Pueblo cercano a las ruinas

por Orpheo Dom Oct 03, 2010 7:51 am

Llegue despues de varios dias a grecia, necesitaba reposo y algo de comer, ya que me quede sin comida hace 2 dias.

Por fiiin, me parecio una eternidad, diosa Athenea gracias *arrodillandose* gracias sabria que me ayudariaaas

miro hacia los lados, los pueblerinos no le quitaban ojo por el numero que estaba montando, avergonzado se levanto y siguio buscando la posada, pensaba llamas la atencion mas no podia, entre el numero que acabe de hacer mas mi ropaje....!LO RARO ES QUE NO ME ECHEN¡ me acerque a una cabaña de madera, preguntando donde hay una posada, o algun sitio comodo y calido para descansar me indicaron, que cerca de las ruinas habia uno asi que empece a caminar hacia alli vi varios niños, usando palos como espadas, sonrei y recorde un poco mi infancia.
Me acerque a ellos y les pregunte.

¿Seriais tan amables de indicarme las ruinas?, creo que me perdi y me dijeron que por alli habia una posada muy buena

Vas en buen camino, un poco mas hacia el norte y llegaras a ella

Vale muchas gracias

Sequi andando, vi por fin un gran templo y cerca de el, la posada.
Entre y pedi, una habitacion para 1 noche, mas luego, cuando me sirvieron la cena pregunte sobre donde se encuentra el puerto, por lo que me dijeron no estaba lejos, asta se ofrecieron a llevarme, me alegre y les di las gracias y que ojala la bendicion de la diosa caiga sobre ellos, me fui a la cama y me puse a dormir.

Al dia siguiente, me desperte y fui al puerto junto al posadero, compre algo de comida, y me despedi de aquel amable hombre.
Suvi al barco, el cual era el ultimo en 4 dias, y empezamos a viajar...
Este viaje, no lo olvidare nunca, ya que conoci gente amable, pero tambien han pasado cosas malas como peleas y mi desercion.

A pesar de eso, estaba feliz por volver a mi hogar

por Alessa0 Miér Oct 13, 2010 11:33 pm

Narración / Dialogo de Alessa // Espectro

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Las tierras en aquel lugar eran de otro color, su textura distinta, como corroída… tal perecía que ahí la vida solamente era ceniza, bajándose del caballo que parecía estar ya cansado por el largo viaje desde roma, le dejaba en una entrada destrozada, letras en latín que no entendía y no quería averiguar el que decían, lentamente Alessa se adentraba en la capa de neblina que se derrochaban en aquellas tierras opacas haciéndose perder entre l a nada, entre la muerte de aquel medio.

Ahí el viento corría de una forma distinta a otros lugares donde Alessa solía pasarse hora durmiendo y descansando del estrés aglomerante de la vida que le envolvió por durante 19 años, aquel lugar era totalmente distinto, pues aunque terrorífico se presentaba ante su ojo derecho, mutaba una paz embriagadora para su cuerpo.

Cráneos y armaduras viejas eran lo que abundaba en aquellas tierras, como una firma única dando así una bienvenida bizarra para quien le viera. Suspiros y evos de sus paso, relamer de su gruesos labios, pues el aire resecaba la piel al grado de partirla y formar yagas supurativas…

Los minutos pasaban y aquella percataba que totalmente perdida estaba, no sabia a que había llegado a aquellas tierra, y mucho menso que se esperaba de dicho lugar, blandiendo una de sus espadas Alessa caminaba en guardia para así no ser sorprendida por alguna alimaña ambiente o algunos de los pobladores de tan místico lugar, dejando un sendero de pisadas entre la censa de antaño, aquella aun mas se adentraba en la incertidumbre que se desbordaba con exagere.

