[Villa Rodorio] Taberna

por Kardia1 Vie Nov 04, 2011 8:26 am

Entré al lugar luego del chico. Podía ver que el interior de aquel pequeño local se parecía a cualquier otra taberna que hubiera visitado, excepto por el silencio y calma que podía sentirse. Aunque tampoco había mucha gente dentro. Un par de borrachos bebiendo y otros locos hablando entre sí. No le presté mucha atención tampoco. Sólo iba ahí para beber algo, comer quizás y después me iría de ahí directo a algún sitio para descansar un poco.

– A simple vista… – hice una pequeña pausa recorriendo el derredor con mis ojos. –…no está tan mal. –

– “Veamos si aquí también están todos locos.” – pensé luego.

Tras un largo suspiro y pesado suspiro me adentré en el lugar y me acerqué a la barra, sentándome allí. En ningún momento me fijé si el muchachito que me había acompañado hasta ese lugar había entrado o no. Por el momento no me importaba demasiado. Fue entonces que una joven se acercó con una botella y una copa en una bandeja de metal, dejando todo aquello frente a mí.

– Le recomiendo que lo pruebe, señor. Tenemos del mejor vino. – dijo la jovencita mostrando una sonrisa en su rostro, sirviendo un poco del contenido de la botella en la copa.

La verdad había bebido de toda clase de vinos en cada lugar a donde iba, y ninguno me parecía mejor que otro. Para mí era siempre lo mismo, no me preocupaba de nada, mientras fuese algo decente que pudiese beber. A decir verdad mi garganta no había probado otra cosa que no fuese agua tibia en bastantes horas. Desde que llegué a Rodorio no pude beber nada que realmente me alegrara. Entonces tomé la copa y sin mucha ceremonia la llevé a mi boca y bebí un buen trago, hasta vaciarla por completo. Eso sí que podía llamarse vino, o al menos eso sentía, aunque ciertamente después de no haber bebido nada decente en bastante tiempo, cualquier cosa me hubiera parecido deliciosa.

– Este es un buen vino. – pronuncié en un tono un poco bajo mientras que volvía a servir un poco de la botella en la copa.

– ¡Hey Arone! – exclamé aunque en un tono no tal elevado mientras volteaba para ver al chico. – ¿Se supone que eres de aquí, verdad? Digo, de este pueblo, porque pareciera que lo conoces bien. –

Pensaba que el muchacho sería una buena compañía por lo menos durante algunas horas, ya que parecía conocer el lugar. Al menos por la forma en que rápidamente me había llevado hasta ese lugar. O al menos parecía que había estado durante un buen tiempo habitando en ese sitio de gente tan extraña. Igualmente no me importaba que fuera a pensar el chico, mientras me respondiera de buena manera y tan alegremente como actuaba hasta el momento no iba a tener necesidad de enojarme o discutir.

Sin decir nada más, tomé la copa y bebí otro sorbo de vino, esta vez más pequeño. Sólo esperaba que el tiempo pasara… se acercaba la tarde y la temperatura del ambiente ya disminuía un poco.

por Kardia1 Miér Nov 09, 2011 7:59 pm

El tiempo estaba pasando muy rápido últimamente, y no tuve mucho que hacer en Grecia. Mientras tomaba del vino que me había servido la muchachita en esa especie de taberna, pensaba en por qué estaba en esa ciudad de porquería y cómo había llegado. La verdad era todo tan tranquilo, silencioso y raro que sentía ganas de salir corriendo de ahí. Todos tenían tanta paz, que desesperante.

En realidad lo que quería era un poco de pelea. Fastidiar a alguien, usar mis puños… algo de acción después de tanto tiempo sin hacer nada. Mi cuerpo lo pedía… no podía estar sentado todo el día como un idiota, de taberna en taberna, plazas y desiertos rocosos. No iba conmigo la paz de esa mierda de lugar. Mi vida no era así o yo lo sentía. Era estúpido vivir como vivían esos campesinos pacíficos y bondadosos. No entendía como podían tener esa rutina de mierda, era todo tan raro que me hacía sentir inquieto. Empezaba a extrañar Roma, pero todavía no podía irme. Necesitaba más tiempo y un poco de descanso, más acción, alcohol y putas. Aunque... muy difícil que en un pueblo como ese encontrara precisamente lo que buscaba.

