Vientos tempestuosos.

por Noah Sáb Feb 19, 2011 3:14 am

Recuerdo del primer mensaje :

El día ya estaba demasiado agotado, venía su declive para anunciar la llegada del manto oscuro y frío de la noche. Un reducido grupo de jinetes llegaba ante las puertas reforzadas de madera del destacamento romano. Baluarte de una cultura esplendorosa y de intenciones ambiguas para el mundo de su época. Hasta este sitio apartado del imperio un puñado de romanos mantenía su posición apoyados por una civilización sin escrúpulos, vendidos al mejor postor. Esta era la nueva legión que el general Noah tomaría, la maltrecha tropa asignada ante unos tiempos violentos, crudos y bélicos.

Le habían informado poco, pero lo necesario para darse cuenta de lo que le esperaba tras esas puertas que ante el lento y perezoso movimiento resonaba sus goznes congelados como un lastimero lamento, el llanto a sus uniones castigadas por las inclemencias de los malos tiempos. El centinela apostado en la torre de guardia miraba con interés aquel que encabezaba la escueta columna, trataba de descifrar la conducta y la personalidad de aquel general. Distinguirlo no era tan complicado, cada legionario podía identificar las variantes en los uniformes romanos, mas en los yelmos coronados con esa crin rojiza sobre ellos, pero este general vestía un atuendo demasiado distinto, era raro en cierto punto como las facciones juveniles de su rostro mortecino.

Parecía poco habitual conocer generales de ese tipo, ¿pero quién era él para juzgarlo?, ¿cómo podría permitirse el lujo de discernir entre lo que era correcto y lo que era malo? Mas ahora que ante sus ojos había visto la reincorporación de sus aliados, de seres a los que había combatido desde su llegada y que ahora cambiaban de bando por una suma cuantiosa de oro. Lo que le daba cierta resignación era con saber que el nuevo comandante era romano y no un bárbaro, apelativo que usaban sus compatriotas para referirse a los que no comulgaban con las costumbres de una civilización como la romana.

Desmenuzó sus cavilaciones cuando las puertas quedaban abiertas completamente y el recién llegado desaparecía de su rango de visión. Ya habría tiempo para saber de él pero por lo pronto su función en aquella posición elevada, expuesto a los cuatro vientos era otear el horizonte a la espera de la más mínima señal de problemas, aquella que debería notificar de inmediato para tomar las armas y hacer sonar el clarín de guerra. Maldecía al centurión de su unidad por haberle elegido para esta tarea en estas horas, las cuales se volverían más frías e implacables. Le consolaba al menos saber que otros de sus compañeros hacían la misma función en las distintas torres situadas a los otros puntos cardinales.

Noah por fin, luego de unos días de travesía y de una pequeña lucha en las inmediaciones hacía arribo en lo que sería su emplazamiento, todo con el fin de mantener la presencia romana en una Germania que mostraba una reacia voluntad por no dejarse vencer. Desde un tiempo para acá parecía el encargado de arreglar toda la mierda que estaba mal, eso era lo que pensaba cada vez que le asignaban misiones que parecían complicadas, salvo que esta vez al menos, lo metían en el escenario de una angustiosa defensa y eso por donde quiera que se le mirara lo ponía en su entorno, al estilo de vida que prefería.

Los sonidos imperantes de la legión le infundían aquel sentimiento de sentirse como en su hogar. El golpe metálico del martillo incidiendo sobre la espada y el yunque, el sonido de las alcayatas siendo clavadas en el suelo cristalizado por el hielo, los ligeros murmullos de los hombres, todo eso y un sin fin de sonidos que el combatiente veterano conocía, le daban un indicativo de que al menos las cosas no estarían tan desanimadas. Pero aún era pronto para relajarse, no había entrado en batalla con ellos y mucho menos comprobar el desempeño de los mercenarios.

Pensar en aquellos últimos le irritaba, le presentaba una ofensa para sus ideales, para sus formaciones y para sus tradiciones. El tribuno que le había recibido apretaba ligeramente el costillar de su caballo para ponerlo a la par de su nuevo general. Por ahora le daba una pequeña explicación de las actividades de la legión, las ubicaciones de las tiendas y como estaban distribuidas en aquel fortín, las caballerizas, la armería, el emplazamiento de sanidad, todo con un rápido reporte puesto que ello lo llevaría a la hora requerida, cuando su general se lo demandará.

Drayden seguía el paso, pegado a ellos mirando discretamente el sitio, haciendo gestos teatrales de alguien sorprendido pero que disfrazaba su verdadero motivo... el acopio de la información y el conocimiento. Todo esto para unos intereses ajenos a todos ellos, sólo él entendía el padecimiento de tantos atropellos pero que a futuro le daría sus dividendos...

por Astrid Miér Oct 12, 2011 1:48 pm

Stern había saltado a mis brazos, apretándose cada vez contra mi cuerpo nos rodeó de una especie de luz. Agotada sentía como mi cuerpo se lanzaba en una especie de vacío más no sentía ningún tipo de temor… no lograba sentir nada en esas alturas.

