[2º Fecha] Jezzara vs Alizé

Jezzara de Virgo vs Alizé Dios Phantasos


ESCENARIO - PILAR PACÍFICO NORTE





MODERADOR




Datos de Jezzara




Def. 5

HP - 5000

Defensa - Psychic Barrier
(Si tu cosmo supera los 30 puedes agregarte un plus de 5 de defensa al utilizar esta tecnica.)

AD - Psychic Cosmos (1000)
(Quien reciba este ataque deberá disminuir su defensa en -5 por tres turnos.)

AM - Golden Blaze (1500)
(Quien reciba este ataque deberá descontar -150 de HP el resto del combate por las quemaduras. Si tu cosmo pasa los 40, tu ataque causará un daño de -1 al bonus de armadura.)

AF - Golden Explosion (2000)
(El que reciba esta tecnica deberá disminuir -250 de HP hasta el final del combate por las heridas. Si tu cosmo pasa los 30 además, tu enemigo deberá descontarse -1 de ataque el resto del combate.)

Datos de Alizé




Def. 5

HP - 5000

Defensa - Corraza femenina
(Si utilizas esta tecnica efectivamente puedes agregar 2 de cosmo en tu contra ataque.)

AD - Rapsodia de hombres lobo (1000)
(Quien reciba este ataque deberá disminuir -100 de HP hasta finalizar el combate por las heridas.)

AM - Quebrador (1500)
(Quien reciba este ataque deberá disminuir en -200 el HP hasta el final del combate por las heridas en su craneo.)

AF - Sueño eterno (2000)
(Quien reciba esta técnica por el intenso sueño deberá descontarse -10 de defensa hasta el final del combate.)

Después de una extenuante pelea contra la Berseker Madareth, el joven que portaba la poderosa esencia de Phantasos salía triunfal de una batalla para encaminarse a una nueva contienda. No estaba cansado por haber tenido que pelear, estaba cansado por todo lo que tuvo que esperar antes de que el combate tuviera algo que rescatar. Había sido una pelea sumamente tediosa, que no dejó nada bueno. Esperaba que su siguiente rival tuviera más escrúpulos y no atacara sólo por atacar tal como su anterior enemigo.

Las heridas sobre el cuerpo de Phantasos se iban borrando según iba avanzado a su siguiente pelea. No, no se estaba regenerando, es que la Berseker se la había pasado golpeando su disfraz femenino, el cual se iba cayendo como una segunda piel sobre su cuerpo. Lo malo es que no podría seguir peleando en su forma femenina, pues no podría recuperarla hasta dentro de un rato. Pero no la necesitaría, tenía otros modos de defenderse, no sólo una imagen bonita.

Mientras vagaba por el mundo acuático de Poseidón se encontró con una bella y plana rubia que parecía estar esperando por alguien. ¿Quizá lo esperaba a él? Podía tratarse del siguiente rival al que debía confrontar. No se lucía tan salvaje como la Señora de la guerra, la rubia se veía más debilucha, por no decir algo desproporcionada en comparación con la pelirroja, pero eso no era importante.

-¡Cariño, ya llegué!-

Canturreó con una sonrisa gatuna, caminando hacia la jovencita y haciendo notar su armadura de oscuros colores al salir de las sombras. Sabía que la joven había sentido su cosmos, por lo que la presentación pudo haber sido descartada, pero igual lo quiso hacer.


-Inicias tu querida, yo no tengo interés en dar el primer golpe.-

El joven de cabellos rosados blandió una sonrisa ante las palabras de la amazona, y luego observó las llamas doradas que parecían ser el arma de ataque que iba a ser usada por la guerrera de Athena para lanzar la primera ofensiva. Su oponente era la amazona dorada de virgo, quizá de ella sí podía esperar un combate a la altura y no como el que tuvo que librar contra su enemigo anterior. Si su cuerpo no había sido destruido por peligrosas cadenas unas flamas de color oro no iban a representar una amenaza mayor para el joven.

La piel del chico parecía absorber las llamas, como si no lo quemaran al momento en el que se acercaron y comenzaron a incendiar su segunda piel. Aunque su disfraz se encontraba desactivado la segunda separación seguía funcionando, evitando que los ataques de la amazona lograran hacer algún daño en el cuerpo delicado de la deidad.

Según podía percibir desde ese pilar en el reino hundido en las profundidades del mar él era la única entidad divina que se encontraba peleando. Algo muy raro pero que podía comprender, lo que le decía que sería un juego de niños vencer en ese torneo.

-Mi nombre es Phantasos, el dios polimorfo de la irrealidad. Creo que tu técnica no es muy efectiva, mira no me hace nada tu fuego.-

Dijo refutando lo que era evidente, pero le gustaba molestar a sus rivales con esa clase de cosas, y Jezzara no iba a ser la excepción a eso.

El fuego dorado que la amazona había logrado consolidar sólo con su cosmos no había obtenido el menor de los resultados en el cuerpo, aparentemente frágil, de la deidad de lo irreal. Sus cabellos cambiaban abruptamente de lugar por el fogonazo de luz y aire que había azotado al Dios al momento de que las emanaciones doradas de cosmos lo embistieron. Aunque las llamas no habían podido afectarlo algunas todavía rondaban alrededor del joven, obviamente sin perturbarlo con su presencia.

