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Apuestas del bajo mundo
2 participantes
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Apuestas del bajo mundo
Dejando atrás las calles de aquel bajo mundo que consideraba su hogar permanente, se adentro a un recinto de mala muerte pero que sólo lucia así por fuera para despistar o de algún modo impedir que cualquier tipo de gente entrara a tal lugar donde el dinero corría como si fuera agua.
Su entrada no fue llamativa en ningún sentido claro para ella, sólo abrió la puerta y entró al lugar en busca de una mesa donde empezar la diversión nocturna que la esperaba pero como era de suponerse su llegada había llamado la atención de los presentes más cercanos a donde se encontraba, ella podía divisar los ojos de sus próximas víctimas algunos de miedo, de odio y avaricia al ver que la muchacha que tenian en frente a ellos no era nada mas ni nada menos que una apostadora de grandes sumas de dinero, dinero que no le importaba perder si eso provocaba en ella alguna clase de alegría o diversión.
-Oye tú... muévete necesito tu asiento-
Palabras frías un tanto despectivas se escucharon de sus labios al dirigirse al sujeto que se encontraba sentado en un lugar privilegiado que permitía observar casi todo el salón. Se sentó y en el trayecto observo los hombres que estaban en su mesa, les dedico una sonrisa altanera demostrando su orgullo y su abundante confianza en los juegos de azar.
-Empecemos con una cantidad considerable y que... !Rueden los dados!-
Su entrada no fue llamativa en ningún sentido claro para ella, sólo abrió la puerta y entró al lugar en busca de una mesa donde empezar la diversión nocturna que la esperaba pero como era de suponerse su llegada había llamado la atención de los presentes más cercanos a donde se encontraba, ella podía divisar los ojos de sus próximas víctimas algunos de miedo, de odio y avaricia al ver que la muchacha que tenian en frente a ellos no era nada mas ni nada menos que una apostadora de grandes sumas de dinero, dinero que no le importaba perder si eso provocaba en ella alguna clase de alegría o diversión.
-Oye tú... muévete necesito tu asiento-
Palabras frías un tanto despectivas se escucharon de sus labios al dirigirse al sujeto que se encontraba sentado en un lugar privilegiado que permitía observar casi todo el salón. Se sentó y en el trayecto observo los hombres que estaban en su mesa, les dedico una sonrisa altanera demostrando su orgullo y su abundante confianza en los juegos de azar.
-Empecemos con una cantidad considerable y que... !Rueden los dados!-
Amelia- Cantidad de envíos : 26
Re: Apuestas del bajo mundo
Amelia/Joven apostador
El dinero ya se encontraba colocado en la mesa, sin duda la cantidad era considerable ya que varios ojos llenos de avaricia se posaron sobre ellos con aquel brillo que sólo el dinero puede generar en los hombres. Amelia diviso con calma la a la gente a su alrededor mientras un hombre se encargaba de colocar los tan ansiados dados de la victoria o derrota sobre la mesa.
Mientras la mesa se acomodaba varias jarras de cerveza y de distintos licores se hicieron presentes en la mesa acompañando o mejor dicho embriagando a los hombres para que estos soltaran más rápido el dinero comprando los tan preciados productos del local. De la nada un vaso lleno con lo que ella supuso era licor fue colocado en su delante, ella vio el vaso lleno y burbujeante de dicho liquido que se negó a probar un solo sorbo, viro su mirada a su izquierda y observo a un hombre con una sonrisa parecía que él era el que le había ofrecido tal perdición.
-No pienso beber esta cosa, así que no se moleste en tratar de embriagarme... que no resultara. Si no tiene nada más que ofrecerme larguese que interrumpe mi diversión-
Terminada aquella conversacion solo por parte de ella, los dados fueron colocados sobre la mesa anunciando el comienzo del juego tan esperado por los presentes y más aún por los jugadores, ni bien los dados habían tocado mesa un joven un poco mayor que ella tomó los dados y se dispuso a realizar la primera lanzada. Con la apuesta inicial ya en mesa todo estaba listo para empezar con "la apuesta del primer lanzamiento".
-No te parece que estas muy precipitado, acaso quieres perder tan rápido tu dinero-
Amelia le dirigió unas palabras al joven que estaba sentado justo en frente de ella, con una sonrisa trato de poner algo de presión sobre el muchacho, después de todo estos juegos eran de estrategia y azar.
-Crees que con tus trucos baratos podrás hacerme temblar como al resto-
El joven no tardo en responder de una forma muy parecida a la de Amelia, quien solo cerro los ojos, manteniendo aún su sonrisa en su rostro.
-Soy el "Lanzador", hago la primera tirada de dados... veamos como va mi suerte hoy-
El par de dados fueron lanzados mientras la gente se llenaba de expectativa al querer conocer el resultado así como el resto de jugadores menos la joven apostadora de cabellos gris. El movimiento de giro parecía no terminar nunca aumentando aún más la ansiedad del "Lanzador" que esperaba que su resultado fuera un 7 o un 11.
Mientras la mesa se acomodaba varias jarras de cerveza y de distintos licores se hicieron presentes en la mesa acompañando o mejor dicho embriagando a los hombres para que estos soltaran más rápido el dinero comprando los tan preciados productos del local. De la nada un vaso lleno con lo que ella supuso era licor fue colocado en su delante, ella vio el vaso lleno y burbujeante de dicho liquido que se negó a probar un solo sorbo, viro su mirada a su izquierda y observo a un hombre con una sonrisa parecía que él era el que le había ofrecido tal perdición.
-No pienso beber esta cosa, así que no se moleste en tratar de embriagarme... que no resultara. Si no tiene nada más que ofrecerme larguese que interrumpe mi diversión-
Terminada aquella conversacion solo por parte de ella, los dados fueron colocados sobre la mesa anunciando el comienzo del juego tan esperado por los presentes y más aún por los jugadores, ni bien los dados habían tocado mesa un joven un poco mayor que ella tomó los dados y se dispuso a realizar la primera lanzada. Con la apuesta inicial ya en mesa todo estaba listo para empezar con "la apuesta del primer lanzamiento".
