Mercado de brebajes

Alessa se había aburrido de estar mal parad entre las cales del mercado, por lo que simplemente se levanto, acomodo sus ropajes y comenzó a dibujar entre las callejuelas, bostezaba pues el ensueño era demasiado pesado entre su ojo derecho, pero aun así seguía con el rimo de su paso, pues estaba decidida que buscaría la mejor manera de distraer su mal momento de aburrimiento, rápidamente el paraje cambio, ya no se veía mas las enormes construcciones maltrechas de los caminos que dividían en varias secciones el mercado, tal parecía que era una enrome plaza y que en el había cientos de puestecitos de los cuales miles de olores salina, tal parecía que eran brebajes… acaso había uno para poder morir en paz sin que nadie le recordaran…

Alessa siguió su camino y comenzó a ver todos los puesto, alguna veces los hombres les lanzaba piropos, generando el mal humor de aquella estrella infernal, imaginados el como le cortaba una y otra vez la cabeza a los mal educados vendedores, pero con tan solo suspirar disipaba sus malos pensamientos.

En una de esas aquella iba tan distraída que no se había dado cuenta de lo mal que estaba construido la plaza, Alessa tropezó y se fue de picada, como instinto se sostuvo de lo que había en frente, sin darse cuenta había tomado el brazo de un extraño, aquel abrió su ojo y miro el frente, toda apenada se alejo del joven y dijo:

Lo siento no era mi intención, jalar tus extrañas ropas, pero me iba a caer y por instinto tome tu brazo… Disculpa en verdad…

Aquella se ponía roja de la pena y sonreía con gran nerviosismo, perdiendo su mirada a otro lado que fuera el frente, mientras que el viento hacia de las suyas y despeinaba su largos cabellos azulados.

La caída fue aparatosa, Alessa tenía aun en mente que con aquel tropezón, generado por falta de atención al sendero, había arrastrado un segundo cuerpo, el cual levemente se quejo por el dolor mutado tras la caída. No se hizo tardar y el enrojecer de sus mejillas se pintaron con gran remarque, pues una pena sentía por lo que había ocasionado.

Los mercaderes se acercaba y cuchicheaban para si mismos… criticas malditas, Alessa de reojos les miraba con unas ganas de desenfundar sus tizonas y cortarles la cabeza, pero todo cambio cuando aquel jovenzuelo de cabellos cortos y cafés, le hablaba de una forma un tanto chistosa, no pudo evitar aquella dama y se llevo la diestra a la boca, para así tapar su tierna carcajada.
Alessa no pudo evitar una vez mas sonrojarse por lo que se vivía en aquel cuadro, después una seriedad invadió su ser, pues aquel jovenzuelo le veía detenidamente, siendo algo descarado su vista dirigida a su parche, la dama se sentía un poco incomoda llevándose así la mano derecha aun mas alzada hacia su fas, tapando su parche y bajando su mirada un poco entristecida. Pues notaba a la perfección que aquella maldición sobre su ojo izquierdo, seria producto de curiosidad para los humanos, sintiéndose mal por tener tal marca tan notoria.

Una vez más aquel hablaba y se presentaba, asiéndose llama Suzaku, levantándose y ofreciendo cordialmente su mano para levantarle. Alessa alzo su mirada recortada apenas y le sonrió, con un poco de desconfianza cruzaba su mano con la de el… para poderse levantar.

Un vacio le invadió de repente, pequeñas ondas eléctricas le recorrieron tras sentir su piel en la de ella, y un total frio le envolvió, esta se quedaba seria y en circunspección, pues esa sensación le incitaba a atacarle… mas sin embargo resistió y tranquila se quedo, aun estaba demasiado herida de corazón para poder pelear con personas que se pintaban como enemigos colosales, por lo que fingiendo una sonrisa esta le soltó suavemente, dio una pequeña reverencia y dijo:

Mucho gusto Suzaku, mi nombre es Alessa… comparto el placer contigo en la forma tan ridícula de habernos conocido… jejeje

Después de eso se acerco a el, tomando sus hombros y alzando su rostro, besando así su mejilla izquierda, como muestra de “agrado”, aprovechando al igual, aquella olio su fragancia por leves segundos; separando sus labios y aun cerca ambos rostro y sin verse, Alessa surcaba una tétrica sonrisa mientras que en mente divagaba:

-Con que un seguidor de Athena… ajajajaja, dichosa mi suerte que me entrega una exquisita victima fresca… (Alzando su mirada, percatándose que habían demasiados espectadores para aquella muerte, por lo que cambio su gesto) Bueno, bueno, no me puedo arriesgar a que me vean los humanos aun… veamos que me ofrece este peón ateniense… ajajaja

Suspiro y bajo su rostro, separándose de aquel cuerpo, ladeando el rostro y mostrando un gesto tierno, esta le hablo:

-Bueno, me siento demasiada apenada por haberte distraído de tus actividades, y aun mas por haberte tirado al suelo, así que por favor Suzaku permíteme emendar esta situación. Te ofrezco mi ojo derecho para lo de los brebajes, ya que le izquierdo lo tengo ocupado jejeje (abriendo su boca y sonriendo aun mas) veo que estas algo indeciso en comprar alguna pócimas… ¿Cuál es de tu agrado? Yo te la pago, ¿acaso busca una para sentir mas amor para con tu enamorada? O ¿para buscar el amor?… si es así no te preocupes veo que eres demasiado tierno y agradable, solo vasta ser natura con aquella persona que te agrade y caerá redondita a tus pies, confía en mi… Eres agradable y gracioso ajajajaja, con eso es más que suficiente.

Alessa guardo silencio y abrió su ojo derecho proyectando así su mirada, cruzándola con la de el, sonriéndole con gran confianza pues el plan de la dama era medir a aquel joven para ver si en verdad era un peligro para ella y si no, tan solo pagar su enmienda y retirarse de aquel sitio tan mundano y aglomerado, para reiterar sus paso entre la infinidad de su soledad.

Las palabras no se tardaron en ser escuchadas y resonadas entre los oídos de la dama del pecado, esta simplemente sonreía y suspiraba por la situación, quería ganarse la confianza de aquel hombrecito, después unas cuestiones llegaron y simplemente Alessa contesto:

Algo en en especial…mmm sinceramente querido no, me gusta simplemente caminar, y pues el olor de las pócimas son exquisitas jajaja (ladeando su rostro y sonriéndole) A lo de tu amiga… ¿Pócimas para el mal humor? yo conozco una y es hablar con gran atención. Espero y sirva mi experiencia, igual deja que se el pase y que vea por si misma la situación, que analice si es favorable el molestarse o solo es una pequeña rabieta.

La dama culmino de hablar y se poso a un lado del joven de cabellos largos, le tomo del brazo y le dijo:

-Bueno pero si igual quieres buscar algo para tu amiga, te ayudo, no se alguna agua perfumada que sirva como loción, un brebaje o un vino… igual si tienes hambre te invito la comida, no muy lejos esta una pequeño establecimiento…

La dama le sonrió y comenzó a caminar, provocando que el también lo hiciera, mientras veía por todos lados asombrada de las maravillas del lugar, sonrojada un poco… y de la nada Alessa se detuvo toda pensativa, haciendo que también el joven lo hiciera, sonrió y dijo:

-Por cierto, note como me veías hace rato con respecto al parche que tengo sobre puesto en mi orbe derecho (poniendo su mano en el parche) jajaja todas las personas piensan que lo perdí, pero no es cierto… es como mi faceta de niña ruda, para que ningún hombre me mire… es como un cáncer perfecto, pero tú eres agradable y te mostrare lo que en verdad escondo.

Alessa se bajo de rostro y lentamente comenzó a desenvolver el cuero, tomándolo así con la mano derecha y bajando sus brazos en cada costado, alzaba una vez más su rostro con los ojos cerrados, para así al intuir que estaba frente a frente del muchacho, suspiro un poco como efecto de motivación y comenzó a abrir sus ojos, mostrando lo que en verdad tenia, un ojo derecho de color azul turquesa, y uno color miel con el iris enrojecido.

-No es nada novedoso, pero todos dicen que es una maldición tener distinto color de ojos, así que trato de esconder tal situación, odio los juicios por parte de la humanidad completa es por eso me uní… (Alessa se quedaba callada pues se daba cuenta que iba a comenzar a hablar de una forma demasiado sospechoso, por lo que retomando el camino, se adelanta) Continuemos pues ¿A dónde quieres ir corazón?

Alessa se sentía demasiado nerviosa al estar frente a aquél joven atractivo, las cosas que decía con respecto a sus ojos era en verdad tierno, causando el nerviosismos de aquella mujer lúgubre, nadie en su vida había dicho que sus ojos eran hermoso, por lo que en aquella ocasión no supo que contestar, simplemente sonrió tiernamente, de la nada Suzaku comenzaba a brillar de una manera extraña un pequeño manto blanco le rodeaba, generando la seriedad de la pereza reencarnada, lentamente comenzó a caminar hacia donde estaba mientras decía:

-¿Estas bien cariño?

Alessa de la nada se detenía, lentamente sentía como un enorme escalofrió le invadía por completo, causando que su delgado cuerpo temblara, un sudor tan frio corría por su tersa piel, mientras que su mirada se ponía un poco borrosa. Había pasado demasiado tiempo sin el parche, pensaba la infrahumana, deduciendo que era por eso que tal vez mal se estaba poniendo.

