[Alejandría] Pharos

por Selene Miér Oct 13, 2010 10:41 pm

Primer Post de Cuatro para el primer ataque debil.

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Apenas había llegado a Alejandría y al palacio, tomó la carta que había llegado desde Roma, y se encerró en su pieza pidiéndoles a todos que no la molestaran hasta el día siguiente. Se vistió como aquellos judíos del puerto, con pantalones y polera de tela, se puso una capa y descendió ventana abajo intentando huir de todos los cuidados del día. A veces cuando entrenaba de niña vestía así. Necesitaba estar sola para poder leer el pergamino… y sabía que si se quedaba en el palacio eventualmente llegaría algún idiota a interrumpirla, algo que no deseaba para nada ese día después de todo lo que había hablado con Kisame, tenía suficiente idiotez para un mes.

Atravesó Alejandría cubierta, nadie la reconocería vestida así… la verdad incluso habría parecido una persona comun y corriente por no estar adornada con joyas ni portar una peluca que la reconociera como parte de la realeza Egipcia. Cruzó el puerto y camino por la orilla del mar hasta llegar al dique que comunicaba la costa con la isla de Pharos, lugar en donde se alzaba una de las grandes maravillas de esa ciudad… una torre gigantesca de mas de 150 metros de altura. Su base era de vidrio, pues según quien lo construyó era el unico material que no se corroería con el agua y la sal del mar. Su base era cuadrada, en forma octagonal. La maravillosa edificación era blanca, pues estaba hecho en mármol y en su parte más alta se quemaba una hoguera siempre para guiar a los navegantes.

Para Selene, Pharos era lo que guiaba a los hombres a la iluminación de Alejandría y era su lugar favorito dentro de la ciudad, lugar al cual constantemente escapaba cada vez que deseaba estar completamente sola, pues los guardias la conocían y la dejaban pasar para estar sola ahí arriba y pensar las cosas en silencio, con el fuego calentandola de noche e iluminando lo que leía. Generalmente se llevaba una manzana y dedicaba horas y horas a la lectura, a observar el mar y las estrellas. El sonido de las olas chocando contra la base cuadrada la calmaba.

Se decía que el gran espejo en la punta de la torre reflejaba hasta 50 kilometros de distancia la luz del sol en el día y la luz de las llamas durante la noche.

Selene subió con el papiro que había enviado Rain entre sus manos, muy nerviosa pues de él dependía el futuro de todo ese pueblo llamado Egipto. Se sentó en el borde de la punta de la torre con las piernas cruzadas y respiró profundo. El viento le movía la cabellera con fuerza hacia atrás, pero parecía no molestarle su frescura en ese día de calor. La rosa que le había dado Kisame aun adornaba su cabellera, hermosa… siempre hermosa… como si permaneciera aun con más vida entre el cabello de Selene.
Abrió el pergamino con cuidado y comenzó a leerlo…

“Isis,
He llevado su petición al senado de Roma tal como me lo ha pedido y lo he leido con sumo respeto y cuidado ante estos hombres. Su petición fue aceptada y se ha establecido un acuerdo de paz bajo sus términos que se concluirá con el matrimonio de la hija de Egipto y Gelum de la casa de los Juliai…

- Con que Gelum… ese es el nombre de mi futuro esposo… - Susurró Selene algo impaciente dejando de lado el Papiro para pensar en ello. Suspiró aliviada, pues ahora habría paz. Debería de inmediato mandar a terminar los 100 barcos de guerra que se estaban construyendo en las cataratas…

El joven tiene 16 años de edad, más que suficientes para casarse según sus propias leyes con el consentimiento de su pater por lo cual un matrimonio celebrado con él es legítimo. Es el menor de los descendientes de la familia de Marco Vinicius Vitellius Augusto Cesar, hijo de su hermana menor Flavia quien ha fallecido.

- ¡Maldita víbora! – Gritó Selene arrugando un poco el papiro al leer eso. El emperador y el tal Gelum no eran realmente familia. Lo habrían sido si su madre hubiese estado aun viva, pero no había ningún vínculo directo que lo relacionara con el emperador. – Manda a un niño que ni si quiera es un verdadero heredero del Emperador.

Se le mandará junto con tutores y consejeros que lo guíen en Egipto, pero recomiendo cuidado… pues se ha asumido que quien gobernará Egipto será el y no usted, diosa.

- Grave error. – Dijo Selene sonriendo, pues ella no tenía ninguna intención de casarse por leyes egipcias, lo cual no harían a ese sujeto el legitimo emperador de su tierra sino solo un amante.

Partiremos cuando la marea nos permita, tenga cuidado, pues es probable que se manden dos legiones junto con el joven Gelum para proteger su seguridad.
Rain."