-Hasta aquí llegaste (una voz ensordecía a la mujer)

-¿Qué? (cuestionaba repentinamente Alessa… mientras giraba el rostro para así encontrase con el cuerpo que le ordenaba su detener) …

-La espero ha fructificado…

-Que diablos… sal de ahí cobarde y preséntate ante mi… maldita rata miedosa (Alessa gritaba con desgarre)…

-Jajajaja (risa envuelta en un eco irritante)…

Alessa elevaba su cosmos haciendo nacer una iracunda ráfaga de viento la cual explayaba por todo el medio, dejando por fin límpido el lugar y así poder notar todo lo que le rodeaba… pero tan solo mas ruinas extrañas, que se desquebrajaban con las ondas de sus pisadas, aquella continuaba caminando pues no quería perderse la oportunidad de nutrir sus hojas con al sangre impura de alguno que se estuviese pasando de listo para si quererle mutar miedo… pero solamente nada, polvo, ceniza, aire sollozante y ruinas, Alessa sin pensarlo comenzaba a correr pues levemente en frente percato una silueta que daba circulo a unos cuantos metro frontales, esta mientras cortaba el aire con su espada gritaba:

-Oye tu maldita sea espera… ¿diablos quieres y que es lo que eres?… detente.

Y su ansias de saber quien era genero su descuido en su trotar pues pasando en una parte algo engañosa de aquel lugar, el suelo se colapso haciendo que esta cayera en una cueva subterráneas, golpeando su cuerpo débil en el suelo de aquel incognito pasaje, solamente hacia levantar el polvo viejo, tosiendo con dolencia se levantaba, buscando por todas partes algo que pudiera alumbrarle opero nada era su resultado. Caminando pues nuevamente el sendero morado le indicaba algún punto a donde llegar, Alessa desenfundando ahora su segunda tizona y descubriendo su escudo era así como se adentraba más y más en ele abismo.

-Hola… Hola… Hola… Hola… (aquella gritaba generando solo el resonar de sus palabras)…

Continuaba su andancia, un poco adolorida por la caída, pero aun así Alessa no temía… y el sendero morado se disipó, tragando saliva y dando un ultimo paso esta hacia nacer luz de la nada con tan solo un roso de cuerpo y metal que yacía arrumbado en aquel lugar, el fogonazo tanto le cegar de su ojo como iluminar la estancia, esta se hacia atrás y caía de sentón por tan impresionante pode que naci de una cajita de metal con colores índigos, a gatas esta s acercaba lentamente y sin miedo alguno ay alzando su diestra la cual rápidamente reposaba en la caja generando que esta se desmayara…

Imágenes de muerte, guerreras de armaduras amarillas que mataban a una de rojizos ropajes, tan rápido tan perturbador, que solamente Alessa presenciaba sin poderse moverse y mucho menos pronunciar alguna palabra… nuevamente un túnel de luz que le jalaba apara si caer en un lago donde lo que escaseaba era agua, pues solamente sangre era lo que generaba, esta nadaba queriendo escapar pero de la nada miles de muertos la atrapaban, cerrando lo ojos ahora caía en una casucha vieja… ¿acaso el phantasma mentis jugaba con su lógica? Gritando con desesperé todo lo hacia desaparecer, quedando simplemente un cuerpo cubierto con una capucha negra hasta los pies, levantándose con lágrimas en sus ojos esta le cuestionaba con jadeo:

-¿Qué es lo que quieres? …

-Simplemente que despiertes… tu destino esta enlazado ene l inframundo simplemente tienes que olvidar y así nacer entre la podredumbre de este lugar...

-¿Qué mierd…?… para que para seguir con una guerra que desde los principios de los tiempos esta, simplemente otro peón de algún dios… ¡No! Nunca prefiero morir que servir…

- ¿quiere simplemente ser una escoria humana entre esta tierras?… aún así algún día morirás pero la diferencia es ¿el como lo aras?…

-¿el como lo are?… maldita sea que es, lo que quieres de mi…

-Simplemente tomad esta armadura y usarla a tu antojo, liberar el sello y comenzar el nuevo mundo a lado de hades y sus demás subordinaríos...

-¿Hades?… maldita sea me estas confundiendo…

-Simplemente olvida (acercándose a Alessa, agachándose y poniéndose frente a frente mostrando su piel ante el ojo de aquella mujer, tal cual fuera el rostro de un leproso) solamente dame tus recuerdos ya si comenzaras un nuevo renacer, donde por fin tu humanidad que tanto odias la desecharas…

-¿olvidar?

