Bajando a roma

por Ayem Jue Oct 27, 2011 10:30 pm

Un día hermoso sin duda alguna
los dioses sonreían con el joven legionario de Zeus, que bajaba por las
montañas como si nada, tranquilamente iba bajando, respirando y pensando en
todo lo que le faltaba y tenía que hacer, el sol brillaba con fuerza, y las
brisas suaves permitían que las aves hicieran malabares en el aire, mientras
los animales corrían tranquilamente en los bosques. Su caminar tranquilo y suave, le hacía ver
como si caminara en las nueves, mirando al cielo pensando que allá se
encontraba Zeus el dios a cual le servía.

Me pregunto si los dioses en
estos momentos me están mirando, el gran Apolo que ilumina a todos y la gran
athena que defiende a todos de hades quien está en el inframundo.

Cerraba sus ojos por unos
momentos mientras respiraba suavemente y sentía como el ambiente se movía y
tenia vida a su alrededor. Seguía su
camino mientras agitaba poco a poco su espada entrenando mientras caminaba
cortando las cosas con gran precisión con sus ojos cerrados, puesto que no se podía
equivocar o una parte de su cuerpo saldría volando en esos momentos. Luego de
un tiempo llego a los finales del bosque y entrando a otra ciudad. Seguía su
camino.

por Talos Jue Dic 01, 2011 9:56 pm

caminaba un poco despitado. Habia sentido la presencia cercana del señor hades. Pero pareciera que estuviera ocupado puesto que algo cerca parecia que un cosmos de uno de los guerreros de atena se acercaba. Asi era como en aquel denso bosque se perdian los sentimientos de cada una de las personas para abrir el sustento de los lobos y demas animales. Los arboles con una fronda enorme que casi tapaban los cielos. Mientras que las aves comenzaban a posarse en las ramas, y un ruido sonoro conjunto hacia que esa tarde se perdiera entre sombras y ecos.

A cada paso que daba, todo mi cuerpo comenzaba a resentir por mucho, los cambios que habia tenido antes. El inframundo era oscuro, y los sonidos de la tierra eran tan distintos, que me aturdian de solo escucharlos. Habia pasado tanto tiempo que preferia mil veces escuchar los alaridos de los muertos por toda la eternindad, que un solo segundo del ambiente.

Bueno que mas se puede hacer...Musite mientras poco a poco llevaba mi mano hacia mi cabello, que se habia alborotado por el viento del sureste. Mis ropas solo consistian de un pantalon y una camisa. Sin mucho lujo. Y unas simples sandalias. Podria confundirme con cualquier campesino, esclavo, o ciudadano.

Regresaba una vez mas a Roma, donde sin duda alguna nadie me reconoceria, despues de haber estado tanto tiempo desaparecido. Que harian mis tropas, seguro estarian todos gordos por la falta de actividad. Bien creo que necesito algo mas que esto...

por Leonard Vie Dic 09, 2011 12:25 am

Roma no era tan lejano, al menos para un caballero dorado, llevaba días caminando y no notaba el cansancio aun. El bosque donde me encontraba estaba bastante próximo al lugar de destino y sabia que en ese lugar estaba justamente lo que buscaba, asi que mi entusiasmo también me ayudaba a vencer el cansancio y seguir adelante con mi caminata.

Un santo dorado jamás debe dejarse influenciar por sus deseos o anhelos pero en este caso, mi sed de poder e información estaban por encima de mis códigos morales. No quería empezar esta guerra santa aun porque sabia que por mas de ser el caballero mas cercano a los dioses, los otros luchadores entrenaron mucho tiempo e incluso podrían llegar a plantearme un enfrenamiento directo, lo cual no me gustaba mucho. Un santo de Virgo como yo no podía permitir eso, debía de poder jugar con los demás y vencerlos a su antojo, no en una batalla donde pudieran hasta lastimarme…

No entendía como todo se había ido de mis manos, no comprendía como ese inmenso poder venia por nosotros y poco podíamos hacer. ¿Dónde quedo el legendario poder de Virgo? ¿Dónde se encontraba ese santo dorado al que todos debían temer?

Era todo pasado, el presente mostraba otra cosa, mostraba un santo aturdido por los acontecimientos. Un caballero que no se sentía a la altura de su rival y debía de lograr vencer ese miedo y el baja autoestima que le provocaba, eso debía hacer para sentirme mejor

Ya estaba cerca de Roma, lo sentía sentía como esa energía oscura estaba mas próxima…

por Pandora1 Dom Ene 01, 2012 4:55 pm

Continué caminando sin importarme nada, sólo pensando en mi próximo objetivo, el cementerio de los distritos bajos del Tiber, lo recordaba muy bien, ese era el primer lugar donde sentí la presencia de la muerte y descubrí lo que yo era en realidad. El lugar no estaba muy lejos, al menos desde mi punto de vista siendo tantas las ansias que tenía por hacer las cosas rápido y sin obstáculos que se interpusieran en mi camino.

Caminaba y caminaba viendo al frente, aunque verdaderamente me encontraba distraída entre mis numerosos y complicados pensamientos; estaba decidida a deshacerme de todo lo que tuviera que ver con Eris y mis “compañeros” fantasmas, que resultaban ser más odiosos que algunos bersekers –Y a ellos los había conocido aunque sea un poco.– pero no se podía hacer nada más, si no me iba pronto todo iba a acabar peor de lo que estaba. Sin un dios a quien proteger, a quien servir, ¿Qué era de un guerrero?

“¿Para qué vivir si no tienes una razón?” –Me decía a mí misma siempre volviendo a creer que tenía que hacer algo con mi existencia sino nada tendría sentido. Ahora que estaba decidida lo que quería hacer no me detendría por nada, ni siquiera si me encontrara con Eris. Ya había decidido lo que iba a hacer y no había vuelta atrás, por lo que sin importarme nada más continué mi camino, apresurando más y más mi paso.

Ya falta poco… muy poco.

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