Llegando a Puerto

Es casi mediodia, pese al sol el clima es agradable, una suave brisa recorre el rio mientras un barquero rema tranqulamente, su barca lleva varios bultos, rejas con pollos y apartado de estos; un solitario viajero, cubre su cabeza con una capucha blanca mientras lee un grueso libro. El barquero se alegra al ver que el puerto ya esta cerca, carraspea levemente antes de hablar con su pasajero "perdone la interrupcion, pero ya llegamos a puerto"
"Gracias por el aviso, en cuanto desembarquemos recibira el pago acordado" le responde el viajero sin levantar la vista de su lectura.
Con un movimiento de cabeza el barquero le da a entender que esta de acuerdo, a decir verdad duda que su pasajero se haya dignado siquiera a voltear a verlo, pero ya esta acostumbrado a eso, nuevos ricos o peor aun, hijos de ricos. Arrogantes, soberbios y tacaños, piensan que el mundo les pertenece aunque no hayan hecho nada para ganarselo, nada aparte de tener la suerte de haber nacido en una familia poderosa. Por suerte acordo el precio del viaje con anticipacion, ya le habian tocado varios ricachones que al final del viaje se ponian a regatear el precio. Pero este sujeto, tiene algo que no le acaba de gustar, no le dirijio la palabra en todo el trayecto, solo tuvo sus narices enterradas en ese libro. "En fin, mejor para mi, no es que necesite la charla de un mocoso arrogante, mi labor termina dejandolo en puerto sano y salvo" se dice a si mismo mientras se prepara para aproximarse al puerto. La barca se bambolea un poco, un viejo se aproxima al puerto con una gruesa soga "Tarso!! bienvenido!!!" lo saluda mientras le arroja la soga, el barquero la toma mientras coloca el remo sobre el bote "Santino viejo apestoso!! no puedo decir que es un placer verte u olerte pero vaya que me da gusto verte!!!" El viejo llamado Santino ata la cuerda "Veo que traes pasajeros, deja que baje y te ayudo con tu carga" extiende su mano para ayudar a bajar al pasajero, sin embargo este se levanta e ignora por completo su ofrecimiento, con un elegante gesto baja su capucha dejando al descubierto su larga cabellera, rubia pero tan clara que casi parece blanca, "Aqui tiene, lo que acordamos" le entrega varias monedas con sumo cuidado, evitando tocar las encallecidas y sucias manos del barquero. "Asi es, lo que acordamos" repite Tarso mientras cuenta las monedas, sabe que no es necesario y que es peligroso, el arrogante mocoso podria ofenderse, pero no puede resistirse a obtener una pequeña satisfaccion de tan antipatico sujeto. Antes de que siquiera termine de contar el viajero ya se ha dado la vuelta, se puso al hombro el bolso con sus pertenencias mientras lleva bajo el brazo el enorme libro que leyo en el trayecto.
Santino palmea la espalda de Tarso "Vaya joyita que te conseguiste Tarso, no te dio problemas?" Tarso se embolsa las monedas, "Por suerte no, todo lo que hizo fue leer, aun asi hay algo que no me gusta, no se que sea, pero espero no volver a verlo, con esa actitud seguro se metera en problemas, no sabe que la ciudad esta llena de tipos iguales o peores que el"
"En eso tienes toda la razon, vamos, hay que descargar tu barca, no deben de tardar de venir por las cosas" Con eso, ambos hombres se ponen a descargar animadamente la barca, el dia de hoy cenaran bien y tal vez puedan darse el lujo de una buena botella de vino.

Sila se aleja del embarcadero, camina a paso lento, despues de todo no tiene prisa alguna, ya ha estado antes en Roma, aunque han pasado un par de años y en una ciudad tan grande y cambiante, es seguro que no encontrara las cosas como las recuerda. Las empedradas calles bullen con gente yendo y viniendo, gente comprando, vendiendo o simplemente, como el, paseando. Carretas llenas con mercancias, marmoles para las mansiones de los ricos y poderosos, sin embargo para Sila todo eso no le importa. "Debi haber traido uno de los sirvientes, pero no, seria demasiado problematico pasar desapercibido con un sirviente tras de mi, no, esto tengo que hacerlo por mi mismo, si no fuera porque necesito los recursos de mi familia cortaria todo lazo con ellos, mi tonta madre sigue en su mundo de ilusion, estupida, sigue pensando que mi honorable y recto padre murio asesinado por un delincuente cuando regresaba a casa, ha... que insulto, inculcarme tan vehementemente el respeto a la ley mientras el no era nada mas que un criminal... un adultero, no merecia su cargo... por suerte me encargue de el y de esa bruja, nadie mancillara mi buen nombre, si mi buen nombre!, sere mejor que el, mejor que todos, hare que todos cumplan la ley! la mas minima infraccion sera castigada severamente!, es el unico modo de hacer de este mundo un lugar mejor... si, el imperio de la ley!" Sin darse cuenta Sila ha comenzado a hablar en voz alta, eso atrae la atencion de quienes pasan, varios cuchichean entre ellos mirandolo con extrañeza. Sila finalmente nota sus miradas y avergonzado, comienza a caminar mas aprisa para alejarse de ellos. Se detiene bajo un frondoso arbol para beber, "Debo tener cuidado, no quiero que piensen que soy un maniatico recien llegado, ya es tarde, sera mejor que busque algun lugar donde comer."

