Portal a la laguna (Sólo pueden pasar Sheznarda y Mauritius)

La deidad del amor pasional llegó a su templo haciendo una entrada acompañada de trompetas y polvos dorados. Espectáculo que se presentó ante los ojos de nadie, puesto que a diferencia de los tiempos antiguos, el reino de Lydia estaba tan vacío como una caracola de mar. La joven tenía que admitir que a pesar de ser una deidad y estar bastante lejos del caldero hirviente en el que se iba a convertir la tierra, por causa de la guerra entre aquellas deidades que se paseaban en la misma; se encontraba bastante preocupada por aquella nación que le dio cuna y a la que en varias ocasiones pensó en destruir como a un pueblo entero una erupción volcánica.

-Espero que Eris se digne a aparecer... Le doy tan sólo seis días para que se presente o su fantasma se quedará sola. No pretendo se niñera de esa chica. Si esa fantasma quiere, que se cambie de armadura y forme parte de mi reino, sino que se vaya sola a esperar su llegada.- Lydia dijo esto mientras se sentaba sobre una roca grande las orillas de la laguna y esperó con paciencia la llegada de los dos a quienes estaba esperando.

Vacia se encontraba aquel recinto. Asi habia estado en nuestra larga ausencia. Pero parecia que antes por lo menos habia existido un pequeño angelito que rondaba por esos lares. Si cual era el nombre... Alexandra o algo asi por el estilo. Pero eso habia sido varios ayeres, ahora solo estaban algunos cuantos guardianes por parte de aquella mujer, solo sus esclavas por asi decirlo. Habia pasado el portar del recinto de Eris hasta aqui, seguia a la diosa, pero solo era por asuntos importantes. Logre escuchar las ultimas palabras que salian de los labios de aquella mujer.

Creo que ahora si te ha colmado la paciencia Eris, ¿o me equivoco Lydia?,Dije mientras avanzaba hacia ella, para tomarla por las espaldas, y con mis manos tocar su hombro. En realidad, creo que... No se como decirlo...Lleve mi mano derecha hacia mi cabeza, aun teniendola apresada... La otra fantasma tambien a huido... Pero que se le puede hacer no tienen la suficiente fuerza para vivir sin su diosa...

Dije para luego separarme un poco de ella, asi me aleje solo unos cuantos pasos, para dejarla a un lado, mire todo su recinto, era distinto al que habia estado la ultima vez, seria solo una simple cuarto, pero en fin, estabamos seguro, de que nadie nos veria. Por unos instantes mi cuerpo estaba deseoso de ella. Pero como estaban las cosas con los demas dioses, era mas practico prepararnos para pelear...

Y bien, que es lo que deseas hacer lydia... Musite mientras la veia fijamente a los ojos....

Escuchaba con atencion las palabras de aquella dama, mientras lentamente comenzaba a besarme, al fin de todo sentia con placer aquel roce de sus labios. Queria que el tiempo se detuviera de nueva cuenta. La tierra podria esatr sin mi, al fin y al cabo parecia que atena se encargaria de eso. Lentamente lleve mis manos hacia su cintura para apresarla. Mis manos se convertirian en su prision. Y no la soltaria jamas.

Lentamente comence a responder su beso. Nuestra piel comenzaba a fusionarse lentamente. Cada poro de nuestra piel parecia cobrar vida propia. Como si el solo roce produjera un extasis en ambos.

Por mas de que nos lamentemos la perdida de Eris, eso no volvera a traerla. En si ella fue buscando venganza, y asi fue como pago sus ansias de querer matar a apolo. Pero ahora que estamos solos no dejemos que fantasmas interrumpan nuestro encuentro. Ademas creo que tu cuerpo como el mio se sientes necesitados de lujuria y pasion.

Dije para llevar mi mano hacia sus hombros, mientras comence a besarla, comenzando a acariciarla, segui besando sus labios, para bajar lentamente por su barbilla. Besaba cada centimetro de su piel como si fuese lo ultimo que hiciera en mi vida. Lleve mi labios a rozar su cuello, lentamente.

Podriamos estar mas relajados si tuvieras una piscina... Dije mientras no dejaba de besar su cuello. Si quieres podrias pedir unas botellas de vino, fruta y dejarte llevar por todas estas comodidades...

