Portón Principal

-Mucho gusto Beneth.- Dijo Dandy observando a su interlocutor.

-Pues si soy de aquí; pero he estado viajando desde hace mucho tiempo. Después de terminada la guerra, regresé a Roma en busca del señor Fye. Luego de eso decidí conocer un poco más del imperio y fui a los bosques donde estuve por un tiempo, durmiendo en las ramas mas gruesas de los arboles y cuando el tiempo era muy malo dormí en algunas posadas. Tras mucho caminar y caminar llegué nuevamente a Roma sin mas equipaje que la mochila que ven. Sabiendo de la jerarquía del señor Fye vine a ver si lo podía encontrar aquí, que me imagino que viene bastante seguido. Me gustaría mucho hablar con él y ver si me puede ayudar dandome un trabajo, pues para un soldado; cuando ya no hay guerra, ya no hay muchas opciones...

Y dime Beneth, por tu catadura me parece que fuiste soldado alguna vez?-

Ciertamente el muchacho parecía un buen guerrero, tenía un cuerpo bastante atlético que Dandy no había notado de lejos. Beneth no parecía Romano, Dandy lo había notado, pues ya que había compartido las interminables noches en el frente de batalla con miles de hombres romanos, había algo que no lo hacía muy parecido a los romanos, pudieron haber sido sus facciones, o su acento o su vestimenta.

-Disculpa, tengo una pregunta más....eres Romano?- Dandy no pudo evitar preguntar esto, además quería conversar más pues desde hace mucho tiempo que no lo hacía, y quizás era la manera más segura para terminar en la locura.

La señorita aun no contestaba, solo se limitaba a ver a ambos hombres hablando, sonriendo de vez en cuando..

Como mis instintos decían... el viajero Dandy era un soldado, no era un simple romano al parecer los tatuajes que rodeaban su torso esbelto, seguro eran marcas de guerra, o algo así, no cualquier ciudadano libre viste de una forma tan peculiar. Por otro lado, algo en comun que compartía con él, era que ha viajado mucho como lo he estado haciendo por el Imperio Romano buscando nuevas aventuras y experiencias, para cumplir con mi misión... Helena respondió la pregunta del romano en busca de trabajos para el señor Fye, parece que ambos esperarán a su líder, o algo así me determinó Helena cuando me habló de él de una forma tan esmerada, como si quisiera que los Dioses supiesen lo tanto que lo admiraba.
Parece que Dandy notó que también era un guerrero, solo que yo era muy diferente a él, me preguntó si era romano, parece que no lo convencía con mi vestimenta...

-(A Dandy) No fui soldado Dandy, pero fuí a estudiar las artes militares en Esparta de niño, pero nunca pertenecí a una primera linea de infantería de un ejército o algo por el estilo, pero aprendí muchas cosas como para sobrevivir en este imperio tan impuro, aunque mi apariencia no lo parece.

-Y si soy romano, solo que no me gusta vestir como los demás... tan usuales y monótonos, incluso una vez pertenecí, a una de las familias del senado de este Imperio Romano.

Por un momento creí que daba mucha información, pero Dandy era un guerrero y hay códigos cuando dos guerreros hablan, es lo que me enseñaron en Esparta. Tampoco quise dejar de lado a Helena, así que después de conversar con Dandy...

-Señorita Helena, parece que de verdad admira al señor Fye, y digame no cree que los tres podríamos hacer un bello adorno como el que tiene en sus manos, la verdad yo quiero uno, no le parece Dandy... Le parece señorita Helena.

La señorita Helena le dijo a Dandy que ella también esperaba por el señor Fye, al parecer ella era una sirvienta de él, y le profesaba una gran devoción que rayaba en otros sentimientos más profundos como el amor...

Helena esperaba junto al caballo del señor Fye, y sobre la montura del animal descansaba una canasta con varias frutas adornada primorosamente, la señorita les hizo la relevación de que ella miraba al señor Fye como una gran persona, alguien a quien admiraba y consideraba la mejor persona del mundo; y por tal motivo no perdía la oportunidad en obsequiarle algo.

