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Torre Oscura
En algún lugar del bosque, una impresionante fuente de energía maligna comenzaba emanar, espantando a todas las criaturas de la zona. Los animales eran más perceptivos que los humanos cuando se trataba de prevenir desastres naturales, y eso parecía ser lo que hacían, se preparaban para recibir una catástrofe de proporciones colosales. De pronto toda la naturaleza del bosque comenzó a morir, pereciendo al instante, y después un viento de color extraño, como si estuviera contaminado o algo parecido, comenzó extinguir el verdor en el paisaje. Las aves que volaban en el cielo comenzaron a caer a la tierra, intoxicadas por el mismo aire nocivo que sólo traía la muerte, deteriorando todos los elementos alrededor, dejando un lugar ausente de vida vegetal y animal.
Un relámpago golpeó la tierra, generando un enorme cráter perfectamente circular. Chispas de energía y una densa humarada negra salían despedidas de la abertura, como si hubiera penetrado en las entrañas del infierno. Las rocas, que habían desprendido de la tierra por el recio impacto, levitaban en el aire por la fuerza descomunal del viento que barría con los cadáveres. En el interior del agujero unos haces de luz morados emergieron, unificándose para transformarse en un gigantesco pilar de luz. La tierra tembló y los cielos rugieron mientras una torre oscura salía del agujero, en medio de la luz púrpura. De a poco el pilar se fue disolviendo, mientras que la torre seguía creciendo erguida hacia arriba, como si estuviera enterrada en la tierra y brotara hacia la superficie.
La torre oscura parecía acariciar el cielo debido a su inmenso tamaño. Se perdía en las nubes tormentosas que se cernían por encima. Tenía cientos de ventanas, pero las más grandes se encontraban en el piso más alto. El viento aullaba con fuerza, creando una poderosa barrera, como si la torre estuviese ubicada en medio del ojo del huracán. Después de unos momentos así todo se calmó, pero no por eso volvía a la normalidad. Las nubes seguían oscuras y la torre era lo único intacto. De los árboles no quedaban más que troncos secos, y esos habían sido los que corrieron con la mejor suerte.
….
Un intenso punto de luz color violeta se manifestó en la parte más elevada de la torre, en donde se encontraba un trono de un material oscuro con dos columnas ubicadas a los laterales. Una alfombra roja decoraba el camino que había desde la entrada hasta el trono, engalanando unos escalones que conducían hacia él. Amplias ventanas por las que se podía contemplar el exterior desolado.
El punto de luz se transformó en el dios del Inframundo, parado frente a su trono en la parte central de la habitación. Chasqueó los dedos he hizo que Nia, Trista y Phantasos aparecieran sobre el primero de los trece escalones que llevaban a su hermoso trono oscuro. Antes de proseguir, el Príncipe Oscuro hizo un llamado con su cosmos a las cinco Damas Infernales que faltaban en esa reunión. Estaban Gula y Envidia, y junto a ellas el Semi-dios del Sueño. Una vez hecho la convocatoria , el hombre colocó la mano sobre su pecho y arrugó la tela que lo cubría, y comenzó a arrancarse esas prendas de la usanza Romana.
El cuerpo mortal del Señor del Inframundo quedó completamente expuesto y a la vista de sus sirvientes, cosa que aparentemente no le interesaba. Elevó su brazo derecho y del techo una armadura oscura como la noche bajó, levitando por encima de los Espectros y la joven de cabello rosa. El cuerpo del hombre cambió mientras la armadura se mantenía suspendida en el aire: sus ojos se tornaron de un verde esmeralda, su cabello negro creció hasta transformarse en una salvaje melena, y por último su piel se volvió blanca y fría cual cadáver.
Hades miró a Gula con frialdad mientras que, en la mano que mantenía elevada aparecía un reloj de arena negra, el cual mostró más de cerca a sus siervos.-Ya que tantos deseos tienes de hablar con tu diosa te concederé la oportunidad… con una condición. Sólo tendrás una hora para hacerlo. Cuando tu tiempo expire serás nuevamente transportada aquí.- Dijo mientras el reloj levitaba hacia las manos de la dama.-¿Aceptas? En cuanto me des el sí te envió con Kore y la arena empezará a correr.- Sentenció sonriendo con malicia.
Un relámpago golpeó la tierra, generando un enorme cráter perfectamente circular. Chispas de energía y una densa humarada negra salían despedidas de la abertura, como si hubiera penetrado en las entrañas del infierno. Las rocas, que habían desprendido de la tierra por el recio impacto, levitaban en el aire por la fuerza descomunal del viento que barría con los cadáveres. En el interior del agujero unos haces de luz morados emergieron, unificándose para transformarse en un gigantesco pilar de luz. La tierra tembló y los cielos rugieron mientras una torre oscura salía del agujero, en medio de la luz púrpura. De a poco el pilar se fue disolviendo, mientras que la torre seguía creciendo erguida hacia arriba, como si estuviera enterrada en la tierra y brotara hacia la superficie.
La torre oscura parecía acariciar el cielo debido a su inmenso tamaño. Se perdía en las nubes tormentosas que se cernían por encima. Tenía cientos de ventanas, pero las más grandes se encontraban en el piso más alto. El viento aullaba con fuerza, creando una poderosa barrera, como si la torre estuviese ubicada en medio del ojo del huracán. Después de unos momentos así todo se calmó, pero no por eso volvía a la normalidad. Las nubes seguían oscuras y la torre era lo único intacto. De los árboles no quedaban más que troncos secos, y esos habían sido los que corrieron con la mejor suerte.
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Un intenso punto de luz color violeta se manifestó en la parte más elevada de la torre, en donde se encontraba un trono de un material oscuro con dos columnas ubicadas a los laterales. Una alfombra roja decoraba el camino que había desde la entrada hasta el trono, engalanando unos escalones que conducían hacia él. Amplias ventanas por las que se podía contemplar el exterior desolado.
El punto de luz se transformó en el dios del Inframundo, parado frente a su trono en la parte central de la habitación. Chasqueó los dedos he hizo que Nia, Trista y Phantasos aparecieran sobre el primero de los trece escalones que llevaban a su hermoso trono oscuro. Antes de proseguir, el Príncipe Oscuro hizo un llamado con su cosmos a las cinco Damas Infernales que faltaban en esa reunión. Estaban Gula y Envidia, y junto a ellas el Semi-dios del Sueño. Una vez hecho la convocatoria , el hombre colocó la mano sobre su pecho y arrugó la tela que lo cubría, y comenzó a arrancarse esas prendas de la usanza Romana.
El cuerpo mortal del Señor del Inframundo quedó completamente expuesto y a la vista de sus sirvientes, cosa que aparentemente no le interesaba. Elevó su brazo derecho y del techo una armadura oscura como la noche bajó, levitando por encima de los Espectros y la joven de cabello rosa. El cuerpo del hombre cambió mientras la armadura se mantenía suspendida en el aire: sus ojos se tornaron de un verde esmeralda, su cabello negro creció hasta transformarse en una salvaje melena, y por último su piel se volvió blanca y fría cual cadáver.
Hades miró a Gula con frialdad mientras que, en la mano que mantenía elevada aparecía un reloj de arena negra, el cual mostró más de cerca a sus siervos.-Ya que tantos deseos tienes de hablar con tu diosa te concederé la oportunidad… con una condición. Sólo tendrás una hora para hacerlo. Cuando tu tiempo expire serás nuevamente transportada aquí.- Dijo mientras el reloj levitaba hacia las manos de la dama.-¿Aceptas? En cuanto me des el sí te envió con Kore y la arena empezará a correr.- Sentenció sonriendo con malicia.
Vergilius- Dios/a
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Re: Torre Oscura
Estando en los caminos que llevaban directamente a las villas de la capital del Imperio Romano y habiendo hecho su petición formal al regente de los sueños para ver a su señora Perséfone, ahora reencarnada en Kore, Trista sintió como una magnánima energía de tinte siniestro la envolvía para finalmente ser tragada por una nube de oscuridad que hizo que su mente se revolviera de un lado a otro, mientras que su cuerpo no tocaba ni sentía nada…era como haber sido lanzada a la misma nada. De un momento a otro, la adivina cayó en un enorme escalón de piedra oscura, en algún lugar totalmente desconocido para ella y que realmente, le hacía temblar ligeramente. No…no tenía miedo, después de todo se encontraba con su señor, el Emperador de la Oscuridad, el mismísimo Hades…pero la sensación de incomodidad y molestia que la embargaban era tan solo producto de que su cuerpo no estaba listo para aquella experiencia, el tan solo viajar envuelta por el supremo cosmos del regente del Infierno le había causado un estrés físico inimaginable. Respirando con dificultad y con las manos posadas en el suelo, la adivina levantó la mirada y observó como el avatar humano del señor de las tinieblas mutaba para finalmente quedar como una reflexión de su verdadero cuerpo, aquel que desde tiempos mitológicos se encontraba durmiendo en los Campos Eliseos, el lugar más recóndito de toda la dimensión a donde iban forzosamente todas las almas de los difuntos. Una vez el Emperador estuvo envestido en su legendaria Súrplice, este le señaló que había oído su petición y ahora, se ofrecía a cumplirle el deseo…con una condición que no parecía del todo descabellada, después de todo la intención de Gula no era pasar demasiado tiempo con Kore, sino que quería evaluar la situación y asegurarse de si cabía la posibilidad de poder retornarla al lado de su señor.
Por supuesto, señor Hades… respondió Trista con algo de dificultad, levantándose y sintiendo el poder de la oscuridad infectándola poco a poco y como no, se encontraban en una estructura levantada por el mismo señor de las tinieblas. Viendo el objeto de arenas azabaches, la adivina asintió para así tomar el indicador de cuanto tiempo tendría para charlar con su señora. Se lo agradezco, su majestad. dijo la adivina, bajando la cabeza mientras sentía una pizca de su poder como Pecado acudiendo a ella y materializándose en su mano derecha con la forma de su báculo granate. No era mucho, pero al menos eso significaba que no solo iría con Kore presentando solo su humanidad…no, aquel símbolo representaba su potestad como la dama de lo deseos de consumir más allá de lo necesario y en otros tiempos, la de la naturaleza volátil y elegante de las campanitas. Resoplando, el reloj de arena brilló y así, la peliverde se disolvió en una espiral de moléculas que fueron llevadas a un lugar muy distinto de donde se habían separado. Ahora Trista iría con aquella a la que originalmente había servido hacía más de doscientos cincuenta años atrás.
Por supuesto, señor Hades… respondió Trista con algo de dificultad, levantándose y sintiendo el poder de la oscuridad infectándola poco a poco y como no, se encontraban en una estructura levantada por el mismo señor de las tinieblas. Viendo el objeto de arenas azabaches, la adivina asintió para así tomar el indicador de cuanto tiempo tendría para charlar con su señora. Se lo agradezco, su majestad. dijo la adivina, bajando la cabeza mientras sentía una pizca de su poder como Pecado acudiendo a ella y materializándose en su mano derecha con la forma de su báculo granate. No era mucho, pero al menos eso significaba que no solo iría con Kore presentando solo su humanidad…no, aquel símbolo representaba su potestad como la dama de lo deseos de consumir más allá de lo necesario y en otros tiempos, la de la naturaleza volátil y elegante de las campanitas. Resoplando, el reloj de arena brilló y así, la peliverde se disolvió en una espiral de moléculas que fueron llevadas a un lugar muy distinto de donde se habían separado. Ahora Trista iría con aquella a la que originalmente había servido hacía más de doscientos cincuenta años atrás.