-No te parece que estas muy precipitado, acaso quieres perder tan rápido tu dinero-
Amelia le dirigió unas palabras al joven que estaba sentado justo en frente de ella, con una sonrisa trato de poner algo de presión sobre el muchacho, después de todo estos juegos eran de estrategia y azar.
-Crees que con tus trucos baratos podrás hacerme temblar como al resto-
El joven no tardo en responder de una forma muy parecida a la de Amelia, quien solo cerro los ojos, manteniendo aún su sonrisa en su rostro.
-Soy el "Lanzador", hago la primera tirada de dados... veamos como va mi suerte hoy-
El par de dados fueron lanzados mientras la gente se llenaba de expectativa al querer conocer el resultado así como el resto de jugadores menos la joven apostadora de cabellos gris. El movimiento de giro parecía no terminar nunca aumentando aún más la ansiedad del "Lanzador" que esperaba que su resultado fuera un 7 o un 11.
Amelia- Cantidad de envíos : 26
Re: Apuestas del bajo mundo
Cuando los dados se detuvieron varios gritos de asombro se escucharon alrededor de la mesa a pesar de ello los ojos de Amelia se mantenía cerrados aún para evitar ver el resultado, mas aquella sonrisa traviesa que reflejaba su rostro se contradecia con la incerteza que invadía su interior, sabía que esto era un juego de azar y mayormente las derrotas eran debido a si tenías la suerte de tu lado o no. Pero el adoptar un comportamiento sin preocupaciones ayudaba bastante a poner nerviosos a sus rivales como ahora lo estaba haciendo.
Antes de mostrar sus ojos lilas resplandecientes al publico que se había tomado la molestia de asistir a una de sus victorias, escucho la voz del muchacho, no era difícil el ignorar sus palabras no pronunciables en las grandes familias de Roma, pero como uno de los basureros de la ciudad los modales y la etiqueta no eran muy acogidas en el bajo mundo. Maldiciones y más palabras soezes eran libres en aquella mesa de madera, el espectáculo que el joven daba gratuitamente para los presentes era sin duda la de un muchacho caprichoso que odiaba perder, esa misma escena provoco que la sonrisa de Amelia se ensanchara aún más y abriera sus ojos en un parpadeo.
Sólo basto una mirada burlesca por parte de ella para que los ánimos se caldearan y que el joven pelinegro le dedicara una mirada llena de odio que simplemente ignoro como si nadie estuviera sentado allí.
-Es mi turno... oye idiota mira atentamente así se tira unos dados-
Elevo la voz para provocar al pelinegro mientras él sólo gruñía en respuestas y lanzo los dados con elegancia y maestría, quizás lo único en lo que era buena; los juegos de azar. Los dados giraban sobre la mesa a velocidad normal mientras la joven se recostaba sobre su silla y cruzaba los brazos.
-Aclaro que es el "Primer lanzamiento"-
Antes de mostrar sus ojos lilas resplandecientes al publico que se había tomado la molestia de asistir a una de sus victorias, escucho la voz del muchacho, no era difícil el ignorar sus palabras no pronunciables en las grandes familias de Roma, pero como uno de los basureros de la ciudad los modales y la etiqueta no eran muy acogidas en el bajo mundo. Maldiciones y más palabras soezes eran libres en aquella mesa de madera, el espectáculo que el joven daba gratuitamente para los presentes era sin duda la de un muchacho caprichoso que odiaba perder, esa misma escena provoco que la sonrisa de Amelia se ensanchara aún más y abriera sus ojos en un parpadeo.
Sólo basto una mirada burlesca por parte de ella para que los ánimos se caldearan y que el joven pelinegro le dedicara una mirada llena de odio que simplemente ignoro como si nadie estuviera sentado allí.
-Es mi turno... oye idiota mira atentamente así se tira unos dados-
Elevo la voz para provocar al pelinegro mientras él sólo gruñía en respuestas y lanzo los dados con elegancia y maestría, quizás lo único en lo que era buena; los juegos de azar. Los dados giraban sobre la mesa a velocidad normal mientras la joven se recostaba sobre su silla y cruzaba los brazos.
-Aclaro que es el "Primer lanzamiento"-
Amelia- Cantidad de envíos : 26
Re: Apuestas del bajo mundo
Priscos habia llegado ya a los barrios bajos de Roma donde se juntaban los peores entre los peores habitantes del inmenso imperio, el viaje habia sido un fastidio, la mirada acosadora de Helena y el hambre que provocaba que su estomago se auto devorara hacían de este viaje una tortura, ni Jason y los argonautas habían sufrido tanto en su viaje para buscar el vellocino dorado como el y probablemente Helena aunque no lo demostrara andaban sufriendo.
A la distancia se vislumbraba una choza, que mas bien parecía entre marranera y choza, -quizás vendan comida- dijo Priscos dirigiéndose a Helena, que no quitaba la mano de su sien derecha hasta que entraron, el lugar parecía mas un lugar de apuestas que un lugar donde pudieran encontrar alimentos para ingerir, pero una voz llamo la atención de Priscos, -Es mi turno... oye idiota mira atentamente así se tira unos dados-, dijo una joven mujer -Aclaro que es el "Primer lanzamiento"-, al parecer le hablaba a un joven de cabello negro, y parecía que estaban discutiendo por algo que Priscos no podía ver hasta que este se acerco a ellos y pudo ver que andaban jugando una clase de juegos con dados.
OFF
Pues ya estoy aquí, disculpa la tardanza, pero si aun quieres rolear con migo adelante.
A la distancia se vislumbraba una choza, que mas bien parecía entre marranera y choza, -quizás vendan comida- dijo Priscos dirigiéndose a Helena, que no quitaba la mano de su sien derecha hasta que entraron, el lugar parecía mas un lugar de apuestas que un lugar donde pudieran encontrar alimentos para ingerir, pero una voz llamo la atención de Priscos, -Es mi turno... oye idiota mira atentamente así se tira unos dados-, dijo una joven mujer -Aclaro que es el "Primer lanzamiento"-, al parecer le hablaba a un joven de cabello negro, y parecía que estaban discutiendo por algo que Priscos no podía ver hasta que este se acerco a ellos y pudo ver que andaban jugando una clase de juegos con dados.