Terminé de beber el último trago de vino que quedaba en la copa y la apoyé en la mesa. Suspiré y me volteé a mirar a ver si el chico que me había acompañado hasta allí, estaba todavía.

– ¿Qué harás? ¿Vas a quedarte ahí parado, entrarás o ya te vas? – Inquirí confundido. Aunque la verdad no me importaba mucho, de todas formas no lo conocía y además ya iba a irme de ahí.

Volteé nuevamente hacia el frente y vi que mi copa estaba llena de nuevo. Entonces levanté la vista y pasaba la muchacha con una botella por ahí, sonriéndome. Encogí mis hombros y volví a tomar la copa para mandarme todo el vino de un trago y dejar la copa de nuevo. Suspiré y me quedé en el lugar, miré a la muchacha que andaba paseando por ahí:

– Sírveme más. –

por Kardia1 Mar Nov 15, 2011 10:12 pm

Vi que esa mujer nuevamente se acercaba a la barra para servirme más vino en mi copa y entonces volteé de nuevo mi rostro para mirar fijamente por un momento al muchachito que me había llevado hasta esa taberna. No podía creer que todavía estuviese parado en el mismo lugar, en la misma posición y sin hacer nada. Ya empezaba a desesperarme el chico. Si me había llevado hasta ahí al menos tenía que entrar un rato.

– ¡Oye! – exclamé mientras me levantaba rápidamente para caminar hasta donde estaba el chico. Entonces lo tomé de los hombros para arrastrarlo hasta adentro del local y que de una vez, hiciera algo en vez de quedarse en el mismo lugar perdiendo el tiempo como un estúpido.

– ¿No piensas entrar? Ven, ven, vamos… bebamos un poco de vino y hablemos un rato o algo así… antes de que anochezca. No me hagas enojar. –

Decía aquello con un tanto de gracia en mi tono de voz, pues a decir verdad estaba de buen humor en ese momento. El hecho de poder beber algo fresco y decente me ponía de ánimos, y pues cuando estaba contento solía utilizar ese tono irónico y a veces sarcástico al dirigirme a los demás. A veces podía ser algo irritante, pero a mí qué mierda me importaba eso.

(– “A menos que tu mami no te deje beber alcohol.” –)

En mi rostro podía notarse una maliciosa sonrisa mientras pensaba aquello, llevando al muchacho hasta la barra y obligándolo a sentarse por ahí.

– O si prefieres… leche con chocolate jejeje. –

Solté al chico y volví a mi lugar, sentándome bruscamente y tomando la copa para beber un pequeño trago y después mirar a la mujer que seguía paseando por ahí. – Tráele algo a él también –

Comenté con un tono algo fuerte y no del todo amable. ¿Para qué ser amable? A esos siempre alguien les termina dando una paliza. Además ya era una costumbre mía dirigirme así a los demás. Las cosas siempre resultaban más efectivas si se hacían de la manera ruda… siempre que convenía, claro. Entonces bebí otro trago de vino y suspiré, mirando de reojo a Arone a ver que hacía.

***************

Manipulación permitida por Arone durante su ausencia.

por Arone Jue Nov 17, 2011 11:38 pm

Me quede parado a la entrada de la taberna mientras observaba a Kardia mientras pasaba a un lado mío, al principio el no parecía estar muy satisfecho del lugar pero a mi parecer después de probar el vino que vendían y curiosamente hacían aquí su opinión cambio. Podía sentir la brisa que entraba, era muy fresca lo cual me agradaba y no solo eso me gustaba de cierta forma la manera en que mis cabellos bailoteaban en mi frente mientras me provocaban unas cuantas cosquillas.

No, no soy de aquí pero ya llevo un tiempo en este lugar así que conozco la mayoría de los lugares que se encuentran alrededor.-Respondía al cuestionamiento de Kardia, era algo extraño pero algo en el me recordaba a Roma…el lugar en donde estuve viviendo durante tanto tiempo, un lugar bastante interesante…pero a la vez era tan…triste estar ahí. Ya que los únicos que podían vivir de una manera cómoda y de cierta manera “fácil” eran los generales y los feudales….mientras que todos los demás Vivian prácticamente en la miseria jugándose cada día la vida. Por suerte mis “padres” tenían el suficiente capital como para vivir “bien”, pero gracias a ello tenía que viajar por largo tiempo…quedándome solo en la casa.