Dandy volteó a ver seguidamente a Beneth, quien le dijo de donde venía, quien era y que hacía en aquel lugar, Dandy no pudo dejar de sorprenderse al encontrar ahi a un antiguo integrante de las familias poderosas de Roma.

El guerrero romano no podía imaginar encontrar una persona como Beneth en aquel lugar, Dandy pensaba que personas como el debía estar en una lujosa villa o codeandose con los personajes de la alta sociedad romana, pero ahí estaba, hablando con ellos...un soldado y la sirvienta del señor Fye...y hablando de Helena; al momento en el que Dandy besó su mano, sintió una energía muy extraña, era algo muy dificil de explicar, desde ese instante, el guerrero pensó que ya la conocía y la miraba fijamente queriendo reconocer en ella a alguien que no lograba recordar.

Mientras Dandy observaba fijamente a Helena, Beneth habló y dijo que se notaba que Helena le profesaba gran admiración al señor Fye, y que le gustaría tener un adorno como el que la señorita había hecho.

Dandy sintiéndose en confianza con ambos, sacó de su mochila un par de dientes de un cocodrilo, con el que Dandy se había encontrado una tarde mientras bebía del agua de un río. Dandy lo mató y como trofeo tomó varias de sus piezas dentales. Con mucha paciencia había hecho unos pequeños agujeros en la parte mas gruesa de los dientes y por ellos había pasado una pequeña cuerda.

-Hablando de recuerdos, me gustaría darles estos. Los hice para honrar la memoria de mi familia, la cual falleció el mismo día que salí de mi hogar. Son de un cocodrilo con el cual me ví obligado a luchar para salvar mi vida y me quedaron algunos más. Tomenlos como una muestra de mi confianza y de mi amistad con ustedes.-

Realmente Dandy no había tenido mucho que compartir desde que era soldado y aquella era una buena oportunidad.

-Y si así lo desea, señorita Helena. Puedo regalarle uno más para que lo coloque en el bello adorno que ha hecho para el señor Fye, talvez sea de su agrado.- Dijo tendiéndoles a ambos los collares que había hecho.

Noté que nuestro nuevo "amigo" revisaba algo dentro de su mochila de campaña, un par de colmillos de cocodrilo, nos contó una corta historia de sus aventuras de como llegaron a sus manos tales dientes peligrosos, que cualquiera imaginaría el terror de tener que sacarle los dientes a un reptil tan respetable del reino de los carnívoros. Pero nada es imposible para guerreros que se proponen en conseguir un objetivo, se lleva en la sangre la adrenalina que da brincos por las venas con el solo hecho de tener que luchar y derribar a su oponente para saciarla. Que bien se vería como colgante, no como una forma de intimidar al enemigo sino como recuerdo de que una vez, por primera vez alguien me tuvo que dar algo sin tener que pedirselo a la fuerza... se siente tan bien, para mí un maldito desagradecido por tantas cosas que tuve sin decir... ¡Gracias!. No pude evitar recordarlo, pero no debía incluir mis desgracias a mis nuevos compañeros, y menos ahora que me siento tan bien. Dandy nos regaló uno a mi y otro a Helena.

-Gracias Dandy, que buen obsequio la verdad no tengo nada para regalarte, porque mi viaje recién inicia, pero si algún día nos volvemos a encontrar seguro también tendré algo para ti.

Una vez en mi cuello, no podía evitar mirarlo y tocarlo, como un juguete nuevo que se le regala a un niño en su cumpleaños... No quise hacer tampoco el ridículo en frente de mis compañeros, así que me lo dejé puesto, para después verlo con más detalle, jeje.
Helena también parecia a gusto con su nuevo amuleto, pero no tanto como yo que si no fuera por ellos seguiría tocando y mirando mi regalo, en fin...

