Entrada a la casa de piscis

por Sheznarda Vie Ene 27, 2012 8:07 pm

Al fin había llegado la hora de la verdad. Sheznarda había logrado su objetivo y podía decir que le gustaba el resultado de todo su esfuerzo. La casa de Piscis estaba frente a ella mostrándose tan imponente y fuerte como siempre. Era de su conocimiento que ahí dentro estaba la armadura que había aceptado tomar una vez que su fantasma del hambre había intentado matarla causándole el más indescriptible de los dolores que ella hubiese podido conocer.

-Mira Heero! Este es sitio que será nuestro nuevo hogar, debemos cuidarlo y mantenerlo en orden para que nuestra deidad esté orgullosa de nosotros, además...- Sheznarda tomó a su mascota de la cola y la alzó hasta ponerla frente a sus ojos- Tenemos que probar esa técnica mía, no crees que te voy a dejar escapar.

La mascota de la ladrona al escuchar tal cosa aún sin entender bien lo que que le estaba diciendo la rubia se asustó y empezó a moverse de un lado a otro tratando de escaparse, luego de varios segundos de ver que su labor no tenía éxito desistió mientras su dueña reía bastante divertida. -No te asustes no te pasará nada.- dijo la ladrona mientras subía con lentitud los escalones hacia la que iba a ser su casa.

por Sheznarda Lun Abr 16, 2012 3:45 pm

Sheznarda la amazona de piscis llegó otra vez a la entrada de su casa. Estaba segura de que si entrenaba en ese lugar no iba a destruir la estructura interna del templo, pues precisamente esas eran las que tenían que ser conservadas a cualquier costo. Las escaleras así como el descanso que dividía el sitio donde termina el terreno de la casa anterior y empezaba el templo de piscis era algo prescindible para ella, por lo cual no pensaba que hubiera algún tipo de problema si ella decidía practicar su futuro ataque ahí. Lo que Shezanrda vio afuera del templo era algo impresionante, pues nunca se había imaginado que tenía la fuerza suficiente para poder agrietar en suelo concentrando su cosmos en un sólo golpe. Eso era algo realmente nuevo para ella, y sinceramente se le antojaba algo mucho mejor que su técnica del reloj de arena gigante cuya utilidad aún no podía definir bien porque no tenía ni la menor idea de cómo hecharlo a andar correctamente.

-Cielos! No pensé que yo podría hacer algo como esto! - La fantasma se acercó junto a su mascota a ver la grietas en el suelo, pues éstas desprendían un brillo amarillo que transmitía una especie de energía cálida capaz de derretir o destruir parte de lo que estaba en contacto con ella. - Parece como si quisiera salir de ese lugar. Seguro tiene una gran fuerza destructiva este peculiar cosmos.- Dijo la amazona de los cabellos rubios agachándose un poco, pues era muy peligroso que ella se acercase demasiado. -Debería buscar la forma de hacerla salir para ver qué puedo lograr con esto. Me gusta más que el reloj de arena ese. Algún día eso sí, perefeccionaré esa técnica, pero por ahora esta me gusta más.

La amazona de los cabellos largos se alejó un poco y regresó sobre sus pasos para ponerse en el sitio donde terminaban los escalones del descanso del camino hacia su casa. Concentrando su cosmo energía de color amarillo brillante, la joven ladrona pegó otra vez con su puño fuertemente en el suelo haciendo que el cosmos dorado saliera del suelo disparado hacia arriba haciendo un gran estruendo con una energía tan cálida que parecía que la fantasma estaba imitando imitando el calor parecido al de la luz del sol con esa técnica.

-Qué lindo! Esto aún no sé qué utilidad tiene, pero seguro será algo bueno más adelante. Pero si sólo saco cosmos debajo del suelo no voy a lograr hacer nada interesante y seguro el cabellero amargado se burarlá de mí. Además quiero que mi señora se sienta orgullosa de mí.- Dijo la amazona como si fuera una cría, mientras sentía que su corazón se llenaba de alegría al pensar en su deidad. Pues entendía por completo que ese nuevo poder era únicamente por la mano benefactora de ella . No lo sabía aún la joven, pero una figura etérea se veía detrás de ella. Era la imagen traslúcida de Athena a quien aún no había visto, pero cuyo espíritu guardián de piscis conocía a pesar de no haberla visto antes. Poco a poco los vestigios de la mala energía del fantasma del hambre iban a ser desaparecidas de manera gradual y finalmente la amazona de piscis sería tan buena y amable como tendría que ser un caballero de Athena.

-Creo que mejor me detengo un poco y busco otro lugar para seguir con lo de mi entrenamiento. No quiero terminar por destruir el sitio que se supone debo proteger a toda costa- Dijo la amazona de piscis luego de observar que las rajaduras del piso habían aumentado de tamaño.

-Vamos heero, es hora de dar un paseo.- Dijo la amazona mientras descendía por las escaleras con su mascota. Abajo había una villla, suponía que ahí que podría encontrar un sitio en ruinas o un descampado donde poder entrenar su futuro ataque de amazona dorada.

Segundo post del segundo ataque medio elemento: cosmos

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