[1º Fecha] Alizé vs Ada

Ada Berseker Madareth vs Alizé Dios Phantasos


ESCENARIO - CAMINOS ENTRE LOS CORALES





MODERADOR





Datos de Ada




Def. 5

HP - 5000

Defensa - Ejercito de Esparta
(Cuando utilices con efectividad la defensa, podrás agregar +4 de cosmo para el contra ataque.)

AD - Lanzas de guerra (1000)
(Quien reciba este ataque deberá disminuir -100 de HP hasta el final del combate por las heridas.)

AM - Supresión (1500)
(El que reciba esta tecnica deberá disminuir en -15 su defensa al proximo turno de ataque.)

AF - Nemesis (2000)
(El que reciba esta tecnica deberá disminuir -300 de HP hasta el final del combate.)

Datos de Alizé




Def. 5

HP - 5000

Defensa - Corraza femenina
(Si utilizas esta tecnica efectivamente puedes agregar +2 de cosmo en tu contra ataque.)

AD - Rapsodia de hombres lobo (1000)
(Quien reciba este ataque deberá disminuir -100 de HP hasta finalizar el combate por las heridas.)

AM - Quebrador (1500)
(Quien reciba este ataque deberá disminuir en -200 el HP hasta el final del combate por las heridas en su craneo.)

AF - Sueño eterno (2000)
(Quien reciba esta técnica por el intenso sueño deberá descontarse -10 de defensa hasta el final del combate.)

La joven, con una expresión impaciente que atenuaba las facciones dulces de su rostro, esperaba con desesperación el siguiente ataque de Madareth. Pues era aburrido tener que verla ahí retorciéndose de dolor mientras él esperaba lentamente la muerte de ésta. Cruzó los brazos mientras seguía percibiendo que Madareth se estaba haciendo la dura para no expresar todo el daño que habían causado los ataques del Dios de lo irreal. Eso era molesto, pues daba a entender que cada uno de los golpes que había asestado fueron totales fracasos.

Bostezó al ver que la mujer iba a intentar usar el mismo ataque otra vez. No la estaba subestimando como guerrera, sólo que le parecía algo monótono ver lo mismo una y otra vez. Pero si así era el modo en el que la Berseker deseaba morir él no podía objetar nada. Parecía estar invocando nuevamente a sus espadas para emplear las cadenas extrañas que habían surgido de las entrañas de la tierra. De todas formas, él tenía el escudo perfecto: la corraza femenina que portaba impedía que los golpes se filtraran, neutralizando cualquier posibilidad de daño.

Al ver que las cadenas eran lanzadas contra él, con deseos de probar su sangre divina, el Dios elevó su protección para que ninguna de esas insignificantes cadenas manchadas con sangre ajena, pudieran tocar su cuerpo.

Phantasos, el Dios que se estaba haciendo pasar por una encantadora joven, seguía esperando algo interesante que aquel combate, que parecía próximo a terminar, y en el que aún tenia esperanzas de que se volviera un verdadero desafío. Pues aunque Madareth se veía ya tan acabada, todavía podría tener algún truco más guardado, algo que debía de estar preparando como una sorpresa para impactar al Dios. Quizá lo más conveniente era encender el fuego echando algunos leños a la hoguera, tal vez así Madareth podría entrar en razón y atacar con algo más difícil de esquivar.

Paseó su mano entre los pétalos de las flores que fueron creadas por su cosmos divino, y luego arrancó una. Observó los pétalos blanquecinos de aquella obra proveniente de su jardín de flores, y luego comenzó retirarle los pétalos mientras caminaba alrededor de la Berseker. Era como si paseara frente a una bestia salvaje que podía arrojarse hacía él en cualquier momento, pero eso tenía sin cuidado a la deidad. Apenas y percibía la oscuridad a su alrededor.

Ella podía embestir con brutalidad, cortarlo en dos con su espada, cualquier cosa, pues no contaba con que la Berseker tuviera el nivel para hacerle daño. Y aunque así fuera, seria muy extraño que él hiciera algo por evitarlo. Sólo competía por su diversión y por no tener nada mejor que hacer, por ello todo le daba igual. Aunque, posiblemente si se viera en necesidad si haría algo por parar la furia de la Señora de la guerra, pero eso pasaría si ella le demostraba ser un rival entretenido con el que pudiera pelear como más le gustaba. Siempre recordando que él no era un simple guerrero, y que prefería morir antes de tener que combatir en serio con un adversario que no se esforzaba o sencillamente no era capaz de conseguir su interés. La joven invocó a sus bestias de la sombra para golpear a Madareth, para alegrar un poco el ambiente.

Usando todas sus fuerzas, la berseker volvió a invocar ese molesto domo que había sido empleado durante el primer ataque. Phantasos subió una de sus cejas mientras miraba lo que la pelirroja quería hacer, era increíble que sólo eso pudiera hacer para tratar de vencer a un Dios. El Dios pensó que ya era el momento para que su enemiga conociera su verdadero rostro, pues si aquello ya iba a concluir tenía que ser cara a cara y no con una barrera de intermedio.

Chasqueó los dedos y la apariencia cambió de un momento a otro, rompiéndose en pedazos y dejando ver el cuerpo real de Alizé. Un chico y cabello rosa apartaba los restos que habían quedado de su disfraz, flotando en el aire como las piezas de un rompecabezas. Las piezas comenzaron a desaparecer conforme, pero quizá fue un malo momento para quitar su escudo, ya que Ada había enviado a las cadenas a atacarlo después de hacer su sacrificio de sangre.

Listo para lo que fuera a venir, el joven estaba bien con recibirlo, pues todo lo que quería era terminar con esa absurda pelea. Tenia mejores planes para aquel combate, pero el enemigo contra el que le había tocado lidiar no era precisamente lo esperado. Sólo era una bestia pelirroja con la que no podría jugar. Se divertía peleando con seres más complejos, y Madareth no le había demostrado ser uno.

Las puntas afiladas de las cadenas golpearon el cuerpo indefenso de Phantasos, mientras hilos de sangre empapaban y aportaban un nuevo color a las extensiones de metal.