo a la arena misma del Coliseo, todo el lugar cada uno de los presentes volvió a ponerse en silencio, todos expectantes, confindidos, no sabía porqué ni qué significaban aquellas acciones por parte de la Emperatriz. Unos cuantos pasos hacia adelante di para ubicarme justo frente a esos dos hombres, los hijos de Roma, los hijos directos del Emperador.
Apreté más el brazo de aquella infeliz y dedicándole una mirada maliciosa al acompañante de Vergilius la lancé a sus pies. Esquivé su mirada y ahora miraba a Vergilius, no había dulzura en ella pero tampoco ningún tipo de sentimiento negativo u oculto, era la mirada de una Emperatriz que tenía en frente a sus grades hombres, me saqué la capa, dejando que ésta cayera a la ardiente arena, inclinando mi cuerpo hacia adelante, hice una reverencia a los dos, era la primera vez que hacía algo así, nunca en mi vida ni en el tiempo que llevaba en roma le había mostrado tal respeto a alguien, ni siquiera a mi propio esposo el Emperador o a mi propio padre.
- Roma se pone a tus pies Vergilius, General de Generales, Heroe y corazón de Roma.
Me reincorporé y el Coliseo enloqueció, la euforia, la fiesta, el goce, las risas, los gritos se apoderaron del recinto, hasta los rincones que ni siquiera llegaba la luz del sol. Las flores caían y caían, adornando aquel tapizado de color hueso que era la arena, me quedé inmóvil, sólo esperando una respuesta o una acción de su parte, el silencio apesar del bullicio que embargaba el lugar se hacía presente entre nosotros, una fria pared gélida invisible levantada frente a nosotros, cerré mis ojos y solo palabras para ellos dos dije:
- Finalmente..... están en casa!
Mis ojos seguían clavados en los de aquel hombre, en el momento en que dejé de aplaudir, Maximo se ubicó a mi costado derecho, hablando cualquier estupidez, por ahora no me importaba ni me interesaba lo que me decía, mis ojos seguían clavados en el hombre que estaba al lado de Vergilius, de pronto una frase, unas palabras que hacía tanto tiempo no escuchaba llamaron mi atención, haciendo que mi objetivo no fuese los hombres en la arena sino la "invitada" del Senador Maximo:
- ويسعدني أن أرى ويمكن مقارنة هذا الانخفاض في حجم مصر وقريبا.... تراجع روما
Me giré enfurecida, con el fuego del odio y muerte en mis ojos, abrí mi capa, sacando mi brazo que traía consigo mi pequeño látigo, aquel mujer negra se atrevía a insultar a la Soberana de Roma, la miré fijamente y solo esbocé:
- Verenice: الإرهاب الأفريقية..... الخبث بالأمس فقط ، واليوم وإلى الأبد
Ella era la única que podía entender, dirigí la vista a Maximo y con el mayor odio dije:
- A esto fue a lo que viniste ...... a indisponerme con esta ...... Mirando ahora a Verenice, de arriba abajo, de abajo arriba, con el mayor desprecio y asco en mis acciones, - .....Escoria.... africana!
No esperé a que me respondiera, volví a mis anteriores acciones y mi sorpresa fue tal que aquel hombre ahora su mirada se la dedicaba a esa osada esclava.
Sin pensarlo dos veces, tomé aquella mujer por uno de sus brazos y ambas, sin percatarme si alguien nos seguía, la arrastré con paso apresurado, la apretaba con fuerza, el odio que sentía en esos momentos por ella por todo, recordar eventos pasados de mi vida en Egipto, me hacían hervir la sangre, quería quebrarle el brazo.
Terminamos de bajar las escaleras, saliendo a la arena misma del Coliseo, todo el lugar cada uno de los presentes volvió a ponerse en silencio, todos expectantes, confindidos, no sabía porqué ni qué significaban aquellas acciones por parte de la Emperatriz. Unos cuantos pasos hacia adelante di para ubicarme justo frente a esos dos hombres, los hijos de Roma, los hijos directos del Emperador.
Apreté más el brazo de aquella infeliz y dedicándole una mirada maliciosa al acompañante de Vergilius la lancé a sus pies. Esquivé su mirada y ahora miraba a Vergilius, no había dulzura en ella pero tampoco ningún tipo de sentimiento negativo u oculto, era la mirada de una Emperatriz que tenía en frente a sus grades hombres, me saqué la capa, dejando que ésta cayera a la ardiente arena, inclinando mi cuerpo hacia adelante, hice una reverencia a los dos, era la primera vez que hacía algo así, nunca en mi vida ni en el tiempo que llevaba en roma le había mostrado tal respeto a alguien, ni siquiera a mi propio esposo el Emperador o a mi propio padre.
- Roma se pone a tus pies Vergilius, General de Generales, Heroe y corazón de Roma.
Me reincorporé y el Coliseo enloqueció, la euforia, la fiesta, el goce, las risas, los gritos se apoderaron del recinto, hasta los rincones que ni siquiera llegaba la luz del sol. Las flores caían y caían, adornando aquel tapizado de color hueso que era la arena, me quedé inmóvil, sólo esperando una respuesta o una acción de su parte, el silencio apesar del bullicio que embargaba el lugar se hacía presente entre nosotros, una fria pared gélida invisible levantada frente a nosotros, cerré mis ojos y solo palabras para ellos dos dije:
- Finalmente..... están en casa!
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
Pienso
Hablo
---------------------------------
Solomon se sentia incomodo en aquel tiempo y lugar, aun cuando no tuviera relación directa con Octavius, su repentina reaparición le causaba malestar sin saber la razón exacta.
Porque este primo regreso... y porque su imple presencia surte tan efecto en mi perona...porque?!
Su fastidio era notorio, incluso para extraños era evidente su raro comportamiento, deberia sentirse feliz del regreso de otro de los herederos al trono de roma, pero no habia algo más lejano de la realidad. Esta situación le daba mala espina...
Ya habia sucedido en el pasado, las visitas inesperadas eran mal presagio. Sus recuerdos lo llevaban al tiempo en que habia decidido viajar con su padre a la cuna de la civilización, dodne Solomon fue instruido magnificamente tal como su padre lo habia querido para él. Habria sido un viaje perfecto si no fuera por lo que trajeron de esas tierra. Una mujer, una reina exiliada de un otrora imperio en decadencia...su nombre siempre seria recordado no solo por él, sino por toda su familia y en integridad por roma...Aquella mujer se decia conocer como...Diva.
