[2º Fecha] Aldebaran vs Khrysis

Aldebaran de Tauro vs Khrysis Berseker Apocalypse


ESCENARIO - PILAR PACÍFICO SUR






MODERADOR






Datos de Aldebaran




Def. 5

HP - 5000

Defensa - Protection Taurus
(Si utilizas esta tecnica efectivamente puedes agregar 2 de cosmo en tu contra ataque.)

AD - Hammer Crush (1000)
(Quien reciba este ataque deberá disminuir -100 de HP hasta finalizar el combate por las heridas.)

AM - Great Horn (1500)
(Quien reciba este ataque deberá disminuir en -200 el HP hasta el final del combate.)

AF - Titan’s Nova (2000)
(Quien reciba esta técnica por el intenso calor deberá disminuir en -2 su bonus de armadura y -300 de HP el resto del combate.)

Datos de Khrysis




Def. 5

HP - 5000

Defensa - Fire Wall
(Si utilizas esta tecnica efectivamente puedes agregar 4 de cosmo en tu contra ataque.)

AD - Patada flamígera (1000)
(Quien reciba este ataque deberá disminuir -100 de HP hasta finalizar el combate por las quemaduras)

AM - Circulo ígneo (1500)
(Por las quemaduras se deberá disminuir en -200 el HP hasta el final del combate.)

AF - Nube de cenizas (2000)
(Quien reciba esta técnica por el intenso calor deberá disminuir en -2 su bonus de armadura y -300 de HP el resto del combate.)

Una figura que brillaba con un color rojo sangre se acercaba más y más al majestuoso pilar, preparado para arremeter violentamente contra un nuevo oponente. En sus mejillas había algunas quemaduras, heridas muy leves que apenas se sentían pero que estaban visibles para el próximo enemigo. El primer oponente al que Khrysis había enfrentado en el torneo fue al Santo dorado de Géminis, al que pudo demostrar cuánto era el poder de un berseker de Ares. Cualquiera que fuera su siguiente rival, no esperaba que fuera un ser tan molesto como lo había sido Aspros, lo que si esperaba era que se tratara de un combatiente tan poderoso como lo era el dorado.

Un cosmos diferente pero al mismo tiempo muy similar al del anterior caballero podía ser percibido por el Berseker de la destrucción mientras se adentraba más en aquel pilar. A los lejos vio un punto color oro, y al seguir avanzado se fue agrandando hasta distinguir a un caballero de oro. Uno más por vencer, así de simple, no había diferencia para Khrysis y tampoco le importaba tener que lidiar con un nuevo dorado en la segunda ronda.

Se había dado cuenta de que varios de los cosmos se esfumaron, como si hubiesen sido eliminados o simplemente quedado fuera de combate. El golpeteo metálico de sus pasos al impactar en el suelo de brillante material era lo único que se escuchaba, demostrando lo pacifico que era el reino del Dios de los mares al ser ese sonido insignificante lo que rompía la armonía existente.

El pelirrojo detuvo su vista sobre el caballero dorado; era diferente al primero que tuvo que encarar. Su complexión física era grande y musculosa, y su armadura decía lo mismo. -No creas que por ser grandote me vas a intimidar, rata dorada.- dijo el berseker, con voz baja, tan baja que el dorado no pudo haber escuchado lo que murmuraba.

-Mira nada más que tenemos por aquí, un Santo dorado. Bien, serás el segundo pez dorado que freiré el día de hoy. Mi nombre es Apocalypse, Berseker de la destrucción total, y me ha tocado la labor de exterminarte.- Khrysis tronó los nudillos y dirigió su mirada a los ojos de Aldebarán. -¿Listo?-

El berseker de la destrucción absoluta miró a su oponente con superioridad, pues todavía no terminaba de digerir con qué tipo de persona le había tocado el turno de pelear y esa era la única cara que se le ocurria poner en un momento como ese. Era un caballero enorme, por no decir un gigante, y Khrysis era alto, pero eso no se comparaba con la grandeza de aquel hombre de tremendo tamaño. Sí, definitivamente era la mejor representación de un toro, grande y macizo. Ese tipo era el único de los dorados que había visto hasta la fecha que en verdad parecía ser el indicado para portar la armadura de su signo.