Selene flexionó sus rodillas y se quedó mirando el océano, pensando que haría a continuación… pensándolo con mucho cuidado. Sintió que todo eso sería un verdadero desafío… mantener al pueblo Egipcio contento mientras veían como se mezclaba con un Romano. Sabía que la única opción que quedaba para hacerlos a todos felices era concebir un heredero, pero no estaba segura que ese tal Gelum fuese quien ella deseaba para ser el padre de sus hijos, sobre todo si tenía 16 años. ¿Sería un guerrero? De seguro no, de lo contrario Rain lo habría mencionado. De seguro era el mas inepto e insignificante entre los herederos del Emperador y por ello lo mandaban, para deshacerse de él y de ella juntos…

Pensaba en ello cuando de pronto, la rosa que portaba en su cabellera cayó a su regazo. Selene se sorprendió al verlo, pues parecía estar brillando de una forma muy curiosa. Le sonrió… amaba el rojo de las rosas. No había nada mejor que ellas… nada la alegraba más que verlas.
De pronto sintió como involuntariamente se llenaba de aquella luz alrededor de ella, aquella de color púrpura. No entendía porque podía utilizar eso a su favor pero le daba igual… solo acariciaba los pétalos aterciopelados de la rosa. De pronto, así como así, vio que en uno de los pilares en donde estaba en la cima, justo en el borde, comenzaba a crecer una enredadera lentamente. Sus ojos se abrieron con prisa, pues a pesar de que las había visto moverse en el Jardín de Isis, nunca había visto un rosal creciendo de la nada fuera de El Fayum y menos con esa velocidad…

- ¿Me han seguido hasta acá? – Preguntó con cariño mientras volvía a poner la rosa roja sobre su cabellera.

por Selene Sáb Oct 16, 2010 8:35 pm

Segundo Post de Cuatro para el primer ataque debil.

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Venía sintiendo aquella energía recorrer su cuerpo por tanto tiempo que ahora que realmente se manifestaba en formas físicas, visibles y palpables le parecía algo asombroso, algo que le hacía arder el pecho en un sentimiento parecido a ese golpe de adrenalina cuando algo la emocionaba o la ponía en peligro…

La cima de la torre era tan pacifico que Selene realmente disfrutaba estar ahí, y ahora que se llenaba de rosas… se volvía fácilmente en su lugar favorito dentro de Alejandría. Se puso de pie y caminó a la parte posterior de lo alto de la torre, justo la que miraba hacia Alejandría. Increíblemente, fuera donde fuera una enredadera de rosas crecía con rapidez y brotaban de ella flores de color rojo que prontamente dejaban pétalos flotando a su alrededor.

¿Serían esas rosas venenosas como las que había en El Fayum? Selene no lo creía, eran demasiado bellas para enfermar a alguien. Pero aun así le sorprendía que sus tallos estuvieran llenas de espinas que brillaban con el fuego del faro. Era como si las espinas fueran de acero y estuviesen ansiosas de dañar a alguien. Selene se agachó observándolas y dejó que su dedo fuera pinchado por una de ellas, a su sorpresa, fue como si las rosas se lamentaran porque su dedo sangrara y trepaban incluso por su cuerpo rozando sus pétalos contra ella como si la acariciaran. Todo ello hipnotizaba a Selene, adoraba que las rosas estuvieran a su lado… no se sentía tan sola.

Levantó una de sus manos y cerró los ojos, respirando aquella fragancia que la rodeaba. No le hacía daño aunque ella supiese que ese polen que se escurría por sus poros a una persona normal la enfermaría gravemente, pero a ella no le hacía daño. Era algo que la complacía enormemente, tanto que parecía incluso seducida por el poder que tenían esos petalos de terciopelo rojo contra su piel.

- Espinas… espinas… espinas… ¿Por qué las rosas, lo más bello de nuestro planeta… tienen estas horribles y peligrosas espinas?

Suspiró y de pronto se dio cuenta, que la misma espina que había tocado ahora flotaba frente a ella. Los ojos de Selene se ampliaron sorprendida de que estuviera simplemente flotando estática… acercó su dedo y la tocó nuevamente… pero nada pasaba. La espina no caía. Cerró los ojos y se concentró bastante en ello y de pronto, vio como la espina se cubría a su alrededor de esa energía púrpura que rodeaba generalmente a Selene.

La joven abrió bien los ojos y se los frotó para asegurarse de que no estaba soñando ni que era producto de su imaginación. Observó un instante el sol y vio que efectivamente todo estaba donde debía estar, menos aquella espina... aquella espina simplemente flotaba obedeciendo el deseo de Selene.

por Selene Lun Oct 18, 2010 5:09 pm

Tercer Post de Cuatro para el primer ataque debil.

