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Encrucijada en las montañas
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Encrucijada en las montañas
Después de salir de su cabaña en las montañas, Lukas se dirigía rápidamente hacia el centro de las montañas, había divisado allí un movimiento de unas aves que migraban bruscamente, además pudo sentir una recorrida de caballo de alguien, esto se estaba yendo de las manos, ya era mucho con un general, y ya comenzaban a parecer mas soldados en busca de la niña Sophia. Lo único que podía hacer el joven dueño de la cabaña era salir de allí, constatar que se traten de guerreros romanos y hacer algo.
-Si no hago algo, la cabeza de Manigoldo, colgara sobre algún estandarte romano- Pensaba Lukas con una preocupación, mientras seguía corriendo y se posaba en los árboles para vigilar alguna presencia extraña en el lugar.
Al estar parado escondido entre unos arbustos, pudo ver a lo lejos, como unos caballeros estaban cabalgando lentamente hacia la cabaña, no eran muchos, es mas, tan solo eran dos pero igual era un numero que podía influir realmente si eran tan solo el y Manigoldo
-Que hago ahora, Voy a por ellos, o vuelvo a la cabaña?- la duda volvía loco a Lukas, no podía ir a parar a unos soldados para que no vallan a su cabaña, ellos se darían cuenta que el joven algo escondía eh Irian inmediatamente, realmente Lukas esta en una enorme Disyuntiva
-Si no hago algo, la cabeza de Manigoldo, colgara sobre algún estandarte romano- Pensaba Lukas con una preocupación, mientras seguía corriendo y se posaba en los árboles para vigilar alguna presencia extraña en el lugar.
Al estar parado escondido entre unos arbustos, pudo ver a lo lejos, como unos caballeros estaban cabalgando lentamente hacia la cabaña, no eran muchos, es mas, tan solo eran dos pero igual era un numero que podía influir realmente si eran tan solo el y Manigoldo
-Que hago ahora, Voy a por ellos, o vuelvo a la cabaña?- la duda volvía loco a Lukas, no podía ir a parar a unos soldados para que no vallan a su cabaña, ellos se darían cuenta que el joven algo escondía eh Irian inmediatamente, realmente Lukas esta en una enorme Disyuntiva
Lukas- Status :
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Re: Encrucijada en las montañas
Realmente Alizé le hizo enojar, habian momentos para todo y el chico escogio el peor para pedir un poco de amor por parte de su señor, Talos era un general que mantenia una buena imagen ante los demas, incorruptible, honorable, leal, inteligente y valeroso, casi aquel niño daña su imagen aunque fuese frente a un asesino a sueldo, Talos detestaba eso terriblemente que por la incompetenia de otros sus acciones se viesen afectadas o el modo en que los demas le veian, despues de encontrar a vergilius se desquitaria con Alizé y si se habia ido lo haria con cualquiera que se cruzase en su camino.
Iban por un sendero los dos hombres, Talos iba a la cabeza mientras que Kagaho vigilaba desde atras, a lo lejos talos pareceria cualquier soldado pero al verlo mas de cerca se podia denotar que su vestimenta no era la de cualquier soldado, la parte de la armadura que correspondia a la pechera estaba delicadamente adornada por una serie de grabados que daban a conocer que tenia el rango de general en el ejercito, asi mismo como la espada que llevaba en su cinto y el resto de ropas que llevaba en si.
El peliplata se detuvo unos instantes y miro a su alrededor, penso que habia sido algo pero tal vez fue un animal, estaban cerca de la cabaña que habia divisado desde que dejaron a Alizé atras, tal vez alguien sabria sobre vergilius o le hubiese visto pasar, asi que despues de detenerse siguio calgando lentamente acercandose a aquella cabaña
Iban por un sendero los dos hombres, Talos iba a la cabeza mientras que Kagaho vigilaba desde atras, a lo lejos talos pareceria cualquier soldado pero al verlo mas de cerca se podia denotar que su vestimenta no era la de cualquier soldado, la parte de la armadura que correspondia a la pechera estaba delicadamente adornada por una serie de grabados que daban a conocer que tenia el rango de general en el ejercito, asi mismo como la espada que llevaba en su cinto y el resto de ropas que llevaba en si.
El peliplata se detuvo unos instantes y miro a su alrededor, penso que habia sido algo pero tal vez fue un animal, estaban cerca de la cabaña que habia divisado desde que dejaron a Alizé atras, tal vez alguien sabria sobre vergilius o le hubiese visto pasar, asi que despues de detenerse siguio calgando lentamente acercandose a aquella cabaña
Talos- Juez del Inframundo
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Kyrios
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Re: Encrucijada en las montañas
Kagaho se encontraba cabalgando en el corsel negro que había encontrado en las calles del tiber, el hombre el cual le había contratado estaba algo extraño y no era d esperarse otra cosa al ver lo que acababa de pasar con aquel chico llamado alize eso le hacia ver de forma extraña a talos, y había perdido la imagen de soldado que le había tomado esto hizo que una sonrisa se le dibujara en el rostro.
Así que se cubrió con su capucha para que nadie lo viera y mientras seguía cabalgando detrás de talos este logro ver adelante a un hombre con armadura el cual lo hizo levantar al guardia preparando sus navajas o en caso de atacar a distancia sus agujas y el dijo a talos de forma fria.
-Disculpe pero ¿aquel hombre es un soldado de roma?, ¿usted lo conoce? si no es el caso debemos estar atento a el por lo que no baje la guardia.-
Dijo mientras seguía cabalgando hacia aquella cabaña que habían visto a lo lejos pero esta ya se encontraba bastante cerca, pero aun teniendo la sonrisa en su rostro cuya no podía aguantar por el espectáculo anterior.
Así que se cubrió con su capucha para que nadie lo viera y mientras seguía cabalgando detrás de talos este logro ver adelante a un hombre con armadura el cual lo hizo levantar al guardia preparando sus navajas o en caso de atacar a distancia sus agujas y el dijo a talos de forma fria.
-Disculpe pero ¿aquel hombre es un soldado de roma?, ¿usted lo conoce? si no es el caso debemos estar atento a el por lo que no baje la guardia.-
Dijo mientras seguía cabalgando hacia aquella cabaña que habían visto a lo lejos pero esta ya se encontraba bastante cerca, pero aun teniendo la sonrisa en su rostro cuya no podía aguantar por el espectáculo anterior.
Kagaho1- Status :
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Re: Encrucijada en las montañas
Los hombres cada vez se acercaban más a la cabaña que estaba en las montañas, Lukas todavía no se decidía lo que iba a hacer, no sabia como entretenerlos, como pararlos. Seguro eran guerreros romanos enviados para ayudar a Vergilius y llevarse a Sophia.
Mientras los guerreros seguían mirando hacia la casa y marchaban lentamente.
Lo tenia que hacer, si o si, tendría que distraer de cualquier forma a aquellos caballeros que lentamente marchaban hasta la cabaña...
Sale lentamente de los arbustos en donde estaba caminando y encara a aquellos hombres, que ya estaban a tan solo unos 50 metros de la cabaña
-Hola- Dijo con una vos serena y con una sonrisa de par a par en su rostro. No sabía como reaccionarían aquellas personas, tendría que hacer tiempo de cualquier forma y decir y hacer las cosas como si nada hubiera pasado….hacer tiempo hasta que Manigoldo escapara o en su defecto se ponga a salvo
El tiempo era hermoso…el sol relucía las armaduras de aquellos caballeros sobre el rostro de Lukas, los pájaros hacia un serenata e el lugar con un hermoso canto, y la hermosa brisa matinal hacia que sea un hermoso día en las montañas que rodea a Roma
Mientras los guerreros seguían mirando hacia la casa y marchaban lentamente.
Lo tenia que hacer, si o si, tendría que distraer de cualquier forma a aquellos caballeros que lentamente marchaban hasta la cabaña...
Sale lentamente de los arbustos en donde estaba caminando y encara a aquellos hombres, que ya estaban a tan solo unos 50 metros de la cabaña
-Hola- Dijo con una vos serena y con una sonrisa de par a par en su rostro. No sabía como reaccionarían aquellas personas, tendría que hacer tiempo de cualquier forma y decir y hacer las cosas como si nada hubiera pasado….hacer tiempo hasta que Manigoldo escapara o en su defecto se ponga a salvo
El tiempo era hermoso…el sol relucía las armaduras de aquellos caballeros sobre el rostro de Lukas, los pájaros hacia un serenata e el lugar con un hermoso canto, y la hermosa brisa matinal hacia que sea un hermoso día en las montañas que rodea a Roma
Lukas- Status :
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Re: Encrucijada en las montañas
Talos detuvo el paso de su corcel cuando denoto la prescencia de aquel hombre de cabellos blancos, estaba tranquilo ante al prescencia de aquel individuo aunque claro existian dos posibilidades respecto a su procedencia, o bien podia ser un soldado del lugar, o que venia de patrulla o simplemente a visitar a su familia o por otra aprte podia ser un asaltante quienes vivian de asesinar viajeros por los caminos del imperio, Talos lo miro con total seriedad, esperaba que aquel soldado le diese informacion sobre Vergilius, su corcel se mantenia un poco inquieto asi que el general lo calmo un poco.
