-Vieja Mansión Abandonada-

Luego que aquel hecho en la sobajera, aquella sucia taberna a la cual, no se por que tonta razón decidí entrar, pues sabía que algo iba a ocurrir que me pondría de mal humor, seguí caminando por las calles del distrito de mala muerte. Llegué a una esquina en donde encontré un enorme edificio que parecía abandonado, no tenía puerta y adentro estaba oscuro. Pero algo me pareció extraño, sentía una presencia oscura dentro, parecida a la de las almas que me seguían siempre, como las de aquel viejo cementerio donde conocí mis poderes por primera vez. Pensaba mientras -Que extraño, un edificio de ese tamaño en este sitio... debió haber sido una iglesia o mercado...- Entonces decidí avanzar, y adentrarme en el lugar para investigar, decidí encender mi cosmos por si las dudas, el resplandor opaco del aura que me rodeaba era la única luz que alumbraba en el lugar. Recorrí un par de veces el hall principal, no encontré nada extraño, pero seguí caminando por aquel edificio en busca de esa presencia sentí desde un principio. Elevé aun más mi cosmos, podían verse llamas casi invisibles a mi alrededor de un color índigo y una oscuridad cubría aún más el sitio, sintiéndose aquella energía también a unos metros fuera del edificio. Estaba llegando la noche, era el momento ideal para poner en práctica mi poder de controlar a la muerte, y más con aquella extraña presencia que sentía allí adentro. O será que el tener poderes sobre naturales me estaba volviendo loca, no lo se, pero ya sentía como mi cosmos energía recorria todo mi cuerpo aumentando más y más mi poder.

Me había desviado bastante de la zona de las villas para quedar parado justo en frente de lo que parecería un antiguo mercado o algo similar, pues dentro del recinto se podía apreciar el extenso espacio que había en aquél lugar, recorrí mi mirada por todo el lugar, veía el suelo, las paredes el techo, todo con un toque que daba la sensación de ser un lugar de antaño, observé las columnas desgastadas y casi destrozadas que con suerte mantenían intacto el capitel que las unía con el techo, era algo realmente viejo, se notaba con tan solo entrar desde la apariencia hasta el aroma, todo generaba una especie de nostalgia, yo seguí caminando explorando aquél sitio tan peculiar pero había algo ahí que me llamaba mas la atención, no era ni el aroma ni la vista ni lo amplio del salón, sino, se trataba de una sensación extraña, sentía como si alguien mas estuviera en aquel lugar tan desolado, era ese presentimiento el que últimamente me seguía a todas partes, sentía como este ultimo tiempo había presentido cosas que luego pasaron, era todo muy extraño pero también sentía mucha curiosidad por descubrir la verdad.

¿Que estará pasando conmigo ? me preguntaba por mis adentros mientras seguía investigando esos lares, caminando entre los pasillos subiendo y bajando pisos, pero sin éxito sin encontrar nada que me de una razón por la cual sentía lo que sentía.

Estaba en el piso de arriba, investigando de donde salía aquella presencia extraña y escuché un ruido abajo. Entonces baje las escaleras con cuidado, pues al pisar hacía mucho ruido, estaba realmente vieja. Al llegar abajo, vi a un hombre de aspecto extraño, era un tanto alto. Me acerqué a él, pero me mantuve un tanto lejos, temía que fuera a ser un enemigo o algo parecido. Me detuve unos metros delante de él, estaba en la parte central de la casa. Entonces, sin decir nada aún, lo miré a los ojos. Mis ojos escarlata brillaban con el resplandor de la poca luz que entraba en aquel edificio. Y de repente, mi cosmos se encendió, oscureciendo todo de golpe, y unas llamas negras comenzaron a rodear todo mi cuerpo. Entonces, de mis labios salieron las primeras palabras, algo serias, y furiosa, pero estaba confundida, al no saber que hacía aquel sujeto en ese sitio.

-¿Quien eres tú? ¿Que haces en este sitio?... contéstame cuanto antes, no querrás morir en este mismo lugar jajaja....- Decía con ironía.

Mi armadura comenzaba a brillar por el reflejo que hacía mi aura oscura, se veía más siniestra de lo que es en realidad, mientras que mis ojos se opacaban, sin mostrar brillo alguna, estaba preparada para cualquier reacción de ese joven que acababa de encontrar. De pronto comencé a escuchar aquella voz que me hablaba en mi interior, entonces sonreí.