Cerrando los ojos mientras unas cuantas lagrimas se despedregaban entre su tersa piel, dejando al olvido imágenes de todos y todas con as que convivio, doliéndole perder el recuerdo de aquel rostro que alguna vez amo en secreto, el rostro de un hombre de los hielos que le destrozó, el rostro de su hermana se disipaba mientras le humilla en una taberna de mala vida… simplemente con dolencia abrazo aquel cuerpo negro dejando que se adentrara entre los poros d su cuerpo, contraendose por el dolo simplemente caía mientras gemía, gritando una ruboresencía le envolvió haciendo nace algo extraño, mero metal en forma de armadura, su humanidad se perdía entre las lagrimas de aquella dama, entre los pujidos entre la nada, los minutos pasaba y esta se establecía poniéndose ya de piel mientras enloquecía de irónicas sensaciones reflejadas en una simple sonrisa macabra, tomando ambas espadas comienza a caminar entre al oscuridad de las ruinas mientras se pronunciaba a si misma:

-Asi que simplemente era esto… ahora solamente ser presentada como Alessa la estrella infernal de la pereza y así mismo derramar con devoción la sangre de mis enemigos… perfecto y pensar que solamente mis recuerdos me costaron… jajaja

Sus manso se extendía mientras giraba las muñecas haciendo una leve sinfonía con las hojas de sus tizonas, pero todo esto culmino en el chocar de metal con otro metal, tal aparecía una espada enterrada, muy hermosa y pesada pues Alessa nunca le pudo sacar de entre las grietas de subsuelo, solamente ciño sus frente pues un papel en el mango con algunos conjuros extraños yacía como incitándole a que le tocara, elevando su cosmos inconscientemente con el dedo índice le rosaba y puff solamente polvo aquello se convirtió, generando que de la nada todo aquella se colapsara, Alessa por instinto corría y escaba d aquel lugar, saliendo de.lla cueva algo agitada mientras miraba como una figurilla esquelética se esbozaba entre el polvo del rededor, todo era extraño pero aun así para ella eso ya no le interesaba pues en su mente transcurría el propósito de reunirse con sus semejantes y así encaminar el nacer de una nueva guerra… ¿el que ganara? para Alessa simplemente estaba ella y nada mas que ella como primordial meta…

Post único conforme a adquisición de armadura: Estrella infernal de la pereza ; y el romper del sello de Hades

por Strife Jue Dic 02, 2010 8:01 pm

La cristalina agua azulada chocaba contra la gran madera del barco Egipcio. Las Tierras griegas finalmente podían verse a lo lejos, hogar donde nacieron las leyendas de la mayoría de los Dioses y Titanes. Cronos, padre de Hades, Zeus y Poseidon nació en las tierras que ahora a lo lejos se veían. No sabia porque, pero al entrar al territorio Griego sentía como de apoco mi cosmos iba aumentando. Me sentía apegado a estas tierras en las que alguna vez reino la antigua Athena, habíamos tardado alrededor de un día llegar hasta aquí pero finalmente lo habíamos logrado.

El barco comenzó a detenerse en un pequeño pueblo que junto a este habían grandes y numerosas cantidades de piedras disueltas. Aquí era donde el anciano Egipcio se detendría para entregar los varios kilogramos de pescados que había llevado desde Alejandria, ya se comenzaba a sentir el olor de pescado el cual poco a poco se hacia mas fuerte. Las puertas del barco se abrieron mientras que aquel amable señor me decía que tenia que hacer comencé a bajar los cajones que contenían a aquella carne blanca.

Era un alivio finalmente bajar de ese barco con tanto olor a pescado podrido que había allí no me preguntaba como varios marineros estaban enfermos, no sabia porque pero escuchaba algunos susurros salir de entre los arboles. Los mismos susurros que me adelantaban a liberar ahora el poder que yo mismo resguardaba en mi interior.

Las pupilas de mis ojos desaparecieron mientras que comenzaba a caminar en dirección al bosque, no podía controlar mi cuerpo. Sentía como esos susurros me llamaban, bellas serenatas cantadas que me impulsaban a hacer algo que yo no quería. Seguía caminando hasta que un marinero me tomo del hombro llevándome hacia atrás y haciéndome despertar de aquel estado de trance temporal en el que había entrado.