OFF
Pues ya estoy aquí, disculpa la tardanza, pero si aun quieres rolear con migo adelante.
Priscos- Dios/a
- Reino : Inframundo
Cantidad de envíos : 116
Re: Apuestas del bajo mundo
La joven de cabellos grises se mantenía recostada sobre su silla mientras observaba el movimiento de los dados frente a ella mas el crujir de la puerta provocó que tanta concentración en la mesa fuera despistada con la llegada de un nuevo apostador ya que no era común que un apostador llegue tarde a estos encuentros donde la adrenalina de los riesgos aumentaba la emoción de los juegos para los apostadores expertos o simplemente que el que se presentaba era un novato.
-Ohh... un nuevo invitado-
Amelia pronuncio con sarcasmo y con alegría de poder desfalcar a alguien nuevo en este mundo bizarro y cruel. Mas no estaba dispuesta a voltear su rostro ni mirar de reojo al nuevo invitado, ella sólo esperaba que el caminara y se mostrara ante todos y así había sucedido cuando vio una melena rubia asomarse sobre la gente que rodeaba la mesa. Por unos momentos su vista quedo fija en aquel rubio alto de tez pálida que tenía en frente hasta que un grito por parte de la gente, le saco de su ensimismamiento provocando que sus ojos viajaran rápidamente hacia los dados que hasta hace unos instantes había lanzado.
Una sonrisa de satisfacción adorno sus labios cuando vio el resultado de sus dados, nada mejor que un siete para declararse ganadora ella misma y tomar todo el dinero de la mesa que le pertenecía desde ahora.
-¿Porque tan enojado? Alegrate, estas aprendiendo de mi-
Aquellas palabras tan amables por parte de Amelia, iban dirigidas hacia el pelinegro que en esos instantes su furia estaba al límite y que quizás no iba a poder aguantar otra ronda de derrotas y menos aún en manos de la joven Amelia.
-Ahora... Miren lo que nos ha traído el viento de Roma, un habitante de las mejores calles de la ciudad o al menos del buen mundo de allí... Oye, ¿qué hace una persona como tu en un sitio tan miserable como este?-
Sus palabras eran certeras y a nadie en la sala pareció importarle aquella definición de "miserables" porque cada uno de ellos conocía su estilo de vida y era algo imposible de cambiar, todas las miradas se fijaron en el rubio que tenían en frente y al cual la joven le había dedicado unas palabras.
-Ohh... un nuevo invitado-
Amelia pronuncio con sarcasmo y con alegría de poder desfalcar a alguien nuevo en este mundo bizarro y cruel. Mas no estaba dispuesta a voltear su rostro ni mirar de reojo al nuevo invitado, ella sólo esperaba que el caminara y se mostrara ante todos y así había sucedido cuando vio una melena rubia asomarse sobre la gente que rodeaba la mesa. Por unos momentos su vista quedo fija en aquel rubio alto de tez pálida que tenía en frente hasta que un grito por parte de la gente, le saco de su ensimismamiento provocando que sus ojos viajaran rápidamente hacia los dados que hasta hace unos instantes había lanzado.
Una sonrisa de satisfacción adorno sus labios cuando vio el resultado de sus dados, nada mejor que un siete para declararse ganadora ella misma y tomar todo el dinero de la mesa que le pertenecía desde ahora.
-¿Porque tan enojado? Alegrate, estas aprendiendo de mi-
Aquellas palabras tan amables por parte de Amelia, iban dirigidas hacia el pelinegro que en esos instantes su furia estaba al límite y que quizás no iba a poder aguantar otra ronda de derrotas y menos aún en manos de la joven Amelia.
-Ahora... Miren lo que nos ha traído el viento de Roma, un habitante de las mejores calles de la ciudad o al menos del buen mundo de allí... Oye, ¿qué hace una persona como tu en un sitio tan miserable como este?-
Sus palabras eran certeras y a nadie en la sala pareció importarle aquella definición de "miserables" porque cada uno de ellos conocía su estilo de vida y era algo imposible de cambiar, todas las miradas se fijaron en el rubio que tenían en frente y al cual la joven le había dedicado unas palabras.
Amelia- Cantidad de envíos : 26
Re: Apuestas del bajo mundo
La vista de aquel aquella acalorada jugada se vio cortada debido al amontonamiento de personas que al igual que la chica apostadora se llenaban de emoción, emoción que solo podía sentir el ganador. -Ohh... un nuevo invitado- proclamo aquella femenina voz nuevamente, parecía que después de todo su llegada se había sido percibida.
Las personas presentes en ese lugar ahora ya se encontraban distraídas en otro lugar y asi con la misma velocidad con la que habían percibido a Priscos y a Helena asi los habían olvidado para celebrar la victoria de la joven que había ganado esa partida. Helena se apresuro a situarse del lado derecho de Priscos, al parecer se sentía incomoda con la presencia de las demás personas, -¿Porque tan enojado? Alegrate, estas aprendiendo de mi- Dijo la joven voz femenina, eso sin duda alguna era indicador de que había ganado.
Fue entonces cuando las multitud de espectadores se hicieron aun lado como si fuera pasar algo o alguien a lo que temieran para dejar ver a la joven de cabello negro que estaba sentada en una silla -Ahora... Miren lo que nos ha traído el viento de Roma, un habitante de las mejores calles de la ciudad o al menos del buen mundo de allí... Oye, ¿qué hace una persona como tu en un sitio tan miserable como este?- le pregunto la joven, -Solo paseaba haber a donde llegaba y nos encontramos con este lugar- dijo Priscos mientras Helena miraba a la joven, -Pero parece que hemos herrado de lugar-
Las personas presentes en ese lugar ahora ya se encontraban distraídas en otro lugar y asi con la misma velocidad con la que habían percibido a Priscos y a Helena asi los habían olvidado para celebrar la victoria de la joven que había ganado esa partida. Helena se apresuro a situarse del lado derecho de Priscos, al parecer se sentía incomoda con la presencia de las demás personas, -¿Porque tan enojado? Alegrate, estas aprendiendo de mi- Dijo la joven voz femenina, eso sin duda alguna era indicador de que había ganado.
