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Edward
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Taberna "El Pajaro Dorado"
Habia guiado a las dos señoritas egipcias hasta la taberna donde un viejo amigo y compañero de armas no me esperaba, llevaba tiempo sin verlo y seguro que mi visita le sorprenderia mucho. Ni un mensaje ni noticia mia en mas de un año, era algo que da que pensar, sobre todo si las cosas en Egipto habian cambiado, podria haber muerto en batalla o similares. Era una de las pocas personas que podia llamar amigo, asi como con Strife. Pero el ya habia dejado la lucha hacia tiempo, por eso ya que era una persona importante debia hacerle aunque fuera una pequeña visita, tambien fue otra de las razones por la que quise pasarme por la taberna.
Una vez delante de la taberna senti de nuevo esa nostalgia que la mayoria de calles de Roma me hacian sentir. No se escuchaba mucho ruido dentro y es que era muy temprano aun como para que la taberna se llenara, quizas no estaria ni abierta al exterior aun, pero la puerta aun asi si lo estaba, el dueño debia estar dentro.
Entremos dentro, es aqui.
Le dije a ambas, apoye mi mano en la puerta y empuje, esta empezo a abrirse, dentro aun estaba algo oscuro. Habia un hombre de edad ya madura como Edward en la barra, lavando unos platos y sin nadie mas dentro, estaba cerrado aun.
Aun no abrimos discul... Edward, general Edward?????
Sonrei a aquel hombre, habia engordado un poco desde la ultima vez que lo vi, pero su voz, sus gestos, sus ojos eran los mismos de antes. Me adelanta hacia el y le di un fuerte abrazo de compañerismo. Era una de las pocas personas que tenia en Roma.
Me alegro de verte viejo amigo.. pense que estabas abierto ya y vine a verte nada mas llegue a Roma.
Seiren y Jezzara estaban en la puerta, poyectando sus sombras dentro de la taberna gracias a los rayos del sol que entraban dentro. Mi amigo las miro, ya se habia percatado que venian conmigo, y me hecho una extraña sonrisa, el siempre era demasiado gracioso, y me trataba como un hermana pequeño, algo que yo nunca habia tenido, alguien mayor que yo.
Tu siempre seras bienvenido, tu y tus amigas por supuesto. Vamos entrad! Quereis algo de comer pedid lo que querais preciosas.
Una vez delante de la taberna senti de nuevo esa nostalgia que la mayoria de calles de Roma me hacian sentir. No se escuchaba mucho ruido dentro y es que era muy temprano aun como para que la taberna se llenara, quizas no estaria ni abierta al exterior aun, pero la puerta aun asi si lo estaba, el dueño debia estar dentro.
Entremos dentro, es aqui.
Le dije a ambas, apoye mi mano en la puerta y empuje, esta empezo a abrirse, dentro aun estaba algo oscuro. Habia un hombre de edad ya madura como Edward en la barra, lavando unos platos y sin nadie mas dentro, estaba cerrado aun.
Aun no abrimos discul... Edward, general Edward?????
Sonrei a aquel hombre, habia engordado un poco desde la ultima vez que lo vi, pero su voz, sus gestos, sus ojos eran los mismos de antes. Me adelanta hacia el y le di un fuerte abrazo de compañerismo. Era una de las pocas personas que tenia en Roma.
Me alegro de verte viejo amigo.. pense que estabas abierto ya y vine a verte nada mas llegue a Roma.
Seiren y Jezzara estaban en la puerta, poyectando sus sombras dentro de la taberna gracias a los rayos del sol que entraban dentro. Mi amigo las miro, ya se habia percatado que venian conmigo, y me hecho una extraña sonrisa, el siempre era demasiado gracioso, y me trataba como un hermana pequeño, algo que yo nunca habia tenido, alguien mayor que yo.
Tu siempre seras bienvenido, tu y tus amigas por supuesto. Vamos entrad! Quereis algo de comer pedid lo que querais preciosas.
Edward- Caballeros Dorados
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Absorción Dorada
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Dejaba mi mano reposar sobre mi frente, no quería que ninguno de los dos se tomara la molestia en tratar de cuidarme así que simulaba el cansancio después de esa sensación tan repentina, con pasos lentos dejaba a veces que Jezzara y Edward se adelantaran mientras fingía que me entretenía con las cosas que ofrecían los mercantes. Al fin habíamos llegado a las puertas de la taberna, sobre el letrero de la puerta se dibujaba una gran ave de color dorado.
Edward fue el primero en ingresar mientras yo me recargaba levemente contra la pared como si estuviera esperando una respuesta por parte de él, la mujer rubia se colocaba educadamente observando la reunión de aquellos compañeros que parecían tan cercanos, apenas alcanzaba a escuchar unas voces dentro del local, no soporte la curiosidad y me separaba del sitio colocándome a lado de la joven. El hombre nos sonreía amablemente invitándonos a pasar.
Con duda miraba a Jezzara pero finalmente entraba para sentarme en una de las sillas ya que no resistiría estar mucho tiempo de pie, podía notarse que estaba más pálida de lo normal, cubría mi boca para pasar debajo de mi pecho, el hombre que recibió a Edward se preocupó avanzando.
Señorita la veo pálida déjeme traerle algo.
Estoy bien… solo quiero algo de agua.
Qué va!! Con lo delgada que está se nota que necesita alimentarse más.. no es bueno mal pasarse para alguien de su edad. No se diga más.. un buen filete es la solución!! No querrás quedar inconsciente.
Apenas sonreía amablemente, un joven alrededor de doce años salía entregándome el vaso de agua que ya había solicitado, tomándolo me sentía mucho mejor, al parecer ese niño era hijo de tan amable hombre.
Edward fue el primero en ingresar mientras yo me recargaba levemente contra la pared como si estuviera esperando una respuesta por parte de él, la mujer rubia se colocaba educadamente observando la reunión de aquellos compañeros que parecían tan cercanos, apenas alcanzaba a escuchar unas voces dentro del local, no soporte la curiosidad y me separaba del sitio colocándome a lado de la joven. El hombre nos sonreía amablemente invitándonos a pasar.
Con duda miraba a Jezzara pero finalmente entraba para sentarme en una de las sillas ya que no resistiría estar mucho tiempo de pie, podía notarse que estaba más pálida de lo normal, cubría mi boca para pasar debajo de mi pecho, el hombre que recibió a Edward se preocupó avanzando.
Señorita la veo pálida déjeme traerle algo.
Estoy bien… solo quiero algo de agua.
Qué va!! Con lo delgada que está se nota que necesita alimentarse más.. no es bueno mal pasarse para alguien de su edad. No se diga más.. un buen filete es la solución!! No querrás quedar inconsciente.
Apenas sonreía amablemente, un joven alrededor de doce años salía entregándome el vaso de agua que ya había solicitado, tomándolo me sentía mucho mejor, al parecer ese niño era hijo de tan amable hombre.
Seiren- Amazona Dorada
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Anillos de voltaje
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
En el camino a la taberna notaba que Seiren se quedaba atrás por momentos, parecía cansada pero yo sospechaba que algo más le ocurría, estaba algo preocupada por la chica pero no quería ser irrespetuosa en preguntarle sobre eso, a penas la conocía y no sabía si era lo correcto. Seguimos caminando hasta que por fin llegamos a aquel sitio, era un bello lugar, la verdad me agradó bastante, veía con asombro el gran letrero de la entrada, se dibujaba un gran ave de color dorado, se veía muy interesante. Edward se adelantó y se adentró en el local. La joven Seiren y yo nos quedamos por un momento fuera del lugar, en la entrada, noté que ella se apoyaba en el muro, luego observé hacia dentro, veía como Edward hablaba con aquel viejo amigo, en mi rostro se dibujaba una tierna sonrisa, una sonrisa de tranquilidad y comodidad, estaba realmente feliz de acompañar a aquellos jóvenes, porque si no fuera por ellos estaría aún vagando sola por el mundo en busca de un destino, pero por fortuna había encontrado el camino que seguir.
Pronto el hombro nos invitó a salir, tenía una actitud muy divertida y extrovertida, me agradaba el señor. La joven de cabellos negros entró primero, esperé a que pase para así adentrarme yo en el lugar, siguiéndola por el mismo camino. Pronto el hombre se dirigió a Seiren diciéndole unas palabras, yo aproveché y me senté en una de las sillas que estaba en el lugar, justo a un lado de la joven. Me encontraba muy cansada y mis pies dolían, había caminado mucho y fue un largo viaje sin descanso. Pronto el hombre se dirigió hacia mi y me habló.
-Hola jovencita... comerás algo ¿verdad? te ves muy cansada, te recomiendo que lo hagas, no querrás pasar hambre...- Dijo aquel hombre
-Si, la verdad que estoy un poco cansada... no me vendría mal un poco de agua fresca y algo liviano de comer... gracias señor...- Contesté con un tono dulce y amable mientras que mantenía esa sonrisa que me caracterizaba.
-Bien, a sus órdenes, señorita...- contestó luego el hombre y se alejó un poco.
Yo permanecía callada, a decir verdad tampoco tenía nada que comentar ni preguntar, estaba mi mente en blanco solo pensando en descansar un poco de aquel largo viaje que habíamos tenido. En mis ojos podía notarse el cansancio, tenía sueño también, por eso permanecía quieta y sin hacer nada, solo prestando atención a lo que ocurría alrededor, solo se me ocurrió darle las gracias a Edward por todo.
-Me hacía falta algo como esto. Gracias Edward por ayudarme a encontrar mi camino, si no hubiera sido por tu ayuda desde un principio aún estaría sola en busca de un destino...- comenté con un tono serio mientras miraba al chico. Eso fue todo lo que dije, pronto vi llegar al mismo jovencito que había llevado el agua a Seiren trayendo mi pedido, que apoyó sobre la mesa -Gracias...- le dije. Para luego comenzar a comer. Mientras lo hacía estaba bastante pensativa, sentía que debía ir en busca de algo, tenía aún una tarea que cumplir, sabía que otro viaje me esperaba, algo me decía que era tiempo de que viaje a Gracia, algo me esperaba allí. Aunque no quería que mis compañeros se molesten por que los dejaría pero era algo extraño que como Edward había dicho, mi corazón me decía que debía hacerlo.
Me levanté de la silla y suspiré, dirigí mi mirada a Edward y luego de un momento a Seiren, de a momentos los veia a cada uno, para así hablar por fin.
-De verdad muchas gracias por la enorme ayuda que he recibido por parte de ustedes... no se que hubiera hecho... y gracias por esta oportunidad... pero debo decir que en este momento siento que algo me espera en otro sitio, algo me llama, y antes de seguir acompañandolos tengo una última tarea que cumplir... debo deharlos solos... estoy segura que en un futuro nos vvolveremos a ver y seremos eternos compañeros...- No eran palabras de despedida porque sabía que muy pronto iba a volver a verlos, tan solo debía cumplir con un objetivo, así aumentar mis fuerzas y encontrar mi camino, que ya tenía un rumbo, aunque algo faltaba. Entonces luego de mis palabras decidí dar media vuelta y marcharme de la taberna, pero no sin antes levantar una mano en forma de saludo.
-Hasta luego, Edward, Seiren... nos veremos pronto...- Estaba algo insegura, volvería a viajar sola, pero sabía que esta vez si tenía un rumbo que tomar.
Pronto el hombro nos invitó a salir, tenía una actitud muy divertida y extrovertida, me agradaba el señor. La joven de cabellos negros entró primero, esperé a que pase para así adentrarme yo en el lugar, siguiéndola por el mismo camino. Pronto el hombre se dirigió a Seiren diciéndole unas palabras, yo aproveché y me senté en una de las sillas que estaba en el lugar, justo a un lado de la joven. Me encontraba muy cansada y mis pies dolían, había caminado mucho y fue un largo viaje sin descanso. Pronto el hombre se dirigió hacia mi y me habló.
-Hola jovencita... comerás algo ¿verdad? te ves muy cansada, te recomiendo que lo hagas, no querrás pasar hambre...- Dijo aquel hombre
-Si, la verdad que estoy un poco cansada... no me vendría mal un poco de agua fresca y algo liviano de comer... gracias señor...- Contesté con un tono dulce y amable mientras que mantenía esa sonrisa que me caracterizaba.
-Bien, a sus órdenes, señorita...- contestó luego el hombre y se alejó un poco.
Yo permanecía callada, a decir verdad tampoco tenía nada que comentar ni preguntar, estaba mi mente en blanco solo pensando en descansar un poco de aquel largo viaje que habíamos tenido. En mis ojos podía notarse el cansancio, tenía sueño también, por eso permanecía quieta y sin hacer nada, solo prestando atención a lo que ocurría alrededor, solo se me ocurrió darle las gracias a Edward por todo.
-Me hacía falta algo como esto. Gracias Edward por ayudarme a encontrar mi camino, si no hubiera sido por tu ayuda desde un principio aún estaría sola en busca de un destino...- comenté con un tono serio mientras miraba al chico. Eso fue todo lo que dije, pronto vi llegar al mismo jovencito que había llevado el agua a Seiren trayendo mi pedido, que apoyó sobre la mesa -Gracias...- le dije. Para luego comenzar a comer. Mientras lo hacía estaba bastante pensativa, sentía que debía ir en busca de algo, tenía aún una tarea que cumplir, sabía que otro viaje me esperaba, algo me decía que era tiempo de que viaje a Gracia, algo me esperaba allí. Aunque no quería que mis compañeros se molesten por que los dejaría pero era algo extraño que como Edward había dicho, mi corazón me decía que debía hacerlo.