-ja un simple humano... vamos, acabalo ahora mismo... no esperes más...- Decía aquella voz mientras yo elevaba mi cosmos más y más. En el aire comenzaban a escucharse voces quejándose, de las mismas almas que me seguían, y atraían a las almas que paseaban por la mansión. Entonces dije -...No, aún no es el momento... él tiene poderes también... hay que tener cuidado...- Dije en voz baja para que el sujeto no me escuche, mientras hablaba con aquel espíritu.

-...Es inferior a ti, puedes acabarlo...-

-No es así, debo tener cuidado con él...- Decía, contradiciendo las palabras del fantasma en mi interior, entonces, me quedé quieta en el lugar, alerta esperando una respuesta de aquel joven. No quería usar mi poder en ese momento, ya que no tenía suficientes energías, pero si no quedaba otra opción debía hacerlo

Al continuar avanzando notaba como el salón estaba lleno de tensión, se percibía al instante aquella carga espiritual en ese lugar, mis ojos recorrían todo el recinto fascinados con el aspecto tétrico y viejo de aquél lugar, era en verdad un misterio, pero era divertido husmear por esos lares, de repente una mujer se topó conmigo, la vi, era extraña y tenía la sensación de que esa mujer era peligrosa, de inmediato me habló con un tono de voz bastante amenazante.

-"¿Quien eres tú? ¿Que haces en este sitio?... contéstame cuanto antes, no querrás morir en este mismo lugar jajaja."
Mi rostro esbozo una sonrisa picara y provocadora, como si estuviera intentando incitar a aquella muchacha a enojarse, entonces me acerque bastante mientras ella murmuraba cosas en voz baja.
Al principio pensé que se trataba de una simple loca oportunista que le gustaba asustar a los curiosos que visitaban ese lugar tan extraño, pero luego pensé que quizás si se trate de una asesina que podía matarme, entonces una vez frente a ella, me incline hacia abajo y en cuclillas tocandome el mentón con mi mano derecha mientras la observaba a los ojos directamente le dije

.- ammm... ¿ y se supone que debo temerte ? ¿ o reírme por lo que me acabas de decir ?
Intenté nuevamente provocarla para que estalle su enfado, pues estaba aburrido y me gustaba molestar a las mujeres, ese era mi mas querido pasatiempo...

Primer post de cuatro para maestria de segundo ataque debil. Elemento = Muerte y almas

Vi una sonrisa en su rostro, crei que el no era tan fuerte, despues de todo, ni armadura tenia, pero igual, no me altere, solo lo miraba a los ojos, esperando que hable. Mi cosmos se elevaba de a poco, mientras comenzaban a aparecer llamas de color oscuro alrededor de mi cuerpo, mientras que mi compañero felino estaba paralizado, con su pelaje erizado gruñendo al intruso. Pues, como en aquel sitio predominaban las almas, aquel pequeño animal fantasmal sentia que estaban invadiendo su territorio. Lo mire, y sonrei, no me parecio extraño. Pero luego volvi mi vista hacia aquel hombre que no se movia del lugar, pero hacia gestos que me ofendian, aunque no lo queria demostrar, en el fondo estaba tranquia. De pronto el joven dijo unas palabras, com odesafiandome, por lo que mi rostro cambio a serio de repente.

-No es necesario que digas esas estupideces, no tienes que temerme, de lo contrario no me divertiria contigo...- Luego mostre una sonrisa siniestra, y mis ojos se fijaron en la nada, miraba al vasio absoluto, baje lentamente mis manos a los lados de mi cuerpo, y comenzo a cubrirlas la misma aura oscura que rodeaba mi ser, hasta que de repente, la nada, caparecio repentinamente aquella oscura espada de la muerte, Frostmourne, su filosa hoja plateada tomaba un color celeste brillante, y los ojos de la calabera de la espada se volvçian con el mismo brillo, y un vapor casi invisible dsespedia desde esos ojos; mientras yo observaba con total tranquilidad a aquel sujeto, sabia que ocultaba un poder como el mio, que podia al menos controlar un el cosmos, sentia la presencia de un poder bastante fuerte. Sentia que esa era la oportunidad perfecta para desarrollar mi siguiente ataque, y no la iba a desperdiciar, por lo que solte unas palabras, provocando al joven.

