[Londinium] - Explanada

por Octavius Lun Dic 19, 2011 11:09 pm

Ashfalor...tengo una pregunta para ti. Sin tu lado humano, ¿todavía tienes las memorias inherentes de ese cuerpo? Preguntó Ares de pronto, dejando en el suelo a las dos féminas mientras avanzaba con ambas manos cruzadas a la espalda y observaba el cielo con la mirada un tanto difusa.

Al salir del templo principal de Londinium y dejar a los dos mosquitos peleándose entre sí tan solo se dirigió al terreno abierto más adepto para una pequeña conferencia con sus dos soldados más “cercanos”, o lo que mejor se definía como “los únicos a su disposición” que además sabía tenía un mínimo de cerebro funcional como para contestar a preguntas simples y directas.

La pregunta también aplica a ti Madareth. Agregó la deidad con desinterés, ciertamente pendiente de lo que pudiera aportar la primera Berserker de la era. Era triste el considerar siquiera que los demás pudieran mantener encerrados su peor lado mientras que el batallaba para apartar simples ideas…

Error. Murmuró una vocecilla en su cabeza alertándolo al instante. Sin cambiar la expresión reflejada en su rostro y sin siquiera exteriorizar la creciente ira de su interior, el dios dio un paso hacia delante bajando la mirada y cerrando los párpados para esperar la respuesta de las dos mujeres que tenía a sus espaldas. Más les valía empezar a hablar o tendría que abrirles las quijadas con las manos...

¿Y bien? Preguntó de pronto, manteniendo la postura. De nuevo…de nuevo empezaba a sentir el burbujeo de la furia pero no, tenía que controlarse…simplemente, controlarse.

por Ada Vie Dic 23, 2011 3:16 pm

Era patetico, simplemente patético, aquel humano que apareció frente al dios de la guerra con su discurso del bien y de la justicia, esas sabandijas que se hacían llamar caballeros de Athena no eran mas que sabandijas cobardes, que temian levantar su puño contra los dioses y que al final solo luchaban contra mas basura como lo era el berserker Apocalypse. La señora de la guerra se marcho de aquel lugar con su señor, porque ella como berserker tenia el derecho a que batallas luchar y cuales no. Ya que solo un digno oponente podía medirse en fuerzas con ella y no lo era aquel hombre.

- Daria igual el caso de poseerlas o no mi señor – contesto con tranquilidad Madareth – Los avatares humanos que albergan a cada una de mis reencarnaciones deben ser lo suficientemente fuertes para mí. – La berserker se refieria a que todas sus reencarnaciones debían pasar por arduos entrenamientos, pasar por el extremo de la locura, soledad, agonia, y conocer la verdadera satisfacción que trae un campo de batalla, para que al final, cuando despierte totalmente sean aunque en una ínfima parte parecidos a la Madareth original. – Las memorias de este cuerpo… - observo su mano y apretó su puño – Solo son sangre, muerte, destrucción y odio… -

Su rostro se mantenía inexpresivo y su mirada andaba perdida en el horizonte, la mujer no sentía algun remordimiento por su pasado mortal o lo que alguna vez fue, ahora solo estaba el presente y ese presente se llamaba Ares.

por Octavius Lun Dic 26, 2011 9:39 pm

Mmm...sangre...muerte…destrucción y…odio. Que vida tan… Murmuró la deidad de la guerra sin prestarle real atención a lo que decía Madareth. En ese momento su cuerpo intentaba mantener la postura, pero…apenas era capaz de hacerlo dado que si bien un pequeño porcentaje de su espíritu estaba en ello, el otro estaba centrado en suprimir los impulsos de atravesarse la cabeza que venían desde el mismo avatar que en esos momentos se encontraba ocupando.

...

Avatares fuertes…ergh…inconveniente…totalmente inconveniente…

…simplemente…desearía que todos murieran…ahora mismo…como quisiera ver…un mar de…sangre… Dijo el dios con voz entrecortada cerrando el puño derecho y entrechocando los dientes de ambas quijadas. Por instantes su cosmos se diseminaba, dejando entrever la verdadera forma de la ropa militar que se encontraba portando en esos instantes, que no era otra cosa que fragmentos sueltos de su armadura divina de la guerra.

