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Dejando Roma
Primer post para defensa
Ya habia pasado el mediodia, en uno de los caminos de la salida de Roma, Agaros el anciano que se encargaba de reclutar jovenes para el coliseo y Ada una chica de cabellos rojizos que aun no hallaba que hacer con su vida dejaban la ciudad mientras emprendian un viaje para la tierra natal de la joven, Ada se encontraba en la parte trasera de la carreta, tenia sus brazos tras su cuello y miraba las nubes que dibujaban diversas figuras sobre el cielo, agradablemente la tarde no estaba tan sofocante y el aire era muy fresco para ese tiempo de verano, ya llevaban una hora de camino, ahora se encontraban en medio de unos frondosos bosques, la vegetacion era tan espera que la luz se colaba entre el espacio que dejaban las copas de los arboles, Agaros decidio romper el silencio preguntandole a la chica sobre quien era realmente
- Asi que eres de Esparta, joven Ada.... y que paso con tu familia? tu hogar... acaso los perdiste a causa de la guerra?... hace 20 años que deje esparta, cuando aun eramos libres pero Roma se apoderaba de nuestro pueblo, la nacion no era lo qe fue antes cuando teniamos a grandes reyes bendecidos por el supremo Ares como Leonidas y sus poderosos guerreros, luche en muchas batallas por mi pais pero desgraciadamente no podia hacerlo toda mi vida y decidi convertirme en un comerciante, y asi he sobrevivido todos estos años, aunque a veces me arrepiento de no tener una familia pero por otro lado no tengo por quien sufrir -
El viejo suspiro profundamente mientras miraba al frente sin voltear la mirada hacia la chica, Ada mostro su mirada mas seria mientras empezaba a recordar
- Nunca he tenido una familia ni un hogar, mi unica familia ha sido un campo de batalla, mis puños, un arma, la sangre... la muerte... especialmente eso, ya que es lo que me lo ha quitado todo y a la vez me ha dado mi mundo y mi vida -
- Has sufrido tanto jovencita? -
Ada apreto uno de sus puños y empezo a sentir como si su sangre le hirviese, ni siquiera habia caido en cuenta en contarle sobre suvida a un extraño pero tal vez lo necesitaba, una rafaga de viento llego e hizo revlotear los rojizos cabellos de la chica - No es sufrimiento, es mi vida, aunque al llegar a sentir el escaso amor de mi madre me hace entender que hay algo mejor para mi que andar vagando y pagando por algo que no hize ... mi madre murio cuando tenia 5 años, como bien sabe en Esparta se da un arduo entrenamiento a los varones para que se conviertan en los mas poderosos e incansables guerreros, mi padre o como sea que se llame aquella cosa decidio que debia llevar ese entrenamiento -
Ada miro al cielo, suspiro profundamente, no habia denotado que empezar a recordar causaba que su cuerpo se volviese tenso, su animo se ensombriera y hasta habia apretado tanto los puños que se habia lastimado a si misma, su mano sangraba debido a que se habia enterrado sus propias uñas al apretar el puño, la chica miro su mano derecha y vio como recorria la sangre mientras la hacia a un lado y esta caia sobre el camino
- El unico trato que recibia de un hombre como el era el desprecio, si queria sobrevivir por mas de que fuese su hija o una mujer tenia que enfrentarme a niños de mi edad y matarlos o a bestias en medio de entrenamientos de campo, la violencia es de cierto modo algo que da paz en mi alma - Algunas vasijas alrededor de la muchacha empezaban a temblar a causa de una extraña fuerza tras de ella
- Pero aun asi sobreviviste -
- Por que me converti en un monstruo - respondio tajantemente
Ya habia pasado el mediodia, en uno de los caminos de la salida de Roma, Agaros el anciano que se encargaba de reclutar jovenes para el coliseo y Ada una chica de cabellos rojizos que aun no hallaba que hacer con su vida dejaban la ciudad mientras emprendian un viaje para la tierra natal de la joven, Ada se encontraba en la parte trasera de la carreta, tenia sus brazos tras su cuello y miraba las nubes que dibujaban diversas figuras sobre el cielo, agradablemente la tarde no estaba tan sofocante y el aire era muy fresco para ese tiempo de verano, ya llevaban una hora de camino, ahora se encontraban en medio de unos frondosos bosques, la vegetacion era tan espera que la luz se colaba entre el espacio que dejaban las copas de los arboles, Agaros decidio romper el silencio preguntandole a la chica sobre quien era realmente
- Asi que eres de Esparta, joven Ada.... y que paso con tu familia? tu hogar... acaso los perdiste a causa de la guerra?... hace 20 años que deje esparta, cuando aun eramos libres pero Roma se apoderaba de nuestro pueblo, la nacion no era lo qe fue antes cuando teniamos a grandes reyes bendecidos por el supremo Ares como Leonidas y sus poderosos guerreros, luche en muchas batallas por mi pais pero desgraciadamente no podia hacerlo toda mi vida y decidi convertirme en un comerciante, y asi he sobrevivido todos estos años, aunque a veces me arrepiento de no tener una familia pero por otro lado no tengo por quien sufrir -
El viejo suspiro profundamente mientras miraba al frente sin voltear la mirada hacia la chica, Ada mostro su mirada mas seria mientras empezaba a recordar
- Nunca he tenido una familia ni un hogar, mi unica familia ha sido un campo de batalla, mis puños, un arma, la sangre... la muerte... especialmente eso, ya que es lo que me lo ha quitado todo y a la vez me ha dado mi mundo y mi vida -
- Has sufrido tanto jovencita? -
Ada apreto uno de sus puños y empezo a sentir como si su sangre le hirviese, ni siquiera habia caido en cuenta en contarle sobre suvida a un extraño pero tal vez lo necesitaba, una rafaga de viento llego e hizo revlotear los rojizos cabellos de la chica - No es sufrimiento, es mi vida, aunque al llegar a sentir el escaso amor de mi madre me hace entender que hay algo mejor para mi que andar vagando y pagando por algo que no hize ... mi madre murio cuando tenia 5 años, como bien sabe en Esparta se da un arduo entrenamiento a los varones para que se conviertan en los mas poderosos e incansables guerreros, mi padre o como sea que se llame aquella cosa decidio que debia llevar ese entrenamiento -
Ada miro al cielo, suspiro profundamente, no habia denotado que empezar a recordar causaba que su cuerpo se volviese tenso, su animo se ensombriera y hasta habia apretado tanto los puños que se habia lastimado a si misma, su mano sangraba debido a que se habia enterrado sus propias uñas al apretar el puño, la chica miro su mano derecha y vio como recorria la sangre mientras la hacia a un lado y esta caia sobre el camino
- El unico trato que recibia de un hombre como el era el desprecio, si queria sobrevivir por mas de que fuese su hija o una mujer tenia que enfrentarme a niños de mi edad y matarlos o a bestias en medio de entrenamientos de campo, la violencia es de cierto modo algo que da paz en mi alma - Algunas vasijas alrededor de la muchacha empezaban a temblar a causa de una extraña fuerza tras de ella
- Pero aun asi sobreviviste -
- Por que me converti en un monstruo - respondio tajantemente
Última edición por Ada el Lun Dic 27, 2010 9:47 pm, editado 1 vez
Ada- Berseker de Ares
- Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
Ataques :
AD - Lanzas de la Guerra (1050)
Defensa :
Ejercito de Esparta
Cantidad de envíos : 172
Re: Dejando Roma
Segundo post para la defensa
Ada se calmo asi mismo como la extraña fuerza que empezaba a hacer temblar las vasijas dejaba de hacerse evidente, sus manos heridas dejaron de gotear sangre mientras aquel carro se movia, la pelirroja recogio sus piernas y descargaba su cabeza contra sus rodillas mientras se encogia en hombros, la chica miro con tristeza el cielo, el cual poco a poco empezaba a nublarse. Agaros no respondia nada sobre la respuesta de Ada tan solo seguia con los ojos puestos sobre el camino
- Recuerdo la primera vez que tuve que luchar por mi vida, habian pasado 5 años de arduo entrenamiento, es decir solo tenia 10 años, recuerdo que habia pasado muchas noches llorando por lo doloroso que era hasta cuando todas esas lagrimas se me acabaron, solo estaba llena de miedo y tristeza, mi padre aparecio de la nada llamandome a mi y a mis compañeros para una prueba de lo que habiamos avanzado, ninguno de los niños me hablaba era como si estuviese maldita enferma o algo por el estilo, en fin estaba sola desde que mi madre murio, ese dia estaba preparada una arena en los compos de entrenamiento, cuando llegabamos justo un niño estaba matando a golpes a otro...-
------------------flashback-------------------
La sangre rodaba por el piso, uno de los niños yacia muerto en el suelo mientras el otro se encontraba manchado de sangre y se evantaba furioso y exitado por la adrenalina que recorria sus venas, el padre de Ada un hombre rubio con los mismos ojos de su hija tan pronto le vio llegar ordeno que la niña peleara primero, Ada tenia miedo, deseaba huir de todo eso pero no podia el miedo a la muerte era mayor si queria sobrevivir a todo eso debia enfrentar a su oponente, la chica no podia llorar de miedo, tan solo demostraba una cara de preocupacion y de miedo en su rostro, su oponente era un chico confiado y egocentrico tan pronto supo que enfrentaria a aquella niña alardeo a sus compañeros de hacerle sufrir hasta la muerte, el niño empezo a atacar sin descando a Ada, ella trataba de esquivar sus arremetidas como pudiese pero asi no podira ganar, el niño era muy tramposo y no dudo en lanzar un puñado de arena a la cara de Ada lo cual la dejo temporalmente ciega y le sirvio a el chico para empezar a golpearle brutalmente, recibia golpes en su rostro y su abdomen, la chica se movia por el suelo de la arena evitando aun mas es daño, hasta cuando el niño le dio una fuerte patada la cual le mando a volar por los aires, derrotada Ada se retorcia de dolor mientras escupia largos charcos de sangre losbre el piso, el niño miraba trinfar a los espectadores.
La mano de Ada se acerco a uno de esos charcos de sangre la niña sentia como perdia su vida poco a poco, ese color carmin de su propia sangre ahora botada en la arena, su mano se impregnaba de aquel tinte mientras que sus ojos se perdian en aquella mancha sobre el piso, el niño se acerco a Ada y la tomo por el cabello y la alzo para darle el golpe final, al parecer la niña estaba inconsciente, pero no era asi con la mirada ensombrecida Ada tomo al niño del brazo y lo tumbo al piso mientras empezo a golpearlo con total ira en su rostro y su torso, la sangre se desparramaba sobre el piso, asi como los dientes del niño quien no podia safarse de la niña sentia que una extraña fuerza le oprimia, asi mismo cada gota de sangre que caia sobre el cuerpo de Ada especialmente sobre su brazo derecho se empezaban a fundir sobre su piel y formando una estraña serie de extrañas marcas, hasta que terminando con su oponente clavo su man sobre el pecho del niño causando que una gran cantidad de sangre saliera despedida dejando a Ada bañada en sangre, la escena era un poco desquisiante, la niña se levanto, camino unos cuantos pasos y callo rendida sobre el piso de la arena, era como un deminio sediento por sangre despues de aquella pelea
----------------------------------------------------------------
- Despues de eso ahora me tenian miedo todos mis compañeros, solo esperaban que me respetasen... pero solo veo que hay dos cosas en este mundo, temer o amar... y prefiero ser temida que amada, ya que el amor es debilidad en cambio el miedo es alimentarse de las debilidades de tus oponentes -
Unas gotas de lluvia empezaban a caer desde el cielo, era la lluvia que ya se acercaba
- Debemos detenernos, empezara a llover, pasaremos la noche en este lugar - exclamo Agaros sonriente, la historia de Ada al parecer no le habia alterado o eso trataba de ocultar a la chica, era un hombre tranquilo y al parecer en todos sus años de vida habia escuchado y visto cosas asi de aberrantes
Ada se calmo asi mismo como la extraña fuerza que empezaba a hacer temblar las vasijas dejaba de hacerse evidente, sus manos heridas dejaron de gotear sangre mientras aquel carro se movia, la pelirroja recogio sus piernas y descargaba su cabeza contra sus rodillas mientras se encogia en hombros, la chica miro con tristeza el cielo, el cual poco a poco empezaba a nublarse. Agaros no respondia nada sobre la respuesta de Ada tan solo seguia con los ojos puestos sobre el camino
- Recuerdo la primera vez que tuve que luchar por mi vida, habian pasado 5 años de arduo entrenamiento, es decir solo tenia 10 años, recuerdo que habia pasado muchas noches llorando por lo doloroso que era hasta cuando todas esas lagrimas se me acabaron, solo estaba llena de miedo y tristeza, mi padre aparecio de la nada llamandome a mi y a mis compañeros para una prueba de lo que habiamos avanzado, ninguno de los niños me hablaba era como si estuviese maldita enferma o algo por el estilo, en fin estaba sola desde que mi madre murio, ese dia estaba preparada una arena en los compos de entrenamiento, cuando llegabamos justo un niño estaba matando a golpes a otro...-
------------------flashback-------------------
La sangre rodaba por el piso, uno de los niños yacia muerto en el suelo mientras el otro se encontraba manchado de sangre y se evantaba furioso y exitado por la adrenalina que recorria sus venas, el padre de Ada un hombre rubio con los mismos ojos de su hija tan pronto le vio llegar ordeno que la niña peleara primero, Ada tenia miedo, deseaba huir de todo eso pero no podia el miedo a la muerte era mayor si queria sobrevivir a todo eso debia enfrentar a su oponente, la chica no podia llorar de miedo, tan solo demostraba una cara de preocupacion y de miedo en su rostro, su oponente era un chico confiado y egocentrico tan pronto supo que enfrentaria a aquella niña alardeo a sus compañeros de hacerle sufrir hasta la muerte, el niño empezo a atacar sin descando a Ada, ella trataba de esquivar sus arremetidas como pudiese pero asi no podira ganar, el niño era muy tramposo y no dudo en lanzar un puñado de arena a la cara de Ada lo cual la dejo temporalmente ciega y le sirvio a el chico para empezar a golpearle brutalmente, recibia golpes en su rostro y su abdomen, la chica se movia por el suelo de la arena evitando aun mas es daño, hasta cuando el niño le dio una fuerte patada la cual le mando a volar por los aires, derrotada Ada se retorcia de dolor mientras escupia largos charcos de sangre losbre el piso, el niño miraba trinfar a los espectadores.
La mano de Ada se acerco a uno de esos charcos de sangre la niña sentia como perdia su vida poco a poco, ese color carmin de su propia sangre ahora botada en la arena, su mano se impregnaba de aquel tinte mientras que sus ojos se perdian en aquella mancha sobre el piso, el niño se acerco a Ada y la tomo por el cabello y la alzo para darle el golpe final, al parecer la niña estaba inconsciente, pero no era asi con la mirada ensombrecida Ada tomo al niño del brazo y lo tumbo al piso mientras empezo a golpearlo con total ira en su rostro y su torso, la sangre se desparramaba sobre el piso, asi como los dientes del niño quien no podia safarse de la niña sentia que una extraña fuerza le oprimia, asi mismo cada gota de sangre que caia sobre el cuerpo de Ada especialmente sobre su brazo derecho se empezaban a fundir sobre su piel y formando una estraña serie de extrañas marcas, hasta que terminando con su oponente clavo su man sobre el pecho del niño causando que una gran cantidad de sangre saliera despedida dejando a Ada bañada en sangre, la escena era un poco desquisiante, la niña se levanto, camino unos cuantos pasos y callo rendida sobre el piso de la arena, era como un deminio sediento por sangre despues de aquella pelea
----------------------------------------------------------------
- Despues de eso ahora me tenian miedo todos mis compañeros, solo esperaban que me respetasen... pero solo veo que hay dos cosas en este mundo, temer o amar... y prefiero ser temida que amada, ya que el amor es debilidad en cambio el miedo es alimentarse de las debilidades de tus oponentes -
Unas gotas de lluvia empezaban a caer desde el cielo, era la lluvia que ya se acercaba
- Debemos detenernos, empezara a llover, pasaremos la noche en este lugar - exclamo Agaros sonriente, la historia de Ada al parecer no le habia alterado o eso trataba de ocultar a la chica, era un hombre tranquilo y al parecer en todos sus años de vida habia escuchado y visto cosas asi de aberrantes
Última edición por Ada el Miér Ene 05, 2011 8:59 am, editado 1 vez
Ada- Berseker de Ares
- Reino : Olimpo
Templo de la Guerra
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Defensa :
Ejercito de Esparta
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Re: Dejando Roma
Tercer post de Seis para la defensa: especializacion en el manejo del Cosmos
Se suponia que iba a llover a juzgar por las nubes que cubrian el cielo y las escasas gotas de lluvia que caian, pero de repente todo se despejo dejando que la noche y sus estrellas adornaran el firmamento, la luna estaba en su ciclo creciente y se veia como una fraccion del redondo astro, Ada y Agaros habian establecido un pequeño compamento con una fogata y un par de tiendas alrededor de la carreta en la cual se movilizaban, el caballo que los acompañaba descansaba mientras comia y bebia amarrado a uno de los arboles cercanos.
