Rumbo a Asgard

Chrystalle camino con rapidez todo el trayecto hasta el puerto para tomar un barco que la llevara a Asgard, no quería perder tiempo cuando tenía asuntos importantes que preguntar a esa persona que quizás le diera las respuestas que necesitaba. En esta oportunidad no tuvo el tiempo suficiente para apreciar los alrededores en su mente solo buscaba partir de una vez. Cuando la joven llegó al pueblo se aproximó a un señor que estaba parado allí con unas hojas en manos.

-Disculpe señor sabe cuando partirá la próxima embarcación con destino a Asgard-

-Parte en unos diez minutos y es aquel de allí-

Dijo aquel hombre señalando un barco mediano y de color blanco, algunos hombres subían e iban muy bien equipados y con bastante mercadería por lo que pudo apreciar la peliverde. Ella se acercó al barco y le pregunto a otro hombre si podían llevarla, él asintió pero le dijo que debía pagar cierta cuota para llevarla. Chrystalle aceptó aquel trato y le dio al hombre las monedas necesarias y subió al barco, camino con calma en el barco buscando un lugar donde pudiera sentarse cómodamente y cuando lo hizo escucho una voz fuerte y estruendosa gritar.

-¡Es hora de irnos tripulantes así que preparen-se para conocer la frialdad de Asgard!-

Un hombre maduro se mostro ante los tripulantes, tenía una sonrisa en su rostro y una cicatriz en su barbilla, para la joven aquel hombre debía ser el capitán del navío. Así el barco empezó el viaje hacia las tierras heladas pertenecientes al Dios Odin.

El viaje no resultaba incomodo para Chrystalle, todo estaba tranquilo a excepción de unos cuantos movimientos bruscos en el barco que no provocaban en la joven reacción alguna. Algunos sujetos no aguantaban las mareas y terminaban enfermos malogrando aquella vista pacíficamente en la mente de la peliverde.

El capitán del barco iba de vez en cuando a ver como se encontraban sus queridos tripulantes aunque esa sonrisa en su rostro indicaba que lo hacia por diversión para ver la debilidad y poca fortaleza que poseían.

-Pero mira que tenemos aquí. Una señorita que no se ve afectada ¿me pregunto por qué?-

-Acaso debería estar afectada, no me juzgue tan fácilmente, señor-

-¡Jajaja! Eres valiente pequeña pero no deberías subestimar el frío de Asgard-

Chrystalle frunció el ceño levemente por lo que escuchó, pero aún así su expresión fría de costumbre no cambio y se mantuvo seria y serena.

-¿Niña?. Es que todos piensan de la misma forma y estoy preparada para el frío-

Respondio la joven recordando su encuentro con Talos en las plazas del coliseo y lo ocurrido en las playas del Imperio.

-Eso veremos. Me largo tengo cosas que hacer, espero verla al final del viaje-

La peliverde se recostó sobre una caja y trato de descansar un poco sobre lo que le sucedía, esperaba llegar rápido a Asgard con aquel pensamiento ella se quedó profundamente dormida.

Una voz aspera y fuerte la despertó de su profundo sueño, cuando la joven abrió los ojos vio al capitán muy cerca de ella, el tenía una sonrisa burlona en su rostro, Chrystalle lo empujo levemente y le dedico una mirada gélida.

-¿Qué trata de hacer?-

-La niña no soporto el viaje y se durmio.. Jajaja-

Ella no respondió y se puso de pie con elegancia, sacudiendo su vestido en el proceso, miro a su costado y todo lo que vio fue la blanca nieve rodeándolos. Por primera vez en años se sintió como si estuviera realmente en casa y en su mirada se noto la tristeza reprimida en esos años. Su vista se fijó en el capitán nuevamente y le hablo.

-Le agradezco por traerme. Nos vemos-

-Está segura el frío allí es demasiado para una joven como tu sin llevar algún abrigo especial-

-No es necesario con mi abrigo es suficiente. Además, el hielo es una parte importante de mi vida-

-Jajaja. Como quiera-

Chrystalle se puso su abrigo color azul y se marchó del puerto en dirección de la ciudad de Asgard.

Hacia días que avía partido de la montaña, su ropaje algo roto por las contantes caídas, y un poco agotado, se le notaba el cansancio en su rostro. El aire salado, y la sensación de arena entre tus dedos y su piel, le demostraban que ya estaba cerca del puerto, donde viajaría a una tierra en particular. Rascando su cabeza con su mano izquierda, y respirando profundo, seguía caminando observando el azul del mar, que brillaba a los metros de distancia, luego de varios minutos de caminata, llego al puerto, muchos barcos de diferentes tamaños y formas, el joven llego hasta donde estaba un viejo espectador y le pregunto.

Buenas me podrías decir que barco sale para asgard.

El señor se voltio y miro al joven de pie a cabeza, cerrando los ojos sin decir nada alzo su mano izquierda y señalo un barco, de color oscuro y gran tamaño, el joven comprendió que ese era el barco que salía para asgard, volteándose sin decirle nada al señor, camino rumbo a barco, donde avía varias personas en su interior, quedándose sentando en un pequeño banco que se encontraba en el interior de aquel barco, cerro sus ojos y se durmió, las horas pasaban los días pasaban y el aun en el barco sin seña alguna de llegar, cuando por fin luego de tanto tiempo se podía observar una especie de muelle. Parecía que las respuestas las podría conseguir en aquel lugar se veía prometedor, el barco se encontraba muy cerca de asgard