Me levanté de la silla y suspiré, dirigí mi mirada a Edward y luego de un momento a Seiren, de a momentos los veia a cada uno, para así hablar por fin.
-De verdad muchas gracias por la enorme ayuda que he recibido por parte de ustedes... no se que hubiera hecho... y gracias por esta oportunidad... pero debo decir que en este momento siento que algo me espera en otro sitio, algo me llama, y antes de seguir acompañandolos tengo una última tarea que cumplir... debo deharlos solos... estoy segura que en un futuro nos vvolveremos a ver y seremos eternos compañeros...- No eran palabras de despedida porque sabía que muy pronto iba a volver a verlos, tan solo debía cumplir con un objetivo, así aumentar mis fuerzas y encontrar mi camino, que ya tenía un rumbo, aunque algo faltaba. Entonces luego de mis palabras decidí dar media vuelta y marcharme de la taberna, pero no sin antes levantar una mano en forma de saludo.
-Hasta luego, Edward, Seiren... nos veremos pronto...- Estaba algo insegura, volvería a viajar sola, pero sabía que esta vez si tenía un rumbo que tomar.
Jezzara- Reino : Santuario de Athena
Ataques :AD - Light and Dark illusion (2000)AD – Illusory Copy (2150)
Defensa :Psychic Barrier
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Las dos chicas egipcias entraron en la taberna cuando el hombre las invito a pasar, ambas tomaron asiento en una sillas que estaban rodeando una mesa circular de madera. Cuando mi viejo amigo fue a preguntarles que deseaban tomar se dio cuenta que algo le pasaba a Seiren, estaba mas palida de lo normal, tenia los ojos decaidos, como si estuviera enferma. Pidio solo un simple vaso de agua aunque le estaba ofreciendo pedir toda la comida que deseara. El pequeño, el hijo de mi amigo, fue a traerle rapidamente el vaso lleno de agua cristalina, estaba creciendo rapido y aprendiendo bien el oficio de su padre.
Jezzara que tambien estaba en la mesa, no se libro de las ofrendas por parte del dueño de la taberna, ella pidio algo mas que un simple vaso de agua, tambien pidio que le sirvieran algo de comer, aunque poco. El cuerpo de la muchacha rubia se notaba que no era mucho de comer, era pequeña y delgada. De nuevo el pequeño como un bala trajo rapidamente la comida que su padre hacia en cuestion de minutos. Al poco tiempo ya estabe en la mesa servida, caliente, desprendiendo un sabroso aroma. La comida de este lugar era una de las mejores.
Me sente con ellas, preocupado por la situacion de Seiren y mirando como Jezzara comia. Esta se detuvo un momento y muy amablemente comenzo a agradecerme de nuevo todo lo que habia hecho por ella, personalmente, creia no merecer tantos elogios por parte de la tercerca princesa de Egipto, mas bien, yo debia disculparme con ella por todo lo que le hice a su pueblo, pero no queria estropear el momento.
Yo solo te enseñe el camino, ahora tu eres quien tienes que recorrerlo, te lo podre hacer mas facil, pero la mayoria de decisiones y acciones importantes en tu vida la tendras que superar tu sola Jezzara.
Despues de esas palabras todo parecia transcurrir normalmente, pero quizas esas palabras estaban resonando en la cabeza de la joven rubiales. Pensaria mucho en ello hasta que tras terminar de comer, se levanto muy dispuesta. Parecia haber tomado una importante decision...
Era una persona muy agradecida por que de nuevo estaba dando las gracias por todo, pero era hora de separarse, al menos por el momento. Volveriamos a vernos como compañeros, y seguro que la proxima vez Jezzara se abria vuelto mas fuerte.
Tu misma debes escoger tu camino, si crees que debes estar en otro lugar, es lo correcto. Buena suerte princesa, nos volveremos a ver.
Era la unica vez que le hable como una princesa, quizas por desearle buena suerte. Mire como su caballera larga y rubia salia por la puerta, yo ande hacia ella tapando con mi mano los rayos del solo que caian en mis ojos. Ella se alejaba en un caballo que habia conseguido hasta que se perdio en el horizonte. Cerre la puerta suspirando alegremente y al mirar de nuevo a dentro estaba mi viejo amigo llorando emocionado con un pañuelo por la conmovedora escena.
Sigues llorando con tan poco, no te preocupes, ella estara bien, es fuerte de espiritu.
Volvi a la silla para fijarme en Seiren, a penas habia tocado su vaso de agua, y aunque habia prestado atencion a todo lo que habia pasado seguia bastante palida. Pensaba que se le pasaria pero no parecia ser asi. Ahora estaba con ella, en el fondo me aliviaba por que seguia acompañado, pero todos deciden tomar su camino en algun momento. Como Jezzara y Strife.
Seiren, te ves mal. ¿Por que no vas a descansar? Seguro que hace tiempo que no duermes en una buena cama. Hay algunas en el piso superior.
Jezzara que tambien estaba en la mesa, no se libro de las ofrendas por parte del dueño de la taberna, ella pidio algo mas que un simple vaso de agua, tambien pidio que le sirvieran algo de comer, aunque poco. El cuerpo de la muchacha rubia se notaba que no era mucho de comer, era pequeña y delgada. De nuevo el pequeño como un bala trajo rapidamente la comida que su padre hacia en cuestion de minutos. Al poco tiempo ya estabe en la mesa servida, caliente, desprendiendo un sabroso aroma. La comida de este lugar era una de las mejores.
Me sente con ellas, preocupado por la situacion de Seiren y mirando como Jezzara comia. Esta se detuvo un momento y muy amablemente comenzo a agradecerme de nuevo todo lo que habia hecho por ella, personalmente, creia no merecer tantos elogios por parte de la tercerca princesa de Egipto, mas bien, yo debia disculparme con ella por todo lo que le hice a su pueblo, pero no queria estropear el momento.
Yo solo te enseñe el camino, ahora tu eres quien tienes que recorrerlo, te lo podre hacer mas facil, pero la mayoria de decisiones y acciones importantes en tu vida la tendras que superar tu sola Jezzara.
Despues de esas palabras todo parecia transcurrir normalmente, pero quizas esas palabras estaban resonando en la cabeza de la joven rubiales. Pensaria mucho en ello hasta que tras terminar de comer, se levanto muy dispuesta. Parecia haber tomado una importante decision...
Era una persona muy agradecida por que de nuevo estaba dando las gracias por todo, pero era hora de separarse, al menos por el momento. Volveriamos a vernos como compañeros, y seguro que la proxima vez Jezzara se abria vuelto mas fuerte.
Tu misma debes escoger tu camino, si crees que debes estar en otro lugar, es lo correcto. Buena suerte princesa, nos volveremos a ver.
Era la unica vez que le hable como una princesa, quizas por desearle buena suerte. Mire como su caballera larga y rubia salia por la puerta, yo ande hacia ella tapando con mi mano los rayos del solo que caian en mis ojos. Ella se alejaba en un caballo que habia conseguido hasta que se perdio en el horizonte. Cerre la puerta suspirando alegremente y al mirar de nuevo a dentro estaba mi viejo amigo llorando emocionado con un pañuelo por la conmovedora escena.
Sigues llorando con tan poco, no te preocupes, ella estara bien, es fuerte de espiritu.
Volvi a la silla para fijarme en Seiren, a penas habia tocado su vaso de agua, y aunque habia prestado atencion a todo lo que habia pasado seguia bastante palida. Pensaba que se le pasaria pero no parecia ser asi. Ahora estaba con ella, en el fondo me aliviaba por que seguia acompañado, pero todos deciden tomar su camino en algun momento. Como Jezzara y Strife.
Seiren, te ves mal. ¿Por que no vas a descansar? Seguro que hace tiempo que no duermes en una buena cama. Hay algunas en el piso superior.
Edward- Caballeros Dorados
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
El niño había traído el agua colocándola justo delante de mí, sin tardar habían tomado la orden de Jezzara, de inmediato percibí el olor de la comida hasta que también traían el otro platillo que me correspondía, yo por lo tanto me limitaba a tomar el agua en pequeños sorbos.
Mi cabeza claramente estaba en otro sitio y no era necesariamente porque me sintiera aun mareada después de lo que había ocurrido. A medias lograba captar las palabras que se decían Jezzara y Edward hasta que pude comprender toda la situación, la chica rubia se marchaba no sin antes despedirse de mí con una pequeña sonrisa, Edward como gesto de cortesía la acompaño hasta la puerta. Yo solo miraba en dirección al plato, mirando la porción más que exagerada para que solo lo pudiera consumir una persona, quería pasar de desapercibida pero el gusto solo me duro poco pues después de escuchar las lágrimas que derramaba el hombre, Edward se acercó de nueva cuenta para sentarse a mi lado.
No pude evitar mirarlo a los ojos, era exactamente igual a como lo recordaba en Egipto pero la propuesta de retirarme a descansar no me convencía del todo, no deseaba quedarme sola de nuevo en un lugar completamente ajeno a mí además que no quería perder la oportunidad de hablar aunque si era un pretexto para hablar en privado…
Estoy bien… solo fue un mareo.
Recordé esas descargas en mi cuerpo que crecían cada vez más, tanto que pude sentir casi con miedo como trataban de descontrolarse. Daba un hondo suspiro para tratar de tranquilizarme y sorber un poco de más agua, jugando con el vaso entre mis manos seguía aguardando pues la idea ahora de quedarme solo con ese romano me ponía ligeramente nerviosa, no sabía cómo debía actuar y comportarme con él, ni tenía la menor idea de que le hablaría.
Además no quiero causarle ninguna molestia a su amigo.
Miraba directamente a ese hombre bonachón que soltaba tremenda carcajada, al parecer se burlaba de cómo me estaba comportando o en su mente intuía situaciones que no eran.
Ja’h no pasa nada, mi hogar también es el hogar de este notable caballero.. –con gracia le guiñó el ojo para jalar a su hijo e introducirse en la cocina- vamos… aprovechemos a comprar algunas cosas, así les daremos privacidad.
Cerraba la puerta tras de sí mientras que el jovencito desconcertado salía a rastras, confundida pues no entendiendo lo que quise decir miraba a el ex general con duda denotando que no comprendí lo que trato de decirme.
Mi cabeza claramente estaba en otro sitio y no era necesariamente porque me sintiera aun mareada después de lo que había ocurrido. A medias lograba captar las palabras que se decían Jezzara y Edward hasta que pude comprender toda la situación, la chica rubia se marchaba no sin antes despedirse de mí con una pequeña sonrisa, Edward como gesto de cortesía la acompaño hasta la puerta. Yo solo miraba en dirección al plato, mirando la porción más que exagerada para que solo lo pudiera consumir una persona, quería pasar de desapercibida pero el gusto solo me duro poco pues después de escuchar las lágrimas que derramaba el hombre, Edward se acercó de nueva cuenta para sentarse a mi lado.
No pude evitar mirarlo a los ojos, era exactamente igual a como lo recordaba en Egipto pero la propuesta de retirarme a descansar no me convencía del todo, no deseaba quedarme sola de nuevo en un lugar completamente ajeno a mí además que no quería perder la oportunidad de hablar aunque si era un pretexto para hablar en privado…
Estoy bien… solo fue un mareo.
Recordé esas descargas en mi cuerpo que crecían cada vez más, tanto que pude sentir casi con miedo como trataban de descontrolarse. Daba un hondo suspiro para tratar de tranquilizarme y sorber un poco de más agua, jugando con el vaso entre mis manos seguía aguardando pues la idea ahora de quedarme solo con ese romano me ponía ligeramente nerviosa, no sabía cómo debía actuar y comportarme con él, ni tenía la menor idea de que le hablaría.
Además no quiero causarle ninguna molestia a su amigo.
Miraba directamente a ese hombre bonachón que soltaba tremenda carcajada, al parecer se burlaba de cómo me estaba comportando o en su mente intuía situaciones que no eran.
Ja’h no pasa nada, mi hogar también es el hogar de este notable caballero.. –con gracia le guiñó el ojo para jalar a su hijo e introducirse en la cocina- vamos… aprovechemos a comprar algunas cosas, así les daremos privacidad.
Cerraba la puerta tras de sí mientras que el jovencito desconcertado salía a rastras, confundida pues no entendiendo lo que quise decir miraba a el ex general con duda denotando que no comprendí lo que trato de decirme.
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Aunque se le notaba algo enferma, aunque solo fuera un poco, ella se hizo al fuerta y dijo que no era nada, no me quedaba mas remedio que aceptarlo, desde que la conocia siempre habia sido muy suya. No le gustaba que los miraran por ella y se preocuparan por ella, queria ser autosuficiente y por supuesto no confiar en los demas desde que sus compañeras de celdas le traicionaran en Egipto.
No habia mucho mas que decir para convencerla, solo me senta al lado suya en esas sillas viejas de madera. Algo habia notado en mi amigo en nuestra conversacion. Por lo que levanto una ceja y muy seguro de si mismo comenzo a hacer algo en lo que creia que era correcto. Cogio a su hijo y nos dejo a solas con la excusa de que tenian que ir a comprar...
No le prestes atencion... le gusta mucho bromear pero es un gran hombre.
Le dije a la joven pelinegra por si no entendia muy bien la forma de hablar o actuar de aquel viejo guerrero. Pero algo de bueno si tenia aquello, ahora que estaban los dos completamente solos podia hablar mas intimamente con ella sobre esa extraña energia electrica que los unia y que no sabia si ella era consciente de ello.
No sabia como empezar la conversacion sin que ella pensara que estaba loco o no me creeria, sabia que su pueblo egipcio habia sido adiestrado en cosmos como un arte de magia. Como esa guerrera llamada Arianne que invoco aquellos extraños demonios en la peor parte de su viaje a Egipto, pero no sabia que conocimiento tenia Seiren de lo que realmente era ese poder.