También por eso mismo me agradaba tanto esta villa, todos se tratan como iguales…cosa que muy pocas veces se podía apreciar en Roma. Estaba perdido en mis pensamientos mientras miraba desde la entrada de la taberna a las personas que pasaban. Sin darme cuanta Kardia se levantó de donde se encontraba bebiendo para llevarme a donde él se encontraba y bebiera con el, estaba completamente sorprendido ya que no me esperaba esa reacción de su parte.

Era prácticamente arrastrado por el hacia la barra para que lo acompañase, ahora parecía estar bastante alegre o por lo menos eso era lo que estaba cruzando por mi mente después de verlo y escucharlo tan animado, por eso mismo no opuse resistencia ya que deseaba que las cosas siguieran así de tranquilas por un tiempo. Me coloco a un lado suyo antes de decirle a la joven que le había llevado su bebida que me trajera algo también a mi.-El vino no me caerá mal jajaja…-Decía mientras reía nerviosamente ya que si fuese otra ocasión no tomaría nada, pero por lo que veía no tenía otra opción. Además de que la joven no me traería otra cosa que no fuera vino.

por Kardia1 Sáb Nov 19, 2011 4:03 pm

Miré sorprendido hacia mi derecha cuando escuché la voz del muchachito por primera vez desde que llegaba a esa taberna. ¡Vaya! Por fin había reaccionado. Al parecer necesitaba un pequeño y literal empujoncito para volver a la vida. Aunque por suerte se dispuso a hablar solo… más, eso era bueno para mí. No tendría que escuchar esa vocecita retumbando constantemente en mi cabeza, pero al menos reaccionaba y contestaba a mis palabras, eso resultaba bonito.

– ¿No? ¿No eres de aquí? Vaya, habría jurado que te pareces a los campesinos idiotas de estos lados… bueno, no por lo de idiota jejeje. Me pregunto de dónde serás para parecer tan bueno y amable. –

Comenté aquello hablando con cierto tono de gracia, sin siquiera mirar al chico, mientras que dirigía la copa nuevamente a mi boca para darle un sorbo a la bebida.

Pasaron unos pocos minutos hasta que la muchacha apareció de nuevo con una botella y una copa en una bandeja de metal, la cual apoyó frente a Arone para servirle un poco de vino a él también. Ahí pude ver al chico algo indeciso, que contestaba con una risa nerviosa. Lo primero que se me vino a la mente era que el chico no quería beber eso, entonces sonreí maliciosamente y lo miré.

– ¿Qué pasa? ¿No quieres? Me lo hubieras dicho antes si preferías beber otra cosa. Bueno de igual manera si no quieres puedes dármelo a mí. – dije en un tono un tanto serio y algo elevado, pero no mostraba señales de molestia ni enojo ni nada parecido.

Pronto volví a terminarme el contenido de la copa para apoyarla en la mesa de nuevo. Ya tenía ganas de irme de ese lugar y seguir explorando esa villa. Quería saber si en verdad todos los habitantes de ese lugar eran amables de esa manera que hasta podían regalar sus cosas a los viajeros con tal de hacerles sentir bien y cómodos en ese pueblo tan raro.

Miré hacia la salida del lugar, podía verse que las luces del atardecer ya se alejaban detrás de los edificios.

– De todas formas en cualquier momento me voy. Ya anochece y no quiero dormir como un roñoso bajo un árbol. Aunque… una más, una menos, no me haría daño. El aire está bien fresco a esas horas. –

Hice una pausa y me levanté de donde estaba sentado, pasando por detrás del muchacho y parándome a unos pocos metros de la entrada del lugar.

– Aunque capaz que a uno de esos hijos de puta se les ocurra regalarme su casa jajaja. – comenté en un tono irónico mirando hacia fuera por un rato. Algunas personas ya se iban metiendo a sus hogares y otros edificios y demás. La tarde de a poco se iba y el viento fresco comenzaba a sentirse.