-Si señorita Helena sería un completo incompleto para mí no llevarme un regalo también de usted, pero les aseguro que a ambos les regalaré algo, solo esperen unos cuantos días ya llegará el día en que nos volveremos a encontrar presiento que será así.

No se de donde salió eso pero al menos de alguna forma me sentía bien con ellos. Después de decirnos los materiales del adorno de Helena me puse a buscarlos junto a Dandy, mirandome como un niño que busca caramelos en el suelo, seguro no pensaría de mi que soy un guerrero tan fuerte quizas como él, pero eso no importaba, por lo menos ahora.

-Mmm cintas, hilos yyyyyy un par de plumas, eso sí que nos va a costar buscar no le parece Dandy...

El joven Beneth parecía muy emocionado con el regalo que Dandy le acababa de dar. Así mismo; le dijo a Dandy que no les daba nada porque su viaje recién comenzaba.

-No te preocupes amigo Beneth-.

Ambos se alejaron un poco de donde estaba la señorita Helena, que seguía esperando al señor Fye en la entrada. Beneth y Dandy buscaban las cosas necesarias para hacer un adorno como el que ella tenía. Realmente Dandy no se sentía avergonzado ni mucho menos, el siempre había sido el más joven en el ejercito y era el que mas bromas hacía y el que se fijaba en cosas que los demás no. Todos estaban acostumbrados a sus niñerías, a pesar de eso era un fuerte y valiente guerrero cuando de eso se trataba. Porque de ahi en adelante era un muchacho de buen trato y muy sociable.

Después de un corto tiempo, ambos regresaron a donde estaba Helena, pero grande fue su sorpresa al ver que ella ya no se encontraba ahí. Ya no estaba ni el caballo en el que Helena había llegado, ni el adorno ni un solo rastro de ella.

En lo primero que pensó Dandy fue en que el señor Fye había llegado, y ella se había ido con él; pero el caballo del señor Fye seguía ahí; así que lo segundo que Dandy se imaginó fue que había sido raptada.

Tanto Dandy como Beneth la buscaron afanosamente por todos los alrededores, pero no encontraron ni un solo rastro, ni una pista de ella; todo era muy extraño.

-¿Qué le habrá pasado a la señorita Helena, Beneth?- Preguntó Dandy un tanto nervioso...

Ya amanecía, el sol salía y la gente con él, la circulación de la gente sería un problema sino encontrabamos los objetos que Helena nos encomendó para el adorno, por suerte junto con Dandy lo logramos, las cintas, un par de plumas y algunos hilos, nose si era lo justo y necesario pero creo que con esto bastaría.

-Bien Dandy creo que con esto bastará para el adorno no cree, que tal si vamos con Helena, ella sabrá como empezar...(Ya que nos habíamos alejado un poco por buscar los objetos).

Ambos nos fuimos en dirección a Helena, pero por alguna razón ella ya no estaba, quizas fue al baño, pensé yo en ese momento, el caballo estaba solo ahí comiendo del pasto, la llamamos por su nombre, pero no respondía nadie, que será lo que pasó con Helena. Luego de buscarla por los alrededores, no encontramos indicios de ella, así que me rascaba mis cabellos rubios, pensando que habrá sido de ella???, Dandy me pregunto de que haría sido de ella, yo lo miré, como diciendo, que se yo.

-Se habrá ido la señorita Helena al baño... Bueno después de buscarla arduamente señor Dandy, parece que desapareció repentinamente, algo difícil de explicar, es como si fuera un fantasma todo este tiempo que platicamos con ella. Bue...(tiré todo al suelo).

Que desilución y yo que quería uno de esos, pero de alguna forma tenía que seguir con mi viaje y encontrar mi destino por otros lados y seguir coleccionando cosas de todo el Imperio Romano.

-Dandy no es que me aburre estar contigo, pero tengo que seguir viajando tengo muchas cosas que hacer, fué muy un momento muy bueno el que pasé con ustedes dos, bueno nose como decirlo ahora, con vos, jejeje.

Estreché la mano de mi compañero, y le dije...