Escucha Seiren... recuerdo que dijiste antes que habia ciertas cosas que querias hablar conmigo o comprobar. Debo decir que yo tambien las tengo. Debo de decirte, que estamos conectados mas de lo que parece....
Aun no le hablaba claramente, primero le dejaria a ella hablar sobre que era aquello en lo que estaba interesada, a medida que la conversacion avanzaba podria intentar descubrir si ella poseia un cosmos como el de Jezzara o el mio mismo. Solo esperaba que no fuera como el de Selene, pero era tan cercano al mio, que estaba casi seguro, que aquella mujer era una de las elegidas.
No habia mucho mas que decir para convencerla, solo me senta al lado suya en esas sillas viejas de madera. Algo habia notado en mi amigo en nuestra conversacion. Por lo que levanto una ceja y muy seguro de si mismo comenzo a hacer algo en lo que creia que era correcto. Cogio a su hijo y nos dejo a solas con la excusa de que tenian que ir a comprar...
No le prestes atencion... le gusta mucho bromear pero es un gran hombre.
Le dije a la joven pelinegra por si no entendia muy bien la forma de hablar o actuar de aquel viejo guerrero. Pero algo de bueno si tenia aquello, ahora que estaban los dos completamente solos podia hablar mas intimamente con ella sobre esa extraña energia electrica que los unia y que no sabia si ella era consciente de ello.
No sabia como empezar la conversacion sin que ella pensara que estaba loco o no me creeria, sabia que su pueblo egipcio habia sido adiestrado en cosmos como un arte de magia. Como esa guerrera llamada Arianne que invoco aquellos extraños demonios en la peor parte de su viaje a Egipto, pero no sabia que conocimiento tenia Seiren de lo que realmente era ese poder.
Escucha Seiren... recuerdo que dijiste antes que habia ciertas cosas que querias hablar conmigo o comprobar. Debo decir que yo tambien las tengo. Debo de decirte, que estamos conectados mas de lo que parece....
Aun no le hablaba claramente, primero le dejaria a ella hablar sobre que era aquello en lo que estaba interesada, a medida que la conversacion avanzaba podria intentar descubrir si ella poseia un cosmos como el de Jezzara o el mio mismo. Solo esperaba que no fuera como el de Selene, pero era tan cercano al mio, que estaba casi seguro, que aquella mujer era una de las elegidas.
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Agachaba mi rostro cubriendo mi expresión con el azabache de mi cabello, este contrastaba con la palidez de mi piel, el silencio parecía haber aumentado más de la cuenta ya ni si quiera estaba atenta sobre la condición que me encontraba pues me perdía viendo aquel recipiente de agua. Aquel hombre seguía mostrando la amabilidad a los extraños aunque nosotros en nuestro caso era difícil deshacer una barrera donde la guerra dejó claramente recuerdos muy dolorosos, al menos tenía en mente ese pensamiento no dejándome tranquila.
Después de un pequeño lapso Edward fue el que comenzó a hablar, yo seguía mirando fijamente el vaso por algún motivo no podía dirigirle la palabra pero al menos siempre estaría ahí para escucharlo, como lo solía hacer antes, ponía demasiada atención…
Es demasiado.
Apenas y respondía con cortas frases, ¿dónde comenzar para decirle todo lo que me hizo pensar con su actitud? Y ahora de este sentimiento que me provocaba al estar cerca de él. Tenía que hacer a un lado toda mi desconfianza y abrirme, e incluso hablar de temas que podrían resultar hirientes si llegábamos a comentarlos, decidida posaba mis ojos sobre él, por el momento no sería aquella joven retraída que trataba de alejarse de todos, no sería la mujer que se ocultaría en su propio mundo para que no le traicionasen más.
Hay tantas cosas que tengo que decir que no sé exactamente por donde comenzar.. –hacía una pequeña pausa- pero supongo que primero quiero hacer esto…
Soltando el vaso acercaba mi mano a la suya, extendiendo su palma contra la mía antes de entrelazarlas, una pequeña descarga se produjo entre nosotros, como un fino hilo dorado que a nuestro contacto crecía. Mi respiración se detuvo notando esa chispa que generamos juntos, era algo que no podía lastimarnos pero fue entonces que note las quemaduras de sus manos o al menos la marcas de extrañas cicatrices sobre su piel, tomaba con un poco de atrevimiento su mano para pasar a rozar mi dedo índice sobre su palma. Ahora no estaba consciente de lo que estaba haciendo, solo me dejaba llevar…
Jamás pude entender porque me retuviste en esa cárcel, porque me protegiste cuando nos encontramos por segunda ocasión antes de que aquella sacerdotisa dispusiera de mí. Nunca entendí la manera en la que procedías… no eras como los otros que alardeaba pertenecer a cierta clase por ser solo algo superior, era como contradecirte…
Mi mano se apretaba contra las heridas para fijar mi vista en aquellos orbes verdeazulado, mi mano temblaba sintiendo los ligeros calambres debido a la energía que provocábamos.
Cada vez que tenías la oportunidad de verme lo hacías relatándome con nostalgia maravillosas historias de Roma, confesándome incluso que jamás deseaste esta vida de guerra que ahora llevas o mejor dicho llevaste, depositaste una confianza absoluta… más que nada confiaste en mi ciegamente.. ¿no comprendiste que pude aprovecharme de eso y delatarte con tus tropas? O quizás sabías de antemano que mi palabra no valía nada ante nadie por mucho que revelaras tus verdaderos sentimientos. Siempre trate de buscar venganza por el asesinato de mi padre… la separación de mi madre.. si no hubieras llegado a Egipto mi vida sería diferente.
Mis ojos denotaban la molestia que sentía, aferrándome cada vez a su mano, aquel sentimiento de impotencia se desbordaba pero sin querer gracias a eso despertaba una energía fuerte, seguía sin hacer caso omiso pero no podía reprimirme más, algunas lágrimas se desbordaban sobre mis pómulos haciendo crecer aquella energía dorado, las descargas envolvían mi cuerpo en forma de espiral, estaba alterándome por mis propias emociones.
Todo este tiempo quise verte como la persona cruel que me arrebato la felicidad de mi vida pero no pude, sé que no tuviste opción de elegir o al menos eso creía cuando tuve la oportunidad de venir a Roma… me he tratado de convencer que fuiste usado por las maquinaciones de esa mujer… entonces.. ¿Porque todo esto me sigue hiriendo, después de comprender como sucedieron las cosas en realidad?
Después de un pequeño lapso Edward fue el que comenzó a hablar, yo seguía mirando fijamente el vaso por algún motivo no podía dirigirle la palabra pero al menos siempre estaría ahí para escucharlo, como lo solía hacer antes, ponía demasiada atención…
Es demasiado.
Apenas y respondía con cortas frases, ¿dónde comenzar para decirle todo lo que me hizo pensar con su actitud? Y ahora de este sentimiento que me provocaba al estar cerca de él. Tenía que hacer a un lado toda mi desconfianza y abrirme, e incluso hablar de temas que podrían resultar hirientes si llegábamos a comentarlos, decidida posaba mis ojos sobre él, por el momento no sería aquella joven retraída que trataba de alejarse de todos, no sería la mujer que se ocultaría en su propio mundo para que no le traicionasen más.
Hay tantas cosas que tengo que decir que no sé exactamente por donde comenzar.. –hacía una pequeña pausa- pero supongo que primero quiero hacer esto…
Soltando el vaso acercaba mi mano a la suya, extendiendo su palma contra la mía antes de entrelazarlas, una pequeña descarga se produjo entre nosotros, como un fino hilo dorado que a nuestro contacto crecía. Mi respiración se detuvo notando esa chispa que generamos juntos, era algo que no podía lastimarnos pero fue entonces que note las quemaduras de sus manos o al menos la marcas de extrañas cicatrices sobre su piel, tomaba con un poco de atrevimiento su mano para pasar a rozar mi dedo índice sobre su palma. Ahora no estaba consciente de lo que estaba haciendo, solo me dejaba llevar…
Jamás pude entender porque me retuviste en esa cárcel, porque me protegiste cuando nos encontramos por segunda ocasión antes de que aquella sacerdotisa dispusiera de mí. Nunca entendí la manera en la que procedías… no eras como los otros que alardeaba pertenecer a cierta clase por ser solo algo superior, era como contradecirte…
Mi mano se apretaba contra las heridas para fijar mi vista en aquellos orbes verdeazulado, mi mano temblaba sintiendo los ligeros calambres debido a la energía que provocábamos.
Cada vez que tenías la oportunidad de verme lo hacías relatándome con nostalgia maravillosas historias de Roma, confesándome incluso que jamás deseaste esta vida de guerra que ahora llevas o mejor dicho llevaste, depositaste una confianza absoluta… más que nada confiaste en mi ciegamente.. ¿no comprendiste que pude aprovecharme de eso y delatarte con tus tropas? O quizás sabías de antemano que mi palabra no valía nada ante nadie por mucho que revelaras tus verdaderos sentimientos. Siempre trate de buscar venganza por el asesinato de mi padre… la separación de mi madre.. si no hubieras llegado a Egipto mi vida sería diferente.
Mis ojos denotaban la molestia que sentía, aferrándome cada vez a su mano, aquel sentimiento de impotencia se desbordaba pero sin querer gracias a eso despertaba una energía fuerte, seguía sin hacer caso omiso pero no podía reprimirme más, algunas lágrimas se desbordaban sobre mis pómulos haciendo crecer aquella energía dorado, las descargas envolvían mi cuerpo en forma de espiral, estaba alterándome por mis propias emociones.
Todo este tiempo quise verte como la persona cruel que me arrebato la felicidad de mi vida pero no pude, sé que no tuviste opción de elegir o al menos eso creía cuando tuve la oportunidad de venir a Roma… me he tratado de convencer que fuiste usado por las maquinaciones de esa mujer… entonces.. ¿Porque todo esto me sigue hiriendo, después de comprender como sucedieron las cosas en realidad?
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Madareth se detuvo frente a lo que parecía ser una taberna, el letrero del lugar poseía la figura de un pájaro, la señora de la guerra levanto una ceja como si aquel hecho le causara gracia o reproche, por la expresión de seriedad de su rostro no se podía concluir que era, la puerta se encontraba ligeramente abierta lo que indicaba que esta aun no estaba abierta al público pero por el ruido proveniente del interior era señal de que ya habían clientes, coloco su mano sobre la madera mientras esta chirriaba de una forma fastidiosa, como si fuera una premonición de que algo malo iba a pasar en aquel lugar, la taberna no era la gran cosa tenía varias mesas de madera y sillas del mismo material distribuidas por el lugar, Madareth seguía con aquella expresión de seriedad que tenia ligeros toques de aburrimiento, pero cuando sus ojos se posaron en un par de personajes que se encontraban allí, inmediatamente esbozo una sonrisa de satisfacción mientras aquellos profundos ojos cafés se posaron sobre ellos de manera intimidante y desafiante.
Alcanzo a escuchar las últimas palabras que un joven de cabellos cafes y una cara de total amabilidad le dirigía a una chica de negros y largos cabellos la cual parecía más un fantasma en ese lugar que un ser humano debido a su palidez, Madareth mordió su labio inferior contemplando aquella escena, que encantadoramente estúpidos y patéticos se veían, tal y como eran los guerreros de Athena buscando la manera de producir lastima sonrió irónicamente mientras su mano acariciaba su barbilla y miraba con superioridad y provocación.
- Uh sabia que el mundo es un pañuelo, pero no pensé que me encontraría tan pronto con un par de bufones, uno que no puede quitarse la estupidez de su rostro y otro que parece un saco de carne en descomposición –
Alcanzo a escuchar las últimas palabras que un joven de cabellos cafes y una cara de total amabilidad le dirigía a una chica de negros y largos cabellos la cual parecía más un fantasma en ese lugar que un ser humano debido a su palidez, Madareth mordió su labio inferior contemplando aquella escena, que encantadoramente estúpidos y patéticos se veían, tal y como eran los guerreros de Athena buscando la manera de producir lastima sonrió irónicamente mientras su mano acariciaba su barbilla y miraba con superioridad y provocación.
- Uh sabia que el mundo es un pañuelo, pero no pensé que me encontraría tan pronto con un par de bufones, uno que no puede quitarse la estupidez de su rostro y otro que parece un saco de carne en descomposición –
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Nos encontrábamos frente a la entrada de una taberna, o por lo menos eso parecía, levanté la vista y vi un letrero que tenía la ridícula imagen de un pájaro dorado, me causaba gracia aquello pero no hice absolutamente ningún gesto. Permanecía detrás de mi compañera Madareth mientras ella se disponía a empujar la puerta que rechinaba fuertemente con un fastidioso ruido. Cuando se abrió paso para entrar la seguí, dentro había dos personas que parecían estar platicando, podía sentirlo simplemente eran dos de los repugnantes santos Atenienses, era una gran coincidencia tan pronto encontrarlos, y más a dos de ellos al mismo tiempo, iba a ser algo muy divertido fastidiarlos un rato, después de todo no había otra cosa que hacer. En mi rostro se dibujo una siniestra e insinuante sonrisa mientras los observaba a ambos con mis ojos carmesíes y una mirada totalmente desafiante y no muy amigable que digamos.
