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[Alejandría] Tumba de Alejandro Magno
4 participantes
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[Alejandría] Tumba de Alejandro Magno
La tumba de Alejandro magno era un lugar sagrado para Selene. Nunca antes se había atrevido a ir a ese lugar pues, no se sentía lo suficientemente grandiosa como para estar al lado de un hombre como ese. En su mente, el hombre que descansaba en aquella tumba era el unico del cual ella se podría haber enamorado perdidamente, un hombre que compartiera su deseo de conquista y unificación de los pueblos, cuya grandeza sobrepasara la mortalidad. En Egipto Alejandro había encontrado su gran amor, amaba la tierra egipcia y esa sería la capital del mundo. Selene sabía que un hombre como él jamás se habría equivocado en elegir ese lugar precisamente para ser el mas brillante... el faro y la biblioteca eran muestra de ello. En ninguna otra parte del mundo había tanta grandeza como en Alejandría.
Ella provenía de la linea de descendientes de los mismos hombres que habáin conquistado el mundo a su lado, el segundo de ellos había traido la tumba de alejandro desde Memphis (la ciudad que había sido recientemente destruida) para honrarlo en el lugar que el consideró su mayor visión.
La tumba una vez había estado cubierta en oro, pero su propio abuelo en un acto de desesperación para pagar una guerra lo mando a fundir. El mismo año murió ahogado en una batalla naval. Fue su padre el que volvió a colocar los restos del dios Alejandro en un sarcófago de oro, el que tenían frente a ellos. Selene miró la tumba del joven Alejandro con un respeto unico que se denotaba en sus ojos... era la primera vez que estaba ahi y lo unico que sentía era una profunda admiración.
- Salve... Gran Alejandro... - Susurró Selene mientras con respeto bajaba la cabeza. El resto debía estar por llegar.
Selene- Dama del Pecado
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Capullo de Rosa
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Re: [Alejandría] Tumba de Alejandro Magno
Los pasos de la emperatriz llevaron al ministro directo hasta la tumba de Alejandro Magno. Las acciones en la ciudad de Memphis hicieron que su cadáver tuviera un par de problemas pero gracias a los dioses, estaba intacto. Descansando en un gran sarcófago de oro, ideal para representar todo lo que el gran conquistador había logrado. El motivo de porque lo había traído hasta aquí Selene, no era muy claro todavía, pero vistiendo su armadura y estando en la tumba de Alejandro Magno, Selene planeaba algo grande…Algo MUY grande…
-Salve, Hijo de Amón.
Dijo Illidan mientras que hizo una pequeña reverencia con su mano en el pecho. El respeto del guerrero hacia el conquistador era grande, pero no tanto como el que se podía percibir en los ojos de Selene. Sabiendo que la emperatriz admiraba tanto al conquistador además de que nunca se había atrevido a venir hasta esta tumba, Illidan concluyo de manera final que ella tramaba algo y se arriesgo a preguntarle
-¿Qué es lo que tienes en mente?...
El tono de Illidan sonó muy amable, como se le habla a un hijo o a un amigo. Las intenciones de Illidan eran simples, saber que planeaba y apoyarla en su ideología hasta el fin, aunque eso significara que el ministro muriera
-Salve, Hijo de Amón.
Dijo Illidan mientras que hizo una pequeña reverencia con su mano en el pecho. El respeto del guerrero hacia el conquistador era grande, pero no tanto como el que se podía percibir en los ojos de Selene. Sabiendo que la emperatriz admiraba tanto al conquistador además de que nunca se había atrevido a venir hasta esta tumba, Illidan concluyo de manera final que ella tramaba algo y se arriesgo a preguntarle
-¿Qué es lo que tienes en mente?...
El tono de Illidan sonó muy amable, como se le habla a un hijo o a un amigo. Las intenciones de Illidan eran simples, saber que planeaba y apoyarla en su ideología hasta el fin, aunque eso significara que el ministro muriera
Illidan- Dios/a
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Re: [Alejandría] Tumba de Alejandro Magno
Kisame estuvo ACA antes de postear aqui
En la entrada a la tumba habia unos cuantos soldados armados con lanzas, espadas y unos graciosos sombreros egipcios sobre sus cabezas. Se pararon rectos cuando me acerque a ellos. Ni me moleste en observarlos solo cuando cruce el marco de la entrada me quite el sombrero de paja, despues de todo el cuerpo que estaba alli era uno de los pocos al cual le tenia respeto.
Al entrar al lugar donde estaba el sarcofago de Alejandro me quede en silencio observando a Selene y a Illidan. La mocosa estaba vestida con una armadura de oro. Parecia una reina, una Diosa, casi tan parecida a Isis. Su padre de seguro estaria orgulloso si la viera de ese modo, comportandose como una reina digna de Egipto. Me coloque a la diestra del hombre musculoso, observandolo de reojo. Sus brazos y cuerpo se habian inchado mas desde la ultima vez que lo habia visto. Se me vino un chiste gracioso para el momento pero no era un lugar adecuado para echarse a reir.
Me baje tan solo un poco el cierre de mi abrigo hasta el pecho. Debajo del atuendo negro con nubes rojas se me veia una playera de tela negra.
Observe a Selene muy concentrada sobre la tumba del antiguo estratega, por lo que decidi no molestarla por ahora. Ya era suficiente estar soportando mi presencia en este recinto sagrado para ella. Solo me separe unos pasos de Illidan y me cruce de brazos. Mi cabeza no dejaba de inventar posibles propuestas del porque de la reunion.
Al entrar al lugar donde estaba el sarcofago de Alejandro me quede en silencio observando a Selene y a Illidan. La mocosa estaba vestida con una armadura de oro. Parecia una reina, una Diosa, casi tan parecida a Isis. Su padre de seguro estaria orgulloso si la viera de ese modo, comportandose como una reina digna de Egipto. Me coloque a la diestra del hombre musculoso, observandolo de reojo. Sus brazos y cuerpo se habian inchado mas desde la ultima vez que lo habia visto. Se me vino un chiste gracioso para el momento pero no era un lugar adecuado para echarse a reir.
Me baje tan solo un poco el cierre de mi abrigo hasta el pecho. Debajo del atuendo negro con nubes rojas se me veia una playera de tela negra.
Observe a Selene muy concentrada sobre la tumba del antiguo estratega, por lo que decidi no molestarla por ahora. Ya era suficiente estar soportando mi presencia en este recinto sagrado para ella. Solo me separe unos pasos de Illidan y me cruce de brazos. Mi cabeza no dejaba de inventar posibles propuestas del porque de la reunion.
Kisame- Espectro de Hades
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Re: [Alejandría] Tumba de Alejandro Magno
Continúe caminando por las calles hasta topar con la entrada a la tumba de Alejandro Magno, antes de entrar me quite la capucha de la capa ya que este se consideraba un recinto sagrado, me adentre en ella cuando llegue a donde se encontraba un sarcófago de oro ahí era donde reposaba su cadáver, pensé que se merecía un poco mas además de un sarcófago de oro ya que el después de todo fundo esta gran ciudad y sin el no hubiera llegado a ser tan gloriosa como lo es ahora.