Agaros se encontraba avivando el fuego mientras Ada observaba a un lado perdida en sus pensamientos, tal vez recordando o preguntandose el porque le contaba de su vida a ese anciano, era extraño pero le sentia confianza como si le conociese de antes, de algun lugar, en fin eran muchas cosas que pasaban por la mente de la pelirroja.
- Has notado como puedes afectar las cosas a tu alrededor cuando te enojas? - rompio el silencion el anciano con la mirada fija en las llamas de la hoguera - cuando veniamos lo denote, las vasijas donde iban parte de nuestros alimentos titubeaban respondiendo al odio y rencor que sientes, esa fuerza que anda dentro de ti... lo has sentido? -
Ada miro un poco extrañada a aquel hombre, sus palabras sonaban un poco raras y dementes, pero la chica divago en sus recuerdos y lo que afirmaba el anciano no parecia tan loco como se escuchaba... tan solo con el recuerdo de a vez que mato a aquel niño, cuando sintio una fuerza que hizo que se levantase y luchara por su vida, esas extrañas energias que le acompañaban cada vez que entraba en combate y cuando mas las necesitaba aparecian... con ese fuerte sentimiento de lucha... de nunca caer... de no ser derrotada, eran cosas diminutas que hasta ahora habia ignorado pero que con las palabras del anciano se hacian cada vez mas reales..
- Hace muchos años durante mis viajes me tope con muchos guerreros, pero solo unos pocos, contados con los dedos de una mano poseian esa misma habilidad que tu posees jovencita, un extraño poder innato mas alla de los humanos normales, algunos desconocian lo que tenian otros sabian lo que eran y le llamaban cosmos -
- Cosmos?-
- Asi es, el cosmos es la fuerza vital, la energia de todas las cosas en el universo, si eres capaz de transformar esa energia aun mas alla puedes convertirte en el mas poderoso de los guerreros, creo que requiere años de entrenamiento, aunque quien sabe, es algo desconocido para mi -
Ada observo a Aspros totalmente sorprendida, convertirse en una persona aun mas poderosa, seria eso lo que podia llenar el vacio en su ser, la chica se levanto y observo el cielo estrellado unos minutos, viendo una a una las constelaciones del firmamento, extendio su mano como si quisiese alcanzarlas, pero, era una mortal y desear alcanzar el cielo era algo imposible, la chica sonrio con satisfaccion a Agaros, estaba entusiasmada con lo que habia escuchado.
- Probaremos ese tal cosmos -
Se suponia que iba a llover a juzgar por las nubes que cubrian el cielo y las escasas gotas de lluvia que caian, pero de repente todo se despejo dejando que la noche y sus estrellas adornaran el firmamento, la luna estaba en su ciclo creciente y se veia como una fraccion del redondo astro, Ada y Agaros habian establecido un pequeño compamento con una fogata y un par de tiendas alrededor de la carreta en la cual se movilizaban, el caballo que los acompañaba descansaba mientras comia y bebia amarrado a uno de los arboles cercanos.
Agaros se encontraba avivando el fuego mientras Ada observaba a un lado perdida en sus pensamientos, tal vez recordando o preguntandose el porque le contaba de su vida a ese anciano, era extraño pero le sentia confianza como si le conociese de antes, de algun lugar, en fin eran muchas cosas que pasaban por la mente de la pelirroja.
- Has notado como puedes afectar las cosas a tu alrededor cuando te enojas? - rompio el silencion el anciano con la mirada fija en las llamas de la hoguera - cuando veniamos lo denote, las vasijas donde iban parte de nuestros alimentos titubeaban respondiendo al odio y rencor que sientes, esa fuerza que anda dentro de ti... lo has sentido? -
Ada miro un poco extrañada a aquel hombre, sus palabras sonaban un poco raras y dementes, pero la chica divago en sus recuerdos y lo que afirmaba el anciano no parecia tan loco como se escuchaba... tan solo con el recuerdo de a vez que mato a aquel niño, cuando sintio una fuerza que hizo que se levantase y luchara por su vida, esas extrañas energias que le acompañaban cada vez que entraba en combate y cuando mas las necesitaba aparecian... con ese fuerte sentimiento de lucha... de nunca caer... de no ser derrotada, eran cosas diminutas que hasta ahora habia ignorado pero que con las palabras del anciano se hacian cada vez mas reales..
- Hace muchos años durante mis viajes me tope con muchos guerreros, pero solo unos pocos, contados con los dedos de una mano poseian esa misma habilidad que tu posees jovencita, un extraño poder innato mas alla de los humanos normales, algunos desconocian lo que tenian otros sabian lo que eran y le llamaban cosmos -
- Cosmos?-
- Asi es, el cosmos es la fuerza vital, la energia de todas las cosas en el universo, si eres capaz de transformar esa energia aun mas alla puedes convertirte en el mas poderoso de los guerreros, creo que requiere años de entrenamiento, aunque quien sabe, es algo desconocido para mi -
Ada observo a Aspros totalmente sorprendida, convertirse en una persona aun mas poderosa, seria eso lo que podia llenar el vacio en su ser, la chica se levanto y observo el cielo estrellado unos minutos, viendo una a una las constelaciones del firmamento, extendio su mano como si quisiese alcanzarlas, pero, era una mortal y desear alcanzar el cielo era algo imposible, la chica sonrio con satisfaccion a Agaros, estaba entusiasmada con lo que habia escuchado.
- Probaremos ese tal cosmos -
Ada- Berseker de Ares
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Re: Dejando Roma
Cuarto post de Seis para la defensa: especializacion en el manejo del Cosmos
Cosmos?... cuando fui capaz de sentirlo... cuando lo hize explotar... y como... Ada divagaba en sus pensamientos mientras miraba el cielo, una a una las estrellas que pintaban un sinnumero de constelaciones sobre la boveda celeste, la chica cerro sus ojos y viajo en sus pensamientos, en sus recuerdos...
----------------------------------------------------------------------------------------------
Acababa de cumplir los 17 años, era el momento de seguir otra de las etapas mas importantes para ser un soldado espartano, a cada joven se le asignaba un entrenamiento en campo, debian enfrentarsen a sus mayores miedos, a la oscuridad, a la soledad a el hambre, a la mismisima muerte.... el sitio desegnado era un bosque que se habia incendiado en una antigua guerra y que a pesar de los años ninguna vegetacion habia vuelto a crecer alli, se dice que fue abrasado por al furia del mismisimo Ares y sus poderosos guerreros, alrededor del bosque se encontraban una serie de extrañas formaciones rocosas las cuales segun los rumores llevaban a la profundidad de los mimisismos infiernos.
Debian sobrevivir una semana sin recursos, dependiendo de lo que encontraran alli... ya fuese animal o en un desesperado caso, humano. Era obvio que a la minima oportunidad sus propios compañeros se matarian los unos a los otros, eran competencia al fin y al cabo y aunque despues de eso en el ejercito lucharian por una misma nacion en estos momentos eran enemigos mortales, bestias hambrientas de sangre.
La supervivencia en aquel lugar habia sido sumamente dura para Ada, alimentandose de cuervos, ratas, animales que viviesen alli, era algo que solo unos pocos podian soportar, todo habia estado extrañamente tranquilo para la pelirroja, pero en los ultimos dias su camino le llevo hacia aquella extraña formacion rocosa, la noche habia llegado y la luna llena adornaba el firmamento, aquel bosque muerto parecia un desierto gris con las espeluznantes formas de los arboles incinerados que alli estaban, las sombras se apoderaban de aquel lugar, pero al parecer algo llamaba a Ada a que estuviese alli, como si su espiritu obligara a su cuerpo a caminar a aquel tenebroso lugar.
En medio de las sombras, unos profundos ojos color miel observaban atentos a la figura de la chica, siguiendo paso a paso sus movimientos, su respiracion, como movia uno a uno sus musculos, aquel fragil ser que se deslizaba en medio de las sombras, hasta que la chica se puso alerta sabia que algo le observaba y que en cualquier momento, la bestia salio de su escondite, miraba fijamente a la chica como ella a aquel ser, se quedaron asi por minutos... tal vez fueron horas o quizas años... como si el tiempo no existiese, entonces aquella bestia emprendio el ataque, sus eroces garras intentaban desgarrar el cuerpo de la mujer, mientras ella apenas esquivaba a su enemigo, el combate continuaba y dejaba a aquella chica malherida, por mas que intentaba escapar y atacar a la bestia era mas poderosa que Ada, sus brazo sangraba y tenia una fuerte herida en un costado, la sangre de la chica habia dado un singular tinte al suelo, acaso seria el momento de su final?... pero era mas la tenacidad de la chica que el miedo a la muerte... se habia prometido a si misma nunca dar un paso atras y eso estaba haciendo ... acaso un guerrero espartano salia corriendo cuando estaba a punto de morir, claro que no, antes se burlaba de la muerte en su propia cara.
Ada sonrio y paso su mano manchada de su propia sangre por su cara la cual quedo marcada, la chica sentia como una fuerza en su interior le impulsaba a seguir a confiar en ella a buscar la victoria, su sangre hervia su cuerpo acumulaba mas fuerza, que era esa extraña fuerza? no lo sabia pero... solo debia hacer algo acabar con aquella criatura que creia que le derrotaria facilmente, una extraña aura rodeaba a la pelirroja, la noche moria en el horizonte, el sol saldria dentro de unos minutos y la luz empezaba a apoderarse de aquellas montañas, era el momento de terminar aquella batalla y que el dia diera un ganador y una victima mortal, aquella fuerza que impulsaba a Ada la llevo a atacar a la extraña figura, el sol nacia...
Ada permanecia inmovil, el sol llegaba con sus luminosos rayos donde antes la obscuridad reinaba, no habia nada... aquella chica estaba sola... parece que lo que decian de aquel extraño lugar era cierto... era una puerta a los mismisismos iniernos o a los propios miedos
Cosmos?... cuando fui capaz de sentirlo... cuando lo hize explotar... y como... Ada divagaba en sus pensamientos mientras miraba el cielo, una a una las estrellas que pintaban un sinnumero de constelaciones sobre la boveda celeste, la chica cerro sus ojos y viajo en sus pensamientos, en sus recuerdos...
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Acababa de cumplir los 17 años, era el momento de seguir otra de las etapas mas importantes para ser un soldado espartano, a cada joven se le asignaba un entrenamiento en campo, debian enfrentarsen a sus mayores miedos, a la oscuridad, a la soledad a el hambre, a la mismisima muerte.... el sitio desegnado era un bosque que se habia incendiado en una antigua guerra y que a pesar de los años ninguna vegetacion habia vuelto a crecer alli, se dice que fue abrasado por al furia del mismisimo Ares y sus poderosos guerreros, alrededor del bosque se encontraban una serie de extrañas formaciones rocosas las cuales segun los rumores llevaban a la profundidad de los mimisismos infiernos.
Debian sobrevivir una semana sin recursos, dependiendo de lo que encontraran alli... ya fuese animal o en un desesperado caso, humano. Era obvio que a la minima oportunidad sus propios compañeros se matarian los unos a los otros, eran competencia al fin y al cabo y aunque despues de eso en el ejercito lucharian por una misma nacion en estos momentos eran enemigos mortales, bestias hambrientas de sangre.
La supervivencia en aquel lugar habia sido sumamente dura para Ada, alimentandose de cuervos, ratas, animales que viviesen alli, era algo que solo unos pocos podian soportar, todo habia estado extrañamente tranquilo para la pelirroja, pero en los ultimos dias su camino le llevo hacia aquella extraña formacion rocosa, la noche habia llegado y la luna llena adornaba el firmamento, aquel bosque muerto parecia un desierto gris con las espeluznantes formas de los arboles incinerados que alli estaban, las sombras se apoderaban de aquel lugar, pero al parecer algo llamaba a Ada a que estuviese alli, como si su espiritu obligara a su cuerpo a caminar a aquel tenebroso lugar.
En medio de las sombras, unos profundos ojos color miel observaban atentos a la figura de la chica, siguiendo paso a paso sus movimientos, su respiracion, como movia uno a uno sus musculos, aquel fragil ser que se deslizaba en medio de las sombras, hasta que la chica se puso alerta sabia que algo le observaba y que en cualquier momento, la bestia salio de su escondite, miraba fijamente a la chica como ella a aquel ser, se quedaron asi por minutos... tal vez fueron horas o quizas años... como si el tiempo no existiese, entonces aquella bestia emprendio el ataque, sus eroces garras intentaban desgarrar el cuerpo de la mujer, mientras ella apenas esquivaba a su enemigo, el combate continuaba y dejaba a aquella chica malherida, por mas que intentaba escapar y atacar a la bestia era mas poderosa que Ada, sus brazo sangraba y tenia una fuerte herida en un costado, la sangre de la chica habia dado un singular tinte al suelo, acaso seria el momento de su final?... pero era mas la tenacidad de la chica que el miedo a la muerte... se habia prometido a si misma nunca dar un paso atras y eso estaba haciendo ... acaso un guerrero espartano salia corriendo cuando estaba a punto de morir, claro que no, antes se burlaba de la muerte en su propia cara.
Ada sonrio y paso su mano manchada de su propia sangre por su cara la cual quedo marcada, la chica sentia como una fuerza en su interior le impulsaba a seguir a confiar en ella a buscar la victoria, su sangre hervia su cuerpo acumulaba mas fuerza, que era esa extraña fuerza? no lo sabia pero... solo debia hacer algo acabar con aquella criatura que creia que le derrotaria facilmente, una extraña aura rodeaba a la pelirroja, la noche moria en el horizonte, el sol saldria dentro de unos minutos y la luz empezaba a apoderarse de aquellas montañas, era el momento de terminar aquella batalla y que el dia diera un ganador y una victima mortal, aquella fuerza que impulsaba a Ada la llevo a atacar a la extraña figura, el sol nacia...
Ada permanecia inmovil, el sol llegaba con sus luminosos rayos donde antes la obscuridad reinaba, no habia nada... aquella chica estaba sola... parece que lo que decian de aquel extraño lugar era cierto... era una puerta a los mismisismos iniernos o a los propios miedos
Ada- Berseker de Ares
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Ataques :
AD - Lanzas de la Guerra (1050)
Defensa :
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Re: Dejando Roma
Quinto post de Seis para la defensa: especializacion en el manejo del Cosmos
"Ejercito de Esparta"
"Ejercito de Esparta"
Aquellos recuerdos hacian que el ritmo del corazon de Ada aumentara, aquellas batallas, el recuerdo de la muerte y la sangre, todos esos acontecimientos habian forjado el caracter de aquella niña que habia llegado llorando a las barracas donde se entrenaban los mas fieros guerreros espartanos, ya no era aquella jovencita, ya no lloraba, ya no temia... ahora ella era el propio miedo, aunque sintiese un gran vacio en su corazon en estos momentos como si algo le faltase.
- Madareth -
Escucho aquella voz de nuevo y vio a su alrededor, no habia nada, tan solo estaba Agaros sentado junto al fuego, observandole fijamente, el cielo estrellado sin luna y el viento que hacia mover las copas de los arboles como si les obligase a bailar, la chica se sintio observada, algo o alguien les habia seguido el rastro, de las sombras unos 5 hombres aparecieron vestian unas partes de armaduras, eran musculosos y tenian cara de pocos amigos, por su aspecto eran gladiadores, pero que demonios hacien en ese lugar? No se suponia que ya habia dejado atras ese fastidioso ambiente del coliseo...
- Perra espartana... venimos a cobrar una deuda por el daño que causaste a nuestro señor en Roma... - exclamo uno de los hombres, asi que el organizador de la arena no habia quedado contento y mando a sus matones a acabar con Ada? La chica vio hacia donde se encontraba Agaros, el anciano mostro una cara de preocupacion al parecer no lo esperaba y si era asi le matarian tambien.