-Cierto... vaya lo que serán las coincidencias de la vida. Encontrar a un par de inútiles en el mismo lugar... y al mismo tiempo.- Dije eso primero. Mi mirada se fijó en la mujer y luego en el muchacho de cabellos castaños, fruncí el ceño -Me repugnan... no saben hasta que punto llegar con su "bondad..."- Decía en un tono irónico, para burlarme de aquellos jóvenes que tan tranquilos se veían hasta el momento. Para luego soltar una carcajada burlona que no pude controlar, también provocativa. No me interesaba el como reaccionen las personas a quien hablaba, estaba utilizando esa personalidad malvada que comenzaba a dominar sobre la otra, la personalidad del berseker que era aquella que de verdad debía poseer, esa que se estaba apoderando de mi persona, ya nada quedaba de la humana Lady, ahora simplemente era Tafariel, la amante de los condenados..
-Cierto... vaya lo que serán las coincidencias de la vida. Encontrar a un par de inútiles en el mismo lugar... y al mismo tiempo.- Dije eso primero. Mi mirada se fijó en la mujer y luego en el muchacho de cabellos castaños, fruncí el ceño -Me repugnan... no saben hasta que punto llegar con su "bondad..."- Decía en un tono irónico, para burlarme de aquellos jóvenes que tan tranquilos se veían hasta el momento. Para luego soltar una carcajada burlona que no pude controlar, también provocativa. No me interesaba el como reaccionen las personas a quien hablaba, estaba utilizando esa personalidad malvada que comenzaba a dominar sobre la otra, la personalidad del berseker que era aquella que de verdad debía poseer, esa que se estaba apoderando de mi persona, ya nada quedaba de la humana Lady, ahora simplemente era Tafariel, la amante de los condenados..
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Los segundos se hacian eternos en la taberna, el silencio ahora era mas presente por que no estaban los dueños de la taberna y yo esperaba a que ella se decidiera a hablar. Pero no era facil, desde siempre no habia sido mucho de hablar con personas extrañas y aunque conmigo ya habia tenido algunas experiencias aun no eran lo suficiente como para considerarnos algo mas que conocidos, aunque ella habia sido la confidente de mis pensamientos durante la época de guerra en Egipto.
Antes de comenzar con sus dudas.. habia algo que queria comprobar.. soltando su vaso cogio mi mano, lentamente.. nuestras manos se iban entrelazando, yo me quedaba observando como nuestros dedos se juntaban. Cuando estuvieron completamente unidos una descarga, como una chispa se produjo, era cosmos...
Ya no habia duda de lo que poseia esa mujer, y ella era consciente pues ella fue la que genero en un principio el poder valiendose del mio tambien. La cuestion... era como podia manipular el mismo poder que yo. No nos hacia daño, no era un poder que nos hiciera daño, sino todo lo contrario. Ella se quedo mirando mis heridas y las rozo... ahora debia explicar sus dudas aun sin soltar mi mano.
La joven dama egipcia se arranco a hablar.. pero dudaba.. aun asi se habia decidido para hacerlo. Me comenzo a comentar todas sus dudas, todas sobre mi, no entendia como habia podido confiar en ella, sino temia que la traicionara, por que la defendi de aquella manera que solo consegui ser yo el castigado.
Muchas eran sus dudas y yo podia tener sus respuestas, pero.. esa era la primera vez que la veia hablar tanto, la primera vez que su voz no dejaba de repetirse una y otra vez en mi mente. La molestia.. la tristeza se podia notar en su voz y sus ojos. Comprendia su rencor hacia mi.. pero... nunca pudo terminarlo. Se notaba que le gustaria haberme odiado para culpar a alguien de su desgracia.. pero no pude y entonces fue cuando se quedo sin rumbo como estaba ahora.
Ahora era mi momento de hablar, de explicarle por que habia hecho todo eso, y tambien.. de intentar levantar su animo aunque no sabia si yo era el mas indicado por que ella siempre quiso verme como su enemigo pero no pudo. Me daba tristeza que los actos de mis legiones le destrozaran la vida a una chica como Seiren y nunca me lo iba a poder perdonar..
Puedo decirte..varias cosas....
Pero entonces la puerta del local comenzo a chirriar, la vieja madera de la puerta era movida y de nuevo la luz de la mañana entraba en la taberna. Dos perfiles podia observar entre tanta luz, sus largos cabellos y sus delgados cuerpos lo denotaban. Cuando cerraron de nuevo todo se quedo en penumbra.
La actitud de esas mujeres dejo mucho que desear, no sabia cuales podian ser sus intenciones y el por que entraron insultando... pero no me gustaba nada, su presencia era agresiva y amenazadora. Y ademas.. no eran personas con poderes normales. Seiren quizas no pudiera sentir nada en ella, aun era una joven que estaba empezando a despertar su poder, y yo... a mis treinta años, comprendia que estaba destinado a defender a Athena, pero no me habia convertido ni en un santo aun. Solo era un hombre intentando buscar su camino.
Me preguntaba si aquello era una casualidad, o la presencia de esas mujeres tenian algo mas oscuro detras. Puede que se hubieran guiado por el poder que yo empezaba a desprender, ya era bastante llamativo. Aun desconocia los peligros que esta vez me depararia el futuro como guerrero de Athena en un futuro.
Lo siento señorita, el local aun esta cerrado.
Me levante lentamente dejando mi mano atrás haciendole indicar a Seiren que permaneciera sentada. Poco a poco y con lentos pasos que hacian que mis botas hicieran un sonido fuerte al tocar el suelo me iban llevando hasta esas dos mujeres. Me termine colocando delante de ellas a pocos centimetros de sus cuerpos. Mis ojas estaban fijos en ellas, sin pestañear, no me mostraba inferior a ellas, sino seguro de mi mismo y que no dejaria que siguieran con esa actitud
Espero que no haya ningun problema en ello, pueden volver mas tarde y tomar tranquilamente algo...
Aunque la manera con la que habian entrado no era la adecuada, esperaba que con mis palabras entendieran lo que realmente intentaba decirles, que no queria problemas aquí, ni que vinieran con intenciones de comenzar una pelea, por el poder que ellas desprendian... serian capaces de destruir la taberna solo con activar su poder. Pero si eso sucediera.. me veria obligado a actuar de una manera menos amable.
Antes de comenzar con sus dudas.. habia algo que queria comprobar.. soltando su vaso cogio mi mano, lentamente.. nuestras manos se iban entrelazando, yo me quedaba observando como nuestros dedos se juntaban. Cuando estuvieron completamente unidos una descarga, como una chispa se produjo, era cosmos...
Ya no habia duda de lo que poseia esa mujer, y ella era consciente pues ella fue la que genero en un principio el poder valiendose del mio tambien. La cuestion... era como podia manipular el mismo poder que yo. No nos hacia daño, no era un poder que nos hiciera daño, sino todo lo contrario. Ella se quedo mirando mis heridas y las rozo... ahora debia explicar sus dudas aun sin soltar mi mano.
La joven dama egipcia se arranco a hablar.. pero dudaba.. aun asi se habia decidido para hacerlo. Me comenzo a comentar todas sus dudas, todas sobre mi, no entendia como habia podido confiar en ella, sino temia que la traicionara, por que la defendi de aquella manera que solo consegui ser yo el castigado.
Muchas eran sus dudas y yo podia tener sus respuestas, pero.. esa era la primera vez que la veia hablar tanto, la primera vez que su voz no dejaba de repetirse una y otra vez en mi mente. La molestia.. la tristeza se podia notar en su voz y sus ojos. Comprendia su rencor hacia mi.. pero... nunca pudo terminarlo. Se notaba que le gustaria haberme odiado para culpar a alguien de su desgracia.. pero no pude y entonces fue cuando se quedo sin rumbo como estaba ahora.
Ahora era mi momento de hablar, de explicarle por que habia hecho todo eso, y tambien.. de intentar levantar su animo aunque no sabia si yo era el mas indicado por que ella siempre quiso verme como su enemigo pero no pudo. Me daba tristeza que los actos de mis legiones le destrozaran la vida a una chica como Seiren y nunca me lo iba a poder perdonar..
Puedo decirte..varias cosas....
Pero entonces la puerta del local comenzo a chirriar, la vieja madera de la puerta era movida y de nuevo la luz de la mañana entraba en la taberna. Dos perfiles podia observar entre tanta luz, sus largos cabellos y sus delgados cuerpos lo denotaban. Cuando cerraron de nuevo todo se quedo en penumbra.
La actitud de esas mujeres dejo mucho que desear, no sabia cuales podian ser sus intenciones y el por que entraron insultando... pero no me gustaba nada, su presencia era agresiva y amenazadora. Y ademas.. no eran personas con poderes normales. Seiren quizas no pudiera sentir nada en ella, aun era una joven que estaba empezando a despertar su poder, y yo... a mis treinta años, comprendia que estaba destinado a defender a Athena, pero no me habia convertido ni en un santo aun. Solo era un hombre intentando buscar su camino.
Me preguntaba si aquello era una casualidad, o la presencia de esas mujeres tenian algo mas oscuro detras. Puede que se hubieran guiado por el poder que yo empezaba a desprender, ya era bastante llamativo. Aun desconocia los peligros que esta vez me depararia el futuro como guerrero de Athena en un futuro.
Lo siento señorita, el local aun esta cerrado.
Me levante lentamente dejando mi mano atrás haciendole indicar a Seiren que permaneciera sentada. Poco a poco y con lentos pasos que hacian que mis botas hicieran un sonido fuerte al tocar el suelo me iban llevando hasta esas dos mujeres. Me termine colocando delante de ellas a pocos centimetros de sus cuerpos. Mis ojas estaban fijos en ellas, sin pestañear, no me mostraba inferior a ellas, sino seguro de mi mismo y que no dejaria que siguieran con esa actitud
Espero que no haya ningun problema en ello, pueden volver mas tarde y tomar tranquilamente algo...
Aunque la manera con la que habian entrado no era la adecuada, esperaba que con mis palabras entendieran lo que realmente intentaba decirles, que no queria problemas aquí, ni que vinieran con intenciones de comenzar una pelea, por el poder que ellas desprendian... serian capaces de destruir la taberna solo con activar su poder. Pero si eso sucediera.. me veria obligado a actuar de una manera menos amable.
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Madareth sonrió escuchando a aquel tipo, tal y como lo esperaba de un caballero Atheniense se haría el desentendido de lo que realmente pasaba, está bien si así era como serian las reglas del juego asi actuaria, la mujer paso de largo de aquel joven, mientras fijo su mirada en aquella mujer de apariencia sumamente enferma, podía sentir sus cosmoenergias, la del sujeto de ese lugar se mantenía uniforme por lo que indicaba que ya tenía un leve conocimiento del cosmos en cambio la de aquella joven parecía una vela que se extinguía con la mas leve brisa, apenas despertaba ese poder que todos los guerreros tanto esbirros de Ares o Athena inclusive de cualquier dios poseían.
La pelirroja tomo una de las sillas de madera, la arrastro cerca de donde antes aquel muchacho se encontraba hablando con la mujer, se sentó en el mueble y sin quitarle la vista de encima a esta ultima sonrió de una forma “amable”.
- Vamos, si estamos entre viejos amigos, además no me resistí a escuchar su conversación, señor… señor me puede decir su nombre? ¡oh más bien! Cuál es la constelación que le protege, realmente detesto los nombres humanos… aunque con gusto le diré el mío, mi nombre es Ada, aunque muchos me conocen como Madareth –
Obviamente Madareth no se iría de aquel lugar sin antes pasar un rato ameno claro a su forma de ser, miraba a los dos individuos, oh que hermosa escena el caballero protegiendo a la chica ya que eso era lo que indicaban sus acciones, una mujer así de débil seria una presa fácil para un berserck, seria entretenido ver la reacción de un caballero de Athena si tomara la vida de la chica entre sus manos, eso lo vería después por el momento quería volver aquella situación más incomoda de lo que ya lo era.
- Vamos… preséntensenos no me gustaría quedarme con la duda del nombre de mis nuevos amigos, no le parece joven? Y especialmente, me gustaría saber cómo te llamas… jovencita –
Madareth se levanto rápidamente de su silla y se acerco a la chica de cabellos negros, la distancia que las separaba era mínima, el brillo de sus ojos aumentaba cada vez mas como el poder de su cosmos, eran tan impredecible la señora de la guerra, bien podría matarla al instante o bien solo esperar una respuesta, uno de sus dedos recorrió el cuello de la joven.
- Realmente está viva, o es un muñeco de trapo? –
Se alejo nuevamente de aquella mujer y se volvió a sentar en la silla ahora su vista se poso en el chico de cabellos castaños, sonriéndole esperando una reacción por parte de él.
La pelirroja tomo una de las sillas de madera, la arrastro cerca de donde antes aquel muchacho se encontraba hablando con la mujer, se sentó en el mueble y sin quitarle la vista de encima a esta ultima sonrió de una forma “amable”.
- Vamos, si estamos entre viejos amigos, además no me resistí a escuchar su conversación, señor… señor me puede decir su nombre? ¡oh más bien! Cuál es la constelación que le protege, realmente detesto los nombres humanos… aunque con gusto le diré el mío, mi nombre es Ada, aunque muchos me conocen como Madareth –
Obviamente Madareth no se iría de aquel lugar sin antes pasar un rato ameno claro a su forma de ser, miraba a los dos individuos, oh que hermosa escena el caballero protegiendo a la chica ya que eso era lo que indicaban sus acciones, una mujer así de débil seria una presa fácil para un berserck, seria entretenido ver la reacción de un caballero de Athena si tomara la vida de la chica entre sus manos, eso lo vería después por el momento quería volver aquella situación más incomoda de lo que ya lo era.