Fue entonces cuando las multitud de espectadores se hicieron aun lado como si fuera pasar algo o alguien a lo que temieran para dejar ver a la joven de cabello negro que estaba sentada en una silla -Ahora... Miren lo que nos ha traído el viento de Roma, un habitante de las mejores calles de la ciudad o al menos del buen mundo de allí... Oye, ¿qué hace una persona como tu en un sitio tan miserable como este?- le pregunto la joven, -Solo paseaba haber a donde llegaba y nos encontramos con este lugar- dijo Priscos mientras Helena miraba a la joven, -Pero parece que hemos herrado de lugar-
Priscos- Dios/a
- Reino : Inframundo
Cantidad de envíos : 116
Re: Apuestas del bajo mundo
“Por lo menos no parece un lugar peligroso” pensaba Priscos, pero Helena parecía inquieta, quizás algo o alguien en ese lugar la asustaba tanto que hacía que se acercara a Priscos y prácticamente lo usara como escudo para evitar las miradas de las pocas personas que los miraban.
A Priscos le parecía raro como es que mujeres se metieran en ese tipo de lugares, solo había dos mujeres en ese sitio y una parecía estar más entretenida en su juego que en la presencia de los recién llegados y la otra no era nadie mas que Helena, una joven que parecía tener el cerebro de una persona menor a la de su edad.
El lugar de pronto parecía menos agradable que cuando habían entrado en el, el piso de piedra estaba lleno de vino recién derramado por la euforia del juego y de otro que se hacia evidente únicamente por las manchas que este dejaba al secarse. –Parece que hemos llegado a un lugar poco apropiado para nuestra causa original- le dijo Priscos a Helena mientras ponía su mano sobre su estomago.
A Priscos le parecía raro como es que mujeres se metieran en ese tipo de lugares, solo había dos mujeres en ese sitio y una parecía estar más entretenida en su juego que en la presencia de los recién llegados y la otra no era nadie mas que Helena, una joven que parecía tener el cerebro de una persona menor a la de su edad.
El lugar de pronto parecía menos agradable que cuando habían entrado en el, el piso de piedra estaba lleno de vino recién derramado por la euforia del juego y de otro que se hacia evidente únicamente por las manchas que este dejaba al secarse. –Parece que hemos llegado a un lugar poco apropiado para nuestra causa original- le dijo Priscos a Helena mientras ponía su mano sobre su estomago.
Priscos- Dios/a
- Reino : Inframundo
Cantidad de envíos : 116
Re: Apuestas del bajo mundo
Amelia - Joven
La respuesta del rubio hacia la pregunta hecha por la joven Amelia, le causo gracia que no pudo ocultar, que se vio reflejada en una risa suave, cuando paro su vista se fijó nuevamente en la del recién llegado que venía acompañado de una joven dama por lo que podía ver pues la joven estaba tranquila y quizás lucia algo temerosa.
-Es notorio que este no es un lugar para personas como tú... aunque que hayas paseado por las calles que conllevan a este lugar ha debido darte una idea de donde estas o ¿me equivoco?-
Con esa afirmación la joven tomó nuevamente los dados de la mesa y lanzo sin mirar y con indiferencia como si conociera de antemano cual sería el resultado de su victoria otra vez. Su vista viajó de la del joven hacia la muchacha mientras la miraba detenidamente era sorprendente que haya llegado hasta allí y que no haya sido molestada por los hombres, si así podía llamarse-les a los habitantes de esta parte de la ciudad.
Una sonrisa burlona se vio reflejada en la peligris cuando escuchó las palabras del auto invitado, mientras la gente de alrededor imitaba la acción de Amelia ¿Qué esperaba encontrar acá aquel rubio? Mas la acción de tocar su estomago le indicó que el hambre había sido la causa de que ambos pisaran este bar de apuestas.
Un grito de euforia y de furor lleno la sala ocasionando que Amelia reaccionara y girara su rostro hacia la mesa buscando con la mirada el resultado de los dados que nuevamente le sonreían en fortuna. Con otra sonrisa llena de sarcasmo miro al joven frente a ella y le dedico esa sonrisa en especial mientras el otro frustrado por la ira se paraba de la mesa de golpe y se retiraba enojado no sin antes dejar su dinero en la mesa debido a su derrota.
-Vete, si no tienes dinero retirate del lugar, si deseas que te preste dinero tendras que pedirlo de buena forma-
-¡Jamás, le pediré dinero a alguien como tú!-
-Pero que orgulloso... si eso deseas bien y no te olvides de regresar si consigues más dinero-
Con esas ultimas palabras el joven desaparecio dejando el lugar hecho una fiera capaz de destrozar todo pero no era conveniente hacer enojar a los dueños del lugar que no eran personas muy comunes.
-Bueno, rubio si deseas comer algo ahí esta la barra o deseas acompañarnos en un juego de lo que desees, te daré a escoger... pero sólo si traes dinero-
-Es notorio que este no es un lugar para personas como tú... aunque que hayas paseado por las calles que conllevan a este lugar ha debido darte una idea de donde estas o ¿me equivoco?-
Con esa afirmación la joven tomó nuevamente los dados de la mesa y lanzo sin mirar y con indiferencia como si conociera de antemano cual sería el resultado de su victoria otra vez. Su vista viajó de la del joven hacia la muchacha mientras la miraba detenidamente era sorprendente que haya llegado hasta allí y que no haya sido molestada por los hombres, si así podía llamarse-les a los habitantes de esta parte de la ciudad.
Una sonrisa burlona se vio reflejada en la peligris cuando escuchó las palabras del auto invitado, mientras la gente de alrededor imitaba la acción de Amelia ¿Qué esperaba encontrar acá aquel rubio? Mas la acción de tocar su estomago le indicó que el hambre había sido la causa de que ambos pisaran este bar de apuestas.
Un grito de euforia y de furor lleno la sala ocasionando que Amelia reaccionara y girara su rostro hacia la mesa buscando con la mirada el resultado de los dados que nuevamente le sonreían en fortuna. Con otra sonrisa llena de sarcasmo miro al joven frente a ella y le dedico esa sonrisa en especial mientras el otro frustrado por la ira se paraba de la mesa de golpe y se retiraba enojado no sin antes dejar su dinero en la mesa debido a su derrota.
