Esperando en la entrada al Senado.

por Maximo Vie Jul 30, 2010 6:41 pm

El senado es una asamblea compuesta por miembros especialmente elegidos, de los cuales mi difunto padre perteneció y donde ahora estoy como un Senador junto a otros de la minoría romana.
Estaba en ese lugar como cada día de mi vida desde el momento que mi padre había fallecido, era como mi hogar aunque mas que nada era el lugar donde llevaba a cabo la mayoría de mi plan de venganza ante el “gran” Emperador. Ya parte del propósito estaba hecho, muerte y reemplazo sin contar el miedo generado en el senado para sacar mayor provecho. Amaba en verdad cuando las cosas salen como a uno se le ocurren.
Esperaba a alguien conocido, hermanas o la mujer que había usado como herramienta para asesinar y usurpar el lugar de mujer del emperador, Diva. Me había quedado recostado contra una de las columnas de la entrada al senado, con la mirada perdida en el cielo, pensativo. Cerrando los ojos y suspirando por dentro, sin dejar notar las emociones que pasaban por mi interior.

“Llega ya… debemos hablar antes del desfile”

Mi mente hablaba sola, esperaba más que nada la llegada de Diva para arreglar algunas cosas antes de seguir con la vida cotidiana. Mas que ahora el desfile de llegada de Vergilius, que regresaba de tierras del norte, era lo que seguía en la agenda de todos los romanos.
Volví a abrir mis ojos ahora mirando por sobre mi hombro izquierdo, intentando divisar alguna silueta que llegase al lugar, pasaban los soldados de resguardo que justo estaban en proceso de cambio de guardia, algunos senadores que pasaban caminando por allí y algún que otro civil mendigando o sirviendo a algún noble que por esos lugares estuviera.
Pese a todos los que pasaban no estuvieran los que yo buscaba, deje mi vista clavada en ese lugar sabiendo que llegaría Diva con mis hermanas a su lado.

-Llega ya…

por Diva Sáb Jul 31, 2010 1:54 am

El palacio se encontraba en completo revuelo, la llegada de Vergilius era motivo de celebración para todo el Imperio, bueno eso me tenía sin cuidado, dado que mi hijastro y yo nuestra relación se remite a lo más básico claro sin perderse en ningún momento el respeto. Todo ese agite solo alteraba mi estado de humor, aunque estaba un poco preocupada el cielo de aquella mañana y que continuaba igual, esa sensación de que algo impactaría sobre el Imperio no me la sacaban del pecho y mucho menos de la razón.

Los sirvientes estaban entretenidos, pero debía ir al Senado, este sería el único lugar donde encontraría a Maximo.

- Tú!!!, alista mi carruaje....

Le dije a uno de los guardias que se encontraban escoltando la entrada al Palacio. Mientras disponían un coche para transportarme junto con mis acompañantes, Dimitri traía por iniciativa propia, la capa púrpura que siempre usaba para salir del Palacio, la puso y la acomodo perfectamente sobre mis hombros y justo en el momento en que el carruaje real dispuesto para el traslado de la Emperatriz se detuvo en la puerta, llevé mis manos hacia la altura de mi cuello y tomando la suave capucha de la capa la levanté y la acomodé en mi cabeza.

Dos grandes sujetos a ambos lados de la puerta de ingresa al carruaje, el conductor listo, con las riendas de los caballos en alto, esperado mi mandato:

- Al Senado!

Zuaz, Zuaz, fue lo que se escuchó del cuero de las correas impactar sobre las carnes de los caballos y a buena velocidad dejamos el Palacio para ir al centro de Roma

...........

El trayecto del viaje fue bastante tranquilo, ninguno de mis acompañantes musito palabra, Dimitri parecia entusiasmado hacia un buen tiempo que no saliamos del Palacio por lo que parecía un chiquillo admirando todo, así lo hubiese visto centenar de veces, con destellos y asombro en sus ojos.

Retiré el pedacito de tela que cubría la ventana y dirigí mi mirada de nuevo al cielo: - Oh Dioses cuál es el mensaje que quieren transmitir.... fue lo que pensé mientras nos acercabamos a nuestro lugar de destino.