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Aquella espina solitaria capturaba completamente la atención de Selene. Permaneció inmóvil simplemente viendo como flotaba como guiada por su propio subconsciente. Si Selene pensaba que se moviera hacia una dirección, la espina lo hacía rodeada por aquella energía que emanaba del cuerpo de la joven. Llevó ambas manos a su boca para no dar un grito de impresión y alertar a los guardias. No entendía que estaba pasando, excepto… que sus poderes se acrecentaban con la gracia de los dioses.

- Puedo… puedo manipular las espinas de las rosas… - Murmuró realmente asombrada.

Aun permanecía sentada sin entender todo, cuando le llegó lo que pasaba como un ladrillo en la cabeza. Movió con rapidez su mano apuntando hacia uno de los pilares y la espina se clavó con fuerza sobre él, haciendo que ese pedazo de la roca empezara a ser carcomido lentamente por el veneno de las rosas, formando un agujero del porte de una moneda.

- Rayos… - Dijo poniéndose de pie y dando rápidos pasos hacia el pilar con el agujero. La espina se había disuelto, pero ahí quedaba aquel agujero en el pilar. – Si una sola espina de estas rosas que me siguen puede lograr eso…

Se pronto miró el rosal y su cuerpo brilló en esa aura púrpura. Su cabellera se elevó por los aires mientras sentía como aquella energía del universo recorría sus venas. Eso era… algo completamente nuevo para ella. Hasta entonces podía manipular los objetos a su alrededor ocupando aquella energía extraña pero solo ocurría cuando estaba en peligro, como una reacción involuntaria de su cuerpo… ahora… en ese instante, podía manejar esa energía para defenderse y atacar, para lastimar a otros, para volverse una guerrera superior a cualquier otro en Egipto. Si era como ella lo pensaba, entonces podría salvar a su pueblo sin la necesidad de casarse con ningún niño mimado y tonto.

- Levántense espinas… levántense… - La voz de Selene parecía distinta y ella misma se sentía distinta, como si algo dentro de su pecho le quemara. Podía ver imágenes a lo lejos de alguien volviendo a la vida, una sensación que la atraía a esa mujer de cabellera clara y piel muerta que por algún motivo había librado algo que se estaba anidando en su pecho. –Pereza… - Murmuró fuera de si, viendo casi inconciente la forma en que los pétalos de la pereza se encajaban a la perfección sobre el cuerpo de aquella mujer. – Me estas llamando… - seguía murmurando, pero ya no era Selene la que hablaba, era algo más… - Orgullo… ¿Dónde éstas orgullo? – La llamaba ansiando su presencia con dolor en el pecho, como si no estar cerca de ellas la estuviera lastimando de verdad, algo que nunca antes se había sentido en el pecho de Selene pues su temple y corazón la mayoría del tiempo, eran inquebrantables.

por Selene Mar Oct 19, 2010 10:51 pm

Último Post de Cuatro para el primer ataque debil.

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Y así como llegó aquella sensación que hacía arder su pecho se retiró, dejando a su alrededor flotando cientos de espinas como de un enjambre de abejas se tratara. Selene las observó con detenimiento mientras reflejaban la luz del sol que se comenzaba a poner por el horizonte, justo frente al mar. No había nada más que decir ni hacer, estaban ahí con ella, mirándola con impaciencia para saber cual era el objetivo de su llamada, quien sería la victima de aquel ataque que seguramente traería muerte a quien lo recibiera. Selene comenzaba a respirar fuertemente, todo eso se le hacía fácil pero la consumía por completo. Sentía como se humedecía su frente, mantenerse concentrada con aquellas espinas flotando a su alrededor le costaba más de lo común. Levantó sus manos y cerró sus ojos concentrándose aun más, y para su sorpresa, las espinas comenzaron a girar a su alrededor con rapidez, tanto que podía sentir como mas de una rozaba su piel y la cortaba.

Fuera lo que fuera lo que estaba aprendiendo en ese instante, la distinguía del resto de seguro y algo dentro de si le decía que había mas personas que tenían la cualidad que ella poseía en ese instante, pues si ella misma se había podido perfeccionar y enseñar a dominar a las rosas, las espinas y ahora el viento a su alrededor… de seguro era un regalo de los dioses para ella, la hija de Isis. Anterior a ella debió haber mas personas de la realeza que podrían haber sabido utilizar este don mágico.

De pronto escuchó un gemido de miedo y abrió los ojos. Uno de los guardias había subido y la miraba aterrorizado. Instintivamente, apunto su brazo hacia el y las espinas se movieron en su totalidad hacia el hombre, circulando alrededor de su cuerpo, cortándolo y finalmente enterrándose en su piel. Las rodillas del guardia se doblaron y cayó al suelo mucho antes de lo esperado. Selene lo miraba parada frente a él con indiferencia, comprobando lo que podía lograr las rosas a su alrededor que seguían creciendo y regocijándose de la sangre con que se manchaba el faro.