-Pues que esperas, si no me tienes miedo enciende tu cosmos, ede poder que escondes, pelea conmigo... ¿O tienes miedo? ¿Huiras?- Decia con ironia mientras aumentaba mi cosmos casi al maximo para empezar con este jueguito. -Pero descuida, no te hare mucho daño, este solo sera un entrenamiento para aumentar nuestras fuerzas- Una sonrisa se mostraba en mi sostro mientras hablaba, entonces, con mi espada en mano, me quede esperando la respuesta de ese hombre.

Un escalofrió recorrió todo mi cuerpo al ver a esa mujer, algo no andaba bien no era normal en mi esta especie de miedo, lo cierto era que no había notado la armadura que portaba consigo, un gran descuido que podría haber puesto en peligro mi vida, haciéndome el fuerte y el rudo con esa mujer que parecía doblarme en fuerza, pero no me interesó, tras escuchar su voz nuevamente y su proposición de una pelea quedé atónito, no dormir durante días no era algo que me diera la ventaja obviamente sumando a la cuenta que llevaba dormido un perro en mi equipaje por lo que me estorbaría en un combate entonces estaba jodido.

.- mmm un combate... no lo sé no me gusta golpear a las mujeres, además el riesgo sería mayor si te rompes una uña o algo, no quiero cargar con la culpa que arruiné tu estética jajajaja

Exclamé ante la mujer que se veía bastante seria, lo cierto era que estaba consiente que esa joven me podría patear la cabeza si la jodía demasiado, pero me gustaban los desafíos, los retos y sobretodo las peleas, era lo que mas me apasionaba...

.- Pues... si quieres pelear conmigo adelante, pero advierto que solo me defenderé no planeo hacerte daño
Le dije a aquella señorita con armadura la cual parecía muy peligrosa, pero yo solía ser precavido en los combates por lo que no me dejaría vencer así como así y menos contra una mujer...

Segundo post de maestría para segundo ataque débil - Elemento: Muerte y Almas

Esbocé una sonrisa siniestra, como era costumbre en mi ante un enemigo. Al parecer aquel intruso que estaba frente a mí se veía muy confiado ante mi presencia, aunque lo que él no sabía era que si quisiera podría matarlo en un instante, pues por lo que veía no tenía todavía mucho poder como para igualarse a mi cosmos. Pero lo que yo quería era perfeccionar mi siguiente técnica, no me importaba tener que pelear contra un inútil que solo me subestimaba. Al escuchar sus palabras, que por supuesto me parecieron de más solo reí un poco para luego hablarle con voz firme y siniestra, así como lo era mi mirada.

-Estoy comenzando a creer que hablas demasiado. Esas palabras están demás y creo que lo dices porque tienes miedo...- Decía sobrepasando aquellas palabras del joven, mientras que esa oscura energía corría por todo el edificio, que iba tomando un color índigo, cada rincón de la casa se oscurecía por el poder de mi oscuro cosmos fantasmal. En tan solo unos segundos comenzó a sentirse unos quejidos ensordecedores, como si fueran miles de almas invocando a la muerte.

No paso mucho rato hasta que me decidí a comenzar con el primer paso, moví con fuerza la espada que tenía en mi mano y enterré su filo en la tierra, abriendo una grieta bastante considerable en el suelo. De allí comenzó a despedirse una especie de humo negro, y comenzaba a llenarse el lugar de una oscura neblina. Aún podía verse el lugar, pero con mucha dificultad. Entonces, de repente comenzaron a aparecer millones de almas, con forma humana, pero similares a una sombra, empezaron a sobrevolar alrededor del joven que se encontraba frente a mí. No iba a hacerle daño... por lo menos no todavía, solo quería probar cual sería su reacción ante aquel ataque, en realidad era una distracción, no pensaba hacerle ningún tipo de daño con esas oscuras almas.

Yo permanecía quieta, sosteniendo el mango de mi espada con ambas manos, mientras observaba aquel espeluznante hecho que me agradaba en gran medida, estar entre las almas y la muerte me hacía sentir más fuerte, con más vida, por decirlo así. Mientras que mi compañero felino no cesaba de maullar al compaz de los quejido de las almas desde el más allá. En tanto yo no decía nada solo esperaba el momento preciso, hasta que las almas comenzaron a correr en círculos alrededor de aquel hombre, entonces ahí fue cuando comenté un par de oraciones.

-Ahora... ¿Que harás para defenderte de esas criaturas que te acechan...?- Decía esperando a la reacción de aquel hombre, aunque mi intención no era hacerle daño aún, él no lo sabía y esa era la clave para perfeccionar mi maestría en el elemento de la muerte.