Salve Alejandro hijo de Amón
Dije en voz baja mientras me inclinaba un poco en forma de respeto, además observe que se encontraban Selene, Illdan y Kisame en el lugar, Selene portaba unas prendas doradas debajo de una armadura dorada parecía una diosa y pensé que por eso le pusieron el nombre de Isis, solo ellas es digna de portar ese nombre y ser nuestra reina sobre cualquiera.
Me acerqué a donde se encontraban pero solo me quede al lado de Kisame ya que me parecía que Selene se encontraba concentrada mientras estaba parada en frente del sarcófago dorado junto con Illidan, por el momento no quise decir nada o hablar solo quería saber para que nos quería Selene en la tumba del que fue un gran hombre…
Salve Alejandro hijo de Amón
Dije en voz baja mientras me inclinaba un poco en forma de respeto, además observe que se encontraban Selene, Illdan y Kisame en el lugar, Selene portaba unas prendas doradas debajo de una armadura dorada parecía una diosa y pensé que por eso le pusieron el nombre de Isis, solo ellas es digna de portar ese nombre y ser nuestra reina sobre cualquiera.
Me acerqué a donde se encontraban pero solo me quede al lado de Kisame ya que me parecía que Selene se encontraba concentrada mientras estaba parada en frente del sarcófago dorado junto con Illidan, por el momento no quise decir nada o hablar solo quería saber para que nos quería Selene en la tumba del que fue un gran hombre…
Hang- Juez del Inframundo
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Re: [Alejandría] Tumba de Alejandro Magno
Selene permanecía absorta dandoles la espalda. No parecía querer voltearse y el tiempo pasaba. Movió su mano haciendo que todo ese oro en su cuerpo sonaran…en ese momento los sirvientes a su alrededor llevaron 2 almohadas que contenían una especie de joyas sobre ellos, algo bastante curioso… y se acercaron hacia Hang e Illidan. Colocaron sobre los cuellos de ambos hombres un collar de cuero que tenía un colgante en forma de mosca. Era un reconocimiento del líder del ejercito (el faraón, y en ese caso la reina Selene) para un miembro destacado de la institución militar. Las moscas de oro eran condecoraciones hechas en los talleres de palacio por los mejores orfebres, recibirlas era un verdadero honor, pues era la primera vez que Selene entregaba Moscas de Oro. Las moscas doradas se llevaban colgadas alrededor del cuello y significaban que un soldado había "picado" a un enemigo.
- Con apenas un puñado de hombres, derrotaron a mil en Memphis. Los felicito por ello y muestro mi aprecio…
Hubo bastante silencio en el lugar. Selene no hablaba, ni si quiera se volteaba a mirar a los recién llegados. Miraba la tumba de Alejandro Magno con una solemnidad en su rostro que llegaba a ser perturbarte de observar. Posó una de sus manos sobre la tumba del hombre, bajó el rostro y algunas lágrimas cayeron por su rostro. No era por la grandeza de Alejandro Mango, sino por lo que esa tumba significaba para todos ellos… el sueño de grandeza, de conquista, de alzarse sobre lo destinado y crear un propio camino… la gloria, el honor y la victoria. Ella tenía 18 años, la misma edad en la cual ese joven había comenzado su camino. A pesar de ser una mujer, sabía que podía tomar la espada de la conquista, el sueño de gloria y victoria y hacerlo suyo.
- Alguna vez hubo un gran hombre…que a sus 18 años decidió conquistar el mundo. – Susurró acariciando el oro del sarcófago. Las lágrimas en su rostro ya se habían secado… fue entonces que habló para el resto de los presentes rompiendo el silencio sin voltearse. - El gran sueño de Alejandro Magno… una sola nación que gobernara al resto, un solo gran imperio… y decidió que Alejandría sería el corazón de ese sueño liberando a nuestro Egipto de las sucias manos de los Persas. – Selene se volteó lentamente, la luz de las antorchas que colgaban desde las paredes adornadas con el mayor de los cuidados reflejaba el oro de la armadura de la reina de Egipto. No sólo la tenía puesta por honrar a Alejandro Magno, quien era el legitimador de su reinado, pues fue él quien le dio entrada a su familia para el trono de Egipto, sino que había algo más… - Se enamoró de Egipto desde el primer momento en que lo vio, construyendo esta ciudad, entendiendo que era el hijo de Amon… él sabía que no era un hombre, era un dios… el más grandioso soberano que Egipto tuvo.
Y les pregunto ahora...¿Acaso le interesó conquistar la península Itálica? ¡No! ¡Él sabía que en ese lugar no había nada excepto desgracia y deshonra! Pero en este momento el destino ha decidido alumbrarlos más de la cuenta…
A pesar de ese impulso que provocaba que su corazón deseara lo que antes no se había atrevido a tomar, su mente la mantenía racional. Roma era un gran imperio, tal vez tan grande como el que había forjado Alejandro Magno. Por ello, era necesaria su unión con alguno de esos bufones… porque su hijo sería el rey de ambos mundos.
- Tenemos que ser realistas… el ejército Romano es monstruoso… sí, lo es. – En ese momento miró con especial interés a los tres sonriendo.- ¿Pero es mejor que el ejército Egipcio? ¡Eso jamás! ¡Alejandría brilla sobre todo lo demás! Si nos vimos en una situación complicada fue por la incompetencia de Seth y Andayus. – Sólo recordar esos nombres hacían que su estomago se diera vueltas. - Por ello… es hora de que yo, en nombre del pueblo de Egipto que él amó, termine el sueño de Alejandro… - Miró al grupo de sirvientes que estaba en el mausoleum de Alejandro Magno, y asintió, moviendo lentamente su rostro hacia abajo.
Los hombres se movieron alrededor del sarcófago y con cuidado removieron la parte superior. El lugar de inmediato se lleno de un intenso olor a flores y hierbas. Alejandro Magno había sido sepultado de una forma tan grandiosa que hasta su sarcófago tenía el olor de un dios. Selene no se atrevió a voltear… estar en su presencia era algo, pero ver el cadáver de un dios, era otra cosa… algo que no estaba lista para hacer.
- Si no tuviese suficiente tiempo antes de que los dioses me lleven con ellos…y no pudiese terminar el gran sueño…lo hará mi descendencia. – Los sirvientes cerraban el sarcófago nuevamente, llevando consigo sobre una almohada la espada de Alejandro Magno… Selene la tomó entre sus manos maravillada, era algo que siempre había deseado hacer pero nunca se había armado de valor para ello. - Hay suficiente grano para alimentar 30 legiones por 10 años, suficiente oro como para comprar el mundo, y metales grandiosos para forjar las mejores armas.
Sonrió mirando la espada y la probó cortando el aire, aun brillaba, no estaba mellada y se veía filosa. Era una gran espada para cualquiera y sería con ella con lo que lideraría al ejército Egipcio ahora.
- Invadiremos Persia… y luego el resto del mundo. - Lo dijo en plural, pues ella como cualquier faraon egipcio, iría a la cabeza de sus tropas esta vez.
