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Consultorio Medico
Recuerdo del primer mensaje :
Jamás Solomon se habría de imaginar que en su vida tan brillante como el sol se tuviera que mover como rata entre las sombras, pero no existía otra opción, era el precio que tendría que pagar por mantener la paz y felicidad de su tierra, Roma.
Había aprendido mucho de Diva sin haberse dado cuenta, recién daba luces de eso en tanto proseguía su camino hacía la casa de aquel medico, quien era un hombre conocido de su casa, ya un anciano pero que su experiencia le podría tender la mano en esta clase de situaciones, se decía en el pasado, que aquel hombre fue hallado con varias amantes en su villa y que el padre se Solomon intercedió para que no se tomara mano severa en contra del sujeto que agradecido le sirvió fielmente como doctor de cabecera para su familia.
Solomon confiaba en que aquella relación fuera lo suficientemente estrecha como para ayudarle para lograr salir de Roma y llegar a Egipto sin contratiempos. Pronto llego a aquella casa de medicina que se ubicaba en el centro romano. Toco un par de veces en la entrada posterior del local siempre tomando en hombros al inconciente primo. Una enfermera lo recepciono, conocía muy bien a Solomon y al verle el rostro supo de la urgencia del asunto así que lo paso de inmediato al medico.
Solomon paso media hora en contarle lo sucedido, omitiendo algunas partes a su favor, su maestra le había enseñado bien pues el doctor no sospecho de nada.
Bien Doctor, necesito este trabajo…que puede aplicarse en mi primo para que no despierte en mucho tiempo?
El viejo tomo algunos minutos para pensarlo, dándole vuelta comenzó a desempolvar algunos libros, leyendo atentamente su lista escrita, pronto su semblante demostró un entusiasmo añejo y casi sin vida.
Existe esta pócima, fermentado por más de dos largos años de una planta que pocos hombres han visto en vida, se la conoce como la hierba del lago del olvido, proveniente desde la profundidad del Hades.
De inmediato el se acerco al cuerpo de Gelum que yacía sobre una cama, tomando la boca del chiquillo se la hizo beber. Solomon se acerco para contemplar el bizarro suceso.
Le aclaro esto, no deseo que muera de ninguna forma.
El medico le increpo con la mirada, a lo cual el senador asintió para luego sentarse.
Lo que pasara será lo siguiente Solomon: el muchacho despertara en 24 horas, quedara despierto una hora exacta y volverá a caer dormido otras 12 horas más, ese intervalo ocurrirá algunas veces más hasta que finalmente regrese a este mundo completamente sano, eso si, sin memoria de lo sucedido la semana previa a la toma de este brebaje…
Eso quiere decir…
En efecto mi hijo, no tendrá conciencia de lo que le paso de este día…es el favor que le debía a tu padre, no?
El senador le agradeció como nunca, luego tomo a Gelum por sobre su espalda y se lo llevo, el medico también se encargo mediante una pomada de que no quedara ningún moretón sobre el abdomen del muchacho, lo demás quedaba en cuenta de Solomon quien ahora se dirija a la villa de Fye.
Jamás Solomon se habría de imaginar que en su vida tan brillante como el sol se tuviera que mover como rata entre las sombras, pero no existía otra opción, era el precio que tendría que pagar por mantener la paz y felicidad de su tierra, Roma.
Había aprendido mucho de Diva sin haberse dado cuenta, recién daba luces de eso en tanto proseguía su camino hacía la casa de aquel medico, quien era un hombre conocido de su casa, ya un anciano pero que su experiencia le podría tender la mano en esta clase de situaciones, se decía en el pasado, que aquel hombre fue hallado con varias amantes en su villa y que el padre se Solomon intercedió para que no se tomara mano severa en contra del sujeto que agradecido le sirvió fielmente como doctor de cabecera para su familia.
Solomon confiaba en que aquella relación fuera lo suficientemente estrecha como para ayudarle para lograr salir de Roma y llegar a Egipto sin contratiempos. Pronto llego a aquella casa de medicina que se ubicaba en el centro romano. Toco un par de veces en la entrada posterior del local siempre tomando en hombros al inconciente primo. Una enfermera lo recepciono, conocía muy bien a Solomon y al verle el rostro supo de la urgencia del asunto así que lo paso de inmediato al medico.
Solomon paso media hora en contarle lo sucedido, omitiendo algunas partes a su favor, su maestra le había enseñado bien pues el doctor no sospecho de nada.
Bien Doctor, necesito este trabajo…que puede aplicarse en mi primo para que no despierte en mucho tiempo?
El viejo tomo algunos minutos para pensarlo, dándole vuelta comenzó a desempolvar algunos libros, leyendo atentamente su lista escrita, pronto su semblante demostró un entusiasmo añejo y casi sin vida.
Existe esta pócima, fermentado por más de dos largos años de una planta que pocos hombres han visto en vida, se la conoce como la hierba del lago del olvido, proveniente desde la profundidad del Hades.
De inmediato el se acerco al cuerpo de Gelum que yacía sobre una cama, tomando la boca del chiquillo se la hizo beber. Solomon se acerco para contemplar el bizarro suceso.
Le aclaro esto, no deseo que muera de ninguna forma.
El medico le increpo con la mirada, a lo cual el senador asintió para luego sentarse.
Lo que pasara será lo siguiente Solomon: el muchacho despertara en 24 horas, quedara despierto una hora exacta y volverá a caer dormido otras 12 horas más, ese intervalo ocurrirá algunas veces más hasta que finalmente regrese a este mundo completamente sano, eso si, sin memoria de lo sucedido la semana previa a la toma de este brebaje…
Eso quiere decir…
En efecto mi hijo, no tendrá conciencia de lo que le paso de este día…es el favor que le debía a tu padre, no?
El senador le agradeció como nunca, luego tomo a Gelum por sobre su espalda y se lo llevo, el medico también se encargo mediante una pomada de que no quedara ningún moretón sobre el abdomen del muchacho, lo demás quedaba en cuenta de Solomon quien ahora se dirija a la villa de Fye.
Solomon- Dios/a
- Reino : Atlantida
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AD - Anillo Azul de Neptuno (5400)*
AD - Atracción del rey de las sirenas (5500)*
AM - Ojos Divinos de Oro (5900)*
AF - Cadenas al Cielo (6600)*
Defensa :
Muro Divino Mitológico
DE - Sagrado Manto del Alma
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Re: Consultorio Medico
La mujer se levantaba con las pocas fuerzas ya recuperadas, no podía permitirse dar el lujo de al menos descansar y volver en otra ocasión, ahí era pelear incluso contra la misma muerte si era necesario, si no eras considerado tal como decía Hellgorak “basura”. Un hilo de sangre recubría la comisura de su labio izquierdo, casi con desdén pasaba restregando el dorso de su mano para tratar de apartar aquel líquido carmín que contrastaba sobre su piel. Había sido humillada por un niño.. subestimando a su propio enemigo, la ejecutora se preocupó tanto en su juego que perdió de vista su verdadero objetivo.
Una energía más que conocida se hacía presente, el cuerpo de la castaña se paralizaba completamente… sus ojos casi se desorbitaban al sentir como no podía gobernar sus propios movimientos.. los recuerdos que afloraban de su piel le impedían seguir el paso, no le agradaba pero antes de que pudiera continuar, el demonio que comandaba las llamas parecía provocarle…
Estaba siendo llevada por un impulso, su cosmos se encendía de tal forma que rodeaba en llamas todo ese perímetro, incluso esa casa donde se hallaba dicho poder. Estiró su mano apretando la muñeca de su acompañante, por mucho que deseara guardar ese secreto tenía que advertirle.
- Maldición deja de pensar en la destrucción y comienza a darle uso a ese cerebro que tienes!!!… Estoy de acuerdo en seguir tus órdenes.. somos piezas… pero jamás subestimes al enemigo..
Exclamar eso ya era humillante, sus dientes tal parecían rechinar unos contra otros de la furia que sentía. Desprendiendo un calor casi exorbitante lograba quemar a Steven lacerando su piel a pesar de que le recubría su armadura.
- Los santos comienzan a moverse y tú te preocupas por un avatar que ni siquiera ha logrado despertar de su letargo.. peor aún… todos hemos sido vulnerables a las emociones humanas logrando nuestra llegada a este mundo… ¿eso quieres?.. que por tu idiotez traigas al mundo…
Off Rol: manipulación aceptada por Steven.
Una energía más que conocida se hacía presente, el cuerpo de la castaña se paralizaba completamente… sus ojos casi se desorbitaban al sentir como no podía gobernar sus propios movimientos.. los recuerdos que afloraban de su piel le impedían seguir el paso, no le agradaba pero antes de que pudiera continuar, el demonio que comandaba las llamas parecía provocarle…
Estaba siendo llevada por un impulso, su cosmos se encendía de tal forma que rodeaba en llamas todo ese perímetro, incluso esa casa donde se hallaba dicho poder. Estiró su mano apretando la muñeca de su acompañante, por mucho que deseara guardar ese secreto tenía que advertirle.
- Maldición deja de pensar en la destrucción y comienza a darle uso a ese cerebro que tienes!!!… Estoy de acuerdo en seguir tus órdenes.. somos piezas… pero jamás subestimes al enemigo..
Exclamar eso ya era humillante, sus dientes tal parecían rechinar unos contra otros de la furia que sentía. Desprendiendo un calor casi exorbitante lograba quemar a Steven lacerando su piel a pesar de que le recubría su armadura.
- Los santos comienzan a moverse y tú te preocupas por un avatar que ni siquiera ha logrado despertar de su letargo.. peor aún… todos hemos sido vulnerables a las emociones humanas logrando nuestra llegada a este mundo… ¿eso quieres?.. que por tu idiotez traigas al mundo…
Off Rol: manipulación aceptada por Steven.
Diva- Berseker de Ares
- Status : MUERTA
Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Danza de las cuchillas (1350)
Defensa :
Portal Hell
Cantidad de envíos : 179
Re: Consultorio Medico
Te equivocas Ushuriel…no pienso en la destrucción, de hecho…tengo la sensación de que quien subestima al otro aquí eres tú. Sinceramente creías que todo esto no estaba calculado? No Ejecutora…ya todo está pensado. contestó Steven mientras sentía el fuego de la otra Berserker sobre su piel como una simple brisa cálida, aún cuando pareciera que lo hería. La verdad era que sabía que por más que fuera un simple avatar sin despertar, una amenaza de tal calibre era mucho más importante de frenar antes de que se volviera una afrenta en contra del mismísimo señor de la Guerra…era algo un tanto lógico en un sentido meramente estratégico: acabar con los rellenos antes de eliminar a los oponente principales. Levantando la cabeza y dejando que sus cabellos castaños se mecieran con la violencia de las llamas de Ushuriel para así elevar sus alas y extenderlas, Hellgorak tan solo dio un aletazo que terminó por derrumbar las paredes del consultorio médico cortando a todos los enfermos con las plumas metalizadas y de esa forma “limpiar el tablero”…los únicos que quedaban en pie eran por descarte el objetivo que había ido a eliminar y los dos Berserkers.
Ushuriel...ten bien en cuenta que al finalizar con esto el campo quedará libre para eliminar a aquella que ha deshonrado el nombre de los conflictos. Que haríamos si de pronto alguna pieza desconocida entrara a jugar? Es por eso que es mejor eliminarlo… empezó a explicar Hellgorak con aquel tono tan suyo, altanero y desinteresado. No es como la conflictiva Eris, la petulante Afrodita, o la rata de Hades que ya mostraron sus colores…y este no presenta la misma aura, me entiendes? Hay algo más aquí…no solo deseos de conquista o destrucción…cierto? finalizó Steven con una pregunta que en lugar de ser dirigida a Diva, más bien iba para quien los acompañaba…algo le decía que ahora sí verían de quien se trataba en realidad, un hecho respaldado por el cosmos creciente del sujeto. El reloj del destino ya marcaba el momento decisivo…había llegado la hora de actuar.
Y como una campanada del destino la cola del Berserker Hellgorak se movió a una velocidad impresionante para atrapar al rubio que apenas si podía ponerse en pie, apretándole el cuerpo y empezando a romperle los huesos poco a poco en una presión mucho mayor a la que hacía algún tiempo hubiera usado el castaño para forzar a Ushuriel a que saliera a la superficie…pero aquella esencia que ahora se disponía a sacar a flote era algo un poco más problemático lo cual requería por supuesto, algo de “diplomacia”. Acercando al sujeto a su propia cara y dándole un cabezazo que logró romper la frente del otro y hacer surgir un chorro de sangre que le manchó la delicada cara de facciones apuestas, Steven clavó sus ojos azules en los celestes del senador, analizando todas y cada una de las cosas que la ventana a su alma le podían revelar.
Si no estoy mal…eres uno de esos “senadores” que llevan a Roma por ahí arrastrándola, imitando un supuesto “progreso”, cierto? Menuda tontería. comentó Hellgorak mientras el agarre de su cola parecía apretujar más y más haciendo que de pronto un crujido denotara que se había roto una o dos costillas. Que ha logrado eso, senador? No se supone que ustedes sirven al pueblo y deben impedir que todos sean exterminados? No lo estás haciendo muy bien…aunque debo suponer que eres de esos tantos viejos corruptos incapaces de ver más allá de su ambición. señaló el castaño con desdén mientras sus alas se extendían y con esos las plumas metalizadas adquirían un tono peligroso. Era la hora. Sientes eso senador? El pueblo que se supone debes proteger está siendo inclinado a favor de un regente mucho más capacitado que tu…oye los gritos y los lamentos de sus almas pues los he marcado a fuego. Una vez que acabemos contigo, esta ciudad será conquistada en nombre del señor de la guerra y todos serán sacrificados para crear un río de sangre que tan solo anunciará el comienzo de una nueva era…y el primer sacrificio serás tú… finalizó el Berserker para así cerrar sus alas en torno a sí mismo y hacer que sus plumas se extendieran como lanzas que penetraron el cuerpo del romano de cabo a rabo, haciendo que su sangre saltara y manchara la tierra baldía en que se había convertido el consultorio médico…
-------
Offrol: Manipulación permitida por Solomon
Ushuriel...ten bien en cuenta que al finalizar con esto el campo quedará libre para eliminar a aquella que ha deshonrado el nombre de los conflictos. Que haríamos si de pronto alguna pieza desconocida entrara a jugar? Es por eso que es mejor eliminarlo… empezó a explicar Hellgorak con aquel tono tan suyo, altanero y desinteresado. No es como la conflictiva Eris, la petulante Afrodita, o la rata de Hades que ya mostraron sus colores…y este no presenta la misma aura, me entiendes? Hay algo más aquí…no solo deseos de conquista o destrucción…cierto? finalizó Steven con una pregunta que en lugar de ser dirigida a Diva, más bien iba para quien los acompañaba…algo le decía que ahora sí verían de quien se trataba en realidad, un hecho respaldado por el cosmos creciente del sujeto. El reloj del destino ya marcaba el momento decisivo…había llegado la hora de actuar.
Y como una campanada del destino la cola del Berserker Hellgorak se movió a una velocidad impresionante para atrapar al rubio que apenas si podía ponerse en pie, apretándole el cuerpo y empezando a romperle los huesos poco a poco en una presión mucho mayor a la que hacía algún tiempo hubiera usado el castaño para forzar a Ushuriel a que saliera a la superficie…pero aquella esencia que ahora se disponía a sacar a flote era algo un poco más problemático lo cual requería por supuesto, algo de “diplomacia”. Acercando al sujeto a su propia cara y dándole un cabezazo que logró romper la frente del otro y hacer surgir un chorro de sangre que le manchó la delicada cara de facciones apuestas, Steven clavó sus ojos azules en los celestes del senador, analizando todas y cada una de las cosas que la ventana a su alma le podían revelar.
Si no estoy mal…eres uno de esos “senadores” que llevan a Roma por ahí arrastrándola, imitando un supuesto “progreso”, cierto? Menuda tontería. comentó Hellgorak mientras el agarre de su cola parecía apretujar más y más haciendo que de pronto un crujido denotara que se había roto una o dos costillas. Que ha logrado eso, senador? No se supone que ustedes sirven al pueblo y deben impedir que todos sean exterminados? No lo estás haciendo muy bien…aunque debo suponer que eres de esos tantos viejos corruptos incapaces de ver más allá de su ambición. señaló el castaño con desdén mientras sus alas se extendían y con esos las plumas metalizadas adquirían un tono peligroso. Era la hora. Sientes eso senador? El pueblo que se supone debes proteger está siendo inclinado a favor de un regente mucho más capacitado que tu…oye los gritos y los lamentos de sus almas pues los he marcado a fuego. Una vez que acabemos contigo, esta ciudad será conquistada en nombre del señor de la guerra y todos serán sacrificados para crear un río de sangre que tan solo anunciará el comienzo de una nueva era…y el primer sacrificio serás tú… finalizó el Berserker para así cerrar sus alas en torno a sí mismo y hacer que sus plumas se extendieran como lanzas que penetraron el cuerpo del romano de cabo a rabo, haciendo que su sangre saltara y manchara la tierra baldía en que se había convertido el consultorio médico…
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Offrol: Manipulación permitida por Solomon
Steven- Berseker de Ares
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Confianza del Invencible
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Re: Consultorio Medico
Narro
Pienso
Hablo
Voz de Anfitrite
Voz de Archer
------------------------------------------------------------------------------
Imposible.
Resopló consternado al oír nuevamente aquellas voces que yacían a pocos metros. Su pulso se tornaba errático al ver como de entre los escombros bajaban hileras de sangre. Las que llegaban pronto a los pies de su cama manchando las blancas sabanas que a diario le había cambiado con esmero su enfermera, Nia, quien cuido de él y sus hermanos de muy niños. Seguramente estaba muerta, tal como el resto.
Indignado elevó su cabeza mientras la polvareda subía con prisa evitando que se llegara a ahogar, se la llevaba el viento errante del norte hacía el horizonte cubierto por montañas. La hilera resultaría visible para hombres, mujeres y niños que vivían en la ciudad o alrededores; era roja y brillante como el rubí, más ésta impregnaba a Roma de la pestilente sangre de los caídos aquella mañana. Una maldición lanzada a todo hijo de Roma por parte del ejército del dios de la guerra.
Aun conservando sus formas humanas "las bestias" mostraban sus rostros con los mismos gestos fríos y despreocupados que en el senado. Sus ojos carecían del brillo característico de los vivos, sin esperanzas, ni sueños, definitivamente carecían de alma propia.
Solomon por su parte yacía aun más indefenso que de costumbre, sus huesos le dolían hasta el alma, siendo tan sólo el pararse todo un suplicio. Pero su deseo de vivir yacía intacto, el mismo que le seguiría hasta la mismísima tumba si era preciso.
Vay...
Salvajemente le tomaron de la cintura por medio de un apéndice del acompañante de Ushuriel. La cola de serpiente venía enroscándose en su tronco, subiendo lentamente a su tórax; quitándole a cada apretujón la capacidad de respirar. Resultaba un acto cruel, rompiendo con el semblante del antiguo senador quien humano pese a todo no pudo evitar quejarse en lenta agonía mientras que de sus labios brotaba saliva mezclada con sangre. Viendo a Ushuriel dio cuenta que no mostraba señal alguna de compasión, ni por el ser que una vez amó.
Aquel berserker no contento con la humillación pasada decidió llevarlo frente suyo, lo más próximo para saborear su dolor, el cual no terminaría así de fácil.
Crrrttt!
Un cabezazo contundente que mancho el suelo con mayor fluido de lo esperado dejó al joven casi agonizando aunque conciente. Los ojos azul cielo del joven marcaban con rabia a los azules del berserker. Solomon a pesar de todo seguía determinado a no dejarse vencer (morir). Las memorias de una Roma perfecta resultaban ser lo suficientemente poderosas para no dejarse abatir.
¿Pero cómo lograr algo que yace distante de las capacidades humanas? Solomon bajo la vista hacía el suelo al darse cuenta que su sueño resultaría en un imposible. Debía encontrar algún otro método.
Su mente dejó su cuerpo segundos antes de ser perforado por las mil y una agujas del demonio Hellgorak. Una conocida ya le había llamado a su lado.
Entre tanto, las misteriosas nubes rojas aparecían cubriendo el cielo arremolinándose encima del consultorio derruido.
Esta vez el "alma" de Solomon carecía de vestimenta alguna, dejándole envuelto en una realidad cubierta por solamente luz, muy distinta a la isla que tantas veces había visto.
Regresa.
Era una vez más Archer, el general quien aparecía a sus espaldas llevando detrás de él un manto oscuro que se extendía majestuosamente hacia el infinito. Llegando a cubrir toda la mitad de aquel mágico mundo del cual Solomon extrañamente se sentía parte.
Qué relación guardas conmigo... ¿Acaso eres la manifestación de algún dios?
Con expresión tranquila y serena el general apuntó con su índice la parte izquierda de la oscuridad que traía consigo. Mil focos de luz, poco visibles en un principio resplandecían repentinamente, en su centro yacía una persona, algunos conocidos del senador y otros no. Llevaban consigo vestimentas tan distintas en época que sugería que ya estaban muertas, eso explicaría la presencia de Archer quien desapareció súbitamente en las lejanas tierras del norte sin dejar huella alguna.
Acaso la muerte nos une. Si es así...No entiendo el propósito de mi vida.
Una mano brotó de su abdomen subiendo para acariciar su pecho, justo donde estaba su corazón. Asustado, Solomon dio vuelta para encontrarse con los vidriosos ojos rojos de una mujer. Llevaba el cuerpo cubierto de fina seda pegado a su cuerpo, tan pura y blanca como el digno de una reina, su cabellera azulada parecía mecerse por un viento inexistente, llevaba una coqueta sonrisa tamizada con cierta perversión lujuriosa.
Recurre a mí si aquel detrás tuyo no te da respuesta.
Aquella voz...
Pensó inocentemente sin dar cuenta que sus pensamientos en este mundo eran escuchados como si de sus labios hubiesen brotado. La mujer que siempre yacía con el rostro borroso por fin se presentaba y estaba completamente complacida de ver a su antiguo amado.
Archer en cambió percibía el cambio de ruta que iba tomando el corazón del joven. No esperaría. Haciendo aparecer un látigo de fuego comenzó a quemar la luz que tan ostentosamente irradiaba la antigua soberana del caos. Lentamente se podía ver como el fondo claro se carbonizaba por líneas de ráfagas oscuras que parecían quemar la luz como el fuego al papel. Solomon volvía su cuerpo una vez más no llegando a ver la amenazante figura de la mujer en contra de Archer, el cual permaneció serio y firme ante las intimidaciones.
Tu hora ha llegado. Cruza hacía las sombras y deja finiquitar tu actuación en esta era, que ya "otro" más poderoso espera despertar.
Al oír lo ultimo la mujer se le abalanzó siendo detenida únicamente por el cuerpo de Solomon, al parecer algo impedía que pasara a la realidad del antiguo general quien al ver su tan desesperado deseo de ganar sólo cerraba sus ojos mostrándose prepotente.
¡¿De qué te sonríes basura?! Solomon es mío.
La piel de la mujer se hacía azul, tan helada cono el hielo, quemando la piel de a quien en teoría amaba. Solomon parecía paralizado al tan sólo contacto con el alma de la reina del caos. Sentía como cientos de filosas cuchillas se adentraban en su piel contaminándole.
Lo único que causas es maldad, hasta al hombre que dices amar es víctima de lo podrido de tu aura. Tú no eres quien para detenerme, sólo él lleva en sus manos la capacidad de decidir qué camino tomar.
¡Maldito! Quien te crees tú. Sabes cuánto me llevo esperar. No sabes con quien estás hablando.
La fuerza de la mujer crecía hasta niveles insospechados. Penetrando cada vez más en el cuerpo (alma) de Solomon comenzaba a acercarse al general. Sus ojos brillaban como estrellas, su cabellera azul se volvía blanca y de entre su piel nacían decenas de serpientes intentado atravesar el aura mística que al parecer les separaba.
Archer abrió sus ojos para tomar tranquilamente lo que a ella le costaba tanto. Con su índice tocaba la cabeza de una de sus víboras haciéndola arder tal como el efecto que dejaba su látigo en la luz que la reina había proyectado.
La magia más antigua se sobrepone a la reciente. Te repito. Es hora que dejes esta alma en paz.
Una estrella azulada aparecía del eterno firmamento oscuro de Archer. Era reconocible por la emperatriz quien en primer momento se veía amedrentada pues con su aguda vista distinguió a una sagrada urna de color blanco acercarse a gran velocidad. Este acto termino por derramar su ira. Con todas sus fuerzas terminaba por destrozar el alma de Solomon haciendo caso omiso a la advertencia de Archer. Estaba ensimismada, sólo deseando detener lo que venía acercándose a cualquier precio. Una larguísima lengua bífida brotaba de sus labios en pos del cuello del general, su boca se abría mostrando filosos dientes, tal como el de sus serpientes. Flamas oscuras cubrían su cuerpo mientras se movía. El tiempo parecía detenerse justo antes del primer contacto entre ambas realidades.
Una inmensa aura plateada emergió del general poco antes de que la lengua de la mujer tocase su cuello. Fue allí cuando una dantesca explosión de capacidades insostenibles nació destrozando todo a su paso. El choque de dos fuerzas titánicas lograba que ambos mundos colapsasen dejando sólo un torbellino en el cual la luz perseguía a la oscuridad sin llegar a combinarse nunca. Un regreso a la nada en que todas las almas y recuerdos presentes convergían sin llegar a ningún acuerdo. Caos. Las palabras destinadas a convocar a un nuevo Solomon nacían...
Jamás cumpliré mi deseo. No mientras tenga este corazón.
Yo lo haré realidad.
Mi ideal estaba mal. Salvar a un reino cuando su gente no se lo merece.
Yo lo haré realidad.
Dejaré pasar lo peor, para renacer a mi reino, ese ahora es mi deseo e ideal.
Cumplir: Generar un futuro para muchos mediante el sufrimiento de otros pocos...
Yo lo haré realidad.
Sólo déjame olvidar. Con eso basta y sobra.
Pienso
Hablo
Voz de Anfitrite
Voz de Archer
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Imposible.
Resopló consternado al oír nuevamente aquellas voces que yacían a pocos metros. Su pulso se tornaba errático al ver como de entre los escombros bajaban hileras de sangre. Las que llegaban pronto a los pies de su cama manchando las blancas sabanas que a diario le había cambiado con esmero su enfermera, Nia, quien cuido de él y sus hermanos de muy niños. Seguramente estaba muerta, tal como el resto.
Indignado elevó su cabeza mientras la polvareda subía con prisa evitando que se llegara a ahogar, se la llevaba el viento errante del norte hacía el horizonte cubierto por montañas. La hilera resultaría visible para hombres, mujeres y niños que vivían en la ciudad o alrededores; era roja y brillante como el rubí, más ésta impregnaba a Roma de la pestilente sangre de los caídos aquella mañana. Una maldición lanzada a todo hijo de Roma por parte del ejército del dios de la guerra.
Aun conservando sus formas humanas "las bestias" mostraban sus rostros con los mismos gestos fríos y despreocupados que en el senado. Sus ojos carecían del brillo característico de los vivos, sin esperanzas, ni sueños, definitivamente carecían de alma propia.
Solomon por su parte yacía aun más indefenso que de costumbre, sus huesos le dolían hasta el alma, siendo tan sólo el pararse todo un suplicio. Pero su deseo de vivir yacía intacto, el mismo que le seguiría hasta la mismísima tumba si era preciso.
Vay...
Salvajemente le tomaron de la cintura por medio de un apéndice del acompañante de Ushuriel. La cola de serpiente venía enroscándose en su tronco, subiendo lentamente a su tórax; quitándole a cada apretujón la capacidad de respirar. Resultaba un acto cruel, rompiendo con el semblante del antiguo senador quien humano pese a todo no pudo evitar quejarse en lenta agonía mientras que de sus labios brotaba saliva mezclada con sangre. Viendo a Ushuriel dio cuenta que no mostraba señal alguna de compasión, ni por el ser que una vez amó.
Aquel berserker no contento con la humillación pasada decidió llevarlo frente suyo, lo más próximo para saborear su dolor, el cual no terminaría así de fácil.
Crrrttt!
Un cabezazo contundente que mancho el suelo con mayor fluido de lo esperado dejó al joven casi agonizando aunque conciente. Los ojos azul cielo del joven marcaban con rabia a los azules del berserker. Solomon a pesar de todo seguía determinado a no dejarse vencer (morir). Las memorias de una Roma perfecta resultaban ser lo suficientemente poderosas para no dejarse abatir.
¿Pero cómo lograr algo que yace distante de las capacidades humanas? Solomon bajo la vista hacía el suelo al darse cuenta que su sueño resultaría en un imposible. Debía encontrar algún otro método.
Su mente dejó su cuerpo segundos antes de ser perforado por las mil y una agujas del demonio Hellgorak. Una conocida ya le había llamado a su lado.
Entre tanto, las misteriosas nubes rojas aparecían cubriendo el cielo arremolinándose encima del consultorio derruido.
Esta vez el "alma" de Solomon carecía de vestimenta alguna, dejándole envuelto en una realidad cubierta por solamente luz, muy distinta a la isla que tantas veces había visto.
Regresa.
Era una vez más Archer, el general quien aparecía a sus espaldas llevando detrás de él un manto oscuro que se extendía majestuosamente hacia el infinito. Llegando a cubrir toda la mitad de aquel mágico mundo del cual Solomon extrañamente se sentía parte.
Qué relación guardas conmigo... ¿Acaso eres la manifestación de algún dios?
Con expresión tranquila y serena el general apuntó con su índice la parte izquierda de la oscuridad que traía consigo. Mil focos de luz, poco visibles en un principio resplandecían repentinamente, en su centro yacía una persona, algunos conocidos del senador y otros no. Llevaban consigo vestimentas tan distintas en época que sugería que ya estaban muertas, eso explicaría la presencia de Archer quien desapareció súbitamente en las lejanas tierras del norte sin dejar huella alguna.
Acaso la muerte nos une. Si es así...No entiendo el propósito de mi vida.
Una mano brotó de su abdomen subiendo para acariciar su pecho, justo donde estaba su corazón. Asustado, Solomon dio vuelta para encontrarse con los vidriosos ojos rojos de una mujer. Llevaba el cuerpo cubierto de fina seda pegado a su cuerpo, tan pura y blanca como el digno de una reina, su cabellera azulada parecía mecerse por un viento inexistente, llevaba una coqueta sonrisa tamizada con cierta perversión lujuriosa.
Recurre a mí si aquel detrás tuyo no te da respuesta.
Aquella voz...
Pensó inocentemente sin dar cuenta que sus pensamientos en este mundo eran escuchados como si de sus labios hubiesen brotado. La mujer que siempre yacía con el rostro borroso por fin se presentaba y estaba completamente complacida de ver a su antiguo amado.
Archer en cambió percibía el cambio de ruta que iba tomando el corazón del joven. No esperaría. Haciendo aparecer un látigo de fuego comenzó a quemar la luz que tan ostentosamente irradiaba la antigua soberana del caos. Lentamente se podía ver como el fondo claro se carbonizaba por líneas de ráfagas oscuras que parecían quemar la luz como el fuego al papel. Solomon volvía su cuerpo una vez más no llegando a ver la amenazante figura de la mujer en contra de Archer, el cual permaneció serio y firme ante las intimidaciones.
Tu hora ha llegado. Cruza hacía las sombras y deja finiquitar tu actuación en esta era, que ya "otro" más poderoso espera despertar.
Al oír lo ultimo la mujer se le abalanzó siendo detenida únicamente por el cuerpo de Solomon, al parecer algo impedía que pasara a la realidad del antiguo general quien al ver su tan desesperado deseo de ganar sólo cerraba sus ojos mostrándose prepotente.
¡¿De qué te sonríes basura?! Solomon es mío.
La piel de la mujer se hacía azul, tan helada cono el hielo, quemando la piel de a quien en teoría amaba. Solomon parecía paralizado al tan sólo contacto con el alma de la reina del caos. Sentía como cientos de filosas cuchillas se adentraban en su piel contaminándole.
Lo único que causas es maldad, hasta al hombre que dices amar es víctima de lo podrido de tu aura. Tú no eres quien para detenerme, sólo él lleva en sus manos la capacidad de decidir qué camino tomar.
¡Maldito! Quien te crees tú. Sabes cuánto me llevo esperar. No sabes con quien estás hablando.
La fuerza de la mujer crecía hasta niveles insospechados. Penetrando cada vez más en el cuerpo (alma) de Solomon comenzaba a acercarse al general. Sus ojos brillaban como estrellas, su cabellera azul se volvía blanca y de entre su piel nacían decenas de serpientes intentado atravesar el aura mística que al parecer les separaba.
Archer abrió sus ojos para tomar tranquilamente lo que a ella le costaba tanto. Con su índice tocaba la cabeza de una de sus víboras haciéndola arder tal como el efecto que dejaba su látigo en la luz que la reina había proyectado.
La magia más antigua se sobrepone a la reciente. Te repito. Es hora que dejes esta alma en paz.
Una estrella azulada aparecía del eterno firmamento oscuro de Archer. Era reconocible por la emperatriz quien en primer momento se veía amedrentada pues con su aguda vista distinguió a una sagrada urna de color blanco acercarse a gran velocidad. Este acto termino por derramar su ira. Con todas sus fuerzas terminaba por destrozar el alma de Solomon haciendo caso omiso a la advertencia de Archer. Estaba ensimismada, sólo deseando detener lo que venía acercándose a cualquier precio. Una larguísima lengua bífida brotaba de sus labios en pos del cuello del general, su boca se abría mostrando filosos dientes, tal como el de sus serpientes. Flamas oscuras cubrían su cuerpo mientras se movía. El tiempo parecía detenerse justo antes del primer contacto entre ambas realidades.
Una inmensa aura plateada emergió del general poco antes de que la lengua de la mujer tocase su cuello. Fue allí cuando una dantesca explosión de capacidades insostenibles nació destrozando todo a su paso. El choque de dos fuerzas titánicas lograba que ambos mundos colapsasen dejando sólo un torbellino en el cual la luz perseguía a la oscuridad sin llegar a combinarse nunca. Un regreso a la nada en que todas las almas y recuerdos presentes convergían sin llegar a ningún acuerdo. Caos. Las palabras destinadas a convocar a un nuevo Solomon nacían...
Jamás cumpliré mi deseo. No mientras tenga este corazón.
Yo lo haré realidad.
Mi ideal estaba mal. Salvar a un reino cuando su gente no se lo merece.
Yo lo haré realidad.
Dejaré pasar lo peor, para renacer a mi reino, ese ahora es mi deseo e ideal.
Cumplir: Generar un futuro para muchos mediante el sufrimiento de otros pocos...
Yo lo haré realidad.
Sólo déjame olvidar. Con eso basta y sobra.
Última edición por Solomon el Dom Jun 19, 2011 2:28 pm, editado 3 veces
Solomon- Dios/a
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AF - Cadenas al Cielo (6600)*
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Muro Divino Mitológico
DE - Sagrado Manto del Alma
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Re: Consultorio Medico
No podía aceptar con tranquilidad las palabras del líder de su escuadrón, la manera en como procedía era la incorrecta ante los ojos del demonio. Controlando su temperamento le dio la espalda pues aún se sentía débil después de aquel encuentro con ese mocoso, algo sumamente imperdonable para cualquiera que escapara de su ataque.
Agachando su mirada aguardaba en silencio, escuchando cuidadosamente las palabras de su acompañante. Tenía razón, desde su despertar en la cámara de los senadores había percibido un aura… una que podría ser tan temible que podía ser capaz de hacer regresar a esa nefasta egipcia que había vendido su alma no solo por codicia sino por poder y venganza pura. Diva.. ese era el nombre por el cual el mundo conoció a la mayor ejecutora de la humanidad, la que actuó a espaldas del emperador para saciar todos sus posibles deseos.
Su mente se manifestaba en esos recuerdos, ese cuerpo había sido dispuesto de una manera casi predestinada para la que iba a tomar su lugar: Ushuriel. Un gran estruendo se produjo cuando la cola del berseker chocaba contra la pared, extrayendo de su escondite precisamente a Solomon…
Ushuriel solo manifestaba en su rostro la molestia, ese romano era peligroso pues existía la remota posibilidad de que lograra traer a Diva. Aunque aquello era imposible, ya que su alma estaba encerrada justamente dentro del portal que conducía al infierno, siendo quemada eternamente por los pecados que cometió en esa era.
Tenía que calmarse y concentrarse, mirándolo por el rabillo del ojo observó la viva agonía de ese hombre, lo más seguro es que estaba precipitándose al llegar a ese tipo de conclusiones.
AAHHHH!!!!!!!! SOLOMON!!!!!
Esa voz.. no era posible que cruzara la barrera que precisamente la castaña custodiaba. Miró en dirección al cielo esperando que fuera solamente su imaginación o al menos una alucinación pero aquel evento no volvió a presentarse, era Diva de eso no le cabía duda… mordiendo ligeramente sus labios encendió su cosmos para incinerar directamente a las personas que aún se encontraba con vida. Tomando su cetro lanzaba por su hoz miles de cuchillas que impactaban contra los edificios ya desmoronados.
Llantos, súplicas, dolor, gritos, agonía. La melodía perfecta para la ejecutora y quizá para el mismo berseker que sometía ante su juicio al senador. Algo malo sucedía, lograba sentir presencias que emergían de ese mismo sitio pero no alcanzaba a distinguir de donde podían provenir, un escalofrío la recorrió por completo pues esta despertaba cada vez más pero no había nadie a su alrededor, la vida se había extinguido en ese sector de Roma.