Sila busca un lugar donde comer, cosa nada dificil, siendo un lugar tan transitado muchas mujeres y ancianos se dedican a vender comida para los viajeros, los suculentos aromas se mezclan con la peste del lugar, despues de todo esta es la zona mas pauperrima de Roma. Sila se debate entre comer ahi o caminar y buscar un mejor barrio, los vendedores tratan de atraer su atencion gritando y llamandolo "Adelante joven!! bienvenido a la ciudad de las maravillas!" otros mas audaces se colocan a su lado ofreciendole sus mercancias, frutas, aves vivas, ropas viejas, cortesmente Sila los rechaza tratando de no llamar demasiado la atencion, "Lo siento, ahora no, gracias"
Se detiene ante una humilde choza, el dueño o dueña, ha colocado un par de mesas y sillas en la entrada, Sila llama golpeando en una de las mesas "Hola?, hay alguien?" Una voz femenina se escucha desde el interior "Un momento por favor!!" Sila toma asiento colocando sus pertenencias bajo la mesa y poniendo un pie cerca de ellas. Una chica sale, lleva el largo pelo castaño atado en una cola, ojos cafes y una timida sonrisa, "Buenas tardes, buscaba algo?" le pregunta ella con una reverencia. Friamente Sila la observa "No vendes comida?" la chica se amedrenta un poco ante su respuesta, bajando la vista le responde "Asi es, pero, esta seguro de querer comer aqui?, mi comida es buena y limpia pero no creo que este a la altura de alguien como usted..."
"Comida es comida, mientras tenga buen sabor y no me enferme me doy por bien servido, ahora deja de perder mi tiempo y traeme algo de comer, que es lo que tienes?"
"Mil perdones por mi insolencia, bueno hoy tengo sopa de pescado y pescado frito, vino local y de postre fresas y moras cubiertas con miel"
"Suena bien, traeme eso, estoy hambriento" Sila se acomoda en la silla.
"Solo tomara un momento" haciendo otra reverencia la chica se va dejando a Sila.
Sila vuelve a abrir el grueso libro que lleva consigo, duda entre escribir algo, tendria que sacar su tintero y pluma y no sabe cuanto tiempo se demorara la chica. Instantes despues ella regresa con una botella de vino, una taza de madera y un plato con aceitunas, los coloca enfrente de Sila "Cortesia de la casa, en un momento traere su comida" La chica regresa a la cocina dejando a Sila, este llena la taza con el vino, lo olfatea un poco para despues beber, no es excelente pero tampoco demasiado malo, toma una aceituna y comienza a masticarla, con el hambre que tiene esta le sabe deliciosa.

Finalmente la chica regresa con la comida, un tazon de sopa de pescado, un trozo de pan y su respectiva cuchara. Con sumo cuidado coloca el plato en la mesa, al ver al libro intenta hacerlo a un lado, rapidamente la mano de Sila la toma de la muñeca, "Perdona, ese libro es muy importante para mi, no dejo que nadie lo toque, yo me hago cargo, gracias..." la sorprendida chica se frota la muñeca mientras lo observa "por supuesto, mil perdones, en cuanto termine le traere el otro plato"
Sila vuelve a guardar el libro en su bolso, la sopa huele delicioso, por un momento piensa hacerle el comentario a la chica, pero se abstiene, despues de todo es su trabajo, no tiene porque halagarla inutilmente, tomando la cuchara, comienza a comer pausadamente. En verdad la sopa esta muy buena, mejor de lo esperado, toma un trozo de pan para comerlo junto con la sopa, un sorbo de vino, todo seria perfecto si no fuera por el polvo del camino y la multitud de moscas que zumban a su alrededor.
La chica regresa justo cuando ha terminado con la sopa. Recoje el plato y la cuchara "enseguida le traigo el siguiente plato" Sila no responde, se encuentra ocupado limpiando su boca con un pañuelo.
En un instante regresa con el pescado asado, nada complicado, simplemente asado sobre brasas con unos cuantos vegetales, lo deja en la mesa y vuelve a retirarse, esta vez no hace ningun comentario, ya se ha dado cuenta que el joven no busca charla alguna.
Sila da buena cuenta del pescado y el postre, permanece unos instantes disfrutando de la comida, la chica, ahora ya sin tener que estar yendo y viniendo lo observa esperndo el momento en que este la llame para pagar.
"Dime, cuanto es por la comida?" Sila se aproxima a ella tomandola por sorpresa ya que se distrajo, "una pieza de plata señor" Sila busca en su bolso, toma una moneda y se la entrega. La chica la examina y se sorprende al ver que es una pieza de oro"lo siento señor, no tengo cambio, es una moneda demasiado grande" Sila recoje su bolso "quedatela, la comida fue excelente, una pieza de plata no es suficiente, tal vez algun dia regrese" Sila se aleja dejandola sorprendida con la moneda en las manos. Satisfecho sigue su camino viendo las humildes casas y a la gente que va y viene, "hora de buscar un lugar donde hospedarme" Sin darse cuenta dos hombres comienzan a seguirlo.

