Consultorio Medico

por Solomon Mar Oct 26, 2010 3:53 pm

Jamás Solomon se habría de imaginar que en su vida tan brillante como el sol se tuviera que mover como rata entre las sombras, pero no existía otra opción, era el precio que tendría que pagar por mantener la paz y felicidad de su tierra, Roma.

Había aprendido mucho de Diva sin haberse dado cuenta, recién daba luces de eso en tanto proseguía su camino hacía la casa de aquel medico, quien era un hombre conocido de su casa, ya un anciano pero que su experiencia le podría tender la mano en esta clase de situaciones, se decía en el pasado, que aquel hombre fue hallado con varias amantes en su villa y que el padre se Solomon intercedió para que no se tomara mano severa en contra del sujeto que agradecido le sirvió fielmente como doctor de cabecera para su familia.

Solomon confiaba en que aquella relación fuera lo suficientemente estrecha como para ayudarle para lograr salir de Roma y llegar a Egipto sin contratiempos. Pronto llego a aquella casa de medicina que se ubicaba en el centro romano. Toco un par de veces en la entrada posterior del local siempre tomando en hombros al inconciente primo. Una enfermera lo recepciono, conocía muy bien a Solomon y al verle el rostro supo de la urgencia del asunto así que lo paso de inmediato al medico.

Solomon paso media hora en contarle lo sucedido, omitiendo algunas partes a su favor, su maestra le había enseñado bien pues el doctor no sospecho de nada.

Bien Doctor, necesito este trabajo…que puede aplicarse en mi primo para que no despierte en mucho tiempo?

El viejo tomo algunos minutos para pensarlo, dándole vuelta comenzó a desempolvar algunos libros, leyendo atentamente su lista escrita, pronto su semblante demostró un entusiasmo añejo y casi sin vida.

Existe esta pócima, fermentado por más de dos largos años de una planta que pocos hombres han visto en vida, se la conoce como la hierba del lago del olvido, proveniente desde la profundidad del Hades.

De inmediato el se acerco al cuerpo de Gelum que yacía sobre una cama, tomando la boca del chiquillo se la hizo beber. Solomon se acerco para contemplar el bizarro suceso.

Le aclaro esto, no deseo que muera de ninguna forma.

El medico le increpo con la mirada, a lo cual el senador asintió para luego sentarse.

Lo que pasara será lo siguiente Solomon: el muchacho despertara en 24 horas, quedara despierto una hora exacta y volverá a caer dormido otras 12 horas más, ese intervalo ocurrirá algunas veces más hasta que finalmente regrese a este mundo completamente sano, eso si, sin memoria de lo sucedido la semana previa a la toma de este brebaje…

Eso quiere decir…

En efecto mi hijo, no tendrá conciencia de lo que le paso de este día…es el favor que le debía a tu padre, no?

El senador le agradeció como nunca, luego tomo a Gelum por sobre su espalda y se lo llevo, el medico también se encargo mediante una pomada de que no quedara ningún moretón sobre el abdomen del muchacho, lo demás quedaba en cuenta de Solomon quien ahora se dirija a la villa de Fye.

por Solomon Dom Nov 28, 2010 1:00 pm

Solomon
Doctor

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Pero todo estaba fríamente planeado, Solomon aun no confiaba enteramente en su prima y esta parte de la misión desconocería por siempre. El joven en efecto había salido en dirección de villa Adriana, estaba en su agenda ir hacia allí para verificar la situación de Samantha y Richard, pero en su camino antes de salir a Roma se detenía en un paradero ya conocido para él.

Las nubes oscuras tapaban con sus pomposos cuerpos los cuerpos celestes del alto cielo, todo era oscuro, más que de costumbre, el corcel estacionado próximo a una residencia daban detalle de la estancia del senador quien iba a ver al medico de su familia, si, aquel mismo que le ayudo en el trabajo con Gelum.

Toco un par de veces y de inmediato un somnoliento hombre le abrió, era el mismo que visito aquel día con el chico en brazos, le tendió la mano y lo dejo pasar para saber el estado del chiquillo a lo que Solomon le explico que no venia por eso, si no por otro trabajo aun más importante que el primero.

Imposible Solomon, no creo que vengas a pedirme otra de esas pócimas, son demasiado extrañas y aun cuando su infalibilidad es un hecho, no es algo propio de ti, ni de tu familia.

Precisamente esa es la razón que me trae aquí doctor, alguien ruin trata de deshonrarla, comenzando por mi hermana.

Tú hermana…Samantha…

Ambos tomaban asiento alumbrados por una cuantas lámparas, la cara del medico mostraba su preocupación mientras Solomon tomaba algún sorbo de vino que le previo a sentarse.

Exacto, un senador, lo cual es imposible de creer, se esta aprovechando de la situación actual de mi hermana, no quise decírselo pero desde hacía unos meses la note muy cambiada, hasta diría que desvariaba, no dije nada por tratar de mantener la paz y evitar las murmuraciones nefastas. Pero mi elección fue pésima, en vez de evitar el mal, lo propicie…ve como ando vestido…

Dijo mientras se levantaba mostrándole el barro seco impregnado en su blanca vestidura, el doctor solo denotaba asombro.

Es por obra de ella, algo malo le pasa. No se el motivo exacto, pero me temo que entra en locura formándose una idea muy distinta de la realidad, odia a todos y miente descaradamente…es por eso que vengo a usted.

Voy a reclamar la cabeza del malhechor que hiciera esto con Samantha y necesito su ayuda, vaya temprano a villa Adriana y examínele; su estado es grave e incluso creo que es capaz de librarse de los custodias mientras hablamos.

Acaso villa Adriana no es una fortaleza bellamente adornada?

Ese era el plan de mi padre, pero por debilidad de mi hermano creo que no funcionara así, ella le pudo haber convencido de alguna manera. Estoy preocupado y es mejor que vaya hacia allá…sin embargo, aun cuando llegara a pasar aquello…sírvase de los varios testigos de mi villa que acreditaran la demencia de….Samantha…

El doctor resoplo, estaba conmocionado, no creía la fatalidad que llevaba Solomon sobre sus espaldas, debía ayudarle a aligerar su pesada carga, acepto en ir y atestiguar si era preciso. El senador le agradeció en gran medida y luego de un rato se despidió, subió a su caballo y partió hacia villa Adriana finalmente

por Kainan Dom Dic 12, 2010 4:51 pm

Kainan iba arrastrando por la despejadas calles el cuerpo de Ace, suerte que todavía era madrugada y no había mucha gente transitando el mercado si no hubiese sido todo un espectaculo aparte de que probablemente alguien llamaria a la guardia al resultar sospechosos eso si no lo había echo ya el dueño del establecimiento.