- Oye niño, ¿Te encuentras bien?. - Cerrando mis parpados y poniendo mi mano en mi cabeza suspiraba un poco y con algo de lentitud le dije - Si, no tienes de que preocuparte. - Me alejaba de aquel hombre mientras volvía a cargar algunos cajones y dejarlos en aquel muelle Griego, hasta que volvía a escuchar los cantos de aquella mujer que salían de los arboles. No sabia porque pero al parecer era el único que podía escucharlos, ya no lo soportaba. Colocaba mis manos a los costados de cabeza tapando mis oídos intentando que el ruido no penetrara pero aun así podía escuchar esos cánticos.

Volvía a colocar mis brazos alado de mi cuerpo mientras que por mi mente pasaban varias imágenes, un Santuario a las lejanías. No sabia porque esto estaba pasando pero algo me decía que tenia que ir en aquella dirección, caminando lentamente me acercaba a mi compañero Romano mientras le decía con algo de lentitud.

- Edward.... Creo que aquí nos separaremos, no tengo idea. Pero siento que me queda algo por hacer aquí en Grecia, si logras encontrar a nuestra querida Diosa se que nos volveremos a ver en el futuro. Pero por ahora debo informarte que debo irme, he visto un santuario allá a lo lejos y algo me dice que allí es en realidad el lugar donde pertenezco, pero escuchame bien hermano. Tu debes buscar a nuestra Diosa, entre los susurros escuche un nombre que decía "Sophia" guíate por eso amigo mio. -

Decía mientras sonreía y tomaba del hombro a aquel viejo amigo, separe la palma de mi mano de su hombro devolviéndola al costado de mi cuerpo mientras me alejaba de todo aquello. El verdadero trabajo de encontrar a Athena era de Edward, algo allí a lo lejos me esperaba en aquel Santuario. Y sobretodo sabia que no estaría solo.

por Edward Lun Dic 06, 2010 5:39 pm

Fue un viaje de varias horas pero ya se veian las tierras griegas a la vista, era el punto intermedio donde pararia esta travesia, el capitan debia repartir unos productos marinos a un pueblo al cual nos acercabamos ahora con el barco. Durante todo el viaje tanto Strife, como Jezzara, como Edward habian trabajado duro para cumplir con su promesa de trabjar a coste de ir viajando sin pagar en esa embarcacion.

El barco al fin llego al muelle y comenzo a bajar el puente en aquel pueblo, Strife y Edward empezaron a bajar las pesadas cajas llena de peces el cual era el material que venian a dejar. Era la primera vez que pisaba esas tierras, al menos... con este cuerpo por que en el pasado habia sido practicamente mi hogar y por eso me traia muchisimos recuerdos y nostalgia tanto la brisa como los olores.

Algo le pasaba a mi compañero, notaba que tambien estaba sintiendo algo especial, se acerco a mi y muy decidido me dijo que debia quedarse alli, que ese era su lugar y el mio estaba al lado de nuestra diosa, yo seguiria ese viaje para encontrarla y mas tarde me reuniria con el.

Este... es la patria de nuestra diosa, haces bien en quedarte, pero yo debo seguir, si Athena.. esta en Roma, alli debo viajar.

Agarre tambien su hombro con estima y cariño, era la hora de separarnos por un tiempo pero no era para nada un adios. Solte su hombro al igual que el hacia con el mio, se veia muy decido a quedarse en Grecia, como si al fin hubiera encontrado con sentido a la vida.

Y mas adelante yo tambien volvere aqui a Grecia junto con nuestra diosa, la traere de vuelta...

La despedida fue emotiva pero el barco estaba a punto de zarpar, deje a Strife alli y me subi al barco de nuevo por el puento, alli estaba Jezzara quien seria a partir de ahora mi acompañante en este viaje, quizas por un largo tiempo.

Partimos... a Roma Jezzara.. desde ahora viajaremos los dos solos, Strife encontro su camino aqui.