- El romano..-murmuró levemente deteniendo sus movimientos, estaba totalmente paralizada al percibir esa energía.
Agachando su mirada aguardaba en silencio, escuchando cuidadosamente las palabras de su acompañante. Tenía razón, desde su despertar en la cámara de los senadores había percibido un aura… una que podría ser tan temible que podía ser capaz de hacer regresar a esa nefasta egipcia que había vendido su alma no solo por codicia sino por poder y venganza pura. Diva.. ese era el nombre por el cual el mundo conoció a la mayor ejecutora de la humanidad, la que actuó a espaldas del emperador para saciar todos sus posibles deseos.
Su mente se manifestaba en esos recuerdos, ese cuerpo había sido dispuesto de una manera casi predestinada para la que iba a tomar su lugar: Ushuriel. Un gran estruendo se produjo cuando la cola del berseker chocaba contra la pared, extrayendo de su escondite precisamente a Solomon…
Ushuriel solo manifestaba en su rostro la molestia, ese romano era peligroso pues existía la remota posibilidad de que lograra traer a Diva. Aunque aquello era imposible, ya que su alma estaba encerrada justamente dentro del portal que conducía al infierno, siendo quemada eternamente por los pecados que cometió en esa era.
Tenía que calmarse y concentrarse, mirándolo por el rabillo del ojo observó la viva agonía de ese hombre, lo más seguro es que estaba precipitándose al llegar a ese tipo de conclusiones.
AAHHHH!!!!!!!! SOLOMON!!!!!
Esa voz.. no era posible que cruzara la barrera que precisamente la castaña custodiaba. Miró en dirección al cielo esperando que fuera solamente su imaginación o al menos una alucinación pero aquel evento no volvió a presentarse, era Diva de eso no le cabía duda… mordiendo ligeramente sus labios encendió su cosmos para incinerar directamente a las personas que aún se encontraba con vida. Tomando su cetro lanzaba por su hoz miles de cuchillas que impactaban contra los edificios ya desmoronados.
Llantos, súplicas, dolor, gritos, agonía. La melodía perfecta para la ejecutora y quizá para el mismo berseker que sometía ante su juicio al senador. Algo malo sucedía, lograba sentir presencias que emergían de ese mismo sitio pero no alcanzaba a distinguir de donde podían provenir, un escalofrío la recorrió por completo pues esta despertaba cada vez más pero no había nadie a su alrededor, la vida se había extinguido en ese sector de Roma.
- El romano..-murmuró levemente deteniendo sus movimientos, estaba totalmente paralizada al percibir esa energía.
Diva- Berseker de Ares
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Re: Consultorio Medico
Incluso habiendo empalado al susodicho romano y aplastado sus huesos con el apéndice que bien se correspondía a una mera cola, Hellgorak sabía que su tarea en aquel lugar no estaba completada. Sintiendo un pequeño pálpito de energía en el cuerpo del senador y reconociendo en Ushuriel una perturbación mínima el castaño procedió a agitar sus alas para así lanzar a su presa lejos, como precaución. Sí, el era Invencible pero tampoco es que iba a dejarle ninguna oportunidad al otro de que intentara algo fuera de su vista o en una apertura de oportunidades en las que el Berserker no pudiera hacer nada; retirándose lo suficiente para así tomar a su compañera por la cintura y llevársela consigo unos tres metros atrás, Hellgorak se quedó observando como las cuchillas de fuego se dirigían a todo sitio cortando, quemando y reduciendo a cenizas cualquier objeto, persona o cadáver que se atravesara en su camino. Con su expresión todavía impasible Steven finalmente habló.
Ushuriel, debo imaginar que estas lista no? Ya te veo totalmente activa. dijo el castaño con un tono que no admitía ninguna negativa, después de todo a unos cuantos metros frente a ellos se encontraba el cuerpo del rubio, emanando algún tipo de cosmos que crecía cada más y más mientras que el enorme anillo de fuego que los rodeaba a los tres aumentaba en tamaño, creando un muro de llamas de al menos unos tres metros de alto. Ahora no quedaban cadáveres ni ningún otro ser vivo…en aquel terreno baldío los únicos presentes eran Hellgorak, Ushuriel y lo que fuera que estuviera por despertar en Solomon. Finalmente, todo daría inicio.
-------
Offrol: Manipulación aceptada.
Ushuriel, debo imaginar que estas lista no? Ya te veo totalmente activa. dijo el castaño con un tono que no admitía ninguna negativa, después de todo a unos cuantos metros frente a ellos se encontraba el cuerpo del rubio, emanando algún tipo de cosmos que crecía cada más y más mientras que el enorme anillo de fuego que los rodeaba a los tres aumentaba en tamaño, creando un muro de llamas de al menos unos tres metros de alto. Ahora no quedaban cadáveres ni ningún otro ser vivo…en aquel terreno baldío los únicos presentes eran Hellgorak, Ushuriel y lo que fuera que estuviera por despertar en Solomon. Finalmente, todo daría inicio.
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Offrol: Manipulación aceptada.
Steven- Berseker de Ares
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Re: Consultorio Medico
OFFROL:
OJO: SPOILER!!! Datos dejados previamente para que vean que se les espera, puede servir a su favorxD.
PARAMETROS PARA SSAC Y VC:
*Clase (Sin contar con NP):
*Habilidades Propias:
*Alineamiento:
**Noble Fantasmas Conocidos:
Narro
Voz Alter Archer (Solomon)
La impaciencia comenzaba a tomar dominio de aquellos berserker. Por un lado Ushuriel, temerosa de lo que podría pasar con el alma que llevaba de rehén en la mismísima puerta del infierno ante la posibilidad de liberación que la presencia de aquel senador allí presente traía consigo. En otro, Hellgorack que con sabía precaución dejaba tirado el cuerpo acribillado de un joven humano que a simple apariencia jamás significaría ningún peligro para él o su compañera.
Varias cosas extrañas comenzaron a suscitarse de pronto. Las rendijas que permitían ver el cielo se oscurecían como si algo las tapase, ruidos de maderas u hombres trabajando comenzaron a repiquetear en todas partes, el aire se enviciaba de una materia rojiza casi traslucida. En el exterior se podía distinguir claramente como la bóveda del cielo caía por sobre aquella zona del consultorio, las nubes dejaban de formar remolinos para reunirse en una masa tan densa que parecía cobrar vida propia. Aquello parecía ser traído por los guerreros de Ares, cosa muy contraria a la realidad.
Las densas capas comenzaron a adentrarse por todos los rincones del casi derruido recinto, no tocaban a los vivos como resultaba el caso de los berserker, pero si a los muertos y/o agonizantes que para esa hora solamente estaba Solomon. Su pantano de sangre pronto fue poblado por aquella masa sin forma que se concentraba cada vez más y más en su cuerpo dejando escapar pequeñas luminarias azuladas de su interior y el estrepitoso ruido de una tormenta formándose en aquel minúsculo sector.
Pronto aquello se movió, palpitaba bruscamente mientras sea lo que fuera se levantase. En eso fue que un resplandor enceguedor apareció abriendo el precario techo de par en par, un rayo dorado que llevaba en su interior una luz sólo concebible en la imaginación del hombre como bendito. Dejaba ver lo que sería una armadura no más alta que un niño.
Las nubes comenzaron a adentrarse en aquella luz impidiendo ver con claridad el color o material de la armadura que guardaba en su interior. Obviamente resultaba una pelea, pues el rayo quemaba toda masa rojiza que se adentraba en su territorio, pero su destino yacía marcado, había caído en una trampa la voluntad que le movía. De poco a mayor velocidad aquel grupo de nubes tomó posesión del tesoro divino montándolo al cuerpo que llevaba en su centro que no era que el de Solomon mismo.
Él yacía maldito, su cuerpo estaba aun lacerado por las puntas incrustadas de hellgorack, más su corazón estaba libre de riesgo y eso resultaba suficiente para su recuperación milagrosa. La luz divina desapareció en el instante que ya se daba por perdida su sagrada carga. Sólo quedaba aquella luz crepuscular emanada por los nubarrones que rápidamente se diseminaban hasta llegar a la atmosfera, ardiendo a medida que tocaban el cercado de fuego producto del cosmos del par de Berserker.
Pronto se le vio. Aquel traje iba perdiendo su luminosidad dorada mientras aquel hombre daba sus primeros pasos hacía los guerreros de Ares. El ropaje se calcinaba hasta volverse del color de la ceniza, la capa larga que llevaba en un principio se quemaba hasta desaparecer, el casco terminante en punta se pulverizaba para rodear el área de los ojos solidificándose hasta formar un protector visual de acero que ocultaría por siempre los malditos ojos de muerte de Solomon. Sólo aquel tridente que llevaba en su diestra encandecía contrarrestando el gris de su piel.
Su figura nacía de entre aquellas espesas tinieblas dejando ver su cambio, aun conservaba las heridas del demonio hellgorack, pero estas ya no sangraban, en su lugar apenas se veían cortes azulados. El símbolo que yacía en el pecho de su armadura yacía deformado por la mano de Anfitrite impidiendo reconocer a quien portó alguna vez la armadura vivaz del dios de los mares. Ahora parecía representar todo menos exuberancia. Su gesto pétreo llevaba consigo un aura densa, triste y solitaria que ningún humano podría soportar.
Retrocedes. Perfecto. Así podrás elegir mejor tu tumba y el de esa ramera que te acompaña.
Sentenció marcando un profundo rencor con sus palabras. Llevo ambas manos al cielo para luego apuntarlas al suelo dejando clavada las tres puntas del tridente que aun se mostraba anaranjado. El cielo aun seguía turbio producto del fuego y las nubes rojas que no dejarían nunca de brotar de cada poro del ex senador que con poca gracia veía como la tierra bajo él ennegrecía.
Ustedes parecen demonios de la guerra. Sólo son perros comedores de mierda de sus dioses. Son lacras que mancillan la labor de un verdadero señor de algo.
Su posición firme pronto cambió al de ataque comenzando a sacar el tridente del suelo sin menor cuidado con el destino del cuerpo de quien conoció como Diva.
Τα αυλάκια στο έδαφος, ότι ο κόσμος, "El que surca bajo el suelo del Mundo"
Un creciente movimiento conmocionó la tierra, siendo el blanco el punto intermedio de aquel par. Una fuerza titánica capaz de abrir el suelo en dos a pesar de la distancia que les separaba, la rajadura prosiguió hasta llegar a 15 metros en línea recta. De aquel foso sin fondo se dejo ver un rayo rojo oscuro que terminaba en punta quemando el cielo dejando una huella azul a su paso. Aquella energía desapareció rápidamente para dejar ver una diminuta espada de cristal que seguía empuñada por la mano izquierda del joven maldito.
Jem.
Sin sonreír volvió a clavar la espada que regresaba a su condición de tridente. El ruido aun no terminaba, el pequeño sismo aumentaba mientras dejaba ver como desde aquel hueco dejado por la espada se asomaba a gran velocidad una cortina de magma que herviría a los berserker de seguro si no se movían rápido. La lucha apenas comenzaba.
OJO: SPOILER!!! Datos dejados previamente para que vean que se les espera, puede servir a su favorxD.
PARAMETROS PARA SSAC Y VC:
*Clase (Sin contar con NP):
- Spoiler:
- Alter Archer - アーチャー
Clase que pide atributos estandar bajos, pero un gran numero de habilidades propias útiles y Noble Fantasmas únicos y potentes. La clase que, gracias a su "Acción Independiente" se especializa en la actuación del Servant sin apoyo de ninguna clase.
*Estatus: 50% De Contaminación ALTER
STR: Fuerza. Determina el poder físico y el daño base que causa en combate cuerpo a cuerpo. ( D )
CON: Constitución. Aguante, vitalidad y resistencia ( B )
AGI: Agilidad. Determina la velocidad de movimiento, ataque, huida y destreza con cualquier cosa ( B )
MGI: Magia. Su poder mágico estandar, además de su capacidad de esencia mágica propia. (A++)
LCK: Suerte. La capacidad para dar la vuelta al destino ( E )
NF: Ataque definitivo ( A++)
- Spoiler:
- -- Acción Independiente: A
Habilidad que define a la clase Archer. La capacidad para operar por si mismo sin el flujo de cosmos o aprobación de su dios. Muy útil en situaciones en las que el guerrero desea actuar sin concentimiento de un dios aprovechando aun los dotes que alguna vez le concedio.
-Ennegrecido: B (EX)
Condición Alter.Obtención de un cuerpo real "maldito". Poder a cambio de tu mente y alma. La marca de un verdadero demonio. En estado actual de Solomon esto sólo se aplica hasta rango B por efectos de su "resistencia de Alma".
- Creación de Objetos: A
La capacidad para crear objetos mágicos. Capacidad disminuida por su condición 50%Alter.
- Creación de Territorio: E
Capacidad perdida por su condición de 50%Alter para crear un terreno favorable a su favor.
- Montura: C
Capacidad disminuida por su condición de 50%Alter para la monta.
- Resistencia Mágica: A
La capacidad de cancelar completamente la taumaturgia o reducir sus efectos.
*Habilidades Propias:
- Spoiler:
- -Resistencia de Alma: Fortaleza innata en el alma humana de no ser corrompida o alejada de su ideal por fuerzas externas.
Rango: A
- Carisma: Liderazgo. El talento natural para dirigir un ejercito. Aumenta los parametros de aquellos que dirijas.
Rango E: Aumenta la capacidad de orden, pero la moral decrece drásticamente.
- Clarividencia: Visión lejana, fuerza de observación.
Rango C: Capacidad disminuida por su condición de 50%Alter. Fijar objetivos lejanos, capaz de percibir objetos en movimiento sin ninguna clase de dificultad
- Divinidad:
Aptitudes de Espíritu Divino. Mide la sangre divina, así que cuanto más rango se posee, más divino se es. El rango puede bajar por efectos externos como la negación de las dioses o la presencia de factor "monstruo" en la sangre del héroe.
Rango A: Avatar de un Dios en la tierra, que pesé a renegar de los dioses obtiene adicionalmente el favor de estos(Anfitrite en la Ruta Alter)
- Instinto:
La capacidad constante de "sentir" el mejor curso de acción para uno mismo en combate.
Rango A: Su elevado sexto sentido está cercano a la precognición.
Reduce a la mitad obstáculos a la visión y escucha.
- Modificación Propia:
La habilidad para conectar/fusionar partes de un cuerpo "ajeno" al de uno mismo. Cuanto mas rango, mayor capacidad de legitimación y fusión de héroes. Permite la modificación del organismo.
Rango A+: Capacidad de Tomar formas distintas dependiendo de lo deseado.
- Ojos Místicos:
Como su nombre indica, posee algún tipo de Ojos Místicos.
Rango: S: Habilidad imposible de usar por no hallar 100% de contaminación Alter.
- Quemar Esencia:
Transfiere la esencia mágica al arma y cuerpo de uno mismo, liberando el prana instantáneamente y aumentando la habilidad y parámetros de uno mismo. Dicho de forma mas simple, es como una propulsión mediante esencia mágica.
Rango A+: Una enorme cantidad de cosmos recubre continuamente el cuerpo de Solomon como una densa niebla roja. Una barrera de energía que cubre el cuerpo de forma automática. Con su armadura negra abismal, y su torrente de esencia, su Agilidad y Cosmos ha aumentado considerablemente.
*Alineamiento:
- Spoiler:
- Legal Maligno - Personaje ejemplo : Black Saber (Arturia-Fate Stay)
**Noble Fantasmas Conocidos:
- Spoiler:
- -Aire invisible: Protección del Dios Eter. Rango: C
En realidad es una Tecnica, más no un arma. Consiste en que Solomon comprime y hace girar el aire en torno a cualquier arma en sus manos. La circulación del aire distorsiona la refracción de la luz, provocando una ilusión de eterealidad (para más claro, el arma no se ve). Además el aire a presión puede ser liberado en forma de una intensa ventisca helada.
-Tridente de Poseidon: Quien rige en el mar. Rango: C
Lanza divina que sólo puede ser usada por un dios, por tanto, su poder se ve muy disminuido en manos de un simple humano como Solomon sirviendo más que todo para defensa y repelión de tecnicas combinado con el "Aire Invisible".
-Tirdente de Anfitrite: La Emperatriz maldita. Rango: B (B+)
Lanza Divina que sólo puede ser usado por un dios, por tanto, su poder se ve muy disminuido en manos de un simple humano como Solomon sirviendo más que todo para desplegar las tres espadas o en conjunto con el Tridente de Poseidon.
-Espadas Abisales: Las que vienen de la Era de Oro. Rango:(A++)
Grupo de tres espadas altamente poderosas que concenden a su posedor la experiencia de su antiguo portador, en este caso, la hija de un mienbro de la previa a la olimpica.
-Oricalcum: Quien otorga vida. Rango: E
Joya que guarda el alma del dios de los mares. Puesto que Solomon renego de los dioses este pendiente carece de todo poder.
Boveda: Rango (A)
Conjunto de Armas convocadas de miltiples realidades indiferentes del tiempo y espacio. La habilidad de cada arma se perdio al seguir el camino Alter, pero como no llega al 100% es posible que aparescan aunque sean solamente rayos.
Esfera de Realidad: (E)
Capacidad de recrear un territorio de fantasia capaz de devorar la realidad. Al estar con ojos del alma vendados, Solomon es incapaz de usarlo.
Narro
Voz Alter Archer (Solomon)
La impaciencia comenzaba a tomar dominio de aquellos berserker. Por un lado Ushuriel, temerosa de lo que podría pasar con el alma que llevaba de rehén en la mismísima puerta del infierno ante la posibilidad de liberación que la presencia de aquel senador allí presente traía consigo. En otro, Hellgorack que con sabía precaución dejaba tirado el cuerpo acribillado de un joven humano que a simple apariencia jamás significaría ningún peligro para él o su compañera.
Varias cosas extrañas comenzaron a suscitarse de pronto. Las rendijas que permitían ver el cielo se oscurecían como si algo las tapase, ruidos de maderas u hombres trabajando comenzaron a repiquetear en todas partes, el aire se enviciaba de una materia rojiza casi traslucida. En el exterior se podía distinguir claramente como la bóveda del cielo caía por sobre aquella zona del consultorio, las nubes dejaban de formar remolinos para reunirse en una masa tan densa que parecía cobrar vida propia. Aquello parecía ser traído por los guerreros de Ares, cosa muy contraria a la realidad.
Las densas capas comenzaron a adentrarse por todos los rincones del casi derruido recinto, no tocaban a los vivos como resultaba el caso de los berserker, pero si a los muertos y/o agonizantes que para esa hora solamente estaba Solomon. Su pantano de sangre pronto fue poblado por aquella masa sin forma que se concentraba cada vez más y más en su cuerpo dejando escapar pequeñas luminarias azuladas de su interior y el estrepitoso ruido de una tormenta formándose en aquel minúsculo sector.
Pronto aquello se movió, palpitaba bruscamente mientras sea lo que fuera se levantase. En eso fue que un resplandor enceguedor apareció abriendo el precario techo de par en par, un rayo dorado que llevaba en su interior una luz sólo concebible en la imaginación del hombre como bendito. Dejaba ver lo que sería una armadura no más alta que un niño.
Las nubes comenzaron a adentrarse en aquella luz impidiendo ver con claridad el color o material de la armadura que guardaba en su interior. Obviamente resultaba una pelea, pues el rayo quemaba toda masa rojiza que se adentraba en su territorio, pero su destino yacía marcado, había caído en una trampa la voluntad que le movía. De poco a mayor velocidad aquel grupo de nubes tomó posesión del tesoro divino montándolo al cuerpo que llevaba en su centro que no era que el de Solomon mismo.
Él yacía maldito, su cuerpo estaba aun lacerado por las puntas incrustadas de hellgorack, más su corazón estaba libre de riesgo y eso resultaba suficiente para su recuperación milagrosa. La luz divina desapareció en el instante que ya se daba por perdida su sagrada carga. Sólo quedaba aquella luz crepuscular emanada por los nubarrones que rápidamente se diseminaban hasta llegar a la atmosfera, ardiendo a medida que tocaban el cercado de fuego producto del cosmos del par de Berserker.
Pronto se le vio. Aquel traje iba perdiendo su luminosidad dorada mientras aquel hombre daba sus primeros pasos hacía los guerreros de Ares. El ropaje se calcinaba hasta volverse del color de la ceniza, la capa larga que llevaba en un principio se quemaba hasta desaparecer, el casco terminante en punta se pulverizaba para rodear el área de los ojos solidificándose hasta formar un protector visual de acero que ocultaría por siempre los malditos ojos de muerte de Solomon. Sólo aquel tridente que llevaba en su diestra encandecía contrarrestando el gris de su piel.
Su figura nacía de entre aquellas espesas tinieblas dejando ver su cambio, aun conservaba las heridas del demonio hellgorack, pero estas ya no sangraban, en su lugar apenas se veían cortes azulados. El símbolo que yacía en el pecho de su armadura yacía deformado por la mano de Anfitrite impidiendo reconocer a quien portó alguna vez la armadura vivaz del dios de los mares. Ahora parecía representar todo menos exuberancia. Su gesto pétreo llevaba consigo un aura densa, triste y solitaria que ningún humano podría soportar.
Retrocedes. Perfecto. Así podrás elegir mejor tu tumba y el de esa ramera que te acompaña.
Sentenció marcando un profundo rencor con sus palabras. Llevo ambas manos al cielo para luego apuntarlas al suelo dejando clavada las tres puntas del tridente que aun se mostraba anaranjado. El cielo aun seguía turbio producto del fuego y las nubes rojas que no dejarían nunca de brotar de cada poro del ex senador que con poca gracia veía como la tierra bajo él ennegrecía.
Ustedes parecen demonios de la guerra. Sólo son perros comedores de mierda de sus dioses. Son lacras que mancillan la labor de un verdadero señor de algo.
Su posición firme pronto cambió al de ataque comenzando a sacar el tridente del suelo sin menor cuidado con el destino del cuerpo de quien conoció como Diva.
Τα αυλάκια στο έδαφος, ότι ο κόσμος, "El que surca bajo el suelo del Mundo"
Un creciente movimiento conmocionó la tierra, siendo el blanco el punto intermedio de aquel par. Una fuerza titánica capaz de abrir el suelo en dos a pesar de la distancia que les separaba, la rajadura prosiguió hasta llegar a 15 metros en línea recta. De aquel foso sin fondo se dejo ver un rayo rojo oscuro que terminaba en punta quemando el cielo dejando una huella azul a su paso. Aquella energía desapareció rápidamente para dejar ver una diminuta espada de cristal que seguía empuñada por la mano izquierda del joven maldito.
Jem.
Sin sonreír volvió a clavar la espada que regresaba a su condición de tridente. El ruido aun no terminaba, el pequeño sismo aumentaba mientras dejaba ver como desde aquel hueco dejado por la espada se asomaba a gran velocidad una cortina de magma que herviría a los berserker de seguro si no se movían rápido. La lucha apenas comenzaba.
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Re: Consultorio Medico
No era común en la mujer dejarse dominar por los instintos entre los que más se regocijaba, el miedo y la debilidad. Había demostrado claramente su temor por el despertar de ese hombre y de las posibles consecuencias que le traerían a su propia existencia.OFFROL – Ataco
Aclaraciones: Narro – Pienso – Hablo
Estaban demasiado cerca y como una acción preventiva Hellgorak la atrajo tomándola de la cintura para retirarse a una distancia meramente prudente. El rostro de la castaña se dirigió en torno para observar la expresión de su líder, le sorprendía de una manera increíble el gesto de Steven. Su acompañante apenas le dirigió unas sublimes palabras preguntando si estaba lista o no, quizá eso pudo ofenderla pero a esas alturas nada importaba por lo que dejando dibujar una imperceptible sonrisa de sus labios no respondió, ahora solo disfrutaría del espectáculo, tenía que aprender de su enemigo antes de proceder a efectuar cualquier tipo de ataque.
Se había dejado confundir por los recuerdos abandonados de su avatar, sensaciones que tenía que lidiar al estar muy arraigados en su interior pues el rastro de Diva parecía perseguirla, posiblemente hasta el fin de esa era. El anillo de fuego se disipaba a su alrededor para finalmente lograr visualizar el cadáver de Solomon o al menos eso parecía ante los ojos de la ejecutora, ya que resultaba difícil sobrevivir a los ataques del demonio que lideraba el escuadrón de las llamas y del fuego. El cielo abría sus puertas de par en par, el evento más esperado para esos dos guerreros que amaban la guerra y la destrucción se acercaba casi como un redoble de tambores.
Ushuriel no apartaba los ojos de ese hombre, le odiaba con profundidad por el efecto que provocaba en su cuerpo, el instinto de protección era un estorbo y dicho estorbo tenía que ser exterminado ya mismo si es que deseaba seguir a los servicios de Ares. Del pecho del ex senador se escapaba un rayo dorado comparado a la luz del sol, el cual se encontraba contra el firmamento llamando a su armadura, al seguir su curso reconoció al instante la identidad de ese hombre. Se trataba de uno de los tres dioses que lograron vencer a la fuerza titánica que amenazó una vez este planeta…
No podía creerlo, era el mejor y más invaluable tesoro que pudo haberse topado, la conexión de su avatar con ese ser divino solo la incitaba de una manera sobrenatural. Separándose del abrazo de su acompañante solo avanzó un par de pasos. Las palabras de ese dios le trajeron una inusual nostalgia por lo que apagó su cosmos… estaba sobrexcitada, su lengua se paseaba por el borde de sus labios humedeciéndolos, no se trataba meramente de una presa más entre su infinita colección de víctimas, esto era sumamente enorme. Estuvo a punto de seguir su camino cuando Poseidón dejaba caer su tridente separándolos, la mujer solo alcanzaba a ver con curiosidad lo que tenía planeado hacer pero no pudo evitar que su voz se escapara de una manera casi irresistible como en aquellos días en que sus cuerpos compartieron la misma esencia y el mismo calor.
Sinceramente estoy alagada y sorprendida de que una noble personalidad como la suya dispusiera del cuerpo de semejante ser inmundo.. –las ofensas debían quedar a un lado, estaba actuando sumamente precavida aunque tenía que saber quién era el que estaba frente a ella… si aún existían rastros de Solomon, el romano que sentía un afecto por sobre todas las cosas hacia Diva aunque esta le halla traicionado varias veces.
El sonido de sus palabras se perdían entre ese estruendo donde la misma tierra se lamentaba al ser resquebrajada por disposición de ese dios. Era ridículo cuando notaba como la marea de lava hirviente se alzaba como un tsunami sobre sus cabezas, al parecer el contacto de Poseidón con otros seres que no fueran sus subordinados le habían hecho alguien débil. Ushuriel no le preocupaba ese intento de querer incinerar sus cuerpos, al contrario.. su naturaleza era disponer al máximo las habilidades del oponente consumiendo su poder y ocuparlo a su favor absorbiéndolos, por pura cortesía levantaba su cetro justa con la punta de su hoz para protegerse a sí misma. No estaba sola, Hellgorak aún se mantenía en posición observando seguramente los movimientos del demonio de la ejecución.
Nosotros no parecemos demonios… SOMOS los demonios de la guerra.. y el término correcto es BERSEKER. Y para alguien que destila una presencia omnipotente es una lástima que levante su mano en un ataque realmente absurdo… bueno hablando de mí. Yo NACI entre las llamas.. mi cuerpo fue forjado de entre las cenizas de los seres más poderosos.. absorbiendo sus poderes y volviéndome más fuerte, me regocijara tanto extraer los poderes de un dios.. será más que una victoria para mí.
Como en una pequeña cúpula su poder era canalizado mostrándole fielmente lo que trataba de decir con sus palabras, ella no solo fue creada para acabar. Su nombre lo decía todo… la ejecución era su vida, su verdadero motivo era mantenerse del pánico que provocaba en los corazones ajenos y ella ya tenía el corazón de Solomon… ahora entendía el motivo de su existencia.
El acero de su hoz se encendía en un fulgor carmín, la lava que se derramaba por encima de su cosmos estaba siendo engullida por ese singular objeto… era demasiado el poder pero al menos se libraría golpeando directamente al corazón de su enemigo. Un giro basto para cortar con el mecanismo improvisado de su defensa, la lava se abría paso para la mujer que gobernaba y manipulaba el fuego. Su silueta se marcaba apenas visible, su armadura emanaba un calor del cual se rodeaba para lanzar sus cuchillas en todas las direcciones posibles.
Entrégame su alma.. sabes que me pertenece. Solomon… ¿deseas volver a ver a Diva?... sé que tu parte humana duerme.. despierta… yo puedo otorgarte la verdadera felicidad.
OFFROL
Técnica Utilizada: Danza de las cuchillas
Al acrecentar su cosmos la mujer guía su energía a una de las dualidades del cetro, la esfera cuyo fuego asemeja una danza pero la segunda hoja que tiene la forma de una hoz que es el conductor para expulsar dicha fuerza, el fuego viaja a través del mango para que al friccionar contra el suelo salga disparado a su contrincante en cientos de hojas flameantes que dañan cualquier objeto, teniendo la capacidad de traspasar hasta el metal más impenetrable pues dicho contacto no solo derrite sino estalla contra su enemigo provocándole heridas severas.
Diva- Berseker de Ares
- Status : MUERTA
Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Danza de las cuchillas (1350)
Defensa :
Portal Hell
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Re: Consultorio Medico
Offrol – Ataco:
Aclaraciones: Narración / Diálogos / Pensamientos / Diva-Ushuriel
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Justo como lo había previsto el castaño desde un principio, la presencia existente dentro del senador romano conocido como Solomon se hacía presente frente a ellos dos para así revelarse como uno de los tres grandes reyes que regían el mundo, más específicamente como el señor de los mares y océanos: Poseidón.
... Sin siquiera cambiar su expresión o moverse de su sitio Hellgorak observó con detalle las forma en que las sagradas Escamas del Emperador Submarino cambiaban de color al momento de acoplarse en el cuerpo del rubio, tiñéndose de un tono cenizo que se correspondía con las corrupción y rechazo de su naturaleza divina; ¿cómo era que el Berserker podía identificar aquel evento? Era simple: el era uno (o mejor dicho, el único) de los sobrevivientes de una antiquísima raza de demonios hechiceros, aquellos que conocían una cantidad inconcebible de secretos arcanos y místicos entre los cuales se contaban las tribulaciones de los espíritus que se negaban a aceptar su esencia, reduciendo su potencial en gran medida y en aquel caso, facilitándoles a los dos soldados de Ares la tarea de acabar con su enemigo…un enemigo que aún así no dejaba de ser un dios. Debían tener cuidado y estar precavidos.
Sinceramente estoy alagada y sorprendida de que una noble personalidad como la suya dispusiera del cuerpo de semejante ser inmundo.. Las palabras de Ushuriel resonaban en los oídos del castaño, quien todavía no se había movido de su sitio mientras que su subordinada caminaba en pos de Solomon. Con las manos entrelazadas en la espalda Steven escuchó todas y cada una de cosas que la Ejecutora parecía tener que aclarar antes de actuar…unas declaraciones que hicieron que el líder del Escuadrón de las Llamas y el Fuego ladeara ligeramente la cabeza. Nosotros no parecemos demonios… SOMOS los demonios de la guerra.. y el término correcto es BERSEKER. Y para alguien que destila una presencia omnipotente es una lástima que levante su mano en un ataque realmente absurdo… bueno hablando de mí. Yo NACI entre las llamas.. mi cuerpo fue forjado de entre las cenizas de los seres más poderosos.. absorbiendo sus poderes y volviéndome más fuerte, me regocijara tanto extraer los poderes de un dios.. será más que una victoria para mí. Finalizó la mujer con la voz propia de un verdadero demonio, un verdadero Berserker en toda regla al tiempo que su cetro partía en dos la ola de roca derretida, un flujo ardiente que se dirigió hacia Hellgorak para así hundirlo y hacerlo desaparecer. Tal parecía que mientras Ushuriel había evadido el ataque del dios, el otro no había corrido con la misma suerte.
O al menos, ¿necesita el Invencible evadir semejante embate?
No me hagas reir. Espetó la voz de Hellgorak que comparado al tono que había usado desde su despertar, se antojaba muy, muy diferente: antes era un susurro indiferente, un murmullo desinteresado o bien una frase aislada, ahora sin embargo era una declaración de que se tomaría aquella pelea en serio, la voz del humano conocido como Steven desaparecía poco a poco y ahora lo único que salía de la boca del Berserker era un rugido doble que hacía eco en los oídos de aquellos que lo escucharan. Esto no es más que una débil brisa que choca contra la pared de un acantilado. Declaró el demonio al tiempo que la lava vibraba con potencia y al instante se levantaba en un torbellino de roca fundida, llamas y leguas de fuego. Es incluso un insulto. Concluyó Hellgorak apareciendo por encima de los dos contendientes y abriendo sus alas de par en par para dispersar la lava en una lluvia de gotas ígneas que cayeron al suelo, liberando pequeñas e incontables columnillas de humo que se elevaban a la bóveda celestial. Desde aquel punto el castaño tenía plena vista del terreno de juego, observando la forma en que la técnica de Ushuriel era ejecutada en un abrir y cerrar de ojos para liberar aquella barrida de cuchillas de fuego que cubrían cualquier ángulo de ataque posible.
Con los ojos entornados y la esclerótica tiñéndose de un negro de ébano, el líder de la Ejecutora pareció disolverse por un milisegundo después de haber sido envuelto por una bruma carmesí, multiplicándose así en una docena de dobles que rodearon todos los flancos del enemigo y casi al mismo tiempo dar cada uno un simple aletazo que liberó una tormenta de plumas metálicas que sumado al ataque de su subordinada, crearían una avalancha de proyectiles físicos e ígneos imposible de evadir por cualquier medio debido al rango de acción, ángulos y presión del viento empleadas todas en uno solo.
Veamos...Poseidón. Susurraron todas las copias de Hellgorak, cada una con la cabeza ladeada mientras que sus colas se movían cuales serpientes volteadas de cabeza. Con aquel ataque no solo evaluaría las habilidades de su enemigo sino que además, cumpliría una función un tanto más “práctica”.
Hmp...vamos Emperador, revela tus secretos. Pensó el Steven “real” escondido entre sus dobles mientras que el remolino de acero y fuego se cernía sobre Poseidón, destrozando el suelo con varias plumas de metal clavándose al azar en las rocas que todavía no se despedazaban y en los límites del terreno baldío en que se había transformado el consultorio médico. Déjame ver lo que puede hacer un verdadero dios. Finalizó mientras que el cosmos rojo que lo envolvía palpitaba al mismo ritmo que su corazón humano en un murmullo imperceptible...Hellgorak tan solo esperaba un movimiento o reacción, eso sería suficiente para él, eso sería lo único que necesitaría para actuar y eliminar al Dios de los Océanos.
Shh...
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Offrol:
Técnicas utilizadas:
[Ataque Sorpresa]
Steven usa sus habilidades como berseker cuando realiza este ataque, pero también usa sus habilidades con la espada y su talento en la guerra que aprendió como humano. Esta habilidad puede ser tan letal como una espada empuñada por un buen guerrero puede serlo.
El invencible sale corriendo rápidamente con dirección a su enemigo y un resplandor rojo oscuro, como la sangre, sale alrededor del muchacho. Mientras que avanza corriendo hacia su rival, las llamas de color rojo se van separando de su cuerpo y crean muchas ilusiones de el. Estas ilusiones confunden al rival, debido a que Steven siempre cambia su posición respecto a las ilusiones. Al estar escondido entre tantas personas parecidas a él, se le hace mas fácil llegar hasta su rival que no sabe como defenderse de los ataques.
Cuando llega al lado de su enemigo, logra encestarle un gran golpe con su espada, atravesándolo y haciéndole una gran herida. La herida le causa una fuerte hemorragia que lo ira debilitando y matando lentamente.
[Tormenta de Acero]
Técnica especial que consiste en el uso de las alas de la armadura de Hellgorak y una intrincada serie de movimientos que modifican el flujo de las corrientes de aire del ambiente, por lo cual es un ataque difícil de predecir y por tanto, de evitar. Una vez que el Berserker decide utilizar esta técnica, manipula su cosmos para envolver con este sus enormes alas y crear incontables hilos de cosmos que son imperceptibles, esparciéndose por todo el campo de batalla con su primer aleteo; al momento de repetir el movimiento, una cantidad inconmensurable de las plumas metálicas que caracterizan a su protección legendaria salen en todas direcciones siguiendo los patrones de los hilos invisibles mientras que a la vez, cortan el flujo del oxígeno y demás gases del aire impidiendo que el oponente pueda reaccionar a tiempo o que pueda defenderse con efectividad de un golpe que llega desde todos y cada uno de los flancos y puntos ciegos que se pudieran aprovechar. A pesar de que las plumas pueden parecer simples cuchillos, todas y cada una de las fibras que las conforman se encuentran embadurnadas con el cosmos de Hellgorak desde tiempos inmemoriales, lo que hace que su poder de corte se magnifique hasta un punto en que todo lo que tocan se destruido en cuestión de milisegundos, asemejándose a la habilidad de las Rosas Diabólicas de Piscis y por ende, siendo capaces de acabar con cualquier protección si se usa en conjunción del cosmos del Invencible al máximo. Los efectos devastadores que se presentan en el enemigo que ha recibido la ráfaga directa es una parálisis ocasionada por la destrucción de vasos sanguíneos siendo este a nivel físico externo mientras que una “infección” de cosmos afecta tanto a los huesos como a la médula espinal y así, los nervios, lo que impide que estos envíen sus impulsos eléctricos de respuesta con suficiente rapidez al cerebro y por tanto, imposibilitando que la víctima pueda atacar o defenderse con normalidad una vez haya sido golpeado por la técnica de Hellgorak.
