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Costas de Asgard
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Costas de Asgard
La densa neblina comenzaba a surcar los cielos de asgard, dando nueva presnecia en el lugar, despues de la nieve, la iebla de los oceanos era la segunda visitante, poco a poco, despues de haber estado en la fiesta, y aver visto un poco de la huida de seysill, comenze a alejarme del lugar de la fiesta para poder conentrarme en mi arte, al tocar la lira, me daba paz y tranquilidad, y mas estando en frente de la majestuosidad del lugar, las olas de lugar y el infinito mar, eran mis espectadores, en el mas profundo silencio de mi ser.
Cada vez mas me acercaba a la orilla del denso hielo que se habia formado a partir de hace muchos años y habia soportado las inclemencias del lugar, ahi se habia forjado el pueblo de los hielos, los vientos de los cuatro puntos cardinales comenzaron a centrarse en el mismo lugar donde yo estaba parado, por algun extraña razon comenzaba a soplar de sobremanera, tuve que apartarme de ahi, si no el remolino creado podria llevarme consigo hacia el mar congelante, solo pudieron rasgar la capa que aun portaba, estaba en el borde y mi pie izquierdo casi se resbala, pero de un tiron recobre el equlibrio y camine fuera del rango, y me aleje lo mas rapido de ahi.
Valla, casi caigo, a esta altura y con ese hielo, podria ser mi muerte segura, solo de imaginarme, esas aguas heladas, perforando mi cuerpo como dagas....
El mar comenzaba a chocar cada vez mas, y entonces suavemente fui acercando mis dedos a las cuerdas de mi arpa, despacio, rasgaba suavemente, hasta que de pronto denote que el sonido del impacto de las olas contra el hielo comenzaba a cesar de poco en poco, y comprendi, que mis notas hacian cambiar el transcurso de la ferocidadd de las olas, de pronto comenze a rasgar, y de mi arpa comenzaron a salir las notas adecuadas...
Antes de que pudiera terminar las notas, eran casi las ultimas, una de las cuerdas se revento, y lo apaciguado que estaba el mar, comenzo a resonar de nueva cuenta, chocando ahora cada vez con mas fuerza, y el viento creando remolinos infernales por todo el lugar, que de nueva cuenta me llevaban hacia la orilla, mi resistencia fue un poco mayor, y camine hacia adentro, haciendo a un lado la fuerza de la naturaleza, aunque, mientras forzaba mi salida de ahi, mis ojos entrecerrados, divisaron a lo lejos una persona con los cabellos plateados, parecia mas bien a seysill, pero hiba tomando un barco, zarpo hacia la nada, con las fuertes olas como compañeras, un grito por parte mio fue soltado de mi garganta para que aquel guerrero volteara.
Seysill, seysill, donde demonios vas, ....
dije pero mis gritos se perdieron entre los grandes ecos de las olas, solo tenia algo en mi mente, seyssil habia echo algo malo para salir asi de asgard, como pude corri hacia donde estaba el salon de armas, y tan solo vi los cuerpos tirados ahi, de Knoll y onoki, guerrero y el encargado de asgard, unos pequeños hilos de llanto, recorrieron habia caido alguien que pudo elevar un poco la ciudad, ayudado por nosotros, drayden solo estaba a lado de los occisos.
Quien lo hizo?.- pregunte, el silencio de Drayden parecia dar respuesta, sin duda alguna el comportamiento de Seyssil podia ser de cualquier sospecha, no podia creer eso, tome un arco y un estuche de flechas, no se porque pero tenia que saber el motivo, razon o circunstancia, que llevo al amigo, de todos, a cometer tal atrocidad, solo di la espalda a todos, no sabia porque, ahora lo unico que importara era encontrar respuestas, sin duda alguna seria dificil, porque no sabia el rumbo que tomaria Seysill, y el rumbo de mi vida, talvez tan solo me perderia entre el horizonte para nunca mas volver.