- Con apenas un puñado de hombres, derrotaron a mil en Memphis. Los felicito por ello y muestro mi aprecio…
Hubo bastante silencio en el lugar. Selene no hablaba, ni si quiera se volteaba a mirar a los recién llegados. Miraba la tumba de Alejandro Magno con una solemnidad en su rostro que llegaba a ser perturbarte de observar. Posó una de sus manos sobre la tumba del hombre, bajó el rostro y algunas lágrimas cayeron por su rostro. No era por la grandeza de Alejandro Mango, sino por lo que esa tumba significaba para todos ellos… el sueño de grandeza, de conquista, de alzarse sobre lo destinado y crear un propio camino… la gloria, el honor y la victoria. Ella tenía 18 años, la misma edad en la cual ese joven había comenzado su camino. A pesar de ser una mujer, sabía que podía tomar la espada de la conquista, el sueño de gloria y victoria y hacerlo suyo.
- Alguna vez hubo un gran hombre…que a sus 18 años decidió conquistar el mundo. – Susurró acariciando el oro del sarcófago. Las lágrimas en su rostro ya se habían secado… fue entonces que habló para el resto de los presentes rompiendo el silencio sin voltearse. - El gran sueño de Alejandro Magno… una sola nación que gobernara al resto, un solo gran imperio… y decidió que Alejandría sería el corazón de ese sueño liberando a nuestro Egipto de las sucias manos de los Persas. – Selene se volteó lentamente, la luz de las antorchas que colgaban desde las paredes adornadas con el mayor de los cuidados reflejaba el oro de la armadura de la reina de Egipto. No sólo la tenía puesta por honrar a Alejandro Magno, quien era el legitimador de su reinado, pues fue él quien le dio entrada a su familia para el trono de Egipto, sino que había algo más… - Se enamoró de Egipto desde el primer momento en que lo vio, construyendo esta ciudad, entendiendo que era el hijo de Amon… él sabía que no era un hombre, era un dios… el más grandioso soberano que Egipto tuvo.
Y les pregunto ahora...¿Acaso le interesó conquistar la península Itálica? ¡No! ¡Él sabía que en ese lugar no había nada excepto desgracia y deshonra! Pero en este momento el destino ha decidido alumbrarlos más de la cuenta…
A pesar de ese impulso que provocaba que su corazón deseara lo que antes no se había atrevido a tomar, su mente la mantenía racional. Roma era un gran imperio, tal vez tan grande como el que había forjado Alejandro Magno. Por ello, era necesaria su unión con alguno de esos bufones… porque su hijo sería el rey de ambos mundos.
- Tenemos que ser realistas… el ejército Romano es monstruoso… sí, lo es. – En ese momento miró con especial interés a los tres sonriendo.- ¿Pero es mejor que el ejército Egipcio? ¡Eso jamás! ¡Alejandría brilla sobre todo lo demás! Si nos vimos en una situación complicada fue por la incompetencia de Seth y Andayus. – Sólo recordar esos nombres hacían que su estomago se diera vueltas. - Por ello… es hora de que yo, en nombre del pueblo de Egipto que él amó, termine el sueño de Alejandro… - Miró al grupo de sirvientes que estaba en el mausoleum de Alejandro Magno, y asintió, moviendo lentamente su rostro hacia abajo.
Los hombres se movieron alrededor del sarcófago y con cuidado removieron la parte superior. El lugar de inmediato se lleno de un intenso olor a flores y hierbas. Alejandro Magno había sido sepultado de una forma tan grandiosa que hasta su sarcófago tenía el olor de un dios. Selene no se atrevió a voltear… estar en su presencia era algo, pero ver el cadáver de un dios, era otra cosa… algo que no estaba lista para hacer.
- Si no tuviese suficiente tiempo antes de que los dioses me lleven con ellos…y no pudiese terminar el gran sueño…lo hará mi descendencia. – Los sirvientes cerraban el sarcófago nuevamente, llevando consigo sobre una almohada la espada de Alejandro Magno… Selene la tomó entre sus manos maravillada, era algo que siempre había deseado hacer pero nunca se había armado de valor para ello. - Hay suficiente grano para alimentar 30 legiones por 10 años, suficiente oro como para comprar el mundo, y metales grandiosos para forjar las mejores armas.
Sonrió mirando la espada y la probó cortando el aire, aun brillaba, no estaba mellada y se veía filosa. Era una gran espada para cualquiera y sería con ella con lo que lideraría al ejército Egipcio ahora.
- Invadiremos Persia… y luego el resto del mundo. - Lo dijo en plural, pues ella como cualquier faraon egipcio, iría a la cabeza de sus tropas esta vez.
Selene- Dama del Pecado
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Re: [Alejandría] Tumba de Alejandro Magno
¿Guerra con Persia?... Esto se estaba saliendo de las manos. Pero el ministro no podía hacer nada más que callarse, debido a que si hablaba sobre el cambio de personalidad, debía de confesar lo de la armadura y el resto que había jurado jamás decir. Sin embargo, con esta actitud nueva de Selene no sabia cuanto tiempo podría estar Illidan soportando que la emperatriz arriesgara su vida por sus ideas.
Se adelanto unos pasos, mientras que miraba en su pecho colgando aquel reconocimiento que se le había dado por la victoria en Memphis, pero no dijo nada. Le molestaba que Hang tuviera uno, pero quizás se lo merecía, para ser un campesino lo hizo muy bien. El ministro se puso delante de la muchacha, esta vez mucho más lejos que lo que solía estar en la habitación de la muchacha ya que había gente que podría empezar a sospechar estupideces.
Illidan comenzó a hablarle a la emperatriz, con un tono sincero y seguro de si mismo. Sus ideas siempre fueron claras y nunca titubearon a la hora de ser contadas.
-Le agradezco este reconocimiento, se que me lo ha dado por luchar y no aconsejar –Dijo mientras que miraba al resto y luego volvía a poner su mirada en los ojos de la hija de Isis, que estaba vestida y preparada para la guerra que tenia planeada. El caballero vio como anteriormente había estado cortando el aire con su espada y no podía permitir que alguien saliera herido- Guarde la espada de Alejandro, o al menos, enfúndela. No creo que el gran conquistador quiera que se lastime. Este lugar es reducido de espacio y podría chocar con una roca, haciendo que se lastime.
Dijo mientras que empujo el filo de la espada hacia abajo, era hora de comenzar a hablarle sobre la comparación que hizo con Alejandro Magno. Illidan sabía que quizás esta comparación no fuera la mejor, pero después de todo confiaba en su emperatriz.
-Alejandro Magno no tenia nada para perder, cuando vino aquí… -Dijo mientras que señalaba al suelo- Usted puede perder su vida, que es mas importante que todo el imperio. Es la hija de Isis, su cuerpo no fue diseñado para la guerra.
Illidan finalizo con una reverencia y unas ultimas palabras, dirigidas con un tono más rudo y serio.
-Pero si es lo que usted desea, me tiene a su disposición hasta la muerte…
Se adelanto unos pasos, mientras que miraba en su pecho colgando aquel reconocimiento que se le había dado por la victoria en Memphis, pero no dijo nada. Le molestaba que Hang tuviera uno, pero quizás se lo merecía, para ser un campesino lo hizo muy bien. El ministro se puso delante de la muchacha, esta vez mucho más lejos que lo que solía estar en la habitación de la muchacha ya que había gente que podría empezar a sospechar estupideces.
Illidan comenzó a hablarle a la emperatriz, con un tono sincero y seguro de si mismo. Sus ideas siempre fueron claras y nunca titubearon a la hora de ser contadas.