Sila sigue recorriendo las avenidas de Roma, satisfecho por la comida ahora no le resta mas que buscar donde hospedarse, por suerte para el aun es temprano, es bien conocido que Roma es una ciudad peligrosa al anochecer y mas aun en los barrios que ahora se encuentra, la guardia de la ciudad no suele realizar sus rondines en esa zona dandole mas atencion a las zonas mercantiles y a las villas de los ricos.
"Donde quedarme?, recuerdo que tengo un tio o tia en la zona residencial, pero tenemos años sin contactarlos, sin mencionar que ni siquiera avise que vendria, ni siquiera se si se encuentran en la ciudad, recuerdo que solian viajar mucho, tenian tierras en otras provincias y solian ir a visitarlas cada vez que tenian oportunidad, no, sera mejor conseguir una habitacion"
Despues de mucho caminar encuentra un pequeño hostal que le satisface, el lugar se ve relativamente limpio. "Tiene habitaciones disponibles?" pregunta al encargado, un viejo que se encuentra puliendo un pequeño medallon, "Por supuesto, dos piezas de bronce el dia, si asi lo desea puede comer en la planta baja, almuerzo comida y cena" Sila busca en su bolsillo, le entrega una pieza de plata "perfecto, me quedare unos cuantos dias" El viejo muerde la moneda para cerciorarse de su valor, "la camarera pasara a limpiar y arreglar su habitacion entre 10 y 11 de la mañana, en la parte trasera se encuentran los baños, esta es su llave, tercera puerta subiendo las escaleras" le entrega una pesada llave de bronce, Sila la toma mientras comienza a alejarse para subir las escaleras "una cosa mas joven, le sugiero atranque la puerta en la noche y cierre las ventanas, no me hago responsable por robos"
Sila asiente "Enterado" despues de subir las escaleras localiza su habitacion, introduce la llave en la cerradura y abre la puerta. La habitacion es muy sencilla, una cama de madera basta cubierta por una sencilla colcha, una pequeña mesa junto a la cama, una silla y una mesa. Sila coloca sus cosas junto a la cama mientras se acuesta "Ahora que?, que es lo que debo hacer?, no se a ciencia cierta porque vine aqui, un acceso de locura?, una justificacion para no permanecer mas en casa sabiendo lo que hice?" Sila cubre sus ojos con su brazo tratando de calmarse.

Llega la noche y Sila estando profundamente cansado, decide cenar ahi mismo, baja al improvisado comedor, no hay mucha gente asi que Sila elije una mesa alejada de los demas, recorre con la vista a los que ahi se encuentran, una pareja madura cenando con desgana, un viajero que esta dando cuenta de una botella de vino, aparentemente esta solo, y en una mesa cerca de la entrada una mujer entretenida viendo la gente pasar por la calle. Una anciana se aproxima a Sila "buenas noches, desea cenar algo en especial?"
"Tendra algo de fruta?, en realidad no tengo mucho apetito pero no deseo ir a dormir con el estomago vacio"
"Solo nos queda un par de manzanas y unas peras, sera suficiente para usted?, tambien tengo un pastel por si le apetece"
"El pastel y una manzana seran mas que suficientes"
"En un momento regreso"
La anciana regresa a la cocina, Sila se da cuenta que la pareja se va, dejan su pago en el mostrador y suben las escaleras, ellos tambien se encuentran hospedados ahi. La anciana deja una rebanada de pastel y una manzana en su mesa, una pequeña jarra con leche fresca y una taza. Sila comienza a comer. Minutos despues Sila se levanta y va a dejar su pago, aun es relativamente temprano pero se siente sumamente cansado, sin duda debido al viaje, sube a su habitacion y recordando el consejo del dueño cierra cuidadosamente puertas y ventanas. Se despoja de las botas y se acuesta en la cama, intenta conciliar el sueño pero ahora no puede hacerlo, hastiado se sienta en la cama y comienza a sacar algunas cosas de su bolso, su libro, el tintero, la pluma, y finalmente bajo el resto de su ropa extrae un objeto envuelto en tela, meticulosamente desenvuelve dicho objeto, es una mascara, una obra de arte, reluciente y finamente labrada en plata pura. Un rostro bellamente tallado y completamente calmo, casi como el rostro de un muerto, Sila lo toma en sus manos viendolo fijamente, "hablame... necesito tu guia... tu consejo..."

Sila permanece observando la mascara de plata, el escultor dedico mucho tiempo en sus facciones, haciendolas tan serenas y delicadas, Sila mismo no recuerda quien la mando hacer, su padre? su madre? un regalo para alguno de ellos?, simplemente no puede recordar cuando fue la primera vez que la vio, simplemente recuerda haberla tenido desde siempre, podria jurar que fue ella la que la incito a realizar sus actividades nocturnas, pero ahora se siente ridiculo al imaginarse asi mismo, sentado en la cama, sosteniendo la mascara y hablandole esperando respuesta, si alguien lo viera sin duda pensaria que esta loco o borracho. Avergonzado envuelve la mascara y la coloca en la pequeña mesa, se acurruca en la cama tratando de forzarse a dormir. El cansancio del viaje finalmente lo vence y comienza a dormir.
Es casi medianoche Sila duerme placidamente, sin embargo comienza a soñar algo, ve solo oscuridad pero una voz le habla "Despierta.... estas en peligro... despierta" Sila busca en la oscuridad la fuente de dicha voz, finalmente encuentra la mascara de plata, flotando en la oscuridad y hablando sin mover sus labios. "Despierta... estas en peligro..." "peligro? que peligro?" Sila se revuelve en la cama sin darse cuenta que poco a poco la ventana comienza a ser abierta.