-Maldito Ace.. siempre trayendome problemas, por lo menos aguanta y no te mueras, tienes muchos delitos que cometer aún.En el fondo eres un inútil que nunca termina bien

La verdad es que Kainan no tenia idea de donde dirigirse no conocía la ciudadm donde iba a encontrar un médico o curandero o algo que le sirviera, finalmente decidio hacer las cosas un poco a la desesperada y viendo una casa que tenia el portal abierto decidio meterse allí.
Dejó el cuerpo de Ace con cuidado contra la pared, la verdad sangraba bastante pero las pareces ya estaban sucias así que un poco más de mancha no importaria de más.

-Hay alguien aqui!!!! que no tenga miedo... necesito un poco de ayuda!!!!
Finalmente bajo por las escaleras una mujer con el rostro asustado, peró sin embargo tenia más miedo que el hombre que gritaba se acabara enfadando y tener consecuencias aún más malas.

-Hola... necesito que me haga un gran favor... como podra ver mi amigo a sido herido, no conozco la ciudad asi... que no se donde encontrar un médico - sacando la bolsa de dinero y mostrandosela- no puedo quedarme pero le daré esta bolsa para que pague a un buen medico y para todas las molestias... y su silencio.

Kainan se fijó en la palidez de la cara de esa mujer, peró en el fondo sabía que no era mala así que se dió la vuelta y lanzandole la bolsa con su botín salío del edificio.

por Larissa Vie Ene 21, 2011 12:58 pm

Al fin Larissa llegó al consultorio médico, estaba vacío, al parecer se había marchado toda la clientela, o talvez el médico se habia marchado a algún sitio, con un poco de preocupación la sirvienta entró al consultorio y se sentó a esperar, luego de unos segundos un hombre alto de cabellos negros muy apuesto salió a atenerla.

-Buenos días-Larissa saludó al hombre que salió mientras se ponía de pie para acercarse un poco a él, luego observó al médico sentarse una silla y después demiralra detenidamente dijo en tono cordial:

-Buenos días señorita, dígame qué la trae hoy nuevamente a este lugar? -El médico sonrió mientras miraba unas pomadas que tenía guardadas en un cajón de madera, seguro el presumía que venía otra vez por el mismo asunto: Alguna lesión en una extremidad causada por un golpe o caída.

-Bueno pues el día de hoy también me trae lo mismo que antes, me he caído y mi rodilla derecha se lastimó, ya la he limpiado pero no creo que con esto baste.- Larissa descubrió su herida y se la mostró al médico, quien lejos de asustarse o impresionarse por al extension de la misma, empezó a sacar una gran cantidad de líquidos y empezó su curación para luego terminar poniendo un polvo y cubriendo la herida con una gasa y unas amarras para que sostuviera a la misma.

-Bueno señorita ya está, con esto basta para que se cure espere cinco horas y luego se la quita y ya está bien.

-Gracias doctor- Larissa buscó con insistencia y dedicación unas monedas en su bolsa mientras pregutaba- ¿Cuánto es?

-No es nada el día de hoy, es una cliente frecuente y el verla todos los días me alegra bastante señorita.

Un tanto sonrojada por las palabras del médico la sirvienta de cabellos castaños dio las gracias y salió del consultorio, ahora iría a las calles de Roma para poder dirigirse hacia su lugar de trabajo.

Narro/hablo/doctor

por Ambrose Jue Feb 03, 2011 6:53 pm

El camino se hizo bastante corto dado que venía a toda prisa, atravesamos algunas calles del mercado adentrándonos en él, Nicole no mostraba signo de mejorar, su piel seguía un tanto fría, el carruaje de pronto se detuvo frente a un pequeño local, parecía más una bótica.

Permanecimos un par de minutos dentro del carruaje, me levanté dejando el cuerpo y la cabeza de Nicole sobre la silla, descendí y entré buscar el dichoso médico que atendía en aquel consultorio.

No mostraba muchos lujos, una pequeña salita como especie de recepción, no había nadie allí, me adentré más recorriendo el pasillo habían dos puertas, abrí la primera y era una especie de almacén, cerré rápidamente y me dirigí a la siguiente puerta, había un hombre un anciano decir verdad, sin demoras entré sin pedir permiso alguno y me dirigí directamente a él con una voz apremiante: - Disculpe Ud. es el médico de este local .... necesitamos pronto atención médica para mi hermana que está convaleciente. Trataba de mantener la serenidad, dado que si este viejo era el médico necesitaba que atendiera con prisa y revisara el estado de Nicole.

El anciano seguía en silencio, no se inmutaba, por un momento pensé que me había equivocado de persona, me acerqué al pequeño escritorio y dirigiendome una vez más hacia él repliqué: - Gusta acompañarme ... tenemos a mi hermana en el carruaje ... podría le pagaré lo que sea necesario .... SOLO ATIENDALA!!!!

Ya comenzaba a desesperarme, el viejo se levantó de su asiento, se lavó sus manos, tenía una bata blanca, y una especie de gorro que cubría su cabeza y sus cabellos blancos, con un andar pausado y medio encorbado salió de aquella habitación, atravesó el pasillo, iba detrás de él, en el tramo de la salita lo adelanté y salí a estar nuevamente en el carruaje, abrí la puerta y mirando al General expresé: - El médico está esperando ... Eche un vistazo y el anciano se habia detenido en la puerta, con sus brazos cruzados hacia atrás, miré una vez al General y retomé: - .... será mejor llevarla hacia donde está él. Terminando la oración mientras señalaba en dirección al médico.

Abrí en su totlidad la puerta del carruaje, haciendome a un lado para no entorpecer la salida de mi hermana en brazos del General.

por Talos Jue Feb 03, 2011 7:17 pm

Durante todo el camino desde la Villa hasta el consultorio del medico Talos no había quitado su mirada de Nicole, la veía tan débil y frágil y el no podía hacer nada al respecto, mordía su labio inferior viendo aquella escena, Ambrose atendiendo a Nicole mientras la vida de la rubia se iba entre sus manos como arena, realmente le fastidiaba cuando las cosas no le salian bien, había pensado en que aquella jovencita había aparecido para cambiar su vida, pero como si el destino fuera receloso con su felicidad se la iba a arrebatar de la misma forma en que había llegado, tan rápidamente que ni alcanzo a disfrutar de esos momentos que alegrarían a una persona que perdia a un ser querido, el carruaje se detuvo ya habían llegado al consultorio medico, si era su dia de suerte Nicole se salvaría y nada de esto se repetiría nunca jamás, ya que el se encargaría de curar todos sus males, tanto físicos como mentales, le daría todo lo que le faltase aunque tuviese que vender su alma para ello, pero quería disfrutar de su vida al lado de Nicole.