-Le agradezco este reconocimiento, se que me lo ha dado por luchar y no aconsejar –Dijo mientras que miraba al resto y luego volvía a poner su mirada en los ojos de la hija de Isis, que estaba vestida y preparada para la guerra que tenia planeada. El caballero vio como anteriormente había estado cortando el aire con su espada y no podía permitir que alguien saliera herido- Guarde la espada de Alejandro, o al menos, enfúndela. No creo que el gran conquistador quiera que se lastime. Este lugar es reducido de espacio y podría chocar con una roca, haciendo que se lastime.
Dijo mientras que empujo el filo de la espada hacia abajo, era hora de comenzar a hablarle sobre la comparación que hizo con Alejandro Magno. Illidan sabía que quizás esta comparación no fuera la mejor, pero después de todo confiaba en su emperatriz.
-Alejandro Magno no tenia nada para perder, cuando vino aquí… -Dijo mientras que señalaba al suelo- Usted puede perder su vida, que es mas importante que todo el imperio. Es la hija de Isis, su cuerpo no fue diseñado para la guerra.
Illidan finalizo con una reverencia y unas ultimas palabras, dirigidas con un tono más rudo y serio.
-Pero si es lo que usted desea, me tiene a su disposición hasta la muerte…
Illidan- Dios/a
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Re: [Alejandría] Tumba de Alejandro Magno
Observe con curiosidad los objetos de oro que le entregaban al recien llegado Hang y a Illidan. Entrecerre mis ojos para poder verlos mejor. Rayos, eso saldrian una fortuna en el mercado negro. Luego veria si podria robarle uno al campesino.
Debo admitir que no espere que abran el sarcofago de Alejandro, y menos que un aroma a flores salga de alli. Con una mano en mi nariz para evitar el aroma en el ambiente, el mismo aroma que me habia mareado unas horas atras en el faro me acerque al sarcofago para ver con detalle el cuerpo momizado. Sonrei al notar que ni un dios se salvaba de tener un cadaver tan putefracto. Cuando los sirvientes empezaron a cerrarlo me aparte a un costado del lugar. Escuche con atencion las palabras de Selene. Mi mente retractaba una idea, pero no me ilusione. Pero a medida que la chiquilla seguia hablando empeze a entrar en razon. Hice una mueca a modo de una sonrisa feliz al notar que mi idea no estaba del todo errada. La reina finalmente decidia ir a la guerra contra los Persas.
-Pense que nunca lo dirias. Personalmente aun tengo cuentas pendientes con los Persas. Tu padre realmente estaria orgulloso, chiquilla-
Señale con mi dedo indice a Selene. Era cierto. Recorde a su padre combatiendo sin miedo y sin dudas a mi lado. Eramos un buen equipo en el campo de batalla.
El fuego de las antorchas de pronto empezo a seducirme con su movimiento. Sentia una pequeña voz dentro de mi cabeza, ya que el resto parecia no escuchar. El fuego me llamaba, me hablaba, me necesitaba. Movi la cabeza para despejarme y me rasque la nariz mientras terminaba de escuchar las palabras de Illidan.
-Kehehehehehe-
Empeze a reir con una mano sobre mi panza. Esto era demasiado divertido y mas aun cuando el trio solo me observaba reirme. El ministro me observo con su ceño fruncido y yo solo le sonrei.
-En las guerras se pierden valiosos recursos...-
Dije dando a entender que si Selene llegaba a fallecer en batalla seria una gran perdida para todos nosotros y para el mismo Egipto, ya que no habia herederos y Alejandria seria un gran quilombo si eso llegaba a pasar.
-... ademas la reina tiene que ganar el respeto de todos luego de lo acontecido con Seth y su Diva. Ella quiere recorrer su propio destino, no somos nadie para impedirselo. ¿Que tal si logra un gran cambio en el mundo como lo hizo Alejandro? Kehehe... si su destino es morir, morira en batalla. Si es prevalecer, seguira hasta que el destino le diga basta-
Le guiñe un ojo a la mujer mientras me acomodaba el abrigo. Ciertamente desde que habian abierto la tumba un frio se habia apoderado del lugar. Esos frios de ultratumba que rondan entre los muertos. Si sabria de ello. Me pase toda la vida luchando y viendo cadaveres pudriendose por todas partes.
-Cuente con mi presencia. Sera un honor pelear a su lado como lo hice con tu padre-
Las fichas finalmente estaban lanzadas en la mesa.
Debo admitir que no espere que abran el sarcofago de Alejandro, y menos que un aroma a flores salga de alli. Con una mano en mi nariz para evitar el aroma en el ambiente, el mismo aroma que me habia mareado unas horas atras en el faro me acerque al sarcofago para ver con detalle el cuerpo momizado. Sonrei al notar que ni un dios se salvaba de tener un cadaver tan putefracto. Cuando los sirvientes empezaron a cerrarlo me aparte a un costado del lugar. Escuche con atencion las palabras de Selene. Mi mente retractaba una idea, pero no me ilusione. Pero a medida que la chiquilla seguia hablando empeze a entrar en razon. Hice una mueca a modo de una sonrisa feliz al notar que mi idea no estaba del todo errada. La reina finalmente decidia ir a la guerra contra los Persas.
-Pense que nunca lo dirias. Personalmente aun tengo cuentas pendientes con los Persas. Tu padre realmente estaria orgulloso, chiquilla-
Señale con mi dedo indice a Selene. Era cierto. Recorde a su padre combatiendo sin miedo y sin dudas a mi lado. Eramos un buen equipo en el campo de batalla.
El fuego de las antorchas de pronto empezo a seducirme con su movimiento. Sentia una pequeña voz dentro de mi cabeza, ya que el resto parecia no escuchar. El fuego me llamaba, me hablaba, me necesitaba. Movi la cabeza para despejarme y me rasque la nariz mientras terminaba de escuchar las palabras de Illidan.
-Kehehehehehe-
Empeze a reir con una mano sobre mi panza. Esto era demasiado divertido y mas aun cuando el trio solo me observaba reirme. El ministro me observo con su ceño fruncido y yo solo le sonrei.
-En las guerras se pierden valiosos recursos...-
Dije dando a entender que si Selene llegaba a fallecer en batalla seria una gran perdida para todos nosotros y para el mismo Egipto, ya que no habia herederos y Alejandria seria un gran quilombo si eso llegaba a pasar.
-... ademas la reina tiene que ganar el respeto de todos luego de lo acontecido con Seth y su Diva. Ella quiere recorrer su propio destino, no somos nadie para impedirselo. ¿Que tal si logra un gran cambio en el mundo como lo hizo Alejandro? Kehehe... si su destino es morir, morira en batalla. Si es prevalecer, seguira hasta que el destino le diga basta-
Le guiñe un ojo a la mujer mientras me acomodaba el abrigo. Ciertamente desde que habian abierto la tumba un frio se habia apoderado del lugar. Esos frios de ultratumba que rondan entre los muertos. Si sabria de ello. Me pase toda la vida luchando y viendo cadaveres pudriendose por todas partes.
-Cuente con mi presencia. Sera un honor pelear a su lado como lo hice con tu padre-
Las fichas finalmente estaban lanzadas en la mesa.