El barco comenzo de nuevo a moverse y ahora se dirigia rumbo a Roma, salia rapidamente de las aguas griegas para adentrarse en las aguas romanas, pero esta vez solo con Edward y Jezzara.

por Jezzara Miér Dic 08, 2010 7:53 am

Al fin habíamos llegado a la primera parada en Grecia, el barco en el cual íbamos se detuvo en el muelle, allí algunos marineros se bajaron para descargar algunas cajas, con ellos Edward y Strife. Yo me quedé arriba del móvil, solo podía ver a mis nuevos compañeros a lo lejos, no podía escuchar lo que decían, pero supuse que era una despedida, pues al poco tiempo noté que Strife se alejaba de nosotros. Solo me quedé observando aquel hecho, no hice nada al respecto, solo permanecer a la espera en aquel barco que iba nuevamente a retomar su camino en pocos minutos. Minutos más tarde el joven llamado Edward regresó al barco, y me dijo unas palabras, al parecer Strife se había quedado en las tierras de Grecia, encontrando allí su destino, pero nosotros íbamos en camino a Roma, allí estaba nuestro objetivo. Y yo todavía tenía mucho que aprender, aún quedaba despertar esa fuerza en mi interior que me iba a llevar a ser una guerrera que lucharía al servicio de Athena, pero todavía me quedaba mucho por aprender. Solo me limité a seguir los pasos del joven que ahora sería mi único compañero de aventuras. Él regresó pronto y me dijo unas palabras a las cuales asentí con la cabeza para luego contestar.

-Bien... te ayudaré en todo lo que pueda pero...- Tenía una duda y quería saberlo pronto, estaba ansiosa por concer el por qué de eso, y pronto iba a preguntarle a ese joven -Quisiera saber algo... desde hace rato que tengo esa duda señor Edward... y me preguntaba si usted puede responderme...- Dije con algo de timidez pero luego continué y me atreví a comunicárselo -Hace un tiempo oí hablar a unas personas a cerca de que la gente puede controlar los elementos, que hay algo llamado... cosmos que poseen todos... me preguntaba de que se trata eso y si yo lo poseo también...- Me sentía una tonta haciendo esas preguntas pues creía que no era del todo cierto, pero la verdad era que incontables veces había sentido esa energía que rodeaba a algunas personas entre ellas a mi hermana Selene o al mismo Edward, pero eran distintas energías, unas oscuras y otras que tenían un presencia cálida y protectora como la del chico que ahora se encontraba a mi lado.

por Astrid Sáb Dic 18, 2010 10:32 am

Me había llevado casi tres días con pocas horas de descanso el llegar a Grecia, bajando del corcel me aproximaba al pueblo cambiándolo por comida y una noche más de descanso después de que me indicaran la leyenda de ese sitio maldito.

Entrando a una posada me preparaba pues aún no sabía lo que me esperaría realmente, la suciedad de mi cuerpo era retirada con ese baño hasta salir y recibir los alimentos. Al parecer el caballo había resultado una buena ganancia para el hombre. Al preguntar sobre el paradero del lugar la gente evitaba darme respuesta pues creían que solo era una curiosa más que rondaba por esos lugares. Molesta prefería seguir caminando atravesando ese bosque ya que la sensación de dolor comenzaba a crecer sin poder resistir el estar de pie y fingir que todo estaba bien. Acercándome las nubes siempre estaban oscurecidas hacía un punto en específico, sin más remedio llevaba el riesgo de ir hacia allá, mis pies se arrastraban levantando la tierra para que finalmente me recargara sobre uno de los arboles marchitos agitada.

Ya casi.

Forzándome una vez más alzaba mi rostro viendo el resplandor de una de las secciones de ese castillo, imágenes invadieron mi mente cuando mi alma fue corrompida más de dos veces, distintas armaduras habían resonado llamándome pero finalmente volvía a un sitio y era a lado de esa mujer.

por Astrid Vie Ene 14, 2011 12:12 pm

Aun sosteniendo al extraño animal entre mis brazos me desconcertó el motivo del porque lo estaba ayudando y más dirigirme a él en un singular nombre ya que ese casualmente significaba “Estrella”, sus ojos se dirigieron a mí abiertos cuando le hablaba con tal naturalidad que termino por restregar su rostro sobre mi abdomen deseando quedarse conmigo. No daría más vueltas al asunto por lo que me colocaba de pie llevando entre mis brazos a mi nuevo acompañante hasta que decidiera el momento de poder irse.

Todo se conservaba en absoluto quietud después del incidente en el bosque, unas luces llamaron mi atención dándome cuenta que me encontraba en el pueblo. El camino se abría en un amplio sendero, algunas personas se paseaban entre las calles ya que no era demasiado tarde, siguiendo adelante continuaba mi camino para pasar particularmente en la entrada de una posada, sin nada de valor no podía quedarme ahí hasta que el mismo dueño del lugar al ver que perdía un futuro cliente salía de inmediato para alcanzarme.