Finalmente llegamos, los mismos dos hombres abrían la puerta, las mellizas descendieron primero, luego Dimitri, éste ubicandosea mi izquierda para darme la mano para hacer mi descenso, un par de trompetas sonaron, y un guardia al ver de quien se trataba corrió apresurado gritando: - La Emperatriz!!!!.... La Emperatriz!!!!!..... La Emperatriz ha llegado!!!!!

Mientras las trompetas volvían a sonar, sin esperar mucho, y a paso apresurado entré al recinto, no me había percatado de la presencia de un hombre en la entrada al Senado, un sujeto de cabellos blancos y de gran porte, recostado sobre la una de las columnas como si estuviese esperando a alguien, apresuré el paso para encontrarme frente a él:

- Maximo!... no me digas que me estaba esperando ..... Senador?

Cierto sarcasmo se notaban en mis palabras, me acerqué a él, mi hombro tocando el suyo, con la mirada en frente y la voz fria:

- Qué hace el mayor manipulador de Roma, ahí.....parado

Dí unos pasos adelante, alejandome de él, sin sacarme la capucha y con mi rostro oculto entre las sombras que generaba éste, el tono de mi voz cambio por completo ahora mostrando indiferencia y desinterés:

- Qué tiene pensado el Senado para el regreso de los hijos de Roma?

Acomodando mis ropajes dado que en ese preciso instante una fuerte brisa se produjo en ese lugar.

por Mauritius Sáb Jul 31, 2010 5:05 am

Un carruaje, tirado por dos corceles blancos, llegaba detrás del de Diva. Se escuchó el pequeño grito del hombre que tenía las riendas para calmar a los caballos, mientras estos soltaban un pequeño relinche y se detenían lentamente. De aquí, desde las sombras de mi carruaje podía, sin mover las pequeñas telas de las ventanas, debido a la iluminación del Sol podía ver todo. Allí estaban dos, y me senté normalmente, para quedarme en mi carruaje unos instantes. Pensativo, mientras observaba mi anillo, aquel que me había dado como parte de la herencia, mi rostro demostraba un pequeño resentimiento… pero estaba pensando un par de cosas. Mis ojos se abrían de par en par.

Toqué dos veces la puerta del carruaje desde adentro, para que supieran que era tiempo de abrirla. Ésta fue abierta y descendí del carro. Observé al cochero, que firme me observaba, pero sin un gramo de irrespetuosidad, le hice seña con mi cabeza, para que se retirara, mientras que éste cerraba la puerta del carruaje y al instante se subía al coche, para arrancar. El galope de los caballos se hacía sentir y me acomodé la ropa, para caminar hacia la entrada del Senado. Diva… la había visto desde el carro pero no estaba en mis planes.

Con mis ojos entrecerrados observaba todo su cuerpo, de reojo. Buscando una debilidad pronto, antes de que se diese vuelta o que su acompañante me viese. Mas bien pasé por al lado de ellos, posándome hacia un lado de todos, sin hablar absolutamente con nadie. La multitud estaba loca, esperando ansiosamente a los hijos del Emperador. Pobres… vivir de la gloria de otros, pero bueno, supongo que eso hacía un pueblo, aunque estaba seguro que algunos ni siquiera sabían porque estaban allí… solo seguían a la multitud y se movían en masa como estúpidas hormigas. Me quedé esperando ahí, de pie, a la llegada de los conquistadores y a la vez hijos del Emperador, debería estar orgulloso el Emperador; criar a dos jóvenes y que estos se convirtieran en lo que eran… 'guerreros con clase alta.' Principes jugando a ser Gladiadores, que nefasto.