- Vamos… preséntensenos no me gustaría quedarme con la duda del nombre de mis nuevos amigos, no le parece joven? Y especialmente, me gustaría saber cómo te llamas… jovencita –
Madareth se levanto rápidamente de su silla y se acerco a la chica de cabellos negros, la distancia que las separaba era mínima, el brillo de sus ojos aumentaba cada vez mas como el poder de su cosmos, eran tan impredecible la señora de la guerra, bien podría matarla al instante o bien solo esperar una respuesta, uno de sus dedos recorrió el cuello de la joven.
- Realmente está viva, o es un muñeco de trapo? –
Se alejo nuevamente de aquella mujer y se volvió a sentar en la silla ahora su vista se poso en el chico de cabellos castaños, sonriéndole esperando una reacción por parte de él.
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Seguía deseando recriminarle todo lo que me había pasado, terminaba de desahogarme o al menos una parte porque estaba segura que después de que me respondiera se crearían más dudas entre nosotros, ya las lágrimas dejaban de caer para pasar a unos cortos suspiros. Quise girar mi rostro pues el ruido de la puerta me alertaba de que seguramente el hombre regresaba de sus compras pero no era así, dos finas sombras se escapaban denotando la silueta de dos mujeres, volviendo me limitaba a secar mis lágrimas y dejar que Edward se encargara de atenderlas hasta que una de ellas hablo, la segunda secundó lo dicho para estar de acuerdo.
Traté de levantarme pero el romano solo colocó su mano sobre mi hombro para que no me moviera, respete su decisión pues me desagradaba provocar problemas aunque lo que si era cierto es que las palabras que enmarcaban cada una de ellas carecían de sentido alguno. En verdad que deseaban provocar incitar a los demás pero conociendo al ex general era lo que evitaba a hacer.
Girando mi cuerpo solo me limite a verlas, al parecer la pelirroja era la líder, caracterizándose por ser alguien superior y tratando de rebajar con su actitud nuestros “malos modales”. Respiraba profundamente aunque un escalofrío recorrió mi cuerpo casi como avisándome al peligro al que me estaba exponiendo por mantenerme cerca de esas mujeres. Sin hacer caso al aviso de Edward la mujer que se hacía llamar Ada ingresaba tomando la silla y mirarme tal como si fuera una presa, divirtiéndose antes de poder disponer de ella, mantenía mis ojos sobre toda su silueta, nunca me había dejado intimidar por nadie y no lo haría mucho menos por ella pero tal parecía que dicha actitud la incito tanto que se levantó de su propio lugar, Edward no tuvo tiempo a reaccionar por lo que la pelirroja me alcanzo trazando una delgada línea sobre mi cuello y poder así percibir mi pulso afirmando que seguía con vida.
Ya me había mantenido lo suficientemente al margen como para que siguiera solapando aquella “actitud”, no era necesario sobre exaltarme.
Si… estoy viva... pero creo que ya ha escuchado suficiente de nosotros, ¿sabía que la curiosidad mato al gato? –Tranquilamente le respondía sin levantarme de mi sitio, esto apenas comenzaba y si esa mujer tanto deseaba provocarme pues lo había hecho pero no de la forma que ella hubiera deseado que actuara. Con temor.
Recordaba entonces su nombre o mejor dicho “nombres”- Ada… Madareth.. bellos nombres para alguien tan… peculiar. No deseo ser descortés pero dudo que “amistad” sea en verdad lo que busque.. –levantándome de mi asiento recargaba mi mano sobre la mesa, no era el momento para que me provocaran.- Además que si existiera la posibilidad para dicha relación me negaría rotundamente a establecerla, por esa razón me niego a darle mi nombre.
Terminaba con la que se ensalzaba para seguir ahora con la mujer peliplata y ojos escarlata aunque esto último iba dirigido para ambas.
Y tú, ¿no sé en qué podrías estar de acuerdo con esa mujer?... si no les desagrada tanto ver a dos personas arreglar asuntos personales tienen la libertad de marcharse, nadie las invito para que se quedaran y mucho menos nadie las obligo para que soportaran nuestra compañía.
Traté de levantarme pero el romano solo colocó su mano sobre mi hombro para que no me moviera, respete su decisión pues me desagradaba provocar problemas aunque lo que si era cierto es que las palabras que enmarcaban cada una de ellas carecían de sentido alguno. En verdad que deseaban provocar incitar a los demás pero conociendo al ex general era lo que evitaba a hacer.
Girando mi cuerpo solo me limite a verlas, al parecer la pelirroja era la líder, caracterizándose por ser alguien superior y tratando de rebajar con su actitud nuestros “malos modales”. Respiraba profundamente aunque un escalofrío recorrió mi cuerpo casi como avisándome al peligro al que me estaba exponiendo por mantenerme cerca de esas mujeres. Sin hacer caso al aviso de Edward la mujer que se hacía llamar Ada ingresaba tomando la silla y mirarme tal como si fuera una presa, divirtiéndose antes de poder disponer de ella, mantenía mis ojos sobre toda su silueta, nunca me había dejado intimidar por nadie y no lo haría mucho menos por ella pero tal parecía que dicha actitud la incito tanto que se levantó de su propio lugar, Edward no tuvo tiempo a reaccionar por lo que la pelirroja me alcanzo trazando una delgada línea sobre mi cuello y poder así percibir mi pulso afirmando que seguía con vida.
Ya me había mantenido lo suficientemente al margen como para que siguiera solapando aquella “actitud”, no era necesario sobre exaltarme.
Si… estoy viva... pero creo que ya ha escuchado suficiente de nosotros, ¿sabía que la curiosidad mato al gato? –Tranquilamente le respondía sin levantarme de mi sitio, esto apenas comenzaba y si esa mujer tanto deseaba provocarme pues lo había hecho pero no de la forma que ella hubiera deseado que actuara. Con temor.
Recordaba entonces su nombre o mejor dicho “nombres”- Ada… Madareth.. bellos nombres para alguien tan… peculiar. No deseo ser descortés pero dudo que “amistad” sea en verdad lo que busque.. –levantándome de mi asiento recargaba mi mano sobre la mesa, no era el momento para que me provocaran.- Además que si existiera la posibilidad para dicha relación me negaría rotundamente a establecerla, por esa razón me niego a darle mi nombre.
Terminaba con la que se ensalzaba para seguir ahora con la mujer peliplata y ojos escarlata aunque esto último iba dirigido para ambas.
Y tú, ¿no sé en qué podrías estar de acuerdo con esa mujer?... si no les desagrada tanto ver a dos personas arreglar asuntos personales tienen la libertad de marcharse, nadie las invito para que se quedaran y mucho menos nadie las obligo para que soportaran nuestra compañía.
Última edición por Seiren el Lun Feb 07, 2011 2:23 pm, editado 1 vez
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Yo permanecía parada en el mismo lugar mientras que mi compañera se adelantaba pasando por al lado del muchacho de cabellos castaños para tomar una silla y hablar con la pálida mujer. Yo me sonreí al escuchar las palabras del chico, pero no era una sonrisa cualquiera, era una sonrisa provocadora, de esas que acostumbraba a mostrar antes aquellas personas que poco me agradaban, con los que estaba acostumbrada a jugar, a fastidiar. Me acerqué un poco al muchacho mientras mis ojos escarlata brillaban fijos en su mirada que parecía no mostrar ningún miedo ante las presencia de nosotras.
-No creo que sea el momento de marcharnos, aun tenemos mucho de lo que hablar...- Decía en un tono burlón mientras miraba a aquel sujeto, éste parecía tener un leve conocimiento del cosmos, de lo que el destino le deparaba, el hecho de ser un futuro santo Ateniense, se notaba en la energía que brotaba de su ser, se mantenía potente y equilibrada, en cambio la otra muchacha parecía no tener idea del tema, su cosmoenergía era muy débil, casi ni se notaba en el aire. Entonces me acerqué un poco a aquel hombre y acerqué mi rostro a su oído para susurrarle unas palabras -No seas ingenuo... estoy segura de que al menos sospechas quienes somos... ¿No sientes esa energía en el aire?- Decía con un tono irónico, para luego alejarme un poco. -Creo que esa extrema inocencia que poseen les hace estar apartados del mundo... ¿Por que no nos conocemos un poco mejor? Ya que en un futuro cercano nuestros caminos se cruzarán...-
Pero aquella voz femenina interrumpió mi diálogo, era la mujer de negros cabellos hablándome, mientras me miraba fijo con esos brillantes ojos oscuros.
-ha de acuerdo, lo siento si esa actitud nuestra les molestó...- Aunque a eso último lo dije en un tono de broma, burlándome de las palabras de la joven -No nos iremos de aquí... de hecho... aun tengo deseos de divertirme... ¿Por que no nos quieren aquí? Si no hemos hecho nada malo...- Seguía hablando con el mismo tono irónico del que lo hacía desde un principio. Pero no acabé de hablar, me alejé de donde estaba para pararme frente a la barra, apoyándome en la madera.
-¿Donde esta el dueño de este lugar? ¡Tengo sed!- Decía con un tono de voz muy fuerte, ignorando casi la presencia de los dos Athenienses que estaban detrás.
-No creo que sea el momento de marcharnos, aun tenemos mucho de lo que hablar...- Decía en un tono burlón mientras miraba a aquel sujeto, éste parecía tener un leve conocimiento del cosmos, de lo que el destino le deparaba, el hecho de ser un futuro santo Ateniense, se notaba en la energía que brotaba de su ser, se mantenía potente y equilibrada, en cambio la otra muchacha parecía no tener idea del tema, su cosmoenergía era muy débil, casi ni se notaba en el aire. Entonces me acerqué un poco a aquel hombre y acerqué mi rostro a su oído para susurrarle unas palabras -No seas ingenuo... estoy segura de que al menos sospechas quienes somos... ¿No sientes esa energía en el aire?- Decía con un tono irónico, para luego alejarme un poco. -Creo que esa extrema inocencia que poseen les hace estar apartados del mundo... ¿Por que no nos conocemos un poco mejor? Ya que en un futuro cercano nuestros caminos se cruzarán...-
Pero aquella voz femenina interrumpió mi diálogo, era la mujer de negros cabellos hablándome, mientras me miraba fijo con esos brillantes ojos oscuros.
-ha de acuerdo, lo siento si esa actitud nuestra les molestó...- Aunque a eso último lo dije en un tono de broma, burlándome de las palabras de la joven -No nos iremos de aquí... de hecho... aun tengo deseos de divertirme... ¿Por que no nos quieren aquí? Si no hemos hecho nada malo...- Seguía hablando con el mismo tono irónico del que lo hacía desde un principio. Pero no acabé de hablar, me alejé de donde estaba para pararme frente a la barra, apoyándome en la madera.
-¿Donde esta el dueño de este lugar? ¡Tengo sed!- Decía con un tono de voz muy fuerte, ignorando casi la presencia de los dos Athenienses que estaban detrás.
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
La pelirroja de las dos mujeres que habian irrumpido en la taberna no hizo caso a mi sugerencia de que volvieran cuando todo estuviera abierto al publico exterior. Algo estaban tramando y no seria nada bueno aunque vinieran con esa supuesta amistad y cordialidad.. podia notar sus cosmos agresivo inundar cada uno de sus poros. Ademas era algo absurdo que se la dieran de mujeres amables y que no querian tener ningun problema cuando lo primero que hicieron al entrar fue insultarnos a ambos.
Cuando me pregunto a que constelacion protegia, no pude responderle nada pues aun no tenia ninguna a la que proteger, ni habia llegado al santuario donde los demas seguidores de la diosa de sabiduria se reunian y no sabia si seria elegido como santo de Athena o queria siempre como un guerrero mas.
La chica llamada Ada y Madareth se acerco a Seiren quizas creyendo que ella seria la mas debil de los dos, pero para mi sorpresa la vi hablar en un tono y una confianza que no lo habia hecho casi nunca. Pense que eso podia ser parte de su cosmos interior que respondia negativamente hacia los de esas dos mujeres, eso me alivio pues queria decir que Seiren podria ser una futura compañera mia aunque desconociera totalmente el cosmos, los santos, o los dioses...
Despues de que Seiren cortara rotundamente a ambas la que hablo fue la otra de las mujeres que siempre permanecia detras pero con la misma actitud a la de su compañera. Tampoco pretendia irse por supuesto y daba por sentado que yo debia conocerlas. Pero por mucho que recordaba no reconocia a ambas mujeres, por si alguna vez ellas habian sido enemigas mias en el campo de batalla. Pero no podia entender a que se referian esas dos mujeres.
Lo siento pero no se quienes son, pero tienes razon, puedo sentir esa energia en el aire que desprendeis y siento decirles que no es una energia que me tranquilice, pero.. creo que tambien habran sentido mi energia y espero que mantengan la cabeza fria y no hagan tonterias.
Definitivamente esas mujeres no eran humanas corrientes, pero tampoco eran iguales a Strife o Jerazza. Creia que podia ser como la que tenia Selene, pero tampoco era asi... entonces, a quien podian pertenecer esas nuevas al parecer guerreras. Cuando senti la energia de Selene senti una nostalgia como si ya hubiera luchado contra ese cosmos morado, pero el de ellas... era diferente, nuevo, una sensacion que nunca habia sentido, puede que fueran.. nuevos enemigos..
La segunda de las mujeres se acerco a la barra con confianza para que alguien le ofreciera algo, parecia que no me habian escuchado cuando les dije que estaba cerrado, asi que me acerque a ellas para mantenerme cerca y me coloque entre ambas.