Ya no me esperen, si matara a Seysill no merecere ser llamado Asgariano, porque tendria mis manos sucias, de la sangre de mis hermanos, asi que creo que aqui dejare todo en tus manos... dije mientras sali corriendo del lugar, dirigiendome de nueva cuenta hacia el puerto, no miraba mas a los lados, solo de frente, tenia que ver el ultimo movimiento que habia echo el compañero, ahora mi eterno rival, hasta saber la verdad.
Tome un pequeño barco, y me hize a la mar, no sabria mi destino, y ahora todo estaba en manos del mar helado, que veria por ultima vez....
Cada vez mas me acercaba a la orilla del denso hielo que se habia formado a partir de hace muchos años y habia soportado las inclemencias del lugar, ahi se habia forjado el pueblo de los hielos, los vientos de los cuatro puntos cardinales comenzaron a centrarse en el mismo lugar donde yo estaba parado, por algun extraña razon comenzaba a soplar de sobremanera, tuve que apartarme de ahi, si no el remolino creado podria llevarme consigo hacia el mar congelante, solo pudieron rasgar la capa que aun portaba, estaba en el borde y mi pie izquierdo casi se resbala, pero de un tiron recobre el equlibrio y camine fuera del rango, y me aleje lo mas rapido de ahi.
Valla, casi caigo, a esta altura y con ese hielo, podria ser mi muerte segura, solo de imaginarme, esas aguas heladas, perforando mi cuerpo como dagas....
El mar comenzaba a chocar cada vez mas, y entonces suavemente fui acercando mis dedos a las cuerdas de mi arpa, despacio, rasgaba suavemente, hasta que de pronto denote que el sonido del impacto de las olas contra el hielo comenzaba a cesar de poco en poco, y comprendi, que mis notas hacian cambiar el transcurso de la ferocidadd de las olas, de pronto comenze a rasgar, y de mi arpa comenzaron a salir las notas adecuadas...
Antes de que pudiera terminar las notas, eran casi las ultimas, una de las cuerdas se revento, y lo apaciguado que estaba el mar, comenzo a resonar de nueva cuenta, chocando ahora cada vez con mas fuerza, y el viento creando remolinos infernales por todo el lugar, que de nueva cuenta me llevaban hacia la orilla, mi resistencia fue un poco mayor, y camine hacia adentro, haciendo a un lado la fuerza de la naturaleza, aunque, mientras forzaba mi salida de ahi, mis ojos entrecerrados, divisaron a lo lejos una persona con los cabellos plateados, parecia mas bien a seysill, pero hiba tomando un barco, zarpo hacia la nada, con las fuertes olas como compañeras, un grito por parte mio fue soltado de mi garganta para que aquel guerrero volteara.
Seysill, seysill, donde demonios vas, ....
dije pero mis gritos se perdieron entre los grandes ecos de las olas, solo tenia algo en mi mente, seyssil habia echo algo malo para salir asi de asgard, como pude corri hacia donde estaba el salon de armas, y tan solo vi los cuerpos tirados ahi, de Knoll y onoki, guerrero y el encargado de asgard, unos pequeños hilos de llanto, recorrieron habia caido alguien que pudo elevar un poco la ciudad, ayudado por nosotros, drayden solo estaba a lado de los occisos.
Quien lo hizo?.- pregunte, el silencio de Drayden parecia dar respuesta, sin duda alguna el comportamiento de Seyssil podia ser de cualquier sospecha, no podia creer eso, tome un arco y un estuche de flechas, no se porque pero tenia que saber el motivo, razon o circunstancia, que llevo al amigo, de todos, a cometer tal atrocidad, solo di la espalda a todos, no sabia porque, ahora lo unico que importara era encontrar respuestas, sin duda alguna seria dificil, porque no sabia el rumbo que tomaria Seysill, y el rumbo de mi vida, talvez tan solo me perderia entre el horizonte para nunca mas volver.
Ya no me esperen, si matara a Seysill no merecere ser llamado Asgariano, porque tendria mis manos sucias, de la sangre de mis hermanos, asi que creo que aqui dejare todo en tus manos... dije mientras sali corriendo del lugar, dirigiendome de nueva cuenta hacia el puerto, no miraba mas a los lados, solo de frente, tenia que ver el ultimo movimiento que habia echo el compañero, ahora mi eterno rival, hasta saber la verdad.