-Dandy, debo irme te agradezco el colgante, ya tendré algo para tí nos vemos compañero, y ojalá nos volvamos a ver, contaremos historias de nuestras experiencias de aventureros, tomando una cerveza hasta embriagarnos. Cualquier cosa si quieres pasearte por lugares verdes, lleno de oxígeno, te estaré esperando en mi Villa, Villa Carmesí, no queda muy lejos de aca, cerca de ella hay una gigante montaña, seguro la encontrarás, nos vemos compañero, y suerte...

Le solté la mano, y giré en dirección contraria para seguir mi largo viaje, y no pude evitar pensar en la chica de cabellos rubios. Me tenía preso de la incognita. Mientras caminaba...

-Que habrá sido de ella, no será que el señor Fye ha respondido a su llamado, pero no creo ya que lo hubiesemos notado, si es tan importante hubiese salido del Palco del Cesár, con muchos guardias o algo así, bueno no importa, porque por más que haya desaparecido la recordaré...

El joven Beneth le dijo a Dandy que talvez la señorita Helena se había ido al baño o algo por el estilo. Dandy que conocía más de la sociedad Romana, sabía que habían en ella muchos ladrones, violadores y asesinos. Así que Dandy no dejó de preocuparse por Helena.

Beneth parecía un poco contrariado por la falta de Helena, pero se sobrepuso rápidamente. Y pareció que recordó algo subitamente. Dejando caer todo lo que tenía en las manos, se volteó hacia Dandy y le dijo que debía marcharse; pues su viaje estaba apenas empezando y no encontraba motivo para seguir ahi.

Ambos estrecharon sus manos y Beneth se perdió en la lejanía, caminando a paso lento pero decidido. Dandy seguía en el mismo lugar, decidido a esperar al señor Fye.

De improviso, Helena apareció junto a los caballos, los ató a un árbol y con voz preocupada le preguntó a Dandy que había pasado con Beneth. Dandy no pudo dejar de notar esa extraña energía que brotaba de ella, era algo muy extraño.

-No se preocupe señorita Helena, realmente Beneth se fué porque decidió continuar su viaje, y era lo mejor que se apresurara a seguir sus sueños. Yo estaba algo preocupado; porque sabiendo que en Roma hay mucha gente mala, pensé que algo le pudo haber sucedido a usted.

Y me parece muy buen detalle que haga el adorno para Beneth, es un bonito gesto de su parte...

Ella subió al caballo luego de haber tomado las cosas que Beneth había dejado, Dandy aun tenía las suyas en sus manos. Helena parecía un poco preocupada por la actitud de Beneth, pero Dandy sabía que el joven se había marchado por otras razones ajenas a las que preocupaban a Helena.

-Claro que me gustaría hacer el adorno todavía, sería algo muy agradable.

Y queriendo iniciar conversación, Dandy dijo:

-Y digame, señorita Helena; ¿conoce al señor Fye desde hace mucho tiempo?.-

Helena recogió las cosas y sin perder tiempo comenzó a hacer el adorno, mostrándole a Dandy lo que hacía para que Dandy la imitara.

Helena le dijo que para la segunda fase de la preparación del adorno, necesitaban uas agujas, de las cuales ella tenía algunas en su carcaj. Mientras ella las buscaba, le respondió la pregunta que Dandy había hecho sobre el señor Fye.

A Dandy le pareció que las palabras de la señorita Helena escondían un sentimiento más profundo, algo que salía desde el corazón de Helena. Dandy nunca había sentido algo así por alguien antes, apenas era un muchacho al que la vida militar había cambiado severamente. Las personas que Dandy amaba habían muerto el mismo día que el había abandonado su hogar. Aunque muchas personas hablaban de que su hermana Zayra había logrado escapar y que ahora estaba perdida.

-Imagino que la presencia del Señor Fye ha de ser impresionante.- Dijo Dandy a media voz mientras intentaba ensartar el hilo en la aguja.