Ambrose bajo del carro y se adentro en aquel lugar en búsqueda del medico, Talos se quedo solo con Nicole a quien tomo en brazos, quito un mechon de cabello de su rostro, a pesar de encontrarse tan mal le veía tan perfecta, parecía que el tiempo se había detenido mientras le contemplaba, por primera vez en su vida se sentía como un ladron si intentaba robarle un beso en ese estado, si en un pasado había sido la peor escoria con sus amantes esta vez quería hacer las cosas bien, Nicole lo merecía, merecía conocer al Talos buena persona no aquel despreciable ser que se movia en las sombras, ella había hecho que su verdadero ser emergiera al fin y al cabo Talos se había dejado consumir por la sombra de la perdida de su familia.

Las palabras de Ambrose lo sacaron de sus pensamientos, levanto a Nicole como si se tratara de una fina porcelana que al mas minimo movimiento brusco se podría romper y entro en aquel consultorio, el medico los llevo hasta unas habitaciones en el interior donde dejo a la chica recostada sobre la cama, la tomo de la mano como si de alguna forma pudiese pasar su vitalidad a ella, aunque fuese una ilusión, el medico miro al general un poco raro y con un poco de desaprobación.

- Debe retirarse, que la mujer se quede con ella, pero usted debe esperar afuera –
Talos no quería irse del lugar y dejar a Nicole a su suerte, pero si se quedaba seria una gran molestia para el hombre que debía salvarle la vida, asi que sin refunfuñar acepto aquella petición no sin antes dejar una advertencia.
- Si realmente estima su vida, su familia o su posición en Roma, la salvara, o me encargare de hacer su vida un infierno, por que asi lo será para mi, si ella muere. –
Por el rostro del general se veía que no bromeaba, lanzo una fugaz mirada a la chica y a Ambrose, el se quedaría afuera del consultorio esperando las noticias ya fuesen buenas o malas, pero con la esperanza de que aquella chica que había conocido hace algunas horas y que había puesto su mundo de cabeza sobreviviera.

por Aixa Jue Feb 03, 2011 7:54 pm

El viaje hasta el médico se hizo muy corto debido a la desesperación y apuro con el que iban. Les había tomado apenas una hora o quizá hora media llegar hasta allí. Cuando el carruaje se detuvo, ella también frenó la marcha de su corcel sin embargo no desmonto, se quedo arriba del caballo atenta a los movimientos de aquellos que ocupaban el fastuoso vehículo. En unos instantes vio salir a la dama de cabellera azabache, quien entraba con paso frenético al pequeño lugar, seguramente en busca del doctor.

- Esa mujer… me resulta extraña, aunque vino con urgencia a buscar atención para su hermana, hay algo con ella, un rastro de maldad como si tuviera segundas intenciones – antes de que pudiera seguir ordenando sus ideas sobre ella volvió a aparecer seguida de un anciano de aspecto frágil, algo encorvado – Sus movimientos demuestran una preocupación verdadera, pero en sus ojos hay cierto brillo frenético…

El tal General llevo a la dama rubia que sostenía en volandas hasta dentro del sucucho y pasaron unos minutos antes de que lo viera volver. ¿Acaso no sabía que era obvio que el médico tendría que revisarla en privado? Con una expresión indescifrable en el rostro Aixa bajo del caballo negro como la noche, en un movimiento ágil y grácil. Entraría para poder hablar a solas con la Señora de Casale.

El lugar no era para nada lujoso, había una especie de sala de recepción y un pasillo que dirigía a una sala de espera. Allí pudo divisar a su objetivo.

- ¿Cómo se encuentra? – pregunto con un tono de voz dulce y aparentemente inocente.

Debía ser cuidadosa respecto a su trato hacía aquella extraña persona. Si quería empezar a desenredar aquella maraña de recuerdos, presentimientos y visiones que rodeaban a él dije que reposaba oculto entre su ropa, no podía permitirse fallos.

por Ambrose Vie Feb 04, 2011 7:37 pm

El General Talos finalmente descendió del carruaje, Nicole cargada en sus brazos parecía una muñeca de porcelana, ingresó al local, la chica misteriosa había estacionado su corsel a un lado del carruaje y permaneció allí unos momentos, el General ingresó al consultorio y sin darle mucha importancia a la presencia de aquella jovencita fui detrás de él, Nicole y el médico, atravesaron el pasillo y el General entró a una de las habitaciones dejando a Nicole sobre una cama, el médico revisó a Nicole, luego de una rápida inspección pidió que el General Romano se retirara del lugar, éste no muy a gusto con aquella orden amenazó al galeno si algo le llegasé a pasar a mi pequeña hermana, su actitud un tanto arrogante tenía algo que era atractiva, capaz que sería porque hacía las cosas como él las imponía, comportamiento que me llamaba mucho la atención, sonreí con un poco de malicia, y mientras el General Talos salía de allí, murmuré: - Será mejor que evite que ese hombre desgracie su vida, claro está si la aprecia y gusta de ella ... Tomé una pausa mientras me acercaba al lado de Nicole que lentamente aquel médico le cambiaba las ropas por una bata azul, lo suficientemente cerca tanto para que él me escuchase repliqué nuevamente: - ... porque si aquel hombre que acabo de salir no le hace su vida miserable, le puedo asegurar que si muevo un dedo ... su vida será un completo infierno y solo deseará la muerte. Mirando al médico y dedicándole una dulce y traviesa sonrisa.

