[Jerusalen] -Barrios Bajos- Cantina

Israel estaba sentado en una silla en un rincon oscuro de la cantina `Jerusalem´, encorvado sobre una cerveza. Junto a él, Usui devoraba con ansias un plato de huevos rancheros. Las yemas amarillas se desbordaban sobre la salsa verde. Israel sentia nauseas solo de verlo. Desvio la mirada, pero siguio oyendo como se relamia los labios Usui.
Aparte de ellos solo habia en el establecimiento unas cuantas gallinas que cloqueaban por el suelo. De vez en cuando se asomaba un niño a la puerta. apedreaba a las gallinas y se alejaba a toda prisa riendose. Usui se termino los huevos y parto el plato. Saco un pequeño cuarderno que sioempre llevaba encima.

-Veras, Usui, he estado pensando como debe manejarse este asunto-

-¿Que asunto? No habra ningun asunto que manejar a menos que consigamos llegar a esa isla- mientras hablaba tamborileo con los dedos sobre una pequeña fotografia de un especimen unico en el planeta, la serpiente mas grande del mundo: la anaconda.

-Usui, llegar a esa isla es lo de menos. Aqui lo importante es como presentar nuestro descubrimiento en Jerusalen-

-Nuestro descubrimiento- repitio -Buena idea. Nuestro descubrimiento...- dijo con un tono ironico y sarcastico.

-Bueno, es la verdad...¿no? Tu eres el experto de las serpientes, tu las atrapas, pero yo pago el viaje y muevo mis contactos dentro de la ciudad. En definitiva, una parte del merito me la puedo adjudicar, no?-

Israel no se sentia del todo comodo junto a Usui, ciertamente ese hombre lo ponia incomodo. A veces dudaba de que estuviera ciego, ya que parecia tener mas habilidades manuales que las que alguien sin vision ocular pudiera tener. De igual forma, no confiaba en Usui. Solamente queria terminar de encontrar aquel especimen raro y volver cuanto antes y terminar el trato con el loco de las serpientes. A veces sentia como aquel hombre lo observaba con la venda sobre sus ojos. Sabia que no lo podia ver, pero a veces... simplemente lo dudaba. Sentia sus ojos clavados en su figura, por mas que una venda los este tapando, pareciera que pudiese ver mas alla de la tela.

-Muy bien entonces. Ten el barco preparado... ya tendras noticias de mi-

Israel termino la cerveza y dejo la botella a un lado -Es un trato entonces... nos veremos en el puerto... ehh.. cuando?-

Usui solo levanto la cabeza, enfocando sus ojos, ocultos tras la venda, en Israel. El hombre tartamudeo y se levanto torpemente, despidiendose deprisa... tan deprisa que no pudo observar una pequeña sonrisa de satisfaccion en el rostro del amante de las serpientes.

Luego de haber efectuado la macabra escena frente a la entrada del burdel debía dirigirse a otro lugar pero el camino por los barrios bajos se había convertido en algo de carácter laberintico, el joven empezaba a dar vueltas de aquí para alla, sin lugar a dudas el caos que había causado le agradaba pero al ver que le retrasaba empezaba a desesperarle, lo bueno era que el yo mas calmado y de algun modo bueno, pero que podía ser bueno en un ser el cual destilaba maldad por segundo? Había tomado el control de las cosas, parecía un niño de 8 años en lugar de un adulto de veintitantos, sus pies como plumas caian en cada espacio vacio que dejaba el tapete de muertos, se podía considerar que toda la raza humana presente en Jerusalen había desaparecido.

Lo bueno es que aquellos cadáveres no serian desperdiciados por el joven portador de la luz sagrada, estrella de la mañana y sumo ejecutor de la noche y las sombras, en su camino llego a una taberna que antecedía el camino al mercado al parecer debería pasar por tal sitio concurrido, tomando nuevamente la vida de un patético humano agonizante y tal como lo había hecho antes, realizo una marca de sangre sobre la pared para que su gran proyecto emergiera cuando todo estuviese listo.