Trista- Cantidad de envíos : 21
Re: Torre Oscura
Mientras permanecia con mi señor este habia hecho una parada inesperada para poder pasar a recoger a otra de las damas del pecado la cual en si representaba a la gula ademas de traer al semi-dios del sueño Phantasos con nosotros lo cual la verdad no me sorprendia demasiado puesto que hace algun tiempo habia sentido la presencia de ese semi-dios despertando. Luego de irlos a buscar nos hizo aparecer a todos en una estancia la cual pertenecia a una enorme torre oscura que habia salido de la misma tierra dejando caos y destruccion a su paso, casi podia oir los gritos de la misma naturaleza siendo destruida por la abrumadora energia que habia formado la torre acabando con animales y plantas sin piedad alguna cosa que me hizo sonreir de medio lado. Fue en ese instante en que vi como nuestro querido señor Hades comenzaba a arrancarse sus ropas, parecia como sino quisiera tener nada de aquel mortal en el que habia estado habitando claro hasta su despertar fijandome en como crecia su cabello de un color negro como la misma noche, sus ojos y piel tambien cambiaron quedando sin ninguna prenda frente a nosotros diciendole algunas palabras a la dama que representaba a la gual antes de que esta se retirara. Pasaron algunos minutos en los cuales permaneci en silencio antes de atreverme nuevamente a hablar.
- Mi señor...hay alguna cosa que desea que hagamos por usted? -dice estando arrodillada frente a el con su rostro agachado-
- Mi señor...hay alguna cosa que desea que hagamos por usted? -dice estando arrodillada frente a el con su rostro agachado-
Nia- Dama del Pecado
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Re: Torre Oscura
Fue cuestión de un par de instantes para que el dios del sueño y de lo irreal se viera envuelto por una nube de extraña procedencia junto con Gula. Aquella nube sostenía dentro de si una presencia familiar, una presencia que reconocía, se trataba del Emperador del inframundo: Hades.
Poco antes de haberse encontrado con Gula había sentido que ya había despertado, mas tenía pensado tratar algunos asuntos antes de ir pero las interrupciones y cambios en su camino le hicieron no oponerse al llamado de su señor.
Pronto y gracias a aquella teletransportación, se encontraban en una lujosa habitación. Habían grandes ventanales que dejaban entrar los rayos de luz que producía el sol, pilares de mármol y una alfombra roja decoraban el centro del lugar indicando un sólo camino desde las enormes puertas de bronce hasta el trono de color oscuro. Delante de aquel lujoso objeto caían un par de transparentes cortinas que llegaban hasta el suelo.
Frente al trono se encontraba el soberano oscuro, mirando sin expresión a los tres sirvientes que se encontraban frente a él, justo en el momento en el que la armadura oscura apareció Phantasos hizo una reverencia mostrando su respeto y servicios al hombre de cabellera azabache. Su cosmos le rodeó enseguida revolviendo sus cabellos y éste pronto se materializó como su respectiva armadura. - Me alegra saber que ha despertado, Señor Hades. Yo Phantasos, dios del sueño y lo irreal reitero mis servicios a usted.- Mencionó con claridad mientras seguía cabizbajo.
Poco antes de haberse encontrado con Gula había sentido que ya había despertado, mas tenía pensado tratar algunos asuntos antes de ir pero las interrupciones y cambios en su camino le hicieron no oponerse al llamado de su señor.
Pronto y gracias a aquella teletransportación, se encontraban en una lujosa habitación. Habían grandes ventanales que dejaban entrar los rayos de luz que producía el sol, pilares de mármol y una alfombra roja decoraban el centro del lugar indicando un sólo camino desde las enormes puertas de bronce hasta el trono de color oscuro. Delante de aquel lujoso objeto caían un par de transparentes cortinas que llegaban hasta el suelo.
Frente al trono se encontraba el soberano oscuro, mirando sin expresión a los tres sirvientes que se encontraban frente a él, justo en el momento en el que la armadura oscura apareció Phantasos hizo una reverencia mostrando su respeto y servicios al hombre de cabellera azabache. Su cosmos le rodeó enseguida revolviendo sus cabellos y éste pronto se materializó como su respectiva armadura. - Me alegra saber que ha despertado, Señor Hades. Yo Phantasos, dios del sueño y lo irreal reitero mis servicios a usted.- Mencionó con claridad mientras seguía cabizbajo.
Alize- Cantidad de envíos : 83
Re: Torre Oscura
El Pecado de la Gula se marchó al aceptar el regalo tan valioso que le hacía Hades. Debía aprovechar bien el tiempo, sólo le concedió una hora para reunirse con Kore y resolver las cuestiones pendientes que tenía con ella. Pero ya no había porqué preocuparse de eso, había otras cosas importantes que hacer además de quedarse ahí parado frente a Phantasos y Envidia. La Súrplice del Dios del Inframundo había arropado su cuerpo, el cual quedó desnudo tras haberse desecho de las ropas que portaba ese mortal. En ellas todavía sentía algo de Athena y eso no lo complacía en lo más mínimo. Aún no podía creer que estuvo a punto de estar al lado de esa niña pelirroja. Esperaba se que encontrara malherida y que el torpe que bloqueó el ataque mortífero estuviera pudriéndose. Le hubiera gustado contemplar mejor al inútil que sirvió de escudo humano para aquella mocosa. Por el cosmos dorado que emanaba era fácil saber que era:-Un Caballero Dorado.- Musitó, ignorando a los presentes. Si seguía con vida se encargaría de exterminarlo después. El Regente del Inframundo miró las caras de sus súbditos, a los cuales notaba entusiasmados por verlo despertar por completo.
-Guárdate tus comentarios, Phantasos. No me tienes muy satisfecho que digamos. Te tengo una misión especial: quiero que busques a Lujuria y Pereza, y las traigas aquí, de inmediato.- - Emitió hacia la deidad del sueño. Sabía perfectamente lo que hizo durante su ausencia y ya arreglaría cuentas más tarde con ese inútil Semi-dios. –Y descuida Envidia, todavía no es el “momento” para que lo sepas, pero ya te enteraras.- Respondió a la dama.
-Salgan de aquí, los llamare si requiero de su presencia.- Dijo el pelinegro, sentándose en el trono de negros decorados. Lo único que quería era estar solo y pensar, algo que no podía hacer con aquellos dos vigilando; le incomodaban. Había una razón en especial para haberlos reunido ahí, sin embargo todavía no era tiempo de revelar sus planes. Sus ojos verdes como esmeraldas no mostraban ninguna emoción, sólo un vacío interminable, una mirada que podría congelar a cualquier que se cruzara con el Gobernante de los Infiernos. No necesitaba de emplear más palabras, esa mirada lo decía todo por él: Largo de mi vista.
-Guárdate tus comentarios, Phantasos. No me tienes muy satisfecho que digamos. Te tengo una misión especial: quiero que busques a Lujuria y Pereza, y las traigas aquí, de inmediato.- - Emitió hacia la deidad del sueño. Sabía perfectamente lo que hizo durante su ausencia y ya arreglaría cuentas más tarde con ese inútil Semi-dios. –Y descuida Envidia, todavía no es el “momento” para que lo sepas, pero ya te enteraras.- Respondió a la dama.
-Salgan de aquí, los llamare si requiero de su presencia.- Dijo el pelinegro, sentándose en el trono de negros decorados. Lo único que quería era estar solo y pensar, algo que no podía hacer con aquellos dos vigilando; le incomodaban. Había una razón en especial para haberlos reunido ahí, sin embargo todavía no era tiempo de revelar sus planes. Sus ojos verdes como esmeraldas no mostraban ninguna emoción, sólo un vacío interminable, una mirada que podría congelar a cualquier que se cruzara con el Gobernante de los Infiernos. No necesitaba de emplear más palabras, esa mirada lo decía todo por él: Largo de mi vista.
Vergilius- Dios/a
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Re: Torre Oscura
Apenas termine de decir aquella oracion escuche como el semidios Phantasos le hablaba tambien a nuestro señor Hades poniendose nuevamente a su servicio cosa que me extraño puesto que ese semidios siempre debia estar bajo los servicios de nuestro señor al igual que los demas semidioses que estaban bajo su servicio. Aun asi decidi el no darle mucha importancia al respecto sino seria un verdadero dolor de cabeza y no tenia ni ganas de tener uno en aquellos instantes, mi atencion fue nuevamente a nuestro señor Hades quien era cubierto totalmente por su armadura haciendolo ver mas hermoso y onmipotente de lo que ya de por si era con toda su cosmoenergia, haciendome sonreir ampliamente al verlo jamas estuve mas feliz de ver a nuestro señor Hades y seguia sintiendo aquel respeto que habia sentido la primera vez que lo vi. Luego de unos momentos en los cuales el permanecio en completo silencio se decidio a hablar diciendole unas cuantas palabras a Phantasos expresando su enojo con respecto a lo que andubo haciendo en ausencia de nuestro señor lo cual me seguia intrigando un poco dandole la mision de buscar a los pecados de la pereza y la lujuria mas no le tome importancia escuchando ahora que el se dirigia hacia mi diciendome algo que me dejo medio confusa y pidiendo que nos vayamos de alli al menos hasta que el pidiera nuestra presencia nuevamente.
- Sera como usted ordene mi señor... -levantandose haciendo una reverencia y comenzando a retirarse del salon como habia pedido su señor-
- Sera como usted ordene mi señor... -levantandose haciendo una reverencia y comenzando a retirarse del salon como habia pedido su señor-
Nia- Dama del Pecado
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Re: Torre Oscura
Miró por una de las ventanas hacia el exterior, aunque en el exterior no había mucho que ver. Toda la vida que había en esa zona fue completamente erradicada por el nada benevolente dios de los infiernos. Observó que la dama de la envidia se marchaba. Eso estaba bien, ya no tenía que preocuparse por su presencia molestándolo e impidiéndole pensar correctamente. Tener a un montón de moscas sobrevolando su espacio personal no era lo más efecto para concentrarse. Y no fue tan mala idea, puesto que gracias a ello se le ocurrió modificar las órdenes que le dio a phantasos. En lugar de enviarlo a recoger a las otras damas lo iba a retener un poco más, después de todo todavía no se le había olvidado lo que esa rata de cabello rosa platinado hizo durante el tiempo en el que permaneció como Vergilius. Sabía de sus tratos con Kore, de la familiaridad que tenía con ella e incluso que había estado visitando su templo, aquellas ruinas, lo único que quedó en el cráter que una vez fue el hogar de la Diosa de la Primavera y sus damas.
-Espera Phantasos. No tienes que ir de inmediato. Por el momento quiero que vigiles. Nunca se sabe cuando una visita inesperada va a llegar.- Comentó el dios sin inmutarse. Decía esas palabras con una tranquilidad que podía inspirar miedo en cualquiera. –Ahora te puedes retirar. Pero no te entusiasmes, pronto te pediré que hagas la tarea que te he encomendado.- Refutó Hades. No se había olvidado de las damas faltantes, pero él no era una niñera. Si él decía salten ellas debían contestar “¿Qué tan alto?”
-Espera Phantasos. No tienes que ir de inmediato. Por el momento quiero que vigiles. Nunca se sabe cuando una visita inesperada va a llegar.- Comentó el dios sin inmutarse. Decía esas palabras con una tranquilidad que podía inspirar miedo en cualquiera. –Ahora te puedes retirar. Pero no te entusiasmes, pronto te pediré que hagas la tarea que te he encomendado.- Refutó Hades. No se había olvidado de las damas faltantes, pero él no era una niñera. Si él decía salten ellas debían contestar “¿Qué tan alto?”
Vergilius- Dios/a
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Re: Torre Oscura
Caminó hacia una de las enormes ventanas de la torre, corriendo las cortinas y colocando un pie encima del borde. El viento agitaba sus largos cabellos negros de un largo indeterminado, como llamas negras enloquecidas. El cosmos del señor oscuro comenzaba a manar con más violencia, envolviéndolo en un aura de colores purpúreos. Si aquella torre iba a ser su base de operaciones temporal tenía que reforzar un poco más la seguridad. Con algunos espectros y un dios débil como Phantasos no iban a lograr un muro exitoso. Los enemigos podrían aprovechar esa vulnerabilidad si no se hacía algo al respecto.