Lydia estaba disfrutando su tiempo junto a Zeus sintiendo cada beso, cada caricia, cada roce sus manos con su piel, cayendo poco a poco en aquel sentimiento que los unió desde la primera vez y que los hizo arder en un fuego pasional tan intenso que nadie sería capaz de apagar ni en un millón de años. Mauritius tenía razón y ella no podía quedarse todo el tiempo pensando en esos asuntos que no tenían solución. Como deidad entendía que esas cosas absurdas quedaban para los humanos, quienes nada más tenían que hacer con sus vidas desdichadas, desdicha que ella trataba de aplacar con pociones de amor sin éxito alguno.

-¿Quieres que nos sumerjamos en agua? Bueno no tengo problemas ya que yo nací en ese lugar, pero por ahora creo que mejor nos quedamos en esta laguna perfecta. No quiero perder mi tiempo buscando una terma o algo así. Lo que más quiero es pasar mi tiempo contigo, nada más.- Lydia dijo esto sonriendo y nuevamente besó a su amante pasando su mano derecha por los dorados cabellos del mismo. Estaba dejando que su pasión dominara todo su ser y que una vez más las cosas que quedasen atrás. Ella como deidad de la lujuria no podía controlar tanto sus ímpetus y menos si su amante venía tan cariñoso a su encuentro, por lo que en uno de sus juegos porfiados, la mujer de los cabellos negros descendió sus labios por el cuello del ex-senador y procedió a succionar con fuerza hasta provocar un cambio de coloración en la piel de ese lugar y luego hizo un camino de besos largos apasionados hasta el hombro del contenedor de Zeus para proceder a morder despacio el mismo y nuevamente subir a buscar los labios de su amado como el hombre sediento en el desierto.

-Yo te presto mi laguna, tú encárgate del vino. Nadie conoce los mejores vinos que tú- dijo la deidad y cerró sus ojos para seguir besando a Mauritius.

Jum,asi que era eso, bien vamos. Dije y rapidamente ante mi mano derecha aparecian dos copas de vidrio, mientras que en mi mano izquierda aparecian dos botellas del mejor vino, que tenia en conserva. Lentamente vacie el contenido en ambas copas, una le ofreci a Lydia mientras que la otra la tomaba yo. Mientras bebia miraba un poco el desolado paisaje. Era verdad era una muy buena vista de aquella laguna, pero en si no habia nada mas. Ni siquiera alguien que nos molestara. Sorbo tras sorbo comenzaba a vaciar el contenido de aquella copa. Esperaba que Lydia tambien comenzara a beber el suyo para servirle despues.

Deje a un lado las botellas cerca de lo que era la laguna. Para luego servirme un poco mas en la copa. Mientras lo hacia, vi directamente a aquella mujer. Era bella, Siempre lo habia sido, y por ello no me importaba si regresara alguna otra mujer de mi pasado. Me quedaria con ella.

Me acerque a ella lentamente mientras la observaba. La bese sin decir palabra alguna, mi cuerpo se quedaba junto al de ella. Solo lo separaban la ropa. Pero eso cambiaria rapidamente. Me separe por unos instantes de ella. Me quite las sandalias, mientras que mi mano izquierda se acercaba a su hombro. Con mis dedos roce lentamente su cuello, mientras que buscaba la manera de deslizar el vestido de su hombro.

Con una mirada tierna, buscaba la aceptacion de aquella mujer. La verdad que podria solamente despojarla de sus ropajes, pero no era un salvaje, no por esta vez. Tenia que ser lo primordial, no sabia cuando volveria a estar cerca de ella. Asi que tendria que ser lo mas placentero posible.

Lydia estaba dejándose llevar por la pasión que ese hombre despositaba sobre ella, en cada roce, en cada beso en cada una de las cosas que decía y en cada mirada. No tenía dudas de que ese hombre la amaba de una manera incontrolable y que ella también lo amaba de la misma manera. La tranquilidad del lago hizo que la mujer de los cabellos negros se asbtrayese un poco de todo el cuadro amoros en el que estaba gustosa de encontrarse, y saliera por unos segundos para observar bien el panorama que tenía en frente. Su reino estaba vacío, el de Zeus también lucía igual, y los dos miembros de su alianza estaban muertos. Todo era un desastre, un desastre enorme que ella tenía que arreglar para hacer favorables las cosas para su amante, por que después de todo ella quería verlo bien, quería que el obtuviese el poder que necesitaba, y entendía con perfecta claridad que con seres como Poseidón y Ares despiertos iba a ser algo complicado, pero había algo más que la molestaba, y era el hecho de que aún no sentía en la tierra, ni en ningún otro lugar la energía de alguien a quien ella preferiría no ver despierto jamás.

