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Sophia
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Salón Principal
Haber recorrido tantas escalones había demorado una eternidad. Sophia estaba completamente agotada cuando llegaron a la cima, tanto, que pensó con seriedad que no había forma de que ella tuviera todo ese "poder" y que aun así esa caminata casi la matara. Estaba respirando con dificultad y sus parpados se veían decaidos.
Aun así, una vez atravesaron las puertas principales u el pasillo que le seguía, entraron a un lugar en donde se notaba había pasado el tiempo. Las cortinas de largas telas estaban carcomidas por polillas, entre las baldosas crecían pastos y musgos y algunos pilares habían caido al suelo.
Si ese era el grandioso templo del patriarca y se encontraba en ese pobre estado, Sophia ni si quiera quizo pensar en como se encontraría el templo de Athena.
- Bien, debemos planificar las acciones que tomará el Santuario ante las amenazas que estan apareciendo. - Comenzó Sophia ruborizandose, realmente no entendía como ella tendría que liderar aquello. - ¿Alguien quiere decir alguna cosa antes de que hable?
Prefería preguntarles. No iba a hacerles perder el tiempo innecesariamente. Tal vez alguno de ellos se oponía a que ella fuese la que estuviera al mando o quizas hasta dudara de su poder o autoridad. Era mejor sacar aquellos problemas del camino hablandolos de una vez.
Aun así, una vez atravesaron las puertas principales u el pasillo que le seguía, entraron a un lugar en donde se notaba había pasado el tiempo. Las cortinas de largas telas estaban carcomidas por polillas, entre las baldosas crecían pastos y musgos y algunos pilares habían caido al suelo.
Si ese era el grandioso templo del patriarca y se encontraba en ese pobre estado, Sophia ni si quiera quizo pensar en como se encontraría el templo de Athena.
- Bien, debemos planificar las acciones que tomará el Santuario ante las amenazas que estan apareciendo. - Comenzó Sophia ruborizandose, realmente no entendía como ella tendría que liderar aquello. - ¿Alguien quiere decir alguna cosa antes de que hable?
Prefería preguntarles. No iba a hacerles perder el tiempo innecesariamente. Tal vez alguno de ellos se oponía a que ella fuese la que estuviera al mando o quizas hasta dudara de su poder o autoridad. Era mejor sacar aquellos problemas del camino hablandolos de una vez.
Sophia- Status :
Cantidad de envíos : 257
Re: Salón Principal
Escaleras, escaleras y…más escaleras.
La subida a través de la cuesta del Santuario era una tortura para cualquier persona normal que se hubiera atrevido a escalar la montaña. Incluso sin toparse con los Santos Dorados de cada uno de los Templos anteriores, el esfuerzo físico era sobrehumano. Un hecho que no se escapaba a los ojos de Aspros quien con su rostro impasible observaba la forma en que Sophia apenas si podia mantener la respiración una vez tocaron el umbral del Salón del Patriarca.
Abiertas las puertas dobles y revelado el interior ancestral del lugar, Sophia avanzaba. Flanqueada por Aspros, el Santo de Géminis sintió un ligero cosquilleo en algún rincón de su mente. Un impulso… un anhelo olvidado, pero suprimido por una fuerza aún mayor.
Cortinas raidas, piso manchado por el polvo y un aire tan antiguo como las rocas por las que se encontraba construído, el Salón no era mas que un vestigio de lo que en otros tiempos hubo sido maravilloso. Incluso el solitario trono que estaba al fondo se veía ajeno a la época en curso.
Algo que…decir u objetar…? Murmuró Aspros para sí mismo, más que responder la pregunta de Sophia. Sí, tenía algo que decir respecto a todo eso, pero algo más allá de su control voluntario lo obligaba a negar esos deseos e impulsos. En un pasado no tan distante, seguramente hubiera aprovechado la ocasión para su beneficio…pero dos cadenas diferentes cambiaban ese hecho. Una más antigua que la otra, una más espinosa que la otra y una más decidida que la otra.
No, no tenía nada que decir a todo aquello. Su papel era de ser el guía para Sophia, su rol era ser un farol de conocimiento sobre los rituales y los procedimientos del Santuario. Su papel era de ser, simplemente, una luz en el camino para que su prima avanzara hacia un futuro brillante, fuera cual fuera. Athena…Juliai…no importaba. Seguramente haría la elección correcta.
Nada; no tengo nada que objetar…al menos de momento. Respondió finalmente Géminis entrecruzando los brazos, quedándose apoyado en una columna cercana. No tenía nada que decir, tan solo escucharía; cerrando los ojos tan solo, esperó. De seguro que alguien más tendría algo que compartir.
La subida a través de la cuesta del Santuario era una tortura para cualquier persona normal que se hubiera atrevido a escalar la montaña. Incluso sin toparse con los Santos Dorados de cada uno de los Templos anteriores, el esfuerzo físico era sobrehumano. Un hecho que no se escapaba a los ojos de Aspros quien con su rostro impasible observaba la forma en que Sophia apenas si podia mantener la respiración una vez tocaron el umbral del Salón del Patriarca.
Abiertas las puertas dobles y revelado el interior ancestral del lugar, Sophia avanzaba. Flanqueada por Aspros, el Santo de Géminis sintió un ligero cosquilleo en algún rincón de su mente. Un impulso… un anhelo olvidado, pero suprimido por una fuerza aún mayor.
Cortinas raidas, piso manchado por el polvo y un aire tan antiguo como las rocas por las que se encontraba construído, el Salón no era mas que un vestigio de lo que en otros tiempos hubo sido maravilloso. Incluso el solitario trono que estaba al fondo se veía ajeno a la época en curso.
Algo que…decir u objetar…? Murmuró Aspros para sí mismo, más que responder la pregunta de Sophia. Sí, tenía algo que decir respecto a todo eso, pero algo más allá de su control voluntario lo obligaba a negar esos deseos e impulsos. En un pasado no tan distante, seguramente hubiera aprovechado la ocasión para su beneficio…pero dos cadenas diferentes cambiaban ese hecho. Una más antigua que la otra, una más espinosa que la otra y una más decidida que la otra.
No, no tenía nada que decir a todo aquello. Su papel era de ser el guía para Sophia, su rol era ser un farol de conocimiento sobre los rituales y los procedimientos del Santuario. Su papel era de ser, simplemente, una luz en el camino para que su prima avanzara hacia un futuro brillante, fuera cual fuera. Athena…Juliai…no importaba. Seguramente haría la elección correcta.
Nada; no tengo nada que objetar…al menos de momento. Respondió finalmente Géminis entrecruzando los brazos, quedándose apoyado en una columna cercana. No tenía nada que decir, tan solo escucharía; cerrando los ojos tan solo, esperó. De seguro que alguien más tendría algo que compartir.
Aspros- Caballeros Dorados
- Reino : Santuario de Athena
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AF - Satan Imperial (4800)*
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Otra DimensiónDE - Niebla Cósmica
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Re: Salón Principal
Estuvimos recorriendo durante un largo tiempo las ultimas escalinatas al templo del Patriarca. Esto debe de ser una broma… Decía intentando tomar algo de aire, por mas resistencia que tuviera había limites, caminar desde la primera casa hasta el recinto del Patriarca no era algo muy sencillo que digamos. Pequeñas gotas de sudor comenzaban a deslizarse desde mi cabeza por mi cuello siendo ocultas por gran parte de mi armadura. Al recuperar el aliento. Kardia vinimos hasta este lugar para que la joven Sophia despertara como la diosa de la guerra, además de organízanos a nosotros los caballeros dorados que ahora nos encontrábamos reunidos en el Santuario.
Mire hacia un lado para saber si el caballero de escorpio seguía mis pasos, seguramente lo hacía y también lo más seguro es que él tuviera mucha más resistencia física de la que yo poseía. Aunque por suerte tenía la suficiente resistencia como para no caer rendido al final de las escaleras. Después de tantas escaleras… al fin llegamos… Me sentía de alguna forma feliz, ya que fue un reto llegar sin estar muerto de cansancio al gran salón antes del templo de la diosa de la sabiduría y de la guerra.
Al entrar se parecía bastante a los demás templos, opaco, carcomido por el paso de los años. Se podían observar varias telarañas a lo largo del lugar, la forma en que las alguna vez, lujosas cortinas se encontraban ahora carcomidas por los insectos, como las grandes columnas se encontraban erosionadas por el viento y en si por el tiempo. En el interior de dicho recinto se encontraban Aspros y la Señorita Sophia, no sabía si habían comenzado a discutir alguna cosa importante asi que me coloque a un lado del caballero de Géminis para que me pudiese ilustrar de lo que había ocurrido en nuestra corta ausencia.
Mire hacia un lado para saber si el caballero de escorpio seguía mis pasos, seguramente lo hacía y también lo más seguro es que él tuviera mucha más resistencia física de la que yo poseía. Aunque por suerte tenía la suficiente resistencia como para no caer rendido al final de las escaleras. Después de tantas escaleras… al fin llegamos… Me sentía de alguna forma feliz, ya que fue un reto llegar sin estar muerto de cansancio al gran salón antes del templo de la diosa de la sabiduría y de la guerra.
Al entrar se parecía bastante a los demás templos, opaco, carcomido por el paso de los años. Se podían observar varias telarañas a lo largo del lugar, la forma en que las alguna vez, lujosas cortinas se encontraban ahora carcomidas por los insectos, como las grandes columnas se encontraban erosionadas por el viento y en si por el tiempo. En el interior de dicho recinto se encontraban Aspros y la Señorita Sophia, no sabía si habían comenzado a discutir alguna cosa importante asi que me coloque a un lado del caballero de Géminis para que me pudiese ilustrar de lo que había ocurrido en nuestra corta ausencia.