Phantasos mantuvo la mirada fija en el dios, esperando a que diera por terminadas las órdenes. La sonrisa perversa que aparecía en el rostro de Hades le daba escalofríos, pero aún así estaba interesado en saber lo que estaba pasando por su cabeza. Sígueme Phanatasos. Dijo el pelinegro mientras se alejaba de la ventana y comenzaba a caminar hacia unas escaleras ocultas en el fondo del escenario, tan metidas en las sombras que a menos que el dios las hubiera señalado seguirían hundidas en el misterio.
Las escaleras guiaban hacia la terraza que se encontraba sobre la habitación final de la torre. La vista era impresionante desde ahí, se podía admirar todo el bosque. Sin embargo Hades no estaba en ese sitio para recrearse, había algo importante que hacer.
El regente de los sueños permaneció al lado del dios en todo momento, esperando expectante. El cosmos oscuro comenzó a rodear todo el castillo y sus alrededores, expendiéndose como una plaga, convirtiéndose en una poderosa barrera que resguardaba toda la estructura. Cualquiera que entrara en sus dominios se vería restringido y por ende fácil de aplastar. He cambiado de parecer… olvida a las damas, ellas podrán llegar solas. Lo que quiero que hagas ahora es que vayas al primer piso de la torre y protejas la entrada principal a toda costa en lugar de ser un simple observador. No quiero intrusos, todo debe ser perfecto. Falla y yo mismo te destruiré… Amenazó el dios, dirigiéndole una mirada severa al hijo de Hypnos.
Así será. Descuide, nadie lo molestara. Permiso.
Fue lo único que Phantasos pudo decir antes de salir prácticamente huyendo. Se notaba que el monarca del inframundo había infundido miedo en él. Hades esperaba que pudiera cumplir con esa simple labor.
Hades permaneció en la cúspide de la Torre Oscura, en silencio.
Phantasos mantuvo la mirada fija en el dios, esperando a que diera por terminadas las órdenes. La sonrisa perversa que aparecía en el rostro de Hades le daba escalofríos, pero aún así estaba interesado en saber lo que estaba pasando por su cabeza. Sígueme Phanatasos. Dijo el pelinegro mientras se alejaba de la ventana y comenzaba a caminar hacia unas escaleras ocultas en el fondo del escenario, tan metidas en las sombras que a menos que el dios las hubiera señalado seguirían hundidas en el misterio.
Las escaleras guiaban hacia la terraza que se encontraba sobre la habitación final de la torre. La vista era impresionante desde ahí, se podía admirar todo el bosque. Sin embargo Hades no estaba en ese sitio para recrearse, había algo importante que hacer.
El regente de los sueños permaneció al lado del dios en todo momento, esperando expectante. El cosmos oscuro comenzó a rodear todo el castillo y sus alrededores, expendiéndose como una plaga, convirtiéndose en una poderosa barrera que resguardaba toda la estructura. Cualquiera que entrara en sus dominios se vería restringido y por ende fácil de aplastar. He cambiado de parecer… olvida a las damas, ellas podrán llegar solas. Lo que quiero que hagas ahora es que vayas al primer piso de la torre y protejas la entrada principal a toda costa en lugar de ser un simple observador. No quiero intrusos, todo debe ser perfecto. Falla y yo mismo te destruiré… Amenazó el dios, dirigiéndole una mirada severa al hijo de Hypnos.
Así será. Descuide, nadie lo molestara. Permiso.
Fue lo único que Phantasos pudo decir antes de salir prácticamente huyendo. Se notaba que el monarca del inframundo había infundido miedo en él. Hades esperaba que pudiera cumplir con esa simple labor.
Hades permaneció en la cúspide de la Torre Oscura, en silencio.
OFF ROL
El usuario que maneja a Phantasos me ha dado permiso total de manipularlo durante su ausencia.
SE HA LEVANTADO EL KEKKAI DE HADES!
Esta barrera energética elaborada por Hades ha sido levantada alrededor de la torre. Cuando se encuentren en el interior del territorio delimitado por esta barrera, los soldados de otros ejércitos no pueden desarrollar más de una décima parte de su poder. Siendo breve, desde este momento cualquiera que entre en el territorio, con la obvia excepción de los Espectros, tendrá su poder al 10%.
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Re: Torre Oscura
Habiendo dejado a Avaricia y a Envidia en las afueras de la Torre Oscura, la representación carnal de la misma Gula se encontraba de camino a la parte mas alta de toda la edificación en espera de poder obtener una audiencia con su señor y así informarle de lo que había hablado con Kore…de que en efecto, era posible salvarla y convertirla de nuevo en su reina, la señora Perséfone. Sintiendo el peso del cansancio sobre sus hombros y como sus pies empezaban a dormirse por el esfuerzo de subir tal inhumana cantidad de escalones en lo que era un edificio del tamaño de una montaña misma, finalmente Trista llegaba al Salón del Trono del Emperador de la Oscuridad. Postrándose o mejor dicho, cayendo debido al cansancio y dejando que el reloj de arenas negras rodara por el suelo, la mujer de cabellos verdes oscuros usó la poca fuerza que aún quedaba en sus brazos para así llamar a aquel al que le debía total y absoluta lealtad.
Señor Hades...h-he vuelto con noticias de la señora Kore. Cr-creo que es posible hacerla cambiar de opinión y devolverla a su bando. dijo Gula con agotamiento reflejado en su voz, intentando colocarse pie mientras aún Hades no apareciera. Si el dios se aparecía allí mismo, la mera presión de su presencia en ella, quien aún no había despertado de nuevo el cosmos sería algo que de seguro la dejaría en el borde la muerte. M-mi señor?
Señor Hades...h-he vuelto con noticias de la señora Kore. Cr-creo que es posible hacerla cambiar de opinión y devolverla a su bando. dijo Gula con agotamiento reflejado en su voz, intentando colocarse pie mientras aún Hades no apareciera. Si el dios se aparecía allí mismo, la mera presión de su presencia en ella, quien aún no había despertado de nuevo el cosmos sería algo que de seguro la dejaría en el borde la muerte. M-mi señor?
Trista- Cantidad de envíos : 21
Re: Torre Oscura
Después de haber levantado una barrera que protegería a la torre de cualquier posible ataque, el señor del inframundo se dirigió nuevamente a su trono. No había nada más por hacer más que sentarse a esperar. Mientras bajaba por las escaleras que había empleado antes, por las mismas que Phantasos había escapado completamente asustado, el señor del inframundo llegó a la habitación en la que se encontraba el hermoso trono que le correspondía como deidad de los infiernos. Escuchó el sonido de algo caer y al mismo tiempo otro sonido le siguió. Escuchó débilmente lo que parloteaba una de las damas de los pecados, específicamente el pecado de la Gula. Antes de volver a su trono, el hombre caminó en dirección a la dama, la cual parecía desfallecer. No era de sorprenderse, una energía tan poderosa como la de él causaba estragos en cualquiera. La sujetó del brazo para evitar más caídas, no soportaba que mientras le estuviera dirigiendo la palabra la dama se atreviera a colapsar cada dos segundos, y nuevamente la miró a los ojos, del mismo modo en el que lo había hecho a la hora de entregarle el reloj de arenas negras que había usado para transportarse al sitio en el que Kore perdía el tiempo.
¿Qué fue lo que te dijo exactamente? Recuerda que no me debes mentir.
Le recordó el hombre. De todas formas, en caso de que le estuviera mintiendo tendría que ser un poco más extremo. Aunque no creía que fuera necesario usar métodos más drásticos, puesto que Gula no parecía ser el tipo de soldado que daba información incorrecta, pero aún así debí cerciorarse.
¿Qué fue lo que te dijo exactamente? Recuerda que no me debes mentir.
Le recordó el hombre. De todas formas, en caso de que le estuviera mintiendo tendría que ser un poco más extremo. Aunque no creía que fuera necesario usar métodos más drásticos, puesto que Gula no parecía ser el tipo de soldado que daba información incorrecta, pero aún así debí cerciorarse.
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Re: Torre Oscura
Tal como se lo esperaba, la mujer representante del Pecado de la Gula se encontraba bastante exhausta con solo estar frente al Señor del Inframundo Hades. Pero de todas formas no podía desfallecer, no, debía reportarle a su Emperador todo lo que había podido averiguar acerca de los planes de Kore. Usando su báculo granate para ponerse en pie y así no volver a caerse, Trista agachó la cabeza mientras reunía algo de fuerzas y así informarle a su Señor de la curiosa conversación que había mantenido con la ex-Emperatriz de los terrenos infernales.
Señor...actualmente la señora Kore se encuentra cegada por la venganza, entre sus planes se encuentra el confrontarlo por…por lo ocurrido en la era pasada. Pero creo que todavía se puede salvar, creo que todavía hay una esperanza para convertirla de nuevo a su causa. informó la adivina con la mayor calma posible, sabiendo que cualquier duda, o vacilación podían significar su muerte…o algo mucho peor. Y creo que se ha aliado con…Eris y Zeus. murmuró en voz aún más baja, recordando que justamente el reloj de arena negra la había enviado al Templo de Eris que no había reconocido en un primer momento, pero que recordando pudo identificar. Así como la presencia de uno de los tres grandes que regían el universo. Aunque no tengo ni la más mínima idea de que pueda significar eso…y si de verdad han unido fuerzas. Aparte de eso…no tengo más información, señor Hades.
Señor...actualmente la señora Kore se encuentra cegada por la venganza, entre sus planes se encuentra el confrontarlo por…por lo ocurrido en la era pasada. Pero creo que todavía se puede salvar, creo que todavía hay una esperanza para convertirla de nuevo a su causa. informó la adivina con la mayor calma posible, sabiendo que cualquier duda, o vacilación podían significar su muerte…o algo mucho peor. Y creo que se ha aliado con…Eris y Zeus. murmuró en voz aún más baja, recordando que justamente el reloj de arena negra la había enviado al Templo de Eris que no había reconocido en un primer momento, pero que recordando pudo identificar. Así como la presencia de uno de los tres grandes que regían el universo. Aunque no tengo ni la más mínima idea de que pueda significar eso…y si de verdad han unido fuerzas. Aparte de eso…no tengo más información, señor Hades.
Trista- Cantidad de envíos : 21
Re: Torre Oscura
—Ya veo… No, si me lo preguntas, Kore es una causa totalmente perdida. Especialmente si su desesperación la ha llevado a aliarse con aquellos dioses que a nadie le interesan. —Comentó el emperador de las tinieblas mientras se encaminaba hacia su trono, permitiendo que la dama de la Gula se mantuviera de pie por su propia cuenta. Ya debía de ser bastante humillante tener que estar frente a su dios completo con ese aspecto tan mortal y depender de un báculo para conservar el equilibrio. No era tonto, sabía que la dama no había despertado en totalidad y por eso su cosmos resultaba aplastante para el recipiente del pecado. Se sentó en el trono que le correspondía, mostrando sereno e imponente. Por un momento el único sonido audible fue el de sus pasos resonar en el suelo. Un cosmos de color púrpura rodeó la silueta del dios. Estaba realmente molesto de que aquella que alguna vez fue su esposa se estuviera juntando con cualquier escoria y con planes de venganza. ¿En serio creía que podría vencerlo? Ni con la ayuda de todo el Olimpo podría hacerle un rasguño. ¿Y cuando lo tuviera enfrente qué iba a hacer? ¿Golpearlo con flores? Eso era todo lo que Kore podía hacer tras haber perdido una buena proporción de sus poderes. Comparada a la que conoció en el pasado, ella sólo era una mosca insignificante.