Después de un rato me paré de costado y volteando mi rostro miré al muchacho de nuevo. – O quizás tú sepas de algún sitio donde pueda dormir ¿he? Si conoces la mayoría de los lugares de por aquí supongo que podrías saberlo. –

por Arone Dom Nov 20, 2011 11:11 pm

No, por más tranquilo que parezca o sea yo no soy de este lugar…yo soy un…Romano aunque no lo parezca.-Me quedaba mirando la copa en la cual me habían servido algo de vino. En variadas ocasiones se me había antojado el beber un poco de vino, ya que miraba la forma en la que las personas disfrutaban de este líquido al beberlo. Pero aun así estaba un tanto desidioso ya que no sabía que me pasaría…¿acaso me llegaría a embriagar con un poco de licor?...me preguntaba mientras miraba con unos cuantos parpadeos a la copa. Hasta que mis pensamientos desidiosos fueron interrumpidos por la voz de Kardia.

No, claro que me lo tomare…-No tenía otra opción después de todo.-Solo es un poco de desidia es todo jejeje…-Intentaba reír mientras miraba a Kardia. Después de unos cuantos segundos tome la copa y le di un pequeño sorbo, sentí como el vino rosaba mi garganta, este tenía un sabor dulzón pero…también otro sabor el cual no podía identificar muy bien. El vino raspaba un poco mi garganta, pero era extrañamente agradable. Lentamente me fui acabando el contenido de la copa sin darme cuenta.

La luz proyectada del sol hacia la villa se comenzaba a tornar de un color rojizo-anaranjado a causa del ocaso, anunciando con ello la llegada de la noche.-No creo que haya la necesidad de que duermas a la intemperie…-Decía después de haber escuchado su comentario. Deje la copa bacía de la que estaba bebiendo en la mesa y me levante para colocarme a unos cuantos pasos detrás de el.-Si…quizás algunas de las personas que viven aquí podrían aceptarte durante unas noches pero eso no será necesario, ya que no muy lejos de aquí hay una posada en la que te puedes quedar.

Antes de colocarme delante suyo coloque en la barra un poco de dinero para pagar con ello mi bebida.-Te guiare hasta la posada, vamos…-Al salir de la taberna pude sentir el golpe de aire frio en mi rostro y brazos, los cuales se encontraban desnudos. Poco a poco la luz del sol se fue atenuando, el cielo se comenzaba a oscurecer, las estrellas comenzaban a aparecer en el azul marino del cielo. Muy pocas personas se encontraban ya fuera de sus hogares, el sonido de las alas de los pájaros se podían escuchar a lo lejos ya que estos estaban regresando a sus nidos para descansar.

por Kardia1 Mar Nov 22, 2011 9:04 am

Miré hacia atrás cuando sentí su voz. Me parecía algo molesto tener que andar aguantando al muchacho con esa sonrisa en su rostro y su extraña risa constante, pero tenía que verle el lado bueno; Era un chico listo y bastante bueno... parecía conocer todo el pueblo y eso era excelente para mí. Suerte que aquella discusión no terminó en golpes, sino ahora no estaría pasándola bien. Tal vez si no me topaba con ese niño, todavía estaría vagabundeando por las calles entre un montón de locos descerebrados y con un caballo que no me obedecía para nada.

(– “Por cierto… ¿dónde dejé a ese caballo de mierda?” –) Me pregunté acordándome del animal en ese justo momento. Nada más me encogí de hombros un momento y miré al chico de cabello castaño.

– jejeje conoces muy bien el lugar, se me hace difícil creer que no seas de por aquí. Bueno, te agradecería si me llevaras cuanto antes a esa posada que dices. – me volteé de nuevo mirando hacia la entrada del local para ver salir al chico al exterior, yo lo seguí.

(– “Wow este chico sí que es una solución rápida para mis dilemas.” –)

Sentía el viento frío que empezaba a correr, golpeando en mi rostro, haciendo elevar mis cabellos y mi ropa en los aires. Ciertamente en la noche el ambiente se iba tornando agradable en Grecia, al menos en esa parte. Por lo menos no hacía el insoportable calor que había tenido que aguantar hasta llegar a Rodorio. Por suerte tenía el caballo y un poco de agua, sino todavía estaría tirado en medio del camino fundiéndome en el rayo del sol hasta que se hiciera de noche.

Sin decir nada más y prestando atención sólo a mis pasos caminaba detrás del tal Arone para que me llevara hasta esa posada que supuestamente conocía. Aunque no lo dudaba, ese chico parecía saber más del lugar que un propio habitante del pueblo. No iba a ser novedad que conociera una posada cercana.

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