Aclaración: Dada la naturaleza del Ataque Sorpresa lo he utilizado en conjunción con la Tormenta de Acero para hacerlo un ataque a distancia, más específicamente la primera parte de este (la multiplicación) usado al mismo tiempo que la segunda técnica entera.
Steven- Berseker de Ares
- Status : MUERTO
Ataques :
AD - Ataque Sorpresa (1350)
AD - Tormenta de Acero (1450)
Defensa :
Confianza del Invencible
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Re: Consultorio Medico
OffRol: Defensa-Ataque
Narro
Voz de Alter Archer(Solomon/Poseidon)
Voz de Ushuriel
Voz de Steven
Voz de Archer(Recuerdo)
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La tierra retumbaba bruscamente y sin indicios de tranquilizar su furia. Al contrario, venía aumentando su intensidad conforme el magma brotaba del interior del planeta. Esto no significaría demasiado para quienes gozaran con el don del vuelo, habilidad que no se extendía a Solomon quien tenía que retomar su equilibrio incontables veces conforme el suelo que pisaba aumentaba en pendiente hasta formar un ángulo casi exacto de 65 grados. Esto se debía a las grandes piedras que yacían en el sub estrato, las cuales resultaban oponerse al flujo de lava produciendo burbujas que rápidamente explotaban liberando aun mayor energía al exterior. En todo caso, estos problemas no repercutirían en el estado físico actual de Solomon quien yacía marcado por la maldición de la diosa Anfitrite.
Su templanza resultaba muy distante a la del hombre que fue. No temía a la muerte, ni creía en salvaguardar su cuerpo. Lo único que buscaba era aquella obsesión de "salvar a Roma” a cualquier precio, aun a costa de su propia alma.
Su silueta permanecía incólume a las terribles fuerzas del exterior: ni la tierra bramante, ni el sofocante aire carente de oxigeno que intentaba constantemente de adentrarse en su cuerpo para quemar sus pulmones hacían mellar su postura pétrea. Estaría allí al acecho, cubierto de una tranquilidad perturbadora y desesperante. Solamente esperaba oír en aquel silencio el abrupto corte de los hilos que las parcas harían para con las vidas de sus enemigos.
Los segundos pasaban y aun no sentía el ahogo de sus pútridas existencias. La molestia se reflejaba en su cariz mientras pequeñas partículas de ceniza iban cayendo producto de la pequeña pero potente erupción. Comenzaba a agarrar con mayor fuerza el mango de su arma hasta llegar a lacerarse. Todo sentimiento debía y era ahogado con rapidez resultando en un Solomon mucho más voluble y difícil de predecir.
Incapacitado para ver y con toda esa ira contenida resultó confundido al escuchar claramente como un par de objetos pesados caían a pocos metros de la grieta más adelante. No sabía si aquel hecho significaba el deceso de alguno de aquellos “monstruos”. Su estado mental le impedía utilizar de forma correcta la percepción de sus energías, así que cualquier intento por constatar el hecho resultaba infructuoso. Fue así que empezó a avanzar, pese a que algo en su cabeza le advertía que antes debía acabar con todo rastro de dicho objeto mediante la espada guardada en su tridente. Ciertamente quedaba en él algo de humano, pues la imprudencia nubló su juicio.
La pendiente no significaba problema alguno, mucho menos las piedras que iban de pequeñas a grandes rodando contra suya. Iba llevando ambos brazos extendidos, sosteniendo en el aire por un lado al tridente en caso de que todo resultase parte de una emboscada. Ya quedaba próximo al par de cuerpos silenciosos cuando su instinto comenzó a reaccionar. Se detuvo a pocos centímetros comenzando a buscar el origen de tan extraño ruido que yacía muy alejado al producido por la tierra o el magma.
"Nosotros no parecemos demonios… SOMOS los demonios de la guerra.. y el término correcto es BERSEKER. Y para alguien que destila una presencia omnipotente es una lástima que levante su mano en un ataque realmente absurdo… bueno hablando de mí. Yo NACI entre las llamas.. mi cuerpo fue forjado de entre las cenizas de los seres más poderosos.. absorbiendo sus poderes y volviéndome más fuerte, me regocijara tanto extraer los poderes de un dios.. será más que una victoria para mí."
Su cabeza ladeo un par de veces al cielo para finalmente empotrar su escalofriante visor de acero contra lo que estuviese tras el velo formado por la cortina de roca fundida. Ya con el sabotaje emotivo controlado pudo evidenciar no solo la supervivencia de Ushuriel, sino además el de de su compañero. Las habilidades del guerrero gris mejoraban a cada momento logrando formar ahora una imagen clara de los dos solamente con los sonidos involuntarios producidos por sus sucios cuerpos, desde un simple aliento hasta algo tan sutil como un estimulo eléctrico producido en su sistema nervioso. Fue cuando dio cuenta que en efecto, poseían un corazón latente.
Pronto el demonio que poco antes le había destrozado la cavidad torácica desapareció tragado por el torrente de lava, o al menos eso hacía creer él. Parecía ser que resultaban invulnerables ante cualquier ataque que contenga al fuego como elemento principal. Así lo demostraban los latidos pausados de Hellgorack que no parecía incomodarse a pesar de estar sumergido por el ruido creado por el magma. Solomon estaba sorprendido aun cuando su rostro no mostrara el menor desencaje a excepción de lo último dicho por parte de la mujer.
Dios…
Frunciendo el ceño una vez más evito preguntarse el porque de tal afirmación. No era el tiempo para hacerlo, ya Ushuriel se preparaba para lanzar su ataque mientras aquel otro demonio se levantaba a los cielos, siendo al parecer su única función el de simple espectador.
Son fuertes en el fuego.
Susurró apenas mientras oía como lenguas de fuego iban rodeando el cuerpo de Ushuriel. Dándose cuenta de su desventajosa posición clavó el talón izquierdo para partir en dirección contraria al de la grieta abierta por el mismo. La imagen de aquella masacre en el senado pasó veloz por su mente entre tanto Hellgorack hacía ilusionismo en el aire.
¡Maldición!
Exclamó mientras emprendía a toda velocidad la retirada escuchando a mitad de camino la voz endemoniada de la que una vez fue Diva.
Entrégame su alma.. sabes que me pertenece. Solomon… ¿deseas volver a ver a Diva?... sé que tu parte humana duerme.. despierta… yo puedo otorgarte la verdadera felicidad.
Fue tal la indignación de aquel humano al oír semejante propuesta de tal burda arpía que se detuvo por donde estuviera para enfrentar de lleno lo que se le pudiese presentar. Con ambos pies bien plantados en la tierra que aun no terminaba de temblar levantó su tridente en dirección del lugar donde se proyectaba la imagen de Ushuriel. Ya venían hacía él las hojas flameantes para el instante que tomaba posición, las pudo oír poco después de que las arrojará la berserker.
Te contaré algo…Ushuriel.
Su cólera aumentaba en tanto recordaba a la Diva de antaño y el contraste con ésta. Un sendero ramificado de color rojo recorrió todo su brazo aguas abajo hasta pasarse al tridente que yacía en su mano izquierda. El conocimiento del perfecto uso de aquella arma llegó a su mente al instante en que la primera punta de su lanza tomó contacto con la de una daga de Ushuriel.
De inmediato una pequeña explosión sucedió lanzando perdigones al cuerpo de Solomon logrando sólo quemar las partes expuestas de la armadura, las cuales no eran muchas. Y aun cuando se tomase eso en cuenta, el dolor no resultaba para él más que una pequeñez en comparación a la gigantesca cruz que llevaba sobre su alma desde hacía buen tiempo. A velocidad cercana al de los dioses verdaderos Solomon lograba librarse de cada hoja flameante lanzada logrando distanciarse lo más posible de las explosiones mediante el largo de su lanza. Sus movimientos iban componiéndose de saltos, vueltas, reveces y giros con tal grado de maestría como el de la dueña original.
Sin embargo algo se hacía notar, y era que su lanza de tres puntas parecía estar en dos sitios al mismo tiempo. Un dios podría distinguir claramente como aparecía el doble de las explosiones que como máximo podría llegar Solomon a producir a esa velocidad. Aun contando con el instinto, tamaña proeza parecía improbable.
Resultó corto el tiempo en que Solomon demostraba su valía como guerrero cuando nuevamente la voz del demonio Hellgorack llegaba a distinguirse de entre el bullicio presente.
Veamos...Poseidón.
Decenas de sombras aparecían en el cielo, siendo sólo captados por Solomon como destellos de luz. De ellas nacían otras muchas, pero muchas más. Por primera vez Solomon trago saliva al detectar el zumbido característico de aquellos proyectiles que se contaban en cientos, los cuales comenzaban a rodearle para precipitarse al suelo y destruir prácticamente todo el campo. Pero por sobre todo, aquel nombre de Dios griego le resultaba imposible de ignorar ¿Acaso era posible que tuviera que ver él directamente algo con un Dios? ¿A eso se refería Archer previamente?
“Es momento que dejes el escenario para que entre alguien más poderoso.”
Apretó los dientes con furia hasta lograr emanar sangre de sus encías. Maldijo en secreto todo y a cuanto conociese en vida.
Mierda. Mierda. Mierda. Mierda.
¡Poseidón! ¡¿Yo, un Dios?!
Sin preocuparse de lo que pudiera pasarle se detuvo dejando que las hojas de Ushuriel comenzarán a pasar chocando contra su armadura gris generando de inmediato explosiones que quemaban su piel. Pero eso ya no interesaba. El aura que siempre había rodeado su cuerpo en forma de niebla roja comenzó a convulsionar frenéticamente generando campos eléctricos en torno a su cuerpo a medida que su ira venía desbordándose. Las centenares de plumas de Hellgorack estaban a punto de traspasar su cuerpo cuando de pronto un grito enmudeció a todo alrededor.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
En aquel nanosegundo una serie de marcas esta vez azules comenzó a recorrer su brazo derecho para que al igual que la roja llegarán a traspasarse por algo que aparentemente resultaba invisible. Conforme iba pasando el liquido azul daba cuenta de una segunda lanza de tres puntas, la verdadera lanza de Poseidón cubierta por la misma capa gris que la armadura.
Toda hoja o pluma se detuvo en el acto en que el grito se ahogo. Solomon había perdido la razón dejándose guiar únicamente por la venganza de Anfitrite. Retrajo su cuerpo apenas centímetros para luego generar una gigantesca explosión de aura rojiza, la cual termino por impulsarlo a la verdadera velocidad de los dioses. Tras de él iba siguiéndole la niebla roja, mucho más densa conteniendo toda arma lanzada hacía él. La niebla actuaba como una extensión del mismo Solomon contaminando todo proyectil hasta volverlos tan grises como la armadura que llevaba el antiguo senador puesta.
Llegando de inmediato al borde de la grieta dio un sólo salto que lo dejó casi a la misma altura a la que estaba Steven y sus demás clones. El Sol comenzaba a librarse del contaminado ambiente cuando una nueva sombra se apoderaba de su brillo. Solomon dirigía a voluntad a los cientos de proyectiles que quedaban de sus enemigos para usarlos a su antojo, su batuta era aquella mítica lanza que se creía perdida para siempre. A forma de látigo comenzó a guiar con el tridente aquella enorme columna hacía el cielo logrando tapar al sol con una lluvia de cuerpos opacos y sin vida dejando que la cola de tal nefasto sequito cual cometa separase a Steven de su verdadera presa, Ushuriel.
Con el enojo a cuestas, Solomon tuvo un breve tiempo en el aire para dirigirse al espacio donde creía sentir a la ejecutora.
Te lo diré para que lo recuerdes en el infierno…quien tienes frente...no es a un Dios.
Mi…Nombre…es…
Los recuerdos de una vida al lado de aquella mujer le enfermaban, volvió a vivir aquel día en que la vio en el jardín de palacio, había creído por tanto tiempo que aquella Diva era muy distinta al demonio frente suyo. Pero solamente había estado engañándose, la verdad, la única…era que ambas eran la misma cosa.
…Solomon!!!
Aquel que deseaba olvidar su vida bajaba su cetro en dirección de la tierra dejando que todo artificio lanzado previamente contra él sea regresado a uno de sus dueños. La tierra fue perforada por las mil y una explosiones ocurridas abriendo huecos por doquier. El sonido estridente sería escuchado en kilómetros a la redonda, el campo verdaderamente había desaparecido. Solomon quedó muchos metros más allá, de pie cerca a una gigantesca piedra negra, dejando que todo el peso de su alma sonase al contacto con la tierra como el de varios caballos. Seguido a él venía toda una lluvia de escombros, rocas y lágrimas de fuego que terminaban con calcinar parte de su piel. No significaba nada para él. Su energía se estabilizaba mientras veía como el suelo se volvía tan negra como la piedra. Permanecía quieto, dándoles la espalda a sus enemigos para que en caso hayan sobrevivido se confíen una vez más lamentándolo muy caro, pues Solomon no necesita la vista, ya tiene sus esencias guardadas en la biblioteca de su mente.
La marca de la maldición resplandecía por debajo de su visor metálico, eran sus ojos los que parecían traspasar el acero blindado dando clara señal de la desaparición de lo poco que le quedaba de humano, pues, mientras más haga uso de su poder más se aleja del camino mortal.
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Tecnica Empleada:
Muro Divino Mitologico (Variante)
*En la mitología griega las murallas de Troya eran irrompibles, ningún ejército podía pasar por ellas. La técnica consiste en la creación de un muro similar al ya mencionado por el cosmos de Poseidon, cuando la técnica del oponente choque con el muro será absorbida mediante agujeros negros que aparecerán en el campo de batalla dependiendo del alcance y la intensidad del ataque. Y las puertas de los muros se abrirán dando paso a un gran rayo de cosmos similar a la Exclamación de Athena y le seguirá la técnica del oponente con los efectos originales en ella.
(Utilizar esta técnica te inhabilita de atacar. Por el mero hecho de defenderte podrás devolver el ataque, tal cual es, mismo daño y los mismos efectos secundarios a un oponente, sólo podrás agregarle tu bonus de cosmo, nada más, al ser una tecnica que refleja la tecnica enemiga.)
Objeto
*Tridente de Poseidon: La versión original del arma que fue guardada en el templo celeste del dios marino, simboliza el dominio de Poseidon, conserva en su interior la energia de todos los oceanos, si esto llega a ser utilizado en batalla puede dañar gravemente a su enemigo, aumentado la corriente, ritmo y velocidad en que su sangre viaja alrededor de su cuerpo y hacer que este necesite de cantidades extremas de agua constantemente, si es un dios esta arma puede llegar a matarlo de golpe dependiendo en la intensidad del cosmos de poseidon.
Narro
Voz de Alter Archer(Solomon/Poseidon)
Voz de Ushuriel
Voz de Steven
Voz de Archer(Recuerdo)
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La tierra retumbaba bruscamente y sin indicios de tranquilizar su furia. Al contrario, venía aumentando su intensidad conforme el magma brotaba del interior del planeta. Esto no significaría demasiado para quienes gozaran con el don del vuelo, habilidad que no se extendía a Solomon quien tenía que retomar su equilibrio incontables veces conforme el suelo que pisaba aumentaba en pendiente hasta formar un ángulo casi exacto de 65 grados. Esto se debía a las grandes piedras que yacían en el sub estrato, las cuales resultaban oponerse al flujo de lava produciendo burbujas que rápidamente explotaban liberando aun mayor energía al exterior. En todo caso, estos problemas no repercutirían en el estado físico actual de Solomon quien yacía marcado por la maldición de la diosa Anfitrite.
Su templanza resultaba muy distante a la del hombre que fue. No temía a la muerte, ni creía en salvaguardar su cuerpo. Lo único que buscaba era aquella obsesión de "salvar a Roma” a cualquier precio, aun a costa de su propia alma.
Su silueta permanecía incólume a las terribles fuerzas del exterior: ni la tierra bramante, ni el sofocante aire carente de oxigeno que intentaba constantemente de adentrarse en su cuerpo para quemar sus pulmones hacían mellar su postura pétrea. Estaría allí al acecho, cubierto de una tranquilidad perturbadora y desesperante. Solamente esperaba oír en aquel silencio el abrupto corte de los hilos que las parcas harían para con las vidas de sus enemigos.
Los segundos pasaban y aun no sentía el ahogo de sus pútridas existencias. La molestia se reflejaba en su cariz mientras pequeñas partículas de ceniza iban cayendo producto de la pequeña pero potente erupción. Comenzaba a agarrar con mayor fuerza el mango de su arma hasta llegar a lacerarse. Todo sentimiento debía y era ahogado con rapidez resultando en un Solomon mucho más voluble y difícil de predecir.
Incapacitado para ver y con toda esa ira contenida resultó confundido al escuchar claramente como un par de objetos pesados caían a pocos metros de la grieta más adelante. No sabía si aquel hecho significaba el deceso de alguno de aquellos “monstruos”. Su estado mental le impedía utilizar de forma correcta la percepción de sus energías, así que cualquier intento por constatar el hecho resultaba infructuoso. Fue así que empezó a avanzar, pese a que algo en su cabeza le advertía que antes debía acabar con todo rastro de dicho objeto mediante la espada guardada en su tridente. Ciertamente quedaba en él algo de humano, pues la imprudencia nubló su juicio.
La pendiente no significaba problema alguno, mucho menos las piedras que iban de pequeñas a grandes rodando contra suya. Iba llevando ambos brazos extendidos, sosteniendo en el aire por un lado al tridente en caso de que todo resultase parte de una emboscada. Ya quedaba próximo al par de cuerpos silenciosos cuando su instinto comenzó a reaccionar. Se detuvo a pocos centímetros comenzando a buscar el origen de tan extraño ruido que yacía muy alejado al producido por la tierra o el magma.
"Nosotros no parecemos demonios… SOMOS los demonios de la guerra.. y el término correcto es BERSEKER. Y para alguien que destila una presencia omnipotente es una lástima que levante su mano en un ataque realmente absurdo… bueno hablando de mí. Yo NACI entre las llamas.. mi cuerpo fue forjado de entre las cenizas de los seres más poderosos.. absorbiendo sus poderes y volviéndome más fuerte, me regocijara tanto extraer los poderes de un dios.. será más que una victoria para mí."
Su cabeza ladeo un par de veces al cielo para finalmente empotrar su escalofriante visor de acero contra lo que estuviese tras el velo formado por la cortina de roca fundida. Ya con el sabotaje emotivo controlado pudo evidenciar no solo la supervivencia de Ushuriel, sino además el de de su compañero. Las habilidades del guerrero gris mejoraban a cada momento logrando formar ahora una imagen clara de los dos solamente con los sonidos involuntarios producidos por sus sucios cuerpos, desde un simple aliento hasta algo tan sutil como un estimulo eléctrico producido en su sistema nervioso. Fue cuando dio cuenta que en efecto, poseían un corazón latente.
Pronto el demonio que poco antes le había destrozado la cavidad torácica desapareció tragado por el torrente de lava, o al menos eso hacía creer él. Parecía ser que resultaban invulnerables ante cualquier ataque que contenga al fuego como elemento principal. Así lo demostraban los latidos pausados de Hellgorack que no parecía incomodarse a pesar de estar sumergido por el ruido creado por el magma. Solomon estaba sorprendido aun cuando su rostro no mostrara el menor desencaje a excepción de lo último dicho por parte de la mujer.
Dios…
Frunciendo el ceño una vez más evito preguntarse el porque de tal afirmación. No era el tiempo para hacerlo, ya Ushuriel se preparaba para lanzar su ataque mientras aquel otro demonio se levantaba a los cielos, siendo al parecer su única función el de simple espectador.
Son fuertes en el fuego.
Susurró apenas mientras oía como lenguas de fuego iban rodeando el cuerpo de Ushuriel. Dándose cuenta de su desventajosa posición clavó el talón izquierdo para partir en dirección contraria al de la grieta abierta por el mismo. La imagen de aquella masacre en el senado pasó veloz por su mente entre tanto Hellgorack hacía ilusionismo en el aire.
¡Maldición!
Exclamó mientras emprendía a toda velocidad la retirada escuchando a mitad de camino la voz endemoniada de la que una vez fue Diva.
Entrégame su alma.. sabes que me pertenece. Solomon… ¿deseas volver a ver a Diva?... sé que tu parte humana duerme.. despierta… yo puedo otorgarte la verdadera felicidad.
Fue tal la indignación de aquel humano al oír semejante propuesta de tal burda arpía que se detuvo por donde estuviera para enfrentar de lleno lo que se le pudiese presentar. Con ambos pies bien plantados en la tierra que aun no terminaba de temblar levantó su tridente en dirección del lugar donde se proyectaba la imagen de Ushuriel. Ya venían hacía él las hojas flameantes para el instante que tomaba posición, las pudo oír poco después de que las arrojará la berserker.
Te contaré algo…Ushuriel.
Su cólera aumentaba en tanto recordaba a la Diva de antaño y el contraste con ésta. Un sendero ramificado de color rojo recorrió todo su brazo aguas abajo hasta pasarse al tridente que yacía en su mano izquierda. El conocimiento del perfecto uso de aquella arma llegó a su mente al instante en que la primera punta de su lanza tomó contacto con la de una daga de Ushuriel.
De inmediato una pequeña explosión sucedió lanzando perdigones al cuerpo de Solomon logrando sólo quemar las partes expuestas de la armadura, las cuales no eran muchas. Y aun cuando se tomase eso en cuenta, el dolor no resultaba para él más que una pequeñez en comparación a la gigantesca cruz que llevaba sobre su alma desde hacía buen tiempo. A velocidad cercana al de los dioses verdaderos Solomon lograba librarse de cada hoja flameante lanzada logrando distanciarse lo más posible de las explosiones mediante el largo de su lanza. Sus movimientos iban componiéndose de saltos, vueltas, reveces y giros con tal grado de maestría como el de la dueña original.
Sin embargo algo se hacía notar, y era que su lanza de tres puntas parecía estar en dos sitios al mismo tiempo. Un dios podría distinguir claramente como aparecía el doble de las explosiones que como máximo podría llegar Solomon a producir a esa velocidad. Aun contando con el instinto, tamaña proeza parecía improbable.
Resultó corto el tiempo en que Solomon demostraba su valía como guerrero cuando nuevamente la voz del demonio Hellgorack llegaba a distinguirse de entre el bullicio presente.
Veamos...Poseidón.
Decenas de sombras aparecían en el cielo, siendo sólo captados por Solomon como destellos de luz. De ellas nacían otras muchas, pero muchas más. Por primera vez Solomon trago saliva al detectar el zumbido característico de aquellos proyectiles que se contaban en cientos, los cuales comenzaban a rodearle para precipitarse al suelo y destruir prácticamente todo el campo. Pero por sobre todo, aquel nombre de Dios griego le resultaba imposible de ignorar ¿Acaso era posible que tuviera que ver él directamente algo con un Dios? ¿A eso se refería Archer previamente?
“Es momento que dejes el escenario para que entre alguien más poderoso.”
Apretó los dientes con furia hasta lograr emanar sangre de sus encías. Maldijo en secreto todo y a cuanto conociese en vida.
Mierda. Mierda. Mierda. Mierda.
¡Poseidón! ¡¿Yo, un Dios?!
Sin preocuparse de lo que pudiera pasarle se detuvo dejando que las hojas de Ushuriel comenzarán a pasar chocando contra su armadura gris generando de inmediato explosiones que quemaban su piel. Pero eso ya no interesaba. El aura que siempre había rodeado su cuerpo en forma de niebla roja comenzó a convulsionar frenéticamente generando campos eléctricos en torno a su cuerpo a medida que su ira venía desbordándose. Las centenares de plumas de Hellgorack estaban a punto de traspasar su cuerpo cuando de pronto un grito enmudeció a todo alrededor.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
En aquel nanosegundo una serie de marcas esta vez azules comenzó a recorrer su brazo derecho para que al igual que la roja llegarán a traspasarse por algo que aparentemente resultaba invisible. Conforme iba pasando el liquido azul daba cuenta de una segunda lanza de tres puntas, la verdadera lanza de Poseidón cubierta por la misma capa gris que la armadura.
Toda hoja o pluma se detuvo en el acto en que el grito se ahogo. Solomon había perdido la razón dejándose guiar únicamente por la venganza de Anfitrite. Retrajo su cuerpo apenas centímetros para luego generar una gigantesca explosión de aura rojiza, la cual termino por impulsarlo a la verdadera velocidad de los dioses. Tras de él iba siguiéndole la niebla roja, mucho más densa conteniendo toda arma lanzada hacía él. La niebla actuaba como una extensión del mismo Solomon contaminando todo proyectil hasta volverlos tan grises como la armadura que llevaba el antiguo senador puesta.
Llegando de inmediato al borde de la grieta dio un sólo salto que lo dejó casi a la misma altura a la que estaba Steven y sus demás clones. El Sol comenzaba a librarse del contaminado ambiente cuando una nueva sombra se apoderaba de su brillo. Solomon dirigía a voluntad a los cientos de proyectiles que quedaban de sus enemigos para usarlos a su antojo, su batuta era aquella mítica lanza que se creía perdida para siempre. A forma de látigo comenzó a guiar con el tridente aquella enorme columna hacía el cielo logrando tapar al sol con una lluvia de cuerpos opacos y sin vida dejando que la cola de tal nefasto sequito cual cometa separase a Steven de su verdadera presa, Ushuriel.
Con el enojo a cuestas, Solomon tuvo un breve tiempo en el aire para dirigirse al espacio donde creía sentir a la ejecutora.
Te lo diré para que lo recuerdes en el infierno…quien tienes frente...no es a un Dios.
Mi…Nombre…es…
Los recuerdos de una vida al lado de aquella mujer le enfermaban, volvió a vivir aquel día en que la vio en el jardín de palacio, había creído por tanto tiempo que aquella Diva era muy distinta al demonio frente suyo. Pero solamente había estado engañándose, la verdad, la única…era que ambas eran la misma cosa.
…Solomon!!!
Aquel que deseaba olvidar su vida bajaba su cetro en dirección de la tierra dejando que todo artificio lanzado previamente contra él sea regresado a uno de sus dueños. La tierra fue perforada por las mil y una explosiones ocurridas abriendo huecos por doquier. El sonido estridente sería escuchado en kilómetros a la redonda, el campo verdaderamente había desaparecido. Solomon quedó muchos metros más allá, de pie cerca a una gigantesca piedra negra, dejando que todo el peso de su alma sonase al contacto con la tierra como el de varios caballos. Seguido a él venía toda una lluvia de escombros, rocas y lágrimas de fuego que terminaban con calcinar parte de su piel. No significaba nada para él. Su energía se estabilizaba mientras veía como el suelo se volvía tan negra como la piedra. Permanecía quieto, dándoles la espalda a sus enemigos para que en caso hayan sobrevivido se confíen una vez más lamentándolo muy caro, pues Solomon no necesita la vista, ya tiene sus esencias guardadas en la biblioteca de su mente.
La marca de la maldición resplandecía por debajo de su visor metálico, eran sus ojos los que parecían traspasar el acero blindado dando clara señal de la desaparición de lo poco que le quedaba de humano, pues, mientras más haga uso de su poder más se aleja del camino mortal.
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Tecnica Empleada:
Muro Divino Mitologico (Variante)
*En la mitología griega las murallas de Troya eran irrompibles, ningún ejército podía pasar por ellas. La técnica consiste en la creación de un muro similar al ya mencionado por el cosmos de Poseidon, cuando la técnica del oponente choque con el muro será absorbida mediante agujeros negros que aparecerán en el campo de batalla dependiendo del alcance y la intensidad del ataque. Y las puertas de los muros se abrirán dando paso a un gran rayo de cosmos similar a la Exclamación de Athena y le seguirá la técnica del oponente con los efectos originales en ella.
(Utilizar esta técnica te inhabilita de atacar. Por el mero hecho de defenderte podrás devolver el ataque, tal cual es, mismo daño y los mismos efectos secundarios a un oponente, sólo podrás agregarle tu bonus de cosmo, nada más, al ser una tecnica que refleja la tecnica enemiga.)
Objeto
*Tridente de Poseidon: La versión original del arma que fue guardada en el templo celeste del dios marino, simboliza el dominio de Poseidon, conserva en su interior la energia de todos los oceanos, si esto llega a ser utilizado en batalla puede dañar gravemente a su enemigo, aumentado la corriente, ritmo y velocidad en que su sangre viaja alrededor de su cuerpo y hacer que este necesite de cantidades extremas de agua constantemente, si es un dios esta arma puede llegar a matarlo de golpe dependiendo en la intensidad del cosmos de poseidon.
Solomon- Dios/a
- Reino : Atlantida
Ataques :
AD - Anillo Azul de Neptuno (5400)*
AD - Atracción del rey de las sirenas (5500)*
AM - Ojos Divinos de Oro (5900)*
AF - Cadenas al Cielo (6600)*
Defensa :
Muro Divino Mitológico
DE - Sagrado Manto del Alma
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Re: Consultorio Medico
Era solamente su momento, nadie le arrebataría esos preciados segundos en los que parecía estar compartiendo con los de un dios. Aunque este no fuera precisamente la deidad que esperaba encarar y seguir hasta el con fin de los tiempos, estaba satisfecha con la idea de ser la única que se enfrentara a una batalla contra lo que fue el amante de Diva.OFFROL – Defiendo
Aclaraciones: Narro – Pienso – Hablo
Todas las piezas encajaban en su lugar, Ares había jugado demasiado bien su papel al colocarla en ese puesto ya que no solo cuido de Roma.. sino también se aseguró de ser la que vigilara el futuro cuerpo de Poseidón. Al lanzar las cuchillas estas hojas se desprendían en medias lunas de tono carmín…
Jamás se esperó que precisamente Hellgorak tomara el papel de intervenir también, ¿por qué necesariamente tenían que opacar a la estrella de tan inusitado espectáculo?. Resoplando levemente observaba con desdén lo que parecía ser las réplicas exactas de su líder, apretando su puño contra el mango de su cetro no fue capaz de callar.
¡No intervengas!... - los bersekers no eran seres que trabajaran en conjunto realmente, la fidelidad entre ellos era una mera ilusión, solo existían para superarse incluso entre ellos mismos. Por esa razón, si se lo proponía.. ella podía sublevarse para colocarse como la nueva líder de ese escuadrón y dicha oportunidad se le presentó al ver a ese dios, al consumir su divina procedencia sería absolutamente invencible.
La confusión de esos momentos se propagaron, ni si quiera se dio cuenta de la hazaña en la que ese hombre de armadura grisácea evadía sus cuchillas, su cuerpo se mecía como en un infinito oleaje haciendo de sus movimientos casi estéticos mientras que al mismo tiempo su lanza actuaba como un escudo que disolvía la energía de dichas flamas. Señalándola notaba algo extraño.. su respuesta solo cercioró lo que creía pues seguidos de sus pensamientos el rubio la apuntaba tras su deseo expuesto.
Hellgorak lo notaba y no tardó en responderle casi de la misma forma al desatar el ataque de sus plumas, sus intenciones eran más que claras… eliminar al enemigo sin importar las bajas que implicaría dicha ejecución. –Que idiota – el ataque la impactaría en cualquier instante, se esperaba lo peor en ese caso, pero el grito de ahogo por parte de ese hombre la hizo olvidar aquel detalle. Casi como en cámara lenta sus ojos se entornaron al punto donde se hallaba el ex senador, las habilidades con las que presumía esquivar sus hojas decayeron cuando estas ya golpeaban su cuerpo maltrecho.. –esto no está bien – no se fiaba por mucho de que su técnica le hubiera alcanzado y provocado un daño mayor, su instinto se disparaba retrocediendo unos pasos esperándose lo peor pues si algo sabía es que los poderes de ese dios se desataban cuando caía en la desesperación, motivo por el cual había despertado gracias a su acompañante.
El silbido de las hojas sucedían una tras otra cuando impactaban sin clemencia la armadura del enemigo, hasta que el mismo tiempo parecía detenerse.. cada cuchilla, cada embestida dispuesta a eliminar su objetivo se paralizaban a escasos centímetros de Solomon. Ushuriel no era nada ingenua y aguardo como siempre… era cierto que le parecía poco común que su ataque como la de su compañero fuera contenido por disposición de ese dios… hombre… que importaba realmente su identidad. La ejecutora fue abandonada a su suerte, solo Hellgorak y Poseidón alcanzaban los cielos por lo que a simple vista parecía una niña indefensa.
Su cabello cobrizo se sacudía con vigor golpeando lo que era su flequillo hacia su rostro. Tratando con esfuerzo de enfocar las siluetas que se ocultaban tras esa bruma escarlata, sino fuera precisamente por las sombras de ese demonio le hubiera resultado más fácil de identificar. Esa espesa nube se movía al son en que el tridente guiaba aquellos objetos metálicos, los cuales resonaban unos contra otros provocando casi un efecto de intimidación.
Eso era lo único que esperaba escuchar… -se sentía realmente confiada, nada de lo que le sucediera parecía provocarle el mínimo interés por lo que bajando la cabeza comenzaba a arrastrar la punta de su hoz de una manera casi perezosa. Tras esta un brillo se alzaba de una manera anormal… -¡Que comiencen los juegos!..- declaraba con seguridad cuando una pared de lava se alzaba tras la espalda de la dama, solidificándose de maneras inimaginables.
Puertas extraídas de otra dimensión empezaban a tomar forma, rodeada de varias cadenas que se fundían entre sí. Ushuriel flexionaba su cuerpo dejando que su rodilla izquierda tocara el suelo, impulsándose ella misma para saltar sobre el aire, donde segundos después grácilmente diera vuelta para toparse frente a esa entrada y tras un giro de su cetro terminara de romper las cadenas. Ningún berseker sabía las cosas que se ocultaban tras las puertas infernales, solo Infernatil que fue extraído gracias a la ayuda de Ares pero aquella era una historia vieja y estaba segura que semejante inútil habría olvidado su verdadero origen, no por nada su presencia brillaba por la ausencia de su cosmos.
Un sonido bastante estridente se liberaba, eran mucho más que lamentos.. ni los gritos conocidos por hombres o mujeres ni niños se comparaba con lo que salía de ahí. Solomon actuaba de manera astuta pero olvidaba lo más importante, la ejecutora no luchaba sola. Sí, estaba consciente que al comienzo de la pelea la aparición de su superior implicaba ser un mero estorbo pero a medida de que avanzaban los eventos en batalla pudo descubrir que su ayuda le beneficiaría para conseguir sus objetivos… personales. La redirección del ataque impuesta por ambos bersekers era manipulada por ese sujeto, tanto que estos bombardeaban el punto exacto donde el portal recibía algunos de los daños, casi tratándose de una carrera algunos demonios escapaban de su escondite solo con el afán de fundir su cuerpo con el de la ejecutora, ansiosos no dudaron en abalanzarse arrastrando a la mujer por los aires. El golpeteo que emanaba era el murmullo de un aleteo del que seguían protegiendo a su guardiana.
Era la tercera ocasión en que se veía obligada a hacer uso de una habilidad que no le correspondía, pues las puertas al infierno era una dimensión en la que el poder de su dios no era un dominio suyo. Arriesgándose ante tal noticia no reparo en continuar con la sorpresa que le tenía preparada a Solomon.
Se elevaba como en una bruma negra, la cual esta se deformaba por las figuras entrelazadas de varios cuerpos tintados por la ceniza, al centro se alzaba la silueta de aquella mujer siendo envuelta por lo que era la figura de una serpiente casi blanquecina, sus escamas reflejaban demasiados tipos de color haciéndola algo encantadora. Sujetando la cabeza de su mascota la atrajo lo suficiente para que esta rozara sus labios impregnando un pequeño rastro de humedad sobre ellos a manera de un beso.
Muy bien, si Poseidón desea tanto jugar a las escondidas que así sea.. Solomon… ¿sigues creyendo aún que eres como ellos?.. –ladeando su rostro le señalaba la destrucción que propiciaron durante la pelea, los cadáveres aun reaccionaban ante el calor de la lava y los gases nocivos que les rodeaban reduciéndolos lentamente en cenizas.. - ¿aun estas dispuesto neciamente a decir que no eres un dios?... los que reniegan de su destino solo les espera un final.. fuiste testigo de ello justamente el día en que Diva llegó a Roma.
Si… sé cada uno de tus sucios y oscuros secretitos.. los mismos que cometiste con este cuerpo. Roma… ¡Roma!.. alabemos a la nación romana. Insignificantes y pútridos mortales que dieron su vida a una causa perdida, ¿deseas verlos Solomon?... ¡míralos bien, quiero que te grabes cada expresión a los que tu arrogancia los sometió!.
Solo esa mujer tenía perfecta noción a lo que daban referencia sus palabras, más sus intenciones se revelarían justamente cuando las puertas dejaban escapar no solo las almas que consumió con el ataque al consultorio. Cientos.. miles… millones de estelas surcaban el cielo y la tierra buscando desesperadamente una salida, algún indicio que los ayudara a escapar de la tortura con la que tenían que lidiar por toda la eternidad.
Esto son las almas que he arrastrado a mi lado cada vez que mi ser resurge de entre las cenizas, el pago que se tiene que efectuar para que regrese a la vida es demasiado alto.
Egipto fue el primer golpe de ello… Diva por sus ambiciones al tener esa irresistible necesidad de mantenerse en el poder no dudo en matar a su pueblo de hambre con tal de vivir como una diosa encarnada.