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Re: Torre Oscura
No...no lo se, por más que sea no puedo dar un veredicto a sus palabras mi señor. dijo Trista mientras se postraba y posaba ambas manos sobre el suelo al tiempo que el Emperador de las Tinieblas se sentaba en su trono con aquel porte tan grande que lo caracterizaba. Pero en algo tenía razón el dios de los Infiernos…como pensaba Kore vengarse de él? Por más que fuera una diosa sus grandes poderes habían sido reducidos para pasar unos apenas comparables con los de los mismos Oneiros…no es que los desestimara, pero comparado a Hades…Kore realmente no significaba nada. Exhalando con fuerza, el avatar del Pecado Capital de la Gula tan solo tomó su báculo granate para reunir suficientes fuerzas y levantarse con toda la dignidad que aquel cuerpo dañado podía ofrecer en sus condiciones para acercarse a los enormes escalones que llevaban directamente a lugar de reposo de su deidad patrona. Mi señor...le devuelvo lo que es suyo. dijo la dama mientras levantaba la mano y le ofrecía el reloj de arenas negras a su superior, haciendo que el cristal se rompiera en mil pedazos para volar y desvanecerse en las sombras. Hay algo más en que lo pueda servir de ahora en adelante? preguntó Trista con una educada reverencia de cabeza que dejó oculta su faz demacrada. Aún con el cuerpo y habilidades de una humana, seguramente había algo con lo que poder devolverle el favor a Hades…de eso estaba más que segura.
Trista- Cantidad de envíos : 21
Re: Torre Oscura
Sabía de antemano que Gula no podía ofrecerla una respuesta a sus preguntas. Conociendo a ese tipo de deidades lo último que iban a hacer era confesarle sus planes a un subordinado del dios al que querían derrocar. Miró a la mujer, la cual parecía estar sufriendo una tortura por estar ante su presencia. No necesitaba de ella dando pena por ahí en caso de un posible ataque. Con la información que le había otorgado hizo más de lo que esperaba de ella, por lo que podía darse por satisfecho. Sólo existía una tarea para la que aquella dama podría servir de ahora en adelante, una labor que ni ella iba a poder estropear y que tenía sobrada experiencia realizando. —No, la verdad es que ya no requiero de tu participación en esto.— Emitió con frialdad, alzando la ceja izquierda y observando a Gula con desden. Elevó una de sus manos y con su dedo corazón apunto hacia el pecho de la dama como un arquero preparándose para disparar una flecha. —Regresa a proteger el portal del tártaro.— Dijo sin más, ya que no debía darle mayor explicación a un Espectro, mientras su mano se iluminaba y la mujer de larga cabellera era transportada al palacio de los pecados, uno lugar que se encontraba dentro de su reino, el oscuro mundo de la tinieblas conocido como Inframundo. Al ser el dios regente de aquel reino tenía la habilidad para mover a sus soldados como él lo deseara dentro de éste y su palabra era soberana.
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Re: Torre Oscura
Estando a las afueras de una torre…
Me traía extraños recuerdos pero no daría vuelta atrás ahora que había llegado.
Espera en mi habitación… nos veremos pronto…
Aquel animal sabía claramente que mentía pero no reprochó mis órdenes y me abandonaba en la entrada de la enorme torre que se levantaba… desprovista de cualquier tipo de vegetación y vida. Caminando unos pasos hacia adelante invocaba por tercera ocasión a mi armadura, acudiendo a mi llamado me vestía nuevamente resplandeciendo de una manera más fuerte que las otras veces, la resonancia de la armadura estaba siendo atraída por el único ser que estaba habitando aquel sitio.
El aroma a lirios se mantenía arraigado queriendo ocultar de una manera desesperada el perfume a rosas, pues solo me delataría por el encuentro de Ira y no deseaba que interfiriera en mi vida o mejor dicho en mi existencia como espectro.
Mantenía el rostro en un solo punto fijo… directo al horizonte, el dejar que otras cosas me distrajeran me resultaba absurdo o al menos ninguna captaba mi total interés. Entre más avanzaba los recuerdos se presentaban como alfileres.. confundiéndome… pero sabía que el motivo de ello era porque los sentimientos de una vida pasada seguían perjudicándome.
Tardé para finalmente localizarme en la entrada principal, las puertas se abrieron al instante como si estuvieran esperando mi llegada. Avanzaba logrando ver la sombra que se localizaba al fondo, sin duda se trataba de Hades.. su rostro se notaba mucho más temible aunque no lo podía comparar ya que hace doscientos años no le conocí. Paralizada un instante forzaba a mi sistema reaccionar para moverse.
El tapete aterciopelado de tonalidad carmín parecía que me mostraba el camino, llegaba a mi destino final… no me arrodillaba para mostrar respeto pues sabía que no era necesario. Hades conocía mis pecados por lo que sin mencionar aun nada solo fui capaz de inclinar el rostro.
Me traía extraños recuerdos pero no daría vuelta atrás ahora que había llegado.
Espera en mi habitación… nos veremos pronto…
Aquel animal sabía claramente que mentía pero no reprochó mis órdenes y me abandonaba en la entrada de la enorme torre que se levantaba… desprovista de cualquier tipo de vegetación y vida. Caminando unos pasos hacia adelante invocaba por tercera ocasión a mi armadura, acudiendo a mi llamado me vestía nuevamente resplandeciendo de una manera más fuerte que las otras veces, la resonancia de la armadura estaba siendo atraída por el único ser que estaba habitando aquel sitio.
El aroma a lirios se mantenía arraigado queriendo ocultar de una manera desesperada el perfume a rosas, pues solo me delataría por el encuentro de Ira y no deseaba que interfiriera en mi vida o mejor dicho en mi existencia como espectro.
Mantenía el rostro en un solo punto fijo… directo al horizonte, el dejar que otras cosas me distrajeran me resultaba absurdo o al menos ninguna captaba mi total interés. Entre más avanzaba los recuerdos se presentaban como alfileres.. confundiéndome… pero sabía que el motivo de ello era porque los sentimientos de una vida pasada seguían perjudicándome.
Tardé para finalmente localizarme en la entrada principal, las puertas se abrieron al instante como si estuvieran esperando mi llegada. Avanzaba logrando ver la sombra que se localizaba al fondo, sin duda se trataba de Hades.. su rostro se notaba mucho más temible aunque no lo podía comparar ya que hace doscientos años no le conocí. Paralizada un instante forzaba a mi sistema reaccionar para moverse.
El tapete aterciopelado de tonalidad carmín parecía que me mostraba el camino, llegaba a mi destino final… no me arrodillaba para mostrar respeto pues sabía que no era necesario. Hades conocía mis pecados por lo que sin mencionar aun nada solo fui capaz de inclinar el rostro.
Astrid- Dama del Pecado
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Re: Torre Oscura
Después de haberse desecho de la irritante presencia del pecado de la Gula, el amo de aquella torre maligna se negaba a abandonar su puesto en el trono de tonalidades macabras que se erguía en el centro del salón fúnebre. Su rostro descansaba sobre una de sus manos, la cual permanecía apoyada en uno de los brazos del trono. En esos momentos no se encontraba con el ánimo de ser molestado o interrumpido. Ya era suficiente con saber que la imbécil de Kore se había unido a un grupo de perdedores que se hacían llamar dioses. El hombre expresó un largo suspiro que repicó en la habitación. Todo estaba en silencio nuevamente y no se podía escuchar nada que no fuera el silbido del viento que se infiltraba. Sólo viento. Los pájaros dejaron de trinar cuando la torre fue levantada.
Alcanzó a escuchar unos pasos que indicaban iba a recibir alguna visita. Era obvio que no lo iban a encontrar con una sonrisa en la cara. No tenía tiempo de tratar con soldados imbéciles, suficiente fue el descubrir que Phantasos había osado conspirar con la que alguna vez estuvo de su lado. Sentía un cosmos que era sumamente familiar, de uno de sus soldados, e inmediatamente algo se encendió en su cabeza ante la presencia de.-Orgullo.- Rechinó entre dientes mientras esperaba a que esa mujer apareciera. Sabía que estaba despierta pero no esperaba que ella misma se dignara a manifestarse frente a él cuando ni siquiera se lo había ordenado.
Apenas y la vio se levantó de su trono, ladeando la cabeza y preguntando.-La verdad es que no deseo verte ni escucharte todavía. Ahórrate lo que hayas venido a decirme. No me interesa. - Si ella no había tenido el respeto de hacer una reverencia ante su señor él no tenía motivo para guardarse su fastidio. Ciertamente, su humor no era el más indicado para tratar con aquella mujer que era la portadora del pecado capital.
Invocó su espada, la cual hizo aparición levitando sobre Orgullo. Era claro lo que estaba por ocurrir. El dios no era torpe ni padecía de amnesia, todavía podía recordar la puñalada por la espalda que recibió por parte de esa inmunda mujer. Pensaba en todos los castigos horribles que le podría imponer. Destruirla sólo sería hacerle un favor.
Primero lo primero, y eso era encargarse de erradicar los.-sentimientos.- Estaba conciente de que esa inútil sentía “algo” por el pecado de la Ira. Ya no más. Estaba harto de ver ese tipo de actitudes ridículas. Debía enseñarles que un Espectro no podía darse el lujo de sentir nada por nadie. Sólo eran sus herramientas y nada más.
La espada voló en dirección al pecho de la mujer, encestándole un corte. Se podía pensar que la dejó herida, pero no poseía cicatriz alguna. –Vas a sentir un GRAN dolor. Esos son tus estúpidos sentimientos quemándose. De ahora en adelante sólo eres una muñeca y nada más.-
El joven atrajo el objeto de brillante metal negro hacia sus manos. Todavía faltaba algo que hacer para terminar con ese trabajo. –Te condenó a vivir como humana, por ahora. Después me ocuparé de ti, tengo asuntos más importantes en los que centrarme.- El dios se abalanzó sobre la rubia, cortando su abdomen y sellando el espíritu de la Dama del Orgullo. Al mismo tiempo transportó a la humana hacia Germania, lugar del que procedía el actual envase de Orgullo. –Adiós, disfruta la vida como un mueble.-
Alcanzó a escuchar unos pasos que indicaban iba a recibir alguna visita. Era obvio que no lo iban a encontrar con una sonrisa en la cara. No tenía tiempo de tratar con soldados imbéciles, suficiente fue el descubrir que Phantasos había osado conspirar con la que alguna vez estuvo de su lado. Sentía un cosmos que era sumamente familiar, de uno de sus soldados, e inmediatamente algo se encendió en su cabeza ante la presencia de.-Orgullo.- Rechinó entre dientes mientras esperaba a que esa mujer apareciera. Sabía que estaba despierta pero no esperaba que ella misma se dignara a manifestarse frente a él cuando ni siquiera se lo había ordenado.
Apenas y la vio se levantó de su trono, ladeando la cabeza y preguntando.-La verdad es que no deseo verte ni escucharte todavía. Ahórrate lo que hayas venido a decirme. No me interesa. - Si ella no había tenido el respeto de hacer una reverencia ante su señor él no tenía motivo para guardarse su fastidio. Ciertamente, su humor no era el más indicado para tratar con aquella mujer que era la portadora del pecado capital.
Invocó su espada, la cual hizo aparición levitando sobre Orgullo. Era claro lo que estaba por ocurrir. El dios no era torpe ni padecía de amnesia, todavía podía recordar la puñalada por la espalda que recibió por parte de esa inmunda mujer. Pensaba en todos los castigos horribles que le podría imponer. Destruirla sólo sería hacerle un favor.
Primero lo primero, y eso era encargarse de erradicar los.-sentimientos.- Estaba conciente de que esa inútil sentía “algo” por el pecado de la Ira. Ya no más. Estaba harto de ver ese tipo de actitudes ridículas. Debía enseñarles que un Espectro no podía darse el lujo de sentir nada por nadie. Sólo eran sus herramientas y nada más.