Aquella misma mujer que ahora ostentaba el poder de todo Roma, el misterio de Diva habia aparecido desde su primero dias en el imperio... dotada de gran belleza malefica, capaz de embrujar a quien deseara... asi fue pues, a su padre...
La rareza de su actitud terminaba, abruptamente su mirada se volvia tan fria y serena como de costumbre, volvia a erguir el cuerpo con naturalidad volviendo a obervar el espectaculo alli abajo, volvia a comentarle lo que sucedia a Lin o a su hermana Samantha.
Los recuerdo que tenia de Diva lo habian sacado de su asombro, parecia actuar como si nada pasase, como si Vergilius nunca hubiera dejado roma y como si Octavius nunca hubiera desaparecido. Ese extraño comportamiento del joven era más dificil de percibir, inclusive para sus hermanos, quienes nunca le habian conocido a profundidad.
Veia con atención lo que ocurria entre su primos y Diva. La gente ovacionaba con gran ruido, incluso la nobleza de roma dejaba el recato gritando a viva voz los nombres de us heroes, más el solo aplaudia cuando debia. Ya pensaba muy distinto sobre Octavius, si habia regresado...solo significaria algo...
Orden
Justo ese instante algunos sirvientes traian comida o aperitivos para los ciudadanos, fue alli cuando vio a Flori, a quien vio con gentil sonrisa ofreciendole algo de alimento no haciendo caso a su condición de servidumbre. Solo fue breve tiempo antes de reincorporarse a donde estaban Lin y Samantha.
Hablo
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Solomon se sentia incomodo en aquel tiempo y lugar, aun cuando no tuviera relación directa con Octavius, su repentina reaparición le causaba malestar sin saber la razón exacta.
Porque este primo regreso... y porque su imple presencia surte tan efecto en mi perona...porque?!
Su fastidio era notorio, incluso para extraños era evidente su raro comportamiento, deberia sentirse feliz del regreso de otro de los herederos al trono de roma, pero no habia algo más lejano de la realidad. Esta situación le daba mala espina...
Ya habia sucedido en el pasado, las visitas inesperadas eran mal presagio. Sus recuerdos lo llevaban al tiempo en que habia decidido viajar con su padre a la cuna de la civilización, dodne Solomon fue instruido magnificamente tal como su padre lo habia querido para él. Habria sido un viaje perfecto si no fuera por lo que trajeron de esas tierra. Una mujer, una reina exiliada de un otrora imperio en decadencia...su nombre siempre seria recordado no solo por él, sino por toda su familia y en integridad por roma...Aquella mujer se decia conocer como...Diva.
Aquella misma mujer que ahora ostentaba el poder de todo Roma, el misterio de Diva habia aparecido desde su primero dias en el imperio... dotada de gran belleza malefica, capaz de embrujar a quien deseara... asi fue pues, a su padre...
La rareza de su actitud terminaba, abruptamente su mirada se volvia tan fria y serena como de costumbre, volvia a erguir el cuerpo con naturalidad volviendo a obervar el espectaculo alli abajo, volvia a comentarle lo que sucedia a Lin o a su hermana Samantha.
Los recuerdo que tenia de Diva lo habian sacado de su asombro, parecia actuar como si nada pasase, como si Vergilius nunca hubiera dejado roma y como si Octavius nunca hubiera desaparecido. Ese extraño comportamiento del joven era más dificil de percibir, inclusive para sus hermanos, quienes nunca le habian conocido a profundidad.
Veia con atención lo que ocurria entre su primos y Diva. La gente ovacionaba con gran ruido, incluso la nobleza de roma dejaba el recato gritando a viva voz los nombres de us heroes, más el solo aplaudia cuando debia. Ya pensaba muy distinto sobre Octavius, si habia regresado...solo significaria algo...
Orden
Justo ese instante algunos sirvientes traian comida o aperitivos para los ciudadanos, fue alli cuando vio a Flori, a quien vio con gentil sonrisa ofreciendole algo de alimento no haciendo caso a su condición de servidumbre. Solo fue breve tiempo antes de reincorporarse a donde estaban Lin y Samantha.
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
La orquesta real a lo lejos se hacía notar, acompañada al compas de los gritos excesivos de la servidumbre romana, nuevamente en la civilización Samantha estaba, tomando una apariencia de conveniencia para poder sobrevivir entre las ratas de su familia, quedándose serie, viendo como aquella bruma se disipaba para dar paso a lo que sería el perfecto límpido azul entre el cielo de aquella época nueva.
Pasando por un obelisco que generaba una refrescante sombra, para después culminar aquella andancia sobre el carruaje, frente al colosal Coliseo Romano. Tal parecía según la lógica de Samantha que solo Solomon se divertía a legar a aquel lugar jocoso, ya que para aquella dama estar en frente a una cárcel adornada no era nada de sus gustos, aunque en cada evento asistiera por apariencia y nombre de familia, no era su gran logro ni su añoranza, ahí la brisa dictaminaba otras formas de vida, no como en la Villa pero no refutaba su desprecio por la felicidad de terceros, tan solo un sacrificio mas para aquella alma nostálgica.
Una puerta se abre y una cordial mano se asoma, para así, auxiliar a las doncellas al bajar del carruaje, típico del hermano mayor de Samantha.
Tal parecía que un tercero se había adelantado al evento, este se trataba de Virgilius su primo y compañero de juego, obligadamente… claros recuerdos se esbozaban en la mente de Samantha culminando en un rencor silencioso, siendo jalada a la realidad y escuchando las recomendaciones de su mayor, la dama se dispone a seguirles por detrás.
Siendo tomada del brazo de su mellizo, para ser su compañero, en el ascender de las escalinatas, la mujer tan silo agachaba la cabeza y sonreía, mientras trataba de esconder el nerviosismo que lentamente se mutaba y se reflejaba en el sonroje de su tersas mejillas.
-Ver la llegara triunfante de Virgilius es aburrido para mi mis queridos hermanos…
Duce Samantha al estar sentada en el pórtico real, cruzando las piernas, ladeando el rostro y apuntando su vista hacia la multitud que aclamaba con hipocresía aquel cuerpo frio.