Mientras Sila sigue soñando la ventana de la habitacion termina de abrirse, con sumo cuidado un hombre delgado entra, su rostro cubierto por una bufanda, sostiene la ventana para que otro hombre entre, "apurate, no ha despertado pero no hay que tentar la suerte" Su compañero finalmente cruza la ventana, ambos hombres se agazapan bajo la ventana para evitar ser vistos por Sila en caso de despertar. "cierra la ventana, si llega a despertar no queremos que alguien vaya a escucharlo ahi afuera", "Ha! como si alguien fuera a darle auxilio ahi afuera, en esta zona no es raro escuchar gritos, pero tienes razon, no vaya a ser la mala suerte y se le ocurra pasar a la guardia" la ventana vuelve a ser cerrada. Ya mas confiados ambos hombres se ponen en pie, "Hazte cargo, comenzare a revisar la habitacion" le ordena uno de los hombres al otro, con rapidez desenfunda una afilada daga mientras se aproxima a la cama. Con la eficiencia y confianza de haber hecho esto antes, el hombre tapa la boca de Sila mientras se prepara para acuchillarlo. El acto termina por despertar a Sila, intenta hablar pero la mano del hombre se lo impide, alcanza a ver la daga descendiendo hacia su pecho, rapidamente lo toma de la muñeca impidiendole completar el acto. Los dos comienzan a forcejear sobre la cama, Sila tratando de evitar ser acuchillado, "Hey!!! ayudame!!! es mas fuerte de lo que pensaba!!" Sila se sobresalta al escuchar que el asaltante pide ayuda, no pensaba que fueran dos asaltantes, sabe que si no logra liberarse antes de que el otro llegue en ayuda de su compañero sera mas dificil salir con bien.

Sila sigue forcejeando con el hombre que intenta acuchillarlo, escucha las pesadas pisadas del otro que se apresura a ayudar a su compañero. El ladron usa su peso para intentar acuchillarlo, agilmente Sila desvia el cuchillo clavandose profundamente en la almohada, con un agil movimiento Sila le asesta un codazo en las costillas logrando que se quite de encima, "AAAAAAAHHH!!! Maldito!!!" grita mientras cae al suelo. Sila intenta levantarse y tomar el cuchillo pero el otro ladron lo toma por la espalda, sus brazos le rodean el cuello mientras comienza a apretar, intenta asfixiarlo, "No puedo creer que dejes que este mocoso te trate asi!!" Sila lucha por liberarse, debe hacerlo rapido antes de que el otro se recupere, el ladron rie al ver que Sila no logra zafarse, "Shhhhhhhh, no te resistas, pronto terminara todo, shhhh..." el joven siente como comienza a faltarle el aire, si ha de hacer algo debe hacerlo ahora, Sila retrocede empujando al ladron hasta que chocan con la pared, utilizando las piernas se impulsa varias veces contra la pared intentando hacer que el ladron lo libere. El otro ladron finalmente se levanta, su rostro esta rojo de ira y toma el cuchillo clavado en la cama. "Maldito!! pagaras por esto!!" se lanza contra Sila con el cuchillo a punto, Sila lo ve, no logra deshacerse del que lo tiene tomado por el cuello asi que cambia de estrategia, en lugar de estrellarlo contra la pared esta vez gira dejando al ladron con la espalda expuesta. "NO!!!" escucha como uno de ellos grita y el otro exhala un debil quejido al tiempo que comienza a soltarlo, Sila lo hace a un lado volivendose para enfrentar a su enemigo. El ladron se encuentra aturdido viendo el cuerpo de su compañero, el cuchillo chorreando sangre, "Que haz hecho??, tu...!!!" antes de que pueda terminar la frase Sila le asesta una violenta patada en pleno pecho, el ladron cae de espaldas sobre la cama soltando el cuchillo. Sila salta sobre el, sin darle tiempo a recuperarse, con sus rodillas inmobiliza sus brazos mientras comienza a golpearlo con sus puños "Conque pensaban robarme y asesinarme, eh???, es eso??, no son mas que basura!!!, hienas que buscan a los debiles para alimentarse, no es asi??" Pese a la ira que siente el rostro de Sila permanece inmutable, tan solo enrojecido por la estrangulacion y el forcejeo, ni su voz se altera, parece estar recitando o leyendo mientras sigue golpeando al ladron.