Sentí como la muerte me acechaba, esa mujer era realmente espeluznante pero poco me importaban sus poderes o su peligrosidad pues me daba igual lo que pasara, yo había estado al borde de la muerte en innumerables ocasiones y había sufrido el castigo físico y psicológico de ser esclavo de guerra en Egipto, por eso ninguna loca me intimidaría, ni una loca ni nadie que intente pasarme por arriba lo conseguiría.

De repente las almas empezaron a rodearme girando en círculos a mi alrededor mientras yo miraba hacia mis costados confundido de que sería el próximo accionar de mi rival, al parecer intentaba asustarme pero ver morir a mis compañeros en mis manos y ser el único sobreviviente junto a Orpheo me habían dado la fortaleza para aguantar cualquier tipo de problema, apreté mi puño con fuerza, y del equipaje que llevaba a mis espaldas saqué un escudo el cual iba a usar para defenderme, no pretendía dañar a la joven pero no me dejaría derrotar por ella tampoco. Mi perro se despertó y comenzó a ladrar, pero algo lo asustó de tal manera que huyó de ahí alejándose de mi vista, cosa que me pareció rara ya que ese perro era demasiado valiente, pero no podía correr tras el, quizás luego volvería o lo iría a buscar pero ahora era tiempo de luchar, empuñando mi escudo y mirando a la mujer seriamente exclamé.

.- ¿ y bien ? ¿ que harás entonces, asustarme con fantasmitas? mejor no pierdas el tiempo...

Tercer post de maestría para segundo ataque débil - Elemento: Muerte y Almas

Las almas revoloteaban alrededor de aquel extraño sujeto que llevaba demasiado equipaje, pensé que tan vez iba a viajar o algo por el estilo pero no le presté mucha atención a eso. Vi luego, que un perro salía de allí y huía corriendo de aquella mansión. Creí que era su mascota o algo así, pero de inmediato noté que el pequeño felino compañero mio de batalla, comenzaba a gruñir y se erizaban su pelaje. Me sonreí y lo miré de reojo.

-Tranquilo pequeño, es un insignificante perro doméstico, no hay de que preocuparse.- Decía ami pequeño amigo, hablándole como si fuera una persona, era mi costumbre tratar así a los animales, y en especial a los que pueden ayudarme en la batalla. Mi cosmos seguía aumentando, y yo no me preocupaba demasiado por el sujeto que estaba en frente de mí, porque me subestimaba y hablaba demasiado, ahí comencé a sospechar que no tenía un gran poder, tan solo lo aparentaba. Mencionaba cosas demasiado ridículas, como que yo trataba de asustarlo con mis fantasmas, no pude evitar soltar una carcajada siniestra mientras lo miraba con desprecio. Mientras que las llamas a mi alrededor se expandían aún más en aquel sitio tenebroso. Entonces solté unas cuantas palabras dirigidas al sujeto.

-No digas tonterías, si yo quisiera matarte ya lo hubiera hecho, pero la verdad es que no vale la pena, tan solo sería acabar con otra tonta alma de este asqueroso planeta...- Decía con odio hacia aquella incrédula persona que de a poco tomaba su escudo para protegerse, porque no quería pelear con una mujer, según había mencionado él, pero lo que no sabía era la clase de mujer que era yo, mi vida hasta mis poderes, no tenía esas cosas en mente, tampoco pretendía explicárselo, sería inútil, no entendería, solo si le ocurre a él sería capaz de saber de que se trata todo esto, pero antes no, no pretendía nombrarle ni una sola palabra más, entonces concluí con aquella desagradable reunión lanzando unas pocas oraciones.

-De acuerdo, esto se acaba aquí, amigo humano, no vales la pena, ni siquiera para enfrentarme contigo en una batalla, ni eso. Simplemente eres otra alma vagabunda de este mundo, alguien más, que aún no ha descubierto aquella energía interna que todos tenemos...- Explicaba con una voz desafiante y firme mientras hacía que aquellas almas que lo rodeaban regresen lentamente hacia mi lado. Más no soportaba aquella situación. Entonces dije -Ya vete de aquí, vete como viniste, sin más pretextos, déjame a solas con toda la muerte que aquí habita... abandona este lugar si no quieres presenciar la furia de mis nuevas habilidades... te dejo libre, humano...- Concluí mi dialogo volteándome, para darle la espalda a ese hombre, sin haber logrado lo que quería, pero deseaba estar sola en ese momento, sin nadie, solo con la presencia de mis queridas almas en pena y la misma muerte, caminé hacia atrás alejandome un poco, esperando el momento de quedar sola.