El hombre ni si quiera se quejaba, las espinas contenían esporas que lo habían adormecido mucho antes de que cayera al suelo. Cuando todo finalizo, las espinas se deshicieron sobre el cuerpo del sujeto, dejando como evidencia de su presencia tan solo los cientos de tajos en su piel por la cual se escurría la sangre. Selene comprendió en ese instante que esa habilidad era mucho más útil que la estúpida forma en que había manejado por tanto tiempo a la perfección el hoz… si hubiese entendido eso cuando era niña habría potenciado la habilidad de dominar a las rosas en vez de perder su vida en entrenar su cuerpo y mente… aunque todo eso le había servido, pues en el fondo era una guerrera que sabía moverse en un combate cuerpo a cuerpo.

Respiró profundamente, intentando recobrar la respiración, y temblorosa caminó hacia la escalera en forma de caracol para retirarse con rapidez del faro y volver al palacio… se sentía exhausta y no quería que la vieran junto al cuerpo muerto de ese hombre.

por Kisame Jue Oct 21, 2010 11:20 am

Kisame estuvo ACA antes de postear aqui

Era extraño, estaba a unos metros del faro y podia oler un aroma que ya habia sentido en otra parte. Continue caminando, adentrandome mas en el perimetro del faro. La gran sombra de la estructura estaba encima de mi, tapando los rayos del sol que poco a poco aparencian en aumento. Rodie el faro bastante extrañado, ese olor a rosas lo habia sentido antes. Entonces vi una gran enredadera que subia por un costado de la torre hasta la cima. Me quede observando las ramas aferradas al faro y entonces recorde. El Fayum, alli habia visto a Selene hipnotizada con las rosas a tal punto que casi le arrebatan la vida. Era un poder que ibas mas alla de mi y de toda imaginacion.

Comido por la curiosidad subi la escalera caracol hasta la cima del faro, alli tendria que estar Selene, o al menos haber algo mas. Me quede perplejo observando el cuerpo de un guardia, lleno de cicatrices en su rostro y cuerpo. Como si afiladas pero diminutas cuchillas lo hubieran cortado. Le tome el pulso en el cuello y afirmo mi supocision al estar muerto. Camine un poco mas, ignorando el fuego del faro que tendria que estar apagado para estas horas. De seguro el guardia subia para hacer su funcion matutina pero tuvo una desagradable sorpresa. Alli arriba el aroma era mucho mas fuerte, al punto de que mi cabeza empezo a dolerme, por lo que empeze a bajar las escaleras del faro.

Con una mano sujete mi frente, ese olor era casi penetrante y por poco no quedaba tumbado cerca del guardia. Pero no pude quedarme alli para pensar en lo ocurrido ya que unas pisadas se acercaban y tuve que huir antes que me vean como posible culpable del asesinato del guardia.

por Hang Vie Dic 24, 2010 1:54 am

Primer post de cuatro para primer ataque débil

Deje ese lugar donde me encontraba ya que se encontraba siendo muy poblado por todas las personas que se dirigían por cualquier cosa a la costa, aunque me agradaba estar ahí por la brisa del mar que causaba un leve corriente en ese sitio, me gustaba sentir como rosaba mi piel mojándola un poco por las gotas de agua que arrastraba con ella, recorrí una pequeña parte de las costas y de las calles para poder llegar a otro sitio donde también se podría decir que se hacia esa corriente de aire que tanto me agradaba.

Después de una pequeña pero larga caminata pude llegar al muelle donde podía encontrar un puente que se encontraba comunicado con la isla de Pharos donde se encontraba el gran faro de Alejandría.-Aquí es…-Es era el lugar que buscaba el faro que era constituido por una inmensa torre tan alta que desde su punta se podría observar a casi toda la ciudad y también el lugar donde se podía sentir el arremolinar del viento, en ese preciso lugar podría ver y sentir las corrientes de viento además de escuchar el rugir de las olas del mar.

Comencé a subir por las escaleras que eran iluminadas por antorchas miraba hacia abajo y me daba cuenta que con cada paso que diera me encontraría a una altura mayor y entre mas grande fuera, mas peligroso seria caer desde ese sitio, en cuanto mas subía una sonrisa se comenzaba a dibujar en mi rostro.-Este es un buen lugar.-Me decía a mi mismo mientras miraba la salida que era iluminada por la luz del sol además de que se comenzaban a escuchar con mas fuerza las olas del mar, sin saber porque al ver la luz me sentía algo alegre.