Se dice que cuando se tiene una experiencia cercana a la muerte se empieza a recordar cada una de las vivencias que tuvo a lo largo de su vida, tristezas, alegrías, penas… aquellas emociones que formaron parte de mí y forjar lo que era justamente ahora. Más cuando inconscientemente me aferraba a esa criatura no conseguía sin ver más allá de una vida sin sentido. Una posición que jamás me perteneció.. que por mucho intentará seguir luchando siempre terminaría sola, así eran las cosas… la misma historia se repetía una y otra vez, nada cambiaría. Conforme con el destino que me tocaba me dejaría llevar por todo, solo serviría para el único propósito de estar al lado de Hades.

Aquel caballero…

El viento frío acariciaba mi rostro, mis ojos permanecían en ese velo blanco de nieve por el cual estaba parada, aun abrazando a mi compañero. El sonido de la ventisca provocaba un silbido en la lejanía, tenía que actuar pero no tenía noción de en qué punto exactamente me hallaba aunque estaba claro que seguía en las tierras nórdicas. De un momento a otro Stern se comportaba de una forma inquieta tratando de liberarse de mi agarre, cuando cayó a la nieve levanto ambas orejas… tal parecía que escuchaba y percibía algo. Levanto con más ánimo su hocico para poder olfatear, adelantándose cada vez, buscaba algo.

Y como si el destino lo deseara nuevamente pude percibir ese cosmos en especial, al parecer el intento de Stern de sacarme de esa situación fue guiarme hasta el único ser con el que posiblemente podría contar.. o quizá el hecho de saber que su gemelo se encontraba cerca le atrajo lo suficiente para tomar precisamente aquel rumbo. Ya estaba fuera de mis manos, el daño que había recibido por intentar dominar ambas técnicas en tan corto tiempo me colocaban fuera de mi control.. mi voz llegaría a la mente de aquellos servidores de Hades… (que tuvieran noción o no), responderían al mensaje que les daría.

Ese santo dorado.. el ejército de Athena está despertando con fuerza… una guerra que no nos pertenece.. – cubría mi rostro con ambas manos, el animalito volvió a halar de mis ropas para que lo siguiera más no deseaba avanzar a su encuentro, sabía que en esa dirección se hallaba Ira.

Aunque a esas alturas no era necesario ir a su encuentro, ese pecado ya se localizaba detrás de mí, acompañada como siempre de ese gato, su aspecto cambio de una forma que no lo esperaba. Usando una piel negra que la resguardaba del frío se mantenía de pie. Girando suavemente la observaba delineando su figura... lo único que podía recordar ahora de ella fue ese juramento de ambas sobre el próximo encuentro, uno donde alguna de las dos debía morir.

Los copos de nieve ahora caían uno a uno, más yo no podía apartar la vista del color purpureo de sus ojos.

Ira.. – repitiendo con suavidad esa palabra me mantuve quieta, cerraba los ojos para no terminar por marearme o que la cabeza me estallará debido a lo que veía a través de sus pensamientos, no deseaba seguir viendo todas las experiencias de esa mujer desde que nos separamos más no podía evitarlo. Sin permitirme flaquear apretaba los labios, algo parecía incomodarme pero ya no resistía toda la presión de mi cosmos el cual se apagaba y que seguramente ella lo notaba.

Géminis...

OFF ROL:
Pensamientos
La capacidad de Astrid es hablar a través de sus pensamientos hacia otras personas o en este caso espectros, en este caso se aplico que ella hablo tanto con Noah como Selene para avisar del casi encuentro de un caballero dorado hasta Hades.

por Selene Miér Oct 12, 2011 11:50 pm

Caminar entre la nieve no era nada agradable para alguien que habia vivido toda su vida bajo el sol abrazador de Egipto. Sentía que temblaba, pero no le hacía mucho caso a su cuerpo, solo caminaba en dirección opuesta a donde sentía que Nolan caminaba. La irritaba que se alejara, pero al mismo tiempo se sentía aliviada de que no la siguiera. Tal vez aún tuviese tiempo de escapar a su destino y encontrar paz en tiempos de guerra y muerte.

Junto al Nilo ilo ilo
Vivía un niño iño iño
Cultivando lino lino lino
Y se lo comió un cocodrilo ilo ilo

Selene cantaba para matar el tiempo. Cheshire caminaba junto a ella maullando de vez en cuando mientras olfateaba nervioso la nieve. Sid en cambio seguía acurrucado en su hombro, escondido entre la piel de oso... estaba tan tranquilo que emitía unos graciosos sonidos parecidos a un ronroneo, pero mucho mas agudos.

Sin embargo, de pronto, una extraña sensación la cubrió. Se le erizaron los vellos de la nuca mientras Cheshire maullaba amenazante y Sid salía de su escondite sacando la cabeza entre la piel del oso.