por Nicole Sáb Jul 31, 2010 3:22 pm

Al no encontrar ala señora Diva en el palacio, ni en el jardín, escuche que se dirigía al senado así que rápidamente tome mis mejores ropas y me vestí rápidamente para poder alcanzarlos antes de subir al carruaje, el viaje fue realmente muy callado Dimitri parecía un niño en una feria muy emocionado era realmente lindo ver su expresión tanto que gire mi cabeza para observarlo y darle una enorme sonrisa, pero parece que mi sonrisa solo era una mascara ya que mi hermana Nia realmente me aterrorizaba realmente parecía no tener sentimientos algunos ya que hasta sentí la necesidad de tomarla de la mano y sonreírle pero ella era muy fría y no quería que mi corazón sufriera por un rechazo. Al parecer habíamos llegado ya que la muchedumbre de roma se lograba escuchar ver ala emperatriz diva llegar les emocionaba mucho, las trompetas se escucharon y un joven mozo me dio su mano para que bajara con cuidado se lo agradecí con una sonrisa, así que espere a un lado del carruaje para que la señora Diva bajara pero me percate que mi hermano se encontraba hay, sentí unas ganas enormes de abrazarlo y besarlo pero al igual que Nia me trataban con desprecio, quizás desde la muerte de nuestro padre ellos cambiaron a ser duros y fríos totalmente, la señora Diva bajo del carruaje y se acerco con gran rapidez hacia mi hermano y observe que se susurraban algo, realmente no alcance a escuchar nada pero me dieron unos enormes celos ya que parece que mi hermano si acepta a Diva así que exhale por la boca hacia mi copete

- Muy bien vamos-

Dije mientras me dirigiría hacia donde se encontraba diva

por Nia Sáb Jul 31, 2010 4:07 pm

Despues de salir de los jardines de palacio los tres nos dirigimos casi de inmediato hacia el exterior del palacio real en donde Diva apenas divisar a uno de los soldados pidio que se le preparara el carruaje casi de inmediato. Obviamente el carruaje estuvo listo en pocos minutos debido a que sino lo tenian antes podian comenzar a hacer sus plegarias ante el mayor de los dioses debido a la muerte que podia llegarles en cualquier instante. En el instante en que entre en el carruaje junto con Diva y Dimitre vi como la persona que mas me irritaba en este mundo ademas de mi hermano aparecia entrando rapidamente al carruaje para evitar el no quedarse atras cosa por la cual emiti un gruñido que no fue escuchado por suerte por nadie. Mientras el viaje se hacia vi a Dimitre comportarse como niño pequeño ante la idea de salir del palacio y a mi melliza sonriendole a lo cual no pude evitar el mostrar una mueca de asco ante lo que veian mis ojos, mas el viaje no duro demasiado llegando a nuestro destino en el cual nos recibieron con trompetas y todo un comite de bienvenida debido a que la emperatriz hacia acto de presencia en el lugar. Fue en ese mismo instante en que lo vi ahi parado fingiendo agrado ante la llegada de la emperatriz mas aun asi sabiendo que todo era una fachada, vi que se susurraban algo al oido mas no les preste atencion alguna.

- espero que esto termine pronto...suficiente tengo con tener que soportar la presencia de la idiota que tengo al lado como para soportar a otro idiota en potencia... -murmura mientras veia a la emperatriz hablando con su hermano al cual solo ve con odio antes de volver a desviar la mirada esperando ver lo que harian ahora que estaban en el senado-

por Maximo Sáb Jul 31, 2010 7:13 pm

Las trompetas sonaron a la par de los gritos desaforados de la muchedumbre que había en la entrada al Senado. Todos idiotizados por la “Emperatriz”.

-Bola de idiotas ilusos… creen en su emperatriz.

Murmuraba por lo bajo, con cara de repugnancia veía a todos especialmente como la adulaban al momento de que la mujerzuela bajaba del carruaje. Detrás de ella, pegado diría yo, apareció otro Senador, Mauritius. Este estaba callado así que ninguna importancia le di al momento que se quedaba parado cerca de nosotros.

Junto a Diva estaban Nia y Nicole, como se los había pedido aquella vez de que se quedaran a su lado siempre. Ambas muy distintas, una mas fría como yo y la otra mas tierna y melosa; a ambas las trataba mal, siempre había sido demasiado duro con ellas y no iba a ser el día en que cambiara eso. Me acerque a ellas y solo acaricie el cabello de Nicole un momento para dirigirme hacia la señorita emperatriz.