Al salir por la puerta que daba fin a las escaleras sentí como era aventado por una fuerte ráfaga de viento.-JAJAJA…si aquí se puede sentir su poder.-Me alegro saber que mis suposiciones sobre las ráfagas de viento que circulaban por este lugar.-Que es lo que tramas-Nada solo admirar un poco de la ciudad desde aquí además de disfrutar de la brisa marina.-Dije con un sonrisa en mi rostro pero esa sonrisa no era cálida como siempre sino mas parecida a una fría satisfacción, el pensar que este seria un buen lugar para explotar el verdadero poder de mi aura junto con el poder de las ráfagas de viento que se creaban el la punta del faro.

Quizás este sea un buen lugar para practicar.-Dije divertido y de forma fría.-MMM…Pensé que habías renunciado a recordar-Renunciado?...yo nunca dije que renunciaba a ser quien soy.-Por un momento serré los ojos para sentir la brisa que golpeaba mi rostro, además de escuchar no solo el rugir del mar sino también del cielo.

por Hang Vie Dic 24, 2010 8:19 pm

Segundo post de cuatro para primer ataque débil

Me fascinaba el poder escuchar el rugir del cielo que se podía comparar o incluso superar al del inmenso mar, quería comenzar a practicar un poco con mi aura pero me quedaba fascinado por la vista que se podía apreciar del de ese lugar, además de la sensación tan cómoda que me provocaba estar en un lugar donde se pudiera sentir en viento como realmente es…, me alegraba sentir la frescura que me brindaba el viento que surcaba el faro pero no solo eso sino también el poder ver como los arboles que se encontraban mas altos a los demás pudieran ser casi doblados, me encantaba ver como los firmes arboles eran doblegados por la fuerza del viento.

El poder respirar ese aire tan limpio y puro que no era invadido por los problemas ajenos que los demás pudieran tener, ver que el era libre y al mismo tiempo poderoso, comenzaba a divagar perdiéndome en mis pensamientos dejando de lado un momento lo que realmente venia a hacer a este gran faro, por un momento mire el cielo y observe como una parvada de aves volaba dejando un pequeño camino de plumas que comenzaban a caer desde donde se encontraban, algunas cayeron cerca de donde yo me encontraba incluso llegaron a meterse al faro por donde yo me encontraba mirando.

Estire un poco el brazo para poder ver si atrapaba una en el aire y por suerte así fue, la comencé a mirar con un poco de interés a esa hermosa pluma de color blanco que podía brillar con la luz del sol, me estire un poco para mirar abajo del faro mientras que soltaba la pluma que me encontraba mirando, para ver el como parecía danzar mientras caía desde esa gran altura, me gustaba ver como se balanceaba con delicadeza por el viento, no sabia en donde podría caer ya que el aire la podría llevar a un sitio cercano o a otro muy alejado de donde me encontraba, me sorprendía pesar que con esas plumas tan ligeras pudieran bolar las aves libres por el cielo.

Al dar la vuelta para mirar las demás plumas que se encontraban tiradas.-Una pluma negra?...-En la parvada que avía vista pasar no note ningún ave negra además de que todas las que mire caer eran de color blanco.-Pero como?...-Recogí esa pluma que llamo mi atención, al comenzar a observarla note que tenia un brillo muy particular que se podría asimilar al del oro negro.-Que bella es…-Ese brillo me pareció hermoso pero a la vez extraño, al intentar tocarla por lo lados mire mis dedos y parecían tener unos leves rasguños.-Cuando paso esto?...-Al estar pensando en que me había pasado no me cuenta que afloje la mano con la que estaba sosteniendo esa pluma.

Me fue arrebatada por una fuerte ráfaga de viento que paso.-Que lastima.-Pensaba ya que al parecer era única pero, serré mis ojos suspirando por su perdida pero al volverlos a abrir note que esa misma pluma se encontraba en frente de mi suspendida entre el piso y el techo.-Pero como?...-La miraba con curiosidad pero comencé a notar que se encontraba siendo envuelta por un aura purpura igual a la que yo tenia.-Acaso reacciona con mi aura?...

por Hang Sáb Ene 01, 2011 8:56 pm

Tercer post de cuatro para primer ataque débil

El cosmos…-Esas fueron las palabras que salieron de mi boca sin siquiera pensar, solo por haber visto a la pluma que se encontraba rodeada por esa aura purpura que nos distinguía a todos aquellos que servíamos al señor del inframundo, estaba recordando cada vez masa sobre quien era en realidad después del encuentro con Thanatos, pero solo podía recordar un poco incluso ahora estaba descubriendo mis verdaderos poderes, poderes que solo me pertenecían a mi gracias al cosmos que se encontraba en mi interior, un poder similar al extenso universo o incluso mayor pero no más que el de los dioses.