Trago saliva y dio un paso hacia atrás, ignorando la presencia de Suzaku y la situación en que les envolvía en aquellos momentos, cruzando sus brazos lentamente se caía al suelo hincada, temblando con exagere, poniéndose algo nerviosa pues no sabia lo que pasaba, su aliento se materializaba en un manto grisáceo vaporoso y su respiración se agitaba, al principio Alessa pensaba que era reacción tal vez de su Cords Gelidus, algo espantada pues haba demasiada tribuna en derredor de aquellos dos, esta se expreso:

-Lo siento Suzaku, no me siento muy bien que digamos, tal parece que la presión me bajo un poco, tengo demasiado frio, ignora esto, me repondré rápidamente…jejeje… Yo creo que aquí nuestros caminos se separan pues no quiero amargar tu tarde de compras, vete yo me voy a casa.

Alessa costosamente se levanto, abriendo los ojos, mientras metía la diestra en su ropaje hurgando sus bolsillos para buscar su parche, tras ser límpida su mirada, esta sorprendida ser quedo, abriendo la boca y sus ojos hasta no mas poder, mientras que su mandíbula temblaba, tal parecía que su rostro reflejaba un crudo miedo, y es que era así, Alessa podía ver por fin con su ojo izquierdo, aquellos que ya no vivos precedían en aquel mundo, almas putrefactas que divagaba en pena en rededor de aquella plaza, viviendo su época sin ser ultrajada por los seres humanos, tal cual fuera otra dimensión paralela ocupando el mismo espacio.

Cerró su boca y comenzó a respirar mas alterada, mientras no despegaba su vista del frente, pues se percataba que ya un espectro había notado que ella tenía conocimientos de su mundo escondido. Alessa miro como este corría con gran desesperación hacia donde Suzaku y ella yacían parados, viendo como blandía su espada, con instinto de guerrera, la dama de la pereza hábilmente desenfundaba una de su tizonas que yacían en derredor de su fina cintura, perdiéndose por meros segundos de la realidad que le rodeaba y gritando un pronunciado *No* aquella empujaba hacia el suelo a Suzaku, mientras ella con el impacto de las hojas bélicas salía disparada unos cuantos metros hacia atrás.
Pequeños rasguños se formaron en su cara, ¿pero como? todos decían, ¿Cómo había llegado aquella mujer a tal posición si nada ni nadie le había provocado la caída? ¿Cómo la muchacha estaba lastimada si nadie estaba atacándole? Esas eran las dudas que musitaban los romanos chismosos. Alessa adolorida se levantaba y a gatas se dirigía hacia donde Suzaku estaba, un poco preocupada, tomándolo de los hombros, le preguntaba:

-¿Vistes eso? ¿Estas bien? Huye de aquí hay muchos espíritus malos y unos cuantos del mal humor… Haaaaaaa (Gritaba con gran desesperación, pues de la nada la piel de su hombro se partía, al parecer solo Alessa podía ver lo que en verdad existían en aquellos paralelos mundos) Duele (susurro, empujando hacia atrás al joven)… Suzaku vete de aquí… Haaaa… ¿Mi parche? (La Dama con desesperación cuestionaba)… ¿Mi parche?

Mirando por todos lados, aquella se percataba que no muy lejos estaba, pero sus pies estaba algo lastimadas y no podía caminar, el dolor era indescriptible, que no lo podía aguantar, mirando con desesperación a Suzaku… aquella le grito:

-Trae mi parche por favor… mi parche… haaa ¡Suzaku, mi maldita parche!

En aquellos momento no le importaba que aquel joven simpático se pintaba como su enemigo, deseaba tener a toda costa su parche, pues veía que era verdad su maldición en aquel orbe izquierdo, notaba que aquel órgano intestado con la maldición, podía alterar la paz en los dos mundos, llevándose su manso izquierda a su ojo, esta en un intento estúpido se lo tapaba, esperando que Suzaku le ayudara, los suelo planos lentamente se manchaban con su sangre, mientras que en su cuerpo una descarga eléctrica le recorría, aquella que siempre se presentaba cuando despertaba un nuevo poder en su ser, por lo que algo cansada esta se susurraba:

-¡No otra ves!

Narración// Dialogo de Alessa// Pensamientos de Alessa// Dialogo del “YO” interno de Alessa // Dialogo de Angelus Mortis

-Gracias…

Era lo único que decía Alessa al ver como Suzaku acedia a traer dicho parche. La infrahumana se daba media vuelta y bajaba su rostro, mientras constantes espasmos de dolor invadían su cuerpo, estaba demasiado sorprendida de lo que en aquel momento se vivía. No entendía que nuevo poder había despertado en su alma… pero algo tenía claro: que dicha energía sobrehumana le causaba un miedo sin igual, un mal presentimiento y un tormento.

