[Londinium] - Templo

Londinium, el centro y “capital” de todas las tribus bárbaras existentes en las misteriosas islas que cruzaban un pequeño trecho en el océano era por demás el punto perfecto para iniciar. Ubicada en el extremo oeste del mundo era el punto de partida por excelencia para la destrucción total de la existencia en la Tierra tal como la conocían los humanos, Ares se ocuparía de que así mismo fuera costara lo que costara.

Abriendo sus ojos demoníacos y captando con su mirada a los pocos humanos que aún rondaban en el templo, la deidad formó una siniestra sonrisa que dejaba entrever sus dientes y en especial, sus enormes colmillos. Antes de que pudieran gritar o actuar en consecuencia, los pobres sujetos eran atravesados por pequeñísimos rayos de luz carmesí que eventualmente los dejaban como los meros pedazos de carne que eran.

Bien, empecemos. Dijo el dios con calma avanzando hasta el balcón del sitio, teniendo una perfecta visión de la luna que se levantaba en el cielo nocturno de Britania. Madareth, Ashfalor...díganme algo, ¿acaso no les gusta este paisaje? ¿O preferirían verlo un poco más rojo? Inquirió el dios cruzando ambas manos sobre su espalda para así hacer crujir sus dedos y quedarse observando el astro representante de la diosa de la caza, Artemisa. Deberíamos redecorar un poco este ambiente, sinceramente me desagradan estos colores tan monótonos y pacíficos. Murmuró cerrando sus ojos para así buscar todas y cada una de las energías que correspondían a sus soldados, los Berserkers.

Y tal como lo pensaba parecía que Roma era el sitio predilecto para reunirse. Menuda curiosidad.

Latrivan y Tafariel en Roma. Dos presencias parcialmente humanas en el Templo de la Guerra y Apocalypse perdido por las montañas…finalmente, el Fantasma de la Muerte cruzando un bosquecito. Adorable. Así que bien, hora de dar el anuncio…

Como una flama el cosmos del dios de los conflictos se levantó, extendiéndose en menos de un parpadeo hasta llegar a cualquier lugar donde se encontraran los Berserkers y como extra, el Fantasma de Eris que le había prestado sus servicios. Había llegado el momento que tan habían esperado: la conquista.

Berserkers, es hora de actuar. Sus órdenes son simples dado que nuestra meta es simple: arrasen con todo. Maten la mayor cantidad de personas que encuentren a su paso y no dejen sobrevivientes…quien tenga piedad de aquí en adelante puede despedirse de su cabeza. Pueblos, villas y asentamientos, todos deben caer. Presentémosle un paraje sin igual a nuestros enemigos los Santos de Athena, presentémosles el genocidio de lo que tanto “protegen” con sus ridículos esfuerzos…

Denme un espectáculo como ningún otro y aumenten el conteo de atrocidades cometidas por nosotros, los demonios de la guerra.

Berserkers- Tomando de nueva cuenta su espada para girarla y apuntar directamente al suelo, el dios la clavó en la piedra pulida del templo de Londinium con un sonido tan fugaz como terrible. -la guerra da inicio.

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Offrol: Como dice el post, oficialmente abro la guerra contra Athena y los seguimientos que tienen los Berserkers de aquí en adelante serán los siguientes:

-Cualquier misión o consigna anterior queda invalida a menos que se diga lo contrario.

-Quienes tengan técnicas para destruir edificios, tópicos, etc. DEBEN usarlas para los propósitos dichos aquí, osea la destrucción total. Hora de acabar con todo lo que tengan a su paso.

-La regla anterior aplica para mi también, me dedicaré a destruir todo lo que encuentre en mi camino siguiendo una ruta que parte de Britania en adelante. Si quieren participar destruyendo tópicos por acá, bienvenidos.

-Total y absolutamente PROHIBIDO entablar alguna pelea contra el que sea (Marinos, Ángeles, Santos, Caballeros, etc etc) y por lo mismo, nada de ir a destruir en reinos ajenos. NO es el momento para eso.

-En base a la regla anterior, tampoco pueden pelear (en términos de reglas, osea dados o narradas) entre uds mismos. Insultos, riñas y otros están permitidos, después de todo cada quien es un mundo y personaje diferente.

-Quien no cumpla las reglas pierde su armadura y su vida (con la obvia excepción de Flori ya que para ella, es opcional el servir a Ares o no).

Eso es todo. Saludos y buena destrucción del mundo.

P.D: Cuando puedan/gusten/les plazca, Sarahissa y Lady acudan a donde estoy.

Sigh...trata de no tardar demasiado Apocalypse. Tenemos un horario que cumplir. Dijo Ares sin darse la vuelta, cerrando los ojos para adquirir un temple un tanto taciturno y alejado, cruzando las manos detrás de su espalda, pensando.

Ahora que lo meditaba y lo dejaba correr por si mismo, estaba un tanto inseguro. No por su plan, no por los Berserkers sino por algo más…profundo: una duda, una pequeñísima duda que había salido a flote desde el mismo instante en que había condenado la parte humana de Ashfalor a compartir el mismo destino que la suya propia y que ahora había crecido hasta convertirse casi en una molestia permanente…

Aquella apertura de la celda de Octavius había causado más estragos que beneficios, incluso si no lo admitía o lo exteriorizaba. Su avatar volvía al ruedo, más terco e insoportable que nunca antes.

Bien, dejemos que esto continúe. Madareth, Ashfalor, salgamos a caminar. Murmuró la deidad de los Berserkers recobrando su tono usual, esta vez un poco más sombrío y confidente. Tal vez encontremos algo o alguien más interesante en la ruta.

Sin más reparos el dios de la guerra desapareció en un ligero destello rojizo producto de su velocidad, llevándose consigo a las dos mujeres con el objetivo de permitir que los insectos se quedaran solos. Muriera el que muriera le serviría, después de todo no eran más que peones en su juego.

…y mientras tanto, tendría que figurar una forma de cerrar permanentemente el archivo del primogénito del Imperator. Ya empezaba a estar cansado de su influencia y ahora que su plan daba marcha, era por demás inconveniente tenerlo pululando en su mente así fuera una simple idea.

Defectos defectos.