- ¿Qué pasa? ¿Sienten algo raro? - Preguntó Selene mirando con desprecio a Cheshire mientras el gato maullaba. - ¿Qué pasa gato atolondrado?

De pronto, Sid salió completamente de su lugar de dormiteo y se elevó en el aire, flotando a poca distancia de Selene, mirando hacia enfrente... Selene no tuvo que seguir intentando decifrar que sucedía porque la cosmoenergía que se acercaba, aunque leve, era inconfundible.

- Orgullo... - Susurró sin moverse de su posición. - ¿Qué haces acá? ¿Vienes a cobrar mi palabra?

<< La próxima vez que nos veamos, una de las dos morirá. Considera eso una promesa, no una amenaza. >>

Selene sonrió.

- Sigues tan patetica como siempre. Tu eres de estas tierras y pareciera que nunca hubieses pasado frío. Tienes cada de estar muriendo congelada... Tsk...nunca dejaría que el frío me quitara el placer de matarte...

Siguió caminando, pasó justo por al lado de Astrid y sin mirarla siguió su camino. Lo curioso fue, que mientras caminaba a su lado, la capa negra de oso apareció justo por encima de los hombros de aquella mujer.

- ¿Qué quieres ahora conmigo?

por Astrid Jue Oct 13, 2011 12:50 am

Un parpadeo fue suficiente para darme cuenta como la voz de Ira se mostraba algo distorsionada, captando lo esencial de sus palabras traté de responderle más aguardaba un segundo para que terminara con ese asunto de ¿orgullo?.

Ya no recordaba eso…

No era la primera vez que le mentía pero resultaba ser más sencillo el evadir aquel asunto puesto que si me disponía a hacerlo, fuera como fuera sería una pérdida para Hades. Pasando a mi lado la mujer recobraba su lento andar, su pisada se volvía suave contra la nieve mientras que la extinción de mi cosmos se volvía inminente, realmente estaba agotada… quería dejarme caer y perderme en mis pensamientos sin tener que lidiar con el fastidio de sobrellevar el agotamiento de mi cuerpo. Era extraño… su voz no podía exhaltarme como esa primera vez, llevaba mi mano por en medio de mis senos ejerciendo presión, la cicatriz de su rosa sangrienta se había esfumado.. ahora solo quedaba el dolor de la espada con la que me había atravesado Hades como un recordatorio de lo que era nuevamente.

El día que muera no será por culpa del viento ni del frío… ni mucho menos de la persona con la que me enfrente en batalla. Seré yo la que condene mi propia existencia al Inframundo… yo seré la única culpable. – y esa era la realidad de las cosas, nadie más que el tiempo y mi fuerza disponían de mi vida.. al igual que esa regla se aplicaba para todo ser que llegaba a este mundo o en cualquier otro.

He encontrado a Hades.. fui capaz de estar en su presencia en dos ocasiones pero al parecer decidió volver a sumirse en su recipiente… Vergilius. Seguramente volverá a Roma.. – logrando hacer una pausa no estaba segura si me escuchaba, mi voz se mantenía monótona, sin expresar preocupación o emoción si quiera de alerta por la noticia que le daba.

Aunque en mi camino conocí a alguien especial.. seguramente le sigues recordando. – perfilando mi vista apenas volteaba mi rostro en su dirección para adentrarme en sus pensamientos, revelando la identidad de aquel hombre. Géminis

por Selene Jue Oct 13, 2011 1:20 am

- Aja... que bonita historia. - Dijo con sarcasmo. - ¿Qué tiene que ver conmigo?

Sinceramente esa nueva habilidad de Astrid de hablarle directamente a la cabeza era irritante. En un santiamén le había dado a entender que se había visto con un tal "Géminis".

- Creo que maté a ese sujeto alguna vez en mis vidas...¿No?... no lo recuerdo, sólo se que era basura. - Siempre altanera, desechó el recuerdo del caballero dorado de cabello azulado y de ojos profundos, para enfocarse en el resto de la historia de Astrid. - Eso no explica el porqué estas aquí, Fiorentine. ¿Qué quieres conmigo ahora?

Selene detuvo su caminar cuando escuchó la parte de Hades en todo el asunto. Hasta entonces todo lo que había dicho Astrid le pareció fuera de su incumbencia. Nada de lo que decía explicaba el porqué estaba ella ahí, ni si quiera lo de Hades. ¿Quería algo de Selene? ¿Venía buscandola con algun pretexto?

Selene no confiaba en esa mujer, y tampoco le interesaba despues de lo sucedido en el inframundo. Cada día que habían pasado lejos una de la otra había sido un día para odiarla un poco más.

- No me explico el porqué de ello... - Dijo cuando Astrid habló sobre Vergilius.

<< El rey del inframundo escoge al ser humano más puro para ocupar su cuerpo cada era y estoy segura que un hombre que ha traido destrucción y muerte al mundo no podría ser el elegido por ser el "mas puro"... el señor Hades debe haber tenido un gran motivo para haber escogido a ese sujeto...