La espada voló en dirección al pecho de la mujer, encestándole un corte. Se podía pensar que la dejó herida, pero no poseía cicatriz alguna. –Vas a sentir un GRAN dolor. Esos son tus estúpidos sentimientos quemándose. De ahora en adelante sólo eres una muñeca y nada más.-
El joven atrajo el objeto de brillante metal negro hacia sus manos. Todavía faltaba algo que hacer para terminar con ese trabajo. –Te condenó a vivir como humana, por ahora. Después me ocuparé de ti, tengo asuntos más importantes en los que centrarme.- El dios se abalanzó sobre la rubia, cortando su abdomen y sellando el espíritu de la Dama del Orgullo. Al mismo tiempo transportó a la humana hacia Germania, lugar del que procedía el actual envase de Orgullo. –Adiós, disfruta la vida como un mueble.-
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Manipulación PEDIDA por Astrid.
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Re: Torre Oscura
Claramente era la primera vez que lo encaraba, respirando y manteniendo el control solo me pudo sorprender una cosa en toda esa situación. Hades no solo conocía de mi traición sino también de los sentimientos que le había proferido al pecado de la Ira. Sin tener la oportunidad de decirle aunque sea algo solo pude aceptar su decisión, no por ser al dios que servía sino que ante mis ojos era una actitud lógica y que el motivo por la que blandía su espada tenía un claro propósito.
Apretando los puños y con un desinterés casi total cerraba los ojos. La espada cruzaba su camino rasgándome totalmente pero no gritaría… por mucho que me quemara esa sensación, no lloraría ni sufriría… al experimentar el dolor de abandono. Aún mantenía un estado de orgullo y de dignidad para no flaquear ante la mirada de mi dios.
La hoja traspasaba libremente desvaneciendo la cicatriz impuesta por mi compañera al recordarme el motivo de mi traición, desvaneciendo el sentido de pertenencia y destruyendo por último el lazo que nos unía era tras era…
No era fuerte, mi rodilla tuvo que apoyarse para mantenerme.. colocaba mi mano sobre la armadura resistiendo pero los sentimientos que había estado negando parecían aflorar para que de inmediato se volvieran polvo.. cenizas… extinguiéndose totalmente. Me avergonzaba pero al menos era la única manera en la que podía pagarle por todos mis pecados, por todos los errores que había cometido
Es mejor para todos..
Mi voluntad se diluía por un vacío infinito, mi alma descansaba en un infinito letargo que duraría gracias a Hades. Ahora llegaba el momento en que el pecado que residía en mi interior diera la cara a su dios, levantando el rostro la armadura me abandonaba por disposición propia dejándome expuesta, lanzándose a mí este me atravesaba escuchando la sentencia de sus palabras. Perdía el brillo de determinación, la gravedad reclamaba mi cuerpo al no poseer la misma fuerza más algo no pudo retirar mi deidad… una ínfima sonrisa cuando me liberaba de una carga, no me quejaba del castigo impuesto.
No me arrepentiría, era lo que deseaba y anhelaba con todas mis fuerzas, no sentir nada… solo servir a los propósitos de Hades.. uno al que ahora si podía respetar cuando me confirió finalmente mi sueño. Desvaneciéndome desaparecía de su lado, la sensación de cercanía me lleno con el afán de esperarlo… solo era de él.. ahora solo le pertenecería exclusivamente a él.
Apretando los puños y con un desinterés casi total cerraba los ojos. La espada cruzaba su camino rasgándome totalmente pero no gritaría… por mucho que me quemara esa sensación, no lloraría ni sufriría… al experimentar el dolor de abandono. Aún mantenía un estado de orgullo y de dignidad para no flaquear ante la mirada de mi dios.
La hoja traspasaba libremente desvaneciendo la cicatriz impuesta por mi compañera al recordarme el motivo de mi traición, desvaneciendo el sentido de pertenencia y destruyendo por último el lazo que nos unía era tras era…
No era fuerte, mi rodilla tuvo que apoyarse para mantenerme.. colocaba mi mano sobre la armadura resistiendo pero los sentimientos que había estado negando parecían aflorar para que de inmediato se volvieran polvo.. cenizas… extinguiéndose totalmente. Me avergonzaba pero al menos era la única manera en la que podía pagarle por todos mis pecados, por todos los errores que había cometido
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Mi voluntad se diluía por un vacío infinito, mi alma descansaba en un infinito letargo que duraría gracias a Hades. Ahora llegaba el momento en que el pecado que residía en mi interior diera la cara a su dios, levantando el rostro la armadura me abandonaba por disposición propia dejándome expuesta, lanzándose a mí este me atravesaba escuchando la sentencia de sus palabras. Perdía el brillo de determinación, la gravedad reclamaba mi cuerpo al no poseer la misma fuerza más algo no pudo retirar mi deidad… una ínfima sonrisa cuando me liberaba de una carga, no me quejaba del castigo impuesto.
No me arrepentiría, era lo que deseaba y anhelaba con todas mis fuerzas, no sentir nada… solo servir a los propósitos de Hades.. uno al que ahora si podía respetar cuando me confirió finalmente mi sueño. Desvaneciéndome desaparecía de su lado, la sensación de cercanía me lleno con el afán de esperarlo… solo era de él.. ahora solo le pertenecería exclusivamente a él.
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Re: Torre Oscura
Claro, Orgullo (ahora convertida en una mera humana que respondía al nombre de Astrid) había desaparecido de su vista al momento de ser enviada directamente a Germania, donde seguro disfrutaría de una buena temporada viviendo como una mera muñeca de trapo bajo las órdenes de cualquiera que la encontrara. Incluso si moría, ya sería parte del karma que le acarreaba su traición en la era pasada.
-Inútiles.- Murmuró el Señor de los Muertos, dirigiéndose a su trono con paso seguro, volteando su cuerpo y dejando que su cabellera se moviera con la brisa que entraba por la vía que llevaba al balcón superior, sentándose en su trono de ébano con ambas manos apostadas en los reposabrazos mientras que cerraba los ojos y cruzaba las piernas.
Metros más allá, su espada desapareció. Ya había cumplido su propósito de maldecir a Orgullo y ahora no la necesitaba más. Por los instantes se centraría en “pensar”. Y para ello debía impedir que lo interrumpieran, ya fueran los Espectros, las patéticas Damas o cualquier otra basura que pudiera presentarse frente a él.
Con tan solo desearlo, las cortinas negras que estaban replegadas se movieron con fuerza para ocultar el trono y a su ocupante del resto de la sala, pero eso no era todo: por las paredes aparecieron enormes zarzas negras, que cubrieron todas y cada una de las superficies del habitáculo. Cualquiera que entrara, sería atravesado por las formaciones punzo-cortantes. Era suficiente.
El joven finalmente recostó su nuca en el espaldar del trono para quedarse dormido.
Un trance que no auguraba nada bueno, en lo absoluto.
-Inútiles.- Murmuró el Señor de los Muertos, dirigiéndose a su trono con paso seguro, volteando su cuerpo y dejando que su cabellera se moviera con la brisa que entraba por la vía que llevaba al balcón superior, sentándose en su trono de ébano con ambas manos apostadas en los reposabrazos mientras que cerraba los ojos y cruzaba las piernas.
Metros más allá, su espada desapareció. Ya había cumplido su propósito de maldecir a Orgullo y ahora no la necesitaba más. Por los instantes se centraría en “pensar”. Y para ello debía impedir que lo interrumpieran, ya fueran los Espectros, las patéticas Damas o cualquier otra basura que pudiera presentarse frente a él.
Con tan solo desearlo, las cortinas negras que estaban replegadas se movieron con fuerza para ocultar el trono y a su ocupante del resto de la sala, pero eso no era todo: por las paredes aparecieron enormes zarzas negras, que cubrieron todas y cada una de las superficies del habitáculo. Cualquiera que entrara, sería atravesado por las formaciones punzo-cortantes. Era suficiente.
El joven finalmente recostó su nuca en el espaldar del trono para quedarse dormido.
Un trance que no auguraba nada bueno, en lo absoluto.
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Re: Torre Oscura
El supremo gobernante del Inframundo despertó de su breve siesta, un sueño en el que se había inmerso con el único propósito de no pensar más en los tontos que tenía por subordinados, los cuales, como siempre, habían demostrado ser unos ineptos que no podían cumplir una tarea tan sencilla como acudir a una torre. Podría ser atacado en cualquier momento y no gustaba de pelear contra semejantes basuras. Según tenía entendido, gracias a Phantasos y a la Dama de la Gula, Kore o algún otro insecto podría ir a atacarle apenas bajara la guardia. No es que estuviera preocupado, ya que había tomado todas las medidas de seguridad necesaria, convirtiendo la torre en el mejor refugio existente. Pero aún así, no le gustaba la idea de tener a todos esos peleles operando como agentes libres por el mundo en lugar de que estuvieran en la fortaleza cuando él los solicitaba, aunque se encargaría de cortar cabezas después.
No había pasado demasiado desde el momento de su despertar, pero comenzaba a fastidiarse de todo cuando apenas estaba recuperándose del letargo. No era posible para un ser como él evitarlo. El estar rodeado de seres patéticos le revolvía el estomago y le causaban el deseo de destruir la tierra. Se calmó… aunque no sabía cuánto tiempo iba a durar bajo control. Tal vez lo que le hacía falta era alejarse un tiempo de aquellas basuras y olvidar la molesta experiencia en la montaña. –Me siento como si hubiera participado en una mala novela.- Confesó. Le daban deseos de tirar ese cuerpo a un agujero sin fondo. No obstante, todavía no quería terminar con su participación, no tan pronto.
Se le ocurrió una idea brillante: volvería a dormir por un tiempo dentro de ese cabeza dura. No podía ser el chico más inteligente del mundo si tenía un gusto tan malo para las mujeres. Por un momento creyó incluso que era un pedófilo o algo así por querer liarse con una niña a la que ni siquiera se le habían desarrollado bien los pechos. –Creo que lo mandaré a Germania también… al menos así el torpe hijo del César y el mueble podrán hacerse compañía hasta que yo me encuentre…óptimo. – Espetó para sí antes de levantarse de su trono y ordenarse ir a Germania.
No había pasado demasiado desde el momento de su despertar, pero comenzaba a fastidiarse de todo cuando apenas estaba recuperándose del letargo. No era posible para un ser como él evitarlo. El estar rodeado de seres patéticos le revolvía el estomago y le causaban el deseo de destruir la tierra. Se calmó… aunque no sabía cuánto tiempo iba a durar bajo control. Tal vez lo que le hacía falta era alejarse un tiempo de aquellas basuras y olvidar la molesta experiencia en la montaña. –Me siento como si hubiera participado en una mala novela.- Confesó. Le daban deseos de tirar ese cuerpo a un agujero sin fondo. No obstante, todavía no quería terminar con su participación, no tan pronto.
Se le ocurrió una idea brillante: volvería a dormir por un tiempo dentro de ese cabeza dura. No podía ser el chico más inteligente del mundo si tenía un gusto tan malo para las mujeres. Por un momento creyó incluso que era un pedófilo o algo así por querer liarse con una niña a la que ni siquiera se le habían desarrollado bien los pechos. –Creo que lo mandaré a Germania también… al menos así el torpe hijo del César y el mueble podrán hacerse compañía hasta que yo me encuentre…óptimo. – Espetó para sí antes de levantarse de su trono y ordenarse ir a Germania.
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Re: Torre Oscura
Jum?, parece que todo aqui sigue normal, ninguno de los dioses se ha movido. Pero que se puede esperar de una bola de holgazanes... Dije mientras comenzaba a salir poco a poco de aquel lugar. Era como si regresar no me habia hecho demasiada gracia. Con aquella mujer habia tomado esta alternativa, solo para que no me siguiera molestando con sus alardes de grandeza y demas. Fiu, veamos, que se podra hacer por este lugar... mmm... que podria matar...Dije mientras comenzaba a salir de aquella torre.