- Buen dia - aunque en este caso Talos deberia actuar cauteloso se mostraba como una persona que confiaba con quien hablaba ahora - ire al grano soldado, no me gustan los rodeos, yo soy el general Talos, lider de una de las compañias que luchas por la conquista de los salvajes persas, estoy en busqueda de Vergilius, el hijo de emperador por un asunto de extrema urgencia... me han dicho que ha emprendido camino por esta área, asi que le pregunto, ha visto al hijo del gran Cesar? - el tono de voz de Talos parecia muy conciliador.
El joven miro a su alrededor, una suave brisa hizo que sus cabellos revolotearan mientras los pajaros cantaban timidamente, el sol brillaba en todo lo alto, de repente la mirada conciliadora de Talos cambio y una intimidante mirada se clavo en el extraño - Tambien le advierto.... detesto a los mentirosos -
- Buen dia - aunque en este caso Talos deberia actuar cauteloso se mostraba como una persona que confiaba con quien hablaba ahora - ire al grano soldado, no me gustan los rodeos, yo soy el general Talos, lider de una de las compañias que luchas por la conquista de los salvajes persas, estoy en busqueda de Vergilius, el hijo de emperador por un asunto de extrema urgencia... me han dicho que ha emprendido camino por esta área, asi que le pregunto, ha visto al hijo del gran Cesar? - el tono de voz de Talos parecia muy conciliador.
El joven miro a su alrededor, una suave brisa hizo que sus cabellos revolotearan mientras los pajaros cantaban timidamente, el sol brillaba en todo lo alto, de repente la mirada conciliadora de Talos cambio y una intimidante mirada se clavo en el extraño - Tambien le advierto.... detesto a los mentirosos -
Talos- Juez del Inframundo
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Kyrios
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Re: Encrucijada en las montañas
Kagaho cabalgaba lentamente ante aquel camino donde se podía ver una cabaña este se encontraba junto a su nuevo jefe Talos, el cual era un comandante de la guerra contra los persas, este logro ver a un hombre de cabello blanco que salia de los arbustos este tenia una sonrisa de lado a lado y aprecia ser amable pero Kagaho podía ver claramente detrás de este sabiendo que era una falsa sonrisa por lo que se mantuvo cerca de el atento mientras talos le hacia unas preguntas, ya que para el no era de confiar al detonar aquella falsa sonrisa.
Esperando a que aquel hombre respondiera las preguntas de talos se puso a mirar para todos lados vigilando al zona para ver si no encontraba ningún otro lugar el cual esconderse o si alguien mas se encontraba escondite por allí sonaba algo paranoico pero el trabajo de guarda espaldas es justamente por eso por lo paranoico que esta su jefe, se acerco un poco a la cabaña alejándose de talo y aquel hombre y trato de ver a lo lejos por al ventana pero solos e veían unas sombras allí que parecían estar conversando.
Esperando a que aquel hombre respondiera las preguntas de talos se puso a mirar para todos lados vigilando al zona para ver si no encontraba ningún otro lugar el cual esconderse o si alguien mas se encontraba escondite por allí sonaba algo paranoico pero el trabajo de guarda espaldas es justamente por eso por lo paranoico que esta su jefe, se acerco un poco a la cabaña alejándose de talo y aquel hombre y trato de ver a lo lejos por al ventana pero solos e veían unas sombras allí que parecían estar conversando.
Kagaho1- Status :
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Re: Encrucijada en las montañas
Luego de escuchar las preguntas que el general talos le había dicho, Lukas no tuvo otra opción que recurrir a la mentira, el segundo caballeros que estaba allí los dejo atrás y observaba atentamente la casa…al ver que el segundo caballeros hizo esa acción Lukas dio vuelta su cabeza viendo a aquel hombre.
-Un Hombre…con un hermoso caballo hace unas horas paso por aquí…muy rápidamente, debe ser el hijo del emperador, ya que tenia una armadura que resplandecía y parecía de la realeza- Dijo mientras volteaba lentamente su cabeza hacia el lugar donde estaba Talos con su caballo.
-Más no le puedo decir…caballeros...nose..nada mas - Dijo mientras se volteaba para irse hacia atrás. y dejarlos en el camino, el segundo caballero ya comenzaba a posicionar su mano en su espada que colgaba sobre su cinturón, obviamente Lukas sabia que esa simple mentira no bastaría para detenerlos, por eso estaba preparado para lo peor, ¿una batalla contra dos hombres de alto rango dentro de las filas Romanas?, Lukas lo que menos que quería que pasara, era una pelea…pero si era la ultima opción tendría que hacerlo, no porque el sea débil, sino porque eran dos personas y allí habría debilidad
-Un Hombre…con un hermoso caballo hace unas horas paso por aquí…muy rápidamente, debe ser el hijo del emperador, ya que tenia una armadura que resplandecía y parecía de la realeza- Dijo mientras volteaba lentamente su cabeza hacia el lugar donde estaba Talos con su caballo.
-Más no le puedo decir…caballeros...nose..nada mas - Dijo mientras se volteaba para irse hacia atrás. y dejarlos en el camino, el segundo caballero ya comenzaba a posicionar su mano en su espada que colgaba sobre su cinturón, obviamente Lukas sabia que esa simple mentira no bastaría para detenerlos, por eso estaba preparado para lo peor, ¿una batalla contra dos hombres de alto rango dentro de las filas Romanas?, Lukas lo que menos que quería que pasara, era una pelea…pero si era la ultima opción tendría que hacerlo, no porque el sea débil, sino porque eran dos personas y allí habría debilidad
Lukas- Status :
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Re: Encrucijada en las montañas
Tal y como lo esperaba, el mundo y especialmente los humanos estaban tejidos bajo una base de mentiras, su vida, sus acciones, la forma de pensar, todo se reunia bajo una sola palabra: el mentir, la verdad era una utopia que ni siquiera los mimisimos dioses podian alcanzar, eso era lo que pensaba Talos, nunca una persona seria capaz de contarle lo que realmente ocurria y aunque contara una parte siempre existiria aquel deliciosos toque de la mentira.
El general alejo su mano de su espda y cambio su mirada por un rostro totalmente amable, mientras conversaba con aquel sujeto observo de reojo a kagaho, haber elegido a un asesino a sueldo como su guardaespaldas le daba muchas ventajas, su desconfianza y el afan de conocer el terrero donde se encontraban le otorgaban a el general informacion que no tenia que buscar por sus propios medios si no que estaba alli por la manera en que actuaba su escolta.
Talos era un maestro de la actuacion, pero aun mas le gustaba jugar con todas las personas que conocia, acaso no habia jugado antes ya con personas tan importantes como el mismisimo emperador? ver como actuaban cada persona ante diferentes situaciones le era placentero, tanto como si fuese el titiritero de sus vidas.
- Que valiosa informacion, pero no conozco su nombre para agradecerle - Talos extendio su mano en señal de saludo para aquel extraño - aunque hemos tenido un largo viaje desde Roma y nuestros caballos estan sedientos y tengo un poco de hambre, ciudadano Romano, podria atendernos en su casa mientras descansamos unos momentos? - el general saco una bolsita la cual tenia unas cuantas monedas de oro, sea como sea la situacion era una trampa para aquel extraño - si nos atiende bien, procurare ser muy... generoso - el hombre sonreia ante el extraño pero mas para si mismo espectante de lo que haria este
El general alejo su mano de su espda y cambio su mirada por un rostro totalmente amable, mientras conversaba con aquel sujeto observo de reojo a kagaho, haber elegido a un asesino a sueldo como su guardaespaldas le daba muchas ventajas, su desconfianza y el afan de conocer el terrero donde se encontraban le otorgaban a el general informacion que no tenia que buscar por sus propios medios si no que estaba alli por la manera en que actuaba su escolta.
Talos era un maestro de la actuacion, pero aun mas le gustaba jugar con todas las personas que conocia, acaso no habia jugado antes ya con personas tan importantes como el mismisimo emperador? ver como actuaban cada persona ante diferentes situaciones le era placentero, tanto como si fuese el titiritero de sus vidas.
- Que valiosa informacion, pero no conozco su nombre para agradecerle - Talos extendio su mano en señal de saludo para aquel extraño - aunque hemos tenido un largo viaje desde Roma y nuestros caballos estan sedientos y tengo un poco de hambre, ciudadano Romano, podria atendernos en su casa mientras descansamos unos momentos? - el general saco una bolsita la cual tenia unas cuantas monedas de oro, sea como sea la situacion era una trampa para aquel extraño - si nos atiende bien, procurare ser muy... generoso - el hombre sonreia ante el extraño pero mas para si mismo espectante de lo que haria este
Talos- Juez del Inframundo
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Kyrios
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Re: Encrucijada en las montañas
Kagaho observaba detenidamente aquella cabaña que se encontraba en el bosque las siluetas aun no las podía definir pero no importaba mucho ya que aunque las viera no podría reconocer al hijo del emperador ya que nunca lo había visto, escucho las palabras de aquel hombre de sonrisa falsa, y volteando hacia a el le dijo al terminar de hablar.