Estire la mano para poder tomar la pluma que yacía suspendida, al tomarla entre mis dedos sentí como su poder recorría mi cuerpo intentado canalizarlo, sin saber que por la influencia de mi cosmos sobre ellas comenzaron a caer más plumas de color negro de lo que parecía una especia de aro que se encontraba en sima de mi como si fuera un portal a otra dimensión, pero alcanzaba a comprender que era solo un leve manifestación de mi cosmos, del como con mi energía se podían materializar y manifestar esas oscuras plumas, además de que aunque se encontrara las poderosas ráfagas de viento no eran llevadas por él.

Pero me preguntaba qué es lo que podrían hacer, cuales serian las habilidades que podrían tener así que mire las plantas que se encontraban alrededor, lance una de la plumas a el para poder ver que es lo que podían hacerle a la planta, al lanzarla pareció tomar velocidad al tocar la planta la atravesó pero parecía que no le había hecho nada, pero al acercarme note que se le formaban una especie de manchas blanquecinas en el tallo para que enseguida la planta se partiera a la mitad, de momento me quede inmóvil por lo que le hicieron esas simples plumas a la planta que se encontraba ahí .

Muéstrenme más, muéstrenme el poder del viento oscuro.-Dije mientras tomaba una de las plumas que se encontraban en el suelo al tomarla y levantarla las demás hicieron lo mismo mientras comenzaban a girar en forma de espiral a mí alrededor, elevándose y volviendo al inicio del pequeño vórtice de plumas la cuales eran cada vez mas envueltas en mi cosmos de color purpura, quería saber más sobre ellas, quería probarlas en alguien que se pudiera quejar no en una simple planta en donde solo puedo observar lo que le pasa superficial mente sino en una persona.

Quería saber el dolor que les podían infligir esas plumas que se convertirían el pequeños proyectiles si yo lo deseaba.

por Hang Lun Ene 03, 2011 12:14 am

Ultimo post de cuatro para primer ataque débil

Una inmensa sed de sangre invadió mi ser, quería ver como un humano se retorcía de dolor por mis plumas y no una simple planta en donde solo podría mirar levemente sus efectos ni tampoco en un animal, aunque el si chillaría de dolor pero era diferente al sufrimiento de un humano ya que ellos si merecían sufrir por sus actos, incluso por su misma existencia, ignore mis deseos un momento para meditar un momento algo que llamo mi atención.-Con que los ojos son el reflejo del alma no?.-De momento surgió de la nada esas palabras, pero que en parte podía comprender, ya podía comprender el porqué mis ojos tenían un color purpura que aunque fuere oscuro brillaba de una forma particular.

Reflejaba la oscuridad que se encontraba en el fondo de mi alma que solo era engañada por un par de sentimientos mundanos, pero esa venda que se encontraba cubriendo mi vista de la verdad se estaba cayendo para poder dejarme ver él quien soy en verdad, además de los verdaderos sentimientos que tenia contra toda la humanidad, como esa repulsión que sentía por todos y cada uno de ellos, ya que para mí solo significaban una plaga de insectos que se encontraban parasitando la tierra que le pertenecía a los dioses, por estar pensando en todo eso mi deseo por ver a algunos sucumbir ante mi poder solo creció mas.-LADRONNN…-De un momento a otro se comenzó a escuchar un alboroto que se estaba acercando a donde yo me encontraba.

Hooo…que oportunos…-Dije con una expresión burlona en mi rostro esperando a que esas cucarachas subieran hasta donde me encontraba mientras que con la mano en donde sostenía la pluma la bajaba, eso provocaba que todas las que se encontraban volando también bajaran, en el momento en que acabaron de bajar todas los supuestos ladrones entraron y serraron la puertas de la habitación del faro en donde me encontraba.-Aquí estaremos a salvo…quien eres tu…MAS TE BALE QUE NO INTENTES NADA O SINO TE MATAREMOS.-Dijeron bruscamente mientras se acercaban con una especie de cuchillo en la mano, los miraba con seriedad y con una sonrisa burlona en mi rostro la cual los enfado mas.

QUE ES LO QUE TE PARECE DIVERTIDO NIÑO?.-Me dijo mientras tomaba el cuello de mi camisa y me amenazaba con el cuchillo reposado en mi cuello sacándome unas gotas de sangras.-El ver como unas simples cucarachas corren por un poco de oro.-De momento no me preocupaban ya que no los sentía como una amenaza, porque no me parecían peligrosos.-Pero creo que es momento de acabar con mi diversión y acabar con las cucarachas.-Levante la mano que sostenía la pluma para que con ello las demás lo hicieran, miraba el cómo las plumas volvían a girar en espiral a mi alrededor atravesando y cortando la piel del hombre que se encontraba amenazándome, miraba con diversión mientras que el otro se encontraba aterrado por lo que sucedía.

