Lugar santo donde hasta los dioses duermen

Muchas más allá de Phantasia y Phobia yacen el reino de Morfeo, dios del sueño y dirigente de los Oneiros. Aun está lejana tierra desprovista de sustancia posee un subnivel, la cual representa la mayor profundidad del mundo de los sueños. Lugar solamente sustentado para y por los dioses.

En una de estas habitaciones desprovistas de tiempo y espacio yacen edificadas los arcos triunfales compuestos de los dioses, construidas desde tiempos ancestrales e incluso mucho más que el tiempo mismo donde sólo Hipnos puede ingresar.

Sin embargo, el purpura cristalino que rodea al ambiente yace cubierto por infinidad de luces intermitentes que interrumpen de forma constante la supuesta paz eterna de quienes son los amos del mundo. Todo a causa de una paradoja imposible de resolver. En miles de años la cantidad de arcos han sido los mismos, pero ahora...existe uno demás.

Un arco situado en la periferia, casi oculto del sublime esplendor de los otros. Este yacía barnizado por un plata lunar, adornado por pequeñas hileras de rosas blancas nervadas por hileras color sangre. Su entrada vislumbra únicamente luz y de entre su fastuoso dintel yace el busto en mármol de un hombre, simple y hasta mundano. Llevaba ambas manos cruzadas por sobre su pecho mientras su rostro se elevaba con la frente bien en alto, su gesto acongojado hacía de aquella escultura viva una representación de un pliego.

Pero tamaña profanación no era el motivo del desconcierto, sino la misteriosa maldición que le cubria invisiblemente, siendo materializada cada cierto tiempo en que el mundo del sueño intentaba restaurar el orden divino. Todo daba a suponer que quien pusiera aquel maleficio resultaba ser tanto o más antiguo que el dios de la somnolencia, sólo así se explicaria el ineficaz acto por parte del Mukai, siendo este posible de resolver por parte del propio Hipnos en persona o de alguno de sus hijos.

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Off: El post fue realizado con el permiso de Hades^^