-Vaya Talos espero tengas mas de eso sino como me pagaras, estas haciendo perder mi tiempo comandante, y esto aburrí la verdad, ya quiero acción, oye tu el de la sonrisa falsa no me engañas ya habla esto se me hace aburrido, si vistes al hombre de la brillante armadura eso quiere decir que vistes en que dirección se fue, no mientas y danos la información completa-
Dijo mientras el corsel negro sentía los sentimientos de este y se elevaba desesperado ya que se dice que los caballos siempre tienen un vinculo con su montador y la habilidad de sentir lo mismo que el, mientras Kagaho intentaba calmar a aquel corsel desconocido para el esperaba la respuesta de ese hombre de sonrisa falsa el cual no decía su nombre
-Vaya Talos espero tengas mas de eso sino como me pagaras, estas haciendo perder mi tiempo comandante, y esto aburrí la verdad, ya quiero acción, oye tu el de la sonrisa falsa no me engañas ya habla esto se me hace aburrido, si vistes al hombre de la brillante armadura eso quiere decir que vistes en que dirección se fue, no mientas y danos la información completa-
Dijo mientras el corsel negro sentía los sentimientos de este y se elevaba desesperado ya que se dice que los caballos siempre tienen un vinculo con su montador y la habilidad de sentir lo mismo que el, mientras Kagaho intentaba calmar a aquel corsel desconocido para el esperaba la respuesta de ese hombre de sonrisa falsa el cual no decía su nombre
Kagaho1- Status :
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Re: Encrucijada en las montañas
Los nervios de Lukas ya había cesado, al ver que los jóvenes no sospecharon de nada, sabría que en algún momento vendrían, pero no importaba, total seguramente Manigoldo en ese entonces no se encontraría en la cabaña, ya habría escapado de allí con Sophia en sus brazos.
Luego de escuchar la al general Talos decidió a responder con gratitud ante el hombre de pelo blanco.
-Mi Nombre es Lukas, un gusto- Dijo el muchacho mientras extendía su mano para saludar a Talos cordialmente, no debería tratar mal a un general, de ser así la pasaría mal en ese momento.
Después de unos segundos el joven dueño de la cabaña pudo escuchar como el otro muchacho, desconocido aun, todavía desconfiaba
-Ah me eh olvidado, se fue en aquella dirección-dijo mientras con su dedo índice apuntaba al oeste de las montañas del lugar, sin embargo aun después de responder con amabilidad, Lukas pudo notar una alta desconfianza proveniente del muchacho encapuchado, no le dio importancia y se fue caminando el solo hacia la cabaña.
-Realmente no tengo nada de comida, veré si les puedo dar agua, general, quédense bajo ese árbol, el viento matinal los hará sentir bien, les traeré agua- dijo mientras se iba a buscar agua a un pozo que se encontraba a varios metros de la casa.
Lo que menos quería Lukas en ese momento era que pisen la casa ya que allí estaban vergilius y Manigoldo en una discusión, por eso les daba un poco de agua, y que luego se marchen, el joven no quería mas seguir fingiendo
Luego de escuchar la al general Talos decidió a responder con gratitud ante el hombre de pelo blanco.
-Mi Nombre es Lukas, un gusto- Dijo el muchacho mientras extendía su mano para saludar a Talos cordialmente, no debería tratar mal a un general, de ser así la pasaría mal en ese momento.
Después de unos segundos el joven dueño de la cabaña pudo escuchar como el otro muchacho, desconocido aun, todavía desconfiaba
-Ah me eh olvidado, se fue en aquella dirección-dijo mientras con su dedo índice apuntaba al oeste de las montañas del lugar, sin embargo aun después de responder con amabilidad, Lukas pudo notar una alta desconfianza proveniente del muchacho encapuchado, no le dio importancia y se fue caminando el solo hacia la cabaña.
-Realmente no tengo nada de comida, veré si les puedo dar agua, general, quédense bajo ese árbol, el viento matinal los hará sentir bien, les traeré agua- dijo mientras se iba a buscar agua a un pozo que se encontraba a varios metros de la casa.
Lo que menos quería Lukas en ese momento era que pisen la casa ya que allí estaban vergilius y Manigoldo en una discusión, por eso les daba un poco de agua, y que luego se marchen, el joven no quería mas seguir fingiendo
Lukas- Status :
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Re: Encrucijada en las montañas
Talos ya se estaba cansando de toda la espera, de buscar a vergilius y el viaje que habia emprendido desde Persia ya estaba causando mella en el, se sentia muy cansado, sin mas pistas del heredero romano, deberia volver a la ciudad y empezar su busqueda desde otro lado, tal vez averiguando que fue lo que lo animo a salir de la ciudad, al menos descansar una noche y reponer sus energias, el sol empezaba a tornarse mas fastidioso, el general no decidio esperar a aquel joven llamado Lukas, monto en su caballo y se dirigio al poso donde se encontraba.
- Agradezco su atencion pero debo irme Lukas - el peliplata le sonrio amablemente, mientras monto a su caballo y le ordeno que empezara a cabalgar rapidamente, volveria a Roma, Talos se sentia un poco estupido, justo el cansansio habia sido su enemigo, y era algo raro en los años de entrenamiento que habia experimentado en la legion, aparte de Vergilius habia otra cosa que rondaba en su mente, Alizé, aunque aun estaba enojado con el se preocupaba un poco por el chico, es demasiado estupido y un iman para los problemas, mas le vale que estuviese en a villa de Talos, o si no ni iria a buscarle, no iba a ser niñera de nadie.
- Agradezco su atencion pero debo irme Lukas - el peliplata le sonrio amablemente, mientras monto a su caballo y le ordeno que empezara a cabalgar rapidamente, volveria a Roma, Talos se sentia un poco estupido, justo el cansansio habia sido su enemigo, y era algo raro en los años de entrenamiento que habia experimentado en la legion, aparte de Vergilius habia otra cosa que rondaba en su mente, Alizé, aunque aun estaba enojado con el se preocupaba un poco por el chico, es demasiado estupido y un iman para los problemas, mas le vale que estuviese en a villa de Talos, o si no ni iria a buscarle, no iba a ser niñera de nadie.
Talos- Juez del Inframundo
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Re: Encrucijada en las montañas
El general Talos se había ido del lugar, Lukas ya había pasado la peor parte, el hombre de pelo blanco desapareció, y la mentira fue efectiva, por lo cual, el muchacho al saber esto, paso su manos por sobre su frente y se limpio la transpiración, en señal de salvación ante los hechos ocurridos.
Luego de hacer ese gesto de alivio miro hacia la cabaña nuevamente, ningún movimiento sobre aquella, tal vez si lo había, pero la mirada cansada de Lukas hacia ver las cosas con distorsión, talvez se estaban matando y el muchacho de pelo blanco no se daba cuenta.
Trato de ver nuevamente pero no vio nada, supo en ese entonces que, no tenia que ir nuevamente, eso alteraría las cosas para mal, debía irse hacia otro lugar, irse de las montañas a otro sitio sin importar cual sea y volver en unos días.
La duda era tremenda, No sabía el sitio y ni siquiera con quien ir, debería ir nuevamente a la nada…Para el muchacho el significa de la nada…era Roma.
No tenia otra opción, pero tenia que hacerlo, para escapar de Vergilius y de su cabaña en medio de las montañas.
-Debo hacerlo- Pensó, Pensó en si mismo, mientras caminaba lentamente hacia la ciudad de roma para quedarse nuevamente allí, en algún lugar iba a estar, aunque le costara conseguirlo, sino de todos modos visitaría el otro lado del Tíber para hacer la misma vida de antes
-Bueno ahora si, apresuraré el paso, debo alejarme de este lugar lo antes posibles- Lo dijo en su interior mientras comenzaba con una corrida veloz entre las montañas del lugar.
Luego de hacer ese gesto de alivio miro hacia la cabaña nuevamente, ningún movimiento sobre aquella, tal vez si lo había, pero la mirada cansada de Lukas hacia ver las cosas con distorsión, talvez se estaban matando y el muchacho de pelo blanco no se daba cuenta.
Trato de ver nuevamente pero no vio nada, supo en ese entonces que, no tenia que ir nuevamente, eso alteraría las cosas para mal, debía irse hacia otro lugar, irse de las montañas a otro sitio sin importar cual sea y volver en unos días.
La duda era tremenda, No sabía el sitio y ni siquiera con quien ir, debería ir nuevamente a la nada…Para el muchacho el significa de la nada…era Roma.