Segundo.. tu padre. –haciendo una pausa se sonrió levemente- aquel hombre que sucumbió a los encantos de carne más fresca. ¿Qué se sintió cuando tu familia fue reducida al abandono con la llegada de una extranjera?... supongo que nada bueno.. pero el dolor de ver como el “amor de su vida” escapaba a los brazos de su hermano no se comparaba con cualquier otra cosa, hundiéndose solo más en la miseria. Realmente no supo asimilar que para ella fue un pequeño escalón de lo que se proponía realmente.
La cuenta sigue aumentando cuando la vida de la consorte del César se opacó con el extraño acontecimiento de su muerte. Eso debió de llenarte de una cólera indescriptible.. el descubrir que tu madrastra se convertía en tu tía en menos de unos meses es difícil de aceptar.
Sigamos… Germania, Persia, Britania, Hispania.. cada una de esas naciones que entraron en conflicto con este amor al que llamas Roma.. el sacrificio de sus vidas no es comparable a lo que otorga un pedazo de tierra. ¿Pero que estoy haciendo?, seguramente dirás que estos hechos no te conciernen en lo absoluto.. bien supongo que cambiaras de opinión al momento que te diga cuándo te rebajaste a los mismos deseos impuros en los que se cegaron los grandes líderes de este imperio… y precisamente tenía que ser con Diva.. Solomón eres un chico travieso.
La enumeración de sus delitos apenas daban comienzo, la expresión de burla en su rostro se plasmaba por la diversión que le causaba. Si ese hombre deseaba tanto ser Solomon entonces le haría cargar con la culpa de su sola existencia.
Nuestra historia va decayendo, si tú no te hubieras atrevido a abandonarla, Diva jamás contemplaría la opción de vender su alma a Ares. El odio la cegó a tal punto que me otorgó su cuerpo.. las vidas cobradas en el palacio… en la cámara de senadores.. fue solo una pequeña fracción de lo que realmente deseaba a hacer contigo.
Así era, el regreso de la ejecutora no sería nada en comparación de lo que Solomon con sus tontas decisiones provocó, fue más el deseo de acabarlo a él que el hecho de terminar a lado de Octavius.. la persona que representaba su mayor obstáculo junto con Vergilius no se igualaba en nada. Era patético que precisamente sintiera el amor en la persona menos esperada y por más que se atreviera a negarlo terminó enamorándose estúpidamente. Las almas que conservaban su forma se hallaban colgando en meras columnas que levantaban los residentes del averno, cada uno de ellos siendo torturados y lacerados a disposición de los subordinados de la ejecutora.
El emperador.
Eurias.
El padre de Solomon.
La ex emperatriz de Roma.
Y por sobre todos ellos en el espacio más alto se hallaba Diva, la mujer cuya consciencia conservaba pero que a diferencia de los otros no se inmutaba, aceptaba el suplicio casi orgullosa. Su rostro se alzaba mirando el nuevo escenario que se presentaba ante ella, no lo soportaba.. el tener que ver su semblante nuevamente le generaba desagrado, tratando de zafarse de su prisión retorcía su cuerpo no conteniendo el deseo, sus gritos superaban los llantos de sus compañeros.
Ushuriel solo se desplazó con la ayuda de sus servidores para abrir paso a la vista de la mujer pelinegra, la belleza de la que alguna vez pudo presumir se terminó cuando se encontraron. La serpiente se enroscaba ahora en su brazo para llegar a la palma de su mano, dirigiendo ahora su camino por encima de la egipcia. Su pie caía por el borde manteniéndose por encima de Diva, ni los movimientos violentos de la humana la harían perder el equilibrio.
Solomon… tú eres la última pieza que falta. –la serpiente se transformaba en el común objeto que usaba en batalla, dejando arder su cosmos no tuvo piedad en quemar a los demonios que recubrieron su cuerpo para relucir la armadura que portaba. Las puntas del metal resaltaban como la extensión de su figura volviéndola más imponente.
El calor se expandía, la faz de la berseker se oscurecía pues la luz golpeaba contra su espalda pero no por ese detalle evito dirigir sus ojos purpúreos en torno a Hellgorak, incitándole de que era el momento de terminar con el dios.
OFFROL
Técnica Utilizada: Portal Hell
La mujer antes conocida como Diva… Ushuriel.. la que acaba con todo solo con su tacto reduciéndolo a cenizas. Las puertas del Infierno se posan tras de ella desencadenando la furia de su verdadero señor… Ares, el fuego no solo se ve desencadenado sino un último lamento en su rostro se ve manchado por aquellas gotas ígneas, desperdigando un enorme calor que es capaz de expandirse hasta alcanzar a su enemigo, el suelo se transforma en lava transportando en esa dimensión el mismo infierno y liberando solo a los demonios que residen dicho puesto, donde Ushuriel gobierna a parte de su compañero, aquellos seres extienden sus alas arremolinándose contra el cuerpo de la joven, un enorme capullo creciente es el que protege el cuerpo de la mujer conteniendo cualquier ataque y como una oleada las alas de los demonios se arrancan para volver como cuchillas hacia su contrincante para que se consuma en la lava..
Diva- Berseker de Ares
- Status : MUERTA
Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Danza de las cuchillas (1350)
Defensa :
Portal Hell
Cantidad de envíos : 179
Re: Consultorio Medico
Offrol – “Defiendo”:
Aclaraciones:Narración
Diálogos Steven/Hellgorak
Pensamientos Steven/Hellgorak
Demonio Primordial “Primo”
Demonio Primordial “Segundo”
Almas del Infierno
Diva
Hellgorak Primordial
-o-o-o-
Introducción al mundo de los demonios; Vol.1 – Hellgorak:
“Eones antes, mientras se libraba una guerra entre el dios de la guerra y los habitantes del infierno, una raza superior de engendros malignos cuyo nombre fue borrado de los anales de la historia se caracterizaba por buscar los secretos más arcanos existentes en el mundo y con su inteligencia incomparable pronto lograron develar todo lo que su dimensión les podía ofrecer. Entre los diferentes éxitos se podían contar la creación de rituales de magia negra, sacrificios de poder y finalmente pero no menos importante, tratos con entes de clase divina.
Ahora, de esa raza solo queda un sobreviviente…”
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Si la tierra temblaba, Hellgorak no lo sabía.
Si el aire se enviciaba, Hellgorak no se daba cuenta de ello.
Si el cielo terminaba por caerse, Hellgorak no lo notaría…no en aquellos precisos momentos.
Las razones para que el líder del Escuadrón de las Llamas y el Fuego se quedara estático en su posición por encima de los otros dos combatientes tan solo mirando la acción eran contadas y para ese entonces se encontraban dando sus frutos.
Observar todos y cada uno de los detalles que se sucedían mientras el humano conocido como Solomon evadía con una destreza impresionante los embates de Ushuriel para así renegar de los poderes que se le habían otorgado como el dios de los Océanos hizo que Steven levantara una ceja y se fijara particularmente en aquella armadura que portaba, originalmente de un precioso color naranja y que ahora se asemejaba al de la ceniza que quedaba después de agotar el combustible de una hoguera…¿porqué? Exactamente, ¿Qué había generado tal cambio en una vestimenta hecha para los dioses? ¿Cómo era qué el senador todavía mantenía tan férrea voluntad cómo para vestir algo qué debía subyugarlo a la divinidad qué lo había escogido como vehículo en el mundo? La respuesta no se hizo esperar para llegar a su cerebro, susurrada por una voz rastrera que bien le podía pertenecer a una serpiente recién salida de una cueva húmeda y fría.
Maldiciones...curiosas formas de lograr que un sujeto haga el trabajo sucio, ¿verdad? Murmuró la voz, resonando en el cráneo del castaño.
Pero eso no significa nada para nosotro- perdón, para ti Hellgorak…¿o me equivoco? Dijo otro eco del pasado con tono más irónico y mordaz al tiempo que los ojos de escleróticas negras de Steven veían como Solomon se preparaba para contraatacar.
Ahí viene. Fue lo único que murmuró al momento que el humano aparecía de repente frente a su persona seguido de una bruma roja que traía consigo todos los proyectiles restantes que no hubieran impactado contra nada, corrompiéndolos y haciendo que estos fueran en contra de los que los habían lanzado en primer lugar obedeciendo los mandatos de la mítica lanza de tres puntas de Emperador de los Océanos. Finalmente y oscureciendo la luz del sol para lanzarse en contra de su objetivo primordial, la Ejecutora del Fuego Ushuriel, el bramido de los proyectiles cortando el aire pudo ser oído a kilómetros de distancia de donde se sucedían los hechos.
Mmm... Distraído en sus pensamientos y sin parecer notar como sus copias se movían a una velocidad impresionante para no ser víctimas de un impacto directo por parte de la avalancha de proyectiles que abarcaba un rango de acción tan amplio, Steven fue literalmente arrastrado por las cuchillas de Ushuriel y sus propias plumas…sin siquiera notarlo. Tal era la concentración y el ensimismamiento en que había caído que ser enterrado un metro bajo tierra no parecía importunarle demasiado. Y en resumidas cuentas, no lo hacía.
Esto me recuerda los viejos tiempos, ¿a ustedes no, compañeros? Eones han pasado y finalmente Hellgorak ha encontrado una nueva añadidura que agregar a las runas. Dijo la voz que había hablado antes en la cabeza del castaño en tono casi solemne, sin cambiar la impresión de serpiente al acecho que parecía caracterizarla.
Y una maldición de este nivel aunado al poder de un dios será el nacimiento de un nuevo legado. Completó la otra aumentando la intensidad con la que hablaba, sin dejar de expresar malicia con cada sílaba que pronunciaba.
... Silente y estático, Hellgorak escuchaba las palabras de los otros con atención…
La pregunta más apremiante en aquel caso sería ¿Quiénes eran esas voces?...
…la respuesta era sencilla: eran los demonios que en eras pasadas Hellgorak había traicionado al momento de aliarse con Ares y que de paso, había sacrificado por una causa que en su distorsionada mente se clasificaba como “noble”.
El registro de la historia y sus enseñanzas no mentían, el conocimiento del pasado se hacía presente en la línea temporal actual y con ello se determinaría el futuro…
Vamos...el momento de actuar ha llegado. Dijo de pronto Hellgorak mientras que el eco de su voz se incrementaba con una potencia inimaginable. El tiempo de jugar había terminado, el momento de actuar en serio daba comienzo en aquel mismo instante.
Elevando su cosmos y liberándolo en la forma de una imponente aura roja, el suelo se cuarteó más de lo que ya estaba para así dejar salir al Invencible en medio de una columna carmesí que fue tiñéndose de negro poco a poco, absorbiendo y negando la presencia de la luz a su alrededor. Incluso no estando presente parecía que Ushuriel obedecía sus órdenes sin rechistar…su modo de actuar y sus palabras se prestaban para ayudar a los propósitos del demonio incluso más de lo que la Ejecutora pudiera apreciar en un primer instante. Ese era el verdadero propósito y valía de un soldado…ese era el propósito por el cual Hellgorak había incluido a Ushuriel en su escuadrón apenas esta se hubo unido a las fuerzas del dios de la Guerra…
…y por curioso que pareciera, la mujer cumplía su función como Guardiana del Portal al Infierno mucho mejor de lo esperado. Sin comunicárselo lo había abierto para dejar que surgieran la incontables almas sacrificadas en los años de conflictos entre naciones: Roma, Egipto, Germanos, Británicos, Hispanos…todos daban lo mismo llegado aquel punto, su función estando vivos había sido la de actuar como escudos y corderos para ahora ser parte vital del plan que Hellgorak materializaría. Elevándose nuevamente en el aire al tiempo que sus copias dejaban de rondar el espacio por encima de Solomon y Ushuriel para posicionarse en punto estratégicos, el castaño esperó a que su subordinada terminara su discurso para él ponerse manos a la obra.
Poseidón...o Solomon, como prefieras llamarte a ti mismo…ha llegado la hora de que la última pieza sea derribada. Es hora de morir. Declaró Hellgorak mientras que su cosmos ennegrecido estallaba en millones de chispas del mismo color, oscureciendo la escena y contrastando contra el brillo infernal que existía por debajo de sí mismo gracias a Ushuriel. ¡Empecemos el ritual! Exclamó sintiendo como sus copias se colocaban en posición, equidistantes unas de otras y tomándolo a él mismo como el centro de toda la conmoción y actuando como una barrera “humana”. Extendiendo sus alas a más no poder, los falsos demonios abrieron sus bocas para liberar un lamento que le haría estallar los tímpanos a cualquier ser común que se acercara al campo de batalla. La ceremonia daba inicio.
En el suelo, enterradas a tres metros de distancia desde el mismo instante en que la Tormenta de Acero original había sido liberada por el Invencible se encontraban doce plumas metálicas cargadas con más energía que las demás. Sí…el ataque original no había sido más que una distracción y una evaluación de las habilidades de Solomon, dispuestas para determinar si de verdad valía la pena sacrificarlo. Sin dejar pasar ni un solo segundo de plazo para que su enemigo pensara que hacer a continuación, las plumas estallaron y liberaron toda aquella energía contenida en forma de relámpagos rojos como la sangre que cortaron el aire con un estruendo, superando la velocidad del sonido y rozando la de la luz, conectándose unas con otras para marcar un círculo que contenía todo el territorio donde luchaban las tres superpotencias. Sin embargo eso no era todo: los rayos conectados unos con otros no eran los únicos que había surgido, sino que otros doce habían unido los puntos del círculo con los dobles de Hellgorak para hacerlos estallar en una masa de líquido negro que terminó formando un domo de ébano alrededor del portal al infierno y todo lo que ellos implicaba…el Invencible había cercado la batalla y en el interior la única fuente de luz que quedaba eran las llamas del purgatorio que surgían del portal que había abierto su subordinada.
Solomon...¿Entiendes tu situación? ¿Entiendes acaso qué es el mal que te aflige? Lo que has obtenido no es poder…es una maldición. Una maldición que se remonta a los tiempos en que la esposa de la deidad que te ha poseído hizo un contrato directo con mi raza. Lo recuerdo bien como si fuera ayer…aquella piel blanca como el mármol, esa faz que no podrá ser reproducida jamás…y las rosas azules. ¿La has visto verdad? A esa mujer…Anfitrite, la diosa que hizo un pacto con el diablo. Se refirió Hellgorak con el eco de su voz aumentando más y más, reduciendo el efecto de las voces de los miles de condenados ubicados a sus pies al tiempo que de cada uno de sus orificios surgía un líquido negro que no era otro más que sangre demoníaca…una sustancia peligrosa que anulaba cualquier tipo de energía elemental que fuera expuesta frente a ella, siendo la única excepción más sangre proveniente de otro demonio. Y en aquella situación la única inmune era Ushuriel debido a su legado. Tal vez no te interese o no lo recuerdes todavía, pero en la era pasada Anfitrite utilizó ese trato infernal para eliminar al dios de los Océanos. Y si el sucumbió ante ese poder, ¿qué pasará cuando un contratista original use esa misma táctica con los verdaderos recursos del infierno? Infiere la respuesta, senador. Finalizó Steven mientras que la sangre negra se movía como serpientes encarceladas para momentos después quedarse quieta y así fijarse cuales clavos sobre la piel del avatar del Invencible, quien ahora parecía una persona totalmente distinta.
Sin embargo mi naturaleza como el último diablo hechicero me hace darte una solución a este dilema. Una solución que por supuesto no te salvará a ti, sino aquello por lo que luchas. Dijo Hellgorak desvaneciéndose en un microsegundo, rematerializándose al frente a Ushuriel y por tanto, junto a Diva. Si aceptas, el alma de esta mujer será salvada junto con todos aquellos que no pudiste proteger en primera instancia…soldados, generales, ciudadanos inocentes, senadores, el emperador, tu familia… Enunció el ente demoníaco haciendo sentir su cosmos en toda la zona cercada a través de pulsaciones iguales a las que daba el corazón humano cada segundo…en los oídos de todos los presentes se podía escuchar aquella expresión de la condición impuesta sobre el senador. Y no miento...llegado este punto ¿para qué hacerlo? Solomon…te ofrezco la salvación de tu gente, de tu pueblo…de TU Roma a cambio de ti mismo.
Tu decides. Concluyó Hellgorak dando un aleteo con sus alas ahora teñidas de ébano, liberando varias plumas negras que cayeron sobre el mar de almas desgraciadas que al hacer contacto con la materia diabólica gritaron como nunca, lamentando su eterna agonía y el castigo que les había sido impuesto por el mero hecho de vivir en una época equivocada.
¡Ayuda!
¡Duele!
¡Sálvennos!
¡Agggggh!
¡Mami! ¡Mami!
...
Dame tu respuesta, Solomon.
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Offrol:
Técnicas utlizadas:
[Defensa]
La misma impermeabilidad del Invencible, aquella que le permite abortar el daño de cualquier técnica o ataque aplicado en su contra producto de antiguas runas y secretos arcanos que le permiten ahora ser conocido como el que no puede ser derrotado.
[Ritual de los Antiguos]
Ritual arcano cuyo propósito se desconoce. Puede abarcar una zona comparable a la fuerza misma de aquel que lo ejecuta en primer lugar y requiere una serie de pasos cuidadosos para ser llevado a cabo con éxito total. La primera parte apenas ha concluido…
Aclaración: Dada la complejidad del ritual y los elementos requeridos para llevarlo a cabo, en mi próximo post se concluirá y se verán sus verdaderos efectos.
Steven- Berseker de Ares
- Status : MUERTO
Ataques :
AD - Ataque Sorpresa (1350)
AD - Tormenta de Acero (1450)
Defensa :
Confianza del Invencible
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Re: Consultorio Medico
OffRol: Ataque (Stand By-En espera)
Narro
Voz de Alter Archer(Solomon/Poseidon)
Voz de Solomon
Voz de Ushuriel
Voz de Steven
Voz de Anfitrite
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Se podía percibir como lo escaso de aquella hermosa mañana cesaba. Un frío abismal recorría rápidamente tras suyo no augurando nada bueno para él. Solomon permaneció quieto algunos minutos esperando alguna arremetida previamente anunciada por el sonido de aquel poco sigiloso par, pero nada…absolutamente nada ocurría.
Siguen vivos…ambos.
Resoplaba con fuerza al darse cuenta de lo inútil que resultaba tratar de mantener sus pensamientos en su cabeza, al parecer resultaba ser otra contra a causa de la contaminación de su alma. Quitando importancia al asunto dio vuelta y comenzó a caminar cautelosamente hacía el punto de origen de aquella energía negativa.
El terreno yacía sin pendientes, cubierto por una inconmensurable cantidad de, las cuales seguramente fueron sacadas de su lugar a raíz del incesante bombardeo de proyectiles arremetidos por él mismo hacía Ushuriel.
Todo sonido molesto para el combate como el de las ramas de los árboles meciéndose y el canto de las aves había desaparecido por completo dejando que toda serie de obstáculos resultará fácil de evadir a pesar de estar completamente ciego. Su instinto parecía llegar al grado de precognición, lo cual resultaba ser muy provechoso para semejante circunstancia.
En medio de ese páramo marciano de suelo negro y seco, desprovisto de toda vida más que el de los buitres sobrevolando aun en el muy alto cielo yacía Solomon con la interrogante de querer saber como diantre Ushuriel se había salvado. Estaba a unos 15 metros de distancia, lo cual era suficiente para verla en su mente mediante la enorme cantidad de energía que desprendía, ésta resultaba ser mucho mayor a la que había llevado al campo cuando aun el consultorio yacía de pie.
Pronto aquella ráfaga volvía a chocar contra la parte superior de su cuerpo dejando en su rostro una delicada película fría. Pensando en nieve decidió probar con su lengua dándose con una desagradable sorpresa.
Ceniza.
Se detuvo instantáneamente al no saber que tramaba ahora su ex amante. Por aquel visor de hierro le resultaba imposible poder apreciar en toda su “gloria” el espectáculo armado por el demonio femenino, más el arrullo inconfundible de la muerte se podía oír más cercano a medida que avanzaba.
El Sol desaparecía del cielo, al igual que las nubes y los edificios que resultaban estar más lejos al diámetro de 100 metros. El ambiente infernal parecía querer ocupar toda la extensión del terreno y nada se lo impediría, sólo aquella bruma roja que venía siempre acompañando a Solomon le limitaba, parecía ser que el guerrero gris gozaba de alguna clase de protección contra los avatares venidos de lo más profundo del inframundo. Era aquella la verdadera razón por la cual él aun no daba cuenta de lo que venía rodeándole.
Muy bien, si Poseidón desea tanto jugar a las escondidas que así sea.. Solomon… ¿sigues creyendo aún que eres como ellos?...
Tratando de contenerse lo más que se pueda quedo quieto, siempre recto y orgulloso dejando que Ushuriel hablará lo que quisiera. Estaba seguro de si mismo y de su objetivo, toda palabra emanada por cualquier otro que no fuera él sería considerada una burda mentira. Así de hermético resultaba ser su nuevo “yo”.
Pero aquel demonio le conocía bien, demasiado bien. Aun con cuanto cambio tuviera en su alma el tema de Roma seguía siendo delicado, siendo éste uno de los pocos puntos desprovistos del blindaje provisto por Anfitrite.
…Roma… ¡Roma!.. alabemos a la nación romana. Insignificantes y pútridos mortales que dieron su vida a una causa perdida, ¿deseas verlos Solomon?... ¡míralos bien, quiero que te grabes cada expresión a los que tu arrogancia los sometió!
El polvo se levantaba al cielo con fuerza al paso de cientos de estelas percibidas por el cuerpo de Solomon solamente como viento ya que el quejido de las pobres almas en pena le resultaba indiferente. La razón yacía en su rostro, la careta metálica que llevaba puesta siempre no era más que una metáfora que iba más allá de la simple pérdida de la vista. Solomon yacía ciego tanto física como espiritualmente, había perdido toda posibilidad de empatía con algún otro ser. Ni siquiera su herencia como senador o su natural gracia le había salvado de este costoso pago por cumplir su objetivo.
Pero la historia relatada por propia boca de quien fue alguna vez Diva parecía reanimar lentamente este lado suyo creído extinto. Los datos venían llegando a su cabeza uno tras otro, siendo reveladores y tratados completamente como mera recopilación de información para un Solomon prácticamente carente de sentimientos que no fueran negativos y/u obsesivos.
Resultaba ser una guerra fría librada en su interior. Por un extremo al Solomon maldecido por Anfitrite y al otro, en un rincón minúsculo al senador original. Se le creía dormido o hasta muerto pero la ayuda involuntaria de Ushuriel le hacía recobrar fuerzas a medida que ésta proseguía relatando.
El Solomon alterno no dejaría tan fácil su cuerpo, se notaba en el rostro la molestia y el fastidio causado por el insignificante resquicio de bondad en su corazón. La niebla roja que venia desprendiendo su cuerpo desde el inicio de la batalla cesaba.
El clímax llego a su apogeo cuando los lamentos de los familiares y amigos emergieron de entre el vórtice nefasto armado por la ejecuta de las llamas. Fue allí cuando el corazón del senador comenzó a renacer abriéndose paso por entre la oscuridad de la maldición implantada por la reina de los Océanos. La coraza gris que cubría su traje comenzaba a descascararse en muy pequeños copos que iban directo al cielo. Una capa roja digna de un rey iba hilándose desde sus hombros.
Diva…
Fue entonces que por primera vez vio la escena, la imagen era clara aunque el visor de metal seguía puesto en su rostro. Abriendo ligeramente la boca no pudo evitar sentirse pasmado al ver el tétrico espectáculo. Todo estaba cubierto de fuego y alquitrán tan oscuro como de seguro ya era el alma de aquella Berserker. No teniendo corazón, Ushuriel parecía disfrutar de los gemidos de la incontable gente inocente bajo sus pies.
El par de tridentes volvían a resplandecer mientras el cambio de personalidad de Solomon se consolidaba. El despertar al verdadero Poseidón era algo que no parecía tener en cuenta el par de soldados de Ares al intentar resucitar el corazón bondadoso del joven disolviendo la maldición de Anfitrite.
Poseidón...o Solomon, como prefieras llamarte a ti mismo…ha llegado la hora de que la última pieza sea derribada. Es hora de morir.
Volviendo el rostro al lado izquierdo pudo llegar a ver a una gran sombra movilizándose a gran velocidad hasta llegar a estar por encima de las llamas incandescentes de Ushuriel. El coro de lamentaciones de los difuntos era atenuado en magnitud al ruido creado por el batir de alas de aquel demonio líder del pequeño escuadrón alado. Entre tanto sus varios clones abrían las fauces llegando a ser similares en aspecto a las bestias espeluznantes sólo recordadas como seres míticos de la era previa al orden traído por los Olímpicos de la cultura helena.
La oscuridad de pronto llega a nublar su vista recuperada mientras un aullido desgarraba por completo su valentía como mortal. Sangre comienza a brotar de sus oídos dejándole sentir un gran dolor y desconcierto. Retirándose varios pasos hasta finalmente empotrar la lanza de Anfitrite en el suelo quedo en shock, sin poder darse cuenta de cuanto evento sucediera. Después de un tiempo, llega a recuperarse justo para oír las frías palabras del superior de la ejecutora de las llamas.
Solomon...¿Entiendes tu situación? ¿Entiendes acaso qué es el mal que te aflige? Lo que has obtenido no es poder…es una maldición. Una maldición que se remonta a los tiempos en que la esposa de la deidad que te ha poseído hizo un contrato directo con mi raza. Lo recuerdo bien como si fuera ayer…aquella piel blanca como el mármol, esa faz que no podrá ser reproducida jamás…y las rosas azules. ¿La has visto verdad? A esa mujer…Anfitrite, la diosa que hizo un pacto con el diablo.
Quedando presa del miedo de conocer la verdad la sombra cobra fuerza. El cambio que venía viéndose en su cuerpo y armadura dio reversa, siendo el mensaje de Hellgorack contraproducente al de Ushuriel. La sombra que había retrocedido en su alma volvía con mayor pujanza, pero esta vez no venía sola.
Las nubes rojas que se habían alejado regresaban al dar cuenta que el destino del alma de Solomon de ser un espíritu heroico desaparecía. Ellas son las encargadas de mantener la armadura del dios Poseidon así como el cuerpo del senador en su estado decadente, siendo su oído el primero en ser regenerado. Fue entonces que la capa del rey victorioso volvía a desaparecer así como los copos grises regresaban a apoderarse de las pocas partes liberadas de la armadura exquisita del dios marino.
Fue ocurriendo mientras Hellgorack terminaba de redactar su oferta, una muy jugosa propuesta para cualquiera, aun para al Solomon corrupto que reaparecía moviendo el tridente de Anfitrite al frente mientras el de Poseidón desaparecía cubierto por el manto de invisibilidad.
Haciendo omiso al percance previo Solomon avanzó indiferente ante el mar de almas hasta llegar a estar frente al par de monstruosos seres. No terminaba por comprender como aquellas ánimas que se seguía escuchando en lo alto de los pilares del averno habían logrado causarle semejante problema. Un descuido imperdonable.
¿Esperas mi respuesta demonio?
Cumplir con mi deseo…
Y ese ¿cual es…Solomon?
Frunciendo el ceño retrocedió un paso largo. Esa voz no pertenecía a Diva, ni a Ushuriel. Ella había vuelto.
Hahahahahahahahahahaha…
Incesantes risas burlonas y maléficas provenían del propio aire que respiraba más aquella mujer misteriosa que reconocería como Anfitrite no se atrevía a aparecer. Solamente al paso de unos minutos de calma el guerrero gris se dispuso a responder.
Deberás crees ser capaz de cumplir con un deseo que varios dioses me han negado. Tú, un pusilánime sirviente de Ares. Estoy harto de ser sólo ser el juguete de ustedes y los otros dioses. Si lo que cubre mi cuerpo es una maldición por los actos pecaminosos que hice entonces los acepto con gusto mientras me lleven a mi verdadero y único objetivo.
El cual no es un reino de paz destinado al olvido, tal como venía siendo Roma por el conflicto con Egipto. Si no una superpotencia invaluable que marque un antes y un después en los libros de historia. Aquella es la autentica Roma que salvaré.
Solomon espero lo suficiente para poder oír nuevamente los quejidos de sus desafortunados compatriotas y familiares. Esta vez no cabía dudas, aquel defecto de conmiseración que lo llevó a ese extraño trance había desaparecido. Manteniendo siempre en guardia su arma elevó aun más la voz.
Me vienes a mostrar personas que ya no tienen voz, ni voto en mi espíritu. No soy un dios, pero tampoco humano. Solamente soy el arma cúspide de un largo trayecto que llevara a la total aniquilación de los débiles. Y aquellos arriba fueron justo eso. Si deben estar en el infierno por no lograr superar sus propias debilidades entonces bien merecido lo tienen.
Ahora, Si tienes algo que hacer, entonces hazlo y deja de malgastar mi tiempo en hablar. Tengo un imperio que renacer.
De inmediato se decide a levantar el tridente de Anfitrite como emblema de su cruzada. Una línea fina partió hacía las estrellas dejando su marca indeleble en el viento sin distorsionarse en lo más mínimo. Una perfecta línea vertical de varios metros de alto se alzaba en medio del páramo sofocante.
Te llamas Ushuriel ¡¿no?! Bien, logre ver tu infierno. Sí, te felicito. Ahora mira el formado por un simple mortal. La maldición llevada por generaciones.
La nube roja que cubría su cuerpo comienza a desplazarse en varias direcciones hasta tomar la forma de manos gigantescas mientras la delicada línea de color carmín se dividía en dos abriéndose de par en par hasta cubrir 15 metros de ancho por 10 metros de alto.
Bóveda…
Susurró dejando que su cosmos ingresará hacía aquel espacio bidimensional logrando brotar de él decenas de objetos luminiscentes, imposibles de visualizar por ser prácticamente energía pura, siendo cada uno de distinto tamaño y aspecto. Todos nacían de aquel portal que se volvía dorado a medida que el tiempo pasaba.
Jem…
De entre toda aquella innumerable cantidad de cuerpos luminosos uno se destacaba, era oscuro a diferencia del resto, yacía al lado izquierdo de Solomon, justo a la altura de su hombro. Fue cuando Solomon lo toma del mango cuando muestra su forma verdadera, era una espada dorada recubierta por un brillo espectral.
Sujetando suficiente fuerza la eleva como si fuera el capitán de una serie de arqueros, todos preparados para cuando el líder baje la batuta y grite ¡fuego!
Una masacre…me pregunto que pasaría si se quedan sin sangre. ¿Estarán libres de la muerte cuya propiedad es del dios Hades? O ¿Yacen protegidos por la sangre de un dios?
Sonido de tormenta comenzaba a oírse no muy lejos. La marca de una guerra venidera. Pronto gotas de lluvia caían sobre el terreno haciendo del sitio un lodazal. La bruma carmesí comenzaba a repeler las gotas de líquido prístino del cuerpo de Solomon para evitar que éste pierda la concentración necesaria.
-------------------------------------------
Tecnica Empleada:
*Boveda...(Turno 1/2)
Tecnica que consiste en la incontable información proveniente de las armas de los distintos avatar que Poseidon toma a lo largo de las generaciones. Resulta reunir en un mismo tiempo y espacio toda esta amalgama colorida de las distintas armas que llevaria Poseidon en el pasado, presente y futuro.
Por su condición Alter al 50% Solomon no es capaz de materializar las armas, sólo traerlas como energía. La excepción a esta regla son las armas de Anfitrite, aunque convocar la tecnica guardada en el arma lleva minimo dos post. Aunque esto también podría fallar.
(Completada en el siguiente post)
Narro
Voz de Alter Archer(Solomon/Poseidon)
Voz de Solomon
Voz de Ushuriel
Voz de Steven
Voz de Anfitrite
--------------------------------------------------------------
Se podía percibir como lo escaso de aquella hermosa mañana cesaba. Un frío abismal recorría rápidamente tras suyo no augurando nada bueno para él. Solomon permaneció quieto algunos minutos esperando alguna arremetida previamente anunciada por el sonido de aquel poco sigiloso par, pero nada…absolutamente nada ocurría.
Siguen vivos…ambos.
Resoplaba con fuerza al darse cuenta de lo inútil que resultaba tratar de mantener sus pensamientos en su cabeza, al parecer resultaba ser otra contra a causa de la contaminación de su alma. Quitando importancia al asunto dio vuelta y comenzó a caminar cautelosamente hacía el punto de origen de aquella energía negativa.
El terreno yacía sin pendientes, cubierto por una inconmensurable cantidad de, las cuales seguramente fueron sacadas de su lugar a raíz del incesante bombardeo de proyectiles arremetidos por él mismo hacía Ushuriel.
Todo sonido molesto para el combate como el de las ramas de los árboles meciéndose y el canto de las aves había desaparecido por completo dejando que toda serie de obstáculos resultará fácil de evadir a pesar de estar completamente ciego. Su instinto parecía llegar al grado de precognición, lo cual resultaba ser muy provechoso para semejante circunstancia.
En medio de ese páramo marciano de suelo negro y seco, desprovisto de toda vida más que el de los buitres sobrevolando aun en el muy alto cielo yacía Solomon con la interrogante de querer saber como diantre Ushuriel se había salvado. Estaba a unos 15 metros de distancia, lo cual era suficiente para verla en su mente mediante la enorme cantidad de energía que desprendía, ésta resultaba ser mucho mayor a la que había llevado al campo cuando aun el consultorio yacía de pie.
Pronto aquella ráfaga volvía a chocar contra la parte superior de su cuerpo dejando en su rostro una delicada película fría. Pensando en nieve decidió probar con su lengua dándose con una desagradable sorpresa.
Ceniza.
Se detuvo instantáneamente al no saber que tramaba ahora su ex amante. Por aquel visor de hierro le resultaba imposible poder apreciar en toda su “gloria” el espectáculo armado por el demonio femenino, más el arrullo inconfundible de la muerte se podía oír más cercano a medida que avanzaba.
El Sol desaparecía del cielo, al igual que las nubes y los edificios que resultaban estar más lejos al diámetro de 100 metros. El ambiente infernal parecía querer ocupar toda la extensión del terreno y nada se lo impediría, sólo aquella bruma roja que venía siempre acompañando a Solomon le limitaba, parecía ser que el guerrero gris gozaba de alguna clase de protección contra los avatares venidos de lo más profundo del inframundo. Era aquella la verdadera razón por la cual él aun no daba cuenta de lo que venía rodeándole.
Muy bien, si Poseidón desea tanto jugar a las escondidas que así sea.. Solomon… ¿sigues creyendo aún que eres como ellos?...
Tratando de contenerse lo más que se pueda quedo quieto, siempre recto y orgulloso dejando que Ushuriel hablará lo que quisiera. Estaba seguro de si mismo y de su objetivo, toda palabra emanada por cualquier otro que no fuera él sería considerada una burda mentira. Así de hermético resultaba ser su nuevo “yo”.
Pero aquel demonio le conocía bien, demasiado bien. Aun con cuanto cambio tuviera en su alma el tema de Roma seguía siendo delicado, siendo éste uno de los pocos puntos desprovistos del blindaje provisto por Anfitrite.
…Roma… ¡Roma!.. alabemos a la nación romana. Insignificantes y pútridos mortales que dieron su vida a una causa perdida, ¿deseas verlos Solomon?... ¡míralos bien, quiero que te grabes cada expresión a los que tu arrogancia los sometió!
El polvo se levantaba al cielo con fuerza al paso de cientos de estelas percibidas por el cuerpo de Solomon solamente como viento ya que el quejido de las pobres almas en pena le resultaba indiferente. La razón yacía en su rostro, la careta metálica que llevaba puesta siempre no era más que una metáfora que iba más allá de la simple pérdida de la vista. Solomon yacía ciego tanto física como espiritualmente, había perdido toda posibilidad de empatía con algún otro ser. Ni siquiera su herencia como senador o su natural gracia le había salvado de este costoso pago por cumplir su objetivo.
Pero la historia relatada por propia boca de quien fue alguna vez Diva parecía reanimar lentamente este lado suyo creído extinto. Los datos venían llegando a su cabeza uno tras otro, siendo reveladores y tratados completamente como mera recopilación de información para un Solomon prácticamente carente de sentimientos que no fueran negativos y/u obsesivos.
Resultaba ser una guerra fría librada en su interior. Por un extremo al Solomon maldecido por Anfitrite y al otro, en un rincón minúsculo al senador original. Se le creía dormido o hasta muerto pero la ayuda involuntaria de Ushuriel le hacía recobrar fuerzas a medida que ésta proseguía relatando.
El Solomon alterno no dejaría tan fácil su cuerpo, se notaba en el rostro la molestia y el fastidio causado por el insignificante resquicio de bondad en su corazón. La niebla roja que venia desprendiendo su cuerpo desde el inicio de la batalla cesaba.
El clímax llego a su apogeo cuando los lamentos de los familiares y amigos emergieron de entre el vórtice nefasto armado por la ejecuta de las llamas. Fue allí cuando el corazón del senador comenzó a renacer abriéndose paso por entre la oscuridad de la maldición implantada por la reina de los Océanos. La coraza gris que cubría su traje comenzaba a descascararse en muy pequeños copos que iban directo al cielo. Una capa roja digna de un rey iba hilándose desde sus hombros.
Diva…
Fue entonces que por primera vez vio la escena, la imagen era clara aunque el visor de metal seguía puesto en su rostro. Abriendo ligeramente la boca no pudo evitar sentirse pasmado al ver el tétrico espectáculo. Todo estaba cubierto de fuego y alquitrán tan oscuro como de seguro ya era el alma de aquella Berserker. No teniendo corazón, Ushuriel parecía disfrutar de los gemidos de la incontable gente inocente bajo sus pies.