Arone- Caballeros Dorados
- Reino : Santuario de Athena
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Re: Salón Principal
Un largo camino en ascenso a través de los doce templos del Santuatio hasta el final fue que recorrió Kardia junto al joven Arone sin siquiera dirigirle la palabra. Fue un trayecto demasiado cansador donde cualquiera pudiera caer rendido a mitad de camino por falta de fuerzas para avanzar. Sin embargo a Kardia no le parecía la gran cosa; sí, estaba cansado, pero de ninguna manera eso le impedía seguir avanzando. Estaba más que acostumbrado a recorrer inmensas distancias y además le jugaba a favor el hecho de portar esa armadura que de alguna manera le había hecho recuperar todas sus fuerzas.
Mierda... esto sí que cansa –Dijo Kardia cuando al fin faltaban unos pocos pasos para llegar a la recámara del Patriarca.
Se sorprendió cuando Arone le dijo el por qué estaban ahí. ¿Quién iba a decir que Sophia, esa jovencita con quien él se había topado algún tiempo atrás en la villa Rodorio fuera la diosa de la guerra? Pero bueno, también le parecía extraño lo que le había sucedido en el octavo templo del Santuario con esa armadura dorada. De igual manera, todo eso le agradaba, y más hablando de una guerra y batallas. Si de eso se trataba, el romano no tendría objeción alguna. Hacía ya varios días que no se metía en problemas y ya le urgía destrozar a golpes a algún idiota que le cayera mal.
No dijo nada y siguió avanzando como antes hasta entrar en aquel salón antiguo y en parte destrozado por el inevitable paso del tiempo. Las columnas que le sostenían estaban ya rasgadas y el polvo esparcido por todas partes. Las puertas estaban abiertas por lo que el escorpiano entró detrás de Arone. Dos personas conocidas estaban ya reunidos, la misma Sophia y el peliazul que lo había guiado hasta la entrada de Aries, de quien Kardia no creía haber escuchado el nombre en algún momento.
Kardia miró primero a uno y después al otro.
Uff que camino, de no ser por el pequeñín no hubiera llegado a tiempo- –comentó dirigiendo la vista a Arone por unos escasos segundos y después colocarse a un lado del joven.
No dijo más nada, se unió al silencio enorme que había dentro de esa sala, sólo el bramar del viento en las alturas podía oírse. Esperaba saber qué era lo que seguía.
Mierda... esto sí que cansa –Dijo Kardia cuando al fin faltaban unos pocos pasos para llegar a la recámara del Patriarca.
Se sorprendió cuando Arone le dijo el por qué estaban ahí. ¿Quién iba a decir que Sophia, esa jovencita con quien él se había topado algún tiempo atrás en la villa Rodorio fuera la diosa de la guerra? Pero bueno, también le parecía extraño lo que le había sucedido en el octavo templo del Santuario con esa armadura dorada. De igual manera, todo eso le agradaba, y más hablando de una guerra y batallas. Si de eso se trataba, el romano no tendría objeción alguna. Hacía ya varios días que no se metía en problemas y ya le urgía destrozar a golpes a algún idiota que le cayera mal.
No dijo nada y siguió avanzando como antes hasta entrar en aquel salón antiguo y en parte destrozado por el inevitable paso del tiempo. Las columnas que le sostenían estaban ya rasgadas y el polvo esparcido por todas partes. Las puertas estaban abiertas por lo que el escorpiano entró detrás de Arone. Dos personas conocidas estaban ya reunidos, la misma Sophia y el peliazul que lo había guiado hasta la entrada de Aries, de quien Kardia no creía haber escuchado el nombre en algún momento.
Kardia miró primero a uno y después al otro.
Uff que camino, de no ser por el pequeñín no hubiera llegado a tiempo- –comentó dirigiendo la vista a Arone por unos escasos segundos y después colocarse a un lado del joven.
No dijo más nada, se unió al silencio enorme que había dentro de esa sala, sólo el bramar del viento en las alturas podía oírse. Esperaba saber qué era lo que seguía.
Kardia1- Caballeros Dorados
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Re: Salón Principal
OFFROL - No interrumpan por favor. Las puertas de este salón han sido selladas para los presentes. Se les dio la oportunidad a todas las amazonas y caballeros dorados de seguir a la reunión, pero mi ultimo post fue hace 7 días. La reunión para decidir los pasos a seguir en la guerra serán entre los presentes. El resto va a tener que acatar las decisiones y ordenes que de este lugar provengan.
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Kardia, Aspros y Arone. Ese era el grupo que la había seguido hasta más allá del ultimo templo. Por lo mismo, en ese momento ellos serían en las personas que confiara para todo lo que debía hacerse y planificarse.
- Bien... - Murmuró mirando hacia el trono vacío en donde imaginó tomaba asiento el hombre a quien se le llamaba patriarca, el gran caballero que guiaba a los demás, o así al menos contaba la leyenda. Sophia no podría haber estado segura de ello pues era la primera vez que estaba en ese lugar. - No... no hay nada que decir entonces. - Se sonrojó levemente sonriendo con amabilidad hacia los hombres a su alrededor. Aquello la ponía un poquitito incómoda pensando de inmediato como la habría mirado Fye de haber sabido que estaba sola con tantos de ellos, pero la calmaba saber que Gelum estaba por ahí y que además, su primo Aspros cuidaría de ella. Confiaba en ello. - El dios Zeus fue atacado por el dios Poseidón. Se me informó por ellos que... que... que yo soy... Athena. - Miró hacia el suelo, no quería ver el rostro de incredulidad de los que estaban ahí. - Se que es dificil de creer, ni si quiera yo lo creo en muchas ocasiones, sólo se que desde hace un tiempo, más bien, desde siempre... cosas raras suceden a mi alrededor cuando me siento en peligro o... o veo que alguien más lo está. Es como si... si un calor me recorriera el cuerpo y sintiera deseos de proteger a todos. Pensé que eso era normal pero... cuando mis deseos se empezaron a hacer realidad, sanando heridas con una luz dorada que emanaba de mi cuerpo... todo se volvió demasiado confuso. Vivi años pensando que era un don del cual debía sentirme agradecida, fui un poco torpe y hasta negligente con ello, sin entender esa habilidad, la deje estancarse en ese nivel, sin aprovechar de explotarla al maximo. Ese fue mi error... tal vez era muy joven o muy ingenua, no lo sé. Siempre pensé que mi vida giraría en torno a ser una buena esposa... no que debía ser una guerrera. Despues de todo... soy una mujer.
Despues de esa gran confesión temió que los presentes se comenzaran a aburrir de escucharla hablar. Cada vez que estaba nerviosa comenzaba a divagar y hablar torpemente, algo que seguramente Aspros sabía y por lo cual la comenzaria a sermonear, como siempre hacía. Pero no importaba. Tenía que presentar sus excusas, esos hombres habían estado esperando por ella y ella en cambio había perdido el tiempo jugando a ser niña a los 18 años de edad.
- Les pido perdón... por demorarme tanto, o por no querer abrir los ojos a lo que pasaba. - Bajó el rostro e hizo una reverencia hacia ellos, sin moverse de esa posición siguió hablando. - Es dificil aceptar que la mayoría de los que pretenden iniciar esto... sean de mi propia sangre. - Subió el rostro una vez mas parandose derecha. - No deseo involucrarlos en una guerra, pero tambien se que es inevitable. Es lo que debe pasar ahora... y para lo cual debemos prepararnos.
Suspiró pesadamente. No era nada facil decir todo eso para alguien que siempre estaba pensando en la felicidad y la seguridad de los demás. ¿Pero que sabía de esos hombres? No mucho en realidad. Solo que le inspiraban confianza. Ellos serían sus ojos, sus manos, su boca y sus puños desde ese día en adelante.
- ¿Hay un patriarca en el Santuario en este momento, Aspros? - Le preguntó a él, porque sabía que seguramente era el que más tiempo llevaba ahí. - Y si no lo hay, ¿Quien debe elegirlo? ¿Cuales son los criterios para ello?...
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Kardia, Aspros y Arone. Ese era el grupo que la había seguido hasta más allá del ultimo templo. Por lo mismo, en ese momento ellos serían en las personas que confiara para todo lo que debía hacerse y planificarse.
- Bien... - Murmuró mirando hacia el trono vacío en donde imaginó tomaba asiento el hombre a quien se le llamaba patriarca, el gran caballero que guiaba a los demás, o así al menos contaba la leyenda. Sophia no podría haber estado segura de ello pues era la primera vez que estaba en ese lugar. - No... no hay nada que decir entonces. - Se sonrojó levemente sonriendo con amabilidad hacia los hombres a su alrededor. Aquello la ponía un poquitito incómoda pensando de inmediato como la habría mirado Fye de haber sabido que estaba sola con tantos de ellos, pero la calmaba saber que Gelum estaba por ahí y que además, su primo Aspros cuidaría de ella. Confiaba en ello. - El dios Zeus fue atacado por el dios Poseidón. Se me informó por ellos que... que... que yo soy... Athena. - Miró hacia el suelo, no quería ver el rostro de incredulidad de los que estaban ahí. - Se que es dificil de creer, ni si quiera yo lo creo en muchas ocasiones, sólo se que desde hace un tiempo, más bien, desde siempre... cosas raras suceden a mi alrededor cuando me siento en peligro o... o veo que alguien más lo está. Es como si... si un calor me recorriera el cuerpo y sintiera deseos de proteger a todos. Pensé que eso era normal pero... cuando mis deseos se empezaron a hacer realidad, sanando heridas con una luz dorada que emanaba de mi cuerpo... todo se volvió demasiado confuso. Vivi años pensando que era un don del cual debía sentirme agradecida, fui un poco torpe y hasta negligente con ello, sin entender esa habilidad, la deje estancarse en ese nivel, sin aprovechar de explotarla al maximo. Ese fue mi error... tal vez era muy joven o muy ingenua, no lo sé. Siempre pensé que mi vida giraría en torno a ser una buena esposa... no que debía ser una guerrera. Despues de todo... soy una mujer.