Simplemente…estaba perdiendo el control. Se suponía que desde aquel momento en el Coliseo, donde el trauma, el miedo y el terror de perder todo lo que tenía en vida, el humano conocido como Octavius había quedado enterrado en algún otro sitio, en el lugar donde dejaba aquello que merecía un largo tiempo para sufrir…pero…

Debería darte un espectáculo…con aquello que más quieres…¿no te parece?...

por Ada Lun Dic 26, 2011 9:59 pm

- Simplemente…. No es nuestro momento – exclamo la berserker con la mirada perdida en el horizonte. La mujer quien podía sentir las corrientes de cosmos de cada ser cercano a ella, podía sentir las latentes interrupciones en el violento cosmos del dios de la guerra, algo estaba mal, terriblemente mal y las cosas no mejorarían, para nada.

La mujer camino unos cuantos pasos hacia adelante y desenvainando una de sus espadas, causo un corte en la palma de su mano derecha, la sangre, aquel liquido carmín, espeso y calido, empezaba a fluir lentamente desde la herida. Sus ojos, los cuales tenían una tonalidad similar a la del liquido iban perdiendo una especie de brillo que poseía la mujer cuando se sentía el deseo por un campo de batalla, por el honor de un guerrero y el placer de luchar hasta la muerte.

- Porque ahora todo es diferente – murmuro la mujer, quien se dio vuelta hacia el hombre quien representaba todo en lo que creía, y por lo que moriría, pero que en el fondo sabia se estaba rompiendo en miles de pedazos. La berserker sonrio amargamente mientras se dirigía a su señor, sin pedir algun permiso, extendió su mano hacia el pecho de aquel hombre y marco de sangre la región donde el corazón mortal de este palpitaba, fuerte y rebosante de vitalidad, pero carente del sentido que un dios podía otorgar a un corazón mortal.

- Yo siempre serviré al dios de la guerra…. Pero nunca al humano llamado Octavius… - esas fueron sus ultimas palabras, antes de desaparecer en una fuerte columna de cosmos, la cual parecía mas un voraz incendio, hasta el destino final de un guerrero que habia perdido su razón de lucha.

por Penélope Mar Dic 27, 2011 7:34 pm

Definitivamente Ares le había tomado gusto a cambiar de escenarios del mismo modo a "sentir" climas opuestos. Del infernal calor a la frescura de la sabana, la brisa agitaba el cesped que parecía una marea verde a los largo de la vasta explanada.

"Ashfalor...tengo una pregunta para ti. Sin tu lado humano, ¿todavía tienes las memorias inherentes de ese cuerpo?" Me preguntó mientras caminaba con sus manos cruzadas a la espalda, una actitud tan "paternal" que casi parecía sonar convincente. Recogiendo mi cabello, más bien retirando las hebras negras que se agitaban con fuerza frente a mi rostro, clavando mi lanza a mi lado, proferí: - Me extraña Ares, no porque seas la representación de la guerra, la sangre y el caos seas un Dios estúpido, eso dejaselo a Athena, ella es la "Sabionda".... hagas una pregunta como esa... pero bueno, quieres una respuesta aquí la tienes: Las memorias siempre estarán allí se quieran o no, aunque se despierte nuestra consciencia como berserkers dejando de lado, oyeme bien, dejando de lado nuestro sentido de humanidad.... digamos que pasa a entrar a un largo estado onirico.... hice una pausa como pensativa para luego retomar: - ... eso es!!! la palabra es eterno, nuestro lado humano pasa a estar en un estado onirico eterno. Terminando mi intervención para notar algo extraño en el comportamiento como tal del Dios bélico, me puse de lado, levanté mi brazo derecho y señalando en su dirección desplegué las uñas de mi mano dejandolas a escasos centímetros de su nuca, con voz profunda e inquisitiva esbocé: - ¿Quién demonios eres: El humano o el Dios? Enciendiendo el cosmos que portaba como berserker despierto (no completo) del ejército de Ares, mirandolo fríamente para finalizar diciendo: - Sentiste eso Ares .... acaba de morir una "estrella" jajajajaajajajajaja. Esperando su respuesta.