-Vete, si no tienes dinero retirate del lugar, si deseas que te preste dinero tendras que pedirlo de buena forma-
-¡Jamás, le pediré dinero a alguien como tú!-
-Pero que orgulloso... si eso deseas bien y no te olvides de regresar si consigues más dinero-
Con esas ultimas palabras el joven desaparecio dejando el lugar hecho una fiera capaz de destrozar todo pero no era conveniente hacer enojar a los dueños del lugar que no eran personas muy comunes.
-Bueno, rubio si deseas comer algo ahí esta la barra o deseas acompañarnos en un juego de lo que desees, te daré a escoger... pero sólo si traes dinero-
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Off: Lamento la demora -w-
Amelia- Cantidad de envíos : 26
Re: Apuestas del bajo mundo
Priscos no podía entender que era lo que le causaba gracia a la joven apostadora, “Quizás se este burlando de mi” pensó mientras la miraba, -Es notorio que este no es un lugar para personas como tú... aunque que hayas paseado por las calles que conllevan a este lugar ha debido darte una idea de donde estas o ¿me equivoco?- dijo la joven mientras esta fijaba la mirada en Helena que para ese entonces ya no parecía tener miedo.
-Vete, si no tienes dinero retirate del lugar, si deseas que te preste dinero tendrás que pedirlo de buena forma- Dijo la joven, pero esas palabras no eran dirigidas a Priscos, sino a su acompañante que parecía enloquecer debido a su coraje, -¡Jamás, le pediré dinero a alguien como tú!- le respondieron, sin duda era un juego muy acalorado. La joven dijo algo mas que Priscos no pudo oir pero que se evidencio cuando su acompañante se levanto de su banco muy enojado y salió empujando a todos pasando aun lado de Priscos y Helena, que se había asustado al verlo tan furioso.
-Bueno, rubio si deseas comer algo ahí esta la barra o deseas acompañarnos en un juego de lo que desees, te daré a escoger... pero sólo si traes dinero- Dijo la joven, a lo que priscos contesto, -Te propongo algo, jugare pero si gano tu pagaras nuestra comida,……….. hay un juego que me gusta mucho y proviene de Persia. Se llama ajedrez, si gustas podemos jugar eso o tu juego de dados- Dijo Priscos esperando una respuesta.
-Vete, si no tienes dinero retirate del lugar, si deseas que te preste dinero tendrás que pedirlo de buena forma- Dijo la joven, pero esas palabras no eran dirigidas a Priscos, sino a su acompañante que parecía enloquecer debido a su coraje, -¡Jamás, le pediré dinero a alguien como tú!- le respondieron, sin duda era un juego muy acalorado. La joven dijo algo mas que Priscos no pudo oir pero que se evidencio cuando su acompañante se levanto de su banco muy enojado y salió empujando a todos pasando aun lado de Priscos y Helena, que se había asustado al verlo tan furioso.
-Bueno, rubio si deseas comer algo ahí esta la barra o deseas acompañarnos en un juego de lo que desees, te daré a escoger... pero sólo si traes dinero- Dijo la joven, a lo que priscos contesto, -Te propongo algo, jugare pero si gano tu pagaras nuestra comida,……….. hay un juego que me gusta mucho y proviene de Persia. Se llama ajedrez, si gustas podemos jugar eso o tu juego de dados- Dijo Priscos esperando una respuesta.
Priscos- Dios/a
- Reino : Inframundo
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Re: Apuestas del bajo mundo
Dialogo - Pensamiento
Los vocablos del joven rubio provocaron que en el rostro de la peligris se formara una sonrisa de oreja a oreja que ni siquiera se mostro en ocultar ante la presencia de ambos visitantes que esperaban la respuesta sea positiva o negativa de la joven apostadora.
-Como desees rubio, por el dinero no tengo problema es la emoción de ver la derrota en otros lo que motiva a varios de aquí...-
Dijo mientras con la mirada recorría a la gente de la mesa que sin negar nada sonreían de la misma forma que la joven lo había hecho con anterioridad, después de aquella nada grata visión su mirada regreso a la del rubio y su amiguita de compañía para volverles a dirigir unas cuantas palabras mostrando de su personalidad, aunque quizás ya no era necesario el hacerlo pues todo sobre ella ya había sido observado sin tapujos.
-Juguemos Ajedrez... He escuchado algo de aquel juego mas no aseguro dominar todo por completo pero aun así lo haré... Toma asiento rubio pero primero lo primero... ¿Dónde está el dinero?-
Coloco sus codos sobre la mesa apoyando su rostro sobre las palmas de sus manos, esperando pacientemente a que él sacara el objeto necesario para realizar aquel juego mientras los observadores miraban expectantes la próxima respuesta del nuevo rival de Amelia. No iba a ser que al final no cargara con dinero y todo fuera una treta para conseguir algo de comida, de ser así ya tenia una solución a la mano aunque a ella le disgustara esos métodos no podía hacer nada si el dueño del lugar lo decidía.
Y la decisión en este caso seria fácil, apostar a su querida acompañante en este juego de ajedrez incentivaría a muchos libidinosos del lugar pero aquello era lo de menos para Amelia ¿Que de bueno obtendría si ganaba a la mujer? Nada, solo una boca mas aunque alimentar.
-Amelia, aun no sabes el resultado de esto así que dejemos que el rió siga su curso-
Se dijo a si misma mientras seguía en la misma posición esperando pacientemente, algo que sin duda era difícil de ver en ella.
-Como desees rubio, por el dinero no tengo problema es la emoción de ver la derrota en otros lo que motiva a varios de aquí...-
Dijo mientras con la mirada recorría a la gente de la mesa que sin negar nada sonreían de la misma forma que la joven lo había hecho con anterioridad, después de aquella nada grata visión su mirada regreso a la del rubio y su amiguita de compañía para volverles a dirigir unas cuantas palabras mostrando de su personalidad, aunque quizás ya no era necesario el hacerlo pues todo sobre ella ya había sido observado sin tapujos.