No tenia otra opción, pero tenia que hacerlo, para escapar de Vergilius y de su cabaña en medio de las montañas.
-Debo hacerlo- Pensó, Pensó en si mismo, mientras caminaba lentamente hacia la ciudad de roma para quedarse nuevamente allí, en algún lugar iba a estar, aunque le costara conseguirlo, sino de todos modos visitaría el otro lado del Tíber para hacer la misma vida de antes
-Bueno ahora si, apresuraré el paso, debo alejarme de este lugar lo antes posibles- Lo dijo en su interior mientras comenzaba con una corrida veloz entre las montañas del lugar.
Lukas- Status :
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Re: Encrucijada en las montañas
Ahora una encrucijada…por lo visto el camino que indicaron los ancianos se cumple tal cual…que bien, eso significa que no estoy completamente perdido. comenté mientras llegaba a un enorme cruce de caminos que me podían conducir a otros tres senderos radicalmente distintos, el problema radicaba en no escoger uno equivocado e ir a parar a un acantilado o algo así.
El terreno donde me encontraba estaba conformado por enormes riscos que circundaban una serie de rutas zigzagueantes que se perdían en una maraña de rocas y árboles que sobresalían por cualquier lado para dar vueltas bruscas y en ocasiones, devolverse por rincones literalmente perdidos en medio de la nada. La encrucijada como tal era un cruce entre varios de estos caminos que sumando por el que había llegado, hacían cuatro diferentes senderos que poder seguir y todos cubiertos por un grueso manto de césped y varios árboles circundando el perímetro como un enorme domo protector…la naturaleza era por demás curiosa cuando se encaprichaba en hacer aquel tipo de cosas.
Bien...la idea es seguir al norte y de allí…eh…continuar, realmente no recuerdo demasiado las instrucciones. murmuré mientras me rascaba la cabeza para intentar rememorar a la perfección lo que habían dicho los ancianos de las villas anteriores: si venía del suroeste, tomando como referencia uno o dos puntos en específico, se suponía que para seguir al norte debía tomar el camino ubicado a mi izquierda inmediata. Supongo que es la mejor opción… comenté para mirar el horizonte que había más allá de la ruta que había recién considerado: un enorme muro de montañas grises con nubarrones de semejante color dominando por encima de estas y para rematar la vista, un montón de manchas oscuras que si no estaba mal, eran puros bosques helados. Asegurándome de tener todo a mano, abrí un poco la bolsa de frutas que había recogido antes para sacar uno de estos, mordisquearlo y continuar con mis pasos en dirección a una villa que empezaba a dudar que existiera…pero bueno, no importaba. Algo debía encontrar, tampoco que es varias personas de asentamientos totalmente diferentes iban a estar equivocados, o al menos eso era lo que me decía el instinto.
El terreno donde me encontraba estaba conformado por enormes riscos que circundaban una serie de rutas zigzagueantes que se perdían en una maraña de rocas y árboles que sobresalían por cualquier lado para dar vueltas bruscas y en ocasiones, devolverse por rincones literalmente perdidos en medio de la nada. La encrucijada como tal era un cruce entre varios de estos caminos que sumando por el que había llegado, hacían cuatro diferentes senderos que poder seguir y todos cubiertos por un grueso manto de césped y varios árboles circundando el perímetro como un enorme domo protector…la naturaleza era por demás curiosa cuando se encaprichaba en hacer aquel tipo de cosas.
Bien...la idea es seguir al norte y de allí…eh…continuar, realmente no recuerdo demasiado las instrucciones. murmuré mientras me rascaba la cabeza para intentar rememorar a la perfección lo que habían dicho los ancianos de las villas anteriores: si venía del suroeste, tomando como referencia uno o dos puntos en específico, se suponía que para seguir al norte debía tomar el camino ubicado a mi izquierda inmediata. Supongo que es la mejor opción… comenté para mirar el horizonte que había más allá de la ruta que había recién considerado: un enorme muro de montañas grises con nubarrones de semejante color dominando por encima de estas y para rematar la vista, un montón de manchas oscuras que si no estaba mal, eran puros bosques helados. Asegurándome de tener todo a mano, abrí un poco la bolsa de frutas que había recogido antes para sacar uno de estos, mordisquearlo y continuar con mis pasos en dirección a una villa que empezaba a dudar que existiera…pero bueno, no importaba. Algo debía encontrar, tampoco que es varias personas de asentamientos totalmente diferentes iban a estar equivocados, o al menos eso era lo que me decía el instinto.
Milanor- Cantidad de envíos : 78
Re: Encrucijada en las montañas
El camino de salida del pequeño pueblo perdido en las montañas resultaba un tanto extraño de transitar, era como si las plantas y el viento se hubieran dementado por acción de algún elemento totalmente ajeno a la misma fuerza de la naturaleza que dominaba aquellos solitarios parajes. Era como si todo el ambiente quisiera advertir sobre algo importante y trascendental pero obviamente, era en vano. Menuda cosa curiosa.
Los árboles que bordeaban la ruta se mecían con más violencia de lo que resultaba normal, sus hojas se lanzaban con ligereza y eran agitadas por una brisa que de a ratos golpeaba directamente en la cara, levantando humaredas de polvo seco y dejando que algunos guijarros mas posicionados desgarraran y golpearan algunos roedores perdidos. Era como si la naturaleza se encontrara muriendo poco a poco…o al menos, entrara en un estado de somnolencia bastante pesado. El piso, normalmente de un color marrón vivaracho estaba teñido de gris con pequeños manchones negros que se correspondían con varios charcos de agua estancada en lugares donde la tierra se hundía. Seguramente poco atrás había llovido...
No me gusta para nada todo esto… murmuré en voz baja, mientras me aseguraba de que todas mis cosas estuvieran en su sitio mientras posaba mi vista en el cielo, notando como las nubes se acumulaban las unas sobre las otras, arremolinándose de forma lenta pero segura, oscureciendo poco a poco todo el ambiente. Ahora lo que me dictaba el instinto era que…acampara y no me moviera por ahora, y si algo me había salvado hasta ahora era eso, el instinto. Pues bien...creo que no hará daño quedarme aquí mientras tanto. finalicé con una ceja levantada mientras me preparaba para pasar la noche en el sitio sin detenerme a pensar demasiado en porque el clima se había vuelto tan raro.
Los árboles que bordeaban la ruta se mecían con más violencia de lo que resultaba normal, sus hojas se lanzaban con ligereza y eran agitadas por una brisa que de a ratos golpeaba directamente en la cara, levantando humaredas de polvo seco y dejando que algunos guijarros mas posicionados desgarraran y golpearan algunos roedores perdidos. Era como si la naturaleza se encontrara muriendo poco a poco…o al menos, entrara en un estado de somnolencia bastante pesado. El piso, normalmente de un color marrón vivaracho estaba teñido de gris con pequeños manchones negros que se correspondían con varios charcos de agua estancada en lugares donde la tierra se hundía. Seguramente poco atrás había llovido...
No me gusta para nada todo esto… murmuré en voz baja, mientras me aseguraba de que todas mis cosas estuvieran en su sitio mientras posaba mi vista en el cielo, notando como las nubes se acumulaban las unas sobre las otras, arremolinándose de forma lenta pero segura, oscureciendo poco a poco todo el ambiente. Ahora lo que me dictaba el instinto era que…acampara y no me moviera por ahora, y si algo me había salvado hasta ahora era eso, el instinto. Pues bien...creo que no hará daño quedarme aquí mientras tanto. finalicé con una ceja levantada mientras me preparaba para pasar la noche en el sitio sin detenerme a pensar demasiado en porque el clima se había vuelto tan raro.
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Re: Encrucijada en las montañas
La noche se había apoderado del cielo, ennegreciendo toda la bóveda que dominaba el mundo para dejar entrever la luz de las estrellas que extrañamente, brillaban con una intensidad impresionante…de cierta forma, aquello podía ser considerado un mal augurio más que uno positivo, ya que ese destello parecía alertar de una catástrofe inminente. Ese era el mensaje que captaba Milanor, un pequeño ladronzuelo que aparentaba menos años de los que en realidad tenía; con diecisiete años vividos y una cara que decían era de entre diez o doce, la vida no se hacía fácil…pero claro, si no fuera porque el estilo de su familia siempre había sido vivir como nómadas las cosas ni siquiera se hubieran visto tan “fáciles” como tal. Esa era la forma en que había aprendido a vivir: robar, huir y aprovechar cualquier oportunidad de avanzar, sin hacer algo realmente productivo con su vida más que pasar por ese ciclo una y otra y otra vez.