El par de tridentes volvían a resplandecer mientras el cambio de personalidad de Solomon se consolidaba. El despertar al verdadero Poseidón era algo que no parecía tener en cuenta el par de soldados de Ares al intentar resucitar el corazón bondadoso del joven disolviendo la maldición de Anfitrite.
Poseidón...o Solomon, como prefieras llamarte a ti mismo…ha llegado la hora de que la última pieza sea derribada. Es hora de morir.
Volviendo el rostro al lado izquierdo pudo llegar a ver a una gran sombra movilizándose a gran velocidad hasta llegar a estar por encima de las llamas incandescentes de Ushuriel. El coro de lamentaciones de los difuntos era atenuado en magnitud al ruido creado por el batir de alas de aquel demonio líder del pequeño escuadrón alado. Entre tanto sus varios clones abrían las fauces llegando a ser similares en aspecto a las bestias espeluznantes sólo recordadas como seres míticos de la era previa al orden traído por los Olímpicos de la cultura helena.
La oscuridad de pronto llega a nublar su vista recuperada mientras un aullido desgarraba por completo su valentía como mortal. Sangre comienza a brotar de sus oídos dejándole sentir un gran dolor y desconcierto. Retirándose varios pasos hasta finalmente empotrar la lanza de Anfitrite en el suelo quedo en shock, sin poder darse cuenta de cuanto evento sucediera. Después de un tiempo, llega a recuperarse justo para oír las frías palabras del superior de la ejecutora de las llamas.
Solomon...¿Entiendes tu situación? ¿Entiendes acaso qué es el mal que te aflige? Lo que has obtenido no es poder…es una maldición. Una maldición que se remonta a los tiempos en que la esposa de la deidad que te ha poseído hizo un contrato directo con mi raza. Lo recuerdo bien como si fuera ayer…aquella piel blanca como el mármol, esa faz que no podrá ser reproducida jamás…y las rosas azules. ¿La has visto verdad? A esa mujer…Anfitrite, la diosa que hizo un pacto con el diablo.
Quedando presa del miedo de conocer la verdad la sombra cobra fuerza. El cambio que venía viéndose en su cuerpo y armadura dio reversa, siendo el mensaje de Hellgorack contraproducente al de Ushuriel. La sombra que había retrocedido en su alma volvía con mayor pujanza, pero esta vez no venía sola.
Las nubes rojas que se habían alejado regresaban al dar cuenta que el destino del alma de Solomon de ser un espíritu heroico desaparecía. Ellas son las encargadas de mantener la armadura del dios Poseidon así como el cuerpo del senador en su estado decadente, siendo su oído el primero en ser regenerado. Fue entonces que la capa del rey victorioso volvía a desaparecer así como los copos grises regresaban a apoderarse de las pocas partes liberadas de la armadura exquisita del dios marino.
Fue ocurriendo mientras Hellgorack terminaba de redactar su oferta, una muy jugosa propuesta para cualquiera, aun para al Solomon corrupto que reaparecía moviendo el tridente de Anfitrite al frente mientras el de Poseidón desaparecía cubierto por el manto de invisibilidad.
Haciendo omiso al percance previo Solomon avanzó indiferente ante el mar de almas hasta llegar a estar frente al par de monstruosos seres. No terminaba por comprender como aquellas ánimas que se seguía escuchando en lo alto de los pilares del averno habían logrado causarle semejante problema. Un descuido imperdonable.
¿Esperas mi respuesta demonio?
Cumplir con mi deseo…
Y ese ¿cual es…Solomon?
Frunciendo el ceño retrocedió un paso largo. Esa voz no pertenecía a Diva, ni a Ushuriel. Ella había vuelto.
Hahahahahahahahahahaha…
Incesantes risas burlonas y maléficas provenían del propio aire que respiraba más aquella mujer misteriosa que reconocería como Anfitrite no se atrevía a aparecer. Solamente al paso de unos minutos de calma el guerrero gris se dispuso a responder.
Deberás crees ser capaz de cumplir con un deseo que varios dioses me han negado. Tú, un pusilánime sirviente de Ares. Estoy harto de ser sólo ser el juguete de ustedes y los otros dioses. Si lo que cubre mi cuerpo es una maldición por los actos pecaminosos que hice entonces los acepto con gusto mientras me lleven a mi verdadero y único objetivo.
El cual no es un reino de paz destinado al olvido, tal como venía siendo Roma por el conflicto con Egipto. Si no una superpotencia invaluable que marque un antes y un después en los libros de historia. Aquella es la autentica Roma que salvaré.
Solomon espero lo suficiente para poder oír nuevamente los quejidos de sus desafortunados compatriotas y familiares. Esta vez no cabía dudas, aquel defecto de conmiseración que lo llevó a ese extraño trance había desaparecido. Manteniendo siempre en guardia su arma elevó aun más la voz.
Me vienes a mostrar personas que ya no tienen voz, ni voto en mi espíritu. No soy un dios, pero tampoco humano. Solamente soy el arma cúspide de un largo trayecto que llevara a la total aniquilación de los débiles. Y aquellos arriba fueron justo eso. Si deben estar en el infierno por no lograr superar sus propias debilidades entonces bien merecido lo tienen.
Ahora, Si tienes algo que hacer, entonces hazlo y deja de malgastar mi tiempo en hablar. Tengo un imperio que renacer.
De inmediato se decide a levantar el tridente de Anfitrite como emblema de su cruzada. Una línea fina partió hacía las estrellas dejando su marca indeleble en el viento sin distorsionarse en lo más mínimo. Una perfecta línea vertical de varios metros de alto se alzaba en medio del páramo sofocante.
Te llamas Ushuriel ¡¿no?! Bien, logre ver tu infierno. Sí, te felicito. Ahora mira el formado por un simple mortal. La maldición llevada por generaciones.
La nube roja que cubría su cuerpo comienza a desplazarse en varias direcciones hasta tomar la forma de manos gigantescas mientras la delicada línea de color carmín se dividía en dos abriéndose de par en par hasta cubrir 15 metros de ancho por 10 metros de alto.
Bóveda…
Susurró dejando que su cosmos ingresará hacía aquel espacio bidimensional logrando brotar de él decenas de objetos luminiscentes, imposibles de visualizar por ser prácticamente energía pura, siendo cada uno de distinto tamaño y aspecto. Todos nacían de aquel portal que se volvía dorado a medida que el tiempo pasaba.
Jem…
De entre toda aquella innumerable cantidad de cuerpos luminosos uno se destacaba, era oscuro a diferencia del resto, yacía al lado izquierdo de Solomon, justo a la altura de su hombro. Fue cuando Solomon lo toma del mango cuando muestra su forma verdadera, era una espada dorada recubierta por un brillo espectral.
Sujetando suficiente fuerza la eleva como si fuera el capitán de una serie de arqueros, todos preparados para cuando el líder baje la batuta y grite ¡fuego!
Una masacre…me pregunto que pasaría si se quedan sin sangre. ¿Estarán libres de la muerte cuya propiedad es del dios Hades? O ¿Yacen protegidos por la sangre de un dios?
Sonido de tormenta comenzaba a oírse no muy lejos. La marca de una guerra venidera. Pronto gotas de lluvia caían sobre el terreno haciendo del sitio un lodazal. La bruma carmesí comenzaba a repeler las gotas de líquido prístino del cuerpo de Solomon para evitar que éste pierda la concentración necesaria.
-------------------------------------------
Tecnica Empleada:
*Boveda...(Turno 1/2)
Tecnica que consiste en la incontable información proveniente de las armas de los distintos avatar que Poseidon toma a lo largo de las generaciones. Resulta reunir en un mismo tiempo y espacio toda esta amalgama colorida de las distintas armas que llevaria Poseidon en el pasado, presente y futuro.
Por su condición Alter al 50% Solomon no es capaz de materializar las armas, sólo traerlas como energía. La excepción a esta regla son las armas de Anfitrite, aunque convocar la tecnica guardada en el arma lleva minimo dos post. Aunque esto también podría fallar.
(Completada en el siguiente post)
Solomon- Dios/a
- Reino : Atlantida
Ataques :
AD - Anillo Azul de Neptuno (5400)*
AD - Atracción del rey de las sirenas (5500)*
AM - Ojos Divinos de Oro (5900)*
AF - Cadenas al Cielo (6600)*
Defensa :
Muro Divino Mitológico
DE - Sagrado Manto del Alma
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Re: Consultorio Medico
OFFROL – Ataco
Aclaraciones: Narro – Pienso – Hablo
Ladeando su arma acercaba el filo de su hoz muy próximo a su cara, la hoja resbalaba apenas para hacer una delicada cortada en el bello rostro de la ejecutora, su avatar parecía que realmente recibió más de lo que pudo esperar… el don que le concedió Afrodita fue demasiado útil para que los planes de Diva se consumaran tal como lo esperaba ese demonio.
La distracción de Hellgorak le hizo pagar un precio demasiado alto cuando su cuerpo fue arrojado al suelo o mejor dicho a ese mar de lava y erupciones que había provocado esa mujer. Negando con la cabeza volvió a mirar a Solomon… ni porque le presentara al amor de su vida era capaz de poder reaccionar tanto como ella esperaba y ansiaba. Nada le preocupaba en esos instantes, ni siquiera el golpe directo que recibía su líder le provocaba la más mínima preocupación.. dejarse vencer por algo más débil indicaría que la leyenda del invencible acabaría siendo puras mentiras.
No…
Estaba cien por ciento segura que la fuerza de ese ser no se contrarrestaría contra un tipo que ni siquiera aceptaba su divinidad, al rechazar esa parte no peleaban realmente contra Poseidón aunque tampoco luchaban contra algo en específico.
Eso te convierte… -inclinando su cabeza salía tras una columna su compañero de batalla, elevándose casi de la misma forma que Ushuriel; no obstante colocándose un paso por delante de ella afirmaba su posición como líder. Le causaba gracia, solo le utilizaría hasta el momento indicado pues si bien le conocía la pelea a la que verdaderamente tenía que enfrentar era el de.. ¿cuál de los dos obtendría el codiciado premio por absorber los poderes de ese romano?- … en nosotros.
La conclusión a la que llegaba daba mérito a lo que experimentó durante la lucha contra Solomon, no podía estar equivocada en absoluto y lo mejor era que ni Hellgorak se percataba de la verdadera naturaleza de ese hombre.
Las copias del Invencible no tardaron en movilizarse para cercar el campo de guerra que se suscitaba en ese sector de Roma. Cerrando sus ojos tenía que concentrarse para el golpe final que darían ambos… su propia inteligencia la guiaría a excepción de como actuaba impulsivamente su compañero. Los gritos emitidos por esas sombras provocaron que sus alas se abrieran casi uniéndose unas con otras desatando así algunos rayos para formar lo que era al parecer un domo…
La actitud de la mujer se volvía más tranquila, no caería fácilmente ante las provocaciones inferidas por parte del rubio. Tras una fina curva que ofrecían sus labios se emitía una sonrisa, tales como los que le solía dar Diva a Solomon al conferirle su completa y más absoluta confianza al ex senador.
¿Estás cansado Solomon?... sabes.. no eres tan diferente a estos sujetos que cuelgan tras estos pilares, ellos no fueron débiles. Solo fueron meros juguetes a disposición de los dioses… son como tú senador.
Su voz respondía de una manera dulce y embriagante, como si con ello le ofreciera la absoluta empatía a pesar de ser enemigos.
No eres un dios… ni mucho menos un hombre.. te tengo que dar la respuesta o… ¿acaso deseas seguir con la venda que nubla tu verdadero juicio?
Te diré un último secreto… uno al que te hace verdaderamente vulnerable. Nosotros podemos manipular a la perfección nuestros poderes porque nada nos detiene; sin embargo, tú posees el alma que se te entregó en esta vida, dejas que Poseidón solo se ocupe de guiar tu cuerpo para que este proteja el avatar que eligió en esta era.
Tu consciencia en este encuentro significa NADA… solo sirve para que caigas en el peor error que puedas cometer en esta vida.
Las columnas absorbían ahora el poder canalizando la energía de Hellgorak y Poseidón, logró aprender lo suficiente de ellos para saber ahora como proseguir. Lo único risible en ese asunto era escuchar cada tres minutos en una frase la palabra “Roma”, no cabía duda que ese amor que le profesaba a una nación no existiría cuando el reinado de Ares se consumara y la llevaría en meras cenizas.
Ahora llegaba el turno de ese sujeto en el cual a su espalda abría un diferente portal, uno que posiblemente solo vincularía con las puertas que se hallaban tras su espalda. Dejándose ver de una manera casi visible Ushuriel descubría la forma de diferentes tipos de armas.
¡Solo un mortal!
¿Realmente pensaba que era competencia para un bersecker?, el infierno podía llegar a ser algo superfluo pero nada se compararía al verdadero hábitat del cual surgieron todos los esbirros de la guerra. Inclinándose para saltar Ushuriel hacía estallar todos los cuerpos reunidos a su alrededor para formar una bruma escarlata, dando la ventaja a ambos de ocultarse del campo de visión de ese hombre aunque su propósito tenía realmente un doble sentido…
Lo lamento pero no pienso quedarme tranquila para vivir una vez más bajo tu sombra… Hellgorak fue bueno mientras duro… lo nuestro.
Palabras de despedida… posiblemente.
Se arriesgaría en tomarlo todo o nada, no esperaría para que Solomon se decidiera a completar su técnica mientras ellos esperaban para recibirla y atacar. No… un espacio se le ofrecía para rasgar su hoja contra el pilar causando un chirrido, impulsándose de su arma como una lanza saltaba por encima de su compañero para colocarse justo a la espalda del romano, friccionando la hoja contra el suelo de la lava y disparar en dirección de donde se encontraba el cuerpo señalando hacia su superior. Era el final perfecto, mataría a dos pájaros de un solo tiro..
Cuando Solomon alcanzara a golpear a su compañero entonces ella se ocuparía de atacar de la manera más sucia. Nadie decía que la guerra fuera un juego donde uno luchaba de manera noble y justa.
¡¡¡Danza de las cuchillas!!!
Tras un potente silbido las hojas volaron cubriendo todo espacio, la oscuridad que ofrecía la cúpula que creó Hellgorak resultaba meramente favorable para que su cuerpo siguiera ocultándose entre las sombras. Las cuchillas no atravesarían a su objetivo esta vez sino que se encargarían algunas de estallar alrededor del semi dios para nublar todos sus sentidos y contrarrestar en lo mejor posible las habilidades que poseía aquel ser… uno que estaba atrapado y que se batía entre la vida y la muerte. Uno que tenía que luchar contra el conflicto de su propia y verdadera identidad.
Ese era el motivo por el cual claramente superiores a Solomon, ninguno de ellos poseía sentimientos, no a los que se nublaría cualquier ser mortal. Por eso la regla al elegir un cuerpo era con acabar con el alma donde depositarían sus espíritus, así Ares no debería ocuparse por tener que lidiar con los vagos deseos de hombres o mujeres que se cumplían a sus servicios. Lo único que podían ser débiles era con desear obtener el poder ajeno aun cuando implicara varias bajas en el ejército. Explosiones rodearon al ex senador que podía ensordecer a cualquiera y peor aún dejar ciego al estar expuesto por demasiado tiempo a los gases que emanaban en un sitio tan cerrado como aquel… sería prácticamente un milagro que sobreviviera en aquellas condiciones claro… si es que ahora Poseidón finalmente se dignaba a aparecer.
OFFROL
Técnica Utilizada: Danza de las cuchillas
Al acrecentar su cosmos la mujer guía su energía a una de las dualidades del cetro, la esfera cuyo fuego asemeja una danza pero la segunda hoja que tiene la forma de una hoz que es el conductor para expulsar dicha fuerza, el fuego viaja a través del mango para que al friccionar contra el suelo salga disparado a su contrincante en cientos de hojas flameantes que dañan cualquier objeto, teniendo la capacidad de traspasar hasta el metal más impenetrable pues dicho contacto no solo derrite sino estalla contra su enemigo provocándole heridas severas.
Objeto: Cetro de Ushuriel
Este artefacto tiene la habilidad momentánea de transformarse en una serpiente o cuervo, animales que pueden representar el mal absoluto ya que contiene la misma esencia del demonio Ushuriel que gobierna la entrada al infierno de Ares, también incrementa su habilidad de ataque otorgándole poder y fuerza, al transformarse tiene la habilidad de contener un veneno secreto que debilita al enemigo haciendo que por su sangre corra una sensación de ácido paralizándolo instantáneamente.
Diva- Berseker de Ares
- Status : MUERTA
Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Danza de las cuchillas (1350)
Defensa :
Portal Hell
Cantidad de envíos : 179
Re: Consultorio Medico
Offrol – Ataco:
Aclaraciones:Narración
Diálogos Steven/Hellgorak
Diálogos Hellgorak Primigenio
Imperiex, Demonio Primordial
Vile, Demonio Primordial
Diálogos Madareth
-------
Perfecto, como gustes…Solomon.
Curioso…aún cuando el senador dijera que no era ni un dios ni un humano se comportaba justamente como esos últimos. ¿Pensaba que la “salvación” era…revivir a esos seres? Menuda estupidez. No…la salvación era algo más, algo cruel que se daría tanto quisiera Solomon como si no. Hellgorak se encargaría de ello.
Y así fue como llegó el clímax de aquella batalla, cortesía del actuar de Solomon (quien había iniciado su movimiento final, dividiendo la misma realidad en dos para hacer aparecer lo que parecía ser otra dimensión con incontables cuerpos de energía al otro lado) y el de Ushuriel (quien de forma traicionera había aprovechado la bruma roja formada por los cuerpos y almas invocadas por sí misma y así atacarlos al mismo tiempo, pretendiendo acabarlos en un solo embate). Ambos no eran más que idiotas…¿Solomon esperaba acabar con el usando semejante técnica incompleta? ¿¡Ushuriel de verdad creía que lograría matarlo!? ¿¡A él!?
Imbéciles. Murmuró Steven mientras metía su mano en el cinturón de bordes anaranjados de su armadura para sacar la espada negra que lo había acompañado desde hacía siglos atrás en el campo de batalla, aquella arma que había utilizado en un principio para adquirir su inmortalidad…y de nuevo, aquel evento se repetiría. Vamos...Imperiex, Vile.
Adelante Hellgorak, ¡cumple con tu legado milenario! Dijo Imperiex con un tono de confianza y orgullo absolutos, al tiempo que el aludido se perdía en el fondo de los enormes pilares infernales quedando justamente en el centro, rodeado por la bruma roja creada por la Ejecutora del Fuego.
Ese orgullo…ese porte…esa decisión nos destruirá, te destruirá Hellgorak…¡pero no importa! Ya estamos muertos, ¿no? Solo somos algo que está unido a tu poder…nosotros solo somos…
Una extensión de mi persona. Finalizó Steven mientras que sus ojos de color negro cambiaban nuevamente, creando lo que parecían ser retinas superpuestas unas sobre las otras: círculos negros concéntricos que se contrastaban con el grisáceo pálido de la esclerótica, tal cual los ojos de un muerto. A su vez el cabello anteriormente castaño se agitó como serpientes, volviéndose de un perfecto color naranja semejante a las llamas. Su metamorfosis estaba completa, el ritual estaba listo y ahora, acabaría con el avatar reacio de Poseidón…y con Ushuriel, si es que seguía con su empeño de tomar el poder, aunque no podía culparla. La naturaleza de ambos como Berserkers era esa…el traicionar y obtener lo mejor para cada uno. Levantando su espada y posándose frente a sí mismo, Steven dio el paso final para llevar a cabo su plan.
Από την άβυσσο ο δράκος ξυπνά.
Κόκκινο φλόγες πρέπει να είναι στο αίμα μου.
(Desde el abismo el dragón se despierta.
Flamas carmesí serán mi sangre.)
Κόκκινο φλόγες πρέπει να είναι στο αίμα μου.
(Desde el abismo el dragón se despierta.
Flamas carmesí serán mi sangre.)
Aquel cántico resonó por todo el lugar como un trueno, que atrapado en aquel domo era más que suficiente ruido como para destrozarle los tímpanos a cualquiera que no tuviera protección especial. Las almas de los muertos por otro lado se retorcían en un dolor más allá de lo imaginado, sus mismas esencias se contraían y se despedazaban para así levantarse en la forma de una saeta de luz que se dirigía hacia Hellgorak. El proceso se repetía con todas y cada una de las almas que allí habían…y tal como había dicho Ushuriel, eran todas y cada una de las personas que habían muerto o sido sacrificadas en pos de Roma…eran miles y miles de esencias cambiadas por un poder demoníaco…un poder que era depositado en el líder del Escuadrón de las Llamas y el Fuego…
¡¡¡GAAAAAAAAAAAAAAH!!!
No lo soportará…una cosa es sacrificar unos pocos demonios…¿pero tal cantidad de almas humanas? ¡Será destrozado! Comentó Imperiex en la mente de Steven, aunque en realidad este no lo escuchaba…su boca se había abierto a más no poder y sus colmillos habían crecido unos cuantos centímetros de largo al tiempo que sus cabellos empezaban a flamear con una fuerza inconcebible.
¡HAHAHAHA! ¡ESTA AMBICIÓN ES UN DELEITE! ¡ANDA HELLGORAK, MUÉSTRAME TU ORGULLO! Exclamó Vile con emoción al tiempo que el flujo de poder mantenía su curso sin interrupciones. Un instante después sin embargo…
...
Las almas habían desaparecido, los pilares se encontraban vacíos y la niebla ocultaba el único remanente: Hellgorak se encontraba en el centro de todo con la armadura de la guerra teñida de un color negro que absorbía la luz, oscureciendo todo lo que se acercara a su persona. Su cuerpo al mismo tiempo liberaba estelas de fuego y su piel ahora se asemejaba al de la roca sin limar. Sus ojos se encontraban fijos y su cabeza se hallaba parcialmente ladeada.
Ahí fue que una cuchilla, creación de Ushuriel pasó volando a su lado para hacerlo reaccionar. Era hora…el momento de lanzar el ataque final era aquel y Hellgorak no se quedaría atrás. Intentando moverse hacia delante Steven escuchó el ruido de las rocas al partirse: su brazo izquierdo, el que no portaba su espada se había resquebrajado para destrozarse y caer como una fina arena negra al suelo de obsidiana…como si fuera una sinfonía mortal, lo mismo pasó con parte de su torso y su pie derecho junto con algunos dedos de la mano que empuñaba su arma.
Aquí acaba...este es el castigo de aquellos que sobrepasan sus límites Hellgorak. Todo ese poder…no podrás usarlo. Este es el final del camino.
No.
Tranquilo Hellgorak...al menos disfrutaste un mome--- realmente, no. Ni siquiera pudiste usar todo este potencial…¡Estás acabado! ¡HAHAHAHA!
¡¡¡NO!!! Gritó el demonio de la guerra como un animal enfurecido mientras daba un paso para lograr que su pierna derecha desapareciera en una nube negra y que su ala izquierda corriera con el mismo destino. Parecía ser el fin.
O quizás no.
En ese momento, un recuerdo atravesó los ojos de Steven…
Comparto tus razones, por lo que con mucho gusto te la daré… Dijo Madareth, aquella que hacía siglos atrás se había alzado como la criatura que representaba la destrucción total de todo lo material, la única que se podía jactar jamás de haber vencido a Hellgorak. El demonio lo recordaba: en aquel lugar, la recepción del Palacio del César había sido donde le había pedido a la mujer una gota de la sangre de su dios, el icor que la primera había obtenido con esfuerzo, sudor y su propia carne y sangre.
Con pereza la única gota carmesí se movía en dirección a Hellgorak…quien vio su imagen reflejada en sus pupilas semejantes a la de un muerto.
Todavía quedaba esa opción…y no la iba a dejar pasar.
Un segundo después Steven desapareció para así terminar con todo aquello.
Estúpida Ushuriel...y tonto humano. Dijo la voz del Hellgorak primigenio mientras que la figura incompleta del demonio aparecía frente al rubio con su espada erguida, señalando hacia el cielo mientras que su cosmos se elevaba más allá del nivel que jamás hubiera cabido esperar de semejante sujeto…después de todo, el sacrificio de las almas había cumplido su función. ¿Su cuerpo? No tanto. Separado del senador por unos centímetros nada más, parte del pecho del antes castaño estalló en una voluta de humo dejando entrever un diminuto punto rojo, un diminuto punto que emanaba un poder sin igual. El poder de un dios…Solomon. Le informó Steven. Y de nuevo otra voluta anunciaba la destrucción de otra parte de su cuerpo, esta vez tratándose de su ala derecha junto a profundos cortes en su rostro y hombros cuarteados producto de las hojas ígneas de Ushuriel...
El poder de un dios junto a la Salvación de todas las almas de Roma...todos ellos están dentro de mi, incluida Diva. ¿La oyes gritar? Preguntó Steven mientras que la gota de Ares se dispersaba en la forma de finísimos hilos que lo rodearon para hacer conjunción con su cosmos, magnificando mucho, muchísimo más lo que había logrado de por sí con el sacrificio de las esencias de los humanos sacados por Ushuriel del Infierno a través de su portal. Ahora sí...¿Solomon quería ver si tenía el poder de un dios? Pues ahora lo demostraba: tenía eso y mucho más.
Aunque el castigo que vendría no sería barato, por supuesto.
No importaba...el sabor de la guerra, el deleite de las batallas y el ardor de las heridas eran corrientes y su premio usual al ser un Berserker, ¿la muerte y la gloria de haber podido destruir a un dios? Era algo mucho mayor a lo que aspirar en una vida normal en un avatar humano. Sí, la obliteración total valía la pena si se llevaba consigo la vida de alguien como Solomon, un enemigo digno de dar el todo por el todo.
Finalmente, Hellgorak dio su embate final en la forma de un ataque vertical con la espada que habría de cortar en dos verticalmente a Solomon si es que daba en el blanco de forma directa con el filo, todo aquello acompañado de la liberación total y absoluta del poder de la sangre de Ares junto al de las almas del Purgatorio. Todo sería borrado en un haz de luz roja...un haz que se manifestó en silencio, destrozando el domo negro y borrando con todo lo que se atravesara en su camino. No quedaría nada...ese era el destino de la tierra que pisaban los Berserkers...ese era el destino de aquellos cuyo orgullo rayaba en la estupidez. Ese era el destino que había elegido Hellgorak.
Era el destino que deseaba darle a Solomon y a su subordinada...
...era el fin de la batalla...
...era el fin de aquel conocido como el Invencible.
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Offrol:
Técnicas y habilidades utilizadas:
[Ritual de los Antiguos]
Segunda parte del ritual, que consiste en el sacrificio de todo aquello que abarque su zona de acción.
Es la “Salvación” ofrecida por el Invencible para Solomon. Su propósito original es el ofrecimiento de seres vivos para fortalecer permanentemente las capacidades defensivas de su ejecutor a través de marcas rúnicas, aunque Hellgorak lo ha usado para otro propósito...
[Genocidio]
Técnica máxima para invocar el poder total, requiere de sacrificios (que pueden ser seres vivos, mana o almas) en grandes cantidades que cambia lo ofrecido por poder. Mientras más y mejores sean los ofrecimientos, mayor es el poder reunido...el problema es que el invocador pueda manejar todo esa energía contenida en un solo punto para así convertirse en un archidemonio.
Siglos atrás, fue la forma en que Anfitrite selló a Poseidón, pudiendo usar esta habilidad como un beneficio de su contrato demoniaco.
[Sangre de Ares]
El icor del dios de la guerra obtenido de Madareth. Originalmente pensado para un uso diferente, Hellgorak lo utilizó para poder estabilizar lo poco que quedaba de su cuerpo y lanzar su ataque final en conjunto con el poder reunido a través de la técnica de Genocidio en un intento de acabar con la batalla con un solo golpe...
Steven- Berseker de Ares
- Status : MUERTO
Ataques :
AD - Ataque Sorpresa (1350)
AD - Tormenta de Acero (1450)
Defensa :
Confianza del Invencible
Cantidad de envíos : 222
Re: Consultorio Medico
OffRol: Ataque (Final de Ataque)
Narro
Voz de Alter Archer(Solomon/Poseidon)
Voz de Solomon
Voz de Ushuriel
Voz de Steven
Voz de Anfitrite
Voz de Madre
Voz de Lin
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Ningún lugar en el basto mundo conocería más la soledad ocasionada por la guerra que aquel pequeño e insignificante punto en el cual se jugaba algo más que la destrucción de un imperio en declive. Roma, un pueblo destinado al fin de su esplendor ¿Realmente merecería el sacrificio de más vidas de las que llegó a cobrar en sus épocas de gloria? Las animas que revoloteaban sin parar en el terreno lo decían todo ¿Acaso aquellas almas torturadas en el más profundo de los abismos infernales no representaba el mejor ejemplo del futuro de cada hombre, mujer y niño dictaminado por sus propios dioses?
Preguntas que habían llevado a un esplendido joven a cometer los más bajos y ruines crímenes: Golpear a su hermana hasta dejarla casi moribunda extinguiendo el aliento de una vida que aun no conocía más allá del vientre de su madre; ser cómplice silencioso de los actos despiadados de una mujer que había desintegrado su vida y a su familia por sólo ambicionar la corona de la reina de un estado que no era el suyo. ¿Qué habría llevado a tan honorable hombre de buen corazón como lo era Solomon a ser el guerrero gris sin alma y sentimientos que yacía frente a los demonios de Ares? ¿Acaso solamente era el destino cruel o el caprichoso sentido del humor de los dioses?
El cambio…
Susurraba despiadado contra sí mismo, buscando aquel sentido de culpa que se había extraviado hacía tanto. Lucía desencajado, ido y por sobre todo solo. Sus labios resecos y cuarteados por el cúmulo de vientos ricos en sulfuros terminaban por cerrarse cuando recién reaccionaba a lo salido por su boca poco antes.
El tiempo avanza inevitablemente y es inmisericorde con aquello que no termina por evolucionar en algo más. Ese poder rige a las naciones, y es una ley que va muy por encima a las tomadas por los dioses quienes también yacen marcados desde su nacimiento para su eventual extinción a manos de un humilde carpintero. ¿Pero si la destrucción de uno de los imperios más bastos de la tierra no resultaba ser idea de las divinas presencias del olimpo…por quien fue?
El aleteo de gaviotas distantes le despertaba de su ensueño. Aun yacía con el brazo derecho bien en alto sosteniendo aquel artilugio de oro con forma de espada. La energía seguía consolidándose a su alrededor aunque muy lentamente. Algo que no llegó a contar en primera instancia y que de hecho ya comenzaba a costarle muy caro.
El aire estéril y ardiente emanado por Ushuriel y Hellgorack aumentaba en intensidad a cada minuto. Pronto vientos huracanados venían con gran fuerza a chocar contra su pecho intentando derribarle. Algunos centímetros de terreno fueron cedidos más aquel gesto inexpresivo seguía perenne en su faz, como si nada, ni nadie le fuese a sacar de allí. La tierra crujía abriéndose dejando escapar pequeños soplos en alta presión bajo sus pies como si la propia población del inframundo intentará en vano escapar del subsuelo. El ambiente se llenaba de tanta negatividad que volvería loco a cualquier ser mortal que tuviera la mala suerte de encontrarse aun vivo en las inmediaciones del antiguo consultorio.
¿Estás cansado Solomon?... sabes.. no eres tan diferente a estos sujetos que cuelgan tras estos pilares, ellos no fueron débiles. Solo fueron meros juguetes a disposición de los dioses… son como tú senador.
La imagen del hombre no se inmutaba a la burla, más su cabeza gacha demostraba la queja que le atormentaba desde un inicio de la contienda. ¿Qué orgullo podría ostentar al ser lo que más odiaba?
No eres un dios… ni mucho menos un hombre.. te tengo que dar la respuesta o… ¿acaso deseas seguir con la venda que nubla tu verdadero juicio?
Lo que no parecía comprender Ushuriel era que hiciera lo que hiciera nada cambiaria el modo de pensar de un hombre como Solomon.
Te diré un último secreto… uno al que te hace verdaderamente vulnerable. Nosotros podemos manipular a la perfección nuestros poderes porque nada nos detiene; sin embargo, tú posees el alma que se te entregó en esta vida, dejas que Poseidón solo se ocupe de guiar tu cuerpo para que este proteja el avatar que eligió en esta era.
Tu consciencia en este encuentro significa NADA… solo sirve para que caigas en el peor error que puedas cometer en esta vida.
Parecía quebrar sus huesos al apretar con tanta fuerza los dedos de sus manos a las afiladas escorias incrustadas en el tridente que la mismísima diosa Anfitrite le había cedido. Lo que más le irritaba era que a fin de cuentas resultaba cierto lo dicho por la berserker. Todo indicaba que seguía siendo un títere más del rey Moros. Su opinión jamás había importado, en lo absoluto. Ni para él mismo.
Su ensimismamiento comenzaba a ocurrir una vez más, pero era aquel aleteo de aves marinas era lo que rápidamente le regresaba al campo de batalla. Algo aturdido movía el rostro buscando aquellas gaviotas que tan sólo parecían vivir en su mente. Poco después llego un fuerte zumbido que lo alejo aun más del mundo cerrado en el cual intentaba refugiarse. Era Ushuriel que en un acto rápido desaparecía perdida en un fuerte estallido de energía, el cual de paso también beneficiaba a su compañero que yacía aun más arriba haciéndole más difícil de percibir. El sentido Extrasensorial de Solomon resultaba delicado y difícil de manejar, aun más al verse ametrallado por la enorme cantidad de distracciones causadas por los actos de los berserker.
Pero cualquier acto por parte de ellos resultaría tan útil como el visto la primera vez. Nada sería capaz de tocarle. Nada en lo absoluto. Su brazo erguido temblaba al sentir como la enorme oleada de energía venía llegando a su cuerpo, justo y listo para desatar el apocalíptico poder guardado tras el inmenso portal dorado que yacía comenzando centímetros arriba suyo.
Estaba seguro de sí. Consumaría sus sueños sin tener que recurrir a mayores poderes divinos que los supuestamente otorgados por la misteriosa reina del mar. Por momentos su orgullo llegaba a niveles muy altos.
Archer…te equivocast…
Un punto distante aparecía para detener su oración, algo extrañamente familiar. La imagen formada en su mente de la incandescente luz propagada por la sucesiva explosión de almas y fuego ocasionada por Ushuriel era opacada por una espada que al igual que la suya brillaba en metálico purpura. Era imposible lo que presenciaba. No lo terminaba por creer.
Pese a no poder verle, la presencia de Hellgorack lo hacía aparecer directamente en su conciente como lo haría una pesadilla vivida. Este demonio resultaba distante al anterior, su armadura y cuerpo sólo parecían salir de otro mundo. Incluso resultaba ser tan ajeno a las criaturas fantásticas actuales que seguramente provenía de una tierra ya extinta, lo único que irradiaba era plena y absoluta oscuridad distando definitivamente del ejército de Ares. ¿Quién diablos era este hechicero? ¿Acaso eran ciertas sus palabras de ser él quien otorgó tamaña fuerza a la mujer que ahora le protegía? Sólo una expresión reflejaría concisamente lo que resultaba de tan mala suerte en la vida.
¡Mierda!
Resoplaba mientras daba cuenta del irremediable embate del brujo. Sin embargo, no cedería a dejar su sueño inconcluso. Ya faltaba muy poco para completar su propia técnica. Su ansia crecía cuando otra voz se lograba oír de entre aquel coro infernal formado por demonios y animas.
¡¡¡Danza de las cuchillas!!!
Evitándose maldecir, pudo escuchar como aquel enjambre de hojas afiladas volvía a ser lanzado contra él. Ushuriel había demostrado su más bajo honor al atacar a traición y más aun al seguir ocultándose entre la bruma y la energía irradiada por las llamas del averno. Aun en la condición actual, Solomon encaraba directamente a su enemigo y nunca se había esperado encontrar un enemigo como semejante calaña de guerrero.
Elevando su brazo izquierdo en dirección de aquel inconfundible bullicio se preparaba para detener en el acto el ataque de la Berserker más recordó algo muy importante. Si usaba tal misteriosa defensa se vería forzado a cerrar el portal ya abierto, estando tan cerca de lograr su victoria que interrumpir “ Bóveda” no era una opción.
Sea quien seas… ¡ayúdame!
Nuevamente aquellas líneas rojas cruzaban su brazo izquierdo para devolverle el conocimiento necesario para manejar el arma sagrada de un dios. Estaba decidido a completar su técnica, así que se jugaría el todo por el todo. Pronto, las filosas hojas eran detenidas por las tres puntas de la lanza que magnánimamente blandía con una sola mano el guerrero gris. Todo iba bien hasta que…
Από την άβυσσο ο δράκος ξυπνά.
Κόκκινο φλόγες πρέπει να είναι στο αίμα μου.
Sorprendido por lograr descifrar un idioma que nunca había conocido en vida se distrajó brevemente, la curiosidad aunque necesaria para semejante duelo resultaría fatal para él. Solomon no llegaba a tener el tiempo de reacción suficiente ante la nueva arremetida de las cuchillas de Ushuriel, que en esta ocasión no buscaban herirle sino “cegarle”.
…
Comenzaban a rodearle en circulos estallando sin siquiera tener contacto con el tridente o con su armadura. Una estrategia bien planeada que terminaba por poner en jaque la defensa de Solomon. De nada servía taparse los oídos, el daño ya estaba hecho. Y eso no era lo peor.