Y cuando se disponía a de nuevo refutar su enojo leve, la mujer se percataba del como Solomon se sorprendió al agacha la mirada, frunciendo el seño y tan solo viendo de reojo hacia el mismo punto donde miraba su hermano, la sorpresa se derrochaba entre su faz…
-Octavius…
Solo un susurro ya que su hermano había escondido aquella expresión para no espantar a la princesa, Samantha también lo arria, ya que habría más tiempo para que se discutiera dicho sorprendimiento.
Una criada se acercaba para interrumpir el silencio entre aquellos nobles cuerpo, la mujer tan solo fijaba la vista en la mujer, sonriendo cerrando los ojos para de nuevo retimar las imagen del pareja de diversión que se exponía en aquellas arenas, alzando la diestra y moviéndola, para señalar que se le avía escuchado y que se fuera, no prestándole tanta importancia, ya habría otra ocasión para hablar con ella de un punto clave.
La seriedad lentamente consumía los nervios de Samantha, y cuando se disponía retirarse su mirada fue absorbida en la imagen de aquella dama, Diva se hacía presente, alzando el rostro viendo con indiferencia, queriendo explotar con una carcajada siniestra, pero que tal sentir lo apaciguaba con un suspiro, para tan solo decir:
-Muchos conocidos se encuentra en esta área mi querido hermano Solomon… mirad al frente cerca de vuestro primo esta Diva, ¿no le queréis ir a saludar?…
Pasando por un obelisco que generaba una refrescante sombra, para después culminar aquella andancia sobre el carruaje, frente al colosal Coliseo Romano. Tal parecía según la lógica de Samantha que solo Solomon se divertía a legar a aquel lugar jocoso, ya que para aquella dama estar en frente a una cárcel adornada no era nada de sus gustos, aunque en cada evento asistiera por apariencia y nombre de familia, no era su gran logro ni su añoranza, ahí la brisa dictaminaba otras formas de vida, no como en la Villa pero no refutaba su desprecio por la felicidad de terceros, tan solo un sacrificio mas para aquella alma nostálgica.
Una puerta se abre y una cordial mano se asoma, para así, auxiliar a las doncellas al bajar del carruaje, típico del hermano mayor de Samantha.
Tal parecía que un tercero se había adelantado al evento, este se trataba de Virgilius su primo y compañero de juego, obligadamente… claros recuerdos se esbozaban en la mente de Samantha culminando en un rencor silencioso, siendo jalada a la realidad y escuchando las recomendaciones de su mayor, la dama se dispone a seguirles por detrás.
Siendo tomada del brazo de su mellizo, para ser su compañero, en el ascender de las escalinatas, la mujer tan silo agachaba la cabeza y sonreía, mientras trataba de esconder el nerviosismo que lentamente se mutaba y se reflejaba en el sonroje de su tersas mejillas.
-Ver la llegara triunfante de Virgilius es aburrido para mi mis queridos hermanos…
Duce Samantha al estar sentada en el pórtico real, cruzando las piernas, ladeando el rostro y apuntando su vista hacia la multitud que aclamaba con hipocresía aquel cuerpo frio.
Y cuando se disponía a de nuevo refutar su enojo leve, la mujer se percataba del como Solomon se sorprendió al agacha la mirada, frunciendo el seño y tan solo viendo de reojo hacia el mismo punto donde miraba su hermano, la sorpresa se derrochaba entre su faz…
-Octavius…
Solo un susurro ya que su hermano había escondido aquella expresión para no espantar a la princesa, Samantha también lo arria, ya que habría más tiempo para que se discutiera dicho sorprendimiento.
Una criada se acercaba para interrumpir el silencio entre aquellos nobles cuerpo, la mujer tan solo fijaba la vista en la mujer, sonriendo cerrando los ojos para de nuevo retimar las imagen del pareja de diversión que se exponía en aquellas arenas, alzando la diestra y moviéndola, para señalar que se le avía escuchado y que se fuera, no prestándole tanta importancia, ya habría otra ocasión para hablar con ella de un punto clave.
La seriedad lentamente consumía los nervios de Samantha, y cuando se disponía retirarse su mirada fue absorbida en la imagen de aquella dama, Diva se hacía presente, alzando el rostro viendo con indiferencia, queriendo explotar con una carcajada siniestra, pero que tal sentir lo apaciguaba con un suspiro, para tan solo decir:
-Muchos conocidos se encuentra en esta área mi querido hermano Solomon… mirad al frente cerca de vuestro primo esta Diva, ¿no le queréis ir a saludar?…
Samantha- Status : Muerta y Sellada
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
Era confortante ver que mis patrones se divertian y hablaban entre si, saludaban a los invitados, interactuaban con el publico y demás. Pero a pesar de eso yo me sentía tan sola, sin compañía, como hundida en un rincon, ignorada. Me sentía triste por dentro, aunque esa sonriza que siempre estaba en mi rostro, a pesar de mi estado de animo, podía discimularlo, y hacer parecer que en verdad me divertía. Pero me sentía incómoda, rodeada de personas que ni siquiera conocía, que me vieran como sirvienta, eso me daba un poco de verguenza, y no podía hacer nada al respecto. No era lo mismo que sentía en casa de los patrones, en mi villa, ya que a ellos los conocía muy bien y no me causaba ningun tipo de problemas servirles solo a ellos. Habia pensado que el desfile iba a ser un evento sorprendente, en donde me encontraría con mucha gente y me sentiría una entre ellos, pero indudablemente me habia equivocado por mucho, me sentía una más entre los sirvientes que habian asistido al evento; aunque no podía quejarme ya que en ningun momento fui tratada como un esclavo, siempre me respetaron a pesar de mi estado.
-No puedo soportar esto.... creí que iba a ser diferente....
En ese momento, aunque fueron tan solo unos minutos, fue como si me invadiera el pánico, me puse a pensar en todo, mi pasado, mi actual vida, y me sentí como una inutil entre toda esa gente importante. En mis manos llevaba una vandeja con alimentos, que en tan solo unos minutos, aunque sin darme cuenta solté, dejandola caer al suelo, con toda la comida que habia en ella, y no lo sentí, mi cuerpo no era mio en ese momento, mientras todos esos recuerdos venian a mi mante, mi mirada perdida en el abismo, sin conseguir mirar nada en realidad, sumida en mis pensamientos, inmovil. Quizas ver a toda esa gente, aquel gran evento en el cual habian asistido muchos heroes y personas importantes me habia hecho pensar en todo eso. Pero minutos despues, desperté, y noté el desastre que habia hecho, frente a mis patrones entonces desesperé...