-Juguemos Ajedrez... He escuchado algo de aquel juego mas no aseguro dominar todo por completo pero aun así lo haré... Toma asiento rubio pero primero lo primero... ¿Dónde está el dinero?-
Coloco sus codos sobre la mesa apoyando su rostro sobre las palmas de sus manos, esperando pacientemente a que él sacara el objeto necesario para realizar aquel juego mientras los observadores miraban expectantes la próxima respuesta del nuevo rival de Amelia. No iba a ser que al final no cargara con dinero y todo fuera una treta para conseguir algo de comida, de ser así ya tenia una solución a la mano aunque a ella le disgustara esos métodos no podía hacer nada si el dueño del lugar lo decidía.
Y la decisión en este caso seria fácil, apostar a su querida acompañante en este juego de ajedrez incentivaría a muchos libidinosos del lugar pero aquello era lo de menos para Amelia ¿Que de bueno obtendría si ganaba a la mujer? Nada, solo una boca mas aunque alimentar.
-Amelia, aun no sabes el resultado de esto así que dejemos que el rió siga su curso-
Se dijo a si misma mientras seguía en la misma posición esperando pacientemente, algo que sin duda era difícil de ver en ella.
Amelia- Cantidad de envíos : 26
Re: Apuestas del bajo mundo
-Como desees rubio, por el dinero no tengo problema es la emoción de ver la derrota en otros lo que motiva a varios de aquí...- le respondió aquella joven mientras recorría su mirada en todos los presentes para terminar en el rostro de Priscos. -Juguemos Ajedrez... He escuchado algo de aquel juego mas no aseguro dominar todo por completo pero aun así lo haré... Toma asiento rubio pero primero lo primero... ¿Dónde está el dinero?- Dijo aquella joven como si dudara de la capacidad económica de el hijo de uno de los comerciantes mas ricos de Ítaca, Priscos dudaba si era buena idea sacar dinero en un lugar que parecía estar lleno de personas de dudosa confianza, asi que solo dijo –Aquí esta- mientras palpaba el costado de su túnica donde estaba colgado el morral de dinero, causando un ligero sonido de metal chocando entre si.
-Pues no perdamos mas tiempo- dijo Priscos a su nueva compañera mientras giraba a su costado para llamar a Helena –Helena, ven, toma asiento y mira esto……………… La inteligencia es una virtud y es mejor que la suerte-, giro nuevamente hacia la joven que lo retaba, uno de los presentes agarro un banco y lo paso a la mesa para que Helena se sentara.
-Pues no perdamos mas tiempo- dijo Priscos a su nueva compañera mientras giraba a su costado para llamar a Helena –Helena, ven, toma asiento y mira esto……………… La inteligencia es una virtud y es mejor que la suerte-, giro nuevamente hacia la joven que lo retaba, uno de los presentes agarro un banco y lo paso a la mesa para que Helena se sentara.
Priscos- Dios/a
- Reino : Inframundo
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Re: Apuestas del bajo mundo
La respuesta del rubio no se dio a esperar mas su desconfianza era notable frente a la joven apostadora y a la multitud del bar, ante esa desconfianza la peli gris carcajeo levemente llamando la atención del resto mas sin importarle si lo hacia siguió hasta que sintió como el aire faltaban en sus pulmones, un pequeño dolor proveniente de su abdomen le indico que debía parar, así lo hizo mas una sonrisa burlesca adorno su rostro en ves de la risa.
-Eres desconfiado rubio mas es normal para un nuevo porque si hubieran querido robarte ya lo hubieran hecho y ahora estarías tirado con tu mujer en los basurales de esta ciudad-
Hablo mientras cogía el dinero de la mesa y lo apartaba a un lado para dar espacio al tablero de ajedrez que el rubio debía colocar acaso creía que habitantes de esta zona tenían el dinero para comprar tales juegos provenientes de otros países y si lo tuvieran no gastarían oro en esos lujos de ricos sino en alcohol y mujeres.
-Bueno, estoy esperando...-
Se recostó sobre la silla y cruzo sus brazos al instante en que la mujer llamada Helena se sentaba en la mesa dispuesta a acompañarlos, Amelia escuchó las ultimas palabras del rubio mientras otra sonrisa volvía a adornar su rostro mas no pronuncio palabra alguna.
-Eres desconfiado rubio mas es normal para un nuevo porque si hubieran querido robarte ya lo hubieran hecho y ahora estarías tirado con tu mujer en los basurales de esta ciudad-
Hablo mientras cogía el dinero de la mesa y lo apartaba a un lado para dar espacio al tablero de ajedrez que el rubio debía colocar acaso creía que habitantes de esta zona tenían el dinero para comprar tales juegos provenientes de otros países y si lo tuvieran no gastarían oro en esos lujos de ricos sino en alcohol y mujeres.
-Bueno, estoy esperando...-
Se recostó sobre la silla y cruzo sus brazos al instante en que la mujer llamada Helena se sentaba en la mesa dispuesta a acompañarlos, Amelia escuchó las ultimas palabras del rubio mientras otra sonrisa volvía a adornar su rostro mas no pronuncio palabra alguna.
Amelia- Cantidad de envíos : 26
Re: Apuestas del bajo mundo
La desconfianza de Priscos era mas que justificada y parecía que a aquella chica no le importaba el no haber visto físicamente el dinero, había sido suficiente con agitarlo en su morral para que ella se convenciera,
-Eres desconfiado rubio mas es normal para un nuevo porque si hubieran querido robarte ya lo hubieran hecho y ahora estarías tirado con tu mujer en los basurales de esta ciudad- La joven tomo su dinero y lo orillo en la mesa para dar espacio al lugar donde se daría el encuentro, pero parecía que seria difícil sin un tablero y piezas con las cuales jugar. -Bueno, estoy esperando...- dijo la joven esperando respuesta de Priscos que solo pudo contestar, -Jugaremos tu juego con los dados-.