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Re: [Alejandría] Tumba de Alejandro Magno
Mire con curiosidad el collar que me colocaron ya que esto era un reconocimiento al parecer por la batalla que libramos en Menphis, ya que también le habían dado uno a Illidan.-Es un honor recibir este reconocimiento por la batalla.-Lo dije mientras me inclinaba para mostrar mi agradecimiento pero pensé.-En realidad es bueno recibir un reconocimiento por matar a tantas personas…pero creo que después de todo se lo merecían por su atrevimiento al retar a Selene.
Sentí un aroma familiar era el olor de las rosas que provenía del sarcófago de Alejandro que se encontraba abierto, mientras que no me tocaran sus pétalos estaría bien aunque ya hubiera superado su veneno en estos momentos no quería arriesgarme a quedar enfermos por los efectos de esas rosas, quería ver el interior del sarcófago pero Alejandro era considerado un dios verdadero así como Selene por eso mantuve mi distancia y seré mis ojos hasta el momento que volvieron a serrarlo.
Escuchaba las palabras de Selene mientras portaba la espada de Alejandro.-Invadir Persia…Tendremos una guerra en contra de Persia?.-No sabia muy bien lo que planeaba pero en una parte de mi me decía que confiara en las decisiones que tomaba y por otra aunque no me gustara pelear sentía que debía acabar con todos los que se entrometieran en nuestro camino.
Mire como Kisame comenzó a reír de alguna forma si perecía divertido así que solo gire mi cabeza a un lado serrando mis ojos y sonriendo como si fuera a reír.-Si llegara a perecer Selene, Egipto perdería lo que es mas preciado para el, perdería a su diosa.- Levante mi mirada viendo a Selene, Illidan y Kisame.-La reina ya tiene el respeto de todos lo que tendría que hacer es limpiar el nombre de Egipto que fue manchado, además aunque el cuerpo de nuestra diosa no este echo para la batalla…si pelea no creo que alguien se le pueda comparar durante el combate.
Dirigiendo mis palabras a todos, no importaría que no estuviera acostumbrado a matar gente pero por alguna razón sentía que algo comenzaba a despertar, sentía como un viento gélido recorría el recinto.
Yo igual peleare a su lado, hasta que pierda mi último aliento.
Sentí un aroma familiar era el olor de las rosas que provenía del sarcófago de Alejandro que se encontraba abierto, mientras que no me tocaran sus pétalos estaría bien aunque ya hubiera superado su veneno en estos momentos no quería arriesgarme a quedar enfermos por los efectos de esas rosas, quería ver el interior del sarcófago pero Alejandro era considerado un dios verdadero así como Selene por eso mantuve mi distancia y seré mis ojos hasta el momento que volvieron a serrarlo.
Escuchaba las palabras de Selene mientras portaba la espada de Alejandro.-Invadir Persia…Tendremos una guerra en contra de Persia?.-No sabia muy bien lo que planeaba pero en una parte de mi me decía que confiara en las decisiones que tomaba y por otra aunque no me gustara pelear sentía que debía acabar con todos los que se entrometieran en nuestro camino.
Mire como Kisame comenzó a reír de alguna forma si perecía divertido así que solo gire mi cabeza a un lado serrando mis ojos y sonriendo como si fuera a reír.-Si llegara a perecer Selene, Egipto perdería lo que es mas preciado para el, perdería a su diosa.- Levante mi mirada viendo a Selene, Illidan y Kisame.-La reina ya tiene el respeto de todos lo que tendría que hacer es limpiar el nombre de Egipto que fue manchado, además aunque el cuerpo de nuestra diosa no este echo para la batalla…si pelea no creo que alguien se le pueda comparar durante el combate.
Dirigiendo mis palabras a todos, no importaría que no estuviera acostumbrado a matar gente pero por alguna razón sentía que algo comenzaba a despertar, sentía como un viento gélido recorría el recinto.
Yo igual peleare a su lado, hasta que pierda mi último aliento.
Hang- Juez del Inframundo
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Re: [Alejandría] Tumba de Alejandro Magno
El cuarto permaneció en silencio después de las palabras de Selene. Examinó con cuidado cada uno de los rostros frente a ella, pues no era nada común que se reuniera con propósitos como ese y tenía que estar segura que quien fuera a su lado en dicha empresa, fuera digno de ella. Mantenía la espada en alto, pues no podía ser de otra forma. Una espada olvidada en un sarcófago tanto tiempo debía relucir ante el publico que aclamaba por ella… pero no era así. Illidan sujetó la punta de la espada y la bajó. Selene sintió de inmediato deseos de estrangularlo y tal vez lo hizo con la mera mirada.
- ¿Enfundar esta espada? – Preguntó secamente con evidente tono de molestia. - Esta espada no fue hecha para eso, fue hecha para robar vidas y probar sangre. – Volvió a subirle, incluso si eso significaba cortar la piel de Illidan que la había bajado. - Tal vez la tuya si vuelves a decir una estupidez como esa. – Selene estaba harta de esa actitud del ministro, constantemente desafiaba sus deseos y ordenes… lo cual tal vez antes consideraría más pero desde esa mañana, ya no estaba dispuesta a seguir tolerando. - Si necesito tus consejos te los pediré, Illidan… de lo contrario cierra la boca porque lo único que consigues hablándome como a una niña es enfurecerme. Si no confías en que puedo liderar un ejército sólo por que soy una mujer, tal vez necesite poner a otra persona a pelear a mi lado.
Y mientras hablaba, escuchó algo que incluso la irritó más… un chirrido desagradable parecido a una risa. Frente a Illidan aun, movió con lentitud la mirada y observó a Kisame, el desagradable remedo fallido de hombre a quien le dedicaba las misiones más sigilosas. Hasta entonces, Selene había tolerado con sus constantes burlas y faltas de respeto, sí, pero ya no estaba tratando realmente con Selene, sino con alguien sin paciencia alguna.
- ¿Qué te parece tan gracioso deforme?…- Le preguntó sonriendo, absorta, sarcástica. - ¿Por qué no nos cuentas a todos para que nos riamos contigo?
Caminó frente a Kisame, su ropaje dorado aun brillando por la luz de las antorchas. El ambiente se sentía demasiad pesado… pues se notaba en la mirada de Selene el deseo de lastimarlo a un punto que su cara habría parecido bella en ese entonces comparado con lo que Selene tenía deseos de hacerle. Sujetando la espada en sus manos, apretándola firmemente, tomó mucho de ella no atravesarla por el estomago de Kisame, no porque no quisiera hacerlo, sino porque… simplemente… no mancharía la espada de un gran rey con la vulgar sangre de un hombre deforme.
- ¿Cómo voy a ganar el respeto de alguien con semejante tarado a mi lado? – Le preguntó con desprecio. Kisame siempre se burlaba de ella, llamándola con nombres tan despectivos como “chiquilla” olvidándose que estaba tratando con la reina de Egipto, con alguien que para el resto de los mortales en esas tierras era una diosa… - Me tiene harta tu falta de respeto hacia mi persona. No quiero volver a verte cerca de mí, quedes permanentemente relevado de mi servicio y la próxima vez que te vea te mataré.