Sus ojos escudriñaban en circunspección los alrededores de la plaza de brebajes: jóvenes, adultos, ancianos y niños, viviendo una supuesta fantasía, aquellos seres olvidados tenían su propio mundo de ensueño ¡Sorprendente!… Su dolor comenzaba a ser uno con su carne, en pocas palabras… se insensibilizaba; lamiendo sus labios esta se ponía recta, tomando un poco de aire para así hablar a Suzaku.

Más todo cambio cuando de repente una parálisis le invadió, lentamente sus huesos se contraían y sus venas se saltaban… tal cual fueran sogas encima de la presa. Haciendo que aquella una vez mas cayera al suelo abruptamente, abriendo su ojo izquierdo notaba como algunas almas le estaban aprisionando sus extremidades, el dolor era impermutable, mas no gritaba.

Con esfuerzo giraba su rostro, percatándose de la razón por la que tardaba Suzaku en llevar el parche, era por que también estaba lidiando con un ser espectral, aun así la sorpresa de aquella mujer fue otra, pues dicho jovencillo exponía una habilidad sin igual, digna de los atenienses, Alessa contraía su rostro de una ira, mientras fijaba la mirada en aquel ser invisible para todo humano… mas no para un servidor de Hades.

La pereza reencarnada notaba como dicha alma en pena se burlaba de ella, mientras que con cinismo lastimaba el cuerpo de Suzaku, aun así Alessa no sabia que sentir si ira por que aquel lastimaba a un ser frente a ella, ¿regocijo? pues eran de distintos reinos y como servidora de Hades ella tenia que aniquilar a los ateniense a toda costa… o simplemente angustia, por que el jovencito había sido atento con ella, despertando así un ligero sentimiento de agradecimiento.


-¡Mierda! ¿Qué voy a hacer? Aquel espectro apunta con su guadaña el cuello de Suzaku, ¿tan solo me quedo como espectadora a la ejecución? igual es un enemigo mío, algún día tenía que morir… Pero, aquel niño fue muy atento conmigo y me cae muy bien… no se, pero su sonrisa muta una ligera paz en mi ser… cuando me sonríe y me habla tan graciosamente por efímero segundos olvido mi cruel destino y me siento normal…

-¿Normal? (una voz en su cabeza resonaba interrumpiendo los pensamientos de Alessa)… Tú no eres normal, tú tienes un destino especial, la guerra muy pronto comenzara y tú pagaras tus pegados con sangre… Alessa, déjalo que muera frente de ti, es un ateniense mira su aurea blanca digan de la pureza hipócrita de Athena, déjalo, veamos el espectáculo…

-¡Nooooo! El muchacho no merece el castigo de mi técnica, no me ha hecho nada… si es un ser ajeno a mi reino y enemigo primordial, pero no me ha hecho nada.

-Jajaja ¿por que lo defiendes estúpida? ¿Acaso sientes algo por el? No me hagas reír, no te conoces ni tu a el…

-No es eso… sabes muy bien que sentimientos tan mundanos los deje ya atrás con respecto a Barbará y Jabranth… ¡Si aun recuadro mi vida pasada efímeramente! Tal vez un gran problema para Hades a fututo…pero simplemente yo no me rijo por las leyes de los dioses, seré fría, seré una desquiciada sedienta de guerra, pero se reconocer a los seres que deben vivir y Suzaku lo merece, además no creas que soy un ingenua debilucha que ya por que hablen bonito mute en mi sentimientos hacia el ser, si alguien lo tiene que matar soy yo… jajajaja

De repente una aurea color índigo cubrió su cuerpo, causando que dicho manto cósmico se convirtieran en fuego morado, quemando así a los seres invisibles que le sujetaban, sus ojos se perdían en un blanco impenetrable, los suelas se partían y meras lenguas de fuego eran escupidas de entre las gritas subterráneas, de repente una enorme oleada de lava se alzaba y cubría el cuerpo de la dama, y así tras el correr de la efímera brisa rezagada, dicho manto acuoso incandescente se solidificó, partiéndose en gritas y cayendo, como si fuesen cascarones de yeso, nuevamente un fogonazo de luz cubría aquella figurilla fémina, para que tan solo tras el calmar de aquella turba la mujer apareciera vestida de una forma totalmente distinta, metal que aparentaba ser cristal apenas y cubría sus partes púdicas… ¡Si! Alessa se mostraba como estrella infernal de la pereza.

