Laguna cercana almonumento de los soldados

por Helena Mar Dic 28, 2010 12:47 pm

Quinto post de la defensa

Especialidad: Predominio sobre la muerte.

Helena había salido del laberinto y ahora se encontraba al pie de la laguna con la figura de su padre aún brillando a o lejos, estaba desesperada por ir a verlo, pero no sabía hasta qué punto era bueno que ella se sumergiera en esas aguas tenebrosas alumbradas por la luz de la luna; pronto se escuchó como metros detrás de ella se abría la tierra, más zombis habían resucitado para buscarla y esta vez Helena ya no tenía las energías suficientes para poder pelear contra tantos, y por ahí algo le decía que una vez que se metiera al agua podría al fin librarse de esos horribles seres.

-Linda yo te recomendaría que entres al agua- djo la voz aterciopelada otra vez detrás de Helena quien ya estaba bastante harta de ese juego y la ignoró por completo mientras se adentraba lentamente en esa laguna sintiendo como el agua le quitaba la tierra, relamente se sentía bien el poder sumergirse en esas heladas y refrescantes aguas, y como sus cabellos estaban también sucios de tierra decidió que sería bueno también el sumergirse totalmente en esas aguas para poder así limpiarlos; mientras estaba sumergida en el agua Helena pensó otra vez en su amor platónico y en cuanto deseaba poder verle, no sabía bien porqué pero sentía que si ella pasaba tal prueba estaría más cerca de ese ángel que tanto le gustaba. Pronto algo la sacó de su trance, alguien había hecho que su atención se viera disipada porque le había tomado las manos.

-Pero qúe...?- Helena detuvo la pregunta en su cabeza porque el horror se apoderó de ella cuando vio una creatura bastante horrible tomar sus manos, eso ya era demasiado, el tacto de su piel con ese ser tan horrible hacia que su piel se erizara aún bajo el agua; la ira se apoderó de la joven quien no de dejó de patear a la creatura hasta que esta la soltó y fue a golpearse con la punta de una roca, fue sólo entonces cuando ella emergió a la superficie y nadó tan rápido como pudo llegando así a la orilla y buscando al fin la figura de su padre, quie ahora no se veía en ese lugar.

-Papá... Dónde te has ido?- Helena bastante cansada se sentó en una roca y luego de respirar profundamente tres veces empezó a llorar desconsoladamente porque no veía a su padre.

-Linda no te pongas a llorar así, tu eres tan valiente, deja de pensar en tu padre, pronto tendrás a alguien mejor que le suplante.

Estas últimas palabras hicieron que Helena se enojara bastante y luego de lenvantarse con furia dijo en voz alta y en un tono muy grosero: -Nadie va a suplantara a mi padre jamás, porque es el único hombre capaz de amarme tal como soy!

Una vez dicho esto Helena caminó en una dirección que ella presumía su padre había tomado y al final se detuvo porque había llegado al monumento de los héroes de guerra, en donde obvmiante no estaba el nombre de su padre; una vez más Helena se sintió cansada y se recostó en el monumento quitando sus cabellos de los ojos porque le estaban estorbando.

-Con que es así? Entonces que tu padre te salve de esto- dijo la voz haciendo que Helena levantara su vista y viera una columna de fantasmas dirigiéndose hacia ella. Estaba perdida no podía contra esos seres, los otros eran físicos y podía romperlos o matarlos pero a los fantasmas eso era demasiado.

-Papá qué hago?- Helena dijo esto estupefacta sin podermoverse, pero sus piernas pronto recuperaron la movilidad y Helena otra vez corrió para tratar de llegar al sitio donde estaba la tumba de su amado padre, si iba a morir por lo menos que fuera en ese lugar, a su lado.

Foto de la creatura

Spoiler:

Narro/hablo/ voz de la armadura que no hace nada aún XD

por Bárbara Lun Feb 07, 2011 11:20 am

Largo rato había transcurrido desde la salida de aquella casona abandonada e incendiada, el trayecto se hizo aburridor y ya comenzaba a mostrar signos de cansancio, mis piernas me dolían un poco, la tarde estaba cayendo y mi cuerpo me pedí descansar un poco, las carretas iban y venían, aunque el tráfico no era constante de vez en cuando se podía apreciar el paso de una que otra por aquel camino.