- Su problema en conmigo, señoritas... cuando los mate dejare que aquel anciano cave sus tumbas - la pelirroja sonrio ironicamente
- Ya veras mocosa! -
Los cinco hombres se avalanzaron sobre Ada, el mas pesado de ellos la embistio primero y la mando a volar contra uno de los arboles, la chica no tuvo tiempo para recuperarse de tal ataque cuando un hombre rubio que empuñaba un tridente se avalanzo sobre ella y la ataco con la letal arma, la chica pudo esquivarlo a unos pocos centimetros, el rubio quedo atascado ya que las puntas del arma se habian quedado incrustada en el arbol, Ada aprovecho tal situacion y usando sus piernas dio una patada en el estomado del hombre y lo mando a volar, los otros vieron asombrados la fuerza de la joven, Ada se reincorporo rapido y ataco a uno de los hombres de una larga barba y cabellos cafes, la chica utilizo la misma tecnica que el hombre mas acuerpado habia usado con ella y lo embistio con toda su fuerza concentrada en el brazo derecho, el hombre de barba trato de contener la fuerza de la chica pero esta le gano y lo tumbo sobre el piso la chica aprovecho y le empezo a golpear brutalmente en la cara, causando que la sangre de aquel sujeto quedara impregnada sobre el lugar y sobre la misma Ada, pero sus compañeros no tardaron en ayudarle, el hombre mas acuerpado y que le habia atacado primero la tomo del cuello mientras la alejaba de su victima, la chica sentia una gran presion y como si casi se ahogase, los sujetos sonreian pensando que el lider le romperia el cuello a la chica, pero esta levanto una de sus piernas y le dio una fuerte patada en la cara a su opresor.
La chica cayo al suelo y se reincorporo, el sujeto pesado estaba tumbado en el piso, pero los otros dos (uno armado con unas cadenas y el otro con una espada) atacaron a la pelirroja, el hombre que usaba unas cadenas las lanzo sobre la joven, Ada saltaba y trataba de esquivar aquella arma sabia que si la cadena le apresaba alguna extremidad serian aun mas dificil el combate de lo que ya era, mientras que el sujeto de la espada aprovechaba para atar muy cerca de ella, que los dos sujetos le atacasen a la vez le dio una idea, espero que el de la cadena atacase para agacharse rapidamente y que este apresara al sujeto de la espada, justo en el cuello, el de la espada miro con ira a Ada quien tomo la cadena y la jalo haciendo que la presion sobre el cuello de aquel tipo aumentara y empezase a quitarle la respiracion, el sujeto que manipulaba la cadena era un poco lento y aun no habia liberado a su compañero, lo cual fue utilizado por la chica para jalar la cadena lo que causo que los dos sujetos unidos por esta se atrayeran...
Nuevamente la sangre caia sobre el piso, el sujeto que usaba la cadena estaba muert por culpa de su compañero, el hombre que dominaba la espada estallaba en ira y arremetio contra Ada dandole un puño en el estomago, mientras el sujeto rubio la pateaba para que perdiese el equilibrio y el mas acuerpado la pateaba mandandola a volar, la chica giraba en el piso arrastrando polvo, esta miro que sus cuatro enemigos se acercaban preparados para matarle, la chica escupio un poco de sangre en el piso, su cuerpo ardia, su sangre recorria cada centimetro de su ser con mas fuerza, su corazon palpitaba de emocion, la pelirroja sonrio con satisfaccion...
- Vengan cerdos de Roma.... No os temo!!! por que yo... NUNCA DARE UN PASO HACIA ATRAS! - la vos de Ada sonara un poco distorsionada como si otro ser tratase de hablar por medio de ella, una extraña aura rodeaba a la chica, sentia como si su cuerpo fuese mas fuerte, mas rapido, mas agil, aquella sensacion que habia sentido hace tantos años... acaso seria a lo que se referia el anciano? el cosmos... algo dentro de ella le impulsaba a acabar lenta y dolorosamente con cada uno de esos sujetos...
Ada- Berseker de Ares
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Re: Dejando Roma
Sexto post de Seis para la defensa: especializacion en el manejo del Cosmos
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Cuando vallan a pelear en el campo de batalla y el enemigo se avalanze sobre ustedes deberan usar la falange, una tactica creada por nosotros y que a lo largo de los años nos ha otorgado innumerables victorias, pero que desgraciadamente fue vencida por Roma y por culpa de ellos ya no somos libres sino sirvientes del Emperador, ustedes soldados, deberan aprender a realizar esa formacion que se basa en la ubicacion de los escudos de la primera fila quienes mantendran la fuerza del ataque enemigo mientras se realiza un empuje para retenerle, con que haya un miembro debil en tal formacion la derrota sera lo unico que veran
De los cinco sujetos que habia llegado para acabar con la chica espartana solo quedaban 4 con vida, el lider de estos era un hombre acuerpado con enormes musculos y una gran estatura, otro empuñaba un tridente y era de cabellos rubios y tez palida, otro que no usaba ninguna arma poseia una larga barba y cabellos castaños y el ultimo empuñaba una espada con la cual habia matado a su compañero a causa de la pericia de Ada que logro engañarles para que lo hiziera, estaban un poco golpeados y uno ya sangraba por su boca a causa de los golpes de la chica pero en si el grupo se encontraba bien, por otra parte Ada estaba un poco lastimada por las embestidas que habia recibido por parte del lider de aquel grupo.
Los hombres que se habian dispersado a causa del ataque a cada uno de ellos efectuado sobre Ada, pero ahora le habian acorralado y juntos iban a atacarle a chica no tenia aguna manera de escapar, ya que a sus espaldas se encontraban unos arboles por los cuales e seria dificultoso moverse y solo les daria mas ventaja a sus enemigos. Aquella extraña energia que desde el principio de la batalla habia empezado a emanar de la chica se intensifico aun mas y mas, el hombre que empuñaba una espada ataco primero y extrañamente la chica no le evadio sino que recibio un corte en uno de sus costado, no le atraveso pero causo que la chica empezara a sangrar, pero Ada no se inmutaba ante el dolor, los hombres creyeron que se estaba rindiendo y juntos atacaron a la muchacha pero...
Sentia un enorme calor saliendo desde mi costado, sentia dolor.. y como si un liquido saliese de el... era rojo, estaba caliente, era la sangre que recorria mis venas y aque ahora salia por aquella herida, me sentia acorralada, aquellos hombres que sonreian con satisfaccion se acercaban a mi dispuestos a matarme... tal vez tenian razon, tal vez no podia escapar, pero... era el momento de rendirme? claro que no... me habia enseñado a pelear hasta el final, por que habria de rendirme en estos momentos pero sentia que algo me oprimia el pecho, como si me faltase la respiracion, como si una parte de mi quisiese salir corriendo y salvaguardar mi vida... mi cuerpo ardia.. mi cerebro se encontraba apagado... era como si mentalmente flotara y no sintiese nada, pero isicamente mi cuerpo me ataba a la realidad... pero que demonios me pasaba por que todas esas cosas me golpeaban en este momento...
- Ada... ada... ada.. mADAareth... MADARETH! -
En la mente de la pelirroja se escuchaban una y otra vez aquellas palabras... todo pasaba tan rapidamente dentro que ella que pareciese que a su alrededor el tiempo se detuviera... sus pensamientos eran extraños, inestables, creaban mas dudas en el corazon de Ada... aun no entendia que era lo que pasaba hasta cuando de repente todo ceso... el mundo se apago y otro actor entraba en escena...
Una sonrisa maquiavelica se dibujo en el rostro de Ada, mientras tomaba la espada de su enemigo y esta causaba que la mano de ella se cortara y la sangre corriera a travez de esta, los hombres no entendian lo que pasaba, que chica tan loca y extraña... era un engendro un monstruo una loca... la muchaha le dio una patada a aquel hombre y lo mando hacia atras, sus compañeros le recibieron y evitaron que cayera, sus ojos parecian como los de una bestia, fijos en sus oponentes deseosos de sangre... de muerte... sus enemigos no dudaron ni un segundo y le atacaron a la vez...
El cosmos de Ada ardia fuertemente mientras aquellos hombres embetian contra ella para atacarle, de pronto una enorme fuerza empezo a afectuarse sobre el suelo en forma circular, levantando el piso, causando que los pies de Ada se enterraran sobre este, un anorme rayo de luz cayo sobre el lugar como si fuese un rayo, rodeaba a la chica a un radia como de un metro, el cosmos rojizo de la chica formaba una serie de figuras... al principio amorfas pero luego eran como soldados espartanos con escudos que se formaban alrededor de ella hasta lograr un circulo, se veia como la formacion de una falange espartana, reconocida como una de las tecnicas de guerra mas imponentes de Grecia, los enemigos de Ada se vieron bloqueados ante esa extraño campo que evito cualquier ataque.
- AU!AU! - se escuchaba el grito de batalla liderado por aquella chica y los espartanos, los ataques no eran efectivos, eran desviados o bloqueados y en una ligera marcha cargaron hacia el frente causando que aquel grupo de gladiadores fueran despedidos unos cuantos metros hacia atras
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Re: Dejando Roma
Primer post Ataque debil: maestria en el manejo del cosmos
Hace cuantos años que deseaba sentirme viva... las horas se consumian como si fuesen años... deseaba poder pisar esta tierra nuevamente... debia liberarme debia encontrar... como romper esos sellos que mantenian en calma al demonio de la guerra...
Ada coloco su mano en su pecho despues de salvarse de sus enemigos usando esa extraña tecnica... sentia como si en su interior hubiese algo calido, su corazon latia lentamente... su cuerpo y su mente despues de estar tan desconectados el uno del otro por fin eran uno solo... pero no era Ada quien ahora estaba presente era alguien mas, a la chica le ardia su brazo derecho, extrañamente uno de los simbolos tatuados en su brazo ardia, como si se los estuviesen grabando con algo muy caliente, o con una espada...
La sangre que recorria su cuerpo y ahora que manchaba este mismo caia al suelo, la mujer vio la palma de su mano, que habia tomado el color carmin de aquel vital liquido, era tan hermoso...la sentia aun viva, aun suya... nunca habia dependido de los demas... nunca necesito de un buen trato o de un signo de cariño... aunque alguna vez su madre se lo dio cuando aun era muy pequeña, pero la vida le enseño a no desear tanto, ya que el amor era algo que nunca alcanzaria un regalo de unos pocos y a la vez una maldicion, el amor y la preocupacion por los demas solo eran una debilidad, algo que nos detenia para realizar nuestras metas... con el amor venian otros sentimientos que cuando se acumulaban se convertian en conciencia.... en un arrepentimiento total...
Acaso un instrumento creado para la guerra necesitaba sentir? tener compasion? luchar por un ideal? Claro que no... la guerra es cruda.. no posee emociones ni un bando bueno o malo solo trae acciones... luchar por vivir o por morir, ser el cazador o la presa... siempre se puede elegir... el destino no esta en las manos de nadie mas sino de uno mismo y hoy el destino de Ada seria empezar a despertar lo que por tantos siglos dormia en su estirpe y que hoy se concentraba en ella....
La chica paso su mano sobre su rostro el cual quedo untado de sangre, como una marca de batalla, sus cabellos rojizos tenian el mismo tinte de esta y con un leve zarandeo del viento danzaban librementes como si estuviesen vivos, las heridas de su cuerpo al parecer no eran nada... y sus profundos ojos color miel se posaron en cada uno de sus enemigos...
- Que pateticos sois... ja ja ja - la chica empezo a caminar lentamente de un lado a otro sin perder de vista a los sujetos - guerreros romanos? dais pena... en realidad son unos sacos de carne con musculos... solo eso! - Ada extendio su brazo derecho y las marcas de su brazo empezaron a brillar aun mas - Os enseñare.... el verdadero concepto de un guerrero -
Sin darles un respiro la chica se avalanzo sobre el hombre que tenia una larga barba y cabellos castaños, por medio de una patada que hizo que se estrellara contra un arbol, esta vez el gladiador estaba mas despierto se levanto rapidamente y se dispuso a responderle a la chica, al principio llevaba el ritmo de los golpes de la chica pero luego era como si una fuerza inimaginable le atacara, Ada tomo la mano derecha del enemigo y empezo a apretarla fuertemente y a torcerla, le rompio la muñeca, aprovechando que el sujeto se descuido, le dio un rodillazo a su estomago, lo cual lo hizo caer al piso, volvio a darle una patada que lo mando a volar y cayo de espaldas al piso, Ada salio corriendo, pego un salto y golpeo al gladiador con su rodilla sobre su pecho, el sujeto empezo a escupir mucha sangre mientras intentaba respirar por el brutal golpe, se quejaba del enorme dolor que le causo el ataque, aun asi la pelirroja no se detenia, lo tomo del cuello y lo empezo a arrastrar hasta un arbol, la chica apretaba fuertemente su mano, ahorcando a su victima, incrustando sus dedos en su cuello, su brazo isquierdo estaba quedando manchado con la sangre que desprendia al cuello del sujeto, el cual agonizaba en sus manos, ahora lo tomo fuertemente con sus dos manos y lo alzo botandolo de cabeza al piso, imprimio toda su fuerza en aquel golpe e hizo que este callera al piso con el cuello roto
Ada se lamio sus manos untadas con la sangre de ella y de aquel sujeto
- Que delicia... hace tanto que no probaba el delicioso sabor de la sangre - la mirada de la chica se emsombrecio y solo se notaba su lengua debajo de sus cabellos recorriendo sus manos y sus dedos rojizos que se entroducian en su boca siendo relamidos
Hace cuantos años que deseaba sentirme viva... las horas se consumian como si fuesen años... deseaba poder pisar esta tierra nuevamente... debia liberarme debia encontrar... como romper esos sellos que mantenian en calma al demonio de la guerra...
Ada coloco su mano en su pecho despues de salvarse de sus enemigos usando esa extraña tecnica... sentia como si en su interior hubiese algo calido, su corazon latia lentamente... su cuerpo y su mente despues de estar tan desconectados el uno del otro por fin eran uno solo... pero no era Ada quien ahora estaba presente era alguien mas, a la chica le ardia su brazo derecho, extrañamente uno de los simbolos tatuados en su brazo ardia, como si se los estuviesen grabando con algo muy caliente, o con una espada...
La sangre que recorria su cuerpo y ahora que manchaba este mismo caia al suelo, la mujer vio la palma de su mano, que habia tomado el color carmin de aquel vital liquido, era tan hermoso...la sentia aun viva, aun suya... nunca habia dependido de los demas... nunca necesito de un buen trato o de un signo de cariño... aunque alguna vez su madre se lo dio cuando aun era muy pequeña, pero la vida le enseño a no desear tanto, ya que el amor era algo que nunca alcanzaria un regalo de unos pocos y a la vez una maldicion, el amor y la preocupacion por los demas solo eran una debilidad, algo que nos detenia para realizar nuestras metas... con el amor venian otros sentimientos que cuando se acumulaban se convertian en conciencia.... en un arrepentimiento total...
Acaso un instrumento creado para la guerra necesitaba sentir? tener compasion? luchar por un ideal? Claro que no... la guerra es cruda.. no posee emociones ni un bando bueno o malo solo trae acciones... luchar por vivir o por morir, ser el cazador o la presa... siempre se puede elegir... el destino no esta en las manos de nadie mas sino de uno mismo y hoy el destino de Ada seria empezar a despertar lo que por tantos siglos dormia en su estirpe y que hoy se concentraba en ella....
La chica paso su mano sobre su rostro el cual quedo untado de sangre, como una marca de batalla, sus cabellos rojizos tenian el mismo tinte de esta y con un leve zarandeo del viento danzaban librementes como si estuviesen vivos, las heridas de su cuerpo al parecer no eran nada... y sus profundos ojos color miel se posaron en cada uno de sus enemigos...
- Que pateticos sois... ja ja ja - la chica empezo a caminar lentamente de un lado a otro sin perder de vista a los sujetos - guerreros romanos? dais pena... en realidad son unos sacos de carne con musculos... solo eso! - Ada extendio su brazo derecho y las marcas de su brazo empezaron a brillar aun mas - Os enseñare.... el verdadero concepto de un guerrero -
Sin darles un respiro la chica se avalanzo sobre el hombre que tenia una larga barba y cabellos castaños, por medio de una patada que hizo que se estrellara contra un arbol, esta vez el gladiador estaba mas despierto se levanto rapidamente y se dispuso a responderle a la chica, al principio llevaba el ritmo de los golpes de la chica pero luego era como si una fuerza inimaginable le atacara, Ada tomo la mano derecha del enemigo y empezo a apretarla fuertemente y a torcerla, le rompio la muñeca, aprovechando que el sujeto se descuido, le dio un rodillazo a su estomago, lo cual lo hizo caer al piso, volvio a darle una patada que lo mando a volar y cayo de espaldas al piso, Ada salio corriendo, pego un salto y golpeo al gladiador con su rodilla sobre su pecho, el sujeto empezo a escupir mucha sangre mientras intentaba respirar por el brutal golpe, se quejaba del enorme dolor que le causo el ataque, aun asi la pelirroja no se detenia, lo tomo del cuello y lo empezo a arrastrar hasta un arbol, la chica apretaba fuertemente su mano, ahorcando a su victima, incrustando sus dedos en su cuello, su brazo isquierdo estaba quedando manchado con la sangre que desprendia al cuello del sujeto, el cual agonizaba en sus manos, ahora lo tomo fuertemente con sus dos manos y lo alzo botandolo de cabeza al piso, imprimio toda su fuerza en aquel golpe e hizo que este callera al piso con el cuello roto
Ada se lamio sus manos untadas con la sangre de ella y de aquel sujeto
- Que delicia... hace tanto que no probaba el delicioso sabor de la sangre - la mirada de la chica se emsombrecio y solo se notaba su lengua debajo de sus cabellos recorriendo sus manos y sus dedos rojizos que se entroducian en su boca siendo relamidos
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Re: Dejando Roma
Segundo post Ataque debil: maestria en el manejo del cosmos
"Que demonios es esta mujer?... tengo miedo a morir... no quiero morir... ayuda!" era tan predecibles los pensamientos de aquellos seres... debiles, temerosos... se escondian tras la imagen de un gladiador, un guerrero para demostrar su verdadero valor en este mundo, pero en realidad ese valor no era nada... pura basura desperdicio de carne... era delicioso aquel aroma de la sangre y su sabor exquisito... hace tantos años que mi alma se hayabe encerrada y buscaba la forma de liberarse y por fin estaba cerca de aquello... lo sentia en cada centimetro de mi nuevo cuerpo... se acercaba el tiempo de regresar.... y esta vez nada ni nadie me detendria... el reino de terror habia llegado y uno de sus jinetes estaria listo para la batalla... yo Madareth señora de la guerra pisaria nuevamente esta corrupta tierra y la purificaria con la sangre de mis enemigos...