Sigh...me pregunto que demonios habrá sido esa cosa. murmuró el ladrón, mirando directamente al cielo y observando como las estrellas brillaban más en un zona alejada del cielo que por donde se encontraba el mismo... Extraño. dijo en un tono de voz algo débil, levantándose para trepar el árbol donde se había apoyado y dirigir la vista en dirección a lo que parecía ser el epicentro de todo el tumulto...aunque observándolo bien, era como si las estrellas señalaran a un punto en particular del mundo ...? Aunque no estaba muy enterado de todo el asunto de la energía extraña de la que le había hablado el viejo, podía sentir que más allá sucedía algo que inherentemente tenía algo que ver con ese mismo tópico…o al menos, con algo muy, muy parecido. Ese algo no le causaba la mejor de las sensaciones al ladrón, quien decidió ir hasta allá a averiguar más detalles de que era lo que pasaba en realidad…así que de un salto, Milanor desapareció de la zona adyacente a la encrucijada de las montañas en dirección a su nuevo destino, que pasaba la zona de las cordilleras e iba mucho más allá hacia terrenos desconocidos hasta ahora por el tan llamado Lobo Plateado.
Sigh...me pregunto que demonios habrá sido esa cosa. murmuró el ladrón, mirando directamente al cielo y observando como las estrellas brillaban más en un zona alejada del cielo que por donde se encontraba el mismo... Extraño. dijo en un tono de voz algo débil, levantándose para trepar el árbol donde se había apoyado y dirigir la vista en dirección a lo que parecía ser el epicentro de todo el tumulto...aunque observándolo bien, era como si las estrellas señalaran a un punto en particular del mundo ...? Aunque no estaba muy enterado de todo el asunto de la energía extraña de la que le había hablado el viejo, podía sentir que más allá sucedía algo que inherentemente tenía algo que ver con ese mismo tópico…o al menos, con algo muy, muy parecido. Ese algo no le causaba la mejor de las sensaciones al ladrón, quien decidió ir hasta allá a averiguar más detalles de que era lo que pasaba en realidad…así que de un salto, Milanor desapareció de la zona adyacente a la encrucijada de las montañas en dirección a su nuevo destino, que pasaba la zona de las cordilleras e iba mucho más allá hacia terrenos desconocidos hasta ahora por el tan llamado Lobo Plateado.
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Re: Encrucijada en las montañas
El camino se estaba alargando más de la cuenta, obraba en cierta manera a favor de los presos de guerra. Una mescolanza de situaciones cobraban fuerza a medida que todo se aletargaba como un distante sueño, de esos en los que la mente trabaja pero no llega a ningún sitio. No era que al general de legión le preocupara el clamor popular de la llegada o de lo que sus hombres ansiaban, daba un pequeño indicio de que estaba absorto y comprendía que una vez llegado a su hogar nada encontraría más que el tedioso ritmo habitual de un ser de sociedad.
Como la mayoría de los generales de campo, aquella vida civil le era insuficiente, al menos, ahora que habían establecido una especie de circo en el coliseo podría recrearse en lo que pasaba su tiempo, él hubiera deseado que su último rival, la mal formada milicia celta le hubiese presentado un reto a la par de su mentalidad agil y estratega, pero en el clamor de la batalla la decepción inundó sus ojos con un manto de resignación. Esa batalla no era digna de ser confrontada.
Por lo que dejó a su segundo al mando a cargo de la contraofensiva, cansado, abrumado y encerrado en su tienda de mando, los sonidos de la batalla le parecían ajenos, su mundo estaba extinguiéndose como la llama misma que pendía de un precario candelabro. Ni siquiera las buenas noticias de la victoria parecieron animarle a pesar del rostro sádico y sangriento de su tribuno al momento de reportarle los sucesos de tan bélico suceso.
Por ahora, sus ideas eran contradictorias, se encontraba en su propio dilema en este sitio, varado con miles de soldados y un centenar de esclavos...
Como la mayoría de los generales de campo, aquella vida civil le era insuficiente, al menos, ahora que habían establecido una especie de circo en el coliseo podría recrearse en lo que pasaba su tiempo, él hubiera deseado que su último rival, la mal formada milicia celta le hubiese presentado un reto a la par de su mentalidad agil y estratega, pero en el clamor de la batalla la decepción inundó sus ojos con un manto de resignación. Esa batalla no era digna de ser confrontada.
Por lo que dejó a su segundo al mando a cargo de la contraofensiva, cansado, abrumado y encerrado en su tienda de mando, los sonidos de la batalla le parecían ajenos, su mundo estaba extinguiéndose como la llama misma que pendía de un precario candelabro. Ni siquiera las buenas noticias de la victoria parecieron animarle a pesar del rostro sádico y sangriento de su tribuno al momento de reportarle los sucesos de tan bélico suceso.
Por ahora, sus ideas eran contradictorias, se encontraba en su propio dilema en este sitio, varado con miles de soldados y un centenar de esclavos...
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Re: Encrucijada en las montañas
Inexpresivo y con la mirada extraviada hacia las montañas, Demesio permanecía absorto en sus propios pensamientos. Había tenido una pequeña reunión con los oficiales de la vigésima tercera. Las ordenes del general de legión eran extrañas, todo daba a entender que el mismo comandante retrasaba la llegada por alguna razón nada justificada.
¿Qué demonios pasa por su cabeza general?
Formuló en su mente al tiempo que su mano dura, áspera y curtida por miles de batallas entabladas recorría su mejilla izquierda a modo de caricia. De pronto algo inusual cobró sentido en su interior, ¿era a caso que el general estaba hastiado de todo lo que Roma ahora representaba? ¿Quizá era una forma de percibir el comportamiento del general como una señal de que su patria ya no existía más? La sola idea de que eso fuera posible enervaba la tranquilidad de Demesio.
- Maldito loco arrogante...
Sus palabras fluyeron en un leve susurro mientras sus ojos se encendían al comenzar a comulgar con las ideas de su general. Si bien, dentro de las filas castrenses era habitual que los oficiales tuvieran un apego de lealtad a sus comandantes, en Demesio era desconocido pero por ahora se mantenía firme, servicial y más que nada apegado a su código de guerrero el cual siempre anteponía al bienestar propio.
- Muchacho... que establezcan un perímetro de 50 yardas a la redonda, que una patrulla se organice y que la empalizada comience a levantarse. El general ha decidido establecer el destacamento en este sitio y quiera Dios que no se esté equivocando de principios.
Marcus, un novato entre la legión asintió y con un ligero golpe de su puño en su armadura plateada acataba la orden. Con la velocidad que da la juventud, aquel mancebo recorría trechos sin importarle que las precarias sandalias evitaran cuidar sus pies que la carrera cuesta abajo se le presentaba como un martirio sin descanso.
¿Qué demonios pasa por su cabeza general?
Formuló en su mente al tiempo que su mano dura, áspera y curtida por miles de batallas entabladas recorría su mejilla izquierda a modo de caricia. De pronto algo inusual cobró sentido en su interior, ¿era a caso que el general estaba hastiado de todo lo que Roma ahora representaba? ¿Quizá era una forma de percibir el comportamiento del general como una señal de que su patria ya no existía más? La sola idea de que eso fuera posible enervaba la tranquilidad de Demesio.
- Maldito loco arrogante...
Sus palabras fluyeron en un leve susurro mientras sus ojos se encendían al comenzar a comulgar con las ideas de su general. Si bien, dentro de las filas castrenses era habitual que los oficiales tuvieran un apego de lealtad a sus comandantes, en Demesio era desconocido pero por ahora se mantenía firme, servicial y más que nada apegado a su código de guerrero el cual siempre anteponía al bienestar propio.
- Muchacho... que establezcan un perímetro de 50 yardas a la redonda, que una patrulla se organice y que la empalizada comience a levantarse. El general ha decidido establecer el destacamento en este sitio y quiera Dios que no se esté equivocando de principios.
Marcus, un novato entre la legión asintió y con un ligero golpe de su puño en su armadura plateada acataba la orden. Con la velocidad que da la juventud, aquel mancebo recorría trechos sin importarle que las precarias sandalias evitaran cuidar sus pies que la carrera cuesta abajo se le presentaba como un martirio sin descanso.
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Re: Encrucijada en las montañas
Insurrección... palabra que cobraba fuerza en las filas de la vigésima tercera. Aunque nadie sabía los motivos claros por la repentina parada en las montañas, muchos comenzaban a intuir una posible separación de la legión por Roma. La pregunta que flotaba en el aire era si aquellos soldados, maltrechos y arrancados de sus hogares seguirían a su general en contra de su patria que los había visto partir.
En lugar de ser recibidos como héroes llegarían a Roma como villanos y traidores, como parias de una sociedad que les había dado cobijo y una cultura de la cual sentirse orgullosos. Sólo el alto código moral del legionario impedía una deserción en desbandada, y es que desde que empezó la campaña en contra de las tierras celtas cada hombre había encontrado una segunda familia, habían sufrido terribles dificultades y penosas causalidades por el misterioso destino.