Tome un pequeño barco, y me hize a la mar, no sabria mi destino, y ahora todo estaba en manos del mar helado, que veria por ultima vez....
Jabranth- Status : MUERTO
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Re: Costas de Asgard
La enorme destreza del guerrero que, a pesar de estar herido, no disminuía. Se hacía notoria en la velocidad con la que encaraba aquellos bosques, pronto habría de llegar a aquella pequeña costa gélida que daba paso al mar para escapar de aquellas tierras.
De vez en cuando zarpaban algunos barcos y otros anclaban en aquel puerto de madera, después de todo la comida que era traída desde algunas tierras se comerciaba con Knoll debido a que no se podía cosechar en Asgard dado que era toda nieve y no eran tierras fértiles. La mayoría de los vikingos se alimentaban de la carne que cazaban, pero algunos eran bien cuidadosos de la fauna y preferían los trigos traídos de otras tierras.
Afortunadamente para Seisyll había un enorme barco mercante, de color oscuro anclado en las costas nórdicas. Las heridas seguían soltando un poco de sangre, tiñendo de rojizo la tierra nívea. No miró hacia atrás tan solo cruzó aquel largo muelle de madera que daba hasta el barco y subió, lanzándose al suelo del barco estando una vez arriba. Estaba exhausto, sentía que sus piernas luego de correr por largo rato no le respondían, su cuerpo se entumecía por primera vez con el frío al sentir un botazo en su espalda.
- Oye, cargo alimento, ¿Eres alimento?
- Disculpe, pero tengo que marcharme de aquí.
- Conmovedora historia, ahora sal de mi barco que tengo que zarpar.
- Usted no entiende… realmente necesito irme de aquí. Le pido por favor que me lleve hacia donde se detiene. Puedo servir de ayuda en su barco.
- En el estado que estás, ¿Qué podrías hacer?
- Siempre fui de sanar rápido mis heridas, solo necesito un descanso.
- Descansa en el muelle, borracho, ¡No quiero intrusos en mi barco! Es suficiente conmigo para manejarlo, anclarlo y cuidarlo. No existe nadie mas, mi tripulación soy solo yo… así que bájate.
Dijo dando un puntapié en el trasero de Seisyll que estaba completamente indefenso y sus ojos se cerraban por el cansancio. Al moverse el cuerpo por el golpe, el líquido carmín de vida se derramó sobre el suelo de madera del navío. Parecían desbordar los ojos de locura en el pirata que dio vuelta el cuerpo tendido del gemelo para revisarlo y notar que tenía dos grandes heridas de flechas; una en su abdomen y otra en su espalda.
- Estas muy jodido…
- ¿Lo dices por las heridas? Se me pasarán.
- No, estás jodido porque pensaba patearte un poco más y dejar quedarte en el barco hasta que anclemos en algún puerto. Pero en vista de que estas escapando porque de seguro te mandaste alguna fechoría, voy a tener que cobrarte por tu viaje.
- ¿Podrías curarme?
- Eso te costará aun más que el viaje.
- Si me curas, podremos hablar de negocios, sino se me hace un poco difícil.
- ¿Por qué me has tomado? ¿Por un tonto? Tengo todo el tiempo del mundo para negociar ahora mismo, pero se ve que tu no, así que aceptarás mi oferta sea cual sea ante la desesperación inminente, ¿No crees?
- ¡Entonces, pídelo!
- Bueno, tú sabes con esto de las idas y vueltas en barco, navegando de aquí para allá, hace mucho que no tengo diversión sexual, por así decirlo. Y bueno, tú te ves bastante apetecible…
- ¡¿Qué mierda dices?!
Dijo un sorprendido Seisyll desde el suelo, alzando su ceja ante el desconcierto. Quería ponerse de pie pero el cuerpo no le respondía, cuando el Capitán se colocó de cuclillas al lado de él y sonrió a carcajadas. La actitud del hombre era realmente extraña.