Vergilius es uno de los hijastros de Diva... bueno, era... mi hermana ha muerto.
Cuando venía un documento con información sobre ella y Roma, de vez en cuando, tambien venía información de él. Es un habilidoso guerrero, frío, silencioso, solitario. Formal, amante de Roma como toda la escoria Romana... y que estaba profundamente enamorado de su prima ¿No? ¿Ese es Vergilius...? ¿O Era acaso Solomon? No lo recuerdo... Ya no recuerdo cual era cual, sólo que Diva se cojía a uno de ellos y que el otro se cojía a su prima. >>

- ¿Que sabes tú de ese tal Vergilius? - Le preguntó Selene, dandose vuelta para volver a mirarla mientras caminaba en su dirección y la cubría con su capa de oso. Se veía tan debil que no le hubiese extrañado que se desmayara. Tal vez le faltaba comida.

<< Debe haber una razón de fondo para que sea el recipiente... y si la encuentro... si veo lo que mi señor quiere que vea... >>

- ¿Que rayos te sucedió? Casi no hay cosmoenergía en tu cuerpo, ¿Te atacó esa basura de Géminis?

La mera idea hizo que su pecho se apretara. Estaba cubriendola con la piel de oso cuando pudo percibir lo helada de su piel. Frunciendo el ceño, elevó su propia cosmoenergía y puso una de sus manos en el pecho de Astrid para traspasarle energía al cuerpo, a ver si de esa manera reaccionaba. No lo hacía de buena gana, de seguro si hubiese sido otra persona la habría dejado morir... pero por algun motivo, sin si quiera darse cuenta, la estaba ayudando.

- Comienza a hablar... no tengo mucha paciencia en este momento.

por Astrid Jue Oct 13, 2011 1:47 am

Mis ojos se cerraban por el cansancio, notaba como salía Stern de los bosques mirando a su gemelo… tal vez podía entender el motivo por el cual me llevo a ella.

¿No se supone que eres la líder de las estrellas infernales?, actúa como tal…

Incluso yo también poseía un límite de mantener una paciencia, seguramente se debía a la cercanía de esa mujer por la que me veía influenciada apenas. Respirando profundamente intentaba mantener mi ímpetu por lo bajo.

La información que poseía de Vergilius era totalmente vaga, si deseábamos respuestas debíamos buscarlas aunque no éramos quienes para cuestionar las decisiones de nuestro dios. Acercándose me veía rodeada de ese abrigo, se sentía tan bien al igual que el ligero rastro de rosas que emanaba de su interior, sus manos presionaban mi pecho en un intento de transmitirme energía. Ya me daba igual si le gustaba o no, mi frente cayó sobre la suya de manera delicada para después dejar que el peso de mi cuerpo se sostuviera de Selene, estaba cansada…

Fueron muchas cosas. – murmurando de una manera adormilada ocultaba mi rostro ahora en el espacio de su cuello terminando por abrazarla.

Estoy cansada.. no he dejado de ver y escuchar lo que sienten los demás… me agota… – quería irme a donde fuera, quería concentrarme en otro sitio que no fuera el páramo desolado de la nieve, aunque este por mucho era mi sitio favorito necesitaba reponerme.- Incluso tus pensamientos… puedo escucharlos como en un grito, por esta vez… no me dejes.

Sabía que no le agradaría que la abrazara, que no le gustaría que me acercara, que odiaría cada momento que tuviera que elegir estar a mi lado todo por presionarme… por el hecho de intentar proteger a Hades de aquel caballero dorado, respirando más agitada sentía que el calor se expandía por todo mi ser.

Piensa porque Hades eligió ese cuerpo… el amor que tenía por aquella joven era la expresión más pura de lo que llaman amor. Sus acciones no demostraban ser alguien digno para ser la representación del Inframundo pero… era ese sentimiento.

Lo sé… lo he visto en sus ojos… es aquella mirada que tu posees cuando estas frente a Wyvern, aun la puedo recordar entre sueños.

por Selene Jue Oct 13, 2011 3:16 am

Sentir los brazos de Astrid alrededor de ella la tomaron de sorpresa por completo. Aún más saber que sus poderes a nivel mental estaban avanzando tanto que escuchaba los pensamientos de todos. Si ella hubiese tenido una habilidad así la última cosa que habría hecho es andar contandolo, despues de todo un don de esa calaña era bastante util para seres como ellas.

- Que bien saber que puedes meterte en mis pensamientos. Evitaré pensar mis secretos cuando estes cerca.

La sostuvo, pues sintió que se iba a caer. Que orgullo le pidiese que no la dejara la hacía pensar todo dos veces. Lo usual hubiese sido golpearla un poco para hacerla reaccionar, luego abandonarla, pues si había algo que Selene odiaba era la gente debil. Pero... cuando en Egipto se envenenó con la rosa negra, Astrid había llegado en su auxilio. Le debía una.