Mi humor no era el conveniente para ese encuentro repentino, la mujer era muy ingenua y me subestimaba, pero yo no le daría el gusto de tenerle miedo ni de buscar problemas, estaba harto de las personas que decían una cosa para luego hacer otra, no estaba para juegos ni para perder el tiempo con una niña, tenía cosas mas importantes que hacer antes de hacerme el guerrero y pelear con una loca que se cree invencible, apreté fuertemente mi puño y guardé el escudo que en tiempos pasados usaba para la guerra, colocandolo nuevamente en mi bolso donde llevaba el resto de mi equipaje, me di media vuelta y enfadado sin decirle nada me marché de aquél lugar para buscar a mi perro, lo cierto era que no tenía ánimos de que me jodan, no podía jugar con la loca mientras mis hermanos estaba desaparecidos, entonces recordé las palabras de Orpheo, y decidí ir a buscarlo para pasar el día en su cabaña y luego convencerlo a que me ayude a buscar a mis hermanos.

.- Ni modo... tendré que buscar primero a este perro...
Decía mientras buscaba a mi amigo por todo el recinto, hasta que escuché sus patitas corriendo hacia mi, volteé a mirar y era el que venía a toda prisa hacía donde estaba yo y dio un salto para que yo lo agarre, luego de eso salí de la mansión abandonada y me fui a otro lado en busca de las cabañas de Orpheo.

Cuarto y último post de maestría de ataque débil - Elemento: Muerte y almas.

A mi parecer aquel hombre no era nada agradable, las palabras que me había dicho anteriormente me molestaron de sobremanera porque yo no me creía muy poderosa ni nada de lo que anteriormente él pronunció. Al contrario, solo era una fantasma de Eris vagando por el mundo en busca de mis compañeros y de mi diosa. Por lo tanto aquel muchacho me parecía un tanto insignificante, al principio creí que tenía algún poder o algo de eso, pero por lo sucedido me di cuenta que ni siquiera sabía controlar el cosmos, era una lástima pero ahora tendría que entrenar sola para conseguir el dominio de mi segundo ataque. Si hubiera querido matar a aquel hombre lo hubiera hecho, no me cotaría en lo más mínimo acabar con su vida. Pero no quería hacerlo, sería una perdida de tiempo, y sería inútil acabar con alguien que no tiene ni la más mínima idea de lo que es el cosmos.

Estaba furiosa, las almas me seguían y el lugar se oscurecía cada vez más. Mis ojos rojos estaban opacos, fijos en aquel hombre que se iba, sin importarle nada. Eso me enfurecía más cada vez. No tenía idea de la destrucción que podía llegar a causar sin me enojaba, pero no iba a hacer nada contra él ya que lo único que me importaba era incrementar mi poder y crear una nueva técnica de combate. No me importaba lo que piense ese hombre inútil en inservible que solo vagaba por esta miserable tierra viviendo día a día sin un destino fijo. Cerré los ojos con fuerza al llegar mi cosmos a un punto elevado. Al apretar mis puños grandes llamas negras comenzaron a rodearme y cubrir aquel sitio, si el joven que se fue hace un rato hubiera estado allí, seguramente hubiera sido lastimados por aquellas llamas oscuras.

De pronto elevé mis manos hacia arriba y miles de almas comenzaron a aparecer desde bajo la tierra y rodearme con gran velocidad, parecían personas comunes pero semejantes a una sombra, sus rostros no se veían, aterraban al que los viera. Segundos más tarde, aquellos fantasmas comenzaron a danzar en círculos a unos metros delante de mí, creando una especie de barrera transparente, y se fusionaban con ella, haciéndola cambiar de color, a un gris oscuro. Entonces, al cerrar mis puños, esta barrera explotó creando una energía oscura en todo el edificio, desde la explosión de pronto salió una de las almas y se dirigió hasta mi, fusionándose en mi cuerpo. Una sonrisa sinietra se mostró en mi pálido rostro al cabo de unos minutos pronuncié unas palabras.

-Soul Explosion... excelente- Decía mientras comenzaba a caminar hasta la salida del edificio, mi cosmos se apagaba de repente mientras que mi compañero felino me seguía desde atrás.