El médico me entregó todas y cada una de las pertenencias de mi hermana y me senté en una silla que se encontraba en aquel cuarto, el tiempo pasaba y el médico continuaba con sus labores curanderas. Sentada con las pertenencias de Nicole sobre mis piernas obseervando el detalle de su ropa y demás accesorios noté que tenía la pequeña bolsa conmigo, la desajusté de mi mano y la abrí, sin llegar a sacar su contenido allí estaba el pergamino, moví la bolsita y sentí que algo más estaba allí, recordé el anillo que recogí del patio y no me había dado tiempo de obseervar de que se trataba, giré un poco la bolsita y sobre mi mano caía el anillo de Máximo, sonreí nueva cuenta, cerré la bolsita y la puse sobre las cosas de Nicole, tomé el anillo y me lo puse en mi dedo pulgar derecho, mientras respiraban profundo aún con aquella sonrisa que mostraba maldad en ella jugueteaba y giraba aquel aro en mi dedo, mis pensamientos comenzaban a enfocarse y a redirigirse a mis nuevos objetivos, solo pensaba: -Ya estoy en Roma ... Nicole no creo que pueda sufrir alguna urgencia estando bajo el cuidado de este medicucho ... debo averiguar como está dispuesto el senado y las últimas novedades de esta puerca ciudad ... además que es de la vida y obra de la gran "Señora"... casi podía reirme de mis propios pensamientos al pensar en la mayor de las zorras que ha podido adoptar Roma: Diva.

Había algo que me tenía intranquila, desde hacía mucho tiempo no tenía noticias, más bien informes de la situación Roma - Egipto por lo que era de vital importancia obtener esa información, además el hecho de que el Emperador estaba en Persia quien estaria calentando la cama de la mujerzuela.

Levanté mi vista dejando de plantearme más ítems y veía el médico en sus labores, parecía entregado por lo que tomando la bolsa de terciopelo anudandola nuevamente en mi mano y tomando las cosas de Nicole, me levanté y me disponía a salir del cuarto, di unos pasos deteniéndome justo en el momento de abrir y salir por aquella puerta, esbocé: - Será mejor que mi hermana no le suceda nada ... o deseará vivir como los perros, o mejor como las ratas que habitan y sobreviven en los distritos bajos de nuestra querida Roma. Saliendo de allí y cerrando posteriormente la puerta.

Mientras caminaba por el pasillo pensaba: - Debo conseguir que aquel general de pacotilla me permita usar su carruaje a gusto, además de obtener dinero y un lugar donde quedarme a descansar .... en esta porquería no pienso dormir.

Sin darme cuenta estaba en la salita de espera y una voz femenina me preguntaba: - ¿Cómo se encuentra? Volteé rápidamente en dirección donde se producia el sonido y noté que aquella mocosa que se había introducido en mis jardínes se encontraba allí sentada, aguardando una respuesta. La miré de reojo permaneciendo en mi posición, respondiéndole su pregunta: - Aquel viejo no me ha dicho nada ... solo queda esperar por ahora ...

Por ese instante había sido la verdadera Ambrose, sin dulzuras ni elegancias, cortante y tajante, permanecí así unos momentos mientras mis dedos seguían juguetenado con aquel anillo, sorpresivamente caminé en dirección a aquella jovencita y me puse frente a ella, de pie, con una mirada sombría, sonriendo con la pura maldad dibujada en mis labios, me quedé mirándola, detallandómela, se veía tan frágil, tan tierna, tan delicada; seguí moviendo aquel anillo en mi dedo y en medio de aquel silencio repliqué: - Finalmente estamos tu y yo ... Mi voz era profunda y un tanto tenebrosa, dejé el jueguito del dedo y el anillo y llevé mi mano derecha a levantar su rostro por el mentón haciendome inclinar hacia ella, retomé nuevamente: - ... a solas ... quiero saber ¿Quién demonios eres y qué hacías en mis tierras? y más te vale tener una buena respuesta o te aseguro que tus días estarán ... contado en un reloj de arena.

Terminé acariciando la parte baja de su mejilla izquierda con mi dedo pulgar, mirándola a los ojos y sonriéndole mientras lo hacia.

por Bárbara Lun Feb 07, 2011 5:23 pm

Finalmente había llegado, hoy era un día en que solo me la había pasado caminando, aunque era un poco tarde las luces del local estaban encendidas, me detuve en la puerta, justo antes de estar suspire, tratando de tomar aire y de paso fuerzas para continuar, atravesé un buen camino para llegar en cuestión de minutos donde el viejo decrepito del médico.

La puerta estaba abierta algo timida asomé mi cabeza, no veía a nadie cerca, ingresé finalmente diciendo: - Toc toc .... Oye viejo estás aquí? No conseguí respuesta por lo que opté en ingresar y atravesar el pasillo, al hacerlo sentí algo extraño, el ambiente se sentía algo pesado, en la pequeña sala de espera habían dos mujeres, una inclinada y la otra sentada, una escena bastante sugestiva aunque había algo en ellas que no me gustaba nada, sobre todo en la mujer que se encontraba como susurrandole algo a la otra, la pelinegra tenía un aura intimidante.

Continué mi marcha mirandolas de reojo hasta que finalmente se perdieron de mi vista, sorpresivamente me choqué con el viejo que venía a mitad de camino y no me había percatado de ello, sin esperar le dije: - Oye anciano, quienes son esas dos, la zorra de pelo negro se nota que es más mala que la perra que tenemos por Emperatriz

El médico sonrió sin darme respuesta alguna, hice una mueca de desagrado dado que nunca decía más de lo que era necesario el anciano ese, cerré mis ojos y estirando mi mano derecha repliqué: - Vine lo que le das a mi chicas ... tardé porque lo había olvidado por completo. Sacando la lengua como un gesto infantil y juguetón.

El anciano al poco rato depositaba en mi mano unos pequeños sobres, cerré el puño y me volteé dandole la espalda, levanté mi mano izquierda e hice un gesto de despedida diciendo simultaneamente: - Gracias viejo .... las chicas te lo agradeceran.

Volví a pasar por el pasillo, esta vez pasé de mirarlas pero ahora sentía el perfume un delicioso aroma, no sabría cual de las dos era la propietaria pero se notaba fino, casi llegando a la puerta dije: - Eso es lo único que nos diferencia entre las grandes "damas" de Roma y nosotras .... huelen mejor que las putas! jajajajajajajajaja

Saliendo de allí sin esperar palabras ni acciones de nadie.

por Aixa Mar Feb 08, 2011 12:10 am

Sentía las manos de la mujer de cabellos negros en mi barbilla sin embargo no se soltó. Antes de que pudiera replicar una mujer (a la cual no había visto entrar) paso y de salida comento:

- Eso es lo único que nos diferencia entre las grandes "damas" de Roma y nosotras.... huelen mejor que las putas! jajajajajajajajaja

Aixa sonrió con cinismo a la vez que en sus ojos destellaban de forma macabra. De un tión se soltó de la mano de Ambrose y acerco su rostro al de ella hasta quedar a centímetros apenas. Entonces hablo con rapidez y firmeza, su rostro se había transformado y ahora ya no mostraba la fragilidad y dulzura de minutos atrás, ahora era un pequeño demonio de facciones lindas.