Sila sigue aporreando al ladron mientras comienza a recitarle las penas que se aplican a los culpables de asalto e intento de homicidio "Quitate de encima maldito loco!! no sigas!! me rindo!!!" el desesperado ladron intenta protegerse de los golpes pero es inutil, sus brazos estan sujetos bajo las piernas de Sila. "Asalto agravado...!, Intento de homicidio...!!! Alevosia y ventaja...!!" recita Sila golpe tras golpe, su nariz es destrozada, los dientes comienzan a ceder ante los golpes, no pasa mucho tiempo para que el ladron comience a rogar y llorar para que Sila se detenga, teme perder el conocimiento y que el maniatico siga golpeandolo despiadadamente. Su compañero yace inconsciente desangrandose por la herida en la espalda. Por suerte, los gritos y el ruido de los muebles atrajo la atencion de la guardia, "Abran la puerta en nombre de la ley!!" amenazan los guardias golpeando la puerta, pero Sila ni se da por enterado.
Los guardias rompen la puerta y quitan a Sila, "Sueltenme!! deben ser castigados!!! la ley debe ser respetada!!!" dos guardias lo detienen usando sus lanzas. "que demonios sucede aqui?" clama el capitan mientras otro de sus hombres examina a los ladrones "este tiene una herida en su espalda, el otro esta bien, nada mas que unos golpes"
El dueño del lugar entra "Suelten al joven, la habitacion es suya, esos dos debieron entrar a robarlo"
Los guardias dudan en soltar a Sila ya que este sigue intentando liberarse, "Arresten a esos dos, y usted joven, sera mejor que se calme o tambien sera arrestado, supongo que sus acciones fueron en defensa propia pero nadie tiene permiso para hacer justicia por su propia mano, si desea hacer la denuncia acuda a la carcel, y una vez mas, calmese... parece un maniatico, no tolerare que la paz de la ciudad sea alterada por ladrones o maniaticos" Los guardias levantan a los ladrones sacandolos de la habitacion. "Mil perdones por el inconveniente joven, si lo desea puedo darle otra habitacion, pienselo y vaya a verme para entregarle la llave" el viejo sale despues de los guardias dejando a Sila en la destrozada habitacion.

Los guardias se marchan dejando a Sila en la destrozada habitacion, los muebles en desorden, la cama volcada y un pequeño charco de sangre, levemente recuerda al viejo ofreciendole cambiar de habitacion "miserables... estupidos..., como... como puede haber gente asi...?, no conocen las leyes que nos rigen?, no sienten respeto por ellas?, seguramente diran que no tenian otra opcion, que no tienen trabajo o dinero, mentiras, solo mentiras, si tienen el arrojo y la fuerza para intentar asesinar a sus congeneres entonces tienen la fuerza para trabajar como es debido!! por una paga justa!!, no puedo quedarme aqui, esa sangre... es asquerosa..." furioso comienza a recoger sus cosas, con sumo cuidado oculta la mascara "estupido... como fui a dejarla ahi, si no hubiera despertado, fuiste tu, verdad?, tu me despertaste, lo se, lo se... me advertiste para salvar mi vida, te debo mucho, se que tu eres fundamental para... lograr mi objetivo, no se que haria si llegara a perderte..." Sila deja la destrozada habitacion bajando a ver al viejo, "Ah, veo que acepto mi oferta, espero no piense que tuve algo que ver con lo sucedido, esta zona no es segura, abundan los ladrones, seguramente lo estuvieron siguiendo desde que llego y solo esperaron el momento oportuno para atacar" su vieja mano le ofrece una nueva llave.
Sila oculta su disgusto tomando rapidamente la llave "Supongo que asi debio ser, es una verguenza que algo asi ocurra en Roma, asesinos y ladrones viviendo en la cuna de las leyes, una autentica verguenza, barbaros sin educacion, eso es lo que son, pero no importa, aun asi me quedare un par de dias" Sila le deja regresando a las escaleras para buscar su nueva habitacion.

Despues de la terrible noche del dia anterior, Sila se queda dormido hasta bastante tarde. Finalmente despierta pasado el medio dia, se frota los ojos mientras se sienta en la cama, aun bostezando va a la ventana y la abre de par en par, el sol le hiere los ojos, haciendole pestañar varias veces. "ya es tarde" dice mientras se aleja de la ventana. Vacia una jarra de agua en otra vasija y comienza a lavarse el rostro. Despues de refrescarse recoje su bolso. "Sera mejor salir a pasear, aguardare hasta que sea la hora de la comida, tal vez vuelva con esa chica, su comida no era nada mala" Al pasar junto al mostrador el viejo encargado le habla "Si va a salir tenga cuidado, esta zona de la ciudad no es segura, ira a presentar la denuncia contra los ladrones?"
"Por supuesto, no dejare que esas dos alimañas se vayan sin recibir su justo castigo, y no se preocupe, como vio, soy mas que capaz de cuidarme por mi mismo" Con eso, Sila abandona el hotel mezclandose con la gente, es casi la hora de la comida y mujeres de todas edades caminan por las calles revisando la mercancia de los vendedores.
Deberia haber mas guardias, pero como bien le hizo notar el viejo, esa zona de la ciudad se encuentra lejos del area de proteccion de la guardia de la ciudad. "Esto no deberia ser asi, ricos y pobres tienen la misma proteccion bajo la ley, si eres culpable no importa si eres rico o pobre, esa es la equidad de la ley..." murmura Sila mientras camina por las calles.

El paseo logra calmar a Sila, es un hermoso dia y pese a haberse levantado mas tarde de lo que acostumbra, se siente muy bien. Es un dia soleado pero pese a eso no se siente demasiado calor, ha recorrido un buen trecho aunque sin detenerse lo suficiente para recordar las calles y lo que hay en cada una de ellas. En verdad Roma es una enorme ciudad comparada a la pequeña villa donde nacio. "Increible, todo esto en este lugar y este es uno de los barrios mas pobres!, me muero de ganas por ver como es la otra parte de Roma" Sintiendo algo de hambre Sila compra una manzana a un vendedor "esto calmara mi hambre hasta que encuentre un lugar para comer" se dice mientras muerde la jugosa fruta. Asi sigue su camino, dando mordidas a la manzana. Despues de terminar con la manzana Sila decide que es hora de comer, "ahora a buscar un lugar para comer, regresaria con la chica del otro dia pero estoy bastante lejos, mejor busco otro lugar que este mas cerca" Siente deseos de preguntar a alguno de los habitantes si conocen un buen lugar para comer, pero despues de lo acontecido la ultima noche siente mas desconfianza de la usual en el.