-Lo siento, lo siento mucho de verdad... no quise... .que tonta soy... soy una inutil
Dije, avergonzada frente a ellos, y me agaché y traté de juntar lo que habia derramdo, Estaba realmente arrepentida y ni siquiera supe por que hice lo que hice.
-No puedo soportar esto.... creí que iba a ser diferente....
En ese momento, aunque fueron tan solo unos minutos, fue como si me invadiera el pánico, me puse a pensar en todo, mi pasado, mi actual vida, y me sentí como una inutil entre toda esa gente importante. En mis manos llevaba una vandeja con alimentos, que en tan solo unos minutos, aunque sin darme cuenta solté, dejandola caer al suelo, con toda la comida que habia en ella, y no lo sentí, mi cuerpo no era mio en ese momento, mientras todos esos recuerdos venian a mi mante, mi mirada perdida en el abismo, sin conseguir mirar nada en realidad, sumida en mis pensamientos, inmovil. Quizas ver a toda esa gente, aquel gran evento en el cual habian asistido muchos heroes y personas importantes me habia hecho pensar en todo eso. Pero minutos despues, desperté, y noté el desastre que habia hecho, frente a mis patrones entonces desesperé...
-Lo siento, lo siento mucho de verdad... no quise... .que tonta soy... soy una inutil
Dije, avergonzada frente a ellos, y me agaché y traté de juntar lo que habia derramdo, Estaba realmente arrepentida y ni siquiera supe por que hice lo que hice.
Pandora1- Espectro de Hades
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
Absorto en la actitud de todos los presentes me encontraba, mirando, analizando a todos y cada uno de los presentes(a los que debía observar por sus reacciones), una avalancha de hipócritas elogios y aplausos llenaban todo aquel lugar mientras yo me mantenía firme en mi silla, mis comentarios anteriores parecían ser ignorados por completos pero eso solo hacia que una risa recorriera mi mente y otros pensamientos. jajajajajajaja, que patéticos, al parecer muchos no conocen la dignidad o por lómenos son muy ingenuos o entupidos al ovacionar a mis primos, pero bueno jajajajaja, mi mirada se movía lentamente recorría lentamente las acciones corporales de mi hermano, Solomon, jejej ¿que te ocurre hermano? acaso te afecta la imagen que presencias, jajajaj, no cabe duda que tanta pulcridad, educación y esfuerzos hechos por mi padre en ti a veces se desperdician, si te viera se revolcaría en el suelo y ami me gustaría verlo hacer eso y pisotearlo, pero bueno deberé conformarme con que tu estes afectado por cualquier cosa y si yo puedo ayudar a que empeore sera mejor jajaja.
Volví en mi nuevamente y aquellas ovaciones continuaban mientras nadie o por lo menos muchos que no eran de la alta nobleza se daban cuenta lo que sucedía con varios de los presente, recosté mi cara a la de Samantha y le dije en susurro, tranquila hermanita, pronto esta payasada terminara y podremos irnos a nuestra villa, si no, quien se aguanta a Solomon y sus discursos, en ese instante me interrumpió un estruendo, al parecer flori había dejado caer al suelo lo que llevaba en las manos, pero tanto sus palabras de disculpas las escuché así como las anteriores aunque no había dicho nada.
Levanta eso rápido Flori, ten mas cuidado la próxima vez, casi me ensucias, me agache levemente para mirar si se habían ensuciado mis vestiduras y en otro susurre hable pero esta vez a Flori, con una actitud fría y seca como siempre, tranquilízate niña, esto pronto acabara y ten mas cuidado con tus comentarios, te pueden escuchar otras personas, aunque parecía un consejo tenia algo de regaño en el y el mismo tono helado y frío de siempre, regrese a mi postura inicial en ese instante y le dije a Samantha nuevamente, mira lo que pasa con tu servidumbre hermanita debes hacer que se comporten mejor en estas circunstancias, luego de aquello me dirigí hacia Lin y Solomon, en un tono abitual y normal, ¿como la esta pasando joven princesa?, espero que bien a y hermano cierta es la pregunta de Samantha y yo la lo digo cmo afirmacion, ¿porque no saludas a la emperatriz Diva?, como senador deberías ir, dije y luego retraje mi cuerpo, esperando respuestas y sabiendo que Samantha sabia lo que pretendía.
Volví en mi nuevamente y aquellas ovaciones continuaban mientras nadie o por lo menos muchos que no eran de la alta nobleza se daban cuenta lo que sucedía con varios de los presente, recosté mi cara a la de Samantha y le dije en susurro, tranquila hermanita, pronto esta payasada terminara y podremos irnos a nuestra villa, si no, quien se aguanta a Solomon y sus discursos, en ese instante me interrumpió un estruendo, al parecer flori había dejado caer al suelo lo que llevaba en las manos, pero tanto sus palabras de disculpas las escuché así como las anteriores aunque no había dicho nada.
Levanta eso rápido Flori, ten mas cuidado la próxima vez, casi me ensucias, me agache levemente para mirar si se habían ensuciado mis vestiduras y en otro susurre hable pero esta vez a Flori, con una actitud fría y seca como siempre, tranquilízate niña, esto pronto acabara y ten mas cuidado con tus comentarios, te pueden escuchar otras personas, aunque parecía un consejo tenia algo de regaño en el y el mismo tono helado y frío de siempre, regrese a mi postura inicial en ese instante y le dije a Samantha nuevamente, mira lo que pasa con tu servidumbre hermanita debes hacer que se comporten mejor en estas circunstancias, luego de aquello me dirigí hacia Lin y Solomon, en un tono abitual y normal, ¿como la esta pasando joven princesa?, espero que bien a y hermano cierta es la pregunta de Samantha y yo la lo digo cmo afirmacion, ¿porque no saludas a la emperatriz Diva?, como senador deberías ir, dije y luego retraje mi cuerpo, esperando respuestas y sabiendo que Samantha sabia lo que pretendía.