Acaso tienes miedo por lo que ves…ha…pero entonces porque no lo tenias al robar?.-Apunte la pluma a donde se encontraba mientras en otro caía a suelo con unas manchas purpuras a causa de la hemorragia interna que le causaban mis plumas.-Que insignificantes son.-Le dije de forma fría mientras observaba el cómo era envuelto por esas hermosas plumas negras que lo cortaban y atravesaban de una manera espectral, al acercarme al cuerpo casi sin vida note como en su boca se podía notar un poco de sangre que salía de su interior además de las manchas purpuras de su cuerpo

por Hang Miér Ene 05, 2011 9:09 pm

Ya veo que eran demasiado insignificantes.-Dije mientras miraba los cuerpos inertes de esos sujetos los miraba de una manera fría y despectiva mientras que escuchaba los pasos de uno guardias que se comenzaban a acercar a donde me encontraba.-Que diablos paso?.-Miraron sorprendidos los cuerpos muertos de esos sujetos, de momento me comenzaron a mirar de la misma forma y con algo de terror en sus ojos.-Acaso tu hiciste esto?.-Preguntaban de una manera algo cautelosa, pero no me importaba y solo comencé a caminar hasta quedar en frente de ellos.-Y que con ello después de todo eran ratas que merecerían la muerte ya solo cumplí la sentencia, y si me disculpan…

Solo comencé a caminar con tranquilidad y despreocupado al lodo suyo ya que no me preocupaba que me fueran a reprender.-Después de todo iban a morir.-Decía mientras comenzaba a bajar las largas escaleras en forma de caracol, al estar bajando mire a las personas que esperaban el desenlace de lo que les había ocurrido a los ladrones.-Que es lo que ocurrió?.-Pregunto una señora mayor que parecía preocupada por lo que había sucedido.-Ya todo esta bien, no se preocupe mas.-Le dije sonriendo ya que en parte era verdad pero por una parte detestaba contestar preguntas que no me concernían a mi.-Gracias jovencito-No hay problema.-Dije mientras me alejaba de es lugar que se comenzaba llenar de personas.

por Hang Jue Ene 13, 2011 9:17 pm

Ahora a donde deseaba llegar era al inmenso pharos el sitio en donde se podría apreciar toda la ciudad camine un largo tramo por la costa para poder llegar a el, no sabia porque era mi deseo de estar ahí pero lo deseaba con fervor tanto que incluso pude olvidar por un momento esa pesadez que me agobiaba, comencé a subir las largas escaleras de caracol que tenia el faro, al llegar a la sima sentí de nuevo ese golpe de aire que me había empujado la vez anterior.-Porque estoy aquí?.-Me pregunte pero antes de acercarme a la orilla de la ventana para ver la ciudad desde arriba me comenzó a dar sueño pero mucho mas que antes, esta vez incluso me tiro ese entumecimiento que recorría todo mi cuerpo.

Este no es un buen lugar para dormir…pero veo que mi cuerpo lo pide…-Me recargue en la pared para desarme caer y dormir un momento, al serrar los ojos caí en lo que parecía un profundo sueño en el cual recordaba mi aldea que se encontraba en el Nilo, eran recuerdos muy felices, mis amigos mis familiares todos reunidos y en paz, sonreía al ver todo eso, después en el oasis el Fayum en donde se suponía que vivíamos ahora mire a mis padres, a mi hermano pequeño y a mi hermana que era cargada en los brazos de mi madre, me sentía feliz al verlos juntos y felices. Sin darse cuenta el joven comenzó a ser rodeado por un aura oscura y espectral que provocaba una especie de nubes negras a su alrededor, mientras que fuera de esas grandes nubes se observaba un viento agresivo que no permitía a nadie la entrada a la habitación.

Pero esos recuerdos felices se convirtieron en caóticos, recordé como los romanos nos atacaron si razón y como destruyeron nuestras casas, nuestras cosechas, como mataban a la mayoría y a los demás solo los convertían en simples esclavos, el rostro del joven aunque se encontrara dormido mostraba sufrimiento además de que unas cuantas lagrimas caían de sus ojos.-Porque ocurrió todo eso…si no les aviamos echo ningún daño…entonces porque?.-Enseguida parecía que la escena de mis sueños había cambiado me encontraba en una casa que al adentrarme dentro mire cadáveres descuartizados, y a unos cuantos soldados romanos que estaban profanando a una amiga muy querida por mi.

Recordé todo el resentimiento que tenía por los romanos que hicieron esa atrocidad y como los mate de golpe gracias al cosmos que se encontraba en mi interior.-Eso recuerda esos sentimientos y emociones que tuviste la primera vez que al fin nos reunimos…recuérdalos para que después de todos estos años volvamos a ser uno solo así que despierta…Garuda…-Desperté de golpe al escuchar eso aun algo adormilado, pero extrañado al ver todas esas nubes negras que rodeaban a la habitación en donde me encontraba.-Que pasa…aquí?...-De momento empecé a escuchar un sonido parecido al de un proyectil acercándose al faro, de entre las espesas nubes que rodeaban en lugar se notaba una luz purpura que se acercaba.