Su egida colgaba por detrás en su espalda, sus espadas gemelas a un lado de su cintura y su mirada tan vacía como su corazón, surcando una sonrisa alzaba su cosmos y con una voz macabra aquella decía:

-Suzaku, aunque seas un guerrero de Athena, mi deber es protegerte como agradecimiento a tu ayuda, pero es claro que después de esto seremos enemigos milenarios, que quede claro que no es por mi, me caes bien se ve que eres un buen chico para estar al servicio de Athena, pero tu alma me repele, causando que te pongas mal, tanto tu como yo somos una peste para nuestros cuerpos… Si Suzaku…yo no soy una chica normal, yo soy un espectro de Hades… Alessa, estrella infernal de la pereza.

La dama bajaba su rostro y suspiraba, los segundos pasaban, mientras que la turba de gente asustada salía corriendo pavorosamente de aquel lugar, de repente Alessa comenzaba a caminar hacia el frente, dejando marcado sus pazos en aquel suelo arenoso, la brisa corría en derredor de sus largos cabellos meciéndolos de una forma seductora, su figura casi desnuda era perfectamente alumbrada por los rayos del sol.

Pero de la nada cientos de miles de seres muertos aparecían frente a ella, algunos por detrás atrapándola de las piernas y brazos, una vez mas la parálisis llegaba a su cuerpo, impidiendo su proseguir hacia su destino: Salvar Suzaku. De repente el ser que amenazaba a dicho joven desvanecía dejando un residuo de humo verdoso, para hacia reaparecer frente a Alessa tomándole de su barbilla, la mujer con su rostro descompuesto observaba, mientras su mentón temblaba queriendo hablar mas nunca concederlo.
De repente el aire en sus pulmones comenzó a escasear, generando que jadeara costosamente para poder nutrirlos y no marchitarlos, y tras el acerque de rostro en ambos dicho ser le susurro:

-Tan solo vasta un sacrificio y nosotros… tus ángeles de la muerte te seremos fieles… Danos al muchacho y te daremos la clave para matar hasta a un Dios.

-¿Qué no? ¿Por qué al muchacho? No me interesa igual lo iba a matar…

-Ohh… perfecto entonces prosigo…

Dicho ser desparecía dejando tirada a Alessa en el suelo, retomando su lugar por detrás de Suzaku, el espectro que anteriormente había hablado con Alessa blandía su guadaña de derecha a izquierda y tras un movimiento fugas aquel dirigió su hoja al cuello de Suzaku, los milisegundos pasaban tan lentos en los ojos de Alessa, la cual tras un acto de instinto se levanto corriendo abruptamente hacia donde estaba aquel sacrificio…

-Mierda… ¡Nooooooooo Suzaku agáchate!

Y Así llegando a donde estaban, con fuerza empujaba a unos cuantos metros el cuerpo de Suzaku, recibiendo aquella la estocada, la cual se clavaba directamente en su pecho, partiendo la armadura de espectro, que tal parecía se cuartaba y así tras una ligera explosión se disipaba como pequeña escacha vidriosa entre el ambiente, dejando desprotegida el cuerpo de Alessa, la punta de la guadaña de aquel ser olvidado, yacía clavada en su corazón, de inmediato la sangre de la infrahumana salía a borbotones manchando la invisible arma y así se materializaba para que terceros pudieran ver.

-¡Estúpida! (exclamaba el verdugo) ¿Qué te has hecho?

-Ya dije que si va a morir será por mi, no por otros…

Alessa apenas y musitaba las palabras, lentamente daba un paso hacia atrás desclavando aquella arma de su pecho, cayendo hincada al suelo por tercera vez, llevándose las manos para cubrir la herida que tal parecía gustaba de manchar su pálida piel, con un exagerado color carmín, de repente sus vena se saltaban y se teñían de color negro, mientras que gritaba con gran desgarro, y así tras alzar su rostro hacia el cielo, expulsaba una enorme energía generando un terrible holocausto de viento en derredor.
El dolor y su desesperación eran indescriptibles, y aquel grito tal parecía el rugido de mil tigres, estaba irreconocible Alessa, tras aquel golpe mortal, mas sin embargo el fantasma se acerco donde la patética yacía atormentándose, para que tan solo moviendo bruscamente su mano arrancara el ojo izquierdo de la dama, todo dolor desaparecía, mientras su fas se manchaba con su impura sangre, la razón llegaba una vez mas a su cabeza y tan solo se expresaba:

-¿Qué fue eso?

-Ya os dije, solo a ti te servimos, esencia de pecado, tú no puedes vivir el tormento que causa esta técnica, es para tu venganza no para tu destrucción, mas aun estas inestable…

Y así aquel espectro una vez más acomodaba dicho orbe en su cavidad, percatándose Alessa que aun podía ver, dando entender que aquella maldición tenía un beneficio a futuro, subyugando sus brazos y bajando su rostro la mujer por última vez se expresaba:


Lo siento Suzaku…

Guardo silencio mientras que de reojo notaba como todo ser ajeno a esa realidad, desaparecía ante su mirada.