Señorita no encontrara otra mejor posada que está!! Reconsidere su decisión… –dándole la espalda me quedaba de pie cuando me hablo directamente, giraba mi rostro mirándolo indiferente mientras que estirándose por encima de mi hombro imitaba mi mirada aquella criatura para emitir un pequeño sonido. – Temo que no poseo nada de valor para tales servicios…

El semblante del hombre pareció haber cambiado, nunca se imaginó ese tipo de respuesta en alguien, esperaba un momento por si tenía que decirme algo más pero seguía callado sin saber qué hacer, dando por terminada la conversación me dispuse a avanzar. La oportunidad se le escapó de sus manos aunque…

Aguarde!, puede darme a ese animal en forma de pago si lo desea.

No es mío.

Agazapado miraba con curiosidad siempre por encima de mi hombro pues parecía no confiar o entender las palabras de aquel sujeto pues pude percibir como se estremeció un instante, mis manos se apretaron con suavidad a su pelaje dándome tiempo a dar solo un paso, el hombre insistía que nos quedáramos pero por mucho que buscara alguna excusa no podía retenerme pues no poseía nada de lo que deseaba. Con atrevimiento sostuvo mi hombro con algo de decepción en su voz o al menos eso creía.

Espere… he visto que salía del bosque, debe de saber que siempre nos hemos arriesgado al colocar nuestras casas cerca de ese castillo, sin saberlo hemos encontrado la prosperidad precisamente en este lugar por lo que nuestras puertas siempre se han mantenido abiertas a aquellos viajeros que ingresan en Heinstein para no ofender a los dioses.

Su historia me tenía sin cuidado aunque no pude evitar que era la oportunidad de resguardarme al menos una vez, dando la vuelta entraba mientras que el hombre me atendía con todos los lujos posibles, el mejor cuarto con otras vestimentas ya estaban listos, al parecer no era la primera vez que se topaban con alguien aunque solo fuera pura superstición. Quedándome a solas dejaba a Stern sobre la cama para ingresar al baño llevando algunas toallas, el vapor llego a mi rostro por lo que desvistiéndome ingresaba a esa tina, cerrando los ojos inclinaba mi cabeza dejando que el calor del agua me relajase hasta que un toque en la puerta me despertó avisándome que dejarían algo de comida. Era hora que saliera por lo que levantándome secaba mi cuerpo con una toalla, terminando la dejaba tomando otra nueva rodeándola para cubrir mi cuerpo y hacer un nudo sobre mi pecho para que se sujetara, algunas gotas caían de mi cabello húmedo, al ingresar a la habitación veía que el trozo de tela sobre Stern había sido cambiado por una venda limpia, sentándome al borde de la cama terminaba por comer dándole algunos trozos de pan a mi nuevo acompañante aunque por su estómago inflado se notaba que ya había comido lo suficiente pero un postre no le caía mal del todo.

Mañana partiremos a Roma, necesito algunas cosas antes de irme a Egipto, eso si esta noche tu herida no se alivia y no puedas irte.

No olvidaba el trato que había hecho, me encargaría de cuidarlo hasta que estuviera completamente curado, retirando la bandeja apagaba la vela que alumbraba la habitación para terminar de recostarme. Pasaba un rato y no conciliaba el sueño pero aquella criatura lograba dormir tan plácidamente que…

Despertaba por la mañana sintiendo como alguien me miraba fijamente, sentándome retiraba las cobijas acariciando levemente su cabeza a manera de saludo, sus orejas eran largas y suaves, su pelo se asemejaba a la textura casi de una pluma por la sensación que recorría en mis dedos cada vez que lo tocaba. Terminando por levantarme me vestía con las nuevas ropas que dispusieron para mí junto con un bolso con dinero, no me preguntaba las razones por la que me lo daban simplemente lo tomaba mientras salía de la habitación y salir de ese pueblo, el dueño del lugar ya estaba atendiendo algunos clientes, al ver que descendía las escaleras dejo todo para encargarse exclusivamente a mí.

Ojalá todo haya sido de su agrado, ¿desea desayunar algo?.

Estoy bien.