Ninguno de los que conformaban a la vigésima tercera idealizaba abandonar a cualquiera de sus compañeros. Pero una cosa era cierta, seguirían a donde quiera que fuera las ordenanzas del segundo al mando, de aquel tribuno que sabía hacer las cosas de una manera poco ortodoxa pero efectiva. Demesio sin duda corregiría los errores del general y si en todo caso se levantaban en armas contra Roma al menos estaban seguros que tendrían alguna oportunidad con él en el mando.
Todos los esclavos que aún quedaban estaban ajenos a la marejada que se agitaba en los corazones de los soldados. El dilema estaba sobre la mesa, seguir hacia Roma y dar parte de las situaciones ocurridas o quedarse, prepararse y aceptar la idea de una posible revuelta de la vigésima tercera en las propias tierras romanas.
En lugar de ser recibidos como héroes llegarían a Roma como villanos y traidores, como parias de una sociedad que les había dado cobijo y una cultura de la cual sentirse orgullosos. Sólo el alto código moral del legionario impedía una deserción en desbandada, y es que desde que empezó la campaña en contra de las tierras celtas cada hombre había encontrado una segunda familia, habían sufrido terribles dificultades y penosas causalidades por el misterioso destino.
Ninguno de los que conformaban a la vigésima tercera idealizaba abandonar a cualquiera de sus compañeros. Pero una cosa era cierta, seguirían a donde quiera que fuera las ordenanzas del segundo al mando, de aquel tribuno que sabía hacer las cosas de una manera poco ortodoxa pero efectiva. Demesio sin duda corregiría los errores del general y si en todo caso se levantaban en armas contra Roma al menos estaban seguros que tendrían alguna oportunidad con él en el mando.
Todos los esclavos que aún quedaban estaban ajenos a la marejada que se agitaba en los corazones de los soldados. El dilema estaba sobre la mesa, seguir hacia Roma y dar parte de las situaciones ocurridas o quedarse, prepararse y aceptar la idea de una posible revuelta de la vigésima tercera en las propias tierras romanas.
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Re: Encrucijada en las montañas
El desconcierto general se extendía de forma unilateral, similar a un viejo bosque consumido por llamas intensas. El fervor de la legión comenzaba a crecer gradualmente e inversamente proporcional a la esperanza de lo esclavos por conocer bien un destino. La especulación a cerca del levantamiento de la vigésima tercera seguía en el aire, aunque nadie daba por hecho pelear contra Roma, muchos soldados estaban dejando de lado sus votos con la patria para fortalecer los del alma, los del compañerismo y la lealtad hacia el amigo.
- ¿Por qué aún nos mantenemos en este sitio?
Pregunta que pudo ser elaborada por todos aquellos esclavos, que privados de la libertad y la dignidad se miraban unos a otros. Enfermos, sucios y maltrechos también tenían sus propias ideas del estancamiento al que estaban ligados.
- El mundo avanza a pesar de las acciones a la que es sometido por sus habitantes...
Bhaldoris dirigió una mirada de extrema confusión hacia su amigo Zelg. Aunque él había lanzado aquella pregunta había sido el chico pelirrojo el encargado de responderla mientras unos y otros se encogían de hombros o estiraban los brazos y agitaban levemente las piernas para desembarazarse del atenuado pero a la vez presente cansancio.
- Como siempre Zelg sólo tú y tus expresiones resultan de gran ayuda. Al menos deberías de sentirte afortunado de que se de criterio amplio, tú sabes como alteras a los demás y siempre terminas vapuleado.
Una esporádica sonrisa aparecía a lo largo del rostro de Bhaldoris tratando de emitir algún indicio de vida en el apático rostro de su amigo. Zelg por otro lado había sido ajeno a las palabras de su compañero, sólo estaba sentado con la mirada clavada en una fogata cercana sin preocuparse del verdadero motivo por el cual los legionarios no habían emprendido de nuevo el viaje a casa, le daba lo mismo lo que pasara en ese o en otros distintos sitios.
- ¿Por qué aún nos mantenemos en este sitio?
Pregunta que pudo ser elaborada por todos aquellos esclavos, que privados de la libertad y la dignidad se miraban unos a otros. Enfermos, sucios y maltrechos también tenían sus propias ideas del estancamiento al que estaban ligados.
- El mundo avanza a pesar de las acciones a la que es sometido por sus habitantes...
Bhaldoris dirigió una mirada de extrema confusión hacia su amigo Zelg. Aunque él había lanzado aquella pregunta había sido el chico pelirrojo el encargado de responderla mientras unos y otros se encogían de hombros o estiraban los brazos y agitaban levemente las piernas para desembarazarse del atenuado pero a la vez presente cansancio.
- Como siempre Zelg sólo tú y tus expresiones resultan de gran ayuda. Al menos deberías de sentirte afortunado de que se de criterio amplio, tú sabes como alteras a los demás y siempre terminas vapuleado.
Una esporádica sonrisa aparecía a lo largo del rostro de Bhaldoris tratando de emitir algún indicio de vida en el apático rostro de su amigo. Zelg por otro lado había sido ajeno a las palabras de su compañero, sólo estaba sentado con la mirada clavada en una fogata cercana sin preocuparse del verdadero motivo por el cual los legionarios no habían emprendido de nuevo el viaje a casa, le daba lo mismo lo que pasara en ese o en otros distintos sitios.
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Re: Encrucijada en las montañas
- Veamos como está esto.
Una delgada lluvia similar a pequeñas agujas heladas se mantenía sobre el fortificado destacamento de la vigésima tercera. En la zona del perímetro, delimitada para los esclavos, dos sujetos mantenían una leve pero informativa comunicación. Pequeños temblores recorrían sus cuerpos a causa del temporal. Sus cabellos se mantenían pegados a sus cráneos imitando la segunda piel que ellos usaban como atuendos.
- Pudo haber sido mas grave, te he visto recibir golpizas mas brutales de las cuales es claro que tu costado derecho no ha sanado del todo. Dudo que logre hacerlo si recibes este trato muchacho.
Zelghadis emitió un quejido ahogado cuando los dedos de su interlocutor examinaron la consistencia y estado de sus dos costillas rotas. Hasta ahora no había tenido tiempo para que lo atendieran, él no gozaba del privilegio y la bondad romana, por el contrario, ahora su mano izquierda había sido seriamente dañada al protagonizar un nuevo altercado, uno que era difícil de concebir pero la permanencia en aquel sitio enervaba la xenofobia de los conquistadores hacia los conquistados.
- El dolor es efímero y tan frágil como nuestro paso por esta vida, desde que nacemos sufrimos un poco para apreciar todo lo que se nos ha brindado.
Talmhugis enarcó una ceja, por un lado sentía cierta compasión por aquel que apenas decía una frase a lo mucho, y por otra un cierto afecto hacia el chico pelirrojo, de alguna manera, aquel que era extraño hasta para su gente solía dar pequeños destellos de un ejemplo de vida.
- Tienes razón muchacho, pero no debes dejar que ese estilo de sufrimiento te consuma. Mis largos años me hacen apreciar que en tu mirada no hay apatía por la vida, simplemente es tu desconocimiento por vivirla. No es culpa tuya, son sin duda los tiempos tan cruentos y violentos que te han tocado sobrellevar sin lugar a dudas. No busques a la muerte ni la desafíes, un día bien puede terminarse tu suerte y por lo que he logrado apreciar, tú de entre todos los demás no te das por vencido a pesar de la adversidad.
Zelghadis le dedicó cinco segundos al anciano y de esos momentos tan escasos mostró un interés mismo que respaldo asintiendo con la cabeza. Ambos quedaron en silencio mientras Talmhugis enrollaba un trozo de tela sucia en la muñeca izquierda tratando de que le sujetara la articulación para una mayor recuperación.
- Listo muchacho, no es mucho pero al menos te aliviará un poco el dolor. Ahora descansemos un poco que mañana será un nuevo día.
El anciano sacudió levemente sus ropas humedecidas alejándose entre la lluvia mientras Zelghadis miraba su muñeca al tiempo que estiraba y encogía los dedos. Se quedaba solo sumergido en sus pensamientos tratando de darle sentido a las palabras del viejo.
Una delgada lluvia similar a pequeñas agujas heladas se mantenía sobre el fortificado destacamento de la vigésima tercera. En la zona del perímetro, delimitada para los esclavos, dos sujetos mantenían una leve pero informativa comunicación. Pequeños temblores recorrían sus cuerpos a causa del temporal. Sus cabellos se mantenían pegados a sus cráneos imitando la segunda piel que ellos usaban como atuendos.
- Pudo haber sido mas grave, te he visto recibir golpizas mas brutales de las cuales es claro que tu costado derecho no ha sanado del todo. Dudo que logre hacerlo si recibes este trato muchacho.
Zelghadis emitió un quejido ahogado cuando los dedos de su interlocutor examinaron la consistencia y estado de sus dos costillas rotas. Hasta ahora no había tenido tiempo para que lo atendieran, él no gozaba del privilegio y la bondad romana, por el contrario, ahora su mano izquierda había sido seriamente dañada al protagonizar un nuevo altercado, uno que era difícil de concebir pero la permanencia en aquel sitio enervaba la xenofobia de los conquistadores hacia los conquistados.