Dandy, interesado por la señorita Helena y por los sentimientos que tenía hacia el señor Fye, preguntó:

-Y digame señorita Helena, conoce usted desde hace mucho tiempo al señor Fye? Es usted Romana?-

En ese instante, Dandy pensó que si la señorita Helena era romana, talvez sabía algo de la historia de su familia o talvez había visto a su hermanita Zayra.

Pero había algo más que inquietaba a Dandy, y era la energía que sentía en su cuerpo...la energía que sentía al acercarse a la señorita Helena, era todo eso algo muy extraño. No sabía si preguntarle a Helena acerca de eso, porque si Helena no lo sentía, Dandy quedaría como un loco o algo parecido y no quería dar esa impresiín a la señorita.

Dandy se quedó admirado de la respuesta de la señorita Helena, era una gran revelación saber eso de ella.

Dandy no sabía que decir o que hacer, así que decidió proseguir con la confección del adorno.

-Tiene razón señorita Helena, la vida en Roma es muy dificil...y más para una mujer sola. Pero me imagino que ha de extrañar a su madre?-

El rubio no pudo dejar de notar un sentimiento de tristeza en su interior, recordaba a su propia madre, a su padre; a sus dos hermanos y a su hermanita. Era algo muy duro recordarlos, y sentía una gran impotencia debido a que nada pudo hacer por salvar la vida de su familia.

De pronto, Helena se acercó a Dandy y le mostró como continuar con el adorno, realmente era algo muy entretenido. Mientras Dandy imitaba a Helena, ella se acercó y sacudió los cabellos de Dandy, a él no le molestaba esto, es más, se sintió muy bien. Nuevamente alguien se le acercaba y le hacía un gesto cariñoso.

-Si señorita, hubiera sido muy lindo compartir con usted desde muy niños, pero nada nos impide ahora ser hermanos.- Dandy dijo esto con mucho sentimiento en su voz, si la señorita Helena aceptaba serían hermanos de palabra, pero el sabía que sentiría nuevamente cariño, pero ahora hacia su nueva hermana.

-Pues soy Romano señorita, hace unos meses salí de mi casa con destino al frente de batalla. Luche por el imperio Romano, cumpliendo con mi servicio y al ya no haber guerra decidí regresar a mi lugar de origen....pero lo que me encontré al volver fue lo peor que me pudo haber pasado en esta vida: me enteré que el mismo día que salí de mi casa, mi familia fue asesinada. No se quienes lo hicieron o con que motivo, solo se que si llego a enterarme quien lo hizo, se va a arrepentir de haberlo hecho.

Aun guardo la esperanza de encontrar a mi hermanita Zayra, pues dicen que logró escapar, talvez malherida, pero voy a luchar por encontrarla y saber si está viva o muerta...-

Y espero que usted me acepte como su hermano, le prometo que voy a ser su más fiel amigo, y que cuidaré de usted como si realmente fuera mi hermana...

A Helena se le pusieron vidriosos los ojos tras escuchar la historia de Dandy, seguramente ella también recordaba sucesos de su vida que la marcaron profundamente al igual que Dandy.

-Claro que seremos los mejores hermanos del mundo, no se porque; pero me siento muy bien con usted señorita Helena, perdon hermanita jejeje.-

Helena sonrió al escuchar esto, y mostró a Dandy como continuar con la fabricación del adorno, aquel adorno iba a ser el recordatorio de aquel día en el que Dandy tenía familia nuevamente, en este caso una hermana.

Dandy imitó a Helena en cada paso de la fabricación del adorno, y realmente era algo sencillo pero trabajoso. Helena le dijo a Dandy que ella iba a guardar el regalo que Dandy le había dado, pues para ella significaba lo mismo ese colmillo que para Dandy el adorno. Dandy se sentía muy feliz y agusto con su nueva hermana.

El alba hacía presencia ya, alumbrando ligeramente el terreno donde estaban. Dandy notaba como empezaba ya la gente de Roma a salir de sus casas y dirigirse a todos lados.