Poco a poco la luz del sol comenzo a tocar mi cuerpo. Era extraño esa sensacion, como si no estuviese acostumbrado. La oscuridad rodeaba el inframundo y ahora solo estaba ahi. Entre tanta claridad y brillo. Colores vivos, mientras que en el inframundo, todo era rojizo y gris. ¿Mmm, creo que sera lo mismo, estare aburrido por toda la eternidad? . Momentaneamente observe todo mi alrededor, para comenzar a caminar fuera de aquel castillo.
Pero que es lo que tenemos por ahi, mmm parece ser que nuestro dios esta cerca. ¿Que deberia de hacer, seguirle, o solamente alejarme y que haga su propia voluntad. Bien por ahora solo me largare de aqui, como si nada hubiese pasado, despues vere la manera de ayudarle....
Poco a poco la luz del sol comenzo a tocar mi cuerpo. Era extraño esa sensacion, como si no estuviese acostumbrado. La oscuridad rodeaba el inframundo y ahora solo estaba ahi. Entre tanta claridad y brillo. Colores vivos, mientras que en el inframundo, todo era rojizo y gris. ¿Mmm, creo que sera lo mismo, estare aburrido por toda la eternidad? . Momentaneamente observe todo mi alrededor, para comenzar a caminar fuera de aquel castillo.
Pero que es lo que tenemos por ahi, mmm parece ser que nuestro dios esta cerca. ¿Que deberia de hacer, seguirle, o solamente alejarme y que haga su propia voluntad. Bien por ahora solo me largare de aqui, como si nada hubiese pasado, despues vere la manera de ayudarle....
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Re: Torre Oscura
El levantamiento del ejército de las tinieblas
Capítulo 3 – Pandora, la dama de las desgracias
Capítulo 3 – Pandora, la dama de las desgracias
El silencio se prolongó durante unos cuantos minutos más hasta que me di cuenta que ya estaba pisando los últimos escalones de la torre oscura; por fin estaba en la cima. Mi objetivo se encontraba más cercano que antes y eso era bueno aunque todavía había mucho deber que cumplir. A decir verdad, Hades me estaba dando mucho más trabajo del que pensaba iba a tener, pero cada uno de mis actos iba a tener su justa recompensa al momento del verdadero despertar del señor de los muertos, estaba segura de eso. Tal vez sólo quería probarme, ver mis habilidades y saber que no estaba equivocado al elegirme en esa era. Había demasiadas incógnitas por resolver y el tiempo que quedaba no era mucho exactamente, por eso mismo decidí actuar de una vez por todas.
En este día daré comienzo al final de la humanidad insolente. En este día voy a liberar la oscuridad en el mundo, las desgracias se apoderarán de este mísero suelo al que los humanos llamamos… Tierra. –Relataba mientras avanzaba a un extremo del piso, donde podía verse claramente gran parte del bosque y mucho más allá; la torre oscura era tan alta que podían verse las nubes por sobre la cima.
Llegó la hora de mi anuncio… el mundo advertirá la llegada de Pandora.
Sin decir más, me detuve a un lado mirando el cielo descubierto y sombrío del infinito bosque. Entonces, extendiendo mi mano derecha, hice que apareciera en ella mi tridente, apoyando su extremo en el suelo, mientras que las tres puntas apuntaban hacia arriba. El arma se cubrió totalmente por mi cosmos provocando que de él nacieran pequeños chispazos de color índigo que cada vez iban creciendo más a medida que mi cosmos aumentaba.
A los alrededores, y especialmente en la cima de esa torre, exactamente donde yo me encontraba, podía sentirse la intensidad del cosmos oscuro de Hades y supuse que en algún momento debió haber estado presente en ese sitio. Eso me ayudaba con mis planes, pues se combinaba con mi propia energía e intensificaba su poder mucho más de lo que yo hubiera pensado.
Las chispas provenientes de mi tridente se hacían más intensas a cada segundo hasta que llegaron a rodearme a mí misma y gran parte de la torre, en especial todo el perímetro donde yo estaba presente. De inmediato el cielo se cubrió de oscuridad y comenzó a tronar y lanzar rayos intensos, como si una fuerte tormenta eléctrica se acercara, pero en realidad era obra de mi cosmos, fusionado con las energías oscuras que rodeaban la torre espectral. Y no sólo el bosque era víctima de ese suceso, sino que la oscuridad poco a poco se iba extendiendo por los alrededores, y cubría cada parte del mundo.
Hubiera sido absurdo que por mi propia cuenta hubiese conseguido el poder para hacer todo aquello, pero con el pasar del tiempo había obtenido mucho más poder del que cualquiera pudiese imaginar y lo que había pasado en mi vida como fantasma de la muerte, me había hecho crecer mucho en espíritu, poder y conocimiento. Sabía que si llegaba a la cima de la torre y liberaba todo aquel poder en ese sitio, iba a hacerse más intenso con la ayuda las energías que emanaban de allí mismo.
Era hora de comenzar con el mensaje, por lo que cerré los ojos concentrándome en la energía que me rodeaba. Podía sentir el cosmos de los espectros dispersos por el mundo; unos eran débiles y no podían percibirse con mucha facilidad, pero estaban allí, esperando. En cambio otros podían sentirse con mayor intensidad, eran poderosos y estaban listos para actuar. Entonces, sin esperar más concentré mi energía y a través de mi cosmos fusionado con las fuerzas espectrales de la torre, comuniqué especialmente a los espectros:
“Escuchad, mis queridos espectros, Yo soy la precursora de los pecados de esta humanidad maldita, de las desgracias y el caos que existen entre estas tierras. He de anunciar mi llegada… mi deber como representante del dios de los muertos en este mundo comienza desde ya. Una nueva orden se levantará desde las tinieblas de este miserable mundo y el señor oscuro despertará de su letargo, gobernando por sobre el resto y condenando a todo aquel que se atreva a desafiarle. Hemos de liberar su espíritu encerrado en el cuerpo de aquel obstinado humano… que lo ignora. Es preciso despertar al señor Hades de una vez por todas, el tiempo se agota.” –Hice una pequeña pausa en ese momento para así abrir mis ojos, viendo el caótico cielo oscuro. –“Nuestro momento ha llegado, espectros… yo, Pandora, reclamo vuestra sumisión en nombre del emperador del inframundo. Nuestro señor necesita el auxilio de sus guerreros y llegó la hora de que manifestéis vuestra disposición.”
Un fuerte estruendo desde el cielo pudo oírse al mismo tiempo que mis palabras terminaban. Permanecí durante un largo período de tiempo en la misma posición, con la vista fija en el firmamento en donde la oscuridad se extendía cada vez más con la ayuda de mi cosmos controlando las energías mismas de la torre espectral.
Con ese evento, esperaba que los guerreros del inframundo al menos dieran alguna señal, que aquellos que estaban disponibles y dispuestos a actuar, al menos lo demostraran de alguna manera. Tenía planes, y para ello necesitaba la colaboración de los subordinados del señor de la oscuridad, o al menos, de aquellos que estuvieran dispuestos a hacer lo que fuera para que llegara el momento que muchos esperaban… el despertar definitivo del emperador del inframundo.
En este día daré comienzo al final de la humanidad insolente. En este día voy a liberar la oscuridad en el mundo, las desgracias se apoderarán de este mísero suelo al que los humanos llamamos… Tierra. –Relataba mientras avanzaba a un extremo del piso, donde podía verse claramente gran parte del bosque y mucho más allá; la torre oscura era tan alta que podían verse las nubes por sobre la cima.
Llegó la hora de mi anuncio… el mundo advertirá la llegada de Pandora.
Sin decir más, me detuve a un lado mirando el cielo descubierto y sombrío del infinito bosque. Entonces, extendiendo mi mano derecha, hice que apareciera en ella mi tridente, apoyando su extremo en el suelo, mientras que las tres puntas apuntaban hacia arriba. El arma se cubrió totalmente por mi cosmos provocando que de él nacieran pequeños chispazos de color índigo que cada vez iban creciendo más a medida que mi cosmos aumentaba.
A los alrededores, y especialmente en la cima de esa torre, exactamente donde yo me encontraba, podía sentirse la intensidad del cosmos oscuro de Hades y supuse que en algún momento debió haber estado presente en ese sitio. Eso me ayudaba con mis planes, pues se combinaba con mi propia energía e intensificaba su poder mucho más de lo que yo hubiera pensado.
Las chispas provenientes de mi tridente se hacían más intensas a cada segundo hasta que llegaron a rodearme a mí misma y gran parte de la torre, en especial todo el perímetro donde yo estaba presente. De inmediato el cielo se cubrió de oscuridad y comenzó a tronar y lanzar rayos intensos, como si una fuerte tormenta eléctrica se acercara, pero en realidad era obra de mi cosmos, fusionado con las energías oscuras que rodeaban la torre espectral. Y no sólo el bosque era víctima de ese suceso, sino que la oscuridad poco a poco se iba extendiendo por los alrededores, y cubría cada parte del mundo.
Hubiera sido absurdo que por mi propia cuenta hubiese conseguido el poder para hacer todo aquello, pero con el pasar del tiempo había obtenido mucho más poder del que cualquiera pudiese imaginar y lo que había pasado en mi vida como fantasma de la muerte, me había hecho crecer mucho en espíritu, poder y conocimiento. Sabía que si llegaba a la cima de la torre y liberaba todo aquel poder en ese sitio, iba a hacerse más intenso con la ayuda las energías que emanaban de allí mismo.
Era hora de comenzar con el mensaje, por lo que cerré los ojos concentrándome en la energía que me rodeaba. Podía sentir el cosmos de los espectros dispersos por el mundo; unos eran débiles y no podían percibirse con mucha facilidad, pero estaban allí, esperando. En cambio otros podían sentirse con mayor intensidad, eran poderosos y estaban listos para actuar. Entonces, sin esperar más concentré mi energía y a través de mi cosmos fusionado con las fuerzas espectrales de la torre, comuniqué especialmente a los espectros:
“Escuchad, mis queridos espectros, Yo soy la precursora de los pecados de esta humanidad maldita, de las desgracias y el caos que existen entre estas tierras. He de anunciar mi llegada… mi deber como representante del dios de los muertos en este mundo comienza desde ya. Una nueva orden se levantará desde las tinieblas de este miserable mundo y el señor oscuro despertará de su letargo, gobernando por sobre el resto y condenando a todo aquel que se atreva a desafiarle. Hemos de liberar su espíritu encerrado en el cuerpo de aquel obstinado humano… que lo ignora. Es preciso despertar al señor Hades de una vez por todas, el tiempo se agota.” –Hice una pequeña pausa en ese momento para así abrir mis ojos, viendo el caótico cielo oscuro. –“Nuestro momento ha llegado, espectros… yo, Pandora, reclamo vuestra sumisión en nombre del emperador del inframundo. Nuestro señor necesita el auxilio de sus guerreros y llegó la hora de que manifestéis vuestra disposición.”
Un fuerte estruendo desde el cielo pudo oírse al mismo tiempo que mis palabras terminaban. Permanecí durante un largo período de tiempo en la misma posición, con la vista fija en el firmamento en donde la oscuridad se extendía cada vez más con la ayuda de mi cosmos controlando las energías mismas de la torre espectral.
Con ese evento, esperaba que los guerreros del inframundo al menos dieran alguna señal, que aquellos que estaban disponibles y dispuestos a actuar, al menos lo demostraran de alguna manera. Tenía planes, y para ello necesitaba la colaboración de los subordinados del señor de la oscuridad, o al menos, de aquellos que estuvieran dispuestos a hacer lo que fuera para que llegara el momento que muchos esperaban… el despertar definitivo del emperador del inframundo.