Con un presentimiento bastante feo y angustiante, la mujer de los cabellos negros se acercó a Mauritius y lo abrazó sintiendo que por algún motivo no podría hacerlo en mucho tiempo. Quería quedarse ahí, quería congelar el tiempo para que estuveran juntos para siempre, pero ella como una gran seguidora del destino entendía que no podía ser así.

-Mauritius yo lo que más quisiera es quedarme a tú lado y así poder pasar mi tiempo contigo como más deseo en este mundo. Pero acabo de entender algo y es necesario que me ocupe primero de un asunto antes de poder darme el lujo de disfrutar a tu lado.- Afrodita le dio al ex-senador un tierno beso en los labios y siguió con lo que estaba diciendo antes. -Mauritius todo lo que voy a hacer de ahora en adelante es con el fin de que tú obtengas el poder que tanto te corresponde. Quiero que confíes en mí y que no te enojes, porque me voy a ir ahora. De verdad necesito hacer esto.

La diosa del amor pasional le dio otro beso a su amado y lo abrazó con fuerza para luego separarse de él y sacar de sus cabellos un prensapelos y ponérselo en la mano y decir con un tono bastante serio. -Este prensapelos tiene parte de mi poder y mi energía. Si por algún motivo me pasara algo, éste se partirá en dos y con eso sabrás que yo... Bueno que no podré ayudarte más. Si hago esto es porque quiero que tú seas el más temido de todos. NO permitiré que tu nombre sea una burla nunca más! Tus hijos y hermanos deben rendirte tributo y temblar ante tu presencia, y si puedo lograr eso, sólo de esa manera entonces lo haré.- Otra vez Lydia le dio un beso largo y apasionado al rubio y acarició sus cabellos para en una fracción de segundo desaparecer de ese lugar, porque sabía que si se quedaba más tiempo iba a arrepentirse de lo que quería hacer y no podía darse el lujo de hacer tal cosa. No cuando el futuro del hombre que amaba estaba determinado por lo que ella pudiese hacer.

Jum?, asi que despues de todo esto, asi tuvo que acabar. Pense mientras veia como aquella mujer se separaba de mi. Parecia que llevaria alguna pena en todo aquel sentir de alejarse de mi. Me abrazo mientras se quedaba asi por unos segundos. Era demasiado raro. Porque se alejaba mientras que yo estaba ahi. No podia creer que hubiera algun motivo mas importante que estar a mi lado. Musito unas palabras, donde parecia que daba a entender su sentir. Algo estaba dejandola actuar de esa manera. Buscaba poder resolver la incognita pero, quedaba solo, mirando como aquella mujer se despedia con un beso. Y un ultimo detalle. Postraba en mis manos un prensapelos. Era lindo. Pero tenia un significado detras de todo eso. Tenia su cosmos guardado en este objeto, y ademas podria aportar algun mensaje que daria como significado la vida o muerte.

un ultimo beso, y un adios. Eso fue todo lo que quedaba en aquel ambiente. Era algo raro, mientras que solo miraba como aquella mujer se marchaba dandome la espalda. Asi se marcaba una vez mas un capitulo en mi vida. Solamente hacia todo eso por esa mujer. Pero ahora en la tierra parecia que habia un nuevo estado en todo eso. Pronto caeria la deshonra y el caos en todo aquel lugar. Poco a poco la desesperacion de los mas debiles se verian maguyadas por el poder de un dios. Extranjero pero al fin y al cabo era un dios. Errante.

Bien, creo que tendre que bajar a la tierra. Espero poder hacer algo bueno.... Dije mientras en mi mente comenzaban a formarse las mas retorcidas ideas...y sin mas solo me retire de ahi, dejando una estela de color amarillo, y restos de un relampago.