Richard- Status : Muerto y Sellado
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
Tan solo veía cada idiotez que se presentaba en aquel momento, la dama bostezaba, mientras escuchaba con temple cada palabra proveniente de su hermano, no haciéndole tanto caso, se levanta para llegar a lado de su criada, parada con gran seriedad, tal parecía que quería golpearle, pero no fue así, la sorpresa a fue otra, agachándose, le ayuda a levantar aquello que hubiese tirada por descuido e importune, le toma la mandíbula y el dice:
-Tú no eres una inútil por tirar esto niña, ten respeto de sí misma para poder respetarnos como Dueños de tu efímera vida, calma esto no fue tan grave, pero te recomiendo que tengas más cuidado, ya que la si existe el descaro de haber otra situación de esta magnitud, no reaccionare de esta manera…
Soltándola, tomándole de sus hombros de raquítico porte, le levanta y le quita la basura de sus manos, le da la espalda y para si, dirigirse con tranquilidad mientras tarareaba una dulce cansío, posa en una mesa del rencor aquella basura cortante, camina a su accidento y reposa su cuerpo:
-Ven mujer siéntate a mi lado hoy es día de divorció…
Mientras pasaba la mano en al mejilla de su mellizo, le dice con ternura en vos baja…
-No sabes cuánto añoro hermano mío, estar en la villa a lado vuestro, en la intimidas del jardín mientras el cielo es envuelto en el crepúsculo de la noche… Y lo de mi servidumbre no te preocupes poco a poco deberán entender son personas no animales… Ya dialogue con la princesa ene l carruaje mi hermano, tal arece que está envuelta en el misticismo del evento no el deseo distraer…
Sonriendo la dama abraza a su hermano sentándolo para así sentarse aquella mujer indiscreta en sus piernas mientras le despeinaba…
-Tú no eres una inútil por tirar esto niña, ten respeto de sí misma para poder respetarnos como Dueños de tu efímera vida, calma esto no fue tan grave, pero te recomiendo que tengas más cuidado, ya que la si existe el descaro de haber otra situación de esta magnitud, no reaccionare de esta manera…
Soltándola, tomándole de sus hombros de raquítico porte, le levanta y le quita la basura de sus manos, le da la espalda y para si, dirigirse con tranquilidad mientras tarareaba una dulce cansío, posa en una mesa del rencor aquella basura cortante, camina a su accidento y reposa su cuerpo:
-Ven mujer siéntate a mi lado hoy es día de divorció…
Mientras pasaba la mano en al mejilla de su mellizo, le dice con ternura en vos baja…
-No sabes cuánto añoro hermano mío, estar en la villa a lado vuestro, en la intimidas del jardín mientras el cielo es envuelto en el crepúsculo de la noche… Y lo de mi servidumbre no te preocupes poco a poco deberán entender son personas no animales… Ya dialogue con la princesa ene l carruaje mi hermano, tal arece que está envuelta en el misticismo del evento no el deseo distraer…
Sonriendo la dama abraza a su hermano sentándolo para así sentarse aquella mujer indiscreta en sus piernas mientras le despeinaba…
Samantha- Status : Muerta y Sellada
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
Esas palabras resonaron como campanas en mis oidos, aunque ya me habia disculpado com mis patrones, seguia sintiendome culpable, de alguna manera estaba avergonzando a la familia, a pesar de no ser parte de ella, pero definitivamente era su sirvienta y ese acto tonto hiszo que me sintiera una estupida. En ese momento pense que debia haberme quedado en la Villa, aun sin hacer nada, pero en realidad sentía que ese evento no era para mi presencia, no debii haber ido. Tuve un mal comportamiento en ese momento y me di cuenta cuan do escuche las palabras de Richard, uno de mis patrones: Levanta eso rápido Flori, ten mas cuidado la próxima vez, casi me ensucias. Note que habia manchado sus vestiduras, aunque sea un poco pero fue una mala accion por mi parte. Mi rostro se volvio serio, esas palabras me afectaron un poco y decidi contestar.
-Lo siento, no volverá a ocurrir, fue mi error....
Luego, unos segundos más tarde volvi a sentir esa voz grave que me habia hablado anteriormente, esta vez un tanto más despacio, como un susurro, aunque sono como un consejo, a mi me parecio un regaño, pero no podi quejarme. Aunque era dificil de oir con todos los ruidos que habia. Esta vez refiriendose a mi comentario anterior, era cierto, no podía salir esas palabras de una sirvienta, por suerte no me habia oido nadie, no se que hubiera pasado si alguien me escuchaba, fue algo tonto de mi parte. No se si habran sido los nervios o algo más, pero estaban saliendome las cosas bastante mal, y sin mi intencion. Al instante decidi contestarle a Richard, en un tono demasiado bajo para que nadie pueda oirme.
-Lo se, señor, lo siento, es que estoy comenzando a sentir que no debería estar presente en este evento...solo lo hago por ustedes, para ayudarlos... aunque no se que es lo que me pasa.. ultimamente no lo estoy haciando, solo cause problemas...lo siento...
Mientras estaba juntando las cosas que deje caer, vi a mi Patrona, hermana de Richard, Samantha, que estaba ayudandome a juntar, al instante oi sus palabras, que me parecieron algo duras aunque lo acepté. Decidí contestar, con una sonriza en mi rostro, ocultando esa desilusion que me dominaba.
-Gracias, señora. Y lo se, esto no volverá a ocurrir, sere mas cuidadosa de ahora en adelante...
Y me quede serca de mis patrones, por si las dudas necesiten algo.
-Lo siento, no volverá a ocurrir, fue mi error....
Luego, unos segundos más tarde volvi a sentir esa voz grave que me habia hablado anteriormente, esta vez un tanto más despacio, como un susurro, aunque sono como un consejo, a mi me parecio un regaño, pero no podi quejarme. Aunque era dificil de oir con todos los ruidos que habia. Esta vez refiriendose a mi comentario anterior, era cierto, no podía salir esas palabras de una sirvienta, por suerte no me habia oido nadie, no se que hubiera pasado si alguien me escuchaba, fue algo tonto de mi parte. No se si habran sido los nervios o algo más, pero estaban saliendome las cosas bastante mal, y sin mi intencion. Al instante decidi contestarle a Richard, en un tono demasiado bajo para que nadie pueda oirme.
-Lo se, señor, lo siento, es que estoy comenzando a sentir que no debería estar presente en este evento...solo lo hago por ustedes, para ayudarlos... aunque no se que es lo que me pasa.. ultimamente no lo estoy haciando, solo cause problemas...lo siento...