- Mi nombre es Aixa Señorita, y estaba buscando a la dueña de aquel lugar – en aquel momento se paró y se volteo caminando un par de pasos lejos de la mujer que parecía clavarle los ojos en la espalda como si intentara apuñalarla.

- Maldita perra…si quiero aquella información sobre la Villa del Casale debo seguir comportándome como una niña inocente.

- Espero no haberla incomodado, esa no fue mi intención en ningún momento – comentó con su vocecita dulce mientras se volvía para mirarla a los ojos. Su rostro angelical de cabellos liliáceos mostraba pena, como si lamentaba muchísimo el inconveniente. – Ahora si me disculpa iré a dar una vuelta por los alrededores pues necesito algunos objetos, luego me dirigiré a una taberna que vi cuando pasábamos camino a este consultorio, si desea encontrarme allí luego tenga por seguro que la estaré esperando y si no es así la volverle a ver en ese lugar, pues deseo hablar con usted cuando los ánimos se calmen

por Ambrose Miér Feb 09, 2011 10:34 pm

Sostenía el rostro de aquella jovenzuela acariciandoselo, por un momento opté por enterrarle las uñas mientras se lo seguía sosteniendo, la dureza que reflejaba mi rostro mientras mis ojos se clavaban en los de ella fue por decirlo así "interrumpida" por una mujer que exsudaba ser una completa ordinaria, giré mi rostro para verla en el momento en que su presencia fue detectada por mi, lastimosamente la había perdido de vista en el momento en que atravesó el pasillo, no había que ser erudito para saber a que venía la mujerzuela esa.

Seguía esperando que aquella señorita me respondiera, a nueva cuenta aquella mujer volvía a pasar y antes de salir completamente del local expresó: - Eso es lo único que nos diferencia entre las grandes "damas" de Roma y nosotras.... huelen mejor que las putas! jajajajajajajajaja. Rápidamente la expresión de la damisela cambió por completo mostrandose en ese momento como verdaderamente era, sorpresivamente retiro de un tirón mi presión de su rostro, sentí un impulso extraño, era la primera vez que me retaban de tal manera ocultando bajo una inocente y dulce sonrisa quien en realidad era, sonreí al ver aquella actitud mientras veía como aquella jovencita se marchaba dandome la espalda y dandome una respuesta. Caminé hacia los asientos, me senté, crucé las piernas y escuché atentamente las palabras que me daba aquella impetuosa señorita.

Ella terminó finalmente su parlamento, agregando al final que se marchaba y me esperaba en una taberna o bien en alguna parte para terminar de hablar, sonreí y limpié mi garganta antes de decir algo. En tono suave pero directo: - Sólo las putas van a los bares o tabernas de esta ciudad, si deseas hablar conmigo Aixa deberas simplemente ... encontrarme, por lo menos ten algo seguro, un lugar donde podemos cruzar es este local.

Mi mirada se hacía más dura y amenazante, ella podía sentir mis ganas de acabarla en ese instante con tan solo mirarle la espalda. Seguí mirandola mientras comenzaba a juguetear con mi anillo, viendo como se alejaba y desaparecía de mi vista.

- Ahora solo encontrar un buen lugar donde pasar la noche.

Tomando el anillo y mirandolo detenidamente.

por Nicole Vie Feb 11, 2011 8:03 pm

Nicole se encontraba en la villa casale antes de que aquel mal le sucediera, mientras abrazaba a su nueva hermana llamada ambrose sintio una gran alegria y felicidad cuando de la nada comenzo a sentirse debil y rapidamente se desvanecio sin poder decir una sola palabra callendo directamente a los brazos de ambrose no sabia que era lo que le pasaba sentia como ambrose le daba pequeñas palmadas para que despertara y algunas gotas las cuales penso que quizas comenzaba a llover pero en en realidad las lagrimas de ambrose pudo darse cuenta cuando su hermana la llamaba desesperadamente queria despertar pero realmente no podia estaba totalmente debilitada, por algunos minutos sintio movimientos los cuales fueron creador por el general que la llevaba en sus brazos,despues estos sesaron solo podia escuchar algunas voces no se daba cuenta de todo el movimiento que se hacia con respecto a su recuperacion

por Ambrose Sáb Feb 12, 2011 9:14 pm

Permanecí sentada un momento más, mirando aquel anillo mientras pensaba que debia hacer, ir al banco o buscar algun hospedaje medio decente para pasar la noche. Me levanté caminé pausadamente sin ningún apuro hacia la habitación donde se encontraba aquel medicucho, pensaba en la clase de gentusa que ingresa en este lugar, pero bueno no era hora de hacer remilgos, abrí la puerta y el anciano se encontraba al lado de la cama de Nicole, lo miré levantando una ceja, con voz un tanto desinteresada repliqué: - Le dejo el cuidado de mi hermana esta noche, no dormiré .... aquí

Sin esperar respuesta y sin cerrar me alejé de allí, atravesando el pasillo y posteriormente la puerta del local, en la entrada miré a ambos lados para situarme en donde estaba y no correr riesgos innecesarios, estaba oscureciendo pero aún no estaba entrada la noche, por lo que podría aprovechar e ir al banco a sacar un poco de dinero de Máximo, de algo debía servir el pedazo de anillo que había encontrado en Casale, aún lo tenia entre las manos, lo tomé y lo guardé de nuevo dentro de la bolsa de terciopelo.