Post segundo de seis con respecto a tema: Primer ataque fuerte
Elemento: Manipulación de los muertos y las almas.

El descontrol emocional de Alessa se hacía visible, en aquella mirada que reflejaba miedo, no entendía todo lo que pasaba, mas no le daba importancia, de repente su mirada se clavaba al frente, percatándose como Suzaku luchaba con aquel aberrante ser, por lo que elevando su cosmos y tronando sus dedos le hizo desaparecer.

Alessa comenzaba a caminar lentamente, limpiando las heridas de su cuerpo, repasando la diestra en su mejilla, para así quitar aquel residuo de elixir carmesí, cuando una vez mas sus nervios no respondían a su orden de terminar el paso, bajo su rostro y comenzó a respira agitadamente, de repente un enorme escalofrió invadió su ser, causando un constante temblar, agitando todo musculo de su cuerpo.

Alessa lentamente alzaba la mirada para así clavarla a la de Suzaku, la infrahumana tragaba saliva, su mentón temblaba por el mismo frio que emanaba de su ser, impensadamente un enorme fragor comenzó a zumbar por entre su oídos, la desesperación se esbozo en su pálida fas y contrayendo los músculos de su dedos, las manos las reposo en cada oreja, y sin parpadear, los segundos pasaron quedando ella estática por completo… pues en mente comenzó a divagar, ¿que era lo que aquella mujer veía o escuchaba?… la duda no se dejaría atrás, en este cuento… dicha mujer pensaba:

-¡DIABLOS! ¿Qué es esto? Tantas voces… pero ninguna clara… esas personas… ¿Quiénes son?… ¿Por que esa niña me mira tan tristemente? ¿Por qué?…

Clavando la vista a un lado de donde yacía Suzaku en la realidad… mas Alessa ya no lo veía; y con la vista perdida dicha mujer comenzó a caminar, envuelta en un transe, mientras que sus pasos se marcaban estrepitosamente, dejando una ligera concentración de azufre, el cual ardía abruptamente, y aun con las manos entre su oídos, la mujer llegaba a estar a un costado de donde yacía el ateniense. Bajando la mirada, la mujer hablaba par si misma en mente:

-¿Por qué lloras?

-¿Llorar? (la niña respondía)… Solo estoy imitando lo que tu haces, ahora bien ¿Por qué lloras sangre Alessa?…

-¿Lloro sangre? (Alzando la mirada, clavándola en frente y llevándose la surda a su mejilla, y aunque todo aquello pasaba en su mente, las acciones se reflejaban en la realidad) ¿Humedad?… no se, la verdad ya no se ni por que estoy aquí…viva (Temblando de frio) ¿Se acabo?…

(La niña desaparecía y reaparecía abrazando ahora a Alessa) Solo déjalo ir… déjame ir; mata todo sentimiento, mátame… por favor.

-No (comenzando a llorar, <>) No… por favor, no… !Nooo! es el único lazo que tengo, eres las razones del por que me siento tan nefasta, eres mi cordura…no quiero perderte… no quiero caer en locura… No, ¡Por favor!

-¿No? Sabes muy bien que es lo apropiado para que te reúnas con tus demás hermanas y al fin emprendan todo genocidio, si vas con esta debilidad quebrantable… simplemente te humillaras.

-(Bajando y contrayendo su rostro) ahaaa, ¿Cómo?…

-Sabes muy bien el como, Alessa ¡ya déjame ir!… por favor es cruel hasta para ti… ¡Por favor! <>

-Lo siento… (Susurro)

La dama calmaba el temblar de su cuerpo, de la nada aquella comenzaba levemente a levitar, mientras hacia nacer una ligera ventisca que mecía sus cabellos largos y azulados, al compas de sus vestidos harapientos, mas sin embargo sus ojos cristalinos yacía clavando entre el vacio del suelo y su boca quedaba abierta, tal cual fuera una estatua con ciertas partes de su fisionomías en movimiento.

Y un fulgor invadió su cuerpo, haciendo también al mismo tiempo el sucumbir de los suelos, y como fondo sonoro: gemidos de almas que absolutamente nadie podía ver. Rápidamente su piel se contraía, las venas como sogas sobre los contornos de sus huesos… echando hacia atrás su rostro y tras el enrojecer de sus orbes la mujer grito, de una manera tan ensordecedora que hacia mas dilatado el temblar de su alrededor, su piel se rajaba de una manera indescriptible, dejando suspendido hilos de sangre que emanaban de tales heridas… pues chocaban con su colérico cosmos; y así tras tocar el suelo con su pie izquierdo, con enorme ira miraba al jovenzuelo, su razón se perdía y aquella enloquecía por el poder que embargaba dentro de su alma.