Dos de sus soldados se habían mostrado una completa decepción hasta ahora para Selene. Pero apenas escucho a Hang decir que ella no necesitaba el respeto de nadie, sólo limpiar el nombre de Egipto por lo ocurrido en la guerra contra Roma, no pudo evitar sonreir y caminar justo frente a Hang, observando a Illidan y Kisame.
- ¿Escucharon los dos? Un campesino lo entiende a la perfección y no dos militares… patético. – Las palabras de Hang las había dado justo para la situación, provocando que la reina se sintiera complacida de escuchar al menos un hombre que no la veía como una simple mujer, sino como una guerrera, puesta a la cabeza de Egipto por los dioses, en quien él depositaba toda su confianza. - Hang… - Dijo con suavidad levantando su mano para posarla en la mejilla del hombre con cuidado mirándolo directamente a los ojos. - Cuando te vi en medio del desierto supe que frente a mi había un gran hombre. La confianza que depositas en mi es reciproca, y para demostrarlo…te nombraré… el nuevo líder de mi ejercito… - Se acercó y selló el ofrecimiento con un beso corto sobre los labios del muchacho. - Lucharas a mi lado y alcanzaremos la gloria inmortal de la victoria juntos.
Se retiró hacia atrás y miró a Illidan y Kisame.
- Ustedes dos… piérdanse de mi vista.
Y comenzó a caminar hacia la salida, había mucho que hacer como reunir a sus tropas. Como no había despachado a Hang, se entendía que el hombre debía seguirla desde ahora en adelante.
- ¿Enfundar esta espada? – Preguntó secamente con evidente tono de molestia. - Esta espada no fue hecha para eso, fue hecha para robar vidas y probar sangre. – Volvió a subirle, incluso si eso significaba cortar la piel de Illidan que la había bajado. - Tal vez la tuya si vuelves a decir una estupidez como esa. – Selene estaba harta de esa actitud del ministro, constantemente desafiaba sus deseos y ordenes… lo cual tal vez antes consideraría más pero desde esa mañana, ya no estaba dispuesta a seguir tolerando. - Si necesito tus consejos te los pediré, Illidan… de lo contrario cierra la boca porque lo único que consigues hablándome como a una niña es enfurecerme. Si no confías en que puedo liderar un ejército sólo por que soy una mujer, tal vez necesite poner a otra persona a pelear a mi lado.
Y mientras hablaba, escuchó algo que incluso la irritó más… un chirrido desagradable parecido a una risa. Frente a Illidan aun, movió con lentitud la mirada y observó a Kisame, el desagradable remedo fallido de hombre a quien le dedicaba las misiones más sigilosas. Hasta entonces, Selene había tolerado con sus constantes burlas y faltas de respeto, sí, pero ya no estaba tratando realmente con Selene, sino con alguien sin paciencia alguna.
- ¿Qué te parece tan gracioso deforme?…- Le preguntó sonriendo, absorta, sarcástica. - ¿Por qué no nos cuentas a todos para que nos riamos contigo?
Caminó frente a Kisame, su ropaje dorado aun brillando por la luz de las antorchas. El ambiente se sentía demasiad pesado… pues se notaba en la mirada de Selene el deseo de lastimarlo a un punto que su cara habría parecido bella en ese entonces comparado con lo que Selene tenía deseos de hacerle. Sujetando la espada en sus manos, apretándola firmemente, tomó mucho de ella no atravesarla por el estomago de Kisame, no porque no quisiera hacerlo, sino porque… simplemente… no mancharía la espada de un gran rey con la vulgar sangre de un hombre deforme.
- ¿Cómo voy a ganar el respeto de alguien con semejante tarado a mi lado? – Le preguntó con desprecio. Kisame siempre se burlaba de ella, llamándola con nombres tan despectivos como “chiquilla” olvidándose que estaba tratando con la reina de Egipto, con alguien que para el resto de los mortales en esas tierras era una diosa… - Me tiene harta tu falta de respeto hacia mi persona. No quiero volver a verte cerca de mí, quedes permanentemente relevado de mi servicio y la próxima vez que te vea te mataré.
Dos de sus soldados se habían mostrado una completa decepción hasta ahora para Selene. Pero apenas escucho a Hang decir que ella no necesitaba el respeto de nadie, sólo limpiar el nombre de Egipto por lo ocurrido en la guerra contra Roma, no pudo evitar sonreir y caminar justo frente a Hang, observando a Illidan y Kisame.
- ¿Escucharon los dos? Un campesino lo entiende a la perfección y no dos militares… patético. – Las palabras de Hang las había dado justo para la situación, provocando que la reina se sintiera complacida de escuchar al menos un hombre que no la veía como una simple mujer, sino como una guerrera, puesta a la cabeza de Egipto por los dioses, en quien él depositaba toda su confianza. - Hang… - Dijo con suavidad levantando su mano para posarla en la mejilla del hombre con cuidado mirándolo directamente a los ojos. - Cuando te vi en medio del desierto supe que frente a mi había un gran hombre. La confianza que depositas en mi es reciproca, y para demostrarlo…te nombraré… el nuevo líder de mi ejercito… - Se acercó y selló el ofrecimiento con un beso corto sobre los labios del muchacho. - Lucharas a mi lado y alcanzaremos la gloria inmortal de la victoria juntos.
Se retiró hacia atrás y miró a Illidan y Kisame.
- Ustedes dos… piérdanse de mi vista.
Y comenzó a caminar hacia la salida, había mucho que hacer como reunir a sus tropas. Como no había despachado a Hang, se entendía que el hombre debía seguirla desde ahora en adelante.
Selene- Dama del Pecado
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Re: [Alejandría] Tumba de Alejandro Magno
Illidan solo estaba tratando de darle un consejo, debido a que su celestial cuerpo no debía de ser manchado con la sangre del enemigo o el sudor que se deja al combatir. La antigua Selene sabría eso, pero esta nueva Selene que despertó después de lo sucedido en su habitación, con un nuevo instinto asesino y sed de sangre, obviamente no lo entendía. El ministro se quedo callado, escuchando las fuertes respuestas que la reina de Egipto le daba, con respeto mirándola siempre a los ojos y sintiendo toda la furia. Se lo merecía o al menos eso pensaba él. No contesto ninguna de las cosas que Selene dijo hasta que menciono lo que no podría liderar un ejército por ser mujer, fue ahí cuando el guerrero quiso contestar.
-No es porque sea una mujer –Dijo con tono bajo mientras que se fijaba que ya no le estaba prestando atención al ministro, sino que estaba descargándose con Kisame. Illidan termino la frase, pero las palabras fueron al aire- Sino porque es una reina…
Si todos los reyes combatieran sus propias batallas, serian muy pocos los que pudieran llamarse legítimos soberanos. Muchos no tenían la habilidad suficiente, aunque en el caso de Selene no se daba esto, pero en la mayoría de otros lugares si. Los reyes nacieron para gobernar y para dirigir, no para matar y asesinar, ese era trabajo de los guerreros. Pero al parecer la muchacha no tenía interés en pensar como una reina.
La guerra contra Persia seria inmensa, mucho mas de lo que se vio en Memphis, por lo que Selene necesitaría mas que la protección de un simple aldeano como Hang, sin duda alguna necesitaría a Illidan. Pero ya le había dicho que desapareciera de su vista y el orgullo del ministro no era de suplicar para conseguir lo que quería.