Despierta para que tu alma sea liberada…-Escuche esa voz que provenía de esa extraña luz que al llegar a donde me encontraba, observe que era una especie de armadura en forma de ave.-La armadura de la Garuda.-Esas palabras salieron de mi boca sin pensarlo, comencé a acercarme para poder tocarla, al hacerlo una luz me cubrió, estaba en completa oscuridad pero mire a un ave encadenada, fui acercándome a ella pero cuando lo hice ella tomo mi forma.- Libérame y solo así te liberaras a ti mismo…-Lo decía de una forma tétrica pero aun así obedecí, concentre mi cosmo en esas cadenas que poco a poco fueron desapareciendo y al desaparecer imágenes de mi pasado aparecieron pero al ver toda esa masacre de gente al parecer ya no sentía nada ni tristeza, ni dolor…-Destruí las cadenas que me atan a este mundo…con eso ya podemos ser uno solo.-Le dije mientras acerque mi mano para tomarlo, y al tocarlo la misma luz purpura no cubrió pero esta vez de nuevo esta en el faro ya con la armadura puesta.-Al fin después de tanto e vuelto a la vida JAJAJA…-Una fría mirada de satisfacción se mostraba en mi rostro ya que había vuelto no como Hang sino como en juez Garuda..

por Hang Vie Ene 14, 2011 11:09 pm

Al fin después de todo este tiempo e despertado…-Una sonrisa macabra se mostraba en mi rostro dejando ver un poco mis dientes, pero antes de salir del faro pensé que seria extraño para todos el verme portar esta armadura que me identificaba como espectro.-Que fastidio…-Era un problema eso ya que aun no tenia ganas de acabar con los egipcios así que tome una capa de los encargados de cuidar en faro para cubrir la armadura.-Veamos si es lo suficientemente grande como para cubrirla.-Al parecer así fue la cubrió por completo incluso parecía que no la trajera puesta, eso siempre me había llamado la atención de seguro era quizás por ser una armadura espectral, de ahí es extraña habilidad de parecer que no la estuviera portando.

Comencé a bajar las escaleras mientras escuchaba como sonaban mis pasos a causa de la armadura, mire mis pies y por suerte la capa tocaba el suelo, incluso arrastraba eso evitaba que pudieran ver la garras que sobresalían en la botas de la armadura.-Después de tanto esperar que despertara y ahora me tengo que ocultar?...tkss.-Renegaba de lo que tenia que hacer para que ningún humano se entrometiera en donde no se le llamaba, eleve un poco mi cosmos para causar una brisa que distrajera a todos los que se encontraran cerca y así poder llegar tranquilo al palacio ya que tenia mis dudas sobre lo que aria Selene para el regreso de Hades.

Tenia muchas dudas sobre lo que tramaba Selene pero daba igual mientras que fuera por el bien de nuestro señor, mientras que fuera eso no me importaba que quisiera o dejara de hacer, ya que a ella aun la agobia un poco su humanidad la cual debería de perder cuando se la hora del despertar de Hades.-Hasta cuando despertaran esos dos…-Suspiraba, mientras pensaba en el paradero de Wyvern y Grifon lo otros dos jueces del Hades..

por Selene Dom Dic 11, 2011 12:45 am

Al igual que cada anochecer en que la soledad consumía su alma, Selene se escabulló del palacio para ir a Pharos. Pensó en su nueva flota y las maravillas que lograría con ellas una vez estuviesen bautizadas. Consideraba importante para lo que se trataba de lograr tenerlas listas y relucientes lo antes posible.

El primer objetivo que vislumbraba en el horizonte para ella y el ejercito de Isis era Persia. Selene detestaba Roma con toda su alma, pero Persia estaba en otra liga. Era un enemigo común para todo el mundo, sin exepción. Esos malnacidos habían gobernado Egipto hasta que Alejandro Magno los liberó de esa opresión y dejó al antepasado de Selene, Ptolomeo. A veces pensaba que le hubiese haber nacido en aquella epoca en que los grandes hombres como ellos se enfrentaban a muerte con el Mundo.

<< Él tenía 17 cuando lo logró. Aún estoy a tiempo... >>

Recordaba la espada de oro de Alejandro Magno y se preguntaba quien habría terminado con ella. Si algo le hubiese servido en ese momento era la espada de sus ancestros.

Selene había esperado toda su vida por un hombre grandioso con quien compartir esa gloria y que le llenara el vientre con vida, un hijo de Egipto que gobernara el mundo... pero ese sueño se había marchitado cuando se dio cuenta que no había hombre capaz de gobernar en su corazón.

Mientras miraba las estrellas desde el faro, se preguntó, quien en el mar estaría mirando al faro.

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