- Bien, no me iré. Pero estamos a mano sobre el asunto del veneno en Egipto. Ya no te debo nada.

Cerró los ojos, abrazandola, para cubrir todo su torso con su propia cosmoenergía. Se concentró exclusivamente en traspasarle energía a Astrid para que pudiera al menos mantenerse de pie, un acto solidario que de verdad odiaba realizar. Sintio por un momento que se estaba volviendo patetica y sentimental, pero se había prometido a si misma que no dejaría que la Ira le ganara la voluntad de su espiritu. Si quería ayudar a Astrid, lo haría, sin importar que su pecho estuviese ardiendo en rabia.

- Dime algo. ¿Sólo puedes ver lo que pienso? ¿O tambien puedes sentir lo que siento? ¿Si pienso en un recuerdo, lo veras o tambien lo sentiras?

Había muchas cosas que se podrían evitar hablar si ella tenía la habilidad de ver en sus recuerdos. Tal vez incluso podría decirle cosas que ella había olvidado por completo pero que quería recordar. Que necesitaba recordar... como aquella hermosa técnica, la Reina de las Rosas.

Lo de Hades era cierto. Le sorprendió que se metiera a su cabeza para sacar su conclusión, pero se ahorró bastante tiempo en explicarle lo que pensaba al respecto.

- La única mirada que le dedico a Wyvern cuando esta cerca es de desprecio. - Le dijo tajantemente Selene, y lo decía en serio. De hecho que lo mencionara hizo que quisiera mandarla al diablo e irse de ahí. - Y si lo que dices es cierto... Vergilius ama a su prima. Que conmovedor. - Rodó sus ojos hacia arriba en señal de irritación. - Esa mujer deberá morir.

<< Es la única forma de que el contenedor borre completamente sus lazos con su vida humana, la mejor manera de que el alma de mi señor lo confuma completamente... >>

por Astrid Jue Oct 13, 2011 4:26 am

Solo podía abrazarla en esos instantes, lo que me dijera no podría llegar a tener sentido en esa situación viendo en el estado que me hallaba.

Como desees…

Su compañía no me provocaba incomodidad era algo que me hacía sentir en calma, no me sentía tan sola. Era extraño ya que durante este tiempo… resoplando un poco la sostuve cayendo más a su cuerpo, comprimiéndonos.. mi mejilla se acomodaba por la parte descubierta de su piel, ya que al moverme solo un poco para responderle mis labios rozaron imperceptibles, las palabras se dibujaban en esa superficie. Lo más seguro es que usara dicha habilidad para que nadie nos escuchara pero solo agravaría el asunto de incomodarla y para que me abandonara…

No, eso ya no debía de ser, un lazo que nunca se consumaría.. diferentes temperamentos y deseos. Pensando tras unos instantes no estaba muy equivocada en su deducción, después de todo era por lo que se me conocía al manipular los pensamientos y sentimientos pero como todo siempre existía un costo, abrazándola algo protectoramente elevaba mi rostro a la altura de su mejilla, así el contacto en su mente sería de una manera más íntima pues más que decírselo debía demostrarlo. Abriendo camino entre sus memorias elegía solo uno de los recuerdos que pudieran ser el más valioso para ella, aunque aún respetaba su privacidad por lo que desistía a realizar un movimiento como ese, mis labios se pegaron a su oído recuperando en algo la fuerza.

Ambas… sólo que esta vez funciona de una manera distinta… puedo ver tus recuerdos pero si tu deseo es que quieras que vea algo por ti… debes saber que durante el lapso en que busque tus memorias no serás capaz de volver atrás, mucho menos podrás ser capaz de sentir.. serías algo como yo. Es complicado de explicar pero.. puedo mostrártelo.– mi mano se dirigió a su mejilla, el cambio era tal que aun cogía las puntas de su cabello corto, la manera que la tocaba era de como si examinara algo nuevo en mi vida, ella era alguien más… no se trataba de Scarlett.

¿Estas dispuesta a revelarme tus secretos?..

por Selene Jue Oct 13, 2011 4:56 am

Selene levantó una ceja mientras sentía como Astrid le tocaba la punta de los cabellos.

- Claro que no. - Le respondió cortante. - Tendría que ser estúpida para dejarte entrar en mi cabeza así como así. ¿Te gustaría acaso que en vez de darte energía la succionara de tu cuerpo? Tambien puedo hacer eso, asi como tu te especializas en la mente. tambien tengo mis dones. Que no los muestre es distinto, prefiero tenerlos guardados para cuando realmente los necesite.

Era cierto. Selene era la señora de las rosas por un motivo. Podía manipular la vida a su alrededor, a su completo antojo. Era algo tan común para ella que nis i quiera lo notaba como una actividad especial o sobrehumana, sino como algo del día a día. Hasta ese momento utilizaba dicho don para fortalecer a los rosas, crear toxinas nuevas con su cosmoenergía, toxinas lo suficientemente poderosas para destruir cada celula del cuerpo enemigo... pero... sabía que estaba desaprovechando esa habilidad, porque de haberlo querido, podría haber hecho cosas monstruosas, la vida y la muerte se entrelazaban en ella... y aprendiendo a manipular la vida, tambien podía manipular la muerte. Podía darle vida a criaturas muertas... hacerse un ejercito de zombies si lo hubiese querido, pues ese era su don... la vida.