- ¡Debiste haber visto tu rostro!
Dijo mientras su rostro se sobresaltaba de su cuerpo, debido a que estiraba el cuello y le miraba de soslayo, aquel ojo que irradiaba sin duda alguna una enorme locura. Se colocó de pie y caminó cual caballero elegante hacia el barco, mientras desamarraba las cuerdas, para comenzar a zarpar y le comentaba al hombre que estaba en el suelo.
- Como veras, necesito una pequeña ayuda con el barco. No para cuidarlo, ya que eso lo hago yo siempre, necesito que alguien cuide mis espaldas en unos hechos importantes mientras estoy ‘trabajando’. Realmente me gusta trabajar solo, pero dos Piratas trabajan mejor que uno, ¿No es así?
- ¿Pirata? Pensé que este era un barco mercante. Vi que llevabas comida en ese lugar.
Musitó Seisyll mientras apuntaba hacia un montón de comida que estaba en cajas. El capitán había terminado de desamarrar todas las sogas y estaba listo para zarpar, cuando corrió las cajas de comida para encontrarse con que detrás de ellas había un hombre amarrado y amordazado. El pirata, tomó al hombre lo colocó en el borde del barco y le dio una fuerte patada haciéndolo caer al muelle de madera.
- Sí, digamos como que me lo prestó ese hombre.
- Que cruel eres, ¿Cómo puedes hacer algo así?
- ¿Cruel? ¿Te parecí cruel? ¿No viste que lo pateé hacia el muelle? En mis tiempos me hubiesen tratado de marica sino lo lanzaba al mar, hoy estoy piadoso ya que conseguí a mi mano derecha en fechorías.
El capitán tomaba los ropajes del hombre que había pateado anteriormente y los desgarró para hacer con ellas unas vendas improvisadas que colocó en el cuerpo del gemelo. Lo ató con la suficiente fuerza para que no se soltara y dejara así al final de derramar tanta sangre que manchaba su barco.
- ¿Mano derecha en fechorías? Yo no soy un Pirata, soy un Nórdico honrado.
- ¡Jajaja! Tus heridas, tu forma de querer huir de Asgard y la manera en que corriste desde las tierras, me parece que dicen lo contrario mi Vikingo amigo.
- Es todo una equivocación, yo realmente no soy alguien malvado.
- ¿Entonces de quien corres?
- D-De… De… ¡Olvídalo! ¿Qué tengo que hacer ahora que estoy aquí?
- Empieza por limpiar el barco. Yo mientras me encargaré de zarpar.
- ¿Todo el barco?
- No, solo la parte que manchaste con tu sangre. No me gusta tener un barco impresentable, me hace ver mal frente a los otros piratas. Pensarán que soy un salvaje.
- Bueno, supongo que tendré que estar bajo tu mando durante el viaje, pero tenlo por seguro que cuando llegue a mi destino, te haré pagar por todas tus acciones.
- Si me dieran una moneda de oro por las veces que han dicho eso, éste barco estaría hundido por tanto peso que producirían esas monedas. Quédate tranquilo, estoy acostumbrado a la traición, soy un Pirata. El mejor Pirata.
- Jajaja, Gran Pirata… ¿Y tu nombre es?
- ¡Jack! ¡El gran Capitán Jack Sparrow!
Dijo éste para elevar las velas y bruscamente el barco comenzó a moverse por las fuerzas de los vientos nórdicos. Corrió hacia el timón y giró a todo lo que daba para iniciar el viaje a toda marcha. Seisyll tomó el trapeador, pero al ver que el barco se movía y que los años vividos en Asgard se desvanecían como la brisa, observó una vez mas a su pueblo, allá a lo lejos podía divisar a alguien gritando unas palabras. Esa hiperactividad, ese grito tan de Jabranth… sin duda era él.
- Adiós, Asgard…
Pensó el hombre mientras los vientos ondeaban sus cabellos apuntando hacia la proa del barco. Con el trapeador, agachando su cabeza en las vueltas que da el destino, observó al Capitán Jack Sparrow, mientras trapeaba la sangre que había derramado en aquel barco, musitó en lo alto para que escuchara.