Uh esa estupida sensacion en mi brazo... podia reconocer esos sellos en cualquier parte, y como los aborrecia deseaba quitarmelos inclusive si tenia que arrancarme mi propia carne, pensar que mi verdadero ser habia estado siempre sellado por culpa de esas inscripciones... los dioses son sorprendentes, Ada es una parte de mi... pero por que esa parte de mi acumulo aquellos sentimientos que son mi debilidad? Por que debia ser tan... tan... humana, es cierto no soy un dios, pero aborrezco la humanidad de un guerrero tan solo le limita en el arte de realizar una matanza o matar a un simple niño... que patetico era, me habia convertido en algo que detesto y por mas que quisiese dejarlo no podia... seria como eliminarme a mi misma, pero Ada me habia enseñado nuevas cosas que en los años que permaneci en batalla y dormitando dentro de ella nunca habia conocido... la derrota y la debilidad era algo que hacian aun mas fuertes a las personas... perder a su vez es ganar, desfallecer te levanta para al final vencer....
Ahora no era una nueva guerra santa, no era luchar por el señor Ares... era probarme a mi misma, luchar por mi ser... explotar todo ese potencial que un ser humano puede entregar... poco a poco hare explotar todo mi cosmos para hacer trizas el universo... todo se rigue bajo esa fuerza y cuando sea capaz de entenderle... manejarle y usarla para mi... sera el dia en que felizmente llevare la victoria a mi señor Ares... no desprecio haber sido encerrada, haber muerto por un humano o por mi dios... renacer de nuevo y sentir que es realmente la vida... ahora deseo con todas mis fuerzas ir mas alto... ir mas lejos.. ir hasta donde nadie mas ha llegado... y que el poder del universo se concentre en mis puños...
Los tres hombres que quedaban con vida apretaban sus dientes y sus puños, no podian creer loq que pasaba, sentian escalofrios, miedo, una gota de sudor bajaba por sus frentes, pasaban saliva mientras pensaban en la forma de derrotar aquel ser... aquella mujer que ahora bañada en sangre se ergia ante ellos como una vil criatura.. un demonio sediento de vidas humanas...
Ada empezo a caminar lentamente alrededor del campo de batalla, hasta detenerse a cierta distancia de sus oponentes, cerro sus ojos y empezo a concentrarse poco a poco mientras aquella energia que rodeaba a la chica aumentaba aun mas y mas, sus cabellos se veian mas rojizos y a su vez parecia que sus heridas se sanaban
- La fuerza del universo... la que ha creado a este planeta, esta tierra, el cielo... las plantas... los animales... - susurraba para si misma - una fuerza que es capaz de crear y tambien de destruir.... - unos haces de energia., el mismo cosmos se concentraba en sus manos y se manifestaba como si fuese una pequeña llama de fuego - tan moldeable y tan mortal... solo un verdadero guerrero puede llegar a usarle como es - en su rostro se dibujo una mueca, una sonrisa aterradora -ahora es tiempo de usar aquel poder con vosotros... pero... aun es temprano para terminar este juego - aquella energia se apago mientras Ada abria sus ojos rapidamente y salia corriendo dispuesta a jugar un poco mas con sus rivales
"Que demonios es esta mujer?... tengo miedo a morir... no quiero morir... ayuda!" era tan predecibles los pensamientos de aquellos seres... debiles, temerosos... se escondian tras la imagen de un gladiador, un guerrero para demostrar su verdadero valor en este mundo, pero en realidad ese valor no era nada... pura basura desperdicio de carne... era delicioso aquel aroma de la sangre y su sabor exquisito... hace tantos años que mi alma se hayabe encerrada y buscaba la forma de liberarse y por fin estaba cerca de aquello... lo sentia en cada centimetro de mi nuevo cuerpo... se acercaba el tiempo de regresar.... y esta vez nada ni nadie me detendria... el reino de terror habia llegado y uno de sus jinetes estaria listo para la batalla... yo Madareth señora de la guerra pisaria nuevamente esta corrupta tierra y la purificaria con la sangre de mis enemigos...
Uh esa estupida sensacion en mi brazo... podia reconocer esos sellos en cualquier parte, y como los aborrecia deseaba quitarmelos inclusive si tenia que arrancarme mi propia carne, pensar que mi verdadero ser habia estado siempre sellado por culpa de esas inscripciones... los dioses son sorprendentes, Ada es una parte de mi... pero por que esa parte de mi acumulo aquellos sentimientos que son mi debilidad? Por que debia ser tan... tan... humana, es cierto no soy un dios, pero aborrezco la humanidad de un guerrero tan solo le limita en el arte de realizar una matanza o matar a un simple niño... que patetico era, me habia convertido en algo que detesto y por mas que quisiese dejarlo no podia... seria como eliminarme a mi misma, pero Ada me habia enseñado nuevas cosas que en los años que permaneci en batalla y dormitando dentro de ella nunca habia conocido... la derrota y la debilidad era algo que hacian aun mas fuertes a las personas... perder a su vez es ganar, desfallecer te levanta para al final vencer....
Ahora no era una nueva guerra santa, no era luchar por el señor Ares... era probarme a mi misma, luchar por mi ser... explotar todo ese potencial que un ser humano puede entregar... poco a poco hare explotar todo mi cosmos para hacer trizas el universo... todo se rigue bajo esa fuerza y cuando sea capaz de entenderle... manejarle y usarla para mi... sera el dia en que felizmente llevare la victoria a mi señor Ares... no desprecio haber sido encerrada, haber muerto por un humano o por mi dios... renacer de nuevo y sentir que es realmente la vida... ahora deseo con todas mis fuerzas ir mas alto... ir mas lejos.. ir hasta donde nadie mas ha llegado... y que el poder del universo se concentre en mis puños...
Los tres hombres que quedaban con vida apretaban sus dientes y sus puños, no podian creer loq que pasaba, sentian escalofrios, miedo, una gota de sudor bajaba por sus frentes, pasaban saliva mientras pensaban en la forma de derrotar aquel ser... aquella mujer que ahora bañada en sangre se ergia ante ellos como una vil criatura.. un demonio sediento de vidas humanas...
Ada empezo a caminar lentamente alrededor del campo de batalla, hasta detenerse a cierta distancia de sus oponentes, cerro sus ojos y empezo a concentrarse poco a poco mientras aquella energia que rodeaba a la chica aumentaba aun mas y mas, sus cabellos se veian mas rojizos y a su vez parecia que sus heridas se sanaban
- La fuerza del universo... la que ha creado a este planeta, esta tierra, el cielo... las plantas... los animales... - susurraba para si misma - una fuerza que es capaz de crear y tambien de destruir.... - unos haces de energia., el mismo cosmos se concentraba en sus manos y se manifestaba como si fuese una pequeña llama de fuego - tan moldeable y tan mortal... solo un verdadero guerrero puede llegar a usarle como es - en su rostro se dibujo una mueca, una sonrisa aterradora -ahora es tiempo de usar aquel poder con vosotros... pero... aun es temprano para terminar este juego - aquella energia se apago mientras Ada abria sus ojos rapidamente y salia corriendo dispuesta a jugar un poco mas con sus rivales
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Re: Dejando Roma
- .... Que diminuta te ves en ese cuerpo tan humano, Madareth.
Un susurró en el viento, una presencia que permanecía escondida entre el espacio y el tiempo de las personas de la tierra, un tiempo que a ella ya no se le aplicaba pues ya no era realmente humana. Era un berseker. Era más que un vulgar humano que vaga sufriendo en la tierra cada segundo esperando la muerte. Latrivan estaba sobre eso.
Una melodía... un violín... notas tocadas al azar cantaban en el viento. Eran indiferentes a la sed de sangre de Ada, no estaban ahí para detenerla ni para insentivarla a matar a aquellos hombres frente a ella. Todo lo contrario, parecían preparar el escenario para una muerte limpia y rapida... incentivar el terror en el corazón de aquellos que no sabían contra lo que se estaban enfrentando.
El espacio frente a Ada pareció moldearse, el aire pareció detenerse de su continuo movimiento. Las notas del violin hacian que cualquier movimiento pareciera una eternidad y cualquier cosa alrededor simplemente se detuvo, todo... excepto los corazones de los presentes. Las notas de aquella melodía eran interpretadas con el mero proposito de que latieran cada vez más rapido, aumentando el miedo de enfrentarse a un rival claramente superior en cualquier sentido. Así se movía el ejercito de Ares, no sólo bastaba causar desgracias y catastrofes por donde pasaban, sino que traer consigo el terror más absoluto de todos, aquel que parecía decir que la muerte era un escape y no un castigo. Hacer que sus enemigos desearan morir... eso era sin duda el terror absoluto de enfrentarse a un Berseker.
El ambiente se volvió oscuro, demasiado oscuro. Solo había un brillo rojo frente a Ada, como una diminuta estrella. Brillaba en intensos tonos rojizos, era el cosmo de un berseker. De pronto, el espacio se rompio como si de cristal se tratara y cayó desde el cielo con una elegancia digna en una dama, Latrivan.
No portaba su armadura, a simple vista habría parecido una mujer más en ese mundo en desgracia. Pero había algo diferente en aquellos ojos de hielo que la hacían distinguirse. La musica sesó. Las palabras empezaron...
- ¿Que honor hay en acabar con un enemigo tan inferior a ti?.. es como si una polilla nocturna intentara ganarle a las llamas del fuego que la atraen. ¿Que placer puedes encontrar en esto...Madareth? - Preguntó mientras que su vista permanecía en los cuerpos de aquellos que habían caido por la lujuria de sangre que sentía Madareth contra el mundo. Era inevitable para una mujer como Ada si quiera controlarla... el despertar de Madareth estaba comenzando y nadie ni nada podría haberlo podido detener. Sarahissa, por otra parte, no estaba ahí para detenerlo. - Actuando así, no te comportas diferente a estos animales... La unica gloria que podría traer la sangre ajena, es aquella que latió alguna vez en el corazón de un oponente superior a ti. ¿No lo crees?
Sarahissa llevó su mano a la mejilla. Aun estaba impregnada con la sangre de Steven... la sintió humedecer sus dedos y sonrió mirando el contraste de aquel rojo contra sus blancas manos.
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Re: Dejando Roma
Tercer post Ataque debil: maestria en el manejo del cosmos
Que era aquella extraña sensacion que perturbaba mi diversion?, Era musica... el dulce sonido de un violin que interrumpia la susurrante melodia de la noche, pero no era solamente la musica de aquel lugar lo que se veia afectaba, era como si el tiempo se detuviese, frente aquel cosmos que no era mio, no era aquel agresivo ser hambriento de sangre, el cosmos de Ada ahora tenia la compañia de uno que se encontraba mas tranquilo y que no desplegaba aquella rabia como lo hacia el de la señora de la sangre.
Madareth cerro sus ojos y aprecio la melodia, las rapidas y punzantes notas eran comparables con los ataques sin descanso que habia emprendido la espartana en contra de sus enemigos, pero esa no era la sinfonia completa de aquella noche de sangre y muerte, no era la melodia que Ada deseaba tocar... era mas bien un acompañamiento a lo que seria un final estruendoso, doloroso y sangriento.
- Hermoso como siempre Latrivan.... pero esta no es tu pelea -
Fue cuando senti como si el paisaje se rompiera frente a mi y aquellos hombres, no me sorprendia cualquiera podia hacer eso, abri lentamente mis ojos y fue cuando vi aquella mujer, se veia tan delicada y fragil, acaso podia ser un bersecker de Ares? pero no era tan estupida como las personas quienes a mi tambien me juzgaron durante toda mi vida... una aparienca tan debil encerraba un gran poder tras de si y aquella chica no seria la exepcion, aquellos ojos azules, parecian las gemas mas hermosas y maravillosas que cualquier ser humano hubiese visto en su vida, pero eran opacadas por aquella frialdad que demostraban... intrigantes para muchos, que podian esconder tras esa vacia mirada?
Madareth sonrio ironicamente con la entrada de su compañera, aunque fuesen mujeres eran totalmente distintas, una era llevada por el placer de la musica, de la tortura a las mentes de sus rivales mientras que la otra, entregada totalmente a la guerra disfrutaba con el placer que la muerte que un campo de batalla otorgaba, no se dio mas tiempo para que los labios de aquella mujer se movieran con reproches hacia la actitud de la señora de la guerra, que esperaba? Que Madareth se enojara ante la critica de sus acciones? Desmeritar su trabajo? Un regaño? Una burla? Fuese como fuese Madareth no caeria en aquellos juegos... o cual fuera su significado, dejarse llevar por palabras que lleva el viento, las acciones son la irrefutable prueba del pensamiento de una persona, si Latrivan no hacia nada ella responderia igual, y mucho menos caeria a contestar con la misma actitud que su compañera lo hubiese hecho
- Siempre tan agradable Latrivan, aunque seamos compañeras no me siento con el deber de darle una explicacion respecto a mis acciones, si quiere una respuesta desela a si misma, bajo su propio criterio, el mio... lastimosamente aun se encuentra encerrado - su mano izquierda paso por su brazo derecho donde tenia aquellas marcas - me hubiese encantado que la sangre que ahora se encuentra impregnada en mi cuerpo fuese de alguien a mi altura, pero no soy estupida para ir a buscar una batalla cuando ni siquiera estoy lista- la chica sonrio calidamente - aun tengo que arreglar unas cosas con.... una parte de mi... la sucia humanidad que posee mi lado mas debil - el cosmos de Madareth se intensifico nuevamente pero esta vez solo se concentro en su mano derecha - hay que educarle, y esta es una buena forma, aunque ya muchos se encargaron de ella a lo largo de nuestras vidas -
Los tres gladiadores que se encontraban con vida al parecer tenian deseos de huir de la batalla mientras que Madareth y Latrivan mantenian su conversacion, como si fuesen ratas pensaban que podian abandonar el campo de batalla y salvaguardar sus inmundas vidas, la lengua de Madareth paso por sus labios mientras giraba lentamente su rostro viendo a sus victimas,la mujer levanto sus hombros y giro su cuello para desestresar un poco sus musculos, apreto fuertemente los puños y pego un tremendo salto impulsada por la fuerza de sus piernas, de tal manera que alcanzara a cortar el paso de sus presas.
- Que estupidos sois... pensaban que podrian escapar de la ira de la señora de la guerra? - la mujer vio con tristeza aquellos hombres, como si de algun modo se lamentara por lo que iba a hacer, o solamente estaba jugando? Era placentero ver la expresion de miedo en el rostro de aquellos hombres, el temor a la muerte, el temor a aquella mujer, era la indeleble señal de que podia ser la personificacion de la parca que ahora venia a arrebatar aquellas pateticas vidas de la faz de la tierra y las escupiria en lo mas profundo de los infiernos.
El impulso por vivir obligo a aquellos hombres a atacarle con lo que tenian a la mano, los tres luchaban desesperados contra la agil mujer, Latrivan tenia razon no eran rivales para Madareth, la muerte de aquellas personas no taia ninguna gloria para ella, pero realmente era lo que buscaba en esos momentos? Claro que no, Madareth lo que buscaba era la libertad, volver a sentir aquella placentera sensacion de tener una vida humana en sus manos, y recuperar poco a poco ese parte de su ser que se habia convertido en un total debilidad: Ada. Su otro yo ha estado consciente durante todo el combate, al igual que Madareth disfruta de la batalla de la masacre, de aquel sentimiento de ser un portavoz de la muerte, tal y como Madareth lo esperaba, haber nacido bajo la cuna de Esparta y que el destino se hubiese enseñado de enseñarle lo que es realmente la realidad le habia permitido a esa porcion de su otro yo asimilar las cosas que pasaban, pero a su vez ese otro yo acarreaba los sentimientos de un ser humano, el dolor... la tristeza... la alegria... hasta el mismisimo amor, Madareth tenia el deber de educarle y enseñarle que para la nueva vida que empezaria pronto debia aprender a enfrentarse contra aquellas situaciones, que no eran exclusivas de los humanos sino de los dioses, pero debia utilizarlas para que le diesen ese empuje... esa fuerza... ese animo... para nunca sentirse derrotada y por luchar hasta llegar a lo mas alto.