A la pregunta que Helena le hacía, Dandy respondió:

-Fue hace bastante tiempo ya, talvez un par de meses que estuve por ahí. Nunca logré ver al señor Fye, solo ví a varias personas por toda la Villa, aunque a ti no te vi. Llegué en busca de un trabajo, pues supe en el ejercito de que el señor Fye necesitaba gente para su servicio y como no tenía ninguna otra opción me presenté ahi, pero sin suerte.-

Dandy notaba que Helena se sonrojaba un poco, pero decidió no preguntar. Suponía algo....Helena estaba enamorada de el señor Fye, pero prefirió no decir nada...

Cuando Helena le dijo a Dandy que ahora eran hermanos y que podían contar el uno con el otro, Dandy se sintió muy feliz y se sonrojó.

-Realmente estoy muy feliz, de ahora en adelante...prometo dar hasta mi vida por ti hermana, y nunca te abandonaré pase lo que pase.-

Aquellas palabras eran salidas desde el corazón de Dandy, realmente sentía eso y era capaz de hacerlo. Helena había pasado de ser una completa extraña para Dandy a ser su hermana.

Seguidamente, Helena le mostró a Dandy como seguir con el adorno, le dijo también que iban a poner las plumas. Dandy se sentía muy entusiasmado con el adorno, sentía que tal iba a ser el sello de su hermandad con Helena. Pero Dandy no podía concentrarse al cien por ciento pues continuaba sintiendo una energía extraña que emanaba del cuerpo de Helena...

-Solo mmmmm termino de amarrar las plumas y termino.- Dijo Dandy a Helena mostrandole su adorno, ella ya había terminado el que estaba haciendo. Helena era muy diestra haciendo el atrapasueños, seguro por la experiencia adquirida al hacer muchos.

Helena volteó a ver hacia el palacio, Dandy siguió con su mirada la de ella. Esperaba que Helena pudiera ayudarle a conseguir algun tipo de trabajo con el señor Fye, todas sus esperanzas se centraban en eso.


-Hermana, como me imagino que conoces al señor Fye, podrías hablar de mí con el? Para ver si puede darme algun trabajo? Tengo mucha experiencia en combate y puedo ser su guardaespaldas o que se yo. Puedes?

Dandy sabía que la petición que había hecho a Helena era algo muy dificil, pues a menudo personas poderosas como el señor Fye no miraban siquiera a sus sirvientes, pero por la forma en la que Helena hablaba de él y el regalo que le tenía preparado, hizo pensar a Dandy que entre ambos había una gran simpatía. Aunque también noraba un sentimiento más en su hermana, un sentimiento que se asemejaba a la admiración, al cariño, a la devoción y a la pasión....pero no lograba adivinar cual era realmente ese sentimiento...

-Muchas gracias hermana, te lo agradezco mucho.- Dijo Dandy muy emocionado.

Helena se acercó nuevamente a Dandy y le mostró donde colocar el hilo que serviría para colgar aquel adorno. Dandy lo hizo y lo ató firmemente a su mochila, pues no tenía ningun otro lugar donde ponerlo por el momento.

Seguidamente, Helena le pidió a Dandy que la ayudara con la canasta que tenía preparada para el señor Fye, en la canasta iban a haber frutas.

-Yo tengo aquí en mi mochila una fruta que encontré en los bosques, es muy rara. Si quieres se la puedes dar junto con la canasta al señor Fye, hermana.- Dijo Dandy sacando la fruta de un color morado intenso. Luego ayudó a Helena a colocar todo en la canasta, junto con las tiras blancas que realzaban los colores de las frutas.

Dandy estaba hambriento, por eso sacó de su mochila otras cuantas frutas.

-Deseas comer algo hermana? Tengo muchas, toma las que desees.- Dandy estaba feliz de poder compartir algo con su nueva hermana, pues desde mucho tiempo no compartía nada con nadie, pero no fue porque no quisiera hacerlo; sino porque no tenia con quien compartir, así que decidió aprovechar aquella ocasión para hacerlo y que mejor que con su hermana.