Mientras estaba juntando las cosas que deje caer, vi a mi Patrona, hermana de Richard, Samantha, que estaba ayudandome a juntar, al instante oi sus palabras, que me parecieron algo duras aunque lo acepté. Decidí contestar, con una sonriza en mi rostro, ocultando esa desilusion que me dominaba.
-Gracias, señora. Y lo se, esto no volverá a ocurrir, sere mas cuidadosa de ahora en adelante...
Y me quede serca de mis patrones, por si las dudas necesiten algo.
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
Dejando un poco la distracción que tenia con esta jugueteando con los cabellos de su hermano mellizo, la dama se levanta de su lecho añorado, acercándose a aquella criada, mientras el viento retozaba entre sus cortos cabellos, soltando un suspiro, cerrando su orbes, poniendo un semblante de seriedad en su faz, mientras repasaba la diestra en la su barbilla, la mujer se susurraba con su criada:
-Tus susurros aunque sea casi nulos al oído del en derredor nuestro, aunque el bullicio mate aquel leve mutismo vuestro, en mis oídos transitan con descaro cada palabra tuya mujer, eres una criada… tu no decides si es apropiado estar aquí o no, tu estarás a la merced vuestra como lo que eres una simple esclava… con tus blasfemadas frases de autocomparecencia mereces la orca misma mujer, que haces sirviendo a un noble, si aun piensas que si quieres lo haces y si no no lo haces, siendo otro tu dueño ya te hubieran matado por tal insolencia, pero soy misericordiosa y además tu mujer eres distinta, tienes una alma salvaje, como un potro que erra entre los parajes insolutos de las tierras húmedas, sin dueño ni reglas que seguir, y eso mujer te hace especial…
Callando un poco su regaño, relamiendo sus resecos labios, soltando una carcajada efímera, regalándole a la criada una sonrisa tenue, para retomar aquella comparación y admiración un poco rígida, más que rígida salvaje:
-Se decidida, tenas y si quieres rebelde por mí no hay problema, pero cuando se trata de respeto hazlo visible, que no te traten como animal mujer, quiérete un poco, por desgracias naciste entre la nostalgia, la buena suerte no te favoreció , pero que te valga el estatus de esta sociedad, te he de ordenar que cuando esto termine me veas en mi despacho en la villa te acomodare en un lugar que corresponda a vuestras habilidades mi niña.
Dando media vuelta, dejándola, se alejaba para de nuevo retomar su lugar en las piernas de su hermano, recargando su nuca en su pecho, mientras se mecía entre la realidad y el ensueño, con cada latid dulce de su corazón, mientras decía:
-Cuando acabara esto hermano mío, crees que Solomon nos obligue ir a ver vuestros primos, no son de mi agrado… es tediosa al grado de tener repulsión con tan solo olerles, prefiero estar en mi cama siendo envuelta en una soledad innata.
-Tus susurros aunque sea casi nulos al oído del en derredor nuestro, aunque el bullicio mate aquel leve mutismo vuestro, en mis oídos transitan con descaro cada palabra tuya mujer, eres una criada… tu no decides si es apropiado estar aquí o no, tu estarás a la merced vuestra como lo que eres una simple esclava… con tus blasfemadas frases de autocomparecencia mereces la orca misma mujer, que haces sirviendo a un noble, si aun piensas que si quieres lo haces y si no no lo haces, siendo otro tu dueño ya te hubieran matado por tal insolencia, pero soy misericordiosa y además tu mujer eres distinta, tienes una alma salvaje, como un potro que erra entre los parajes insolutos de las tierras húmedas, sin dueño ni reglas que seguir, y eso mujer te hace especial…
Callando un poco su regaño, relamiendo sus resecos labios, soltando una carcajada efímera, regalándole a la criada una sonrisa tenue, para retomar aquella comparación y admiración un poco rígida, más que rígida salvaje:
-Se decidida, tenas y si quieres rebelde por mí no hay problema, pero cuando se trata de respeto hazlo visible, que no te traten como animal mujer, quiérete un poco, por desgracias naciste entre la nostalgia, la buena suerte no te favoreció , pero que te valga el estatus de esta sociedad, te he de ordenar que cuando esto termine me veas en mi despacho en la villa te acomodare en un lugar que corresponda a vuestras habilidades mi niña.
Dando media vuelta, dejándola, se alejaba para de nuevo retomar su lugar en las piernas de su hermano, recargando su nuca en su pecho, mientras se mecía entre la realidad y el ensueño, con cada latid dulce de su corazón, mientras decía:
-Cuando acabara esto hermano mío, crees que Solomon nos obligue ir a ver vuestros primos, no son de mi agrado… es tediosa al grado de tener repulsión con tan solo olerles, prefiero estar en mi cama siendo envuelta en una soledad innata.
Samantha- Status : Muerta y Sellada
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
Realmente el viaje me había dejado completamente exhausta es decir desde Britania hasta la lejana roma era muy aburrido realmente. mucho movimiento pero estaban muy hermosas las olas de mar, Cuando estábamos bajando nos recibieron ala princesa lin y ami cuatro personas 2 mujeres y 2 hombres los cuales según supuse eran los encargados de llevarnos, uno se hacia llamar Solomon un joven muy bueno y además de apuesto , del mismo grupo había otra se llamaba Richard era amable y también era muy guapo, Elizabeth una joven simpática y con mucha belleza y por ultimo una chica muy extraña o al menos ami me pareció se hace llamar Samantha igualmente de bella pero había algo en ella que me inquietaba. En todo el viaje la princesa Lin socializo con los jóvenes mientras yo realmente me mantenía quieta y sin decir una sola palabra, Solomon hablaba con lin, e igualmente Samantha, así que preferí guardar mis palabras hasta llegar a nuestro destino
Clover- Cantidad de envíos : 8
Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
Solomon actuaba de forma natural, le hablaba fluidamente a la princesa sobre los pormenores de Roma, sobre su historia y sobre su gente.
No se preocupe, que luego de mostrarle su recinto en villa Adriana personalmente le mostrare las bondades de Roma.
Para él lo demás comenzaba a perder valor, incluido desde luego lo que ocurria con Diva y sus primos que yacian aun abajo en la arena. Solo algo lo saco de su concentración acalorada, era Flori quien habia tirado al parecer un plato de comida cayendose parte de esta sobre la tunica de Richard.
El joven solo veia de reojo, no era momento de represalias absurdas, aunque lo mereciera. Las palabras al oido de Richard y Samantha eran suficientes para la pobre niña. Solomon encogio los hombros levemente para luego seguir con su conversación hasta que les llegaron las palabras de su hermano menor.