De algun modo Ada lo iba entendiendo... al igual que los sentimientos debia moldear su cosmos el cual se hallaba concentrado en su mano derecha y que hacia brillar su brazo y aquellas extrañas marcas que tenia en este, el cosmos es comparable a la energia... siempre fluye, siempre se transforma, nunca puede ser destruido tan solo transformado, y asi pasa por varios estados, el cosmos es la fuerza que mueve cada cosa en el universo y poder manipularlo es como si se manipulara el mismo universo, algo tan grande en algo a la vez tan pequeño, sorprendente para Madareth y aun mas para Ada, tantas cosas habia olvidado esa parte de su ser...
El aire alrededor de Ada empezo a volverse mas violento, causando que sus cabellos danzaran al ritmo que las rafagas de viento imponian, sus marcas eran aun mas brillantes y su cosmos aun mas prominente, el corazon de las dos escencias estaba sincronizandose, hasta que en un instante, el tiempo se detuvo por un segundo, un escaso segundo que para Madareth parecia eterno antes de invocar su mortal ataque, repentinamente bajo los pies de aquellos hombres se dibujo una extraña figura, iluminada bajo una luz rojiza, era la misma figura que se encontraba tatuada en el brazo de Ada, coloco su brazo en el suelo y su cosmos se transporto por este.
La luz se volvio mas intensa y de repente un grupo de haces de luz salieron de aquella area, una luz cegadora que no permitio ver lo que pasaba por unos segundos hasta cuando el espectaculo era evidente aquellas luces se convirtieron en unas afiladas lanzas, el gladiador rubio y el mas acuerpado se encontraban empalados en aquellas miles de armas que ocupaban todo el espacio en el cual aquel extraño simbolo hizo su aparicion, su sangre regaba el piso y convertia aquel bosque en un pequeño lago de sangre, la expresion de sus rostros era de total terror, sus ojos estaban desorbitados y con la impresion de que hubiesen querido salir de sus cuencas, al parecer aquella tecnica causaba una gran presion sobre el cuerpo de sus victimas para causar aquellas consecuencias, pero solo estaban dos, que habia pasado con aquel hombre que empuñaba una espada? unos haces de cosmos emergieron del piso, aun mas largos que los demas y como si fuese una cruzifixion el tercer sujeto aparecia agonizante, atravezado por las mortales lanzas, Madareth se acerco hacia aquel sujeto, lo miro como si sintiese lastima y una lanza atravezo al sujeto en el corazon, causando que una lluvia de sangre callera sobre la señora de la guerra, la cual extendio sus brazos, cerro sus ojos y disfruto de aquel calido liquido.
- AHora si Latrivan, podemos hablar sin interrupciones - Madareth giro su cabeza hacia su visita sus ojos color miel tenian un brillo rojizo, mientras todo el cuerpo de madareth estaba cubierto por la sangre de sus enemigos.
Que era aquella extraña sensacion que perturbaba mi diversion?, Era musica... el dulce sonido de un violin que interrumpia la susurrante melodia de la noche, pero no era solamente la musica de aquel lugar lo que se veia afectaba, era como si el tiempo se detuviese, frente aquel cosmos que no era mio, no era aquel agresivo ser hambriento de sangre, el cosmos de Ada ahora tenia la compañia de uno que se encontraba mas tranquilo y que no desplegaba aquella rabia como lo hacia el de la señora de la sangre.
Madareth cerro sus ojos y aprecio la melodia, las rapidas y punzantes notas eran comparables con los ataques sin descanso que habia emprendido la espartana en contra de sus enemigos, pero esa no era la sinfonia completa de aquella noche de sangre y muerte, no era la melodia que Ada deseaba tocar... era mas bien un acompañamiento a lo que seria un final estruendoso, doloroso y sangriento.
- Hermoso como siempre Latrivan.... pero esta no es tu pelea -
Fue cuando senti como si el paisaje se rompiera frente a mi y aquellos hombres, no me sorprendia cualquiera podia hacer eso, abri lentamente mis ojos y fue cuando vi aquella mujer, se veia tan delicada y fragil, acaso podia ser un bersecker de Ares? pero no era tan estupida como las personas quienes a mi tambien me juzgaron durante toda mi vida... una aparienca tan debil encerraba un gran poder tras de si y aquella chica no seria la exepcion, aquellos ojos azules, parecian las gemas mas hermosas y maravillosas que cualquier ser humano hubiese visto en su vida, pero eran opacadas por aquella frialdad que demostraban... intrigantes para muchos, que podian esconder tras esa vacia mirada?
Madareth sonrio ironicamente con la entrada de su compañera, aunque fuesen mujeres eran totalmente distintas, una era llevada por el placer de la musica, de la tortura a las mentes de sus rivales mientras que la otra, entregada totalmente a la guerra disfrutaba con el placer que la muerte que un campo de batalla otorgaba, no se dio mas tiempo para que los labios de aquella mujer se movieran con reproches hacia la actitud de la señora de la guerra, que esperaba? Que Madareth se enojara ante la critica de sus acciones? Desmeritar su trabajo? Un regaño? Una burla? Fuese como fuese Madareth no caeria en aquellos juegos... o cual fuera su significado, dejarse llevar por palabras que lleva el viento, las acciones son la irrefutable prueba del pensamiento de una persona, si Latrivan no hacia nada ella responderia igual, y mucho menos caeria a contestar con la misma actitud que su compañera lo hubiese hecho
- Siempre tan agradable Latrivan, aunque seamos compañeras no me siento con el deber de darle una explicacion respecto a mis acciones, si quiere una respuesta desela a si misma, bajo su propio criterio, el mio... lastimosamente aun se encuentra encerrado - su mano izquierda paso por su brazo derecho donde tenia aquellas marcas - me hubiese encantado que la sangre que ahora se encuentra impregnada en mi cuerpo fuese de alguien a mi altura, pero no soy estupida para ir a buscar una batalla cuando ni siquiera estoy lista- la chica sonrio calidamente - aun tengo que arreglar unas cosas con.... una parte de mi... la sucia humanidad que posee mi lado mas debil - el cosmos de Madareth se intensifico nuevamente pero esta vez solo se concentro en su mano derecha - hay que educarle, y esta es una buena forma, aunque ya muchos se encargaron de ella a lo largo de nuestras vidas -
Los tres gladiadores que se encontraban con vida al parecer tenian deseos de huir de la batalla mientras que Madareth y Latrivan mantenian su conversacion, como si fuesen ratas pensaban que podian abandonar el campo de batalla y salvaguardar sus inmundas vidas, la lengua de Madareth paso por sus labios mientras giraba lentamente su rostro viendo a sus victimas,la mujer levanto sus hombros y giro su cuello para desestresar un poco sus musculos, apreto fuertemente los puños y pego un tremendo salto impulsada por la fuerza de sus piernas, de tal manera que alcanzara a cortar el paso de sus presas.
- Que estupidos sois... pensaban que podrian escapar de la ira de la señora de la guerra? - la mujer vio con tristeza aquellos hombres, como si de algun modo se lamentara por lo que iba a hacer, o solamente estaba jugando? Era placentero ver la expresion de miedo en el rostro de aquellos hombres, el temor a la muerte, el temor a aquella mujer, era la indeleble señal de que podia ser la personificacion de la parca que ahora venia a arrebatar aquellas pateticas vidas de la faz de la tierra y las escupiria en lo mas profundo de los infiernos.
El impulso por vivir obligo a aquellos hombres a atacarle con lo que tenian a la mano, los tres luchaban desesperados contra la agil mujer, Latrivan tenia razon no eran rivales para Madareth, la muerte de aquellas personas no taia ninguna gloria para ella, pero realmente era lo que buscaba en esos momentos? Claro que no, Madareth lo que buscaba era la libertad, volver a sentir aquella placentera sensacion de tener una vida humana en sus manos, y recuperar poco a poco ese parte de su ser que se habia convertido en un total debilidad: Ada. Su otro yo ha estado consciente durante todo el combate, al igual que Madareth disfruta de la batalla de la masacre, de aquel sentimiento de ser un portavoz de la muerte, tal y como Madareth lo esperaba, haber nacido bajo la cuna de Esparta y que el destino se hubiese enseñado de enseñarle lo que es realmente la realidad le habia permitido a esa porcion de su otro yo asimilar las cosas que pasaban, pero a su vez ese otro yo acarreaba los sentimientos de un ser humano, el dolor... la tristeza... la alegria... hasta el mismisimo amor, Madareth tenia el deber de educarle y enseñarle que para la nueva vida que empezaria pronto debia aprender a enfrentarse contra aquellas situaciones, que no eran exclusivas de los humanos sino de los dioses, pero debia utilizarlas para que le diesen ese empuje... esa fuerza... ese animo... para nunca sentirse derrotada y por luchar hasta llegar a lo mas alto.
De algun modo Ada lo iba entendiendo... al igual que los sentimientos debia moldear su cosmos el cual se hallaba concentrado en su mano derecha y que hacia brillar su brazo y aquellas extrañas marcas que tenia en este, el cosmos es comparable a la energia... siempre fluye, siempre se transforma, nunca puede ser destruido tan solo transformado, y asi pasa por varios estados, el cosmos es la fuerza que mueve cada cosa en el universo y poder manipularlo es como si se manipulara el mismo universo, algo tan grande en algo a la vez tan pequeño, sorprendente para Madareth y aun mas para Ada, tantas cosas habia olvidado esa parte de su ser...
El aire alrededor de Ada empezo a volverse mas violento, causando que sus cabellos danzaran al ritmo que las rafagas de viento imponian, sus marcas eran aun mas brillantes y su cosmos aun mas prominente, el corazon de las dos escencias estaba sincronizandose, hasta que en un instante, el tiempo se detuvo por un segundo, un escaso segundo que para Madareth parecia eterno antes de invocar su mortal ataque, repentinamente bajo los pies de aquellos hombres se dibujo una extraña figura, iluminada bajo una luz rojiza, era la misma figura que se encontraba tatuada en el brazo de Ada, coloco su brazo en el suelo y su cosmos se transporto por este.
La luz se volvio mas intensa y de repente un grupo de haces de luz salieron de aquella area, una luz cegadora que no permitio ver lo que pasaba por unos segundos hasta cuando el espectaculo era evidente aquellas luces se convirtieron en unas afiladas lanzas, el gladiador rubio y el mas acuerpado se encontraban empalados en aquellas miles de armas que ocupaban todo el espacio en el cual aquel extraño simbolo hizo su aparicion, su sangre regaba el piso y convertia aquel bosque en un pequeño lago de sangre, la expresion de sus rostros era de total terror, sus ojos estaban desorbitados y con la impresion de que hubiesen querido salir de sus cuencas, al parecer aquella tecnica causaba una gran presion sobre el cuerpo de sus victimas para causar aquellas consecuencias, pero solo estaban dos, que habia pasado con aquel hombre que empuñaba una espada? unos haces de cosmos emergieron del piso, aun mas largos que los demas y como si fuese una cruzifixion el tercer sujeto aparecia agonizante, atravezado por las mortales lanzas, Madareth se acerco hacia aquel sujeto, lo miro como si sintiese lastima y una lanza atravezo al sujeto en el corazon, causando que una lluvia de sangre callera sobre la señora de la guerra, la cual extendio sus brazos, cerro sus ojos y disfruto de aquel calido liquido.
- AHora si Latrivan, podemos hablar sin interrupciones - Madareth giro su cabeza hacia su visita sus ojos color miel tenian un brillo rojizo, mientras todo el cuerpo de madareth estaba cubierto por la sangre de sus enemigos.
Última edición por Ada el Miér Ene 05, 2011 7:42 pm, editado 1 vez
Ada- Berseker de Ares
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Re: Dejando Roma
- ¿Acaso hice algo para que pensaras que lo es? – Preguntó luego de escuchar que Madareth le recordaba que esa no era su pelea. Dejo que el viento le acariciara la piel sin decir nada más, solo observando un largo momento a la mujer, acostumbrando, inspeccionado cada detalle de esa joven y memorizándolo para futuras referencias. - En dicho caso, debería aclararte que no tengo intensión de luchar contra esas basuras. – Su tono no era despectivo, aunque extrañamente sus palabras si lo eran. No había en ella un aire petulante ni altanero, simplemente manifestaba una verdad que nadie podría habido negarle en ese momento. Esos sujetos eran arena que el viento se encargaría de llevarse. - Un combate tan inferior no es lo mío.
Madareth sonreía con ironía. Sarahissa conocía esa mirada… pero aun así no dijo nada más. Simplemente la escuchó hablar notando en ella aquel tono distante. Sarahissa miró hacia un costado, evitando su mirada, no porque le incomodara o algo por estilo, sino por que no le interesaba que su compañera intentara descubrir que era lo que realmente estaba pensando. Incluso si lo hubiese intentado no lo habría conseguido. Nadie podría haberlo hecho pues de Latrivan casi nunca escapaban emociones que delataran lo que quería decir o hacer. Nunca había reproche, felicidad, tristeza, dolor o incluso cansancio en aquellos ojos vacíos de hielo. Lo único que a veces se escapaba de aquel rostro de porcelana era la sorpresa… la sorpresa al encontrar un enemigo que presentara un peligro para los planes de Ares. Esos eran los enemigos de Latrivan, cualquiera que se opusiera en el camino de su señor. El resto… le era indiferente. Para eliminar a todo el resto de sujetos estaban los demás Bersekers sedientos de sangre, ella estaba sobre aquellos instintos de animales sin razonamiento.
Cuando Madareth terminó de hablar, Sarahissa tan sólo dio unos pasos hacia la dirección en que miraba para darle espacio a la mujer. Podía hacer lo que se diera la gana. Si se quería divertir jugando con basura, podía hartarse… podía hacer cualquier cosa que quisiera excepto lo que Ares hubiese prohibido expresamente. Despues de todo, si Ares hubiese despertado y prohibido aquellos actos de pelea inútil contra humanos desprotegidos que no presentaran amenazas a él, Madareth se hubiese convertido de inmediato en su enemiga y hubiese estado ahí para acabar con su insolencia. Pero ese no era el caso, si Madareth pensaba que tenía que entrenar aquel poder y saciar su deseo de sangre con ratas, podía jugar a ser gato lo que quisiera.
- No te des tanta importancia Madareth, no vengo a pedir explicaciones ni a decirte que hacer. Simplemente estoy declarando lo obvio, tu eres fuerte y ellos no, por ende esta pelea es un completo desperdicio de tu tiempo y energía. Aun así, dices que no has podido controlarla y estas fuera de práctica… si sientes debes aprender a utilizar el poder de la señora de la guerra contra esta gentuza… adelante.
Unos metros a la distancia, Madareth permaneció parada mirando los actos de Madareth. Sus ojos quedaron fijos en el gesto que realizó relamiendo sus labios como si se tratara de un vulgar animal que va a devorarse una presa. ¿Acaso todo eso le causaba un verdadero placer? Por más que lo quisiera Latrivan no conseguía entender porque podría resultarle divertido acabar con hombres tan débiles, tan inferiores… era como haber golpeado a un niño indefenso y haber encontrado en ello satisfacción. Sus movimiento al desplazarse eran precisos… Latrivan los observaba y reproducía en su mente analizándolos y buscando fallas en ellos.
La mirada en aquellos hombres señalaban el terror que todo aquello les producía. Lo más gracioso del asunto era que Madareth realmente pensara que era ella quien la causaba. Que equivocada estaba… los hombres nunca le temen realmente a la muerte, sino a la idea de que no hubiese nada más después de esta, que llegara su fin sin haber logrado hacer de sus vidas un recuerdo memorable en el tiempo. Era esa debilidad lo que los llevaba a alabar y creer en dioses que nunca habían creído en ellos, la idea de que más allá de su final hubiese una nueva vida esperándolos y que aquellos dioses a quienes habían honrado toda su vida los recibirían con los brazos abiertos. Si tan sólo hubiesen sabido que a los dioses les era indiferente su existencia tal vez habrían vivido más y rezado menos.
Pronto aquella visión de desesperación en los hombres se volvió valor, tomando lo que hubiese a su alcance intentaron defenderse del ataque de Madareth. Era increíble el instinto humano de querer vivir a toda costa. Latrivan suspiró, pues si algo de verdad le molestaba en el interior era ver el desperdicio de un acto valeroso inútil. No había caso en que quisieran hacerle frente a Madareth en ese estado.