Al verme pudo darse cuenta que me marchaba, entendiendo esto me encamino hacia la parte de atrás mostrándome un caballo con suficientes víveres para poder viajar, al parecer estaban acostumbrados a que sus “invitados especiales” retomaran su marcha inmediatamente, el hombre sujetaba las riendas mientras que en aquel enorme bolso se ocultaba Stern asomando su cabeza, al subir tomaba las riendas y sin decir nada me marchaba del sitio dirigiéndome a Roma.

por Nia Sáb Ene 29, 2011 2:12 pm

Despues de muchos dias de viaje dejando descansar lo necesario al caballo que poseia conmigo llegamos a un poblado pequeño cercano a unas ruinas de las cuales aun sentia algo de poder emanando de alli. Debido a que estaba cansada y necesitaba comprar nuevamente cosas para el proximo viaje, fui a caballo hacia la posada mas cercana viendo que no habia mucha gente alrededor del lugar los cuales solo me vieron con una sonrisa calidad, asi que les gustaban los visitantes supongo. Me puse frente al dueño de la posada quien me dio una habitacion para esa noche puesto que apenas descansara iria hacia esas ruinas para poder ver de que se trataba ese enorme poder que sentia saliendo de ese sitio, mientras pensaba en ello el dueño volvio con una llave para que pudiera ir a la habitacion asignada a lo cual solo asenti subiendo las escaleras que poseia el pequeño local llegando a la habitacion y entrando en esta. En si como era comoda y tenia todo lo necesario deje mis cosas con cuidado cerca de la cama mientras le preguntaba a una de las encargadas si tenian un baño cosa a lo cual la segui llegando a un baño espacioso en el cual no tarde en meterme puesto que venia necesitandolo. Al terminar de bañarme fui a la habitacion poniendome unas ropas que solia usar para dormir.

- Mañana partire a las ruinas y asi podre saber mejor que es esa energia que tan celosamente guardan... -murmura mientras se recostaba en la cama tapandose con las mantas para asi poder dormir-

por Priscos Vie Jun 15, 2012 10:24 pm

Desde los tiempos del mito Hipnos había jurado lealtad al gran maestro Hades, en agradecimiento, al señor del inframundo, por haberlos aceptado a el y a su hermano después de su destierro del Olimpo, cuando Hipnos se atrevió a dormir a Zeus por la promesa del amor de una mujer. Las ruinas de la torre que Palas Atenea había derribado eran un buen lugar para empezar la busque da se su señor y de los movimientos de los guerreros de esa diosa cobarde. El aura que imponía respeto avanzaba al paso de Priscos, que veía algunas personas que escasamente había en ese lugar. Después de haber salido de su habitación había caminado un momento analizando la situación, y después que había buscado una buena opción se teletranporto hasta ese lugar. El viento movía ligeramente su cabellera rubia y dejaba a la vista una estrella de cinco picos que brillaba con un amarillo casi dorado. A la distancia se alcanzaban a ver parte de las ruinas de lo que anterior mente eran la torre que buscaba, -Pronto comenzara la guerra- dijo Priscos.

por Priscos Dom Jun 24, 2012 7:29 pm

Al llegar Priscos a las ruinas, que por el tiempo ya solo parecían un montón de rocas tiradas por todos lados, dando un aire que a Priscos le parecía tan pacifico como el lugar en el que vivía desde la era mitológica. Vivía en palacio construido dentro de una gran cueva del lejano oeste donde el sol jamás llegaba, como tampoco lo hacían el gallo, que despertaba al resto del mundo, los gansos o los perros, de forma que Hipnos vivían siempre en una gran tranquilidad, paz y silencio. Por un lado de todo este curioso lugar pasaba Lete, el río del olvido, y a sus orillas crecían amapolas y otras plantas narcóticas que colaboraban junto con el suave murmullo de las lánguidas aguas del río a dormir. En medio del palacio se encontraba un hermoso lecho de ébano rodeado de cortinas negras en el que reposaba Hipnos sobre blandas plumas con un sueño apacible plagado de historias. Su hijo Morfeo cuidaba de que nadie lo despertara. Avanzo sigilosamente hasta donde se encontraba una saliente desde donde se podía contemplar todo y se concentro cerrando los ojos para percibir el cosmos de Hades e ir en su búsqueda, era posible que aun no despertara, pero el debía estar listo para cualquier cosa.

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