- El dolor es efímero y tan frágil como nuestro paso por esta vida, desde que nacemos sufrimos un poco para apreciar todo lo que se nos ha brindado.
Talmhugis enarcó una ceja, por un lado sentía cierta compasión por aquel que apenas decía una frase a lo mucho, y por otra un cierto afecto hacia el chico pelirrojo, de alguna manera, aquel que era extraño hasta para su gente solía dar pequeños destellos de un ejemplo de vida.
- Tienes razón muchacho, pero no debes dejar que ese estilo de sufrimiento te consuma. Mis largos años me hacen apreciar que en tu mirada no hay apatía por la vida, simplemente es tu desconocimiento por vivirla. No es culpa tuya, son sin duda los tiempos tan cruentos y violentos que te han tocado sobrellevar sin lugar a dudas. No busques a la muerte ni la desafíes, un día bien puede terminarse tu suerte y por lo que he logrado apreciar, tú de entre todos los demás no te das por vencido a pesar de la adversidad.
Zelghadis le dedicó cinco segundos al anciano y de esos momentos tan escasos mostró un interés mismo que respaldo asintiendo con la cabeza. Ambos quedaron en silencio mientras Talmhugis enrollaba un trozo de tela sucia en la muñeca izquierda tratando de que le sujetara la articulación para una mayor recuperación.
- Listo muchacho, no es mucho pero al menos te aliviará un poco el dolor. Ahora descansemos un poco que mañana será un nuevo día.
El anciano sacudió levemente sus ropas humedecidas alejándose entre la lluvia mientras Zelghadis miraba su muñeca al tiempo que estiraba y encogía los dedos. Se quedaba solo sumergido en sus pensamientos tratando de darle sentido a las palabras del viejo.
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Re: Encrucijada en las montañas
- ¿Qué pasa muchacho? No desperdicies tu tiempo en cavilaciones, y más ahora que los romanos parecen que se están preparando para algo, nada bueno sin duda.
Luego de haber estado relativamente varados en aquel sitio, las ordenanzas castrenses habían arrastrado en su cauce a los esclavos celtas. Nadie entendía lo que los mantenía en aquella ubicación olvidada por los dioses. Ni siquiera un resquicio de lo que seguiría pero algo era muy seguro, el trabajo estaba a la orden del día y ellos no estaban ahí de paseo.
- El tiempo transita a la par de las pisadas que deja el ángel de la muerte en su peregrinaje.
Una pequeña mueca de dolor al tiempo que el chico pelirrojo apretaba su muñeca con intensidad reflejaba la condición extasiada por la cual atravesaba aquel que todos conocían como Zelghadis. El anciano que anteriormente le hubiera atendido aquella lesión daba fiel testimonio del dolor que aquel muchacho estaba soportando.
- Veo que aún te duele la muñeca. Debe ser un martirio para ti tener que cavar este foso. Pero no tienes de otra, o vives o mueres ese es el tiempo que te toca vivir y muy cierto en tus apreciaciones a pesar de que todo lo digas de una forma abstracta, aunque yo diría que es una forma de coraza, una en la que no dejas mostrar lo que de verdad piensas.
Por extraña que fuera aquella sensación, Zelg por primera vez en su vida sentía empatía por el anciano, era raro pero se sentía cómodo en su compañía y una extraña sonrisa surcaba sus labios luego de mucho tiempo, la última vez que había sonreído había sido en presencia de su madre, justo cuando estaba a punto de celebrar su cumpleaños.
- Lo único que sé... es que mi tiempo no terminará a causa de los romanos, algo me depara el destino, algo que ni siquiera yo comprendo y que está lejos de mi entendimiento... Por ese motivo no puedo morir a pesar de tener todos los huesos rotos...
Los ojos del anciano expresaron una incredulidad nunca antes vista. Ya había platicado en un par de ocasiones con Zelghadis y a pesar de sus extrañas respuestas, era esta la que le había tomado por sorpresa.
- Ohhh... pero que tenemos por aquí muchacho, ¿a caso eso fue un signo de vida? Uno que parecía se había escapado de tu ser. Hehehehe...
Los dos no dijeron nada, continuaron con su ardua tarea en complicidad con la abrumadora frialdad que anunciaba una noche por demás misteriosa como sorprendente y es que la vida seguía dando sorpresas y múltiples cambios oteaban ya en el horizonte en señal de un camino muy pero muy inestable...
Luego de haber estado relativamente varados en aquel sitio, las ordenanzas castrenses habían arrastrado en su cauce a los esclavos celtas. Nadie entendía lo que los mantenía en aquella ubicación olvidada por los dioses. Ni siquiera un resquicio de lo que seguiría pero algo era muy seguro, el trabajo estaba a la orden del día y ellos no estaban ahí de paseo.
- El tiempo transita a la par de las pisadas que deja el ángel de la muerte en su peregrinaje.
Una pequeña mueca de dolor al tiempo que el chico pelirrojo apretaba su muñeca con intensidad reflejaba la condición extasiada por la cual atravesaba aquel que todos conocían como Zelghadis. El anciano que anteriormente le hubiera atendido aquella lesión daba fiel testimonio del dolor que aquel muchacho estaba soportando.
- Veo que aún te duele la muñeca. Debe ser un martirio para ti tener que cavar este foso. Pero no tienes de otra, o vives o mueres ese es el tiempo que te toca vivir y muy cierto en tus apreciaciones a pesar de que todo lo digas de una forma abstracta, aunque yo diría que es una forma de coraza, una en la que no dejas mostrar lo que de verdad piensas.
Por extraña que fuera aquella sensación, Zelg por primera vez en su vida sentía empatía por el anciano, era raro pero se sentía cómodo en su compañía y una extraña sonrisa surcaba sus labios luego de mucho tiempo, la última vez que había sonreído había sido en presencia de su madre, justo cuando estaba a punto de celebrar su cumpleaños.
- Lo único que sé... es que mi tiempo no terminará a causa de los romanos, algo me depara el destino, algo que ni siquiera yo comprendo y que está lejos de mi entendimiento... Por ese motivo no puedo morir a pesar de tener todos los huesos rotos...
Los ojos del anciano expresaron una incredulidad nunca antes vista. Ya había platicado en un par de ocasiones con Zelghadis y a pesar de sus extrañas respuestas, era esta la que le había tomado por sorpresa.
- Ohhh... pero que tenemos por aquí muchacho, ¿a caso eso fue un signo de vida? Uno que parecía se había escapado de tu ser. Hehehehe...
Los dos no dijeron nada, continuaron con su ardua tarea en complicidad con la abrumadora frialdad que anunciaba una noche por demás misteriosa como sorprendente y es que la vida seguía dando sorpresas y múltiples cambios oteaban ya en el horizonte en señal de un camino muy pero muy inestable...
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Re: Encrucijada en las montañas
Su paso era uno constante, inexorable y sin miramientos para ningún individuo. Flotaba en los alrededores, ofreciendo estados de introspección para todos, desde el menos culto al más ilustrado. Cada quien sacaba provecho de el, y muchos otros no le tenían consideración. Tiempo, el tiempo era lo único que avanzaba en este lugar...
- Comienzo a creer que nunca aparecerán.
Con un tono áspero, pero a la vez servicial era Demesio quien se había adelantado a hablar, a rasgar aquel abrupto silencio que rondaba en el lugar.
- Tú más que nadie sabe de que va esto. No se quedarán con los brazos cruzados, no ahora que estamos ante sus puertas. Nuestra actual situación supone una traición. ¿Pero hay más traición en quien niega sus convicciones para honrar nuestros votos militares? Relativamente los traidores para unos son los héroes de los otros.
A la derecha de Demesio, el general de la legión sacaba a relucir sus pensamientos propios. Errados o no ahora todos estaban ligados a su destino y el de los esclavos aún eran inciertos y la vez bastante prolongados. Una fuerte ráfaga irrumpió espontáneamente agitando los estandartes de sus astas. Demesio se percató de ello y con una semblante de preocupación se santiguaba mientras el general, absorto y con los rasgos de su cansada cara no daba indicio de incomodo...
- Comienzo a creer que nunca aparecerán.
Con un tono áspero, pero a la vez servicial era Demesio quien se había adelantado a hablar, a rasgar aquel abrupto silencio que rondaba en el lugar.
- Tú más que nadie sabe de que va esto. No se quedarán con los brazos cruzados, no ahora que estamos ante sus puertas. Nuestra actual situación supone una traición. ¿Pero hay más traición en quien niega sus convicciones para honrar nuestros votos militares? Relativamente los traidores para unos son los héroes de los otros.
A la derecha de Demesio, el general de la legión sacaba a relucir sus pensamientos propios. Errados o no ahora todos estaban ligados a su destino y el de los esclavos aún eran inciertos y la vez bastante prolongados. Una fuerte ráfaga irrumpió espontáneamente agitando los estandartes de sus astas. Demesio se percató de ello y con una semblante de preocupación se santiguaba mientras el general, absorto y con los rasgos de su cansada cara no daba indicio de incomodo...