Sila ya siente mucha hambre despues de caminar tanto, sin mencionar todo el ejercicio que realizo la noche anterior aunado a no haber desayunado, ha visto varios puestos, pero ninguno le ha atraido lo suficiente, ya sea por la suciedad que alcanza a ver o lo poco apetitoso de la comida. "me muero de hambre, pero no voy a comer en cualquier lugar como si fuera un animal, lo ultimo que quiero es enfermarme, si no encuentro un buen lugar tendre que regresar y buscar a la chica del otro dia, solo espero que hoy haya instalado su puesto"
Desanimado Sila decide regresar al no encontrar un lugar que le atraiga para comer, tal vez si no tuviera tanta hambre se arriesgaria a ir mas alla, asi pues regresa el camino andado. Un par de horas despues logra llegar al lugar donde encontro a la chica. Afortunadamente ella esta ahi y tiene algunos clientes, toma asiento en la ultima mesa disponible, una de las mesas solo esta ocupada por un comensal, pero Sila no tiene deseos de comer acompañado. La chica pasa llevando un par de platos, "buenas tardes en un momento le atiendo" le dice ella mientras atiende a los demas. Al terminar regresa con el, "buenas tardes señor, lo lamento mucho pero ya no me queda mucho, solamente algo de pescado y un poco de sopa"
"Con eso bastara, veo que tu lugar es popular" Sila no se explica porque dijo eso, no es muy dado a halagar o charlar.
"Eso quisiera señor, pero hoy fue un buen dia, muchos barcos llegaron y con eso muchos marineros y viajeros hambrientos, solo desearia que eso pasara mas a menudo, ahora si me permite ire por su comida" La chica se sonroja un poco dejandole para regresar a la cocina.

La chica regresa, una vez mas le deja un aperitivo en lo que prepara su comida. Sila en verdad agradece eso, esta sumamente hambriento por haber caminado tanto. Mientras come las aceitunas observa discretamente a los demas comensales, recuerda lo sucedido la otra noche, "Sin duda me siguieron desde aqui, este fue el unico lugar donde pase mas tiempo, tendrian alguna relacion con ella?, no lo creo, se mostraria sorprendida de verme de nuevo, tal vez ellos estaban buscando una nueva victima y me eligieron al verme, baje la guardia y no note que era seguido, no debe volver a suceder" piensa mientras come las aceitunas.
La comida una vez mas es excelente, pese a su recelo los demas comensales no le prestan atencion, cada uno ocupado en sus propios asuntos. Sila da buena cuenta de la comida. Mientras paga a la chica por la comida, le hace una pregunta "Disculpa, podria quedarme aqui un rato?, pagaria por la mesa si asi lo deseas, es un hermoso dia y preferiria pasarlo aqui que encerrado en la habitacion de mi hotel"
La chica se sorprende ante la peticion de Sila, "Claro, no hay problema, ya paso la hora de comer, los clientes disminuiran hasta que llegue la hora de cenar y para eso falta mucho, no es necesario que pague, si gusta pude tomar aquella mesa, esta bajo esa higuera y asi lo protegera del sol" timidamente le señala una mesa mas alejada, los que comian ahi, hace rato que se marcharon.
"Perfecto, sabes?, dame una botella de vino, tengo deseos de beber algo y sera un buen modo de pasar la tarde" le dice Sila mientras toma asiento.

Sila pasa el resto de la tarde bebiendo vino y tratando de escribir algo en su libro, toma y deja la pluma infinidad de veces, pero no logra plasmar en el papel lo que desea. La chica va y viene recogiendo y cobrando a los ultimos comensales de la hora de la comida. Pasa un largo rato en la cocina, lavando los platos, finalmente despues de un par de horas regresa, lleva un plato en la mano, "Perdona, podria... podria comer contigo?, generalmente como en la cocina, pero como tu mismo dijiste el dia es hermoso y tal vez podriamos.. hablar un poco"
Sila duda ante sus palabras, no le agrada mucho el contacto con los demas a menos que sea estrictamente necesario, pero por alguna extraña razon y sin el mismo saberlo, le responde "Claro, pensaba hacer unas anotaciones pero no logro poner mis ideas en orden, te advierto que no soy del tipo charlador"
"No se apure, yo tampoco soy muy dada a charlar con extraños, pero siempre hay una primera vez, no te parece?" La joven toma asiento, come un poco de su plato, "seguramente lo que le sobro de la comida" piensa Sila, "un poco de vino?" le ofrece Sila tomando la botella. "Oh no, gracias, no me gusta mucho el vino, para mi es suficiente con un poco de agua" dice ella disculpandose por no aceptar su ofrecimiento.