- Observa. - Miró a Stern y el animal dejó de moverse por unos instantes y cayó al suelo, pero no alcanzó a tocarlo pues Sid lo sostuvo. Cuando dejó de mirarlo, el animal volvió en si. - ¿Entiendes? Yo no me meto en ese tipo de cosas... hay cosas con la que no se debe jugar. Toma ese consejo como quieras.

Se alejó de Astrid unos pasos, dejandole puesto encima el abrigo de oso. Le había dado la suficiente energía para que permaneciera en pie el tiempo necesario. Tal vez dicha energía no evitaría que se sintiera miserable por el stress que sentía su cuerpo al lidear con el pensamiento de todos gritando en sus oidos, pero de seguro le daría energía para poder afrontarlo.

- Sólo no te metas en mi cabeza, o te haré ver cosas que realmente no quieres ver. - La miró directamente a los ojos, sin temor a ello. Selene podía manipular su propia mente como se le diera la gana y si quería empezar un jueguito mental sobre ver y no ver, le dejaría ver recuerdos horrorosos para que sintiera lo mismo que ella había sentido, o la haría experimentar los momentos más eróticos de sus vidas pasadas, para que sintiera en carne propia lo que era ser besada por el rey de los dragones. - Creo que con la energía que te cedí no tendrás problemas para largarte. Ambas sabemos que no quieres estar aquí... aún no entiendo que te impulsa a seguir buscando algo que ya no existe. Fiorentine y Scar murieron hace mucho tiempo, ¿Sabes?

por Astrid Jue Oct 13, 2011 8:47 pm

Simplemente resultaba algo más que imposible permanecer a su lado, su actitud se había vuelto más temperamental y sumamente explosiva, a pesar que controlaba el sentimiento de no estallar con cualquier nimiedad sabía a la perfección lo que deseaba hacer sin la necesidad de buscar en su mente, simplemente con ver las facciones en su rostro bastaba para predecir qué era lo que sentía, Selene o Ira… eran básicamente un libro abierto para mí. Cuando terminaba de acariciar su cabello no me extrañaba la manera tan tajante con la que me respondía.. podía esperar eso y más por lo que dejando caer ambos brazos a los costados obedecía parcialmente lo que parecía que me mostraría a continuación.

Los ojos de Stern parecían mirarme con ese brillo de más vida de la que yo poseía, aunque más que eso era la voluntad y disposición con la que se le veía afectuoso por estar a mi lado desde que lo encontré en aquel bosque, lentamente estos se opacaban hasta que estuvo a punto de caer al suelo, siendo sostenido por Sid parpadeaba al ver como deliberadamente la mujer se encargaba de mi mascota, ¿debía de reaccionar?. Entornando la vista nuevamente a las facciones definidas de su rostro la miraba con una expresión de “¿eso es todo?”.

Tenía en mente las consecuencias sobre lo que eran provocarla pero por muy contrario de ella, jamás ha existido nadie en la historia que haya despertado al pecado del Orgullo en su totalidad y eso era algo que prefería mantener en secreto ante todos, inclusive para Hades. La manera en como terminaba por deducir las cosas lograron capturar mi atención, de verdad que entendía todo de una manera tan deliberada que siempre terminaba a su conveniencia.

¿Crees que funcionan así las cosas?, no… tu no puedes mostrarme lo que quieres que vea.. soy yo la que elige ver a través de ti y así mismo se aplica en tus recuerdos, tu solamente caerías en un estado de semi-inconsciencia reviviendo las cosas que has vivido. Tanto buenas como malas… lo que fuera… esa sensación la volverías a vivir tal como si regresaras en un viaje al pasado.

Esa sería la comparación más adecuada por el momento pero esa respuesta no retaba en nada la forma en como su “hermana” le había amenazado.

Siento demasiado que aún no logres comprender los motivos por lo que te he dicho todo esto pero si lo deseas saber está bien… puedo explicártelo de manera que entiendas.

El motivo por el que este justamente en este sitio era porque seguramente Stern me trajo debido al sentir la presencia cercana de su gemelo, era lógico que al ver en el estado que me encontraba tuviera la idea de que tu responderías, no porque precisamente viniera por mi propia voluntad pero aprovechando el motivo de este encuentro como mi líder… al menos eso tengo entendido.. ¿te debo informar la situación sobre Hades o no?– con extrema tranquilidad sostuvo el abrigo para acobijarse dentro sintiendo más llevadera la situación, sus orbes se fijaron por vez primera en sus ojos para continuar, hasta que finalmente encontraba el motivo de porque Selene se encontraba tan irritada pues aquella por el momento no se trataba de Ira.