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Re: Torre Oscura
Era muy probable que algunos espectros estuvieran “dormidos”, pues no manifestaban ni daban señal alguna de existencia. Sin embargo otros tantos parecían estar movilizándose aunque me era difícil adivinar sus intenciones. En especial los pecados; ellos estaban reunidos y actuando liderados por alguien poseedor de un cosmos potente… y lo era bastante. Ellas al menos daban señal de existencia y actuaban de acuerdo a lo que tenían en mente. Sin embargo, parecía ser que ninguno de los espectros se dignaría a ayudarme en mi misión. Como líder del ejército de las tinieblas tendría que actuar por mi propia cuenta pero lo veía demasiado difícil, notando que mis estorbos no eran más ni menos que dioses… unos sí, y de otros, simplemente sospechaba que así lo fueran. Las cosas no podían continuar así, debía movilizar al ejército de las tinieblas por las buenas o directamente, obligarlos a actuar.
Me preguntó por qué será que luchan esos impertinentes espectros. ¿Quieren servir a Hades? ¿Quieren un nuevo reino donde el inframundo domine por sobre el resto, o sólo desean seguir siendo unos estorbos portando surplices? –Musitaba sin quitar la vista del umbrío cielo.
No confiaba mucho en la seguridad de las estrellas infernales y la alianza entre ellas. Nunca había estado cien por ciento segura de la lealtad de esas mujeres, pero si quería comprobarlo, era una buena idea el tratar con ellas en alguna cercana ocasión.
Esos inútiles necesitan alguien que les guíe de inmediato. Nadie está haciendo nada para que el inframundo progrese, a excepción de los pecados. Ellas tienen una líder digna… y autoritaria.
Podía sentir la intensidad de los cosmos de cada uno de los espectros, los identificaba a la perfección y aún más al estar en esa torre donde podía combinar mis fuerzas con las que rondaban el perímetro. Me ayudaba demasiado con mi propósito de ubicar a cada uno de ellos.
Es mi trabajo reunirlos, para eso se me han proporcionado estos dones por parte del señor Hades.
Parecía estar hablando sola, y quien me escuchase pensaría que estaba loca, pero en realidad, sabía muy bien para quién iban dirigidas esas palabras. El hablar solamente, me costaba mucho menos que comunicarme a través de mi cosmos con ese fantasma, gastaba menos energías.
¿Y qué es lo que estáis esperando, Pandora? Deberías empezar desde ya reuniendo a los más capaces del ejército, los de más alto rango. –Pronunció la voz en mi cabeza.
¿Dices que es tiempo de convocar a los jueces del infierno? –Inquirí. – Está bien, pero según veo, en esta era resultaron ser más inútiles que capaces. No obstante lo intentaré. –Añadí luego, no muy convencida con la idea. De hecho, nunca había sido una mujer de pensamiento positivo. Estaba dentro de mi personalidad el tratar a los demás como seres inferiores aunque me divirtiese fingir al momento de enfrentarlos.
Tal vez deberías ser tú quien los anticipe y aliste en su totalidad para esta guerra. Sería tonto y humillante para este reino que los jueces del infierno resulten ser unos inútiles como dices.
Lo sé. De hecho, todos guerreros de Hades deberían estar listos. –Me quedé pensativa luego de las últimas palabras de asentimiento.
Sabía cual era mi deber, pero estaba resultando demasiado pesado para mí, fastidioso y difícil encontrar la manera exacta para hacer que Hades despertara. Por eso decidí que debía encontrar otra forma de hacerlo, y en vez de ocuparme personalmente de eso, iba a proporcionarle a Vergilius, un poco de ayuda para convencerlo de lo que era en realidad.
De acuerdo, es momento de empezar con esto.
Luego de un suspiro mis palabras se dejaron oír en medio de la oscura torre espectral. Reduje la intensidad de mi cosmos, por lo cual el tridente que poseía en mi mano cesó de producir aquellos chispazos eléctricos y oscuros. Sin embargo, el cielo continuaba sombrío, y los truenos y rayos adornaban el cargado infinito cubierto de nubes grises y funestas. Mi cosmos aún rondaba en derredor de la torre y en su interior, pero de a poco y conforme yo disminuía esa energía, se desvanecía poco a poco, quedando simples vestigios en el aire y sólo una sensación de presencia.
Mis pasos comenzaron de pronto a guiarme lentamente hacia la salida de esa sala, hacia la escalera de la torre; me esperaba un largo y agotador descenso.
Me preguntó por qué será que luchan esos impertinentes espectros. ¿Quieren servir a Hades? ¿Quieren un nuevo reino donde el inframundo domine por sobre el resto, o sólo desean seguir siendo unos estorbos portando surplices? –Musitaba sin quitar la vista del umbrío cielo.
No confiaba mucho en la seguridad de las estrellas infernales y la alianza entre ellas. Nunca había estado cien por ciento segura de la lealtad de esas mujeres, pero si quería comprobarlo, era una buena idea el tratar con ellas en alguna cercana ocasión.
Esos inútiles necesitan alguien que les guíe de inmediato. Nadie está haciendo nada para que el inframundo progrese, a excepción de los pecados. Ellas tienen una líder digna… y autoritaria.
Podía sentir la intensidad de los cosmos de cada uno de los espectros, los identificaba a la perfección y aún más al estar en esa torre donde podía combinar mis fuerzas con las que rondaban el perímetro. Me ayudaba demasiado con mi propósito de ubicar a cada uno de ellos.
Es mi trabajo reunirlos, para eso se me han proporcionado estos dones por parte del señor Hades.
Parecía estar hablando sola, y quien me escuchase pensaría que estaba loca, pero en realidad, sabía muy bien para quién iban dirigidas esas palabras. El hablar solamente, me costaba mucho menos que comunicarme a través de mi cosmos con ese fantasma, gastaba menos energías.
¿Y qué es lo que estáis esperando, Pandora? Deberías empezar desde ya reuniendo a los más capaces del ejército, los de más alto rango. –Pronunció la voz en mi cabeza.
¿Dices que es tiempo de convocar a los jueces del infierno? –Inquirí. – Está bien, pero según veo, en esta era resultaron ser más inútiles que capaces. No obstante lo intentaré. –Añadí luego, no muy convencida con la idea. De hecho, nunca había sido una mujer de pensamiento positivo. Estaba dentro de mi personalidad el tratar a los demás como seres inferiores aunque me divirtiese fingir al momento de enfrentarlos.
Tal vez deberías ser tú quien los anticipe y aliste en su totalidad para esta guerra. Sería tonto y humillante para este reino que los jueces del infierno resulten ser unos inútiles como dices.
Lo sé. De hecho, todos guerreros de Hades deberían estar listos. –Me quedé pensativa luego de las últimas palabras de asentimiento.
Sabía cual era mi deber, pero estaba resultando demasiado pesado para mí, fastidioso y difícil encontrar la manera exacta para hacer que Hades despertara. Por eso decidí que debía encontrar otra forma de hacerlo, y en vez de ocuparme personalmente de eso, iba a proporcionarle a Vergilius, un poco de ayuda para convencerlo de lo que era en realidad.
De acuerdo, es momento de empezar con esto.
Luego de un suspiro mis palabras se dejaron oír en medio de la oscura torre espectral. Reduje la intensidad de mi cosmos, por lo cual el tridente que poseía en mi mano cesó de producir aquellos chispazos eléctricos y oscuros. Sin embargo, el cielo continuaba sombrío, y los truenos y rayos adornaban el cargado infinito cubierto de nubes grises y funestas. Mi cosmos aún rondaba en derredor de la torre y en su interior, pero de a poco y conforme yo disminuía esa energía, se desvanecía poco a poco, quedando simples vestigios en el aire y sólo una sensación de presencia.
Mis pasos comenzaron de pronto a guiarme lentamente hacia la salida de esa sala, hacia la escalera de la torre; me esperaba un largo y agotador descenso.
OFF-Rol: Me estoy aburriendo de rolear sola, lol. xD Si algún espectro quiere venir a la torre para rolear conmigo, mejor xD. Así le damos un poco de vida al rol x.x- Y de paso, para el que venga, tengo unos planes para hacer, así avivamos un poco el foro, nos reunimos, despertamos a Hades y dominamos el mundo (?) Ok,no. Pero tengo planes. Sino los voy a buscar personalmente, lol. ^^
Cambio y fuera xD
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Re: Torre Oscura
Había un lugar situado en lo profundo de Grecia, un lugar que era conocido por muy pocos. Y si llegaban a aquel lugar por mera casualidad, enseguida se daban la media vuelta para regresar a sus respectivos hogares. El miedo que provocaba la simple idea de que todas aquellas leyendas fueran realidad le helaban los huesos a cualquiera, más aun cuando se acercaban a acalla torre sombría. Rodeada por el aroma de la sangre, de la muerte, el rencor y sobre todo un lugar que era plagada por una temible y pura oscuridad.
Un sitio que seguramente era frecuentemente escuchado en relatos locales, en leyendas fantásticas sobre los secesos pasados. Algunos curiosos decidían debes en cuando aventurarse para averiguar si aquellas historias eran reales o simplemente eran simples habladurías de los ancianos, pero al final siempre era el mismo final. Una “misteriosa” desaparición de aquellos jóvenes, cada cierto tiempo aquella historia se repetía y siempre quedaba sin responder una única duda… ¿Qué les ocurrió?
Un cuestionamiento demasiado sencillo de responder, el adentrarse en el territorio de la muerte era algo demasiado peligroso para los mortales, más aun cuando nos encontrábamos rondando los alrededores nosotros los espectros. Para nosotros los simples seres humanos no eran más que basura, por ello, nos tomamos la molestia en exterminar a todos aquellos que osan acercarse al territorio del señor Hades. Las leyendas existían por una razón, advertir a las futuras generaciones del inmenso peligro que pueden correr, pero lamentablemente jamás escuchan a aquellos que seguramente los intentaban proteger. O simplemente con el tiempo se pierde la importancia que tienen aquellos místicos relatos.
Seguramente eso es lo que ocurre… Me decía a mí mismo mientras mi silueta se podía ver claramente en la entrada de aquella torre oscura. Las grandes puertas se comenzaron a abrir lentamente ante mi llegada, el rechinido de la misma resonaba en el interior del recinto mientras pequeños rayos de luz se comenzaban a colar a mis costados. Comencé a caminar para dirigirme al lugar en donde se encontraba la señorita pandora.
No me molestaba en observar los detalles del lugar, mi único objetivo era llegar hasta donde ella se encontraba. Me percataba de que las únicas presencias que se encontraban en la torre eran las nuestras, no esperaba ha que algún otro espectro se encontrara cerca ya que la mayoría se encontraba resolviendo sus propios asuntos, asuntos que no tenían nada que ver con el inframundo. Seguramente se encontraban aprovechando de la ausencia del señor Hades y de la señorita pandora para hacer lo que les placiera.
Mis pasos resonaban mientras ascendía a través de las largas escaleras: La guerra se estaba aproximando así que no dudaría en que Pandora decidiera hacer un tipo de alianza con las damas del pecado, por más arrogantes que fueran su lealtad era innegable, aunque desde mi punto de vista no fueran verdaderas espectros. Pero por lo menos sabían a quien le debían de servir.
Un sitio que seguramente era frecuentemente escuchado en relatos locales, en leyendas fantásticas sobre los secesos pasados. Algunos curiosos decidían debes en cuando aventurarse para averiguar si aquellas historias eran reales o simplemente eran simples habladurías de los ancianos, pero al final siempre era el mismo final. Una “misteriosa” desaparición de aquellos jóvenes, cada cierto tiempo aquella historia se repetía y siempre quedaba sin responder una única duda… ¿Qué les ocurrió?