Tanto Sila como la chica mantienen un tenso silencio, "no se que estaba pensando, no debi aceptar que viniera a mi mesa..." piensa mientras golpetea en la mesa con sus dedos. La chica se aclara la garganta, tambien se encuentra nerviosa ya que ninguno de ellos habla, "perdona, no me he presentado, debo parecerte muy grosera, mi nombre es Julia, perdona la pregunta, pero a leguas se nota que no eres de por aqui, vienes de visita?, negocios? " le dice mientras sonrie timidamente.
"Mucho gusto, ni nombre es Sila, asi es, vengo de visita, estoy pensando en establecerme aqui, en Roma, mi familia tiene un poco de dinero y estoy pensando probar suerte como escriba. en realidad aun no estoy seguro que hacer con mi vida"
La chica voltea a su alrededor "nunca menciones que tienes dinero, este lugar no es seguro, por cierto, supe lo que te sucedio, no te hicieron daño?"
Sila se sorprende al saber que este enterada del intento de asalto "estoy bien, no fue nada, un par de golpes, pero, como te enteraste?"
"Por estos rumbos un suceso asi es cosa de todos los dias, me refiero a un robo o un asesinato, pero que alguien se haya defendido sin haber muerto, eso si es una noticia, practicamente todos lo comentan, por cierto, te sugiero que tengas cuidado, abstente de salir de noche, esos tipos que trataron de robarte son parte de una banda, sus amigos pronto sabran lo sucedido y puede ser que intenten desquitarse contigo..."

Sila escucha con atencion la advertencia de Julia, parecia genuinamente preocupada por su bienestar "entonces no es la primera vez que eso sucede" Julia contesta asintiendo con su cabeza "por supuesto que no, mira, se que eres joven y te sientes atraido por el esplendor y la fama de Roma, pero no todo es reluciente, limpio y ordenado en nuestra gran ciudad, nosotros vivimos a la sombra del brillante astro que es Roma, limpieza, orden, seguridad, leyes, todo eso es solo para los ricos y poderosos, nosotros solo buscamos sobrevivir de lo que ellos desechan, somos como ratas, ratas que se alimentan de sus sobras, suena terrible pero asi es joven Sila"
Al principio lo que Julia le cuenta le hace enfurecer, pero despues de haber visto como viven en esa parte de la ciudad, se da cuenta que tal vez no todo fuera como siempre soño o imagino que seria Roma "como es posible que hable asi?, Roma es la ciudad mas civilizada, un ejemplo para todo y todos, Grecia?, Egipto?, no son nada comparado a nuestro gran imperio, pero aun asi..."
Mientras Sila medita en las palabras de Julia, "Hola Julia, quien es tu amigo?" el sonido de la voz rompe la meditacion de Sila, Julia tambien parece sorprendida "Felix?, que... que haces aqui?"

Sila observa al recien llegado, es un par de años mayor que el, ligeramente mas bajo pero mucho mas fornido. Lleva el pelo castaño revuelto, barba de un par de dias, "bien, no vas a presentarnos?" insiste este, ahora recargandose en la mesa mientras muestra una sonrisa carente de alegria. Julia se pone muy nerviosa, sus ojos van de Sila al tal Felix, "es solo un cliente, nada mas que eso, a que se debe tu visita?, espera, mejor hablamos dentro..." le dice mientras se levanta apresuradamente encaminandose a la casa.
"Nos vemos..." se despide Felix de Sila, sigue a Julia a la casa. "Un hermano?, novio o pretendiente?, no parece muy contenta de verlo, deberia intervenir?" medita mientras observa la casa desde su mesa. La ventana de la casa esta parcialmente cubierta por una delgada cortina apenas iluminada por el fuego de la cocina y las velas, las siluetas de Julia y Felix moviendose fantasmagoricamente, por momentos parece que se abrazan, se separan o discuten, a esa distancia le es imposible cerciorarse. "No es mi problema, debe ser algun pretendiente ebrio, si debe ser eso, debio pensar que estaba coqueteandome y ahora esta disgustado con ella"

Julia y Felix siguen dentro de la casa, sus siluetas yendo y viniendo a traves de la cortina de la ventana. "Deberia intervenir?, tal vez si se conocen, pero si no es asi?, he oido que ciertas bandas cobran dinero a los comerciantes para dejarlos trabajar en la zona, sera uno de ellos?, ella sabe que estoy aqui, podria pedir auxilio" medita Sila mientras su vista va y viene de su mesa a la casa.
Finalmente al cabo de unos minutos Felix sale de la casa, sonriente y al parecer, satisfecho, no se molesta en voltear a ver a Sila, simplemente se marcha del lugar. Julia no sale, intrigado, Sila se levanta para ir a verla, mas que avergonzado, se detiene en el marco de la puerta llamandola discretamente "Te... te encuentras bien?" las palabras le salen con dificultad pensando que demonios esta haciendo.
"Estoy bien... no se apure, en un momento salgo..." la voz de Julia parece quebrarse, "esta llorando... puedo... puedo ayudarte?" pregunta timidamente sin decidirse a entrar.

Julia sale de la casa, aunque se ha limpiado los ojos, aun se le ven enrojecidos, "no se apure, no es nada, es un... conocido, no lo esperaba" Sila sabe que miente, a leguas se le nota pero no sabe como reaccionar o que decirle, los asuntos sentimentales nunca han sido su fuerte, Julia se da cuenta del desconcierto de Sila y se esfuerza por sonreir "lo ve?, no pasa nada, cosas de... mujeres" sin embargo al terminar de decir eso, abraza a Sila sorprendiendolo aun mas, en contadas ocasiones ha sido abrazado, mucho menos por una mujer, la joven solloza en su hombro, timidamente Sila tambien la abraza, "que sucede?, estas en problemas?" Julia sigue sollozando incapaz de responderle, despues de unos minutos esta se tranquiliza lo suficiente para soltar a Sila, este aprovecha la oportunidad y acerca una silla para que la joven se siente, "vamos, explicame que paso con ese sujeto y quien es, tal vez pueda ayudarte o llevarte con alguien que pueda hacerlo" Julia vuelve a limpiarse el rostro con el paño que lleva en la cintura, sus ojos estan aun mas enrojecidos por el llanto, "nadie puede ayudarme, no tengo salida" dice ella mientras sigue frotandose el rostro.