Despues de esa gran confesión temió que los presentes se comenzaran a aburrir de escucharla hablar. Cada vez que estaba nerviosa comenzaba a divagar y hablar torpemente, algo que seguramente Aspros sabía y por lo cual la comenzaria a sermonear, como siempre hacía. Pero no importaba. Tenía que presentar sus excusas, esos hombres habían estado esperando por ella y ella en cambio había perdido el tiempo jugando a ser niña a los 18 años de edad.
- Les pido perdón... por demorarme tanto, o por no querer abrir los ojos a lo que pasaba. - Bajó el rostro e hizo una reverencia hacia ellos, sin moverse de esa posición siguió hablando. - Es dificil aceptar que la mayoría de los que pretenden iniciar esto... sean de mi propia sangre. - Subió el rostro una vez mas parandose derecha. - No deseo involucrarlos en una guerra, pero tambien se que es inevitable. Es lo que debe pasar ahora... y para lo cual debemos prepararnos.
Suspiró pesadamente. No era nada facil decir todo eso para alguien que siempre estaba pensando en la felicidad y la seguridad de los demás. ¿Pero que sabía de esos hombres? No mucho en realidad. Solo que le inspiraban confianza. Ellos serían sus ojos, sus manos, su boca y sus puños desde ese día en adelante.
- ¿Hay un patriarca en el Santuario en este momento, Aspros? - Le preguntó a él, porque sabía que seguramente era el que más tiempo llevaba ahí. - Y si no lo hay, ¿Quien debe elegirlo? ¿Cuales son los criterios para ello?...
Sophia- Status :
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Re: Salón Principal
Luego de unos pocos minutos de espera por fin se presentaban los que serian los demás testigos de la reunion donde Athena, o mejor dicho, Sophia se encargaría de dar sus intrucciones para el futuro del Santuario. Levantando una ceja con algo de incredulidad Aspros se ahorraba los comentarios sobre la cara de cansancio que intentaban ocultar los recién llegados puesto no era el instante propicio para señalarlo. Por ahora, sería tan solo un escucha.
Finalmente su prima se daba a la tarea de presentarse y en momentos clave, divagar y detenerse. Era evidente que no estaba acostumbrada al hecho de tener que dialogar frente a una audiencia que desde su perspectiva, seguro era intimidante.
-Solo una acotación Sophia, no eres solo una mujer…ni siquiera una diosa. Eres una humana. Tienes sentimientos y aspiraciones.- Señaló el gemelo mayor de Cambre mientras ladeaba ligeramente la cabeza y se contenía para no romper con la cara de neutralidad que lo caracterizaba. -Después de convivir con gente diferente a través de este año en solitario…me di cuenta de que existe de todo en este mundo. Cada quien tendrá sus razones para luchar o contrariamente, para no hacerlo. Es por eso que existe el libre albedrío en este mundo. No tienes nada por que disculparte.-
Con eso el peliazul respondía a las palabras de su prima para así escuchar lo próximo que salía de sus labios, un evento que una parte de sí ya había bloqueado de su mente.
-No. El Santuario se encuentra regido actualmente por unos pocos Santos Dorados entre los que me puedo contar.- Contestó Géminis con rostro impasible, notando el cambio de ambiente que de pronto se había hecho con el Salón del Sumo Sacerdote. -La persona que debe encargarse de elegirlo eres tu misma Sophia, actuando en tu potestad como Athena. Los requisitos siempre han sido tres: experiencia, sabiduría y espíritu.- En ese instante Aspros abandonó su posición de brazos cruzados, colocándolos a ambos lados de su cintura y caminar a lo ancho del salón. -Por supuesto esos tres requerimientos no tienen que ser obligatorios…al menos no en cuanto al tiempo. Si ves en alguien el potencial innato para ser el Sumo Sacerdote del Santuario y tiene tu total confianza, puedes elegirlo. Pero claro también debes asegurarte de la pureza de su corazón.
Podría decirse que es un sistema algo…estricto.- Terminó el peliazul mientras se detenía. Mirando a Sophia, esperó por una respuesta así como por la intervención de los otros dos Dorados. Ese tema era algo que no podían dejar tan al aire y que por tanto requería toda la participación y opinions posibles. Además quería escuchar la respuesta que de seguro ya se había cocido en la mente de Aries; ese chiquillo era sin duda, perspicaz.
Finalmente su prima se daba a la tarea de presentarse y en momentos clave, divagar y detenerse. Era evidente que no estaba acostumbrada al hecho de tener que dialogar frente a una audiencia que desde su perspectiva, seguro era intimidante.
-Solo una acotación Sophia, no eres solo una mujer…ni siquiera una diosa. Eres una humana. Tienes sentimientos y aspiraciones.- Señaló el gemelo mayor de Cambre mientras ladeaba ligeramente la cabeza y se contenía para no romper con la cara de neutralidad que lo caracterizaba. -Después de convivir con gente diferente a través de este año en solitario…me di cuenta de que existe de todo en este mundo. Cada quien tendrá sus razones para luchar o contrariamente, para no hacerlo. Es por eso que existe el libre albedrío en este mundo. No tienes nada por que disculparte.-
Con eso el peliazul respondía a las palabras de su prima para así escuchar lo próximo que salía de sus labios, un evento que una parte de sí ya había bloqueado de su mente.
-No. El Santuario se encuentra regido actualmente por unos pocos Santos Dorados entre los que me puedo contar.- Contestó Géminis con rostro impasible, notando el cambio de ambiente que de pronto se había hecho con el Salón del Sumo Sacerdote. -La persona que debe encargarse de elegirlo eres tu misma Sophia, actuando en tu potestad como Athena. Los requisitos siempre han sido tres: experiencia, sabiduría y espíritu.- En ese instante Aspros abandonó su posición de brazos cruzados, colocándolos a ambos lados de su cintura y caminar a lo ancho del salón. -Por supuesto esos tres requerimientos no tienen que ser obligatorios…al menos no en cuanto al tiempo. Si ves en alguien el potencial innato para ser el Sumo Sacerdote del Santuario y tiene tu total confianza, puedes elegirlo. Pero claro también debes asegurarte de la pureza de su corazón.
Podría decirse que es un sistema algo…estricto.- Terminó el peliazul mientras se detenía. Mirando a Sophia, esperó por una respuesta así como por la intervención de los otros dos Dorados. Ese tema era algo que no podían dejar tan al aire y que por tanto requería toda la participación y opinions posibles. Además quería escuchar la respuesta que de seguro ya se había cocido en la mente de Aries; ese chiquillo era sin duda, perspicaz.
Aspros- Caballeros Dorados
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Re: Salón Principal
Los únicos dorados que nos habíamos presentado a la cámara del patriarca eran Aspros de Géminis, Kardia de Escorpio y finalmente yo aquel que era resguardado por la sagrada constelación de Aries, el carnero blanco. Los demás seguramente permanecieron en sus respectivos templos. Al escuchar que la joven Sophia se sentía un tanto confusa y quizás nerviosa por tener que tomar un papel tan importante relaje un poco mi rostro y sonreí. Seria difícil el no creer que eres Athena, pero entiendo que esto te sea difícil, nuevo y también confuso. Pero para eso estamos los caballeros dorados para acompañarte y ayudarte en todo lo que nos sea posible Sophia.
Aunque de cierta forma era difícil creer que la joven fuera la reencarnación de una diosa y que con ello sus hombros tuvieran que cargar con una gran responsabilidad. Una dulce joven cargando con lo que se podría decir un cruel destino pero lamentablemente así era como debía de ser, y como decía Aspros ella también era alguien que contaba con sueños y aspiraciones a futuro. Por eso mismo era de cierta forma algo injusto forzarla a ser una diosa sin siquiera conocer de su papel en este mundo ella tenía que escoger. Por eso mismo cuando me la encontré y sentí su aura, al conocerla decidí no forzarla a venir al santuario primero deseaba que lo conociera para que sus memorias pasadas retornaran a su presente.
Pero el plan que tenían los dioses era totalmente distinto… Ahora ella se encontraba de vuelta en el santuario por Zeus y Poseidón que de alguna forma la hicieron cambiar de parecer para que adoptara su papel como diosa. Retornando a la realidad y al hecho que estaba a punto de acontecer en dicha sala comencé a escuchar con atención cada palabra que Aspros le estaba diciendo a Sophia. Mis ojos no se despegaban del peli azul mientras recitaba los requisitos para convertirse en aquel que se convertiría en Patriarca, la mano derecha de Athena y aquel que comandaría sus fuerzas.
Sabía de antemano que el único que se merecía aquel titulo era Geminas, yo aun no tenía la suficiente experiencia para serlo y Kardia llevaba poco tiempo de ser caballero. Y sin mencionar que era el más poderoso entre nosotros pero… en cuanto a la pureza de su corazón… Baje por un momento la mirada recordando la primera vez que me encontré con él, había algo en su aura que me causaba repugnancia ya que sentía la malicia dentro de él pero… ahora parecía que toda esa oscuridad de su corazón había desaparecido sin dejar huella alguna.