-Sabes que tus ironías y sarcasmos no sirven de nada, aparte si te he esperado… hay cosas que arreglar antes de que lleguen los hijos del emperador y lo sabes mejor que nadie.

“Bastante ilusa resulto ser esta mujer, ella es la mayor manipulada en estos momentos… si no fuese tan débil mentalmente por su situación en su Egipto natal habría sido verdaderamente difícil haber logrado llevarla a ser mi chivo expiatorio, mi objeto para llevar a cabo mis planes”

Hablaba una cosa, pensaba otra como lo hacia siempre… igual que aquella vez que en la cara del Vergilius lloraba la muerte de su madre, aparentando un verdadero sentimiento de pésame.

Lleve mi mirada a todos lados disimuladamente y tome del brazo a Diva para jalarla hacia otra parte, alejándonos de la entrada al Senado. Eran cosas demasiado privadas y sensibles como para andar hablando en público esas cuestiones.

-Mejor ir para otro lado, al menos un poco mas alejado de este lugar tan concurrido, especialmente cuando hay gente de importancia como el senador Mauritius que se le puede escapar alguna palabra de lo que escuche.

Le murmure al oído mientras nos movíamos un poco mas lejos.

por Diva Sáb Jul 31, 2010 8:18 pm

La presión que ejercía sobre mi brazo era tal que me lastimaba, trataba de alejarnos para hablar de algo que por obvias razones no podiamos hacer en un lugar público y más un lugar como era el Senado.

Me detuve, lo detuve en seco, sacando el pequeño látigo que siempre cargaba cuando salía del Palacio, sacando mi brazo libre de la capa, levantándolo en lo alto, expresé:

- Suéltame estúpido!!! Diciendo aquella palabras en voz baja y en tono tajante.

Todo pasaba velozmente, la llegada del Senador Mauritius que de reojo pude identificar, las caras de asombro de Nicole, Dimitri corriendo para ponerse rápidamente a mi lado y yo con los ojos completamente abiertos, enfurecida por los actos de aquel sujeto. En medio de la nada un sonido estrepitoso se produjo, espantando las aves que estaban reposando sobre las estructuras del tejado del edificio del Senado, esuchándose un fuerte - Zuuuuuuuuuuuuuuaz!

Un rápido y ágil movimiento de mi brazo con el látigo, golpeando con fuerza con en su antebrazo haciendo que instintivamente me soltará, en tono colérico pero aún susurrándole dije:

- No te equivoques Máximo!, lo que tengamos que hablar, lo hablaremos en Palacio o en la Villa que gracias a mi TIENES!, aquí sólo he venido a coordinar con los miembros del Senado el recibimiento de los Heroes de Roma

Alejándome de él, mirándolo fijamente a los ojos, expresandole todo el odio y desprecio que sentía por él en ese momento.

Por unos instantes el silencio embargaba aquel pequeño espacio entre los dos, interponiéndose como un muro invisible. En mi mente solo un pensamiento tenía cabida: - Disfrutaré el momento en que te eliminé con mis propias manos.... Máximo!

Ese ser que se mofaba en decir como manejaba a su antojo a todos, incluso a mi, pensando que todos eramos su peones, pero se equivocaba, el uno trabaja para el otro, hasta ahora el sólo conocía una faceta de Diva, no sabía ni se alcanzaba a imaginar a la verdadera y completa arpía y víbora que podía llegar a ser. En ese momento Nicole y Dimitri se ubicaron a mis costados, Nía permanecía en la lejanía pero pude divisar de nuevo una sonrisita de placer, amaba esos actos de sadismo.

- Dimitri, Nía, Nicole ..... vamos, hay un Senado el cual visitar

Di un par de pasos, le dediqué una fuerte mirada, antes de retomar mi camino le dije:

- Senador Máximo, acaso no nos acompaña?