Un cuestionamiento demasiado sencillo de responder, el adentrarse en el territorio de la muerte era algo demasiado peligroso para los mortales, más aun cuando nos encontrábamos rondando los alrededores nosotros los espectros. Para nosotros los simples seres humanos no eran más que basura, por ello, nos tomamos la molestia en exterminar a todos aquellos que osan acercarse al territorio del señor Hades. Las leyendas existían por una razón, advertir a las futuras generaciones del inmenso peligro que pueden correr, pero lamentablemente jamás escuchan a aquellos que seguramente los intentaban proteger. O simplemente con el tiempo se pierde la importancia que tienen aquellos místicos relatos.
Seguramente eso es lo que ocurre… Me decía a mí mismo mientras mi silueta se podía ver claramente en la entrada de aquella torre oscura. Las grandes puertas se comenzaron a abrir lentamente ante mi llegada, el rechinido de la misma resonaba en el interior del recinto mientras pequeños rayos de luz se comenzaban a colar a mis costados. Comencé a caminar para dirigirme al lugar en donde se encontraba la señorita pandora.
No me molestaba en observar los detalles del lugar, mi único objetivo era llegar hasta donde ella se encontraba. Me percataba de que las únicas presencias que se encontraban en la torre eran las nuestras, no esperaba ha que algún otro espectro se encontrara cerca ya que la mayoría se encontraba resolviendo sus propios asuntos, asuntos que no tenían nada que ver con el inframundo. Seguramente se encontraban aprovechando de la ausencia del señor Hades y de la señorita pandora para hacer lo que les placiera.
Mis pasos resonaban mientras ascendía a través de las largas escaleras: La guerra se estaba aproximando así que no dudaría en que Pandora decidiera hacer un tipo de alianza con las damas del pecado, por más arrogantes que fueran su lealtad era innegable, aunque desde mi punto de vista no fueran verdaderas espectros. Pero por lo menos sabían a quien le debían de servir.
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Re: Torre Oscura
Antes de que mis pasos pudieran continuar, me detuve en seco al sentir una presencia extra dentro de la torre oscura. Era un cosmos… no tan potente, o podía compararlo por nada con mi propia energía, pero era, obviamente, uno que no había identificado al momento de ingresar en el edificio espectral. Aunque en cierto modo débil, era mucho más poderoso y notable que los espectros que anteriormente me habían interceptado en el camino. Obviamente no se trataba de un simple soldado como los demás, era algo más que eso… mucho más.
En mi blanquecino rostro se dibujó una sombría y notable sonrisa al advertir aquella presencia en las cercanías de mi persona. Era un hecho, los primeros fieles se hacían presentes ante mi llamado, ante la palabra de Pandora, la princesa del inframundo, representante de Hades y responsable de su cuidado.
Pronto, mis ojos lograron divisar, casi de inmediato, la presencia de un ser oscuro frente mí. Un notable espectro, uno de los poseedores de los rangos más altos dentro del ejército. En su interior sólo podía ver oscuridad, en sus ojos se veía el deseo de destrucción, la sed de sangre. Era la oscura figura de un sujeto quien poseía una armadura sombría y tenebrosa, estaba segura que se trataba de él. Las enormes alas de Garuda sobresalían hacia los lados.
Le miré a los ojos y mis primeras palabras no tardaron en ser expuestas ante el recién llegado.
Garuda, la estrella celeste de la valentía… –Comenté en un tono más bien bajo y aún mostrando esa sombría sonrisa que era típica en mí.
Mi expresión era esa generalmente, cuando los hechos se daban acorde a mis pales, y para ser sincera, la presencia del juez Garuda se mostraba en un momento justo y oportuno. Su ayuda podía beneficiar mis planes.
Llegas en un momento oportuno. Según parece, eres uno de los únicos espectros que acude a mi llamado. –Comenté en el mismo tono, aunque seguido de mis palabras, cambié mi expresión a un gesto que mostraba mucha más seriedad. Mi sonrisa se había borrado de un momento al otro.
Bien hecho, Garuda. –Hice una pequeña pausa y le miré a los ojos. –Ahora bien... si estás aquí, me imagino que debes tener presente que el descaso se acabó.
Mis palabras eran ahora claras y serias. Era obvio que hablaba del ligero "descanso" que habían tenido los espectros en todo el tiempo que yo, Pandora, había estado ausente. Aunque Hades no se encontrara del todo consciente en ese momento, yo, que me presentaba como comandante de su propio ejército, tenía el deber de despertar a todos y cada uno de los espectros integrantes de las fuerzas del emperador del inframundo. Tenía una misión y era el momento de que todo el inframundo se levantara de su letargo. La hora de la acción había llegado y el deber estaba en mis manos.
No creo que sea una simple coincidencia tu presencia ¿O me equivoco? –Sabía que no podía ser de esa manera. Ese espectro estaba en la torre por algo, con un objetivo y seguramente iba a mi encuentro, pero no perdía nada con mencionarlo aunque así mostrara algo de desconfianza en los hechos.
Llegó la hora de que el inframundo muestre sus verdaderas intenciones ante toda esta humanidad hipócrita. Garuda... –Hice una pequeña pausa de apenas unos pocos segundos para añadir –¿A quién sirves en este momento? ¿Por qué estás aquí?
Yo sabía cuál debía ser la respuesta correcta, pero él tomaría su decisión y sabría cómo responder. Dependiendo de su respuesta iba a saber cuál sería el siguiente paso a dar. Quizás, ese juez, el primero en llegar ante mi presencia, iba a ser mi ayudante principal, mi mano derecha, quien me ayudara a completar los planes que tenía en mente... al menos en las primeras instancias. Pero eso dependiendo cómo fueran a trascurrir los hechos.
En mi blanquecino rostro se dibujó una sombría y notable sonrisa al advertir aquella presencia en las cercanías de mi persona. Era un hecho, los primeros fieles se hacían presentes ante mi llamado, ante la palabra de Pandora, la princesa del inframundo, representante de Hades y responsable de su cuidado.
Pronto, mis ojos lograron divisar, casi de inmediato, la presencia de un ser oscuro frente mí. Un notable espectro, uno de los poseedores de los rangos más altos dentro del ejército. En su interior sólo podía ver oscuridad, en sus ojos se veía el deseo de destrucción, la sed de sangre. Era la oscura figura de un sujeto quien poseía una armadura sombría y tenebrosa, estaba segura que se trataba de él. Las enormes alas de Garuda sobresalían hacia los lados.
Le miré a los ojos y mis primeras palabras no tardaron en ser expuestas ante el recién llegado.
Garuda, la estrella celeste de la valentía… –Comenté en un tono más bien bajo y aún mostrando esa sombría sonrisa que era típica en mí.
Mi expresión era esa generalmente, cuando los hechos se daban acorde a mis pales, y para ser sincera, la presencia del juez Garuda se mostraba en un momento justo y oportuno. Su ayuda podía beneficiar mis planes.
Llegas en un momento oportuno. Según parece, eres uno de los únicos espectros que acude a mi llamado. –Comenté en el mismo tono, aunque seguido de mis palabras, cambié mi expresión a un gesto que mostraba mucha más seriedad. Mi sonrisa se había borrado de un momento al otro.
Bien hecho, Garuda. –Hice una pequeña pausa y le miré a los ojos. –Ahora bien... si estás aquí, me imagino que debes tener presente que el descaso se acabó.
Mis palabras eran ahora claras y serias. Era obvio que hablaba del ligero "descanso" que habían tenido los espectros en todo el tiempo que yo, Pandora, había estado ausente. Aunque Hades no se encontrara del todo consciente en ese momento, yo, que me presentaba como comandante de su propio ejército, tenía el deber de despertar a todos y cada uno de los espectros integrantes de las fuerzas del emperador del inframundo. Tenía una misión y era el momento de que todo el inframundo se levantara de su letargo. La hora de la acción había llegado y el deber estaba en mis manos.
No creo que sea una simple coincidencia tu presencia ¿O me equivoco? –Sabía que no podía ser de esa manera. Ese espectro estaba en la torre por algo, con un objetivo y seguramente iba a mi encuentro, pero no perdía nada con mencionarlo aunque así mostrara algo de desconfianza en los hechos.
Llegó la hora de que el inframundo muestre sus verdaderas intenciones ante toda esta humanidad hipócrita. Garuda... –Hice una pequeña pausa de apenas unos pocos segundos para añadir –¿A quién sirves en este momento? ¿Por qué estás aquí?
Yo sabía cuál debía ser la respuesta correcta, pero él tomaría su decisión y sabría cómo responder. Dependiendo de su respuesta iba a saber cuál sería el siguiente paso a dar. Quizás, ese juez, el primero en llegar ante mi presencia, iba a ser mi ayudante principal, mi mano derecha, quien me ayudara a completar los planes que tenía en mente... al menos en las primeras instancias. Pero eso dependiendo cómo fueran a trascurrir los hechos.
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Re: Torre Oscura
Quedaba en la puerta de aquella torre escuchando ligeramente voces en aquel lugar. Cada vez que bajaba los escuchaba con mas claridad. Aluna mujer con un cosmos poderoso se hacia presente en ese lugar. Como si se tratara de una enviada de Hades o algo por el estilo. Descendia de poco a poco mientras se escuchaba casi todo lo que pronunciaban aquellos dos entes. La cosmoenergia del otro estaba por debajo de mi, pero no de los demas espectros, quizas era tambien uno de los jueces del inframundo. Nunca lo habia conocido, por ello quizas ese era el momento indicado para hacer todo.
Llegue poco a poco al lugar donde estaban, solo unos cuantos metros me separaban de esos dos... Como pude fui acercandome, mientras que mis pasos sonaban. Asi daba la bienvenida a quien se tratara. Mire fijamente el cuerpo de aquella mujer, no habia duda, era la mencionada Pandora, la que alguna vez deberia regir en el ejercito de Hades. Al fin habia llegado a tener su maximo nivel, y a mostrarse ante nosotros.
Jeje... Asi que despues de todo ha regresado bella dama.... Pronuncie mientras me acercaba con la cabeza cubierta por el casco, solo dejando ver mi cabellera blanca... No crei que despues de todo este tiempo pudiera regresar a este su hogar...Pero por alguna extraña razon la esperaba con cierta impaciencia... Solo usted es la unica que podra levantar a este ejercito de holgazanes para el realce de todo nuestro poder...
Musitaba mientras daba una ligera reverencia con la cabeza, despues de todo su cosmoenergia era de temer y no estaba apto como para poder hacer frente. Por estos momentos era obvio que la serviria completamente... Por mi parte solo buscare realzar el nombre de Hades... Aunque esa mentalidad de muerte y sangre, a sido reemplazada por sentimientos mortales... No ha podido despertar completamente, quizas usted como su leal soberana deberia de hacerlo recapacitar....
Llegue poco a poco al lugar donde estaban, solo unos cuantos metros me separaban de esos dos... Como pude fui acercandome, mientras que mis pasos sonaban. Asi daba la bienvenida a quien se tratara. Mire fijamente el cuerpo de aquella mujer, no habia duda, era la mencionada Pandora, la que alguna vez deberia regir en el ejercito de Hades. Al fin habia llegado a tener su maximo nivel, y a mostrarse ante nosotros.
Jeje... Asi que despues de todo ha regresado bella dama.... Pronuncie mientras me acercaba con la cabeza cubierta por el casco, solo dejando ver mi cabellera blanca... No crei que despues de todo este tiempo pudiera regresar a este su hogar...Pero por alguna extraña razon la esperaba con cierta impaciencia... Solo usted es la unica que podra levantar a este ejercito de holgazanes para el realce de todo nuestro poder...
Musitaba mientras daba una ligera reverencia con la cabeza, despues de todo su cosmoenergia era de temer y no estaba apto como para poder hacer frente. Por estos momentos era obvio que la serviria completamente... Por mi parte solo buscare realzar el nombre de Hades... Aunque esa mentalidad de muerte y sangre, a sido reemplazada por sentimientos mortales... No ha podido despertar completamente, quizas usted como su leal soberana deberia de hacerlo recapacitar....
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