Suspiré, me erguí y dibujé una dulce y cálida sonrisa sobre mis labios, el cochero se encontraba en el mismo lugar donde se había aparcado para dejarnos al General, a mi y a mi hermana, me acerqué al carruaje y en dulce voz esbocé: - Buena noche... espero no incomodar pero no recuerdo las órdenes instauradas por su patrón... Me quedé callada, esperando alguna reacción de su parte sin notar ninguna retomé: - ... asumo que sus órdenes son servirme a mi en nombre de mi hermana Nicole... hice una nueva pausa, y abriendo la puerta del carruaje dije: - Siendo así ... lleveme al banco por favor. Montándome y esperando que el tipo del carruaje iniciara la marcha, tardó un momento en hacerlo pero finalmente lo hizo.

por Nicole Sáb Feb 12, 2011 11:37 pm

despues de haber pasado algunas horas Nicole comenzo a tener unas horribles pesadillas la cual se trataba de que nadie la queria, estaba sola y desamparada, despues que aque joven general estaba casado y que ella era una pordiosera sin hogar, familia y ninguna clase de afecto, su cuerpo comenzaba a sudar, cuando de pronto desperto gracias a los tratamientos medicos, una vez abiertos sus ojos ella se lebanto quedandose en la cama miro a aquel anciano - ¿usted es el medico?- aquel anciano solamente le sonrio dandle a entender que asi era - Muchas gracias, le agradesco haber cuidado de mi - le dijo con una sonrisa miro hacia ambos lados y se percato de que no se encontraba el general y su hermana y penso *quizas talos tenia cosas que hacer antes de perder su tiempo conmigo, pero que paso con ambrose* - Disculpe señor pero me podria decir donde esta mi hermana- aquel hombre se acerco y se sento aun lado de su cama -aquella mujer salio - su cara cambio y puso una cara de tristeza ya que no habia nadie en el momento que ella desperto *ahora que lo pienso porque estaba talos en mi sueño? hay no que es la pesadilla mas horrible que eh tenido * - muy bien señor no hay nadie aqui? de los jovenes que vinieron conmigo?- aquel anciano le respondio - creo que esta un joven haya afuera- *aqui esta* penso un tanto sonrojada - permitame jovencita ire aver si hay alguien que venga aver ahora que esta mejor-

por Nicole Sáb Feb 19, 2011 3:13 pm

Al momento de que el doctor salio de la habitacion rapidamente nicole se puso de pie y se dispuso a salir apesar de ser muy noche y haber estado todo ese tiempo en la cama penso que quizas era mejor buscar algun hospedaje ya que aun le quedaban algunas monedas a que el general pago el vestido por ella, penso en buscar alguno que tuviera algunas de sus comodidades pero al mismo tiempo no tan caro - uffff bueno lo mejor sera buscar uno tendre que ir a pie ya que no cuento con ningun carruaje- dio algunos pasos - pero..... que paso con ambrose? , oh si ya lo recuerdo salio lo cual es extraño porque es muy tarde ... bueno alo mejor no se quizo quedar en el hospital, despues de descanzar un poco mas ira a buscarla tambien que habra pasado con Talos quizas seguia en el consultorio y como no me quede nunca lo sabre tambien tendre que buscarlo para agradecerle- camino seria por algunos momentos buscando algun lugar donde alojarse -se que no devi salirme ... pero necesito un tiempo a solas,me alegra haber encontrado a una nueva hermana y aun joven tan amable como Talos pero creo que necesito tiempo para poder asimilar mis sentimientos-

por Ambrose Dom Feb 20, 2011 12:45 pm

Había salido de aquel lujuso hospedaje camino al consultorio médico, debía informarle al medicucho ese donde me hospedaba por si se presentaba algo de urgencia o debía avisarme algo con respecto a Nicole, atravesé a nueva cuenta el gran salón y el cochero se encontraba allí, lo miré, asenti con la cabeza y abrí la puertezuela, antes de ingresar completamente le dije: - Al consultorio médico. Ingresando al carruaje completamente.

El viaje no presentó muchas novedades, llegamos rápido al consultorio, descendí para informar al viejo sobre el lugar donde me estaba quedando, sorpresivamente vi a una chica salir de aquel local.

Levanté la vista, permaneciendo un momento inmóvil, tratando de reconocer dado que se me hacia bastante familiar, sus cabellos, sus ropas, su piel. Continué mirándola mientras pensaba: - No creo que sea..... de pronto interrumpiendo mis pensamiento y dando unos grandes pasos apresurandome a alcanzarla grité: - Nicole!!!!!!!

Extiré mi mano para alcanzarla, alcanzando a tocar su hombro, completamente fuera de mi, la miré inquisitivamente, tratando de obtener una explicación al mirarla, con dura voz esbocé: - ¿Qué estás haciendo y porqué estás .... No alcancé a terminar la frase cuando recordé que estaba consciente, repentinamente un impulso me llevó a abrazarla y arroparla en mi pecho, murmurando: - Estás bien!!!!!! Acaricié sus cabellos claros, su piel se sentía tibia, ya comenzaba a hacer frío por lo que alejandola un poco de mi pecho, levantadole la cabeza para mirarla directamente a los ojos le dje: - Este no es el lugar y mucho menos la hora para que la princesita de Casale ande por las peligrosas calles de Roma, ya conseguí un hospedaje, entra al carruaje y vamos a descansar. Sonriendole al terminar mis palabras

Giré para dirigirnos al carruaje, pero antes de que alguna lo hiciera le dediqué una dulce mirada y expresé: - Esperame dentro del carruaje mientras hablo con el galeno y pagar lo pendiente.

Alejandome de ella y entrando al local.

por Ambrose Jue Feb 24, 2011 8:54 pm

Nicole parecía un tanto ida, pensativa, no había recibido respuesta alguna de su parte, la dejé un momento y me retiré de su presencia, ingresé al local donde todo se mantenía igual que unas horas atrás lo había dejado.

Atravesé el pasillo mirando la salita de espera mirando si aquella chica sospechosa que había invadido mis terrenos se encontraba allí, en una rápida inspección no lo parecía, continué sin haberme detenido un poco para llegar finalmente a la habitación - consultorio del médico.

Tomé la perilla pero no abrí la puerta, me detuve abruptamente en el momento en que murmuraba para mí misma: - Demonios, con qué le pagaré a este viejo si no traje ni una moneda de cobre. Hice una mueca de enfado, no sabía que mi tonta hermanita despertaría tan pronto.

Finalmente abrí sin tocar, el anciano se encontraba organizando y ordenando, entré dejando la puerta semiabierta, tomé asiento en el mismo lugar donde me había sentado a esperar, sin mirar al viejo esbocé: - Veo que mi hermana despertó ... lo que debo suponer que sus"cuidados" fueron efectivos y dieron más que resultado, ahora podría decirme el precio de tales efectos para hacerlos pagaderos el día de mañana. Terminé levantando mi vista y mirandolo a los ojos fijamente, no me molestaría en preguntar si aceptaria tal pago al dia siguiente al fin y al cabo era mi dinero, era mi hermana y no creo que sus supuestos cuidados hayan hecho algo al respecto.