Creo que no me escuchó, la razon por la que no pueden estar aqui es por que esta cerrado, asi que hasta que no se abra al publico tendran que salir. Pero... antes que eso, creo que vuestro teatro a durado demasiado, conocen la energia que ambos tenemos, asi que su entrada aqui no fue casualidad, dejense de rodeos y diganme que es lo que quieren y... quienes son pues nunca senti algo asi salir de una persona...
Cuando me pregunto a que constelacion protegia, no pude responderle nada pues aun no tenia ninguna a la que proteger, ni habia llegado al santuario donde los demas seguidores de la diosa de sabiduria se reunian y no sabia si seria elegido como santo de Athena o queria siempre como un guerrero mas.
La chica llamada Ada y Madareth se acerco a Seiren quizas creyendo que ella seria la mas debil de los dos, pero para mi sorpresa la vi hablar en un tono y una confianza que no lo habia hecho casi nunca. Pense que eso podia ser parte de su cosmos interior que respondia negativamente hacia los de esas dos mujeres, eso me alivio pues queria decir que Seiren podria ser una futura compañera mia aunque desconociera totalmente el cosmos, los santos, o los dioses...
Despues de que Seiren cortara rotundamente a ambas la que hablo fue la otra de las mujeres que siempre permanecia detras pero con la misma actitud a la de su compañera. Tampoco pretendia irse por supuesto y daba por sentado que yo debia conocerlas. Pero por mucho que recordaba no reconocia a ambas mujeres, por si alguna vez ellas habian sido enemigas mias en el campo de batalla. Pero no podia entender a que se referian esas dos mujeres.
Lo siento pero no se quienes son, pero tienes razon, puedo sentir esa energia en el aire que desprendeis y siento decirles que no es una energia que me tranquilice, pero.. creo que tambien habran sentido mi energia y espero que mantengan la cabeza fria y no hagan tonterias.
Definitivamente esas mujeres no eran humanas corrientes, pero tampoco eran iguales a Strife o Jerazza. Creia que podia ser como la que tenia Selene, pero tampoco era asi... entonces, a quien podian pertenecer esas nuevas al parecer guerreras. Cuando senti la energia de Selene senti una nostalgia como si ya hubiera luchado contra ese cosmos morado, pero el de ellas... era diferente, nuevo, una sensacion que nunca habia sentido, puede que fueran.. nuevos enemigos..
La segunda de las mujeres se acerco a la barra con confianza para que alguien le ofreciera algo, parecia que no me habian escuchado cuando les dije que estaba cerrado, asi que me acerque a ellas para mantenerme cerca y me coloque entre ambas.
Creo que no me escuchó, la razon por la que no pueden estar aqui es por que esta cerrado, asi que hasta que no se abra al publico tendran que salir. Pero... antes que eso, creo que vuestro teatro a durado demasiado, conocen la energia que ambos tenemos, asi que su entrada aqui no fue casualidad, dejense de rodeos y diganme que es lo que quieren y... quienes son pues nunca senti algo asi salir de una persona...
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Mientras aquellos sujetos discutían y alegaban que las dos bersecks de Ares se fueran de aquel lugar Madareth posaba sus ojos sobre aquel lugar, estaba observando una a una las mesas, las paredes y la localización de las vigas de la taberna, era un espacio grande, en cada esquina había una viga, por la forma rectangular del lugar se encontraban 4 en las esquinas y dos vigas centrales que servían de soporte a aquel establecimiento, en total 6 armazones para aquel sitio, la pelirroja cerro sus ojos mientras ignoraba lo que ocurria a su alrededor, su cosmos que en un principio se mostraba amenazante empezaba a calmarse, no porque temiera a aquel sujeto sino porque estaba preparando uno de sus juegos, su habilidad para manipular el cosmos realmente era destacable es como si pudiera usar cualquier elemento del universo a su favor, ya que todo esta hecho de cosmos o posee una pequeña fracción de este. Empezo a concentrarse en aquellas vigas y en una pequeña area alrededor de estas, se empezaban a formar unas esferas de energía que empezaban a aumentar la gravedad en el area que encerraban es decir en la sección de viga de la cual se habían apoderado.
Madareth se levanto de la silla donde se encontraba y se dirigía hacia aquel muchacho antes de actuar. – Somos los que barreremos el piso con tu linda diosa, nuestro dios es A… - Madareth sintió un escalofrio en todo su cuerpo acompañado de un impulso eléctrico que paso por toda su espalda, esa sensación solo podía causarla en ella una persona o mas bien un dios. “Ese cosmos… esta demasiado cerca y… es igual a el…” Abrio sus ojos de par en par sentía una gran energía a su alrededor y no provenía de aquellas personas que estaban con ella, no dudo ni un segundo y salió de aquella taberna nadie sabia a donde se dirigía pero ella si, había sentido el cosmos de Ares el cual empezaba a tornarse aun mas consciente, pasaba en medio de la multitud debía llegar con el, no le importaba si había dejado atrás a su compañera o a esos bastardos santos de Athena, sus prioridades habían cambiado.
Madareth se levanto de la silla donde se encontraba y se dirigía hacia aquel muchacho antes de actuar. – Somos los que barreremos el piso con tu linda diosa, nuestro dios es A… - Madareth sintió un escalofrio en todo su cuerpo acompañado de un impulso eléctrico que paso por toda su espalda, esa sensación solo podía causarla en ella una persona o mas bien un dios. “Ese cosmos… esta demasiado cerca y… es igual a el…” Abrio sus ojos de par en par sentía una gran energía a su alrededor y no provenía de aquellas personas que estaban con ella, no dudo ni un segundo y salió de aquella taberna nadie sabia a donde se dirigía pero ella si, había sentido el cosmos de Ares el cual empezaba a tornarse aun mas consciente, pasaba en medio de la multitud debía llegar con el, no le importaba si había dejado atrás a su compañera o a esos bastardos santos de Athena, sus prioridades habían cambiado.
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Escuchaba sin prestar mucha atención las palabras del muchacho de cabellos castaños, no me interesaba lo que él pensara, solo había llegado a ese lugar porque mi compañera Madareth quería molestar a aquellos seres, yo en realidad tenía la verdadera intención de encontrar a aquel hombre que me invadía en mis sueños, Octavius, que al parecer se trataba nada más y nada menos que del mismísimo dios Ares, mi deseo era encontrarlo y comunicarle de lo que me sucedía, no podía esperar más.
Sabía que no había nadie en la taberna que pueda atenderme, sonreí incrédula y me volteé mirando al muchacho, cuando habló de nuestras verdaderas intenciones. Apoyada en la barra lo observaba detenidamente sin sacar de mi rostro esa macabra sonrisa que me caracterizaba. No me interesaba explicarle cual era nuestra intención ni quienes eramos en realidad, si ellos ni siquiera sabían quienes eran ellos mismos menos iban a saber que era lo que en verdad queríamos, no tendría sentido. No pensaba contestar a eso. Pero al parecer Madareth comenzó a hacerlo pero algo la detuvo. Era verdad podía sentir ese cosmos también, era más fuerte que anteriormente, había algo extraño y pronto ella salió de la taberna sin siquiera prestarme atención.
-ha Maldita loca... ¿ahora qué pretende hacer?- mururaba en voz baja hablando de Ada, no sabía que pretendía pero ya me estaba cansando con su actitud, pensé que sería mejor dejarla que haga lo que quiera, yo pretendía encontrar a Octavius, aunque vaya a creer que soy una completa demente. Entonces miré al joven que estaba parado en frente, mientras me adelantaba un poco.
-Disculpen... creo que esté fue un desagradable mal entendido. Pero no te preocupes, en un futuro se darán cuenta de quienes somos y que pretendemos... esta no será la única vez que nuestros caminos se crucen, se los aseguro...- Contesté refiriéndome a las palabras del muchacho, sin decir nada más avancé hacia la entrada y me fui de ese sitio, arrepintiéndome de haber entrado, ahora al parecer Madareth había cambiado de idea. Me marché del lugar.
Sabía que no había nadie en la taberna que pueda atenderme, sonreí incrédula y me volteé mirando al muchacho, cuando habló de nuestras verdaderas intenciones. Apoyada en la barra lo observaba detenidamente sin sacar de mi rostro esa macabra sonrisa que me caracterizaba. No me interesaba explicarle cual era nuestra intención ni quienes eramos en realidad, si ellos ni siquiera sabían quienes eran ellos mismos menos iban a saber que era lo que en verdad queríamos, no tendría sentido. No pensaba contestar a eso. Pero al parecer Madareth comenzó a hacerlo pero algo la detuvo. Era verdad podía sentir ese cosmos también, era más fuerte que anteriormente, había algo extraño y pronto ella salió de la taberna sin siquiera prestarme atención.
-ha Maldita loca... ¿ahora qué pretende hacer?- mururaba en voz baja hablando de Ada, no sabía que pretendía pero ya me estaba cansando con su actitud, pensé que sería mejor dejarla que haga lo que quiera, yo pretendía encontrar a Octavius, aunque vaya a creer que soy una completa demente. Entonces miré al joven que estaba parado en frente, mientras me adelantaba un poco.
-Disculpen... creo que esté fue un desagradable mal entendido. Pero no te preocupes, en un futuro se darán cuenta de quienes somos y que pretendemos... esta no será la única vez que nuestros caminos se crucen, se los aseguro...- Contesté refiriéndome a las palabras del muchacho, sin decir nada más avancé hacia la entrada y me fui de ese sitio, arrepintiéndome de haber entrado, ahora al parecer Madareth había cambiado de idea. Me marché del lugar.
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Tras lo incidentes ocurridos en las calles de Roma,Lukas comenzo a caminar para encontrar un lugar sociable, con gente y divertido, estaba harto de vivir desgracias que no lo dejaran disfrutar.
Caminando rapidamente pudo encontrar a lo lejos de donde el estaba un lugar,algo extraño pero de todas formas con gente adentro que gritaba y reia.
Luego de unos segundos de caminata Lukas llega y abre la puerta. Encontrándose con otra gente, algunos que lo miraban de reojo y otros que seguían haciendo los que les competía en ese momento. Se acerca y dice..
-Por favor, no me da algo de tomar, le pagaré. Estoy sediento- para lo que el hombre le constesta –Muy bien ahora te traigo algo-.
El de pelo blanco se quedo esperando la bebida que pidio mientras veia pasar a bellas damas y de ver a hombres tomando sin cesar.
Tras unos minutos de espera el hombre vino con un vaso de vino. Tras tomar un pequeño sorbo Lukas empezó a saborear dándole un sabroso gusto a su garganta, era lo que buscaba, esta sediento al caminar tanto.
Miradas que era intimidantes para Lukas,pero no le importaban si tenia que pelear lo haría, pero afuera de la taberna no destruiria todo a su paso
Caminando rapidamente pudo encontrar a lo lejos de donde el estaba un lugar,algo extraño pero de todas formas con gente adentro que gritaba y reia.
Luego de unos segundos de caminata Lukas llega y abre la puerta. Encontrándose con otra gente, algunos que lo miraban de reojo y otros que seguían haciendo los que les competía en ese momento. Se acerca y dice..
-Por favor, no me da algo de tomar, le pagaré. Estoy sediento- para lo que el hombre le constesta –Muy bien ahora te traigo algo-.
El de pelo blanco se quedo esperando la bebida que pidio mientras veia pasar a bellas damas y de ver a hombres tomando sin cesar.
Tras unos minutos de espera el hombre vino con un vaso de vino. Tras tomar un pequeño sorbo Lukas empezó a saborear dándole un sabroso gusto a su garganta, era lo que buscaba, esta sediento al caminar tanto.
Miradas que era intimidantes para Lukas,pero no le importaban si tenia que pelear lo haría, pero afuera de la taberna no destruiria todo a su paso
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Miraba fijamente a ambas mujeres pero fue en ese instante que la pelirroja en un intento de provocarnos encendió su poder estremeciendo por un instante la estructura del lugar.
Tenía que admitir en el fondo que esa sensación traspasaba más allá a algo que no podía comprender, algo más que hostil era un aura que te atrapaba provocando que me paralizará, el tiempo a mi alrededor se detuvo, tal parecía que podía ver en su interior aquella alma marchita empapada en sangre y que esta misma se alimentaba de ello. Como un choque algo me devolvía a la realidad de las cosas cuando Ada decidió marcharse sin decir el motivo, solo se levantó despidiéndose de esa forma tan peculiar a mi parecer como la que había entrado. Ahora solo quedaba la mujer de ojos escarlata, hablaban en rodeos, como si supiera algo más… incluso cosas que al parecer ni el mismo Edward sabía pero su descontento se marcó inmediatamente en sus facciones cuando vio como su compañera se retiraba abandonándola no sin antes dejarnos casi esa misma advertencia que nos volveríamos a ver algún día.
El aire se escapó de mis pulmones en un gran suspiro, pudo ser alivio.. cansancio… que importaba, al menos estaba con él y no pasó nada que pudiéramos lamentar. El hombre que atendía tal sitio volvió, nuestros rostros estaban fijos en la entrada.
Espero hayan arreglado sus asuntos pero me temo que tengo que abrir esta pocilga ja ja!!
Su simple risa rompía los restos de tensión dejados en el ambiente, correspondiéndole le miraba agradecida por sus atenciones. Todo pareció volver a la normalidad, Edward y yo ayudábamos en algo en pago por los alimentos aunque aquel hombre se resistía, platicaron lo suficiente hasta que los mismos clientes del lugar comenzaban a adentrarse y revivir el sitio con risas y algarabía, yo por lo tanto me quedaba con el joven riéndonos a veces avergonzados por la actitud de su padre pero podía decir que en tanto tiempo me sentía a salvo.