- Mi nombre es…
- Seisyll.
- ¿Cómo lo sabes?
- El tipo que estaba parado allí la costa lo acaba de gritar dos veces, no puedes ser un Pirata sin tener un buen oído, en el mar si te duermes sin estar alerta podrías ser literalmente lo que se dice carne de cañón.
Las construcciones quedaban atrás. Seisyll ahora mismo era un pirata… quizás no de ley, pero si de contrato hasta llegar a algún destino que le haga olvidar la vieja ciudadela que ayudó a construir con sus manos. Esperaba que el futuro sea realmente grato en su estadía hacia Roma, si es que realmente llegaba allí para encontrar a su hermano.
De vez en cuando zarpaban algunos barcos y otros anclaban en aquel puerto de madera, después de todo la comida que era traída desde algunas tierras se comerciaba con Knoll debido a que no se podía cosechar en Asgard dado que era toda nieve y no eran tierras fértiles. La mayoría de los vikingos se alimentaban de la carne que cazaban, pero algunos eran bien cuidadosos de la fauna y preferían los trigos traídos de otras tierras.
Afortunadamente para Seisyll había un enorme barco mercante, de color oscuro anclado en las costas nórdicas. Las heridas seguían soltando un poco de sangre, tiñendo de rojizo la tierra nívea. No miró hacia atrás tan solo cruzó aquel largo muelle de madera que daba hasta el barco y subió, lanzándose al suelo del barco estando una vez arriba. Estaba exhausto, sentía que sus piernas luego de correr por largo rato no le respondían, su cuerpo se entumecía por primera vez con el frío al sentir un botazo en su espalda.
- Oye, cargo alimento, ¿Eres alimento?
- Disculpe, pero tengo que marcharme de aquí.
- Conmovedora historia, ahora sal de mi barco que tengo que zarpar.
- Usted no entiende… realmente necesito irme de aquí. Le pido por favor que me lleve hacia donde se detiene. Puedo servir de ayuda en su barco.
- En el estado que estás, ¿Qué podrías hacer?
- Siempre fui de sanar rápido mis heridas, solo necesito un descanso.
- Descansa en el muelle, borracho, ¡No quiero intrusos en mi barco! Es suficiente conmigo para manejarlo, anclarlo y cuidarlo. No existe nadie mas, mi tripulación soy solo yo… así que bájate.
Dijo dando un puntapié en el trasero de Seisyll que estaba completamente indefenso y sus ojos se cerraban por el cansancio. Al moverse el cuerpo por el golpe, el líquido carmín de vida se derramó sobre el suelo de madera del navío. Parecían desbordar los ojos de locura en el pirata que dio vuelta el cuerpo tendido del gemelo para revisarlo y notar que tenía dos grandes heridas de flechas; una en su abdomen y otra en su espalda.
- Estas muy jodido…
- ¿Lo dices por las heridas? Se me pasarán.
- No, estás jodido porque pensaba patearte un poco más y dejar quedarte en el barco hasta que anclemos en algún puerto. Pero en vista de que estas escapando porque de seguro te mandaste alguna fechoría, voy a tener que cobrarte por tu viaje.
- ¿Podrías curarme?
- Eso te costará aun más que el viaje.
- Si me curas, podremos hablar de negocios, sino se me hace un poco difícil.
- ¿Por qué me has tomado? ¿Por un tonto? Tengo todo el tiempo del mundo para negociar ahora mismo, pero se ve que tu no, así que aceptarás mi oferta sea cual sea ante la desesperación inminente, ¿No crees?
- ¡Entonces, pídelo!
- Bueno, tú sabes con esto de las idas y vueltas en barco, navegando de aquí para allá, hace mucho que no tengo diversión sexual, por así decirlo. Y bueno, tú te ves bastante apetecible…
- ¡¿Qué mierda dices?!