Helena se encontraba a un costado de Priscos mirando perdidamente a la competidora de su compañero, las personas se impacientaban al no ver movimiento y comenzaban a soltar bullas que lejos de apresurarlos los alentaban mas, -Los dados, ¿Dónde estan?- Pregunto, mientras Helena señalaba el lugar donde se encontraban guardados después de haber servido para despojar de sus bienes a un pobre infeliz.
off
Disculpa la tardanza
-Eres desconfiado rubio mas es normal para un nuevo porque si hubieran querido robarte ya lo hubieran hecho y ahora estarías tirado con tu mujer en los basurales de esta ciudad- La joven tomo su dinero y lo orillo en la mesa para dar espacio al lugar donde se daría el encuentro, pero parecía que seria difícil sin un tablero y piezas con las cuales jugar. -Bueno, estoy esperando...- dijo la joven esperando respuesta de Priscos que solo pudo contestar, -Jugaremos tu juego con los dados-.
Helena se encontraba a un costado de Priscos mirando perdidamente a la competidora de su compañero, las personas se impacientaban al no ver movimiento y comenzaban a soltar bullas que lejos de apresurarlos los alentaban mas, -Los dados, ¿Dónde estan?- Pregunto, mientras Helena señalaba el lugar donde se encontraban guardados después de haber servido para despojar de sus bienes a un pobre infeliz.
off
Disculpa la tardanza
Priscos- Dios/a
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Re: Apuestas del bajo mundo
Dialogo - Otras personas
El tiempo esperado por la joven había sido en vano pues cuando decidió poner toda su atención en el próximo juego contra el rubio, este sin mucho que agregar con sus palabras denigro sus ilusiones de derrotarlo en una partida de ajedrez que jamas llegaría a darse.
-Tanto tiempo para que digas eso-
Cuestiono sin demora y con un acento denotando un regaño leve hacia el rubio para luego ver como su mujer le daba los dados para que este intentara lanzaros y así empezar una partida que de nada valía pues así como ella se había decepcionado, el resto de la mesa pasaba por una situación igual y algunas incluso se pararon dejando a los tres jóvenes sentados en la mesa.
-!Hey!... Esperen aun no hemos terminado el juego... No pueden irse de esa forma-
Reclamo a las personas que hasta hace unos instantes la acompañaban, no las extrañaría para nada a ellos pero no podía negar que si lo haría a su dinero y mas aun las imágenes penosas que estos podían generar y que sin duda aumentarían su orgullo.
-Ya no tenemos interés en jugar hoy, pequeña...- Dijo un hombre sonriente mientras se retiraba con un par de mujeres a su lado.
-Diviértete con el rubio, niña- Le dijo otro hombre quien agarro una cerveza y se marcho con mas sujetos seguramente a emborracharse por ahí y encontrar mujeres en la calle.
-Bien lárguense tontos... Bien hecho rubio, me has hecho perder una noche llena de diversión- Sin acotar nada mas se paro de la mesa y fue a sentarse en la barra observando el lugar y esperando que otros ingenuos ingresaran por esa puerta dispuestos a perder su dinero y su orgullo.
-Dame algo de comer... Y que sea lo mejor que tengas-
Hablo hacia la persona que atendía el lugar mientras llamaba a la mujer del rubio y a él a que se sentaran a su lado, después de todo ya estaban ahí y lo mejor seria comer algo de este lugar puesto que los otros lugares eran peores lugares que este.
-Tanto tiempo para que digas eso-
Cuestiono sin demora y con un acento denotando un regaño leve hacia el rubio para luego ver como su mujer le daba los dados para que este intentara lanzaros y así empezar una partida que de nada valía pues así como ella se había decepcionado, el resto de la mesa pasaba por una situación igual y algunas incluso se pararon dejando a los tres jóvenes sentados en la mesa.
-!Hey!... Esperen aun no hemos terminado el juego... No pueden irse de esa forma-
Reclamo a las personas que hasta hace unos instantes la acompañaban, no las extrañaría para nada a ellos pero no podía negar que si lo haría a su dinero y mas aun las imágenes penosas que estos podían generar y que sin duda aumentarían su orgullo.
-Ya no tenemos interés en jugar hoy, pequeña...- Dijo un hombre sonriente mientras se retiraba con un par de mujeres a su lado.
-Diviértete con el rubio, niña- Le dijo otro hombre quien agarro una cerveza y se marcho con mas sujetos seguramente a emborracharse por ahí y encontrar mujeres en la calle.
-Bien lárguense tontos... Bien hecho rubio, me has hecho perder una noche llena de diversión- Sin acotar nada mas se paro de la mesa y fue a sentarse en la barra observando el lugar y esperando que otros ingenuos ingresaran por esa puerta dispuestos a perder su dinero y su orgullo.
-Dame algo de comer... Y que sea lo mejor que tengas-
Hablo hacia la persona que atendía el lugar mientras llamaba a la mujer del rubio y a él a que se sentaran a su lado, después de todo ya estaban ahí y lo mejor seria comer algo de este lugar puesto que los otros lugares eran peores lugares que este.
Amelia- Cantidad de envíos : 26
Re: Apuestas del bajo mundo
Aquella joven se había decepcionado al no conseguir jugar contra Priscos, pero la verdad seria difícil que lle pudiera jugar contra Priscos un juego que nunca había jugado. Las personas alrededor de ellos comenzaban a irse de ese lugar al no ver ningún tipo de acción en ese lugar, e incluso algunos reclamaban, cosa que parecía hacer enfurecer a la joven quien le reprocho a Priscos por su supuesto error.
La joven se paro y se dirigió al la barra del lugar en donde se supone que se atendía a la clientela. Priscos al ver que su contrincante de juegos se paraba de ese lugar se decepciono al ver que había desistido jugar su propio juego, y pensó que era mejor irse de ese lugar cuando vio que esa joven lo llamaba a ese lugar, quizás seria buena idea que el y Helena la acompañaran en su comida, despùes de todo ellos querían comer algo también, -Vamos Helena- Ordeno Priscos a Helena para que lo siguiera hasta donde se encontraba aquella joven.
La joven se paro y se dirigió al la barra del lugar en donde se supone que se atendía a la clientela. Priscos al ver que su contrincante de juegos se paraba de ese lugar se decepciono al ver que había desistido jugar su propio juego, y pensó que era mejor irse de ese lugar cuando vio que esa joven lo llamaba a ese lugar, quizás seria buena idea que el y Helena la acompañaran en su comida, despùes de todo ellos querían comer algo también, -Vamos Helena- Ordeno Priscos a Helena para que lo siguiera hasta donde se encontraba aquella joven.