El anciano simplemente sonrió, esperé un buen tiempo una respuesta de su parte, el tiempo pasaba y el tipo este solo seguía en sus cosas, por un momento pensé: - Acaso éste piensa que sé su tarifa o eso es de conocimiento público ..... Malditos Romanos!!! ... cómo odio esto. Esperé un par de minutos más, me levanté, suspiré y di media vuelta dandole la espalda al galeno y dije: - Mañana a primera hora tendrá lo que yo considere conveniente a sus servicios. Saliendo de la habitación cerrado posteriormente la puerta.

Volví a recorrer el pasillito, a paso apresurado una vez cerca volví a mirar si estaba allí la chiquilla insolente pero una vez más su presencia allí era inexistente.

Salí del local y rápidamente me monté al carruaje diciendole al cochero: - Al hospedaje.

Cerrando la puertecilla y esperando irnos de ahi.

por Talos Lun Mar 07, 2011 8:45 am

Fue sumamente extraño no ver al cochero ni al carruaje que había dejado en el consultorio medico, solo encontró al guardia al que le había ordenado que se mantuviera allí y estuviera pendiente de la salud de Nicole, el soldado le indico que la chica había despertado pero ya no se encontraba en ese lugar, al entrar al consultorio medico, el doctor le dio la misma razón, asi como la extraña hermana recién aparecida de Nicole, Ambrose se había ido con su cochero y su carruaje algun sitio a Roma.

Talos no sabia que creer, si había sido tomado por tonto o si algo relativamente malo le había pasado a Nicole, pero la primera premisa empezaba a tomar fuerza en su corazón, tal vez solo fue usado por ese par de mujeres que montaron un teatro sobre el general para que les ayudara a movilizarse por Roma, que tonto se sentía, se suponía que el era el quien engañaba y mentia, igual no tomo las cosas tan mal como esperaba antes le causo gracia el asunto, ya dejando a un lado el asunto debía partir, monto su caballo y se dirigió en dirección a la entrada de Roma, estaba seguro que la caravana que traia los despojos mortales del emperador ya había llegado.

por Michiru Vie Mayo 13, 2011 5:19 pm

Al salir de la tienda de ropa le comenzó a doler el brazo unas pequeñas punzadas sentía sobre su brazo, no podía moverlo con mucha libertad a causa que le lastimaba, coloco su vestido nuevo sobre el brazo izquierdo y comenzó a buscar algún medico para que la examinara mejor, ya que no quería tener el brazo roto, continuo caminando por las calles del mercado observando detalladamente los edificios buscando alguno donde se encontrara el medico, hasta que encontró, observo la perilla y con dificultad logro abrir aquella puerta al entrar se trataba de un pequeño consultorio no se veía presencia de nadie -¿Hola?¿Hay alguien?- aquella pregunta no se hizo esperar y una voz muy débil se logro escuchar -Muy buenas tardes tenga usted- musito la joven de cabellos verdes hacia el medico - Buenas en que puedo servirle- dijo el doctor, Michiru observo su brazo derecho y el doctor se percato de aquel rasguño y le pidió que se sentara, ella rápidamente obedeció y dejo que el medico la revisara, realizo varias pruebas las cuales rápidamente le dieron el diagnostico - Muy bien señorita parece que ese golpe no es de gravedad- Michiru suspiro aliviada - solo tiene que moverlo lo menos posible ya que esta un poco hinchado, esperemos que la hinchazón baje y se encontrara mucho mejor- Michiru le agradeció por sus servicios y le pregunto al medico cuanto era pos sus honorarios, aquel anciano le dijo el precio así Michiru le pago y salio del lugar

por Drakins Sáb Mayo 14, 2011 1:42 pm

Luego de un tiempo caminan por el mercado, llego a una especia de consultorio médico, por lo que decía el edificio. Que hago aquí? si yo me siento bien, parece que aun sigo perdido que flojera ahora sí que tengo. El joven guerrero a servicio de la diosa athena, seria caminando como si nada, no tenia de otra más que seguir su camino, puesto que eso le tocaba hacer, para poder salir de ese, tenía que entrar en aquel lugar para poder salir del mismo. Entrando por aquel gran edifico, noto que avía muchas personas en el, era impresionante la cantidad.

De muertos o casi muertos que avía en un lugar, que a pesar de eso, parecía tan concurrido y tan, pacifico, el mismo no podía creerlo. Sería su camino como si nada viendo a cada persona viendo cada detalle para no perderse de algo interesante, que posiblemente pudiera tener ese lugar.

Que flojera hasta este consultorio está muerto, que deprimente, este lugar, esta gente no tiene esperanzas de vivir vienen a que le digan que se van a morir para terminal de hacérselo.

Todo el lugar y el gran edificio era el mismo, las esperanzas perdidas, y todo el mundo listo para morir, eso le dio más flojera aun a drakins, que siguió su camino rápidamente, no quería seguir observando como la humanidad se echaba a morir.

por Solomon Lun Mayo 16, 2011 8:57 pm

Qué mundo para loco el que le rodeaba, sin tiempo, ni espacio, tal como un sueño, pero no se sentía así, parecía real, Solomon tenía conciencia de cada escenario, acto o detalle de lo que se iba presentando a sus ojos, todo resultaba fantástico y a la vez familiar. Incluso aquel oscuro pasaje en el cual vio a Archer. Pero...porque?¿

Qué relación le vinculaba con Archer?...está bien, eran conocidos, su nexo tenía nombre propio, Lin, la princesa que vino de aquella remota provincia al norte del mundo conocido, pero ¿Y qué más? Solo eso. Acaso Lin llevaba en sus manos algún secreto que no fuera revelado?...imposible, aquella joven solo vino para contraer matrimonio. No. Eso no es verdad...Ella es la guardiana de Lydia, su prima y enemiga, Afrodita. ¿Era justo juzgarla?...

Recuerdos...un mundo dentro de otro. La confusión de lo que es verdad y sueño se desvanece, el joven sentía lo mismo que en el Olimpo, poco antes de desmayarse...acaso es fue un sueño?...No. Eso paso, aunque pareciera ridículo, él estuvo en el reino de Zeus, un mortal pisando tierra sagrada, no por voluntad propia, sino, por la de “ellos".

Quienes "ellos"?¿...sus parientes, conocidos, amigos...todos resultaron ser dioses o protectores de tales.

No divagues.

Le dijo la mujer sentado entre rosas de color antinatural, sus manos gráciles tocaban las de él, más él retrocedía, no confiaba en ella, aunque su color de voz resultaba de rato en rato embriagante.

Eres también una diosa, no?

Aunque su rostro estuviera borroso, Solomon sabía con certeza absoluta que le miraba.