Tenía que admitir en el fondo que esa sensación traspasaba más allá a algo que no podía comprender, algo más que hostil era un aura que te atrapaba provocando que me paralizará, el tiempo a mi alrededor se detuvo, tal parecía que podía ver en su interior aquella alma marchita empapada en sangre y que esta misma se alimentaba de ello. Como un choque algo me devolvía a la realidad de las cosas cuando Ada decidió marcharse sin decir el motivo, solo se levantó despidiéndose de esa forma tan peculiar a mi parecer como la que había entrado. Ahora solo quedaba la mujer de ojos escarlata, hablaban en rodeos, como si supiera algo más… incluso cosas que al parecer ni el mismo Edward sabía pero su descontento se marcó inmediatamente en sus facciones cuando vio como su compañera se retiraba abandonándola no sin antes dejarnos casi esa misma advertencia que nos volveríamos a ver algún día.
El aire se escapó de mis pulmones en un gran suspiro, pudo ser alivio.. cansancio… que importaba, al menos estaba con él y no pasó nada que pudiéramos lamentar. El hombre que atendía tal sitio volvió, nuestros rostros estaban fijos en la entrada.
Espero hayan arreglado sus asuntos pero me temo que tengo que abrir esta pocilga ja ja!!
Su simple risa rompía los restos de tensión dejados en el ambiente, correspondiéndole le miraba agradecida por sus atenciones. Todo pareció volver a la normalidad, Edward y yo ayudábamos en algo en pago por los alimentos aunque aquel hombre se resistía, platicaron lo suficiente hasta que los mismos clientes del lugar comenzaban a adentrarse y revivir el sitio con risas y algarabía, yo por lo tanto me quedaba con el joven riéndonos a veces avergonzados por la actitud de su padre pero podía decir que en tanto tiempo me sentía a salvo.
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
La tension se palpaba en el ambiente, en cualquier momento aquello podia desembocar en una pelea que estaria mas alla de las posibilidades de un humano normal y corriente. La mujer de cabellos como el fuego de rojo en cuanto que le dije que fuera a al grano empezo a elevar su poder interior, aquel cosmos que sabia que tenia dentro empezo a expandirse cada vez mas, lo sentia por toda la taberna pero yo no me iba a quedar atras asi que me lleve la mano a mi espalda para coger mi arco y poner la mano en una de mis flechas.
Heche una mirada hacia atras para ver a Seiren, podia notar en su rostro como aquella energia la superaba, debia alejarla como fuera de los problemas, pero de pronto.. algo le hizo cambiar de parecer a la pelirroja, justo en el momento que decia que mataria a nuestra diosa... tras eso algo sucedio y salio corriendo de la taberna.
Despues de ella fue su compañera como supuse que sucederia si una de las dos se iba, baje mi arco y lo volvi a colocar en mi espalda, todo... pude acabar sin necesidad de luchar, pero esas palabras de la mujer me hacian pensar que ellas serian nuestras enemigas esta vez.
Todo acabo por ahora Seiren.
Le dije sentando de nuevo al lado ella, estaba mas tranquilo por que sentia que esas energias agresivas se alejaban cada vez mas. Mi amigo volvio junto con su hijo, no sabia nada de lo que alli habia pasado y tras ayudarlo un poco la taberna abrio y la gente comenzo a llenar masivamente el local.
El resto del tiempo que estuve sentado junto a Seiren en la mesa de antes, lo permaneci callado, algo extraño en mi, pero es que me habia dado cuenta de algo en aquel encuentro con las muchachas, y es que si mi poder iba a atraer aquellos problemas lo mejor seria alajarme de las personas que me importaban y no podian defenderse, poco mas y podria haber hecho daño a todos en aquella taberna solo por yo haber querido venir a ver a un amigo.
Tenemos que irnos.
Me levante de golpe seriamente, me acerque a la barra entre el ruido de la muchedumbre y le dije que tanto Seiren como yo debiamos irnos, el intentaba convencernos de que nos quedaramos pero no podia hacerlo. Le agradeci todo lo que habia hecho siempre por mi y le desee la mayor de las suertes y me despedi de el, el por su parte se despedia de Seiren en la lejania de la barra moviendo su mano. Al estar al lado de ella cogi mi bolsa con mis cosas y mi arco y le alce la mano a Seiren.
Debemos seguir nuestra camino, ademas despues de lo que viste antes, espero que comprendas algunas cosas mas, iremos a algun sitio alejado donde personas como las de antes no puedan encontrarnos
Heche una mirada hacia atras para ver a Seiren, podia notar en su rostro como aquella energia la superaba, debia alejarla como fuera de los problemas, pero de pronto.. algo le hizo cambiar de parecer a la pelirroja, justo en el momento que decia que mataria a nuestra diosa... tras eso algo sucedio y salio corriendo de la taberna.
Despues de ella fue su compañera como supuse que sucederia si una de las dos se iba, baje mi arco y lo volvi a colocar en mi espalda, todo... pude acabar sin necesidad de luchar, pero esas palabras de la mujer me hacian pensar que ellas serian nuestras enemigas esta vez.
Todo acabo por ahora Seiren.
Le dije sentando de nuevo al lado ella, estaba mas tranquilo por que sentia que esas energias agresivas se alejaban cada vez mas. Mi amigo volvio junto con su hijo, no sabia nada de lo que alli habia pasado y tras ayudarlo un poco la taberna abrio y la gente comenzo a llenar masivamente el local.
El resto del tiempo que estuve sentado junto a Seiren en la mesa de antes, lo permaneci callado, algo extraño en mi, pero es que me habia dado cuenta de algo en aquel encuentro con las muchachas, y es que si mi poder iba a atraer aquellos problemas lo mejor seria alajarme de las personas que me importaban y no podian defenderse, poco mas y podria haber hecho daño a todos en aquella taberna solo por yo haber querido venir a ver a un amigo.
Tenemos que irnos.
Me levante de golpe seriamente, me acerque a la barra entre el ruido de la muchedumbre y le dije que tanto Seiren como yo debiamos irnos, el intentaba convencernos de que nos quedaramos pero no podia hacerlo. Le agradeci todo lo que habia hecho siempre por mi y le desee la mayor de las suertes y me despedi de el, el por su parte se despedia de Seiren en la lejania de la barra moviendo su mano. Al estar al lado de ella cogi mi bolsa con mis cosas y mi arco y le alce la mano a Seiren.
Debemos seguir nuestra camino, ademas despues de lo que viste antes, espero que comprendas algunas cosas mas, iremos a algun sitio alejado donde personas como las de antes no puedan encontrarnos
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Lukas seguía en plan de tomar otro trago más, aunque demás personas lo miraban con pinta de un extraño, mientras daba grandes tragos y se reconfortaba podía notar como dos hombres barbudos y enormes, vestidos con pieles de animales, murmuraban entre si y miraban con soberbia.
No le dio importancia nuevamente, desenfundaría su Katana si es que lo venían a golpear, sino no lo haría, era una persona sádica, pero con los que se lo merecían.
-Muchas gracias- Hablo con una sonrisa en su rostro mientras observaba al tabernero que le sirvió los dos vasos de bebida, le dejo las monedas que valían lo bebible, se paro y se fue lentamente hacia la puerta
Mientras abría la puerta de salida alegremente adornada con guirnaldas de moda, pudo notar como los dos hombres que antes lo vigilaban también se paraban e iban hacia la puerta.
Este se acelero, salio y dio un portazo fuerte al ver que dos gigantes se les tiraban enzima.
Caminando bajo la luna escucho como la puerta se abría nuevamente y se cerraba con más fuerza aun. Lukas estaba preparado para lo peor. Coloco su mano en su Katana, esperando un ataque para contraatacar y silenciarlos.
El joven de pelo blanco sentía pasos acelerados detrás de el, desenfundo sin pensar su espada antes de tiempo y se dio la vuelta para encarar a los dos hombres.
Cuando se dio la media vuelta pudo ver como que el que lo seguía era un pequeño niño indigente que estaba rondando por allí en aquellas horas. Sorprendido y muy paranoico le dio unas monedas y se fue
-Esta ciudad no es para mi-
No le dio importancia nuevamente, desenfundaría su Katana si es que lo venían a golpear, sino no lo haría, era una persona sádica, pero con los que se lo merecían.
-Muchas gracias- Hablo con una sonrisa en su rostro mientras observaba al tabernero que le sirvió los dos vasos de bebida, le dejo las monedas que valían lo bebible, se paro y se fue lentamente hacia la puerta
Mientras abría la puerta de salida alegremente adornada con guirnaldas de moda, pudo notar como los dos hombres que antes lo vigilaban también se paraban e iban hacia la puerta.
Este se acelero, salio y dio un portazo fuerte al ver que dos gigantes se les tiraban enzima.
Caminando bajo la luna escucho como la puerta se abría nuevamente y se cerraba con más fuerza aun. Lukas estaba preparado para lo peor. Coloco su mano en su Katana, esperando un ataque para contraatacar y silenciarlos.
El joven de pelo blanco sentía pasos acelerados detrás de el, desenfundo sin pensar su espada antes de tiempo y se dio la vuelta para encarar a los dos hombres.
Cuando se dio la media vuelta pudo ver como que el que lo seguía era un pequeño niño indigente que estaba rondando por allí en aquellas horas. Sorprendido y muy paranoico le dio unas monedas y se fue
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Ya era de noche nuevamente, pero ahora estaba en otro lugar muy diferente, pero quedaba de todos modos en el mercado, parecía un bar, lo que miraba drakins, llamándole la atención aquel lugar toma una decisión de ir a ver de que se trataba dicho lugar, y que tenia de bueno hay. Veamos pues que encuentro aquí, espero que aunque sea un agua consiga. Pensaba mientras caminaba hacia aquel lugar, donde avía un hombre sentado en la puerta de la taberna. Parece que para poder entrar se necesita una especia de invitación?. Drakins sitio su camino hasta donde estaba el hombre casi dormido, aclaro su garganta y dijo para que aquel hombre lo escuchara.
Buenas noches señor. Sera que me permite entrar tengo mucho set.
El hombre medio abrió los ojos mirando a drakins, con una cara de pocos amigos, torció la boca, antes de decir algo, alzo su mano izquierda para que este viera un letrero de cual no se avía percatado. Esto está cerrado? y porque hay un vigilante, que lugar más chimbo vale. Pensó drakins dándole la espalda aquel hombre siguió su camino no pensaba quedarse en ese lugar ya que le avían negado la entrada, drakins se dio cuanto que si estaba abierto solo que el hombre avía cambiado el letra apenas vio a drakins a lo lejos, esto molesto a drakins pero no se quedaría a pelear por algo así.
Buenas noches señor. Sera que me permite entrar tengo mucho set.
El hombre medio abrió los ojos mirando a drakins, con una cara de pocos amigos, torció la boca, antes de decir algo, alzo su mano izquierda para que este viera un letrero de cual no se avía percatado. Esto está cerrado? y porque hay un vigilante, que lugar más chimbo vale. Pensó drakins dándole la espalda aquel hombre siguió su camino no pensaba quedarse en ese lugar ya que le avían negado la entrada, drakins se dio cuanto que si estaba abierto solo que el hombre avía cambiado el letra apenas vio a drakins a lo lejos, esto molesto a drakins pero no se quedaría a pelear por algo así.
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Había salido del medico Michiru se encontraba aliviada de que no era nada grave en su brazo, había caminado demasiado y necesitaba tomarse un trago había una taberna no muy lejana ala cual le encantaba venir con Carlos camino varías calles hasta llegar al entrar recordó los bellos momentos que paso en este lugar. Todo estaba como lo recordaba no había cambiado mucho en un año varios de los chicos que se encontraban en ese lugar se quedaron observando a Michiru al parecer no era muy habitual encontrar a una mujer y mucho menos dentro de una taberna, La chica se sentó frente a la barra gracias a su corto atuendo los piropos y silbidos no se hicieron esperar, Michiru avergonzada los ignoro y pidió su bebida favorita, el cantinero se la sirvió de inmediato en una copa y Michiru comenzó a beberla poco a poco - es realmente extraño estar aquí... sola, No conozco a nadie y nadie me ah llamado para que interprete música para el, probablemente no saben que estoy en roma- Musito la chica mientras proseguía bebiendo - Al menos estoy descansando, desgraciadamente con un montón de pervertidos- Muchiru se termino lo que quedaba de su copa dejándola vacía, llamo al cantinero y musito - ¿cuanto es? - el cantinero le respodió - No es nada cortesía de la casa, solo ... deléitenos con su bella música- Muchiru acepto inmediatamente subió a la barra y comenzó a tocar su violín los hombres se encontraban fascinados y no solo por su belleza si no por el esplendor de su música, al terminar la canción uno de los hombres que se encontraban hay le ayudo a bajar de la barra y así salió con silbidos y aplausos
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Tras golpear la puerta se sintió ese típico estruendo que solía provocar cada vez que salía de un local o entraba a algún sitio. De igual forma me importaba una mierda lo que pensaran de mí por cada cosa que había… no podía detener mis impulsos violentos y bueno, era en realidad que no podía estar tranquilo en ningún momento. Necesitaba acción y el aburrimiento me desesperaba bastante.
Adentro de esa asquerosa taberna no había nadie, ni siquiera el dueño de esa mierda de local. Me acerqué a paso rápido hasta la barra que se veía tan reluciente y lustrosa… al menos en ese sitio había alguien que trabajaba. Levanté una mano cerrando el puño y con fuerza golpeé la madera como si estuviera desesperado por que me atendieran. Ya demasiada basura era ese lugar, no faltaría también que los empleados fueran otros inútiles sin cerebro.