La perspicacia del joven le hizo dar completamente la vuelta, inclinandose levemente clavo sus ojos en Richard...
Tienes razon hermano...
Paso un pañuelo por sobre sus labios para limpiarse de lo comido como entremez. Una sonrisa apaciguada aparecia en su rostro.
Al igual que tu Samantha - le decia sin verle el rostro recostado sobre el pecho de Richard.
Sera mejor ir a saludar a nuestros primos.
Volteo de inmediato a ver Lin que yaca junto a Clover y Elizabeth saboreando la comida romana.
Aprovechando esto, tal vez desee ver a la emperatriz. Segun tengo entendido es prioritario su entrevista con aquella mujer, no es asi?... tanto yo, como mis hermanos tenemos excelentes relaciones con ella...les AGRADARA desde luego acompañarnos el tiempo que usted necesite.
Gire viendoles de reojo con la misma sonrisa pacifica y mirada serena.
O por lo menos, eso es lo planeado...si no ocurre cualquier otra eventualidad...
No se preocupe, que luego de mostrarle su recinto en villa Adriana personalmente le mostrare las bondades de Roma.
Para él lo demás comenzaba a perder valor, incluido desde luego lo que ocurria con Diva y sus primos que yacian aun abajo en la arena. Solo algo lo saco de su concentración acalorada, era Flori quien habia tirado al parecer un plato de comida cayendose parte de esta sobre la tunica de Richard.
El joven solo veia de reojo, no era momento de represalias absurdas, aunque lo mereciera. Las palabras al oido de Richard y Samantha eran suficientes para la pobre niña. Solomon encogio los hombros levemente para luego seguir con su conversación hasta que les llegaron las palabras de su hermano menor.
La perspicacia del joven le hizo dar completamente la vuelta, inclinandose levemente clavo sus ojos en Richard...
Tienes razon hermano...
Paso un pañuelo por sobre sus labios para limpiarse de lo comido como entremez. Una sonrisa apaciguada aparecia en su rostro.
Al igual que tu Samantha - le decia sin verle el rostro recostado sobre el pecho de Richard.
Sera mejor ir a saludar a nuestros primos.
Volteo de inmediato a ver Lin que yaca junto a Clover y Elizabeth saboreando la comida romana.
Aprovechando esto, tal vez desee ver a la emperatriz. Segun tengo entendido es prioritario su entrevista con aquella mujer, no es asi?... tanto yo, como mis hermanos tenemos excelentes relaciones con ella...les AGRADARA desde luego acompañarnos el tiempo que usted necesite.
Gire viendoles de reojo con la misma sonrisa pacifica y mirada serena.
O por lo menos, eso es lo planeado...si no ocurre cualquier otra eventualidad...
Solomon- Dios/a
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
yo mantenía mi postura de seriedad en aquel evento, el pequeño incidente con Flori no era nada de importancia, solo quise darle una pequeña advertencia y también distraerme de esta aburrida ceremonia, las palabras de Flori las escuche sin observarla fijamente, luego pose mi mirada en la suya, ya no hay que ponernos a hablar de lo sucedido, volví nuevamente mi cabeza hacia mis primos, una mirada que tenia destellos rojizos por unos instantes, seria mejor si el odio entre ellos se desatase y se acabasen entre ellos mismos, jajaj, pero tendré que esperar.
Luego de salir de entre mis pensamientos, escuche las palabras y vi los actos de Samantha, tu siempre dispuesta a ayudar querida hermana, pero con ese toque de seriedad, se nota que eres de nuestra familia, yo también me quiero irme ya de este lugar y estar en nuestra villa, pero recuerda algo, tu nunca estarás solas ya que siempre estaré a tu lado Samantha, y si, espero que Solomon no quiera hacer que lleguemos hasta donde la emperatriz. Aquellas palabras seguían siendo solo murmullos dirigidos a mi hermana.
volvía mirar a nuestra sirvienta y le dije: Primero tranquilízate muchacha, es cierto lo que dice mi hermana además, debes ser fuerte ya que nosotros somos personas con un carácter indomable y no nos dejamos abatir de las adversidades o emocione, parece que la exepción era Solomon, pero el siempre ha sido diferente a nosotros, tu nos sirves y por tanto debes tener o crear un carácter igual de fuerte y valorarte a ti misma si no ¿como podrán los demás tenerte respeto? y aun mas ¿como pretendes servir a miembros de tan alta estirpe como nosotros?, cuando lleguemos a nuestra villa luego de este solemne acto, mas bien payasada, tendrás una extenuante entrevista con mi hermana, luego de unos instantes una mirada se clavo en mi ser, gire con normalidad pero al mismo tiempo aquella despreocupación y seriedad de siempre, era Solomon, escuche sus palabras y los actos que las acompañaban, tome la mano de Samanta y le dije, vamos hermana debemos acompañar a las damas y a nuestro hermano, tu también ven Flori, por si se nos ofrece algo, les dije y abrase a mi hermana para que se animase, cosa que no hacia muy seguido, pero tenia otra intencion, en el oído le dije: vamos esto estará interesante aunque también tendrá algo de aburrimiento, aun así nos divertimos y vemos si nos marchamos de esta estupidez, le dije y luego la solté, tomando aun su mano e intentando levantarla suavemente para ir hasta donde la emperatriz se encontraba.