Contesta. Que significa este mundo, que son aquellas nubes rojas que nos cercan, estoy enjaulado acaso?!

Alto. Que nubes rojas?

Sorprendido de la respuesta de la mujer, se arrodillo y le indico con el dedo hacía todos los puntos cardinales. Fue allí cuando despertó, sin poder aclarar con la extraña la existencia o no de aquellas nubes que tanto le han seguido y atormentado.

Estaba sobre la cama, el cantar de las avecillas cortaba el absoluto silencio de la sala de reposo, solo así supo que seguía con vida.

Me estaré volviendo loco, ya no se que es sueño y realidad.

La puerta comenzó a sonar, alguien estaba por ingresar...

por Diva Mar Jun 07, 2011 1:03 am

La destrucción, un sentimiento la llenaba cuando veía como todo era reducido en simples cenizas. Sus ojos cambiaban en distintas tonalidades, las mismas que alcanzaba a ver detrás de las llamas extinguiendo todo rastro de vida, un pequeño acto de misericordia para aquellos que habían caído en esa vida de esclavitud. Los gritos se alzaban en una eterna desesperación mientras Ushuriel elevaba su cosmos tratando de llamar a Steven, estaba preparada para el evento que se aproximaba, un castigo que quizá le costara la vida.

El viento la rodeaba apagando el fuego que ella había visto nacer, aunque era demasiado tarde, nada se salvó después de desatar su cosmos. Siendo lanzada traspasaba el muro, no le culpaba por su actitud de completa arrogancia, sabía que se merecía aquel castigo más que nadie pero el no soportar el ser comparada con Madareth le colmo la paciencia.

- Hellgorak.. los santos de Athena ya saben…

Los escombros caían sobre su armadura, la única verdadera protección que poseía. Siendo sujetada por la cola de la armadura de Steven fue impulsada hacia la dirección que se encontraba… ¿esa misma energía?...

Al parecer sus asuntos con ese hombre no concluyeron del todo en el Senado, como un cometa que se estrella sobre la tierra su cuerpo sufrió ese impacto apenas recuperando la consciencia… esperando que Steven la encontrara….

por Steven Mar Jun 07, 2011 1:16 am

Los Santos de Athena no son una preocupación…de hecho, son basura. dijo Hellgorak el Invencible mientras sus alas se expandían en toda su inmensidad para así llegar al lugar en donde había impactado Ushuriel: el consultorio médico donde parecía reposar la fuente de toda aquella energía que si bien no era muy potente, demostraba cierto tono de divinidad…era un peligro potencial que al tiempo podía volverse una verdadera molestia. Entre los escombros y los gritos de las personas que seguían el camino de destrucción que dejaban los Berserkers conforme hubieron avanzado por las calles de Roma hasta aquel sitio, Steven aleteó una sola vez para despejar las rocas que cubrían a Ushuriel y así dejar que esta se levantara. Había llegado el momento de encarar a aquel sujeto…a aquel ente que parecía presentar el potencial de ser un obstáculo para el dios de la guerra violenta: Ares. Bien… creo haber sentido esta energía antes…en el senado justo después de haberme ido…no es cierto, Ushuriel? dijo Hellgorak con aquel tono de voz tan suyo y monótono, así como desinteresado. Sabes lo que significa esto, debemos limpiar el camino para que nuestro señor pueda andar por la tierra sin problema alguno…así que es hora de eliminar esta plaga. Vamos…preséntate, seas quien seas…preséntate para así poder aplastarte bajo mi bota. retó Hellgorak con su cabeza ladeada, sintiendo a su lado la presencia de Ushuriel y sabiendo que de llegar a ser necesario tendría que usarla para su beneficio…de una forma u otra. Después de todo la Ejecutora del Fuego no era más que un instrumento de destrucción, un instrumento que apisonaba el terreno por donde caminaría el señor de la guerra. Y bien? Debo sacarte a golpes?

-------

Offrol: Bueno, aquí llego con Diva/Ushuriel para retar a Solomon a una narrada doble (léase como Hellgorak & Ushuriel VS Poseidón) para terminar los asuntos que tienen pendientes y eliminar a la competencia (nada personal). Como sea, decisión tuya mi estimado Pose :3

Saludos o/

por Solomon Mar Jun 07, 2011 9:51 pm

Minutos antes del despertar del joven, un sequito de ilustres visitantes habían llegado de distintas partes de la apocalíptica Roma. Llevaban en sus mentes un único motivo: la esperanza de sobrevivir al manto oscuro de la muerte, pues, conocían las últimas palabras del par de senadores, que además de Solomon, llegaron a sobrevivir solamente para exhalar con tenue voz el nombre de quien debería ser el gran salvador del imperio. Solomon. El mortal que se opuso al avance del fuego y a la ira de los dioses logrando hacer retroceder a sus más terribles bestias.

Se dice que el destino, Moros, cambia constantemente el final de cada historia, siendo un personaje caprichoso capaz de crear y recrear la ruta del futuro. Esto resulta totalmente falso, un secreto que ni siquiera los Olímpicos manejan, ya que Moros no es uno, sino una composición de infinidad de rutas paralelas que recrean cada una un único final. Siguiendo esta premisa, se podría decir que si aquellos ilustres se hubiesen reunido al canto del gallo aclarando los asuntos importantes sin dejar perder una hora en pleitos egoístas habrían logrado llegar una hora antes de la que llegaron, el tiempo suficiente para trasladar al inconsciente Solomon a un sitio más seguro. Liberándose así de la funesta aparición del par de Berserker que acabarían fulminantemente con sus vidas con su sola presencia.

Sus cuerpos quemados quedaban bajo las paredes del consultorio derruido por el cosmos de los guerreros de Ares, perdiéndose con ello, el pequeño baúl que guardaba en su interior la corona de Laurel que proclamaría a Solomon como sucesor directo al trono.

Los escombros no terminaban de caer mientras un debilitado senador trataba deponerse nuevamente en pie. Aun sabía que ocurría, más ya lo venía intuyendo al sonido de aquellas voces.

OffRol: Acepto

por **Sasha** Mar Jun 07, 2011 10:42 pm

OFFROL

Solomon no esta habilitado a luchar un combate narrado ya que no cuenta con armadura.

Requisitos

1) Debe ser siempre de mutuo acuerdo onrol u offrol.
2) Debe portarse una armadura, quien no posea el rango de caballero de un dios o ser un dios despierto, no puede luchar narradas.
3) Sólo se puede tener una narrada abierta, independiente si es entrenamiento u batalla onrol.

Administración.

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