Puerto de Asgard

Pensamiento - Dialogo

Ambos estaban ya cerca del puerto de Asgard tan solo faltaba descender unos escalones rocosos que debían estar resbaladizos debido a la nieve acumulada en su superficie, mas los pensamientos de la joven se encontraban repasando aquellas ultimas palabras que había pronunciado Ashrael cuando estaban en la ciudad de Asgard.

-La oscuridad… no se porque pero tan solo pensar en ello me recuerda a esa persona-

Pensó mientras en su mente se veía la imagen de aquel joven de cabellera blanca y larga que había conocido cerca del coliseo, esa sensación proveniente de él que había sentido antes debía ser su cosmos pero no uno bueno por los recuerdos dolorosos que la hizo recordar. Talos, como recordaba su nombre era uno de esas personas que servían a un Dios con acciones muy diferentes que la Diosa Athena.

Con un ligero movimiento de cabeza trato de alejar aquellos pensamientos y así lo hizo pero al instante otros llegaron a su mente como las “armaduras” que mencionaba el peliblanco y que eran capaces de escoger a su portador. Chrystalle entendía perfectamente el silencio de Ashrael aunque este no le dijera, sabía que ella aun no estaba lista, quizás no era digna de conseguir un ropaje sagrado pero a pesar de ello no desistiría de su elección en ir hacia Grecia ni de conocer a la orden de Athena; por lo que apuro el paso para poder alcanzar al Dios Odín que ya se encontraba descendiendo los escalones.

-No es hora de pensar en ello... Lo primordial es llegar a Grecia-

Descendió con rapidez mas con cuidado para no tropezar y caer hacia el suelo desde aquella altura que fácilmente podía matarla sin ninguna dificultad. Terminado el descenso la peli verde observo el horizonte frente a ella donde el mar yacía congelado y unos cuantos iceberg otorgaban una imagen que para la joven resulto algo digna de admirar aunque con esos obstáculos seria difícil que pudieran zarpar rápidamente de Asgard.

Pero el acompañante de Chrystalle no era alguien común, era el Dios de Asgard, el hombre que podía maniobrar el hielo a su antojo por lo tanto no se sorprendió de ver al joven llamado Sigfrid que aparentaba conocerlo ya un tiempo ni la gente que estaba en el barco esperando el viaje hacia Atenas. Chrystalle observo con tranquilidad el panorama y siguió sin pronunciar palabra alguna cuando subió el barco por petición de Ashrael.

Pudo notar como varios de los hombres en el barco reían de forma burlesca u otros lo consideraban un tonto mas ellos no entendían el poder del hombre frente a ellos y mucho menos su divinidad. Tras la elevación de su cosmos, el hielo se derretía ante la mirada atónita de muchos que no podían creer lo que sucedía ahí, sin embargo la austriaca observo aquel acto sin perder ningún detalle puesto que aun quedaba mucho por aprender y no debía perderse de ver oportunidades como esa.

-Por ahora ninguna pero más adelante pueden surgir muchas-

Fue cuando termino de pronunciar aquellas palabras que pudo sentir otros cosmos cerca de ellos aquello solo podía suceder si estaba en el barco y así parecía serlo cuando la joven giro su rostro hacia la dirección de done podía sentir esa emanación de energía un tanto peculiar pues tenia ese elemente frio que Chrystalle sintió en su propia aura. Observo la escena ante ella y como el joven daba a conocer la identidad de Ashrael hacia los presentes quienes se tornaron rígidos con la mención de aquel titulo sagrado.

-SoulCalibur… La espada legendaria-

Murmuro al observar su filo y su forma perfecta en las manos de aquel hombre que de inmediato se arrodillo en señal de respeto hacia el peliblanco a su lado que se mantenía firme y sin acotar palabra alguna quizás esperando el momento preciso para dar una respuesta. Los vientos helados elevaron los cabellos de la joven y de los presentes del lugar donde se había generado un gran silencio lleno de tensión de lo que pudiera seguir a continuación.

-¿Ideales? ¿Cuales eran los ideales de Ashrael?-

Por respeto la joven se alejo unos pasos para que Ashrael y el joven tuvieran una plática más privada no sin antes saludar al joven con un movimiento de cabeza y sin agregar palabra alguna ya que no lo veía conveniente en tal situación. Se apoyo sobre la baranda del barco sintiendo las brisas heladas en su rostro mientras sus orbes violáceas observaban el cielo blanquecino de Asgard, a pesar del poco tiempo que había estado en ese lugar extrañaría su clima y todo lo referente de esa bella nación.

-Yo seguiré el camino que me lleve hacia Grecia y la Diosa Athena, desde un comienzo no pensé en portar una de las sagradas armaduras de esa prestigiosa orden… Lo que busco es poder mejorar mis habilidades para manipular mi cosmos… Ashrael-

Por primera vez pronuncio el nombre del Dios Odín mas no lo hacia con falta de respeto sino demostrando la firmeza de sus palabras así como su voluntad que empezaba a emanar de su interior, no necesitaba pensar mucho para tomar la decisión de seguir su camino a Grecia, algo en su interior le decía que debía tomar ese camino puesto que sentía que podía llevarla a su destino, aunque ella no fuera tan devota del significado de esa palabra.

Otro personaje mas aparecía en el barco así como el anterior el era un guerrero de Asgard que lucharía por Ashrael y su pueblo, sin decir palabra alguna la joven peli verde lo observe por un instante para luego seguir al joven llamado Altair que la guiaría hacia una de las habitaciones del barco para que pudiera descansar a petición de su maestro.