Khrysis chocó los puños mientras esperaba el primer ataque, en el otro combate había sido descuidado y por eso le habían anotado varios golpes directos, que al final de la pelea habían tenido serios efectos desfavorecedores sobre su cuerpo. Tenia que recordar que el cuerpo del músico elegido por Apocalypse no era el de un guerrero, y aunque estaba en buena condición física no se podía comparar eso a los años de entrenamiento físico de un caballero de oro.

Vio como las partículas de polvo que flotaban en el aire iban tomando la forma de un remolino que era producido por el poderoso cosmos del dorado. El pelirrojo sonrió de emoción, parecía que al fin había encontrado a un digno rival para probar sus habilidades y no un payaso como el anterior.

No necesitaba de invocar defensa alguna, con estar conciente del ataque podía resistirlo para que no lo afectara a gran medida. El golpe del dorado embistió al berseker pelirrojo, empujándolo pero no logró hacerlo caer, sólo pudo alejarlo un par de metros.

-¿Es lo mejor que tienes?-

Dijo para terminar, esperando más.

El berseker miró al dorado con desprecio mientras se restablecía tras recibir aquel golpe. Un hombre normal quizá habría caído ante un golpe tan fiero como el que su adversario le había logrado propinar pero ese no era el caso de Khrysis, un guerrero que sin importar que tanto lo golpearan o en qué condición se encontrara iba a permitirse ser derrotado o flaquear. Ahora que había visto lo que el caballero podía hacer estaba listo para preparar su ataque. No actuó antes pues primero quería ver si esa apariencia de gigantón era tan temible como sea veía pero en realidad no provocó el daño esperado por el joven de ojos dorados.

-Di lo que quieras, como si en verdad me interesaran los pensamientos de un caballero dorado. Se lo dije al Santo de Géminis y ahora te lo digo a ti, no me provoques o te quemaras.-

Apocalypse mantenía la expresión de disgusto en su rostro, pues si había algo que no ponía de mal humor era un dorado con la socarrona idea de creer saberlo todo. Se equivocaba al decir que había dejado que el golpe lo azotara para demostrar resistencia, sólo quería descubrir más o menos en qué se basaban los ataques del caballero de oro.

Había comprobado que la forma de ataque del Santo parecía estar más bien orientada al uso del cosmos, algo diferente a él que se especializaba más que nada en el uso del fuego para diseñar poderosas ofensivas. El segundo ataque del Tauro también logró golpear el cuerpo del Berseker, sin embargo el chico se negaba a expresar dolor en su rostro, eso era de débiles.

El muchacho podría sentir el peligro, como si se estuviera enfrentando a algo que no podía detener, y de hecho era incapaz de poder hacer algo por defenderse. Las grietas y daños en la armadura se habrían más, dejando notables destrozos visibles al ojo común. Las heridas producidas en la contienda anterior aprecian hacerse más grandes, como sin con el mínimo movimiento se le estuviera deshaciendo la piel y bajo de ésta estuviera ardiendo.

Casi podía sentir cómo se estaba desplomando, pero él, como siempre siendo fuerte para no dar indicios de debilidad, pues algo que le hacía hervir la sangre era pensar que un Santo dorado pudiera verlo como un ser inferior. Sintió la devastadora energía del santo fluir con fuerza del cuerpo del caballero de Tauro, como si esa energía lo estuviera desafiando.

Al sentir como el golpe del santo hizo contacto con su cuerpo, el muchacho simplemente intento desviar el ataque con el fuego destructor que se había guardado, y con el ultimo soplo de sus energía pudo forma una barrera con la que amortiguó el golpe. Pero sólo logró detenerlo, más no la poderosa embestida. Cuando se dio cuenta estaba volando por los cielos, siendo despegado del suelo por la imponente onda de energía que lo estaba azotando.

No estaba muerto, pero no podía moverse o hacer algo para evitar ser llevado por ese impulso. Dejó que el ataque del Tauro lo empujara lejos, alejándose en una estela de fuego creada por su débil cosmos, como una esfera incadescente que ascendía hacia el cielo que era el mar, desapareciendo por completo.