Con que esa es la razón… un consejo de compañera a otra. Acostúmbrate a que exista la posibilidad de que nos sigamos encontrando al igual de que también lleguen el resto de nuestras hermanas, eres la líder… tu función es que te reportemos a ti la situación, no está Pandora… ni mucho menos un juez capaz al que uno pueda dirigirse, por el momento y hasta donde sé estamos pereza, tú y yo… los demás aun no muestran la fuerza necesaria para hacer frente a cualquier imprevisto.

Y despreocúpate entiendo que Fiore y Scarlett murieron hace mucho, tu eres Selene y yo… – colocaba una pequeña pausa, ¿de verdad tenía que aclararle quién era en ese momento?- soy Orgullo.

Ahora… ¿seguirás en esa postura de después de informarte de la posible amenaza que estuvo a punto de atacar a Hades… o esperaras que algún dios aproveche el estado vulnerable de nuestro dios para ser atacado? Creo que llego el momento de que me muestres que tanto has cambiado desde la última vez que insertaste las rosa sangrienta en mí.

por Selene Jue Oct 13, 2011 9:22 pm

Selene se rascó la cabeza e hizo una mueca. Todo ese asunto de ser la líder de los pecados era algo que la tenía por el momento sin cuidado. Cuando se tomaba todo eso de la lucha en serio, cuando las batallas eran de vida o muerte y cuando Hades jugaba con todos ellos como peones, ser la líder de los pecados era interesante… pero en ese momento, en que ni si quiera sabía si quería seguir siendo Ira o Selene, le parecía realmente irrelevante quien se encargara de guiar a los espectros.

- Hey…hey… no te pongas malcriada… ya diste tu informe, felicitaciones… ugh… - Dijo levantando los brazos hacia arriba como estirándose para desperezar. – ¿Qué importa quién sea la líder de los pecados…? De cualquier forma son todas patéticas, no hacen diferencia alguna al momento de luchar. Siempre termino haciendo todo yo. Seguramente también quieres que vaya y vengue la golpiza que te debió dar ese sujeto, Géminis ¿no? … ¡Paso! Aprende a solucionar tus propios problemas por primera vez en tu vida.

Secretamente, muy en el fondo, sabía que si ese sujeto realmente había lastimado a Astrid lo pagaría con su vida. Selene se encargaría de ello, pasara lo que pasara. Pero en ese momento… no tenía cabeza para pensar en todo ello.

Miró a su alrededor mientras la nieve caía. Gran parte de su piel estaba al contacto con el aire frío pero parecía ni si quiera molestarse en que su cabeza se estuviese llenando de escarcha. Su cabellera corta dejaba la mayor parte de su espalda descubierta. Pensar en que se la había cortado sólo para ver si Wyvern la reconocía le revolvía el estómago.

- Ya diste tu reporte. Te desagrada estar cerca de mí, deberías marcharte entonces. – Suspiró, algo melancólica.

El día no había resultado ser como ella esperaba. Nolan se había ido… se había ido sin recordar quién era ella… el motivo por el cual ella se encontraba en ese lugar. Y para mejorar solo un poco más las cosas… estaba nuevamente con Astrid, una chica que parecía ni si quiera querer su compañía. Después de todo, parecía que sólo tenía a Cheshire y a Sid junto con ella, y ni si quiera confiaba en ellos.

– Ja… que buena mascota es ese Stern, trayéndote aquí. – Dijo mirando el suelo cubierto de nieve, dándole la espalda a Astrid. - Va a comenzar una nevazón. – Se quedó en silencio, suspiró nuevamente y alzó su mirada hacia el cielo. – Bueno. Ya te sané. Vete.

No tenía intención de permanecer cerca de alguien que ni si quiera quería estar cerca de ella. Tenía mejores formas de matar el tiempo en ese momento… seguramente cuando cayera la noche se podría lamentar todo lo que quisiera en la oscuridad por su fracaso con Wyvern.

por Astrid Jue Oct 13, 2011 10:14 pm

Que manera tan curiosa de entender las cosas que te acabo de decir.

Hundiéndome entre la piel de oso pensé tras unos instantes la valoración que le daba ella misma a el resto de las estrellas infernales pero lo que más me llamaba la atención era como se expresaba de Géminis, en ningún momento le declaraba que se encargara de ese sujeto, entendía a la perfección que yo sola debía encargarme de mis asuntos… pero nadie me quitaba la obligación de tener que informarle el hecho de que un caballero dorado estuvo a punto de tener intenciones de enfrentar a Vergilius, ¿en qué punto de la conversación se trataba de mí?.

Levantando su faz… admiraba la silueta de Selene, su espalda descubierta estaba expuesta a la inclemencia del clima más eso no era lo que precisamente esperaba que respondiera después de preguntarle el hecho de que había cambiado en ella realmente.