Lentamente surcaba una sonrisa entre su grueso y resecos labios. Su rostro descompuesto, perdiendo su belleza y sin decir nada, aquella desenfundaba su tizona izquierda y tras el repasar de su lengua húmeda por la hoja platinada, la dama de la pereza desaparecía… reapareciendo unos cuentos metros atrás, aun en frente de Suzaku, y elevando su cosmos aun mas, los hilos de sangre comenzaron a tomar un dirección fija: La tizona. Dicho plasma se combinaba entre la hoja de su dueña y echando el brazo hacia atrás aquella dijo:

-Muere maldito ateniense…

Culminando tal cosa, aquella alzaba su brazo libre y tras el chasquido de sus dedos, las grietas que se esbozan en los colapsados suelos, comenzaron vomitar una espesa bruma de índigo color, materializando así a unos cuantos muertos, los cuales se arrastraban hacia Suzaku tomando por entre sus extremidades, mientras que con gran brusquedad lanzaba el plasma de su espada, el cual entre el viento se comenzaba a alargar, tomando una forma inerte, pues el propósito de esa masa carmín era: encerrar el alma de Suzaku… Claro Alessa atacaba de una forma tan colérica, pues perdida estaba entre la realidad y su mente, su deseo no era lastimar a aquel que podía decir era su amigo. Alessa bajaba su rostro mientras que con sus ojos perdidos en ira, miraban el transcurso de su técnica, aun así lloraba en silencio por la tortura que presentaba su corazón en aquellos momentos.

Cuarto post de cuatro para defensa con maestria en elemento cosmos.

Alessa hacia ejercicios de respiración, mientras veía como su ataque recorría el sendero directo al cuerpo de Suzaku, su cognición se había perdido entre la ira de su corazón, por lo que aquel ataque iba en forma irascible contra su amigo. Y Aunque aquella dama de largos y azulados cabello no deseaba un mal desenlace, tampoco lo evitaba. Por fin el plasma chocaba en el cuerpo de su antagonista, el cual caía derribado tras el dolor que penetraba lentamente entre sus venas.

Un fogonazo nacía de entre el cuerpo de Suzaku, causando un sobre salto en Alessa, pues notaba como su cuerpo se descomponía en ciento de partículas cubiertas en un blanquizco cosmos, aquella no pudo evitarlo, y dio un paso hacia tras, al mismo tiempo abría y alzaba su mano derecha en dirección donde aquel hombre desaparecía, para así simplemente musitar con algo de arraigo:

-¿Suzaku?

Después de eso un dolor agudo apareció, queriendo lacerar sus órganos, mas no se contorsionó, fue fuerte y se quedo simplemente mirando como aquel desaprecia sin dejar nada de rastro. Sus espada bajaba y soltaban por un costado de su silueta, causando que estas resonaran; su mirada la clavaba inciertamente entre el rojizo suelo que pisaba. Sus cabellos dejaban de danzar por el terrible cosmos que anteriormente había expulsado, para así quedar sosiegos por en frente de su cara, cubriendo sus gestos.

Un silencio efímero recorrió pro entre la plaza desérticas de aquel lado del mercado, pues un zumbido descontrolaban desquiciantemente los sentidos de Alessa, de la nada por un costado de aquella un portal se abría, absorbiendo coléricamente las basurillas de el rededor… y como por arte de magia una mano se materializaba, tomando con enorme fuerza el hombro delgado de la pereza, esta rápidamente ladeaba su mirada toda desconcertada hacia donde la extremidad lentamente comenzaba a tomar forma.

Era Suzaku quien renacía de entre una nova de cosmos, la mujer no lo podía creer, su parte demoniaca estaba totalmente ofendida, mientras que su parte humana, agradecía en silencio a los dioses de que su amigo estuviera aun con vida.

El rostro de la dama se descomponía por la ira que empezaba a emanara aun ms rabiosa de entre sus venas, más unas palabras expulsadas por el joven de cabellos castaños, la hizo reaccionar con el simples susurro de:

-Lo siento amigo…

Posteriormente de eso la dama daba media vuelta y empujaba con gran fuerza a Suzaku, esa acción no era por protegerlo de algún fantasma al contrario solo hacia para que se alejara de ella, elevando su cosmos aquella se poni en cuclillas y tomaba su cosmos, mirando inciertamente al joven, mientras que sus lagrimas se tornaban en un rojo vivo que dejaba marca en su fas, aquella por una ultima vez se expresaba:

-Vete Suzaku, yo no soy una buena persona, es mas ni una ser vivo soy, solo soy un cascaron que esta al servició de aquel dios infrahumano, vete por el amor de los dioses, me dolería mucho matarte, eres un hombre muy especial, veo yo y creo yo… pero este poder que nace de mi me esta carcomiendo de un manera horrible, quitando mi sentido de lógica para actuar.

