Camino a Acre

Cada galope que daba el animal resonada como un tambor de guerra, o como el sonido de un martillo que resonaba unos cuantos metros a la redonda por donde aquel joven en su caballo cubiertos por las llamas pasaba, dejar Jerusalen seria por un corto tiempo, en Acre se encontraba la ultima pieza para que sus sellados poderes regresaran y asi poder hacer lo que mejor sabia hacer: sembrar caos, ser un bastardo y continuar con aquella venganza en contra de todo lo que viva y respire sobre la faz de la tierra ya sea humano o una deidad.

Aquel caballo rechinaba como un animal infernal asustando a su paso a todo animal que estuviese en medio del camino que separaba las dos ciudades, con una velocidad mas alla de la que podría ser capaz de llegar cualquier animal, la distancia que separaba Jerusalem de Acre se denoto como un paso, una idea de unos cuantos minutos, nada mas, al parecer aquel endemoniado corcel comprendía el afán de su amo por aparecer por tales tierras o sino de otra forma no seria la montura del corrupto angel caído.

Jerusalen se ocultaba en el horizonte pero Acre aparecia en el otro extremo, aquel corcel negro empezó a disimular su aspecto diabólico, sus llamas se agaron y aquella extraña armadura desapareció dejando ver tan solo una hermosa y única especie de caballo de negro color.