-No me subestimes por mi apariencia, te puede costar caro. Eso asumí al ver que usaste algo tan débil para atacarme.-

Dijo el Dios, aclarando algo que era muy cierto, si la amazona pensaba que iba a tener la pelea en la bolsa sólo por enfrentarse a un adversario que despertaba ternura estaba incurriendo en un gravísimo error, pues Phantasos podía ser muchas cosas pero nunca podía ser tomado como una criatura totalmente indefensa, puesto que siempre guardaba algunas sorpresas debajo de su disfraz de niño bueno.


Los fuegos de la amazona no duraran mucho tiempo sobre Phantasos, estos se extinguían sin causar ninguna quemadura en el cuerpo del muchacho. El Dios tomó una de las llamitas que quedaban sobre su cuerpo, la sostuvo entre sus dedos y la miró mientras sonreía.

-Aunque debo admitirlo, es un lindo truco para animar una fiesta infantil.-

El brillo del fuego se reflejaba en sus orbes azulinos, contemplando el residuo la flama creada por la amazona y que ahora era domado por él.

La amazona había podido crear otro golpe después de haber fallado su anterior técnica de combate en un intento inútil por herir a un Dios. Al ver la forma en que la amazona invocaba otra débil ofensiva el chico no pudo hacer otra cosa que no fuera reír mientras observaba como el ataque de la rubia era neutralizado por la capa de energía que rodeaba su cuerpo y le servia como escudo impenetrable.

Phantasos caminó hacia la chica, con un andar despreocupado y cuando estuvo lo suficientemente cerca sostuvo el rostro de la amazona, robándole un beso de forma atrevida. Se estaba aburriendo y los menos que Jezzara podía hacer por él era premiarlo con un dulce beso.

Después de besar los virginales labios de la amazona, el joven de cabello rosa la contempló pensativo, esperando el próximo golpe de la adorable rubia que portaba la armadura femenina de virgo. Ya lo había atacado con fuego dorado, quería ver que otras habilidades tenía antes de mostrar sus propias técnicas y dejarla llorando en el piso.

Una leve corriente de aire agitó los cabellos de Phantasos, algo que le parecía extraño estando en el fondo del mar pero no se quejaba, sólo se preguntaba de dónde venia ese viento.

Alizé creyó haber encontrado el punto débil de la amazona al notar su reacción de repulsión a sus labios rosados. Parecía que a la mujer no le complacía para nada el contacto físico con otro ser, al menos no del tipo que estaba haciendo Phantasos al atreverse a robarle un beso a la chica, por más breve e inocente que fuera. El chico miró a la amazona mientras le decía:

-Ya cálmate. Creí que te gustaría. No te agradan los hombres?-

Le preguntó mientras volvía acercarse, pues él era un dios y no le interesaba lo que una chiquilla como Jezzara ordenara. Los humanos sólo eran piezas para el disfrute de los dioses, por lo que no iba a permitir que lo hicieran menos. Ignorando lo dicho por Jezzara, el joven puso las manos por sobre la cadera de la amazona, sujetándola y pegándose a ella. No podían estar completamente juntos debido a las armaduras, así que no existía un contacto completo. Se abrazó a Jezzara y comenzó a besarla apasionadamente, introduciendo su lengua en su cavidad.

-¿Ahora si te gustó?-

Le dijo, sosteniendo el rostro de la rubia con su brazo libre, mientras que el otro se encontraba alrededor de su cintura. Le agradaba tener el cuerpo de la joven rubia tan cerca, pues era pode hacer lo que quisiera con ella. Podía hacer volar esa armadura y desvanecer la propia para poder hacer algo realmente depravado sobre el cuerpo de la joven. Sin embargo, nunca haría eso… ¿o sí?

Una esfera de energías de colores dorados, que parecían ser el color que mejor representaba a la amazona puesto que todo lo que había hecho hasta ese entonces conservaba ese mismo color como característica principal, se preguntaba si aquel débil resplandor de doradas tonalidades tendría algún efecto desfavorecedor, tal como lo esperaba. No era por ser presumido pero creía entender como reaccionaban cada uno de sus enemigos, como si ellos fueran criaturas tremendamente predecibles a las que no les costaría vencer en lo absoluto por su falta de atención al usar los recursos que poseían.

Permitió que el ataque de la amazona golpeara su cuerpo, dañándolo en apariencia para que la Amazona se sintiera con el control de la batalla, ya esperaría el momento para cambiar las cosas y poner el juego a su favor. El ataque de la amazona parecía haber sido todo un éxito al poder acertar al llenar de heridas leves la piel de Phantasos que no estaba resguardada por la corraza femenina, que había sido empleada por el Dios en el combate anterior para parar todos los ataques de Madareth para que no causaran el menor estrago en él, pero ahora hacía algo diferente al permitir que el ataque de la amazona le golpeara, causando que se apartara después de dejar su beso.

-¿Crees que con eso me detendrás?-

Le preguntó, volviendo a recortar la distancia para volver a estar frente a frente con su enemigo de rubios cabellos, el cual había demostrado cuál era el poder de una amazona.