Seguí caminando a lo lejos ví el gran arbol que se levantaba cerca al lago que se encontraba a las afueras del distrito, corrí hacía él, ese lugar sería el perfecto para descansar. Rápidamente ya me había encontrado bajo la sombra de aquel gran árbol, el viento de agitaba suavemente y una fresca brisa hacía del ambiente algo ameno, me senté junto al árbol mirando el horizonte, no sabía porque siempre que me encontraba por lugares que contuvieran agua, como las veces que arribaba al rio, siempre me entraba cierta nostalgia y recordaba a Manigoldo.

Comencé a masajear mis pies ahí sentada mientras decía: - Aaaaarrrrrrgggggg!!! porque me dio por caminar tanto ... soy una puta solo sirvo para que me cojan!

Medio mal humorada por el dolor en mi pies, miré nuevamente la laguna y sin pensarlo mucho me desvestí, nada sería más relajante, dejando mis ropas solo ellas al pie de la base del árbol, teniendo mis cadenas ajustadas como siempre a mi cintura y mi broche floral en mi cabellos, me levanté y corrí hacia el lago, introduciendome en sus aguas y nadando bajo ellas.

El tiempo pasaba mientras seguía nadando en aquellas aguas, mi cuerpo mostraba cierto bienestar y agradecimiento por ello, yo seguía nadando ya la tarde comenzaba a mostrar señas de querer darle paso a la noche, nadando acercandome a la orilla salí, mis cabellos blanquecinos, mojados y pegados a mi piel, un mecho del lago izquierdo ocultaba con precisión uno de mis senos mientras el otro era expuesto libremente al natural, caminé sin prisas hacia el árbol, sacudí un poco mis cabellos que venían chorreando agua y me senté en el verde césped, lentamente y gracias al cálido viento mi piel al igual que mi pelo se fueron secando, al poco rato tomé mis ropas y me las puse, me quedé un rato más observando el horizonte y luego echandome hacia atrás, boca arriba con mis piernas flexionadas me quedé mirando al cielo, levanté mi mano derecha y como si cogiera una nube susurré: - Cómo será el Olimpo...

Cerrándoseme los ojos y quedándome dormida, una siesta a estas alturas del paseo no vendría mal.

por Alessa0 Miér Feb 09, 2011 9:47 pm

Un poco agitada Alessa corría pues por distraerse en admirar las nubes de aquel firmamento que se pintaba de anaranjado pues le crepúsculo estaba en su plenitud, había perdido el rastro de su hermana, corriendo con desesperación veía de reojo como una lagua se esbozaba y cerca de la orilla bajo un árbol viejo pero frondoso, la estampa de su hermana, al ver que Bárbara esta ahí mirando el paisaje y que ella estaba demasiado a la intemperie, como instinto se echaba hacia la izquierda cayendo brutalmente por detrás de un espinadera, rosando levemente la piel de su muslos, contrayendo su cara por el dolor de aquel golpe, la mujer se arrastraba para así abrir los arbusto y ver que tanto hacia su hermana, al notar que Bárbara se levantaba y se comenzaba despojar de su prendas, Alessa sin pensarlo se dio media vuelta y se quedo contemplando el cielo de la tarde serena, escuchando como las aguas de aquella laguna templada se movían, podía reducir que su pequeña hermana se bañaba, los minutos pasaron hasta hacerse largos, escuchando que el agua dejaba de estar agitada, espero un rato mas tendida en el suelo hasta pensar que ya era tiempo para seguir su andancia de cautela, levantándose veía como su hermana una vez mas retomaba el sendero ya despejada de su mente pues una siesta se había echado de media.

Alessa comenzaba a camina y a mitad de su recorrido se detenía y daba media vuelta viendo deseosa aquellas mansas agua para humectar su cuerpo, pero en aquella ocasión no seria así, pues su objetivo en esa nueva noche: era cuidar del bienestar de su familiar; por lo que apretado con fuerza y rabia sus puños se alejo de ahí, para no perder la esencia de la de cortos cabellos.