Dijo un sorprendido Seisyll desde el suelo, alzando su ceja ante el desconcierto. Quería ponerse de pie pero el cuerpo no le respondía, cuando el Capitán se colocó de cuclillas al lado de él y sonrió a carcajadas. La actitud del hombre era realmente extraña.
- ¡Debiste haber visto tu rostro!
Dijo mientras su rostro se sobresaltaba de su cuerpo, debido a que estiraba el cuello y le miraba de soslayo, aquel ojo que irradiaba sin duda alguna una enorme locura. Se colocó de pie y caminó cual caballero elegante hacia el barco, mientras desamarraba las cuerdas, para comenzar a zarpar y le comentaba al hombre que estaba en el suelo.
- Como veras, necesito una pequeña ayuda con el barco. No para cuidarlo, ya que eso lo hago yo siempre, necesito que alguien cuide mis espaldas en unos hechos importantes mientras estoy ‘trabajando’. Realmente me gusta trabajar solo, pero dos Piratas trabajan mejor que uno, ¿No es así?
- ¿Pirata? Pensé que este era un barco mercante. Vi que llevabas comida en ese lugar.
Musitó Seisyll mientras apuntaba hacia un montón de comida que estaba en cajas. El capitán había terminado de desamarrar todas las sogas y estaba listo para zarpar, cuando corrió las cajas de comida para encontrarse con que detrás de ellas había un hombre amarrado y amordazado. El pirata, tomó al hombre lo colocó en el borde del barco y le dio una fuerte patada haciéndolo caer al muelle de madera.
- Sí, digamos como que me lo prestó ese hombre.
- Que cruel eres, ¿Cómo puedes hacer algo así?
- ¿Cruel? ¿Te parecí cruel? ¿No viste que lo pateé hacia el muelle? En mis tiempos me hubiesen tratado de marica sino lo lanzaba al mar, hoy estoy piadoso ya que conseguí a mi mano derecha en fechorías.
El capitán tomaba los ropajes del hombre que había pateado anteriormente y los desgarró para hacer con ellas unas vendas improvisadas que colocó en el cuerpo del gemelo. Lo ató con la suficiente fuerza para que no se soltara y dejara así al final de derramar tanta sangre que manchaba su barco.
- ¿Mano derecha en fechorías? Yo no soy un Pirata, soy un Nórdico honrado.
- ¡Jajaja! Tus heridas, tu forma de querer huir de Asgard y la manera en que corriste desde las tierras, me parece que dicen lo contrario mi Vikingo amigo.
- Es todo una equivocación, yo realmente no soy alguien malvado.
- ¿Entonces de quien corres?
- D-De… De… ¡Olvídalo! ¿Qué tengo que hacer ahora que estoy aquí?
- Empieza por limpiar el barco. Yo mientras me encargaré de zarpar.
- ¿Todo el barco?
- No, solo la parte que manchaste con tu sangre. No me gusta tener un barco impresentable, me hace ver mal frente a los otros piratas. Pensarán que soy un salvaje.
- Bueno, supongo que tendré que estar bajo tu mando durante el viaje, pero tenlo por seguro que cuando llegue a mi destino, te haré pagar por todas tus acciones.
- Si me dieran una moneda de oro por las veces que han dicho eso, éste barco estaría hundido por tanto peso que producirían esas monedas. Quédate tranquilo, estoy acostumbrado a la traición, soy un Pirata. El mejor Pirata.
- Jajaja, Gran Pirata… ¿Y tu nombre es?
- ¡Jack! ¡El gran Capitán Jack Sparrow!
Dijo éste para elevar las velas y bruscamente el barco comenzó a moverse por las fuerzas de los vientos nórdicos. Corrió hacia el timón y giró a todo lo que daba para iniciar el viaje a toda marcha. Seisyll tomó el trapeador, pero al ver que el barco se movía y que los años vividos en Asgard se desvanecían como la brisa, observó una vez mas a su pueblo, allá a lo lejos podía divisar a alguien gritando unas palabras. Esa hiperactividad, ese grito tan de Jabranth… sin duda era él.