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Re: Encrucijada en las montañas
Era evidente que hasta ahora las noticias referentes a la prolongada llegada de la legión romana pasaba inadvertida para los ojos de los altos oficiales en la milicia. Sin embargo, dentro del campamento cada uno de los integrantes del grupo entendía que faltaba muy poco para desvelar el misterio de su próximo futuro. Premoniciones e intuiciones asomaban por el interior de todos aquellos que sin mas remedio se veían inmersos en la tempestuosa tormenta que ya se avecinaba.
- El silencio, ahora todo es un abrupto silencio. Incluso los soldados, aquellos que sonreían y se divertían a causa de nuestro sufrimiento se han visto amordazados por algo que sólo ellos conocen. Sus miradas ahora han perdido el brillo del orgullo.
Aquellas palabras, que salieron fluidas, libres cual gaviotas por ventaja que les da la libertad de sus alas provenían de Baldhoris. Él mismo se había percatado de que las cosas estaban tornándose a cada día como una tumba destinada para cada uno de ellos.
- Reflejan el sentimiento arraigado por hechos que desencadenaran un destino al cual son arrastrados... Y nosotros transitaremos el sendero junto a ellos...
Encajando sus dientes en un pan rancio, Zelghadis poco a poco dejaba expresar lo que germinaba en su interior. Era como un pequeño despertar de un sueño bastante pesado. A pesar de sus palabras, nadie tenía el animo de criticarle. En los últimos días cada uno de ellos se había visto sometido a innumerables trabajos y muchas de aquellas tareas eran pensadas para seguirlos humillando...
- El silencio, ahora todo es un abrupto silencio. Incluso los soldados, aquellos que sonreían y se divertían a causa de nuestro sufrimiento se han visto amordazados por algo que sólo ellos conocen. Sus miradas ahora han perdido el brillo del orgullo.
Aquellas palabras, que salieron fluidas, libres cual gaviotas por ventaja que les da la libertad de sus alas provenían de Baldhoris. Él mismo se había percatado de que las cosas estaban tornándose a cada día como una tumba destinada para cada uno de ellos.
- Reflejan el sentimiento arraigado por hechos que desencadenaran un destino al cual son arrastrados... Y nosotros transitaremos el sendero junto a ellos...
Encajando sus dientes en un pan rancio, Zelghadis poco a poco dejaba expresar lo que germinaba en su interior. Era como un pequeño despertar de un sueño bastante pesado. A pesar de sus palabras, nadie tenía el animo de criticarle. En los últimos días cada uno de ellos se había visto sometido a innumerables trabajos y muchas de aquellas tareas eran pensadas para seguirlos humillando...
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Re: Encrucijada en las montañas
Su fulgor era constante, sus pensamientos alejados de todo esto, la verdad era que no le tomaba mucha atención a todo lo que circundaba a su alrededor. Ni el más mínimo atisbo de empatia removía algo en su interior por todos aquellos compañeros, con los cuales estaba confinado en ese foso lodoso en el cual trabajaban.
- Malditos romanos, siguen establecidos en este asqueroso sitio a la espera de algo. Los preparativos indican que se están parapetando contra una fuerza mucho mayor y lo peor de todo es que aún seguimos sin saber que madres estamos haciendo.
Jadeante, con el sudor corriendo por su rostro, Khorvinus escarbaba con una precaria pala. Los músculos de sus brazos le dolían y en ocasiones sentía como sus piernas temblaban amenazando con doblarse en un momento dado.
Él era un gran combatiente, había sido presionado a batallar con sus antiguos compañeros en esos misteriosos y a la vez excitantes juegos. Luchas a muerte en donde solo él había prevalecido y donde otros tantos habían sucumbido.
- El desconocimiento es una poderosa arma para mantener la tranquilidad en los corazones de los hombres...
Mirando sus manos ensangrentadas a causa de las ampollas estalladas por el arduo trabajo, Zelghadis lanzaba fuera de sus labios una de sus tantas expresiones incoherentes. De no haber sido porque Khorvinus estaba tan fatigado, él mismo le hubiera hecho sangrar más partes de sus cuerpo.
- Bah... ¿Por qué no cierras tu asquerosa boca Zelg? Ya tenemos suficiente con esta mierda para que ahora empieces con tus estupideces.
Ni siquiera se inmutó, ni siquiera modificó su expresión y es que aquél chico pelirrojo poca atención le daba a las respuestas que provocaba. Se limitó a mirar el sol extenuante comprendiendo que el trabajo era lo único que le quedaba.
- Y el silencio dará paso a la terrible tempestad que caerá sobre nosotros...
- Malditos romanos, siguen establecidos en este asqueroso sitio a la espera de algo. Los preparativos indican que se están parapetando contra una fuerza mucho mayor y lo peor de todo es que aún seguimos sin saber que madres estamos haciendo.
Jadeante, con el sudor corriendo por su rostro, Khorvinus escarbaba con una precaria pala. Los músculos de sus brazos le dolían y en ocasiones sentía como sus piernas temblaban amenazando con doblarse en un momento dado.
Él era un gran combatiente, había sido presionado a batallar con sus antiguos compañeros en esos misteriosos y a la vez excitantes juegos. Luchas a muerte en donde solo él había prevalecido y donde otros tantos habían sucumbido.
- El desconocimiento es una poderosa arma para mantener la tranquilidad en los corazones de los hombres...
Mirando sus manos ensangrentadas a causa de las ampollas estalladas por el arduo trabajo, Zelghadis lanzaba fuera de sus labios una de sus tantas expresiones incoherentes. De no haber sido porque Khorvinus estaba tan fatigado, él mismo le hubiera hecho sangrar más partes de sus cuerpo.
- Bah... ¿Por qué no cierras tu asquerosa boca Zelg? Ya tenemos suficiente con esta mierda para que ahora empieces con tus estupideces.
Ni siquiera se inmutó, ni siquiera modificó su expresión y es que aquél chico pelirrojo poca atención le daba a las respuestas que provocaba. Se limitó a mirar el sol extenuante comprendiendo que el trabajo era lo único que le quedaba.
- Y el silencio dará paso a la terrible tempestad que caerá sobre nosotros...
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Re: Encrucijada en las montañas
Los estandartes ondeaban en favor del viento, los emblemas parecían cobrar vida mientras los lienzos en donde se situaban se hinchaban de viento. Ahí en ese terreno eran tres los emplazamientos que ya se habían conformado. Por un lado estaba la trigésima primera con el lobo como insignia. Esta legión había sido desplazada por Britania y tras una prolongada campaña había vuelto a casa. En el flanco derecho la Décima tercera con el dragón pintado en sus estandartes permanecía inmóvil con todos sus efectivos conformando las cohortes al mando del reintegrado Vatreno, un combatiente experto que había estado a las ordenes del gran general Noah.
En el lado opuesto la Vigésima tercera y el escorpión como emblema se había establecido desde varios días sin dar reportes a sus superiores. El sentido de que tres legiones estuvieran en el mismo sitio solo significaba una cosa... disciplina. Y es que en Roma no estaba bien visto que algún general tuviera la iniciativa propia de asumir posturas o decisiones basadas en contra de los estándares castrenses. Todos eran soldados y tenían obligaciones les gustase o no.
Si el actual general de la Vigésima tercera hubiera obrado de acuerdo a las ordenes tal desplazamiento no hubiera sido necesario. Todos los que conformaban su legión ya sabían en que terminaría esto pero no sabían como y de donde vendrían las legiones a corregir sus errores.
Muchos de los soldados miraban con desaliento los emblemas ahora enemigos, conocían a sus generales y algunos tenían familiares en alguna cohorte. La desolación comenzaba a extenderse por todos los corazones de los soldados presagiando que ahora si estaban a la antesala de su ultimo combate.
En el lado opuesto la Vigésima tercera y el escorpión como emblema se había establecido desde varios días sin dar reportes a sus superiores. El sentido de que tres legiones estuvieran en el mismo sitio solo significaba una cosa... disciplina. Y es que en Roma no estaba bien visto que algún general tuviera la iniciativa propia de asumir posturas o decisiones basadas en contra de los estándares castrenses. Todos eran soldados y tenían obligaciones les gustase o no.
Si el actual general de la Vigésima tercera hubiera obrado de acuerdo a las ordenes tal desplazamiento no hubiera sido necesario. Todos los que conformaban su legión ya sabían en que terminaría esto pero no sabían como y de donde vendrían las legiones a corregir sus errores.
Muchos de los soldados miraban con desaliento los emblemas ahora enemigos, conocían a sus generales y algunos tenían familiares en alguna cohorte. La desolación comenzaba a extenderse por todos los corazones de los soldados presagiando que ahora si estaban a la antesala de su ultimo combate.
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