- Que desperdicio… - Susurró mientras los observaba con el mismo cuidado de una estudiosa de la batalla, que encontraba incluso en esos actos tan miserables e insignificantes algún sentido teológico de lo que significaba para un hombre su propia vida. Era interesante ver aquellas reacciones, el último intento por vivir.
Pero algo capturó aun más su atención, sentir como fluía el cosmo de la dama de la guerra en todo ese campo de batalla… estaba por desencadenarse todo aquel poder en un solo golpe de cualquier momento a otro. Era como si Madareth no aguantase más dentro de ese cuerpo y lo quisiera destruir de adentro hacia fuera y se estuviese controlando por no dañarse a si misma. Sarahissa levanto levemente los párpados pues sabía que si no saciaba su sed de sangre contra esos hombres ella misma tendría que luchar contra Madareth para que lograra calmarse.
- Corran si es que sus piernas aun se pueden mover… - Ordenó Sarahissa fríamente mirando a los hombres, pues Madareth no estaba con juegos. No era un calentamiento luchar contra ellos, sino que era realmente una batalla para ella, era como saciar aquella comezón en su piel que le exigía tener sangre sobre ella. Una extraña marca en su brazo empezó a brillar… ¿Era esa marca hecha para sellar su poder y luego liberarlo? Latrivan no estaba segura. No entendía la función de aquellas líneas en la piel pero pronto lo haría si mantenía su atención en Latrivan. – Demasiado tarde… - Susurró resignada al escuchar como el corazón dividido de Madareth empezaba a sonar armonioso, igual que las notas que salían de las cuerdas de su violín cuando lo tocaba. Ya nada podría salvar a esos hombres… Madareth estaba adaptándose a su cuerpo y no había nada que ellos pudieran hacer para salvarse de una muerte violenta.
Y así fue.
Las mismas marcas aparecieron bajos sus pies y antes de que se dieran cuenta… eran comida para los cuerpos empalados en estacas. Su fin había llegado y Madareth seguramente ahora estaría complacida.
Latrivan no mostró expresión alguna ante el espectáculo. Ver a Madareth cubriendo su cuerpo con sangre le parecía innecesario pero no dijo nada al respecto. Nunca decía mucho de lo que pensaba cuando no era necesario.
El viento soplaba entre ambas y Latrivan permanecía en silencio. Su cabellera rojiza danzaba con el viento elegantemente. Su tez pálida permanecía así, aun con toda la sangre que había salpicado, solo manchada en su mejilla por la sangre de Steven que aun no retiraba de su mejilla. Sin moverse, sin pestañar, manteniendo sus ojos en contacto con los de Ada, separó sus labios levemente.
- Es hora de que despiertes una vez más Madareth. Nuestro señor nos liberó al mundo a causar pánico, guerra y destrucción una vez más. Es a eso a que he venido, a llevarte conmigo. - No se movió, pero frente a ella se materializó un violin extraño jutno con un arco... los cuales tomó con gentileza posicionando el violin en su hombro. - Espero que la próxima palabra que salga de tu boca sea que aceptas venir, o tendré que darte el mismo final que encontraron esos hombres.
Madareth sonreía con ironía. Sarahissa conocía esa mirada… pero aun así no dijo nada más. Simplemente la escuchó hablar notando en ella aquel tono distante. Sarahissa miró hacia un costado, evitando su mirada, no porque le incomodara o algo por estilo, sino por que no le interesaba que su compañera intentara descubrir que era lo que realmente estaba pensando. Incluso si lo hubiese intentado no lo habría conseguido. Nadie podría haberlo hecho pues de Latrivan casi nunca escapaban emociones que delataran lo que quería decir o hacer. Nunca había reproche, felicidad, tristeza, dolor o incluso cansancio en aquellos ojos vacíos de hielo. Lo único que a veces se escapaba de aquel rostro de porcelana era la sorpresa… la sorpresa al encontrar un enemigo que presentara un peligro para los planes de Ares. Esos eran los enemigos de Latrivan, cualquiera que se opusiera en el camino de su señor. El resto… le era indiferente. Para eliminar a todo el resto de sujetos estaban los demás Bersekers sedientos de sangre, ella estaba sobre aquellos instintos de animales sin razonamiento.
Cuando Madareth terminó de hablar, Sarahissa tan sólo dio unos pasos hacia la dirección en que miraba para darle espacio a la mujer. Podía hacer lo que se diera la gana. Si se quería divertir jugando con basura, podía hartarse… podía hacer cualquier cosa que quisiera excepto lo que Ares hubiese prohibido expresamente. Despues de todo, si Ares hubiese despertado y prohibido aquellos actos de pelea inútil contra humanos desprotegidos que no presentaran amenazas a él, Madareth se hubiese convertido de inmediato en su enemiga y hubiese estado ahí para acabar con su insolencia. Pero ese no era el caso, si Madareth pensaba que tenía que entrenar aquel poder y saciar su deseo de sangre con ratas, podía jugar a ser gato lo que quisiera.
- No te des tanta importancia Madareth, no vengo a pedir explicaciones ni a decirte que hacer. Simplemente estoy declarando lo obvio, tu eres fuerte y ellos no, por ende esta pelea es un completo desperdicio de tu tiempo y energía. Aun así, dices que no has podido controlarla y estas fuera de práctica… si sientes debes aprender a utilizar el poder de la señora de la guerra contra esta gentuza… adelante.
Unos metros a la distancia, Madareth permaneció parada mirando los actos de Madareth. Sus ojos quedaron fijos en el gesto que realizó relamiendo sus labios como si se tratara de un vulgar animal que va a devorarse una presa. ¿Acaso todo eso le causaba un verdadero placer? Por más que lo quisiera Latrivan no conseguía entender porque podría resultarle divertido acabar con hombres tan débiles, tan inferiores… era como haber golpeado a un niño indefenso y haber encontrado en ello satisfacción. Sus movimiento al desplazarse eran precisos… Latrivan los observaba y reproducía en su mente analizándolos y buscando fallas en ellos.
La mirada en aquellos hombres señalaban el terror que todo aquello les producía. Lo más gracioso del asunto era que Madareth realmente pensara que era ella quien la causaba. Que equivocada estaba… los hombres nunca le temen realmente a la muerte, sino a la idea de que no hubiese nada más después de esta, que llegara su fin sin haber logrado hacer de sus vidas un recuerdo memorable en el tiempo. Era esa debilidad lo que los llevaba a alabar y creer en dioses que nunca habían creído en ellos, la idea de que más allá de su final hubiese una nueva vida esperándolos y que aquellos dioses a quienes habían honrado toda su vida los recibirían con los brazos abiertos. Si tan sólo hubiesen sabido que a los dioses les era indiferente su existencia tal vez habrían vivido más y rezado menos.
Pronto aquella visión de desesperación en los hombres se volvió valor, tomando lo que hubiese a su alcance intentaron defenderse del ataque de Madareth. Era increíble el instinto humano de querer vivir a toda costa. Latrivan suspiró, pues si algo de verdad le molestaba en el interior era ver el desperdicio de un acto valeroso inútil. No había caso en que quisieran hacerle frente a Madareth en ese estado.
- Que desperdicio… - Susurró mientras los observaba con el mismo cuidado de una estudiosa de la batalla, que encontraba incluso en esos actos tan miserables e insignificantes algún sentido teológico de lo que significaba para un hombre su propia vida. Era interesante ver aquellas reacciones, el último intento por vivir.
Pero algo capturó aun más su atención, sentir como fluía el cosmo de la dama de la guerra en todo ese campo de batalla… estaba por desencadenarse todo aquel poder en un solo golpe de cualquier momento a otro. Era como si Madareth no aguantase más dentro de ese cuerpo y lo quisiera destruir de adentro hacia fuera y se estuviese controlando por no dañarse a si misma. Sarahissa levanto levemente los párpados pues sabía que si no saciaba su sed de sangre contra esos hombres ella misma tendría que luchar contra Madareth para que lograra calmarse.
- Corran si es que sus piernas aun se pueden mover… - Ordenó Sarahissa fríamente mirando a los hombres, pues Madareth no estaba con juegos. No era un calentamiento luchar contra ellos, sino que era realmente una batalla para ella, era como saciar aquella comezón en su piel que le exigía tener sangre sobre ella. Una extraña marca en su brazo empezó a brillar… ¿Era esa marca hecha para sellar su poder y luego liberarlo? Latrivan no estaba segura. No entendía la función de aquellas líneas en la piel pero pronto lo haría si mantenía su atención en Latrivan. – Demasiado tarde… - Susurró resignada al escuchar como el corazón dividido de Madareth empezaba a sonar armonioso, igual que las notas que salían de las cuerdas de su violín cuando lo tocaba. Ya nada podría salvar a esos hombres… Madareth estaba adaptándose a su cuerpo y no había nada que ellos pudieran hacer para salvarse de una muerte violenta.
Y así fue.
Las mismas marcas aparecieron bajos sus pies y antes de que se dieran cuenta… eran comida para los cuerpos empalados en estacas. Su fin había llegado y Madareth seguramente ahora estaría complacida.
Latrivan no mostró expresión alguna ante el espectáculo. Ver a Madareth cubriendo su cuerpo con sangre le parecía innecesario pero no dijo nada al respecto. Nunca decía mucho de lo que pensaba cuando no era necesario.
El viento soplaba entre ambas y Latrivan permanecía en silencio. Su cabellera rojiza danzaba con el viento elegantemente. Su tez pálida permanecía así, aun con toda la sangre que había salpicado, solo manchada en su mejilla por la sangre de Steven que aun no retiraba de su mejilla. Sin moverse, sin pestañar, manteniendo sus ojos en contacto con los de Ada, separó sus labios levemente.
- Es hora de que despiertes una vez más Madareth. Nuestro señor nos liberó al mundo a causar pánico, guerra y destrucción una vez más. Es a eso a que he venido, a llevarte conmigo. - No se movió, pero frente a ella se materializó un violin extraño jutno con un arco... los cuales tomó con gentileza posicionando el violin en su hombro. - Espero que la próxima palabra que salga de tu boca sea que aceptas venir, o tendré que darte el mismo final que encontraron esos hombres.
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Re: Dejando Roma
Cuarto post Ataque debil: maestria en el manejo del cosmos
El cuerpo de Madareth ahora se encontraba dividido en dos, bueno mas bien su alma, por un lado esta su verdadero yo y por el otro ese pequeño fragmento de si misma que era Ada, la culminacion de maldicion de sangre, el linaje madito la heredera de esparta, aunque esta lo desconociese, la chica suspiro profundamente mientras miraba a los ojos a Latrivan, aquella inquietante mujer que simpre ocultaba sus verdaderos sentimientos tras esa fria mirada y que se mostraba tan intimidante, sus mordazes palabras y esa apariencia que deseaba mostrar no eran algo que inquietaban a Madareth, los bersercks de Ares eran tan distintos e individualistas, lo cual podria ser una debilidad pero... intentar que trabajasen juntos seria algo peor que verlos solitarios en batalla.
Se podria pensar que usar tanto cosmos y explotarlo tan rapida y facilmente podria hacer mella en el cuerpo de madareth, pero ella estaba preparada para ello tantos años de arduo entrenamiento que sufrio Ada no fueron para nada, le habian otrorgado esa resistencia para la batalla y un conocimiento tactico y belico para la misma, los cabellos de Madareth danzaban al mismo ritmo que los de Latrivan bajo la cancion que la suave brisa les otorgaba, en la batalla era una, pero en otras situaciones se convertia en alguien totalmente distinta, esa risa sadica y aquellos ojos que brillaban con la sangre desaparecieron rapidamente y una mirada y actitud mas seria se apoderaron de Madareth.
- Ares? - aquel nombre causo un fuerte latido en el corazon de la joven, recordar a su dios, a su unico señor, la unica perona que podia domar su bestia interna... su despertar solo traia aquella noticia, que su amo le necesitaria de nuevo y ella seria uno de sus estandartes de victoria, por fin podria demostrar por que era llamada la señora de la guerra, el titulo que es el mas preciado entre los berseckers... y que solo ella poseia - Asi es, que otra cosa me hubiese hecho despertar en este mundo? - Ada levanto la mirada y observo la boveda celeste - No tiene que preguntar si quiero ir, es obvio que mi lugar esta con el dios de la guerra y que haremos que la tierra se llene del color de la sangre de nuestros enemigos - Madareth sonrio complacida.
Pero habia alguien mas que observaba aquella conversacion entre aquellas mujeres, era aquel anciano que habia acompañado a Ada cuando salia de Roma, aquel extraño anciano, que ni se habia inmutado con lo que habia visto ni con la prescencia de las atemorizantes bersecks.
- Aunque señorita Madareth, aun debe ir por sus cosas a Esparta -
- Agaros? - exclamo sorprendida la pelirroja - Co... como? -
- Señora Latrivan, es un gusto verle, y en especial disfrutar de su hermosura como de ese espiritu tan sombrio que le envuelve... señora Madareth, aun no lo recuerda bien, pero fue uno de mis deberes velar por que usted llegara este punto, aunque lamentablemente, las circunstancias me alejaron de Esparta, veo que por sus propios medios llego a feliz termino, Señora Latrivan, es cierto que debe ir con Ares a cumplir su labor, pero Madareth debe terminar una tarea que solo se cumplira en Esparta, crucial para su desempeño con Ares -
El cuerpo de Madareth ahora se encontraba dividido en dos, bueno mas bien su alma, por un lado esta su verdadero yo y por el otro ese pequeño fragmento de si misma que era Ada, la culminacion de maldicion de sangre, el linaje madito la heredera de esparta, aunque esta lo desconociese, la chica suspiro profundamente mientras miraba a los ojos a Latrivan, aquella inquietante mujer que simpre ocultaba sus verdaderos sentimientos tras esa fria mirada y que se mostraba tan intimidante, sus mordazes palabras y esa apariencia que deseaba mostrar no eran algo que inquietaban a Madareth, los bersercks de Ares eran tan distintos e individualistas, lo cual podria ser una debilidad pero... intentar que trabajasen juntos seria algo peor que verlos solitarios en batalla.
Se podria pensar que usar tanto cosmos y explotarlo tan rapida y facilmente podria hacer mella en el cuerpo de madareth, pero ella estaba preparada para ello tantos años de arduo entrenamiento que sufrio Ada no fueron para nada, le habian otrorgado esa resistencia para la batalla y un conocimiento tactico y belico para la misma, los cabellos de Madareth danzaban al mismo ritmo que los de Latrivan bajo la cancion que la suave brisa les otorgaba, en la batalla era una, pero en otras situaciones se convertia en alguien totalmente distinta, esa risa sadica y aquellos ojos que brillaban con la sangre desaparecieron rapidamente y una mirada y actitud mas seria se apoderaron de Madareth.
- Ares? - aquel nombre causo un fuerte latido en el corazon de la joven, recordar a su dios, a su unico señor, la unica perona que podia domar su bestia interna... su despertar solo traia aquella noticia, que su amo le necesitaria de nuevo y ella seria uno de sus estandartes de victoria, por fin podria demostrar por que era llamada la señora de la guerra, el titulo que es el mas preciado entre los berseckers... y que solo ella poseia - Asi es, que otra cosa me hubiese hecho despertar en este mundo? - Ada levanto la mirada y observo la boveda celeste - No tiene que preguntar si quiero ir, es obvio que mi lugar esta con el dios de la guerra y que haremos que la tierra se llene del color de la sangre de nuestros enemigos - Madareth sonrio complacida.
Pero habia alguien mas que observaba aquella conversacion entre aquellas mujeres, era aquel anciano que habia acompañado a Ada cuando salia de Roma, aquel extraño anciano, que ni se habia inmutado con lo que habia visto ni con la prescencia de las atemorizantes bersecks.
- Aunque señorita Madareth, aun debe ir por sus cosas a Esparta -
- Agaros? - exclamo sorprendida la pelirroja - Co... como? -
- Señora Latrivan, es un gusto verle, y en especial disfrutar de su hermosura como de ese espiritu tan sombrio que le envuelve... señora Madareth, aun no lo recuerda bien, pero fue uno de mis deberes velar por que usted llegara este punto, aunque lamentablemente, las circunstancias me alejaron de Esparta, veo que por sus propios medios llego a feliz termino, Señora Latrivan, es cierto que debe ir con Ares a cumplir su labor, pero Madareth debe terminar una tarea que solo se cumplira en Esparta, crucial para su desempeño con Ares -
Ada- Berseker de Ares
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Re: Dejando Roma
Sarahissa permaneció con los ojos fríos sobre los de Ada. No iba a perder el tiempo mirando sujetos que hablaban cuando no tenían nada que decir interesante para ella. Pero por otro lado no estaba ahi para ser la niñera de Madareth ni velar por sus propios asuntos. Eso era problema de ella. Si ella quería andar perdiendo el tiempo viajando por la tierra de los humanos en vez de prepararse para su despertar en el Olimpo, eso era su problema.