Sophia… se que tú tienes que escoger de entre nosotros al próximo patriarca pero no llevas demasiado tiempo de conocernos a todos así que haré un breve comentario. De entre nosotros los caballeros dorados el que puede decirse que posee la suficiente experiencia es Aspros sin mencionar su poder e inteligencia. Por eso mismo pienso que él se merece más ser tu mano derecha Sophia, pero esa ya es una decisión que debes tomar por ti misma…
Yo no era del tipo de personas que se guardaba las cosas si miraba que alguien era superior a mi lo admitiría con gusto pero eso no significaba que no intentaría alcanzarlo o superarlo. Sabía que debía volverme más fuerte para pelear al lado de ese hombre, y por más que de cierta forma no me agradara del todo me infundía algo de confianza aunque esta no fuese reciproca. Después de exponer mis pensamientos mire hacia otro lado esperando a que Kardia o Sophia hablaran.
Aunque de cierta forma era difícil creer que la joven fuera la reencarnación de una diosa y que con ello sus hombros tuvieran que cargar con una gran responsabilidad. Una dulce joven cargando con lo que se podría decir un cruel destino pero lamentablemente así era como debía de ser, y como decía Aspros ella también era alguien que contaba con sueños y aspiraciones a futuro. Por eso mismo era de cierta forma algo injusto forzarla a ser una diosa sin siquiera conocer de su papel en este mundo ella tenía que escoger. Por eso mismo cuando me la encontré y sentí su aura, al conocerla decidí no forzarla a venir al santuario primero deseaba que lo conociera para que sus memorias pasadas retornaran a su presente.
Pero el plan que tenían los dioses era totalmente distinto… Ahora ella se encontraba de vuelta en el santuario por Zeus y Poseidón que de alguna forma la hicieron cambiar de parecer para que adoptara su papel como diosa. Retornando a la realidad y al hecho que estaba a punto de acontecer en dicha sala comencé a escuchar con atención cada palabra que Aspros le estaba diciendo a Sophia. Mis ojos no se despegaban del peli azul mientras recitaba los requisitos para convertirse en aquel que se convertiría en Patriarca, la mano derecha de Athena y aquel que comandaría sus fuerzas.
Sabía de antemano que el único que se merecía aquel titulo era Geminas, yo aun no tenía la suficiente experiencia para serlo y Kardia llevaba poco tiempo de ser caballero. Y sin mencionar que era el más poderoso entre nosotros pero… en cuanto a la pureza de su corazón… Baje por un momento la mirada recordando la primera vez que me encontré con él, había algo en su aura que me causaba repugnancia ya que sentía la malicia dentro de él pero… ahora parecía que toda esa oscuridad de su corazón había desaparecido sin dejar huella alguna.
Sophia… se que tú tienes que escoger de entre nosotros al próximo patriarca pero no llevas demasiado tiempo de conocernos a todos así que haré un breve comentario. De entre nosotros los caballeros dorados el que puede decirse que posee la suficiente experiencia es Aspros sin mencionar su poder e inteligencia. Por eso mismo pienso que él se merece más ser tu mano derecha Sophia, pero esa ya es una decisión que debes tomar por ti misma…
Yo no era del tipo de personas que se guardaba las cosas si miraba que alguien era superior a mi lo admitiría con gusto pero eso no significaba que no intentaría alcanzarlo o superarlo. Sabía que debía volverme más fuerte para pelear al lado de ese hombre, y por más que de cierta forma no me agradara del todo me infundía algo de confianza aunque esta no fuese reciproca. Después de exponer mis pensamientos mire hacia otro lado esperando a que Kardia o Sophia hablaran.
Arone- Caballeros Dorados
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Re: Salón Principal
Kardia sólo se limitó a escuchar las primeras palabras que pronunciaba Sophia, que por cierto, notaba cierto nerviosismo quizás, o algo de presión en su manera de hablar y sus acciones. Y es que el tener que representar el rol de diosa, soportando el peso de tener que tomar decisiones determinantes e incluso afrontar una inminente guerra que involucraría a la vida misma del mundo entero, debía ser algo muy difícil para una joven como ella.
El romano nunca habría imaginado que precisamente Sophia fuese la reencarnación de la mismísima Athena, la protectora de la humanidad, pues en un principio apenas la conoció, la vio como una jovencita inocente y con una actitud sensible y frágil, evidentemente incapaz de dirigir un ejército y mucho menos hacerle frente al enemigo, tomando determinaciones tan importantes. Pero ahora, después del largo tiempo que había pasado la notaba distinta, al final parecía que la joven de cabellos violáceos había logrado, con decisión, aceptar su destino y el importante papel que le tocaba en el mundo aunque le fuera pesado.
El escorpiano no tenía mucho que acotar pues hacía muy poco tiempo estaba en esas del Santuario y demás. No creía poder dar una opinión coherente a todo lo que se estaba diciendo allí dentro, tal vez podía considerarse un simple invitado, más que el portador de un papel importante en aquella reunión. Sólo escuchaba lo que Aspros y Arone respondían y con ello se informaba aún más de los hechos que ocurrían a su alrededor y siempre había ignorado. El pertenecer al Santuario de Athena le estaba agradando bastante después de todo.
Vaya, después de tantas estupideces que hice hasta llegar aquí y recién ahora me doy cuenta de la realidad. –Hizo una pausa corta para después agregar unas pocas palabras, ya que mucho no tenía para decir. –Creo que no puedo acotar mucho más que ellos... de hecho recién me estoy enterando de cómo viene el tema, pero sé que debe ser... complicado... cargar con esto para ti Sophia, pero no lo harás sola. Supongo que ahora que me metí en esto no puedo desperdiciarlo y como ellos... voy a colaborar.
A veces Kardia se sentía un completo estúpido alentando a otros, pero Sophia no era como tantos imbéciles con los que el romano se había cruzado en su camino y no valía la pena para nada tratarla de distinta manera y más ahora después de lo que se había enterado. Ya desde su encuentro en Rodorio había sentido un aura cálida y llena de bondad en ella, cosa que ahora podía percibir con mayor facilidad. Algo que le hacía sentir raro le andaba pasando desde que encontró la armadura dorada, aunque reconocía que de esa forma se sentía aún más seguro y de hecho… sus sentidos se habían agudizado mucho más.
Lo último con lo que Arone concluyó fue acerca de la elección de un Patriarca, dando algunas ideas y aconsejando a Sophia. Ahora sólo restaba escuchar la respuesta de la joven Sophia y su decisión para definir el futuro del Santuario y las acciones por venir.
El romano nunca habría imaginado que precisamente Sophia fuese la reencarnación de la mismísima Athena, la protectora de la humanidad, pues en un principio apenas la conoció, la vio como una jovencita inocente y con una actitud sensible y frágil, evidentemente incapaz de dirigir un ejército y mucho menos hacerle frente al enemigo, tomando determinaciones tan importantes. Pero ahora, después del largo tiempo que había pasado la notaba distinta, al final parecía que la joven de cabellos violáceos había logrado, con decisión, aceptar su destino y el importante papel que le tocaba en el mundo aunque le fuera pesado.
El escorpiano no tenía mucho que acotar pues hacía muy poco tiempo estaba en esas del Santuario y demás. No creía poder dar una opinión coherente a todo lo que se estaba diciendo allí dentro, tal vez podía considerarse un simple invitado, más que el portador de un papel importante en aquella reunión. Sólo escuchaba lo que Aspros y Arone respondían y con ello se informaba aún más de los hechos que ocurrían a su alrededor y siempre había ignorado. El pertenecer al Santuario de Athena le estaba agradando bastante después de todo.
Vaya, después de tantas estupideces que hice hasta llegar aquí y recién ahora me doy cuenta de la realidad. –Hizo una pausa corta para después agregar unas pocas palabras, ya que mucho no tenía para decir. –Creo que no puedo acotar mucho más que ellos... de hecho recién me estoy enterando de cómo viene el tema, pero sé que debe ser... complicado... cargar con esto para ti Sophia, pero no lo harás sola. Supongo que ahora que me metí en esto no puedo desperdiciarlo y como ellos... voy a colaborar.
A veces Kardia se sentía un completo estúpido alentando a otros, pero Sophia no era como tantos imbéciles con los que el romano se había cruzado en su camino y no valía la pena para nada tratarla de distinta manera y más ahora después de lo que se había enterado. Ya desde su encuentro en Rodorio había sentido un aura cálida y llena de bondad en ella, cosa que ahora podía percibir con mayor facilidad. Algo que le hacía sentir raro le andaba pasando desde que encontró la armadura dorada, aunque reconocía que de esa forma se sentía aún más seguro y de hecho… sus sentidos se habían agudizado mucho más.
Lo último con lo que Arone concluyó fue acerca de la elección de un Patriarca, dando algunas ideas y aconsejando a Sophia. Ahora sólo restaba escuchar la respuesta de la joven Sophia y su decisión para definir el futuro del Santuario y las acciones por venir.
Kardia1- Caballeros Dorados
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Re: Salón Principal
Escucharlos hablar le indicó algunas cosas más de lo que debía decidirse en relación al Santuario. La decisión de elegir un patriarca caería sobre ella entonces y por lo que sabía (y eso era bastante poco) el patriarca era la figura más importante en ese lugar desde de ella misma.
Aspros le había dado algunos criterios que podía seguir para su elección y los tomaría muy en cuanta, aunque en el fondo sabía que como siempre, de seguro sólo dejaría que su instinto le dijera quien era la persona más indicada para el trabajo.
Por otro lado Arone proponía al mismo Aspros como la figura más experimentada capaz de liderar a los caballeros del Santuario, pero… no podía tomar esa decisión a la ligera, después de todo era lo primero que decidiría como Athena y no quería equivocarse.
- Tendré a Aspros en mente para esta posición entonces. Aunque antes me gustaría conocerlos a todos para tomar la mejor decisión posible. – Dijo Sophia intentando sonar lo más objetivamente posible que pudiese. - ¿Cuántos caballeros y amazonas hay en este momento en el Santuario? Aparte de ustedes tres, Gelum y Michiru, ¿Hay alguien más?