Cierta malicia y tono burlezco se sentía en mis palabras mientras caminaba a adentrarme completamente en aquel edificio.

por Nia Sáb Jul 31, 2010 9:05 pm

Despues de murmurar vi al sonso de mi hermano alli parado y por lo que sus ojos decian era bastante obvia su molestia ante la enorme bienvenida que le daban a Diva mas no dije nada al respecto viendo como este comenzaba a acercarse a nosotros evaluandonos con la mirada mas yo solo lo veia friamente sin mostrar nada mas que el odio y la frialdad que me negaba a dejar. Vi con atencion como acariciaba la cabeza de mi melliza la cual seguramente saltaria de alegria como solia hacer casi todas las veces que el idiota este le daba aunque sea una pequeña muestra de aprecio a lo cual no pude evitar mostrar una mueca de asco ante eso antes de ver como se dignaba a hablar el idiota diciendole algo a Diva antes de mirar hacia los lados y comenzar a llevarsela del brazo de manera brusca, seguramente la queria para planear alguna otra cosa en contra del emperador o alguno de los senadores. Mas grande fue la sorpresa de todos los presentes cuando Diva totalmente enfurecida se soltaba del solo latigazo que le daba al imbecil cosa que me hizo sentirme bastante bien por lo cual no oculte la sonrisa que se asomo en mis labios al ver que al fin alguien castigaba como era debido a quien yo llamara antes hermano. Mi melliza y el esclavo personal de Diva se pusieron a los costados de ella mientras yo preferi permanecer un poco alejada de ellos antes de oir como me llamaba cosa por la cual comence a caminar lentamente hacia donde ella se encontraba desapareciendo la sonrisa de mi rostro.

- como usted ordene emperatriz... -murmura mientras caminaba tranquilamente detras de ella sin hacerle caso a su hermano quien permanecia en esos instante alli parado sin hacer nada mientras se adentraba en el edificio al igual que los demas-

por Nicole Sáb Jul 31, 2010 9:58 pm

Realmente no podía entender el rechazo de mi propia sangre, tratándome como si fuese una impura así que al acercarse máximo para ver a diva acaricio mi cabello era la primera vez desde la muerte de nuestro padre que me demostraba una señal de cariño, era tanto el asombro que no pudo evitar sonrojarse. Muchos pensarían que solo era una caricia de hermanos pero para mi era mucho mas que eso ya que maximo era la persona mas especial para mi, incluso hasta el mas hermoso hombre podía tocarme pero no me sentiría estremecería como lo hizo con su hermano. Rápidamente maximo comenzó a murmurar con diva para mi no era nada fuera de lo normal algo se traían entre manos pero aun así no era asunto mío y tenia que dedicarme solo ala tarea que mi hermano me encomendó "CUIDAR DE DIVA" aunque pareciese una tarea sencilla era un tanto difícil ya que eran reuniones con el cenado entre otras cosas y siempre había que lucir las mejores prendas aunque no las mas hermosas ya que podíamos opacar a diva todo con tal de tener orgulloso a mi hermano, Pero mi hermana como siempre estaba en la orilla sintiendo desprecio alguno por mi o acaso mi hermano realmente me rompe el corazón, así que diva dio la indicación de ir a visitar a el cenado

-Como usted lo ordene -

Así que estuve detrás de ella para seguirla

por Mauritius Lun Ago 02, 2010 3:06 am

Que interesante era la escena que formaban ante mis ojos Máximo y Diva. Hasta tenía escenas de violencias donde ella le golpeaba con el látigo para que le soltara… sin duda ellos estaban tramando algo. Algo que yo no lo sabía, pero sería bueno comentárselo a los hijos del Emperador a futuro, las acciones que estos tenían en el senado. Sí, eso sería interesante… tan interesante que mis labios formaron una sonrisa sin querer.

Mis ojos entrecerrados observaban a la basura, perdón, servidumbre que acompañaba a Diva. Dos chicas, una mas deficiente mental que la otra, que por suerte tenía mal carácter. Lo bueno es que eran fieles, ¿O debería decir que tenían el suficiente intelecto para escuchar a Diva y acatar lo que decía? De seguro que si la orden era lavarle los pies con la lengua, ellas lo harían, por dios, que asco. La gran emperatriz, la arrastrada más grande que podría tener un Imperio, pero inteligente, tenía la suficiente inteligencia para calentar al Emperador y quedarse con prácticamente todo su Imperio, como cambian las vidas de un momento para otro en el momento en que se involucra el sexo.