- Termina tus asuntos entonces.
Sarahissa tocó una nota bastante aguda en su violín, prolongada y constante que pareció abrir nuevamente esa brecha del especio y el tiempo frente a ella. Antes de adentrarse detuvo el sonido de su violín pues no iba a retirarse de ahí asi como así tampoco, eso hubiera sido de malos modales.
- Rompe cualquier lazo sentimental que te una a este lugar Madareth. No hay cabida para algo tan vulgar como los sentimientos cuando seas una berseker nuevamente y portes con orgullo la armadura de la señora de la guerra.
Dio un paso hacia adelante y fue como si hubiese caido en un vacio. El espacio donde estaba parada volvio a su normalidad y pareció que el tiempo volvía a correr. Era el turno de Ada hacer lo que debía hacer.
- Nos volveremos a ver dentro de poco. - Se escuchó en el ambiente como si alguien hablara susurrando al oído de Ada.
- Termina tus asuntos entonces.
Sarahissa tocó una nota bastante aguda en su violín, prolongada y constante que pareció abrir nuevamente esa brecha del especio y el tiempo frente a ella. Antes de adentrarse detuvo el sonido de su violín pues no iba a retirarse de ahí asi como así tampoco, eso hubiera sido de malos modales.
- Rompe cualquier lazo sentimental que te una a este lugar Madareth. No hay cabida para algo tan vulgar como los sentimientos cuando seas una berseker nuevamente y portes con orgullo la armadura de la señora de la guerra.
Dio un paso hacia adelante y fue como si hubiese caido en un vacio. El espacio donde estaba parada volvio a su normalidad y pareció que el tiempo volvía a correr. Era el turno de Ada hacer lo que debía hacer.
- Nos volveremos a ver dentro de poco. - Se escuchó en el ambiente como si alguien hablara susurrando al oído de Ada.
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Re: Dejando Roma
Como era de esperarse Latrivan no se quedaria alli para esperar a que Madareth regresara de su profundo sueño, seres solitarios y sombrios como los bersecks no se encontrarian en ningun otro lado, la fria mujer toco unas leves notas de su violin lo que causo que el tiempo y el espacio se rompieran en aquel lugar, en aquella griteta causada Latrivan desaparecio, Madareth sabia perfectamente hacia donde se dirigia, al olimpo, el templo de la guerra y las residencias de cada uno de los berseckers, aunque a la señora de la guerra le hubiese encantado ir a aquel lugar seria un viaje perdido, ya que no sentia el terrible cosmos de Ares llameante sobre este mundo, solo una leve flama que se encontraba perdida en algun lugar de este mundo, si Ares no habia despertado ella debia ir a buscarle, su corazon se lo mandaba, sus instintos y aquella sensacion de destruccion se lo indicaban, existian otros leves cosmos tambien en ese momentos y otros mas fuertes, Ares no era un dios que neesitase que alguien le cuidara pero Madareth y su total lealtad a su señor le impulsaban a buscarle y no regresar al olimpo hasta cuando cumpliera aquella mision.
Pero ahora debia encargarse de sus propios asuntos, debia descubrir toda esa verdad que se habia ocultado a su encarnacion y hasta a ella misma, las palabras de Agaros causaban gran curiosidad en la joven, bueno el hecho de que supiese quien era, reconociese a Latrivan y supiese que Ada seria la reencarnacion de aquel sanguinario berseck, pero Ada ordeno primero partir a esparta, en el camino se le seria revelada toda la verdad.
- Y bien Agaros, que o quien eres realmente? - pregunto la mujer sin perder su seriedad mientras miraba al frente, el ancio suspiro profundamente mientras sus ojos seguian puestos en el camino.
- Esta bien, en realidad tengo mas de doscientos años, señorita Ada, cuando le conoci era un jovencito de 16 años, en su anterior reencarnacion, decidi servirle a usted y a Ares en aquellos tiempos, luego de aquellos acontecimientos, fui testigo del sello que realizaron con usted, aquel guerrero espartano que tenia la proteccion de Athena que sacrifico su vida por su familia y por que en Esparta terminara esa terrible guerra acabo con su vida pero tambien perdio la suya, fue donde me entere que ese hombre era el legitimo herededo de Esparta, derecho que le fue arrebatado, asi mismo usted antes de morir infundio parte de su cosmos en la hija de ese guerrero, una leve marca en su brazo, que nadie notaria, me encargo que velara ppor su seguridad hasta cuando fuese el tiempo en que volviera a este mundo para vengarse y luchar nuevamente en el nombre de Ares. Y asi fue, logre entrar en la corte y vele uno a uno por los herederos de Esparta, quienes fueron reconocidos como nobles mas nunca como reyes, el poder corrompia facilmente a los humanos y asi de facil era como su linaje fue alejado del poder, una de las cosas que me demostraba que usted algun dia volveria era que solo nacian hijas... y todas eran su viva imagen.-
- Pe.... pero... mi madre?... Agaros, mi madre! mi madre no tenia esas caracteristicas que usted describe - Ada estaba sorprendida, ahora la prescencia de Madareth era sumamente leve... era el turno de que Ada enfrentara la verdad... y empezara a despertar tambien, Madareth estaba lista pero necesitaba de esa parte de su yo para sobrevivir.
- Usted nacio hace 22 años, lo recuerdo muy bien por que en su brazo de mostraban todas las marcas que posee actualmente, debido a mi cercania con su familia les indique que era la señal de que usted seria la mas grande guerrera de toda Esparta, pero, lastimosamente la guerra estallo, Roma se hizo al control de toda grecia y aunque esparta era una gran nacion, no era como antes, toda la linea de sucesion debio ser borrada del mapa, para evitar que se realizara una revuelta, sus padres fueron asesinados y usted quedo bajo el cuidado del capitan de la guardia de la ciudad y su esposa, quienes fueron perdonados por Roma, luego yo tuve que huir o si no me matarian y desde ese momento le perdi el rastro, sabia que estaba en Esparta, pero... habian varios rumores de su muerte, me senti totalmente devastado y pense que nunca le volveria a ver -
Ada no podria creer lo que escuchaba al final habia sido una parte del juego de Madareth, su destino habia sido descidido desde hace cuanto tiempo, hasta lo qu pensaba que era verdad no lo era, acaso aquella mujer que se suponia que era su madre estaba finguendo ese amor por ella bajo los planes de Madareth? Que era realmente su vida? un monton de mentiras? el juego de alguien mas?, era irritante que alguien jugase con ella como lo habia hecho su otro yo, le enojaba y casi le hacia perder la razon, con ira, Ada desengancho el caballo de la carreta y dejo a aquel anciano abandonado en medio de los caminos, no queria escuchar razones, no queria que otros le dijeran que pensar o que ser realmente, esta vez buscaria las respuestas por su misma y estas se enontraban en Esparta donde Madareth totalmente despierta le daria toda la verdad.
Pero ahora debia encargarse de sus propios asuntos, debia descubrir toda esa verdad que se habia ocultado a su encarnacion y hasta a ella misma, las palabras de Agaros causaban gran curiosidad en la joven, bueno el hecho de que supiese quien era, reconociese a Latrivan y supiese que Ada seria la reencarnacion de aquel sanguinario berseck, pero Ada ordeno primero partir a esparta, en el camino se le seria revelada toda la verdad.
- Y bien Agaros, que o quien eres realmente? - pregunto la mujer sin perder su seriedad mientras miraba al frente, el ancio suspiro profundamente mientras sus ojos seguian puestos en el camino.
- Esta bien, en realidad tengo mas de doscientos años, señorita Ada, cuando le conoci era un jovencito de 16 años, en su anterior reencarnacion, decidi servirle a usted y a Ares en aquellos tiempos, luego de aquellos acontecimientos, fui testigo del sello que realizaron con usted, aquel guerrero espartano que tenia la proteccion de Athena que sacrifico su vida por su familia y por que en Esparta terminara esa terrible guerra acabo con su vida pero tambien perdio la suya, fue donde me entere que ese hombre era el legitimo herededo de Esparta, derecho que le fue arrebatado, asi mismo usted antes de morir infundio parte de su cosmos en la hija de ese guerrero, una leve marca en su brazo, que nadie notaria, me encargo que velara ppor su seguridad hasta cuando fuese el tiempo en que volviera a este mundo para vengarse y luchar nuevamente en el nombre de Ares. Y asi fue, logre entrar en la corte y vele uno a uno por los herederos de Esparta, quienes fueron reconocidos como nobles mas nunca como reyes, el poder corrompia facilmente a los humanos y asi de facil era como su linaje fue alejado del poder, una de las cosas que me demostraba que usted algun dia volveria era que solo nacian hijas... y todas eran su viva imagen.-
- Pe.... pero... mi madre?... Agaros, mi madre! mi madre no tenia esas caracteristicas que usted describe - Ada estaba sorprendida, ahora la prescencia de Madareth era sumamente leve... era el turno de que Ada enfrentara la verdad... y empezara a despertar tambien, Madareth estaba lista pero necesitaba de esa parte de su yo para sobrevivir.
- Usted nacio hace 22 años, lo recuerdo muy bien por que en su brazo de mostraban todas las marcas que posee actualmente, debido a mi cercania con su familia les indique que era la señal de que usted seria la mas grande guerrera de toda Esparta, pero, lastimosamente la guerra estallo, Roma se hizo al control de toda grecia y aunque esparta era una gran nacion, no era como antes, toda la linea de sucesion debio ser borrada del mapa, para evitar que se realizara una revuelta, sus padres fueron asesinados y usted quedo bajo el cuidado del capitan de la guardia de la ciudad y su esposa, quienes fueron perdonados por Roma, luego yo tuve que huir o si no me matarian y desde ese momento le perdi el rastro, sabia que estaba en Esparta, pero... habian varios rumores de su muerte, me senti totalmente devastado y pense que nunca le volveria a ver -
Ada no podria creer lo que escuchaba al final habia sido una parte del juego de Madareth, su destino habia sido descidido desde hace cuanto tiempo, hasta lo qu pensaba que era verdad no lo era, acaso aquella mujer que se suponia que era su madre estaba finguendo ese amor por ella bajo los planes de Madareth? Que era realmente su vida? un monton de mentiras? el juego de alguien mas?, era irritante que alguien jugase con ella como lo habia hecho su otro yo, le enojaba y casi le hacia perder la razon, con ira, Ada desengancho el caballo de la carreta y dejo a aquel anciano abandonado en medio de los caminos, no queria escuchar razones, no queria que otros le dijeran que pensar o que ser realmente, esta vez buscaria las respuestas por su misma y estas se enontraban en Esparta donde Madareth totalmente despierta le daria toda la verdad.
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Re: Dejando Roma
El extraño peregrinaje de dos individuos a los lomos de sus caballos era lento, monótono y uniforme por las empolvadas sendas del camino empleado para su travesía hacia el reino de Germania, era de lejos, distinto a lo que fue a su regreso. Habiendo finiquitado su estancia y asegurado los suministros para el viaje, Noah lideraba un destacamento tan risible como insultante.
No era nada comparado con aquellas columnas nutridas de legionarios a los que encabezaba. Ahora tan solo un esclavo y un tercer caballo era lo único que podía comandar de aquí hasta Germania. A su espalda la imponente ciudad que se erguía majestuosa ante los rayos incidentes del sol iba acrecentando la distancia.
- Extrañas circunstancias las que rodean a los hombres. Luz y sombra se conjugan ante los misterios de la vida. Comandante sin comando y rey sin reinado...
Noah echó una mirada por sobre su hombro hacia Drayden que en ese momento comenzaba su retórica ante la forma en que miraba la vida. Aquél asgardiano al menos había cortado aquel silencio funesto que los había acompañado desde los puertos hasta esa misma ubicación poco transitada.
Le confirió tal confianza, en cierto sentido Drayden tenía razón en sus extrañas reflexiones. Que más daba, por ahora era su única compañía aunque Noah no destacaba por hacer mucha amistad con alguno de sus compañeros o alguno de sus sirvientes. Él, acostumbrado a valerse por sí mismo relegaba la ayuda de terceros, los sentía como un lastre en el estilo de derroche que mantenía como su vida.
Sólo que ahora, era ese mismo esclavo el que rompería tal decreto de sus ideologías. Comprendía que bien podía ser una herramienta de mucha ayuda para comandar a las nuevas cohortes de la primera legión. Sin duda, su desagrado por ponerse a la cabeza de mercenarios le pesaba un tanto, tiempo al tiempo era lo que pensaba. Si su estancia se desarrollaba de una forma decorosa al menos y si lograba aplastar la insurgencia podría tener otro comando o una misión más adecuada.
Quizá la búsqueda del desaparecido Edward, aunque él no tenía nociones que aquella nación que estaba dejando estaba siendo ahora parada en la agenda de su rival odiado. Ironías de la vida, pero no había otra forma de que él lo supiera.
- Puede ser maldita sabandija, no cantes victoria aún. Nuestra suerte puede cambiar por nuestras acciones. Ya veremos que es lo que hay en una de las fronteras cercanas a tu reino y al imperio al que trato de servir.
De momento no había una actitud malhumorada por parte de Noah. Era más bien una especie de expresar un poco lo que en su mente se orquestaba, que recientemente había tenido algunas visiones, recuerdos borrosos que le inquietaban y no lo dejaban en paz ni en sus sueños. Le daba mala espina todo aquello. Él no era supersticioso, ni siquiera muy creyente de sus dioses, pero todo aquello que le estaba acompañado no era para nada algo que pudiera considerarse como bueno.
No era nada comparado con aquellas columnas nutridas de legionarios a los que encabezaba. Ahora tan solo un esclavo y un tercer caballo era lo único que podía comandar de aquí hasta Germania. A su espalda la imponente ciudad que se erguía majestuosa ante los rayos incidentes del sol iba acrecentando la distancia.
- Extrañas circunstancias las que rodean a los hombres. Luz y sombra se conjugan ante los misterios de la vida. Comandante sin comando y rey sin reinado...
Noah echó una mirada por sobre su hombro hacia Drayden que en ese momento comenzaba su retórica ante la forma en que miraba la vida. Aquél asgardiano al menos había cortado aquel silencio funesto que los había acompañado desde los puertos hasta esa misma ubicación poco transitada.
Le confirió tal confianza, en cierto sentido Drayden tenía razón en sus extrañas reflexiones. Que más daba, por ahora era su única compañía aunque Noah no destacaba por hacer mucha amistad con alguno de sus compañeros o alguno de sus sirvientes. Él, acostumbrado a valerse por sí mismo relegaba la ayuda de terceros, los sentía como un lastre en el estilo de derroche que mantenía como su vida.
Sólo que ahora, era ese mismo esclavo el que rompería tal decreto de sus ideologías. Comprendía que bien podía ser una herramienta de mucha ayuda para comandar a las nuevas cohortes de la primera legión. Sin duda, su desagrado por ponerse a la cabeza de mercenarios le pesaba un tanto, tiempo al tiempo era lo que pensaba. Si su estancia se desarrollaba de una forma decorosa al menos y si lograba aplastar la insurgencia podría tener otro comando o una misión más adecuada.
Quizá la búsqueda del desaparecido Edward, aunque él no tenía nociones que aquella nación que estaba dejando estaba siendo ahora parada en la agenda de su rival odiado. Ironías de la vida, pero no había otra forma de que él lo supiera.
- Puede ser maldita sabandija, no cantes victoria aún. Nuestra suerte puede cambiar por nuestras acciones. Ya veremos que es lo que hay en una de las fronteras cercanas a tu reino y al imperio al que trato de servir.
De momento no había una actitud malhumorada por parte de Noah. Era más bien una especie de expresar un poco lo que en su mente se orquestaba, que recientemente había tenido algunas visiones, recuerdos borrosos que le inquietaban y no lo dejaban en paz ni en sus sueños. Le daba mala espina todo aquello. Él no era supersticioso, ni siquiera muy creyente de sus dioses, pero todo aquello que le estaba acompañado no era para nada algo que pudiera considerarse como bueno.
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Re: Dejando Roma
Después de una merecida noche de descanso en una cama propiamente dicha, además de una buena y abundante comida ya me encontraba con la suficiente capacidad y ánimo para cruzar de una vez por todas el bosque sin siquiera detallar en los molestos pinos que ahora eran como borrones en mi vista. El camino ahora sí parecía tener sentido, más allá del laberinto en general que era aquella espesa mata de árboles la ruta que tenía que seguir era bastante clara: un recorrido sin escalas directamente hacia el noroeste del continente y listo, llegaría a mi meta sin demasiada dilación.