Si eran tan pocos la idea de enfrentarse a grandes dioses le resultaba un poco intimidante, pero si hubiese dependido de ella no hubiese querido si quiera involucrar a éstos. Si lo estaba haciendo era porque no podía seguir de brazos cruzados viendo como todos a su alrededor morían o eran lastimados.
Con una lista de quienes tenía a su servicio podía comenzar a delegar con más eficacia, y si el destino lo tenía en su camino, incluso podía dar el primer paso definitivo para ponerle fin a la violencia que estaba experimentando el mundo por la falta de una mano que lo cuidara.
Miró a Kardia con amabilidad por su comentario poniendo una mano en su hombro.
- Se que no estaré sola, pero te doy gracias por tus palabras. Eres muy amable.
Aspros le había dado algunos criterios que podía seguir para su elección y los tomaría muy en cuanta, aunque en el fondo sabía que como siempre, de seguro sólo dejaría que su instinto le dijera quien era la persona más indicada para el trabajo.
Por otro lado Arone proponía al mismo Aspros como la figura más experimentada capaz de liderar a los caballeros del Santuario, pero… no podía tomar esa decisión a la ligera, después de todo era lo primero que decidiría como Athena y no quería equivocarse.
- Tendré a Aspros en mente para esta posición entonces. Aunque antes me gustaría conocerlos a todos para tomar la mejor decisión posible. – Dijo Sophia intentando sonar lo más objetivamente posible que pudiese. - ¿Cuántos caballeros y amazonas hay en este momento en el Santuario? Aparte de ustedes tres, Gelum y Michiru, ¿Hay alguien más?
Si eran tan pocos la idea de enfrentarse a grandes dioses le resultaba un poco intimidante, pero si hubiese dependido de ella no hubiese querido si quiera involucrar a éstos. Si lo estaba haciendo era porque no podía seguir de brazos cruzados viendo como todos a su alrededor morían o eran lastimados.
Con una lista de quienes tenía a su servicio podía comenzar a delegar con más eficacia, y si el destino lo tenía en su camino, incluso podía dar el primer paso definitivo para ponerle fin a la violencia que estaba experimentando el mundo por la falta de una mano que lo cuidara.
Miró a Kardia con amabilidad por su comentario poniendo una mano en su hombro.
- Se que no estaré sola, pero te doy gracias por tus palabras. Eres muy amable.
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Re: Salón Principal
-Mmm…veamos.
En Aries está Arone; Tauro desapareció sin dejar rastro alguno; en Géminis me posiciono yo mismo; Cáncer está abandonado al igual que Leo; Virgo está custodiado por una jovencita llamada Jezzara; Libra vacío; en Escorpio ahora tenemos a este tal Kardia; a Sagitario ya lo conoces, Sophia; Capricornio está resguardado por Michiru, Acuario por Gelum y Piscis…ahora mismo siento una sola presencia en el lugar, debe ser esa mujer llamada Sheznarda. En realidad, somos pocos pero comparado a lo que había cuando llegué aquí es más que suficiente material para empezar a trabajar como se debe.
De todas formas no te apresures Sophia. Hasta ahora no se ha necesitado a un Patriarca y nombrar uno tan pronto podría ser contraproducente. Mi sugerencia aquí es que nos organicemos por completo mientras que tú aprendes a sobrellevar las riendas de ser Athena.- En ese instante el gemelo de Cambre abandonó su posición de brazos cruzados para así dirigirse en pos del trono del Patriarca, ignorando el mueble y descortinando la enorme tela que ocultaba un pasadizo ascendente. El enorme arco, que se veía mucho más antiguo que cualquier otra cosa en las Doce Casas del Zodiaco daba paso a un tramo de escaleras que perdiéndose en la oscuridad, parecían sugerir una meta de origen divino.
-De hecho, eres Athena solo en un título ilusorio. Si de verdad tu deseo es convertirte en la diosa de la guerra y parar las catástrofes que supuestamente están por destruir el mundo, entonces reclama tu símbolo de poder: el báculo Nike.- Soltando la cortina y retornando a su puesto original, Aspros continuó con su explicación. -Nike es el símbolo de la victoria en batalla. Tu propósito se vendrá abajo si ni siquiera puedes blandirlo efectivamente. Si piensas salvar al mundo, entonces reclama por tu mano a la diosa que siempre ha acompañado a Athena en el campo de batalla…
Obtén a Nike y sabrás que hacer a continuación. Eso es lo último que puedo aportar a esta conversación. Todo lo demás queda en tus manos, Sophia.-
En Aries está Arone; Tauro desapareció sin dejar rastro alguno; en Géminis me posiciono yo mismo; Cáncer está abandonado al igual que Leo; Virgo está custodiado por una jovencita llamada Jezzara; Libra vacío; en Escorpio ahora tenemos a este tal Kardia; a Sagitario ya lo conoces, Sophia; Capricornio está resguardado por Michiru, Acuario por Gelum y Piscis…ahora mismo siento una sola presencia en el lugar, debe ser esa mujer llamada Sheznarda. En realidad, somos pocos pero comparado a lo que había cuando llegué aquí es más que suficiente material para empezar a trabajar como se debe.
De todas formas no te apresures Sophia. Hasta ahora no se ha necesitado a un Patriarca y nombrar uno tan pronto podría ser contraproducente. Mi sugerencia aquí es que nos organicemos por completo mientras que tú aprendes a sobrellevar las riendas de ser Athena.- En ese instante el gemelo de Cambre abandonó su posición de brazos cruzados para así dirigirse en pos del trono del Patriarca, ignorando el mueble y descortinando la enorme tela que ocultaba un pasadizo ascendente. El enorme arco, que se veía mucho más antiguo que cualquier otra cosa en las Doce Casas del Zodiaco daba paso a un tramo de escaleras que perdiéndose en la oscuridad, parecían sugerir una meta de origen divino.
-De hecho, eres Athena solo en un título ilusorio. Si de verdad tu deseo es convertirte en la diosa de la guerra y parar las catástrofes que supuestamente están por destruir el mundo, entonces reclama tu símbolo de poder: el báculo Nike.- Soltando la cortina y retornando a su puesto original, Aspros continuó con su explicación. -Nike es el símbolo de la victoria en batalla. Tu propósito se vendrá abajo si ni siquiera puedes blandirlo efectivamente. Si piensas salvar al mundo, entonces reclama por tu mano a la diosa que siempre ha acompañado a Athena en el campo de batalla…
Obtén a Nike y sabrás que hacer a continuación. Eso es lo último que puedo aportar a esta conversación. Todo lo demás queda en tus manos, Sophia.-
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Re: Salón Principal
Yo ya no tenía nada que argumentar en aquel gran salón hecho de mármol. El frio que surcaba el lugar refrescaba mi piel al momento en que el viento nocturno chocaba suavemente contra mí. Un aroma dulce estaba siendo traído desde el exterior hacia el interior del templo, seguramente se trataba del aroma de las flores cercanas. Estaba completamente en silencio mientras escucha a los demás hablar, los pocos caballeros dorados que nos habíamos reunido en el santuario inconscientemente llamados por el cálido cosmos que rodeaba el lugar. Un cosmos que nos daba de alguna forma la esperanza para esperar un mundo y una vida mejor.
Ahora solo quedaba esperar a que la joven Sophia tomara su puesto como la diosa de la guerra, pero para ello necesitaba subir a través del pasaje que estaba oculto detrás de las desgastadas y polvorientas cortinas que hace poco Aspros sostuvo. Mire al suelo un momento recordando o más bien comparando mis viejos pensamientos con los actuales. En un pasado de no ser por parte de la influencia de Géminis ya hubiera abandonado el santuario por el miedo y no solo por eso, también por la impotencia junto con la falta de poder.
Había olvidado las razones por las cual quería poder e incluso había dudado en la decisión de la propia armadura de Aries por haberme escogido como su portador. En algún momento en mi estadía en el santuario llegue a escuchar que las armaduras fueron hechas con la sangre de Athena y que por eso mismo parecían poseer vida. Las armaduras eran de cierta forma pequeños fragmentos del alma de la diosa, quizás por ello las vestiduras elegían a su dueño en esa era. Me sentía elogia de pensar en que de alguna forma la diosa vio algo en mi para elegirme como su guardián y poder protegerla junto con los demás caballeros.
Ahora solo quedaba esperar a que la joven Sophia tomara su puesto como la diosa de la guerra, pero para ello necesitaba subir a través del pasaje que estaba oculto detrás de las desgastadas y polvorientas cortinas que hace poco Aspros sostuvo. Mire al suelo un momento recordando o más bien comparando mis viejos pensamientos con los actuales. En un pasado de no ser por parte de la influencia de Géminis ya hubiera abandonado el santuario por el miedo y no solo por eso, también por la impotencia junto con la falta de poder.
Había olvidado las razones por las cual quería poder e incluso había dudado en la decisión de la propia armadura de Aries por haberme escogido como su portador. En algún momento en mi estadía en el santuario llegue a escuchar que las armaduras fueron hechas con la sangre de Athena y que por eso mismo parecían poseer vida. Las armaduras eran de cierta forma pequeños fragmentos del alma de la diosa, quizás por ello las vestiduras elegían a su dueño en esa era. Me sentía elogia de pensar en que de alguna forma la diosa vio algo en mi para elegirme como su guardián y poder protegerla junto con los demás caballeros.
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Re: Salón Principal
Ya a las actuales palabras de Aspros y la joven Sophia, Kardia no tenía nada que acotar, ni tampoco podía ayudar en nada. Había llegado al Santuario hacía a penas unas pocas horas y mucho menos tiempo hacía desde que consiguió su armadura, que por cierto, tampoco tenía mucha idea de qué haría con ella.