Miro la tumba de Alejandro Magno mientras que sonrío, dio un leve golpe en el oro de la misma y seguía riendo, en voz alta como un psicópata. No le importaba que los demás lo vieran o incluso opinaran acerca de esta acción. Él reía porque no podía creer que hacia un tiempo la diosa le dislocaba un hombro por plantearle cosas como las que ella hacia ahora y que ahora, que era todo al revés, también lo trataba mal. Sin duda alguna el cambio se debía a aquel extraño suceso de la armadura, pero no le importaba eso, solo le importaba la ironía de la situación.
La reina se retiro diciendo que solo Hang la siguiera. Illidan miro a los presentes sonriendo, paso su mirada por Kisame y Hang, que todavía no se iban y con un tono muy raro, casi como burla pero a la misma vez con felicidad. Como afirmando una noticia demasiado grata, exclamo.
-He aquí a la reina de Egipto –Mientras que señalaba hacia el lugar por donde salio Selene, desenfundo su espada y salio hacia allá- Una verdadera Reina…
Acelero su paso y se puso a la par de la muchacha, mientras que disminuyo para que ella fuera adelante, demostrando su respeto por ella. No dijo nada más que unas simples cifras para luego callar y no pronunciar nada al menos que ella se lo permitiera.
-Ni siquiera imagine que la dejare combatir con Persia con la simple protección de…. Hang…
Era demasiado cierto, por más que ella jadeara o se molestara, Illidan iría a ese combate, si ella no quería que fuera como su protección, fuera como un guerrero que se alista voluntariamente y si tampoco quería que esto pasara, entonces seria un simple egipcio que caminaba por allí y de repente vio la guerra. Selene no se despegaría de Illidan por más que quisiera. Porque él había jurado protegerla y lo haría aunque tuviera que decepcionarla en el intento.
-No es porque sea una mujer –Dijo con tono bajo mientras que se fijaba que ya no le estaba prestando atención al ministro, sino que estaba descargándose con Kisame. Illidan termino la frase, pero las palabras fueron al aire- Sino porque es una reina…
Si todos los reyes combatieran sus propias batallas, serian muy pocos los que pudieran llamarse legítimos soberanos. Muchos no tenían la habilidad suficiente, aunque en el caso de Selene no se daba esto, pero en la mayoría de otros lugares si. Los reyes nacieron para gobernar y para dirigir, no para matar y asesinar, ese era trabajo de los guerreros. Pero al parecer la muchacha no tenía interés en pensar como una reina.
La guerra contra Persia seria inmensa, mucho mas de lo que se vio en Memphis, por lo que Selene necesitaría mas que la protección de un simple aldeano como Hang, sin duda alguna necesitaría a Illidan. Pero ya le había dicho que desapareciera de su vista y el orgullo del ministro no era de suplicar para conseguir lo que quería.
Miro la tumba de Alejandro Magno mientras que sonrío, dio un leve golpe en el oro de la misma y seguía riendo, en voz alta como un psicópata. No le importaba que los demás lo vieran o incluso opinaran acerca de esta acción. Él reía porque no podía creer que hacia un tiempo la diosa le dislocaba un hombro por plantearle cosas como las que ella hacia ahora y que ahora, que era todo al revés, también lo trataba mal. Sin duda alguna el cambio se debía a aquel extraño suceso de la armadura, pero no le importaba eso, solo le importaba la ironía de la situación.
La reina se retiro diciendo que solo Hang la siguiera. Illidan miro a los presentes sonriendo, paso su mirada por Kisame y Hang, que todavía no se iban y con un tono muy raro, casi como burla pero a la misma vez con felicidad. Como afirmando una noticia demasiado grata, exclamo.
-He aquí a la reina de Egipto –Mientras que señalaba hacia el lugar por donde salio Selene, desenfundo su espada y salio hacia allá- Una verdadera Reina…
Acelero su paso y se puso a la par de la muchacha, mientras que disminuyo para que ella fuera adelante, demostrando su respeto por ella. No dijo nada más que unas simples cifras para luego callar y no pronunciar nada al menos que ella se lo permitiera.
-Ni siquiera imagine que la dejare combatir con Persia con la simple protección de…. Hang…
Era demasiado cierto, por más que ella jadeara o se molestara, Illidan iría a ese combate, si ella no quería que fuera como su protección, fuera como un guerrero que se alista voluntariamente y si tampoco quería que esto pasara, entonces seria un simple egipcio que caminaba por allí y de repente vio la guerra. Selene no se despegaría de Illidan por más que quisiera. Porque él había jurado protegerla y lo haría aunque tuviera que decepcionarla en el intento.
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Re: [Alejandría] Tumba de Alejandro Magno
Admito que esa reaccion no me la esperaba. Me quede en silencio durante todo lo que duro las palabras de Selene. Cuando vi como ella se retiraba junto a Illidan solo me coloque el sombrero de paja sobre mi cabeza, dandole un aspecto sombrio a mi rostro que empezaba a sonreir por alguna cosa que ni yo sabia, era una reaccion casi instantanea que tenia luego de palabras tan fuertes.
-Espero que estes orgulloso, Ahkrahselum... tu hija es toda una reina de Egipto-
Mis palabras volaron sin rumbo por el aire, poco me importaba si el campesino Hang habia escuchado o no ya que estaba aun ahi a mi lado. Me acomode mas el sombrero y no pude evitar recordar un fragmento de mi pasado...
_____________________________________
Flashback: On
Mi cuerpo estaba apoyado contra el marco de un ventanal. A mi lado estaba sentado Ahkrahselum con sus ropas tipicas de cuando estaba descansando en sus aposentos. Ambos estabamos solos en su inmensa habitacion observando por la ventana a la pequeña Selene jugando con su hermana Diva.
Ahkrahselum: Se que seras un gran guardaespaldas para ella.
Mi entrecejo se fruncio un poco. El levanto su vista y me observo con una debil sonrisa en sus labios. Mi porte era cruzado de brazos y llevaba encima el abrigo negro que me habia entregado cuando habiamos terminado de pelear contra los Persas.
-No se porque me jodes con que sea su guardaespaldas... no tengo paciencia con las mocosas y esta niña no sera la excepcion. Estoy seguro que cuando cresca tomara tu caracter y me cortara la cabeza-
Ahkrahselum solo empezo a reir, estaba acostumbrado a mi informal lenguaje cuando estaba con el y eso parecia animarlo, despues de todo nadie se animaba dirigirse asi hacia el. Yo era el unico que le hablaba como queria pero siempre con ese respeto que el faraon generaba.
-Pero solo porque es tu hija le enseñare a usar la hoz y le cuidare el trasero siempre que pueda. A no ser que ella decida que mi trabajo finalmente caduco y vere donde suicidarme-
Ahkrahselum: Protegela siempre que puedas, Kisame. Considera que es tu parte a pagar de mi amable generosidad a sacarse de la miseria
Me quede en silencio por unos momentos. Recorde el dolor de los latigos sobre mi carne y reaccione de inmediato. Ese dolor no me agradaba mucho recordarlo.