Mmm...es raro, la seguridad está un poco menos relajada por aquí. comenté en voz baja mientras me detenía y me aseguraba de estar debidamente oculto en una de las ramas más altas del árbol en el que había hecho mi parada hasta el momento no planeada. Algo debía de estar ocurriendo en Roma porque curiosamente, aquella zona del bosque estaba mucho más vigilada de lo que recordaba al haber pasado por ella unos días antes: soldados patrullaban en círculos, manteniendo una sincronización casi enfermiza, su eficiencia resultaba hasta aterradora…si tuviera que apostar, seguramente algún pez gordo de la milicia o el gobierno de la capital de Imperio se encontraría cerca y ni siquiera me iba a molestar en intentar ver quien diablos era…con semejante cercado de soldados intentar ver de quien se trataba sería un suicidio en toda regla y no, no estaba preparado para aquello así que simplemente me aseguré de saltar y pasar de una copa a la otra con el mayor cuidado posible y una vez estando seguro de que no había nadie, retomé mi paso con algo más de prisa y marcharme cuanto antes de tan tormentosos límites…
Esa ciudad está tan loca como sus habitantes…como diablos ha durado tanto? me pregunté a mi mismo sin ganas de saber la respuesta que seguramente, jamás llegaría.
Mmm...es raro, la seguridad está un poco menos relajada por aquí. comenté en voz baja mientras me detenía y me aseguraba de estar debidamente oculto en una de las ramas más altas del árbol en el que había hecho mi parada hasta el momento no planeada. Algo debía de estar ocurriendo en Roma porque curiosamente, aquella zona del bosque estaba mucho más vigilada de lo que recordaba al haber pasado por ella unos días antes: soldados patrullaban en círculos, manteniendo una sincronización casi enfermiza, su eficiencia resultaba hasta aterradora…si tuviera que apostar, seguramente algún pez gordo de la milicia o el gobierno de la capital de Imperio se encontraría cerca y ni siquiera me iba a molestar en intentar ver quien diablos era…con semejante cercado de soldados intentar ver de quien se trataba sería un suicidio en toda regla y no, no estaba preparado para aquello así que simplemente me aseguré de saltar y pasar de una copa a la otra con el mayor cuidado posible y una vez estando seguro de que no había nadie, retomé mi paso con algo más de prisa y marcharme cuanto antes de tan tormentosos límites…
Esa ciudad está tan loca como sus habitantes…como diablos ha durado tanto? me pregunté a mi mismo sin ganas de saber la respuesta que seguramente, jamás llegaría.
Milanor- Cantidad de envíos : 78
Re: Dejando Roma
- Imperio de poder inmenso... bastión de futuros inciertos...
Todos los esclavos miraban aquella ciudad a la cual habían ingresado como esclavos y la miraban en la misma condición. Zelghadis sólo pudo referirse a aquella nación como un cúmulo que representaba tanto las virtudes como los males de la humanidad. Su poco tiempo en Roma le hicieron ver que el mundo se sumergiría en una era de sangre y desesperación. ¿Serían los mismos humanos los causantes de su destrucción?
La idea cobraba más fuerza en la medida en que la ciudad se hacía ante sus ojos más pequeña. De su vida, entendía por ahora, que el ser humano seguiría luchando por cualquier causa, no justificada o justificada. De cualquier forma, las acciones de la mayoría repercutiría en la vida de de los que no estuviesen involucrados.
Las palabras de Morticus en el coliseo romano, volvían a su mente. Sabía por ahora, que el igual emprendería una guerra contra la muerte y que al lugar al que ahora estaba siendo trasladado sería un sitio que si no se adaptaba sucumbiría en un momento dado. Sus ojos se fijaban en los guardias y en los nuevos compañeros de cadenas. Estudiaba sus expresiones, sus ropajes y también sus ademanes, buscaba indicio de cualquier pista de la cual pudiera valerse. Miró una última vez la ciudadela hasta que el camino la hizo desaparecer.
- Si los corazones son aprensivos en la partida y guardan nostalgia al decir adiós, será la mente un mar en confusión...
Todos los esclavos miraban aquella ciudad a la cual habían ingresado como esclavos y la miraban en la misma condición. Zelghadis sólo pudo referirse a aquella nación como un cúmulo que representaba tanto las virtudes como los males de la humanidad. Su poco tiempo en Roma le hicieron ver que el mundo se sumergiría en una era de sangre y desesperación. ¿Serían los mismos humanos los causantes de su destrucción?
La idea cobraba más fuerza en la medida en que la ciudad se hacía ante sus ojos más pequeña. De su vida, entendía por ahora, que el ser humano seguiría luchando por cualquier causa, no justificada o justificada. De cualquier forma, las acciones de la mayoría repercutiría en la vida de de los que no estuviesen involucrados.
Las palabras de Morticus en el coliseo romano, volvían a su mente. Sabía por ahora, que el igual emprendería una guerra contra la muerte y que al lugar al que ahora estaba siendo trasladado sería un sitio que si no se adaptaba sucumbiría en un momento dado. Sus ojos se fijaban en los guardias y en los nuevos compañeros de cadenas. Estudiaba sus expresiones, sus ropajes y también sus ademanes, buscaba indicio de cualquier pista de la cual pudiera valerse. Miró una última vez la ciudadela hasta que el camino la hizo desaparecer.
- Si los corazones son aprensivos en la partida y guardan nostalgia al decir adiós, será la mente un mar en confusión...
Zelghadis- Status :
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Re: Dejando Roma
Uno de los jefes que me había educado y entrenado, que tenía aspecto de medio loco me dijo que Roma tenía su destino marcado en sus espaldas y que era la perdición total de todo lo que había conquistado, todos pensaban que estaba loco pero después de aquella noche que lo vi morir... empiezo de alguna manera a creerle, tal vez mi Villa no fue la única en ser víctima de las atrocidades de los bárbaros, al estar lejos del centro de Roma los pueblos de alrededor son los primeros que las sufren. O es así como me parece va la cosa.
Ese día en el bosque entendí mejor las cosas, iba caminando rumbo al norte, demasiada gente iba y venia con mercancía para vender o comer, carretas a caballo y mensajeros militares de todo un poco, era imposible caminar sin escuchar a alguien quejarse de la mala vida que llevaba. Algunos campesinos que tomaban un descanso a los costados del camino discutían de las innecesarias conquistas romanas, por culpa de las ambiciones del Emperador la gente inocente perdía sus hijos mayores y vivían los saqueos constantemente, y así entre muchos temas con el fin de insultar y descargarse con el codicioso Imperio.
Que calor húmedo hacia ese día, menos mal que estaban los gigantes arboles a los costados del camino que me tapaban de los rayos del sol,llevaba lo justo y necesario en una mochila. Saque algo de dinero que tenía en mis bolsillos y le compre a una señora de edad simpática unas manzanas jugosas para saciar mi sed y algo de hambre, llevaba un canasto lleno de ellos.
Esa señora me recordaba a la tía Ana que siempre cuando iba a trabajar me regalaba una manzana todas las mañanas, charlamos un rato de como se cosechaban las ricas manzanas que la dona vendía cosa que yo mucha idea no tenia, pero pasar un rato con alguien agradable como ella me descansaba algo después de caminar tanto.
Justo cuando nos despedíamos escuchaba que un pequeño grupo de jóvenes romanos de mi edad mas o menos se nos acercaban, no se veían nada agradables, uno llevaban un palo de madera, otro portaba un cuchillo debajo de su cinto, eran 5 en total. La señora tomo de mi brazo izquierdo con un poco de miedo, me di cuenta enseguida de lo que podría llegar a pasar, los jóvenes de hoy en día con las cosas que suceden en Roma no son tan amigables.
Le susurre en vos baja que se quedara tranquila que no iba a pasarle nada mientras este conmigo, insultando y mostrando alevosamente sus armas blancas se acercaban, la verdad no era nada de otro mundo para mi si algo sucedía, estaba acostumbrado a apresar muchos a la vez.
Se dieron cuenta exagerada de nuestra presencia pasaron por nuestro costado lentamente mirandonos de cabeza a pies sin decir una palabra, era una sensación extraña... a cada paso de ellos la señora me apretaba con mas fuerza, hasta que sin querer se le cayo una manzana al suelo. Uno de ellos la tomo y nos dijo que si estaba sucia no le importaría si se la llevaba, mire a mi costado y ella solo inclino su cabeza lentamente en buena respuesta, y justo cuando se levanta ve mi colgante que apenas se veía pero brillaba como para que ese sujeto se quedara mirandolo unos segundos sin disimular.
Entonces ese fue el punta pie inicial a un robo no planeado por ellos, ese muchacho le dijo a la dona que su hijo tenía algo de valor que querían y si no se lo daba yo iba a resultar herido. -Intentalo si puedes, no voy a dejar que lastimen a mi "madre". La situación me llevo a decir aquello, ellos lo insinuaron primero y yo lo confirme, era la primera vez que sentía tanta alegría y con ganas de patearles el trasero a unos vagos por hacerse los listos, mientras ella no atinaba a acotar nada solo mirar abajo y aferrada a mi brazo que al parecer le daba seguridad....
Ese día en el bosque entendí mejor las cosas, iba caminando rumbo al norte, demasiada gente iba y venia con mercancía para vender o comer, carretas a caballo y mensajeros militares de todo un poco, era imposible caminar sin escuchar a alguien quejarse de la mala vida que llevaba. Algunos campesinos que tomaban un descanso a los costados del camino discutían de las innecesarias conquistas romanas, por culpa de las ambiciones del Emperador la gente inocente perdía sus hijos mayores y vivían los saqueos constantemente, y así entre muchos temas con el fin de insultar y descargarse con el codicioso Imperio.
Que calor húmedo hacia ese día, menos mal que estaban los gigantes arboles a los costados del camino que me tapaban de los rayos del sol,llevaba lo justo y necesario en una mochila. Saque algo de dinero que tenía en mis bolsillos y le compre a una señora de edad simpática unas manzanas jugosas para saciar mi sed y algo de hambre, llevaba un canasto lleno de ellos.
Esa señora me recordaba a la tía Ana que siempre cuando iba a trabajar me regalaba una manzana todas las mañanas, charlamos un rato de como se cosechaban las ricas manzanas que la dona vendía cosa que yo mucha idea no tenia, pero pasar un rato con alguien agradable como ella me descansaba algo después de caminar tanto.
Justo cuando nos despedíamos escuchaba que un pequeño grupo de jóvenes romanos de mi edad mas o menos se nos acercaban, no se veían nada agradables, uno llevaban un palo de madera, otro portaba un cuchillo debajo de su cinto, eran 5 en total. La señora tomo de mi brazo izquierdo con un poco de miedo, me di cuenta enseguida de lo que podría llegar a pasar, los jóvenes de hoy en día con las cosas que suceden en Roma no son tan amigables.
Le susurre en vos baja que se quedara tranquila que no iba a pasarle nada mientras este conmigo, insultando y mostrando alevosamente sus armas blancas se acercaban, la verdad no era nada de otro mundo para mi si algo sucedía, estaba acostumbrado a apresar muchos a la vez.
Se dieron cuenta exagerada de nuestra presencia pasaron por nuestro costado lentamente mirandonos de cabeza a pies sin decir una palabra, era una sensación extraña... a cada paso de ellos la señora me apretaba con mas fuerza, hasta que sin querer se le cayo una manzana al suelo. Uno de ellos la tomo y nos dijo que si estaba sucia no le importaría si se la llevaba, mire a mi costado y ella solo inclino su cabeza lentamente en buena respuesta, y justo cuando se levanta ve mi colgante que apenas se veía pero brillaba como para que ese sujeto se quedara mirandolo unos segundos sin disimular.
Entonces ese fue el punta pie inicial a un robo no planeado por ellos, ese muchacho le dijo a la dona que su hijo tenía algo de valor que querían y si no se lo daba yo iba a resultar herido. -Intentalo si puedes, no voy a dejar que lastimen a mi "madre". La situación me llevo a decir aquello, ellos lo insinuaron primero y yo lo confirme, era la primera vez que sentía tanta alegría y con ganas de patearles el trasero a unos vagos por hacerse los listos, mientras ella no atinaba a acotar nada solo mirar abajo y aferrada a mi brazo que al parecer le daba seguridad....
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Re: Dejando Roma
Solté mi mochila dejándola caer al suelo y le pedí a la señora que me soltara por un momento que esto no iba a durar mas de la cuenta. Me alejé unos cuantos metros a un costado de la calle como para no molestar el tránsito del camino y ellos me rodearon con ansias de molerme a palos, lástima que no iba a ser de esa manera, para mi no era nada nuevo pelear con tantos a la vez.
-Ese colgante parece valioso para tenerlo un pobre diablo como tú, si no lo entregas a las buenas, te daremos una paliza, jajaja- El que tenía el palo me amenazaba como si sus palabras hubieran hecho algo en mi.
-Quiero ver eso, vamos deja de hablar y adelante... INTENTALO!!!!- grité con fuerza y rápidamente le golpeé la cara de un puñetazo, al parecer ni se lo vio venir, los otros reaccionaron y entre todos intentaron alcanzarme con sus cuchillos y palos pero eran tan lentos que uno por uno los fui neutralizando como si fueran simples muñecos. No duró mucho como lo había planeado, estaban tirados en el suelo quejándose del dolor, traté de no golpearlos tan fuerte debía tener en cuenta que no eran hombres grandes eran como de mi edad.
La gente que pasaba se asombraba de lo que habían acontecido, y algunos aplaudían ya que los maleantes repetidamente molestaban a los comerciantes para sacarles algo de sus ganancias. Al levantarse no dijeron nada y se marcharon por el sendero, de mi parte solo los miraba fijo por si hacían un movimiento en falso. Giré para decirle a la señora que todo estaba bien y que no habría más problemas con esos idiotas pero cuando me di cuenta no estaba más y mi mochila no estaba donde la había dejado, de alguna forma todo parecía planeado, -¿Acaso fui engañado?, no puede ser... y de esta forma tan... mierda que decepción parecía tan amable esa mujer. Tengo que encontrar como sea mi mochila tengo algo demasiado valioso como para perderlo, no saben que están jugando con fuego...-
La gente que una vez aplaudía alegremente habían desaparecido, solo una niña me miraba fijamente y me señalo a una dirección, ya no sabía si confiar o no pero tenía que tomar una decisión y lo más rápido posible hasta encontrar a los ladrones. Camine dentro del bosque y decepcionado no podía creer que una señora como ella me haría algo así.
Acaso la gente nunca termina de ser como la misma Roma, tantas malas enseñanzas deja la maldita política romana, es más la mencioné como mi madre, que idiota que fui, he insultado algo que ni conozco, este medallón es lo único que me acerca a mi madre... ojala algún día te encuentre... madre...
-Ese colgante parece valioso para tenerlo un pobre diablo como tú, si no lo entregas a las buenas, te daremos una paliza, jajaja- El que tenía el palo me amenazaba como si sus palabras hubieran hecho algo en mi.
-Quiero ver eso, vamos deja de hablar y adelante... INTENTALO!!!!- grité con fuerza y rápidamente le golpeé la cara de un puñetazo, al parecer ni se lo vio venir, los otros reaccionaron y entre todos intentaron alcanzarme con sus cuchillos y palos pero eran tan lentos que uno por uno los fui neutralizando como si fueran simples muñecos. No duró mucho como lo había planeado, estaban tirados en el suelo quejándose del dolor, traté de no golpearlos tan fuerte debía tener en cuenta que no eran hombres grandes eran como de mi edad.
La gente que pasaba se asombraba de lo que habían acontecido, y algunos aplaudían ya que los maleantes repetidamente molestaban a los comerciantes para sacarles algo de sus ganancias. Al levantarse no dijeron nada y se marcharon por el sendero, de mi parte solo los miraba fijo por si hacían un movimiento en falso. Giré para decirle a la señora que todo estaba bien y que no habría más problemas con esos idiotas pero cuando me di cuenta no estaba más y mi mochila no estaba donde la había dejado, de alguna forma todo parecía planeado, -¿Acaso fui engañado?, no puede ser... y de esta forma tan... mierda que decepción parecía tan amable esa mujer. Tengo que encontrar como sea mi mochila tengo algo demasiado valioso como para perderlo, no saben que están jugando con fuego...-
La gente que una vez aplaudía alegremente habían desaparecido, solo una niña me miraba fijamente y me señalo a una dirección, ya no sabía si confiar o no pero tenía que tomar una decisión y lo más rápido posible hasta encontrar a los ladrones. Camine dentro del bosque y decepcionado no podía creer que una señora como ella me haría algo así.
Acaso la gente nunca termina de ser como la misma Roma, tantas malas enseñanzas deja la maldita política romana, es más la mencioné como mi madre, que idiota que fui, he insultado algo que ni conozco, este medallón es lo único que me acerca a mi madre... ojala algún día te encuentre... madre...
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