Suspiró ligeramente al mismo tiempo que entrecruzaba sus brazos cerrando los ojos por unos pocos segundos si dejar de oír lo que los demás decían. Mucho no le interesaba el tema de la planificación y demás, simplemente quería saber lo que estaba ocurriendo y por qué tanto hablaban de los preparativos para una guerra. Lo único que quería el romano era pelear, destrozar enemigos y utilizar sus habilidades a la máxima potencia; tal y como el joven Arone, que estaba a su lado, le había comentado.
"Que pesadez. ¿Hasta cuanto será esto? Yo quiero acción". –Eran los pensamientos que se pasaban por la mente del escorpiano mientras miraba de reojo y dicimuladamente en todas direcciones divisando los rincones del templo.
Suspiró ligeramente al mismo tiempo que entrecruzaba sus brazos cerrando los ojos por unos pocos segundos si dejar de oír lo que los demás decían. Mucho no le interesaba el tema de la planificación y demás, simplemente quería saber lo que estaba ocurriendo y por qué tanto hablaban de los preparativos para una guerra. Lo único que quería el romano era pelear, destrozar enemigos y utilizar sus habilidades a la máxima potencia; tal y como el joven Arone, que estaba a su lado, le había comentado.
"Que pesadez. ¿Hasta cuanto será esto? Yo quiero acción". –Eran los pensamientos que se pasaban por la mente del escorpiano mientras miraba de reojo y dicimuladamente en todas direcciones divisando los rincones del templo.
Kardia1- Caballeros Dorados
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Re: Salón Principal
Sasha había escuchado todo con atención. Si la decisión de elegir a un patriarca recaía en ella, entonces era necesario conocer al resto de los caballeros del Santuario antes de poder decidirse.
- Estas son mis peticiones para ustedes... - Dijo Sophia intentando elegir con cuidado sus palabras. No quiso decir ordenes, pues sabía lo mal que sonaría aquello para ellos tres. - Gelum quedó en la casa de acuario, por favor, Kardia, ve por el y dile que deseo verlo en el templo de Atena. Despues de eso, tu deber será el de vigilar los alrededores del Santuario esta noche junto con alguno de los caballeros o amazonas del Santuario, confio en que puedas formar un grupo de vigilancia... si las cosas siguen como estan, temo que alguien ataque por esos lados antes de venir a los doce templos y debe ser nuestra prioridad numero uno proteger Rodorio para que episodios como el que desarrolló Zeus no vuelvan a repetirse. - Bajó el rostro algo apenada, imaginando el resultado de la batalla entre Solomon y Mauritius. Miró a Aspros con nostalgia, despues de todo, Mauritius era su hermano. - Arone, ¿Podrías seguir vigilando el primer templo? Estoy segura de que hay muchos chicos que estan comenzando su entrenamiento para convertirse en caballeros, me gustaría mucho que los ayudases en tus tiempos libres. Es menester que reunamos toda la fuerza posible y nos preparemos para la batalla con todos los recursos que tenemos. - Le sonrió a Arone, confiaba en que él podría realizar aquello sin mayores dificultades. - Y... Aspros... No tengo idea de que esta ocurriendo en el mundo, me imagino que las cosas ya estan comenzando a moverse. Busca un caballero dorado más y comiencen a juntar información. Todo lo que podamos saber de nuestro enemigo será esencial de ahora en adelante. Y... Y si tienes tiempo... por...porfavor averigua... uhm... que sucedió con Fye. Mi viaje a este lugar se debió a él...
Habiendo dicho esto, Sophia hizo una leve reverencia. Sabía que estaba pidiendo mucho, pero era importante para ella saber utilizar con inteligencia las piesas que tenía para esa guerra. Si quería poder salvar a aquellos que amaba, eso era lo unico que podía hacer por ahora.
- Decidiré el asunto del patriarca una vez haya meditado un poco más en el tema... se ... se pueden retirar. - Dijo sonrojando. No quería sonar altanera.
- Estas son mis peticiones para ustedes... - Dijo Sophia intentando elegir con cuidado sus palabras. No quiso decir ordenes, pues sabía lo mal que sonaría aquello para ellos tres. - Gelum quedó en la casa de acuario, por favor, Kardia, ve por el y dile que deseo verlo en el templo de Atena. Despues de eso, tu deber será el de vigilar los alrededores del Santuario esta noche junto con alguno de los caballeros o amazonas del Santuario, confio en que puedas formar un grupo de vigilancia... si las cosas siguen como estan, temo que alguien ataque por esos lados antes de venir a los doce templos y debe ser nuestra prioridad numero uno proteger Rodorio para que episodios como el que desarrolló Zeus no vuelvan a repetirse. - Bajó el rostro algo apenada, imaginando el resultado de la batalla entre Solomon y Mauritius. Miró a Aspros con nostalgia, despues de todo, Mauritius era su hermano. - Arone, ¿Podrías seguir vigilando el primer templo? Estoy segura de que hay muchos chicos que estan comenzando su entrenamiento para convertirse en caballeros, me gustaría mucho que los ayudases en tus tiempos libres. Es menester que reunamos toda la fuerza posible y nos preparemos para la batalla con todos los recursos que tenemos. - Le sonrió a Arone, confiaba en que él podría realizar aquello sin mayores dificultades. - Y... Aspros... No tengo idea de que esta ocurriendo en el mundo, me imagino que las cosas ya estan comenzando a moverse. Busca un caballero dorado más y comiencen a juntar información. Todo lo que podamos saber de nuestro enemigo será esencial de ahora en adelante. Y... Y si tienes tiempo... por...porfavor averigua... uhm... que sucedió con Fye. Mi viaje a este lugar se debió a él...
Habiendo dicho esto, Sophia hizo una leve reverencia. Sabía que estaba pidiendo mucho, pero era importante para ella saber utilizar con inteligencia las piesas que tenía para esa guerra. Si quería poder salvar a aquellos que amaba, eso era lo unico que podía hacer por ahora.
- Decidiré el asunto del patriarca una vez haya meditado un poco más en el tema... se ... se pueden retirar. - Dijo sonrojando. No quería sonar altanera.
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Re: Salón Principal
Después de un intercambio particular de palabras Sophia finalmente daba sus indicaciones para ellos tres, desatando así la conclusión de una reunión que en otras circunstancias hubiera durado más. Realmente no importaba ya que de todas maneras lo importante había sido dicho, además del hecho de que las indicaciones de Sophia no eran otras más que la mismísima tarea de la cual se había encargado desde el momento en que hubiera reclamado el ropaje de Géminis.
Entendido. Dijo el romano con calma y los brazos cruzados para así moverse en pos de las puertas del enorme salón, con la expresa intención de salir de allí y continuar con sus deberes. Ya no había nada que agregar y solo quedaba actuar. Si iba a continuar con lo suyo entonces solo quedaba un destino que visitar antes de ponerse a ello.
Una vez afuera notó como la hora corriendo era la anterior al alba. Sí, no quedaba demasiado para que amaneciera y otro día diera inicio luego de uno que se le había antojado demasiado accidentado y totalmente alejado de sus expectativas personales. Dando un paso adelante inició con el descenso lento hasta el Templo de los Peces Gemelos y de ahí en adelante todos los demás. El momento de visitar un viejo y conocido lugar por fin se daba... el momento de retornar a Kanon era ese. Algo le decía que encontraría lo necesario en ese sitio y si hasta esos segundos el instinto no le había fallado, entonces no desconfiaría. Una vez llegara a Rodorio usaría su Otra Dimensión para dar el paso decisivo y aparecer en la Isla de la que sentía, se había separado por años.
Entendido. Dijo el romano con calma y los brazos cruzados para así moverse en pos de las puertas del enorme salón, con la expresa intención de salir de allí y continuar con sus deberes. Ya no había nada que agregar y solo quedaba actuar. Si iba a continuar con lo suyo entonces solo quedaba un destino que visitar antes de ponerse a ello.
Una vez afuera notó como la hora corriendo era la anterior al alba. Sí, no quedaba demasiado para que amaneciera y otro día diera inicio luego de uno que se le había antojado demasiado accidentado y totalmente alejado de sus expectativas personales. Dando un paso adelante inició con el descenso lento hasta el Templo de los Peces Gemelos y de ahí en adelante todos los demás. El momento de visitar un viejo y conocido lugar por fin se daba... el momento de retornar a Kanon era ese. Algo le decía que encontraría lo necesario en ese sitio y si hasta esos segundos el instinto no le había fallado, entonces no desconfiaría. Una vez llegara a Rodorio usaría su Otra Dimensión para dar el paso decisivo y aparecer en la Isla de la que sentía, se había separado por años.
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Re: Salón Principal
Mantenía cerrados los ojos mientras esperaba órdenes o las próximas acciones de los que se encontraban presentes en el salón del patriarca, mismo que aun no había sido elegido por la joven Sophia. Comencé a escuchar las próximas palabras de la joven pidiéndole a cada uno una tarea en especial, Kardia se encargaría de vigilar los alrededores junto con otro caballero para evitar alguna sorpresa que no fuese grata.
Claro, por mi no hay ningún problema. Musite tranquilamente ya que la mayor parte del tiempo no tenia nada que hacer, nadie a parte de los caballeros había pisado el templo del carnero y francamente seria mas productivo el ayudar a los demás prospectos a caballeros en su entrenamiento para obtener su armadura o simplemente dándoles una mano para que aquellos que ya poseían su manto sagrado se volvieran mas fuertes.