-Para mi también es un placer el conocerlo joven Altair y agradezco la hospitalidad-

Agradeció la joven con un tono de voz calmado y hasta un poco relajado producto del cansancio y fatiga ha la que había sido sometida por el despertar de sus poderes de forma abrupta, la austriaca observo cada detalle del barco en donde viajaba, la madera de este estaba bien pulida y brillaba por los escasos copos de nieve al cual era sometida bajo ese hermoso cielo blanco de la nación de Asgard. Sus pasos generaban un leve eco en la planta baja donde quedaban las habitaciones del navío en donde descansaría un poco antes de su llegada a Grecia.

Cuando llego a su destino abrió la puerta con cuidado observando con detalle la pequeña mas acogedora habitación, con un gesto de cabeza se despidió de Altair y este partió en seguida hacia la planta de arriba quizás en busca de Ashrael y el otro muchacho del cual no llego a enterarse de su nombre. Camino hasta una pequeña mesa dejando sus pocos objetos personales sobre ella para luego recostarse sobre el lecho cubierto de sabanas blancas pero que jamás podrían compararse con la blanca nieve de Asgard.

Chrystalle cerró sus ojos buscando un poco de descanso mental para poder relajarse llevando una de sus manos hacia su frente notando si su temperatura corporal estaba estable para no sufrir un resfriado o algún tipo de enfermedad. Tras su ligera inspección la joven abrió sus ojos observando fijamente el techo y comparando este con el de la posada donde había vivido unos pocos días en la capital Romana. Esos recuerdos le parecían como si los hubiera vivido ayer pero había pasado muchas cosas en ese lapso de tiempo que resultaba algo impensable que estuviera ahí en un barco con el Dios Odín y dos de sus guerreros rumbo a Grecia.

-Espero volver algún día aquí-

Pronuncio en forma de un susurro esperando que eso se cumpliera realidad como si pidiera un deseo hacia alguien pero a quien si no era ella misma quien podía cumplir aquello en un futuro cercano porque sabia o sospechaba que cuando llegaran a su destino Ashrael no se quedaría a su lado enseñándole mas sobre el cosmos, allí podría conocer alguien que pudiera enseñarle. De pronto la puerta de la habitación se abrió de repente sorprendiendo a la peli verde unos instantes que pasaron rápido regresando a su faceta de seriedad.

Era el nuevo guerrero de Ashrael quien había entrado en su habitación de tal forma sin pedir siquiera un permiso mas lo paso por alto porque el se veía alguien amable y con mucha energía y alegría a diferencia de ella que no demostraba mucho sus sentimientos. Mas los acontecimientos pasaron de forma tan rápida cuando él salió e ingreso de nuevo con un taza en mano que no pudo pronunciar palabra alguna hasta que la puerta se cerro nuevamente dejando a Chrystalle con la palabra en la boca.

-…-

Se levantó de su posición con delicadeza luego alzo con sus manos la taza de té que reposaba en la mesa destilando humo levemente por la temperatura que sintió cuando sus frías manos tocaron la parte exterior de la taza, estuvo unos instantes observando la superficie del liquido que reposaba con tanta tranquilidad sin que nada afectara su movimiento. Minutos después empezó a tomar el té pausadamente para no quemarse la lengua debido a lo caliente del liquido, cuando hubo terminado se recostó de nuevo dejando la taza sobre la mesa.

-Muy caliente para mi gusto… Pero no estaba mal-

Dijo cerrando nuevamente sus orbes violáceos y dejando todo atrás para sumirse en un leve sueño.

Chrystalle - Navegante

Chrystalle despertó de su letargo sin levantarse de su posición, su sueño había sido como aquel viaje sobre las olas del mar, suave y tranquilo que le había hecho mucho bien y ahora se sentía mucho mejor, el leve dolor de cabeza que antes deseaba manifestase había desaparecido y su vitalidad había regresado a su rostro que antes lucia algo pálido mas aún su serenidad se mantuvo a pesar de la soledad de su cuarto.

-¿Cuánto tiempo he dormido?-

Se pregunto, levantándose ahora y sentándose sobre la cama para poder arreglar los mechones de su cabello verduzco que se habían enredado mientras dormía, se levanto saliendo de la habitación para ir a refrescarse un poco y dejar su estado adormilado. Con pasos tranquilos se dirigió hacia la planta de arriba donde pudo observar a varios hombres mucho más animados y agitados que en un comienzo.

-¿Podría decirme que sucede?... ¿Ya hemos llegado?-

Preguntó a uno de los hombres en su camino mientras él solo la miraba y se sorprendía de verla, en un comienzo le pareció algo extraño pues estaba segura que ellos tenían conocimiento de su arribo al barco con Ashrael y sus guerreros pero fueron los susurros de ese hombre y de otros cercanos lo que le reveló el motivo de tal sorpresa… “Es la discípula del Dios Odín” “Es su alumna”.

-S…si…ya estamos…cerca-

Le respondió después de algunos minutos que para Chrystalle fueron eternos, no le gustaba aquella atención por parte de la gente del barco así que cuando su pregunta fue respondida, le agradeció al hombre y marcho dando media vuelta y alejándose de ellos hasta llegar a un lugar apartado donde podía estar sola tranquilamente y apreciar el paisaje a la vista, Grecia estaba cerca podía sentirlo no sabia como pero podía sentir que aquel lugar le develaría muchas mas cosas.

-Ya no falta mucho para llegar…-