Un literal cuchillazo a su cerebro ocurría al instante en que la onda de choque propiciada por Hellgorack llegaba a él. El lenguaje infernal resultaba atroz para todo humano que logrará oírlo, Solomon no resultaba ser una excepción a la regla. Por fin el rey del tablero de ajedrez caía al suelo. No sólo su oído yacía destrozado, el tan necesario equilibrio desaparecía para no dejar huella. Ahora no sabía que era arriba y que abajo. Sus sentidos colapsaban intentando suplir los destruidos. En aquel momento Solomon yacía presa muy fácil del restante número de cuchillas de Ushuriel que ni cortas, ni perezosas arremetían contra toda parte desprotegida por la armadura divina de Poseidón dejando que su verdadera sangre brotase siendo sólo ésta más que todo aire pigmentado en rico carmín.
Las nubes rojas comenzaban a arremolinarse en torno al cuerpo del aun malherido Solomon intentando protegerle de los embates de la mujer bestia. En gran parte lo lograban, más esto no le salvaría del remate de Hellgorack quien ya comenzaba a avanzar.
Solomon…
Solomon…
Aquella voz volvía en medio de la masacre ¿pero cómo? el antiguo senador no lo comprendía, a duras penas podía mantenerse con la poca vida que le quedaba. Saliva y sangre colgaban de sus labios mientras el peso ocasionado por la lluvia de cuchillas seguía cayendo sobre su espalda aunque ya no sintiera ni siquiera los cortes propiciados en su carne.
No demuestres ahora que eres aquel niño mimado que una vez tuve que corregir.
Levantaba el rostro ante la sorpresa de poder escuchar la voz calida de su difunta madre. Lograba recordarla y la veía claramente entre las sombras de la agonía.
Madre.
Pensó y dijo mientras la veía desaparecer dejando su fragancia de jazmines. ¿Estaba muriendo? ¿Se había librado de la maldición de la reina oceánica? Aun se sentía unido a tal maleficio pero…
Los defraude. No soy digno de ti, ni de nadie. Vendí mi alma sólo por una fantasía imposible de lograr.
El tiempo se detenía haciendo de cada fracción de segundo una eternidad. Cubierto de un silencio aterrador ya parecía que nadie le respondería cuando una vez más la voz de su madre se lograba oír aunque muy lejos.
No digas eso. No importa cual sea tu deseo, nunca será imposible mientras tu voluntad no ceda ante la adversidad. Nunca lo olvides. Ahora, hijo mío…Por favor…dime… ¿cual es tu deseo?
Solomon tragaba saliva mientras intentaba sacarse de encima el visor de metal que de seguro le ocultaba el rostro de su madre. Pero era inútil, no cedía, como si estuviera aferrado a algo más que su cabeza. Finalmente resignado comienza a hablar para sí con la esperanza de que le escuche su madre.
Mi deseo…
Recordaba aquella mañana en que su padre se decidió a llevar a sus hijos a conocer a los senadores, era un día demasiado caluroso para que un par de niños se mantuvieran quietos. Richard como de costumbre, se mantuvo ajeno casi todo el camino de ida y vuelta pero no así Solomon. Él no. Porque debía ser diferente al resto, ser el líder de la próxima generación de jóvenes romanos era un deber impostergable para preservar el honor de la familia imperial, pues ella representaba a todo Roma.
Deseo ser perfecto, sin importar como…
Sacrifique varias etapas de mi vida por sólo ese fin. Y me sentiría orgulloso de aquello aunque muriera en esta batalla…sabiendo que alguien más logrará terminar con lo que no pude hacer. Pero ese no es el caso.
La risa de aquella reina del mar se lograba oír aunque aun muy a la distancia.
Debo seguir rígido y firme con mis convicciones principales. De nada sirve un corazón blando en el campo de guerra. Porque así ha sido desde el principio mi vida, una guerra sin cuartel.
La oscuridad permanecía más ya sabía de hecho que había vuelto a la contienda contra Ushuriel y Hellgorack. Así lo anunciaba el mismo demonio que parecía compartir sus pensamientos con los de Solomon.
El poder de un dios junto a la Salvación de todas las almas de Roma...todos ellos están dentro de mi, incluida Diva. ¿La oyes gritar?
Por eso…
Permanecía indiferente a lo dicho por el Berserker. Trataba de apoyarse sobre sus rodillas. Sus piernas no parecían querer responderle, más su terquedad podía más. Lentamente se ponía de pie dejando la desorientación en un segundo plano. Su cuerpo yacía en contra de él, trataba de decirle ¡Basta! más el proseguía. De cualquier forma ya se consideraba un muerto en vida.
…No cederé ante la vida que me toco…
Levantaba el brazo cortado y carbonizado sin mostrar dolor alguno pese a verse incluso el hueso. Tanteando lograba alcanzar las puertas dimensionales que nunca se habían cerrado. La bóveda ya debía estar lista.
Una presión abrumadora tumba su brazo izquierdo dejando que el tridente de Anfitrite desapareciera poco antes de caer al suelo estéril. Seguramente el ataque de Hellgorack ya había iniciado, quedaba poco o nada de tiempo para ocurrírsele algo al guerrero gris.
El cuerpo de la espada de oro ingresaba en el portal desapareciendo la mitad de ésta. Solomon mostraba su sonrisa por primera vez desde su cambio al darse cuenta que se había perdido la mitad de la energía que fue acumulando previamente. Todo iba en su contra y aun así iría orgulloso contra el mundo.
Reaccionando por mero instinto retrocedía una cantidad suficiente de pasos que lo libraban de la espada consumada de Hellgorack, la cual atravesaba el suelo de forma limpia. Ese mero acto de salvarse se consideraría un milagro, el último don otorgado a los hombres santos.
Nada me salvaría de tu poder.
Susurraba al oído del demonio que yacía a su altura. En efecto, el verdadero golpe no había sido esquivado. La técnica genocida que desintegra todo a su paso no podía ser evadida con nada más que con el poder de un Dios verdadero. Eso lo sabía bien Solomon quien ya sentía los fulminantes embates en su cuerpo.
La armadura se desintegraba rápidamente regresando de seguro al templo olímpico del dios del mar al sentir el cuerpo de su avatar perdido. Toda capa gris que cubría su cuerpo hasta entonces desaparecía fraccionándose hasta finalmente desaparecer. Más la tranquilidad del ex senador delataba que algo no terminaba por encajar.
Solomon serenamente sacaba la espada dorada del portal invisible. Ahora el arma yacía cubierta por el mismo fulgor purpura que poco antes había cubierto la espada de Hellgorack. Las estrellas doradas que habían bañado dicho vortice dimensional llamado “Bóveda” eran consumidas en el acto por el resplandeciente filo del arma del guerrero gris.
En tanto, todo por fuera de aquel punto atemporal en el que se hallaban era destruido en una apocalíptica explosión, nada quedaría erguido dentro o incluso fuera de lo que fue alguna vez el domo demoníaco. La niebla roja extrañamente parecía seguir aferrándose al cuerpo del senador mientras éste levantaba el rostro para dejar ver el corte del visor metálico que había dejado el pase de espada de Hellgorack.
Esta es el arma que destruyó toda una civilización de la faz de la tierra.
La solemnidad de su voz parecía ajena, la sapiencia de saber el origen de la técnica aplicada a la Atlántida hacía de aquel muchacho diferente, como si fuera aquel otro hombre que vio su vida sucumbir en el Océano Atlántico siglos atrás junto a la misma Anfitrite. La risa de la diosa se oía cada vez más cerca.
Esto es…GENOCIDIO!!!.
Pronto una gigantesca horda de energía brotaba de la espada de oro que permanecía erguida en dirección del cielo. La oscuridad cubría aquel punto partiendo la tierra en dos profundizándose varios kilómetros. Una dantesca columna de plasma atravesaba la atmósfera anunciando el choque de aquellos dos fenómenos prohibidos y antinaturales.
El tiempo del joven había concluido, siendo su cuerpo consumido por la propia energía liberada. Fue allí que escucharía suavemente las palabras de la reina marina por última vez siendo ésta la de la misma parca.
¡No te escaparas de mí…siempre…serás mío!
La voz tenebrosa calaba en lo poco que le quedaba de alma. De pronto y sin menor sospecha aquel visor de hierro se abría en dos poco antes de que el cuerpo de Solomon colapse. Una marca símbolo de la diosa nacía de la frente descubierta del antiguo senador. Un par de estrellas rojas reemplazaban sus ojos azules siendo tan potentes como para eclipsar rápidamente la columna de plasma que ya se erguía sobre la tierra. Todo era consumido por aquella vorágine de sed de sangre que representaba la autentica maldición de Solomon. Aquellos místicos ojos terminarían por corromperle teniendo como resultado la pérdida total y definitiva de su alma. Pero era muy tarde, su cuerpo desaparecía dejando sólo aquellas nubes rojas rodeando lo que quedaba de tierra. La luz emanada por él desaparecía muy pronto dejando sólo los rezagos del par de genocidios.
¿El par de Berserkers vivirían o también habrían muerto en pleno calor de la batalla?
.
En algún otro lugar, aquella misma luz roja se terminaba por extinguir dejando a un hombre con la mente en blanco ¿Qué fue aquello? Sentado sobre algún finísimo asiento destinado únicamente a la realeza imperial de la distinguida Roma se hallaba un joven senador de tez blanca, cabellera rubia y ojos azules, tan serenos como el cielo.
Yacía preocupado por el extraño fenómeno de luz que había nublado su juicio por segundos. ¿Había sido sólo una pesadilla?
El sol resplandecía augurando un excelente día para toda la comunidad, las nubes lucían tan blancas y puras como de costumbre. Sin embargo, nadie les prestaba atención, solamente Solomon que sentía una alegría desbordante de saber que todo lo que había pasado era sencillamente producto de un mal sueño. Daba gracias a los dioses por haber sido piadosos con él.
Pronto escucharía las voces de mujeres, las cuales se hallaban no muy lejos. Solomon avanzaba a medida que su alegría aumentaba al reconocer a Lin, Nia, Nicole y Diva. Ni el follaje, ni las plantas exóticas que aparecían por doquier le detendrían en su camino.
Ya reconocía el lugar, era el jardín de su amada tía. La primera difunta esposa del emperador que había muerto años atrás por una serie de sucesos sin resolver. Pero averiguar aquello ya no pertenecería al senador. Nunca más.
En segundos, quedaba de pie, hipnotizado de ver el principio de todo. Estaba decidido a cambiar el rumbo de su destino.
Senador siéntese, no se vaya a cansar.
Mencionó la princesa de Britania. Solomon sin chistar se dispuso a sentar lo más próximo a su bien amada Diva. Ahora comprendía a la perfección lo que había desembocado el triste final de sus sueños. Tomando la mano de la emperatriz que yacía de espaldas se dispondría a llevar todo a derecho de aquel día en adelante.
Amor mío. Mañana mismo y en frente del senado te declarare mi amor. No me interesa más la vida aristocrática. Estaremos juntos por siempre. Nunca te aban…donare.
El cantar de las avecillas marcaba los mejores parabienes. Como nunca sonreía con la total tranquilidad de saber que hacía lo correcto. Pero algo extraño sucedía, el sol no avanzaba a pesar del pase de las horas. Una conversación interminable parecía romperle la vivida utopía. Pronto su sonrisa desaparecería dejando sólo en su lugar una absoluta apatía. Solomon ya se había dado cuenta, más ya no tenía fuerzas para pelear. Se resignaba a vivir eternamente el día que habría marcado su declive. Siempre esperando que aquella conversación en el jardín de palacio termine.
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TECNICA USADA:
Boveda (Genocidio) 2/2: Tecnica por el cual conecta todas las experiencias vividas por cada una de las reencarnaciones de Poseidon, tanto las armas como tecnicas yacen guardadas tras el gigantesco portal de oro. Por su condición Alter 50% para Solomon le es imposible materializar tales armas pero si puede usar las de su protectora Anfitrite, aunque el proceso de alcanzar dicho poder podria llevar tiempo valioso.
Habilidad:
- Ojos Místicos:
Como su nombre indica, posee algún tipo de Ojos Místicos.
Rango: S: Habilidad imposible de usarse mientras no se contamine al 100% el alma de Solomon, lo cual ocurrió apenas el visor que le cegaba le encaraba con lacruel realidad de la maldición de Anfitrite. Aun no se descubre en sí que contiene esta habilidad.
AObjeto empleado: Tridente de Anfitrite: Arma divina que nunca podra ser utilizada más que para defensa por parte de Solomon. en su condición de mortal.
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Posdata: Cabe aclarar que este no es el fin "real", aunque en caso perdiera lo sería.
Narro
Voz de Alter Archer(Solomon/Poseidon)
Voz de Solomon
Voz de Ushuriel
Voz de Steven
Voz de Anfitrite
Voz de Madre
Voz de Lin
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Capitulo Especial: Aquella Mañana de Cristal...
BAD END
BAD END
Ningún lugar en el basto mundo conocería más la soledad ocasionada por la guerra que aquel pequeño e insignificante punto en el cual se jugaba algo más que la destrucción de un imperio en declive. Roma, un pueblo destinado al fin de su esplendor ¿Realmente merecería el sacrificio de más vidas de las que llegó a cobrar en sus épocas de gloria? Las animas que revoloteaban sin parar en el terreno lo decían todo ¿Acaso aquellas almas torturadas en el más profundo de los abismos infernales no representaba el mejor ejemplo del futuro de cada hombre, mujer y niño dictaminado por sus propios dioses?
Preguntas que habían llevado a un esplendido joven a cometer los más bajos y ruines crímenes: Golpear a su hermana hasta dejarla casi moribunda extinguiendo el aliento de una vida que aun no conocía más allá del vientre de su madre; ser cómplice silencioso de los actos despiadados de una mujer que había desintegrado su vida y a su familia por sólo ambicionar la corona de la reina de un estado que no era el suyo. ¿Qué habría llevado a tan honorable hombre de buen corazón como lo era Solomon a ser el guerrero gris sin alma y sentimientos que yacía frente a los demonios de Ares? ¿Acaso solamente era el destino cruel o el caprichoso sentido del humor de los dioses?
El cambio…
Susurraba despiadado contra sí mismo, buscando aquel sentido de culpa que se había extraviado hacía tanto. Lucía desencajado, ido y por sobre todo solo. Sus labios resecos y cuarteados por el cúmulo de vientos ricos en sulfuros terminaban por cerrarse cuando recién reaccionaba a lo salido por su boca poco antes.
El tiempo avanza inevitablemente y es inmisericorde con aquello que no termina por evolucionar en algo más. Ese poder rige a las naciones, y es una ley que va muy por encima a las tomadas por los dioses quienes también yacen marcados desde su nacimiento para su eventual extinción a manos de un humilde carpintero. ¿Pero si la destrucción de uno de los imperios más bastos de la tierra no resultaba ser idea de las divinas presencias del olimpo…por quien fue?
El aleteo de gaviotas distantes le despertaba de su ensueño. Aun yacía con el brazo derecho bien en alto sosteniendo aquel artilugio de oro con forma de espada. La energía seguía consolidándose a su alrededor aunque muy lentamente. Algo que no llegó a contar en primera instancia y que de hecho ya comenzaba a costarle muy caro.
El aire estéril y ardiente emanado por Ushuriel y Hellgorack aumentaba en intensidad a cada minuto. Pronto vientos huracanados venían con gran fuerza a chocar contra su pecho intentando derribarle. Algunos centímetros de terreno fueron cedidos más aquel gesto inexpresivo seguía perenne en su faz, como si nada, ni nadie le fuese a sacar de allí. La tierra crujía abriéndose dejando escapar pequeños soplos en alta presión bajo sus pies como si la propia población del inframundo intentará en vano escapar del subsuelo. El ambiente se llenaba de tanta negatividad que volvería loco a cualquier ser mortal que tuviera la mala suerte de encontrarse aun vivo en las inmediaciones del antiguo consultorio.
¿Estás cansado Solomon?... sabes.. no eres tan diferente a estos sujetos que cuelgan tras estos pilares, ellos no fueron débiles. Solo fueron meros juguetes a disposición de los dioses… son como tú senador.
La imagen del hombre no se inmutaba a la burla, más su cabeza gacha demostraba la queja que le atormentaba desde un inicio de la contienda. ¿Qué orgullo podría ostentar al ser lo que más odiaba?
No eres un dios… ni mucho menos un hombre.. te tengo que dar la respuesta o… ¿acaso deseas seguir con la venda que nubla tu verdadero juicio?
Lo que no parecía comprender Ushuriel era que hiciera lo que hiciera nada cambiaria el modo de pensar de un hombre como Solomon.
Te diré un último secreto… uno al que te hace verdaderamente vulnerable. Nosotros podemos manipular a la perfección nuestros poderes porque nada nos detiene; sin embargo, tú posees el alma que se te entregó en esta vida, dejas que Poseidón solo se ocupe de guiar tu cuerpo para que este proteja el avatar que eligió en esta era.
Tu consciencia en este encuentro significa NADA… solo sirve para que caigas en el peor error que puedas cometer en esta vida.
Parecía quebrar sus huesos al apretar con tanta fuerza los dedos de sus manos a las afiladas escorias incrustadas en el tridente que la mismísima diosa Anfitrite le había cedido. Lo que más le irritaba era que a fin de cuentas resultaba cierto lo dicho por la berserker. Todo indicaba que seguía siendo un títere más del rey Moros. Su opinión jamás había importado, en lo absoluto. Ni para él mismo.
Su ensimismamiento comenzaba a ocurrir una vez más, pero era aquel aleteo de aves marinas era lo que rápidamente le regresaba al campo de batalla. Algo aturdido movía el rostro buscando aquellas gaviotas que tan sólo parecían vivir en su mente. Poco después llego un fuerte zumbido que lo alejo aun más del mundo cerrado en el cual intentaba refugiarse. Era Ushuriel que en un acto rápido desaparecía perdida en un fuerte estallido de energía, el cual de paso también beneficiaba a su compañero que yacía aun más arriba haciéndole más difícil de percibir. El sentido Extrasensorial de Solomon resultaba delicado y difícil de manejar, aun más al verse ametrallado por la enorme cantidad de distracciones causadas por los actos de los berserker.
Pero cualquier acto por parte de ellos resultaría tan útil como el visto la primera vez. Nada sería capaz de tocarle. Nada en lo absoluto. Su brazo erguido temblaba al sentir como la enorme oleada de energía venía llegando a su cuerpo, justo y listo para desatar el apocalíptico poder guardado tras el inmenso portal dorado que yacía comenzando centímetros arriba suyo.
Estaba seguro de sí. Consumaría sus sueños sin tener que recurrir a mayores poderes divinos que los supuestamente otorgados por la misteriosa reina del mar. Por momentos su orgullo llegaba a niveles muy altos.
Archer…te equivocast…
Un punto distante aparecía para detener su oración, algo extrañamente familiar. La imagen formada en su mente de la incandescente luz propagada por la sucesiva explosión de almas y fuego ocasionada por Ushuriel era opacada por una espada que al igual que la suya brillaba en metálico purpura. Era imposible lo que presenciaba. No lo terminaba por creer.
Pese a no poder verle, la presencia de Hellgorack lo hacía aparecer directamente en su conciente como lo haría una pesadilla vivida. Este demonio resultaba distante al anterior, su armadura y cuerpo sólo parecían salir de otro mundo. Incluso resultaba ser tan ajeno a las criaturas fantásticas actuales que seguramente provenía de una tierra ya extinta, lo único que irradiaba era plena y absoluta oscuridad distando definitivamente del ejército de Ares. ¿Quién diablos era este hechicero? ¿Acaso eran ciertas sus palabras de ser él quien otorgó tamaña fuerza a la mujer que ahora le protegía? Sólo una expresión reflejaría concisamente lo que resultaba de tan mala suerte en la vida.
¡Mierda!
Resoplaba mientras daba cuenta del irremediable embate del brujo. Sin embargo, no cedería a dejar su sueño inconcluso. Ya faltaba muy poco para completar su propia técnica. Su ansia crecía cuando otra voz se lograba oír de entre aquel coro infernal formado por demonios y animas.
¡¡¡Danza de las cuchillas!!!
Evitándose maldecir, pudo escuchar como aquel enjambre de hojas afiladas volvía a ser lanzado contra él. Ushuriel había demostrado su más bajo honor al atacar a traición y más aun al seguir ocultándose entre la bruma y la energía irradiada por las llamas del averno. Aun en la condición actual, Solomon encaraba directamente a su enemigo y nunca se había esperado encontrar un enemigo como semejante calaña de guerrero.
Elevando su brazo izquierdo en dirección de aquel inconfundible bullicio se preparaba para detener en el acto el ataque de la Berserker más recordó algo muy importante. Si usaba tal misteriosa defensa se vería forzado a cerrar el portal ya abierto, estando tan cerca de lograr su victoria que interrumpir “ Bóveda” no era una opción.
Sea quien seas… ¡ayúdame!
Nuevamente aquellas líneas rojas cruzaban su brazo izquierdo para devolverle el conocimiento necesario para manejar el arma sagrada de un dios. Estaba decidido a completar su técnica, así que se jugaría el todo por el todo. Pronto, las filosas hojas eran detenidas por las tres puntas de la lanza que magnánimamente blandía con una sola mano el guerrero gris. Todo iba bien hasta que…
Από την άβυσσο ο δράκος ξυπνά.
Κόκκινο φλόγες πρέπει να είναι στο αίμα μου.
Sorprendido por lograr descifrar un idioma que nunca había conocido en vida se distrajó brevemente, la curiosidad aunque necesaria para semejante duelo resultaría fatal para él. Solomon no llegaba a tener el tiempo de reacción suficiente ante la nueva arremetida de las cuchillas de Ushuriel, que en esta ocasión no buscaban herirle sino “cegarle”.
…
Comenzaban a rodearle en circulos estallando sin siquiera tener contacto con el tridente o con su armadura. Una estrategia bien planeada que terminaba por poner en jaque la defensa de Solomon. De nada servía taparse los oídos, el daño ya estaba hecho. Y eso no era lo peor.
Un literal cuchillazo a su cerebro ocurría al instante en que la onda de choque propiciada por Hellgorack llegaba a él. El lenguaje infernal resultaba atroz para todo humano que logrará oírlo, Solomon no resultaba ser una excepción a la regla. Por fin el rey del tablero de ajedrez caía al suelo. No sólo su oído yacía destrozado, el tan necesario equilibrio desaparecía para no dejar huella. Ahora no sabía que era arriba y que abajo. Sus sentidos colapsaban intentando suplir los destruidos. En aquel momento Solomon yacía presa muy fácil del restante número de cuchillas de Ushuriel que ni cortas, ni perezosas arremetían contra toda parte desprotegida por la armadura divina de Poseidón dejando que su verdadera sangre brotase siendo sólo ésta más que todo aire pigmentado en rico carmín.
Las nubes rojas comenzaban a arremolinarse en torno al cuerpo del aun malherido Solomon intentando protegerle de los embates de la mujer bestia. En gran parte lo lograban, más esto no le salvaría del remate de Hellgorack quien ya comenzaba a avanzar.
Solomon…
Solomon…
Aquella voz volvía en medio de la masacre ¿pero cómo? el antiguo senador no lo comprendía, a duras penas podía mantenerse con la poca vida que le quedaba. Saliva y sangre colgaban de sus labios mientras el peso ocasionado por la lluvia de cuchillas seguía cayendo sobre su espalda aunque ya no sintiera ni siquiera los cortes propiciados en su carne.
No demuestres ahora que eres aquel niño mimado que una vez tuve que corregir.
Levantaba el rostro ante la sorpresa de poder escuchar la voz calida de su difunta madre. Lograba recordarla y la veía claramente entre las sombras de la agonía.
Madre.
Pensó y dijo mientras la veía desaparecer dejando su fragancia de jazmines. ¿Estaba muriendo? ¿Se había librado de la maldición de la reina oceánica? Aun se sentía unido a tal maleficio pero…
Los defraude. No soy digno de ti, ni de nadie. Vendí mi alma sólo por una fantasía imposible de lograr.
El tiempo se detenía haciendo de cada fracción de segundo una eternidad. Cubierto de un silencio aterrador ya parecía que nadie le respondería cuando una vez más la voz de su madre se lograba oír aunque muy lejos.
No digas eso. No importa cual sea tu deseo, nunca será imposible mientras tu voluntad no ceda ante la adversidad. Nunca lo olvides. Ahora, hijo mío…Por favor…dime… ¿cual es tu deseo?
Solomon tragaba saliva mientras intentaba sacarse de encima el visor de metal que de seguro le ocultaba el rostro de su madre. Pero era inútil, no cedía, como si estuviera aferrado a algo más que su cabeza. Finalmente resignado comienza a hablar para sí con la esperanza de que le escuche su madre.
Mi deseo…
Recordaba aquella mañana en que su padre se decidió a llevar a sus hijos a conocer a los senadores, era un día demasiado caluroso para que un par de niños se mantuvieran quietos. Richard como de costumbre, se mantuvo ajeno casi todo el camino de ida y vuelta pero no así Solomon. Él no. Porque debía ser diferente al resto, ser el líder de la próxima generación de jóvenes romanos era un deber impostergable para preservar el honor de la familia imperial, pues ella representaba a todo Roma.
Deseo ser perfecto, sin importar como…
Sacrifique varias etapas de mi vida por sólo ese fin. Y me sentiría orgulloso de aquello aunque muriera en esta batalla…sabiendo que alguien más logrará terminar con lo que no pude hacer. Pero ese no es el caso.
La risa de aquella reina del mar se lograba oír aunque aun muy a la distancia.
Debo seguir rígido y firme con mis convicciones principales. De nada sirve un corazón blando en el campo de guerra. Porque así ha sido desde el principio mi vida, una guerra sin cuartel.
La oscuridad permanecía más ya sabía de hecho que había vuelto a la contienda contra Ushuriel y Hellgorack. Así lo anunciaba el mismo demonio que parecía compartir sus pensamientos con los de Solomon.
El poder de un dios junto a la Salvación de todas las almas de Roma...todos ellos están dentro de mi, incluida Diva. ¿La oyes gritar?
Por eso…
Permanecía indiferente a lo dicho por el Berserker. Trataba de apoyarse sobre sus rodillas. Sus piernas no parecían querer responderle, más su terquedad podía más. Lentamente se ponía de pie dejando la desorientación en un segundo plano. Su cuerpo yacía en contra de él, trataba de decirle ¡Basta! más el proseguía. De cualquier forma ya se consideraba un muerto en vida.
…No cederé ante la vida que me toco…
Levantaba el brazo cortado y carbonizado sin mostrar dolor alguno pese a verse incluso el hueso. Tanteando lograba alcanzar las puertas dimensionales que nunca se habían cerrado. La bóveda ya debía estar lista.
Una presión abrumadora tumba su brazo izquierdo dejando que el tridente de Anfitrite desapareciera poco antes de caer al suelo estéril. Seguramente el ataque de Hellgorack ya había iniciado, quedaba poco o nada de tiempo para ocurrírsele algo al guerrero gris.
El cuerpo de la espada de oro ingresaba en el portal desapareciendo la mitad de ésta. Solomon mostraba su sonrisa por primera vez desde su cambio al darse cuenta que se había perdido la mitad de la energía que fue acumulando previamente. Todo iba en su contra y aun así iría orgulloso contra el mundo.
Reaccionando por mero instinto retrocedía una cantidad suficiente de pasos que lo libraban de la espada consumada de Hellgorack, la cual atravesaba el suelo de forma limpia. Ese mero acto de salvarse se consideraría un milagro, el último don otorgado a los hombres santos.
Nada me salvaría de tu poder.
Susurraba al oído del demonio que yacía a su altura. En efecto, el verdadero golpe no había sido esquivado. La técnica genocida que desintegra todo a su paso no podía ser evadida con nada más que con el poder de un Dios verdadero. Eso lo sabía bien Solomon quien ya sentía los fulminantes embates en su cuerpo.
La armadura se desintegraba rápidamente regresando de seguro al templo olímpico del dios del mar al sentir el cuerpo de su avatar perdido. Toda capa gris que cubría su cuerpo hasta entonces desaparecía fraccionándose hasta finalmente desaparecer. Más la tranquilidad del ex senador delataba que algo no terminaba por encajar.
Solomon serenamente sacaba la espada dorada del portal invisible. Ahora el arma yacía cubierta por el mismo fulgor purpura que poco antes había cubierto la espada de Hellgorack. Las estrellas doradas que habían bañado dicho vortice dimensional llamado “Bóveda” eran consumidas en el acto por el resplandeciente filo del arma del guerrero gris.
En tanto, todo por fuera de aquel punto atemporal en el que se hallaban era destruido en una apocalíptica explosión, nada quedaría erguido dentro o incluso fuera de lo que fue alguna vez el domo demoníaco. La niebla roja extrañamente parecía seguir aferrándose al cuerpo del senador mientras éste levantaba el rostro para dejar ver el corte del visor metálico que había dejado el pase de espada de Hellgorack.
Esta es el arma que destruyó toda una civilización de la faz de la tierra.
La solemnidad de su voz parecía ajena, la sapiencia de saber el origen de la técnica aplicada a la Atlántida hacía de aquel muchacho diferente, como si fuera aquel otro hombre que vio su vida sucumbir en el Océano Atlántico siglos atrás junto a la misma Anfitrite. La risa de la diosa se oía cada vez más cerca.
Esto es…GENOCIDIO!!!.
Pronto una gigantesca horda de energía brotaba de la espada de oro que permanecía erguida en dirección del cielo. La oscuridad cubría aquel punto partiendo la tierra en dos profundizándose varios kilómetros. Una dantesca columna de plasma atravesaba la atmósfera anunciando el choque de aquellos dos fenómenos prohibidos y antinaturales.
El tiempo del joven había concluido, siendo su cuerpo consumido por la propia energía liberada. Fue allí que escucharía suavemente las palabras de la reina marina por última vez siendo ésta la de la misma parca.
¡No te escaparas de mí…siempre…serás mío!
La voz tenebrosa calaba en lo poco que le quedaba de alma. De pronto y sin menor sospecha aquel visor de hierro se abría en dos poco antes de que el cuerpo de Solomon colapse. Una marca símbolo de la diosa nacía de la frente descubierta del antiguo senador. Un par de estrellas rojas reemplazaban sus ojos azules siendo tan potentes como para eclipsar rápidamente la columna de plasma que ya se erguía sobre la tierra. Todo era consumido por aquella vorágine de sed de sangre que representaba la autentica maldición de Solomon. Aquellos místicos ojos terminarían por corromperle teniendo como resultado la pérdida total y definitiva de su alma. Pero era muy tarde, su cuerpo desaparecía dejando sólo aquellas nubes rojas rodeando lo que quedaba de tierra. La luz emanada por él desaparecía muy pronto dejando sólo los rezagos del par de genocidios.
¿El par de Berserkers vivirían o también habrían muerto en pleno calor de la batalla?
.
En algún otro lugar, aquella misma luz roja se terminaba por extinguir dejando a un hombre con la mente en blanco ¿Qué fue aquello? Sentado sobre algún finísimo asiento destinado únicamente a la realeza imperial de la distinguida Roma se hallaba un joven senador de tez blanca, cabellera rubia y ojos azules, tan serenos como el cielo.
Yacía preocupado por el extraño fenómeno de luz que había nublado su juicio por segundos. ¿Había sido sólo una pesadilla?
El sol resplandecía augurando un excelente día para toda la comunidad, las nubes lucían tan blancas y puras como de costumbre. Sin embargo, nadie les prestaba atención, solamente Solomon que sentía una alegría desbordante de saber que todo lo que había pasado era sencillamente producto de un mal sueño. Daba gracias a los dioses por haber sido piadosos con él.
Pronto escucharía las voces de mujeres, las cuales se hallaban no muy lejos. Solomon avanzaba a medida que su alegría aumentaba al reconocer a Lin, Nia, Nicole y Diva. Ni el follaje, ni las plantas exóticas que aparecían por doquier le detendrían en su camino.
Ya reconocía el lugar, era el jardín de su amada tía. La primera difunta esposa del emperador que había muerto años atrás por una serie de sucesos sin resolver. Pero averiguar aquello ya no pertenecería al senador. Nunca más.
En segundos, quedaba de pie, hipnotizado de ver el principio de todo. Estaba decidido a cambiar el rumbo de su destino.
Senador siéntese, no se vaya a cansar.
Mencionó la princesa de Britania. Solomon sin chistar se dispuso a sentar lo más próximo a su bien amada Diva. Ahora comprendía a la perfección lo que había desembocado el triste final de sus sueños. Tomando la mano de la emperatriz que yacía de espaldas se dispondría a llevar todo a derecho de aquel día en adelante.
Amor mío. Mañana mismo y en frente del senado te declarare mi amor. No me interesa más la vida aristocrática. Estaremos juntos por siempre. Nunca te aban…donare.
El cantar de las avecillas marcaba los mejores parabienes. Como nunca sonreía con la total tranquilidad de saber que hacía lo correcto. Pero algo extraño sucedía, el sol no avanzaba a pesar del pase de las horas. Una conversación interminable parecía romperle la vivida utopía. Pronto su sonrisa desaparecería dejando sólo en su lugar una absoluta apatía. Solomon ya se había dado cuenta, más ya no tenía fuerzas para pelear. Se resignaba a vivir eternamente el día que habría marcado su declive. Siempre esperando que aquella conversación en el jardín de palacio termine.
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TECNICA USADA:
Boveda (Genocidio) 2/2: Tecnica por el cual conecta todas las experiencias vividas por cada una de las reencarnaciones de Poseidon, tanto las armas como tecnicas yacen guardadas tras el gigantesco portal de oro. Por su condición Alter 50% para Solomon le es imposible materializar tales armas pero si puede usar las de su protectora Anfitrite, aunque el proceso de alcanzar dicho poder podria llevar tiempo valioso.
Habilidad:
- Ojos Místicos:
Como su nombre indica, posee algún tipo de Ojos Místicos.
Rango: S: Habilidad imposible de usarse mientras no se contamine al 100% el alma de Solomon, lo cual ocurrió apenas el visor que le cegaba le encaraba con lacruel realidad de la maldición de Anfitrite. Aun no se descubre en sí que contiene esta habilidad.
AObjeto empleado: Tridente de Anfitrite: Arma divina que nunca podra ser utilizada más que para defensa por parte de Solomon. en su condición de mortal.
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Posdata: Cabe aclarar que este no es el fin "real", aunque en caso perdiera lo sería.
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Re: Consultorio Medico
Ahora el terreno sobre el que se solía levantar el Consultorio Médico en medio del mercado de Roma era tan solo una zona baldía totalmente plana y ennegrecida por el fragor de la batalla. Con el suelo apagado una vez que las fuerzas de ambos Genocidios hubieran chocado, enormes nubarrones de humo se levantaban en dirección al cielo para disolverse entre las manchas blancas que ahora se movían de forma perezosa en dirección al este.
No quedaba nada de los guerreros implicados, ni siquiera de aquel senador que había suplantado el poder del dios de los mares y los océanos…o al menos no durante unos minutos, poco después un murmullo se hizo escuchar: de una columna de humo surgió el avatar humano de Hellgorak, completamente restaurado mientras que con el brazo derecho sostenía el cetro de Ushuriel, la ejecutora del fuego. Incluso sabiendo que el final era aquel, Hellgorak no sentía nada semejante a la derrota…no. De hecho, estaba satisfecho…había logrado eliminar a un contendiente con el cual había dado el todo por el todo, un contendiente con el cual su sangre había hervido de la emoción con solo tenerlo en frente…un sentimiento que no había experimentado en eones y que ni incluso las demás deidades habían logrado hacerle despertar.
Su orgullo como Berserker, aquel enorme deseo por hacer derramar la sangre del enemigo…había sido satisfecho.
Nadie, nadie podría hacerle cambiar de opinión…su misión de sembrar el terror y satisfacer su sed de sangre habían sido llenados por completo. Y con eso todo terminaba para él, el momento de dormir había vuelto a llegar. Dando un paso hacia delante, el cetro de la Ejecutora se destruyó con un ruido seco, al mismo tiempo que su cuerpo se disolvía con el viento…como si en realidad nunca se hubiera reformado en realidad.
Sin una palabra más, Hellgorak se sumió en un sueño de siglos de duración…satisfecho su deseo, despertaría una vez este volviera a surgir más fuerte que nunca antes…
De seguro que aún con su traición pesándole sobre los hombros, Ushuriel estaría en total acuerdo con él.
-------
Offrol: Dado que Diva/Ushuriel está en ausencia y dió la orden de manipularla en caso de que Solomon resultara victorioso, acabo/sello aquí a su personaje junto al mio. Dicho eso, he aquí el final de Hellgorak y Ushuriel.
Felicidades Pose, me quito el sombrero ante ti. Eres un roleador de primera, fue un gusto luchar contra alguien de tu calibre.
Saludos.
No quedaba nada de los guerreros implicados, ni siquiera de aquel senador que había suplantado el poder del dios de los mares y los océanos…o al menos no durante unos minutos, poco después un murmullo se hizo escuchar: de una columna de humo surgió el avatar humano de Hellgorak, completamente restaurado mientras que con el brazo derecho sostenía el cetro de Ushuriel, la ejecutora del fuego. Incluso sabiendo que el final era aquel, Hellgorak no sentía nada semejante a la derrota…no. De hecho, estaba satisfecho…había logrado eliminar a un contendiente con el cual había dado el todo por el todo, un contendiente con el cual su sangre había hervido de la emoción con solo tenerlo en frente…un sentimiento que no había experimentado en eones y que ni incluso las demás deidades habían logrado hacerle despertar.
Su orgullo como Berserker, aquel enorme deseo por hacer derramar la sangre del enemigo…había sido satisfecho.