"Dime que sucede, tiene algo que ver con ese sujeto?, el tal Felix?, lo conoces?" insiste Sila tratando de hacerle hablar, no tiene idea de porque insiste, en realidad es un asunto que no le incumbe pero no soporta ver a Julia en esas condiciones.
"Por supuesto que le conozco, lo conozco desde que eramos niños, el vivia cerca de mi casa y en ocasiones jugabamos, es un año o dos mayor que yo, pero siempre ha sido un maldito, y ahora que ya es un hombre es mucho peor, los dos siempre hemos sido pobres, pero el prefirio tomar el mal camino, se unio a una banda de delincuentes, no se bien quien sea su jefe, pero el y otros se encargan de cobrarnos para que no destrozen nuestros negocios, hace un par de meses no pude pagar, y le pedi como un favor que me permitiera reunir el dinero, en mala hora se me ocurrio recurrir a nuestra vieja amistad, el acepto, incluso creo que puso el dinero de su bolsa, en ese momento no me pido nada a cambio, -no es nada, ya me repondras el dinero- me dijo, pero ahora... ahora no quiere el dinero, me quiere a mi" despues de decir eso, la joven comienza a sollozar una vez mas.
"Te quiere como esposa?" pregunta inocentemente Sila, las relaciones humanas no son precisamente su fuerte.
"No, al muy cerdo no le interesa casarse o tener una familia, todo lo que quiere es saciar su lujuria conmigo y despues botarme, lo habia mantenido a raya dandole un poco mas de dinero, pero cada vez es mas dificil rechazarlo y hoy al verme charlar contigo... finalmente me dio un ultimatum, piensa venir por mi mas tarde..." La voz de la chica denota una gran desesperacion.

La velada se ha arruinado para Sila, tontamente se ha inmiscuido en un asunto en el que no debia sino que ademas estaba a punto de ofrecer su ayuda a una mujer a la cual solo conoce de vista y con la que no ha hablado mas que un par de horas. Las terribles palabras comienzan a salir de su boca "como puedo ayudarte?"
"ayudarme?, nadie puede ayudarme, tendria que huir y ni asi estaria completamente segura de que no me seguiria, no puedo ir con la guardia, no tengo pruebas, no al menos hasta que ese cerdo haya hecho lo suyo..., e incluso entonces dudo que se pondrian de mi parte, pero no te preocupes, si te inmiscuyes en esto saldras lastimado, sera mejor que te vayas, tengo que pensar que voy a hacer, te ruego me disculpes"
"Espera, voy a ayudarte, dime donde se reune Felix, confia en mi, se como tratar a los de su clase"

"Estas bromeando?, de ningun modo voy a dejar que arriesgues tu vida por mi, Felix es mas grande, mas fuerte y ademas no estara solo, por favor vete, no quiero que te vaya a pasar algo por mi culpa, ya vere como solucionar esto, tal vez dandole mas dinero, siempre le ha gustado el dinero"
"Y cuanto tiempo durara eso?. tarde o temprano volveras a tener una mala racha o incluso el puede tomar tu dinero y aun asi abusar de ti, te repito, se como tratar con gente asi, ahora vamos, dime donde se reunen"
"No te lo dire, de ningun modo dejare que pongas en riesgo tu vida!! ahora vete, quiero estar sola!!" Julia se levanta y regresa a la casa dejando a Sila en la mesa.
"Vaya que tiene caracter, no creo que sea dificil saber donde se reunen esas alimañas, pero sera mejor que me apresure se hace tarde y segun dijo esa rata vendra a cobrar su cuota, no me conviene enfrentarlo aqui"
Sila toma su bolso y busca algo en el, finalmente vuelve a cerrar el bolso y va a la cocina, Julia dejo la puerta abierta, con sumo cuidado Sila oculta su bolso detras de un mueble, es imposible verlo a menos que muevan el mueble. Una vez que termina, sale y comienza a indagar donde se reune Felix y su grupo.

Aun desconcertado Sila se aleja, no sabe a ciencia cierta donde o como comenzar a buscar a Felix y comienza a arrepentirse de haber ofrecido su ayuda a Julia. "demonios, en buena me he metido, que rayos estaba pensando al ofrecerme a ayudarle?, ni siquiera se donde comenzar a buscar, y no queda mucho tiempo, segun dijo el tipejo ese quedo de regresar mas tarde. Podria quedarme y esperarle pero armaria un buen escandalo y no creo que eso le beneficie a Julia, no, tengo que encontrarle antes de que vaya con Julia y de algun modo persuadirle, aunque por su actitud hacia mi dudo que esto vaya a terminar pacificamente, mmm eso me da una idea, requerira un poco de trabajo y no deja de ser peligroso pero con eso terminarian los problemas de Julia... si, sera mejor poner manos a la obra..."
Sila corre en direccion desconocida mientras afina en su mente los detalles de su plan.