- Adiós, Asgard…
Pensó el hombre mientras los vientos ondeaban sus cabellos apuntando hacia la proa del barco. Con el trapeador, agachando su cabeza en las vueltas que da el destino, observó al Capitán Jack Sparrow, mientras trapeaba la sangre que había derramado en aquel barco, musitó en lo alto para que escuchara.
- Mi nombre es…
- Seisyll.
- ¿Cómo lo sabes?
- El tipo que estaba parado allí la costa lo acaba de gritar dos veces, no puedes ser un Pirata sin tener un buen oído, en el mar si te duermes sin estar alerta podrías ser literalmente lo que se dice carne de cañón.
Las construcciones quedaban atrás. Seisyll ahora mismo era un pirata… quizás no de ley, pero si de contrato hasta llegar a algún destino que le haga olvidar la vieja ciudadela que ayudó a construir con sus manos. Esperaba que el futuro sea realmente grato en su estadía hacia Roma, si es que realmente llegaba allí para encontrar a su hermano.
Seisyll- Cantidad de envíos : 16
Re: Costas de Asgard
**la envarcación hacia asgard estaba lista para iniciar su travesía y estaba algo animada en poder partir de la isla de creta a aquel lugar tan desconocido para mi, por su parte avi no estaba ni animada y nada por el estilo, supongo que por ser un espiritu su forma de ser debe de ser asi, algo seca para mi gusto.
El viaje era algo tedioso al principio pero luego con tanta amabilidad de parte de los tripulantes se fue pasajero el resto del camino, ademas de buen agrado me regalaron un abrigo pues decian que las tierras de asgard padecian de un invierno eterno conforme la bendicion de sus dioses.
Al llegar me sorprendi muchisomo de ver el panorama del lugar, ciertamente todo estaba cubierto por nieve, baje a tierra y empeze a caminar muy lentamente pues observaba a cada paso los lugares que me rodeaban, bien cubierta con un abrigo color gris que me protegia del frio.
El viaje era algo tedioso al principio pero luego con tanta amabilidad de parte de los tripulantes se fue pasajero el resto del camino, ademas de buen agrado me regalaron un abrigo pues decian que las tierras de asgard padecian de un invierno eterno conforme la bendicion de sus dioses.
Al llegar me sorprendi muchisomo de ver el panorama del lugar, ciertamente todo estaba cubierto por nieve, baje a tierra y empeze a caminar muy lentamente pues observaba a cada paso los lugares que me rodeaban, bien cubierta con un abrigo color gris que me protegia del frio.
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Re: Costas de Asgard
Hacía tantof río en ese lugar que penasr en el calor hubiera alegrado el corazón de cualquiera, pero no lo hacía para la joven que ahora llamaban Raider. De hecho, no sentía nada, el frío le era completamente indiferente. Ella se había criado en un lugar completamente helado, un lugar en donde el invierno duraba 6 meses y el verano solo uno o dos como mucho.
Pero, esa nieve y esas altas paredes de hielo parecían anormales. En ninguna parte del mundo se había encontrado con un clima tan infranqueable como ese, lo que la hizo comprender de alguna forma la razón por la cual Asgard no era de interes para Roma ni para ningun otro pueblo. El lugar era inservible casi desde todo punto de vista y de seguro los que estaban viviendo ahí, aquellos que estaban aun vivos a pesar de ese frío, debían estar bastante resentidos con el mundo por haber sido condenados a estar en un lugar donde el color no existía.
Aúnque el frío no le molestaba del todo, estaba empapada por haber tenido que salir del templo marino nadando y ese viento congelante la mataría si no se ponía lo antes posible en un lugar seguro y cubierto. Pensó donde debía ir, aunque tenía casi seguridad de que por ahi en alguna parte existía un castillo, un gran y hermoso castillo que estaban costruyendo para igualar al mas pomposo de los templos en Roma.
Si lo encontraba, tal vez, podría salvarse de morir congelada. No estaba segura si quiera de que si elevar su cosmoenergía la podría proteger en esta ocasión. El aire tenía algo muy raro.
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