¿Eres tan prepotente que te crees con el derecho de saber qué es lo que siento o no?, a la única persona que verdaderamente le desagrada mi presencia te repito eres tú… deja de siempre hacerme cargar la culpa de que yo soy la que no está disponible… son caprichos tuyos Selene.

No me desagrada tu compañía.

Si tenía que ser directa lo haría, esperando unos segundos sujetaba el abrigo el cual me descubría para sostenerlo en la parte delantera de mi cuerpo, caminando en su dirección colocaba dicha prenda sobre sus hombros, dejando que ambas manos reposara.

Nunca me desagrado nada de ti, aunque esa es otra historia que la reina de Egipto no desea escuchar, agradezco el gesto de pagar el favor creo que es suficiente pero en compensación…– mis manos se apretaron con leve fuerza acercando los labios hasta su oído.

Vamos a otro sitio a menos que tengas algo mejor que hacer.

por Selene Vie Oct 14, 2011 12:12 am

Esa mujer la desesperaba tanto como Wyvern. A veces sentía que sabía exactamente lo que iba a decirle y otras, simplemente no la entendía. Se sintió sorprendida al ver la reacción que tenía al decirle que sus sentimientos no los conocía nadie. Selene no estaba tan segura de eso… por algun motivo, podía sentir lo que había en el alma de Astrid.

Por mucho que ella intentara mostrarles a todos que dentro de si misma no había nada, a Selene no la engañaba. Había una razón que ninguna de las dos diría para que sus caminos se siguieran juntando una y otra vez. ¿Sería el destino que había entrelazado sus almas en alguna oportunidad a modo de broma? Selene no lo sabía, pero como la desesperaba.

- Ja… - Miró hacia abajo, cuando escuchó que su compañía no le molestaba. – No te me pongas sentimental ahora, Fiorentine. No me toques. No te acerques a mi. Me irrita ...

Permaneció en silencio. No estaba dispuesta a decirle que la dejara en paz, que se alejara, que se fuera de ese lugar y no volviera, así como tampoco estaba dispuesta a decir que su compañía no le molestaba del todo. Había aprendido a controlar la Ira de alguna forma y era Selene quien mandaba en ese cuerpo y no al revez. La ira no podía hacer que le gritara y la insultara como antes por haberle dicho semejante cosa.

Pero Astrid no quería estar ahí. Realmente no la culpaba. Hacía frío, no había nada que hacer, la nieve caía con algo más de fuerza. A Selene le sorprendió que ella misma soportara en frío en esas condiciones, estaba casi sin ropa por culpa de las estupideces de Nolan, cubierta con trapos romanos para mantener un poco el calor, pero aún así su espalda, sus piernas y gran parte de sus brazos estaban al frío.

Miró en dirección hacia donde había dejado a Wyvern… su rostro se volvió un tanto nostálgico. Pero no dijo nada, no sintió nada, no pensó nada. No se lo permitió. Un espectro no era capaz de sentir. Un espectro no debía sentir nada excepto obediencia. El resto sobraba. El resto la volvía débil.

<< Adios, Rey de los Dragones. >>

- ¿Dónde quieres ir? – Preguntó finalmente, dándole la espalda al recuerdo de ese hombre que había estado presente en su vida de forma misteriosa hasta entonces, alguien que podía sentir rodeándola sin importar donde fuera. – ¿A matar a esa mujer?

por Astrid Vie Oct 14, 2011 1:36 am

Desde hace unos pocos momentos notaba que Selene se encontraba un tanto distante, algo parecía afectarle pero por más que se me hiciera sencillo el buscar el motivo dentro de su cabeza prefería no hacerlo, mis manos se colocaban aun por sus hombros.. estaba al tanto que ella ahora no era quien se acostumbraba a ese tipo de clima al igual que yo no soportaba estar en su tierra natal, como polos opuestos siempre debíamos mantenernos, quizá eso era lo que nos volvía fuertes… ¿quién lo sabría?.

Entonces sin desearlo escuchaba con claridad su voz dentro mis pensamientos, una despedida donde claramente las palabras de Selene se arrastraban una tras otra en un eco que no dejaba de golpearme, por mucho que lograra permanecer de pie forzosamente mi cuerpo necesitaba reposo. Cerraba los ojos comprendiendo los motivos, absteniéndome a realizar cualquier otro movimiento que la perturbara escuchaba en la lejanía algo que me estremecía, era un grito donde el viento traía su sonido de maldición más allá del camino contrario a la pradera, atraída viraba el rostro justo en la dirección donde Selene posó alguna vez sus ojos, imaginando de inmediato lo que se trataba suspiraba más las palabras de mi acompañante por querer mantener lejos ese tema de sus pensamientos fueron suplantadas por una búsqueda…

Por acá.

De manera un tanto posesiva tomaba su mano arrastrándola a mi lado, conocía tan bien la zona o al menos eso me lo permitían los recuerdos de Astrid que no sería difícil hallar un refugio apropiado para albergarnos de la tormenta que se aproximaba.

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Vientos tempestuosos.

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