Priscos- Dios/a
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Re: Apuestas del bajo mundo
El rubio y su acompañante se habían demorado un poco en aceptar ir a la barra de la clientela, según ellos querían comer así que si querían hacerlo debían ser rápidos puesto que nos muchos locales de esos lugares tenían una buena comida a excepción de este que parecía ser un lugar completo. Su pedido ya había llegado, un buen plato de algo de carne con patatas cocidas, no era lo mejor pero era comestible y su sabor no era malo así que debía comer lo que había. En ese momento el rubio y Helena, se sentaban a su lado sin emitir palabra alguna.
-Será mejor que compres algo o se acabara-
Dijo mientras empezaba a comer su plato y como más gente pedía servicio alimentario lo que podía dejar a sus "conocidos" sin alimento alguno.
-Pidan algo o quiere que yo pague tu comida, rubio.. Puedo hacerlo a mí no me interesa el dinero pero tampoco lo haría así de fácil-
Ladeo levemente la cabeza para verlos mejor y luego sonreír de una manera satisfactoria para luego retomar su atención en su comida.
-Será mejor que compres algo o se acabara-
Dijo mientras empezaba a comer su plato y como más gente pedía servicio alimentario lo que podía dejar a sus "conocidos" sin alimento alguno.
-Pidan algo o quiere que yo pague tu comida, rubio.. Puedo hacerlo a mí no me interesa el dinero pero tampoco lo haría así de fácil-
Ladeo levemente la cabeza para verlos mejor y luego sonreír de una manera satisfactoria para luego retomar su atención en su comida.
Amelia- Cantidad de envíos : 26
Re: Apuestas del bajo mundo
La peli gris seguía concentrada en su plato de comida frente a ella que no noto si el rubio y la mujer habían pedido algo para saciar su hambre. Levanto la mirada hacia arriba mientras tomaba un poco de agua puesto que era lo único que servían en ese lugar aparte de la cerveza, liquido que le provocaba desagrado tan solo verlo.
El sonido de la puerta al abrirse le llamo provocó que su rostro girara hacia atrás para observar quien podría ser su nueva víctima pero lo que ocurrió fue todo lo contrario puesto que el sujeto que había ingresado era un apostador de mala fama y al cual la joven no podía verlo por las rencillas que se habían llevado a cabo entre ellos.
-Yo me largo-
Dijo levantándose de bruces y sin mirar a los costados, metió una mano en el bolsillo de su falda, saco el dinero suficiente para pagar su cena y la del rubio y Helena, coloco el dinero sobre la mesa justo bajo las narices del dueño del lugar quien observo las monedas y mordió una de ellas comprobando si eran de verdad, cosa que Amelia ignoró sin argumentar nada, giro noventa grados para quedar frente a la pareja y con una sonrisa llena de altanería les informo que el pago se había hecho.
-Por hoy les he invitado pero si nos vemos de nuevo me invitaras tú a mí... Nos vemos, rubio, mujer-
Giro nuevamente sobre sus pies y se marchó del lugar dejando atrás sus apuestas, el solo hecho de que ese hombre estuviera ahí indicaba que ya era muy tarde y a pesar de vivir años en ese podrido lugar debía cuidarse de los aprovechadores que buscaban cualquier debilidad para robarte cualquier objeto valioso.
El sonido de la puerta al abrirse le llamo provocó que su rostro girara hacia atrás para observar quien podría ser su nueva víctima pero lo que ocurrió fue todo lo contrario puesto que el sujeto que había ingresado era un apostador de mala fama y al cual la joven no podía verlo por las rencillas que se habían llevado a cabo entre ellos.
-Yo me largo-
Dijo levantándose de bruces y sin mirar a los costados, metió una mano en el bolsillo de su falda, saco el dinero suficiente para pagar su cena y la del rubio y Helena, coloco el dinero sobre la mesa justo bajo las narices del dueño del lugar quien observo las monedas y mordió una de ellas comprobando si eran de verdad, cosa que Amelia ignoró sin argumentar nada, giro noventa grados para quedar frente a la pareja y con una sonrisa llena de altanería les informo que el pago se había hecho.
-Por hoy les he invitado pero si nos vemos de nuevo me invitaras tú a mí... Nos vemos, rubio, mujer-
Giro nuevamente sobre sus pies y se marchó del lugar dejando atrás sus apuestas, el solo hecho de que ese hombre estuviera ahí indicaba que ya era muy tarde y a pesar de vivir años en ese podrido lugar debía cuidarse de los aprovechadores que buscaban cualquier debilidad para robarte cualquier objeto valioso.
OFF: Ha sido un placer rolear contigo pero he de retirarme, espero volvamos a rolear mas adelante :)
Amelia- Cantidad de envíos : 26
Re: Apuestas del bajo mundo
-Esta bien- Dijo Priscos mientras veía como aquella joven se marchaba del lugar dejando pagado previamente el alimento de el y Helena que aun no pedían. –No pude demostrarte lo que te había prometido, pero al menos comeremos algo-, ha Priscos no se le hacía muy adecuado que otra persona le pagara su comida, teniendo el, los suficientes recursos para valerse por si solo y además costear los gastos de helena, pero también se le hacía descortés rechazar la invitación. Después de haberse alimentado bien, Priscos decidió irse de ese lugar lo antes posible, después de todo no era buena idea que una persona de su clase estuviera en ese lugar y menos acompañado con una mujer como Helena. –Vámonos de aquí- le ordeno Priscos a Helena que solo respondió asintiendo sin expresar palabra alguna, -Sera mejor que nos vallamos a la posada antes de que oscurezca-, sin decir nada mas se dirigieron a la salida y empujaron la puerta para salir y marcharse del lugar, las personas que se encontraban en ese lugar también comenzaron a salir de ese lugar.
OFF
si, no te preocupes, igual fue un placer
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si, no te preocupes, igual fue un placer
Priscos- Dios/a
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