Observé a Diva entrar al Senado, seguida de sus mascotas. Debía reconocerlo, la malhumorada tenía buenas tetas, al menos eso se era lo que parecía ser a simple vista. Sin importarme una mierda lo que seguía atrás, me propuse escoltar a la gran Emperatriz, para ver que era lo que quería decir en el senado. Sin duda alguna era ‘importante’, perdón si alguno no capta mi idea, pero lo que va entre ‘’ es sarcasmo. Solo para los que leen y no comprenden lo que digo… en fin, fui tras ellas y…

por Maximo Lun Ago 02, 2010 6:30 pm

La emperatriz estaba agresiva, mas que de costumbre, atreviendose a levantar la mano a aquella persona que le dio la oportunidad para quedarse con el trono al lado del emperador. Su latigazo habia dañado mi brazo, dejando una marca roja que en cuestion de segundos dejo salir unas gotas de sangre. Con mi mano izquierda tome la herida, ocultando el daño en la extremidad.
Mi rostro era como el de siempre, serio y frio, algo de mal humor se dejaba mostrar pero no mas del habitual dentro del Senado. Sin dar un si ni un no, ni hablado ni con señas particulares, me aleje del palacio del senado subiendome al carruaje propio.
Puse mi mano detras de mi cuerpo, tocando la lanza corta que habia adquirido del palacio del emperador.

"Deberia matarla, se salva de que la necesito... sino ya habria caido como una mas de a lista... todo porque es parte de la simbiosis, dependo de ella como ella de mi"

Cerre mis ojos mientras caminaba, solte la lanza y levante la mirada. Entre al transporte con la frente en alto, sin cambiar mi gesticulacion facial para nada, resople por lo bajo, rechiste y rebufe pero simplemente ingrese al carruaje para partir de alli, quien sabe a donde se me ocurriria ir.

por Noah Dom Oct 03, 2010 5:37 am

El traslado del senado hacia el palacio había sido con suma diligencia y sin ningún percance a pesar de la gran velocidad con que Noah hacía desplazarse al brioso corcel azabache. El galope del equino se moderaba a una orden de él para transformarlo en un suave trote cuando atravesaba los jardines exteriores del palacio. Eran una composición de hermosos pinos que ladeaban el camino. El aroma se desprendía de forma agradable y unas columnas con ramas creciendo por ellas completaban ese trecho.

Una pequeña guardia pretoriana se cruzaba en su camino en sentido opuesto a su trayecto. A pesar del saludo obligado del oficial al mando Noah no reparó en ello. Siguió de largo hacia la entrada del palacio donde una doncella al parecer estaba situada con las manos enlazadas al frente. La expresión de su rostro lucía preocupada, como si estuviese esperando por algún tiempo la llegada de alguna persona en particular. ¿Sería él general aquella persona a la cual esa doncella esperaba?

- Bienvenido general, estaba aguardando su llegada. - La dulce voz sumisa de la joven era acompañada de una bella sonrisa. Noah se detenía extrañado de que estuvieran esperando por él a las afueras del palacio. Ladeo ligeramente su cabeza analizando las facciones de la chica en señal de algo raro. Luego de un tiempo descendía de su caballo mientras un sirviente aparecía para tomarlo de las riendas y conducirlo posiblemente hacia los establos.

- Así que la emperatriz te ha mandado para que me entreviste con ella. - La chica asintió sin mencionar otro asunto en particular. Extendía su brazo al tiempo que agregaba. - Si me permite conducirlo hasta donde se encuentra podrá entrevistarse con ella. - Noah miró hacia los alrededores, luego fijó la mirada en el rostro de la doncella para comenzar a adentrarse a los interiores del palacio.

- Vayamos entonces a donde la emperatriz se encuentra. - Los dos atravesaron las grandes puertas, el misterio de aquella reunión estaba por esclarecerse. Se conocería entonces lo que Diva estaba tramando en su prodigiosa mente.

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Esperando en la entrada al Senado.

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Re: Esperando en la entrada al Senado.

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