Dandy vió a los ojos a Helena, ella parecía muy alterada y triste a la vez. Avanzó hacia ella y la tomó de las manos sin desviar su mirada de los ojos de ella y le dijo desde lo más profundo de su corazón:

-Claro que seguirás siendo mi hermana querida, y nunca te abandonaré. Aunque nuestros destinos se separen por un tiempo, mi espíritu estará contigo suceda lo que suceda...y ya tienes la prueba de ello... Dijo tomando el colmillo que le había regalado y colocandolo junto con un hilo en el cuello de Helena. -Este colmillo es el símbolo de nuestra hermandad y del cariño que te tengo, también de que ambos lucharemos a muerte por cumplir nuestras metas y que no importa sacrificarnos por el otro...si?- Dijo Dandy sonriendo y abrazando a su hermana.

Era algo dificil de explicar para Dandy sentir aquella fragilidad de una mujer entre sus brazos, sentir que debía protegerla pasara lo que pasara y Dandy estaba decidido a hacer lo que fuera por su nueva hermana.

Helena le dijo a Dandy que se sentía preocupada porque antes se había portado mal con el señor Fye a lo que Dandy le dijo:

-No te preocupes, estamos juntos en esto. Y además...yo se que todo va a salir bien, así que tranquila hermana. Y yo se que eres valiente y que no saldrás corriendo al verlo, sino que esperaremos los dos juntos aquí por él, seguro ya no tarda...-

La rubia al fin habia llegado al Porton principal del Palacio del Ceasr, se habia cansado un poco y en el rostro esta vez se le veia el desgaste fisico y emocional que tenia la dama al momento de verla, sin embargo ella no perdia tiempo en poder llegar a decirle la informacion a su amo. Tenia que decirle a su amo Fye, que ya habia completado su mision encomemdada, solo que temia que le fuera a regañar por lo que habia pasado y como.

Sin embargo tanta carga emocional y fisica, de no dormir bien, el ajetreo y sobre todo, el cansancio que aun tenia luego de haberse enterado que ella era una amazona del dios abel, y que este era su amo, hizo que parte de su energia fisica y mental se debilitaran mucho, ella aun no estaba acostumbrada a esto y mucho mas a manejar su cosmos, por lo que al momento de llegar con el corcel, callo de este, desmayandose por completo, sin darse cuenta que habia personas ahi.

Tan solo vio todo negro y enseguida no sintio nada y no supo mas.


- Amo fye! - fue lo ultimo que dijo, antes de desmayarse. Despues no supo que paso, ni con el corcel ni con ella misma.

Tomo fue borroso para ella, pues solo recordaba que iba a buscar a su amo y enseguida se caia fernte al porton principal del palacio del cesar. En aquel proceso, pero recordaba que una sombra de color rojo se acercaba a ella y la recogia, para luego otra silueta aparecia y se llevaba al corcel; Alexandra pensaba que todo era un sueño pues de nuevo volvia la luz a sus ojos.

La chica abria sus parpados con pesadez, y solo podia ver a una dama de cabello dorados, parpadeo varias veces, pues aun creia que estaba en un sueño o que era una ilusion, pero no, aquella chica, le ayudaba a sostenerse y le miraba para saber si estaba bien. Al momento de verla sintio como si ya la conociera de años y que se trataba de una amiga, pero tan solo era la amiga del señor Fye que visitaba, tan solo la habia visto unas veces y solo a escondidas de los trabajadores y de Armand, pues no perdia de vista a su amor imposible...su amo Fye, por lo que enseguida se reincorporo y tomando el trapo humedo que tenia en la frente le dijo


- Disculpa....que me paso?.... -le decia con una sonrisa, mientras su cabeza le punzaba y hacia que la joven se tocara su cabeza y unas palabras llegaban a su mente, pero no entendia si las habia dicho la dama o solo fue fruto de su imaginacion.