Después de eso la joven le dio la espalda y comenzó a caminar, dejando en la mano de aquel hombre su parche, mas todo paseo declino cuando esta era invadida por el ser que le corrompía a ser lo que era en verdad: Una estrella infernal, soltando una vez mas las espadas aquella gritaba desgarradoramente, mientras una capsula de cosmos le envolvía separándola un rato de su realidad.

Alessa quien yacía en el suelo abatida, mirando su frente, viendo los pasos de toda la gente que salía pavorosa de entre el mercado de brebajes. Su sangre lentamente se encharcaba por debajo de ella y su respiración que antes se había mantenido agitada de la nada comenzaba a amansarse, al grado de casi ya no respirar. Los ojos de aquella estrella infernal de Hades, lentamente se ponían en blanco pues aquella por fin caía en una inconsciencia que la arrastraba exquisitamente de aquel tormento mortal, siendo acobijada entre sus sueños profundos… dejando atrás la imagen de su buen amigo Suzaku.

<>

-Ahass, ahass…

La respiración de Alessa una vez mas se agitaba, lentamente la dama de largos y azulado cabellos abría sus ojos, su vista borrosa tras los segundos de silencio se establecía para que por fin poder proyectar la imagen que le rodeaba. Sus manos se posaron el el liso suelo haciendo fuerza y levantando su tórax, viendo de inmediato como un fuego se serpenteaba por debajo de donde ella estaba, de una manera tan frenética. Alessa abría su boca y se echaba para atrás como signo de a ver sido sorprendida por aquella manifestación de energía, para que después de que dejara de esta algo asustada se diera cuenta que el suelo estaba echo de mero cristal límpido.

-¿pero en donde diablos estoy? (la dama del pecado se levantaba costosamente) que es este lugar tan paralelo.

Su garganta se contraía tragando así lentamente su saliva, relamiendo su labios resecos Alessa se dispuso a dar el primer paso entre aquel lugar árido… y de la nada una enrome ventisca de viento le azotaba; y así al instante de a ver sido tocada por tan inesperado soplo de viento, la mujer comenzó a sentir un ardor que recorría todo su cuerpo, y es que la verdad era que al ser tocada con aquel aire sus venas se remarcaban entre su pálida piel… en tonalidades rojizas, pues ardían por dentro, mutando un descontrolada sensación de dolor.

-¿Pero que mierda? Haaaaa…!Arde!

El fuego de sus entrañas se apaciguaba, siendo posible que esta mujer comenzara a alejarse de aquel medio, aun así el viento mágico… como Alessa lo había bautizad paulatinamente corría en su alrededor mutando la misma sensación.

-¿Qué acaso en el infierno ya estoy?… si es así no me extrañaría que esta fuera mi verdadera penitencia eterna. ¡HOLA!

Gritaba la mujer con gran desesperación pero en ves de dejar unos cuantos ecos de “hola” que se fueran dispersando por todo el medio, se escuchaba un grito de ayuda, por lo que generaba el extrañar en la mujer. Teniendo ya una media hora aproximadamente de caminar, por fin los talones de la pereza se debilitaban, generando que una pisada en falso le descontrolara, cayendo así con brusquedad en el suelo cristalino.

-¿Qué es todo esto?

De inmediato un sofocante hedor de azufre comenzaba a invadir el ambiente, causando el ahogamiento constante de las vías respiratorias de Alessa, teniendo que anteponer sus manos por sobre su nariz, rápidamente ciento de miles de seres muertos aparecían ciñendo a la estrella infernal, los cuales tras un soplo de aire esto comenzaban a derretirse dejando así un charco viscoso color negro, que lentamente se alzaba cubriendo en una cúpula a Alessa, la cual se mecía de lado a lado como signo de su autismo a la situación.

Los segundos pasaban y aquella se dejaba ser cubierta por tal textura, para que tras el grito a lo lejos de su nombre, la hiciera reaccionar… ¿Quién seria la persona que le había llamado? Duda que hasta hoy sigue perdurando.

La mujer como podía se levantaba, explayando sus brazos por los costados hasta estar bien tesados y echando un poco su espalda hacia atrás la mujer elevaba su cosmos y gritaba para así forma una explosión que arrasaba con aquella imagen fruto de su perturbadamente, quedando así un vacio negro, y bajando su postura la mujer se musitaba así misma:

-Ya hasta aquí termina mi constante teatro de autoflagelación por mi pecados… es momento de comenzar la vida que me corresponde como estrella infernal de la pereza.

De inmediato una enorme luz comenzó a abatir aquella oscuridad perdiendo así la silueta de la mujer…

Post Quinto de seis con respeto al tema: Primer ataque fuerte
Elemento: Manipulación de la muerte y las almas.