Aposentos de Zeus

Solomon...O como mierda te haces llamar humano.... La fuerza de Poseidon que reside en tu cuerpo es mucho mas fuerte que todos tus ilusos pensamientos de poder unificar a toda Roma. Haz estado usando mal este poder que ni siquiera es para ti. No debió ser tu poder.

Musite mientras me levantaba ya por completo. El escozor del rayo anterior sobre mi piel quedaba ya en el olvido. No sentía mas dolor. Incluso mi cosmos comenzaba a arder, después de haber escuchado a aquel idiota que se hacia llamar un dios. Roma no seria nada si yo lo quería. Podría destruirlo en cuestión de segundos. Así era todo. Los humanos no se interpondrían entre el olimpo. Nadie.


Cadenas van y vienen. No me interesa tu vida como humano. Tampoco lo que hayas hecho con Poseidon. Al fin y al cabo todo acabará aquí.

Y acto seguido volvía a sentir la presente luz que me había derrotado hace varios segundos atrás. Pero por ahora no quería seguir siendo menospreciado por ese humano que solo usaba los poderes que se le habían cedido por sus deseos mezquinos. Mi cosmos se encendió y convertí mi poder en una bola de energía que mande impactar directo hacia el ataque que venia. Ambos poderes alumbraron todo el lugar.

No había mas que hablar. Así que rápidamente apunte los pies de Solomon, para que un circulo arcano comenzara a hacerse presente. Un fuego rojo lo trazo mientras que poco a poco comenzaría a abrirse una dimensión lejana a esta. Mientras que mi otra mano sacaba con cuidado el amuleto de medusa, capaz de hacer piedra a cualquier persona que viera directamente sus ojos.

No había pasado mucho tiempo, después de que Solomon había parecido en mi recinto Incluso seguía con la misma risa burlona que del principio. Su mente perdida en el control de semejante poder. Parecía que en aquel estado era mas peligroso que en el humano. Como podía haber sido tan tonto de no sentir alguna cosmo energía que emanara de ese senador. Si había estado bastante tiempo. Incluso el era el importante. El que podía hablar con quien quisiera sin que algún otro le pudiese callar.

Solomon.... Sigue con su destino.... Pensé mientras veía de reojo como miraba a Sophia. No se alejaba de ahí ni un segundo. Incluso desde muy en fondo parecía que quería protegerme. Pero debería ser al contrario. Por ello la había llevado hasta ahí. Me veía diezmado por aquel poder. Incluso ataque contra ese sujeto una vez. Pero parecía que no le afectaba en nada. Un brillo cegador estaba en el ambiente. Incluso podría decirse que me hacia ilusiones. Mi vista me jugaba de una manera espantosa. Detrás de Solomon se me hacia ver unas puertas. Era algo ilógico. Que estaba tramando aquel sujeto.

Solomon.... Musite mientras que de nueva cuenta elevaba mi cosmos. Esta vez, golpee directamente el suelo, para que con ello, el ataúd saliera lo mas rápido posible. Quería apresar a Solomon antes de que hiciera cualquier otro movimiento.

Sophia mencionaba algo de poder apresarlo. Lo veía difícil puesto que, después de todo, era un dios, no existía alguna arma para poder detenerlo. Lentamente mire como de nueva cuenta enviaba un luz que atravesaba todo mi recinto. Sin duda, usaría de nueva cuenta su poder contra la mente. Porque usaba todo eso. Es que acaso no podía pelear bien. Quería siempre usar la desventaja de su rival. Las ideas de nueva cuenta aparecieron en mi cerebro. Tome con ambas manos mi cabeza. Parecía que querían invadirme. Mi mano comenzó a formar una bola de energía que antes de que su rayo de luz pudiera chocar con mi cuerpo, choco primero con mi poder.

Vamos Solomon, no uses las mismas tonterías varias veces, que no funcionaran en mi. Dije mientras exhalaba poco a poco, la sola presencia de ese ataque me hacia dudar.Bien puesto que te gusta pelear sucio Solomon. Veamos que puedes hacer de nuevo con tu juguete.

Dije mientras que mi mano derecha iba a mi espalda, para tomar de nueva cuenta aquel amuleto de medusa. Que podria convertir a cualquiera en piedra. Queria ver que tanto era capaz Solomon de evitar este ataque. Queria dejarlo hecho piedra para que no se moviera.

Mira sus ojos...

Después de muchos intentos, parecía que al fin había logrado mi objetivo. Sellar a Solomon. Pensar que su propia arma lograría hacerlo. Medusa, aquel amuleto que encontré en uno de los tantos lugares de Roma. Pensar que no serviría para nada. Vi como a lo lejos, los ojos de medusa habían hecho efecto sobre el arrogante Solomon. Poco a poco cada centímetro de su cuerpo inmundo se fue convirtiendo en piedra. Quede cansado, mientras respiraba mas profundo, puesto que ya estaba cansado de todo ello. Las heridas que había causado aquel dios solo comenzaban a doler muy poco.

Sophia miraba a la estatua de piedra de Solomon. Aun buscando alguna respuesta en sus gestos. Palabras de mas, palabras de menos. Se sorprendía por el poder que podría tener un dios. Ese mismo poder tendría ella en su interior. Incluso podría ser superior. No había sido la mejor manera de detenerlo, pero algo lograba en ese momento. Se escuchaba el llanto de aquella mujer. Bajito, pero con mucho sentimiento.

Se acerco a mi, limpiándose las ultimas lagrimas. Me miraba con unos ojos llorosos, pero aun así se los cubría. Cuidaba de que no la viera débil. Hablo unas cuantas palabras, para después solamente miraba como su cosmos dorado se hacia mas grande. Había despertado ese poder dentro de ella. Ya no seria mas Sophia Juliai, incluso, sentí ese cosmos cálido. Cubriendo todas mis heridas. Para después de eso, aceptar el poder que yacía dentro de ella. Tomaba como responsabilidad ser la diosa Atena.

Eso era lo que buscaba, y al momento antes de que Solomon apareciera lo buscaba. Las circunstancias se habían dado de poco en poco. En ese momento hubiera hecho un completo caos. Pensaba en golpearla. Destrozarla por completo hasta que ella hubiese aceptado su rol en este mundo. Pero todo cambio. No había nada mas que aceptar su petición.

Camine hacia la estatua de Solomon. Abrí un portal en el suelo. Buscaba la manera de alejarlo lo mas pronto de todo. El destino después de todo era la tierra. Aunque estuviera apresado por la roca aun era un peligro. No tenia el suficiente poder como para enviarlo a algún otro lado. El desierto de Egipto seria por el momento la estadía de ese dios. Seria bueno para el no volver a regresar aqui...

Voltee un momento para ver a Sophia... Me acerque a ella y solo pude decir...Bien, bien... No puedo decirte que no... ya has aceptado tu destino... Dije mientras la tomaba lentamente de la cintura. La abrace lentamente mientras que mis labios solo se dirigieron hacia su frente. Un beso nada mas. Para luego, con mi cosmos comenzara a elevarse. Nuestros cuerpos se fusionaron lentamente para desaparecer ahi. Ahora mi destino era hacer su voluntad realidad... La llevaria al santuario...