Luego de salir de entre mis pensamientos, escuche las palabras y vi los actos de Samantha, tu siempre dispuesta a ayudar querida hermana, pero con ese toque de seriedad, se nota que eres de nuestra familia, yo también me quiero irme ya de este lugar y estar en nuestra villa, pero recuerda algo, tu nunca estarás solas ya que siempre estaré a tu lado Samantha, y si, espero que Solomon no quiera hacer que lleguemos hasta donde la emperatriz. Aquellas palabras seguían siendo solo murmullos dirigidos a mi hermana.
volvía mirar a nuestra sirvienta y le dije: Primero tranquilízate muchacha, es cierto lo que dice mi hermana además, debes ser fuerte ya que nosotros somos personas con un carácter indomable y no nos dejamos abatir de las adversidades o emocione, parece que la exepción era Solomon, pero el siempre ha sido diferente a nosotros, tu nos sirves y por tanto debes tener o crear un carácter igual de fuerte y valorarte a ti misma si no ¿como podrán los demás tenerte respeto? y aun mas ¿como pretendes servir a miembros de tan alta estirpe como nosotros?, cuando lleguemos a nuestra villa luego de este solemne acto, mas bien payasada, tendrás una extenuante entrevista con mi hermana, luego de unos instantes una mirada se clavo en mi ser, gire con normalidad pero al mismo tiempo aquella despreocupación y seriedad de siempre, era Solomon, escuche sus palabras y los actos que las acompañaban, tome la mano de Samanta y le dije, vamos hermana debemos acompañar a las damas y a nuestro hermano, tu también ven Flori, por si se nos ofrece algo, les dije y abrase a mi hermana para que se animase, cosa que no hacia muy seguido, pero tenia otra intencion, en el oído le dije: vamos esto estará interesante aunque también tendrá algo de aburrimiento, aun así nos divertimos y vemos si nos marchamos de esta estupidez, le dije y luego la solté, tomando aun su mano e intentando levantarla suavemente para ir hasta donde la emperatriz se encontraba.
Richard- Status : Muerto y Sellado
Cantidad de envíos : 185
Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
La joven princesa le parecia extraño la cara que tenia el joven Solomon, ya que se veia raro su comportamiento, sin embargo solo se limito a observarlo, pues no queria incomodarlo con preguntas que en ese moemnto serian inapropiaas... ademas de no tener la confianza suficente para eso.
Asi que solo miraba el gran Coliseo con la gente ovasionadno y gritando los nombres de sus heroes mientras la servidumbre repartia aperitivos pues la celebracion se veia que seria larga, mientras el senador se reincorporaba y volvia a su habitual trato hacia ella o a su hermana o expliucandole lo que sucedia a ambas.
Ademas de ya haberle hecho una invitación para mostrarle Roma, a lo cual ella le respondió con su típica sonrisa y le agradeció, para seguir con la explicación de los pormenores del coliseo.
Ella se entretenía observando a los heroes y el palco del Emperador, asi como de estar charlando brevemente con Clover y Elizabeth, bueno en realidad ella comentaba mientras clover se quedaba callada , cosa que le extrañaba a Lin, pero ya tendria tiempo para platicar con su amiga.
Volviendo su mirada a donde se encontraba Samantha y Richard se percata de que una de las chicas que repartian la comida se le cae la charola donde traia los alimentos ys e queda como en un tipo trance, lin se sorprende de sobremanera, pues habia causado un estrenduoso ruido, pero al ver que Samantha la reprendia, supuso que no debia meterse en ese asunto, pues claramente se veia que ella ya lo estaba resolviendo, en eso aparece el joven Richard preguntandole si se encontraba bien, ella le sonrie y le responde
Muchas gracias, en verdad es bello todo esto ......
ella escucho la pregunta que le hacia el joven a su hermano, ella noto algo extraño en aquella cuestion, pero no dijo nada y se reservo eso para si misma.
Para luego contestarle a Solomon a aquella invitación de ir con la emperatriz Diva, creo que ellos ya suponían que debía verla por lo que solomon dijo ese comentario a lo que le responde
Claro, me encanta la idea, les agradezco su hospitalidad y en efecto Senador Solomon, es de suma importancia la entrevista con ella, así que que mejor que ustedes para acudir con ella.
la dama sonríe y diciéndole al oído a Clover que se iría a entrevistar con la emperatriz, que la siguieran , pues ella sabia mejor que nadie la situación al igual que Elizabeth, por lo que junto con ellas se encamino para ir a donde la Emperatriz se encontraba.
Lin- Angel de Afrodita
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Re: Desfile Tradicional de Bienvenida
Ya estaba algo furiosa con lo que me habian mensionado mis patrones, aunque bien sabia que debía aceptarlo, ya qe era una sirvienta y solo tenia que servirles. Pero aquellas siguientes palabras de la joven Samantha me incomodaron aun más, pues yo no era una mujer que soportara que le traten de esa manera como lo hacia ella. "Una simple esclava..." las palabras quedaron en mi mente, podia ser que sea una sirvienta de esa familia, pero no llegando hasta el punto de ser una esclava, no era un animal como para que me traten de esa manera. Por eso me enojé mucho y en mi rostro se veía, y demasiado, pero preferí no decir nada al respecto. Pero muchos pensamientos pasaban por mi mente atormentada.
*Pensando*-¿Por que esta señora me trata así? No logro entenderla, por momentos me critica y por momentos me habla de buena forma... quiem sabe... pero yo no soy ninguna esclava, tengo derechos... y soy una persona, tal como ella...
No dije nada por miedo, pero por dentro estaba verdaderamente furiosa y se notaba en mi rostro, aunque decidi escuchar a Samantha. Al parecer, al finalizar el evento queria verme en su despacho, no se por que razones y con que propositos, pero creo que era algo importante, por lo cual no iba a faltar. Asi de paso, quiza pueda decirle algunas cosas. Sin mas, decidi contestarle con mi tono suave e inocente de siempre
-De acuerdo, señora...
Mas de repente, escuche un tono de voz familiar, un hombre me habia hablado. Me gire un tanto hacia atras y lo vi, era Richard, invitandome a que los siga hasta donde la emperatriz, por si algo se les ofrece. Entonces, me adelanté y decidi ir detras de ellos, hasta llegar a su destino.
-Si, como desee señor...
*Pensando*-¿Por que esta señora me trata así? No logro entenderla, por momentos me critica y por momentos me habla de buena forma... quiem sabe... pero yo no soy ninguna esclava, tengo derechos... y soy una persona, tal como ella...
No dije nada por miedo, pero por dentro estaba verdaderamente furiosa y se notaba en mi rostro, aunque decidi escuchar a Samantha. Al parecer, al finalizar el evento queria verme en su despacho, no se por que razones y con que propositos, pero creo que era algo importante, por lo cual no iba a faltar. Asi de paso, quiza pueda decirle algunas cosas. Sin mas, decidi contestarle con mi tono suave e inocente de siempre
-De acuerdo, señora...
Mas de repente, escuche un tono de voz familiar, un hombre me habia hablado. Me gire un tanto hacia atras y lo vi, era Richard, invitandome a que los siga hasta donde la emperatriz, por si algo se les ofrece. Entonces, me adelanté y decidi ir detras de ellos, hasta llegar a su destino.
-Si, como desee señor...
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