Nadie, nadie podría hacerle cambiar de opinión…su misión de sembrar el terror y satisfacer su sed de sangre habían sido llenados por completo. Y con eso todo terminaba para él, el momento de dormir había vuelto a llegar. Dando un paso hacia delante, el cetro de la Ejecutora se destruyó con un ruido seco, al mismo tiempo que su cuerpo se disolvía con el viento…como si en realidad nunca se hubiera reformado en realidad.
Sin una palabra más, Hellgorak se sumió en un sueño de siglos de duración…satisfecho su deseo, despertaría una vez este volviera a surgir más fuerte que nunca antes…
De seguro que aún con su traición pesándole sobre los hombros, Ushuriel estaría en total acuerdo con él.
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Offrol: Dado que Diva/Ushuriel está en ausencia y dió la orden de manipularla en caso de que Solomon resultara victorioso, acabo/sello aquí a su personaje junto al mio. Dicho eso, he aquí el final de Hellgorak y Ushuriel.
Felicidades Pose, me quito el sombrero ante ti. Eres un roleador de primera, fue un gusto luchar contra alguien de tu calibre.
Saludos.
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Re: Consultorio Medico
Surgió de una brecha dimensional, siguiendo el consejo de Aspros y dando un salto en el momento de ser expulsado para no dañarse la dentadura. Se desconcertó un poco con lo que veía. Estaba Roma, en medio de un escenario apocalíptico en el que parecía haberse librado una pelea antes de que él apareciera. Podía sentir un residuo de la energía de Poseidón y también algo de Anfitrite, la pista que lo había hecho pedirle a Aspros que lo enviara directo a ese lugar. Se preguntaba qué rayos pudo haber pasado allí mientras caminaba por la zona azotada por la destrucción. Nunca esperó encontrarse con una visión como esa, tan poco alentadora. Fuera lo que fuera aquello que tuvo lugar en el sitio por el que ahora caminaba había sido grande. Era una lastima que se lo hubiera perdido, sin embargo su conversión a General Marino era todavía un evento reciente y por esa misma razón pudo haberse equivocado de destino.
Apenas hace unas horas seguía siendo un Caballero de Athena, sin embargo el muchacho no parecía estar inconforme. Sólo podía agradecer a Poseidón por hacerle el favor de alejarlo de la cuna de anormales que era el Santuario: niñas ciegas, niños traumados que hablaban con conejos, idiotas de dos metros de alto que sólo sabían decir estupideces y amazonas que le abrían las piernas a cualquier extraño. Le habían dejado una muy mala impresión y definitivamente ya no quería formar parte de ese circo.
Sus botas metálicas impactaban contra el suelo de obsidiana, endurecido y caliente, como si una ola de lava hubiera chamuscado todo. Lo que había sentido antes ahora era demasiado tenue para seguirle el rastro. Tenía planeado seguir rondando la zona en espera de que nuevos fenómenos que llamasen su atención se hicieran perceptibles. A su alrededor no había nada más que el esqueleto de un combate. Sabía que no estaba loco; él sintió el poder de los regentes del mar en Roma y no se iría hasta descubrir lo que pasaba.
Apenas hace unas horas seguía siendo un Caballero de Athena, sin embargo el muchacho no parecía estar inconforme. Sólo podía agradecer a Poseidón por hacerle el favor de alejarlo de la cuna de anormales que era el Santuario: niñas ciegas, niños traumados que hablaban con conejos, idiotas de dos metros de alto que sólo sabían decir estupideces y amazonas que le abrían las piernas a cualquier extraño. Le habían dejado una muy mala impresión y definitivamente ya no quería formar parte de ese circo.
Sus botas metálicas impactaban contra el suelo de obsidiana, endurecido y caliente, como si una ola de lava hubiera chamuscado todo. Lo que había sentido antes ahora era demasiado tenue para seguirle el rastro. Tenía planeado seguir rondando la zona en espera de que nuevos fenómenos que llamasen su atención se hicieran perceptibles. A su alrededor no había nada más que el esqueleto de un combate. Sabía que no estaba loco; él sintió el poder de los regentes del mar en Roma y no se iría hasta descubrir lo que pasaba.
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Re: Consultorio Medico
Habíamos salido la pequeña y yo de su casa, ella tomándome de la mano, agarrándome bien mientras en su manita libre llevaba casi a rastras una muñeca al parecer de trapo. La escena era ridícula hasta el punto de ser cómica, quien me viese con aquella niña pensaría que la bastardita sería hija mía, y para hijos y sentido maternal ya había tenido suficiente al dar a luz al mayor de los imbéciles que murió como lo que es.... como un verdadero estúpido. Suspiré mientras caminaba tomada de la mano con la pequeña mientras por unos segundos le dedicaba un pensamiento a mi único hijo: Máximo. No duró mucho, continuamos con la marcha, la tarde era un tanto calurosa y los puntos donde parecía que Roma había sufrido daño intenso se evidenciaban con los nubarrones de humo oscuro.
Comenzaba a identificar ciertas zonas por las que pasábamos, ya había pasado por allí en el carruaje del generalucho enamorado de Nicole, seguía observando por alguna razón tenía la impresión de que nos estabamos acercando al lugar pero todo se encontraba semi o completamente destruído, cierta emoción, cierto júbilo me dio al ver todo aquella tragedia.
La niña me apretaba más la mano transmitiéndome lo asustada que se encontraba al transitar por allí. Apresuré el paso ya reconocía el lugar por completo, caminaba casi tirando del bracito de la pequeña la cual ya comenzaba a quejarse. Finalmente llegamos, me detuve frente a un gran crater, a su alrededor escombro tras escombro, di un par de pasos soltando la mano de la niñita, en ese instante algo me detiene ya que me halaban del vestido y era nada más y nada menos que la pequeña garrapatita que traía encima, sin girarme, sin mirarla y con voz dura le dije: - Ya puedes largarte .... ya no eres de utilidad... La niña seguía tirando del vestido no permitiéndome caminar, volteé el rostro en su dirección con dureza en mi ojos le dije: - ... No me digas que no sabes regresarte con tu .... mamita? Su voz era temblorosa y casi imperceptible, solo decía: - tengo miedo ... tengo miedo ... La seguí mirando, suspiré y pensé: - maldita mocosa, si no es una cosa es la otra .... a ver que hago contigo? .... sonreí y me agaché adoptando su altura, con una mirada maternal y una voz reconfortante le dije: - No tengas miedo .... quieres jugar conmigo? ... La pequeña ocultando su rostro con su muñeca movía su cabeza asintiendo en que quería jugar, al ver su respuesta le dije: - Vamos a jugar el que más cosas del anciano médico encuentre y la que encuentre al médico se lleva un premio ... te gusta? La niña retiraba lentamente la muñeca de su rostro y mostraba más seguridad, sonrió y dijo: - qué cosas debo buscar? y casi impacientandome: - cualquier cosa que te parezca que es de ese viejo.
La niña me miró y dudó un momento en irse a buscar los "juguetes", yo seguía allí plantada, esperando que desapareciera de mi vista, tal vez tendría la buena fortuna que parte cayerá por ahí y ella muriera, o bien se perdiera en algún lugar y se quedara sin aire, no me importaba mucho como fuese solo que no estuviera molestando al fin y al cabo si quería molestar a alguien que lo hiciera con su madre, fue quien la parió.
La niña comenzaba a dar saltitos como si en verdad se tratara de un juego, encontraba cualquier cosa y con alegría me la mostraba en la distancia, yo la impulsaba a que se adentrará más y más, que buscara debajo de las piedras. Por fin la perdí de vista tan solo murmuré: - Ohhhh dioses!!! ... llevénsela para no mandársela!!!
Caminé por encima de los escombros, pasando por desperdicios y trapos blancos ensangrentados, camillas o bien lo que parecía ser unas, rodenado circunferencialmente aquel crater que solo evidenciaba que algo grande había ocurrido allí, seguía perdida en mis pensamientos, tratando de descifrar qué había pasado allí y mirando en un milagro de los dioses el decrepito anciano se encontraría con vida. Rápidamente volviendo a la realidad no me di cuenta que estabamos acompañadas, a cierta distancia podía ver un joven de cabellos negros que caminaba por ahí, al parecer en busca de algo, comencé a acercarme a aquel tipo de pronto algo llamó mi atención el ambiente comenzaba a tornarse rojo, como si el aire hubiese adquirido ese color, súbitamente una marea de imágenes sin sentido golpeó a nueva cuenta mi cerebro, comencé a tambalearme caminando de un lado a otro, llevándome las manos a mi cabeza, soteniendola con fuerza, murmurando, surrando: - Dejenme!!! .... seguía caminado: - Dejenme!!! .... comencé a reducir los pasos: - Dejame en paz .... deteniendome por completo para gritar: - SOLOMOOOOOOOOOOON!!!!!!! Quedándome sin fuerzas, perdiendo el equilibrio y rodando hacia el interior del crater envuelta en un cúmulo de polvo carmesí.
Comenzaba a identificar ciertas zonas por las que pasábamos, ya había pasado por allí en el carruaje del generalucho enamorado de Nicole, seguía observando por alguna razón tenía la impresión de que nos estabamos acercando al lugar pero todo se encontraba semi o completamente destruído, cierta emoción, cierto júbilo me dio al ver todo aquella tragedia.
La niña me apretaba más la mano transmitiéndome lo asustada que se encontraba al transitar por allí. Apresuré el paso ya reconocía el lugar por completo, caminaba casi tirando del bracito de la pequeña la cual ya comenzaba a quejarse. Finalmente llegamos, me detuve frente a un gran crater, a su alrededor escombro tras escombro, di un par de pasos soltando la mano de la niñita, en ese instante algo me detiene ya que me halaban del vestido y era nada más y nada menos que la pequeña garrapatita que traía encima, sin girarme, sin mirarla y con voz dura le dije: - Ya puedes largarte .... ya no eres de utilidad... La niña seguía tirando del vestido no permitiéndome caminar, volteé el rostro en su dirección con dureza en mi ojos le dije: - ... No me digas que no sabes regresarte con tu .... mamita? Su voz era temblorosa y casi imperceptible, solo decía: - tengo miedo ... tengo miedo ... La seguí mirando, suspiré y pensé: - maldita mocosa, si no es una cosa es la otra .... a ver que hago contigo? .... sonreí y me agaché adoptando su altura, con una mirada maternal y una voz reconfortante le dije: - No tengas miedo .... quieres jugar conmigo? ... La pequeña ocultando su rostro con su muñeca movía su cabeza asintiendo en que quería jugar, al ver su respuesta le dije: - Vamos a jugar el que más cosas del anciano médico encuentre y la que encuentre al médico se lleva un premio ... te gusta? La niña retiraba lentamente la muñeca de su rostro y mostraba más seguridad, sonrió y dijo: - qué cosas debo buscar? y casi impacientandome: - cualquier cosa que te parezca que es de ese viejo.
La niña me miró y dudó un momento en irse a buscar los "juguetes", yo seguía allí plantada, esperando que desapareciera de mi vista, tal vez tendría la buena fortuna que parte cayerá por ahí y ella muriera, o bien se perdiera en algún lugar y se quedara sin aire, no me importaba mucho como fuese solo que no estuviera molestando al fin y al cabo si quería molestar a alguien que lo hiciera con su madre, fue quien la parió.
La niña comenzaba a dar saltitos como si en verdad se tratara de un juego, encontraba cualquier cosa y con alegría me la mostraba en la distancia, yo la impulsaba a que se adentrará más y más, que buscara debajo de las piedras. Por fin la perdí de vista tan solo murmuré: - Ohhhh dioses!!! ... llevénsela para no mandársela!!!
Caminé por encima de los escombros, pasando por desperdicios y trapos blancos ensangrentados, camillas o bien lo que parecía ser unas, rodenado circunferencialmente aquel crater que solo evidenciaba que algo grande había ocurrido allí, seguía perdida en mis pensamientos, tratando de descifrar qué había pasado allí y mirando en un milagro de los dioses el decrepito anciano se encontraría con vida. Rápidamente volviendo a la realidad no me di cuenta que estabamos acompañadas, a cierta distancia podía ver un joven de cabellos negros que caminaba por ahí, al parecer en busca de algo, comencé a acercarme a aquel tipo de pronto algo llamó mi atención el ambiente comenzaba a tornarse rojo, como si el aire hubiese adquirido ese color, súbitamente una marea de imágenes sin sentido golpeó a nueva cuenta mi cerebro, comencé a tambalearme caminando de un lado a otro, llevándome las manos a mi cabeza, soteniendola con fuerza, murmurando, surrando: - Dejenme!!! .... seguía caminado: - Dejenme!!! .... comencé a reducir los pasos: - Dejame en paz .... deteniendome por completo para gritar: - SOLOMOOOOOOOOOOON!!!!!!! Quedándome sin fuerzas, perdiendo el equilibrio y rodando hacia el interior del crater envuelta en un cúmulo de polvo carmesí.
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Re: Consultorio Medico
Ushuriel
Solomon?
El campo yacía tal como lo había dejado Hellgorack al despedirse deeste mundo, siendo un terreno muerto y silente pese al tiempo transcurrido. El sol no terminaba de superponerse a los vapores que venian aun brotando de lo más profundo de la tierra. En especial aquel rojo intenso que se había mantenido dando vueltas alrededor sin ser despejado nunca, ni por el viento del norte.
Pero que sorpresiva resultaba ser la aparición de seres vivientes, de seguro suicidas que sólo buscaban encontrar a la muerte en tal campo sepulcral en donde ni las alimañas osaban entrar. Eran apenas unos pobres diablos conformados por un joven, unamujer y una niña. La imagen de toda una familia feliz, sino fuera por el hecho de que tales individuos no guardaban ninguna relación más de la que pronto presenciarian.
La primera en "verlo" sería aquel pequeño retoño cuyo nombre apenas se recordaria ,es más ni interesaba a fin de cuentas conocer a la joven actriz. Resultaba ser una pobre ingenua, deseosa de alcanzar el amor de cualquiera que tuviera la mala fortuna de hallarle en el camino de la vida. Un dolor de cabeza para cualquier padre, tanto así, que ani su propia progenitora le interesa su idacon una perfecta extraña. Pobrecita.
Cómo podría saber que entre la basura que buscaba con sus manos desnudas encontraria el unico "residuo" de aquel senador perdido portoda una eternidad en su propio infierno.
Que es esto???
Se preguntó en voz muy bajita para que la mujer que acompañaba no la alejara de tan inusual juguete. Ya no se sentía a gusto junto a la llamada Ambrose, tenía muy mal caracter. Cogiendo un palito entre sus delicados y sonrosados dedos comienza con la faena producto de su aparente inofensiva curiosidad.
Lo que había hallado la mocosa era una roca, pero no cualquier roca. La niña lo sabía, pues había visto a su madre desde muy pequeña las piedras preciosas que "tomaba prestado" indefinidamente a los nobles del pueblo. Parecía un Rubí colosal ataviado por varias hileras de esmeraldas a forma de enredadera que penetraban el cuerpo de carmin esplendoroso.
Pronto, ante el sólo contacto con el palito de rama comenzó a moverse ritmicamente de izquierda a derecha. La niña sorprendida casi se cae de espaldas. Manteniendo la distancia por algún tiempo veia al corazón de piedra moverse sin control.
Sin lograr superar la tentación, elevó su mano extendiendo su indice para tocar siquiera al artilugio este.
SOLOMOOOOOOOOOOON!!!!!!!
La niña lograba oirlo asustandole aun más precipitando su puño contra el corazón hallado en la tierra. Un círculo de luz roja comienza a rodear a la mocosa rapidamente, la cual intenta uir en vano pues su mano parece presa de la roca. No la deja ir, como si fuera un iman con la carne.
Auxilio...auxilio...mami!!!!
Curioso ver que en lo último en que piensan los humanos poco antes de su muerte. El círculo perfecto se había formado por incontables simbolos de significado perdido en el tiempo. La niña apenas logro observar un halo dorado cubriendole poco antes de desintegrarse dejando sólo polvo de estrellas que se iban elevando a unos 2 metros de alto.
Las nubes rojas, las cuales habían contenido no solamente la sangre de Solomon,sino además la del par de Berserker comenzó a descender para sumarse al ritual. Pronto una sombra gris aparecía en medio de aquel anillo. El polvo de la tierra y las nubes del cielo terminaban de brindarle lo suficiente para su reaparición. ¿Era Alter Archer?
La luz magica desapareció dejando al cuerpo desnudo de aquel frio ser. Permanecia inmovil llevando sólo aquel visor de metal que fue cortado por Hellgorack. Abriendo sus labios lentamente dajaba escapar el polvo dejado por la niña, el cual parecía rodear su cuerpo gris, rejuveneciendole, otorgandole el color de los vivos una vez más.
Su cabellera volviaaser rubia ysu piel blanca como la nieve. Pero aquella nube roja que siempre le seguía se oscurecía tapandole el cuerpo, siendo la imagen muy similar a la armadura del demonio Hellgorack. Fue un pequeño instante en el cual Solomon no parecía como tal.
Avanzó despreocupadamente hacía aquella mujer que parecía estar torturada por las mismisimas furias. Pronto, un traje color perla le cubrió el cuerpo.
Ya estando a dos pasos de distancia se quito aquel visor mostrando unos temibles ojos rojo oscuro enarbolados por las mismas llamas de los portales del averno de Ushuriel.
Ves a Diva...Solomon.
Sus ojos misticos eran aquel mismo pareje cubierto por los condenados de Roma. Aun sedivisaba la imagen de Diva, Eurias y del propio Solomon en su eterno sufrimiento.
Si. Los veo.
Menciono, alejando de un susto a las furias de la mujer. Por fin el encuentro sedaba para ser finalizado por un...
Te pregunto Mujer. Eres tú quien me invoco...
Siendo verdad o no igual muere.
Una serie de flamas formadas por las nubes rojas arremetio contra la indefensa doncella. Sería su fin?
Solomon?
El campo yacía tal como lo había dejado Hellgorack al despedirse deeste mundo, siendo un terreno muerto y silente pese al tiempo transcurrido. El sol no terminaba de superponerse a los vapores que venian aun brotando de lo más profundo de la tierra. En especial aquel rojo intenso que se había mantenido dando vueltas alrededor sin ser despejado nunca, ni por el viento del norte.
Pero que sorpresiva resultaba ser la aparición de seres vivientes, de seguro suicidas que sólo buscaban encontrar a la muerte en tal campo sepulcral en donde ni las alimañas osaban entrar. Eran apenas unos pobres diablos conformados por un joven, unamujer y una niña. La imagen de toda una familia feliz, sino fuera por el hecho de que tales individuos no guardaban ninguna relación más de la que pronto presenciarian.
La primera en "verlo" sería aquel pequeño retoño cuyo nombre apenas se recordaria ,es más ni interesaba a fin de cuentas conocer a la joven actriz. Resultaba ser una pobre ingenua, deseosa de alcanzar el amor de cualquiera que tuviera la mala fortuna de hallarle en el camino de la vida. Un dolor de cabeza para cualquier padre, tanto así, que ani su propia progenitora le interesa su idacon una perfecta extraña. Pobrecita.
Cómo podría saber que entre la basura que buscaba con sus manos desnudas encontraria el unico "residuo" de aquel senador perdido portoda una eternidad en su propio infierno.
Que es esto???
Se preguntó en voz muy bajita para que la mujer que acompañaba no la alejara de tan inusual juguete. Ya no se sentía a gusto junto a la llamada Ambrose, tenía muy mal caracter. Cogiendo un palito entre sus delicados y sonrosados dedos comienza con la faena producto de su aparente inofensiva curiosidad.
Lo que había hallado la mocosa era una roca, pero no cualquier roca. La niña lo sabía, pues había visto a su madre desde muy pequeña las piedras preciosas que "tomaba prestado" indefinidamente a los nobles del pueblo. Parecía un Rubí colosal ataviado por varias hileras de esmeraldas a forma de enredadera que penetraban el cuerpo de carmin esplendoroso.
Pronto, ante el sólo contacto con el palito de rama comenzó a moverse ritmicamente de izquierda a derecha. La niña sorprendida casi se cae de espaldas. Manteniendo la distancia por algún tiempo veia al corazón de piedra moverse sin control.
Sin lograr superar la tentación, elevó su mano extendiendo su indice para tocar siquiera al artilugio este.
SOLOMOOOOOOOOOOON!!!!!!!
La niña lograba oirlo asustandole aun más precipitando su puño contra el corazón hallado en la tierra. Un círculo de luz roja comienza a rodear a la mocosa rapidamente, la cual intenta uir en vano pues su mano parece presa de la roca. No la deja ir, como si fuera un iman con la carne.
Auxilio...auxilio...mami!!!!
Curioso ver que en lo último en que piensan los humanos poco antes de su muerte. El círculo perfecto se había formado por incontables simbolos de significado perdido en el tiempo. La niña apenas logro observar un halo dorado cubriendole poco antes de desintegrarse dejando sólo polvo de estrellas que se iban elevando a unos 2 metros de alto.
Las nubes rojas, las cuales habían contenido no solamente la sangre de Solomon,sino además la del par de Berserker comenzó a descender para sumarse al ritual. Pronto una sombra gris aparecía en medio de aquel anillo. El polvo de la tierra y las nubes del cielo terminaban de brindarle lo suficiente para su reaparición. ¿Era Alter Archer?
La luz magica desapareció dejando al cuerpo desnudo de aquel frio ser. Permanecia inmovil llevando sólo aquel visor de metal que fue cortado por Hellgorack. Abriendo sus labios lentamente dajaba escapar el polvo dejado por la niña, el cual parecía rodear su cuerpo gris, rejuveneciendole, otorgandole el color de los vivos una vez más.
Su cabellera volviaaser rubia ysu piel blanca como la nieve. Pero aquella nube roja que siempre le seguía se oscurecía tapandole el cuerpo, siendo la imagen muy similar a la armadura del demonio Hellgorack. Fue un pequeño instante en el cual Solomon no parecía como tal.
Avanzó despreocupadamente hacía aquella mujer que parecía estar torturada por las mismisimas furias. Pronto, un traje color perla le cubrió el cuerpo.
Ya estando a dos pasos de distancia se quito aquel visor mostrando unos temibles ojos rojo oscuro enarbolados por las mismas llamas de los portales del averno de Ushuriel.
Ves a Diva...Solomon.
Sus ojos misticos eran aquel mismo pareje cubierto por los condenados de Roma. Aun sedivisaba la imagen de Diva, Eurias y del propio Solomon en su eterno sufrimiento.
Si. Los veo.
Menciono, alejando de un susto a las furias de la mujer. Por fin el encuentro sedaba para ser finalizado por un...
Te pregunto Mujer. Eres tú quien me invoco...
Siendo verdad o no igual muere.
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Solomon- Dios/a
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Re: Consultorio Medico
Night comenzó a explorar lo que se hallaba a su alrededor, lo que no era otra cosa que desolación y un cielo colmado por nubes rojizas. Mientras caminaba por aquel lugar vio a una mujer llegar junto a una niña. Al parecer ninguna de ellas se había percatado de la presencia del joven de cabello negro cuyo rostro era ensombrecido por el casco anaranjado y brillante. De ser un buen hombre les habría advertido que debían alejarse de ese lugar, pues algo terrible podría ocurrir en cualquier momento, pero ese no era el caso de Night, que menguaba constantemente entre la delgada línea que separaba lo bueno de lo malo. Aquella mujer tenía un halo bastante peculiar a su alrededor, aunque quizá era la imaginación del Ex Capricornio.
Escuchó la voz de la dama, gesticulando de una forma que sólo logró que el muchacho soltase una risilla burlona. Se cruzó de brazos y se hizo el desaparecido, como si nadie hubiera denotado su existencia, lo cual le parecía raro estando en un lugar así, tan carente de vida y en el que un hombre vestido por un ropaje sagrado sería visible para cualquiera. No se iba a poner a reclamar por eso, ya que lo que menos deseaba en ese momento era llamar la atención. Se sentía atraído por un elemento, energías que provenían de algo o alguien, no sabía muy bien de qué. Podría ser esa mujer, o esa niña, o algo que habitaba en el vapor que emergía de las profundidades.
Vio que la mocosa se apartaba de la anciana, la cual deambulaba cerca del cráter. Por su parte Night aprovechaba la niebla para perderse más y más, con sus orbes rojizos reluciendo desde las sombras, registrando cualquier cosa fuera de lo normal. Siguió a la pequeña con la mirada, la cual parecía haber encontrado algo interesante entre las cenizas. Un objeto brillante que temblaba y encerraba en una circunferencia de color rojo. Oyó los gritos de la infante, pero él no hizo caso alguno, sólo se mantuvo de brazos cruzados, templado y de perfil. Un hombre desprovisto de vestimenta apareció después de que la chiquilla se disolviera en un polvo brillante, lo cual sólo hizo que Night abriera los ojos de par en par.- ¿Será él al que estoy buscando?- El chico despejó el abrigó de nubes que lo rodeaban de un puñetazo y avanzó hacia el hombre y la dama, guardando su distancia. No quería cometer ninguna estupidez si en verdad se encontraba ante las deidades que lo habían llevado hasta ahí. –Poseidón..?
Escuchó la voz de la dama, gesticulando de una forma que sólo logró que el muchacho soltase una risilla burlona. Se cruzó de brazos y se hizo el desaparecido, como si nadie hubiera denotado su existencia, lo cual le parecía raro estando en un lugar así, tan carente de vida y en el que un hombre vestido por un ropaje sagrado sería visible para cualquiera. No se iba a poner a reclamar por eso, ya que lo que menos deseaba en ese momento era llamar la atención. Se sentía atraído por un elemento, energías que provenían de algo o alguien, no sabía muy bien de qué. Podría ser esa mujer, o esa niña, o algo que habitaba en el vapor que emergía de las profundidades.
Vio que la mocosa se apartaba de la anciana, la cual deambulaba cerca del cráter. Por su parte Night aprovechaba la niebla para perderse más y más, con sus orbes rojizos reluciendo desde las sombras, registrando cualquier cosa fuera de lo normal. Siguió a la pequeña con la mirada, la cual parecía haber encontrado algo interesante entre las cenizas. Un objeto brillante que temblaba y encerraba en una circunferencia de color rojo. Oyó los gritos de la infante, pero él no hizo caso alguno, sólo se mantuvo de brazos cruzados, templado y de perfil. Un hombre desprovisto de vestimenta apareció después de que la chiquilla se disolviera en un polvo brillante, lo cual sólo hizo que Night abriera los ojos de par en par.- ¿Será él al que estoy buscando?- El chico despejó el abrigó de nubes que lo rodeaban de un puñetazo y avanzó hacia el hombre y la dama, guardando su distancia. No quería cometer ninguna estupidez si en verdad se encontraba ante las deidades que lo habían llevado hasta ahí. –Poseidón..?
Night- General Marino
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Re: Consultorio Medico
Permanecí tendida y recta sobre aquel suelo árido y aún un tanto caliente bajo mi espalda, intentaba por todos los medios abrir mis ojos pero éstos no mostraban intención alguna de querer hacerlo. Comencé a sentir un hormigueo, un cosquilleo en la punta de mis dedos tanto de mis manos como de mis pies, que poco a poco se propagaba por el resto de mi cuerpo. Escuchaba voces, con los párpados pegados movía mis ojos de un lado a otro intentando identificar las voces que se encontraban a mi alrededor.
Mis ojos no paraban de moverse, intentando por todos los medios abrirse y ver qué demonios sucedía y lo que realmente me estaba pasando dado que el hormigueo comenzaba a hacerse intenso y ya dolía, de pronto mi dedo índice izquierdo comenzó a moverse de arriba abajo, una y otra vez, sin parar, de arriba abajo, de arriba abajo, un movimiento armónico, pausado y sutil; rápidamente mi otro dedo índice lo acompañaba, aquella acción duró varios minutos, parecía que mis dedos acompañaban rítmicamente las voces en el exterior, de pronto se hizo el silencio y sentí que mi cuerpo caía y caía y no parecía haber indicios de dejar de hacerlo.
Mi cuerpo de cierta manera inanimado se levantó de golpe, podía sentir el calor a mi alrededor, abrí mis ojos y pude ver que estaba envuelta en llamas carmesí y sonreí.
Miré a ambos lados, de reojo noté que cerca se encontraba un joven que portaba la armadura dorada de la escama marina del Dragón Marino, cambié de objetivo, por ahora él no interesaba, caminé unos cuantos pasos y ahí estaba él, parecía haber cambiado pero en esencia él seguía siendo el mismo. A cada paso yo generaba un aplauso, hasta hacerlos más continuos y más intensos mientras lo hacía esbocé: - Poseidón ... Poseidón ... Poseidón .... Linda manera de hacer tú las cosas ...
Di el último paso y estana justo frente a él, apoyé mi cuerpo contra el suyo, llevé mi mano derecha a su pecho y comencé a acariciarlo, pasándole mi uña negra de mi dedo índice por su sien derecha descendiendo por su mejilla para finalizar en el costado de su cuello. Regresé mi mano a su pecho, acercando mi boca a su oído derecho, susurrándole en un tono de voz suave y estimulante: - Espero que no me hayas olvidado .... esposo mio ...
El permanecía inmutable, no parecía importarle lo que yo le hiciese; llevé mi mano a su mentón haciendolo girar hacía mi, nuestros ojos se encontraron y nos miramos fijamente mientras lo hacíamos yo me lamía, saboreaba y humectaba mis labios con mi lengua, sujeté con firmeza su barbilla, sonreí picaramente y acerqué mi rostro al suyo, apoyando mis labios sobre los suyos y besándolo superficialmente. Moví nuevamente su cabeza, ahora en dirección contraria dejando libre su cuello; las llamas crecieron y nos envolvieron por completo sin hacer ni producir ningún efecto sobre nuestros cuerpo. Abrí mi boca y pasé mi lengua por el costado de su cuello que se encontraba despejado para finalmente morderlo sutilmente.
Solté su barbilla y me desplacé para quedar nuevamente frente a frente a él, llevé mis manos a su rostro y lo besé apasionadamente, separándome pero no antes sin morderle su labio inferior haciendo que le sangrará un poco, lamiendo mis labios y saboreando su sangre le dije: - Siempre he tenido debilidad por tu sangre ... Poseidón. Llevé mi dedo índice a mis labios y retomé nuevamente con voz traviesa: - Ahora puedo estar segura que ya sabes quién soy ... hice una pausa para caminar, rodeándolo y poniéndome detrás de él apoyando mi cuerpo sobre su espalda, retomando mi discurso susurrándole: - ... Soy la mujer que durante siglos te ha despertado ... la mujer que por tantas vidas te ha perseguido ... la mujer que ha soñado con poseerte Emperador de los Mares y Oceanos .... Oh mi gran dios Poseidón!!!
Abrí mi boca cuando terminé de hablarle, mostrando mis dientes, la picardía en mis ojos degustando mentalmente el placer que sentiría al morderlo ferozmente en el cuello, cuando me disponía a hacerlo un zumbido me detuvo, pasó tan cerca a mí que rosó mi mejilla dejandome una pequeña herida en ella, la tierra sucumbió, haciendo temblar todo a su alrededor, rápidamente miré de que se trataba y una fuerte luz, intensa y brillante evitaba poder identificar. Me reincorporé y soplé en dirección al resplandor, sonreí al ver de lo que se trataba en el momento en que la luz se dispersó, me alejé de Poseidón, caminando hacía el objeto dije: - Vaya ... vaya ... miren lo que tenemos aquí ...
Extendí mi mano para tomar lo que por derecho me pertenecía y me identificaba como Soberana de los Mares y Oceanos. Miré a Poseidón con cierta complicidad en nuestras miradas, agarré mi tridente, en el momento en que me disponía a sonreír mi rostro cambió abruptamente reflejando una angustia y un desconcierto sin igual, dado que por primera vez al tomar mi cetro éste me rechazaba, quemándome la mano y las llamas rojas lo envolvían y comenzaban a disputarse con la luz azulada producida por el arma. Grité al ver que el símbolo de los soberanos marinos no me reconocía, sentí dolor al sentir su rechazo, toqué el suelo con una de mis rodillas, miré mi tridente y de pronto las llamas rojas que cubrían mi brazo comenzaron a desplazarse y a consumir las llamas azules producidas por éste, el fuego rojo deformaba por completo la forma natural de mi tridente, haciendo que las puntas cambiaban de forma inclinándose hacia un costado adquiriendo la forma de una garra. Miraba a Poseidón desconcertada por lo que estaba pasando, sólo en medio del dolor y la agonía dije: - Recuerda ... Isla Cristina ...
Llevando de golpe mi mano izquierda a su pecho, transmitiéndole todos los recuerdos de lo ocurrido en épocas pasadas en aquel lugar.
Antes de caer inconsciente vi mi tridente con nueva forma y desapareciendo de mi mano, todo se hizo eternamente lento mientras caía de espaldas y las llamas se extinguían, extendí mi mano y ví en el pecho de Poseidón la marca de Nereo, vi mis uñas y ya no eran negras y en ese instante mi mente rebobinó una escena recién vivida, yo la mujer de cabellos blancos y uñas negras sosteniendo por el cuello a mi versión de cabellos negros, aquella mujer me sonreía, en un abrí y cerrar los ojos, era yo quien era sostenida por el cuello y Ambrose me susurraba: - Es hora de irte a dormir .... mi querida Anfitrite. Momento en que sentí que mi cuerpo golpeaba el suelo y perdía la consciencia por completo.
Mis ojos no paraban de moverse, intentando por todos los medios abrirse y ver qué demonios sucedía y lo que realmente me estaba pasando dado que el hormigueo comenzaba a hacerse intenso y ya dolía, de pronto mi dedo índice izquierdo comenzó a moverse de arriba abajo, una y otra vez, sin parar, de arriba abajo, de arriba abajo, un movimiento armónico, pausado y sutil; rápidamente mi otro dedo índice lo acompañaba, aquella acción duró varios minutos, parecía que mis dedos acompañaban rítmicamente las voces en el exterior, de pronto se hizo el silencio y sentí que mi cuerpo caía y caía y no parecía haber indicios de dejar de hacerlo.
- Inconsciencia:
- Seguía cayendo los segundo se hicieron minutos, los minutos horas y tal vez las horas ya eran días, de pronto y sorpresivamente me detuve por momentos me sentía flotar, no pensaba en nada, no decía nada, trataba de escuchar algo pero el silencio era intenso, suspiré y lo único que se escuchó fue mi propio sonido de la respiración, permanecí así un instante y me dije: - Ambrose, tu puedes abrir tus malditos ojos!!! ... ABRELOOOOOOOOOOS!!!!! y sin hacer mucho los abrí y no se veía absolutamente nada, estaba rodeada de una completa y absoluta oscuridad, levanté mi brazo derecho y lo puse frente a mis ojos y no pude verlo, la oscuridad me envolvía o tal vez la oscuridad ya me había consumido por completo.
Permanecí así un buen rato tan prolongado que parecía una eternidad. Cerré los ojos y respiré profundo dejando que el tiempo pasara finalmente decidí abrir los ojos nuevamente y ahí estaba girando sin parar y con cada giro se producía un singular destello, a medida que pasaba el tiempo los giros comenzaban a menguar, a hacerles menos y más lentos, hubo menos revoluciones hasta que finalmente se detuvo, un imponente espejo negro justo frente a mi, no reflejaba nada o tal vez no había nada que reflejar.
No dejé de mirarlo sin hacer movimiento alguno, tal vez esperando que dicho espejo mostrara algo o bien hiciera algo. De un momento a otro el dolor se hacía presente, el calor me agobiaba, levanté mis manos y estaban totalmente cubiertas por una llama roja, eché una rápida mirada a mi cuerpo y éste estaba igualmente que mis manos.
Un dolor que venía desde lo más hondo, desde lo más profundo llevándome al ahogo mismo quedándome sin aire. Levanté mi vista y por fin se producía un reflejo en aquel espejo, una mujer de cabellos negros, de piel blanca con un vestido azul marino, envuelto en llamas rojas, un rojo intenso tan intenso como el mismo color de la sangre y tan vivaz como ella misma. Abrí mis ojos de par en par al ver la escena que se mostraba en el cristal negro del espejo, la carne consumida por el fuego rojo y en respuesta instantánea la carne regenerándose no dejándose devorar por las flamas.
Por momentos podía verse los huesos desnudos, libres de la carne que los envolvía, era repulsivo ver aquellas acciones, las carne contraerse como un plástico hasta finalmente desaparecer, las venas, los músculos todo aquello que componía aquella piel volviendo a restablecerse, como si creciese envolviendo sin problema los huesos de mi cuerpo.