-Solo porque es tu hija lo hare. Consideralo un trato, Ahkrahselum-
El faraon sonrio bastante amigable. El era lo mas cercano a un amigo que tuve en toda mi vida y supongo que yo era lo mas cercano al deforme que le hablaba sin titulos ni cuidaba su lengua. Tal vez por eso nos teniamos tanta paciencia.
Ambos chocamos nuestros puños mientras que los rayos del sol iluminaban nuestras siluetas. De fondo se veia que Diva se levantaba y Selene se ponia a llorar...
Fin del flashback
____________________________________________
Sonrei y empeze a caminar hacia la salida. No me voltie hacia Hang, solo le hable mientras terminaba de cruzar la puerta.
-Apurate o no los alcanzaras-
Sali hacia fuera y observe en la distancia a la reina y al ministro caminando juntos. Baje mas mi sombrero al punto de que solo se notaba mi menton y camine en la direccion contraria... tenia que encontrar donde descansar por toda la eternidad.
-Espero que estes orgulloso, Ahkrahselum... tu hija es toda una reina de Egipto-
Mis palabras volaron sin rumbo por el aire, poco me importaba si el campesino Hang habia escuchado o no ya que estaba aun ahi a mi lado. Me acomode mas el sombrero y no pude evitar recordar un fragmento de mi pasado...
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Flashback: On
Mi cuerpo estaba apoyado contra el marco de un ventanal. A mi lado estaba sentado Ahkrahselum con sus ropas tipicas de cuando estaba descansando en sus aposentos. Ambos estabamos solos en su inmensa habitacion observando por la ventana a la pequeña Selene jugando con su hermana Diva.
Ahkrahselum: Se que seras un gran guardaespaldas para ella.
Mi entrecejo se fruncio un poco. El levanto su vista y me observo con una debil sonrisa en sus labios. Mi porte era cruzado de brazos y llevaba encima el abrigo negro que me habia entregado cuando habiamos terminado de pelear contra los Persas.
-No se porque me jodes con que sea su guardaespaldas... no tengo paciencia con las mocosas y esta niña no sera la excepcion. Estoy seguro que cuando cresca tomara tu caracter y me cortara la cabeza-
Ahkrahselum solo empezo a reir, estaba acostumbrado a mi informal lenguaje cuando estaba con el y eso parecia animarlo, despues de todo nadie se animaba dirigirse asi hacia el. Yo era el unico que le hablaba como queria pero siempre con ese respeto que el faraon generaba.
-Pero solo porque es tu hija le enseñare a usar la hoz y le cuidare el trasero siempre que pueda. A no ser que ella decida que mi trabajo finalmente caduco y vere donde suicidarme-
Ahkrahselum: Protegela siempre que puedas, Kisame. Considera que es tu parte a pagar de mi amable generosidad a sacarse de la miseria
Me quede en silencio por unos momentos. Recorde el dolor de los latigos sobre mi carne y reaccione de inmediato. Ese dolor no me agradaba mucho recordarlo.
-Solo porque es tu hija lo hare. Consideralo un trato, Ahkrahselum-
El faraon sonrio bastante amigable. El era lo mas cercano a un amigo que tuve en toda mi vida y supongo que yo era lo mas cercano al deforme que le hablaba sin titulos ni cuidaba su lengua. Tal vez por eso nos teniamos tanta paciencia.
Ambos chocamos nuestros puños mientras que los rayos del sol iluminaban nuestras siluetas. De fondo se veia que Diva se levantaba y Selene se ponia a llorar...
Fin del flashback
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Sonrei y empeze a caminar hacia la salida. No me voltie hacia Hang, solo le hable mientras terminaba de cruzar la puerta.
-Apurate o no los alcanzaras-
Sali hacia fuera y observe en la distancia a la reina y al ministro caminando juntos. Baje mas mi sombrero al punto de que solo se notaba mi menton y camine en la direccion contraria... tenia que encontrar donde descansar por toda la eternidad.
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Re: [Alejandría] Tumba de Alejandro Magno
Miraba como Selene reaccionaba de forma agresiva ante las palabras de Illidan y Kisame aunque no pretendían ofenderla para ella fue una gran ofensa que no la reconocieran como una guerrera, pero lo que dije fue para mi parecer verdad ya que Selene aunque fuera mujer no parecía débil si no todo lo contrario desde que la aura combativa que la rodeaba en el jardín de Isis…por eso también decidí servirle ya que por alguna extraña razón siento que ella tiene la fuerza suficiente como para gobernar a las personas…
La guerra contra Persia no será igual que la que tuvimos en Menphis, pensaba en verdad será correcto…ya que a cada paso que doy hacia el frente siento que me adentro en una oscuridad de la cual no podre salir…cuando mire al frente Selene se encontraba parada ahí diciéndome que por la confianza que le tenia me nombraba el nuevo líder de su ejercito y que estuviera a su lado…luego comenzó a retirarse.
Pero en realidad seré suficiente en esta batalla, que puede provocar un caos total…no importara mientras encuentre lo que busco desde ase ya tanto tiempo la verdadera razón de adentrarme en la oscuridad…Desde que encontramos ese extraño templo en la costa en ese momento mi destino fue escrito,... al terminar el sendero vimos unas ruinas de las cuales ninguno avía escuchado antes cuando nos adentramos en ellas vimos un templo al entrar nos separamos de una forma muy extraña…porque no recuerdo todo como si algo hubiera borrado lo que paso después solo dejándome recordar unas palabras en una gran puerta…para encontrarla tendrás que adentrarte en la infinita oscuridad…
Al mirar la salida solo mire como Illidan alcanzaba a Selene quedándose detrás de ella pero luego escuche la voz de Kisame diciendo que me apresurara al salir mire que el tomo otro camino me preguntaba si estaba bien lo que pasaba…pero yo no era nadie como para decirlo así que corrí para alcanzar a Selene e Illidan quedando a un lado suyo .
La guerra contra Persia no será igual que la que tuvimos en Menphis, pensaba en verdad será correcto…ya que a cada paso que doy hacia el frente siento que me adentro en una oscuridad de la cual no podre salir…cuando mire al frente Selene se encontraba parada ahí diciéndome que por la confianza que le tenia me nombraba el nuevo líder de su ejercito y que estuviera a su lado…luego comenzó a retirarse.
Pero en realidad seré suficiente en esta batalla, que puede provocar un caos total…no importara mientras encuentre lo que busco desde ase ya tanto tiempo la verdadera razón de adentrarme en la oscuridad…Desde que encontramos ese extraño templo en la costa en ese momento mi destino fue escrito,... al terminar el sendero vimos unas ruinas de las cuales ninguno avía escuchado antes cuando nos adentramos en ellas vimos un templo al entrar nos separamos de una forma muy extraña…porque no recuerdo todo como si algo hubiera borrado lo que paso después solo dejándome recordar unas palabras en una gran puerta…para encontrarla tendrás que adentrarte en la infinita oscuridad…
Al mirar la salida solo mire como Illidan alcanzaba a Selene quedándose detrás de ella pero luego escuche la voz de Kisame diciendo que me apresurara al salir mire que el tomo otro camino me preguntaba si estaba bien lo que pasaba…pero yo no era nadie como para decirlo así que corrí para alcanzar a Selene e Illidan quedando a un lado suyo .
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