Di la media vuelta para dirigirme a la entrada de aquel inmenso templo y con ello empezar a bajar por las… largas escaleras que unían a los templos. Al salir me di cuenta de que el amanecer se encontraba cerca, al parecer el tiempo había transcurrido con gran rapidez la noche anterior. El sendero que guiaba hacia la casa de piscis se encontraba cubierto por lo que parecían ser pequeños vestigios de hermosas flores, mas específicamente rosas. Pero algo en mi interior me decía que seria un tanto peligroso tocar lo que quedaba de esas flores…
Claro, por mi no hay ningún problema. Musite tranquilamente ya que la mayor parte del tiempo no tenia nada que hacer, nadie a parte de los caballeros había pisado el templo del carnero y francamente seria mas productivo el ayudar a los demás prospectos a caballeros en su entrenamiento para obtener su armadura o simplemente dándoles una mano para que aquellos que ya poseían su manto sagrado se volvieran mas fuertes.
Di la media vuelta para dirigirme a la entrada de aquel inmenso templo y con ello empezar a bajar por las… largas escaleras que unían a los templos. Al salir me di cuenta de que el amanecer se encontraba cerca, al parecer el tiempo había transcurrido con gran rapidez la noche anterior. El sendero que guiaba hacia la casa de piscis se encontraba cubierto por lo que parecían ser pequeños vestigios de hermosas flores, mas específicamente rosas. Pero algo en mi interior me decía que seria un tanto peligroso tocar lo que quedaba de esas flores…
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Re: Salón Principal
Sophia ya había dado las indicaciones a los presentes de lo que se debía hacer; todo estaba dicho y lo único que quedaba era actuar de acuerdo a lo pedido. A Kardia no le gustó mucho la idea de tener que ir hasta acuario y buscar a Gelum, alguien a quien el romano no conoía del todo pero si Sophia, la reencarnación de Athena lo pedía, había que hacerlo, después de todo, ella era la máxima autoridad en el Santuario.
El escorpiano sólo supiro ligeramente cerrando los ojos por unos segundos, para asentir diciendo:
De acuerdo, iré por él.
Pero no era lo único, después debía recorrer el Santuario en busca de Santos últiles que no se durmieran a la hora de patrullar los alrededores. Esa idea le agradó bastante aunque no creía que fuese a tener que pelear en un buen tiempo... al menos iba a estar ocupado bastante rato.
Abriendo los ojos nuevamente se dio media vuelta y avanzó detrás de los otros dos, saliendo del gran salón del Patriarca.
El escorpiano sólo supiro ligeramente cerrando los ojos por unos segundos, para asentir diciendo:
De acuerdo, iré por él.
Pero no era lo único, después debía recorrer el Santuario en busca de Santos últiles que no se durmieran a la hora de patrullar los alrededores. Esa idea le agradó bastante aunque no creía que fuese a tener que pelear en un buen tiempo... al menos iba a estar ocupado bastante rato.
Abriendo los ojos nuevamente se dio media vuelta y avanzó detrás de los otros dos, saliendo del gran salón del Patriarca.
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Re: Salón Principal
Las escaleras eran muchas, pero el cansancio en ese momento no me afectaban porque estaba acostumbrado a recorrer grandes distancias y sobre todo porque las ansias de conocer a la reencarnación de la diosa de la sabiduría podían mas que cualquier limitación física. Sentia cada vez mas cerca el cosmos de la diosa, lo sentía casi al lado mio, llegue hasta la sala del patriarca al fin, entre rápidamente y una vez dentro quede maravillado.
Esperaba algo mejor, para ser el salón del patriarca… Pero pensándolo bien, hacia bastante tiempo que no se había usado por lo que era normal que todo estuviera en un estado tan lamentable que realmente apenara el verlo. ¿Habria forma de reconstruir ese templo?, o al menos de reparar el daño que tenia… No lo sabia ni me importaba, no tenia en mente la idea de ser patriarca y aquel que ocupara ese puesto debería de lidiar con las preocupaciones de su templo.
Dentro de ese sombrio panorama, una luz de paz y amor radiante destacaba, la silueta de una pequeña mujer, vestida de blanco y con cabellos morados llamo mi atención… ¿Era ella?...
La defensora del mundo, aquella que equilibraría la balanza contra Hades en la lucha por el bien y el mal, la diosa de la sabiduría y la guerra no violenta, Athena… la protectora del santuario… ¿Habia reencarnado en esa mujer?... El aura que emanaba era la respuesta a mi pregunta, su amabilidad palpable en el cosmos que poseía y sobre todo, la hermosura característica de todas las reencarnaciones de Athena, era la chica que había visto antes en Roma…
-Athena…
Dije mientras que caminaba hacia donde estaba, mis ojos eran testigos de la mujer mas pura y bella que había visto antes, mientras que mi alma se sentía en paz por el solo hecho de estar en la misma habitación que ella.
-Disculpe si he llegado tarde o si esta molesta conmigo, pero no me encontraba en el santuario para gozar de su presencia y regreso….-Murmure acercándome aun mas, mientras que mis cabellos se movían ligeramente. Llegue hasta su lado e hice una pequeña reverencia, me agache para tomar su mano y besarla en modo de respeto y honra- Soy Leonard, el caballero de Virgo. A su servicio…
Esperaba algo mejor, para ser el salón del patriarca… Pero pensándolo bien, hacia bastante tiempo que no se había usado por lo que era normal que todo estuviera en un estado tan lamentable que realmente apenara el verlo. ¿Habria forma de reconstruir ese templo?, o al menos de reparar el daño que tenia… No lo sabia ni me importaba, no tenia en mente la idea de ser patriarca y aquel que ocupara ese puesto debería de lidiar con las preocupaciones de su templo.
Dentro de ese sombrio panorama, una luz de paz y amor radiante destacaba, la silueta de una pequeña mujer, vestida de blanco y con cabellos morados llamo mi atención… ¿Era ella?...
La defensora del mundo, aquella que equilibraría la balanza contra Hades en la lucha por el bien y el mal, la diosa de la sabiduría y la guerra no violenta, Athena… la protectora del santuario… ¿Habia reencarnado en esa mujer?... El aura que emanaba era la respuesta a mi pregunta, su amabilidad palpable en el cosmos que poseía y sobre todo, la hermosura característica de todas las reencarnaciones de Athena, era la chica que había visto antes en Roma…
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Re: Salón Principal
De alguna u otro manera me habia perdido un poco entre la casa de Piscis y la que seguia. Pense que ella deberia estar en el recinto de Atena. Pero cual fue mi sorpresa que podia sentir su presencia muy cerca. Un lugar un poco abanadonado, donde parecia que no albergado ningun alma por mucho tiempo. Habia caminado una corta distancia desde lo que era mi recinto hasta ahi. Ahora simplemente subia las ultimas escalinatas para llegar a ese recinto. No conocia ni donde estaba ni lo que seria ese lugar. Solamente me dejaba llevar por mis propios instintos.
Segui avanazando por dentro de ese lugar, hasta llegar a divisar entre las sombras, dos entes, aun no sabia de quien se trataba, pero a cada paso que me acercaba, se iba disipando la oscuridad. Y ahi, enfrente de mi aparecio mi hermana, custiodado por algun otro caballero que le tomaba la mano para darle un beso. Escuche ligeramente como musitaba su nombre. Leonard de virgo. Un dorado mas. Se habian reunido ya las fuerzas que defenderian este santuario, asi estaba ya predestinado.
Me quede parado a unos metros de ellos dos. No sabia como deberia de actuar ante vista de terceros. El aun no sabia quien era yo, y asi deberia quedar. Al menos eso pensaba. Camine un paso mas, para arrodillarme delante de ella. Se me hacia lo mas justo para esa ocasion. Baje ligeramente la mirada hacia el suelo, como haciendo una reverencia, y solamente podia anunciar mi llegada.
Atena... Como bien se lo a pedido al caballero de escorpio, estoy aqui ante su presencia. ¿Digame que desea?. Le hablaba como si se tratara de otra persona, porque no queria que se sintiera hostigada. Al fin y al cabo ella ya tenia suficientes responsabilidades con los demas.
Segui avanazando por dentro de ese lugar, hasta llegar a divisar entre las sombras, dos entes, aun no sabia de quien se trataba, pero a cada paso que me acercaba, se iba disipando la oscuridad. Y ahi, enfrente de mi aparecio mi hermana, custiodado por algun otro caballero que le tomaba la mano para darle un beso. Escuche ligeramente como musitaba su nombre. Leonard de virgo. Un dorado mas. Se habian reunido ya las fuerzas que defenderian este santuario, asi estaba ya predestinado.
Me quede parado a unos metros de ellos dos. No sabia como deberia de actuar ante vista de terceros. El aun no sabia quien era yo, y asi deberia quedar. Al menos eso pensaba. Camine un paso mas, para arrodillarme delante de ella. Se me hacia lo mas justo para esa ocasion. Baje ligeramente la mirada hacia el suelo, como haciendo una reverencia, y solamente podia anunciar mi llegada.
Atena... Como bien se lo a pedido al caballero de escorpio, estoy aqui ante su presencia. ¿Digame que desea?. Le hablaba como si se tratara de otra persona, porque no queria que se sintiera hostigada. Al fin y al cabo ella ya tenia suficientes responsabilidades con los demas.
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Re: Salón Principal
El silencio en que se había quedado el salón ruinoso fue interrumpido por el eco metálico de pasos contra el mármol. Sophia miró en dirección a la puerta de entrada y se percató de la presencia de uno más de los caballeros que protegían los templos zodiacales. El individuo se presentó como Leonard de Virgo pidiendo las excusas pertinentes por no haberse encontrado en el santuario. Sophia le sonrió con algo de vergüenza, sin estar realmente acostumbrada a tratar con hombres si no estaba en presencia de un criado, de Fye o incluso de Gelum. Al ser una chica nacida en una familia tradicional romana, que se paseara sola no era aceptable. Realmente, aparte de Vergilius quien era su primo, no se veía a solas con nadie. Por lo mismo el beso en la mano la tomó desprevenida y su rostro se ruborizó.