por Octavius Lun Ene 02, 2012 1:51 pm

Ashfalor... ... ...es hora de abrir la cortina al acto final… Murmuró Ares con una sonrisa demencial en su cara, una expresión que se desvaneció casi al instante una vez que su avatar humano hubo tomado el poder de ese cuerpo casi por completo.

Al pensarlo…la verdad le venía mucho mejor aquello. Sí, incluso en medio de un ligero conflicto con ese humano tan terco lo había sentido: Madareth había obligado su sueño de eras mientras que el cosmos de Latrivan desaparecía luego de un encontronazo con la firma energética del humano conocido como Solomon, aquel que usurpaba el puesto de Poseidón en la guerra santa, lo que efectivamente recortaba su “ejército” a tan solo tres peones, uno ligeramente más fuerte que los otros dos pero a final de cuentas unos inútiles. Ni siquiera podía contar a Ashfalor, quien resumidamente era una humana.

Y si eso era así…

...ha, mejor así… ni siquiera tendré que trabajar más de lo normal… Dijo con voz final haciendo girar su espada y lanzándola frente a su persona donde se clavó en el aire. Casi como una invocación el objeto donde se había encajado aparecía: un enorme portón que no era otro más que aquel custodiado por Ushuriel la Ejecutora del Fuego. Dando una vuelta en sentido del reloj la espada actuaba como llave, culminando en un sonido terrible que parecía absorber todo lo que se acercara incluso si la verdad fuera otra muy diferente…

Preparen todo... Ordenó justo cuando las tres figuras encapuchadas que lo habían acompañado a través de Roma y Egipto se manifestaban de improviso, posándose a los lados del enorme portal. ...recolecten...y custodien...

Cuando sea el momento…retírenla… Finalizó dándose la vuelta atrapando una de las cuchillas que lo amenazaban para así hacer correr un potente flujo de energía en pos de su subordinada, volviendo a electrocutar su menudo cuerpo. Ashfalor...un poco de cooperación estaría bien…

En ese instante, todo se apagó…

por Penélope Mar Ene 03, 2012 7:32 pm

No sabía que estaba pasando y mucho menos que tramaba Ares o bien quien sea que estaba tomando dominio del cuerpo del Dios Bélico pero algo si estaba claro, algo iba pasar y no me iba a gustar nada.

Mis cuchillas seguían amenazándolo, a escasos centímetros de su nuca, estaba dispuesta a todo como berserker esa era nuestra naturaleza: todo o nada. Él permanecía quieto, tranquilo no me mostraba alteración alguna, el viento seguía meciéndose en la sabana y con ello mis cabellos continuaban agitándose, por momentos obstaculizando y perturbando mi visión.

De la nada aparecían los tres encapuchados siempre tan misteriosos, siempre tan sobrenaturales ahí custodiando la espalda de su gran señor. Lo siguiente resulta sumamente confuso, sus palabras, un portón, su espada, la imagen de Ushuriel... mi cabeza comenzó a doler y sentía que algo comenzaba a apagarme o a oprimirme, de pronto un corrientazo que venían desde mis cuchillas, atravesaban todo mi cuerpo y como un corto circuito detenían mis recuerdos y apagaban mi corazón. Me desplomé en el momento en que mis uñas se contraían y volvían a su estado natural, mis ojos se cerraban lentamente dejando que la imagen de Ares y Ushuriel fuese las últimas que viera, sus palabras como un susurro que se llevaba el viento se quedaron en mis oídos "Ashfalor...un poco de cooperación estaría bien…" donde lo miré con incertidumbre, levantaba mi mano para tocarlo murmurando antes de caer desmayada sobre el césped: - ¿Porqué Ares? Finalmente sin escuchar respuesta todo se apagó.

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