-¡A ver si aparece alguien para atenderme, la puta que me parió! ¿Qué no hay nadie que atienda a los clientes de esta basura?- decía en un tono bastante… o del todo agresivo. Sólo jodía, para que viniera alguien por lo menos, y eso que no estaba de humor… tenía unas tremendas ganas de moler a palos a cualquier idiota que se cruzara en mi camino.
En eso noté que se abría una puerta al fondo de la gran sala de ese lugar y salía un gordo cerdo repugnante mirándome con cara de pocos amigos. ¿Acaso YO tenía la culpa de que no hubiera nadie ahí adentro? ¡No! Entonces nadie tenía derecho a joderme la vida. Ese viejo me decía algo y no tenía problemas en reaccionar como se me diera la gana incluso darle una buena paliza. Después de todo… no estaba de muy buen humor que digamos.
-Tranquilo, amigo. Con paciencia todo se logra.- dijo el viejo con un tono tan tranquilo que incluso me obligó a bostezar.
-No soy tu amigo y paciencia es lo que menos tengo gordo deforme. Con razón no hay nadie en este asqueroso lugar. Pero bueno suficiente no quiero hablar más con nadie, así que mueve ese culo y me traes algo de comer y una cerveza o algo por el estilo.- No hablé más y parpadeé por unos segundos quitando mi vista de ese tipo para darme la vuelta e ir hacia una de las mesas del fondo. Todo estaba vació y había un silencio que me molestaba, pero bueno, era temprano y además no atendían muy bien.
-Bah, a estos tipos problemáticos hay que matarlos a todos.- murmuró aquel pero pude escucharlo con claridad ya que había tanto silencio que hasta mi propia respiración se sentía.
-Te escuché, hijo de puta.- dije en voz baja, no quise hacérselo saber pues realmente no estaba de ánimos para andar escuchando la voz de ese viejo maricón. Lancé mis brazos contra la mesa y dejé caer el peso de mi cuerpo allí, apoyando mi cabeza en la madera.
Adentro de esa asquerosa taberna no había nadie, ni siquiera el dueño de esa mierda de local. Me acerqué a paso rápido hasta la barra que se veía tan reluciente y lustrosa… al menos en ese sitio había alguien que trabajaba. Levanté una mano cerrando el puño y con fuerza golpeé la madera como si estuviera desesperado por que me atendieran. Ya demasiada basura era ese lugar, no faltaría también que los empleados fueran otros inútiles sin cerebro.
-¡A ver si aparece alguien para atenderme, la puta que me parió! ¿Qué no hay nadie que atienda a los clientes de esta basura?- decía en un tono bastante… o del todo agresivo. Sólo jodía, para que viniera alguien por lo menos, y eso que no estaba de humor… tenía unas tremendas ganas de moler a palos a cualquier idiota que se cruzara en mi camino.
En eso noté que se abría una puerta al fondo de la gran sala de ese lugar y salía un gordo cerdo repugnante mirándome con cara de pocos amigos. ¿Acaso YO tenía la culpa de que no hubiera nadie ahí adentro? ¡No! Entonces nadie tenía derecho a joderme la vida. Ese viejo me decía algo y no tenía problemas en reaccionar como se me diera la gana incluso darle una buena paliza. Después de todo… no estaba de muy buen humor que digamos.
-Tranquilo, amigo. Con paciencia todo se logra.- dijo el viejo con un tono tan tranquilo que incluso me obligó a bostezar.
-No soy tu amigo y paciencia es lo que menos tengo gordo deforme. Con razón no hay nadie en este asqueroso lugar. Pero bueno suficiente no quiero hablar más con nadie, así que mueve ese culo y me traes algo de comer y una cerveza o algo por el estilo.- No hablé más y parpadeé por unos segundos quitando mi vista de ese tipo para darme la vuelta e ir hacia una de las mesas del fondo. Todo estaba vació y había un silencio que me molestaba, pero bueno, era temprano y además no atendían muy bien.
-Bah, a estos tipos problemáticos hay que matarlos a todos.- murmuró aquel pero pude escucharlo con claridad ya que había tanto silencio que hasta mi propia respiración se sentía.
-Te escuché, hijo de puta.- dije en voz baja, no quise hacérselo saber pues realmente no estaba de ánimos para andar escuchando la voz de ese viejo maricón. Lancé mis brazos contra la mesa y dejé caer el peso de mi cuerpo allí, apoyando mi cabeza en la madera.
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Habían pasado ya cerca de quince minutos mientras estaba ahí esperando, casi durmiéndome en esa mesa, pero valía la pena esperar si en realidad estaba perdiendo el tiempo como un estúpido sin saber a dónde ir ni qué buscar primero. Era más, ni siquiera sabía lo que estaba haciendo en una taberna vacía en medio de las calles del mercado. No era un lugar que me agradara mucho, pero no podía hacer más que esperar.
Levanté la vista cuando sentí un ruido metálico, viendo a una muchacha trayendo mi pedido: una botella, una copa y algo de comida. Irónicamente ni le presté atención, cerré los ojos volviéndome a apoyar sobre mis manos en la mesa al mismo momento en que la chica decía unas palabras.
-Aquí tiene, joven.- no contesté nada a eso, más bien me quedé en la misma posición hasta que la chica se marchó hacia la barra. Pasaron unos minutos y los demás empezaron a entrar al local. Se hacía tarde ya el lugar no tardaría en quedar repleto de borrachos y dementes, cosa que no me agradaba mucho pues era un hecho que siempre terminaba armándose una especie de guerra y alboroto que en ese momento no tenía ganas de soportar. Quizás en otra ocasión hubiera sido yo el que armara alguna especie de pelea o algo de ese estilo, pero sencillamente no estaba de humor para vivir, mucho menos iba a estarlo para esas idioteces.
Me acomodé al poco tiempo para empezar a comer y terminarme todo eso que me habían llevado a la mesa. No fue mucho tiempo el que estuve ahí, pues me apuré lo más que pude para poder acabar rápido, aun sin saber qué mierda iba a hacer cuando saliera de ese asqueroso basurero.
A los poco minutos me levanté de la silla, lanzándola con tanta fuerza hacia atrás, que casi pudo caer al suelo, pero sólo se tambaleó un momento. Entonces me fui hacia la salida… “Olvidé pagar”. Sí, claro… podía gastar esas monedas en otras cosas mejores. Nadie me hubiera dicho nada si no fuera por un maldito borracho que gritó una idiotez.
-¡Ese tipo se va sin pagar!-
Me di media vuelta por un momento mirando algo sorprendido divisando cada uno de los locos que estaban ahí para ver a quien había gritado, y justo salía atolondrado el viejo gordo que me había molestado tanto antes. Lo miré con furia nada más, sin hablar siquiera y el tipo sonrió.
-Déjalo que se vaya, no interesa que pague. Así me ahorro más alboroto.- Se notaba que no le caía muy bien a ese tarado, o tal vez me tenía miedo, uno nunca sabe. Pero bueno, era una de las maneras de que las cosas salieran “bien” y marcharme sin problemas. Quién lo diría que desde que llegué a Roma ya había quedado mal con bastantes personas que ni me conocían, pero no estaba de humor así que no me interesaba.
-“Gracias idiota, si me lo hubieras dicho te habría pagado.”- pensé al momento en que me sonreía maliciosamente para dar media vuelta y largarme de ese sitio.
Levanté la vista cuando sentí un ruido metálico, viendo a una muchacha trayendo mi pedido: una botella, una copa y algo de comida. Irónicamente ni le presté atención, cerré los ojos volviéndome a apoyar sobre mis manos en la mesa al mismo momento en que la chica decía unas palabras.
-Aquí tiene, joven.- no contesté nada a eso, más bien me quedé en la misma posición hasta que la chica se marchó hacia la barra. Pasaron unos minutos y los demás empezaron a entrar al local. Se hacía tarde ya el lugar no tardaría en quedar repleto de borrachos y dementes, cosa que no me agradaba mucho pues era un hecho que siempre terminaba armándose una especie de guerra y alboroto que en ese momento no tenía ganas de soportar. Quizás en otra ocasión hubiera sido yo el que armara alguna especie de pelea o algo de ese estilo, pero sencillamente no estaba de humor para vivir, mucho menos iba a estarlo para esas idioteces.
Me acomodé al poco tiempo para empezar a comer y terminarme todo eso que me habían llevado a la mesa. No fue mucho tiempo el que estuve ahí, pues me apuré lo más que pude para poder acabar rápido, aun sin saber qué mierda iba a hacer cuando saliera de ese asqueroso basurero.
A los poco minutos me levanté de la silla, lanzándola con tanta fuerza hacia atrás, que casi pudo caer al suelo, pero sólo se tambaleó un momento. Entonces me fui hacia la salida… “Olvidé pagar”. Sí, claro… podía gastar esas monedas en otras cosas mejores. Nadie me hubiera dicho nada si no fuera por un maldito borracho que gritó una idiotez.
-¡Ese tipo se va sin pagar!-
Me di media vuelta por un momento mirando algo sorprendido divisando cada uno de los locos que estaban ahí para ver a quien había gritado, y justo salía atolondrado el viejo gordo que me había molestado tanto antes. Lo miré con furia nada más, sin hablar siquiera y el tipo sonrió.
-Déjalo que se vaya, no interesa que pague. Así me ahorro más alboroto.- Se notaba que no le caía muy bien a ese tarado, o tal vez me tenía miedo, uno nunca sabe. Pero bueno, era una de las maneras de que las cosas salieran “bien” y marcharme sin problemas. Quién lo diría que desde que llegué a Roma ya había quedado mal con bastantes personas que ni me conocían, pero no estaba de humor así que no me interesaba.
-“Gracias idiota, si me lo hubieras dicho te habría pagado.”- pensé al momento en que me sonreía maliciosamente para dar media vuelta y largarme de ese sitio.
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Re: Taberna "El Pajaro Dorado"
Vice siguió su camino como siempre con sus manos entrelazadas una con otra y su mirada siempre perdida, su estomago aun seguía haciendo ruidos cuando un anuncio muy peculiar llamo su atención y decía así “taberna el pájaro de oro” el nombre no sonaba del todo mal y quizás hay tendrían algo de comer.
La chica asomo su cabeza para ver el interior de la taberna mirando hacía ambos lados para ver si era seguro parecía que estaba todo en orden solo hombres y una que otra mujer acompañándolos en sus mesas bebiendo un poco de licor, una vez dándose cuenta de que era seguro entrar, dejo de asomarse y entro normalmente una vez dentro todas las miradas estaban sobre ella y un gran silencio que solo se escuchaban los pasos que ella daba hasta llegar a la barra y se sentó en lo que parecía ser una banca , los hombres que se encontraban hay dejaron de mirarla y volvieron a sus asuntos haciendo ruidos otra vez .
Un joven seacerco a ella - ¿Desea tomar algo señorita? – Vice no respondía -¿Señorita?- La chica reacciono – Lo siento estaba en otros asuntos ¿Qué me decía?- el chico solo le miro –que ¿Si desea tomar algo? -Vice comenzó a reír levemente –Oh si por eso estoy aquí ¿no tendrá algo para comer?- el muchacho asintió con la cabeza indicándole que si –Tenemos…- fue interrumpido – bueno sea lo que sea tráigalo por favor muero de hambre- el chico se retiro – ah y con agua por favor oh si y para llevar- grito para que la lograra escuchar mientras se cruzaba de brazos y piernas esperando que le trajeran su alimento.
Un hombre no tardo en acercarse era un poco desagradable puesto que su apariencia no tenia mucha higiene, Vice volteo a mirarlo sin decir una sola palabra -¿Cuánto me cuesta la hora?- Vice estaba molesta por aquellas palabras, al parecer por su atuendo creyeron que se trataba de algún tipo de prostituta empuño su mano con gran fuerza mientras una vena de su frente se hizo notar –Lárgate en este momento estupido engendro si no te quieres arrepentir-
La chica asomo su cabeza para ver el interior de la taberna mirando hacía ambos lados para ver si era seguro parecía que estaba todo en orden solo hombres y una que otra mujer acompañándolos en sus mesas bebiendo un poco de licor, una vez dándose cuenta de que era seguro entrar, dejo de asomarse y entro normalmente una vez dentro todas las miradas estaban sobre ella y un gran silencio que solo se escuchaban los pasos que ella daba hasta llegar a la barra y se sentó en lo que parecía ser una banca , los hombres que se encontraban hay dejaron de mirarla y volvieron a sus asuntos haciendo ruidos otra vez .
Un joven seacerco a ella - ¿Desea tomar algo señorita? – Vice no respondía -¿Señorita?- La chica reacciono – Lo siento estaba en otros asuntos ¿Qué me decía?- el chico solo le miro –que ¿Si desea tomar algo? -Vice comenzó a reír levemente –Oh si por eso estoy aquí ¿no tendrá algo para comer?- el muchacho asintió con la cabeza indicándole que si –Tenemos…- fue interrumpido – bueno sea lo que sea tráigalo por favor muero de hambre- el chico se retiro – ah y con agua por favor oh si y para llevar- grito para que la lograra escuchar mientras se cruzaba de brazos y piernas esperando que le trajeran su alimento.
Un hombre no tardo en acercarse era un poco desagradable puesto que su apariencia no tenia mucha higiene, Vice volteo a mirarlo sin decir una sola palabra -¿Cuánto me cuesta la hora?- Vice estaba molesta por aquellas palabras, al parecer por su atuendo creyeron que se trataba de algún tipo de prostituta empuño su mano con gran fuerza mientras una vena de su frente se hizo notar –Lárgate en este momento estupido engendro si no te quieres arrepentir-
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