Estiré mi brazo izquierdo posándolo sobre el espejo, se sentía como tocar la superficie del agua, al tocarlo el espejo se multiplicó a ambos lados, replicándose tanto al lado derecho como en el izquierdo, quedando rodeada por un centenar de espejos. Como si se encendiera todos los espejos me reflejaban mostrando la misma escena, un eterno ir y venir del fuego consumiendo la carne y un eterno ir y venir de la carne regenerándose por completo. Giré en mi propio eje observando cada imagen en todos los espejos que me rodeaban mientras lo hacía levanté ambos brazos y comencé a reírme, a carcajearme por todo aquello que mis ojos no dejaban de ver:
- HAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHHAHA Ni el mismo Hades me quiere en sus dominios ..... ni en el mismo infierno soy bienvenida .... HAHAHAHAHAHAHAHHAHA
Continué girando, con los brazos en alto, con la mirada arriba, parecía danzar, bailar, disfrutando de mi propia desgracia, de pronto me detuve abruptamente un dolor que venía de atrás, atravesando mi espina dorsal, haciéndome arquear producto del dolor, por primera vez sudé frío, grité tanto que me quedé sin aliento, un grito que parecía ser el último que emitiría en mi vida. Mi vista se tornó borrosa, me tambaleé de un lado a otro, llevé mis manos a mi abdomen, levanté mis manos poniéndolas frente a mis ojos y éstas estaban completamente bañadas en sangre, rápidamente levanté la vista hacia uno de los espejos y tal fue la sorpresa que los espejos mostraban la vieja cocina de la Casa Casale, intacta sin huella alguna de que el fuego la hubiese hecho ceniza, no podía ocultar mi sorpresa al ver que solo quedaba un espejo los demás habían desaparecido, me encontraba en aquella cocina, con todos mis empleados allí pero .... muertos, el espejo seguía mostrándome cosas, ahora una mujer detrás de mi, de cabellos negros, de piel blanca y un vestido azul marino, una versión de mi abrazándome por la espalda y susurrándome: - Qué se siente regresar y ...... morir en casa querida Ambrose ...... HAHAHAHAHAHAHHAHAHAHAHA. La carcajada me dejó sorda pero mis ojos no se despegaban del espejo que comenzaba a desaparecer para dejarnos en la cocina de la hacienda de la familia Casale. Volví a sentir el mismo dolor punzante, algo me atravesaba haciéndome arquear a nueva cuenta, caía al suelo de rodillas, tosiendo y escupiendo sangre por todo lo que estaba sintiendo mi cuerpo, de pronto se sintió el sonido del metal golpeando el suelo rápidamente miré en dirección donde se producía tal ruido. Un cuchillo caía salpicando algunas gotas de sangre que sentí que impactaban directamente en mi rostro. Me giré sentandome como pude para quedar frente a frente a mi perpetradora y ahí estaba ella, sonriente y soberbia, caminando lento y elegantemente mientras yo me desplazaba hacía atrás sintiendo por primera vez miedo, aquella mujer me producía el mayor pavor que nunca antes había sentido. Mis ojos no se despegaban de ella, no entendía porque de sus uñas goteaba sangre si había usado un cuchillo para apuñalarme, miré hacía el cuchillo y no estaba, no entendía que sucedía, regresé mi vista a la mujer, a mi! .... su sonrisa se hacía más maligna, más demoniaca, yo seguía desplazándome hacía atrás hasta que sentí la piel fría se las chiquillas que estaban allí muertas. No había más a donde ir, de pronto la mujer, mi otra yo me toma por el cuello y me levanta, comencé a quedarme sin aire, moviendo mis pies por la falta del mismo, mi sangre comenzaba a "ensuciar" las ropas, el mismo vestido azul marino que llevaba yo en ese momento, la visión se hizo borrosa y en ese momento ella volvía a dirigirse a mi: - Dime Ambrose ..... Qué se siente vivir una vida que de entrada ya no te pertenecía ... Qué se siente ser un juguete de nosotros los dioses?
En ese momento el color de su cabello cambiaba a blanco y el color de sus uñas se hicieron negras, sin esperar una respuesta de mi parte ella esbozó: - Sssssssshhhhhhhhhhhh ... Llevando su dedo índice a sus labios, retomando nuevamente: - .... No tienes que decir nada .... al fin y al cabo, los muertos no .... hablan!!!! HAHAHAHHAHHAHAHAAHAHAHAHAHA
El aire escaseaba, ya todo se hacía borroso, comenzaba a perder las fuerzas hasta que finalmente sentí que algo me volvía a atravesar ahora desde mi vientre hacía mi espalda.
Mi cuerpo de cierta manera inanimado se levantó de golpe, podía sentir el calor a mi alrededor, abrí mis ojos y pude ver que estaba envuelta en llamas carmesí y sonreí.
Miré a ambos lados, de reojo noté que cerca se encontraba un joven que portaba la armadura dorada de la escama marina del Dragón Marino, cambié de objetivo, por ahora él no interesaba, caminé unos cuantos pasos y ahí estaba él, parecía haber cambiado pero en esencia él seguía siendo el mismo. A cada paso yo generaba un aplauso, hasta hacerlos más continuos y más intensos mientras lo hacía esbocé: - Poseidón ... Poseidón ... Poseidón .... Linda manera de hacer tú las cosas ...
Di el último paso y estana justo frente a él, apoyé mi cuerpo contra el suyo, llevé mi mano derecha a su pecho y comencé a acariciarlo, pasándole mi uña negra de mi dedo índice por su sien derecha descendiendo por su mejilla para finalizar en el costado de su cuello. Regresé mi mano a su pecho, acercando mi boca a su oído derecho, susurrándole en un tono de voz suave y estimulante: - Espero que no me hayas olvidado .... esposo mio ...
El permanecía inmutable, no parecía importarle lo que yo le hiciese; llevé mi mano a su mentón haciendolo girar hacía mi, nuestros ojos se encontraron y nos miramos fijamente mientras lo hacíamos yo me lamía, saboreaba y humectaba mis labios con mi lengua, sujeté con firmeza su barbilla, sonreí picaramente y acerqué mi rostro al suyo, apoyando mis labios sobre los suyos y besándolo superficialmente. Moví nuevamente su cabeza, ahora en dirección contraria dejando libre su cuello; las llamas crecieron y nos envolvieron por completo sin hacer ni producir ningún efecto sobre nuestros cuerpo. Abrí mi boca y pasé mi lengua por el costado de su cuello que se encontraba despejado para finalmente morderlo sutilmente.
Solté su barbilla y me desplacé para quedar nuevamente frente a frente a él, llevé mis manos a su rostro y lo besé apasionadamente, separándome pero no antes sin morderle su labio inferior haciendo que le sangrará un poco, lamiendo mis labios y saboreando su sangre le dije: - Siempre he tenido debilidad por tu sangre ... Poseidón. Llevé mi dedo índice a mis labios y retomé nuevamente con voz traviesa: - Ahora puedo estar segura que ya sabes quién soy ... hice una pausa para caminar, rodeándolo y poniéndome detrás de él apoyando mi cuerpo sobre su espalda, retomando mi discurso susurrándole: - ... Soy la mujer que durante siglos te ha despertado ... la mujer que por tantas vidas te ha perseguido ... la mujer que ha soñado con poseerte Emperador de los Mares y Oceanos .... Oh mi gran dios Poseidón!!!
Abrí mi boca cuando terminé de hablarle, mostrando mis dientes, la picardía en mis ojos degustando mentalmente el placer que sentiría al morderlo ferozmente en el cuello, cuando me disponía a hacerlo un zumbido me detuvo, pasó tan cerca a mí que rosó mi mejilla dejandome una pequeña herida en ella, la tierra sucumbió, haciendo temblar todo a su alrededor, rápidamente miré de que se trataba y una fuerte luz, intensa y brillante evitaba poder identificar. Me reincorporé y soplé en dirección al resplandor, sonreí al ver de lo que se trataba en el momento en que la luz se dispersó, me alejé de Poseidón, caminando hacía el objeto dije: - Vaya ... vaya ... miren lo que tenemos aquí ...
Extendí mi mano para tomar lo que por derecho me pertenecía y me identificaba como Soberana de los Mares y Oceanos. Miré a Poseidón con cierta complicidad en nuestras miradas, agarré mi tridente, en el momento en que me disponía a sonreír mi rostro cambió abruptamente reflejando una angustia y un desconcierto sin igual, dado que por primera vez al tomar mi cetro éste me rechazaba, quemándome la mano y las llamas rojas lo envolvían y comenzaban a disputarse con la luz azulada producida por el arma. Grité al ver que el símbolo de los soberanos marinos no me reconocía, sentí dolor al sentir su rechazo, toqué el suelo con una de mis rodillas, miré mi tridente y de pronto las llamas rojas que cubrían mi brazo comenzaron a desplazarse y a consumir las llamas azules producidas por éste, el fuego rojo deformaba por completo la forma natural de mi tridente, haciendo que las puntas cambiaban de forma inclinándose hacia un costado adquiriendo la forma de una garra. Miraba a Poseidón desconcertada por lo que estaba pasando, sólo en medio del dolor y la agonía dije: - Recuerda ... Isla Cristina ...
Llevando de golpe mi mano izquierda a su pecho, transmitiéndole todos los recuerdos de lo ocurrido en épocas pasadas en aquel lugar.
Antes de caer inconsciente vi mi tridente con nueva forma y desapareciendo de mi mano, todo se hizo eternamente lento mientras caía de espaldas y las llamas se extinguían, extendí mi mano y ví en el pecho de Poseidón la marca de Nereo, vi mis uñas y ya no eran negras y en ese instante mi mente rebobinó una escena recién vivida, yo la mujer de cabellos blancos y uñas negras sosteniendo por el cuello a mi versión de cabellos negros, aquella mujer me sonreía, en un abrí y cerrar los ojos, era yo quien era sostenida por el cuello y Ambrose me susurraba: - Es hora de irte a dormir .... mi querida Anfitrite. Momento en que sentí que mi cuerpo golpeaba el suelo y perdía la consciencia por completo.
OFFROL: Manipulación Aceptada por Poseidón ^^
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Re: Consultorio Medico
El General Marino colocó sus manos detrás de la espalda y comenzó a caminar en otra dirección al notar el curioso comportamiento de la mujer de cabellos negros. Lo único que pudo pensar el muchacho son esa escena fue que esa mujer era algún tipo de retrasada mental o en su defecto alguien que era afectado por la vejez. Aunque su aspecto era el de una mujer joven algo en sus facciones lo hacía ver que era más vieja de lo que en realidad proyectaba. O quizá era por su voz, un tanto… demencial. De cualquier manera, él no estaba ahí para socializar, sólo para permanecer vigilante y acudir en caso de que su nuevo dios lo necesitase. Sentía que alguien lo había llamado para que fuera y por ello no reparó en nada al solicitarle al peliazul que le diera un empujón para llegar a Roma.
Vio el tridente al que la mujer trataba de poseer, y se extrañó cuando éste emitió lenguas de fuego en dirección a la de cabello oscuro. –Mejor me alejo de aquí. Soy muy joven para terminar carbonizado.- Dijo elevando su ceja izquierda y haciendo distancia. No estaba cerca de la pareja, sólo lo suficiente para escuchar lo que se comunicaban entre sí, pero algo le decía que no podía darse el gusto de tomarse tanta confianza; alguno de ellos podía arremeter contra él. En cierta forma tenía un mal presentimiento, como una espina pinchándolo en la punta del dedo.
-Si hay algo que odio es esperar, pero tal parece que no queda de otra.- Musitó al momento de sentarse en una roca lisa que brotaba de la tierra y adaptaba una pose pensativa, analizando a los dos entes mientras se reconocían mutuamente. No era tonto: no podía competir con un dios, al menos no por ahora. Además de eso, los dos parecían estar más concentrados en verse las caras que en tomarse un minuto para intercambiar palabra alguna con él. Detestaba hacer mal tercio.
Vio el tridente al que la mujer trataba de poseer, y se extrañó cuando éste emitió lenguas de fuego en dirección a la de cabello oscuro. –Mejor me alejo de aquí. Soy muy joven para terminar carbonizado.- Dijo elevando su ceja izquierda y haciendo distancia. No estaba cerca de la pareja, sólo lo suficiente para escuchar lo que se comunicaban entre sí, pero algo le decía que no podía darse el gusto de tomarse tanta confianza; alguno de ellos podía arremeter contra él. En cierta forma tenía un mal presentimiento, como una espina pinchándolo en la punta del dedo.
-Si hay algo que odio es esperar, pero tal parece que no queda de otra.- Musitó al momento de sentarse en una roca lisa que brotaba de la tierra y adaptaba una pose pensativa, analizando a los dos entes mientras se reconocían mutuamente. No era tonto: no podía competir con un dios, al menos no por ahora. Además de eso, los dos parecían estar más concentrados en verse las caras que en tomarse un minuto para intercambiar palabra alguna con él. Detestaba hacer mal tercio.
Night- General Marino
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Re: Consultorio Medico
Hablo
Pienso
Anfitrite
Berserker
Night
--------------------------
Aquella árida tierra desprovista de vida parecía ser testigo de un nuevo acto de muerte. Su alguna vez tierra fértil, húmeda y oscura se veía manchada y estéril por la sangre endemoniada de los berserker. Ahora ya ésta no pertenecía a Rea, por supuesto que no, pues yacía maldita desde el inicio al saborear las primeras gotas carmesí del antiguo senador romano, Solomon. Ya que su sola sangre nefasta significaba algo más allá de la comprensión de los hombres y de algunos jóvenes dioses.
Pero ya qué más daba. Debió ver acabada su existencia con el acto suicida del invencible. Pero no, claro que no, lo único que se habría de perder en aquella contienda era su esperanza de poder sobrellevar una vida pacífica.
Ahora no era el mismo hombre, ni siquiera era un Dios, era más un algo que alguien. Una arma desprovista de dueño capaz de destruir con lo que le rodeara. Así lo supo más temprano que tarde aquella doncella que le había devuelto al mundo mortal pensando ilusamente en poder controlarlo. Pobre tonta. Sacrificó al fruto de su vientre, aquella niña en vano.
Solomon, o lo que quedara de él no tenía misericordia ni por alguien tan indefenso. Aun yacía confundido, su mente había recibido tantos cambios que tardaría un tanto en reordenar sus ideas claramente, más algo era seguro, jamás volvería a ser quien una vez fue. Su corazón era lo único que lo vinculaba con aquello que una vez fue, más éste no sería suficiente argumento como para salvar a Ambrose de su destino.
Las flamas arrasaban la tierra sacando de entre su delgada funda algunos gemidos de las almas en pena pululantes de la zona. Sus ojos tan filosos como navajas de oxidiana no dejaban aquel desesperante espectáculo. La mujer parecía no presentar mucha resistencia al fuego oscuro salido del propio inferno que Solomon llevaba dentro. Pronto su cuerpo cayó para nunca más levantarse.
Idiota.
Dijo mecánicamente mientras daba la vuelta. No prestaría mayor importancia a un montón de carne humeante. Se los dejaría a los buitres, los cuales sobrevolaban desde hacía mucho tiempo esperando poder bajar para saciar su hambre de carne quemada.
…Poseidon…
De inmediato su pie derecho se detuvo regresando al suelo. El ropaje que llevaba se fue desplegando hacía el norte en tanto giraba su rostro para ver claramente al jovenzuelo que yacía no muy lejos, llevaba una armadura consigo, muy familiar a…en efecto. Aquellas escamas brillantes como el oro. No cabía dudas para sí, aquel debía ser…
Quien lo diría.
Musito apenas para terminar por erguir su cuerpo. Su rostro inflexible ocultaba con facilidad la “felicidad” de poder hallar a otro guerrero divino con el cual “jugar”. Estando listo para terminar con un nuevo hilo de vida levantó su índice para finiquitarle de inmediato sin darse cuenta del milagroso resucitar de la hasta esa hora fallecida Ambrose. La cual se le acercaba sin emitir ningún ruido, tal como los muertos harían, tal como el propio Solomon haría. Solamente sus aplausos darían anuncio de su presencia al antiguo senador quien pausadamente bajaba su mano en pos de la muerte de dragón marino para apreciar de mejor forma a aquella extraña mujer.
- Poseidón ... Poseidón ... Poseidón .... Linda manera de hacer tú las cosas ...
Debía ser una demente. Estaba frente suyo sin siquiera sentir el mínimo de temor. Ni Ushuriel, ni Hellgorack habían cometido tamaña imprudencia. Y aun así, Solomon permaneció totalmente quieto, permitiendo a la dama inclusive tocarle, parecía apasionada, quizás hasta feliz de ver como había logrado domar al supuesto dios del mar. Estúpida mujer al jugar entre las fauces del león, su vida corría tiempo de más. Más algo parecía detener al impetuoso “dios”, no sabía que era, tal vez curiosidad o sólo un malsano disfrute de ver a alguien tan placido a segundos de ver su corazón en manos suyas.
Las puertas del infierno…llévala también. Llévala contigo.
Reclamaban Ushuriel y Hellgorack a los oídos del hombre como sus respectivas conciencias, dos entes que extrañamente habían sido integrados a la maldición de quien fue conocido como Solomon. Sus voces sutiles rápidamente fueron acalladas por la de aquella bruja que le comenzó a susurrar al oído.
La frialdad con que le miraba él y el apasionamiento de ella los hacían tan distantes, aun cuando compartiesen un pasado en común. Eso ya era historia. Cada palabra de aquella doncella traía a la memoria del “dios” vívidamente los recuerdos guardados en la bóveda de su alma inmortal. Pero sería todo intento vano, sin importar quién o qué fue para ella hacía más de 200 años jamás volvería a serlo.
Ni siquiera el tridente de Anfitrite le haría cambiar de opinión. Solomon ya no era tal, había dejado de existir a causa de la propia maldición impuesta por la ahora diosa de los mares. Pero resultaba curioso que aquel vestigio de corazón suyo tuviese el suficiente poder como para lograr contener las intensas ganas de matarla.
De pronto, caía al suelo apenas sostenida por el brazo derecho de quien había querido matarla en primera instancia. Había sido un acto reflejo, sin embargo, no representaba el resurgimiento de un añejo amor. Para nada.
De entre todos los mundos, jamás creería llegar a conocer a alguien que sufriera lo mismo.
Pensó en un acto de furtiva claridad mental, lo suficiente como para levantar su brazo libre al cielo, listo para degollar a quien creía sufrir por la marca de la maldición. Sería un acto misericordioso, tal vez el último visto por parte de él.
Muere!
La trayectoria de su mano se detenía en seco. No era por otra razón más que el de la pérdida de aquella fugaz claridad de pensamiento. El cosmos oscuro cubría todo su cuerpo de inmediato, siendo aun más fuerte que el visto anteriormente. Sus ojos brillaron al mismo tiempo que tomaba con la punta de sus dedos las suaves mejillas de la mujer que yacía inconsciente.
Piedad…No! No existe razón alguna para aquello. Si naciste en esta era sólo fue para presentarte ante mí como un obsequio del destino. Pues, si esta mujer lleva consigo el alma de un dios, es la tan ansiada oportunidad de los humanos para prepararse para la más grande rebelión de su historia, por tanto, sería un verdadero desperdicio deshacerme del envoltorio sin antes analizarlo detenidamente.
Sonriendo vilmente elevó su brazos para así poder apreciar mejor el rostro de su ahora conejillo de indias. Ante la mirada externa su pose señorial ocultaba tras aquel porte noble un ser corroído por completo.
La vida aun no acaba para ti. Lástima que únicamente vivas para sufrir.
Tomándole de ambos brazos avanzó sin titubeos, ni miramiento alguno. El sol apenas lograba traspasar la aparente delicada te la crema que le cubría. Pronto llegó frente al guerrero que sin dudas debía pertenecer al ejército de Poseidón.
Llévala a un lugar seguro y apartado. Obedece la orden de tu señor.
Soltándola al aire no se preocupó siquiera en que la tomase el caballero. Unos cuantos raspones no significaban nada para los planes que ya estaban cocinando en su cerebro. Entre los cuales estaba seguir fingiendo ser aquel dios, lo suficiente para lograr su nuevo y retorcido propósito.
Lárgate.
Sin más, dio la vuelta para caminar con rumbo al mercado, justo por donde había venido Ambrose con la niña.
Pienso
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Aquella árida tierra desprovista de vida parecía ser testigo de un nuevo acto de muerte. Su alguna vez tierra fértil, húmeda y oscura se veía manchada y estéril por la sangre endemoniada de los berserker. Ahora ya ésta no pertenecía a Rea, por supuesto que no, pues yacía maldita desde el inicio al saborear las primeras gotas carmesí del antiguo senador romano, Solomon. Ya que su sola sangre nefasta significaba algo más allá de la comprensión de los hombres y de algunos jóvenes dioses.
Pero ya qué más daba. Debió ver acabada su existencia con el acto suicida del invencible. Pero no, claro que no, lo único que se habría de perder en aquella contienda era su esperanza de poder sobrellevar una vida pacífica.
Ahora no era el mismo hombre, ni siquiera era un Dios, era más un algo que alguien. Una arma desprovista de dueño capaz de destruir con lo que le rodeara. Así lo supo más temprano que tarde aquella doncella que le había devuelto al mundo mortal pensando ilusamente en poder controlarlo. Pobre tonta. Sacrificó al fruto de su vientre, aquella niña en vano.
Solomon, o lo que quedara de él no tenía misericordia ni por alguien tan indefenso. Aun yacía confundido, su mente había recibido tantos cambios que tardaría un tanto en reordenar sus ideas claramente, más algo era seguro, jamás volvería a ser quien una vez fue. Su corazón era lo único que lo vinculaba con aquello que una vez fue, más éste no sería suficiente argumento como para salvar a Ambrose de su destino.
Las flamas arrasaban la tierra sacando de entre su delgada funda algunos gemidos de las almas en pena pululantes de la zona. Sus ojos tan filosos como navajas de oxidiana no dejaban aquel desesperante espectáculo. La mujer parecía no presentar mucha resistencia al fuego oscuro salido del propio inferno que Solomon llevaba dentro. Pronto su cuerpo cayó para nunca más levantarse.
Idiota.
Dijo mecánicamente mientras daba la vuelta. No prestaría mayor importancia a un montón de carne humeante. Se los dejaría a los buitres, los cuales sobrevolaban desde hacía mucho tiempo esperando poder bajar para saciar su hambre de carne quemada.
…Poseidon…
De inmediato su pie derecho se detuvo regresando al suelo. El ropaje que llevaba se fue desplegando hacía el norte en tanto giraba su rostro para ver claramente al jovenzuelo que yacía no muy lejos, llevaba una armadura consigo, muy familiar a…en efecto. Aquellas escamas brillantes como el oro. No cabía dudas para sí, aquel debía ser…
Quien lo diría.
Musito apenas para terminar por erguir su cuerpo. Su rostro inflexible ocultaba con facilidad la “felicidad” de poder hallar a otro guerrero divino con el cual “jugar”. Estando listo para terminar con un nuevo hilo de vida levantó su índice para finiquitarle de inmediato sin darse cuenta del milagroso resucitar de la hasta esa hora fallecida Ambrose. La cual se le acercaba sin emitir ningún ruido, tal como los muertos harían, tal como el propio Solomon haría. Solamente sus aplausos darían anuncio de su presencia al antiguo senador quien pausadamente bajaba su mano en pos de la muerte de dragón marino para apreciar de mejor forma a aquella extraña mujer.
- Poseidón ... Poseidón ... Poseidón .... Linda manera de hacer tú las cosas ...
Debía ser una demente. Estaba frente suyo sin siquiera sentir el mínimo de temor. Ni Ushuriel, ni Hellgorack habían cometido tamaña imprudencia. Y aun así, Solomon permaneció totalmente quieto, permitiendo a la dama inclusive tocarle, parecía apasionada, quizás hasta feliz de ver como había logrado domar al supuesto dios del mar. Estúpida mujer al jugar entre las fauces del león, su vida corría tiempo de más. Más algo parecía detener al impetuoso “dios”, no sabía que era, tal vez curiosidad o sólo un malsano disfrute de ver a alguien tan placido a segundos de ver su corazón en manos suyas.
Las puertas del infierno…llévala también. Llévala contigo.
Reclamaban Ushuriel y Hellgorack a los oídos del hombre como sus respectivas conciencias, dos entes que extrañamente habían sido integrados a la maldición de quien fue conocido como Solomon. Sus voces sutiles rápidamente fueron acalladas por la de aquella bruja que le comenzó a susurrar al oído.
La frialdad con que le miraba él y el apasionamiento de ella los hacían tan distantes, aun cuando compartiesen un pasado en común. Eso ya era historia. Cada palabra de aquella doncella traía a la memoria del “dios” vívidamente los recuerdos guardados en la bóveda de su alma inmortal. Pero sería todo intento vano, sin importar quién o qué fue para ella hacía más de 200 años jamás volvería a serlo.
Ni siquiera el tridente de Anfitrite le haría cambiar de opinión. Solomon ya no era tal, había dejado de existir a causa de la propia maldición impuesta por la ahora diosa de los mares. Pero resultaba curioso que aquel vestigio de corazón suyo tuviese el suficiente poder como para lograr contener las intensas ganas de matarla.
De pronto, caía al suelo apenas sostenida por el brazo derecho de quien había querido matarla en primera instancia. Había sido un acto reflejo, sin embargo, no representaba el resurgimiento de un añejo amor. Para nada.
De entre todos los mundos, jamás creería llegar a conocer a alguien que sufriera lo mismo.
Pensó en un acto de furtiva claridad mental, lo suficiente como para levantar su brazo libre al cielo, listo para degollar a quien creía sufrir por la marca de la maldición. Sería un acto misericordioso, tal vez el último visto por parte de él.
Muere!
La trayectoria de su mano se detenía en seco. No era por otra razón más que el de la pérdida de aquella fugaz claridad de pensamiento. El cosmos oscuro cubría todo su cuerpo de inmediato, siendo aun más fuerte que el visto anteriormente. Sus ojos brillaron al mismo tiempo que tomaba con la punta de sus dedos las suaves mejillas de la mujer que yacía inconsciente.
Piedad…No! No existe razón alguna para aquello. Si naciste en esta era sólo fue para presentarte ante mí como un obsequio del destino. Pues, si esta mujer lleva consigo el alma de un dios, es la tan ansiada oportunidad de los humanos para prepararse para la más grande rebelión de su historia, por tanto, sería un verdadero desperdicio deshacerme del envoltorio sin antes analizarlo detenidamente.
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La vida aun no acaba para ti. Lástima que únicamente vivas para sufrir.
Tomándole de ambos brazos avanzó sin titubeos, ni miramiento alguno. El sol apenas lograba traspasar la aparente delicada te la crema que le cubría. Pronto llegó frente al guerrero que sin dudas debía pertenecer al ejército de Poseidón.
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Re: Consultorio Medico
Mirando como un niño curioso, el General Marino sólo pudo quedarse a ver lo que esos dos le ofrecían, cada vez más extrañado por esa mujer tan rara. Parecía que sólo había ido ahí para confirmar lo que sintió, ya que al tenerlos de frente sólo se le ocurrió quedarse en ese lugar a esperar mandatos por parte de su nuevo señor. La nueva orden que le fue impuesta despejó cualquier duda que pudiera tener el pelinegro. Ese hombre de ceniza cabellera era Poseidón y lo estaba pidiendo llevar a esa mujer, que parecía estar loca como una cabra, a un lugar donde pudiera refugiarse. Extendió los brazos para tomarla, sorprendido de la facilidad con la que el emperador de los mares la manipulaba, como si fuera una cosa de nada o un pedazo de madera viejo que dejaba caer al suelo. Usando su velocidad, el muchacho pudo atraparla antes de que su cuerpo se golpeara contra la superficie color carbón sobre la que caminaban. –Por supuesto. Délo por hecho. Pero me llena de curiosidad saber qué es lo que está planeando antes de partir.- Comentó el muchacho, siendo un tanto altanero. Un soldado normal habría hecho una reverencia y desparecido, ya que tenía las órdenes muy claras. Sin embargo, Night quería cerciorarse de si en verdad era necesaria su presencia allí. Odiaba sentirse como un cero a la izquierda. A algunos ese papel podía irles de maravilla, pero no para el joven que portaba la escama del Dragón de Mar. Además, podía ser su intuición o un mal presentimiento, pero dudaba un poco de ese sujeto al que había reconocido como el dios del mar. Si bien había sentido a Poseidón y a su consorte en ese lugar, aquel hombre no tenía el aspecto de un dios. Se le figuraba como un estúpido hombre mortal. Se quedó perplejo cuando escuchó provenir de su boca la palabra “lárgate”. Lo que el rubio no sabía es que con eso no se iba a deshacer de él. Estaba a punto de responderle pero en el último instante se mordió la lengua, decidiendo acatar el mandato. Comenzó a caminar con la mujer en brazos. No parecía tener mucha prisa… era como si estuviera esperando a que el dios lo detuviera en el último momento y le diera una respuesta a lo que había preguntado. El otro hombre había tomado su camino y él se retiraba en la otra dirección. -También me gustaría saber quién es ella. Aunque tengo mis suposiciones.- Espetó. Después de sus sospechas hacia Poseidón le surgió intriga sobre la mujer que cargaba en sus brazos, si de verdad era quien pensaba.
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Re: Consultorio Medico
Lo último que recordaba era: - Es hora de irte a dormir .... mi querida Anfitrite Nublandoseme los ojos para finalmente caer en un nuevo estado de inconsciencia.
No sabía que pasaba a nueva cuenta en el exterior, me sentía pesada y no sé porque extraña razón mojada, como si todo mi ser escurriera agua.
Abrí mis ojos y nuevamente me encontraba en la absoluta y más completa oscuridad, parecía que ese era mi lugar destinado o tal vez el único refugio que existía para mi.
No tenía consciencia del tiempo pero me preguntaba una y otra vez: - Anfitrite ... Qué relación podría existir entre esa vulgar diosa y mi existencia ... Nada parecía tener sentido, una diosa sin poder ni gloria, una diosa ... aunque podría tratarse de .... en ese momento sufrí un intenso y profundo dolor de cabeza, haciendome cerrar los ojos y arrugar por completo la cara. Sin demoras aquel dolor pasó abrí mis ojos y todo era claro, estaba en la orilla del lago de la Hacienda Casale, nada había cambiado desde la última vez que había estado allí, la calma, la paz y la tranquilidad que manifestaba aquel pedacito de tierra era inigualable, ya entendía porque me sentía mojada pero aún no completamente dado que solo eran mis pies los que estaban sumergidos en el agua, de pronto de un tirón fui desplazada hacia atrás sumergiendome por completo al agua, me ahogaba, me quedaba sin aire, veía como las búrbujas salían de mi nariz, me impulsaba para salir a la superficie pero parecía que algo tiraba de mi hacia el fondo, era una lucha de tire y afloje, de repente pude dar una bocanada de aire aún en medio de aquella gran masa de agua, parecía natural, normal el hacerlo sin esperas la escuché: - Mira Ambrose .... mi sueño no duró tanto como el tuyo HAHAAHHAHAHAHAHAHAHHAA
Era aquella maldita mujer desquiciada, volvía a hacer su aparición para atormentarme de nuevo en medio de mis propios sueños. Su mano se deslizó por todo mi pecho subiendo desde mi vientre para posarse sobre mi cuello, me enterraba sus uñas; mi cabeza estaba ladeada hacia un lado, no me provocaba ver aquella enferma, de pronto comencé a reir HAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA teminando aquella carcajada en un convulsión debido a la tos que me produjó el reirme en medio de la estrangulación que ejercía la demente en mi cuello, sin esperar a recuperar el aliento expresé: - Ay Anfitrite ... tosiendo a nueva cuenta ... - No sé si eres ridícula o estás enferma, ni siquiera puedes durar tiempo en este cuerpo y solo vienes a indisponerme .... En este momento la mujer apretaba más mi cuello como queriendome acallar con dicha acción, retomé con la voz casi perdida: - ... deberías ser más inteligente o acaso al ser una diosa taaaan mediocre tu intelecto no te da para más ..... Sus uñas se sentía penetrar más y más la piel y el aire escaseaban, por momentos la visión se me nublaba, pero ya me estaba cansando los jueguitos patéticos de la tal llamada Anfitrite, levanté mi mano y del mismo modo que ella me presionaba la presioné a ella, enterrandole mis uñas y haciendola sofocar, con la voz temblorosa expelé: - Ya me aburres .... diosesucha!!!! deberías pensar en el modo en que tu puedas ayudarme y yo pueda ayudarte a ti ..... eres verdaderamente patética .... Anfitrite!!!!! Hice una pausa ahora girando mi cabeza para encontrarme con sus ojos y mirarnos fijamente, eramos dos réplicas, una exactamente igual que la otra, no había cambios de color ni en el cabello ni en las uñas, sin dejar de mirarla repliqué: - El matarme no hará que obtengas este cuerpo más rápidamente, o que pensaste que no lo sabía desde el momento en que te apareciste? ..... por los dioses que eres más estúpida que Nicole y Nía juntas!!!!
La presión del cuello cesaba poco a poco hasta solo sentir una mano allí puesta, en cambio la mía seguía apretando con más fuerza, sabía que no moriría con ello, pero podía demostrarle que no sería tan fácil el deshacerse de mí, además podía serme útil la diosesilla estúpida que parecía permanecer en mí.
No hubo respuesta alguna, no hubo cambio alguno del modo en que nos encontrabamos las dos, el tiempo pasaba y ambas permaneciamos unidas por nuestras manos en nuestros respectivos cuellos, súbitamente ella me soltó y acercó su rostro a mi oído y me susurró: - Cariño .... se nota que no sabes verdaderamente .... quién ... soy ... yooooo Soplandome la oreja para hacer desaparecer la escena y regresarme de nuevo a la realidad.
Permanecí quieta, sentía que me transportaban, me cargaban, no quise abrir mis ojos para no advertir a mi transportiste mi estado de consciencia, alcancé a escuchar: -También me gustaría saber quién es ella. Aunque tengo mis suposiciones. Sonreí sutilmente mientras pensaba: - Y ... también yo .... y también....yo!
No sabía que pasaba a nueva cuenta en el exterior, me sentía pesada y no sé porque extraña razón mojada, como si todo mi ser escurriera agua.
Abrí mis ojos y nuevamente me encontraba en la absoluta y más completa oscuridad, parecía que ese era mi lugar destinado o tal vez el único refugio que existía para mi.
No tenía consciencia del tiempo pero me preguntaba una y otra vez: - Anfitrite ... Qué relación podría existir entre esa vulgar diosa y mi existencia ... Nada parecía tener sentido, una diosa sin poder ni gloria, una diosa ... aunque podría tratarse de .... en ese momento sufrí un intenso y profundo dolor de cabeza, haciendome cerrar los ojos y arrugar por completo la cara. Sin demoras aquel dolor pasó abrí mis ojos y todo era claro, estaba en la orilla del lago de la Hacienda Casale, nada había cambiado desde la última vez que había estado allí, la calma, la paz y la tranquilidad que manifestaba aquel pedacito de tierra era inigualable, ya entendía porque me sentía mojada pero aún no completamente dado que solo eran mis pies los que estaban sumergidos en el agua, de pronto de un tirón fui desplazada hacia atrás sumergiendome por completo al agua, me ahogaba, me quedaba sin aire, veía como las búrbujas salían de mi nariz, me impulsaba para salir a la superficie pero parecía que algo tiraba de mi hacia el fondo, era una lucha de tire y afloje, de repente pude dar una bocanada de aire aún en medio de aquella gran masa de agua, parecía natural, normal el hacerlo sin esperas la escuché: - Mira Ambrose .... mi sueño no duró tanto como el tuyo HAHAAHHAHAHAHAHAHAHHAA
Era aquella maldita mujer desquiciada, volvía a hacer su aparición para atormentarme de nuevo en medio de mis propios sueños. Su mano se deslizó por todo mi pecho subiendo desde mi vientre para posarse sobre mi cuello, me enterraba sus uñas; mi cabeza estaba ladeada hacia un lado, no me provocaba ver aquella enferma, de pronto comencé a reir HAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA teminando aquella carcajada en un convulsión debido a la tos que me produjó el reirme en medio de la estrangulación que ejercía la demente en mi cuello, sin esperar a recuperar el aliento expresé: - Ay Anfitrite ... tosiendo a nueva cuenta ... - No sé si eres ridícula o estás enferma, ni siquiera puedes durar tiempo en este cuerpo y solo vienes a indisponerme .... En este momento la mujer apretaba más mi cuello como queriendome acallar con dicha acción, retomé con la voz casi perdida: - ... deberías ser más inteligente o acaso al ser una diosa taaaan mediocre tu intelecto no te da para más ..... Sus uñas se sentía penetrar más y más la piel y el aire escaseaban, por momentos la visión se me nublaba, pero ya me estaba cansando los jueguitos patéticos de la tal llamada Anfitrite, levanté mi mano y del mismo modo que ella me presionaba la presioné a ella, enterrandole mis uñas y haciendola sofocar, con la voz temblorosa expelé: - Ya me aburres .... diosesucha!!!! deberías pensar en el modo en que tu puedas ayudarme y yo pueda ayudarte a ti ..... eres verdaderamente patética .... Anfitrite!!!!! Hice una pausa ahora girando mi cabeza para encontrarme con sus ojos y mirarnos fijamente, eramos dos réplicas, una exactamente igual que la otra, no había cambios de color ni en el cabello ni en las uñas, sin dejar de mirarla repliqué: - El matarme no hará que obtengas este cuerpo más rápidamente, o que pensaste que no lo sabía desde el momento en que te apareciste? ..... por los dioses que eres más estúpida que Nicole y Nía juntas!!!!
La presión del cuello cesaba poco a poco hasta solo sentir una mano allí puesta, en cambio la mía seguía apretando con más fuerza, sabía que no moriría con ello, pero podía demostrarle que no sería tan fácil el deshacerse de mí, además podía serme útil la diosesilla estúpida que parecía permanecer en mí.
No hubo respuesta alguna, no hubo cambio alguno del modo en que nos encontrabamos las dos, el tiempo pasaba y ambas permaneciamos unidas por nuestras manos en nuestros respectivos cuellos, súbitamente ella me soltó y acercó su rostro a mi oído y me susurró: - Cariño .... se nota que no sabes verdaderamente .... quién ... soy ... yooooo Soplandome la oreja para hacer desaparecer la escena y regresarme de nuevo a la realidad.
Permanecí quieta, sentía que me transportaban, me cargaban, no quise abrir mis ojos para no advertir a mi transportiste mi estado de consciencia, alcancé a escuchar: -También me gustaría saber quién es ella. Aunque tengo mis suposiciones. Sonreí sutilmente mientras pensaba: - Y ... también yo .... y también....yo!
Ambrose- Dios/a
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