- Eso… eso no es necesario. – Dijo con timidez retirando lentamente su mano sin saber que decir. – Es un gusto conocerte Leonard. No tengo motivos para estar molesta contigo, de hecho me alegra que pudieras volver ahora que las cosas toman forman y los aires de guerra son tan inminentes.
No le gustaba realmente pensar en ello pero negarlo para esa altura resultaba fútil. Las fuerzas que gobernaban ese mundo se estaban desplegando, las piezas de los dioses estaban siendo decididas y ella se encontraba en medio de todo aquello intentando evitar una guerra. Realmente no quería ver a ninguno de esos hombres luchando y la idea de que fueran heridos o que sus cuerpos se lastimaran por defender los ideales que compartían la preocupaba profundamente.
- No se qué puedo decirte aparte de las funciones que todos han tomado ahora que las cosas están encaminándose de esta forma. Aspros ha ido en búsqueda de información, Arone se encargará de custodiar el primer templo y Kardia los alrededores de Rodorio. Puedes unirte a Kardia o quedarte en el Santuario, Leonard. Aunque… - Aspros le había dado alguna información sobre una amazona que compartía el signo de Virgo. – Hay una amazona de Virgo con la cual quizás deberías hablar, su nombre es Jezzara. No puedo decirte más que eso. Me gustaría mucho conocerla también.
De pronto, se escucharon más pasos dentro del salón. Sophia movió lentamente el rostro en dirección al sonido y vio que se trataba de Gelum esta vez. Su hermano menor se veía un tanto confundido, y de una forma extraña Sophia pudo sentir lo que estaba pasando por su pecho, esa duda sobre si tratarla como una extraña, como su superior, o simplemente como lo había hecho toda su vida.
Sorprendió bastante a la joven que decidiera finalmente dirigirse a ella con suma formalidad, si había compartido con alguien toda la vida era con Gelum, por lo cual que la tratara de esa forma la entristeció de una forma invisible que no se expresó en su rostro.
-Gelum… emm… - Sophia llevó el dedo índice a su mentón con un poco de vergüenza. – No sé nada sobre todo esto… no sé cómo utilizar los poderes que vi en Solomon y Zeus. Necesito que me enseñes a utilizarlos. Tú debes saberlo, eres un caballero dorado y… y recuerdo que podías congelar las cosas sin explicación. Debe haber una manera de controlarlo, ¿No? - Sophia respiró profundamente, sabiendo que tal vez encontraria una negativa en Gelum, pues que le enseñara a utilizar sus poderes significaba tambien, directamente, que tenía una gran posibilidad de ser herida por ello. Una diosa que sabe utilizar su cosmo era mas peligrosa que una niña que no sabía que hacer. - Necesito que me entrenes.
- Eso… eso no es necesario. – Dijo con timidez retirando lentamente su mano sin saber que decir. – Es un gusto conocerte Leonard. No tengo motivos para estar molesta contigo, de hecho me alegra que pudieras volver ahora que las cosas toman forman y los aires de guerra son tan inminentes.
No le gustaba realmente pensar en ello pero negarlo para esa altura resultaba fútil. Las fuerzas que gobernaban ese mundo se estaban desplegando, las piezas de los dioses estaban siendo decididas y ella se encontraba en medio de todo aquello intentando evitar una guerra. Realmente no quería ver a ninguno de esos hombres luchando y la idea de que fueran heridos o que sus cuerpos se lastimaran por defender los ideales que compartían la preocupaba profundamente.
- No se qué puedo decirte aparte de las funciones que todos han tomado ahora que las cosas están encaminándose de esta forma. Aspros ha ido en búsqueda de información, Arone se encargará de custodiar el primer templo y Kardia los alrededores de Rodorio. Puedes unirte a Kardia o quedarte en el Santuario, Leonard. Aunque… - Aspros le había dado alguna información sobre una amazona que compartía el signo de Virgo. – Hay una amazona de Virgo con la cual quizás deberías hablar, su nombre es Jezzara. No puedo decirte más que eso. Me gustaría mucho conocerla también.
De pronto, se escucharon más pasos dentro del salón. Sophia movió lentamente el rostro en dirección al sonido y vio que se trataba de Gelum esta vez. Su hermano menor se veía un tanto confundido, y de una forma extraña Sophia pudo sentir lo que estaba pasando por su pecho, esa duda sobre si tratarla como una extraña, como su superior, o simplemente como lo había hecho toda su vida.
Sorprendió bastante a la joven que decidiera finalmente dirigirse a ella con suma formalidad, si había compartido con alguien toda la vida era con Gelum, por lo cual que la tratara de esa forma la entristeció de una forma invisible que no se expresó en su rostro.
-Gelum… emm… - Sophia llevó el dedo índice a su mentón con un poco de vergüenza. – No sé nada sobre todo esto… no sé cómo utilizar los poderes que vi en Solomon y Zeus. Necesito que me enseñes a utilizarlos. Tú debes saberlo, eres un caballero dorado y… y recuerdo que podías congelar las cosas sin explicación. Debe haber una manera de controlarlo, ¿No? - Sophia respiró profundamente, sabiendo que tal vez encontraria una negativa en Gelum, pues que le enseñara a utilizar sus poderes significaba tambien, directamente, que tenía una gran posibilidad de ser herida por ello. Una diosa que sabe utilizar su cosmo era mas peligrosa que una niña que no sabía que hacer. - Necesito que me entrenes.
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Re: Salón Principal
La respuesta de mi hermana me había tomado por sorpresa. No podía creer que ella estuviera pidiéndome ese favor. Aunque yo solo era un caballero más, quizás ella debería de ser entrenada por una persona más especializada y fuerte. Pero si buscaba eso, solo podría causarle un dolor extra. Además de que yo era la única persona en que ella confiaba. No podía negarle eso a mi hermana. Ya repentinamente le había hablado con formalidad, y eso podría cambiar drásticamente en nuestra relación de hermanos.
Me levante ligeramente, mi cabeza aun estaba cabizbaja, mirando simplemente el suelo. Mientras, camine lentamente hacia donde ella estaba sentada. No podía decir mucho ya que había aun una persona de más en ese lugar. Así que sin decir mas, lentamente fui levantado mi mirada, siempre mirándola fijamente a los ojos, como tenia que ser, y sin mas solo pude decir…
Atena, estaré complacido de ser yo quien te entrene, pero no creo que este lugar sea el adecuado para poder entrenar, mas bien, podríamos hacer un destrozo en este lugar si nos quedamos aquí, puesto que aun no sé que tan fuerte es su poder… Y sin decir nada mas, solo atine a tomarle la mano derecha, tenia que disculparme el otro caballero por llevármela asi, pero ella ya habia dado sus ordenes.
Si me acompaña afuera, por estos lares es mas probable que encontremos un buen lugar, aislado de todo esto… y comence a caminar lentamente, esperando que con eso ella se levantara y asi pudieramos emprender nuestra reunion... Ademas, quisiera tratarle unos asuntos en privado... Y al decir eso, una pequeña muesca se dibujo en mi rostro, como en tantas ocaciones cuando nos reuniamos los dos hermanos, los dos complices.
Me levante ligeramente, mi cabeza aun estaba cabizbaja, mirando simplemente el suelo. Mientras, camine lentamente hacia donde ella estaba sentada. No podía decir mucho ya que había aun una persona de más en ese lugar. Así que sin decir mas, lentamente fui levantado mi mirada, siempre mirándola fijamente a los ojos, como tenia que ser, y sin mas solo pude decir…
Atena, estaré complacido de ser yo quien te entrene, pero no creo que este lugar sea el adecuado para poder entrenar, mas bien, podríamos hacer un destrozo en este lugar si nos quedamos aquí, puesto que aun no sé que tan fuerte es su poder… Y sin decir nada mas, solo atine a tomarle la mano derecha, tenia que disculparme el otro caballero por llevármela asi, pero ella ya habia dado sus ordenes.
Si me acompaña afuera, por estos lares es mas probable que encontremos un buen lugar, aislado de todo esto… y comence a caminar lentamente, esperando que con eso ella se levantara y asi pudieramos emprender nuestra reunion... Ademas, quisiera tratarle unos asuntos en privado... Y al decir eso, una pequeña muesca se dibujo en mi rostro, como en tantas ocaciones cuando nos reuniamos los dos hermanos, los dos complices.
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Re: Salón Principal
Sophia se sintió un poco sorprendida de la forma en que Gelum le tomaba la mano y la guiaba hacia el exterior de lo que parecía ser el templo del patriarca. Le sonrió nerviosa al caballero de virgo y siguió a Gelum por los pasillos de este lugar.
La duda aun estaba en su mente sobre lo que debía hacer, la forma en que tenía que volverse lo suficientemente fuerte para enfrentarse a entidades tan poderosas como las que había visto luchando en el Olimpo.
- Gracias... hermano... - Susurró Sophia siguiendolo con pasos ligeros hacia el exterior.
No tenía claridad sobre cuanto tiempo se demoraría en poder fortalecerse, ni si quiera estaba tan segura de que podría lograrlo. Lo unico que sabia con certeza era que era algo que debia hacerse y no iba a mirar hacia atras ahora. Había demasiado en juego para ello.
La duda aun estaba en su mente sobre lo que debía hacer, la forma en que tenía que volverse lo suficientemente fuerte para enfrentarse a entidades tan poderosas como las que había visto luchando en el Olimpo.
- Gracias... hermano... - Susurró Sophia siguiendolo con pasos ligeros hacia el exterior.
No tenía claridad sobre cuanto tiempo se demoraría en poder fortalecerse, ni si quiera estaba tan segura de que podría lograrlo. Lo unico que sabia con certeza era que era algo que debia hacerse y no iba a mirar hacia atras ahora. Había demasiado en juego para ello.
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